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PREMIO INTERNACIONAL BICE BUGATTI- GIOVANNI SEGANTINI

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Territorios del sur: óleos,<br />

telas y aduanas<br />

Reducirse a la escasa actividad artística de nuestras ciudades, a la nula intención del poder público por generarlas o a los<br />

kilómetros que nos separan de las novedades provenientes de las capitales y desde ahí argumentar que éstas son las razones<br />

que definen los límites de nuestras propuestas, sin duda, sería continuar sosteniendo un discurso tan cuestionable como<br />

anacrónico.<br />

Las pocas posibilidades que ofrecen determinados contextos influyen, es cierto, pero también lo es que, precisamente, esta<br />

condición adversa resulta ser un gran recurso para poner en juego a la hora de accionar y relacionarse con la propia obra y<br />

con la de los demás. De ahí que promover un proyecto de intercambio entre creadores pertenecientes a “las periferias” de<br />

los países que habitan y cuestionar de paso los monopolios centralistas -revitalizando una zona poseedora de un complejo<br />

pasado cultural- haya sido un reto que actualmente cumple satisfactoriamente su cuarto año.<br />

Durante este tiempo, proyecto mARTadero (Cochabamba-Bolivia) y Bice Bugatti Club (Nova Milanese-Italia) responsables<br />

de esta iniciativa, no sólo han logrado la transferencia de más de una treintena de obras provenientes del norte de chile, del<br />

sur de perú, del norte de argentina y del territorio boliviano hasta el país itálico y viceversa, permitiendo la obtención de<br />

galardones y reconocimientos a los participantes del “Premio Internacional Bice Bugatti-Giovanni Segantini”, sino<br />

que además han dejado en manifiesto que el trabajo institucional independiente y colaborativo es la mejor respuesta ante la<br />

desidia existente por parte de la oficialidad cultural. Y es que vincular dos espacios de esta naturaleza a favor de la creación<br />

artística y la gestión intercontinental, sin duda, debería servir como referente a la hora de promover un trabajo con la vista<br />

puesta, tanto en el plano “local” como en el “global”, territorios tan propios de nuestra època.<br />

De este modo y desde un primer año, al que fueron convocados sólo artistas bolivianos, a un segundo y tercero a los que se<br />

sumaron los pertenecientes al “Territorio Cultural- Centros del Sur” 1 , hasta este cuarto en el que se ha optado por extender<br />

invitaciones personales a quienes anteriormente hubiesen obtenido reconocimientos dentro de “La sesión internacional”<br />

del certamen, este proyecto se consolida como una instancia efectiva de conexión e intercambio, demostrado por el flujo<br />

de obras sudamericanas que han cruzado las fronteras, como por la de los artistas italianos que el pasado 2011 fueron<br />

trasladadas para ser expuestas y permanencer aquí.<br />

Ahora bien, podríamos extendernos en los detalles de las múltiples exposiciones, premios, galerías y catálogos en los que<br />

han sido incluidos quienes creyeron como nosotros en una iniciativa de esta magnitud, pero sería acotar demasiado el<br />

horizonte. Por el contrario, destacar de este primer ciclo el valor de una apuesta asumida con responsabilidad tanto por los<br />

artistas como por las instituciones que la sostienen, se hace absolutamente imprescindible. Lo mismo que reconocer como<br />

necesarias las acciones que permitan superar los obstaculos a los que la creación y la gestión se ven enfrentadas a diario.<br />

Finalmente, necesario también se vuelve el hecho de continuar cuestionando las hegemonias culturales propias de las<br />

ciudades referenciales de nuestros paises, con tal de otorgarle una mirada renovada a nuestro contexto y comprender que<br />

en lo creativo, determinado territorio sólo le puede “quedar pequeño” a quien la vida misma le resulta, infructuosamente,<br />

inabarcable.<br />

1<br />

Proyecto mARTadero<br />

Cochabamba, Bolivia, 2012<br />

1 “Territorio Cultural - Centros del Sur” Es una red impulsada desde proyecto mARTadero, que empezó a dar sus<br />

primeros frutos el año 2009. Su intención es la creación de un espacio transfronterizo de centros culturales y artísticos,<br />

pertenencientes al norte argentino, al norte chileno, al sur peruano y al territorio boliviano. Proyecto simbolizado como<br />

la proyección de la estrella del Sur en la Tierra.<br />

<strong>PREMIO</strong> <strong>INTERNACIONAL</strong> <strong>BICE</strong> <strong>BUGATTI</strong>- <strong>GIOVANNI</strong> <strong>SEGANTINI</strong>


Territori del Sud: oli,<br />

tele e dogane<br />

Ridursi alla scarsa attivitá artistica delle nostre cittá, al quasi inesistente interesse del potere pubblico per generare certe<br />

azioni o ai chilometri che ci separano dalle novitá provenienti dalle grandi capitali e, a partire da ció, sostenere che queste<br />

sono le ragioni che definiscono i limiti delle nostre proposte, sarebbe un discorso tanto dubbio, quanto anacronistico.<br />

Le poche possibilitá che offrono determinati contesti incidono, peró é certo che proprio questa condizione avversa<br />

risulta essere una grande risorsa per mettersi in gioco al momento di relazionarsi con la propria opera e con quella altrui.<br />

In questo senso, promuovere un progetto di scambio tra artisti che provengono dalle “periferie” dei paesi in cui vivono e<br />

mettere in discussione i monopolii delle grandi capitali - rivitalizzando una zona con un complesso passato culturale – é<br />

stata una sfida che oggi giunge, con successo, al suo quarto anno di vita.<br />

Durante questo periodo di tempo, il proyecto mARTadero (Cochabamba – Bolivia) e Bice Bugatti Club (Nova Milanese<br />

– Italia), responsabili di questa iniziativa, non solo sono riusciti a presentare in Italia piú di trenta opere - provenienti dal<br />

Nord del Cile, dal Sud del Perú, dal Nord dell’Argentina e dal territorio boliviano e viceversa - , dando la possibilitá ai<br />

partecipanti del “Premio Internazionale Bice Bugatti- Giovanni Segantini” di ricevere riconoscimenti e premi, ma hanno<br />

potuto anche dimostrare che l’azione indipendente e collaborativa é la miglior risposta all’inattivitá delle istituzioni della<br />

cultura ufficiale. In questo modo vincolare due spazi di questa natura a favore della creazione artistica, attraverso la<br />

gestione “intercontinentale”, rappresenta senza dubbio un riferimento per promuovere qualsiasi progetto che mira tanto<br />

al piano “locale” quanto al “globale”, quali territori propri della nostra epoca.<br />

Per la prima edizione sono stati convocati solo artisti boliviani, invece la seconda e la terza sono state aperte ad artisti<br />

appartententi al “Territorio Culturale – Centri del Sud” 2 , mentre per la modalitá della quarta edizione si é deciso di invitare<br />

personalmente alcuni artisti tra coloro che hanno partecipato nel corso dei quattro anni. Questo progetto si é consolidato<br />

come un punto di riferimento per lo scambio artístico e culturale, come dimostrato dal flusso delle opere sudamericane<br />

che hanno attraversato le frontiere per giungere in Italia e dalle opere italiane che nel 2011 sono arrivate ed presentate a<br />

Cochabamba.<br />

Si potrebbe entrare nei dettagli delle svariate esposizioni, premi, gallerie e cataloghi a cui hanno preso parte coloro che<br />

hanno creduto, come noi, in un’iniziativa di queste dimensioni, peró l’importante é sottolineare il valore di una scomessa<br />

intrapresa e portata avanti con responsabilitá, sia da parte degli artisti, che da parte delle istituzioni che la sostengono.<br />

Allo stesso modo é imprescindibile riconoscere como necessarie le azioni che permettono superare gli ostacoli con cui si<br />

devono scontrare la creazione e la gestione culturale quotidianamente.<br />

Infine, é necessario continuare a questionare le egemonie culturali proprie delle cittá di riferimento dei nostri paesi, per<br />

dare una nuova prospettiva al nostro contesto e comprendere che, nell’ambito creativo, un determinato territorio solo puó<br />

“stare stretto” a colui a cui la vita stessa risulta insostenibile.<br />

Consulado de Bolivia<br />

en Bergamo<br />

2<br />

Proyecto mARTadero<br />

Cochabamba, Bolivia, 2012<br />

2 “Territorio Culturale – Centri del Sud” é una rete promossa dal proyecto mARTadero, che inizió a dare i primi frutti<br />

nel 2009. L’idea del progetto é la creazione di uno spazio trasfrontaliero di centri culturali e artistici, appartenenti al<br />

nord argentino, nord cileno, sud peruviano e al territorio boliviano. Il progetto é rappresentato simbolicamente dalla<br />

proiezione dalla costellazione della “Croce del sud” sulla terra.


IDEAS EN MIGRACIÓN<br />

o Territorio Cultural –Centros del Sur: Una región que se<br />

desplaza<br />

“El espacio del artista no está contenido entre los límites del soporte,<br />

sino entre las fronteras de su visión.<br />

Somos del tamaño de lo que vemos,<br />

de lo que podemos ver, de lo que queremos ver”.<br />

3<br />

(Fernando García Barros)<br />

Ampliar la mirada, entonces, resulta clave, superar nuestras propias demarcaciones y aquellas que nos<br />

han sido impuestas. Intentar un nuevo panorama impulsando procesos compartidos que permitan<br />

establecer nuevas lógicas de entendimiento. Hacernos cargo de una lectura individual y a la vez<br />

colectiva de nuestra identidad, a través de un lenguaje reflexivo y propositivo como el artístico. Dejar<br />

de lado las conjeturas y optar por la ejecución. Asumiendo la responsabilidad de saberse parte de un<br />

proceso reconfigurador de lo que hasta entonces, asumimos como “fronteras”.<br />

“Territorio Cultural-Centros del Sur”, es eso, un concepto que persigue ir más allá de las limitaciones<br />

tanto creativas como territoriales, buscando descentralizar el quehacer artístico cultural, concentrado<br />

mayormente en las capitales de los países que lo componen (Bolivia-Chile-Perú-Argentina) a través<br />

de la activación de nuevos nodos neurálgicos, que favorezcan un intercambio artístico a nivel local,<br />

nacional e internacional.<br />

La idea de redes, juega aquí un rol fundamental, en particular la que ha permitido potenciar las<br />

relaciones entre proyecto mARTadero (Cochabamba-Bolivia) y Bice Bugatti Club (Nova Milanese-<br />

Italia). Es por eso que ser participes, por tercer año consecutivo, en la sesión Internacional del<br />

Concurso Bice Bugatti-Giovani Segantini, no viene más que a confirmar el hecho de no haber estado<br />

equivocados al momento de asumir la responsabilidad de ampliar nuestra mirada y la de cada uno de<br />

los creadores que ha sido participe de un proyecto de esta magnitud.<br />

Al igual que entonces, hoy, continuamos completamente convencidos que es posible generar canales<br />

de flujo transfronterizos, dinámicos y participativos que nos permitan ejecutar acciones permanentes<br />

de intercambio, en las que tanto gestores como creadores debamos asumir un compromiso en pro<br />

de la superación definitiva de las demarcaciones que nos reducen. Sin olvidar nunca que es en las<br />

particularidades de cada individuo y del lugar en el que habita, donde mejor podemos reconocer las<br />

complejidades y riquezas de nuestra diversidad.<br />

Proyecto mARTadero<br />

11 de mayo2011<br />

Cochabamba-Bolivia


IDEE IN MIGRAZIONE<br />

o Territorio Culturale – Centri del Sud: una regione in<br />

movimento<br />

“Lo spazio dell’artista non è contenuto dentro i limiti della cornice,<br />

ma tra le frontiere della sua visione.<br />

Siamo della misura di ciò che vediamo,<br />

di ciò che possiamo vedere, di ciò che vogliamo vedere”.<br />

F. García Barros<br />

Ampliare la prospettiva è la chiave, superare i nostri propri limiti e quelli che ci vengono imposti.<br />

Ricercare un nuovo panorama, promuovendo processi condivisi, che consentano di costruire nuove<br />

logiche di comprensione. Supportiamo una lettura individuale e allo stesso tempo collettiva della<br />

nostra identità, attraverso un linguaggio riflessivo e propositivo come quello artistico. Abbandonare<br />

le congetture e optare per l’azione, assumendo la responsabilità di essere parte di un processo di<br />

riconfigurazione di quelle che, fino a questo momento, abbiamo definito “frontiere”.<br />

“Territorio Culturale - Centri del Sud” è un concetto che si ripropone di andare oltre i limiti, tanto<br />

creativi quanto territoriali, cercando di decentralizzare la produzione artistica e culturale - per lo<br />

più concentrata nelle capitali dei paesi inclusi nel progetto “Territori del Sud” (Bolivia-Cile-Perù-<br />

Argentina) - attraverso l’attivazione di nuovi nodi nevralgici, che possano favorire uno scambio<br />

artistico a livello locale, nazionale e internazionale.<br />

L’idea delle “reti” gioca un ruolo fondamentale in questo processo e in particolare ha permesso di<br />

potenziare le relazioni tra il proyecto mARTadero (Cochabamba, Bolivia) e il Bice Bugatti Club (Nova<br />

Milanese, Italia). Per tale motivo partecipare, per il terzo anno consecutivo, nella sezione speciale del<br />

Premio Internazionale Bice Bugatti-Giovanni Segantini, conferma il fatto che non ci siamo sbagliati<br />

nell’intenzione di estendere la nostra visione e quella di ciascuno degli artisti che ha preso parte a un<br />

progetto di tali dimensioni.<br />

Oggi, come quando abbiamo iniziato, siamo convinti che sia possibile generare canali di “flusso<br />

transfrontaliero”, dinamici e partecipativi, che consentano uno scambio permanente, all’interno del<br />

quale sia i gestori che gli artisti assumono l’impegno di superare i confini che ci limitano. Senza<br />

mai dimenticare che proprio nelle peculiarità di ciascun individuo e del luogo dove abita, possiamo<br />

riconoscere la complessità e la ricchezza della nostra diversità.<br />

4<br />

Proyecto mARTadero<br />

Cochabamba, Bolivia, 2011


TEJIDO DE TERRITORIOS<br />

Realizar tejiendo. Tejer para realizarnos: Redes internacionales<br />

hechas de fibras locales<br />

“El ser humano es creativo por naturaleza y así, al crear,<br />

nos creamos a nosotros mismos y creamos el cosmos que nos rodea.<br />

Un cosmos a la vez complejo y esencial, formado unas veces de palabras ininteligibles,<br />

otras veces de referencias sutiles, y otras de imágenes enigmáticas”.<br />

5 5<br />

(F. García Barros)<br />

Crear el mundo re-creándolo. Darle significado re-significándolo. Comprender la profunda y siempre<br />

sorprendente interrelación entre todas las cosas, entre todos los territorios, entre todos los pueblos.<br />

Tomar el riesgo de identificarse a través de la diversidad, y de construir desde la unidad plural algo<br />

nuevo, conjunto, desde ese espacio vacío –susceptible de ser llenado- que aparece siempre en el<br />

medio de dos realidades reclamando atención. Hilvanarlo para después reforzarlo.<br />

Porque ya que realizar significa convertir en realidad algo, y que realizarnos supone también hacernos<br />

más reales, más cercanos al sueño que teníamos de nosotros mismos, el “Territorio Cultural-Centros<br />

del Sur” se va configurando cada vez más como un espacio de tejidos. Tejidos corporales y culturales,<br />

que permitan que la vida fluya a través de la cultura viva, del intercambio abierto, de la creación<br />

permanente. Realizar tejiendo y tejer para realizarnos.<br />

Cuatro años atrás, y a partir de un convenio firmado entre proyecto mARTadero (Cochabamba-<br />

Bolivia) y Bice Bugatti Club (Nova Milanese-Italia), se abrió un espacio para la participación de<br />

artistas del Territorio Cultural Centros del Sur en la sesión Internacional del Concurso Bice Bugatti-<br />

Giovani Segantini. Y cuatro años más tarde, dicha relación italoboliviana a través de proyectos<br />

artísticos e interinstitucionales no hace más que estrecharse, permitir nuevas posibilidades, diluir<br />

viejas fronteras…<br />

Es el espíritu de nuestro tiempo, el genius seculi, el zeitgeist. El intercambio produce nuevos<br />

contenidos, nuevas formas, identidades en permanente y dinámica construcción. Los canales abiertos<br />

en la urdimbre permiten el ir y venir de los hilos de la trama y la progresiva consolidación del tejido,<br />

más firme cuantos más se estrechen sus fibras, y más rico cuanto más locales sean éstas.<br />

Así, tras cuatro años de intercambio nos encontramos felices de haber emprendido este viaje conjunto.<br />

Porque viajar , como bien decía Ortega y Gasset, “no es tan sólo moverse en el espacio… sino más<br />

que eso, es acomodar el espíritu, predisponer el alma y aprender de nuevo”. Descubrirnos a nosotros<br />

mismos re-conociendo y re-significando nuestros territorios –físicos y conceptuales- tal cual son…<br />

con sus fortalezas y debilidades. Porque descubrirse es tanto conocerse como quedar al descubierto.<br />

Una aventura y un peligro, pero sobre todo una necesidad.<br />

Descubrirse tejiendo.<br />

Proyecto mARTadero<br />

Cochabamba, Bolivia, 2012


TESSUTO DI TERRITORI.<br />

Realizzare tessendo. Tessere per realizzarci: Reti<br />

internazionali fatte di fibre locali.<br />

“L’essere umano è creativo per natura e così, nell’atto di creare,<br />

creiamo noi stessi e creiamo il mondo che ci circonda.<br />

Un cosmo complesso ed essenziale al tempo stesso,<br />

formato a volte da parole inintellegibili, altre volte da riferimenti sottili,<br />

e altre ancora da immagini enigmatiche”.<br />

(F. García Barros)<br />

Creare il mondo ri-creandolo. Dargli significato ri-significandolo. Comprendere la profonda e<br />

sorprendente interrelazione tra tutte le cose, tra tutti territori, tra tutti i popoli. Assumere il rischio<br />

di identificarsi attraverso attraverso la diversità e di costruire a partire dall’unità plurale di qualcosa<br />

di nuovo, un insieme, da quello spazio vuoto – soggetto a essere riempito – che appare sempre nel<br />

mezzo di due realtà, richiamando attenzione. Imbastirlo, per rinforzarlo in seguito.<br />

Dato che realizzare significa convertire in realtà qualcosa, e che realizzarci presuppone anche renderci<br />

più reali, più vicini al sogno che abbiamo di noi stessi, il “Territorio Culturale – Centri del Sud” si<br />

configura sempre di più come uno spazio di tessuti. Tessuti corporali e culturali, che permettono<br />

che la vita fluisca attraverso la cultura viva, lo scambio aperto, la creazione permanente. Realizzare<br />

tessendo e tessere per realizzarci.<br />

Quattro anni fa, a partire da un gemellaggio firmato tra il Proyecto mARTadero (Cochabamba-<br />

Bolivia) e il Bice Bugatti Club (Nova Milanese-Italia), si è aperto uno spazio per la partecipazione per<br />

gli artisti del Territorio Culturale – Centri del Sud del Sud nella sezione Internazionale del Premio<br />

Bice Bugatti-Giovanni Segantini. Quattro anni più tardi, questa relazione italo-boliviana, attraverso<br />

i progetti artistici e interinstituzionali, si rafforza, prospettando nuove possibilità, diluiendo vecchie<br />

frontiere..<br />

È lo spirito del nostro tempo, il genius seculi, il zeitgeist. Lo scambio produce nuovi contenuti,<br />

nuove forme, identità in permanente e dinamica costruzione. I canali aperti nel telaio permettono<br />

l’andare e il venire dei fili della trama e la progressiva consolidazione del tessuto, più solido quanto<br />

più si stringono le sue fibre, e più ricco quanto più locali sono queste ultime. Così, dopo quattro anni<br />

scambio, siamo felici di aver intrapreso questo viaggio insieme. Perchè viaggiare, come dicevano bene<br />

