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El dominio de sí mismo. Emile Coue - Fundacion Alpe Acondroplasia

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<strong>El</strong> <strong>dominio</strong> <strong>de</strong> <strong>sí</strong> <strong>mismo</strong><br />

__________________________________________________________<br />

PRÓLOGO<br />

<strong>El</strong> Doctor Coué, continúa las experiencias <strong>de</strong> Nancy, en Nancy precisamente, allí en<br />

don<strong>de</strong> <strong>de</strong> Charcot 1 , la humanidad recibiera la revelación <strong>de</strong> la época: no es la razón<br />

la que <strong>de</strong>termina nuestros actos, sino, que hay algo otro en nosotros: Lo<br />

INCONSCIENTE, <strong>El</strong> Dr. Coué trabaja también en Troyes y en otras latitu<strong>de</strong>s no sólo<br />

<strong>de</strong> su país; Francia, sino en américa y otros <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong> europa, como<br />

reconfirmando la época y la experiencia <strong>de</strong> la que Sigmund Freud, obtuviera su obra<br />

al llevar por cauces insospechados las postrimerías <strong>de</strong> lo que él llamara pulsión. Y<br />

precisamente, por la misma época.<br />

Coué, presenta, sin proponérselo, las relaciones entre el <strong>de</strong>seo, y su realización, a<strong>sí</strong><br />

como entre el <strong>de</strong>seo y la necesidad, enseñándonos cómo, por nosotros <strong>mismo</strong>s<br />

obtener el bienestar <strong>de</strong>l que somos capaces. o, en su <strong>de</strong>fecto, el sufrimiento, rostro<br />

<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>l que hemos dado prueba <strong>de</strong> también po<strong>de</strong>r construir.<br />

Coué, opone, no sin experiencia, al malestar, algo que es muy importante, pienso<br />

yo, un dar cuenta <strong>de</strong> ese “impedirse” sufrir, al sustituir las ór<strong>de</strong>nes sugeridas a lo<br />

inconsciente, por unas nuevas que procuren cumplir con nuestra obligación<br />

fundamental, y <strong>de</strong>recho, por lo tanto, “vivir” y “vivir bien”.<br />

1 1885 - Jean-Martin Charcot (*)<br />

En marzo <strong>de</strong> 1885 Freud se marchó a París, usufructuando la beca que había conseguido a través <strong>de</strong><br />

sus maestros en Viena. Dedicó las primeras semanas al estudio microscópico <strong>de</strong> cerebros <strong>de</strong> niños en<br />

el Laboratorio Patológico <strong>de</strong> Charcot en la Salpêtrière, haciendo publicaciones sobre la parálisis<br />

cerebral en niños y la afasia. Pero la po<strong>de</strong>rosa atracción <strong>de</strong> Charcot lo fue separando cada vez más <strong>de</strong><br />

la neurología y lo llevó a la psicología. Ese hombre teatral, siempre lúcido, habitualmente serio aunque<br />

a veces humorístico, fascinó a Freud. "Nunca parece más gran<strong>de</strong> ante sus oyentes que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<br />

realizado el esfuerzo <strong>de</strong> reducir el abismo entre maestro y alumno, brindando el más <strong>de</strong>tallado informe<br />

<strong>de</strong> su ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> pensamientos, con la mayor franqueza acerca <strong>de</strong> sus dudas y vacilaciones". En sus<br />

presentaciones <strong>de</strong> enfermos en la Salpêtrière, Charcot diferenciaba una enfermedad mental <strong>de</strong> otra y <strong>de</strong><br />

los trastornos físicos, lo cual era una rareza en aquellos tiempos. Freud admitió que "autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

Viena más gran<strong>de</strong>s que yo solían diagnosticar la neurastenia como un tumor cerebral". Charcot<br />

disfrutaba <strong>de</strong> un prestigio sin par como la luminaria médica que era. Había diagnosticado la histeria<br />

como la dolencia médica que era y <strong>de</strong>scubrió que también afectaba a los hombres. Había puesto la<br />

hipnosis al servicio <strong>de</strong> los serios propósitos <strong>de</strong> la curación mental. Freud se asombró <strong>de</strong> ver a Charcot<br />

curando parálisis histéricas por medio <strong>de</strong> la hipnosis. Charcot era un artista, un gran observador, un<br />

"hombre que ve" según Freud. Confiaba en lo que veía y lo <strong>de</strong>fendía por encima <strong>de</strong> la teoría. Freud<br />

nunca olvidó una <strong>de</strong> sus observaciones: "La théorie, c'est bon, mais ça n'empêche pas d'exister" ("La<br />

teoría está muy bien, pero eso no impi<strong>de</strong> que los hechos existan"). Charcot no resolvió <strong>de</strong> modo<br />

completo cual era la naturaleza <strong>de</strong> la hipnosis. Definía el estado hipnótico como "una condición<br />

morbosa producida artificialmente, una neurosis", o sea, un <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n nervioso, la histeria con<br />

componentes orgánicos, y aducía que la hipnosis solo podía provocarse en histéricos. Freud llamó<br />

Jean-Martin a su primer hijo en honor a Charcot. (11 Bb)<br />

http://www.geocities.com/athens/parthenon/9581/escritos/libro/charcot.htm<br />

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