Custodia Compartida - Projusticia Familiar

primeros días de vida, es la principal garantía de felicidad durante la
infancia. La felicidad es un sentimiento que el niño construye a partir de
las relaciones afectivas que establece con las personas que lo cuidan.
Relaciones sólidas y sanas permiten que el niño experimente una
sensación de bienestar y de confianza, que se sienta querido y pueda
desarrollar mejor su autoestima”. Si en la familia se establece este tipo
de vínculos, los niños se valoran más a si mismos, se relacionan con
quienes los rodean y hacen su propio y personal aporte a la vida
cotidiana. Cuando un niño disfruta su infancia y experimenta sus propios
deseos, está más preparado para iniciar el camino de la autonomía y
la madurez. Además de cobijo y aliento, los pequeños necesitan un
clima adecuado para desarrollar su vida emocional. ¿Cómo lograrlo? se
abre el camino a la felicidad cuando los padres tratan a sus hijos con
respeto, les generan confianza y les brindan oportunidades para ejercer
su libertad y desarrollar su propia identidad. De este modo, los padres
acompañan a sus hijos durante el proceso de crecer. Un niño es feliz si
se siente aceptado por los demás y satisfecho con su vida y con ser
quien es. Felicidad no quiere decir falta de conflictos. Ningún padre, por
perfecto que sea, puede evitar que su hijo pase por momentos difíciles y
viva conflictos. Lo importante es que el niño aprenda a resolverlos y
pueda afrontar las distintas situaciones que se le plantean en la vida. Un
problema superado es un logro que genera confianza y favorece el
desarrollo de la autoestima del pequeño. Buscar la felicidad implica
tener una actitud positiva frente a los pequeños problemas de la vida.
Consiste en crear un ambiente tolerante, de respecto y contención. Si
no se vive bajo estas condiciones, es difícil que el niño las pueda
establecer por sí mismo. Los padres son su modelo. Si ellos son positivos y
se sienten satisfechos consigo mismos, los hijos tienen más posibilidades
de identificarse con esta actitud y continuar este camino. La felicidad,
en general, permite el crecimiento personal y el desarrollo de los
sentimientos, de las emociones y de los afectos”.