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<strong>Cuenta</strong> y <strong>Razón</strong> | enero - febrero 2011<br />
ellas de gran valor, pero no para comprender<br />
el porqué de esta conducta en una persona<br />
concreta” (p.226).<br />
Un número considerable<br />
de los madrileños, más de la quinta<br />
parte -21 por ciento- no tienen<br />
formado un criterio sobre<br />
la licitud del suicidio<br />
Los citados autores enfrentan el problema de<br />
aquellas personas religiosas, de creencias profundas<br />
y que, sin embargo, pueden llegar a suicidarse:<br />
“Por otra parte, conviene volver a remarcar,<br />
como medida terapéutica y orientación<br />
espiritual, que los deseos de morir de una persona<br />
con práctica religiosa debido a que el peso<br />
de seguir viviendo se le hace muy grande, es un<br />
síntoma de la enfermedad, carente en sí mismo<br />
de connotaciones morales, y que, a la espera<br />
de su remisión por el tratamiento, constituye<br />
un verdadero camino de santidad donde, con<br />
el ejercicio de virtudes humanas y sobrenaturales,<br />
se puede vivir un profundo abandono en<br />
las manos de Dios, “esperando contra toda es-<br />
peranza”. En cualquier caso, estas situaciones<br />
exigen de los demás una profunda comprensión<br />
y una extremada delicadeza.” (p.233).<br />
La interpretación de los resultados del sondeo sugiere<br />
que un número considerable de los madrileños,<br />
más de la quinta parte -21 por ciento- no tienen<br />
formado un criterio sobre la licitud del suicidio,<br />
puesto que contestan NS/NC. La inmensa mayoría<br />
NUNCA justifica el suicidio -45 por ciento-, o PO-<br />
CAS VECES -30 por ciento-. Por consiguiente, los<br />
resultados de la presente encuesta sobre la opinión<br />
de los madrileños contradicen lo que se sostiene<br />
en este artículo, dado que, según se ha expuesto,<br />
la investigación de los científicos considera que,<br />
casi en la totalidad de los suicidios, concurren psicopatologías<br />
que disminuyen o incluso anulan la<br />
responsabilidad moral del suicida.<br />
Sin entrar en los indudables temas éticos que implica<br />
el suicidio, sí merece dejar constancia que,<br />
frente a la concepción del derecho a la libertad<br />
(que es más que un derecho), cuya forma más sublime<br />
y radical sería el derecho a darse muerte,<br />
difícilmente se puede sostener esta tesis, ya que<br />
el suicida acaba con su derecho a la libertad, mata<br />
su derecho a la libertad. Un cadáver no tiene derecho<br />
a la libertad, radicalmente no es libre. �