A R T I C U L O S T E C N I C O S - Consejo Dominicano del Café
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O P I N I O N E S<br />
VIVIR EN LA CIUDAD Y<br />
TRABAJAR EN EL CAMPO<br />
El Fondo de Población de las Naciones Unidas<br />
(UNFPA/Junio 2007), ha divulgado la histórica<br />
información de que para el 2008, más de la mitad<br />
de la población mundial (3,300 millones de personas)<br />
estarán residiendo en las zonas urbanas de<br />
las ciudades, a<strong>del</strong>antándonos que hacia 2030 esa<br />
cantidad llegará a casi 5.000 millones de personas,<br />
muchos de cuyos habitantes urbanos serán pobres;<br />
advirtiéndonos por consiguiente, que el futuro de<br />
esos nuevos pobres, como el futuro de las ciudades<br />
de los países en desarrollo, y el futuro de la propia<br />
humanidad, dependerá en gran medida de las decisiones<br />
que se adopten ahora.<br />
El impacto de esta declaración para nuestro país,<br />
podría recibir la connotación de nueva información<br />
cultural, pues como nación, somos un país con una<br />
población predominantemente urbana (más de un<br />
50%) desde los años 80. Actualmente andamos con<br />
una proporción próxima al 68% y para el 2030 se<br />
estima que alcanzaremos la proporción <strong>del</strong> 78%;<br />
mas no hemos estimado dentro de las proyecciones<br />
de estos rangos, cuánto habrá de ser el crecimiento<br />
de nuestra población pobre, la cual se calculaba<br />
para el 2004 en unos 3.7 millones de personas (42%<br />
de la población general) y de la cual 1.4 millones<br />
de personas se consideró extremadamente pobre<br />
(16%).<br />
¿Qué tienen que ver estas dramáticas informaciones<br />
con la problemática cafetera dominicana?<br />
No conocemos cuáles pueden ser los pensamientos<br />
inversionistas estratégicos despertados, gracias a<br />
las iniciativas ejecutadas por el proyecto PROCA’2;<br />
sin embargo, de entrada (en cuatro años) se puede<br />
apreciar cómo han surgido un conjunto de pequeñas<br />
asociaciones locales de productores de café, las<br />
cuales han comenzado a promover en los distintos<br />
mercados a sus “cafés especiales” procesados y ofertados<br />
como productos de alta calidad bajo marcas<br />
registradas.<br />
Independientemente a cuáles puedan ser los planes<br />
estratégicos de estos pequeños capitales sociales<br />
ecológicos cafeteros, es seguro que no han sido<br />
concebidos para el corto plazo, sino para el largo<br />
plazo. Es decir, dentro de un horizonte de mercado<br />
sostenible y competitivo, por lo que sus esfuerzos<br />
iniciales ameritan de por lo menos el mantener y/o<br />
el incrementar su producción de café verde.<br />
Esto nos sitúa cara a cara con el principal desafío<br />
que nos plantea la caficultura dominicana: ¿cómo<br />
• Foro Cafetero • O C T U B R E 2 0 0 7 - M A R Z O 2 0 0 8<br />
Por Julio César Vargas<br />
vargascivilly@hotmail.com<br />
aumentar limpiamente la producción nacional de<br />
café de buena calidad?<br />
Vencer este desafío hoy en día, no viene ya marcado<br />
por la primacía que en el pasado caracterizó<br />
al proceso de la producción nacional de café verde<br />
y cuyos objetivos sociales consistieron, en el incremento<br />
de la producción nacional exportable, la<br />
generación de divisas, la creación de empleos, la<br />
regulación de las migraciones rurales – urbanas etc.,<br />
pues en la actualidad estamos compelidos a establecer<br />
un nuevo giro de mentes y de metas. Ahora<br />
las prioridades se orientan – vía el aumento de la<br />
producción nacional de café – a satisfacer la demanda<br />
<strong>del</strong> consumo interno, la producción industrial de<br />
café de alta calidad y con un mayor valor agregado,<br />
la conservación <strong>del</strong> medio ambiente <strong>del</strong> entorno<br />
cafetero, la creación de empleos calificados y dignamente<br />
remunerados, etc.<br />
Dentro de estas nuevas prioridades, retomemos<br />
a la cuestión de la población. Los movimientos<br />
migratorios en el país ya no guardan las trascendencias<br />
de los flujos humanos desde el campo a<br />
la ciudad. Desde hace más de treinta años, estos<br />
movimientos tienen como espacio de traslación,<br />
al eje territorial urbano – urbano. Esto significa<br />
que las otras políticas promovidas desde los<br />
años 50, para pretender retener a la población<br />
rural en el campo, han confirmado nuevamente<br />
su viejo fracaso histórico. Por consiguiente, las<br />
iniciativas auspiciadas (aisladamente) por medio<br />
de algunos proyectos innovadores y la otorgación<br />
de ciertos incentivos económicos puntuales<br />
(geográficos) con la intención declarada de procurar<br />
desalentar las migraciones cafeteras a las<br />
ciudades, tampoco tendrán éxitos, aún vuelva a<br />
ocurrir un incremento de los precios <strong>del</strong> café en<br />
el mercado mundial.<br />
Esto significa –léase bien– que las ventajas<br />
sociales que en el pasado significó la pequeña<br />
propiedad familiar de café, al aportar producción<br />
de café, alimentos (víveres) y mano de obra desde<br />
las zonas rurales cafeteras, hoy en día no podrá<br />
seguir desempeñando la función que cubriera esa<br />
propiedad, bajo su escala de la unidad individual<br />
social básica -por más de 125 años- de la producción<br />
nacional cafetera.<br />
El autor es sociólogo y profesor universitario. Autor de varios estudios en<br />
materia de café, actualmente se desempeña como Asesor de la Junta<br />
Directiva <strong>del</strong> CODOCAFE