30.04.2013 Views

Montevideo Antiguo - Libros III y IV (Tomo II reedición 1957)

Montevideo Antiguo - Libros III y IV (Tomo II reedición 1957)

Montevideo Antiguo - Libros III y IV (Tomo II reedición 1957)

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

MONTEVIDEO ANTIGUO<br />

departiendo sobre sus lanchones, o al práctico portugués<br />

Antonio Silva, jaraneando con Pepe Onza. O a<br />

Meirelles, Antoñico y Queiros, tratando con calor de<br />

sus negocios, saliendo a relucir los clavos, las damajuanas,<br />

los ticholos y las garrafas, y la manganeta<br />

jugada poco antes por alli por el Mayor de Plaza a<br />

don Alvaro. A Serna y Rivas romando un polvo al<br />

fresco, o a Gradín y Masera echando el anteojo a<br />

alguna zumaca que venía entrando al puerto.<br />

Pero dejemos esas cosas, y la manganeta o jugada<br />

del portugués a que aludimos, que se quedó en la<br />

plaza al embarcarse los lusitanos para hacer entrega<br />

de las llaves de los portones a los imperiales (que,<br />

entre paréntesis, guardamos con la cerradura como<br />

curiosidad para memoria), mandando a bordo con<br />

astucia un pesado baúl bien cerrado, simulando su<br />

equipaje, en que en vez de ropa iban piedras, con la<br />

intención, que cumplió, de dar la espalda a los voluntarios<br />

del Rey, y quedarse con los imperiales. ¡Si<br />

sería diablo el porruguesiro que les jugó esa mano!<br />

Vamos al grano del muelle, sucesor del de piedra<br />

del tiempo del Rey, con sus peripecias, hasta el de<br />

la patria neja.<br />

El muelle de madera, obra del Consulado, que bien<br />

pudo llevar su nombre, puesto que se hizo con su<br />

mosca, fue el único que hubo en toda la ribera para<br />

el servicio público, desde el año 24 hasta el 41. ¡Ah<br />

veterano lmdo! ¡cuántas pipas de vino, botijuelas de<br />

aceire, tercios de yerba, rollos de tabaco, sacos, fardos<br />

y cajones no pasaron por él tanto tiempo, para el<br />

soberano pueblo y provecho de la Caja grande de<br />

onzas de oro y paraconesl, salvo, por supuesto, los<br />

contrabanditos, y alguna jugada semejanre a aquella<br />

[331

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!