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Cuenta y Razón

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En Madrid vivieron plenamente largos años como<br />

marido y mujer; de esta época, Marías ha escrito<br />

bellamente: “[…] a los veinte años de estar casado<br />

con Lolita, y durante todos los siguientes -yo<br />

diría que cada vez más-, cada día me parecía<br />

nueva, al volver, o en cualquier lugar donde nos<br />

citábamos con ilusión, emoción, expectativa de<br />

las horas que iban a seguir al encuentro" 18 . O<br />

también: “Lolita era mi destino, mi proyecto; no<br />

podía conjugar el verbo vivir en singular sino en<br />

dual" 19 . Es bien sabido que estos largos años de<br />

convivencia matrimonial y los previos, de amistad<br />

intersexuada, han sido resumidos con dos<br />

precisas palabras, como sólo es capaz de hacerlo<br />

la faceta más delicada del alemán: “unendliches<br />

Gespräch” 20 , privada conversación infinita.<br />

Hay un texto cercanísimo y enormemente humano,<br />

como solo puede escribir un director de cine,<br />

quien (supongo) ve la realidad misma cinematográficamente:<br />

“[Julián Marías y su mujer] solían<br />

ir al cine un par de veces por semana. Yo los vi<br />

en alguna ocasión, en el cine Conde Duque, me<br />

parece. Don Julián vestido con traje oscuro, camisa<br />

blanca y corbata; ella, con esa elegancia de<br />

las mujeres de Penagos, tan cosmopolitas y tan<br />

decididas, mujeres que parecen como dibujadas<br />

a tinta china, pongamos que entre Margaret Sullavan<br />

y Kate Hepburn. Les recuerdo hablando<br />

en el hall, al tiempo que se fijaban en todo, como<br />

si fueran turistas o, mejor aún, exiliados” 21 . Una<br />

pareja, parece sugerir Garci, de cine.<br />

Pero además de la experiencia de cine, lo previo<br />

y lo posterior no era menos feliz: “El matrimonio<br />

de Julián Marías [...] fue también el de una<br />

NOTAS<br />

1. Marías, J.: Obras completas X, Revista de Occidente, Madrid,<br />

1982 (3ª ed.), 418. En adelante se citarán como OC<br />

seguido del número del tomo y el de la página.<br />

2. Marías, J.: OC X, 285-293.<br />

3. Marías, J.: Una vida presente, Memorias. Páginas de Espuma<br />

(1ª ed.), Madrid, 2008, 372.<br />

4. Un ejemplo podría ser esta visita guiada con la escritora<br />

argentina Carmen Gándara, a su paso por Madrid: “Hace<br />

todavía poco más de un mes, una amiga mía, una admirable<br />

dama argentina, de ojos claros, curiosos, los lanzaba<br />

ENSAYOS<br />

pareja de aficionados al cine. Sé que él y Lolita<br />

quedaban quince minutos antes de comenzar la<br />

sesión en alguna cafetería cercana a la sala, donde<br />

tomaban café o un refresco, así, al placer de<br />

ir a ver una película sumaban la felicidad de una<br />

cita con la persona amada. Primum vivere” 22 .<br />

El resultado de estas citas dobles (primero, entre<br />

ellos y después, de ambos con la película escogida)<br />

fueron esas reseñas sobre cine “que eran<br />

el resultado de una historia de amor. De ahí su<br />

belleza, su bondad, su claridad, su sinceridad, su<br />

pasión, su modernidad, su poesía ligera y su temblor<br />

(¿inquietud?) de humanista cristiano” 23 .<br />

Quien sea madrileño o esté<br />

pendiente de la vida cultural de<br />

Madrid, sabe que es inagotable<br />

Así de plena, entonces, fue la vida de los Marías.<br />

¿Iban a renunciar a todo esto, por muy<br />

valiosa que fuese la posibilidad americana? No<br />

es extraño, teniendo en cuenta estos tres aspectos,<br />

que eligiesen esta gran ciudad europea<br />

que es Madrid para vivir en ella.<br />

Que la eligiesen para saborear su vida incesante,<br />

pero también para trazar, desde ella,<br />

innumerables rutas, vectores hacia otras ciudades<br />

españolas y hacia otros destinos en el<br />

mapamundi.<br />

Una ciudad, con plena razón, para un filósofo. �<br />

furtivamente, con un poco de rubor, a través de las ventanas<br />

encendidas del viejo Madrid -calle de Puñonrostro,<br />

plaza del Conde de Barajas, calle de la Pasa, plazuela de<br />

san Javier-, y se disculpaba de la indiscreción explicándome<br />

su pasión por los interiores, su delicia de contemplar<br />

inesperados trozos de vida espontánea” (Marías, J.: Obras<br />

completas III, Revista de Occidente, Madrid, 1964, 364).<br />

5. Marías, J.: OC X, 417.<br />

6. Marías, J.: OC X, 416.<br />

7. "La [Facultad] nuestra era simplemente maravillosa,<br />

25

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