naturaleza dominicana - Grupo Leon Jimenes
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FÉLIX SERVIO DUCOUDRAY<br />
El hábitat de un organismo es el lugar en que<br />
vive o el lugar a donde tendríamos que ir a buscarlo<br />
(Odlum).<br />
El primero que habló de nicho ecológico fue el<br />
inglés Charles Elton, que lo definió como la posición<br />
funcional de un organismo en su comunidad.<br />
Por eso el ya citado Odlum, apegado a esa concepción,<br />
escribió:<br />
«El nicho ecológico de un organismo depende<br />
no solamente del lugar en que vive sino también<br />
de lo que hace. Por analogía podría decirse que el<br />
hábitat de un organismo es su “dirección”, en tanto<br />
que el nicho es, en términos de biología, su<br />
“profesión”».<br />
O más ampliamente expresado: «La posición o<br />
el lugar que ocupa un organismo dentro de su comunidad<br />
y su ecosistema, como resultado de sus<br />
adaptaciones estructurales, de sus respuestas fisiológicas<br />
y de su comportamiento específico (ya sea<br />
heredado o aprendido, o ambas cosas a la vez)».<br />
Lo cual, en cierto modo, se halla muy relacionado<br />
con el territorio que le asigna la <strong>naturaleza</strong><br />
para vivir y que el animal generalmente defiende<br />
frente a los intrusos: a más de la vivienda y sus<br />
alrededores, el coto de caza, el coto de reproducción,<br />
etc., que pueden ser todos uno mismo o estar<br />
situados en lugares distintos.<br />
En el caso de estos Anolis (con territorios de uso<br />
múltiple en los árboles) la <strong>naturaleza</strong> les dio nichos<br />
diversos para que pudieran compartir una misma<br />
planta:<br />
De los dos Anolis cybotes, puso al Anolis cybotes<br />
cybotes en la parte inferior del tronco, y al Anolis<br />
cybotes chlorocyanus (que es el verde), en lo más alto,<br />
por la copa del árbol. Y al Anolis distichus sejunctus<br />
lo colocó a medio tronco.<br />
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De esa manera —comedor de tres pisos— asignó<br />
menú diverso a cada uno, ya que hay bastante diferencia<br />
entre los insectos que viven en esas tres<br />
alturas de las plantas.<br />
Cada uno, además, desarrolló coloraciones protectoras<br />
según donde le tocó vivir: verde el que está<br />
en la copa, entre las hojas; y castaña o negruzca los<br />
que andan por el tronco o por las ramas.<br />
Un cuarto, el saltacocote (Anolis baleatus), y del<br />
cual se encuentra en Saona la subespecie Anolis baleatus<br />
lineatacervix, tiene también por sitio de vivienda<br />
y cacería la copa de los árboles, con la<br />
querencia aún más elevada que la del otro verde<br />
(el chlorocyanus). Pero en este caso el reparto de<br />
comida se establece por la diferencia de tamaño.<br />
El saltacocote es mayor y se alimenta de insectos<br />
más corpulentos que su vecino no está preparado<br />
para engullir.<br />
En todo esto las subespecies de lagartos que<br />
viven en Saona se rigen por normas iguales que<br />
las especies correspondientes: así y en tales sitios<br />
viven también en el resto de la Hispaniola todos los<br />
cybotes, todos los distichus y todos los baleatus.<br />
Para las culebras la <strong>naturaleza</strong> apeló a un método<br />
diferente.<br />
Dos de las de Saona: Hypsirhynchus ferox exedrus<br />
y la culebra sabanera (Antillophis parvifrons stygius)<br />
son culebras de suelo; pero las del género Uromacer<br />
(las culebras verdes o de bejuco) y la Epicrates striatus<br />
(o culebra jabá, que es una de nuestras boas)<br />
son arborícolas. Cada grupo comerá en los restaurantes<br />
que encuentre abiertos por los sitios que<br />
frecuente. Las dos primeras: (Hypsirhynchus y Antillophis)<br />
lagartos de suelo, por ejemplo Ameivas,<br />
comúnmente llamadas aquí «ranas»; la mariguanita<br />
Leiocephalus sp.), y de los Anolis, el cybotes,