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INTRODUCCIO N<br />

«En cuanto al significado político de la revolución<br />

comu nera, la historiografía más reci<strong>en</strong>te ve<br />

<strong>en</strong> ella una t<strong>en</strong> tativa para limitar los poderes de<br />

la realeza y la aristocracia <strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficio de las<br />

Cort es, repres<strong>en</strong>tante s de la nación fr<strong>en</strong>te al Rey.<br />

Se tra ta pues de una revolución moderna, pero<br />

de una revolución prematura. )'3 que int<strong>en</strong>ta<br />

as<strong>en</strong>ta r la influ<strong>en</strong>cia política de una clase, la burguesia<br />

que, o no es lo sufici<strong>en</strong>teme nte fuerte para<br />

imponerse -caso g<strong>en</strong>eral- o, cuando lo es -casc<br />

de Burgos-, prefiere la alianza con la aristocracia<br />

y el poder real.»<br />

Tu ñón de Lara<br />

Historia de España<br />

La guerra de las Comunidades es un episodio<br />

muy mal conocido de la historia de España. Y sin<br />

embargo tuvo una importancia <strong>en</strong>orme.<br />

En prim er lugar por su ext<strong>en</strong>sión. Prácticam<strong>en</strong>te<br />

hubo comuneros <strong>en</strong> todo el <strong>en</strong>tonces reino de Castilla,<br />

que abarcaba Galicia, León, Asturias, Castilla la<br />

Vieja y la Nueva, Navarra, Extremadura, Murcia, y<br />

Andalucía, es decir. la mayor parte de la recién formada<br />

España. Incluso <strong>en</strong> el reino de Aragón hubo<br />

-v -


comuneros y contactos con su Junta, particularm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> Val<strong>en</strong>cia, aunque <strong>en</strong> este reino el movimi<strong>en</strong>to<br />

predomi nante, con causas distintas y caracteres específicos<br />

<strong>en</strong> su desarrollo como se sabe, fueron las<br />

Germanías. Hecho sintomático de la ext<strong>en</strong>sión de<br />

las Comunidades por todas partes es el que hasta <strong>en</strong><br />

ciudades «fieles» como Sevilla o Granada hubo int<strong>en</strong>tos<br />

de erigirse <strong>en</strong> Comunidad. Aunque fueron reprimidos,<br />

ello muestra la amplitud del movimi<strong>en</strong>to.<br />

Los nobles terrat<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes andaluces no las t<strong>en</strong>ían todas<br />

consigo y se unieron <strong>en</strong> otra «Santa Jun ta», réplica<br />

de la comunera, para evitar la ext<strong>en</strong>sión del<br />

mismo <strong>en</strong> la lona, pese a lo cual éste pr<strong>en</strong>dió <strong>en</strong><br />

diversos lugares como puede leerse <strong>en</strong> la pres<strong>en</strong>te<br />

relación. Los mismos int<strong>en</strong>tos de erigirse <strong>en</strong> Comunidad,<br />

reprimidos por la nobleza, se dieron <strong>en</strong> Navarra,<br />

Alava, Vizcaya, etc., donde, pese a ello, hubo<br />

acciones de guerra comuneras de la población local<br />

contra convoyes militares de apoyo logístico <strong>en</strong> la<br />

zona Valladolid-Toledo-Burgos. Así pues la revolución<br />

comunera tuvo carácter g<strong>en</strong>eral.<br />

Decimos revolución comunera porque efectivam<strong>en</strong>te<br />

la guerra de las Comunidades de Castilla contra<br />

el poder imperial fue el primer esbozo, fallido,<br />

de lo que luego se conoceria <strong>en</strong> Europa con el nombre<br />

de revoluciones burguesas. La Jun ta de Tordesillas,<br />

que reunió a casi todos los repres<strong>en</strong>tantes de las<br />

Comunidades, aprobó un programa <strong>en</strong> forma de carta<br />

al Rey, donde se recog<strong>en</strong> algunas de sus principales<br />

reivindicaciones:<br />

«Primeram<strong>en</strong>te pedían -dice nuestro cronistaque<br />

los gobernadores que <strong>en</strong> Castilla t<strong>en</strong>ían y los<br />

que pusiesefue s<strong>en</strong> naturales, elegidos a cont<strong>en</strong>lO del<br />

reino, y que desto se hiciese ley para sus sucesores».<br />

- VI -


¡(Que el gobernador que asi fu ese puesto, pudiese<br />

proveer y dar todo lo que la persona real puede, de<br />

<strong>en</strong>comi<strong>en</strong>da, t<strong>en</strong><strong>en</strong>cias. justicia y gobernación y<br />

todo lo demás».<br />

«Querían as ímesmo que los procuradores de las<br />

ciudades que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> voto <strong>en</strong> las corres se pudies<strong>en</strong><br />

juntar de tres <strong>en</strong> tres años perpetuam<strong>en</strong>te donde<br />

quisies<strong>en</strong>. <strong>en</strong> aus<strong>en</strong>cia de los reyes, para que allí<br />

juntos proveyes<strong>en</strong> y tratas<strong>en</strong> lo que tocaba al servicio<br />

del Rey y al bi<strong>en</strong> público».<br />

Con razón decía nuestro cronista que «ansi pedian<br />

otras cosas que eran poco m<strong>en</strong> os que hacerlo<br />

rej'». Efectivam<strong>en</strong>te. Dicho <strong>en</strong> t érminos modernos,<br />

lo que la Junta de To rdesillas exigía <strong>en</strong> estos pu ntos<br />

era la soberanía popu lar para el legislativo, ejecut ivo<br />

y judicial: una especie de república coro nada por<br />

el Emperador. Respecto al último de los pun tos citados<br />

señalaba Pero Mejía: «to cual claram<strong>en</strong>te era<br />

lI1la perpetua comunidad J' deshacer el poder real».<br />

¡y tan clara m<strong>en</strong>te! Era la exig<strong>en</strong>cia de unas Cortes<br />

soberanas y democ ráticas. No por azar los revolucionarios<br />

liberales del siglo pasado grabaron los<br />

nombres de Padi lla, Bravo y Mald onado <strong>en</strong> el edificio<br />

de las Co rtes españolas de la madri leña Carrera<br />

de San Jerónimo.<br />

El aparato estatal <strong>en</strong>tonces exist<strong>en</strong>te, del cual el<br />

Emperador era la expres ión máxima, repres<strong>en</strong>taba<br />

los intereses de la nobleza terrat<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te y de una<br />

gran burguesía ligada al negocio internacional (de<br />

casta le vi<strong>en</strong>e al galgo el ser co rredor. recuerde el<br />

lector el pape l del cap italismo extranjero y sus repres<strong>en</strong>tantes<br />

«nacionales» <strong>en</strong> el fracaso o prusianización<br />

de la revolución bu rguesa españo la). Caso de<br />

haber triunfado los comuneros. estos dos secto res<br />

- VII -


hubieran perdido el poder político que hubiera ido a<br />

parar a la bu rguesía urbana.<br />

El exam<strong>en</strong> de otros pu ntos del programa de la<br />

Junta de Tordesillas - por ejemplo postulaban una<br />

separación de la iglesia y el estado acorde con los<br />

tiempos- así como sus métodos de actuación<br />

-movilizaci ón popul ar. propaganda política de masas-<br />

muestra también el conte nido bu rgués del movimi<strong>en</strong>to<br />

de las Comunidades.<br />

Pero la composición social de las Comunidades<br />

no era homogénea como no lo era. ni mucho m<strong>en</strong>os.<br />

la sociedad de la época . Las Com unidades fueron<br />

una especie de «fr<strong>en</strong>te popular» <strong>en</strong> el qu e se integraron<br />

todos los lesionados por el poder imperial. repres<strong>en</strong>tante<br />

como deci mos de la nobleza terra t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te<br />

y la gran burguesía ligada al negocio interna.<br />

cional, contra la que tambié n clamaba la Junta de<br />

Tordesillas.<br />

Esta heterog<strong>en</strong>eidad permite explicar algunos<br />

puntos aun hoy insufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te dilucidados.<br />

En prim er lugar que el movimi<strong>en</strong>to fuera un movimi<strong>en</strong>to<br />

g<strong>en</strong>eral y no un asunto exclu sivo de castellanos<br />

como se cree habitualm <strong>en</strong>te. Había <strong>en</strong> él<br />

como ya hemos dicho antes andaluces. extre meños.<br />

murcianos, navarros. leoneses. gallegos. asturianos...<br />

Cierto es que los castellanos desempeñaron el papel<br />

principal )' dirigieron el movimi<strong>en</strong>to. El sector más<br />

lesionado <strong>en</strong> su desarrollo por el poder imperial fue<br />

el grueso de la burguesía naci<strong>en</strong>te, fundame ntal.<br />

m<strong>en</strong>te urbana. Por razones especi ficas del desarrollo<br />

histórico sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te conocidas. esta burguesía<br />

urbana era más fuerte <strong>en</strong> las ciudades castellanas (<strong>en</strong><br />

