Espressamente per torrefattori Expresamente para ... - Newscai

questa tipologia. Resta diffi cile da valutare,
invece, l’incentivo giunto dalle multinazionali
e delle istituzioni internazionali.
Dalle fonti uffi ciali emerge un ruolo tutto
sommato limitato dei donatori esterni,
i cui contributi non avrebbero fi nanziato
che il 5% circa degli investimenti compiuti
per l’espansione del settore.
Libro Rosso e Libro Verde
A partire dal 1993, lo stato, pur non assegnando
la terra in proprietà ai contadini,
ha accresciuto sensibilmente, l’estensione
dei diritti di uso (piena disponibilità dei
frutti e dei fattori produttivi) consentendone
anche la cessione (in vendita o locazione)
e l’utilizzo come collaterali.
Due i regimi contemplati, noti con i nomi
di Libro Rosso e Libro Verde. Il primo
consente l’assegnazione della terra sino
a un massimo di 50 anni per le colture
perenni. Il secondo (applicato alle aziende
di stato liberalizzate) ha una durata
inferiore e ammette l’alienazione soltanto
previa approvazione delle autorità.
Questa innovazione ha fortemente incentivato
la produttività, mentre le maggiori
opportunità di accesso al credito,
attraverso la garanzia fondiaria, hanno
facilitato gli investimenti. La possibilità di
vendere, acquistare e dare in locazione
le superfi ci agricole ha favorito la redistribuzione
delle terre, la libera iniziativa e il
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tre 1994 y 1997, haciendo que el cultivo
del café fuera muy atractivo y, por otro,
la mayor utilización de la variedad Robusta
por parte de los torrefactores (algo
posible gracias a las nuevas tecnologías
de tueste), que provocó que la demanda
de este tipo creciera. En cambio, resultan
difíciles de evaluar los incentivos de
las multinacionales y de las instituciones
internacionales, porque fuentes ofi ciales
hablan de un papel bastante limitado de
los donantes extranjeros, cuyas contribuciones
solo habrían fi nanciado más o
menos el 5% del total de las inversiones
destinadas a la expansión del sector.
El Libro Rojo y el Libro Verde
A partir de 1993 el Estado, aunque no
ha asignado la tierra en propiedad a los
campesinos, ha ampliado sensiblemente
los derechos de uso (concediendo la
total disponibilidad de los frutos y de los
factores productivos) e incluso ha permitido
que se cedan (como venta o arriendo)
y que se utilicen como derechos colaterales.
Los regímenes que se contemplan son
dos, y se conocen con los nombres de
Libro Rojo y Libro Verde. El primero permite
que se asigne la tierra hasta un máximo
de cincuenta años para los cultivos
perennes, y el segundo, que se aplica a
las agencias estatales liberalizadas, tiene
una duración inferior, y solo consiente la
enajenación si la Administración lo autoriza
previamente.
Esta innovación ha incentivado fuertemente
la productividad, y las mayores
oportunidades de acceso a los créditos,
a través de las garantías hipotecarias, han
facilitado las inversiones. La posibilidad
de vender, comprar o dar en arriendo las
superfi cies agrícolas ha favorecido la redistribución
de las tierras, la libre iniciativa
y el dinamismo empresarial. Pero la otra
cara de la moneda es que el poder político
local ha limitado a veces el ejercicio de
los derechos. Así, a lo largo del tiempo se
han sedimentado situaciones muy complicadas,
que no siempre ha sido fácil encuadrar
o resolver, porque el sistema ha