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Inmunidad del tracto intestinal. Procesamiento de antígenos ...

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Alergol Inmunol Clin 2001;16 (Extraordinario Núm. 2):58-75<br />

Mo<strong>de</strong>rador: M. T. Laso<br />

Borrego<br />

Hospital Niño Jesús.<br />

Madrid<br />

58<br />

M. L. Sanz<br />

Departamento <strong>de</strong> Alergología e<br />

Inmunología Clínica.<br />

Clínica Universitaria <strong>de</strong><br />

Navarra, Pamplona<br />

SESIÓN DE ACTUALIZACIÓN<br />

INMUNIDAD Y PREVENCIÓN DE<br />

LA ALERGIA A ALIMENTOS<br />

<strong>Inmunidad</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>tracto</strong> <strong>intestinal</strong>.<br />

<strong>Procesamiento</strong> <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong><br />

Una persona come durante su vida unas 2-3 toneladas <strong>de</strong> cientos <strong>de</strong> alimentos<br />

diferentes, que constituyen una gran diversidad <strong>de</strong> macromoléculas biológicas. El sistema<br />

digestivo los procesa y los convierte en material útil para el crecimiento y mantenimiento<br />

<strong>de</strong> las células <strong><strong>de</strong>l</strong> organismo. En condiciones normales, el sistema inmune<br />

tolera los alimentos y al mismo tiempo es capaz <strong>de</strong> reaccionar <strong>de</strong> forma rápida y<br />

efectiva frente a agentes potencialmente patógenos. De una forma patológica el sistema<br />

inmune <strong>de</strong> algunos individuos reacciona <strong>de</strong> forma exagerada frente a <strong>antígenos</strong><br />

ingeridos y da lugar entonces a lo que <strong>de</strong>nominamos alergia alimentaria.<br />

La alergia alimentaria afecta al 2,5% <strong>de</strong> la población adulta. Entre 100 y 125<br />

personas mueren al año en USA por una reacción alérgica alimentaria.<br />

Esta patología es común en los primeros 2 años <strong>de</strong> vida, coincidiendo con la<br />

etapa <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> inmadurez en la barrera <strong>intestinal</strong> 1,2 . La mayoría <strong>de</strong> las proteínas<br />

<strong>de</strong> la dieta pasan a aminoácidos por acción <strong>de</strong> las enzimas proteolíticas, pero el 2%<br />

<strong>de</strong> las proteínas ingeridas se absorben como péptidos, inmunológicamente reconocibles.<br />

Las estructuras proteicas reconocibles por el sistema inmunológico pue<strong>de</strong>n ser<br />

epítopes lineares o bien epítopes conformacionales con una estructura tridimensional.<br />

A medida que tiene lugar la maduración <strong>intestinal</strong>, se producen cambios en la permeabilidad<br />

<strong>intestinal</strong> que impi<strong>de</strong>n la entrada a los epítopes conformacionales.<br />

Existen barreras a la absorción macromolecular. La entrada <strong><strong>de</strong>l</strong> Ag es intervenida<br />

por mecanismos inmunológicos inespecíficos en el <strong>tracto</strong> gastro<strong>intestinal</strong>, así<br />

como por la estructura física <strong><strong>de</strong>l</strong> propio epitelio. La barrera inespecífica la componen<br />

el ácido gástrico, el moco, las enzimas digestivas y el peristaltismo. La barrera inmunológica<br />

la constituyen la IgA e IgM secretoras (IgAs, IgMs).<br />

Tras la entrada <strong>de</strong> los alimentos en el <strong>tracto</strong> <strong>intestinal</strong> pue<strong>de</strong>n ocurrir tres tipos<br />

<strong>de</strong> respuestas inmunes: 1- Tolerancia sistémica para inmunidad celular y humoral. Es<br />

la respuesta normal. 2- Respuesta inmune local en la mucosa con la producción <strong>de</strong><br />

IgA. 3- Activación sistémica que pue<strong>de</strong> afectar a ambos brazos <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema inmune.<br />

SISTEMA INMUNE DE MUCOSAS. GALT (“GUT ASSOCIATED<br />

LYMPHOID TISSUE”)<br />

Las mucosas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>tracto</strong> <strong>intestinal</strong> humano consisten en una superficie <strong>de</strong> un<br />

área <strong>de</strong> 400 m 2 , cubierta por una fina capa <strong>de</strong> células que conforman el epitelio absor-


tivo <strong>intestinal</strong>, estructurado entre criptas y villi. Este epitelio<br />

está expuesto a multitud <strong>de</strong> bacterias y <strong>antígenos</strong> alimentarios.<br />

Muchos <strong>de</strong> estos patógenos entran en el organismo a través <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

intestino, otros lo colonizan.<br />

La respuesta inmune frente a los mismos requiere un sistema<br />

inmune <strong>intestinal</strong> capaz <strong>de</strong> reconocer y respon<strong>de</strong>r frente<br />

a los <strong>antígenos</strong> <strong>de</strong> la luz <strong>intestinal</strong>. Las células T y B reconocen<br />

los <strong>antígenos</strong>, pero no saben distinguir entre los que son o<br />

no son peligrosos. Sin embargo, las bacterias dan lugar a una<br />

respuesta inmune vigorosa, pero los <strong>antígenos</strong> proteicos solubles<br />

no. La clave <strong>de</strong> esta interpretación está en su interacción<br />

con el sistema inmune <strong>intestinal</strong>, concretamente en las placas<br />

<strong>de</strong> Peyer 3 .<br />

El epitelio <strong>intestinal</strong> está compuesto por la fuerte unión<br />

<strong>de</strong> células epiteliales, que impi<strong>de</strong>n la penetración <strong>de</strong> Ag.<br />

También forman parte el epitelio <strong>intestinal</strong> las células goblet,<br />

células <strong>de</strong> Panet y linfocitos. Los linfocitos presentes a lo largo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>tracto</strong> <strong>intestinal</strong> constituyen el 20% <strong><strong>de</strong>l</strong> total en el organismo.<br />

Las células linfoi<strong>de</strong>s están organizadas en tres compartimentos:<br />

folículos linfoi<strong>de</strong>s que forman las placas <strong>de</strong> Peyer,<br />

incluyendo el apéndice y nódulos solitarios; linfocitos intraepiteliales<br />

y linfocitos <strong>de</strong> lámina propia.<br />

Placas Peyer<br />

Las placas <strong>de</strong> Peyer constituyen la parte más importante<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> tejido linfoi<strong>de</strong> organizado <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema inmune y el sitio<br />

inductor <strong>de</strong> inmunidad <strong>de</strong> las mucosas. Son permeables a la<br />

entrada <strong>de</strong> antígeno y son las responsables <strong>de</strong> la regulación <strong>de</strong><br />

la respuesta inmune frente a <strong>antígenos</strong> alimentarios y bacterianos.<br />

Un folículo especializado asociado al epitelio cubre la<br />

placa <strong>de</strong> Peyer, contiene algunas células <strong>de</strong> goblet productoras<br />

<strong>de</strong> moco y contiene células M especializadas. Estas células M<br />

trasportan los Ag particulados y solubles a través <strong>de</strong> la superficie<br />

epitelial por fagocitosis, permitiéndoles llegar a las placas<br />

<strong>de</strong> Peyer.<br />

La organización <strong>de</strong> las placas <strong>de</strong> Peyer facilita que estas<br />

actúen como un componente primario <strong>de</strong> vía aferente o inductora<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> sistema inmune <strong>intestinal</strong>. Hay 15 placas <strong>de</strong> Peyer por<br />

cm 2 en colon y 25 en recto y disminuyen con la edad. Las placas<br />

<strong>de</strong> Peyer contienen todas las células necesarias para inducir<br />

y regular una respuesta inmune. Hay áreas para células B<br />

(folículo B), ro<strong>de</strong>adas <strong>de</strong> células T. Aunque contienen células<br />

dividiéndose activamente hay pocas células plasmáticas<br />

Los linfocitos en la proximidad <strong>de</strong> la superficie basal <strong>de</strong><br />

las células M son células T CD8+. En las placas <strong>de</strong> Peyer hay<br />

un gran número <strong>de</strong> las B IgAs positivas y células T, y pocas<br />

células <strong>de</strong>ntríticas y macrófagos. Hay también células T<br />

<strong>Inmunidad</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>tracto</strong> <strong>intestinal</strong>. <strong>Procesamiento</strong> <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong><br />

CD4+, que cuando se activan migran a los ganglios linfáticos<br />

y conducto torácico. Expresan integrina α4β7 en su superficie,<br />

que es el ligando para la adresina vascular específica <strong><strong>de</strong>l</strong> intestino<br />

MAdCAM-1 y las células T y B migran a través <strong><strong>de</strong>l</strong> endotelio<br />

hacia la lámina propia. Las células B se diferencian hacia<br />

células productoras <strong>de</strong> IgA.<br />

En una respuesta normal, el sistema inmune <strong>intestinal</strong><br />

actúa en la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los órganos internos <strong>de</strong> las agresiones<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> medio ambiente. Actúa frente a agentes infecciosos y es<br />

capaz <strong>de</strong> diferenciar entre agentes peligrosos e inocuos. En<br />

condiciones patológicas, la respuesta <strong>de</strong> dicho sistema inmune<br />

<strong>intestinal</strong> reacciona frente a estructuras propias, dando lugar a<br />

enfermeda<strong>de</strong>s autoinmunes o bien frente a agentes externos<br />

alimentarios inocuos 4 .<br />

Funciones mayores <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema inmune <strong>intestinal</strong><br />

– Exclusión inmune. Es un proceso no inflamatorio<br />

mantenido por factores específicos (IgAs, IgMs) y no específicos<br />

(moco, peristaltismo).<br />

– Eliminación inmune. Proceso mediante el cual los<br />

<strong>antígenos</strong> peligrosos son eliminados por Ac específicos y<br />

mecanismos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa innata, tales como complemento, neutrófilos,<br />

macrófagos, mastocitos y otros.<br />

– Regulación inmune o tolerancia oral. Es el proceso<br />

central por el cual el <strong>tracto</strong> <strong>intestinal</strong> (mayor órgano inmunológico<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> organismo humano) mantiene una homeostasis entre<br />

proceso peligroso y no peligroso a nivel local y sistémico.<br />

ABSORCIÓN DEL ALERGENO<br />

Los alimentos ingeridos se encuentran con los ácidos y<br />

las enzimas proteolíticas, cuya acción combinada convierte a<br />

las proteínas en meros aminoácidos.<br />

El 2% <strong>de</strong> las proteínas ingeridas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> leche,<br />

huevo, etc es absorbido como fragmentos peptídicos lo suficientemente<br />

largos para ser reconocidos por el sistema inmune.<br />

Algunos <strong>de</strong> estos fragmentos pue<strong>de</strong>n incluir epítopes capaces<br />

<strong>de</strong> atraer la atención <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema inmune <strong><strong>de</strong>l</strong> huésped,<br />

siendo presentados a las células T o bien pue<strong>de</strong>n activar al<br />

mastocito previamente sensibilizado con IgE.<br />

Muchas facetas sobre la absorción <strong><strong>de</strong>l</strong> alergeno permanecen<br />

oscuras. En mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os animales se ha observado que el<br />

proceso <strong>de</strong> absorción tiene dos fases. La primera fase consiste<br />

en la incorporación activa <strong>de</strong> alergeno por las células epiteliales<br />

<strong>intestinal</strong>es. Parece que este fenómeno está mediado por un<br />

único receptor parecido a una inmunoglobulina. La liberación<br />

<strong>de</strong> mediadores promueve la segunda fase <strong>de</strong> la absorción en la<br />

59


M. L. Sanz<br />

que se observa pérdida <strong>de</strong> las uniones herméticas entre las<br />

células epiteliales, que permite una mayor afluencia <strong>de</strong> alergeno<br />

con procesamiento inmunológico local.<br />

Un antígeno pue<strong>de</strong> ser procesado por las células <strong>de</strong>ntríticas<br />

<strong>intestinal</strong>es que están especializadas no sólo en preparar<br />

a un péptido para mostrarlo al sistema inmune, sino también<br />

para transportarlo al GALT. A<strong>de</strong>más, las propias células epiteliales<br />

