RENOVABLES
art - EnergÃas Renovables
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P<br />
p a n o r a m a<br />
O p i n i ó n<br />
> Con denominación de origen<br />
La chispa<br />
Javier García Breva<br />
Presidente de la Fundación<br />
Renovables y director de<br />
Energía de Arnaiz Consultores<br />
> javier.garciabreva@arnaizconsultores.es<br />
La crisis está consolidando una sociedad civil<br />
desanimada y desconfiada que ve cómo se<br />
han perdido diez años de convergencia y de<br />
riqueza y cómo se van a peder los diez próximos. La<br />
desigualdad aumenta y de la sociedad dual hemos<br />
pasado a otra en la que mientras el 99% de asalariados,<br />
clase media y pobres ven devaluada su riqueza,<br />
el 1% de los más ricos se enriquece aún<br />
más. La espiral impuesta por especuladores y líderes<br />
europeos de más recortes y recesión no permite<br />
que la economía recupere ingresos e inversiones<br />
que hagan posible el crecimiento y el empleo; por<br />
el contrario, somos ya el primer objetivo de los especuladores que se están<br />
enriqueciendo con nuestra crisis.<br />
La incompetencia de muchos gobiernos aparcó hace décadas la política<br />
industrial y la economía innovadora que hubieran permitido un sistema productivo<br />
más diversificado y eficiente que nos protegiera de la crisis inmobiliaria.<br />
No ha sido así; pero lo más indignante es que aún hoy se persista en el<br />
error cuando vemos cómo a la vez que se destruye la industria renovable,<br />
empresarios y administraciones compiten por un proyecto, como el EUROVE-<br />
GAS, basado en el regalo de dinero público y en el juego. Pero esta política<br />
de casino ha estado en el fondo del modelo de crecimiento de las últimas décadas<br />
y es ahora la mejor expresión de la resistencia al cambio.<br />
El paralelismo entre las actitudes de la banca y del oligopolio energético<br />
es evidente. La banca no va a pagar por el saneamiento financiero y las energéticas<br />
insisten en que el esfuerzo corresponde al consumidor. Socialización<br />
de pérdidas y privatización de beneficios es la base de muchas de las medidas<br />
ya adoptadas. Las entidades financieras han recibido avales del Estado y<br />
ayudas públicas directas para su reestructuración con cargo al contribuyente<br />
pero que no se han destinado a que fluya el crédito sino a comprar deuda<br />
pública a intereses muy superiores y hacer negocio. El oligopolio eléctrico no<br />
quiere renunciar a los miles de millones de ingresos atípicos que reciben de<br />
la tarifa como resultado del caos regulatorio que se arrastra desde hace décadas<br />
y de sus operaciones corporativas de compra venta de activos; pero<br />
como el apagón de las renovables no supone ahorros significativos, son los<br />
consumidores cautivos los que habrán de salvar sus resultados con más avales<br />
del Estado para la deuda eléctrica. Estamos pagando veinte años de incompetencia<br />
financiera y energética y un modelo de negocio que ha antepuesto<br />
los intereses de las compañías a los de sus clientes con la seguridad<br />
de que la economía real salvará a la economía especulativa.<br />
Quienes están pagando los platos rotos en mayor medida son las generaciones<br />
jóvenes. Con una tasa de paro juvenil del 50% y la juventud más sobrecualificada<br />
de Europa, la frustración de los jóvenes es una tragedia de dimensiones<br />
incalculables. Hace un año un fenómeno parecido prendió la<br />
mecha de la primavera árabe. Aquí cualquier día puede saltar la chispa: el<br />
nepotismo consentido que invade todos los rincones de la política, la degradación<br />
de los organismos reguladores para que únicamente el Gobierno controle<br />
la transparencia de nuestra economía, los indultos a banqueros y empresarios,<br />
la pérdida patrimonial de las cajas de ahorros o la opacidad de los<br />
precios energéticos.<br />
La Fundación Renovables se creó en el convencimiento de que cualquier<br />
cambio de modelo debería partir de la sociedad civil y esa reflexión es hoy<br />
mucho más necesaria, porque la desigualdad de una economía especulativa<br />
y nada transparente empieza a ser insoportable.<br />
■España, quinta<br />
potencia mundial<br />
exportadora de<br />
tecnología eólica<br />
Solo por detrás de Alemania, China, Dinamarca y<br />
Estados Unidos. Sí, somos la quinta potencia del mundo<br />
en exportación de eólica, según los datos de la ONU, que<br />
señalan que nuestro país exportó en 2010 torres, palas y<br />
aerogeneradores por valor de 1.836 millones de euros. El<br />
sector ha multiplicado sus exportaciones por ocho entre<br />
2000 y 2010, según la patronal española de la eólica.<br />
El dato no es particularmente sorprendente. Antes al<br />
contrario, va en línea con lo apuntado por la Asociación<br />
Empresarial Eólica de España (AEE) hace apenas seis<br />
meses en Madrid, cuando presentó el Estudio Macroeconómico<br />
del Sector Eólico en España, ese informe periódico<br />
que elabora cada año la consultora Deloitte a instancias de la<br />
AEE y que incluye las magnitudes clave del sector en nuestro<br />
país. Por ejemplo, que la inversión anual en I+D eólica ronda<br />
los 150 millones de euros y que España es el tercer país, solo<br />
tras Alemania y Austria, “generador de patentes verdes en Europa,<br />
gran parte de las cuales (30%) corresponden a patentes<br />
solicitadas relativas a la energía eólica”.<br />
Pero no todos los datos son positivos. Según el estudio de<br />
Deloitte, la eólica en España ha perdido en los dos últimos<br />
años –se refiere al bienio 2009/2010– hasta 10.691 empleos<br />
directos e indirectos (en el año 2008, año techo en materia de<br />
empleo en el sector, la eólica sostenía 41.438 puestos de trabajo).<br />
Otro dato igualmente negativo ha sido el relacionado<br />
con la instalación anual de potencia eólica. Según la AEE, el<br />
sector instaló en 2011 en España solo 1.050 megavatios<br />
(MW), lo que representa “el crecimiento más débil de la historia<br />
de la eólica en España en términos porcentuales”. A pesar<br />
de ello, la potencia eólica se situaba a uno de enero del corriente<br />
en 21.673 MW, lo que nos mantiene al frente del<br />
escalafón global, solo por detrás de China (62.733 MW), Estados<br />
Unidos (46.919 MW) y Alemania (29.060 MW).<br />
■ Más información:<br />
>www.aeeolica.org<br />
8 energías renovables ■ abr 12