Estado, nación y nacionalidad en la Argentina, 1887 ... - Imago Mundi

política interpelada desde la necesidad, traducida en
intervenciones estatales. 31
Dentro de este marco, la Argentina de principios
de siglo «será poblada por una legión de «maestro
patrioteros» utopistas del culto ramosmejiano,
que más que poseedores de un gran bagaje científico
técnico, son portadores de una compenetración
misionera, que tiene el fin inestimable de construir
los cimientos simbólicos de la nueva nación. El aparato
de instrucción pública y su peso sociocultural
delinearán la visión de la educación como proceso
de socialización o de endoculturación, transmisor de
patrones de comportamiento, pensamiento y valoración.
En este marco, la escuela aparece como un
hipersistema capaz de consolidar matrices ideológicas
sin mucha consistencia lógica, pero dotadas de
gran carga afectiva, orientada más hacia el disciplinamiento
de la conducta y la homogeneización
ideológica de grandes masas poblacionales, que a la
formación de habilidades, o al desarrollo del pensamiento
o del conocimiento». 32 Esta construcción estatal,
coincide con la criminalización del anarquismo
en los discursos públicos y académicos, prolegómenos
de las leyes represivas antes señaladas. 33 Con lo
que podemos concluir que si bien existe un sentimiento
de aristocracia amenazada por nuevos ricos
lenguaraces sin elan, mas preocupa una conflictividad
obrera, que se teme haga eclosión con las sucesivas
impugnaciones armadas que la UCR, construyéndose
lento pero seguro en el partido de las clases
31 En 1908, en efecto, Figueroa Alcorta designó a J.M. Ramos
Mejía Presidente del Consejo Nacional de Educación.
Convencido de que «la escuela era un simple reflejo de la indiferencia
reinante entre los habitantes de la Nación para todo
aquello que significara Patria y nacionalidad», emprende una
serie de reformas entre las que podemos destacar: reformulación
de los programas de enseñanza, restitución del juramento
a la bandera, reglamentación de la enseñanza privada dentro
de una reorientación nacionalista y patriótica fiscalizada por
el estado, se le encomienda a Leopoldo Lugones una biografía
de Sarmiento para el centenario de sus nacimiento, etcétera.
Ramos Mejía, E. Los Ramos Mejía. Apuntes históricos.
Emecé, Buenos Aires, 1988.
32 Davini, M., op. cit.
33 Zimmermann, E., op. cit. Sería tarea de una investigación
extensa, tratar de individualizar los desafíos que el anarquismo
le plantea al «Estado educador», ya que este movimiento
desarrolla toda una corriente de autoeducación dentro
de su propia red institucional, disputándole a la fuerza
pública, (el estado burgués) y desde un lugar de resistencia
obrera, el lugar docente y de creación de símbolos. Desde aquí
no es ilógico pensar que la educación nacionalista y patriótica,
es vista por la elite, como el bálsamo que pondrá fin
al díscolo internacionalismo militante de las filas ácratas. Esta
problemática esta someramente planteada en Barrancos,
D., Anarquismo, educación y costumbres en la Argentina de
principios de siglo. Buenos Aires, Contrapunto, 1990 y en Suriano,
J. «El anarquismo» en Nueva historia argentina, tomo
V. Sudamericana, Buenos Aires, 2000.
Estado, nación y nacionalidad en la Argentina, 1887-1910
medias que reclaman un lugar en el estado, realiza
al acotado sistema político. 34 Aparece entonces en
este principio de siglo XX, una problemática centrada
en la emergencia de una sociedad de masas, en
cuyo interior se recorta el problema inmigratorio y
la consiguiente preocupación por la nacionalización
de esos inmigrantes, así como la cuestión obrera, y el
desafío de una ciudadanía plena que diera lugar a la
república verdadera. Problemáticas que invitarán a
la fuerte intervención estatal, sea a través del disciplinamiento
educativo integracionista, o de la abierta
represión, que desmiente la mitología que el conservadurismo
argentino, en sus diversas versiones,
construyó para el periodo, de un mercado omnipresente
y un «gobierno limitado». Si bien las matrices
ideológicas son el positivismo en todos sus matices,
y el liberalismo reaccionario de la segunda mitad del
siglo XIX, cruzan los discursos resonancias del viejo
romanticismo, remozado a través del modernismo
espiritualista, que servirán de punto de partida para
las utopías reactivas antimodernas y antiurbanas, de
corte pastoral y de «vuelta a la edad dorada», que
cruzarán las primeras décadas del siglo XX, hasta
abonar la mitología de acontecimientos políticos tan
complejos y lejanos como los diversos fascismos, falangismos
católicos y nacionalsocialismos del mundo
de entreguerras. 35
34 Obviamente que la posibilidad de que se aunara la actividad
político sindical del anarquismo, o del socialismo con
las acciones armadas y no armadas de la UCR, sólo existió
en las conjeturas de los políticos conservadores. Pero, el
impacto global, mostraba una sociedad desbordada por los
conflictos, hecho que pone sombras sobre actuales corrientes
historiográficas hegemónicas y sólidamente establecidas en las
instituciones académicas, que, desde la supuesta seriedad en
la investigación (atributo del que se declaran únicos portadores),
intentan construir una visión enternecida del orden
conservador agroexportador, reciclando, desde la moda intelectual,
la visión tradicional.
35 El tópico pastoral puebla los ensayos de intelectuales europeos
y americanos en las dos primeras décadas del siglo XX.
La gran decepción ante sociedades ateridas de conflictos, la
pérdida de fe en el futuro (síntoma de decadencia de la mirada
positiva ) y la nostalgia de paraísos rurales armónicos
perdidos por el avance del progreso, son elementos comunes
a muchos nacionalismos de le época, que abrevan y reciclan
el romanticismo decimonónico, apuntalados por catástrofes
como la primera guerra mundial, percibida por muchos contemporáneos
como el fin de una ilusión, (Vilar, op. cit. 1997)
o el fin de la fe en la civilización europea como proa a seguir
(Terán, op. cit., 1986). A los nombrados trabajos de Güiraldes,
Gálvez y Lugones en la Argentina, se le agregan, en el
plano internacional, autores tan peculiares y al mismo tiempo
extraños para el campo literario o el ensayo ontológico
como Víctor Chayanov. Economista agrario estudioso de la
estructura rural rusa luego de la reforma de Stolipin en 1905,
(estudios que han influido en la NEP de los años 20 en la
URRS) escribió para esos años, al unísono de la Organización
económica de la unidad campesina, una novela de política
ficción con retoques teosóficos, que compila los tópicos
Imago Mundi, (4 de marzo de 2008 21:55) — www.serviciosesenciales.com.ar 7