Ortega e Gasset, “non è solo muoversi nello spazio…ma molto più che questo, è accomodare lo<br />

spirito, predisporre l’anima e imparare di nuovo”. Scoprire noi stessi riconoscendo e risignificando<br />

i nostri territori – fisici e concettuali – tali quali sono.. con i loro punti di forza e debolezze. Perchè<br />

scoprirsi è tanto conoscersi, quanto “mettersi allo scoperto”. Un’avventura e un pericolo, però<br />

sopratutto una necessità.<br />

Riscoprirsi tessendo.<br />

6<br />

Proyecto mARTadero<br />

Cochabamba, Bolivia, 2012


Alejandro Sejas,”Sangre de Pez II” 2002, 50 x 100 / 100 x 100 / 50 x 100 cm.<br />

7<br />

Curadorías 2009


CUERPO INDIVIDUAL. CUERPO SOCIAL. CONFLICTOS<br />

GENERADORES.<br />

Cuando el cuerpo social se<br />

transforma, se fractura, se re-crea, se<br />

reconoce - al fin - en su complejidad,<br />

nuestro cuerpo individual opta por el<br />

aislamiento, la indiferencia, o la lucha.<br />

El reconocimiento de la complejidad<br />

de las pulsiones personales y sociales<br />

lleva a los artistas a re-presentar<br />

poética, mítica, o íntimamente, esa<br />

realidad en la que viven. Porque el<br />

cuerpo, ya sea individual o social, es<br />

objeto de conocimiento y detonador<br />

del mismo, y las tensiones externas se<br />

acusan tanto en los tejidos corporales<br />

como en los tejidos sociales.<br />

Desgarros. Cirugías. Suturas.<br />

Cicatrices. Vendajes. Tumores.<br />

Gadamer hablaba de la imposibilidad<br />

absoluta de disociar el cuerpo de la vida<br />

3 , un cuerpo sexuado, vulnerable,<br />

soporte y raíz de experiencias universales de dolor, enfrentamiento, flujo, familia, nacimiento y renacimiento...<br />

Interesa, por ello, la relación establecida entre el cuerpo y los discursos, hegemónicos y de resistencia; entre el cuerpo y<br />

lo factual. El cómo se ejercen las relaciones de fuerza, el poder, sobre el cuerpo, en el cuerpo, entre cuerpos. 4<br />

Moisés Anturiano, “Domingo de invierno”, 2009, 1.04 m. x 1.04 m.<br />

Las heridas, acusadas y desveladas por Erika Ewel, hablan –como toda su obra- de la condición<br />

femenina. El fondo poético, trabajado como un imaginario patrón estético, contrasta con la realidad<br />

de los impactos sufridos por el propio cuerpo.<br />

En el caso de Alejandro Sejas, el flujo viscoso de cuerpos y simbólicos peces, alude al fluido seminal,<br />

generador ya sea de vida o placer, en un contexto todavía represivo para la visibilización y el ejercicio<br />

de la sexualidad.<br />

La familia, como entorno que acoge y marca, con miradas fundantes y traumas subyacentes, se presenta<br />

como tema en Moisés Anturiano y en Mónica Murillo. El sombrío, fragmentado y desdibujado<br />

panorama familiar en el primero contrasta con el colorido aunque misógino grupo que la segunda nos<br />

propone. La ausencia, la tensión por la distancia, parece reconstruir un pasado nebuloso que marca<br />

un presente incierto. Y los cuerpos –como las miradas- surgen del ayer buscando algo parecido a un<br />

mañana.<br />

El Marsh, mediante la mirada del arquetípico lustrabotas de La Paz, realiza una cita desde lo<br />

3GADAMER, Hans-Georg, 1998, Philosophie de la santé, Paris, Grasset-Mollat, pp. 82, 83.<br />

4 PENTIMALLI, Michela, 2002, Introducción a “El cuerpo en los imaginarios”, memoria del coloquio del mismo<br />

nombre, La Paz, Espacio patiño, p. 7.<br />

cotidiano, desde lo pop, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional de Chiapas, abarcando la realidad<br />

latinoamericana desde su similitud, y tomando la ocultación del rostro como leit motiv ante un poder<br />

indefinido pero lejano. La apropiación poética, local y diminutiva la afronta desde un uso lúdico del<br />

nombre, de los símbolos y de los objetos cotidianos de trabajo, como la cajita de lustrabotas.<br />

La espera del guerrero y la lucha mítica –que recrea el mundo según la simbólica- son contextualizados<br />

por Pablo Villagómez, llevándolos a La Paz. Jugando con sugerencias en nombres, personajes,<br />

tiempos y espacios, cuestiona la autonomía local de la vida frente a la pervivencia cíclica del mito que<br />

nos envuelve.<br />

Por su parte, Daniela Bolívar se centra más en abstraer la división social a una tensa relación entre<br />

iguales, iguales enfrentados por una asimetría basada en escala y posición, y en un fondo incierto y<br />

oscuro.<br />

Con una visión más optimista, Mauricio Sánchez rescata la complejidad que compone el tejido<br />

social, representado por ese collage colorido y caótico, reforzado por el título VIA que es tanto parte<br />

del nombre asignado al país, como la asunción del necesario camino a tomar desde la celebración de<br />

la diversidad.<br />

Fragmentos de visiones, de luchas, de posicionamientos ante una realidad en profundo cambio. Una<br />

realidad que requiere nuevos significados, renovadas miradas y la generación de espacios creativos de<br />

encuentro…como el mARTadero, espacio antes de muerte que ahora proponemos como vivero de<br />

las artes, para el cambio social.<br />

El Director Nacional de Patrimonio del gobierno actual de Bolivia -miembro además de la comunidad<br />

GLBT y conocido Drag Queen- comentaba atinadamente durante un show que toda verdadera revolución,<br />

para serlo, ha de llevar en sí las pequeñas y necesarias revoluciones pendientes.<br />

…y es que en la Bolivia de hoy el cuerpo –individual y social- quiere ser visibilizado, reconocido,<br />

respetado, cuidado, curado, y –sobre todo- querido.<br />

8 9<br />

Fernando García Barros<br />

Director proyecto mARTadero


CORPO INDIVIDUALE. CORPO SOCIALE. CONFLITTI GENERATORI.<br />

Quando il corpo sociale si trasforma, si frattura, si<br />

ri-crea e, in fine, si riconosce nella sua complessità,<br />

il nostro corpo individuale opta per l’isolamento,<br />

l’indifferenza, o la lotta. Il riconoscimento della<br />

complessità delle pulsioni personali e sociali<br />

portano gli artisti a rappresentare poetica/mitica/ o<br />

intimamente quella raltà nella quale vivono.<br />

Perchè il corpo,che sia individuale o sociale, è oggetto<br />

di conoscenza e detonatore della stessa, e le tensioni<br />

esterne si accusano tanto nei tessuti corporei, quanto<br />

nei tessuti sociali.<br />

Sfregi. Chirurgie. Ciccatrici. Bendaggi. Tumori.<br />

Gadamer parlava dell’impossibilità assoluta di dissociare<br />

il corpo dalla vita 5 : un corpo sessuato, vulnerabile,<br />

sostengno e radice di esperienze universali del dolore,<br />

scontro, flusso, famiglia, nascita e rinascita..<br />

Interessa, perciò la relazione stabilita tra il corpo e i<br />

discorsi, egemonici e di resistenza; tra il corpo e il fatto. Il come<br />

vengono esercitate le relazioni di forza, il potere sul corpo, nel<br />

corpo e tra i corpi 6 .<br />

Le ferite, accusate e rivelate da Erika Ewel, parlano -come tutta la sua opera- della condizione<br />

femminile. Il fondo poetico, interpretato come un immaginario patrono estetico, contrasta con la<br />

realtà dei colpi sofferti dal proprio corpo.<br />

Nel caso di Alejandro Sejas, il flusso viscoso dei corpi e di pesci simbolici allude al fluido seminale,<br />

generatore sia della vita che del piacere, in un contesto ancora repressivo per l’esercizio della sessualità.<br />

La famiglia, come ambiente che accoglie e segna, con sguardi di fondo e traumi sottostanti, si presenta<br />

come tema in Moisés Anturiano e in Mónica Murillo. Il cupo e frammentato panorama famigliare<br />

inizialmente del primo artista contrasta con il colorato, benchè misogeno, gruppo che la seconda ci<br />

propone. L’assenza, la tensione per la distanza sembra ricostruire un passato nebbioso che segna un<br />

presente incerto. E i corpi -come gli sguardi- sorgono dallo “ieri”, cercando qualcosa di simile a un<br />

“domani”.<br />

El Marsh, attraverso lo sguardo dell’archetipo lustrascarpe di La Paz, presenta una citazione dal<br />

qutidiano, dal pop, all’Esercito Zapatista di Liberazione Nazionale del Chiapas, interpreta la realtà<br />

latinoamericana dalle sue somiglianze, e prendendo il volto nascosto come leit motiv di fronte a un<br />

potere indefinito però lontano. La appropriazione poetica e locale viene affrontata dall’uso ludico<br />

del nome, dei simboli e degli oggetti quotidiani del lavoro, come la scatola di legno dei lustrascarpe.<br />

5GADAMER, Hans-Georg, 1998, Philosophie de la santé, Paris, Grasset-Mollat, pp. 82, 83.<br />

6PENTIMALLI, Michela, 2002, Introducción a “El cuerpo en los imaginarios”, memoria del coloquio del mismo<br />

nombre, La Paz, Espacio patiño, p. 7.<br />

10<br />

ELMARSH, “Comandante markitos”.<br />

50x70 cm aerografia, mixta, 2009


L’attesa del guerriero e la lotta mitologica -che ricrea il mondo atraverso la simbologia- sono<br />

contestualizzati da Pablo Villagómez, riportandoli a La Paz. Giocando con i suggerimenti di nomi,<br />

personaggi, tempi e spazi mette in discussione l’autonomia locale della vita di fronte alla persistenza<br />

del ciclo del mito che ci avvolge.<br />

Daniela Bolívar si concentra più nell’astrarre la divisione sociale a una tesa relazione tra uguali,<br />

uguali che si scontrano a causa di un’asimmetria su scala e posizione, e in uno sfondo incerto e oscuro.<br />

Con una visione più ottimista Mauricio Sánchez recupera la complessità che compone il tessuto<br />

sociale, rappresentato da questo collage colorato e caotico, rafforzato dai titolo, VIA, che è tanto parte<br />

del nome assegnato al paese Bolivia, quanto l’assunzione del cammino che è necesario intraprendere<br />

dalla celebrazione della diversità.<br />

Frammenti di visioni, di lotte e di posizioni di fronte a una realtà in profondo cambiamento. Una<br />

realtà che richiede nuovi sgnificati, sguardi rinnovati e la creazione di spazi di incontro creativi….<br />

Come il mARTadero, prima un luogo di morte, che ora proponiamo invece come “vivero de las<br />

artes” per il cambio sociale.<br />

Il Direttore Nazionale del Patrimonio dell’attuale Governo in Bolivia -membro inoltre della comunità<br />

GLBT e conosciuta Drag Queen- commentava durante uno show che “ogni vera rivoluzione, per<br />

essere tale, deve portare in sè altre piccole e necessarie rivoluzioni”.<br />

… e nella Bolivia di oggi il corpo -individuale e sociale- vuole essere reso visibile, riconosciuto,<br />

rispettato, curato e –soprattutto- amato.<br />

11<br />

Fernando García Barros<br />

Director proyecto mARTadero


Diego García, “Intención contra el letargo”, 114x79 cm, 2010<br />

12<br />

Curadorías 2010


LA DEFINICIÓN DE LOS LÍMITES Y EL ESPACIO ABIERTO COMO<br />

CAMPOS TERRITORIALES DE ACCIÓN Y REACCIÓN.<br />

El espacio del artista no está contenido<br />

entre los límites del soporte, sino entre<br />

las fronteras de su visión. Somos del<br />

tamaño de lo que vemos, de lo que<br />

podemos ver, de lo que queremos<br />

ver. El nuestro es un spatium 7 creativo<br />

que constituye nuestro verdadero<br />

territorio, un territorio que está,<br />

primordialmente, conformado por<br />

relaciones, y supone por ello un<br />

valioso campo de fuerzas.<br />

Territorio. m. Terreno o lugar concreto, como una cueva, un árbol o<br />

un hormiguero, donde vive un determinado animal, o un grupo de animales<br />

relacionados por vínculos de familia, y que es defendido frente a la invasión de otros<br />

congéneres.<br />

Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española<br />

No hay un único mundo, sino muchos mundos, y todos discurren en paralelo,<br />

mundos y antimundos, mundos y sombras de mundos, y cada uno de ellos lo sueña,<br />

lo imagina o escribe alguien en otro mundo.<br />

Paul Auster en Un hombre en la oscuridad<br />

Los guaraníes de nuestras tierras<br />

peregrinan buscando su Yvymarae´ÿ,<br />

la prodigiosa Tierra sin Mal, un “lugar<br />

privilegiado, indestructible, donde la tierra<br />

produce por sí misma sus frutos y donde<br />

no hay muerte” 8 , donde toda semilla<br />

germina y donde los hombres no<br />

pierden la vida. Por ello decimos que el Guaraní “es un pueblo en éxodo, aunque no desenraizado, ya que la<br />

tierra que busca es la que le sirve de base ecológica” 9 Alberto Díaz Parra, “Horizontes Minerales”, 120x120 cm,2010<br />

. Como el artista, que busca provocar no la distracción,<br />

sino una efectiva contextualización en una realidad posible, heterotópica, deseando huir sus raíces en una<br />

tierra que es tiempo y espacio, en un territorio que puede estar aquí mañana o en otro lugar hoy, en<br />

un paraíso que constituye una frágil combinación de tiempo y espacio.<br />

Como tiempo y espacio se entrelazan en un territorio envolvente que los quechuas y aymaras<br />

denominan pachamama, madre tierra, madre tiempo…Con enigmáticos conceptos que la desvelan,<br />

como ñaupi, vocablo que significa paralelamente –espiralmente- el pasado en el tiempo y el futuro en<br />

el espacio…<br />

Nosotros, los artistas y gestores del Territorio Cultural Centros del Sur, reivindicamos ese pasado y<br />

todos los posibles futuros, y hemos optado por la visualización de un paisaje operativo que posibilite<br />

7 Spatium, del latino “estar abierto”<br />

8 Clastres, Heléne en La Tierra sin Mal<br />

9 Melià, Bartomeu, en El Guaraní: Experiencia religiosa<br />

la verdadera sinergia creativa. La asunción de aquellas raíces comunes que permiten alimentar nuestra<br />

profunda interdependencia.<br />

Ese es nuestro territorio de fuerzas posibles, de potenciales de realización, de configuraciones infinitas<br />

en un medio dinámico… En él buscamos, nos perdemos, nos re-encontramos buscando…formas,<br />

conceptos…<br />

Porque el territorio -como el mundose<br />

construye también con palabras.<br />

Palabras que se conforman, se forman y<br />

se deforman según su fluir en el tiempo<br />

y el espacio. Así, en la búsqueda de<br />

Roly Arias, las tipografías evolucionan<br />

orgánicamente, prefigurando siluetas<br />

imprecisas como los recuerdos, que<br />

sólo adquieren presencia al disfrutar de<br />

la propia ausencia de ser. Un territorio<br />

modelado mediante memorias<br />

reconstruidas, frecuentemente reimaginadas.<br />

Y un proceso gráfico que<br />

intenta registrar ese territorio poblado<br />

de emociones que –como afirmaba Roly Arias, “Reflejos y duplicaciones,”140x170 cm, 2009<br />

Stansilavsky- constituyen la verdadera<br />

materia prima del artista. La re-presentación como recurso, la duplicación y el reflejo como figuras<br />

retóricas de una lingüística gráfica… Sensaciones vitales que, como en el trabajo de Ana Marcela<br />

Rebori, constituyen el palpitar sanguinolento y contundente de la vida en un territorio tejido de<br />

horizontes sinuosos, el de esa Argentina del norte que supera las pampas volviéndose andina,<br />

elevándose libre por encima de su lejanía de la capital omnipotente.<br />

Tejidos. Tejidos de tiempo y espacio. Territorios con urdimbre, telar y trama. Franjas textiles de<br />

horizontes minerales, secos, oxidados. Como los capturados por Alberto Díaz Parra con una<br />

abstracción deshabitada, infinita y paralela como las líneas de desierto y mar que dibujan el norte<br />

chileno. Una esencialidad infinita que coloca al ser humano ante su propia finitud, por contraste con<br />

un paisaje inconmensurable que aspira a despertar lo sublime, y que -en la obra de Pablo Forero,<br />

pintada sobre un mosaico de pequeños cubitos blancos y neutros- se enriquece mediante la ironía con<br />

el juego de sugerencias alrededor de la meditación y la plástica.<br />

Traspasar horizontes. Ir más allá, plus ultra. Olvidar rostros, sufrir fronteras, acumular visados y píxeles<br />

borrosos… En el trabajo de Carlos Vargas encontramos de nuevo el juego de la re-presentación<br />

del territorio, interior y exterior. Huyendo de la literalidad y estableciendo sugerentes figuraciones<br />

cruzadas, donde el norte –Madrid- se invierte, y donde la localidad fronteriza de tambo quemado<br />

incendia el soporte, mientras un rostro se pixela enigmáticamente, como el mismo territorio, que sólo<br />

adquiere sentido por quienes viven en él.<br />

Así, ponemos nombre y apellido a los lugares, aceptamos su existencia por ser morada de alguien para<br />

nosotros. Y constituimos axis mundi alrededor de nuestros desplazamientos y sus estabilidades. Ello se<br />

evidencia en la axialidad canónica de la obra de Magenta Murillo, donde el minero –que horadaba<br />

la tierra minándola- constituye ese eje de notable fuerza, pero de impermanente territorio, haciendo<br />

referencia a la trasposición física y productiva de un sector estratégico de la economía boliviana,<br />

relocalizado y reconvertido. La compleja influencia icónica y un marcado talante pop son elegidos<br />

por Marco Vinicio para ponerlos a dialogar en una caja de memoria colectiva que pueda contener<br />

13 14


estilos, referencias y guiños del propio interés del artista. Algo similar encontramos en la más intimista<br />

propuesta de Anuar Elías, de sugerente título Mors Ultima Ratio, que recoge la afirmación latina y el<br />

tradicional género vanitas medieval y barroco, llevado a una reinterpretación personal en un escenario<br />

vital emplazado por la única verdad: su finitud. El cierto final de un camino que da sentido al mismo,<br />

que empuja a la intensidad, al carpe diem que nos hace ser uno con el mismo espacio y territorio que<br />

nos envuelve.<br />

Y es esa vida efímera la que pone en juego, dentro de este territorio, Iván Cáceres, dibujando<br />

entornos antropométricos alrededor del jazz en acción, envolviendo a la figura con sencillos trazos<br />

de tinta china de enorme potencia expresiva, recordando por su dinamismo a los experimentos del<br />

ballet triádico de Schlemmer en la Bauhaus.<br />

Más abstractas son las aproximaciones de Marcelo Montaño y su estruendo -una sugerente descarga<br />

de energía telúrica de incandescencia volcánica- y de Diego García y su intención contra el letargo, un<br />

ejercicio onírico y surrealista que adquiere –con hallazgos propios y sugerencias de Dalí y Bacon- un<br />

dominio del territorio de los sueños poblándolo de símbolos personales.<br />

Así es. Los territorios son multidimensionales, y cada dimensión tiene múltiples posibles territorios…<br />

Porque hay muchos mundos que están en éste, como diría Paul Valery, y las hibridaciones, mestizajes<br />

y superposiciones generan posibilidades de combinaciones infinitas: topologías alteradas, complejas,<br />

que resultan –como en la obra de Alejandra Alarcón- sorprendentes y enigmáticas, remitiéndonos<br />

al territorio del cuerpo, de los cuerpos, de las sugerencias simbólicas y psicoanalíticas que tienen base<br />

en él, en sus pulsiones más atávicas.<br />

Y porque Bolivia se mueve, hoy en día –y como sus artistas intuyen en las obras aquí presentadas-<br />

entre la resignificación de un pasado ya agotado, la búsqueda de nuevos sentidos emergentes, o la<br />

huida de una realidad complicada a través del viaje, del sueño, o de la imaginación. Todo ello en un<br />

territorio que, como en el caso de la propuesta de Julio César Soria, de Perú, sorprende por la fuerza<br />

de la materia primigenia que lo conforma, y que percibimos sólo por pequeños rasgos esenciales.<br />