Galicia predomi naban las merindades: Andalucía<br />

era prácticam<strong>en</strong>te «tierra de moros» tcdavia, que<br />

- VIII -


por cierto también se sublevaron poco después - la<br />

rebelión de los moriscos de Gran ada- quedando sus<br />

reivindicaciones burguesas detrás de las puram<strong>en</strong>te<br />

nacionales). El «castellanizar» el movimi<strong>en</strong>to sirvió<br />

a sus <strong>en</strong>emigos para disminuir tanto su ext<strong>en</strong>sión<br />

como. sobre todo. para minimizar el alcance politico<br />

del mismo: no fué una revuelta de castellanos<br />

contra extranjeros Que ocupaban cargos públicos.<br />

Fue una lucha contra el sistema imperial <strong>en</strong> su conjunto.<br />

una revolución burguesa. Bu<strong>en</strong>a prueba de<br />

ello es que fr<strong>en</strong>te a la figura del Emperador que coronaba<br />

el edificio. los comuneros levantaron la de<br />

la reina Jua na la loca a la que hicieron bandera de<br />

sus reivindicaciones.<br />

También la heterog<strong>en</strong>eidad social de las Comunidades<br />

explica su derrota. En ciertas ciudades las<br />

aspiraciones populares fueron cont<strong>en</strong>idas o debilitadas<br />

porque la dirección del movimi<strong>en</strong>to estuvo <strong>en</strong><br />

manos de grandes burgueses vacilantes y proclives<br />

a las compon<strong>en</strong>das. Mérito histórico de los dirig<strong>en</strong>tes<br />

comuneros castellanos fue el lograr aunar intereses<br />

tan disparejos: «y la ambició" de los que <strong>en</strong> esta<br />

J unta de Tordesillas estaba" era larlta. que a algu­<br />

1105 de las ciudades que los hab ían <strong>en</strong>viado les parecía<br />

mallo que hacian.: pero yo "ea que la mayor<br />

parle consinti ó. .1' los otros pasaron por ello si" los<br />

dejar. ni apartarse de 511 liga y compañia». Pese a<br />

lograr cohesionar el fr<strong>en</strong>te y ponerlo <strong>en</strong> marcha. no<br />

pudieron impedir que las vacilaciones lo debilitaran.<br />

Incluso ocuparon puestos impo rtantísimos <strong>en</strong><br />

la dirección política y militar de las Comunidades<br />

algunos nobles -el conde de Salvatierra- o grandes<br />

burgueses - Don Pedro Giran- por motivaciones<br />

«nacionalistas», es decir. lesionados por uno de los<br />

- IX-


dos pilares del poder imperial antes m<strong>en</strong>cionado: la<br />

gran burguesía ligada al negocio internacional. Algunos<br />

de ellos fueron ya tildados <strong>en</strong> su época de traidores<br />

y artífices de la derrota militar de la Junta.<br />

Éste fue el caso de Pedro Girón.<br />

Tambi én la heterog<strong>en</strong>eidad de la Junta explica<br />

la intelig<strong>en</strong>te política con la Quecomba tió Carlos I y<br />

su gobierno. Por un lado. agudizar las contradicciones<br />

internas de los comuneros y esperar. Por otro.<br />

actuar con ferocidad contra sus elem<strong>en</strong>tos motores<br />

- Padilla y Bravo fueron degollados inmediatam<strong>en</strong>te<br />

a la batalla de Yillalar- y perdonar y asimilar a los<br />

elem<strong>en</strong>tos vacilantes. incluido el propio Gir ón que<br />

había sido nada más y nada m<strong>en</strong>os que el g<strong>en</strong>eral<br />

<strong>en</strong> jefe de las tropas comu neras durante los primeros<br />

tiempos. Como el poder imperial conocía perfectam<strong>en</strong>te<br />

la naturaleza revoluciona ria del movimi<strong>en</strong>to.<br />

una vez liquidado organizativam<strong>en</strong>te. fue progresivam<strong>en</strong>te<br />

falseando la historia para que no quedara<br />

rastro de tal carácter. A ello se debe que todavía hoy<br />

las Comunidades sean mal conocidas.<br />

Con la liquidación del movimi<strong>en</strong>to de las Comunidades.<br />

<strong>en</strong> España se cerró el camino Que después<br />

seguiría la Holanda de los Oran ge. la Inglaterra de<br />

Cronwell. que llevarla a la revolución francesa. y<br />

que echaría los cimie ntos de la Europa moderna . Se<br />

retrasó <strong>en</strong> varios siglos la constitución de una burguesía<br />

industrial <strong>en</strong> nuestro país. España seguiría un<br />

modelo de desarrollo difer<strong>en</strong>te al europeo. lo que<br />

hizo su grandeza y su miseria.<br />

Unas palabras sobre el autor de esta crónica<br />

Pero Mejia nació a principios del 1500 <strong>en</strong> Sevi-<br />

-x-


Ila. Fue un hombre de letras muy conocido <strong>en</strong> la<br />

época. Aparte de sus cual idades literarias que no hac<strong>en</strong><br />

aquí al caso. nos interesa señalar su estrecha relación<br />

y conocimi<strong>en</strong>to con los más avanzados de la<br />

intelectualidad de la época. Estudió <strong>en</strong> la efervesc<strong>en</strong>te<br />

universidad de Salamanca y se carteaba y tuvo<br />

tratos con Luis Vives. con Erasmo de Roterdam, con<br />

Arias Monta no, etc. Así pués debió conocer los cand<strong>en</strong>tes<br />

debates intelectuales del tiempo que no eran<br />

sino los puntos de vista de las distintas fuerzas sociales<br />

exist<strong>en</strong>tes. Estas fuerzas. no mucho después. se<br />

<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>taría n <strong>en</strong> las guerras «de religión» que asolaron<br />

el Imperio, destruy<strong>en</strong>do el antiguo ord<strong>en</strong> de cosas<br />

y cim<strong>en</strong>tando la Europa moderna. Por ello pudo<br />

colocar su relato de la Guerra de las Comunidades<br />

<strong>en</strong> la óptica precisa y tocar los temas principales, el<br />

meollo de lo que <strong>en</strong> ella se debatía.<br />

La relación m<strong>en</strong>cionada no quiere decir seguimi<strong>en</strong>to.<br />

Nuestro cronista tuvo un activo papel <strong>en</strong> la<br />

lucha teórica contra los protestantes de Sevilla. No<br />

optó por la Europa naci<strong>en</strong>te sino por la idea imperial<br />

y la colonización americana (también <strong>en</strong> Sevilla<br />

tuvo trato familiar con Fernando Colón, hijo de<br />

Cristóbal Colón).<br />

Pero Mejía escribió la pres<strong>en</strong>te relación <strong>en</strong> tanto<br />

que cronista oficial de Carlos 1. No era pues partidario<br />

de los comuneros. Pese a ello, y quizás por su<br />

conocimi<strong>en</strong>to de lo que se debatía, trató los hechos<br />

con mucha mayor objetividad que historiadores<br />

muy posteriores, por ejemplo el Padre Mariana que<br />

<strong>en</strong> no pocas ocasiones falta aquí a la verdad histórica.<br />

Pese al bando al que pert<strong>en</strong>ecía y pese a estar <strong>en</strong><br />

desacuerdo con los comuneros, quiso y supo dejar<br />

constancia de los hechos fundam<strong>en</strong>tales, de sus im-<br />

- XI-


plicaciones, y de lo que significaban, como podrá<br />

comprobar el lector por si mismo.<br />

La pres<strong>en</strong>te edición<br />

La pres<strong>en</strong>te relación permaneció inédita hasta<br />

1924, fecha <strong>en</strong> que fue editada <strong>en</strong> la <strong>Biblioteca</strong> de<br />