<strong>intestinal</strong>es son capaces <strong>de</strong> procesar ellas mismas el Ag.<br />

En condiciones normales, tras ser presentado el antígeno a los<br />

linfocitos, ocurre la supresión <strong>de</strong> cualquier respuesta inmune.<br />

En condiciones anormales, ocurre la sensibilización y la activación<br />

<strong>de</strong> una respuesta alérgica.<br />

TRANSPORTE Y PRESENTACIÓN Ag<br />

Para que tenga lugar la respuesta inmune frente a un Ag,<br />

este <strong>de</strong>be ser transportado <strong>de</strong> la luz <strong>intestinal</strong> a la placa <strong>de</strong><br />

Peyer.<br />

La superficie mucosa <strong><strong>de</strong>l</strong> intestino está recubierta por<br />

un epitelio simple y continuo <strong>de</strong> células epiteliales. Estas<br />

células tienen un glicocaliz formado por una capa gruesa <strong>de</strong><br />

glicoproteínas ancladas a las membranas celulares. A<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> esta capa <strong>de</strong> células, las mucinas, enzimas digestivas e<br />

IgAs aña<strong>de</strong>n un nivel extra <strong>de</strong> protección que forman una<br />

excelente barrera frente a los gérmenes y Ag. A<strong>de</strong>más, hay<br />

células epiteliales especiales que realizan el transporte <strong>de</strong><br />

sustancias y están asociadas a las placas <strong>de</strong> Peyer. Son las<br />

células M, capaces <strong>de</strong> transportar macromoléculas, partículas,<br />

microorganismos a las placas <strong>de</strong> Peyer directamente.<br />

Las macromoléculas necesitan viajar muy poco <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

superficie apical al polo basal, don<strong>de</strong> serán liberadas cerca<br />

<strong>de</strong> las células inmunes que han migrado hasta <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

bolsillo <strong>de</strong> la superficie basal <strong>de</strong> las células M.<br />

La superficie apical <strong>de</strong> las células M difiere <strong>de</strong> las células<br />

<strong>intestinal</strong>es en que no tiene el bor<strong>de</strong> en cepillo. A<strong>de</strong>más, la<br />

célula M contiene gran número <strong>de</strong> vesículas endocíticas para<br />

incorporar y transportar el contenido <strong><strong>de</strong>l</strong> lumen a través <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

epitelio. Estas células M tienen un bolsillo intraepitelial don<strong>de</strong><br />

llegan las partículas endocitadas. Este bolsillo contiene linfocitos<br />

y unos pocos macrófagos que interactúan con las partículas<br />

o Ag transportados. Así, el transporte <strong>de</strong> Ag soluble y<br />

particulado por las células M es un paso muy importante en<br />

iniciar la respuesta inmune mucosa.<br />

Tras el paso a través <strong>de</strong> la mucosa y procesamiento<br />

por el GALT, el Ag es presentado a través <strong>de</strong> las moléculas<br />

clase I y II. La presentación preferente es a través <strong>de</strong> las<br />

moléculas clase I, lo que da lugar a una activación <strong>de</strong> lin-<br />

60<br />

focitos T supresores CD8+ e inducción <strong>de</strong> tolerancia. Por<br />

otra parte, la presentación a través <strong>de</strong> moléculas clase II<br />

activa los linfocitos T CD4+ con la consiguiente inducción<br />

<strong>de</strong> memoria inmunológica. Existen interacciones reguladoras<br />

entre linfocitos CD4 y CD8. La activación CD8 da<br />

lugar a una señal negativa a células (auto)reactivas en los<br />

órganos diana. La producción <strong>de</strong> TGF-β resulta ser una<br />

señal negativa para las células CD4+. En ausencia <strong>de</strong> señales<br />

coestimuladoras (CD28-CD80; familia B7) se induce<br />

tolerancia o anergia T 5 .<br />

<strong>Procesamiento</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> Ag y presentación por las células<br />

epiteliales <strong>intestinal</strong>es (CEI)<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> otras células presentadoras<br />

<strong>de</strong> antígeno clásicas, tales como las células <strong>de</strong>ntríticas,<br />

las células epiteliales <strong>intestinal</strong>es, tal y como<br />

hemos comentado anteriormente, pue<strong>de</strong>n actuar como<br />

células presentadoras <strong>de</strong> antígeno 6 .<br />

Los Ag administrados oralmente sufren un proceso<br />

fisiológico que pue<strong>de</strong>n alterar drásticamente las propieda<strong>de</strong>s<br />

químicas <strong><strong>de</strong>l</strong> Ag, tales como ph bajo, efecto<br />

<strong>de</strong> tripsina, pepsin, bilis... Este preprocesamiento <strong>de</strong> los<br />

Ag en la luz <strong>intestinal</strong> da lugar a alteraciones en la<br />

alergenicidad y pue<strong>de</strong>n exponer o <strong>de</strong>struir epítopes<br />

específicos previo al procesamiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Ag por las CEI.<br />

Las CEI expresan una variedad <strong>de</strong> moléculas en<br />

su superficie apical que pue<strong>de</strong>n servir como receptores<br />

<strong>de</strong> Ag y que pue<strong>de</strong>n favorecer el procesamiento alergénico,<br />

dirigiendo una internalización vía endocitosis<br />

mediada por receptor, en lugar <strong>de</strong> fase fluida. Finalmente,<br />

la velocidad y eficiencia <strong>de</strong> la incorporación <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Ag y <strong><strong>de</strong>l</strong> procesamiento endocítico por las CEI pue<strong>de</strong><br />

ser modulada por una variedad <strong>de</strong> mediadores <strong>de</strong> la<br />

inflamación.<br />

La naturaleza dinámica <strong><strong>de</strong>l</strong> procesamiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Ag<br />

por las CEI, que pue<strong>de</strong> ser modulado por la inflamación<br />

no clínicamente aparente, es una variable muy<br />

importante a consi<strong>de</strong>rar en la evaluación <strong>de</strong> la antigenicidad<br />

<strong>de</strong> una proteína <strong>de</strong>terminada.<br />

Interacción <strong>de</strong> las CEI con células T CD4+<br />

Las CEI están en íntimo contacto con dos poblaciones<br />

<strong>de</strong> células T, los linfocitos intraepiteliales y los<br />

linfocitos <strong>de</strong> lámina propia. Los linfocitos intraepiteliales<br />

(LIE) expresan integrina αEβ7 que une E-cadherina<br />

que expresan las CEI y migran a través <strong>de</strong> la membrana<br />

basal, interdigitando entre CEI adyacentes a lo largo <strong>de</strong><br />

su superficie lateral. Los LIE son un grupo heterogéneo


<strong>de</strong> linfocitos T con una no muy bien conocida función<br />

en la respuesta inmune mucosa y/o homeostasis.<br />

En contraste, los linfocitos <strong>de</strong> lámina propia<br />

(LLP) están por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la membrana basal y logran<br />

contactar con las CEI a través <strong>de</strong> proyecciones basolaterales,<br />

que extien<strong>de</strong>n atravesando la membrana basal<br />

para contactar con los LLP. Las células T CD4+ son<br />

muy importantes a la hora <strong>de</strong> establecer una tolerancia<br />

oral. Dos tercios <strong>de</strong> los LLP expresan CD4+ y un más<br />

limitado número <strong>de</strong> LIE. Se sabe que las CEI son capaces<br />

<strong>de</strong> procesar y presentar el Ag vía HLA II 6 .<br />

Influencia <strong>de</strong> la polaridad <strong>de</strong> las CEI en la presentación<br />

Ag mediante moléculas clase II<br />

Las CEI son células altamente polarizadas, con diferentes<br />

dominios apicales y basolaterales, con propieda<strong>de</strong>s<br />

fisicoquímicas muy diferentes. Esta morfología polarizada<br />

diferencia a las CEI <strong>de</strong> otras APC. La expresión <strong>de</strong> HLA II<br />

in vivo está restringida a la membrana basolateral a través<br />

<strong>de</strong> la cual esta célula contacta con linfocitos LIE y LLP. El<br />

mecanismo no se conoce bien pero parece estar regulado<br />

por la IL6. La expresión polarizada <strong>de</strong> varios receptores <strong>de</strong><br />

superficie sobre las CEI modula el procesamiento <strong>de</strong> Ag<br />

vía HLA II facilitando la incorporación <strong><strong>de</strong>l</strong> Ag hacia ciertos<br />

compartimentos intracelulares. Parece ser que este<br />

mecanismo tiene gran importancia en la inducción <strong>de</strong> respuesta<br />

inmune frente a <strong>antígenos</strong> administrados oralmente.<br />

En respuesta normal fisiológica, la falta <strong>de</strong> respuesta<br />

representa un balance entre estimulación <strong>de</strong> células T con<br />

actividad supresora versus células con papel potencial en la<br />

inflamación. Cuando la exposición Ag es muy alta el resultado<br />

(células T supresoras versus T con actividad inflamatoria)<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> grado <strong>de</strong> inflamación subyacente y <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

estado <strong>de</strong> activación <strong>de</strong> las CEI.<br />

Esto reflejará la capacidad <strong>de</strong> procesamiento para<br />

el Ag <strong>de</strong> estas células capaces <strong>de</strong> expresar moléculas <strong>de</strong><br />

activación, el relativo acceso <strong><strong>de</strong>l</strong> Ag vía apical o basolateral<br />

y el repertorio T local.<br />

En resumen, la interacción CEI–célula T es vital a la<br />

hora <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir si hay una respuesta inmune o una tolerancia.<br />

RESPUESTA INMUNE EN SUPERFICIES<br />

MUCOSAS. IGA SECRETORA.<br />

CÉLULAS T EFECTORAS<br />

Una <strong>de</strong> las características mayores <strong>de</strong> la respuesta<br />

inmune humoral <strong>de</strong> las superficies mucosas es la pro-<br />

<strong>Inmunidad</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>tracto</strong> <strong>intestinal</strong>. <strong>Procesamiento</strong> <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong><br />

ducción <strong>de</strong> IgA secretora por los linfocitos B. Sin<br />

embargo, la respuesta IgE también se asocia a la exposición<br />

transmucosa a Ag. Las células B se localizan en<br />

las placas <strong>de</strong> Peyer por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las células M. Los<br />

folículos <strong>de</strong> células B se forman alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> células<br />

<strong>de</strong>ntríticas. Estas presentan el Ag a las células B gracias<br />

a su capacidad para atrapar el Ag y formar complejos<br />

inmunes sobre su superficie.<br />

Las células T facilitadoras activadas, que migran<br />

a través <strong>de</strong> esta región, pue<strong>de</strong>n interactuar con las células<br />

B asociadas con las células <strong>de</strong>ntríticas. Sin embargo,<br />

la producción <strong>de</strong> IgA en la placa <strong>de</strong> Peyer es mínima.<br />

Se forma IgG o IgM. La diferenciación y<br />

maduración <strong>de</strong> respuesta IgA ocurre cuando las células<br />

B <strong>de</strong>jan las placas <strong>de</strong> Peyer. Las células T <strong>de</strong> las placas<br />

<strong>de</strong> Peyer se localizan en la periferia <strong>de</strong> los folículos B.<br />

