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Comisionados opinan<br />
El espectro de bajas frecuencias<br />
y la radiocomunicación inteligente<br />
Si algo resulta distintivo en el<br />
aprovechamiento de la banda de<br />
700 MHz para el suministro de<br />
comunicaciones móviles es que viene<br />
a ser el anuncio de una mayor profundidad<br />
en las propuestas para el desarrollo<br />
de las plataformas operativas<br />
de las Tecnologías de la Información y<br />
Comunicación (TIC ) en lo general, y de<br />
las telecomunicaciones en lo particular.<br />
En efecto, al designar esa banda de<br />
frecuencias como soporte de los servicios<br />
móviles, se ha establecido un precedente<br />
a partir del cual no sólo habrá<br />
de ampliarse el espectro radioeléctrico<br />
disponible para estructurar las aplicaciones<br />
y sistemas inalámbricos, sino<br />
también se abre la posibilidad de empalmar<br />
esa solución técnica con otros<br />
gaceta cofetel<br />
Por José Luis Peralta Higuera<br />
Comisionado de la Cofetel<br />
adelantos e innovaciones tecnológicas<br />
para conformar una nueva forma de<br />
administrar el espectro, de explotarlo<br />
y de optimizar su uso y aprovechamiento<br />
por toda la sociedad.<br />
De esta forma, a la expansión de las<br />
frecuencias que podrán dedicarse a la<br />
prestación de servicios móviles, hoy en<br />
día se adiciona también la inteligencia en<br />
el manejo del recurso espectral, que por<br />
ejemplo se argumenta en los adelantos<br />
para la gestión de las redes de comunicaciones<br />
móviles, o bien para el funcionamiento<br />
de los dispositivos de acceso,<br />
cuya designación común es significativa<br />
en exceso: la radio cognitiva. Así, es de<br />
considerarse que estamos frente a un<br />
conjunto de innovaciones que tanto actualizan<br />
el insumo fundamental para la<br />
prestación del servicio móvil, como optimizan<br />
las herramientas tecnológicas<br />
para su explotación y usufructo. Los dos<br />
elementos integran un nuevo círculo<br />
virtuoso a explotar en el mediano plazo,<br />
para beneficio de todos los usuarios de<br />
los servicios móviles.<br />
Son varios los analistas que atribuyen<br />
a la comunicación móvil el carácter<br />
de herramienta insignia y paradigmática<br />
en la modernización de las sociedades.<br />
A la universalidad que ha alcanzado<br />
el instrumento –según la UIT, a nivel<br />
mundial se habían alcanzado los 5.7 mil<br />
millones de abonados hasta febrero de<br />
2012– se suma su impacto en casi todas<br />
las actividades sociales. Un reporte de<br />
la firma especializada Yankee Group, señala<br />
por ejemplo que apenas estamos<br />
en el inicio de un futuro móvil e interconectado.<br />
“Se prevé que todo lo que tenga<br />
un interruptor de encendido y apagado<br />
(el conocido “0” y “1” del lenguaje binario)<br />
se conectará en forma inalámbrica.<br />
Ya estamos viendo aplicaciones de la<br />
industria que están transformando con<br />
éxito los negocios, el entretenimiento o<br />
la educación. Incluso, los que no poseen<br />
interruptores, como las trampas para<br />
cazar ratones, ya están siendo conectados<br />
mediante dispositivos de acceso a las<br />
redes, para permitir su control remoto”<br />
(UIT, 2012). Afirmaciones como la anterior<br />
señalan que el ecosistema móvil<br />
–entendido como el conjunto de dispositivos<br />
que interactúan en un medio físico<br />
y social determinado– no sólo opera<br />
ya en forma cotidiana relacionando a<br />
los individuos con las instituciones o las<br />
empresas, sino que tiene tal dinamismo<br />
que obliga a ampliar la infraestructura<br />
operativa vigente y a buscar nuevos<br />
arreglos tecnológicos que puedan<br />
satisfacer tal requerimiento sostenido.<br />
En tanto el móvil se ha integrado a la<br />
vida social, la evolución misma de la sociedad<br />
propicia nuevas demandas que<br />
requieren tanto al dispositivo renovado<br />
en funciones y servicios, como a la<br />
red que permita y garantice ubicuidad,<br />
ancho de banda y velocidad en las comunicaciones.<br />
Atender el dinamismo de la industria<br />
móvil significa afrontar un reto<br />
dual. Por una parte, diseñar e implementar<br />
infraestructura de transporte<br />
y redes de acceso con capacidad suficiente<br />
e incluso excedente para soportar<br />
un tráfico que no sólo crece, sino<br />
que ahora integra a todas las aplicaciones<br />
y servicios de telecomunicaciones<br />
bajo el formato IP. A este requeri-<br />
miento tecnológico se suma el desafío<br />
económico: tal versatilidad técnica no<br />
debe ser costosa, en tanto resulta imprescindible<br />
que esa oferta se traduzca<br />
en precios bajos y competitivos para<br />
la sociedad demandante. La relación<br />
costo-beneficio es entonces sustantiva<br />
y primordial.<br />
En segunda instancia, es también<br />
forzoso, urgente inclusive, que aquellas<br />
infraestructuras y redes logren al<br />
fin una cobertura nacional,<br />
para que en todo<br />
