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El dominio de sí mismo. Emile Coue - Fundacion Alpe Acondroplasia

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<strong>El</strong> <strong>dominio</strong> <strong>de</strong> <strong>sí</strong> <strong>mismo</strong><br />

__________________________________________________________<br />

Si algunos son felices o infelices, es porque ellos se imaginan estar felices o infelices,<br />

pues, dos personas, ubicadas exactamente en las mismas condiciones, pue<strong>de</strong>n<br />

encontrarse, la una; perfectamente, y la otra absolutamente mal.<br />

La <strong>de</strong>presión, el tartamu<strong>de</strong>o, las fobias, la cleptomanía, algunas parálisis, etc., no son<br />

otra cosa que el resultado <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong>l inconsciente sobre el ser físico o moral.<br />

Pero, si nuestro inconsciente es la fuente <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> nuestros males, pue<strong>de</strong><br />

también traer consigo la curación <strong>de</strong> nuestras afecciones morales y físicas. Pue<strong>de</strong>, no<br />

solamente, reparar el mal que ha hecho, sino incluso curar las enfermeda<strong>de</strong>s reales,<br />

tan gran<strong>de</strong> es su acción sobre nuestro organismo.<br />

Enciérrese en una habitación, siéntese en una silla, cierre los ojos para evitar toda<br />

distracción, y piense únicamente durante algunos instantes:<br />

Tal cosa está <strong>de</strong>sapareciendo” y “tal otra va a suce<strong>de</strong>r”.<br />

Si usted, realmente se autosugestionó, es <strong>de</strong>cir, si su inconsciente hizo suya la i<strong>de</strong>a<br />

que usted le ofreció, entonces, usted quedará sorprendido al ver producir tal cosa que<br />

usted pensó. Es <strong>de</strong> anotar que lo propio <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as auto-sugeridas es existir, en<br />

nosotros, a nuestras expensas y, el nosotros no saber <strong>de</strong> ellas sino, por los efectos que<br />

producen. Pero sobretodo, y esta recomendación es esencial, la voluntad no<br />

interviene en la práctica <strong>de</strong> la autosugestión; pues, si ella no está <strong>de</strong> acuerdo con la<br />

imaginación, es <strong>de</strong>cir, si uno piensa por ejemplo: “Quiero que tal o tal cosa se<br />

produzca”, y la imaginación dice “tú lo quieres, pero eso no es posible”, no<br />

solamente no se obtiene lo que uno quiere, sino incluso se obtiene exactamente lo<br />

contrario.<br />

Esta observación es capital, y ella explica el por qué los resultados son tan poco<br />

satisfactorios cuando, en el tratamiento <strong>de</strong> las afecciones morales, uno se esfuerza en<br />

hacer la reeducación <strong>de</strong> la voluntad. Es en la educación <strong>de</strong> la imaginación que es<br />

preciso atarearse, y es gracias a este matiz, que mi método ha tenido éxito, allí, don<strong>de</strong><br />

otros, y no <strong>de</strong> los menos, han fracasado.<br />

De numerosas experiencias que he hecho diariamente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace veinte años y que<br />

he observado con minucioso cuidado, pu<strong>de</strong> sacar las conclusiones siguientes y que<br />

resumo en forma <strong>de</strong> leyes:<br />

––Cuando la voluntad y la imaginación están en lucha, es siempre la imaginación la<br />

que gana sin excepción alguna.<br />

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