En las placas <strong>de</strong> Peyer se forman linfocitos T CTL y T<br />

CD4+ y luego migran a la lámina propia <strong>intestinal</strong> o al<br />

epitelio, don<strong>de</strong> ejercen sus funciones. Entre ellas inician<br />

las respuestas B e inducen a la formación <strong>de</strong> IgA<br />

e IgE y activan a los macrófagos para que controlen<br />

gérmenes intracelulares, tales como la Salmonella.<br />

Las activida<strong>de</strong>s T facilitadoras están separadas en<br />

dos poblaciones Th1 y Th2. Las células Th1 producen<br />

IL2, linfotoxina TNFβ, GM-CSF e IFNγ y afectan a la<br />

inmunidad celular mediante la regulación <strong>de</strong> las funciones<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> macrófago, respuestas <strong>de</strong> hipersensibilidad<br />

retardada y respuestas T citotóxicas. Las células Th2<br />

soportan la inmunidad humoral, secretan IL4, IL5 e IL6.<br />

Las subpoblaciones T facilitadoras y las citoquinas<br />

que producen son críticas en la iniciación y maduración<br />

<strong>de</strong> las respuestas inmunes en la mucosa <strong>intestinal</strong>. La<br />

respuesta IgA secretora está mediada por células Th2.<br />

Tras inmunización oral se encuentran células Th2 en las<br />

placas <strong>de</strong> Peyer <strong><strong>de</strong>l</strong> ratón, ganglios linfáticos mesentéricos<br />

y lámina propia. Se ha visto que la <strong>de</strong>plección <strong>de</strong><br />

células CD4+ por tratamiento con anticuerpos altera la<br />

respuesta mucosa IgA 7 . La IL4 es clave en la respuesta<br />

inmune <strong>de</strong> mucosa. La exposición trasmucosa con el Ag<br />

da lugar a una respuesta IgE y riesgo <strong>de</strong> alergia. La IL4<br />

producida por las células Th2 facilita la respuesta IgE.<br />

Sin embargo, el papel <strong>de</strong> la IL4 en la producción <strong>de</strong> IgA<br />

secretora es menos claro. La adición <strong>de</strong> IL4 a células B<br />

<strong>de</strong> ratón promueve el cambio <strong>de</strong> isotipo <strong>de</strong> IgM a IgA<br />

pero parece que la IL4 no es necesaria. Se sabe que los<br />

ratones <strong>de</strong>ficientes en IL4 no producen IgA secretora<br />

tras inmunización oral con Ag y adyuvante toxina <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

cólera, pero esto no ocurre (se produce IgAs) cuando el<br />

61


M. L. Sanz<br />

Ag se administra con Salmonella. Tampoco la IL 5 es<br />

responsable <strong>de</strong> la IgAs<br />

Sin embargo, la IL6 es crítica en la producción <strong>de</strong><br />

IgAs, pero es el TGFβ el mayor estímulo para la producción<br />

<strong>de</strong> IgA. Este factor actúa sinergísticamente con<br />

la IL2, IL4, IL5, Il6 IL10 para promover la producción<br />

<strong>de</strong> IgA <strong>de</strong> células B IgM. Este factor inhibe la proliferación<br />

<strong>de</strong> linfocitos. El ratón <strong>de</strong>ficiente en TGFβ muere<br />

por enfermedad linfoproliferativa que pue<strong>de</strong> comprometer<br />

a la barrera <strong>intestinal</strong>. Esta citoquina tiene un<br />

importante papel en la inducción <strong>de</strong> tolerancia oral.<br />

Moléculas <strong>de</strong> adhesión y tráfico linfocitario hacia<br />

mucosas<br />

Tras la exposición inicial al Ag, los linfocitos <strong>de</strong>jan las<br />

placas <strong>de</strong> Peyer y migran a los tejidos mucosos: intestino,<br />

pulmón, mucosa nasal y <strong>tracto</strong> urogenital. Estos linfocitos<br />

sufren homing hacia la lámina propia, o epitelio <strong>de</strong> la mucosa,<br />

en esos tejidos en los que ejercerán sus funciones efectoras:<br />

síntesis <strong>de</strong> Ac, muerte <strong>de</strong> células viralmente infectadas.<br />

La migración preferencial <strong>de</strong> los linfocitos <strong>de</strong> mucosas<br />

estimulados a las mucosas a través <strong><strong>de</strong>l</strong> organismo da i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

lo que es el “sistema inmune común <strong>de</strong> mucosas”.<br />

La inmunización <strong>de</strong> una mucosa resulta en inmunidad<br />

<strong>de</strong> otras mucosas según i<strong>de</strong>a original, pero parece ser que<br />

existe una compartimentación <strong>de</strong> la respuesta inmune que<br />

hace que la inmunización oral, sobre todo, consigue protección<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>tracto</strong> gastro<strong>intestinal</strong> y menor <strong><strong>de</strong>l</strong> respiratorio.<br />

La migración preferente <strong>de</strong> las células a un tejido <strong>de</strong>terminado<br />

se consigue a través <strong>de</strong> las moléculas <strong>de</strong> adhesión en<br />

linfocitos y en tejidos.<br />

Hay una sola molécula <strong>de</strong> adhesión MadCAM-1 (mucosal<br />

addressin cell adhesion molecule 1) involucrada en el tráfico<br />

<strong>de</strong> linfocitos hacia las mucosas. Es una glicoproteína que<br />

está en las vénulas endoteliales <strong>de</strong> las placas <strong>de</strong> Peyer, en ganglios<br />

mesentéricos y endotelio vascular <strong>de</strong> lámina propia, pero<br />

no en las vénulas <strong>de</strong> ganglios periféricos no mucosos. Esta<br />

molécula es reconocida por linfocitos circulantes y los activa<br />

para que migren a las mucosas. La expresión <strong>de</strong> MadCAM-1<br />

aumenta por efecto <strong>de</strong> algunas citoquinas tales como TNFα e<br />

IL1, que modulan su acción. La L-selectina y la integrina<br />

α4β7 en los linfocitos unen MadCAM-1.<br />

La L-selectina se expresa en los linfocitos maduros<br />

pequeños, monocitos y neutrófilos y está involucrada en la circulación<br />

<strong>de</strong> los linfocitos hacia las placas <strong>de</strong> Peyer.<br />

La integrina α4β7 es un heterodímero <strong>de</strong> un polipéptido,<br />

conocido como lymphocyte homing receptor, que se<br />

expresa en la superficie <strong>de</strong> linfocitos y monocitos. Su<br />

62<br />

expresión aumenta la activación celular. Actúa preferentemente<br />

en la migración <strong>de</strong> células memoria y plasmáticas a<br />

la lámina propia.<br />

La integrina αEβ7 está involucrada en la migración <strong>de</strong><br />

linfocitos hacia el epitelio <strong>intestinal</strong>. Se expresa en linfocitos<br />

intraepiteliles y se une a una adhesina E-ca<strong>de</strong>rina en células<br />

epiteliales. El TGFβ reduce la expresión linfocitaria <strong>de</strong> α4 y<br />

aumenta la expresión <strong>de</strong> αEβ7.<br />

Tras una inmunización frente a un antígeno <strong>de</strong>terminado,<br />

administrado oralmente, se producen importantes cambios<br />

en la migración linfocitaria.<br />

POSIBLE PAPEL DE LACTOBACILOS<br />

EN LA DIETA PARA LIMITAR<br />

LOS PROCESOS ALÉRGICOS<br />

Estudios realizados en animales <strong>de</strong> experimentación<br />

sugieren que la flora <strong>intestinal</strong> juega un papel muy importante<br />

en la activación <strong>de</strong> la respuesta inmune durante la<br />

ontogenia para limitar las respuestas disfuncionales, incluida<br />

la alergia. Parece que ciertas cepas <strong>de</strong> estas bacterias<br />

pue<strong>de</strong>n estimular la producción <strong>de</strong> interferones tipo I y II y<br />

<strong>de</strong> monoquinas prointerferón tales como la IL12 e IL18,<br />

dando lugar a una activación Th1 8 .<br />

De cualquier forma, existen gran número <strong>de</strong> datos<br />

sobre los mecanismos implicados en la tolerancia frente a<br />

Ag alimentarios en animales <strong>de</strong> experimentación y muy<br />

pocos en humanos, y gran<strong>de</strong>s discordancias entre los datos<br />

experimentales y los obtenidos en humanos 9 . Por otra parte,<br />

parece ser que los mecanismos <strong>de</strong> tolerancia inmune<br />

observados en roedores, normalmente <strong>de</strong> supresión activa<br />

con generación <strong>de</strong> células inmunorreguladoras, no son<br />

necesariamente importantes en el humano. En el hombre,<br />

parece ser que los Ag <strong>de</strong> la dieta dan lugar a una respuesta<br />

Th1 en las placas <strong>de</strong> Peyer, sugiriendo que el intestino pueda<br />

ser un lugar <strong>de</strong> inducción <strong>de</strong> una respuesta Th1 peligrosa,<br />

más que un lugar en el que estas respuestas puedan ser<br />

moduladas.<br />

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Springer, Berlin 2001 pp 89-99.<br />

Mecanismos <strong>de</strong> tolerancia inmunológica.<br />

Prevención primaria <strong>de</strong> la alergia<br />

a alimentos<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Las enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas constituyen una <strong>de</strong> las patologías más frecuente en<br />

la consulta, especialmente en la edad infantil, observándose un incremento consi<strong>de</strong>rable<br />

<strong>de</strong> las mismas al menos en países <strong>de</strong>sarrollados. La mayoría <strong>de</strong> estas enfermeda<strong>de</strong>s<br />

se presentan tempranamente en el niño, siendo la sensibilización a alimentos<br />

en el primero y segundo año <strong>de</strong> vida el hecho más frecuente, y en años posteriores<br />

la sensibilización a aeroalergenos.<br />

En la actualidad se estima que <strong>de</strong> un 4% a un 6% <strong>de</strong> niños son alérgicos a alimentos,<br />

entre un 8% y un 10% pa<strong>de</strong>cen asma y casi un 25% sufren <strong>de</strong> rinitis o conjuntivitis<br />

1 .<br />

Anticuerpos IgG frente a proteínas <strong>de</strong> diferentes alimentos se observan en la<br />

mayoría <strong>de</strong> las personas sin que ello induzca ningún tipo <strong>de</strong> sintomatología clínica.<br />

La mayoría <strong>de</strong> los niños producen, también, pequeñas cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> anticuerpos<br />

específicos IgE frente a diferentes alimentos durante el primer año <strong>de</strong> vida 2 . Estos<br />

anticuerpos con el tiempo <strong>de</strong>saparecen. En algunos niños, relativamente pocos, los<br />

anticuerpos IgE específicos permanecen e incluso aumentan consi<strong>de</strong>rablemente provocándoles<br />

sintomatología alérgica gastro<strong>intestinal</strong>, <strong>de</strong>rmatológica o respiratoria.<br />

Serán niños alérgicos.<br />

Aunque la alergia es una patología conocida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace bastante tiempo, continuamente<br />

se acentúa el interés por poseer un mejor conocimiento <strong>de</strong> los factores<br />

etiopatogénicos implicados en ella en un intento <strong>de</strong> realizar un mejor tratamiento y<br />

sobre todo <strong>de</strong> prevenir su aparición, tanto en el niño como en el adulto.<br />

En la presente exposición nos centraremos en dos aspectos concretos <strong>de</strong> la alergia<br />

a alimentos: En los mecanismos <strong>de</strong> inducción <strong>de</strong> tolerancia oral, mediante los<br />

cuales el organismo se previene <strong>de</strong> una posible respuesta alérgica e inmune frente a<br />

diferentes <strong>antígenos</strong> y trofoalergenos y en segundo lugar <strong>de</strong> las posibles medidas <strong>de</strong><br />

actuación en la prevención primaria <strong>de</strong> la alergia a alimentos.<br />

La mayoría <strong>de</strong> los conocimientos que se tienen en la actualidad sobre tolerancia<br />

oral provienen <strong>de</strong> estudios realizados en animales <strong>de</strong> experimentación y no en<br />

humanos dada la dificultad para ello. No obstante es muy probable que algunos <strong>de</strong><br />

63


F. Lorente, et al.<br />

estos mecanismos observados en animales <strong>de</strong> experimental,<br />

puedan, en un futuro próximo comprobarse en el hombre.<br />

Por lo que respecta a las medidas <strong>de</strong> prevención, estas<br />

pue<strong>de</strong>n establecerse a tres niveles: En un primer nivel: tratando<br />

<strong>de</strong> evitar en el paciente la sensibilización alérgica IgE<br />

<strong>de</strong>pendiente. En un segundo nivel: tratando <strong>de</strong> evitar la aparición<br />

<strong>de</strong> la enfermedad en aquellos pacientes sensibilizados. En<br />

un tercer nivel: previniendo la aparicion <strong>de</strong> los síntomas una<br />

vez que el paciente ya ha manifestado la enfermedad. Nos<br />

centraremos en la prevención primaria advirtiendo que tales<br />

medidas se ven dificultadas por las limitaciones en el entendimiento<br />

<strong>de</strong> cuál son y cómo intervienen los diferentes factores<br />

en una expresión fenotípica <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas.<br />

