3 A <strong>LA</strong> <strong>ESCUCHA</strong> <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>MUJER</strong> <strong>DE</strong> <strong>HOY</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>sigualdad. Tenemos una Ley contra <strong>la</strong> Violencia <strong>de</strong> Género, que es una ley pionera. Hasta <strong>la</strong> constitución <strong>de</strong> 1978 <strong>la</strong>s mujeres éramos ciudadanas que no existíamos, no éramos portadoras <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. En el ámbito institucional y político ha habido cambios muy serios. Evi<strong>de</strong>ntemente han sido propiciados por <strong>la</strong> presión <strong>de</strong> los movimientos <strong>de</strong> mujeres, que han estado empujando hacia esa transformación. Pero lo que no se ha transformado, en esencia, es el patriarcado. Evi<strong>de</strong>ntemente <strong>la</strong>s leyes no modifican conductas, por lo tanto, el <strong>la</strong>rgo trabajo que nos queda es <strong>la</strong> <strong>de</strong>construcción cultural <strong>de</strong> toda una estructura patriarcal que se resiste al cambio. ¿Cómo se concreta esa resistencia? Simplificando mucho, hab<strong>la</strong>mos <strong>de</strong> estructuras <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r don<strong>de</strong> alguien manda y alguien se somete, y uno <strong>de</strong> los espacios don<strong>de</strong> eso se da en estado puro es el ámbito <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia. El patriarcado ha tenido como aliado <strong>la</strong> violencia. Si yo no utilizo <strong>la</strong> violencia, no impongo algo injusto. Hab<strong>la</strong>mos tanto <strong>de</strong> violencia económica, no pagando a <strong>la</strong>s mujeres lo que tienen que percibir por su trabajo, en igualdad <strong>de</strong> condiciones, como <strong>de</strong> maltrato en el ámbito familiar con ese: “tú no vales”, tú qué sabrás”, “tú cál<strong>la</strong>te”. En el ámbito mediático el maltrato ha sido el mostrar a <strong>la</strong>s mujeres como estereotipos, como tontas, como histéricas, cuya única preocupación es cómo nos vestimos. El precio es <strong>la</strong> vida Cristina entra, como un torbellino <strong>de</strong> pa<strong>la</strong>bras, en el punto más doloroso: el maltrato físico. En el ámbito físico, el maltrato está ahí... Más <strong>de</strong> cien mujeres son asesinadas cada año en este país y más <strong>de</strong> cuatrocientas, que se suicidan, tienen <strong>de</strong>trás un cuadro <strong>de</strong> violencia. A eso hay que añadir <strong>la</strong>s que mueren aparentemente <strong>de</strong> muerte natural, pero que <strong>la</strong> causa no es, ni más, ni menos, que los golpes continuados sobre sus órganos vitales a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> los años. Por lo tanto estamos hab<strong>la</strong>ndo <strong>de</strong> un problema En Occi<strong>de</strong>nte creemos que somos mujeres mo<strong>de</strong>rnas porque elegimos. ‘Elegimos’ muti<strong>la</strong>r nuestros cuerpos para someternos a un patrón <strong>de</strong> belleza masculina, o ‘elegimos’ <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> comer, a veces hasta <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong> Estado. Es <strong>la</strong> primera causa <strong>de</strong> muerte en mujeres entre los 14 y los 44 años, según los datos internacionales. Las mujeres son <strong>la</strong>s <strong>de</strong>positarias <strong>de</strong> <strong>la</strong> i<strong>de</strong>ntidad, <strong>de</strong> <strong>la</strong> etnia y <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión y ése es el instrumento utilizado por el po<strong>de</strong>r para ais<strong>la</strong>r<strong>la</strong>s en el ámbito <strong>de</strong> lo privado. Eso es lo que ha hecho que <strong>la</strong>s mujeres no hayan tenido capacidad <strong>de</strong> socialización, que no tengamos referentes, que tengamos que estar continuamente reconstruyendo nuestra historia. Mira el referente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s brujas: nunca fue inocente esa historia <strong>de</strong> <strong>de</strong>monizar<strong>la</strong>s en los cuentos, para ais<strong>la</strong>r a <strong>la</strong>s mujeres <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r, <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> conocimiento. Quien apren<strong>de</strong> y quien conoce cuestiona el sistema y lo rompe. Por eso nuestras hijas fueron educadas, <strong>de</strong> generación en generación, con <strong>la</strong> <strong>de</strong>monización <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres sabias. Hab<strong>la</strong>s <strong>de</strong> referentes. En el inicio <strong>de</strong>l siglo XXI tenemos una <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> gratitud hacia tantas mujeres, que, en condiciones muy duras, han preparado el camino. Yo, en todas mis conferencias, en cualquier espacio público, siempre lo recuerdo. Creo que es una <strong>de</strong>uda ética y moral. El feminismo hab<strong>la</strong> <strong>de</strong>l eso, <strong>de</strong>l respeto a nuestras maestras, a nuestras madres, a nuestras abue<strong>la</strong>s. Somos mujeres con voz gracias al trabajo <strong>de</strong> todas el<strong>la</strong>s y si sacamos <strong>la</strong> voz en nombre <strong>de</strong> otras, es porque otras han trabajado el terreno para que nosotras tuviésemos <strong>de</strong>rechos. : : :
nº 219 I SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2007 I A FONDO Fui educada en hogar muy violento, <strong>de</strong> modo que cuando salimos <strong>de</strong> ese horror, mi madre hizo <strong>de</strong> su casa un espacio <strong>de</strong> acogida para mujeres agredidas; entonces, en este país, ser una mujer maltratada era poco menos que ser una prostituta, estabas marcada y eras culpable 3