RENOVABLES

Estados Unidos
El reto de que la eficiencia
energética llegue a los edificios
“No podemos esperar que el Congreso actúe. Así que hoy me estoy dirigiendo a todas las agencias
federales para hacer al menos 2.000 millones de dólares en mejoras en eficiencia energética en los
próximos dos años”, anunciaba el pasado mes de diciembre el presidente Barack Obama. A esa
cantidad hay que sumar otros 2.000 millones de dólares provenientes del compromiso de 60
directores generales, alcaldes, rectores de universidades y líderes sindicales para invertir también en
proyectos de eficiencia energética.
Luis Ini
El esfuerzo, conocido como Better
Buildings Challenge (El Desafío
de Mejores Edificios), apunta a
crear empleos y mejorar la eficiencia
energética en al menos el
20 por ciento de los edificios en 2020 a través
de industrias, oficinas municipales, hospitales,
universidad, colegios comunitarios y
edificios escolares, lo que significaría una superficie
total de más de 148 millones de metros
cuadrados, algo así como 500 edificios
como el Empire State Building.
Obama se muestra convencido de que
estas inversiones implicarán el ahorro de miles
de millones de dólares en costos de energía,
promoverán la independencia energética,
y, según estimaciones independientes,
crearán hasta 114.000 puestos de trabajo en
el sector de la construcción.
El presidente estadounidense ha explicado
que la "actualización de la eficiencia
energética de los edificios de Estados Unidos
es uno de las maneras más rápidas, más
fáciles, y más baratas para ahorrar dinero, reducir
la dañina contaminación y crear buenos
empleos”.
El fundamento de este proyecto, que es
monitorizado por el DOE (el Departamento
de Energía, por sus siglas en inglés) se basa
en algunos datos interesantes. Según la
Administración de Información Energética
de Estados Unidos (EIA), la energía para
operar los edificios en los que se trabaja,
se compra y
se estudia cuesta
anualmente al
país alrededor de
200 mil millones de dólares, con el dato relevante
de que el 30% de esa energía se desperdicia.
Para ahorrar cálculos mentales: ese
porcentaje significa 60.000 millones de dólares,
con lo que el esfuerzo de invertir
4.000 millones de dólares a partes iguales
entre el aporte federal y el privado no parece
desmesurado.
Eso sí, uno de los créditos de este programa
debe asignársele a una fundación cuyo
mentor es el ex presidente Bill Clinton,
ya que el anuncio de Obama se basa en un
compromiso asumido por los socios de la
Clinton Global Initiative casi cinco años
atrás.
■ 20 en 2020
Básicamente, y como queda dicho, el objetivo
del Better Buildings Challenge es hacer
edificios un 20 por ciento más eficientes
energéticamente para 2020, aunque desde
otro punto de vista esto significaría reducir
la dependencia del país del petróleo extranjero,
proteger el medio ambiente y
ahorrar miles de millones de dólares en
costos de energía que pueden gastarse las
empresas en crecimiento, en inversión en
nuevas tecnologías, y en la creación de empleos
en Estados Unidos.
Como se ve, la línea ideológica desarrollada
en este programa continúa la anunciada
por la actual Administración Obama
prácticamente desde sus inicios, en el sentido
de apoyar el desarrollo de las energías
renovables no sólo por los beneficios ambientales
y el evidente impulso a la creación
de empleos –reconocido como fundamental
por la Cámara de Comercio de
EE.UU–, sino, y quizá de una manera pri-
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El antecedente: un programa presentado por Bill Clinton
En mayo de 2007, el ex presidente norteamericano Bill Clinton dio a conocer un proyecto de la Clinton Climate
Initiative (CCI), una organización no partidista que reúne a líderes mundiales para diseñar e implementar
soluciones innovadoras a los problemas más apremiantes del mundo. Se trata del Programa de Actualización
de la Eficiencia Energética en Edificios, diseñado para reducir el consumo energético en los
edificios existentes, y en el que están involucrados cuatro de las mayores empresas de servicios energéticos
del mundo (Honeywell, Johnson Controls, Inc., Siemens y Trane), cinco de los mayores bancos del mundo
(ABN AMRO, Citi, Deutsche Bank, JP Morgan Chase y UBS), y dieciséis de las ciudades más grandes del
mundo: Bangkok, Berlín, Chicago, Houston, Johannesburgo, Karachi, Londres, Melbourne, México Ciudad,
Mumbai, Nueva York, Roma, San Pablo, Seúl, Tokio y Toronto.
En esa presentación, Clinton abundó en que las áreas urbanas son responsables de aproximadamente
el 75 por ciento del uso total de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero
en el mundo. A su vez, los edificios representan cerca del 40 por ciento de las emisiones
globales de gases de efecto invernadero, cifra cercana al 70 por ciento en
Nueva York y Londres, ciudades a las que el programa plantea proporcionar tanto a
ellas como a los propietarios de edificios privados un acceso a fondos necesarios
para adaptar esos inmuebles con los productos energéticos más eficientes, que por
lo general conducen a un ahorro energético de entre el 20 y el 50 por ciento.
abr 12 ■ energías renovables 41