REVISTA TERENA 2a EDIÇÃO
Vukápanavo tem o objetivo de reunir e de dar visibilidade às pesquisas realizadas por pesquisadores indígenas e não-indígenas e que se refiram ao povo Terena, disponibilizando assim um conjunto de trabalhos produzidos em diversas áreas do conhecimento.
Vukápanavo tem o objetivo de reunir e de dar visibilidade às pesquisas realizadas por pesquisadores indígenas e não-indígenas e que se refiram ao povo Terena, disponibilizando assim um conjunto de trabalhos produzidos em diversas áreas do conhecimento.
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La cabeza del Ayllu es el anciano, generalmente un yachak o shamán (persona que
tiene un conocimiento adquirido mediante un largo proceso de aprendizaje en el manejo y
manipulación de las plantas, quien también puede mantener comunicación con el mundo
espiritual) con capacidad para proteger y cuidar la salud de su grupo familiar.
El asentamiento de los Ayllukuna (Familias) a lo largo de los ríos importantes no
ha cambiado, siendo un punto de referencia para identificar su territorio. Pero la zona del Purina
o tambu de un Ayllu muchas veces se extiende más allá de los límites de una cuenca
hidrográfica. Cada Ayllu se relaciona a un lugar llamado Ayllu Llacta (Comunidad) donde
habitan más de un Ayllu, centro donde convergen todas los Ayllukuna en fechas específicas
que más tarde con la conformación del Estado y la imposición administrativa tratada en otro
capítulo adoptó la denominación de “comunidad”.
El dominio de la comunidad sobre un territorio no tiene connotaciones de
subyugación sobre el entorno y sus habitantes, ya que han despertado un grado de conciencia
en el manejo de la geografía y la vida silvestre a través del tiempo, transmitida oralmente en la
historia de la comunidad en su territorio. El valor social es construido mediante el recuerdo de
los héroes míticos y sus hazañas transmitidas a las nuevas generaciones por los ancianos, ello
a la vez deriva en el sentimiento de heredad del territorio. Esta herencia social es reconocida
por otras comunidades.
La interacción de lo histórico, lo mítico, el conocimiento de la naturaleza como el
conocimiento geográfico y la personalización del espacio ha sido un factor determinante en el
desarrollo de la identidad de la comunidad con su territorio. Por ejemplo, los hábitats con gran
concentración de una especie de animal o vegetal son identificados con el nombre de esta
especie, “cusillu urcu” montaña de los monos, “ishpingu yacu” río donde existe gran cantidad
de canela. Así, también “los ecosistemas con gran diversidad biológica son considerados
escenarios de recreación de la vida y tienen una dimensión mítica, por consiguiente, son
identificados como moradas de los espíritus” (OPIP, 1992, p. 5).
En las montañas viven los sacha runakuna, estas son la morada de estés seres, quienes
son los dueños de los animales y en ciertos días cuando no hay presencia de humanos
abren las puertas para que sus animales salgan a pasear y alimentarse, ya llegada la
tarde hacen sonar una corneta para que todos los animales ingresen a su corral que
está en el interior de la montaña (Pacífica Santi, 2016, p. 03).