Autores Españoles. Reprod ucimos a continuación<br />

la nota refer<strong>en</strong>te a la misma que publicó el director<br />

de la edición. O. Cayetano Rosell. cu yo texto hemos<br />

seguido.<br />

«De esta obra. inédita hasta hoy, como dejamos<br />

dicho. exist<strong>en</strong> varios ejemplares <strong>en</strong>tre los manuscritos<br />

de la <strong>Biblioteca</strong> Nacional (estante G. números<br />

57. 64. 66 y 70. Yestante Aa, número 45). El códice<br />

G.64, compr<strong>en</strong>de sólo la Relación de las camun ídades,<br />

pues todos los demás son copias de la vida e<br />

historia del emperado r Carlos V. que escribió y dejó<br />

incompleta al principiar el <strong>libro</strong> V el cronista Pero<br />

Mejía. El <strong>libro</strong> 11, que es el que aquí trasladamos.<br />

se refiere únicam<strong>en</strong>te a lo ocurrido durante la guerra<br />

de las comunidades. y por lo mismo se puede considerar<br />

como obra íntegra y separada de la principal.<br />

Para la impresión hemos t<strong>en</strong>ido pres<strong>en</strong>te y confrontado<br />

<strong>en</strong>tre sí, además de los citados manuscritos, que<br />

algunos son del siglo XVI y los más del XVII. otro<br />

que hemos debido a la b<strong>en</strong>évola amistad del señor<br />

O. Aureliano Femández Guerra y Orbe, pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>te<br />

a su escogida librería. y no el peor de todos<br />

seguram<strong>en</strong>te. El cotejo de las referidas copias (tarea<br />

prolija y p<strong>en</strong>osa como la que más) nos ha dado el<br />

pres<strong>en</strong>te texto, que si no está literalm<strong>en</strong>te conforme<br />

con ninguna de aquellas <strong>en</strong> su conjunto, convi<strong>en</strong>e<br />

con todas <strong>en</strong> la es<strong>en</strong>cia. y siempre con alguna <strong>en</strong><br />

- XII -


particular, pues cuando <strong>en</strong> una hemos tropezado<br />

con erratas o frases desaliñadas, que las ti<strong>en</strong><strong>en</strong> a cada<br />

paso. hemos hallado <strong>en</strong> otra la corrección que necesitábamos.<br />

y co mo el m<strong>en</strong>cionado <strong>libro</strong> 11 de la<br />

obra g<strong>en</strong>eral de Mejía no lleva título especial, hemos<br />

puesto aquí el que nos ha parecido más adecuado a<br />

la índole del escrito.»<br />

Miguel Angel Muñoz Moya.<br />

Cerdanyola, man o 1985<br />

- XIII -


RElAClO\<br />

DE I.AS<br />

COMUNIDADESDE CASTILLA<br />

ESCRIT.; POR EL xr uv ILL'STREC\BALLERO<br />

PERO MEJIA<br />

Cronista dd invicusimo emperado r don Carlos v


PROEMIO<br />

Dos años y medio había, y aun no cabales. Que<br />

el Emperador habia v<strong>en</strong>ido á estos reinos. y gobern<br />

ádolos por su persona y pres<strong>en</strong>cia, y los t<strong>en</strong>ia <strong>en</strong><br />

mucha tranquilidad, paz y justicia, cuando el de monio,<br />

sembrador de zizañ as. co m<strong>en</strong>zó á altera r los<br />

p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos y voluntades de algunos pueblos y<br />

g<strong>en</strong>tes, de tal manera, que se levantaron después<br />

tempestades, alborotos y sediciones; de que se siguieron<br />

grandes daños y aun muertes y guerras <strong>en</strong><br />

la mayo r parte de Castilla, que duraron hart os dias:<br />

lo cual considerando yo, y acordándome de la quie ­<br />

tud y sosiego <strong>en</strong> que este reino estaba <strong>en</strong>tonces, y de<br />

la bondad y humanidad deste prí ncipe, y cuán sin<br />

causa ni razon se movieron estas cosas, me parece<br />

que bu<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te podré alegar aquel verso del segundo<br />

salmo de David: Quarefremu crunt g<strong>en</strong>tes, el populi<br />

mediuni sunt inania? Que quiere decir: «Por<br />

qué murmuraron y se alboro taron las g<strong>en</strong>tes, y los<br />

pueblos p<strong>en</strong>saron y acometie ron cosas vanas?» Que<br />

muy á propósito lo puedo yo apl ica r á mis castellanos,<br />

como David lo dijo por los judíos; pero, como<br />

digo, fué obra del demonio; el cual, pesándole de los<br />

bu<strong>en</strong>os sucesos deste rey, y de la paz y justicia que<br />

<strong>en</strong> Castilla habia, se dió tan bu<strong>en</strong>a maña (permi ti én-<br />

- 5-


dolo Dios por nuestros pecados, y por v<strong>en</strong>tura para<br />

castigo del mesmo pueblo, y para prueba de paci<strong>en</strong>cia<br />

y clem<strong>en</strong>cia del Emperador, y por otros fines que<br />

él sabe), que <strong>en</strong> lugar de quietud y tranq uilidad,<br />

puso desasosiego y temor. donde había justicia, agravios<br />

y insultos; <strong>en</strong> lugar de paz, guerra y alborotos;<br />

finalm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> pocos dias las cosas se mudaron de<br />

bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> mal <strong>en</strong> aquellas partes y pueblos que quisieron<br />

seguir esta vanidad, que este nombre merece<br />

bi<strong>en</strong> por cierto; y para <strong>en</strong>caminar esto, aunqu e no<br />

hubo causa ni razón, nunca faltaron imaginaciones<br />

y ocasiones, que bastaron á levantar tos livianos corazones,<br />

y después creci<strong>en</strong>do la tempestad, llevaron<br />

tras de sí á los demás; lo cual, segun <strong>en</strong>tonces pude<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der y as<strong>en</strong>tarlo <strong>en</strong> mi memoria , y por relaciones<br />

verdaderas lo pude colegir, se com<strong>en</strong>zó y prosiguió<br />

<strong>en</strong> la forma que se sigue.<br />

- 6-


CAPITULO PRIMERO<br />

Del principio y orig<strong>en</strong> de las comunidades de Castilla. y<br />

cómo com<strong>en</strong>zaro n <strong>en</strong> Toledo. y quién fuer<strong>en</strong> sus prin-.<br />

cipales caudillos. y de las primera s dilig<strong>en</strong>cias que hicieron<br />

escribi<strong>en</strong>do canas a todas las ciudades, y del<br />

llama mi<strong>en</strong>to de eones para la ciudad de Santiago.<br />

Luego que se publicó por el reino la determinad<br />

on de la partida del Emperador para Alemaña a<br />

su coronación, a todos comunm<strong>en</strong> te pesó della. por<br />

celo que se t<strong>en</strong>ia de los inconvini<strong>en</strong>tes y da ños que<br />

podria causar su aus<strong>en</strong>cia; y como este justo pesar,<br />

si no pasara á mas que s<strong>en</strong>tillo, vino sobre la injusta<br />

que rella y odio que de atrás se t<strong>en</strong>ia de que monsieur<br />

de Xebres y los otros extranjeros tu vies<strong>en</strong> el aceptaci<strong>en</strong><br />

Que t<strong>en</strong>ian acerca del Rey, y el descont<strong>en</strong>to de<br />

su gobernacion, ab rióse camino y tomóse atrevimi<strong>en</strong>to<br />

para murmurar y tra tar dello por muchos <strong>en</strong><br />

común, dici <strong>en</strong>do que era recia cosa que el Empe rador<br />

se fuese ansi y dejase desamparados estos reinos,<br />

y que mandase llamar á cortes para Galicia, que era<br />

fuera de los t érminos destos reinos, y que se le otorgase<br />

agora servicio para gastarlo y llevarlo <strong>en</strong> reinos<br />

extraños, no habiéndose aun acabado de cobrar lo<br />

- 7-<br />

°o·'


que se habia otorgado <strong>en</strong> las cortes pasadas; y á vueltas<br />

destos descont<strong>en</strong>tos, que parecían t<strong>en</strong>er alguna<br />

color apar<strong>en</strong>te, la liviandad del pueblo y malicia de<br />

algunos malditos y escandalosos ánimos com<strong>en</strong>zaron<br />

á añadir sospechas y falsedades. como era decir<br />

que se iba de España el Rey para nunca volver á<br />

elJa, y para desfrutaría )' llevarse las r<strong>en</strong>tas reales y<br />

servicios; que agora <strong>en</strong> estas cortes queria pedir nuevas<br />

sisas é imposiciones muy graves, y ansí otras cosas<br />

como estas, que á los simples y s<strong>en</strong>cillos y sospechosos<br />

eran fácilesde persuadir, y los movian y alteraban.<br />

Estas cosas, aunque eran así <strong>en</strong> comun, y se<br />

hablaban por muchos, era <strong>en</strong> murmuracion privada<br />

y particular; pero no que <strong>en</strong> los cabildos y ayuntami<strong>en</strong>tas<br />