el territorio se genere<br />
una oferta suficiente<br />
y universal que rompa<br />
las brechas de acceso<br />
y brechas de mercado<br />
que como país todavía<br />
nos agobian. Resolver<br />
la accesibilidad de los<br />
servicios es entonces un reto tanto tecnológico<br />
como económico.<br />
El aprovechamiento de la banda de<br />
700 MHz para la prestación de servicios<br />
móviles sin duda representa una alternativa<br />
en la búsqueda de soluciones al<br />
doble desafío que se ha planteado. Si<br />
se considera que cualquier enlace de<br />
radiocomunicación supone el arreglo<br />
virtuoso entre un equipo transmisor<br />
que irradia la señal; el medio de propagación<br />
de la onda electromagnética<br />
–es decir, el espacio libre– y un equipo<br />
receptor habilitado para captar la señal<br />
emitida por el transmisor, es claro<br />
que cualquier arreglo de ingeniería<br />
que busque la mayor eficiencia deberá<br />
evaluar un tema central y estratégico:<br />
las características que definen la propagación<br />
de la señal en el espacio, y la<br />
pérdida que afecta a dicha señal en función<br />
de la frecuencia y la distancia. Es<br />
necesario subrayar que toda señal está<br />
sujeta a desgaste, por lo cual no se recibe<br />
en forma íntegra al final de su trayectoria.<br />
Tal pérdida se sustenta en la<br />
presencia de distintos fenómenos físi-<br />
“En la medida que<br />
los equipos que<br />
utilizan el espectro<br />
se conviertan<br />
en inteligentes,<br />
el espectro no<br />
será escaso sino<br />
abundante”<br />
cos u obstáculos que se oponen al paso<br />
libre de las ondas. Ello limita el alcance<br />
o distancia en la cual es posible enviar<br />
la señal sin que se deteriore.<br />
Es posible señalar que entre más<br />
baja es la frecuencia en la que se transmite,<br />
la atenuación o pérdida de la señal<br />
es menor. Por ello, si se busca el diseño<br />
e implementación de redes móviles de<br />
amplia cobertura, las frecuencias bajas<br />
pueden ser una opción no sólo viable<br />
en el parámetro técnico<br />
–ya que si la señal<br />
sufre menos pérdidas<br />
con la distancia, podrá<br />
alcanzar un mayor territorio<br />
y desde luego<br />
conseguir mayor cobertura–<br />
sino también en el<br />
área económica, donde<br />
resalta que la inversión<br />
en radiobases puede disminuir substancialmente<br />
si la propagación de las señales<br />
es mayor y en consecuencia pueden<br />
desplegarse a una distancia también<br />
superior. 1<br />
A partir de las ventajas sintetizadas,<br />
se comprende el interés de explotar<br />
la banda de 700 MHz para la provisión<br />
de servicios, aprovechando el tránsito<br />
de la televisión al formato digital y<br />
con ello la liberación del espectro de<br />
las señales de radiodifusión que hoy<br />
aprovechan ese rango de frecuencias.<br />
No obstante, y sobre todo ante<br />
el insistente pronóstico sobre el alto<br />
crecimiento que habrá de alcanzar el<br />
tráfico en radiocomunicaciones en los<br />
próximos años, conviene analizar la alternativa<br />
de aprovechar incluso bandas<br />
de frecuencia más bajas, donde pueden<br />
prodigarse los beneficios aludidos; con<br />
ello, sería posible ampliar el espectro<br />
radioeléctrico susceptible de utilizarse<br />
para las comunicaciones móviles.<br />
De hecho, en el ámbito de la propia<br />
UIT, esta posibilidad ya ha sido puesta<br />
en análisis, como lo argumenta la<br />
Comisionados opinan<br />
Resolución 232 (COM5/10-WRC-12) de<br />
febrero de 2012 que plantea la conveniencia<br />
de evaluar las bandas por debajo<br />
de 1 GHz para reforzar la propuesta<br />
conceptual conocida como IMT 2000,<br />
que enfatiza como objetivo básico el<br />
satisfacer la creciente movilidad del<br />
suscriptor. 2 Estos testimonios indican<br />
que las indagatorias formales para<br />
conseguir un mayor espectro para las<br />
redes inalámbricas están en marcha, y<br />
pronto habrán de arribar a propuestas<br />
y directivas internacionales a considerar<br />
por cada país para el desarrollo de<br />
su propio esquema de comunicaciones.<br />
Si se destacan los elementos que<br />
conjunta cualquier enlace de radiocomunicación,<br />
resalta la importancia de<br />
1 En un análisis realizado a propósito, se estableció<br />
que en un escenario donde un operador trabaja en 700<br />
MHz se requiere de sólo dos radiobases para cubrir 10<br />
kilómetros, mientras que en el rango de 2100 MHz es<br />
necesario instalar por lo menos 10 radiobases para cubrir<br />
una extensión de sólo la mitad, esto es, 5 kilómetros.<br />
Esto significa que el segundo operador debe invertir<br />
hasta cinco veces más que el primero, e incluso que con<br />
esos recursos sólo llega a cubrir la mitad del territorio.<br />
Cfr. Peralta, 2012.<br />
2 Ver sobre todo la Recomendación ITU-R M.687-2.<br />
Disponible en: http://www.itu.int/rec/R-REC-M.687-2-<br />
199702-I/es Fecha: 22 de octubre de 2012.<br />
gaceta cofetel<br />
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