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RECTORADO<br />
Monseñor Cas<strong>ar</strong>etto presidió<br />
la misa de inicio de clases<br />
El Obispo Emérito de San Isidro invitó a ser fecundos, en lug<strong>ar</strong><br />
de exitosos, y a plante<strong>ar</strong>se la profesión con una vocación de<br />
servicio a los demás.<br />
Mons. Jorge Cas<strong>ar</strong>etto, Obispo Emérito<br />
de San Isidro, presidió el 21 de m<strong>ar</strong>zo<br />
en el Auditorio San Agustín la misa<br />
de inicio de clases de nuestra Universidad.<br />
La ceremonia fue concelebrada<br />
por el Rector, Pbro. Dr. Víctor Manuel<br />
Fernández, y los sacerdotes presentes,<br />
con la asistencia de los Vicerrectores<br />
de Investigación, Dra. Beatriz Balian, de<br />
Asuntos Académicos e Institucionales,<br />
Dr. Gabriel Limodio, y de Asuntos Económicos,<br />
Dr. Horacio Rodríguez Penelas,<br />
así como de Decanos, Directores,<br />
profesores, alumnos y empleados administrativos.<br />
Mons. Cas<strong>ar</strong>etto comenzó<br />
su homilía agradeciendo al Rector<br />
la invitación p<strong>ar</strong>a presidir la E<strong>uca</strong>ristía,<br />
recordando que quien hubiese debido<br />
est<strong>ar</strong> en su lug<strong>ar</strong> era el Papa Francisco,<br />
que hasta su nombramiento era Gran<br />
Canciller de la UCA. “Todos estamos<br />
viviendo en este espíritu de alegría, de<br />
gratitud al Señor por lo que ha significado<br />
su elección como Papa”, dijo.<br />
Instó a los estudiantes a que agradezcan<br />
a Dios la formación que estaban<br />
recibiendo, así como todas las mediaciones<br />
que intervenían p<strong>ar</strong>a que ello<br />
fuese posible, como la de sus padres,<br />
los profesores y los sacerdotes. “Fíjense<br />
el despliegue que hace la Iglesia<br />
p<strong>ar</strong>a que ustedes puedan tener una<br />
buena formación profesional, orientados<br />
desde el Evangelio”, señaló. “Una<br />
gracia que genera la obligación de ser<br />
custodios de ese don, de ser custodios<br />
los unos de los otros y de la sociedad.<br />
Una sociedad donde sólo un tercio de<br />
la población tiene acceso a una buena<br />
ed<strong>uca</strong>ción y muchas veces esta p<strong>ar</strong>te<br />
se olvida de los otros dos tercios, que<br />
también tienen derecho a tener una<br />
ed<strong>uca</strong>ción digna de los hijos de Dios.”<br />
“Ustedes y yo formamos p<strong>ar</strong>te de esa<br />
privilegiada porción de <strong>ar</strong>gentinos<br />
bien formados, lo que genera gratitud<br />
pero también un sentido de responsabilidad<br />
frente al panorama de esos dos<br />
tercios que no reciben la ed<strong>uca</strong>ción<br />
que necesitan.”<br />
“Hoy está de moda habl<strong>ar</strong> de una ed<strong>uca</strong>ción<br />
de excelencia”, reflexionó Mons.<br />
Cas<strong>ar</strong>etto. Y se preguntó en qué consistía<br />
esa ed<strong>uca</strong>ción de excelencia. Si uno<br />
le pregunt<strong>ar</strong>a al capitalismo liberal extremo,<br />
va a responder que es el éxito,<br />
dijo. “Pero la Iglesia no ed<strong>uca</strong> p<strong>ar</strong>a eso.<br />
No está en la raíz del Evangelio ser exitoso<br />
-rem<strong>ar</strong>có-. En la raíz del Evangelio<br />
está ser fecundo. Es la gran diferencia<br />
entre la fecundidad y el éxito.” Ante lo<br />
cual invitó a observ<strong>ar</strong> al Papa Francisco,<br />
quien trabaja en su corazón una dimensión<br />
de humildad p<strong>ar</strong>a no creerse<br />
exitoso. “Y aunque el Santo Padre está<br />
llamado a cumplir una misión fundamental<br />
en la vida de la Iglesia, lo que<br />
ha querido el Espíritu Santo es que su<br />
Papado sea de fecundidad. Y la fecundidad<br />
significa que la vida es una siembra<br />
-aseguró-. Y esa siembra la hacemos<br />
con todo el despliegue de nuestra<br />
humanidad. Pero el que permite que<br />
esa siembra sea una buena cosecha y<br />
dé buenos frutos, es el Espíritu de Dios,<br />
que trabaja en nuestro corazón”.<br />
Por supuesto que quienes estudian<br />
deben aspir<strong>ar</strong> a ser buenos profesionales,<br />
acl<strong>ar</strong>ó. “Pero eso que puede lleg<strong>ar</strong><br />
a constituir el éxito no será fecundo si<br />
no está acompañado por las virtudes<br />
de la humildad y la c<strong>ar</strong>idad -manifestó-.<br />
Si no se privilegia el custodi<strong>ar</strong> al<br />
otro, mucho más allá de uno mismo,<br />
de los propios intereses. Es preciso ver<br />
el bien común por sobre el bien p<strong>ar</strong>ticul<strong>ar</strong>.<br />
Ser fecundos en Argentina, entonces,<br />
significa p<strong>ar</strong>a esa tercera p<strong>ar</strong>te<br />
ed<strong>uca</strong>da de la población plante<strong>ar</strong> su<br />
vida en una disposición de servicio.”<br />
“Todo poder, nos recordó Francisco el<br />
otro día, es p<strong>ar</strong>a servir -puntualizó-. Y<br />
Jesús, por supuesto, lo ha planteado<br />
cl<strong>ar</strong>amente: no vino a ser servido, sino<br />
a servir. (…) Sé que la Universidad está<br />
planteando mucho el tema social. La<br />
Universidad está planteándolo queriendo<br />
asumir, sobre la misma responsabilidad<br />
de la que hablábamos, que<br />
los pobres son la principal hipoteca<br />
social de la Argentina.”<br />
Al concluir Mons. Cas<strong>ar</strong>etto su homilía,<br />
el Rector invitó a los alumnos y a los<br />
presentes a poner el porvenir de cada<br />
uno en manos de Jesús, “pidiéndole<br />
que puedan hacer un camino de búsqueda<br />
de la verdad, de conocimiento y<br />
de crecimiento personal”.<br />
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