de las ciudades se tratase dello: y á lo que<br />

yo he podido alcanzar, donde primero se puso <strong>en</strong><br />

público acuerdo fué <strong>en</strong> la ciudad de Toledo, la cual.<br />

ansí como es grande y poderosa, y su sitio es naturalm<strong>en</strong>te<br />

fuerte y arriscado, ansí produce los ánimos<br />

del pueblo y comun deHa levantados y osados, y<br />

acometedores de cualquier cosa rigurosa.<br />

Tratándose allí pues esta plática por v<strong>en</strong>tura mas<br />

que <strong>en</strong> las otras ciudades. los regidores deHa, movidos<br />

con <strong>en</strong>gañado celo ó por pasiones particulares<br />

que t<strong>en</strong>ian, Ó porque nunca p<strong>en</strong>saron que la cosa<br />

llegase á lo que después llegó (si<strong>en</strong>do los principales<br />

y caudillos dello Juan de Padilla y don Pero Lasso<br />

de la Vega, hijo de Garcilasso. com<strong>en</strong>dador mayor<br />

de Castilla de la órd<strong>en</strong> de Santiago, y Hemando de<br />

Avalas, al cual cargan la mayor culpa deste hecho);<br />

después de habello comunicado ellos <strong>en</strong>tre sí. lo pusieron<br />

<strong>en</strong> pública consulta, y propusieron <strong>en</strong> su<br />

ayuntami<strong>en</strong>to y ciudad las cosas que t<strong>en</strong>go dichas.<br />

y otras algunas, ponderándolas y <strong>en</strong>caresciéndolas<br />

- 8 -


mucho. repres<strong>en</strong>tando los daños que se siguirian de<br />

la partida del Rey, y la mala árd<strong>en</strong> que aellos les<br />

parecia que habria <strong>en</strong> la gobemacion, y los natural es<br />

destoSreinos eran desfavorecidos y agraviados. y que<br />

los extranjeros gozaban de las mercedes y favores;<br />

que <strong>en</strong> todo habia desórd<strong>en</strong> y turbaci ón, y se esperaba<br />

cada dia mayor si no se atajaba. y que aaquella<br />

ciudad. por su grandeza y preemin<strong>en</strong>cia, competía<br />

procurar y buscar el remedio de tantos daños. y que<br />

el que parecía mas conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te era escribir luego a<br />

todas las ciudades del reino que suel<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er voto y<br />

juntarse <strong>en</strong> cortes. informándoles de lo que pasaba,<br />

para Que se juntas<strong>en</strong> <strong>en</strong> algun lugar señalado á platicar<br />

<strong>en</strong> el remedio deHo; y Que se habia de <strong>en</strong>viar á<br />

suplicar al Emperador que no se av<strong>en</strong>turase á aus<strong>en</strong>tarse<br />

desloo reinos. y pusiese.órd<strong>en</strong> 'i remedio <strong>en</strong> las<br />

cosas; que no haci<strong>en</strong>dolo ansí su majestad. el reino<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>diese <strong>en</strong> poner el remedio necesario a su servicio<br />

'i al bi<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral de sus reinos.<br />

Estas y otras cosas semejantes se propusieron<br />

aquel dia, y como t<strong>en</strong>ian muestra y apari<strong>en</strong>cia de<br />

bi<strong>en</strong> público. á la mayor parte del ayuntami<strong>en</strong>to<br />

agradaron, y les pareció que hacerse ansi era ccnvini<strong>en</strong>te:<br />

pero no faltaron algunos, aunque fueron los<br />

m<strong>en</strong>os, que <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dieron el desacato y atrevimi<strong>en</strong>to<br />

que <strong>en</strong> esto se cometía, <strong>en</strong> querer juntar ciudades<br />

sin lic<strong>en</strong>cia del Rey. y cuán escandaloso era. y tambi<strong>en</strong><br />

conocieron la poca razon que habia para algunas<br />

de las querellas propuestas: y estos fueron de<br />

voto y parecer que no se escribiese á las ciudades.<br />

ni sobre aquello se hiciere junta pública ni particular.<br />

y que si alguna cosa pareciese que requería <strong>en</strong>mi<strong>en</strong>da.<br />

que se buscase alguna honesta y humi lde<br />

manera de suplicarlo al Rey. A lo cual los de la opi-<br />

- 9-


nión cont raria replicaron, y desta manera se porfió y<br />

altercó la cosa gran pieza de tiempo, y al cabo los<br />

de mas sano consejo, que fueron. como digo y como<br />

suele acontecer, los m<strong>en</strong>os. hicieron una protestacion<br />

y requerimi<strong>en</strong>to á la ciudad. conforme á lo que<br />

habian votado. y lo mismo hicieron al corregidor<br />

que alli á la sazón estaba. que era el conde de Palma;<br />

el cual. ó porque le pareció que ansi conv<strong>en</strong>ía, ó<br />

porque era casado con hermana de don Pero Lasso<br />

de la Vega, que t<strong>en</strong>ia la parte contraria. no puso resist<strong>en</strong>cia<br />

ninguna á lo que se platicaba, aunque le<br />

rué requerido; antes estuvo callado á todo. Pero todavía<br />

se embarazó la cosa de manera. que por aquel<br />

dia no se tomó resolucion alguna. y la porfia que <strong>en</strong><br />

el Ayunta mi<strong>en</strong>to se tuvo se publicó Juego. y toda la<br />

ciudad se dividió <strong>en</strong> aquellos dias <strong>en</strong> dos opiniones;<br />

pero la mayor parte se aficionó á la nueva proposición.<br />

cebado el pueblo con el falso titulo del provecho<br />

comun y bi<strong>en</strong> del reino.<br />

Los m<strong>en</strong>os y que habian bi<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido <strong>en</strong>viaron<br />

luego á hacer saber al Emperador lo que <strong>en</strong> Toledo<br />

pasaba, que fué al tiempo que v<strong>en</strong>ia de Aragon á<br />

Valladolid; mas luego <strong>en</strong> otro ayuntami<strong>en</strong>to que se<br />

hizo. se pasó por ciudad. por votos de la mayor parte.<br />

que se escribies<strong>en</strong> cartas á todas las ciudades,<br />

como el primer dia se habia platicado. y que al Emperador<br />

se <strong>en</strong>vias<strong>en</strong> dos regidores y dos jurados á le<br />

pedir y suplicar lo que aqu í se dirá; y aunque se contradijo<br />

y requ irió lo contrario por los mesmos que<br />

el dia pasado, fueron nombrados m<strong>en</strong>sajeros don Pedro<br />

lasso de la Vega y don Alonso Suarez de Toledo,<br />

regidores. y dos jurados. los cuales aderezaro n<br />

su viaje, y <strong>en</strong> breve se part ieron; y las cartas para<br />

las ciudades se escribieron y <strong>en</strong>viaron con toda dili-<br />

- 10 -


esolvieron ; pero respondieron unas á tiempo, y<br />

otras después, que manda rian á sus procuradores<br />

que se co nform as<strong>en</strong> y pid ies<strong>en</strong> lo que los proc uradores<br />

y embajadores de Toledo suplicas<strong>en</strong>; y así, las<br />

que tuvieron esta opinión y los habian ya nombrado,<br />

les <strong>en</strong>viaron á mandar que ansí lo hicies<strong>en</strong>; lo<br />

cual luego se publicó por la ciudad de Toledo, y los<br />

de aquella op inion se <strong>en</strong>soberbecieron y favorecieron<br />

mucho. y procuraban persuadir al pueblo y t<strong>en</strong>erlo<br />

de su parte para lo que se ofreciese. ayudándose<br />

del favor de Hemando de Avalas y de Juan de<br />

Padilla, pri ncipales cabezas deste negocio; lo cual<br />

estorbaban algunos de sana y acertada int<strong>en</strong>cion. El<br />

principal dellos era don Hem ando de Silva, hermano<br />

de don Juan de Ribera, que estaba nombrado por<br />

procurador de cortes, que con gran determinaci ón<br />

resistía y contradecia todas estas cosas; y así á él,<br />

como á los demás que favorecian esta causa, escribió<br />

el Em perador respondi<strong>en</strong>do á las ca nas que ellos babian<br />

escrito avisando de lo que pasaba, que se t<strong>en</strong>ia<br />

por muy servido dellos <strong>en</strong> lo que hacian y habian<br />

hecho, <strong>en</strong>cargándoles que perseveras<strong>en</strong> <strong>en</strong> ello, pero<br />

que fuese con el m<strong>en</strong>os escandalo que pudiese ser;<br />

y tam bi<strong>en</strong> mandó escrebi r al Corregidor, que era el<br />

conde de Palma, repreh<strong>en</strong>diéndcle su tibieza <strong>en</strong> lo<br />

pasado, y mandándole la órd<strong>en</strong> que babia de t<strong>en</strong>er<br />

