esta improbable - Zoo de Barcelona

I. Valor biológico de la Albufera
El bellísimo lago de la Albufera y sus aledaños,
donde quedan incluidos los campos de arroz
que lo rodean, y el pinar de la Dehesa, que ocupa
la lengua arenosa que lo separa del mar, es uno
de los pocos parajes naturales de marisma que
nos quedan en Europa y es verdaderamente único
en su género.
Enorme era su extensión en la época romana,
donde su anchura superaba los 30 Km. y su superficie
llegaba a las 30.000 hectáreas, ha ido
empequeñeciéndose y reduciéndose poco a poco,
no sólo por colmación natural, sino por el egoísmo
de los hombres que, si antaño eran deseosos
de poseer campos de arroz a costa de desecar
parte del lago, posteriormente, hoy, son sociedades
que amparándose en leyes tan anacrónicas
como la llamada «Ley Cambó de 1918» pretenden,
con el pretexto del saneamiento, desecar
una gran parte de la Albufera, quizá la de
más interés biológico, para destinarla en último
término a construcciones de tipo rentable, como
chalets y apartamentos. A este deseo se han
opuesto el Ayuntamiento de Valencia y todo el
pueblo valenciano, pero el pleito con la llamada
Sociedad Civil «Mata del Fang» se encuentra
en el peligroso estado llamado del «silencio admtnistrativo
».
Estos y otros peligros que después detallaremos,
han hecho que gran parte de este paraje
natural esté ya irremisiblemente perdido, y que
de no llevarse a cabo con urgencia extraordinaria
las medidas que los biólogos propugnamos
La defensa de la
Naturaleza
en España
La Albufera de Valencia y
sus problemas
Dr.l:GNACl:O DOCAVO ALBERTl:
durante la Semana Biológica Internacional de
1968, se perderá muy pronto, fatal y completamente.
Hoy, la Albufera, es un lago de tan sólo poco
más de 3.000 hectáreas y de tan sólo 6 Km. de
diámetro, en un proceso de eutroficación intensísimo;
vertedero de aguas residuales de industrias
nocivas y de las negras de pueblos y urbanizaciones
cuya demografía ha aumentado de
forma extraordinaria en los últimes años, y donde
se concentran herbicidas, abonos e insecticidas
peligrosos, muchos de ellos activos derivados
clorados y fosforados de síntesis, que
se esparcen cada año desde avionetas por los
cultivos de arroz, y muchas veces, sin poder
evitarlo, directamente sobre el lago y sus «matas»
e incluso también sobre los paseos de sus
pueblos veraniegos como ha acontecido este
año en el Perelló.
La Albufera forma parte entrañable de la historia
misma de la ciudad de Valencia, y sus habitantes
y ambientes han sido retratados por
poetas, pintores y escritores, figurando entre
estos últimos las famosas novelas naturalistas
del célebre Blasco Ibáñez.
La ictiología de la Albufera ha sido muy interesante
desde el punto de vista científico y económico,
figurando allí las comunidades de pescadores
de la más antigua tradición de España,
con una organización y privilegios realmente notables
y dignos de estudio. Las lisas, lubinas,
angulas, anguilas, carpas y otras especies han
dado justa fama a la Albufera en la pesquería,
mereciendo la atención de naturalistas naciona-
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