23.01.2013 Views

Offside Magazine no 10

Offside Magazine no 10

Offside Magazine no 10

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

“LA FALTA DE ACTITUD ES<br />

UNA EXCUSA QUE UTILIZA EL<br />

ENTRENADOR Y QUE LE DISTANCIA<br />

DE SUS FUTBOLISTAS”<br />

¿Alguien co<strong>no</strong>ce a algún futbolista que<br />

juegue mal adrede, al que le dé igual perder<br />

o al que <strong>no</strong> le importe la respuesta de la<br />

grada hacía su trabajo?<br />

Ningún futbolista salta al terre<strong>no</strong> de juego con<br />

el propósito de jugar mal, pero sí parece a veces<br />

un deportista <strong>no</strong> lo dé todo, <strong>no</strong> se entregue,<br />

<strong>no</strong> compita… Entrenadores, directivos,<br />

�������������������������������������������<br />

acusar fácilmente al futbolista de indolencia o<br />

pasotismo.<br />

Cuando un futbolista está más estático, lento en<br />

las decisiones, falto de agresividad o torpe en<br />

las acciones y gestos técnicos, todos le recriminan<br />

su falta de actitud. Pero, ¿realmente es así?<br />

Sólo puede tratarse de falta de motivación y de<br />

esfuerzo por <strong>no</strong> tomarse en serio su trabajo?<br />

No es algo tan simple. Esos síntomas apuntados,<br />

observados sobre el terre<strong>no</strong> de juego y<br />

que exasperan a cualquiera, más que una falta<br />

��������������������������������������������<br />

ansiedad o estrés. Cuando el jugador muestra<br />

su peor cara, <strong>no</strong> es que <strong>no</strong> quiera si<strong>no</strong> que<br />

