Intimas de Dios Magazine - Edición # 32

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ESPECIAL DEL MES Teresa Mendoza Greggio Directora Íntimas de Dios Colombia Artesana – Terapeuta - Tallerista @florececontessa ¡Hola Amada! Eres valiosa ante los ojos de Dios. Él se deleitó al maquillarte con tu color de piel, esculpiendo cada espacio de tu cuerpo, los dones y talentos que necesitas para desarrollar tu Mejor versión. Eres amada, única e importante, no te conformes con menos. Durante mi niñez viví con miedo, eso trajo inseguridad e inestabilidad a mi vida. En el árbol genealógico de mi familia, encuentro historias cargadas de violencia y abusos en cada mujer. ¿Has visto un reinado? La Miss anterior hace entrega de la corona a la nueva que ha ocupado su lugar, así es como puedo comparar este traspaso, pero en vez de ser una corona de honra, es una corona de sufrimiento, falta de valor, depresión y hasta muerte. Yo no escogí conscientemente que esta corona haya llegado hasta mí, ninguna mujer desea que la maltraten o la asesinen. Las cadenas de violencia que se cargan de generación en generación son fuertes y pesadas. Mi bisabuela sufrió de violencia doméstica, ella y su esposo vivían en el campo. Se levantaba a las 3AM para hacerle comida a su esposo y a todos los empleados. Mi bisabuelo era un hombre trabajador pero machista y violento, él botó de la casa a mi abuela cuando se enteró que estaba embarazada, ella aún no se había casado y eso era una deshonra para la familia. 14 Noviembre 2023 - Especial Violencia contra la mujer
Mi abuela comenzó a enfrentar el traspaso de la corona muy joven. Mi abuelo la veía solo como un objeto para tomar y soltar a su antojo, pero ella no podía desprenderse de Él, intentó abortar a mi mamá a raíz de la depresión y no tuvo éxito, así que mi mamá nació y como mi abuelo era incluso más machista que mi bisabuelo, al descubrir que era niña que había nacido, las abandonó. Fueron años de sufrimiento para mi abuela antes de darle esa corona a mi mamá, pasó por varias relaciones llenas de violencia hasta que decidió quedarse sola. Mi mamá tenía 17 años cuando adquirió la corona, Mujer Cristiana que comenzó a salir con mi papá quien era un hombre inconverso, pero ella confiaba que el amor de Dios iba a cambiarlo, se casó a los 18 y tuvo 25 largos años llenos de violencia e infidelidades en donde sufrió mucho e hizo también sufrir a sus hijos. Constantemente nos prometía luego de cada golpiza, que iba a dejar a mi papá, pero lo perdonaba y seguía el circulo vicioso, a ella le habían enseñado que el divorcio no era de Dios y que no podía dejarlo. Finalmente fue mi papá el que abandonó a mi mamá por una mujer más joven, así que la corona fue traspasada a mí. Yo había jurado no tener un matrimonio así, por eso me casé con un hombre cristiano que me valorara y respetara. ¿Te digo algo? Una mujer que no trabaja sus traumas no busca ayuda, no rompe espiritualmente con la maldición y cadena de la violencia y no es guiada por Dios, inevitablemente va a cometer los mismos errores. Si huyes de la violencia es lo único “familiarmente conocido por tu cerebro” cuando la has experimentado, así que en vez de huir hay que enfrentarla y renunciar a esas ataduras. Al poco tiempo de haberme casado comencé a experimentar violencia, escuchaba las voces de mi mamá en mi cabeza de que no podía divorciarme, pensaba en mi abuela y mi bisabuela que siempre habían resistido. Pero a los tres meses decidí quitarme esa corona y no dejar que siguiera afectando a mi generación, no iba a permitir que otras mujeres siguieran pasando por lo mismo. Fue muy duro y difícil la decisión de divorciarme a los pocos meses de haberme casado, pero lo hice. Por varios años estuve alejada de Dios y avergonzada de mí, pero rompí con la cadena y en su tiempo maravilloso Dios me restauró, me limpió y me llenó de amor, colocó en mí una corona de hija, de belleza, de honra y de valor, porque ahora sé que mi valor no proviene de ningún hombre, mi valor está en Cristo y Él nunca me dañaría, así que esa es su voluntad para mí. Entender esto me llevó a encontrar relaciones y amistades que también me valoraran, Dios reescribió mi historia y me hizo florecer. No tengas miedo, no te quedes con esa corona de violencia y destrúyela, no la pases a tu generación, Dios te hizo para amar y ser amada. “Soy una creación maravillosa, y por eso te doy gracias. Todo lo que haces es maravilloso, ¡De eso estoy bien seguro!” (Salmos 139:14). Noviembre 2023 - Especial Violencia contra la mujer 15
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