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Apuntes 67, segundo semestre 2010 / McMillan y Zoido
noticias capturados habría sido difícil para los jueces honestos conseguir atención y
Montesinos habría calumniado a los denunciantes para desacreditarlos.
Puesto que la oferta de políticos y jueces corruptibles excedía la limitada demanda de
Montesinos, los políticos y jueces tenían escaso poder de negociación, de manera que su
precio, como lo muestran los datos, era relativamente bajo. En contraste, en el caso de la
televisión, Montesinos debía sobornar a «todos» los canales de gran audiencia. Si hubiera
conseguido sobornar a todos menos uno, ese canal renegado podría haberlo dañado
unilateralmente trasmitiendo historias desfavorables para él (Besley y Prat 2004). Cada
canal de televisión tenía poder de resistencia, independientemente de cuántos de ellos
había podido comprar.
El juego de negociación de Stole y Zwiebel (1996) se aplica aquí. En el equilibrio de este
juego, Montesinos compra unos cuantos políticos más de los que necesita, porque tener
políticos extra a la mano implica que el voto de ningún individuo define el resultado
(Groseclose y Snyder 1996). Como se ha mencionado, efectivamente Montesinos sobornó
a dos congresistas más de los que necesitaba para obtener la mayoría. Con los jueces la
historia es la misma. Montesinos paga a los políticos y jueces solo un poco más que el valor
mínimo necesario para que transijan en su integridad. En contraste, las estaciones de
noticias tienen poder de resistencia individual, por lo que Montesinos debe ofrecer una
porción importante del excedente (el valor que asigna al control menos los sobornos a
jueces y políticos) a los medios de noticias.
Una segunda razón por la que claramente los sobornos a la televisión eran altos, además
de su poder de resistencia, es que el tamaño de cada soborno reflejaba la percepción de
Montesinos de cuánto estaba en juego. Esto era mayor en el caso de la televisión.
En un gobierno democrático, la máxima restricción no es un Poder Judicial independiente,
ni los políticos, ni la Constitución. Es la ciudadanía en su conjunto. Los ciudadanos tienen
interés en asegurar que el gobierno mantenga las instituciones de la democracia. Si un
gran número de ellos tienen capacidad de reaccionar cuando el gobierno viola las reglas,
entonces efectivamente pueden prevenir tales violaciones. La amenaza creíble de los ciudadanos
de deponer al gobierno hace que la Constitución se autoejecute. Sin embargo,
como señala Weingast (1997), tales ciudadanos enfrentan un problema de coordinación
para establecer un Estado de derecho. Son efectivos de manera conjunta, no aislada. Como
en cualquier juego de coordinación, la acción óptima de un ciudadano individual depende
de lo que él cree que los otros harán. La reacción ante el gobierno beneficia al ciudadano
individual solo si este espera que muchos otros reaccionen también. Si bien en el análisis