muchas veces <strong>no</strong> puede. ¿Es posible que ante el<br />

escaparate público alguien quiera hacerlo rematadamente<br />

mal?<br />

Cuando el futbolista <strong>no</strong> vive el partido desde la<br />

tarea que le demanda si<strong>no</strong> que lo percibe como<br />

un riesgo o amenaza, con incertidumbre sobre<br />

si va a ser capaz de responder a las expectativas<br />

generadas en el entor<strong>no</strong>, entonces aumenta<br />

considerablemente su activación nerviosa, se<br />

tensan sus músculos, la coordinación es me<strong>no</strong>s<br />

�������������������������������������������������<br />

diálogo inter<strong>no</strong> se multiplica, se rompe la concentración,<br />

las decisiones en el juego surgen<br />

con lentitud. Entonces los errores se precipitan<br />

y su rendimiento cae en picado.<br />

Cuando un jugador debuta, reaparece tras un<br />

largo periodo lesionado o disputa un partido<br />

decisivo, al escuchar los silbidos de la grada o<br />

simplemente al responsabilizarse en exceso,<br />

siente la obligación de hacerlo bien y <strong>no</strong> fallar…<br />

Así es muy fácil que la ansiedad le atrape y<br />

secuestre su talento, impidiéndole trabajar a su<br />

auténtico nivel. Cuando el jugador hace suyas<br />

las dudas del entrenador y del entor<strong>no</strong> sobre su<br />

propio rendimiento, él mismo activa un proceso<br />

de estrés que le va a maniatar, de forma que<br />

cuanto más se responsabiliza y mayor urgencia<br />

siente por hacerlo bien, peor juega. Además,<br />

el estrés puede llegar a romper el físico del<br />

futbolista, tanto en forma de lesiones reales<br />

que le obligan a parar como de molestias que<br />

aprovecha para optar por la camilla mejor que<br />

por el césped.<br />

La ansiedad y el estrés son un problema por<br />

exceso, tanto de activación nerviosa como de<br />

preocupaciones. Nada que ver con la falta de<br />

actitud, que más bien es un problema por defecto.<br />

En este diagnóstico <strong>no</strong> puede equivocarse<br />

el entrenador, pues ante una aparente falta de<br />

actitud hará todo lo contrario a lo que debería<br />

hacer si fuera la ansiedad o estrés el factor que<br />

bloquee el rendimiento. Un error de diagnóstico<br />

en este aspecto es fatal, pues agrava el problema<br />

de ansiedad si aprieta, reprende y castiga<br />

la aparente o equívoca falta de actitud.<br />

“Ningún futbolista salta<br />

al terre<strong>no</strong> de juego con el<br />

propósito de jugar mal”<br />

¿Por qué equipos con excelentes jugadores,<br />

como Villarreal CF o Atlético de Madrid,<br />

descendieron a segunda división? Fueron<br />

muchos los factores que se sumaron, pero sin<br />

duda sus futbolistas <strong>no</strong> trabajaron a su mejor<br />

nivel en las circunstancias que fueron viviendo<br />

esos equipos, ¿por falta de actitud o por verse<br />

superados, ahogados por las expectativas de<br />

su entor<strong>no</strong> y <strong>no</strong> saber vivir en los sóta<strong>no</strong>s de la<br />

���������������������������������������������<br />

qué bue<strong>no</strong>s futbolistas <strong>no</strong> consiguen triunfar en<br />

equipos como Madrid, Barça, Atlético, Valencia<br />

o Sevilla? La razón reside en que, aunque su<br />

talento les permitiría jugar a ese nivel, <strong>no</strong> saben<br />

manejarse a nivel emocional ante las elevadas<br />

exigencias que conlleva trabajar en la élite.<br />

Pero la ansiedad <strong>no</strong> es la única explicación de<br />

que el futbolista <strong>no</strong> trabaje a su mejor nivel o <strong>no</strong><br />

alcance su rendimiento óptimo. ¿Entonces, sí<br />

podemos hablar de falta de actitud?<br />

PSICOLOGÍA<br />

¡Tampoco! Falta de actitud es un juicio de<br />

valor o una impresión muy vaga del entrenador<br />

sobre el trabajo del futbolista o del equipo, que<br />

<strong>no</strong> es operativa, <strong>no</strong> prescribe soluciones, por<br />

la que se autoexcluye de la responsabilidad del<br />

mal trabajo y de la derrota, y señala al futbolista<br />

o al equipo como malos profesionales. La<br />

“falta de actitud” es una excusa que utiliza el<br />

entrenador y que le distancia de sus futbolistas<br />

¿Qué esconde la mal llamada falta de actitud?<br />

Puede ser poca intensidad, escaso trabajo<br />

colectivo en forma de pocas ayudas, confusión<br />

en el desempeño de la tarea sobre el terre<strong>no</strong> de<br />

juego, decisiones equivocadas, poca determinación<br />

para imponer el trabajo al rival, escasa<br />

concentración, cansancio… ¿Por qué <strong>no</strong> ser<br />

más explícito y señalar el aspecto a mejorar en<br />

vez de quedarse con la vaguedad y el insulto de<br />

la falta de actitud?<br />

En tiempos de crisis se agradece la exigencia,<br />

������������������������������������������<br />

Sobran los enfados, el pesimismo, la impaciencia,<br />

los temores, las urgencias, las acusaciones,<br />

eludir responsabilidades, huir… Cuando algo<br />

<strong>no</strong> sale <strong>no</strong> es simplemente por falta de actitud<br />

si<strong>no</strong> por algo mucho más concreto que eso. Hay<br />

que concretarlo. Resulta demagógico recurrir al<br />

palo y tentetieso para corregir un problema de<br />

rendimiento individual y colectivo. Exigencia<br />

������������������������������������������<br />

claridad en las propuestas de mejora.<br />

¡Falta de actitud!...¡¡ufff!!, eso huele más bien<br />

a entrenador con pocas explicaciones y escasas<br />

soluciones, o superado por los malos resultados.<br />

Este análisis es extrapolable a cualquier ámbito<br />

profesional. Si un jefe acusa a su subordinado<br />

de falta de actitud o de compromiso, ¿cómo se<br />

sentirá el empleado, qué pensará? Se pondrá a<br />

la defensiva, intuirá que su jefe le tiene manía,<br />

<strong>no</strong> lo valora. Entonces <strong>no</strong> sabrá si se ha podido<br />

equivocar en algo y mucho me<strong>no</strong>s acertará en lo<br />

que le están pidiendo. Lo dicho, algo propio de<br />

un jefe confundido, con mal genio y en un mal<br />

momento.<br />

31

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!