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¿POR QUÉ LA TELEVISIÓN?
Apuntes 67, segundo semestre 2010 / McMillan y Zoido
Las instituciones de la democracia forman un sistema de incentivos que da forma y restringe
el comportamiento del gobierno. La mayoría de los análisis sobre los controles y contrapesos
los examinan separadamente: elecciones (Maskin y Tirole 2004), partidos políticos (Persson
et al. 1997), Poder Judicial (La Porta et al. 2004) y medios de noticias (Besley y Prat 2004;
Djankov et al. 2003). Sin embargo, las partes del sistema interactúan. Un par de mecanismos
de gobernabilidad pueden ser complementarios, en el sentido de que uno funciona mejor
cuando existe el otro o de que fortalecer a uno incrementa la efectividad marginal del otro
(Milgrom y Roberts 1990). Los políticos de oposición son más potentes, por ejemplo, cuanto
más libre es la prensa. Los mecanismos de equilibrio de poder se refuerzan mutuamente.
Inversamente, la ausencia de un mecanismo limita a los otros. Sin independencia judicial,
los medios pierden fuerza. Por ejemplo, un juez obsecuente contribuyó a la restricción de
los medios al ratificar la expropiación del canal de televisión de Ivcher. Sin independencia
judicial, la competencia política se debilita. Por ejemplo, los magistrados del Jurado Nacional
de Elecciones pasaron por encima de la Constitución para permitir a Fujimori ser candidato
para un tercer mandato. Sin competencia política, la independencia judicial está en
riesgo. Por ejemplo, al suspender el Congreso en el autogolpe de 1992, Fujimori pudo ganar
control sobre los jueces. Con los medios de noticias en riesgo, la competencia política se
debilita. Un vladivideo muestra a Montesinos hablando sobre una conferencia de prensa
del candidato presidencial de oposición: «Ningún canal ha pasado la conferencia de prensa.
No existió nunca».
Esta cadena de complementariedades implica que los controles y contrapesos forman un
paquete. Si uno es débil, todos los son. En este sentido, cada control es vital. Sin embargo,
los sobornos diferían: los medios de noticias, en particular la televisión, eran el mecanismo
más costoso de debilitar. Es decir, la televisión era la restricción crucial.
Si bien los sobornos pagados a los diarios eran más altos que los pagados a los jueces y
políticos, eran más bajos que los de la televisión. ¿Por qué a Montesinos le preocupaba
menos la prensa escrita que la televisión? La diferencia está en su alcance. La televisión es
donde la mayoría de los peruanos obtiene noticias. Incluso los barrios más pobres de Lima
están sembrados de antenas de televisión y el 95% de los hogares de Lima poseen un
televisor. En contraste, los diarios de mayor difusión eran El Comercio, con un tiraje de
seiscientos mil, y el tabloide sensacionalista Ojo, con trescientos mil (Schmidt 2001:13).
Sus lectores eran una pequeña fracción de la audiencia televisiva, que incluía a la mayor
parte de los veintiocho millones de peruanos.