<strong>en</strong> lo de adelante; aunque él después no acertó á t<strong>en</strong>er<br />

la manera que con v<strong>en</strong>ía; por lo cua l el Emperador<br />

le mandó desde á pocos dias revocar el pode r, y<br />

<strong>en</strong>vió á Toledo por co rregidor á don Antonio de<br />

Córdoba. hermano del conde de Cabra, el cual vino<br />

á tiempo que no pudo t<strong>en</strong>e r remedio; y así, las cosas<br />

se fueron empeorando cada dia mas, y creci<strong>en</strong>do los<br />

atrevimi<strong>en</strong>tos, hac iéndose grandes juntas y ligas <strong>en</strong><br />

- 12 -


javor de lo Que ya llamaban Comunidad. por órd<strong>en</strong><br />

de Hem ando de Avalas y Juan de Padilla. que eran<br />

los que mas calor y favor daban á todo; y llegada la<br />

cosa á este estado, vino al rompimi<strong>en</strong>to que adelante<br />

se dirá. cuando se diga primero el camino y part ida<br />

del Emperador de Valladol id, y lo que hiciero n y<br />

trataron con ellos m<strong>en</strong>sajeros de Toledo. Pero ante<br />

todas cosas digamos aqui la sustancia de su embajada<br />

y las cosas que pedían, porque se vea sobre qué<br />

fundaron la justif icaci ón de su causa los movedores<br />

destos escándalos. y examinarlo hemos <strong>en</strong> pocas palabras.<br />

Lo primero. y <strong>en</strong> que mas insistían ellos, era <strong>en</strong><br />

que el Emperador no se fuese ni aus<strong>en</strong>tase destos reinos.<br />

repres<strong>en</strong>tándole los inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes que pod rian<br />

resultar de su aus<strong>en</strong>cia. y au n con algunas razones<br />

inconsideradas. como fue decir que los reinos de<br />

Castilla no podian vivir sin su rey. ni t<strong>en</strong>ian costumbre<br />

de ser regidos por gobemadores.<br />

Que no se daria oficio ni cargo ninguno <strong>en</strong> estos<br />

reinos aextranjeros. y que los ya dados se les quitas<strong>en</strong>.<br />

Pedían mas, que ninguna moneda se pudiese sao<br />

car del reino por persona del mundo. porque de haberla<br />

sacado estaba pobre y falto della.<br />

Que <strong>en</strong> las cortes Que agora queria hacer no pidiese<br />

que se le oto rgase servicio alguno. mayorm<strong>en</strong>te<br />

si el Rey se determinaba <strong>en</strong> su partida, y que las Cortes<br />

se dilatas<strong>en</strong> y hicies<strong>en</strong> <strong>en</strong> tierra llana de Castilla.<br />

y no <strong>en</strong> Santiago ni <strong>en</strong> Ga licia.<br />

Que los oficios no se v<strong>en</strong>dies<strong>en</strong> ni dies<strong>en</strong> por dineros.<br />

Que <strong>en</strong> la Inquisición se diese cierta órd<strong>en</strong> como<br />

el servicio y hon ra de Dios se mirase. y que nadie<br />

fuese agraviado.<br />

- 13-


Pedian mas, que las personas particulares destos<br />

reinos que estaban agraviadas fues<strong>en</strong> oidas y desagraviadas.<br />

Esto era lo principal que Toledo acordó de <strong>en</strong>viar<br />

á suplicar, au nque después con los atrevimi<strong>en</strong>tos<br />

y desacatos crecieron las peticiones, como se hallará<br />

ade lante. Desto se <strong>en</strong>amoraron las otras ciudades,<br />

que consintieron <strong>en</strong> ello <strong>en</strong>tonces, y no se puede<br />

negar que esta peticion no con t<strong>en</strong> ia algunas cosas<br />

que parece fueran provechosas, y otras que <strong>en</strong> sí son<br />

bu<strong>en</strong>as; pero no por eso quedan libres de culpa los<br />

que las pedian, ni se le puede cargar al Rey por no<br />

co ncederlas, porque no todos los provechos son<br />

siempre licitas, ni se deb<strong>en</strong> pedir ni co nceder, ni todas<br />

las cosas que son bu<strong>en</strong>as lo son á todos tiem pos<br />

. ni lugares, ni permitidas á todas personas; y por excusar<br />

la pro lijidad de traer otros ejemplos, con los<br />

mismos desta suplicación lo vamos probando, ayudándonos<br />

de las razones necesarias.<br />

Provechoso cierto es, y aun necesario. que el Rey<br />

resida personalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> sus reinos, como estos pedian<br />

, para que mejor los pueda regir y gobernar;<br />

pero no es esta regla tan rigurosa y invio lable que<br />

no t<strong>en</strong>ga sus limi taciones, porque por causas grandes<br />

'y honrosas licito es al Rey salir de sus reinos; y así.<br />

leemos de algunos san tos y excel<strong>en</strong>tes reyes que hicieron<br />

grandes aus<strong>en</strong>c ias, no solo por conservar sus<br />

estados y señorios, pero por conquistar los aj<strong>en</strong>os,<br />

como fu é el rey y profeta David <strong>en</strong> las guerras de<br />

los filisteos, y san Luis, rey de Francia, que por hace r<br />

guerra a los infieles dejó muchas veces sus reinos, y<br />

al fin murió fuera dellos; y ansí podria decir de otros<br />

mil que lo hicieron, que no solame nte no fuero n repreh<strong>en</strong>didos<br />

ni murmurados, pero fueron y hoy son<br />

-14 -


todos los que más pudieron, trataron de quedar <strong>en</strong><br />

la corte; pero no lo pudieron acabar, y hubiéronse<br />

de salir della á un lugar llamado el Padrón , animando<br />

y solicitando primero algunos de los procuradores<br />

de cortes á su opi nión, y de allí procuraron el<br />

alzami<strong>en</strong>to de su destierro; pero el Emperador ja más<br />

lo quiso conceder, y el don Alonso, conoci<strong>en</strong>do que<br />

acertaba <strong>en</strong> ello, cumplió lo que le fué mandado, y<br />

no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dió después <strong>en</strong> cosa de las que se ofrecieron<br />

<strong>en</strong> Castilla; lo cual le fué t<strong>en</strong>ido á bu<strong>en</strong> seso y cordura;<br />

}' dic<strong>en</strong> que don Pedro Lasso estuvo tambi<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

obedecer, que le fuera harto honroso y provechoso;<br />

pero sus cosas se ord<strong>en</strong>a ron después de otra manera.<br />

como se 'verá; y este fin hubo la embajada de Toledo,<br />

tan porfiada y Que tan poco fruto y provecho hizo.<br />

Estando el Emperador <strong>en</strong> la ciudad de Santiago,<br />

donde tuvo la pascua de Resurecion de aquel año<br />

de 20, que fué á 8 de abril, y pasada la Pascua, por<br />

estar mas á punto 'i tiempo para su navegación, se<br />

partió para la Coruña, donde tambi<strong>en</strong> mandó ir los<br />

procuradores de cortes de las ciudades, para las concluir<br />

y acabar, como después se hizo.<br />

- 27 -


alabados por ello; de manera que aunque el Empera ­<br />

dor no tuviera otros reinos sino los de España, era<br />

tan justa y honrosa la jornada del imperio, y aun<br />

necesaria, como arriba apunté , Que todos sus súbditos<br />

no solam<strong>en</strong>te no debieran estorbarse la, pero fuera<br />

justo y razonable que le ayudaran y <strong>en</strong>caminaran<br />

a hacerla, y sufrieran con paci<strong>en</strong>cia esta aus<strong>en</strong>cia;<br />

cuanto mas que su justi ficacion es mayor que la comun<br />

de los otros reyes, porque no m<strong>en</strong>os le babia<br />

Dios <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dado la gobernación de [os estados<br />

de Flandes, Austria , Borgoña, N ápcles y Sicilia, y<br />

los demás que habia heredado, que los de Castilla,<br />

y a todos era obligado a asistir y acudir, y todos t<strong>en</strong>ian<br />

el mismo título que Toledo pret<strong>en</strong>día: por lo<br />

cual, para la conservacion y amparo de todos ellos,<br />

ninguna cosa parecia <strong>en</strong>tonces mas convini<strong>en</strong>te que<br />

