Desenredando prejuicios - Corporación Caribe Afirmativo

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Los centros educativos son en su mayoría lugares
en donde la población de lesbianas y gays
a menudo es agredida por sus compañeros, y algunos
docentes expresan que no existen planes
educativos que aborden de manera respetuosa
el tema de la diversidad sexual e identidades de
género, lo que hace que los colegios sean lugares
de prácticas homofóbicas. Los jóvenes que
presentan tendencias o comportamientos poco
masculinos o “amanerados” son víctimas de sus
propios compañeros quienes realizan burlas,
chistes y agresiones físicas.
Algunos líderes comentan que se ha tenido
conocimiento de encerramientos en los baños
de colegios por parte de estudiantes en contra
de compañeros con “tendencias homosexuales”,
a los que sometían a burlas y golpizas.
“Un chico de nombre Flavio, el cual asiste maquillado
y con cejas sacadas (depiladas) al colegio
oficial de nombre … es constantemente sometido
a agresiones verbales y físicas, pues le lanzan
piedras y lo corretean, también es agredido por su
propia familia quien no lo acepta como es y hasta
le quemaban la ropa que se ponía” (Líder JAC).
En ocasiones las agresiones van más allá de
golpes y palabras mal intencionadas, se ha generado
una violencia simbólica y silenciosa
que emerge en una constante tensión en el ambiente
para las personas LGBTI, quienes expresan
que sienten temor de pasar o caminar por
ciertos lugares como canchas y esquinas donde
se reúnen pandillas porque pueden ser víctimas
de agresiones.
“Siento mucho temor al pasar por lugares
en donde escucho murmullos o comentarios
mal intencionados o miradas que incomodan,
como los lavaderos de carros, la cancha de
softball o por donde se ponen los mototaxistas”
(líder gay del sector).
También se ha escuchado de abusos sexuales
a hombres gays y mujeres lesbianas en lugares
como “detrás del mercadito y cerca del caño”.
“A veces las personas diversas cuando no
denuncian esta clase de abuso, es más porque
ellos creen que se les está haciendo un favor y
no que les están violando sus derechos” (Funcionario
organización social del sector).
Los jóvenes de escasos recursos del sector se
ven obligados en ocasiones a realizar prácticas
sexuales con adultos que les pagan muy bien
por esos servicios y que abiertamente acuden a
la explotación sexual comercial.
“Hace como un año era acosado por un hombre
que tenía una moto, a cada rato me buscaba
y ofrecía la moto para ser transportado, yo
le decía que no pues no cojo moto pero él insistía,
hasta que una vez me robó, se me llevó
el computador y otros artículos; en ocasiones,
las personas piensan que por ser homosexuales
somos personas bobas y por eso tienden a
aprovecharse de uno…, yo iba a dejar la cosa así
pero mi familia no lo quería y levanto un alboroto,
no hubo muerto de suerte, pero igual los
artículos no me importaba recuperarlos” (Líder
gay del sector).