Y, como en un iceberg, sabemos que lo mejor –probablemente la fuerza creativa que transforma el<br />

mundo y la sociedad- está todavía sumergido, y necesitamos una fuerza proporcional que –a través de<br />

nexos, formación, posibilidades, conexiones, etc- logre hacerlo emerger.<br />

Y es en ese contexto que el norte argentino, el norte chileno, el sur Bolivia y el de Perú intentan<br />

estructurar este territorio cultural desde un mismo espíritu, un genius loci que les permita adaptarse a un<br />

contexto interdependiente, voluntaria y progresivamente construido, orientando nuestro propio eje<br />

de coordenadas para generar un verdadero espacio abierto, inspirado por los principios del proyecto<br />

mARTadero de innovación, investigación, experimentación, rigor conceptual y formal, integración,<br />

intercambio e interculturalidad. Ese es nuestro deseo.<br />

15<br />

Fernando García Barros<br />

Director proyecto mARTadero


LA DEFINIZIONE DEI LIMITI E LO SPAZIO APERTO COME I<br />

CAMPI TERRITORIALI DELL’AZIONE E DELLA REAZIONE.<br />

scorrono in parallelo, mondi e antimondi, mondi e<br />

ombre, e ciascuno di essi sogna, immagina o scrive<br />

di qualcuno in un altro mondo.<br />

16<br />

Territorio. m. terreno o luogo concreto, come una<br />

grotta, un albero o un formicaio, dove vive un<br />

determinato animale o un gruppo di animali legati<br />

da vincoli familiari, e che è difeso dall’invasione di<br />

altri della stessa specie.<br />

Dizionario della Reale Accaemia della Lingua Spagnola<br />

Non c’è un solo mondo, ma tanti mondi, e tutti<br />

Paul Auster in Un Uomo nell’oscurtià<br />

Lo spazio dell’artista non è contenuto dentro i limiti della cornice, ma dentro le frontiere della sua<br />

visione. Siamo della misura di ciò che vediamo, di ciò che possiamo vedere, di ciò che vogliamo<br />

vedere. Il nostro è uno spatium 10 creativo che costituisce il nostro vero territorio, un territorio che è<br />

primordialmente, conformato dalle relazioni, motivo per il quale presuppone un importante campo<br />

di forze.<br />

I guaraníes delle nostre terre peregrinano cercando il loro Yvymarae´ÿ, la prodigiosa “Terra senza<br />

Male”, un “luogo privilegiato, indistruttibile, dove la terra produce da sola i suoi frutti e dove non c’è morte” 11 , dove<br />

tutti i semi germinano e dove gli uomini non perdono la vita. Per questo diciamo che i Guaraní “sono<br />

un popolo in esodo, benchè non sradicato, poiché la terra che cerca è quella che serve loro come base ecologica” 12 . Allo<br />

stesso modo l’artista, che cerca di provocare non la distrazione, ma un’effettiva contestualizzazione, in una<br />

realtà possibile, eterotopica 13 , desiderando di sfuggire dalle sue radici in una terra che è tempo e spazio,<br />

in un territorio che può essere qui domani o in un altro luogo oggi, in un paradiso che costituisce una<br />

fragile combinazione di tempo e spazio.<br />

Come tempo e spazio si intrecciano in un territorio avvolgente che i Quechua e gli Aymara chiamano<br />

pachamama, madre terra, madre tempo…con enigmatici concetti che la rivelano, quali il ñaupi, un<br />

termine che significa parallelamente – e con movimento a spirale- il passato nel tempo e il futuro<br />

nello spazio…<br />

Noi, artisti e gestori del Territorio Culturale Centri del Sud, rivendichiamo quel passato e tutti<br />

quei futuri possibili, e abbiamo optato per la visualizzazione di un paesaggio operativo che renda<br />

possibile una vera sinergia creativa. L’assunzione di quelle radici comuni che ci permettono alimentare<br />

la nostra profonda interdipendenza.<br />

Questo è il nostro territorio di forze possibili, di potenziali di realizzazione, di configurazioni infinite<br />

in un ambiente dinamico…In questo perlustriamo, ci perdiamo, ci ri-incontriamo alla ricerca di<br />

forme, concetti..<br />

Il territorio -come il mondo- si costruisce anche con le parole. Parole che si conformano, si formano<br />

10 Spatium, dalla radice latina spa- aprire, distendere, allargare, spalancare.<br />

11 Clastres, Heléne in La Tierra sin Mal.<br />

12 Melià, Bartomeu, in El Guaraní: Experiencia religiosa.<br />

13 Eterotopia è un termine coniato dal filosofo francese Michel Foucault per indicare «quegli spazi che hanno la<br />

particolare caratteristica di essere connessi a tutti gli altri spazi, ma in modo tale da sospendere, neutralizzare o<br />

invertire l’insieme dei rapporti che essi stessi designano, riflettono o rispecchiano».


e si deformano secondo il loro fluire nel tempo e nello spazio. Così nella ricerca di Roly Arias,<br />

le tipografie 14 si evolvono organicamente, prefigurando delle silouette imprecise come i ricordi, che<br />

prendono vita solo nel momento in cui si apprezza l’assenza del loro esistere. Un territorio modellato<br />

attraverso memorie ricostruite, spesso ri-immaginate.<br />

Un processo grafico che cerca di registrare quel territorio popolato di emozioni che – come affermava<br />

Stanislavsky- costituiscono la vera materia prima dell’artista. La ri-presentazione come risorsa, la<br />

duplicazione e il riflesso come figure retoriche di una linguistica grafica.. Sensazioni vitali che,<br />

come nel lavoro di Ana Marcela Rebori, costituiscono il palpitare sanguinante e contundente della<br />

vita nel territorio, tessuto di orizzonti sinuosi, quello del Nord dell’Argentina che supera la Pampa<br />

trasformandosi in Ande, elevandosi libero sulle sue cime lontane dalla capitale onnipotente.<br />

Tessuti. Tessuti di tempo e spazio. Territori con ordito, telaio e trame. Frange tessili di orizzonti<br />

minerali, secchi, ossidati, come quelli catturati da Alberto Díaz Parra attraverso un’astrazione<br />

disabitata, infinita e parallela come le linee del deserto e del mare che disegnano il nord cileno.<br />

Un’essenzialità infinita che colloca l’essere umano di fronte alla sua propria limitatezza, in contrasto<br />

con un paesaggio incommensurabile che tende a risvegliare il sublime, e che –nell’opera di Pablo<br />

Forero, dipinta su un mosaico di piccoli cubi bianchi e neutri- si arricchisce grazie all’ironia con il<br />

gioco di suggerimenti relativi alla meditazione e alla plastica.<br />

Oltrepassare gli orizzonti. Andare più in là, plus ultra. Dimenticare visi, soffrire le frontiere, accumulare<br />

immagini e pixel sfuocati Nel lavoro di Carlos Vargas troviamo di nuovo il gioco della ri-presentazione<br />

del territorio interiore ed esteriore. Sfuggendo dalla letteralità e stabilendo suggestive raffigurazioni<br />

incrociate, dove il nord -Madrid- si inverte, e dove la località di frontiera di Tambo Quemado 15 incendia<br />

il supporto, mentre un viso viene pixelato enigmaticamente, come lo stesso territorio, che acquisisce<br />

un senso solo per coloro che vivono al suo interno.<br />

Così, mettiamo nome e cognome ai luoghi, accettiamo la loro esistenza per il fatto qualcuno ha<br />

posto dei riferimenti per noi. Costituiamo un axis mundi intorno ai nostri spostamenti e ai nostri<br />

stanziamenti. Questo si evidenzia nell’assialità canonica dell’opera di Magenta Murillo, dove<br />

il minatore- che perforava la terra minandola- costituisce un’asse di forza notevole di un territorio<br />

temporaneo, facendo riferimento alla trasposizione fisica e produttiva di un settore strategico per<br />

l’economia boliviana, che viene trasferito e convertito. Una complessa influenza iconica 16 e un forte<br />

carattere pop vengono scelti da Marco Vinicio per metterli a dialogare in una scatola di memoria<br />

collettiva che possa contenere stili, riferimenti e allusioni propri dell’artista. Qualcosa di similare si<br />

può ritrovare nella proposta più intimista di Anuar Elias, dal suggestivo titolo Mors Ultima Ratio,<br />

che raccoglie l’affermazione latina e il tradizionale genere vanitas medioevale e barocco 17 , in una<br />

reinterpretazione personale e in uno scenario della vita che si fonda su un’unica verità: la sua finitezza.<br />

La certezza finale di un cammino che da senso allo stesso, che spinge all’intensità, al carpe diem che ci<br />

fa diventare un tutt’uno con lo stesso territorio e spazio che ci avvolgono.<br />

Ed è quella vita effimera che mette in gioco, all’interno di questo territorio, Iván Cáceres, disegnando<br />

contorni antropomorfi attorno al “jazz in azione”, avvolgendo la figura con tratti di china. Con<br />

14 Tipografia, dal greco τύπος, “impronta” e γράφειν, “scrivere”.<br />

15 Tambo Quemado, città della Bolivia alla frontiera con il Cile, situata nel Dipartimento di La Paz, situata ai piedi<br />

del monte Sajama.<br />

16 Iconico, che concerne l’immagine, che rappresenta per mezzo di immagini realistiche figurativo.<br />

17 Vanitas, in pittura, è una natura morta con elementi simbolici allusivi al tema della caducità della vita. Il nome<br />

deriva dalla frase biblica vanitas vanitatum et omnia vanitas e, come il memento mori, è un ammonimento all’effimera<br />

condizione dell’esistenza.<br />

17


una forte potenza espressiva, ricorda così per la sua dinamicità gli esperimenti del Balletto Triadico di<br />

Schlemmer nella Bauhaus 18 .<br />

L’approccio di Marcelo Montaño è più astratto con il suo “estruendo” (in italiano frastuono)– una<br />

suggestiva scarica di energia tellurica di incandescenza vulcanica- e quello di Diego García e la sua<br />

“intención contra el letargo”, un esercizio onirico e surrealista che acquisisce -con soluzioni proprie e con<br />

suggerimenti di Dalì e Bacon- il dominio del territorio dei sogni, popolandolo di simboli personali.<br />

I territori sono multidimensionali, e ogni dimensione ha molteplici possibili territori.. perché ci sono<br />

molti mondi che vivono all’interno di questo, come direbbe Paul Valery, e gli ibridi, i miscugli e<br />

le sovrapposizioni generano possibilità di combinazioni infinite: topolgie 19 alterate, complesse<br />

che risultano -come nell’opera di Alejandra Alarcón- sorprendenti e enigmatiche, richiamando il<br />

territorio del corpo, dei corpi, delle suggestioni simboliche e psicoanalitiche che trovano base nel<br />

corpo stesso e nelle sue pulsioni ataviche.<br />

Oggi la Bolivia si muove -come i suoi artisti intuiscono nelle opere qui presentate- tra<br />

la riscoperta di un passato già esaurito, la ricerca di nuove sensazioni emergenti, o la fuga da una realtà<br />

complicata, attraverso il viaggio, il sogno o la propria immaginazione. Tutto questo in un territorio<br />

che, come nella proposta di Julio Cesar Soria, del Perù, sorprende per la forza della materia prima<br />

che lo costituisce e che percepiamo solo per brevi tratti essenziali. Come in un iceberg sappiamo che<br />

il meglio- probabilmente la forza creativa che trasforma il mondo e la società- è ancora sommerso e<br />

abbiamo bisogno di una forza proporzionata che -attraverso nessi, formazione, possibilità, connesioni<br />

etc.- riesca a farlo emergere.<br />

In questo contesto nord argentino, nord cileno, sud boliviano e peruviano cercano di strutturare<br />

quel territorio culturale partendo da uno stesso spirito, un genius loci che permetta loro adattarsi a<br />

un contesto interdipendente, costruito volontariamente e in modo progressivo, orientano così il<br />

nostro stesso occhio verso delle coordinate per generare un vero spazio aperto, ispirato ai principi del<br />

proyecto mARTadero di innovazione, investigazione, sperimentazione rigore concettuale e formale,<br />

integrazione, scambio e interculturalità. Questo è il nostro desiderio.<br />

Fernando García Barros<br />

Director proyecto mARTadero<br />

18 Il Balletto Triadico, capolavoro del maestro scenografo Carl Shlemmer, iniziato a Stoccarda nel 1912 in<br />

collaborazione con i ballerini Albert Burgen ed Elza Hotzel. La prima esecuzione del balletto intero avvenne nel 1922,<br />

al Landerstheater di Stoccarda: dodici brani coreografici, in diciotto diversi costumi realizzati con imbottiture, con<br />

forme rigide in cartapesta dipinta a colori o in toni metallici, indossati da due ballerini e una ballerina.<br />

19 Topologia, dal greco τοπος, luogo, e λογος, studio: studio dei luoghi, è una delle più importanti branche della<br />

matematica moderna. Si caratterizza come lo studio delle proprietà delle figure e delle forme che non cambiano quando<br />

viene effettuata una deformazione senza “strappi”, “sovrapposizioni” o “incollature”. Concetti fondamentali come<br />

convergenza, limite, continuità, connessione o compattezza trovano nella topologia la loro migliore formalizzazione.<br />

18


<strong>PREMIO</strong> <strong>BICE</strong> <strong>BUGATTI</strong> - <strong>GIOVANNI</strong> <strong>SEGANTINI</strong> 2010<br />

Sección Internacional<br />

Motivaciones del jurado<br />

En nombre de los jurados del de 51° Premio Bugatti Segantini, en primer lugar quiero dar las gracias<br />

a Fernando García Barros, director del proyecto mARTadero y a todos los artistas que, con diferentes<br />

lenguajes y formas expresivas, han querido y han sido capaces, creo, de ponernos en crisis ...<br />

Permítanme abrir una breve introducción, que se vincula al texto curatorial muy denso de Barros, al<br />

presentar las razones de las decisiones de las motivaciones de la elección de los premios a través de<br />

un viaje desde las orígenes y las etimologías de las palabras.<br />

Como decia, nos han puesto en crisis.<br />

Nada preocupante, sin embargo, si pensamos que la palabra crisis, al igual que la palabra crítica, ambos<br />

derivan de krínein, verbo griego que significa elegir.<br />

Esto por decir que, antes de seleccionar a los ganadores, hemos optado por deponer, destituir, o<br />

más bien “olvidar en la memoria”, como dijo un importante artista conceptual, Vicenzo Agnetti, los<br />

criterios habituales de selección y la lectura del arte occidental.<br />

Hemos tenido, y apreciado, probar a entrar en contacto, hablar con las formas, los alfabetos visuales<br />

propuestos por los artistas sudamericanos que han participado al Premio.<br />

Hemos discutido y entendido, una vez más, que la libertad del arte requiere códigos y direcciones.<br />

Sobre todo cuando nuestros ojos se ven obligados a tomar decisiones con respecto a lenguajes que<br />

no entienden de inmediato, o no inmediatamente reconducibles a un panorama iconográfico – y de<br />

contenido – conocido y abitual.<br />

Gracias por la crisis en que nos han obligado, entonces. Una crisis de la que surgieron las decisiones<br />

críticas, como hemos dicho al principio, que demuestran la importancia de estos proyectos,<br />

promoviendo el intercambio cultural.<br />

Estas consideraciones han surgido también las evaluaciones que siguen.<br />

El primer premio fue otorgado a Diego García, un artista de Bolivia, con el trabajo Intención<br />

Contra El Letargo. Un cuadro compuesto, hecho con la superposición y el diálogo entre múltiples<br />

materiales y técnicas que nos han parecidos dominados con sabiduría y experiencia. En términos<br />

de expresión, la obra evoca derivaciones oníricas y surrealistas, de Dalí a Bacon, como ha señalado<br />

acertadamente Barros.<br />

Como cadavre exquis, técnica de composición surrealista de gran éxito, tambien en nivel literario, la<br />

pintura está construida pieza por pieza, aparece a nuestros ojos como la obtención de un sueño al<br />

despertar, cosido por la memoria y los fragmentos de tiempo. Contiene la energía del espacio y la<br />

suspensión del tiempo, elementos que estan a la base del concepto de territorialidad operacional<br />

expresada por el Director del mARTadero. Por lo tanto, hemos pensado que el trabajo podría ser signo<br />

de un camino que se desarrolla a través de las demás obras del proyecto, no solo las seleccionadas,<br />

sino todas, por su validez e intesidad de significados.<br />

El segundo premio ha sido asignado a la obra de abstracción Horizontes Minerales del chileno<br />

Alberto Díaz Parra: si bien ha sido inmediato el enfrentamiento con la experiencia occidental en el<br />

campo del lenguaje no figurativo, tratamos de reflexionar sobre las diferencias y de las operaciones<br />

19


formales que presenta el trabajo. El tema del espacio que surgió de las bandas de tierra de la materia<br />

pictórica, se comunica con el enfoque, con la percepción visual, centro de la investigación suramericana<br />

del siglo de XX hasta el presente, sobrellevando la actualidad de la cuestióm, interpretada de manera<br />

nueva por un artista de la corriente generaciones. El título de la obra, narrativo y evocador en relación<br />

a la elección de las pinturas abstractas, más aún evidencia el contraste e invita a la reflexión.<br />

Hemos premiado con una medalla Roly Arias, con la obra Reflejos y duplicaciones, por la<br />

aparición del problema de los signos y por la calibrada relación entre el elemento de la profundidad<br />

espacial, en la superficie bidimensional del trabajo, y el componente del tiempo necesario para la<br />

visión y la de-codificación de la obra. Aspectos que parecen haber sido tocado en muchas de las obras<br />

propuestas por el proyecto mARTadero.<br />

El tema de la identidad individual y colectiva, expresado a través del lenguaje popular e inmediato,<br />

virado en los tonos del azul y de sus derivados en la obra de Magenta Murillo, Centro y Periferia,<br />

en contraste con las fotografías de Rosa Celorio, artista ecuatoriana no participe del proyecto<br />

mARTadero, donde el tema del marco se vuelve el limite de la expresión de un rostro, jaula y al mismo<br />

tiempo y rejilla interpretativa misma de sus pasiones y esperanzas.<br />

Por eso hemos decidido signalar estos dos artistas, juntos con un tercero, Julio César Soria, cuyo<br />

trabajo, NN de la Concepción, plantea la germinación orgánica a través del abrazo estridente de<br />

materiales pictóricos que reflejan, brillantes, opacos y absorbentes, en un diálogo encaminado entre<br />

potencialidades iconográficas y negaciones de la materia.<br />

Nosotros creemos, pero también nos gusta dudar, haber interpretado así, través de estas elecciones,<br />

el significado del proyecto Territorios del Sur propuesto por mARTadero y aceptado en el marco del<br />

51° Premio Bugatti-Segantini.<br />

Pero sobre todo esperamos, como hemos dicho antes, tener nuevas oportunidades de un diálogo<br />

artístico intercontinental para poder, felizmente y nuevamente, socavar nuestra seguridad, nuestros<br />

parametros de visión y de juicio.<br />

¿No es justamente esto el objetivo del arte?<br />

20<br />

Ilaria Bignotti,<br />

14 de julio de 2010


<strong>PREMIO</strong> <strong>BICE</strong> <strong>BUGATTI</strong> - <strong>GIOVANNI</strong> <strong>SEGANTINI</strong> 2010<br />

Sezione Internazionale<br />

Motivazioni della giuria<br />

A nome della Giuria del 51° Premio Bugatti-Segantini, desidero innanzitutto ringraziare il curatore<br />

