El castillo de Acapulco
El castillo de Acapulco
El castillo de Acapulco
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
w<br />
<strong>El</strong> Castillo <strong>de</strong> <strong>Acapulco</strong><br />
la verdad que rnerecIa el nombre, pues 6ralo por sus encantos y<br />
frescura. En <strong>de</strong>ita edad <strong>de</strong> la vida los hombres pier<strong>de</strong>n poco<br />
tiempo en galanteos; y asI fué quc apenas D. Buenaventura so convenció<br />
do que la viudita no le miraba mat, aprovechó el primer<br />
momento favorable y Ic dijo:<br />
—Rosita, cuento no sin cierto pesar con cincuenta navida<strong>de</strong>s, y<br />
tres mil pesos <strong>de</strong> renta enteramente saneados; no recuerdo haber<br />
tenido más amores que los usuales en la carrera mulitar, los cuales<br />
s6lo duran ci tiempo quo el Gobierno nos tiene acantonados en una<br />
ciudad, sin quo en dos so interese nunca ci corazón <strong>de</strong> un oficial<br />
que no pue<strong>de</strong> casarse sin real licencia. Soy hombre sano y solo:<br />
do vez en cuando me ponen do mat humor unas reumas que no SOfl<br />
enfcrmcdad sucia ni quo moleste si no es at paciente; vivo retirado<br />
<strong>de</strong>l scrvicio, por to cual nadie me manda y soy in<strong>de</strong>pendiente; soy<br />
confiado, morigerado, tranquibo y no celoso; en cuanto a la figura<br />
estoy tan distante do la fealdad como <strong>de</strong> La herruosura: ;quiere usted<br />
casarse conmigo?<br />
Rosita acogió esta <strong>de</strong>claración como todas Las mujercs acogen<br />
]as quo los hacen los hombres quo no los <strong>de</strong>sagradan. Se sonrió at<br />
principio con cierta burla, trató <strong>de</strong> bromista a D. Buenaventura y<br />
concluyó por aceptar ci ofrecirniento.<br />
<strong>El</strong> ex comandante eiigió, <strong>de</strong> acuerdo con la hermosa viuda, por<br />
padrino i D. Sóstenes y por madrina a la marquesa <strong>de</strong> Cervera, dió<br />
lOS PSOS convenicntes a su tentativa matrimonial, y esperando pa-<br />
Cientemente el término e ]as publicaciones, no quiso pedir dispensa<br />
para <strong>de</strong>mostrar quo nadie podrIa reciamar contra dl cornpromisos<br />
ni antiguas promesas.<br />
Rosa habla sido siempre excelente amiga <strong>de</strong> la marquesa; ésta<br />
no ignoraba, por to tanto, que antes do su primer matrimonio,<br />
Rosa hahia estado en relaciones con un oficial nombrado D. Andrés<br />
Romero y cartcádose-con dl. En aquella pasión juvenil don<br />
Andrés puso su amor y Rosa una sencilia coqueterIa; no be amó,<br />
pues, y sin inconveniente sy hizo esposa <strong>de</strong> un rico comerciante <strong>de</strong><br />
Sedas <strong>de</strong>l Parian, que la <strong>de</strong>jó viuda los catorce meses <strong>de</strong> casada,<br />
Sin hijos y con una renta casi igual a la <strong>de</strong> D. Buenaventura. Don<br />
Andrds Romero se negó a <strong>de</strong>volverbe a Rosa sus cartas y menos<br />
qulso entregárseias cuando la vió viuda y libre; esto disgustó a<br />
Rosa Y no contribuyó poco a hacerle más fastidioso a Romero;