SITUACIÓN INMUNOLÓGICA DEL NIÑO<br />

EN ÉPOCA PERINATAL<br />

Trabajos publicados en los últimos años sugieren que el<br />

origen <strong>de</strong> la alergia <strong><strong>de</strong>l</strong> adulto se halla en el período <strong>de</strong> embarazo<br />

y perinatal (figura 1).<br />

El primer contacto <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema inmune <strong><strong>de</strong>l</strong> feto con alergenos<br />

se produce vía placentaria a través <strong>de</strong> pequeñas cantida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> alergenos que atraviesan la placenta y le capacitan<br />

para una respuesta específica. Este contacto se realiza en un<br />

ambiente altamente inhibidor <strong>de</strong> las funciones ligadas a los<br />

linfocitos Th1 (presencia <strong>de</strong> Progesterona, Prostaglandina E<br />

(PGE2), e Interleuquinas IL4 e IL-10) lo que induce la generación<br />

<strong>de</strong> pequeñas cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> linfocitos Th2, capacitados<br />

para respon<strong>de</strong>r específicamente a los alergenos y por tanto<br />

Fig. 1. Situación inmunológica fetal y perinatal.<br />

64<br />

dotados <strong>de</strong> memoria inmunológica para este tipo <strong>de</strong> respuestas<br />

3,4 .<br />

Tras el nacimiento, en contacto con diferentes alergenos,<br />

alimentarios e inhalados, se dan tres posibilida<strong>de</strong>s: la más<br />

común es la aparición <strong>de</strong> una anergia/<strong><strong>de</strong>l</strong>eción y como consecuencia<br />

un estado <strong>de</strong> tolerancia o <strong>de</strong> no respuesta inmunológica;<br />

una segunda posibilidad es que se produzca una <strong>de</strong>sviación<br />

inmunológica <strong>de</strong> esa pequeña cantidad <strong>de</strong> linfocitos Th2 hacia<br />

linfocitos Th1, y la tercera, lo que ocurre en algunos pacientes,<br />

es que haya un incremento <strong>de</strong> los linfocitos Th2 previamente<br />

capacitados y sensibilizados frente a los alergenos<br />

transplacentarios, y que <strong>de</strong>sarrollen enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas. El<br />

primero <strong>de</strong> los caminos, inducción <strong>de</strong> tolerancia, es especialmente<br />

importante en la respuesta alérgica a alimentos, los<br />

otros dos supuestos están más implicados en la regulación <strong>de</strong><br />

las respuestas inmunes <strong>de</strong> aeroalergenos.<br />

La resistencia o sensibilidad a enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas<br />

parece, pues, estar <strong>de</strong>terminada por el balance entre aumento<br />

<strong>de</strong> los linfocitos Th2 y/o inmune <strong>de</strong>sviación hacia otros tipos<br />

<strong>de</strong> linfocitos Th durante los primeros meses <strong>de</strong> vida. La razón<br />

no es conocida en su totalidad.<br />

MECANISMOS BÁSICOS DEL DESARROLLO<br />

DE TOLERANCIA<br />

El sistema inmune está expuesto a múltiples <strong>antígenos</strong><br />

<strong>de</strong> diferentes tipos: virus, bacterias y parásitos, frente a los que<br />

usa distintas estrategias para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r al organismo. A<strong>de</strong>más,<br />

sobre todo a través <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>tracto</strong> gastro<strong>intestinal</strong>, está en contacto


Fig. 2. Diferenciaciación <strong>de</strong> linfocitos Th0 hacia Th1 o Th2.<br />

con abundantes cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong> alimentarios, a quienes<br />

tiene que "tolerar" como nutrientes y frente a los que no<br />

<strong>de</strong>be evocar respuesta alguna, en caso contrario se produciría<br />

una reacción alérgica IgE <strong>de</strong>pendiente, o una respuesta <strong>de</strong><br />

hipersensibilidad retardada como es el caso <strong>de</strong> la enfermedad<br />

celíaca.<br />

La regulación y balance entre respuesta inmune y respuesta<br />

IgE fueron <strong>de</strong>nominados por Mosmann y Sadd “<strong>de</strong>sviación<br />

inmune celular”, al observar una <strong>de</strong>rivación <strong>de</strong> los linfocitos<br />

Th0 auxiliadores hacia Th1 o Th2 (figura 2) 5 .<br />

Menos conocidos son los mecanismos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sviación<br />

inmune que afecta a la mucosa <strong>intestinal</strong>, y que inducen, a ese<br />

nivel, la producción <strong>de</strong> IgA y disminución <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong><br />

IgE. Estando por tanto también implicados en la tolerancia<br />

oral 6-8 .<br />

Habitualmente se producen, tanto en niños normales<br />

como atópicos, niveles bajos y transitorios <strong>de</strong> anticuerpos<br />

IgE frente a trofoalergenos y aeroalergenos 9,10 . En aquellos<br />

que no <strong>de</strong>sarrollan posteriormente alergia, hay una disminución<br />

<strong>de</strong> la respuesta <strong>de</strong> anticuerpos IgE lo que sugiere<br />

que la producción <strong>de</strong> IgE es una respuesta primaria y que<br />

la inducción <strong>de</strong> tolerancia posterior es una respuesta inmune<br />

activa reguladora. Recientemente parece conocerse<br />

mejor, aunque a nivel experimental, los mecanismos <strong>de</strong> esta<br />

supresión <strong>de</strong> anticuerpos IgE, así como parece intuirse por-<br />

Mecanismos <strong>de</strong> tolerancia inmunológica. Prevención primaria <strong>de</strong> la alergia a alimentos<br />

que ello no ocurre en los pacientes con riesgo genético <strong>de</strong><br />

alérgica (Atopia).<br />

Mecanismos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sviación <strong>de</strong> linfocitos Th1, Th2 o Th3<br />

Linfocitos Th1 versus Th2<br />

La producción <strong>de</strong> IgE <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> los niveles <strong>de</strong> IL-4<br />

o IL-13 responsables <strong><strong>de</strong>l</strong> cambio <strong>de</strong> fenotipo <strong>de</strong> linfocitos<br />

B, hacia linfocitos productores <strong>de</strong> IgE. Estas interleuquinas<br />

pue<strong>de</strong>n ser producidas por múltiples células, linfocitos T,<br />

eosinófilos, mastocitos. Los linfocitos T <strong>de</strong> sangre periférica<br />

y <strong>de</strong> mucosas, <strong>de</strong> sujetos atópicos, producen elevadas<br />

cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> IL-4, mientras que los linfocitos <strong>de</strong> los<br />

pacientes no alérgicos preferentemente producen INF-γ. La<br />

proporción <strong>de</strong> IL-4/INF-γ producida en la primera fase <strong>de</strong><br />

contacto con el antígeno es esencial para la respuesta inmune<br />

subsiguiente (figura 2), aunque tal relación IL-4/INF-γ,<br />

y por tanto las características <strong>de</strong> la respuesta inmune, pue<strong>de</strong>n<br />

verse modificadas por factores genéticos y ambientales,<br />

expuestos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante.<br />

Es bien conocida la reacción cruzada entre los linfocitos<br />

Th1 y Th2, células que recíprocamente se inhiben las unas a<br />

las otras. Hoy sabemos que las celulas presentadoras <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong><br />

segregan IL-12, inducidas por el INF-γ lo que induce en<br />

las celulas Th0 la diferenciación hacia Th1, células producto-<br />

65


F. Lorente, et al.<br />

Fig. 3. Diferenciaciación <strong>de</strong> linfocitos B hacia la producción <strong>de</strong> IgG, IgA o IgE.<br />

ras <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> IL-2 e INF-γ que, a su vez, provocan<br />

la activación <strong>de</strong> los macrófagos y respuestas <strong>de</strong> hipersensibilidad<br />

retardada.<br />

Por el contrario, células presentadoras <strong>de</strong> antígeno, en<br />

ausencia <strong>de</strong> IL-12, pero con IL-10 promueven el paso <strong>de</strong> Th0<br />

a Th2 productoras <strong>de</strong> IL-4, Il-5, Il-10 y responsables <strong>de</strong> las<br />

reacciones alérgicas. Dosis elevadas <strong>de</strong> IL-4 no sólo inducen<br />

el cambio <strong>de</strong> fenotipo <strong>de</strong> los linfocitos B inmaduros a células<br />

productoras <strong>de</strong> IgE, sino que previenen a los linfocitos T <strong>de</strong><br />

producir INF-γ inducida por IL-12 al disminuir en ellos la<br />

expresión <strong>de</strong> la unidad b2 para IL-12.<br />

Linfocitos Th3<br />

A nivel <strong>de</strong> la mucosa oral parece existir una tercera vía<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sviación <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema inmune. En ellas predomina la síntesis<br />

<strong>de</strong> IgA en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> IgG (iG1 e IgG3), típica <strong>de</strong> la<br />

respuesta inmune, tipo Th1. Por otra parte el anticuerpo más<br />

importante en la <strong>de</strong>fensa frente a parásitos es la IgE. Las<br />

interleuquinas IL-4 e IL-5, proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> los Th2, son<br />

importantes en las reacciones inmunes mediadas por IgE,<br />

pero también inducen la producción <strong>de</strong> IgA. Muy probablemente<br />

la discriminación entre respuesta frente a parásitos o<br />

frente a <strong>antígenos</strong> alimentarios incluya mecanismos <strong>de</strong> regulación<br />

cruzada similares a los conocidos para las respuestas<br />

Th1/Th2. Linfocitos T productores <strong>de</strong> TGF-β, linfocitos<br />

66<br />

Th3, pue<strong>de</strong>n ser las células que promueven la síntesis <strong>de</strong> IgA<br />

en la mucosa. El factor TGF-β inhibe la producción <strong>de</strong> IgE<br />

inducida por IL-4, y el INF-γ, producido por los Th1, y el<br />

factor TGF-β, producido por los Th3, ambos inhiben la formación<br />

<strong>de</strong> IgE (figura 3).<br />

Neuropéptidos vasoactivos <strong>intestinal</strong>es<br />

Los neuropéptidos vasoactivos <strong>intestinal</strong>es pue<strong>de</strong>n tener<br />

un papel significativo en la diferenciación <strong>de</strong> linfocitos produciendo<br />

e IgE o IgA a nivel <strong>intestinal</strong>. Tanto linfocitos B fetales<br />

como linfocitos pre B humanos, se diferencian hacia linfocitos<br />

productores <strong>de</strong> IgA e IgM cuando son activados en<br />

presencia <strong>de</strong> péptidos vasoactivos <strong>intestinal</strong>es. Por el contrario<br />

la producción <strong>de</strong> IL-4 por linfocitos es inhibida en presencia<br />

<strong>de</strong> neuropéptidos vasoactivos <strong>intestinal</strong>es. Teniendo en cuenta<br />

que la concentración <strong>de</strong> neuropéptidos es <strong>de</strong> 100 a 1000 veces<br />

mayor en intestino que en sangre periférica, es muy posible<br />

que estas sustancias promuevan la síntesis <strong>de</strong> IgA o al menos<br />

sean responsables <strong>de</strong> la diferenciación hacia linfocitos B sintetizadores<br />

<strong>de</strong> IgA (figura 3).<br />

Células presentadoras y diferenciación <strong>de</strong> linfocitos<br />

Existen dudas razonables sobre si el papel <strong>de</strong> las citoquinas<br />

es el único factor o el factor más importante en la diferenciación<br />

<strong>de</strong> los linfocitos. Según Rissoan y colaboradores 11


este fenómeno posiblemente está controlado por las células<br />

presentadoras, y en concreto por diferentes subtipos <strong>de</strong> células<br />

<strong>de</strong>ndríticas. Según estos autores células <strong>de</strong>ndríticas (DC1),<br />

<strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> monocitos (pCD1) inducen la diferenciación<br />

hacia linfocitos Th1; mientras que células <strong>de</strong>ndríticas (CD2)<br />

inducen, con un mecanismo in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> IL-4, la diferenciacion<br />

hacia Th2. A<strong>de</strong>más ambos subtipos <strong>de</strong> células presentadoras<br />

ejercen un control <strong>de</strong> retroalimentación negativo entre<br />

ellas.<br />

No se conoce una subpoblación <strong>de</strong> células presentadoras<br />

que induzca la diferenciación hacia Th3 y pueda relacionarse<br />

con la tolerancia oral, pero si parece que, al menos en animales<br />

<strong>de</strong> experimentación, recién nacidos, sus células <strong>de</strong>ndríticas<br />

son inmaduras y respon<strong>de</strong>n mal a citoquinas como INF-γ.<br />

Tolerancia <strong>de</strong> mucosas<br />

La exposición <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong> en las mucosas, tanto <strong>de</strong> animales<br />

<strong>de</strong> experimentación como humana, induce inicialmente<br />

una respuesta IgE que en la mayoría <strong>de</strong> los casos disminuye<br />

con la exposición reiterada hasta <strong>de</strong>saparecer. Esta situación <strong>de</strong><br />

tolerancia inmunológica es más pronunciada para la producción<br />

<strong>de</strong> IgE que para la respuesta <strong>de</strong> hipersensibilidad retardada<br />

10 y se conoce como tolerancia oral, cuando el antígeno penetra<br />

por vía oral, y tolerancia respiratoria cuando el contacto <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

antígeno con la mucosa es a través <strong>de</strong> <strong>tracto</strong> respiratorio.<br />

El mecanismo exacto <strong>de</strong> la tolerancia oral no es bien<br />

conocido, pero parecen existir dos caminos diferentes, dosis<br />

<strong>de</strong>pendientes. Según Strober y colaboradores dosis bajas <strong>de</strong><br />

ovoalbúmina induce en ratones transgénicos la generación <strong>de</strong><br />

linfocitos T productores <strong>de</strong> cantida<strong>de</strong>s importantes <strong>de</strong> INF-γ<br />

en las placas <strong>de</strong> Peyer y TGF-β (Factor <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> linfocitos<br />

T) en presencia <strong>de</strong> anticuerpos anti INF-γ o IL-12,<br />

sugiriendo que el INF-γ posee un efecto inhibidor en la generación<br />

<strong>de</strong> linfocitos T productores <strong>de</strong> TGF-β. Por el contrario<br />

cuando se administran dietas elevadas <strong>de</strong> ovoalbúmina tanto<br />

las células Th1 como Th2 <strong>de</strong>saparecen <strong>de</strong> las placas <strong>de</strong> Peyer,<br />

mientras que persisten los linfocitos T productores <strong>de</strong> TGF-β<br />

1. Este último tipo <strong>de</strong> linfocitos es a menudo <strong>de</strong>nominado<br />

como hemos referido anteriormente, Th3, en oposición a Th1<br />

y Th2 y pue<strong>de</strong> ser responsable <strong>de</strong> la tolerancia oral en tanto<br />

que el factor TGF-β 1 disminuye las citoquinas inflamatorias<br />

y promueve la producción <strong>de</strong> IgA (figura 4). En <strong>de</strong>finitiva la<br />

tolerancia oral es el producto final <strong><strong>de</strong>l</strong> contacto <strong>de</strong> los <strong>antígenos</strong><br />

alimentarios con la mucosa gastro<strong>intestinal</strong> y estaría relacionada<br />

con las células Th3 que inhiben la producción <strong>de</strong> citoquinas<br />

inflamatorias mientras que promueven la producción<br />

<strong>de</strong> IgA. Un <strong>de</strong>fecto <strong>de</strong> regulación llevaría a la inducción <strong>de</strong><br />

células Th2 responsable <strong>de</strong> la alergia a alimentos, mientras<br />

Mecanismos <strong>de</strong> tolerancia inmunológica. Prevención primaria <strong>de</strong> la alergia a alimentos<br />

Fig. 4. Tolerancia a nivel <strong>de</strong> mucosa <strong>intestinal</strong>.<br />

que la inducción <strong>de</strong> Th1, en el otro extremo podría inducir un<br />

estado <strong>de</strong> hipersensibilidad, como es posible que ocurra en la<br />

enfermedad celíaca. Tanto las células Th1 como Th2 parecen<br />

inhibir la generación <strong>de</strong> Th2.<br />

La tolerancia <strong>de</strong> la mucosa respiratoria parece comportarse<br />

<strong>de</strong> manera similar. La exposición repetitiva, animales<br />

<strong>de</strong> experimentación, <strong>de</strong> ovoalbúmina por vía inhalatoria<br />

induce tolerancia mediada por linfocitos CD8<br />

TCRg/d. Que pue<strong>de</strong> ser transferida a otros animales,<br />

mediante la inoculación <strong>de</strong> pequeñas dosis <strong>de</strong> células T<br />

CD8, TCRg/d. Ello parece relacionado con los <strong>antígenos</strong> <strong>de</strong><br />

histocompatibilidad MHC clase I utilizados por las células<br />

presentadoras. Se <strong>de</strong>sconoce si estos mecanismos, <strong>de</strong>mostrados<br />

en animales <strong>de</strong> experimentación, se producen también<br />

en humanos, lo que es muy posible, sobre todo por lo<br />

que respecta a la tolerancia oral, por cuanto a nivel <strong>de</strong> <strong>tracto</strong><br />

digestivo hay muchas mas celulas CD8, TCR g/d que en<br />

la mucosa respiratoria.<br />

La tolerancia oral pue<strong>de</strong> ser manipulada inmunológicamente.<br />

La eliminación <strong>de</strong> linfocitos CD8 TCRd/g mediante<br />

anticuerpos anti linfocitos CD8, inhibe la producción y mantenimiento<br />

<strong>de</strong> la tolerancia oral, por el contrario esta pueda ser<br />

potenciada en animales mediante la inoculación <strong>de</strong> IL-12<br />

recombinante lo que hace pensar que la tolerancia oral es un<br />

proceso activo que pue<strong>de</strong> ser dirigido tanto en su expresión<br />

como en su eliminación.<br />

Factores que influyen en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la tolerancia<br />

oral<br />

Múltiples factores pue<strong>de</strong>n influir la respuesta inmune<br />

tras el primer contacto con el antígeno (figura 5) 12 . Los factores<br />

genéticos influyen consi<strong>de</strong>rablemente sobre todo por<br />

lo que respecta a los niveles <strong>de</strong> IL-4 y síntesis <strong>de</strong> IgE. Sin<br />

embargo hay otros factores también importantes como la<br />

67


F. Lorente, et al.<br />

Fig. 5. Factores que influyen en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la inmunidad <strong>de</strong><br />

mucosas y <strong>de</strong> la tolerancia oral.<br />

edad a la que se produce la primera exposición <strong><strong>de</strong>l</strong> antígeno,<br />

naturaleza <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo, dosis, frecuencia y vía <strong>de</strong> exposición.<br />

Finalmente otros factores ambientales también,<br />

como enfermeda<strong>de</strong>s concurrentes, también pue<strong>de</strong>n influir<br />

en la respuesta inmune final.<br />

Genética <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> IgE. La capacidad <strong>de</strong><br />

respuesta inmune está <strong>de</strong>terminada genéticamente <strong>de</strong> tal<br />

modo que distintas especies animales pue<strong>de</strong>n respon<strong>de</strong>r,<br />

ante un mismo antígeno, <strong>de</strong> manera muy diferente. Cookson<br />

y colaboradores sugirieron que el asma atópico estaba<br />

asociado con el cromosoma 11. Posteriormente se ha observado<br />

que mientras que la reactividad bronquial está asociada<br />

con el cromosoma 11, los niveles <strong>de</strong> IgE total están unidos<br />

a una zona <strong><strong>de</strong>l</strong> cromosoma 5, relacionado con el “gen<br />

Th2” que controla la síntesis <strong>de</strong> IL-9, IL-4, GM-CSF, IL-5<br />

e Il-13 13 .<br />

El gen promotor <strong>de</strong> IL-4 existe en múltiples formas alélicas,<br />

pudiendo estar el fenotipo atópico asociado con una o<br />

varias <strong>de</strong> estas formas.<br />

Edad. La edad a la que el niño está en contacto con el<br />

antígeno es importante para el establecimiento o no <strong>de</strong> tolerancia.<br />

En principio parece que no se establecerá tolerancia<br />

inmunológica frente a un aeroalergeno si previamente se ha<br />

establecido una respuesta IgE frente al mismo; por el contrario<br />

este hecho estimulará más tar<strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> IgE. Así<br />

pues el resultado <strong><strong>de</strong>l</strong> primer contacto es importante para la<br />

subsiguiente sensibilización o tolerancia.<br />

Los humanos contactan con la mayoría <strong>de</strong> los alergenos<br />

durante la primera infancia, época en la que el <strong>de</strong>sarrolló <strong>de</strong> la<br />

tolerancia es débil. Los animales fallan en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<br />

tolerancia protectora en el período inmediato postnatal. El<br />

retraso en la maduración <strong>de</strong> la tolerancia postnatal pue<strong>de</strong><br />

explicar el gran aumento <strong>de</strong> las sensibilizaciones alérgicas que<br />

se observan actualmente en los niños.<br />

Con diferentes <strong>antígenos</strong> se logra fácilmente toleran-<br />

68<br />

cia cuando se administra por vía parenteral en animales<br />

recién nacidos y por el contrario cuando se administra el<br />

alimento directamente en <strong>tracto</strong> gastro<strong>intestinal</strong> en lugar <strong>de</strong><br />

tolerancia se produce sensibilización. Posiblemente este<br />

hecho esté relacionado con la inmadurez <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema inmune<br />

gastro<strong>intestinal</strong>, por lo que <strong>de</strong>pendiendo <strong><strong>de</strong>l</strong> momento <strong>de</strong><br />

administración <strong><strong>de</strong>l</strong> antígeno, así se inducirá la respuesta<br />

inmune; si éste se efectúa muy temprano, o tolerancia si se<br />

hace una vez haya alcanzado el animal la madurez <strong>intestinal</strong>.<br />

Por otra parte la incapacidad <strong><strong>de</strong>l</strong> animal recién nacido<br />

para inducir tolerancia por vía oral, está también relacionada<br />

con la inmadurez anatómica gastro<strong>intestinal</strong>. El aumento<br />

<strong>de</strong> la permeabilidad <strong>intestinal</strong> favorece la sensibilización<br />

frente a los <strong>antígenos</strong> orales. Según diferentes estudios la<br />

permeabilidad <strong>intestinal</strong> es inversa a la edad <strong><strong>de</strong>l</strong> animal <strong>de</strong><br />

experimentación.<br />

Otra posibilidad que explicaría la relativa incapacidad <strong>de</strong><br />

inducción <strong>de</strong> tolerancia en los animales <strong>de</strong> experimentación,<br />

en época perinatal, es el retraso en la maduración <strong>de</strong> las células<br />

<strong>de</strong>ndríticas. Como se ha podido <strong>de</strong>mostrar en ratones<br />

recién nacidos sus células <strong>de</strong>ndríticas, al menos <strong><strong>de</strong>l</strong> árbol bronquial<br />

respon<strong>de</strong>n pobremente a la activación <strong>de</strong> señales <strong>de</strong> citoquinas<br />

INF-γ y GM-CSF. Trabajos realizados en humanos<br />

<strong>de</strong>muestran igualmente la incapacidad <strong>de</strong> las células <strong>de</strong>ndríticas<br />

fetales para activar células T.<br />

Dosis. Experimentos realizados en ratas, utilizando diferentes<br />

dosis <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong>, <strong>de</strong>muestran que animales con fenotipo<br />

escasamente respon<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> IgE <strong>de</strong>sarrollan tolerancia<br />

específica en respuesta a pequeñas cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong>,<br />

mientras que las altamente respon<strong>de</strong>doras requieren dosis<br />

10.000 veces superiores para inhibir la sensibilización alérgica.<br />

Así pues parece que la tolerancia o sensibilización <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />

más <strong><strong>de</strong>l</strong> fenotipo atópico <strong><strong>de</strong>l</strong> animal que <strong>de</strong> la dosis en si.<br />

En cualquier caso a la luz <strong>de</strong> los diferentes trabajos parece que<br />

no existe unanimidad a la hora <strong>de</strong> atribuir el hallazgo <strong>de</strong> tolerancia<br />

o <strong>de</strong> sensibilización a una <strong>de</strong>terminada concentración<br />

<strong>de</strong> antígeno.<br />

En general, las dosis necesarias para inducir la tolerancia<br />

<strong>de</strong> células T es menor que para lograr el mismo efecto en<br />

las células B.<br />

Otros factores. Una gran variedad <strong>de</strong> factores ambientales<br />

pue<strong>de</strong>n influir la tolerancia <strong>de</strong> mucosas. Aquellos factores<br />

que pue<strong>de</strong>n alterar el epitelio pue<strong>de</strong>n dificultar la adquisición<br />

<strong>de</strong> tolerancia, en este sentido cabría <strong>de</strong>stacar las infecciones<br />

bacterianas como víricas y en sentido favorable la acción <strong>de</strong><br />

los probióticos con su capacidad <strong>de</strong> modular la respuesta<br />

inmune.