Fernando García Barros, direttore del progetto mARTadero, e tutti gli artisti che con diversi linguaggi<br />

e forme espressive, hanno saputo e voluto, credo, metterci…in crisi.<br />

Mi sia permesso aprire una breve parentesi introduttiva, che ben si apparenta al denso testo curatoriale<br />

di Barros, introducendo le motivazioni delle scelte, dei premi e delle segnalazioni attraverso un<br />

percorso alle origini ed alle etimologie delle parole.<br />

Dicevo, mettere in crisi.<br />

Nulla di preoccupante, tuttavia, se pensiamo che la parola crisi, come la parola critica, derivano<br />

entrambe dal verbo greco krinein, che significa scegliere.<br />

Questo per dire che, prima di selezionare i vincitori, abbiamo dovuto scegliere di deporre, accantonare,<br />

o meglio “dimenticare a memoria”, come disse un nostro importante artista concettuale, Vincenzo<br />

Agnetti, i parametri abituali di selezione e lettura artistiche occidentali.<br />

Abbiamo dovuto, e apprezzato, provare ad entrare in contatto, dialogare con le forme, gli alfabeti<br />

visivi proposti dagli artisti sudamericani che hanno aderito al Premio.<br />

Abbiamo discusso e abbiamo compreso, ancora una volta, che la tanto declamata libertà dell’arte<br />

esige dei codici e delle direzioni.<br />

Soprattutto quando il nostro sguardo è obbligato a operare scelte nei confronti di linguaggi a noi<br />

non immediatamente comprensibili, o non subito riconducibili a un panorama iconografico – e<br />

contenutistico – noti e abituali.<br />

Grazie per la crisi in cui ci avete costretto, dunque. Una crisi da cui sono emerse delle scelte critiche,<br />

come dicevamo all’inizio, che dimostrano l’importanza di questi progetti di scambio culturale da<br />

promuovere e proseguire.<br />

Da queste considerazioni sono anche emerse le valutazioni che seguono.<br />

Il primo premio è stato assegnato a Diego Garcìa, artista boliviano, con l’opera Intención contra<br />

el letargo. Un dipinto composito, realizzato con la sovrapposizione ed il dialogo tra più materiali e<br />

tecniche che ci sono parsi sapientemente padroneggiati. Dal punto di vista espressivo, l’opera rievoca<br />

giustamente atmosfere oniriche e surreali derivazioni, da Dalì a Bacon, come giustamente ha indicato<br />

Barros.<br />

Come un cadavre exquis, tecnica di composizione surrealista di grande successo anche a livello letterario<br />

(1), il dipinto si costruisce pezzo per pezzo, emerge al nostro sguardo come l’addensarsi di un sogno al<br />

risveglio, cucito dalla memoria e dai frammenti del tempo. Contiene l’energia dello spazio e le sospensioni<br />

del tempo, elementi alla base del concetto di territorialità operativa espressi dal curatore di mARTadero.<br />

Abbiamo per questo pensato che l’opera potesse essere vessillo di un percorso che si sviluppa attraverso<br />

gli altri lavori del progetto, non solo i selezionati, ma tutti quanti, perché ciascuno valido e intenso.<br />

21


Il secondo premio è stato assegnato all’opera astratta Horizontes Minerales del cileno Alberto<br />

Diaz Parra: se da un lato è stato immediato il confronto con le esperienze occidentali nel campo<br />

dei linguaggi non figurativi, abbiamo cercato di riflettere sulle differenze operative e formali che<br />

quest’opera ci presenta. Il tema spaziale, emerso dalle bande terrose del materiale pittorico, dialoga<br />

con la messa a fuoco, con la percezione visiva, al centro delle ricerche sudamericane dal Novecento ad<br />

oggi, risollevando l’attualità del problema e la fresca interpretazione datane da un artista delle attuali<br />

generazioni. Il titolo dell’opera, narrativo ed evocativo rispetto alla scelta pittorica astratta, ancor più<br />

fa stridere il contrasto e invita alla riflessione.<br />

Abbiamo premiato con una medaglia Roly Arias, con l’opera Reflejos y duplicaciones, per l’emergere<br />

del problema segnico e per la calibrata relazione tra l’elemento della profondità spaziale, agita sulla<br />

superficie bidimensionale dell’opera, e la componente del tempo necessario alla visione ed alla decodificazione<br />

dell’opera. Aspetti che ci pare siano stati toccati in molte delle opere proposte dal<br />

progetto mARTadero.<br />

Il tema dell’identità individuale e collettiva, espresso attraverso il linguaggio popolare e immediato,<br />

virato nei toni del blu e delle sue derivazioni dell’opera di Magenta Murillo, Centro y Periferia,<br />

contrasta con gli scatti fotografici di Rosa Celorio, artista ecuadoriana non partecipe del progetto<br />

mARTadero, dove il tema della cornice diventa limite dell’espressione di un volto, gabbia e al<br />

contempo griglia interpretativa delle sue passioni e speranze.<br />

Per questo abbiamo deciso di segnalare questi due artisti, unitamente ad un terzo, Julio Cesar Soria,<br />

la cui opera, Concepción de NN, fa emergere germinazioni organiche attraverso lo stridente abbraccio<br />

di materiali pittorici specchianti, rilucenti, assorbenti e opachi, in un dialogo teso tra potenzialità<br />

iconografiche e negazioni materiche.<br />

Crediamo, ma ci piace anche dubitare, di avere interpretato così, attraverso anche queste scelte, il<br />

senso del progetto mARTadero proposto e felicemente accolto nel contesto del 51° Premio Bugatti<br />

Segantini.<br />

Ma soprattutto auspichiamo, come abbiamo detto all’inizio, nuove occasioni di dialogo artistico<br />

intercontinentale per potere, nuovamente e felicemente, mettere in crisi le nostre sicurezze, i nostri<br />

parametri di visione e di giudizio.<br />

Non è forse questo lo scopo dell’arte?<br />

Ilaria Bignotti,<br />

14 luglio 2010<br />

22


Julio Cèsar Soria Justo, “Marea Negra” 1.10 mt. x 1 mt., 2011<br />

23<br />

Curadorías 2011


LOS INVISIBILIZADOS TERRITORIOS DEL SUR: ÓSMOSIS TERRITORIAL DE<br />

IDEAS ENTRE CIUDADES SUPUESTAS Y SUPERPUESTAS<br />

(...) La Ciudad -según sentencian los Filósofos- no es más que una gran casa y, del<br />

mismo modo, la casa no es sino una pequeña Ciudad; (...) […] pertenece al arte, por<br />

tanto, la responsabilidad de construir las cosas con buenos cimientos.<br />

De re aedificatoria. Leon Battista Alberti<br />

“El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el<br />

infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay<br />

de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de<br />

él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y<br />

aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no<br />

es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio”.<br />

Las ciudades invisibles. Italo Calvino<br />

Los artistas no son un tipo especial<br />

de personas, sino que cada persona<br />

somos un tipo especial de artista,<br />

afirmaba acertadamente la entidad<br />

transpersonal post situacionista Hakim<br />

Bey. El ser humano es creativo por<br />

naturaleza y así, al crear, nos creamos<br />

a nosotros mismos y creamos el<br />

cosmos que nos rodea. Un cosmos a<br />

la vez complejo y esencial, formado<br />

unas veces de palabras ininteligibles,<br />

otras veces de referencias sutiles,<br />

y otras de imágenes enigmáticas.<br />

Signos y símbolos que configuran Rossmary Mamani, “Territorio Libre”, 150 cm x 96 cm, 2011<br />

nuestro tiempo y nuestro espacio de<br />

forma dinámica, en una realidad que se desplaza, buscando continuamente sentido a través de nuevos<br />

horizontes, exteriores e interiores…<br />

Durante este año, decidimos que la Ciudad fuese nuestro espacio de sentido y nuestro territorio<br />

de trabajo en el proyecto mARTadero. No sólo como soporte de las acciones, sino más bien como<br />

objeto mismo de reflexión. Una Ciudad siempre infinitamente soberbia, que creó su propio entorno<br />

naturalmente artificial, pero que se sabe profundamente dependiente y tensionada frente a su<br />

territorio. Un territorio en permanente construcción y resignificación, y constituido por todas las<br />

ciudades posibles, imaginadas, pobladas, y construídas justamente a través de imágenes e imaginarios.<br />

La ciudad es por ello, ante todo y sobre todo, un espacio de expresión y comunicación. Es, a la vez,<br />

contexto, pretexto y texto de nuestras vidas…Un entorno rico de diversidad, de múltiples posibilidades.<br />

Como el tiempo. Como la realidad. Un infinito terreno de juego, cuyos espacios muertos, fisuras,<br />

intersticios, anécdotas, constituyen escenarios útiles para la ensoñación.<br />

Buscabamos así aprender de nuevo a mirar, a reconocer la magia de lo inesperado, de lo posible,<br />

de todo aquello que sorprendentemente se esconde en la rutina diaria, como en esos horizontes<br />

marinos y superpuestos de las obras de Sandra de Berduccy y de Mercedes Ruiz, en esas figuras<br />

fantasmagóricas a la vez familiares y lejanas de Rossmary Mamani y de Gunnar Quispe, en esos<br />

signos encriptados en trazos que se densifican de Roly Arias, Diego García y Julio César Soria, o en<br />

esta dimensión mítica de lo cotidiano representada por Maria Luisa Buccianti, Andrés Justiniano y<br />

Nivardo Torrico.<br />

Hilos de lana, pintura y memoria,<br />

que conectan las diversas propuestas<br />

y que Arianna nos lanza hoy como<br />

ayer, para encontrar la salida del<br />

laberinto. Hebras que salen del<br />

cuerpo femenino de la ciudad y tejen<br />

húmedos oleajes entrelazando técnica<br />

y poesía Palabras y escenarios que<br />

dejan de ser signos para convertirse<br />

en símbolos de una tercera cosa,<br />

que sólo el artista o poeta nombra,<br />

haciéndola más evidente<br />

Esa ciudad que se teme, se vive,<br />

se recuerda…desde el miedo ante<br />

una naturaleza inexplicablemente<br />

implacable, evocada desde esos<br />

títulos que tensionan el espacio<br />

intersticial. Una indefensión que<br />

el salteño Roly Arias experimenta<br />

mientras Afuera está oscuro, cuando<br />

las palabras son trayectorias de luz y protección segura, y que permite levantar un abstracto enredo<br />

de significantes ajenos a los antes todopoderosos significados. Un espacio de pérdida, que Andrés<br />

Justiniano comparte en su Chau, gracias por todo último momento de intimidad y tensión, desde el<br />

pequeño microcosmos limitado por nuestro espacio inmediato, envuelto en un escenario urbano tan<br />

onírico como el momento que vivamos. Un lugar de frustraciones y ausencias representadas en Yo<br />

nunca vi el mar, de la salteña Mercedes Ruiz , con una visión teñida de pop y de lugares comunes, en un<br />

espacio delimitado por la indefinición y la imposibilidad perspéctica. Un campo de dolor, de Cicatrices<br />

que no se borran, que se profundizan con los años y los recuerdos, y que Gunnar Quispe lleva a un<br />

espacio ritual, mágico, atemporal, surcado por la precisión de los trazos y por ese claroscuro interior<br />

que se proyecta en esos párpados cerrados tras una exposición excesiva a zonas de luz. Un sinsentido<br />

impreciso, expresado por esa Marea Negra, de Julio César Soria, claramente emocional, materializado<br />

en una metáfora densa y abstracta sin formas definidas pero espesas de sugerencias.<br />

Esa ciudad que se desea, se sueña, se puebla de historias que quizás nunca sucedieron… pero que<br />

se proyectan con Sandra de Berduccy hacia Ultramar en un sutil tejido de ausencias y de referencias,<br />

entre husos textiles y horarios, teñidos de azul cielo, azul mar, azul recuerdo y blanco de posibilidad y<br />

pureza. Un lejano mar-madre-ciudad, ya que las tres comparten el ser símbolos del cuerpo maternal,<br />

ese que nos acoge exigiendo esa protección y límite, y del que nos despegamos para encontrarnos<br />

con la realidad del Territorio libre, duro “centro” del cuerpo rendido al trabajo metálico y terrestre,<br />

que dimensiona cotidianamente a la persona, como refleja Rossemary Mamani. Una vivencia que en<br />

Fragmentos visuales de Universo, enigmático jeroglífico de universos interiores, poblados de fantásticos<br />

animales y propuesto por Diego García, nos lleva a través de un mapa mental de recorridos íntimos,<br />

susceptibles sólo de Manejo y no de control, como Maria Luisa Buccianti refleja mediante la focalización<br />

cenital en extremidades y en un ovillo que adquiere dimensiones míticas…<br />

24 25<br />

Sandra deBerduccy “ULTRAMAR-k´isa Larama” Dimensiones:<br />

Variables entre 1 metro y 30 cm de alto y 120 cm de ancho, 2011


Foucault se preguntaba si la vida de cada persona no podría ser considerada una obra de arte. Nosotros<br />

creemos que sí, por su carácter procesual y contextual, por su tendencia a lo simbólico y metafórico,<br />

por los hipervínculos que referencian siempre a otro momento, a otro tema… y por tantas cosas.<br />

Y lo urbano es un contexto siempre pertinentemente mítico. Sabemos que creando nos creamos a<br />

nosotros mismos, y nos hacemos mejores personas… De ahí que Baudelaire se preocupase sobre la<br />

ciudad y la condición humana en ella, el estado de esa gente que la puebla. Así, de su opción radical<br />

por la ciudad extraía los elementos necesarios para su creación.<br />

Porque las ciudades no son sino la acumulación de sucesivas capas creativas, vitales… y desde una<br />

perspectiva, es allí donde la vida “tiene lugar”, se estructura, se vuelve geometría… mientras desde<br />

otra, es allí donde la vida “se desarrolla”, activamente, desde la historia macro y micro…<br />

Los artistas de los Centros del Sur sondeamos narrativas cotidianas que cuenten quienes somos.<br />

Exponiendo, nos exponemos y exponemos nuestros territorios, interiores y exteriores, sin<br />

grandilocuencias. Descubrimos en ciudades y regiones deslocalizadas nuestro propio contexto local.<br />

Entendemos por todo ello la Ciudad –construida justamente por esas pequeñas historias- como el<br />

marco principal de creación, permitiendo que se vaya creando ella misma así. Vamos entendiendo<br />

que sus límites son los nuestros, que nosotros mismos los delimitamos. Superarlos, resignificarlos,<br />

reinventarlos es una obligación para “abrir las calles de lo posible contra las direcciones prohibidas”,<br />

como decían en el mayo del 68, para hacer que “el tiempo de las cerezas retorne” y mandar “a la<br />

mierda la felicidad” desabotonando nuestro cerebro…<br />

26<br />

Fernando García Barros<br />

Director proyecto mARTadero


GLI INVISIBILI TERRITORI DEL SUD: OSMOSI TERRITORIALE DI IDEE<br />

TRA CITTA’ PRESUPPOSTE E SOVRAPPOSTE<br />

“(…) La Città – secondo alcuni Filosofi – non è altro che una grande casa e,<br />

allo stesso modo, la casa non è altro che una piccola città; (…) […]<br />

appartiene all’arte, perciò, la responsabilità di costruire le cose con buone<br />

fondamenta.”<br />

27<br />

De re aedificatoria. Leon Battista Alberti (Trad. libera)<br />

“L’inferno dei viventi non è qualcosa che sarà; se ce n’è uno è quello che è gia<br />

qui, l’inferno che abitiamo tutti i giorni, che formiamo stando insieme. Due<br />

modi ci sono per non soffrirne. Il primo riesce facile a molti: accettare l’inferno<br />

e diventarne parte fino al punto di non vederlo più. Il secondo è rischioso ed<br />

esige attenzione e approfondimento continui: cercare e saper riconoscere chi e<br />

che cosa in mezzo all’inferno, non è inferno, e farlo durare, e dargli spazio.”<br />

Le città invisibili. Italo Calvino<br />

Gli artisti non sono una categoria speciale di persone, ma ogni persona è un tipo speciale di artista,<br />

affermava giustamente l’entità traspersonale post situazionista Hakim Bey. L’essere umano è creativo per<br />

natura e così, nell’atto di creare, creiamo noi stessi e creiamo il mondo che ci circonda. Un cosmo<br />

complesso ed essenziale al tempo stesso, formato a volte da parole inintellegibili, altre volte da riferimenti<br />

sottili, e altre ancora da immagini enigmatiche. Segni e simboli che configurano il nostro tempo<br />

e il nostro spazio in modo dinamico, una realtà che si spande, cercando continuamente un senso<br />

attraverso nuovi orrizzonti, esterni ed interni...<br />

Quest’anno, come Proyecto mARTadero, abbiamo deciso che la Città doveva essere il nostro spazio<br />

e il nostro territorio di lavoro. Non solo come campo d’azione, ma anche come oggetto stesso di<br />

riflessione. Una Città sempre estremamente superba, che ha creato il proprio ambiente naturalmente<br />

artificiale, che però si riconosce profondamente dipendente dal suo territorio. Un territiorio in<br />

permanente costruzione e ridefinizione, costituito da tutte le città possibili, immaginate, popolate e<br />

costruite attraverso immagini e immaginari.<br />

La città perciò è, prima e soprattutto, uno spazio di espressione e comunicazione. Allo stesso tempo è<br />

contesto, pretesto e testo delle nostre vite.. un contesto ricco di diversità, di molteplici possibilità. Come<br />

il tempo. Come la realtà. Un infinito terreno di gioco, i cui spazi morti, fessure, interstizi, aneddoti<br />

costituiscono scenari utili per le fantasie.<br />

Abbiamo quindi cercato di imparare di nuovo ad osservare, a riconoscere la magia dell’inatteso, del<br />

possibile, di tutto ciò che sorprendentemente si nasconde dietro la routine quotidiana, come quegli<br />

orizzonti marini sovrapposti delle opere di Sandra de Berduccy e Mercedes Ruiz, in quelle figure<br />

fantasmagoriche e allo stesso tempo famigliari e lontane di Rossmary Mamani e Gunnar Quispe, in<br />

quei segni criptati nei tratti in cui si concentrano Roly Arias, Diego García e Julio César Soria, o nella<br />

dimensione mitica del quotidiano rappresentata da Maria Luisa Buccianti, Andrés Justiniano e Nivardo<br />

Torrico.<br />

Fili di lana, pittura e memoria, che connettono le diverse proposte e che Arianna ci lancia, oggi come<br />

ieri, per trovare l’uscita del labirinto. Fili che fuoriescono dal corpo femminile della città e tessono<br />

onde intrecciando tecnica e poesia, parole e scenari che smettono di essere solo segni per convertirsi in<br />

simboli di una cosa terza, che solo l’artista o il poeta possono evocare, rendendola evidente.<br />

Quella città che si teme, si vive, si ricorda.. dalla paura di fronte a una natura inspiegabilmente


implacabile, evocada già dai titoli che dilatano lo spazio interstiziale. Una situazione di impotenza<br />

che Roly Arias sperimenta mentre Fuori è buio, quando le parole sono traiettorie di luce e protezione<br />

sicura, che l’autore riesce a subliminare in un astratto intreccio di significazioni aliene a tutti i significati<br />

prestabiliti. Uno spazio di perdita, che Andrés Justiniano condivide nel suo Ciao, grazie di tutto, ultimo<br />

momento di intimità e tensione, dal piccolo microcosmo limitato dal nostro spazio immediato, avvolto<br />

in uno scenario urbano onirico, come il momento che stiamo vivendo. Un luogo di frustrazioni e<br />

assenze rappresentate in Io non ho mai visto il mare, dell’argentina Mercedez Ruiz, con una visione tinta<br />

di pop e di luoghi comuni, in uno spazio delimitato dalla indefinizione e dalla impossibilità prospettica.<br />

Un campo di dolore, di Ciccatrici che non si cancellano, che diventano più profonde con gli anni e i ricordi,<br />

e che Gunnar Quispe riconduce a uno spazio rituale, magico, atemporale, marcato dalla precisione<br />

del tratto e da quel chiaroscuro interiore che si proietta in quelle palpebre chiuse dopo un’eccessiva<br />

esposizione alla luce. Un senza senso impreciso, espresso da quella Marea nera, di Julio César Soria,<br />

chiaramente emozionale, materializzata in una metafora densa e astratta senza forme definite, però<br />

ricche di suggerimenti.<br />

Quella città che si desidera, si sogna, si popola di storie che forse non sono mai accadute… che però si<br />

proiettano con Sandra De Berduccy verso l’Oltremare, in un tessuto sottile di assenze e di riferimenti,<br />

tra fusi tessili e orari, tinti di blu cielo, blu mare, blu ricordo e bianco di possibilità e purezza. Un lontano<br />

mare-madre-città, poichè i tre concetti condividono il fatto di essere simboli di un corpo materno, quello<br />

che ci accoglie dandoci protezione e ponendo un limite, dal quale noi ci distacchiamo per ritrovarci con<br />

la realtà del Territorio libero, la dura rappresentazione della parte centrale di un corpo, arreso al lavoro del<br />

metallo e terreno, che ridimensiona quotidianamente la persona, come riflette Rossemary Mamani.<br />

