- Page 1: Nataniel Aguirre JUAN DE LA ROSA ME
- Page 7 and 8: Nataniel Aguirre JUAN DE LA ROSA ME
- Page 9 and 10: PRÓLOGO A la memoria de Blanca Wie
- Page 11 and 12: mencionado. Sin embargo, su particu
- Page 13 and 14: de las imágenes argumentaba que la
- Page 15 and 16: atribución de “último soldado d
- Page 17 and 18: vos se incide en la etapa intermedi
- Page 19 and 20: afectivamente a la madre del person
- Page 21 and 22: hace lo mismo con los movimientos i
- Page 23 and 24: y con su propio trabajo ya no será
- Page 25 and 26: no puede recurrir a las palabras, a
- Page 27 and 28: 2. Las imágenes 19 La colina, tamb
- Page 29 and 30: de ellas. La primera, que sigue a l
- Page 31: Criterio de esta edición La obra d
- Page 36 and 37: JUAN DE LA ROSA. MEMORIAS DEL ÚLTI
- Page 38 and 39: murió hace ya dos años en Cochaba
- Page 40 and 41: un cuadro al óleo, de la Divina Pa
- Page 42 and 43: paredón, tras de una acequia, en c
- Page 44 and 45: Quedábase en seguida meditabundo,
- Page 46 and 47: de algún fragmento del Ollantay si
- Page 48 and 49: CAPÍTULO II Rosita enferma - Un nu
- Page 50 and 51: en que yo parecía más bien el pen
- Page 52 and 53:
—Te lo mando, te lo ordeno. Como
- Page 54 and 55:
Sus sermones en quéchua, en esta l
- Page 56 and 57:
ibando, de una distancia convencion
- Page 58 and 59:
CAPÍTULO III Lo que yo vi del alza
- Page 60 and 61:
milicianos y de una extraña tropa,
- Page 62 and 63:
los hombros de los primeros que me
- Page 64 and 65:
vento. Hay tiempo de hablar mientra
- Page 66 and 67:
servados; los mestizos, que tienen
- Page 68 and 69:
contado de un hombre que, preso muy
- Page 70 and 71:
el revisitador había pedido del pu
- Page 72 and 73:
para proteger a mis hermanos desgra
- Page 74 and 75:
otra parte, a brillar en las almas
- Page 76 and 77:
CAPÍTULO V De cÓmo mi ángel se v
- Page 78 and 79:
la multitud al que más bulla y con
- Page 80 and 81:
de vuestros hermanos; detened los r
- Page 82 and 83:
ezco a esa noble señora que no sé
- Page 84 and 85:
CAPÍTULO VI Márquez y Altamira MI
- Page 86 and 87:
extremo orgullo con fingida humilda
- Page 88 and 89:
ojos, envuelto desde la cabeza hast
- Page 90 and 91:
de palabra al morir, consumaba el s
- Page 92 and 93:
desconocía: Colón, Cortés, Pizar
- Page 94 and 95:
que hacían terno con aquéllas, oc
- Page 96 and 97:
persona, y pasó y repasó la de mi
- Page 98 and 99:
cómo gritan y silban, y qué valie
- Page 100 and 101:
donde bajaba de aquella parte el te
- Page 102 and 103:
movimiento que le convenía o expre
- Page 104 and 105:
gusto se corre así, como nos hicie
- Page 106 and 107:
darse de su manto. Alejo y yo le se
- Page 108 and 109:
CAPÍTULO VIII Mi cautiverio. Notic
- Page 110 and 111:
necesario, que aquella casa en que
- Page 112 and 113:
de Suipacha y Aroma, todo el Alto P
- Page 114 and 115:
En este punto se oye abrirse el por
- Page 116 and 117:
infierno. A medio día vi por el pa
- Page 118 and 119:
CAPÍTULO IX De qué modo dejamos d
- Page 120 and 121:
abiertas, y concluyó por gritar a
- Page 122 and 123:
yo tímidamente. —Nunca nos conve
- Page 124 and 125:
la redonda mejilla de Agustín. —
- Page 126 and 127:
pobres infantes, que habían muerto
- Page 128 and 129:
Salí tras ella, recogiendo el ponc
- Page 130 and 131:
—¿Tienes? —¿Ya?”, recibiend
- Page 132 and 133:
fuente de merienda en las manos; pu
- Page 134 and 135:
de aquella le hacía señas de call
- Page 136 and 137:
No sé qué más iba a decir, pero
- Page 138 and 139:
con una altura uniforme; se levanta
- Page 140 and 141:
—¿Y cómo no? ¿quién no lo sab
- Page 142 and 143:
que Pancho y cien veces más fuerte
- Page 144 and 145:
CAPÍTULO XI El Ejército de Cochab
- Page 146 and 147:
el hijo del arrendatario. Debía al
- Page 148 and 149:
levantaba con mucho esfuerzo el arm
- Page 150 and 151:
de montar con espolines de plata; e
- Page 152 and 153:
carronadas de Aroma contestaron al
- Page 154 and 155:
donadas las riendas al incontenible
- Page 156 and 157:
-hablaba del cuerpo de Dionisio-, l
- Page 158 and 159:
y me pedirías de comer. El Callagu
- Page 160 and 161:
¡Júzguese cuál sería ahora la s
- Page 162 and 163:
—Perdonen vuestras mercedes; la n
- Page 164 and 165:
sé... —¿Qué? ¡acaba! —Se so
- Page 166 and 167:
una palabra, ni contestar con un si
- Page 168 and 169:
dicho por aquí de la travesura? Yo
- Page 170 and 171:
