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EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 82 DICIEMBRE 2022

Antología de cuentos de autores de habla hispana

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H

ace tres décadas compré la enorme mansión. Las

leyendas e historias que circulaban en el pueblo me

hicieron dudar sobre adquirirla. A pesar de ser una

construcción centenaria, ostentaba prestancia y

aire señorial. Averigüé sobre el primer propietario y

de su tenacidad para replicar una propiedad estilo colonial. El

diseño original cambió con los herederos sucesivos, pero no perdió

el misterio de sus entrañas. La magnífica estructura de techos altos,

maderamen de roble, balcones, columnas y alares de tejas resistió

el paso del tiempo, soportó aguaceros torrenciales y un par de

terremotos.

Solemne como un gigante cansado, don Alfonso Quevedo me

la ofreció una mañana de 1999. El corredor de bienes raíces lanzó

al aire el precio que no pude resistir. La compré y con ella sus

secretos.

Tardé seis meses en refaccionarla y acomodarla a mi gusto.

Presté especial atención a mi gabinete de escritor. Especializado en

literatura oscura, nunca imaginé lidiar con las criaturas fuente de

mi inspiración y que me permitieron obtener premios literarios y

reconocimiento internacional. Al mes de haberme instalado, se inició

lo que en mis párrafos es común. Pareció irónico, pero la soledad

buscada ex profesamente, una vez que los asistentes literarios y

empleadas domésticas se retiraban, facilitó la diversión escondida

en el más allá.

La tranquilidad fue interrumpida por el encendido y apagado

de lámparas de techo, televisores y equipos de sonido. De repente la

tetera empezaba a hervir, se abrían y cerraban los cajones de los

reposteros y el agua escapaba de los grifos abiertos. Otras veces

subían y bajaban las escaleras y hasta escuchaba risitas de niños

correteando en los salones. Toleré estas travesuras hasta que los

más atrevidos empezaron a jugarme bromas de mal gusto a la hora

de dormir. No permití que los espíritus chocarreros se adueñaran de

mi descanso nocturno, tan necesario para mi creatividad.

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