Un’esperienza che in Frammenti visivi dell’Universo, enigmatico geroglifico di universi interiori, popolati<br />

di animali fantastici, proposto da Diego García, ci conduce attraverso una mappa mentale di percorsi<br />

intimi, sucettibili solo di una Guida e non di un controllo, come Maria Luisa Buccianti rispecchia<br />

mettendo a fuoco l’estremità delle gambe e un gomitolo che assume dimensioni mitiche..<br />

Foucault si domandava se la vita di ogni persona non potesse essere considerata un’opera d’arte. Noi<br />

crediamo di sì, per il suo carattere evolutivo e contestuale, per la sua tendenza al simbolico e alla<br />

metafora, per i collegamenti che sempre rimandano a un altro momento, a un altro tema.. e per molte<br />

altre ragioni. Lo spazio urbano è un contesto sempre opportunamente mitico. Sappiamo che creando,<br />

creiamo noi stesssi, e ci rendiamo delle persone migliori.. per questa ragione Baudlaire si è preoccupato<br />

della città e della condizione umana nella città stessa, lo stato delle persone che la popolano. Per questa<br />

ragione, l’opzione radicale per la quale estraeva dalla città gli elementi necessari per la sua creazione.<br />

Perchè le città non sono altro che l’accumularsi di successivi strati creativi, vitali.. e da una certaprospettiva,<br />

è lì, dove la vita “ha luogo”, si struttura, diventa geometria.. mentre, da un’altra prospettiva, è lì dove la<br />

vita “si sviluppa” attivamente, dalla storia macro e micro..<br />

Gli artisti dei Centri del Sud cercano i racconti quotidiani che narrano chi siamo. Esponendo, ci<br />

esponiamo ed esponiamo i nostri territori, interiori ed esterni, senza ostentazioni. Ci riscopriamo<br />

nelle città e nelle regioni al di fuori del nostro contesto locale. Intendiamo quindi la Città- costruita<br />

proprio da queste piccole storie – come cornice principale di creazione, permettendo che si crei di<br />

per sè. Comprendiamo che i suoi limiti sono i nostri, e che noi stessi li definiamo. Superarli, ridefinirli,<br />

reinventarli è un obbligo per “aprire le strade del possibile contro le direzioni proibite”, come dicevano<br />

nel maggio del ‘68, affinchè “il tempo delle ciliegie ritorni” e “mandare alla merda la felicità”, aprendo<br />

la nostra mente.<br />

28<br />

Fernando García Barros<br />

Director proyecto mARTadero


<strong>PREMIO</strong> <strong>BICE</strong> <strong>BUGATTI</strong> - <strong>GIOVANNI</strong> <strong>SEGANTINI</strong> 2011<br />

Sección Internacional<br />

Lectura Crítica De Las Obras<br />

Cuando, el año pasado, me pidieron introducir las obras realizadas por los artistas seleccionados<br />

por el Proyecto mARTadero, intenté analizarlas través de una comparación con la inconografía y las<br />

modalidades narrativas occidentales, con el fin de destacar con conciencia los límites que cada uno<br />

de nosotros tiene en la análisis de los lenguajes artísticos que pertenecen a otros ámbitos culturales.<br />

Bolivia, el norte de Argentina, el sur del Perú y el norte del Chile están definidos, en el contexto del<br />

Premio Internazionale Bice Bugatti-Giovanni Segantini –que para el trecer año seguido hospeda<br />

esta importante sección curada por Fernando García Barros- “Territorios del Sur”: moviendo el axis<br />

geografico e histórico, se mueven los parametros culturales y cambian los juicios esteticos.<br />

El año pasado, entonces, marcaba el problema de la “crisis” de lectura de tales obras, comparandolas<br />

con las busquedas artisticas occidentales del XX y XXI siglo: una crisis que hay que entender, ante<br />

que todo, como un “poner en discusión nuestros parametros” frente a los lenguajes bolivianos,<br />

argentinos, chilenos, peruvianos, pero también como necesidad positiva de encontrar campos de<br />

encuentro y diálogo.<br />

Hoy me gustaría empezar desde las reflexiones de Garcia Barros, tituladas “Ideas en migración o<br />

Territorio Cultural –Centros del Sur: una región en movimiento”, en particular entiendo focalizarme sobre el<br />

piensamiento que abre el discurso: “el espacio del artista no está contenido dentro de los limites del marco, sino<br />

entre las fronteras de su visión”.<br />

Observando desde esta perspectiva, las diez obras realizadas por los artistas de la sección “Territorios<br />

del Sur” , hay diez diferentes maneras de contar el espacio: del artista y del hombre que ha realizado la<br />

obra, de la historia y del lugar donde la obra ha sido realizada; el espacio de la visión que se compara<br />

con lo de la creación; en los territorios intersticiales, en el in-between que se posiciona entre lo que<br />

vemos y lo que leemos, es entonces posible identificar esa zona mediana, ese campo inexplorado<br />

donde se encuentran culturas en aparencia diferentes, aterrizando en las islas de la mitología eterna y<br />

de las imágenes arquetípicas.<br />

Es aqui que se forma el concepto de espacio: la raíz “espa-”, como sugiere la etimología del término,<br />

contiene la idea de ampliar, de “ir hacia” y “extender”, de jalar hacia si mismo y romper; espacio<br />

también entendido como lugar o tiempo que se encuentra entre dos términos, espacio como capacidad<br />

de contener objetos y cuerpos. Espacio individual y espacio colectivo. Espacio del cuento y espacio del<br />

silencio. Espacios interiores y espacios exteriores; entre proyección y defensa de los espacios del alma<br />

y del sentir, el artista elige y delimíta su propio espacio de acción, gracias a obras que seria reductivo<br />

fijar en una idea de espacio – o mejor de territorio – generalmente reconducible al Sur America.<br />

Entonces la necesidad de hablar de “Territorios del Sur” a los cuales pueden corresponder diferentes<br />

resultados creativos que nos imponen, ante que todo, hacer espacio a una diferente concepción del<br />

atre, como la que viene de otros continentes, desde tierras lejanas por historia y cultura, por eventos<br />

sociales y políticos.<br />

Hablar de un genérico concepto de “arte suramericana” contemporáneo sería como hablar de una<br />

“arte europea”, sin distinuguir las particularidades y los aportes de cada País. Aunque aparezca<br />

asumida tal especificación, han habido diferentes exposiciones y lecturas que han interpretado de<br />

manera simplista el arte contemporáneo de la America Latina como un arte politica, empreñada<br />

29


de ansiedades revolucionarias y inspiraciones rebeldes, caracterizada por la necesidad de comunicar<br />

su propia complejidad mezclando juntos la persistencia de los acontecimientos históricos con los<br />

espacios del sueño y del cuento.<br />

Si bien es cierto que estas pueden ser componentes de la creatividad suramericana es pero necesario<br />

y más interesante probar a leer cada singulo trabajo, empezando tal vez por el concepto mismo de<br />

“espacio”, elaborado por García Barros, con la finalidad de identificar los elementos constitutivos y<br />

fundantes de cada una de las diez obras seleccionadas, en la busqueda de espacios abiertos al diálogo<br />

con el otro, con el espectador, y a la vez de espacios privados, donde queda protegida la historia íntima<br />

e individual del artista.<br />

Las obras del ROLY ARIAS y de JULIO CÈSAR SORIA JUSTO eligen, respectivamente, el signo<br />

y la materia para comunicar, en ambos casos, la sensación ligada a un lugar oscuro. En el trabajo del<br />

argentino Arias, Afuera está oscuro, el espacio se delinea por el contraste entre interior – el lugar íntimo<br />

del sentir, el alma desde la cual se observan las cosas – y exterior –el espacio desconocido y oscuro.<br />

Así también los signos plasticos negros y grises que se destacan como gestos primordiales sobre el<br />

rojo de la superficie indícan, través del contraste entre los diferentes campos, diferentes niveles de<br />

profundidad espacial: afuera es la sombra, el oscuro, tal vez el vacío. El signo sigue el sentimiento, el<br />

gesto repite la emoción del artista que, de hecho, pone en marcha la composición. Íntimo y público,<br />

interior y exterior son remodelados en un líquido amniótico que recuerda una tierra de origen, en la<br />

Marea Negra de Soria Justo.<br />

Tras manchas relucientes y grumos de pintura opacos, las evoluciones elipticas y circulares creadas<br />

por el lenguaje del artista peruviano parecen querer evocar un mundo embrional, o un caos inicial,<br />

que puede ser interior o colectivo. La Marea Negra se descompone y se concentra en el espacio de la<br />

obra y, respecto a la composición construida entre los confines de la tela por Arias, aqui la pintura se<br />

derrite siguiendo más allá, superando los límites de un espacio acuático y arquetípico.<br />

Un espacio que se condensa en los hilos de la lana que compone la obra Ultramar – k’isa Larama de la<br />

boliviana SANDRA DE BERDUCCY. La composición revela una fuerte elevación constructivista:<br />

estructuras cilíndricas de diferentes tamaños y longitudes están yuxtapuestas para crear una escultura<br />

de varias dimensiones. El tejido, hilado y tratado con procedimientos tradicionales, como especifíca<br />

el título de la obra, revela la atención del artista, una mujer, en los espacios íntimos que el trabajo de<br />

tejer reservaba a la esfera feminina: no solo suramericana, sino también occidental y europea.<br />

Entonces bien, ahora contenido en el recuerdo de un trabajo antiguo, el punto de encuentro entre<br />

culturas diferentes, entre espacios de sabiduría, donde la identidad feminina podía reconocerse y<br />

protegerse. La obra cuenta el espacio marino, intentando, en las diferentes gradaciones cromaticas,<br />

trazar la variedad de las olas y de las profundidades: el mar, otro arquetipo y mito de las orígenes es<br />

el espacio sobre el cual también MERCEDEZ RUIZ, argentina, elabora una obra de tipo figurativo,<br />

Yo nunca vi el mar (Martina en el rio): con un lenguaje de colores ácidos, calibrado en las tonalidades de<br />

los azules y de los verdes, la artista lamenta una falta, la del mar, expresada todavia través de una<br />

imagen pintada en la fría gama cromatica, reconducible a un escenario neo-pop, de gráfico, de viñeta<br />

. El espacio es la aunsencia y del deseo: Martina está en la playa y la artista dice que nunca ha ido, o a<br />

lo mejor la imagen visualiza un sueño compartido entre Martina y la artista?<br />

La tramas de otro espacio privado son simbolicamente visualizadas en la bola de lana colorada que<br />

se encuentra en la mesa de la obra Manejo, de MARIA LAURA BUCCIANTI. La artista argentina,<br />

elijiendo una perspectiva desde harriba hacia abajo, describe dos cuerpos tumbados en un espacio<br />

íntimo, quizás una habitación, mientras que una serie de objetos parecen engullidos por la mesa azul,<br />

30


que incluye brazos, piernas, manos y pies: celulares, colga-ropa, lata, ojos, zapatos de niño, tal vez una<br />

corona juguete. La imágen surreal recurre los territorios del sueño y de la pesadilla, en una atmósfera<br />

suspendida y prohibida, como el gesto de la figura a la derecha, a cuya visión conduce al recurrido<br />

del hilo del estambre.<br />

Espacios surreales y oníricos aparecen visualizados en la obra de NIVARDO TORRICO, nacido en<br />

Tarija, Bolivia, que vive en Bergamo: un curioso pajaro con alas mecanicas vuela sobre raros objetos<br />

de cabeza casi circular, con agujeros al centro como si tuvieran ojos vacíos: parecen habitantes de una<br />

tierra desconocida, dirigidos hacia un horizonte que no se les permite ver a los espectadores. El tema<br />

de viaje está presente también en la obra de ANDRÉS JUSTINIANO SIERRA, argentino, que nos<br />

saluda con las palabras Chau, gracias por todo, desde una ciudad espectral o galáctica, apenas visbile en<br />

el fondo, atravesado por el vuelo de un avión y por una curiosa elipses lunar.<br />

Fragmentos visuales de un Universo, también originarios de lugares oníricos e inquietantes, son visualizados<br />

por DIEGO GARCĺA ARRÁZOLA que declara, ya en el titulo, su propia responsabilidad en<br />

la elección de la selección de fragmentos. En un esfuerzo de recoletar y ordenar signos, objetos,<br />

imágenes y trazas de estos universos magmáticos, el artista opta por la polifonía de materiales y<br />

elementos compositivos, asignando a los singulos cuadros diversamente conectados y comunicantes<br />

entre ellos, la tarea de visualizar, cuadro tras cuadro, un nuevo big-bang de inconos y mensajes que, a<br />

lo contrario, se diluyen en la pintura de ROSSMARY MAMANI.<br />

Se llama Territorio libre y se concentra en la parte central, torso y piernas, de un trabajador, posiblemente<br />

un minero: son conocidos los enfrentamientos, también actuales, entre los bolivianos y el gobierno,<br />

a causa de las condiciones del trabajo y de la pobreza del lugar. Si el arte debe hacerse cargo de la<br />

sociedad en la que se desarrolla, el Territorio libre de Mamani aparece ser la pared sobre la cual quedan<br />

las huellas de un paso humano, un territorio para re-escribir con las manos libres de los instrumentos<br />

con los cuales se trabaja duro sin obtener necesarios soportes.<br />

Es el cuerpo que se convierte en el espacio, la piel que se hace tierra sobre la cual los signos de un<br />

acoetecimiento individual y de la historia colectiva se vuelven Cicatrices que no se boran, en la obra de<br />

GUNNAR A. QUISPE SANJINES, boliviano de Potosí, la única ciudad americana citada en el Don<br />

Quijote, por la riqueza mineral de su tierra, proveedora de la plata española. Las cicatrises que no pueden<br />

ser olvidadas son entonces las de la explotación sufrida por los Indios durante el reino de Francisco<br />

de Toledo, cuando miles de ellos morían en las minas: aun hoy, las precarias condiciones laborales<br />

y la falta de medidas de protección determina una baja espectativa de vida de los mineros que solo<br />

llega a los 40 años, re-abriendo las duras cicatrises infligidas por la historia. En la obra de QUISPE<br />

SANJINES, un antiguo habitante, con la cara pintada, agarra los simulacros de su creencia y nos<br />

observa. Desde un espacio oscuro, desde la noche de la memoria, el hombre nos mira, entregadonos<br />

toda su historia, tatuada en su cara. Regresan en la miente las letras líricas de Jorge Luis Borges, en el<br />

Elogio de la sombra, donde el grande escritor argentino evocaba, línea tras línea, la presencia carnal de<br />

los recuerdos, la cara de la vejez y el destino de las cosas que han llenado su espacio.<br />

Así parece también hacer el personaje que sale del vacio negro de esta ultima obra: el espacio del<br />

arte se convierte asi en el lugar donde trapasar los limites y los confines geograficos, politicos, socioculturales,<br />

pero también la tierra donde cultivar y proteger nuestra creativa individualidad.<br />

31


“(…)Esta penumbra es lenta y no duele;<br />

fluye por un manso declive<br />

y se parece a la eternidad.<br />

Mis amigos no tienen cara,<br />

las mujeres son lo que fueron hace ya tantos años,<br />

las esquinas pueden ser otras,<br />

no hay letras en las páginas de los libros.<br />

Todo esto debería atemorizarme,<br />

pero es una dulzura, un regreso.<br />

De las generaciones de los textos que hay en la tierra<br />

sólo habré leído unos pocos,<br />

los que sigo leyendo en la memoria,<br />

leyendo y transformando.<br />

Del Sur, del Este, del Oeste, del Norte,<br />

convergen los caminos que me han traído<br />

a mi secreto centro.<br />

Esos caminos fueron ecos y pasos,<br />

mujeres, hombres, agonías, resurrecciones,<br />

días y noches,<br />

entresueños y sueños,<br />

cada ínfimo instante del ayer<br />

y de los ayeres del mundo,<br />

(... )<br />

Ahora puedo olvidarlas. Llego a mi centro,<br />

a mi álgebra y mi clave,<br />

a mi espejo.<br />

Pronto sabré quién soy.”<br />

32<br />

Ilaria Bignotti, 21 agosto 2011


<strong>PREMIO</strong> <strong>BICE</strong> <strong>BUGATTI</strong> - <strong>GIOVANNI</strong> <strong>SEGANTINI</strong> 2011<br />

Sezione internazionale<br />

Lettura critica delle opere<br />

Quando, lo scorso anno, mi fu chiesto di introdurre le opere realizzate dagli artisti del Proyecto<br />

mARTadero, avevo cercato di analizzarle attraverso un confronto con la nostra iconografia e le nostre<br />

modalità narrative occidentali, al fine di sottolineare con ancora più perentoria consapevolezza i limiti<br />

che ciascuno di noi ha nell’analisi di linguaggi artistici appartenenti ad altri ambienti culturali.<br />

La Bolivia, il nord dell’Argentina, il sud del Perù e il nord del Cile sono non a caso definiti, nel<br />

contesto del Premio Internazionale Bice Bugatti-Giovanni Segantini che per il terzo anno ospita<br />

questa importante sezione curata da Fernando Garcia Barros, “Territori del Sud”: spostando l’asse<br />

geografico e storico, si spostano i parametri culturali e mutano i giudizi estetici.<br />

L’anno scorso quindi accentuavo il problema della “crisi” di lettura di tali opere confrontandole con<br />

le ricerche artistiche occidentali del XX e del XXI secolo: una crisi da intendersi, innanzitutto, come<br />

messa in dubbio dei nostri parametri di fronte ai linguaggi boliviani, argentini, cileni, peruviani, ma<br />

anche come positiva necessità di trovare terreni comuni di confronto e di fertile dialogo.<br />

Oggi mi piacerebbe invece partire dalle riflessioni di Garcia Barros, intitolate “Idee in migrazione o<br />

Territorio Culturale – Centri del Sud: una regione in movimento”, in particolar modo focalizzandomi sul<br />

pensiero con il quale apre il discorso: “lo spazio dell’artista non è contenuto dentro i limiti della cornice, ma tra<br />

le frontiere della sua visione”.<br />

Osservandole da questa prospettiva, le dieci opere realizzate dai dieci artisti della sezione “Territori<br />

del Sud” sono, innanzitutto, dieci diversi modi di raccontare lo spazio: dell’artista e dell’uomo che<br />

ha fatto l’opera, della storia e del luogo in cui l’opera è stata realizzata; lo spazio della visione si<br />

confronta con quello della creazione; nei territori interstiziali, nell’in-between che si colloca tra ciò che<br />

vediamo e ciò che leggiamo, è allora possibile rintracciare quella zona di mezzo, quel terreno ancora<br />

inesplorato dove si incontrano tra loro culture apparentemente diverse, approdando alle isole delle<br />

eterne mitologie e delle immagini archetipiche.<br />

È qui che si forma anche il concetto di spazio: la cui radice spa-, come ci suggerisce l’etimologia<br />

del termine, contiene l’idea di stendere ed estendere, di spingersi verso e di tendere a, di tirare a sé<br />

e di strappare; spazio anche come luogo o tempo che sta tra due termini, spazio come capacità di<br />

contenere oggetti e corpi. Spazio individuale e spazio collettivo. Spazio del racconto e spazio del<br />

silenzio. Spazi interni e spazi esterni; tra proiezione e difesa degli spazi dell’anima e del sentire, l’artista<br />

sceglie e delimita il proprio spazio d’azione, grazie ad opere che sarebbe davvero riduttivo collocare<br />

in una idea di spazio – o meglio di territorio – generalmente ascrivibile al Sud America. Ecco allora<br />

la necessità di parlare di “Territori del Sud”, ai quali cor-rispondono i diversi risultati creativi che ci<br />

impongono, innanzitutto, di fare spazio ad una diversa concezione dell’arte, qual è quella proveniente<br />

da altri continenti, da terre lontane per storia e per cultura, per vicende sociali e politiche.<br />

