¿una respuesta de desarrollo ante la pobreza en ... - Kolping Uruguay

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Obra Kolping Internacional
La Economía de Comunión no opta por un determinado sistema económico,
simplemente reconoce:
a) la validez de la propiedad privada como derecho no absoluto del ser humano,
destinada a beneficiar a la sociedad,
b) el mercado como ámbito en el cual se debe realizar un intercambio equilbrado
de bienes y servicios. Por lo tanto, ha habido experiencias de tipo: cooperativista,
de asociación en régimen difuso, empresas de todo tipo, según los sistemas
legales y económicos locales.
Para que este proyecto pueda impulsar un cambio de rumbo en la economía, se
necesita un cambio cultural importante. Se planteaba tiempo atrás la alternativa
entre ser y tener. Conforme a la propuesta evangélica de Jesús, nosotros optamos
por la cultura del dar. Pero un dar que no se limita a dar los bienes materiales,
como las utilidades, o espirituales, como el propio trabajo, o los talentos, las
capacidades de cada uno, sino que es un dar que proviene de la profunda experiencia
de la presencia de Dios en nuestra vida personal y colectiva, ante la cual
todo, también los bienes, pierde el valor que a veces se les da y en realidad no
lo tienen y asumen su verdadero valor y su verdadera función.
Por otra parte, es una experiencia vivencial el hecho que el hombre se realiza
en esta realidad relacional, en este intercambio con sus semejantes, donde el
dar juega un papel fundamental. Dice Chiara Lubich: «El hombre encuentra su
propia realización en el amar, en el dar. Esta exigencia se ubica en lo más profundo
de su ser, creyente o no creyente que sea». Por lo tanto, esta comunión
de bienes, crece sólo si las personas que la practican están animadas por un
espíritu nuevo, que se forma con la «cultura del dar».
Se trata de un dar desinteresado, no contaminado por finalidades egoístas de
poder o dominio, sino un dar que se abre al otro y lo acoge en el respeto pleno
de su dignidad.