PREVENCIÓN PRIMARIA DE LA ALERGIA<br />

A ALIMENTOS<br />

Dado el pequeño abanico <strong>de</strong> medidas que existen para el<br />

tratamiento <strong>de</strong> la alergia a alimentos, prácticamente limitadas<br />

a evitar el alimento o alimentos responsables <strong>de</strong> las manifestaciones<br />

alérgicas, cromoglicato oral y antihistamínicos, la<br />

atención se ha centrado, <strong>de</strong> manera preferente, sobre la prevención<br />

<strong>de</strong> estas enfermeda<strong>de</strong>s.<br />

En cierto modo las medidas <strong>de</strong> prevención <strong>de</strong> la alergia<br />

a alimentos serán similares a las que se realizan para prevenir<br />

otras enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas. La mayoría <strong>de</strong> los protocolos <strong>de</strong><br />

prevención <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas, <strong>de</strong> manera equivocada<br />

o no, están dirigidos exclusivamente a aquellos niños con<br />

alto riesgo <strong>de</strong> atopia, siendo pues necesario conocer, los factores<br />

que intervienen en la expresión <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas,<br />

<strong>de</strong>tectar lo antes posible los niños con mayor predisposición<br />

a pa<strong>de</strong>cer una enfermedad alérgica y establecer en ellos<br />

precozmente las medidas <strong>de</strong> profilaxis para mayor información<br />

ver revisiones en 1, 14-17 .<br />

Factores que intervienen en la expresión <strong>de</strong> la alergia<br />

a alimentos<br />

La alergia a alimentos, como el resto <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s<br />

alérgicas, tiene un origen multifactorial que incluye factores<br />

genéticos, perinatales, endocrinológicos, inmunológicos y<br />

factores ambientales específicos e inespecíficos.<br />

Las enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas presentan una predisposición<br />

genética acusada. La inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> niños alérgicos está<br />

significativamente elevada en el caso <strong>de</strong> padres atópicos. No<br />

obstante se trata <strong>de</strong> una patología, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista<br />

genético, multifactorial y heterogénea, con un grado <strong>de</strong> penetración<br />

y fenocopia muy variable lo que hace difícil su análisis.<br />

Estudios familiares no han podido <strong>de</strong>mostrar qué variables<br />

genéticas son predominantes en la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> las respuestas<br />

alergeno específica, observando, sin embargo claras<br />

indicaciones sobre efectos ambientales.<br />

La aplicación <strong>de</strong> técnicas <strong>de</strong> genética mo<strong>de</strong>rna y <strong>de</strong> biología<br />

molecular, al estudio <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas, ha<br />

puesto en evi<strong>de</strong>ncia cierta relación entre la atopia (entendida<br />

como niveles elevados <strong>de</strong> IgE total o respuesta IgE-específica<br />

a uno o varios alergenos) y cromosoma 11q13. Igualmente se<br />

han implicado, en relación con la atopia, con los mecanismos<br />

inmunológicos implicados en la respuesta alérgica, con las<br />

interleucinas reguladoras, y con receptores específicos <strong>de</strong> la<br />

respuesta inmune, genes localizados en los cromosomas 4, 5,<br />

6, 7, 11, 12, 14 y 16 14,18 .<br />

El <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> feto está <strong>de</strong>terminado en principio por<br />

Mecanismos <strong>de</strong> tolerancia inmunológica. Prevención primaria <strong>de</strong> la alergia a alimentos<br />

factores genéticos, pero pue<strong>de</strong> ser modificado por el tipo o<br />

estado inmunológico y <strong>de</strong> nutrición <strong>de</strong> la madre. Las características<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> sistema inmunológico <strong>de</strong> la madre durante la gestación<br />

favorecen la síntesis <strong>de</strong> anticuerpos IgE en el niño. En<br />

tales circunstancias, la exposición antigénica a la que se vea<br />

sometido el niño en los primeros meses <strong><strong>de</strong>l</strong> embarazo, podrá<br />

<strong>de</strong>terminar la aparición posterior <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas 3,4 .<br />

La exposición ambiental, específica o inespecífica, son<br />

un componente esencial <strong>de</strong> la respuesta alérgica en general y<br />

en la alergia a alimentos en particular, <strong>de</strong>biendo tenerse en<br />

cuenta, en su <strong>de</strong>sarrollo la importancia <strong>de</strong> la trofoalergenos,<br />

aeroalergenos, infecciones, inmunizaciones, y la contaminación<br />

ambiental.<br />

El paso <strong>de</strong> alergenos alimentarios a través <strong>de</strong> la membrana<br />

placentaria se observa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy temprana edad <strong>de</strong> gestación,<br />

siendo teóricamente posible la sensibilización intraútero<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> niño. Se ha observado la capacidad <strong><strong>de</strong>l</strong> feto para<br />

sintetizar anticuerpos IgE <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la semana 22 <strong>de</strong> gestación, sin<br />

que al nacimiento se hayan encontrado anticuerpos IgE específicos<br />

frente a alimentos. El único factor que parece influir en<br />

unos niveles más elevados <strong>de</strong> IgE al nacimiento es el tabaco.<br />

Los niños hijos <strong>de</strong> madres fumadoras presentan, en sangre <strong>de</strong><br />

cordón y al nacimiento, unos niveles <strong>de</strong> IgE total superiores a<br />

los hijos <strong>de</strong> madres no fumadoras.<br />

La mayor inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> alergia a alimentos en el niño,<br />

con relación al adulto, se explica un aumento en la época <strong>de</strong><br />

recién nacido y lactante <strong>de</strong> la permeabilidad <strong>intestinal</strong> que<br />

facilitaría el paso <strong>de</strong> alergenos alimentarios. A<strong>de</strong>más se ha<br />

observado el paso <strong>de</strong> niveles apreciables <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong> alimentarios<br />

a través <strong>de</strong> la leche materna, por lo que la lactancia<br />

materna no excluye la posibilidad <strong>de</strong> sensibilización a ciertos<br />

alergenos alimentarios.<br />

La exposición a alergenos inhalados influye tanto en la<br />

sensibilización como en la aparición <strong>de</strong> la sintomatología alérgica.<br />

Si bien la sensibilización más frecuente en alergia a alimentos<br />

es por vía digestiva tras su ingestión, existe la posibilidad<br />

<strong>de</strong> sensibilización y manifestaciones clínicas cuando el<br />

antígeno alimentario contacta por vía inhalatoria. La capacidad<br />

<strong>de</strong> sensibilización <strong>de</strong> estos <strong>antígenos</strong> está influenciada por<br />

múltiples variables: momento <strong>de</strong> contacto, cantidad, tipo <strong>de</strong><br />

aeroalergeno, etc.<br />

Las infecciones <strong>de</strong> repetición han sido implicadas en<br />

múltiples ocasiones en la modulación <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> IgE<br />

y sensibilización alérgica. La infección potencialmente estimula<br />

la producción <strong>de</strong> IgE por diferentes mecanismos: disminución<br />

<strong>de</strong> linfocitos T supresores; bloqueo beta adrenérgico temporal;<br />

o lesionando células en la mucosa <strong><strong>de</strong>l</strong> árbol bronquial<br />

que permita una mayor penetración <strong>de</strong> alergenos. Por el con-<br />

69


F. Lorente, et al.<br />

trario, algunos virus como el virus <strong><strong>de</strong>l</strong> herpes simple, influenza<br />

A y a<strong>de</strong>novirus estimulan la producción <strong>de</strong> interferón.<br />

Parece existir cierta relación entre el número <strong>de</strong> hermanos<br />

y la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas. Según estudio<br />

reciente la prevalencia <strong>de</strong> atopia fue <strong>de</strong> un 25% en sujetos que<br />

carecen <strong>de</strong> hermanos, comparado con el 9% entre aquellos que<br />

tienen 5 o más hermanos 19 . La explicación vendría dada porque<br />

aquellos niños <strong>de</strong> familias numerosas sufrirían más infecciones<br />

en épocas tempranas y ello facilitaría el paso <strong>de</strong> células<br />

Th2 a Th1 20 .<br />

I<strong>de</strong>ntificación <strong><strong>de</strong>l</strong> niño con alto riesgo <strong>de</strong> atopia<br />

La elevada prevalencia y morbilidad <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s<br />

alérgicas, junto a su carácter genético, ha <strong>de</strong>spertado el<br />

interés por hallar un test efectivo, práctico y rentable, que permita<br />

i<strong>de</strong>ntificar aquellos niños recién nacidos con riesgo <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollar una atopia. Han sido valorados diversos aspectos<br />

genéticos y marcadores inmunológicos con este fin.<br />

La historia familiar <strong>de</strong> atopia <strong>de</strong>muestra que los factores<br />

genéticos están implicados en la aparición <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s<br />

alérgicas y sirve como medio <strong>de</strong> aproximación para intuir<br />

el riesgo <strong>de</strong> atopia en la práctica clínica; pero su baja eficiencia<br />

hace que sea preciso buscar otro test más sensible. El riesgo<br />

<strong>de</strong> que el niño sea alérgico, en el caso <strong>de</strong> ser uno <strong>de</strong> los<br />

padres alérgico, es <strong>de</strong> un 25 a 40%, mientras que si ambos<br />

padres son alérgicos el riesgo <strong>de</strong> que el niño sea atópico se eleva<br />

al 50-70. En los niños sin <strong>de</strong> antece<strong>de</strong>ntes familiares <strong>de</strong><br />

alergia el riesgo es tan sólo <strong><strong>de</strong>l</strong> 5-15%. Como es <strong>de</strong> esperar la<br />

inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> asma, rinitis o eczema es superior entre hermanos<br />

homozigotos, pero la concordancia es <strong>de</strong> un 15 a un 21%.<br />

A pesar <strong>de</strong> ello, como se ha <strong>de</strong>mostrado en otros estudios, los<br />

factores genéticos no son los únicos responsables. En el futuro<br />

es <strong>de</strong> prever que los marcadores genéticos no solamente<br />

permitan reconocer precozmente el niño con riesgo atópico<br />

sino también facilitar su tratamiento.<br />

Múltiples son los métodos que analizan marcadores<br />

inmunológicos y no inmunológicos y que han sido propuestos<br />

como útiles para el diagnóstico precoz <strong>de</strong> la atopia, pero ninguno<br />

por sí solo alcanza el grado <strong>de</strong> eficiencia necesario que<br />

permita su adopción general: Entre los primeros se incluyen<br />

niveles <strong>de</strong> IgE total en sangre <strong>de</strong> cordón umbilical, cualificación<br />

<strong>de</strong> IgE total y <strong>de</strong> anticuerpos específicos en suero <strong>de</strong> lactante,<br />

porcentaje <strong>de</strong> eosinófilos y proteínas catiónicas <strong>de</strong> eosinófilos,<br />

en sangre periférica <strong>de</strong> lactantes, Subpoblaciones <strong>de</strong><br />

linfocitos T inmunorreaguladores.- Th1/Th2; Receptores para<br />

IgE <strong>de</strong> baja afinidad (Fce RII) (CD23). Factor soluble <strong>de</strong><br />

receptor Fce RII; entre los no inmunológicos, los niveles <strong>de</strong><br />

fosfodiesterasa, o el número y función <strong>de</strong> las plaquetas 21-29 .<br />