dejando de gobernador a don Antonio
- Page 172 and 173:
mar un oficio cualquiera. Ella no s
- Page 174 and 175:
Don Estevan Arze era criollo puro c
- Page 176 and 177:
tenido la fuerza de ánimo que Arze
- Page 178 and 179:
que mejor que todos el Gringo. Sin
- Page 180 and 181:
desgracias de su prójimo. —¡Vam
- Page 182 and 183:
—Mi maestro se engañaba -me dije
- Page 184 and 185:
Mi tío, el fuerte, el bueno y senc
- Page 186 and 187:
CAPÍTULO XV Un inventario. Mi visi
- Page 188 and 189:
mi madre, el siguiente harahui del
- Page 190 and 191:
más que en el entrecejo y a los ex
- Page 192 and 193:
desplegando, hasta que se agitaron
- Page 194 and 195:
CAPÍTULO XVI La entrada del gobern
- Page 196 and 197:
sauce o cualquier palo o bastón, m
- Page 198 and 199:
—¡Que lo prendan! -gritó el gen
- Page 200 and 201:
con aquel miserable que se había a
- Page 202 and 203:
comenzamos a dispersarnos dócilmen
- Page 204 and 205:
CAPÍTULO XVII Comparezco ante el t
- Page 206 and 207:
tos de sibaritas y de poetas. Los p
- Page 208 and 209:
pasajero que se acercaba a tomar so
- Page 210 and 211:
soteó con sus patas de elefante, h
- Page 212 and 213:
En concepto del Padre y de doña Te
- Page 214 and 215:
que yo mismo me lo imaginé y me ha
- Page 216 and 217:
aquel ejército. El mal americano,
- Page 218 and 219:
sin ellos, y se arrojaban cada uno
- Page 220 and 221:
un barril”, y los ríos y torrent
- Page 222 and 223:
ñas tan toscas y primitivas, que y
- Page 224 and 225:
cuatro de la mañana, cuando supo p
- Page 226 and 227:
hasta ellos su bandera; y se retir
- Page 228 and 229:
hasta la calle. A poco salieron tod
- Page 230 and 231:
deben estar llenos de telarañas.
- Page 232 and 233:
Al decir esto, el Comendador me mir
- Page 234 and 235:
inviolable su casi esférica person
- Page 236 and 237:
te para pronunciar vuestro último
- Page 238 and 239:
habían visto; y los religiosos agr
- Page 240 and 241:
El herrador, estimulado por el ejem
- Page 242 and 243:
el Gringo. Los amotinados trataron
- Page 244 and 245:
conducía directamente a la plaza.
- Page 246 and 247:
vengan, ¿eh? ¡Bueno! ¡ya se han
- Page 248 and 249:
—¡Ea! -prosiguió-; ¿por qué n
- Page 250 and 251:
—¡Cómo! ¿vuestra merced por aq
- Page 252 and 253:
izquierda en las barrancas del Roch
- Page 254 and 255:
Los vencedores encontraron en la Co
- Page 256 and 257:
mujeres acudieron a las armas, se p
- Page 258 and 259:
más que impedir que las pobres muj
- Page 260 and 261:
tras de las puertas de las casas. D
- Page 262 and 263:
—¡Al fin! -gritó después, leva
- Page 264 and 265:
mayor descaro otros jefes prestigio
- Page 266 and 267:
modo: “Dolorosa es por cierto la
- Page 268 and 269:
curiosos lectores-; se arrojó hech
- Page 270 and 271:
de beata, supuse desde un principio
- Page 272 and 273:
el señor doctor de quien he hablad
- Page 274 and 275:
CAPÍTULO XXIII De la edificante pi
- Page 276 and 277:
daban de beber sus respectivos mayo
- Page 278 and 279:
Veía estremecerse a estas palabras
- Page 280 and 281:
a este mundo en época distinta de
- Page 282 and 283:
sostenía el devoto más alto, corp
- Page 284 and 285:
asegurar mejor su cabeza: —¡Que
- Page 286 and 287:
después de su victoria de “la el
- Page 288 and 289:
ojos azules, derramaban inefable co
- Page 290 and 291:
algunos la de Franklin “por obra
- Page 292 and 293:
los amenos valles de Cochabamba, en
- Page 294 and 295:
era aquello, por hallarse entre los
- Page 296 and 297:
mayordomo! Amábanla cuantos la ve
- Page 298 and 299:
puso inmediatamente enviar a Carlos
- Page 300 and 301:
evadirse por milagro; pero lo persi
- Page 302 and 303:
CAPÍTULO XXVI Donde ha de verse qu
- Page 304 and 305:
fuerzas ni aliento para gritar como
- Page 306 and 307:
CAPÍTULO XXVII De como fui y llegu
- Page 308 and 309:
Soncoi ppatanña kuakainii juntta..
- Page 310 and 311:
ción al interior de la sala. Era
- Page 312 and 313:
medio! Parece que Dios devuelve la
- Page 315 and 316:
CRONOLOGÍA
- Page 317 and 318:
CRONOLOGÍA Vida y obra de Nataniel
- Page 319:
1880, poniendo de relieve la implan
- Page 322 and 323:
JUAN DE LA ROSA. MEMORIAS DEL ÚLTI
- Page 324 and 325:
Varias obras. París/México: Bourd
- Page 326 and 327:
PAZ SOLDÁN, Alba María. “Novela
- Page 328 and 329:
Capítulo XIII. Arze y Rivero......
- Page 330 and 331:
52 JOAQUIM MARÍA MACHADO de ASSIS
- Page 332 and 333:
ALBA MARÍA PAZ SOLDÁN (La Paz, Bo