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LA%20LUZ%20DIAMANTINA%20-Curso%20Esoterico

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e si hay tal o cual flaqueza en el carácter del iniciado. Debiera ser imposible<br />

el retroceso para quien tan excelsa altura alcanza; y, sin<br />

embargo, la experiencia nos enseña que por desgracia así ha sucedido<br />

algunas veces. En casi todos los casos, el peligro está en la soberbia. Si el<br />

carácter del iniciado tiene la más leve mancha de soberbia está en riesgo<br />

de caída. Lo que en el mundo físico llamamos inteligencia no es más que<br />

un sencillo reflejo de la verdadera inteligencia; y no obstante hay en el<br />

mundo físico quien se engríe de su inteligencia y de su intuición. Por lo<br />

tanto, cuando un hombre adquiere siquiera la vislumbre de lo que su inteligencia<br />

será en el porvenir, le amenaza un grave riesgo, y sufrirá<br />

terriblemente si por ello se ensombrece. Tan sólo una incesante y creciente<br />

vigilancia le capacitará para traspasar con éxito feliz este período,<br />

por lo que debe esforzarse constantemente en borrar toda huella de orgullo,<br />

egoísmo y prejuicio.<br />

Antes de la próxima Iniciación, la Tercera, se debe sumergir el punto<br />

de vista personal en las necesidades del conjunto de la humanidad, lo que<br />

implica el dominio de la mente concreta. Tras la Segunda Iniciación, el Iniciado<br />

aprende el control de su vehículo Mental, se capacita para manejar<br />

esta materia, y aprende la construcción de pensamientos creadores.<br />

La Tercera Iniciación Mayor<br />

“LA TRANSFIGURACIÓN”<br />

La Tercera Iniciación está representada en el simbolismo cristiano por la<br />

Transfiguración de Cristo en el monte Tabor ante sus discípulos. Se transfiguró<br />

de modo que «su rostro brillaba como el sol y sus vestidos eran<br />

blancos como la luz, tan sumamente blancos como la nieve, hasta el punto<br />

de que ningún batanero de la tierra fuera capaz de darles mayor blancura».<br />

Esta descripción sugiere el concepto del Augoeides, el hombre<br />

glorioso, y pinta exactamente lo que sucede en la tercera iniciación, porque<br />

así como la segunda concierne principalmente a la desenvoltura del<br />

cuerpo mental, la tercera se relaciona con el del causal. El ego se pone en<br />

más íntimo contacto con la mónada y en verdad así se transfigura. Aún la<br />

misma personalidad recibe la influencia de esta maravillosa efusión.<br />

En la Tercera Iniciación, toda la personalidad se sumerge completamente<br />

en la suprema Luz. Después de esta Iniciación la Mónada, el<br />

Espíritu guía definidamente al Ego, al Alma, infiltrando crecientemente<br />

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