descargar versión impresa en pdf - inicio
descargar versión impresa en pdf - inicio
descargar versión impresa en pdf - inicio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
4. CONDONACIÓN DE DEUDA<br />
La presunción cont<strong>en</strong>ida <strong>en</strong> el artículo 1297 del<br />
Código Civil <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de que hay condonación<br />
tácita de la deuda cuando el acreedor <strong>en</strong>trega al<br />
deudor el docum<strong>en</strong>to original <strong>en</strong> que consta aquélla,<br />
salvo que el deudor pruebe que la ha pagado, resulta<br />
de delicada interpretación, ya que aplicar su texto<br />
literalm<strong>en</strong>te podría acarrear consecu<strong>en</strong>cias no<br />
deseadas por el Derecho. Por ello, lo analizaremos<br />
de manera cuidadosa.<br />
El texto del referido numeral es el sigui<strong>en</strong>te:<br />
Artículo 1297°.- «Hay condonación de la deuda<br />
cuando el acreedor <strong>en</strong>trega al deudor el docum<strong>en</strong>to<br />
original <strong>en</strong> que consta aquella, salvo que el deudor<br />
pruebe que la ha pagado».<br />
Convi<strong>en</strong>e advertir que la norma <strong>en</strong> cuestión<br />
amerita una interpretación delicada que ponga<br />
énfasis <strong>en</strong> el hecho de que, para que <strong>en</strong> efecto se<br />
configure, se debe cumplir con una serie de<br />
condiciones, toda vez que debe destacarse que la<br />
presunción es iuris tantum pues admite prueba <strong>en</strong><br />
contrario.<br />
Así, no se puede aplicar su texto literalm<strong>en</strong>te ya<br />
que ello podría acarrear consecu<strong>en</strong>cias no deseadas<br />
por el Derecho. Por ello, lo analizaremos de manera<br />
cuidadosa.<br />
Ese análisis nos ori<strong>en</strong>ta a advertir que, <strong>en</strong> tanto<br />
las r<strong>en</strong>uncias no se presum<strong>en</strong>, la norma, como<br />
veremos, establece expresam<strong>en</strong>te el acto o la acción<br />
concreta y puntual que debe realizar el acreedor para<br />
que se g<strong>en</strong>ere tal presunción.<br />
El referido precepto señala que la simple<br />
<strong>en</strong>trega al deudor por parte del acreedor del<br />
docum<strong>en</strong>to original <strong>en</strong> que consta la deuda,<br />
constituye remisión de la misma, con la única<br />
salvedad de que se permite, <strong>en</strong> su caso, que el<br />
deudor pruebe el pago.<br />
Para que el supuesto se configure y se le pueda<br />
aplicar la consecu<strong>en</strong>cia jurídica propia de la<br />
condonación, a saber, la extinción de la obligación, es<br />
indisp<strong>en</strong>sable que se cumplan tres condiciones.<br />
En primer lugar, que la <strong>en</strong>trega del docum<strong>en</strong>to<br />
original haya sido hecha voluntariam<strong>en</strong>te. En<br />
segundo lugar, que la <strong>en</strong>trega haya sido hecha por el<br />
propio acreedor, pues sólo de esta forma podría<br />
haber motivo para establecer la presunción de que<br />
trata la ley. En tercer lugar, que la <strong>en</strong>trega haya sido<br />
realizada al mismo deudor. Si el docum<strong>en</strong>to fue<br />
<strong>en</strong>tregado a otra persona, no sería claro ni<br />
indubitable que la int<strong>en</strong>ción del acreedor fue la de<br />
liberar gratuitam<strong>en</strong>te al deudor; el docum<strong>en</strong>to podría<br />
haber sido <strong>en</strong>tregado <strong>en</strong> calidad de depósito o para<br />
que el tercero se <strong>en</strong>cargara de cobrarlo.<br />
Por otro lado, consideramos que la salvedad a<br />
la presunción expresada <strong>en</strong> la propia norma («salvo<br />
que el deudor pruebe que la ha pagado») es<br />
adecuada, ya que si bi<strong>en</strong> la obligación igualm<strong>en</strong>te se<br />
extingue, sea por condonación o por pago, es<br />
evid<strong>en</strong>te que al deudor que pagó le podría resultar<br />
más conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te, no sólo para efectos de imag<strong>en</strong> de<br />
solv<strong>en</strong>cia y de credibilidad personal, sino para la<br />
seguridad de su propio pago (suponi<strong>en</strong>do que su<br />
acreedor tuviera a su vez otros acreedores que no<br />
estuvies<strong>en</strong> de acuerdo con la condonación, o que se<br />
considerara posteriorm<strong>en</strong>te inoficiosa, reputándose<br />
como donación) que quede establecida la extinción<br />
de la obligación por un cumplimi<strong>en</strong>to adecuado. En<br />
este caso su posición como deudor sería<br />
incuestionablem<strong>en</strong>te más firme que la que t<strong>en</strong>dría si<br />
la deuda le hubiere sido perdonada.<br />
A nadie que paga le interesa ni convi<strong>en</strong>e, <strong>en</strong><br />
principio, que se crea que su deuda se extinguió <strong>en</strong><br />
virtud de una condonación. Por ello la norma conti<strong>en</strong>e<br />
una presunción iuris tantum para el deudor, es decir,<br />
que está <strong>en</strong> este último probar que no ha habido<br />
condonación. No basta que el deudor alegue que ha<br />
pagado, sino que debe demostrarlo aportando las<br />
pruebas que correspondan, destinadas a acreditar<br />
que la <strong>en</strong>trega del docum<strong>en</strong>to ha sido consecu<strong>en</strong>cia<br />
del pago realizado por él.<br />
En opinión nuestra, para resumir lo dicho, la<br />
prueba <strong>en</strong> contrario de esta presunción corre tanto de<br />
cargo del deudor (a qui<strong>en</strong> interesa demostrar que la<br />
extinción de la obligación obedeció a su pago), como<br />
de cargo del acreedor, al que correspondería probar<br />
que si <strong>en</strong>tregó el docum<strong>en</strong>to original <strong>en</strong> que consta la<br />
obligación, no fue con int<strong>en</strong>ción de condonarla.<br />
Cabe señalar que <strong>en</strong> el ámbito mercantil no se<br />
presume la condonación de la deuda, ni tampoco el<br />
pago de la misma con la <strong>en</strong>trega de las facturas por<br />
los comerciantes a sus deudores, a pesar de<br />
constituir aquéllas docum<strong>en</strong>tos originales, pues <strong>en</strong><br />
estos casos las facturas deb<strong>en</strong> cont<strong>en</strong>er una<br />
inscripción que indique que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
canceladas.<br />
Ahora bi<strong>en</strong>, analizando la propia presunción,<br />
podría parecer inadecuado que la misma sólo admita<br />
prueba <strong>en</strong> contrario por parte del deudor, porque se<br />
trataría, a primera vista, de una presunción iuris<br />
tantum para el deudor y iuris et de iure para el