Parlare di una generica arte sudamericana contemporanea sarebbe come parlare di un’arte europea,<br />

senza distinguere le specificità e gli apporti di ogni Paese. Benché appaia scontata tale annotazione,<br />

sono state diverse, anche recenti, le mostre e le letture che hanno interpretato semplicisticamente<br />

l’arte contemporanea dell’America Latina come un’arte politica, impregnata di ansie rivoluzionarie e<br />

di afflati ribelli, caratterizzata dalla necessità di comunicare la propria complessità fondendo insieme<br />

la persistenza delle vicende storiche con gli spazi del sogno e del racconto.<br />

33


Se queste possono certo essere componenti della creatività sudamericana, è però necessario e più<br />

interessante provare a leggere ogni singolo lavoro, magari partendo proprio da quel concetto di<br />

spazio elaborato da Garcia Barros, al fine di rintracciare gli elementi costitutivi e portanti di ciascuna<br />

delle dieci opere selezionate, alla ricerca di spazi aperti al dialogo con l’altro, con lo spettatore, e di<br />

spazi privati dove invece è protetta la storia intima e individuale dell’artista.<br />

Le opere di ROLY ARIAS e di JULIUS CÈSAR SORIA JUSTO scelgono, rispettivamente, il segno<br />

e la materia per comunicare, in entrambi i casi, la sensazione legata ad un luogo oscuro. Nell’opera<br />

dell’argentino Arias, Afuera está oscuro, lo spazio si delinea per il contrasto tra interno – il luogo intimo del<br />

sentire, l’anima dalla quale osservare le cose – ed esterno – lo spazio imprecisato e oscuro. Così anche<br />

i segni plastici neri e grigi che si stagliano come gesti primordiali sul rosso della superficie indicano,<br />

attraverso il contrasto tra le diverse campiture, diversi piani di profondità spaziale: fuori è l’ombra, il<br />

buio, forse il vuoto. Il segno segue il senso, il gesto ripete l’emozione dell’artista che, appunto, mette<br />

in moto la composizione. Intimo e pubblico, interno ed esterno sono invece rimescolati, in un liquido<br />

amniotico memore di una terra delle origini, nella Marea Negra di Soria Justo. Tra macchie rilucenti<br />

e grumi opachi pittorici, le evoluzioni ellittiche e circolari create dal linguaggio dell’artista peruviano<br />

paiono voler evocare un mondo embrionale, o un iniziale caos che può essere interiore o collettivo. La<br />

Marea Negra si scompone e addensa nello spazio dell’opera e, rispetto alla composizione comunque<br />

costruita entro i confini della tela da Arias, qui la pittura si discioglie proseguendo la sua colata oltre i<br />

margini, travalicando i limiti di uno spazio acquoreo e archetipale. Uno spazio che invece si condensa<br />

nei fili cangianti della lana che compone l’opera Ultramar – k’isa Larama della boliviana SANDRA<br />

DE BERDUCCY. La composizione rivela una forte ascendenza costruttivista: strutture cilindriche di<br />

diverse dimensioni e lunghezze sono tra loro accostate a creare una scultura di dimensioni differenti.<br />

Il tessuto, trattato e filato con procedimenti tradizionali, come specifica la didascalia dell’opera, rivela<br />

l’attenzione dell’artista, una donna, agli spazi intimi che il lavoro della tessitura riservava alla sfera<br />

femminile: non solo sudamericana, ma anche occidentale ed europea. Ecco allora, racchiuso nel<br />

ricordo di un mestiere antico, il punto d’incontro tra culture differenti, tra spazi sapienziali dove<br />

l’identità femminile poteva riconoscersi e proteggersi. L’opera racconta lo spazio marino, provando<br />

nelle diverse gradazioni cromatiche a rintracciarne la varietà delle onde e delle profondità: il mare,<br />

altro archetipo e mito delle origini, è lo spazio sul quale anche MERCEDES RUIZ, argentina, elabora<br />

un’opera dall’impianto figurativo, Yo nunca vi el mar (Martina en el rio): con un linguaggio dai colori acidi,<br />

calibrato sulle tonalità dei blu e dei verdi, l’artista dichiara una mancanza, quella del mare, resa tuttavia<br />

possibile attraverso l’immagine dipinta nella fredda gamma cromatica, ascrivibile a uno scenario neopop,<br />

da grafico, da fumetto. Lo spazio è quello dell’assenza e del desiderio: Martina è sulla spiaggia e<br />

l’artista dice di non esservi mai andata: oppure l’immagine visualizza un sogno che accomuna Martina<br />

e l’artista?<br />

Le trame di un altro spazio privato sono simbolicamente visualizzate dal grande gomitolo di lana<br />

colorata che campeggia sul tavolo dell’opera Manejo, di MARIA LAURA BUCCIANTI. L’artista<br />

argentina, scegliendo una prospettiva dall’alto, descrive due corpi sdraiati in uno spazio intimo, forse<br />

una camera, mentre una serie di oggetti paiono fagocitati dal tavolo blu che ospita braccia e gambe,<br />

mani e piedi: cellulari, appendiabiti, lattine, occhi, scarpe da bambino, forse una corona giocattolo.<br />

L’immagine surreale percorre i territori del sogno e dell’incubo, in un’atmosfera sospesa e proibita,<br />

come il gesto della figura a destra, alla cui visione conduce anche il percorso del filo del gomitolo.<br />

Spazi surreali e onirici sono visualizzati dall’opera di Nivardo Torrico, originario di Tarija, in Bolivia,<br />

ma residente a Bergamo: un curioso uccello dalle ali meccaniche vola su un dispiegarsi di strani<br />

oggetti dalla testa vagamente circolare, bucati al centro come se avessero grandi occhi cavi: sembrano<br />

abitanti di una terra sconosciuta, tesi verso un orizzonte che a noi spettatori non è concesso vedere. Il<br />

tema del viaggio è presente anche nell’opera di ANDRÉS JUSTINIANO SIERRA, argentino, che ci<br />

34


saluta dicendo Chau, gracias por todo, partendo da una città spettrale o galattica appena accennata sullo<br />

sfondo, solcata dal volo di un aeroplano e di una curiosa ellissi lunare.<br />

Fragmentos visuales de un Universo, anch’essi provenienti da luoghi onirici ed inquietanti, sono visualizzati<br />

da DIEGO GARCĺA ARRÁZOLA che dichiara, fin dal titolo, la propria responsabilità nella scelta<br />

e nella selezione di tali frammenti. Nello sforzo di raccogliere e ordinare segni, oggetti, immagini e<br />

tracce di questi universi magmatici, l’artista sceglie la polifonia di materiali e di elementi compositivi,<br />

affidando a singoli riquadri diversamente collegati e dialoganti tra loro il compito di visualizzare,<br />

frame dopo frame, un nuovo big-bang di icone e messaggi che invece si stemperano nel dipinto<br />

di ROSSMARY MAMANI. Si intitola Territorio libre e inquadra la parte centrale, busto e gambe, di<br />

un lavoratore, forse un minatore: noti sono gli scontri, anche recenti, dei boliviani con il governo,<br />

a causa delle dure condizioni lavorative e della povertà del luogo. Se l’arte deve farsi carico della<br />

società in cui vive, il Territorio libero di Mamani pare allora essere quel muro sul quale restano le tracce<br />

di un passaggio umano, un territorio da ri-scrivere con le mani libere dai mezzi con i quali si lavora<br />

duramente senza ottenere i necessari sostegni.<br />

È il corpo a diventare spazio, la pelle a farsi terreno sul quale i segni della vicenda individuale e della<br />

storia collettiva diventano Cicatrices que no se borran, nell’opera di GUNNAR A. QUISPE SANJINES,<br />

boliviano di Potosí, unica città americana citata nel Don Chisciotte per la ricchezza mineraria della terra,<br />

fornitrice dell’argento spagnolo. Le cicatrici che non possono essere dimenticate sono allora quelle<br />

dello sfruttamento disumano subito dagli Indios durante il regno di Francisco de Toledo, quando a<br />

migliaia morivano nelle miniere: ancor oggi, le precarie condizioni lavorative e la carenza di elementari<br />

misure protettive determinano la bassa aspettativa di vita dei minatori che arrivano mediamente ai 40<br />

anni, rinnovando le dure cicatrici inflitte dalla storia. Nell’opera di QUISPE SANJINES, un antico<br />

abitante, dal volto dipinto, regge i simulacri del suo credo e ci osserva. Da uno spazio oscuro, dalla<br />

notte della memoria, l’uomo ci osserva, consegnandoci la sua storia, tatuata sul suo volto. Tornano<br />

alla mente le liriche parole di Jorge Luis Borges affidate all’Elogio dell’ombra dove il grande scrittore<br />

argentino evocava, riga dopo riga, la carnale presenza dei ricordi, il volto della vecchiaia e il destino<br />

delle cose che han colmato il suo spazio.<br />

Così pare anche fare il personaggio che esce dal nero vuoto di quest’ultima opera: lo spazio dell’arte<br />

diventa così il luogo in cui travalicare limiti e confini geografici, politici, socio-culturali; ma anche il<br />

terreno dove coltivare, e proteggere, la nostra creativa individualità.<br />

“(…) Questa penombra è lenta e non fa male;<br />

scorre per un mite pendio<br />

e somiglia all’eterno.<br />

Gli amici miei non hanno volto,<br />

le donne son quello che furono in anni lontani,<br />

i cantoni sono gli stessi ed altri,<br />

non hanno lettere i fogli dei libri.<br />

Dovrebbe impaurirmi tutto questo<br />

e invece è una dolcezza, un ritornare.<br />

Delle generazioni di testi che ha la terra<br />

non ne avrò letti che alcuni,<br />

quelli che leggo ancora nel ricordo,<br />

che rileggo e trasformo.<br />

Dal Sud, dall’Est, dal Nord e dall’Ovest<br />

convergono le vie che mi han condotto<br />

al mio centro segreto.<br />

35


Vie che furono già echi e passi,<br />

donne, uomini, agonie e risorgere,<br />

giorni con notti,<br />

sogni e immagini del dormiveglia,<br />

ogni minimo istante dello ieri<br />

e degli ieri del mondo,<br />

(…) Posso infine scordare. Giungo al centro,<br />

alla mia chiave, all’algebra,<br />

al mio specchio.<br />

Presto saprò chi sono.<br />

36<br />

Ilaria Bignotti, 21 agosto 2011


Cruzando el océano: artistas italianos en Cochabamba<br />

PUENTES INVISBLES<br />

De todos los cambios de lengua que debe enfrentar el viajero en tierras lejanas,<br />

ninguno iguala al que le espera en la ciudad de Ipazia,<br />

porque no se refiere a las palabras sino a las cosas. (…)<br />

Comprendí que debía liberarme de las imágenes que hasta entonces me<br />

habían anunciado las cosas que buscaba: sólo entonces lograría entender el lenguaje de Ipazia.<br />

Italo Calvino, Las ciudades invisibiles<br />

Cruzando las fronteras y cambiando el horizonte, los puntos cardinales, los espacios de referencia<br />

físicos y mentales, varían el lenguaje y las cosas que éste nombra.<br />

Ocurre un movimiento que pone en cuestión la relación entre los signos y los conceptos a esos destinados<br />

por su cultura. El conocimiento de la persona oscila entre el “background” cultural que le pertenece a<br />

él, el resultado del lugar y el tiempo en que vive, y las imágenes y los significados inesperados, se desliza<br />

hacia una visión alternativa de la realidad que le rodea y hacia un nuevo sistema de comunicación.<br />

Aquí, entonces, que el espacio en que el pensamiento se mueve crece, al igual que los caminos transitables,<br />

fortaleciendo en la mente el privilegio de la duda y de la elección, de una pluralidad de visiones en las<br />

que cada uno apela a su propia sensibilidad, el genius loci del medio ambiente en que vive, y todas esas<br />

experiencias pueden alterar el centro de gravedad de sus ideas.<br />

Es esencial que la visión del hombre se mantenga, por así decirlo, “multiocular”, y que base su<br />

interpretación del mundo en la síntesis de muchos puntos de vista, rechazando una visión global única<br />

de la dirección y la limitación de velocidad. De hecho, la creatividad no se puede atribuir a una sola<br />

historia y a una sola categoría, no se puede leer segun parámetros fijos o simplemente habituales.<br />

La obra de arte actúa como una variable que escapa a cualquier forma o fórmula unívoca. Entre ella y<br />

el observador se produce un tipo de reacción química cuyos componentes están en constante cambio<br />

con resultados imprevedibles. El arte, como un poliedro cuyas caras son visibles con una secuencia de<br />

movimientos, requiere un espectador con una mirada y una mente fluidas, por lo tanto capaz de varios<br />

niveles de interpretación en el laberinto de signos y significados posibles.<br />

Un intercambio que quiere ser a la vez artístico y cultural, como lo que ha sido realizado por el Bice<br />

Bugatti Club (Nova Milanese, Italia) con el Proyecto mARTadero (Cochabamba, Bolivia), implica un<br />

viaje que es a la vez físico y semántico. Las obras, enviadas desde los territorios del Sur (Bolivia, norte<br />

de Argentina, sur de Perú y norte de Chile) a Italia y viceversa, llegan físicamente a un nuevo entorno<br />

geográfico y cultural, y a un código de interpretación y de narrativa diferente.<br />

La imagen y el ojo. El lenguaje del arte y la valoración estética del espectador. Un encuentro cuyas<br />

dificultades son innegables por los límites impuestos por los diversos antecedentes históricos, el origen<br />

social y cultural, pero que no es necesario cancelar o restablecer. Porque el hombre no puede vivir en<br />

un grado cero de conocimiento. Lo que el arte pide es la disposición a la dialéctica, una tensión viva<br />

que pueda generar cortocircuitos que hagan perder el control de los sistemas convencionales para<br />

generar otros nuevos. Cambian los signos, las formas y los conceptos, pero cada creación artística es<br />

una historia del hombre y como tal pertenece a un universo arquetípico comun, una memoria colectiva<br />

y original, un espacio compartido donde las múltiples interpretaciones utilizan códigos de expresión<br />

diferentes, pero todos válidos.<br />

37


El hombre, la naturaleza y el sentimiento. Los paisajes de Elena Strada, Franco Marrocco y<br />

Alessandro Savelli roban a la naturaleza las sugerencias del color, un instrumento privilegiado de<br />

investigación, para evocar los lugares del alma, devueltos a la lona través de las trazas, de los fragmentos<br />

de sueños y de los recuerdos. Es el espacio de lo no dicho, la falta de conexión lógica desde el cual se<br />

libera el vuelo poético. Es la luz melanconica de Adelanto del verano, el pensamiento que escribe en un<br />

cielo suburbano, son las impresiones de los colores de la puesta del sol que persisten en el Cielo Nocturno<br />

justo antes que lo oscuro hunda todo en un confuso abismo. Ut pictura poesis 20 .<br />

Elena Strada trata el lienzo como un diario intimo donde los signos, alternando la materia y la<br />

transparencia, la libertad y el autocontrol, desenfocan las las formas negando la evidencia, volviednolas<br />

inestables e incertas. Son lo eliminado, los sueños olvidados que salen a la superficie por un momento y<br />

se hunden de nuevo en el sótano del ego, antes de llegar a la visión clara de un día de verano. El artista<br />

pinta el sentimiento agridulce de ausencia, el fracaso en lograr la plenitud y lo hace con una pintura cuyos<br />

tonos cálidos, iluminados por ocasionales pinceladas blancas, parecen amenazados por las sombras que<br />

pasan detrás de ellos. Un creciente abismo imparable que se traga los rojos, los rosas, los naranjas, los<br />

beiges, y sus promesas tranquilizadoras. La abstracción se hace más intensa en Trayectorias – cielo de<br />

periferia de Franco Marrocco cuya pintura lisa logra efectos de desvanecimiento. El material de pintura<br />

cromático se funde para convertirse en un polvo fino y evanescente, se transforma en el espacio infinito<br />

y primitivo, el lugar no-lugar de un azul brillante. Y en este ultra-mar infinito el hombre deja el signo<br />

de su pasaje: un pincel de color rojo que cristaliza el gesto, de lo contrario destinado a perderse en el<br />

curso de los acontecimientos. Es el testimonio de una existencia que se niega al olvido y con terquedad<br />

y valentía asigna un residuo de sí mismo al flujo indistinto de tiempo.<br />

Alessandro Savelli traza las coordenadas esenciales de un mapa celeste con unos pocos elementos<br />

pictóricos. La estructura de composición ordenada por bandas paralelas separa in primis el mar y el cielo,<br />

pero el rigor del sistema está interrumpido por destellos repentinos de luz y explosiones a través de las<br />

nubes que, como ventanas, abren a la visión de un espacio distante, en otra parte, destino tan deseado<br />

de este viaje por mar ideal. A ese mar conducen el deseo de un nuevo horizonte y la guia de la luna y las<br />

estrellas, leitmotiv reales de la poética del artista. El viajero teme los peligros de la navegación y confía en<br />

ellos dirigiendo la mirada hacia arriba, como lo sugiere la directriz vertical en el centro de la imagen. En<br />

la infinidad del mar y el cielo, que se avecina en la oscuridad de la noche, el reino de la indeterminación,<br />

son los únicos símbolos familiares y reconocibles en los cuales confiar. Sólo queda una duda imposible<br />

de disolver, que este no sea más que un espejismo engañoso, un sueño con los ojos abiertos.<br />

El viaje, el tiempo y la casa. La luna indica el camino al navegante en Cielo nocturno no es más que el<br />

barco en el centro de la obra El viaje de Antonio Pizzolante. Es suficiente un cambio de perspectiva.<br />

La luna, el vehículo simbólico para las exploraciones fantásticas, se convierte en el barco, que aquí es el<br />

medio de un viaje mucho más concreto y real. Esto se manifiesta por la elección del autor que realiza<br />

su trabajo con el hierro, dando así al tacto una consistencia tridimensional que, literalmente, le da<br />

cuerpo. El barco no se mueve el azul del mar, pero en la tierra marrón, una tierra cuya horizontalidad<br />

se hace hincapié en el papel con fuerza. No es un viaje onírico entonces, pero absolutamente terreno.<br />

Es la representación de la vida humana, el camino que cada uno de nosotros realiza en el tiempo y en<br />

la historia en la busqueda de sí mismo y de su identidad. Las formas simples y arcaicas, el equilibrio<br />

absoluto de la composición que con rigor distribuye llenos y vacíos, dan a la imagen y a su significado<br />

un carácter sagrado con rasgos mitológicos.<br />

El tema existencial que pertenece sin duda a Antonio Pizzolante es compartida con tonos muy<br />

diferentes, por Angelo Cesana. Lejos de la ratio y del orden geométrico, el enfrenta con dramaticidad<br />

