Desenredando prejuicios - Corporación Caribe Afirmativo

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manos; su figura de autoridad no incidió en la
crianza de sus hermanos los cuales son personas
de bien, es más, ahora cría al hijo de su
hermana en Bogotá. El respeto y la autoridad
no tienen que ver con la orientación” (Gestor
cultural).
“Yo no soy lo que la gente espera de una persona
como yo, y a veces soy juzgado como raro,
no tengo mujer, vivo solo, además soy artista
plástico, entonces la gente asocia eso con la homosexualidad.
Yo demostré que esos prejuicios
no son reales, me he formado de buena manera
y me he ganado el respeto de las personas de
mi localidad” (Gestor cultural).
Los alrededores de la Ciénaga se han venido
caracterizando como cordones de expulsión de
la ciudad, y es así como los mismos Policías que
sirven a la localidad relatan que en ocasiones
salen a las calles a recoger sobre todo travestis,
las montan al camión y las dejan en inmediaciones
de la Ciénaga de la Virgen o de las playas
de Manzanillo, para que les tome toda la noche
caminar y no puedan llegar a sus encuentros y
celebraciones.
El tema de la Policía es preocupante en esta
localidad, pues si bien hay compromisos en
Cartagena por parte de las directivas policiales,
los que patrullan algunas zonas de la ciudad
-sobre todo la sur occidental y la sur oriental-
en ocasiones generan violencia y restricción de
derechos a la población LGBTI.
“Soy mecánico de profesión y además de
eso soy gay, lo que les quiero comentar es que
he tenido problemas con un policía que circula
por la localidad: me encontraron hablando
con un amigo en uno de los paraderos de buses,
nos trataron como unos perros, y a mi amigo lo
desnudaron totalmente porque a ellos les dio la
gana de hacerlo. Días después el mismo policía
nos volvió a encontrar en el mismo paradero
y nos dijo lárguense de aquí antes de que les llame
la patrulla; yo le dije ¿está prohibido estar
en un lugar público? y me dijo, me importa un
‘culo’ lárguense, y nos fuimos (Hombre gay de
la Localidad dos).
Testimonios como este son muy frecuentes
en la Localidad dos, donde autoridades, ciudadanía
y condiciones adversas hacen que la población
LGBTI sea invisibilizada y excluida de
manera permanente, como el caso de un Pastor
Protestante del barrio El Pozón, quien hace
poco salió del closet y las presiones de los vecinos
y las amenazas de algunos actores armados
lo hicieron salir del barrio.