Desenredando prejuicios - Corporación Caribe Afirmativo

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“La educación social es una forma de educación,
que, a su vez, es el objeto y ámbito de la
Pedagogía Social. La educación social sería el
fenómeno, la realidad, la praxis, la acción y la
pedagogía social la reflexión científica, la disciplina
científica, que reflexiona, conceptualiza,
investiga sobre esa educación social” (Ortega,
2004: 5).
De esta manera, la educación social podemos
entenderla en esta experiencia como una práctica
social intencionada, desde la cual es posible
visibilizar, dinamizar y activar condiciones
educativas de la cultura, de la vida social y de
las personas como tal; por otro lado, es un espacio
para la promoción de derechos, prevención
de violencias y exclusiones y puesta en marcha
de acciones de integración social, fruto del reconocimiento
de la dignidad humana del otro
y la otra, para poder establecer parámetros de
transformación social basados en las necesidades
cotidianas y concretas de las construcciones
sociales con miras a cualificar la vida de aquellos
que articulan esos circuitos.
Las personas participantes de este proceso se
conciben como sujetos sociales con unas experiencias
vividas, cuya voz y relatos permiten
construir realidad social a partir de lo que han
significado como hombres y mujeres inmersos
en un contexto hegemónicamente patriarcal y
heteronormativo. Este reconocerse invita a desaprender
esquemas rígidos y excluyentes que,
a manera de verdad absoluta, se han instaurado
y reproducido en la sociedad; así mismo se
plantea que el reconocerse como sujeto en la diversidad,
problematiza los modelos patriarcales
imperantes y lleva a construir una serie de retos
en el plano de lo local para que ellos y ellas
asuman en sus procesos de liderazgo acciones
de multiplicación de lo aprehendido.
Entendemos por sujeto social no al individuo
en su unidad particular, sino aquel que
se construye en la medida que la vida aparece
como un esfuerzo por constituirse simultáneamente
en la diversidad de aspectos; un proceso
permanente de subjetivación para escapar
reflexivamente de fuerzas, reglas y poderes que
nos impiden ser nosotros mismos y tratan de
reducirnos a un sistema binario y naturalizado
de clases, patriarcal y excluyente de las diferencias.
Acudimos al sujeto social como el derecho
a participar plenamente de los derechos, construir
movimiento social y transformar las condiciones
sociales (Touraine, 2006).