El dominio de sí mismo. Emile Coue - Fundacion Alpe Acondroplasia
El dominio de sí mismo. Emile Coue - Fundacion Alpe Acondroplasia
El dominio de sí mismo. Emile Coue - Fundacion Alpe Acondroplasia
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>El</strong> <strong>dominio</strong> <strong>de</strong> <strong>sí</strong> <strong>mismo</strong><br />
__________________________________________________________<br />
Otro caso: En mi segundo viaje a América, me hospedaba en casa <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> mis<br />
amigos y, en la noche, algunas personas vinieron a verme. Entre ellas, se encontraba<br />
una dama que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía muchos años, no escuchaba nada, por uno <strong>de</strong> sus oídos.<br />
Luego <strong>de</strong> la sesión arriesgué <strong>de</strong>cir, esta dama escucha muy bien. A la mañana<br />
siguiente, <strong>de</strong>jaba yo New York para ir por América a una gira que duraba 60 días. A<br />
mi regreso, me hospedé igualmente en la casa <strong>de</strong> mi amigo, las mismas personas<br />
vinieron a hablarme. Entre ellas, naturalmente, se encontraba la dama sorda. Dijo<br />
que durante los tres días que habían seguido a mi partida, ella había escuchado muy<br />
bien, pero que a partir <strong>de</strong>l cuarto, había cesado <strong>de</strong> oír. Des<strong>de</strong> que me dirigí a ella,<br />
escuchó <strong>de</strong> nuevo. A mi paso por Florencia, en el instituto británico, don<strong>de</strong> yo daba<br />
una conferencia, se encontraba un joven Inglés, que había sido herido en la cabeza<br />
durante la guerra. Des<strong>de</strong> el día <strong>de</strong> la herida, estaba completamente sordo <strong>de</strong>l oído<br />
<strong>de</strong>recho. Aproximándome a tal oreja, luego <strong>de</strong> haberla tapado con el <strong>de</strong>do, le grité<br />
fuertemente, “¿Me escucha?” Él respondió. Sí. Me alejé un poco y recomencé, aún<br />
me escuchó nítidamente, a una distancia <strong>de</strong> 50 m, aproximadamente. A partir e allí,<br />
la percepción <strong>de</strong> sonidos era más nítida. Recomencé la experiencia y, esta vez, cesó<br />
<strong>de</strong> escucharme a tres metros. Un nuevo ensayo fue coronado con éxito completo: el<br />
sordo me escuchaba a cualquier distancia. Estaba totalmente sorprendido por el<br />
resultado, no cesaba <strong>de</strong> repetir, levantando los brazos: “It’s extraordinary, It’s<br />
extrordinary, etc.” Aquí hubo una sor<strong>de</strong>ra p<strong>sí</strong>quica, consecuencia probable, <strong>de</strong> una<br />
sor<strong>de</strong>ra real. Verda<strong>de</strong>ramente la herida recibida en la cabeza había <strong>de</strong>terminado las<br />
lesiones, causando una sor<strong>de</strong>ra real, poco a poco estas lesiones, se curaron, la sor<strong>de</strong>ra<br />
había <strong>de</strong>saparecido progresivamente, pero el joven hombre continuaba creyéndose<br />
sordo, y lo estaba en efecto, su sor<strong>de</strong>ra real había <strong>de</strong>saparecido, pero se había<br />
sustituido por una sor<strong>de</strong>ra p<strong>sí</strong>quica que duró hasta el momento en que yo lo encontré.<br />
Vi en Nancy, un caso muy curioso <strong>de</strong> ceguera. Una jovencita <strong>de</strong> veintitrés años vino<br />
un día a casa, por consejo <strong>de</strong> una amiga, pues no veía absolutamente nada, por el ojo<br />
izquierdo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la edad <strong>de</strong> tres años. Este ojo no tenía la menor sensación <strong>de</strong> sombra<br />
o <strong>de</strong> luz. Inmediatamente luego <strong>de</strong> la sesión ella vio. Naturalmente, para todos los<br />
asistentes, esta súbita curación, fue un milagro. Para mí, era el motivo <strong>de</strong> búsqueda <strong>de</strong><br />
la clave <strong>de</strong>l milagro, la encontré y el milagro <strong>de</strong>sapareció por no ser más que un<br />
seudo-milagro. Veamos la explicación, esta joven, a los dos años, tuvo en el ojo<br />
izquierdo, una enfermedad bastante grave, que <strong>de</strong>mandó un año para curarse. Durante<br />
este año, ella lleva puesto sobre el ojo enfermo una venda. Habiendo estado privada<br />
<strong>de</strong> ver durante tanto tiempo, aprendió el habito <strong>de</strong> no ver, habito que conservo hasta<br />
el momento en que vino a verme.<br />
Le arriesgué la sugestión <strong>de</strong> que poco a poco, las lesiones que ella pudo haber tenido<br />
terminarían <strong>de</strong> curarse; que en el futuro y en la medida en que éstas se curaran, ella<br />
vería <strong>de</strong> mejor en mejor y que, una vez que estuvieran completamente curadas, ella<br />
vería muy bien. Como no había lesiones, ella vio inmediatamente.<br />
46