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LA CORSA DEGLI ZINGARI<br />
dE pACEntRO<br />
Pac<strong>en</strong>tro es uno de los c<strong>en</strong>tros históricos más hermosos del<br />
Abruzo. Se ha conservado vivo e intacto, mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do<br />
inmutable todo su <strong>en</strong>canto, que reside <strong>en</strong> las callejuelas<br />
estrechísimas, onduladas <strong>en</strong> un continuo subir y bajar<br />
escalones, casas apoyadas unas a las otras, portales antiguos,<br />
piedras esculpidas. Merece la p<strong>en</strong>a, pues, una visita cualquier<br />
día del año, aunque hay un día que hace especial la vida del<br />
pueblo, es el primer domingo de septiembre, cuando se<br />
cumple el secular rito de la Corsa degli Zingari. Zingaro, <strong>en</strong> el<br />
dialecto local, es todo aquel que camina descalzo. Y los que<br />
corr<strong>en</strong> por las laderas de las montañas, con los pies descalzos,<br />
son los jóv<strong>en</strong>es del pueblo. Ningún relato puede dar bu<strong>en</strong>a<br />
cu<strong>en</strong>ta de la fuerte emoción de esta carrera. Es absoluta y<br />
admirable la profesión de valor y el dominio del dolor de estos<br />
jóv<strong>en</strong>es que, <strong>en</strong> honor a la Virg<strong>en</strong> de Loreto, para recordar el<br />
"vuelo" de su casa, se lanzan <strong>en</strong> una carrera fr<strong>en</strong>ética,<br />
descalzos, por la d<strong>en</strong>ominada Pietra Spaccata. Los zingari<br />
bajan por la empinada cima de Colle Ardinghi, <strong>en</strong>tre árboles y<br />
arbustos. Recorr<strong>en</strong> después el s<strong>en</strong>dero a través del valle del<br />
torr<strong>en</strong>te Vella, la larga subida del recorrido de piedras que<br />
sube hacia el pueblo. Alcanzan, por fin, los últimos metros del<br />
trayecto, pisando las brillantes piedras de la calle que lleva a la<br />
iglesia. El esfuerzo, el dolor y el sufrimi<strong>en</strong>to que estos chicos<br />
ofrec<strong>en</strong> a la tradición son de verdad terribles. Mudo aunque<br />
eficaz testigo es el mármol de la pavim<strong>en</strong>tación de la iglesia<br />
LA TAVOLA DEI BRIGANTI<br />
Uno de los más originales y sobrecogedores testimonios<br />
históricos que la Majella ofrece y conserva es la Tavola dei<br />
Briganti, un conjunto de lastrones calcáreos que resalta <strong>en</strong> la<br />
cima, poco más allá de la Selletta Acquaviva, sobre los cuales<br />
muchos pastores y algunos bandidos imprimieron sus<br />
nombres, sus historias, los símbolos de sus vidas. La Tavola dei<br />
Briganti se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> la Majelletta, un poco más allá de la<br />
localidad del Blockhaus, también muy relacionada con nuestra<br />
historia. El Blockhaus, del cual quedan solo las ruinas, era una<br />
fortificación, construida <strong>en</strong> 1866 por las tropas sabaudas para<br />
contrarrestar el bandolerismo <strong>en</strong> el corazón del territorio<br />
controlado por éste. Atorm<strong>en</strong>tados y aj<strong>en</strong>os <strong>en</strong> su propio<br />
territorio, los bandoleros v<strong>en</strong>ían, por tanto, a ridiculizar a los<br />
soldados piamonteses, grabando por la noche sus nombres y<br />
dejando sus m<strong>en</strong>sajes antiunitarios justam<strong>en</strong>te ante ellos, a<br />
dos pasos del fortín. Hay que decir que no todas las<br />
inscripciones de la Tavola son de los bandoleros; es más, la<br />
mayor parte son obra de los pastores, que desde siempre han<br />
visitado con sus rebaños las laderas y los altos prados de la<br />
montaña. Durante las largas horas de inactividad pasadas con<br />
los rebaños, tomaron la costumbre de raspar sobre aquellas<br />
hermosas rocas planas y amplias como pizarras, sus propios<br />
nombres, los lugares de proced<strong>en</strong>cia, las fechas de su paso. Los<br />
bandoleros se mezclaron a esta humanidad sola, nostálgica,<br />
dispersa <strong>en</strong> la montaña, e incidieron también ellos las señales<br />
de su irrisoria proximidad a los soldados. La más hermosa<br />
inscripción reza así:<br />
LEEd Mi MEMORiA<br />
pARA LOS qUERidOS LECtORES<br />
En 1820 nACiò viCtORiO EMAnUEL ii, EL REy dE itALiA<br />
AntES dE LOS 60 ERA EL REinO dE LAS fLORES<br />
AhORA ES EL REinO dE LA MiSERiA<br />
ABRUZO ITALIA 27<br />
de Santa María de Loreto, que aparece ll<strong>en</strong>o de sangre una vez<br />
que todos los zingari han <strong>en</strong>trado y las puertas se han cerrado<br />
a sus espaldas, como manda la tradición. Luego <strong>en</strong>trarán <strong>en</strong><br />
juego los médicos, int<strong>en</strong>tando aliviar los sufrimi<strong>en</strong>tos de los<br />
jóv<strong>en</strong>es corredores. A los pocos minutos, las puertas se abr<strong>en</strong><br />
de par <strong>en</strong> par y sal<strong>en</strong> por la puerta grande: el ganador delante<br />
del cortejo, aferrando <strong>en</strong> la mano el paño de tela, premio de<br />
sus esfuerzos; detrás de él, todos los demás, nadie excluido.<br />
La banda musical abre el cortejo con una marcha y los<br />
espectadores ll<strong>en</strong>an las calles del pueblo sigui<strong>en</strong>do al ganador<br />
hasta su casa. Aquí se produce el <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro con los familiares<br />
y la oferta a todos los pres<strong>en</strong>tes de bu<strong>en</strong> vino, que se bebe <strong>en</strong><br />
cu<strong>en</strong>cas de cobre. Se trata de un augurio de prosperidad para<br />
la v<strong>en</strong>dimia ya inmin<strong>en</strong>te.