el imperio, y así se ha visto y pareció después por<br />

experi<strong>en</strong>cia; y pues los de Alemania y Flandes sufrieron<br />

con paci<strong>en</strong>cia su aus<strong>en</strong>cia cuando <strong>en</strong> España<br />

vino, y ayudaron con sus naves y aun dineros para<br />

su v<strong>en</strong>ida, no debiera de haber <strong>en</strong> estos reinos qui<strong>en</strong><br />

pudiera quejarse de volver á visitar aquellos que lo<br />

habian criado y donde nació, y los habia heredado<br />

de su padre; y esto con tanto rigor y sequedad, Que<br />

hubo votos tan desacatados (y lo añadió por capítulo<br />

cierta ciudad), que si su majestad se fuese, no se permitiese<br />

sacar las r<strong>en</strong>tas reales de Castilla ni <strong>en</strong>viárselas,<br />

sino que se hiciese arca y depósito dellas, do se<br />

guardas<strong>en</strong> hasta su v<strong>en</strong>ida.<br />

Pues pedir qe no se le otorgase servicio <strong>en</strong> las<br />

Cortes no era m<strong>en</strong>os contra el derecho y preemin<strong>en</strong>cia<br />

real que lo dicho , pues por ley divina y humana<br />

se [es deb<strong>en</strong> á los reyes los servicios como á ministros<br />

de Dios, y así lo dice y manda san Pablo, escri-<br />

- 15-


i<strong>en</strong>do á los romanos, y los judíos imponían falsam<strong>en</strong>te<br />

a Cristo por muy grave delito que prohibía<br />

que no se pagase el pecho á César, y por costumbre<br />

inmemorial antiquísima destos reinos se le dan á los<br />

reyes los pechos y servicios, conforme á las causas<br />

)' necesidades, y no á tiempos limitados: )' de las letras<br />

tambi<strong>en</strong> de los llamami<strong>en</strong>tos de cortes y otorgami<strong>en</strong>to<br />

de servicios, vemos darse dos y tres juntos,<br />

segun la causa se ofrecía. y no podía ser mas ju sta<br />

que la jorn ada del imperio; de la cual compe lido, se<br />

anticiparon algunos dias estas cortes, visto que no<br />

se podían celebrar <strong>en</strong> su aus<strong>en</strong>cia. y no fué tanto,<br />

que no habia mas de dos años que eran hechas las<br />

pasadas.<br />

La peticion que no se sacase la moneda del reino,<br />

justa era por ci<strong>en</strong>o, pero mu y excusada, porque por<br />

las leyes destos reinos está dispuesto y vedado, las<br />

cuales siempre el Emperador ha mandado y manda<br />

guardar, y querer meter <strong>en</strong> esta cu<strong>en</strong>ta sus r<strong>en</strong>t as y<br />

dineros que se llevaban para sus gastos y necesidades,<br />

fué terrible atrevimi<strong>en</strong>to, y parece crim<strong>en</strong> lesa<br />

majesuuis: y la falsa murmuración de que había sacado<br />

dineros )' tesoros destos reinos, <strong>en</strong>viándolos á<br />

Flándes, era malicia sin consideración, pu es aunq ue<br />

qu isiera haberlo hecho, nunca babia sido posible.<br />

porque ap<strong>en</strong>as habia podido cumplir los gastos que<br />

se le habian ofrecido, lo primero <strong>en</strong> aderezar su v<strong>en</strong>ida<br />

y <strong>en</strong> el armada para ello , y <strong>en</strong> la que se hizo<br />

para llevar al Infante, y antes desto <strong>en</strong> la que don<br />

Hugo de Moneada perdió sobre Argel y después <strong>en</strong><br />

rehacerla, y <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>te Quese <strong>en</strong>vió contra Barbaroja,<br />

y la otra armada y g<strong>en</strong>tes de guerra Que últimam<strong>en</strong>te<br />

hab ia llevado don Hugo. con que conquistó<br />

la isla de Jos Gelves. y la que agora t<strong>en</strong>ia adere zada<br />

- 16-


CA PITULO 111<br />

De qué manera pasó el levantami<strong>en</strong>to de Toledo. )' las<br />

cosas que <strong>en</strong> él pasaron.<br />

Las cosas de Toledo no se habian mejorado nada<br />

<strong>en</strong> el <strong>en</strong>tre tanto Que se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dia <strong>en</strong> lo que acabo<br />

agora de contar: antes se habian empeorado y iban<br />

<strong>en</strong> crecimi<strong>en</strong>to, porque los Que las habian movido<br />

y levantado, sabi<strong>en</strong>do que los me nsajeros <strong>en</strong>viad os<br />

al Emperador no fuero n tan bi<strong>en</strong> oidos como quisieranocom<strong>en</strong>zaron<br />

á temer, y para su seguridad y fuerza,<br />

y tam bi<strong>en</strong> con deseo de salir con sus int<strong>en</strong> tos.<br />

procuraron de levantar y alterar el pueblo contra la<br />

justicia y contra los que les hacian contradicion, haciéndoles<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der Que el negocio era bi<strong>en</strong> publi co,<br />

y que de su interese y provecho se trataba ; y para<br />

este fin echaban perso nas disimuladas que dijese n y<br />

publicas<strong>en</strong> grandes desórd<strong>en</strong>es)' agravios que por<br />

los que gobernaban se hacían. si<strong>en</strong>do todo falsedad y<br />

fingido. y de la misma suerte los pechos y servicios<br />

que decian se querían echar sobre el pueblo; y que<br />

ansimesmo alabas<strong>en</strong> y <strong>en</strong>carecies<strong>en</strong> las cosas que se<br />

pedían y no se querían otorgar. y llegó la cosa á que<br />

sobornaron predicadores. induciéndolos para que lo<br />

- 28-


para su partida; <strong>en</strong> las cuales y <strong>en</strong> sus ordinarios gaslOS<br />

se habían co nsumido mas que sus r<strong>en</strong>tas ordinarias;<br />

de manera que está clara la falsedad desta sospecha;<br />

pero antigua querella y malicia es esta, porque<br />

yo me acuerdo del tiempo del Rey Católico. que<br />

decia n y murmuraban dél que sacaba los tesoros de<br />

Casti lla y los llevaba á Aragon, y los t<strong>en</strong>ia <strong>en</strong> una<br />

fortaleza de J áriva. y después mu rió. y no se halló<br />

que habia llevad o ni t<strong>en</strong>ia un solo ducado.<br />

Pues <strong>en</strong> lo que pedian que no se dies<strong>en</strong> oficios,<br />

t<strong>en</strong><strong>en</strong>cias ni cargos á extranjeros, verdaderam<strong>en</strong>te el<br />

Emperador siempre <strong>en</strong> esto ha guardado tal modera.<br />

ci<strong>en</strong>, que no babia razon por do se queja r, y lo que<br />

<strong>en</strong> esto se ha alargado , antes es <strong>en</strong> favor y gracia de<br />

españoles, porqu e <strong>en</strong> Milan, Nápoles )' Sicilia )'<br />

otros estados hallarán muchos españoles colocados<br />

<strong>en</strong> cargos de oficios, )' muy pocos ó ningunos de<br />

aquellas tierras <strong>en</strong> España.<br />

En lo que tocaba á la Jnquisicion, yo no he podido<br />

saber lo que pedian : pero sé que hay tan bu<strong>en</strong>a<br />

órde n <strong>en</strong> aquel Santo Oficio, que ninguna mudanza<br />

podian pedir que no fuese mala, y ninguno pudiera<br />

t<strong>en</strong>er atrevimi<strong>en</strong>to de <strong>en</strong>tremeterse á reformar lo<br />

que la santa mad re Iglesia ti<strong>en</strong>e tan bi<strong>en</strong> ord<strong>en</strong>ado.<br />