70<br />

Unos y otros métodos se han revelado interesantes con<br />

vistas a estudios <strong>de</strong> investigación pero no aplicables, por su<br />

coste o baja sensibilidad en la practica clínica diaria.<br />

Inicialmente se pusieron muchas esperanzas en que la<br />

presencia <strong>de</strong> niveles elevados <strong>de</strong> IgE en sangre <strong>de</strong> cordón fuera<br />

un signo predictivo <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sarrollo posterior <strong>de</strong> enfermedad<br />

alérgica en el niño. Estudios prospectivos con seguimiento <strong>de</strong><br />

los niños a largo plazo, recientemente publicados, han cuestionado<br />

la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> este parámetro.<br />

Es evi<strong>de</strong>nte, pues, que niveles elevados <strong>de</strong> IgE en sangre<br />

<strong>de</strong> cordón presuponen una posibilidad <strong>de</strong> sensibilización<br />

más alta. No obstante la variabilidad que se observa en este<br />

tipo <strong>de</strong> estudios es muy gran<strong>de</strong> (14-74%) <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> la<br />

edad hasta la que se hace el seguimiento y <strong><strong>de</strong>l</strong> grado <strong>de</strong> atopia<br />

<strong>de</strong> la familia.<br />

Un estudio realizado en cerca <strong>de</strong> 1.700 recién nacidos<br />

seguidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el nacimiento hasta los 11 años proporciona<br />

una i<strong>de</strong>a bastante real <strong>de</strong> la relación entre los niveles <strong>de</strong> IgE en<br />

sangre <strong>de</strong> cordón umbilical, historia familiar <strong>de</strong> atopia y <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> la enfermedad alérgica por parte <strong><strong>de</strong>l</strong> niño: la posibilidad<br />

<strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer una enfermedad alérgica a los 11 años es significativamente<br />

más alto en el caso <strong>de</strong> IgE <strong>de</strong> cordón elevada<br />

que en el <strong>de</strong> historia familiar <strong>de</strong> atopia, lo que indica una<br />

mayor eficiencia <strong>de</strong> este test para el screening (P


antece<strong>de</strong>ntes familiares y <strong>de</strong> la expresión clínica e inmunológica<br />

<strong>de</strong> la sensibilidad atópica <strong>de</strong> la enfermedad.<br />

En tal sentido los Pediatras <strong>de</strong> Atención Primaria, en las<br />

revisiones periódicas <strong>de</strong> los recién nacidos y lactantes, <strong>de</strong>berían<br />

i<strong>de</strong>ntificar a los niños <strong>de</strong> alto riesgo atópico mediante: 1), Historia<br />

familiar <strong>de</strong> atopia. 2) Niveles elevados <strong>de</strong> IgE total. 3)<br />

Evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> anticuerpos IgE específicos frente alimentos y<br />

4). Valoración precoz <strong>de</strong> la expresión <strong>de</strong> la enfermedad atópica<br />

reconociendo sibilancias, infecciones recurrentes, eczema<br />

y/o alergia a alimentos y en caso <strong>de</strong> sospecha remitir el<br />

paciente al especialista para el estudio alergológico.<br />

Medidas preventivas<br />

Grule y Sanforo <strong>de</strong>mostraron hace 60 años que el eczema<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> lactante es siete veces menos frecuente en los niños alimentados<br />

con leche materna que en aquellos a los que se le<br />

administró leche <strong>de</strong> vaca diluida. Estos resultados no han sido<br />

corroborados por ninguno <strong>de</strong> los estudios realizados posteriormente.<br />

El futuro <strong>de</strong> la prevención <strong>de</strong> la alergia a alimentos,<br />

como el resto <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s atópica pasa, sin duda, por<br />

el logro <strong>de</strong> avances científicos que permitan i<strong>de</strong>ntificar las<br />

bases genéticas e inmunológicas <strong>de</strong> la atopia. Las manipulaciones<br />

genéticas e inmunológicas (inducir tolerancia para los<br />

diferentes alergenos, modular los linfocitos T y las citoquinas)<br />

en niños con alto riesgo <strong>de</strong> atopia son, en la prevención <strong>de</strong> las<br />

enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas, una aventura posible y prometedora.<br />

Ciertos factores fundamentales <strong>de</strong> riesgo <strong>de</strong> atopia como<br />

la herencia, sexo, raza no son hoy por hoy modificables.<br />

Otros, como el mes <strong>de</strong> nacimiento, estado social, resi<strong>de</strong>ncia<br />

urbana/rural son relativamente modificables. Factores <strong>de</strong> riesgo<br />

atópico que pue<strong>de</strong>n ser modificados incluyen entre otros<br />

los siguientes: 1) Alimentación <strong>de</strong> la madre y <strong><strong>de</strong>l</strong> niño; 2)<br />

reducción <strong><strong>de</strong>l</strong> tabaco, 3) Reducción <strong>de</strong> la contaminación, 4)<br />

Reducción los niveles <strong>de</strong> alergenos domésticos y 5) Control <strong>de</strong><br />

la infecciones.<br />

1) Alimentación <strong><strong>de</strong>l</strong> niño<br />

a) Exposición temprana a alergenos alimentarios. El<br />

niño pue<strong>de</strong> estar en contacto con alergenos alimentarios a través<br />

<strong>de</strong> la placenta, leche materna o por la administración <strong>de</strong><br />

fórmulas o alimentos sólidos. Estudios recientes parecen indicar<br />

que la sensibilización intrauterina a alimentos, aunque<br />

posible, ocurre raramente y que dietas instauradas en la madre<br />

durante el tercer trimestre eliminando alimentos sensibilizantes<br />

como leche, huevo, pescados o frutos secos, no afectan los<br />

niveles <strong>de</strong> IgE total o <strong>de</strong> anticuerpos IgE-específicos para proteínas<br />

<strong>de</strong> leche o huevo en el niño, ni tampoco en la aparición<br />

Mecanismos <strong>de</strong> tolerancia inmunológica. Prevención primaria <strong>de</strong> la alergia a alimentos<br />

posterior <strong>de</strong> la enfermedad y por tanto son inapropiadas 31-37 . La<br />

conclusión <strong>de</strong> estos estudios es que dietas restringidas <strong>de</strong> ciertos<br />

alimentos en la madre durante el tercer trimestre <strong>de</strong> gestación<br />

no modifica la aparición <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas en<br />

niños <strong>de</strong> alto riesgo <strong>de</strong> atopia. Es posible que la restricción <strong>de</strong><br />

ciertos alimentos, presuntamente sensibilizantes, a la madre en<br />

el tercer trimestre <strong><strong>de</strong>l</strong> embazo sea muy tardía al haberse<br />

<strong>de</strong>mostrado la capacidad temprana <strong><strong>de</strong>l</strong> feto <strong>de</strong> sensibilización<br />

intraútero, pero dietas muy restrictivas a la madre a lo largo <strong>de</strong><br />

todo el embarazo podrían resultar perjudiciales al inducir ciertas<br />

carencias nutricionales.<br />

b) Alimentación con leche materna. Múltiples estudios<br />

se han realizado comparando el efecto la alimentación materna<br />

frente a la instauración temprana <strong>de</strong> alimentación con fórmulas<br />

lácteas y su relación con la aparición <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s<br />

alérgicas. La alimentación materna potencialmente pue<strong>de</strong> disminuir<br />

la sensibilidad alérgica y reducir tanto la exposición<br />

como la absorción <strong>intestinal</strong> <strong>de</strong> alergenos alimentarios. Debe<br />

enfatizarse la importancia <strong>de</strong> promover la alimentación materna<br />

prolongada en todos los niños dado que la leche materna es<br />

la alimentación i<strong>de</strong>al para el niño en cuanto a su aspecto nutritivo,<br />

a que contiene factores inmunológicos anti-infecciosos, a<br />

que interviene en la maduración <strong>intestinal</strong> (reduciendo el tiempo<br />

y grado <strong>de</strong> la permeabilidad <strong>intestinal</strong>), y porque inhibe la<br />

absorción <strong>de</strong> alergenos.<br />

Si realmente previene la alergia a alimentos es un tema<br />

aún discutido. La mayoría <strong>de</strong> los datos publicados <strong>de</strong>stacan su<br />

efecto protector.<br />

Saarine y cols 38 estudiaron la acción profiláctica <strong>de</strong> la<br />

lactancia materna en 150 niños cuya evolución siguen hasta<br />

los 17 años. Diferencian tres grupos <strong>de</strong> niños, según el tiempo<br />

<strong>de</strong> lactancia materna: menos <strong>de</strong> un mes, <strong>de</strong> 1 a 6 meses y más<br />

<strong>de</strong> 6 meses, observando que la prevalencia <strong>de</strong> atopia fue <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

65%, 36% y 42% respectivamente. La prevalencia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rmatitis<br />

atópica fue menor al año y 3 años en el grupo que recibieron<br />

lactancia materna prolongadas (más <strong>de</strong> seis meses).<br />

Datos similares, en cuanto a la aparición <strong>de</strong> asma son aportados<br />

por Blair 39 .<br />

Un estudio realizado en recién nacidos pretérmino <strong>de</strong><br />

alto riesgo <strong>de</strong> atopia por su historia familiar a los que se alimenta<br />

aleatoriamente con formula láctea o lactancia materna<br />

observa a los 18 meses en los primeros una mayor inci<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> eczema 40 .<br />

Se han observado <strong>antígenos</strong> <strong>de</strong> leche <strong>de</strong> vaca, ovoalbúmina<br />

y gliadina en leche materna <strong>de</strong> 2 a 6 horas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

consumir la madre estos alimentos. Pequeñas cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

<strong>antígenos</strong> alimentarios pue<strong>de</strong>n pues pasar a través <strong>de</strong> la leche<br />

materna y potencialmente ser sensibilizantes. Este hecho ha<br />

71


F. Lorente, et al.<br />

llevado a realizar estudios controlados en los que un grupo <strong>de</strong><br />

niños fueron alimentados con leche <strong>de</strong> madres a las que se<br />

sometió a dieta exenta <strong>de</strong> alimentos sensibilizantes (leche,<br />

huevo y pescados); y otro con Nutramigen durante 6 meses,<br />

introduciendo leche <strong>de</strong> vaca <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los seis meses y huevo<br />

y pescado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los 9 meses. Los niños fueron seguidos<br />

hasta los 10 años observando que la inci<strong>de</strong>ncia y severidad<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>rmatitis fue menor en los primeros seis meses <strong>de</strong><br />

vida, pero no se observan diferencias a los 18 meses y 10<br />

años 40-42 . En <strong>de</strong>finitiva parece que la lactancia materna, durante<br />

la que las madres son sometidas a dieta exenta <strong>de</strong> alimentos<br />

altamente sensibilizantes (leche, huevo, pescados, frutos secos,<br />

soja), parece reducir la aparición <strong><strong>de</strong>l</strong> eczema al menos en el 1º<br />

y 2º año <strong>de</strong> vida.<br />

c) Alimentación con fórmulas especiales. Chandra<br />

<strong>de</strong>muestra en un estudio prospectivo que la alimentación con<br />

fórmulas <strong>de</strong> soja no previene la aparición <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s<br />

atópicas, por lo que no son aconsejables estas fórmulas como<br />

alimentación preventiva 43 .<br />

El uso <strong>de</strong> fórmulas <strong>de</strong> proteínas <strong>de</strong> leche altamente<br />

hidrolizadas pue<strong>de</strong>n ser beneficiosas por lo que respecta a la<br />

prevención <strong>de</strong> la alergia a alimentos. En este sentido parecen<br />

idóneas las fórmulas a base <strong>de</strong> caseína altamente hidrolizada;<br />

si bien en niños con elevada sensibilización a caseína han sido<br />

publicados reacciones adversas 44 . En esta Reunión será presentada<br />

un caso <strong>de</strong> reacción anafiláctica en un niño, con elevada<br />

sensibilización a caseína, al serle administrada una fórmula<br />

<strong>de</strong> caseína altamente hidrolizada.<br />

Con mayor frecuencia se observan reacciones adversas<br />

al utilizar, fórmulas parcialmente hidrolizadas, bien <strong>de</strong> proteínas<br />