20 Orazio en el Ars Poetica utiliza esta formula para indicar los vinculos entre las dos artes: poesia y pintura.<br />

38


el difícil caminino del hombre para la búsqueda de la verdad. Del gran libro Los signos del tiempo es la<br />

exégesis de una búsqueda espiritual dolorosa, teñida de rojo y negro, que caracteriza la vida del hombre<br />

desde el principio. El lienzo, página sagrada, es el escenario de una lucha en la que el alma encuentra su<br />

camino entre las lágrimas y los tormentos, cuestionando la λόγος, el Verbo, hecho gráfico que surge de<br />

un magma confuso, con la esperanza de encontrar respuestas al misterio de la vida . Un camino interior<br />

doloroso representado por la pintura densa de Cesana, un esfuerzo que va más allá del tiempo de la<br />

historia y de la memoria.<br />

Pierantonio Verga también dirige su atención hacia lo íntimo y lo espiritual, que en este caso asume el<br />

carácter de una espera. En Un hogar para los poetas aparecen el cielo, la tierra, dos árboles y dos montañas<br />

donde en el punto de unión, se encuentra una casa, el hogar de los poetas, el refugio y la custodia segura<br />

de las emociones. El poeta / artista es alguien que sabe escuchar un mensaje del cual ser profeta. Espera<br />

con paciencia, olfatea el silencio en busca de una vibración posible. Las formas icónicas, que Verga<br />

inmerge en una zona tranquila suspendida en el tiempo, construyen un espacio privado, oculto, que es<br />

un lugar de conciencia, donde se mezclan el presente y los recuerdos. Aquí el poeta se retira, solo con<br />

sí mismo, para defender sus ojos y su alma, que enérgicamente buscan el sentido y la magia más allá de<br />

las apariencias.<br />

Mira a las máquinas célibes de Duchamp el extraño artilugio dunas surrealista del Juego surreal en duna<br />

de oriente de Max Marra. Un mecanismo híbrido que la imaginación reúne en formas imposibles y la<br />

que funciona según dinámicas desconocidas. Es el reino del absurdo, donde las leyes de la lógica no<br />

hay, y todo es posible. Marra abre los ojos a una dimensión de sueño que lleva los colores y las formas<br />

sinuosas de los desiertos de Oriente, un encanto que tiene la sensación de una memoria borrosa y<br />

distorsionada, que se rompe en un sueño después de un largo letargo. El artista pone en marcha la<br />

máquina del tiempo, la pintura ganó la tercera dimensión con un hinchazón parecido a un vientre, el<br />

pasado se vuelve futuro en el espacio y desafia nuestras percepciones.<br />

El alma y el cuerpo. El alma que toma el cuerpo para dar la visión de su sufrimiento. El alma dolida que<br />

revela sus cicatrices talladaa en una maetria, trabajada con la fuerza del signo, legado del arte del grabado,<br />

y sus resultados de pintura. Esto es lo que Alessandro Carozzi representa con rasgos expresionistas en<br />

la obra Cuerpo Emocional. Una forma androide sin cara, sin identidad, sin color, que pone al descubierto<br />

los signos y las heridas dejadas por los recuerdos y remordimientos, por los temores y los sentimientos<br />

experimentados o eliminados. Los dos tonos blanco / negro, interrumpido ocasionalmente por las<br />

salpicaduras de color marrón, evoca una sensación de privación y auto-anulación, lo que reduce el alma<br />

del artista a un maniquí sin vida, sin pulso vital. Tal vez un descanso de sí mismo y del mundo antes de<br />

empezar una nueva vida. Una etapa larval que no se olvida, que se mantiene dentro de cada uno, como<br />

huella indeleble de nuestra alma herida.<br />

En su Convivencias Andrea Cereda usa de materiales pobres, de recuperación y vuelve a trabajarlos:<br />

hojas dobladas y luego cosidas, atacado por color óxido. El artista monta cada material en un cuerpo<br />

más grande, resultado de la unión de tantas partes que se encuentran y se ajustan de acuerdo a una<br />

nueva red de contactos y relaciones. Construye una composición equilibrada y racional, sin eliminar los<br />

arañazos y rozaduras de los metales. Estos son los signos del tiempo y la experiencia que cada uno lleva<br />

consigo y que el autor tiene la intención de respetar. Sólo de esta manera es posible crear una relación<br />

entre pasado, presente y futuro, la convivencia entre lo que fue y lo que será. El material de desecho<br />

en las manos del artista se convierte en algo distinto de sí mismo, preservando la historia singular y<br />

extraordinario que el tiempo ha marcado en su superficie.<br />

La ciudad. Dónde se desarrolla la convivencia, donde las cosas suceden. Hábitat urbano y mecanizado<br />

del hombre contemporáneo. Giovanni Cerri pinta un microcosmos brillante y algido en las paredes<br />

39


donde el cemento y las paredes descascaradas de las zonas industriales contrastan con los colores vivos<br />

y brillantes del cielo poblado por grúas y chimeneas, mensajeros cibernéticos de un nuevo mundos y<br />

de una nueva civilización. A sironiana metafísica 21 en versión pop, donde la quietud de la atmósfera<br />

bloquea el dinamismo de Suburbia congelando, en una imagen clara y siniestra, la ansiedad frenética<br />

de edificar el nuevo, la soledad y la alienación del hombre en este sub-urbs (sub-ciudad) geneticamente<br />

modificada.<br />

Ciudad de Pripyat de Tullio Forgione da un paso más, presentando el escenario apocalíptico de la ciudad<br />

de Pripyat, Ucrania, abandonada en toda prisa en el 1986, tras el desastre de Chernobyl. Los residuos<br />

nucleares, enterrados bajo montículos de tierra contaminada, destruyen la vida y el aire, que está viciado<br />

y sofocante, cargado de partículas radiactivas que atacan todas las formas de vida, natural y artificial.<br />

La corrosión causada por la atmósfera, representada a través de las capas de pintura, las manchas, los<br />

arañazos y las coladas, es un agresión continua a la estructura interna de las cosas que, después de esta<br />

tragedia, sufrió mutaciones irreversibles. El hombre se ha ido. Se fue del escenario de sus errores para<br />

salvarse. Lo que queda son las ruinas de Pripyat, una ciudad fantasma situada en un tiempo suspendido,<br />

en el silencio eterno de la muerte. En lo alto, en el cielo oxidado de estos sitios, sin embargo, aparece<br />

una grieta, la posibilidad de un destino diferente. La naturaleza, ofendida y distorsionada, resiste y, con<br />

tenacidad, va a generar una nueva vida.<br />

La historia y la sociedad. Los colores alegres, el dibujos infantil, las formas que hacen un guiño al arte<br />

callejero y al art-bru son el lenguaje alegre elegido por el joven artista Marco La Rocca para evocar los<br />

acontecimientos trágicos de la guerra del agua de Cochabamba en las cuatro obras tituladas la Guerra<br />

de Joe. En abril de 2000, más de 600.000 personas salieron a las calles de Cochabamba, y marcharon en<br />

contra del gobierno boliviano, pora que derogara la ley de privatización del agua. El enfrentamiento<br />

con la policía duró varios días, tomando la forma de una dura guerrilla que terminó, después de que<br />

el gobierno abolió la medida, con muchas detenciones, heridos y muertos. El tono poco convencional<br />

con el que La Rocca representa un universo acuático habitado por animales extraños y coloridos, cuyos<br />

cuerpos se asemejan a las texturas de las telas tradicionales de America Latina, así como las formas<br />

abultadas de los vasos zoomorfos con flores, contrastan con el contenido dramático provocando un<br />

efetco de extraño distanciamiento. El sufrimiento de Joe, que personifíca en la obra el pueblo boliviano,<br />

se convierte en un símbolo positivo de la lucha por el bien común. Un ejemplo de rebelión contra un<br />

poder político que se ha olvidado de su deber de trabajar para la res publica, el bien común. En una<br />

sociedad donde los valores éticos y cívicos parecen olvidadas Claudio Borghi dedica un Monumento al<br />

no se que y a casi nada. Un monumento, un recuerdo pero mas que todo una advertencia (del latin monēre,<br />

recordar, advertir). Con ironía desencantada y amargura brillante, el escultor da forma al vacío de<br />

valores y sentimientos que percibe a su rededor y lo vuelve tangible para todos. El artista, el verdadero,<br />

mira más allá de las apariencias y llama a las cosas con su nombre. Sólo así es posible aportar al cambio.<br />

No hay entusiasmo expresivo en la escultura de expresión de Borghi. El acero corten toma formas<br />

simples y regulares, medidas, dinamizadas por un movimiento oblicuo y de forma espiral, que en la<br />

alternancia de la formas entre el vacío y lleno, modelan el espacio con el pudor que tiene la reflexión<br />

silenciosa, la mirada aguda y penetrante.<br />

Alessia Barzaghi<br />

12 septiembre de 2011<br />

21 Mario Sironi (1883-1961), pintor italiano que desarrolla su trabajo en el “Movimiento del Novecientos” milanese<br />

(años ’20), conocido por su paisajes urbanos y sus periferias caracterizadas por tonos oscuros y brumosos.<br />

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PONTI INVISIBILI<br />

Di tutti i cambiamenti di lingua che deve affrontare il viaggiatore in terre lontane, nessuno uguaglia quello che lo<br />

attende nella città di Ipazia, perchè non riguarda le parole ma le cose. (…) Capii che dovevo liberarmi dalle<br />

immagini che fin qui m’avevano annunciato le cose che cercavo: solo allora sarei riuscito ad intendere il linguaggio di<br />

Ipazia.<br />

Italo Calvino, Le città invisibili<br />

Attraversando i confini e cambiando gli orizzonti, i punti cardinali, gli spazi di riferimento fisici<br />

o mentali, variano il linguaggio e le cose che esso nomina. Avviene uno spostamento che mette<br />

in discussione i legami tra i segni e i concetti destinati loro da ciascuna cultura. La conoscenza<br />

dell’individuo oscilla tra il background culturale che gli appartiene, frutto del luogo e del tempo in<br />

cui vive, e immagini e significati imprevisti, scivola verso una visione alternativa della realtà che lo<br />

circonda e verso un nuovo impianto comunicativo.<br />

Ecco allora che lo spazio in cui si muove il pensiero si amplia, e con esso le strade percorribili,<br />

rafforzando nell’intelletto il privilegio del dubbio e della scelta, di una pluralità di visioni in cui<br />

ciascuno fa appello alla sua personale sensibilità, al genius loci dell’ambiente in cui vive, e a tutte quelle<br />

esperienze in grado di alterare il baricentro delle sue idee.<br />

È di fondamentale importanza che la visione dell’uomo si mantenga, per così dire, multioculare, e<br />

che si affidi quindi nelle sue interpretazioni del mondo alla sintesi di più punti di vista, rifiutando uno<br />

sguardo globale dalla direzione unica e limitante. La creatività infatti non è ascrivibile ad un’unica<br />

storia e ad una sola categoria, non può essere letta secondo parametri fissi o semplicemente consueti.<br />

L’opera d’arte si comporta come una variabile che si sottrae a qualsiasi forma o formula univoca. Tra<br />

essa e l’osservatore avviene una sorta di reazione chimica i cui componenti mutano costantemente<br />

con risultati imprevedibili. L’arte, come un poliedro le cui facce sono visibili con un movimento in<br />

successione, esige uno spettatore dallo sguardo e dalla mente fluidi, capace dunque di più livelli di<br />

lettura nel labirinto di segni e significati possibili.<br />

Uno scambio che vuole essere insieme artistico e culturale, come quello intrapreso dal Bice Bugatti<br />

Club (Nova Milanese, Italia) con il Proyecto mARTadero (Cochabamba, Bolivia), implica quindi un<br />

viaggio che sia al contempo fisico e semantico. Le opere, spedite dai Territori del Sud (Bolivia, il<br />

nord dell’Argentina, il sud del Perù e il nord del Cile) in Italia e viceversa, raggiungono fisicamente<br />

un nuovo ambiente geografico e culturale, e insieme un differente codice interpretativo e narrativo.<br />

L’immagine e l’occhio. Il linguaggio artistico e il giudizio estetico dello spettatore. Un incontro le cui<br />

difficoltà sono innegabili per i limiti dettati dai differenti contesti storici, sociali e culturali di origine,<br />

dei quali tuttavia non è necessaria la cancellazione o il reset. L’uomo infatti non può vivere a un grado<br />

zero di conoscenza. Quello che l’arte gli chiede è la disponibilità al confronto dialettico, una tensione<br />

viva in grado di generare cortocircuti che mandino in tilt i sistemi convenzionali per generarne di<br />

nuovi. Mutano i segni, le forme e i concetti, ma ogni creazione artistica è un racconto dell’uomo e<br />

in quanto tale appartiene a un universo archetipico comune, una memoria collettiva e originaria, uno<br />

spazio condiviso le cui molteplici chiavi di lettura si avvalgono di codici espressivi diversi ma tutti<br />

validi.<br />

L’uomo, la natura e il sentimento. I paesaggi di Elena Strada, Franco Marrocco e Alessandro<br />

Savelli rubano alla natura le suggestioni del colore, strumento di indagine privilegiato, per evocare<br />

i luoghi dell’anima, restituiti sulla tela attraverso tracce, brandelli di sogni e di memorie. È lo spazio<br />

41


del non detto, dell’assenza di nesso logico da cui si libera il volo poetico. È la luce malinconica di un<br />

Anticipo d’estate, il pensiero che scrive su un cielo di periferia, sono le impressioni residue dei colori del<br />

tramonto che persistono nel Cielo notturno un attimo prima che il buio immerga ogni cosa in un abisso<br />

indistinto. Ut pictura poesis 22 .<br />

Elena Strada tratta la tela come un diario intimo dove i segni, in un’alternanza di materia e trasparenze,<br />

di libertà e autocontrollo, sfocano le forme negandone l’evidenza, rendendole instabili e incerte. Sono<br />

il rimosso, i sogni dimenticati che affiorano in superficie per un momento e subito sprofondano di<br />

nuovo nei sotterranei dell’io, prima di raggiungere la visione limpida di un giorno d’estate. L’artista<br />

dipinge quel sentimento dolce-amaro di assenza, quel mancato raggiungimento di pienezza e lo fa<br />

con una pittura i cui i toni caldi, illuminati a tratti da pennellate bianche, sembrano minacciati da<br />

zone d’ombra che incedono alle loro spalle. Una voragine in espansione inarrestabile che inghiotte<br />

i rossi, i rosa, gli arancioni, i beige, e le loro rassicuranti promesse. L’astrazione si fa più intensa in<br />

Traiettorie – cielo di periferia di Franco Marrocco la cui pittura levigata ottiene effetti di dissolvenza. La<br />

materia pittorica dalla cromia dirompente si scioglie fino a diventare polvere sottile ed evanescente, si<br />

trasforma in spazio cosmico infinito e primigenio, luogo non-luogo di un blu luminoso. E in questo<br />

oltre-mare senza limiti l’uomo lascia il segno del suo passaggio: una pennellata rossa che cristallizza<br />

il gesto, destinato altrimenti a perdersi nel corso degli eventi. È la testimonianza di un’esistenza che<br />

rifiuta l’oblio e con ostinazione e coraggio affida un residuo di sé all’indistinto flusso del tempo.<br />

Alessandro Savelli poi con pochi elementi pittorici traccia le coordinate essenziali di una mappa<br />

celeste. La struttura compositiva ordinata per fasce parallele separa in primis mare e cielo, tuttavia il<br />

rigore dell’impianto è spezzato da bagliori di luce improvvisi e squarci tra le nubi che come finestre<br />

aprono alla visione uno spazio lontano, un altrove che è la meta tanto ambita di questo ideale viaggio<br />

in mare. A condurre fino ad esso il desiderio di un orizzonte nuovo e la guida della luna e delle stelle,<br />

veri leitmotiv della poetica dell’artista. Il viaggiatore teme i pericoli della navigazione e confida in loro<br />

rivolgendo lo sguardo verso l’alto, come suggerito dalla direttrice verticale che l’autore fa partire<br />

dal centro del quadro. Negli spazi infiniti del cielo e del mare, nel buio della notte che incombe,<br />

regno dell’indeterminatezza, sono gli unici simboli familiari e riconoscibili cui affidarsi. Resta solo<br />

un dubbio impossibile da sciogliere, che tutto questo altro non sia che un ingannevole miraggio, un<br />

sogno ad occhi aperti.<br />

Il viaggio, il tempo e la casa. La falce di luna che indica il percorso al navigante in Cielo notturno altro<br />

non è che la barca al centro dell’opera Il viaggio di Antonio Pizzolante. Basta un rovesciamento<br />

di prospettive. La luna, simbolico veicolo di esplorazioni fantastiche, diventa la barca che qui è il<br />

mezzo per un viaggio assai più concreto e reale. Ce lo rivela la scelta dell’autore di realizzarla in ferro,<br />

conferendole quindi una consistenza tattile e tridimensionale che, letteralmente, le dà corpo. E ancora<br />

l’imbarcazione non si muove sul blu del mare ma sui bruni della terra, una terra la cui orizzontalità è<br />

sottolineata sulla carta con forza. Non un itinerario onirico dunque, ma assolutamente terreno. È la<br />

rappresentazione della vita dell’uomo, del viaggio che ciascuno di noi percorre nel tempo e nella storia<br />

alla ricerca di sé e della sua identità. Le forme semplici e arcaiche, l’assoluto equilibrio compositivo<br />

che con rigore distribuisce pieni e vuoti, conferiscono all’immagine e al suo significato una profonda<br />

sacralità dai tratti mitici. La tematica esistenziale che indubbiamente appartiene ad Antonio Pizzolante<br />

è condivisa, con toni ben diversi, da Angelo Cesana. Lontano dalla ratio e dall’ordine geometrico,<br />

egli affronta con drammaticità il difficile cammino dell’uomo alla ricerca della verità. Dal grande libro<br />

I segni del tempo è l’esegesi di una ricerca spirituale sofferta, tinta di rosso e di nero, che caratterizza<br />

la vita dell’uomo fin dalle origini. La tela, pagina sacra, è teatro di una lotta in cui l’anima si fa<br />

strada tra lacerazioni e tormenti, interrogando il λόγος, il Verbo, reso segno grafico che emerge da<br />

un magma indistinto, nella speranza di trovare risposte al mistero della vita. Un angoscioso percorso<br />

22 Orazio nell’Ars Poetica usa questa formula per indicare i legami tra le due arti: poesia e pittura.<br />

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interiore quello incarnato dalla pittura densa di Cesana, uno sforzo oltre il tempo della storia e della<br />

memoria. Anche Pierantonio Verga rivolge la sua attenzione alla dimensione intima e spirituale, che<br />

assume però il carattere di un’attesa. In Una casa per poeti compaiono il cielo, la terra, due alberi e due<br />

montagne al cui punto di incontro si erge una casa, la dimora dei poeti, rifugio protetto e custodia<br />

di emozioni. Il poeta/artista è colui che sa rimanere in ascolto di un messaggio di cui farsi profeta.<br />

Aspetta con pazienza, fiuta il silenzio alla ricerca di una vibrazione possibile. Le forme iconiche che<br />

Verga immerge in una quiete sospesa nel tempo costruiscono uno spazio privato, nascosto, che è<br />

luogo della coscienza, dove il presente e i ricordi si mescolano. Qui il poeta si ritira, solo, a difendere<br />

il suo sguardo e la sua anima, che strenuamente cercano il senso e la magia al di là di ogni apparenza.<br />

Guarda forse alle macchine celibi duchampiane lo strano congegno del Gioco surreale in duna d’oriente<br />

di Max Marra. Un meccanismo ibrido che la fantasia assembla in forme impossibili e che funziona<br />

sencondo dinamiche sconosciute. È il regno dell’assurdo, dove le leggi della logica vengono meno<br />

e tutto diventa possibile. Marra apre gli occhi su una dimensione onirica che prende i colori e le<br />

forme sinuose dei deserti d’oriente; un incanto che ha il sapore di un ricordo sfocato e deformato,<br />

che irrompe nel sogno dopo lungo torpore. L’artista mette in moto la macchina del tempo, la pittura<br />

conquista la terza dimensione con rigonfiamenti simili a pance, il tempo passato diventa futuro<br />

estroflettendosi nello spazio e sfidando le nostre percezioni.<br />

L’anima e il corpo. L’anima che prende corpo per dare visione alla sua sofferenza. L’anima che,<br />

affranta, rivela le sue cicatrici scolpite in una materia giocata sulla forza del segno, eredità della tecnica<br />

incisoria, e sul suo esito pittorico. Questo è ciò che Alessandro Carozzi rappresenta con tratti<br />

espressionisti nel quadro Corpo Emotivo. Una sagoma androide priva di volto, di identità, di colore,<br />

che mette a nudo i segni e le lacerazioni lasciate dai ricordi e dai rimpianti, dalle paure e dai sentimenti<br />

vissuti o rimossi. La bicromia bianco/nero, interrotta solo di rado da pennellate di colore bruno,<br />

evoca un senso di annullamento e di privazione di sé, riducendo l’anima esangue dell’artista a un<br />

manichino privo di pulsazioni vitali. Forse una pausa da sé e dal mondo prima di ricominciare a<br />

vivere. Uno stadio larvale che non si dimentica, che rimane dentro a ciascuno, impronta indelebile<br />

dell’animo ferito.<br />

Nelle sue Convivenze Andrea Cereda utilizza materiali poveri, di recupero, e li rielabora: lamiere<br />

piegate e poi cucite, aggredite dalla ruggine e colorate. Assembla ogni materia in un corpo più grande<br />

risultato quindi dell’unione di molteplici parti che si incontrano e si incastrano secondo una nuova<br />

rete di contatti e relazioni. Costruisce una composizione equilibrata e razionale, senza per questo<br />

cancellare i graffi e le abrasioni dei singoli metalli. Sono i segni del tempo e del vissuto che ognuno di<br />

essi porta con sé e che l’autore intende rispettare. Solo in questo modo infatti è possibile creare una<br />

relazione tra passato, presente e futuro, una convivenza tra ciò che è stato e ciò che sarà. Il materiale<br />

di scarto nelle mani dell’artista diventa altro da sé conservando tuttavia il racconto unico e singolare<br />

che il tempo ha segnato sulla sua superficie.<br />

La città. Dove avvengono le convivenze, dove accadono le cose. Habitat metropolitano e meccanizzato<br />

dell’uomo contemporaneo. Giovanni Cerri dipinge un microcosmo luminosissimo e algido dove<br />

il cemento e i muri scrostati delle aree industriali contrastano con i colori vividi e brillanti di un<br />

cielo popolato da gru e ciminiere, cyber-messaggeri di un nuovo mondo e di una nuova civiltà. Una<br />

metafisica sironiana in veste pop in cui l’immobilità dell’atmosfera blocca il dinamismo di Suburbia<br />

congelando, in un immagine limpida e sinistra, l’ansia frenetica dell’edificazione del nuovo, la<br />

solitudine e lo spaesamento dell’uomo in questa sub-urbs (sotto-città) geneticamente modificata. Città<br />

di Pripjat di Tullio Forgione fa un passo ulteriore, presentando lo scenario apocalittico della città di<br />