Los que pedian que los oficios y regimi<strong>en</strong>tos no<br />

se v<strong>en</strong>d ies<strong>en</strong>. tambi<strong>en</strong> está así mandado por las leyes<br />

reales. pero co n mañas y malicias se va contra ellas,<br />

segun el tiempo. y por su cle m<strong>en</strong>cia y mansedumbre,<br />

y por no apretar á sus súbditos, lo disimularon<br />

sus abuelos y lo ha disimulado su majestad .<br />

Pedir tambi<strong>en</strong> que fues<strong>en</strong> oidos los que estaban<br />

agraviados fué dilig<strong>en</strong>cia de masiada, porque nunca<br />

se hallará que <strong>en</strong>tonces. ni antes ni después. el Emperador<br />

haya negado el audi<strong>en</strong>cia al que pidiese jus-<br />

- 17 -


licia y se sintiese agraviado, aunque fuese contra su<br />

propia persona y haci<strong>en</strong>da lo que pidiese; por do parece<br />

que mas era esto por atraer y alterar las voluntades<br />

de los Que injustam<strong>en</strong>te se hacian agraviados, y<br />

por dar bu<strong>en</strong> nombre y color á lo que hacian, y porque<br />

vies<strong>en</strong> que <strong>en</strong> esto habia falla.<br />

Ansi que, bi<strong>en</strong> mirado y cons iderado, todo lo que<br />

se hacia era errado y malo, y ansí lo mas de lo que<br />

se pedia; lo cual , aun que todo fuera santo y bu<strong>en</strong> o,<br />

erróse tanto <strong>en</strong> la forma y manera como se int<strong>en</strong>tó,<br />

que hizo toda la causa injus ta, y ansi mereció el suceso<br />

y fin que tu vo; y agora , que esto se ha dado á<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der, volvamos á nuestro cu<strong>en</strong>to.<br />

-18-


alabas<strong>en</strong> y publicas<strong>en</strong> <strong>en</strong> los púlpitos. y como todo<br />

esto no sucedia tan bi<strong>en</strong> como ellos p<strong>en</strong>saron, ansi<br />

porque el nuevo corregidor don Antoni o de Córdoba<br />

ponía toda su posibilidad para apaciguar al pueblo<br />

y quietar los ánimos de la g<strong>en</strong>te, como porque<br />

ellos proprios se movian de mala gana al rigor y<br />

rompimi<strong>en</strong>to, aunque andaban bulliciosos y alterados,<br />

acordaron <strong>en</strong>tre sí buscar forma cómo hacer<br />

una gran junta de g<strong>en</strong>te popular. para que desde allí<br />

resultase quedar ansí unidos y animados, ó que naciese<br />

algun escándalo ó alboroto contra los que lo<br />

quisies<strong>en</strong> estorbar, y ansi quedase la g<strong>en</strong>te pr<strong>en</strong>dada<br />

é indignada. y ellos poderosos; y para esto ord<strong>en</strong>aron<br />

que se hiciese Una muy solemne proc esi ón <strong>en</strong> nombre<br />

de la cofradia de [a Caridad, que es <strong>en</strong> aquella<br />

ciudad muy antigua y principal cosa. y <strong>en</strong> que hay<br />

muy gran número de cofrades. y no suele salir así<br />

de propósito, sino á cosas muy señaladas: y que saliese<br />

desde la iglesia de Santa Justa hasta la iglesia<br />

mayor, con muy grandes fiesta de músicas y aderezos.<br />

y que el int<strong>en</strong>to de los de la letanía y procesion<br />

fuese porque nuestro Señor alumbrase el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to<br />

y voluntad del Rey para bi<strong>en</strong> regir y gobernar<br />

sus reinos: porque aquesto es ansí muy ordinario,<br />

que nunca se persuade una cosa muy mala sino<br />

con título y cotares honestas. Tomada resolución,<br />

la publicaron luego y com<strong>en</strong>zaron á dar órd<strong>en</strong> cómo<br />

se hiciese, y rué el consejo aceptado y aprobad o mucho<br />

por la mayor parte del pueblo, que natu ralm<strong>en</strong>le<br />

es amigo de juntas y regocijos.<br />

Sabido esto por los que t<strong>en</strong>ian la parte y opinión<br />

contraria. y por don Hemando de Silva, que era el<br />

caudillo y cabeza dellos. <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dieron luego el propósito<br />

con que se hacia, y procuraron cuanto pudie-<br />

-29 -


CAPITULO "<br />

De có mo pasó lo de la pa rtida del Emperador de Valladolid<br />

á hacer las cort es de Santiago, 'i lo que los m<strong>en</strong>sajeros<br />

de Toledo hicieron.v de las otras cosas que pasaron<br />

<strong>en</strong> aq uella ciudad .<br />

El Em perador. como t<strong>en</strong>go dicho. habia v<strong>en</strong>ido á<br />

Valladolid el l." dia de marzo, y <strong>en</strong> aquella villa no<br />

dejaba de haber muy grandes pláticas y murmuraciones<br />

sobre el mismo propósito Que <strong>en</strong> Toledo,<br />

porque, all<strong>en</strong>de de las que d<strong>en</strong>tro de casa se babian<br />

criado, las cartas de T oledo escritas al consejo della<br />

habian despertado )' movido otras, porque hallaron<br />

dispuesto el humor para ello, y aun tambi<strong>en</strong> las que<br />

Salamanca habia escrito. Que cont<strong>en</strong>ian muchas cosas;<br />

por [o cual el Emperador, <strong>en</strong> los pocos dias que<br />

allí estuvo, mandó hablar á los regidores y procuradores<br />

de aquella villa, para hacer <strong>en</strong>t<strong>en</strong>de r las justas<br />

causas que le movian y compelían á aus<strong>en</strong>tarse deslOS<br />

reinos, y para les des<strong>en</strong>gaña r de las sospechas<br />

que t<strong>en</strong>ian; y aunque <strong>en</strong> esto se puso la dilig<strong>en</strong>cia<br />

que fué posible, y aprovechó con los que gobernaban,<br />

toda vía no cesaba el miedo y murmuraciones<br />

del pueblo; y habi<strong>en</strong>do once dias que allí habia lle-<br />

-19-


gado. determin óde partirse á los 12 del dicho mes, y<br />

ir de camino á Tordesillas a visitar á la Reina, su<br />

madre; y sabido'por la villa que el Rey se partía. el<br />

comun y vecinos della hubieron gran pesar y s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to,<br />

y com<strong>en</strong>zaron por el pueblo a tratar dello: y<br />

los procuradores g<strong>en</strong>erales y los de las cuadrillas )'<br />

otros regidores habi<strong>en</strong>do <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido mejor lo que debian<br />

hacer. se juntaron <strong>en</strong> San Pablo, monast<strong>en</strong>o de<br />

frailes dominicos. para dar órd<strong>en</strong> <strong>en</strong> el poder g<strong>en</strong>eral<br />

a sus procurado res para otorgar el servicio <strong>en</strong> las<br />

Cortes. y tambi<strong>en</strong> para suplicar al Emperado r algunas<br />

cosas de su servicio. y para le <strong>en</strong>viar abesar las<br />

manos antes de su partida; y estando ellos <strong>en</strong> este<br />

ayuntami<strong>en</strong>to, don Pedro Lasso de la Vega y sus<br />

compañeros m<strong>en</strong>sajeros de Toledo, que aquel mesmo<br />

dia habian llegado á Valladolid, queri<strong>en</strong>do dilig<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

hacer lo que su ciudad les habia <strong>en</strong>cargado.<br />

antes de subir á besar las manos al Emperador.<br />

que fuera el mas derecho camino, acompañados de<br />

algunos del pueblo )' procuradores de las cuadrillas.<br />

Que sabi<strong>en</strong>do que eran llegados. los fueron á ver y<br />

comunicar su propósito. que era el mismo que ellos<br />

traian , fueron al dicho monasterio de San Pablo á<br />

hablar con el regimi<strong>en</strong>to y procuradores de la villa.<br />

alos cuales les hicieron una habla. <strong>en</strong> que les signifi ­<br />

caron las causas de su v<strong>en</strong>ida y lo que p<strong>en</strong>saban pedir<br />

