¿PADECE USTED DE INSOMNIO?

exhiben, electroencefalográficamente, un sueño
asaz profundo lo cual ocasiona un sueño nocturno
más ligero, menos reparador y con un número
mayor de desvelos.
- Utilizar la cama, exclusivamente, para dormir
(salvo la actividad sexual); evitar comer, leer, ver
televisión, en el lecho.
- Restringir el cigarro, café, té, bebidas
alcohólicas o alimentos pesados para digerirlos
próximo a la hora de acostarse si bien hay
personas que suelen ingerir café o té antes de
encamarse y esto no le produce efecto consciente
alguno. Sin embargo, no ocurre asi, con
generalidad, entre los pacientes con insomnio;
indéntico sucede con la ingestión de bebidas
alcohólicas.
-El tenderse con hambre perturba el sueño tanto
en los animales como en las personas, por ende,
un alimento ligero tal como un vaso de leche tibio,
en determinadas ocasiones, facilita la aparición
del sueño, aunque existen opiniones
controvertidas al respecto.
- Dormir, solamente, la cantidad de horas que
requiera como para mantenerse físicamente activo
y mentalmente atento, alerta, vigil al día siguiente.
- La temperatura del dormitorio debe ser
agradable, no muy por encima de los 23 grados y
nivel de ruido mínimo. Cuando por razones ajenas
a la voluntad personal el nivel del ruido es alto
utilice tapones para los oídos, no piense que ya
está acostumbrado al ruido pues este siempre es
un factor que entorpece el ciclo normal del sueño
bien que Ud. no se percate. Oscurezca su
habitación bien opacando los cristales de las
ventanas y/o utilizando un antifaz.
- La música suave y las relaciones sexuales, en
general, favorecen la aparición del sueño.
- Trate de que su autoestima sea un balance
funcional positivo en medio de sus objetivos,
propósitos, intereses, motivaciones en la vida y su
bienestar mental.
- El tipo de dormitorio y de la cama deben ser
adecuados, sobre todo, a los requerimientos y
peculiaridades físicas, fisiológicas y psicológicas
del sujeto. Por regla, el sueño en los pacientes
reumáticos se ve afectado por desemejantes
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causas como son: el dolor; la rigidez o tesura; el
malestar muscular; el alertamiento congnitivo,
algunas características de personalidad de los
portadores de esta patología y, por ende, estos
requieren de, condiciones especiales adicionales
para lograr una calidad de sueño adecuada. Así,
tenemos que en ocasiones es necesario ofrecerle al
paciente un soporte de cuello para reducir el nivel
de compresión y de estrés que provoca la curvatura
de la espina cervical durante el sueño.
- Levántese en la mañana en un horario regular
sin importar cuánto tiempo haya dormido la noche
anterior.
- Si no logra conciliar el sueño, levántese
inmediatamente, realice ni pocas ni muchas tareas y
no vuelva a la cama hasta que, otra vez, sienta
somnolencia. Si no logra dormirse rápidamente,
deje el lecho de nuevo, y cambie de habitación.
Repita este comportamiento tantas veces como sea
necesario ya que el objetivo que debe lograrse es
asociar su cama con el dormirse rápida y
placenteramente.
Debemos aclarar que no todas estas medidas
conducen, necesariamente, a favorecer el sueño.
No obstante, se ha probado que el tenerlas en
cuenta permite establecer la habitación y la cama
como un lugar para dormir, eliminando de la misma
el mayor número posible de conductas
incompatibles con el dormir, así como crear ciertos
hábitos facilitadores del mismo.
Por último, es necesario que el paciente consulte
al especialista correspondiente pues tanto la
utilización de unos procedimientos como de otros
constituye no sólo una elección entre determinadas
alternativas sino una decisión profesional que en
cada caso reviste la necesidad de un estudio
integral del paciente, de sus características,
recursos y peculiaridades, de sus necesidades y de
las posibilidades reales de llevar a cabo con éxito
un tratamiento determinado. Por no observar este
señalamiento con muchas frecuencia encontramos
pacientes que nos refieren una larga historia de
intentos fallidos, autoprescritos, idénticos a los que
hemos referido más arriba pero sin tener en cuenta
el hecho, a nuestro discernimiento, esencial, de que
no se trata de la herramienta o el proceder sino de
quien la conduce.