Pripjat, in Ucraina, abbandonata in tutta fretta nel 1986 dopo il disastro di Černobyl’. Scorie nucleari<br />

sepolte sotto cumuli di terra contaminata annientano la vita e l’aria, viziata, irrespirabile, è carica di<br />

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particelle radioattive che aggrediscono ogni forma di vita, naturale e artificiale. La corrosione causata<br />

dall’atmosfera, resa attraverso gli strati di pittura, le macchie, i graffi, le colature e le incrostazioni,<br />

è un’interminabile aggressione alla struttura interna delle cose che, dopo questa tragedia, ha subito<br />

mutazioni irreversibili. L’uomo se n’è andato. Ha abbandonato il teatro dei suoi errori per mettersi<br />

in salvo. Ciò che rimane a Pripjat sono i resti di una città fantasma immersa in un tempo sospeso,<br />

nell’eterno silenzio della morte. In alto, nel cielo ossidato di questi luoghi, appare però uno spiraglio,<br />

la possibilità di un destino diverso. La natura, offesa e deformata, resiste e, con tenacia, genererà<br />

nuova vita.<br />

La storia e la società. I colori allegri, il disegno infantile, le forme che strizzano l’occhio alla street-art e<br />

all’art-bru sono il linguaggio gioioso e leggero scelto dal giovane artista Marco la Rocca per raccontare<br />

le tragiche vicende della “Guerra dell’acqua di Cochabamba” nelle quattro opere intitolate La guerra di<br />

Joe. Nell’aprile del 2000 oltre 600.000 persone scesero in piazza e marciarono a Cochabamba contro<br />

il governo Boliviano perchè revocasse la legge sulla privatizzazione dell’acqua. Lo scontro con le<br />

forze dell’ordine durò diversi giorni, assumendo le forme di una dura guerriglia che si concluse,<br />

dopo che il governo abolì il provvedimento, con arresti, feriti e alcuni morti. Il tono scanzonato con<br />

cui La Rocca rappresenta un universo acquatico abitato da animali bizzarri e multicolori, i cui corpi<br />

ricordano le trame dei tessuti latinoamericani così come le sagome panciute dei vasi zoomorfi che<br />

contengono fiori, contrasta con la drammaticità dei contenuti giocando su un effetto di straniamento.<br />

La sofferenza di Joe, il popolo boliviano, diventa così simbolo positivo di lotta per il bene comune.<br />

Un esempio di ribellione a un potere politico che ha dimenticato il suo dovere di lavorare per la<br />

res publica, il bene comune. In una società dove i valori etici e civili sembrano dimenticati Claudio<br />

Borghi dedica un Monumento al non so che e a quasi niente. Un monumento, un ricordo ma soprattutto<br />

un monito (da monēre, ricordare, avvisare). Con disincantata ironia e lucida amarezza lo scultore dà<br />

forma al vuoto di valori e di sentimenti che percepisce intorno a sé rendendolo tangibile agli occhi<br />

di tutti. L’artista, quello vero, guarda oltre l’apparenza e chiama le cose con il loro nome. Solo così è<br />

possibile il cambiamento. Non c’è foga espressiva nella scultura di Borghi. L’acciaio corten assume<br />

forme semplici e regolari, misurate, dinamizzate da un leggero andamento obliquo e spiraliforme,<br />

che nell’alternanza di pieni e vuoti modellano lo spazio con un pudore che è riflessione silenziosa,<br />

sguardo acuto e penetrante.<br />

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Alessia Barzaghi<br />

12 settembre 2011


Curriculum Vitae de los<br />

artistas<br />

Diego Alejandro García Arrázola<br />

Cochabamba, Bolivia<br />

Fecha de nacimiento: 6 de Septiembre de 1990<br />

Dirección electrónica: plastimacion@hotmail.com<br />

EDUCACIÓN<br />

2008 Bachiller en el Instituto Eduardo Laredo; Cochabamba-Bolivia.<br />

2009 Ingresa a la Licenciatura en Artes Visuales del Instituto Universitario Nacional del Arte; Buenos<br />

Aires- Argentina.<br />

2010 Continúa la Licenciatura en Artes Visuales en la Universidad del Museo Social Argentino;<br />

Buenos Aires- Argentina.<br />

2011-2012 Actualmente reside y estudia de manera autodidacta arte en Cochabamba – Bolivia.<br />

CURSOS<br />

2008 Clases particulares de dibujo con la artista Marcela Mérida; Cochabamba- Bolivia.<br />

2009/03 “Curso Intensivo de Animación Stop Motion” dictado por Rodolfo Pastor; Buenos Aires-<br />

Argentina.<br />

EXPOSICIONES<br />

2008 Exposición Colectiva, 7ma exposición del Taller Síntesis de Marcela Mérida, Auditorio Christian<br />

Valbert de la Alianza Francesa. Cochabamba- Bolivia.<br />

2010/05 Exposición colectiva, Sala Gio. I. A. Nova Milanese- Italia<br />

2011/06 Exposición Colectiva, Sala Gio. I. A. Nova Milanese- Italia<br />

<strong>PREMIO</strong>S<br />

2010 Premio Adquisición Internacional Bice Bugatti-Giovanni Segantini 2010, a la obra “Intención<br />

contra el letargo”; Nova Milanese-Italia.<br />

2011 Medalla del Presidente de la República de Italia. Nova Milanese- Italia.<br />

2012/01 Seleccionado en el concurso “Convocatoria de Proyectos en Artes Visuales” de la Alianza<br />

Francesa, beneficiario de una exposición individual en el Auditorio Christian Valbert. Cochabamba,<br />

Bolivia.<br />

2012/04 Ganador del concurso “Las oportunidades también hablan alemán” del Goethe Institut,<br />

con su cortometraje de animación “Warum Deutschlland?”. Beneficiario de una beca de estudios de<br />

alemán en Alemania.<br />

PROPUESTA<br />

En mi trabajo creativo, trato de generar una impresión metafísica proveniente de la intuición, desde<br />

el inconsciente, bajo un trabajo de auto observación interno y un análisis lógico para la solución de<br />

problemas mediante la anulación de impulsos divergentes. Como una matemática de los factores<br />

del acontecer mental, mediante una lógica siempre regida por el cultivo del sentimiento más intenso<br />

del ser humano. Sobre un soporte determinado (papel, tela, etc.), trabajo en la materia misma con<br />

colores y formas, que nacen en un instante de energía que se filtra, no en la representación de un<br />

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fantasma ausente, o de una ilusión óptica, sino en la materia misma. Indago en la realidad, en la<br />

materia que está, que tiene peso, volumen, olor, accidentes, etc. La hoja y mis herramientas, y lo que<br />

realmente ocurre dentro de mí. Mis miedos, inquietudes, ambiciones, etc. son ilusiones, fantasmas<br />

que no están. Trabajando trato de reducir todo ese interés a polvo, y obrar solamente inmerso en ese<br />

velo de existencia circundante que realmente está; de esa manera pretendo solidificar, materializar y<br />

fotografiar el instante de luz y dar testimonio del misterio de un Universo Interior, desconocido de la<br />

consciencia, de lo racional y mundano. Intento atender mis instantes para comprender la eternidad.<br />

Trabajar con el pecho acalorado y no con la cabeza fría. Confiar en la intuición, la sabiduría interna<br />

que está ignorada. Inevitablemente esto genera formas orgánicas, como frutas, piedras, insectos,<br />

olas de mar, arrugas, montañas, órganos, planetas, morfologías de la naturaleza en que existimos.<br />

Garabateando, se traducen las incertidumbres e inquietudes acerca del Gran Misterio y muchas veces,<br />

en lo más profundo de la psique, con el eco de un chasquido florece una respuesta. Formas similares a<br />

una clavícula o una columna vertebral, a un pulmón o a una nube, dedos, pétalos, seres que florecen y<br />

brillan por sí mismos. Campos de ultra-energía desconocida, intangible e inalcanzable por la limitación<br />

de mi propia consciencia acerca de lo real. Como símbolos: árboles, cielos, estrellas, cuerpos, semillas,<br />

que deben ser comprendidos hermenéuticamente. Rayar la superficie con un crayón, como un niño<br />

ausente de miedo, desinteresado; potenciar campos con un círculo, provocar accidentes con manchas,<br />

exaltar formas con un color, o con un vacío, o simplemente casar por siempre dos instantes con<br />

una línea. Creo que así imprimo un diario de instantes referentes a un largo proceso hacia la muerte<br />

—a partir de aconteceres y luchas internas— que no puede desligarse del sentido e impulso de mi<br />

existencia.<br />

Julio Cesar Soria Justo<br />

Tacna, Perú<br />

1974<br />

FORMACION ACADEMICA<br />

Escuela Superior de Formacion Artistica Francisco Lazo - Tacna del año 1995 al 1997<br />

Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú – Lima del año 1998 al 2002<br />

Grado Académico: Artista Plástico Profesional<br />

INDIVIDUAL<br />

2003<br />

“ESPACIO LIBRE ” Sala Luis Miroquesada Garland Colegio Arquitectos del Perú<br />

EXPOSICIONES<br />

2011<br />

VII Salón Internacional “Arte con Derechos” Centro Cultural PETROPERU trascenderes.<br />

I Salón Arte Sacro – Trascenderes, Casa de Ejercicios Espirituales Sta. Ros<br />

2010<br />

2do. Concurso Nacional de Pintura Rápida CAJABAMBA<br />

Galería de Arte UNIFE “Nube Abstracta” Signos y Símbolos<br />

Galería de Arte Víctor Delfín, Centro Cultural Alberto Quintanilla UTP,<br />

Salón De Arte Abstracto.Centro Cultural MOCHA GRAÑA “Piezas Escogidas”- Donde CORES<br />

II Salón de Noche de Arte, Museo de Arte Contemporáneo Cusco Perú<br />

2009<br />

“RECOLECCION DE VERANO” Centro Cultural Peruano Japonés<br />

PROMOTORA CALANA , galería RYOICHI JINNAI .<br />

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2007<br />

SALON “ARTE CON DERECHOS ” Museo de la Nación Asociación de<br />

Artistas Plásticos del Perú TRESCENDERES<br />

2004<br />

“GENIO Y FIGURA ” El hombre , Galería de arte PANCHO FIERRO ,<br />

Municipalidad Metropolitana de Lima - Promotora CALANA<br />

2001<br />

Vigésimo primer concurso nacional de pintura , MICHELL & CIA.<br />

Galería de Arte Luis Bouroncle Barreda Alianza Francesa - Arequipa<br />

Galería de Arte Escuela de Superior de Arte Corriente Alterna - Lima<br />

1999<br />

Exposición Pintura y Escultura Facultad de Arquitectura Urbanismo y Arte, Universidad Nacional<br />

de Ingeniería<br />

Sala de exposiciones, Facultad de Arquitectura Planeamiento Urbano y Artes Plásticas<br />

DISTINCIONES<br />

2011<br />

1er. Lugar 52° Premio Internacional Bice Bugatti –Giovanni Segantini<br />

III Concurso Nacional de Pintura Rápida Cajabamba – Mención Honrosa<br />

2010<br />

51° Premio Bice Bugatti – Giovanni Segantini Finalista<br />

XII Salón Nacional de Pintura ICPNA Finalista<br />

Concurso de Pintura “Paisaje Iqueño” Finalista<br />

2007<br />

Finalista Salón de pintura 2007 ICPNA galería Juan Pardo Heere<br />

2006<br />

Finalista “Arte en Libertad ” MAPFRE exposición 2003 – III<br />

Finalista IV concurso nacional de pintura ROYAL TALENS “Rembrant 4000 años” de su<br />

nacimiento Centro Cultural Bellas Artes.<br />

2005<br />

Finalista XVII concurso de acuarela - paisaje peruano - John Constable<br />

2004<br />

Finalista XXIV concurso nacional de pintura Michell & CIA. S.A.<br />

PINTURA.<br />

2002<br />

Primer puesto concurso de pintura 84 aniversario de la ENSABAP premio ROYAL TALENTS .<br />

Finalista XXI concurso nacional de pintura Michell & CIA S.A<br />

2000<br />

Tercer puesto concurso de pintura 82 aniversario ENSABAP – premio Faber Catell<br />

Finalista Segundo Salón de Arte Joven - Museo de Arte UNMSM<br />

1997<br />

Primer premio concurso de afiches de arte y salud IPSS – Tacna Moquegua<br />

1996<br />

Finalista V salón de pintura contemporánea latinoamericana<br />

Asociación de universidades del Sur de Ecuador y norte del Perú.<br />

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Sandra De Berduccy<br />

Oruro, Bolivia<br />

Artista visual, su trabajo explora la relación entre las técnicas y procesos tradicionales de los textiles<br />

andinos y diversos lenguajes como fotografía, videoarte, live cinema, mappings, performances<br />

audiovisuales e instalaciones interactivas. Su trabajo se ha presentado desde 1991 en varias exposiciones<br />

internacionales, en diferentes contextos, tales como residencias de arte, bienales, festivales de video<br />

arte y nuevos medios, entre otros.<br />

Desde 2011 ha estado trabajando en el proyecto TEXTO TEXTIL CÓDIGO, el mismo explora<br />

los conceptos, técnicas y tecnologías de estos tres elementos. TEXTO - que incluye oral y escrita,<br />

digital e impreso, en su dimensión poética, la mayoría de las veces en la lengua quechua. TEXTIL<br />

- que abarca una gran variedad de técnicas y procesos textiles. CÓDIGO - evidenciando la idea<br />

de la programación generativa, invirtiendo las funciones de algunos aparatos, que pueden generar<br />

ciertos niveles de interactividad. Este proyecto, continúa un proceso creativo en busca el “ gesto “<br />

de una tejedora, que desenvuelve su práctica de arte a través de antiguas técnicas textiles, de nuevas<br />

tecnologías y de la búsqueda de sensaciones como una forma de permanencia de la obra de arte.<br />

Contacto:<br />

e-mail: dberduccy@yahoo.com<br />

Blog: www.textotextilcodigo.blogspot.com<br />

Rosmery Mamani Ventura Mamani Ventura<br />

La Paz -Bolivia<br />

Nació en la provincia Omasuyos comunidad Cajiata a orillas del lago Titicaca<br />

Egresada de la escuela municipal de bellas artes de la ciudad de El Alto.<br />

Premios y distinciones:<br />

2011: Segundo Premio Internacional “Bice Bugatti-Giovanni Segantini 2011” Nova Milanese Italia.<br />

2011: Primer premio Nacional de Pintura Salón Municipal 14 de Septiembre Cochabamba.<br />

2010: Primer premio en pintura concurso “Cambio Climático y Seguridad Alimentaria” La Paz<br />

2010: Premio Único concurso Octubre Negro categoría Egresados Ciudad de El Alto<br />

2010: Tercer premio Concurso Nacional Arte Joven “Trascendiendo el yo y el Contexto Miradas a lo<br />

Desconocido”<br />

2009: Primer Premio Nacional de dibujo y grabado Salón Municipal”Pedro domingo Murillo” La<br />

Paz.<br />

2009: Primer Premio Nacional de pintura Salón Municipal 14 de septiembre” Arte Joven” Cochabamba<br />

2009: Premio Único categoría egresados Salón anual “Octubre Negro” Escuela Municipal de Bellas<br />

Artes de la Ciudad de El Alto<br />

2008: Primer Premio nacional de dibujo “El Valor del Dibujo” fundación Fernando Montes<br />

Peñaranda La Paz<br />

2008: Segundo Premio categoría “B” Salón Anual “Octubre Negro” Escuela Municipal de Bellas<br />

artes de la Ciudad de El Alto<br />

2008: Tercer Premio concurso al aire libre ECOARTE La Paz<br />

2005 Primer premio en dibujo Salón Anual de verano Escuela Municipal de Bellas Artes de la Ciudad<br />

de El Alto.<br />

Exposición individual en el salón Miro de la UNESCO Paris Francia.<br />

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Moises Anturiano<br />

Cochabamba, Bolivia<br />

Moises Anturiano (Yawar) es arquitecto, diseñador gráfico, humorista gráfico y artista autodidacta,<br />

reconocido por su trabajo, ha obtenido varios premios nacionales e internacionales por su trabajo<br />

artístico, expuso su trabajo en diferentes países del mundo, como también publicó libros como<br />

humorista gráfico de forma personal y colectiva. Actualmente se desempeña como docente<br />

universitario e ilustrador y diseñador independiente.<br />

Moises Anturiano (Yawar) se licenció como arquitecto en la UMSS (1997), asimismo obtuvo el<br />

grado de Técnico Superior en Diseño Gráfico en Buenos Aires, como también el grado técnico en<br />

Humor Gráfico en la misma ciudad porteña. Por su cuenta se formó como artista plástico de forma<br />

autodidacta teniendo varios reconocimientos y premios en su desempeño como artista.<br />

Entre los premios más importantes resaltan: 1er. Premio: “Humor social” (Lima, 1987); 1er. Premio:<br />

“Humor Libre” (Buenos. Aires, 1989); 1er. Gran Premio “500 años de Resistencia Indigena y Popular”<br />

Asamblea por los Derechos Humanos (Bolivia 1991); 2º Premio Festival Internacional de Humor<br />

Gráfico de Santomera Murcia (España, 2006); 1er Gran Premio “Rendibú 2006” (España); Premio<br />

de Arte Contemporáneo Bice – Bugatti ( Italia, 2009), entre otros.<br />

Participó en Exposiciones Colectivas e Itinerantes en: Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba,<br />

México, Uruguay, Italia, España, Francia y Portugal. Por otra parte, realizó 3 publicaciones de sus<br />

libros “Yawar” y “Zoociedad Salvaje” en diferentes editoriales nacionales e internacionales. Asimismo<br />

su trabajo se publicó en diferentes revistas y diarios extranjeros y nacionales.<br />

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Realizado por:<br />

Associazione Bice Bugatti Club, www.bicebugatticlub.eu<br />

Proyecto mARTadero, www.martadero.org<br />

Impresión:<br />

Yerba Mala Cartonera, http://yerbamalacartonera.blogspot.com<br />

Agradecimientos especiales a los artístas que han participado en el Premio Bice Bugatti - Giovanni<br />

Segantini, autores de las portadas de la presente edicción: Carlos Vargas, Diego Garcia, Julio Soría,<br />

El Marsh.<br />

Imrpeso en Cochabamba - Bolivia, 2012<br />

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