RENOVABLES

Brasil
La crisis existencial de los
biocarburantes
La crisis internacional está retardando el proceso de consolidación de los biocarburantes
y acelera la destrucción de los emprendimientos donde los factores de producción no son
suficientemente competitivos. En Brasil, el sector, aunque consolidado, está viviendo
también una crisis existencial. Por Antonio René Iturra, Ingeniero Analista Senior del
Instituto Brasileño de Información en Ciencia y Tecnología (Ministerio de Ciencia y Tecnología).
En el caso del etanol, procedente
de la caña de azúcar, un conjunto
de motivos condujo al sector sucroalcoholero
a una crisis anunciada,
que llegó a su clímax en
2011. Con todo, la producción de etanol
tuvo un aumento de productividad agrícola
y agroindustrial medio de 3,2% anual, durante
los últimos 30 años.
Desde 2008, hubo una desaceleración
de la evolución sectorial, adquisiciones de
usinas descapitalizadas, adversidades climáticas,
aumento de los costes de producción
y pérdida de eficiencia y competitividad con
la gasolina. La falta de una oportuna planificación
gubernamental, la prioridad dada
por los usineros a la producción de azúcar
–que en el mercado internacional alcanzó
precios históricamente elevados– y dificultades
climáticas, especialmente, redujeron significativamente
la producción de etanol. Esto
obligó al gobierno federal a importarlo
para atender la creciente demanda nacional
en 2011. Se importaron 1,10 mil millones
de litros de los EEUU (volumen record y
muy superior a los 74 millones de 2010),
que representaron 96,7% del total importado
ese año (aproximadamente 1,14 mil millones
de litros).
En Brasil, la legislación vigente obliga la
mezcla de 20 a 25% de etanol anhidro a la
gasolina –y en este momento un 5% de biodiésel
al gasóleo, con perspectiva de alta en
los próximos meses, llegando al 20% en
2020–, comercializado nacionalmente.
Además, ya existen 15 millones de coches
del tipo flexfuel, que utilizan 100% de esa
gasolina “alcoholizada”, 100% de etanol hidratado
o la mezcla que interese al consumidor.
Con la reducción de la oferta, durante
la mayor parte del año pasado y en prácticamente
todo el territorio nacional, el precio
del etanol hidratado en las gasolineras
superó el límite de oportunidad del 70% del
precio de la gasolina, que tuvo que ser importada
en grandes volúmenes. Con todo,
el etanol continuó siendo exportado, especialmente
a EEUU, donde el etanol de caña
es calificado como biocarburante avanzado.
Según la Secretaría de Comercio
Exterior (Secex) del Ministerio de Desarrollo,
Industria y Comercio Exterior, en 2011
las exportaciones bajaron un 54,7%, a 1,96
mil millones de litros, a pesar de que para
los EEUU aumentaron de 313,4 millones
de litros en 2010 a 663,925 millones, estimuladas
por los premios pagados por ese
país para el etanol avanzado. En 2012, la
expectativa es que las exportaciones para este
país aumenten con la reducción de la tarifa
de importación a partir del 31 de diciembre
de 2011.
La oferta de etanol seguramente no será
suficiente en los próximos dos a tres años,
debido al tiempo que demanda el sector
agrícola. Para superar las dificultades serán
necesarias acciones proactivas de todos los
actores.
■ Definir bien la política a seguir
El gobierno sabe que la demanda por etanol
en el mundo puede saltar de los 70 mil
millones consumidos actualmente a más
de 200 mil millones de litros hasta 2020
–si se cumplen las metas de los países que
tienen objetivos legales de mezcla del etanol
a la gasolina hasta el final de la década–,
y que la tecnología brasileña actual es
suficiente para que el país triplique su producción
en los próximos 10 años. Por eso
busca definir la política que pretende
adoptar, retomando la reglamentación
–desreglamentada desde 2003–, e incorporar
al sector en la planificación de la política
industrial. También quiere seguir
apoyando y articulando políticas públicas,
como los esfuerzos de investigación en
bioenergía iniciados en 2008, y desarrollando
y aplicando programas como el
BNDES Prorenova, que, con un presupuesto
de 2,18 mil millones de dólares y
vigencia hasta el 31 de diciembre de este
año, tiene el objetivo de incentivar la ampliación
y la renovación del cañaveral de
más de un millón de hectáreas de caña de
azúcar y el aumento de la producción de
etanol de 2 a 4 mil millones de litros entre
2013 y 2014.
abr 12 ■ energías renovables 31