<strong>de</strong> suero o <strong>de</strong> caseína 45 , por lo que en principio su utilización<br />

como medida <strong>de</strong> prevención en niños con alto riesgo <strong>de</strong><br />

atopia está <strong>de</strong>saconsejada.<br />

En cualquier caso antes <strong>de</strong> administrar unas u otras fórmulas<br />

parece necesario el estudio previo <strong>de</strong> la situación <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

niño evitando una fórmula láctea a la que pudiera estar sensibilizado.<br />

d) Alimentación complementaria. La introducción temprana<br />

<strong>de</strong> alimentos sólidos en la alimentación <strong><strong>de</strong>l</strong> niño, parece<br />

condicionar la aparición <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s atópicas por lo que<br />

habitualmente se tien<strong>de</strong> a retrasar la introducción <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados<br />

alimentos.<br />

En un estudio publicado por Fergusson en 1990,<br />

siguiendo <strong>de</strong> manera no controlada a 1.200 niños hasta los 10<br />

años <strong>de</strong> vida, observa que aquellos que tomaron alimentos<br />

sólidos antes <strong>de</strong> los 4 meses presentaron tres veces más eczema<br />

que aquellos cuya alimentación complementaria se realizó<br />

más tar<strong>de</strong> 46 .<br />

72<br />

Un estudio combinado con dos grupos <strong>de</strong> niños: unos<br />

que son alimentados con lactancia materna hasta los seis<br />

meses y hasta el año con un hidrolizado <strong>de</strong> caseína, con introducción<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> huevo <strong>de</strong>spués <strong><strong>de</strong>l</strong> segundo año y en los que las<br />

madres hicieron dieta exenta <strong>de</strong> leche, huevo, pescados y frutos<br />

secos durante el tercer trimestre <strong><strong>de</strong>l</strong> embarazo y lactancia.<br />

En el grupo control los niños no tuvieron restricción alguna. El<br />

estudio comparativo evi<strong>de</strong>ncia una reducción en alergia alimentaria<br />

en los primeros niños, hasta los dos años <strong>de</strong> vida. La<br />

diferencia se pier<strong>de</strong> progresivamente, no existiendo diferencia<br />

alguna a los 7 años 47 .<br />

2. Exposición ambiental<br />

Las medidas <strong>de</strong> prevención basadas exclusivamente en<br />

la alimentación parece que consiguen solamente cierto retraso<br />

en la aparición <strong>de</strong> la sintomatología alérgica, con una disminución<br />

<strong>de</strong> los síntomas tan sólo en los primeros años <strong>de</strong> vida,<br />

no observándose diferencias significativas a partir <strong>de</strong> cierta<br />

edad.<br />

La exposición al tabaco y a alergenos ambientales, se ha<br />

comprobado que juega un papel en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s<br />

alérgicas, por lo que las estrategias <strong>de</strong> prevención <strong>de</strong><br />

alergia en general y también <strong>de</strong> la alergia a alimentos, <strong>de</strong>ban<br />

ir encaminadas a realizar estrategias conjuntas que incidan<br />

sobre la alimentación y sobre los factores ambientales.<br />

Con frecuencia se ha llamado la atención sobre la<br />

influencia <strong>de</strong> la “contaminación urbana” en la mayor inci<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> asma y enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas por inhalantes. Concretamente<br />

se ha <strong>de</strong>mostrado que la inhalación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rivados <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

fuel-oil favorece la sensibilización a inhalantes. Yoshino y<br />

Sagay han <strong>de</strong>mostrado que la administración oral <strong>de</strong> partículas<br />

diesel producen modificaciones en las los linfocitos Th1 y<br />

Th2 y podrían intervenir en la alergia a alimentos 48 .<br />

Marini y colaboradores publicaron en 1995 el seguimiento<br />

<strong>de</strong> 279 niños a los que someten a medidas <strong>de</strong> prevención<br />

tanto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista dietético, como <strong>de</strong> eliminación<br />

<strong>de</strong> ambiente <strong>de</strong> tabaco, y alergenos ambientales, frente a<br />

un grupo <strong>de</strong> niños a los que no realizan intervención alguna 49 .<br />

La inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> manifestaciones alérgicas es mucho menor<br />

en el grupo “tratado” que en el control al año <strong>de</strong> vida (11,5%<br />

frente a 54,4%), a lo dos años (14,9%, versus 65,5%) e incluso<br />

a los 3 años (20,6% frente a 74,1%). La sintomatología más<br />

frecuente en ambos grupos en el primer año <strong>de</strong> vida fue la <strong>de</strong>rmatitis<br />

atópica, observando que urticaria y síntomas gastro<strong>intestinal</strong>es<br />

solamente aparecieron en el grupo control. La exposición<br />

al tabaco y alergenos ambientales facilitó la aparición<br />

<strong>de</strong> alergia en el grupo control. Los autores concluyen que las<br />

medidas <strong>de</strong> prevención, tanto alimentarias como ambientales


son efectivas al menos hasta el tercer año <strong>de</strong> vida, reduciendo<br />

las manifestaciones <strong>de</strong> alergia en los recién nacidos <strong>de</strong> alto<br />

riesgo. También apuntan sobre las dificulta<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> programa<br />

<strong>de</strong> prevención tanto para los familiares como para la sociedad<br />

por lo que según ellos <strong>de</strong>bería solamente aplicarse a niños con<br />

alto riesgo <strong>de</strong> atopia.<br />

En el mismo sentido se <strong>de</strong>fine Kjellman 26 para quien,<br />

a sabiendas <strong>de</strong> la complejidad <strong>de</strong> las medidas <strong>de</strong> prevención<br />

en su totalidad, cree que la prevención <strong>de</strong>be aplicarse<br />

a los niños <strong>de</strong> alto riesgo y a población en general y no<br />

<strong>de</strong>ben limitarse a medidas sobre la alimentación. A esta<br />

conclusión llega al observar que las enfermeda<strong>de</strong>s alérgicas<br />

prácticamente se han duplicado en su entorno en los últimos<br />

años, a pesar <strong>de</strong> las medidas <strong>de</strong> prevención realizadas.<br />

En principio cree que la causa viene <strong>de</strong>terminada porque<br />

solamente se han aplicado las medidas a aquellos niños con<br />

alto riesgo <strong>de</strong> atopia; en segundo lugar a que fundamentalmente<br />

se ha incidido en aspectos <strong>de</strong> alimentación, y<br />

menos en factores ambientales sin olvidar que puedan existir<br />

otros factores no bien conocidos. Recomienda la alimentación<br />

materna o con fórmulas <strong>de</strong> proteínas altamente<br />

hidrolizadas como alimentación alternativa, la no introducción<br />

<strong>de</strong> huevo, antes <strong><strong>de</strong>l</strong> año <strong>de</strong> vida, no fumar en el domicilio,<br />

así como no tener animales, y reducir el acúmulo <strong>de</strong><br />

alergenos domésticos evitando la humedad. Para él no cabe<br />

duda <strong>de</strong> que <strong>de</strong>ben continuarse con las medidas <strong>de</strong> prevención<br />

y tratar <strong>de</strong> investigar vías que conduzcan a invertir la<br />

ten<strong>de</strong>ncia ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>nomina “epi<strong>de</strong>mia <strong>de</strong><br />

alergia”.<br />

Medidas adicionales en la prevención <strong>de</strong> la alergia<br />

a alimentos<br />

Utilización <strong>de</strong> probióticos<br />

La microflora gastro<strong>intestinal</strong> es un constituyente importante<br />

como barrera <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa en la mucosa gastro<strong>intestinal</strong>.<br />

Procesos inflamatorios pue<strong>de</strong>n alterar la integridad <strong>de</strong> la barrera<br />

gástrica, aumentar la permeabilidad <strong>intestinal</strong> y favorecer el<br />

paso <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong> alimentarios 49-51 . Los probióticos representan<br />

un suplemento nutricional que incrementa positivamente el<br />

balance <strong>de</strong> la flora bacteriana e intervienen modulando la respuesta<br />

inmunológica a nivel <strong>intestinal</strong>, interviniendo favorablemente<br />

en la adquisición <strong>de</strong> la tolerancia 52,53 . Aunque la<br />

acción <strong>de</strong> los probióticos no se conoce con exactitud, Dángelo<br />

y Cols 54 y Majamaa e Isolauri 55 , observan que los probióticos<br />

pue<strong>de</strong>n disminuir la inflamación <strong>intestinal</strong>, favorecer los<br />

mecanismos <strong>de</strong> la barrera mucosa <strong>intestinal</strong> y actuar favorablemente<br />

en la prevención y tratamiento <strong>de</strong> la alergia alimen-<br />

Mecanismos <strong>de</strong> tolerancia inmunológica. Prevención primaria <strong>de</strong> la alergia a alimentos<br />

taria. Kalliomaki y colaboradores refieren en un trabajo<br />

recientemente publicado en Lancet el efecto preventivo <strong>de</strong> los<br />

probióticos en niños con alto riesgo alérgico, sobre todo por lo<br />

que respecta a la prevención <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rmatitis atópica 56 .<br />

Conocimiento <strong>de</strong> <strong>antígenos</strong> alimentarios enmascarados<br />

En la actualidad parece imprescindible para el mantenimiento<br />

<strong>de</strong> la industria alimentaria la necesidad <strong>de</strong> añadir a los<br />

alimentos <strong>de</strong>terminados aditivos, conservantes o con funciones<br />

estabilizadoras o <strong>de</strong> enriquecimiento. Entre ellos se<br />

encuentran a veces alimentos a los que el niño pue<strong>de</strong> ser altamente<br />

sensible y por tanto correr el riesgo <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer un cuadro<br />

anafiláctico tras la ingestión, por <strong>de</strong>sconocimiento, <strong>de</strong> un<br />

alimento que pueda contener el alergeno al que es sensible. Tal<br />

es el caso <strong>de</strong> la utilización <strong>de</strong> harinas <strong>de</strong> pescados, caseína,<br />

pasta <strong>de</strong> cacahuete, etc, presentes en dulces, pasteles, caramelos,<br />

embutidos, etc. Un estudio realizado por Ger y cols en<br />

1991 encontró gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> proteínas <strong>de</strong> leche en<br />

productos “no lácteos” incluyendo atún enlatado que llevaba<br />

una etiqueta en que se enumeraba solamente atún, agua y sal<br />

como ingredientes 57 .<br />

La mayoría <strong>de</strong> las veces se trata <strong>de</strong> aditivos permitidos<br />

en <strong>de</strong>terminadas concentraciones y con no poca frecuencia no<br />

recogidos en la etiqueta <strong>de</strong> los productos envasados.<br />

Es importante pues que el alérgico a alimentos haga una<br />

lectura cuidadosa y repetida <strong>de</strong> las etiquetas <strong><strong>de</strong>l</strong> alimento. Los<br />

alérgicos a alimentos <strong>de</strong>ben apren<strong>de</strong>r a reconocer los distintos<br />

nombres que indican la presencia <strong>de</strong> un alimento ante el cual<br />

son sensibles, por ejemplo los productos pue<strong>de</strong>n enumerar<br />

caserna, caseinato o cuajo más que leche como ingrediente. El<br />

etiquetado impreciso tal como “saborizantes naturales” o<br />

“hidrolizado <strong>de</strong> proteínas” <strong>de</strong>be interpretarse cuidadosamente.<br />

Como los ingredientes en un <strong>de</strong>terminado producto pue<strong>de</strong>n<br />

cambiar en cualquier momento, las etiquetas <strong>de</strong>ben leerse cada<br />

vez que el producto se compra.<br />

En este sentido parece importante que aquellos pacientes<br />

alérgicos a alimentos que lo <strong>de</strong>seen se pongan en contacto<br />

con la Asociación española <strong>de</strong> pacientes y familiares <strong>de</strong> niños<br />

alérgicos a alimentos con se<strong>de</strong> en Madrid y con la Food<br />

Allergy Network ( www.foodallergy.org) quienes pue<strong>de</strong>n facilitar<br />

a los pacientes una información muy valiosa al respecto.<br />

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