17.11.2015 Views

TOLERANCIA

9RGnbZ

9RGnbZ

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La biología no basta para explicar la violencia. Si fuera solo producto de la naturaleza, explica<br />

el profesor Sanmartín, como en el caso de la agresividad, la naturaleza habría seleccionado factores<br />

naturales que la mantendrían dentro de lo aceptable, sin poner en riesgo al grupo humano. Nadie<br />

nace violento, la conducta se aprende, el violento se hace. La violencia puede ser expresiva,<br />

experimentada por estrés, crispación, y puede ser instrumental, utilizada para conseguir un<br />

determinado resultado, generalmente para obligar a la víctima a realizar algo contra su voluntad.<br />

Hablar de la violencia es enfrentarse a su realidad, comenzar a ganarle la partida, aunque<br />

enfrentarse honestamente al problema requiere de entrada abandonar mitos y tópicos como<br />

aquellos que asignan su existencia prácticamente a sectores sociales excluidos o desfavorecidos, a<br />

familias desestructuradas o a trastornos psiquiátricos. Por el contrario la realidad muestra como<br />

la anomia social y el modelo cultural prevalente que encierra una masculinidad mal entendida<br />

(machismo, competitividad y fuerza) junto a contravalores de intolerancia, odio y dominación,<br />

alimentado por una subcultura que acepta la violencia como algo “normal” a través de los medios<br />

de comunicación (en especial, cine y TV), internet, videojuegos, así como factores urbanos que van<br />

desde las drogodependencias, al fácil acceso a las armas blancas, y la marginalidad, configuran una<br />

multiplicidad de elementos que convierten el desarrollo de la violencia en un vector con escasos<br />

frenos.<br />

La violencia siempre ha tenido aliados, es el caso de la indiferencia social que muestra<br />

escasa solidaridad mientras individualmente no le afecte a cada cual. También la impunidad de<br />

los agresores, la débil respuesta sancionadora como ha evidenciado especialmente le Ley Penal<br />

del Menor, sin olvidar la legitimidad social del uso de la violencia en nuestro país donde muchos<br />

conflictos se resuelven con aquello de “eso me lo dices en la calle”, un país que hasta hace poco más<br />

de un siglo aceptaba el duelo a pistola o espada para conflictos de honor. Junto a estos aliados, otros<br />

no menos poderosos como el miedo a ser potencial afectado o el olvido de la víctima y falta de<br />

memoria con la tragedia vivida y la débil respuesta institucional configuran potentes coadyuvantes<br />

de la violencia.<br />

La violencia siempre tiene consecuencias en primer lugar para la víctima que además de las<br />

lesiones o daño sufre una segunda victimización por el abandono a su suerte y una tramitación de<br />

la justicia, lenta y farragosa, difícilmente explicable cuando no una reiteración de amenazas, estrés<br />

postraumático y el horror de una experiencia horrible de difícil superación. También la familia<br />

y el entorno de la víctima sufre el problema, la sociedad se degrada y los valores democráticos<br />

fundamentados en el rechazo de la violencia sufren un continuo desgaste por el hostigamiento<br />

demoledor de estas conductas aberrantes. Así mismo, los gastos para el sistema de salud resultan<br />

significativos, como han evidenciado diversos estudios especialmente las secuelas o discapacidades<br />

de por vida, y en cuanto a los agresores violentos se ven alcanzados de una deshumanización que<br />

interiorizan, tienen que asumir las consecuencias penales de sus actos violentos, lo cual repercute<br />

a su vez en sus círculos familiares y comunitarios. El conjunto de consecuencias descrito configura<br />

un cuadro dramático de difícil reparación.<br />

Violencia de género, sexismo y misoginia<br />

El inicio de la violencia que los hombres ejercen contra las mujeres hay que situarlo en los orígenes<br />

de la civilización, una violencia explicada por la relación patriarcal que prevalece hasta nuestros<br />

días. La ideología que subyace en esa concepción sexista-patriarcal argumenta como principio<br />

la existencia de una relación de subalternidad basada en la desigualdad biológica de los sexos, y<br />

establece una relación de dominio del hombre hacia la mujer, basada en la obediencia, sumisión<br />

y dependencia. Desde ahí proyecta en los sistemas sociales, políticos y culturales establecidos la<br />

desigualdad de derechos y el ataque a la dignidad intrínseca de la mujer. Ahí nace la violencia de<br />

género.<br />

Se trata de una violencia calculada por quien la ejerce cuyo objeto es mantener a la mujer en<br />

una relación de discriminación y dominio. Las víctimas de malos tratos, violaciones, mutilaciones<br />

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!