12 <strong>Xurdimento</strong> Manolo con su hija Cristina Gracias Día 20 <strong>de</strong> septiembre, las <strong>do</strong>s <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>. En la habitación 208 <strong>de</strong> la Clínica Perpetuo Socorro <strong>de</strong> <strong>Lleida</strong>, mi hija Cristina, con amor, le seca los labios a su padre sin querer ver que estaba recogien<strong>do</strong> su último aliento; su alma preparada para partir <strong>de</strong>jaba su cansa<strong>do</strong>, <strong>do</strong>li<strong>do</strong> y machaca<strong>do</strong> cuerpo. Al fin el <strong>do</strong>lor había cesa<strong>do</strong>. Meses <strong>de</strong> lucha contra este enemigo que se <strong>de</strong>sarrolló en su cuerpo. Los hombres con sus máquinas, sus remedios <strong>de</strong> laboratorio no podían aliviar su pa<strong>de</strong>cimiento; ya llegó tan lejos el <strong>do</strong>lor que sólo pedía ayuda para liberarse <strong>de</strong>l tirano que habitaba en su pulmón; ya no le importaba la forma. Es terrible ver a un ser humano que te pi<strong>de</strong> ayuda <strong>de</strong>sesperadamente; entonces dices: si la medicina, tan avanzada, no es capaz <strong>de</strong> darle paz, yo ¿qué pue<strong>do</strong> hacer?, ¿convertirme en asesina como él me pi<strong>de</strong>?; terrible lucha: ¿se pue<strong>de</strong> matar por amor? Pero si ya has leí<strong>do</strong> hasta aquí, hablo <strong>de</strong> pedir ayuda a los hombres <strong>de</strong> ciencia, a sus pócimas y máquinas; pero cuan<strong>do</strong> to<strong>do</strong> esto falla, sólo queda la <strong>de</strong>sesperación, el suicidio y el caos pero ¿qué pasa cuan<strong>do</strong> tú tienes que tomar <strong>de</strong>cisiones sobre la vida <strong>de</strong>l ser humano que amas? Antes y <strong>de</strong>spués siempre está Dios y to<strong>do</strong> cambia <strong>de</strong> rumbo; la ventana que él quería que yo mandara abrir y que le ayudara a precipitarse por ella, se convierte en la ventana que abrió mi hija, obe<strong>de</strong>cien<strong>do</strong> mi <strong>de</strong>seo para que, estan<strong>do</strong> <strong>de</strong> par en par, no bajara su cuerpo sino que subiera su alma. Doy gracias a Dios por su gran amor, porque cada día teníamos un mensaje, si no era <strong>de</strong> vida era <strong>de</strong> vida eterna. Doy gracias a to<strong>do</strong>s los que siguieron su enfermedad en silencio pero notán<strong>do</strong>los siempre presentes y que el último día con sus plegarias dieron el gran empujón para llevarlo hacia el Manolo con su nieta Lucía paraíso. Queri<strong>do</strong>s amigos, aún os veo en la puerta <strong>de</strong> la Iglesia esperan<strong>do</strong> por si teníais que ayudarme o llevarme hasta la gran hoguera; gracias eternamente a to<strong>do</strong>s por vuestras oraciones, tanto a los presentes como a los ausentes que fueron muchos. Si alguien lee estas líneas y no lo conoció, Manolo fue un hombre recto que amaba a Galicia, que tenía amigos y también gran<strong>de</strong>s amigos; y aunque to<strong>do</strong>s estaban dispuestos, pedí ayuda a su gran amigo y compañero <strong>de</strong> la Guardia Civil y tanto él como su esposa e hijo han si<strong>do</strong> ángeles para nosotros. En estos últimos años <strong>de</strong> su vida le dieron alegría el Jordi y el Izan; el Jordi, fue junto con las enfermeras, el que consoló a nuestra querida hija en tan <strong>do</strong>lorosos momentos; tengo que <strong>de</strong>cir que las personas que estaban en el turno <strong>de</strong> mañana, tar<strong>de</strong> y noche, tanto mujeres como hombres en la Clínica Perpetuo Socorro, hicieron honor al nombre <strong>de</strong> la Clínica, pues nos trataron con tanto amor y <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za que a Dios le pi<strong>do</strong> por ellos y les recuer<strong>do</strong> que está escrito, “cuan<strong>do</strong> atendéis a un enfermo me atendéis a mí”; así que, Dios mío, protege a este maravilloso grupo que tanto da a los acompañantes y a los enfermos allí ingresa<strong>do</strong>s. Me preguntaron si tenía algún significa<strong>do</strong> ir vestida <strong>de</strong> blanco, pues sí lo tiene: la primera misa en la que estuve a su la<strong>do</strong> converti<strong>do</strong>s en esposos <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Dios y en la que firmamos el gran contrato “hasta que la muerte nos separe” él me esperaba cerca <strong>de</strong>l altar vesti<strong>do</strong> <strong>de</strong> ver<strong>de</strong> y yo llegué <strong>de</strong> blanco; en esta última misa yo estaba cerca <strong>de</strong>l altar vestida <strong>de</strong> blanco y él llegó vesti<strong>do</strong> como aquel día lejano en que al llegar al altar me dijo “te quiero Rosa”; esta vez fui yo la que le di la paz con un beso, pero ¡qué diferencia!. A esta última misa, cuántas buenas personas acudieron, Dios mío; y cómo al juntarse un hombre y una mujer pue<strong>de</strong>n llegar, al final <strong>de</strong> sus días, con esta numerosa cosecha <strong>de</strong> familia y amigos. ¡Gracias a to<strong>do</strong>s y a cada uno <strong>de</strong> Vds, por sus silencios, por sus palabras! y ¡gracias infinitas! por sus oraciones. También <strong>do</strong>y gracias al P. Alexán<strong>de</strong>r, que vinien<strong>do</strong> <strong>de</strong> allen<strong>de</strong> los mares, nos acogió en su parroquia, con tanta dulzura y amor cristiano. Y por fin diré, queri<strong>do</strong>s amigos, que cuan<strong>do</strong> to<strong>do</strong> falla, Dios en Mayúsculas no falla. Él, cuan<strong>do</strong> me vio cansada y <strong>de</strong>rrotada, sin aceptar la ayuda <strong>de</strong> to<strong>do</strong>s mis amigos, me envió a mi querida hija, mi hermana, mi cuña<strong>do</strong> y su hermana, que me ayudaron hasta el último suspiro <strong>de</strong> mi esposo; afortuna<strong>do</strong> él que contó con mis familiares y amigos y también con los suyos. Yo no diré cómo era Manolo pues era como cada uno <strong>de</strong> Vds piensa que era. Hay unas fotos en este artículo, que yo titularía días felices, en las que está junto a su hija como padre y junto a su nieta como abuelo orgulloso y feliz; y es que Dios nos mandó esta luz para alegrarle los últimos cinco años <strong>de</strong> su vida. ¡Gracias, Lucía, que Dios te bendiga!. Rosa Arxer Codina
O Grupo Coral Cengallei Actuación na resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Aitona Un oínte á escoita 13 <strong>Xurdimento</strong>