<strong>en</strong> nombre de Toledo al Emperador, justificándolo<br />

y vistiéndolo de las mejores palabras que pudieron:<br />

y el cabo les pidieron que. como lo habian<br />

escrito y arrecido á Toledo. <strong>en</strong>vias<strong>en</strong> juntam<strong>en</strong>te<br />

con ellos sus m<strong>en</strong>sajeros y procuradores que pidies<strong>en</strong><br />

lo mesmo, como Salamanca y otras ciudades lo<br />

hacian, para que pedido por muchos, tuviese mas<br />

fuerza; y acabada su habla. con acuerdo de todos les<br />

- 20 -


corro; v esta órd<strong>en</strong> de quitar y poner las varas 'l hacer<br />

diputados. siguieron <strong>en</strong> Zamora y <strong>en</strong> las otras<br />

ciudades que tambi<strong>en</strong> tomaron esta voz: de lo cual<br />

algunos caballeros y personas principales dellas<br />

mesmas se <strong>en</strong>cargaron al principio, algunos, aunque<br />

pocos, con bu<strong>en</strong>a int<strong>en</strong>ción. p<strong>en</strong>sando ser medio y<br />

camino por do la furia del pueblo se templase. Otros<br />

que ciegos 'l con malicia y ambician la aceptaron,<br />

queri<strong>en</strong>do gozar del tiempo, como arri ba se tocó, y<br />

no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do ni considerando el suceso )' fin que<br />

podían esperar, y aun algunos que del temor de la<br />

muerte Ó de ser desterrados. lo hicieron, y los otros<br />

nobles y caballeros que sin cargos ni oficios quedaron<br />

<strong>en</strong> esta y <strong>en</strong> otras ciudades y villas que se alzaron,<br />

también fueron movidos por algunos destos respetos,<br />

aunque al cabo los más oeucs vinieron á ser<br />

tan sospechosos al pueblo y tan mal tratados dél.<br />

que si no fueron aquellos que desvergonzadam<strong>en</strong>te<br />

consintieron <strong>en</strong> esta vanidad. casi todos los demás<br />

se desterraron de sus casas y patrias, y se fueron á<br />

aquellas partes y lugares donde pudieron estar seguros.<br />

La nueva destas cosas acaecidas <strong>en</strong> Zamora y Segavia<br />

tomó al card<strong>en</strong>al gobernador, y al Presid<strong>en</strong>te y<br />

á los del Consejo antes de llegar á Valladolid; y si<br />

no se dieran priesa á <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> aquella villa. lo mesmo<br />

aconteciera luego <strong>en</strong> ella, segun andaba ya el<br />

pueblo bullicioso y desasosegado; pero v<strong>en</strong>ido el<br />

Consejo. y luego el Card<strong>en</strong>al, bastó su pres<strong>en</strong>cia y<br />

acatami<strong>en</strong>to para diferirlo algun tiempo. que fué<br />

mucho para como estaban,<br />

Pero <strong>en</strong> otros lugares no hubo este respeto, y no<br />

tardó nada <strong>en</strong> pr<strong>en</strong>derse el fuego y pestil<strong>en</strong>cia: porque.<br />

como si se hubieran concertado para ello ó<br />

- 44-


espo ndió don Hemando Enri quez, hermano del almirante<br />

de Castilla, qu e ellos no estaban determinados<br />

de lo que hab ian de hacer ; y que allí ju ntos estaban<br />

para ello, y que <strong>en</strong> lo qu e se determinarian seria<br />

lo que fuese serv icio del Rey y bi<strong>en</strong> de sus reinos;<br />

que ellos hicies<strong>en</strong> lo que les pa reciese.<br />

Los m<strong>en</strong>sajeros de Toledo, pare ciénd oles que no<br />

halla ban el recaudo qu e p<strong>en</strong>saban, desde all í se fueron<br />

derechos al palacio del Emperador, y después<br />

de haberle besado las man os, le suplica ron les mandase<br />

da r aud i<strong>en</strong>cia . porque le qu erian suplica r é informa<br />

r de muchas cosas. El Emperador les respondió<br />

que él estaba de camino, como veian; qu e no<br />

habia tiempo pa ra le poder bi<strong>en</strong> informar. ellos replicaron,<br />

señaladam<strong>en</strong>te el don Pedro Lasso, que<br />

mucho mas iba <strong>en</strong> que su majestad les hiciese merced<br />

de oirlos, dilatando su partida, y mas si<strong>en</strong>do el<br />

dia qu e era, mu y llov ioso; y qu e le querian informar<br />

y suplicar algunas cosas que conv<strong>en</strong>ían mucho á su<br />

servicio y al bi<strong>en</strong> de sus reinos; y así, insistió much o<br />

<strong>en</strong> pedir que no se partiese. El Emperador, qu e t<strong>en</strong>ia<br />

ya <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido 10 que le v<strong>en</strong>ian á pedir, y no se t<strong>en</strong> ia<br />

por servido de la forma con que se 10 pedian. les<br />

respondió que no habia persona <strong>en</strong> el mundo que<br />

mas cuidado tuviese de lo que cumplia á sus reinos<br />

que él; que se fues<strong>en</strong> al primer lugar adelante de<br />

Tordesillas, camino de Santiago, que allí les oiri a; y<br />

con esto se despidieron los m<strong>en</strong>sajero s de Toledo.<br />

En tanto que esto pasaba, com<strong>en</strong>zóse á publicar<br />

por el pueblo que los embajado res habian otorgado<br />

ya allí el serv icio y pecho al Emperador, y qu e él se<br />

iba, y p<strong>en</strong>saba llevar á la Reina su madre consigo<br />

fuera del reino; y como el vulgo cree fácilm<strong>en</strong>te lo<br />

que te me, andaban todos turbados y indignados des-<br />

- 21-


te, por unas partes y otras dici<strong>en</strong>do que se debia suplicar<br />

al Emperador no se partiese. En esta disposicion,<br />

algun hombre escandaloso, que no se pudo saber<br />

quién fuese, tocó una campana de la iglesia de<br />

San Miguel, que <strong>en</strong> los tiempos pasados de guerra<br />

se salia tocar a los rebatos y armas que se daban; la<br />

cual luego que rué oida, sin <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der ni saber para<br />

qué, tomaron las armas con Que se pudieron hallar<br />

cinco ó seis mil hombres del pueblo; y viéndose así<br />

armados, much os quisieran , segun pareció, estorbar<br />

la partida del Emperador, y esto rué a tiempo que<br />

él salia ya de su posada para caminar; y cuando llegó<br />

ala puerta de la villa, llegó allí parte de la g<strong>en</strong>te que<br />

se habia juntado, que por lo mucho que llovía, se<br />

habia algo det<strong>en</strong>ido, y algunos dellos acometieron a<br />

cerrar la puerta , y por la guarda del Emperador les<br />

fue resistido; y ansí prosiguió su camino, y el lugar<br />

quedó muy escandal izado y alborotado de lo que habian<br />

hecho, y otros de verlo hacer; pero como la<br />

cosa no habia llevado fundam<strong>en</strong>to ni causa, luego<br />

se acabó y amansó el tumulto, y quedaron confusos<br />

y atajados del desacato que babian hecho.<br />

El Emperador llegó aTordesillas, y det<strong>en</strong>iéndose<br />

allí un solo dia, prosiguió su camino, y ala primera<br />

jornada, que rué <strong>en</strong> VilIalpando, dió audi<strong>en</strong>cia á los<br />

m<strong>en</strong>sajeros de Toledo, que se habian alli adelantado<br />

á esperarlo; juntándose con ellos los procuradores<br />

de cortes de Salamanca, que eran don Pedro Maldonado,<br />

que después fué degollado, y Antonio Hemandez,<br />

regidores, y tambi<strong>en</strong> sus m<strong>en</strong>sajeros, que eran<br />

Juan Alvarez Maldonado y Juan Arias y Antonio y<br />

Enriquez, que particularm<strong>en</strong>te v<strong>en</strong>ian apedir lo que<br />

Toledo pedia; y los unos y los otros t<strong>en</strong>ian instruccion<br />

que se conformas<strong>en</strong> con los m<strong>en</strong>sajeros de To-<br />

- 22 -


on de lo estorbar. y el don Hemando <strong>en</strong>vió á los<br />

cofrades Que no juntas<strong>en</strong> ni alborotas<strong>en</strong> á los coftades<br />

ni al pueblo, so color de devocion, <strong>en</strong> deshonor<br />

del Emperador y desacato de su justicia; sino, Que<br />

les hacia saber que él con sus amigos y criados se lo<br />

habia de estorbar y resistir.<br />

Enviado este recado, y oido por los que esto habian<br />

<strong>en</strong>caminado, fué muy alegre cosa para ellos,<br />

porque fué cami no para su deseo; porque el pueblo,<br />

Que t<strong>en</strong>ia su opinión. se levantó y determinó mas<br />

con la resist<strong>en</strong>cia, como es cosa natural. y don Hernando<br />

y los de la suya se hicieron malquistos y odiosos<br />

á ellos, dici<strong>en</strong>do que no solam<strong>en</strong>te estorbaban y<br />

cont radecian el bi<strong>en</strong> del pueblo, pero las cosas divinas<br />

y de devoción. Finalm<strong>en</strong>te, la cosa se puso <strong>en</strong><br />

térmi nos. Que don Hemando se hubo de apartar de<br />

su determinación á instancia del Corregidor, por<br />

evitar el grande escandalo Que estaba aparejado, y<br />

por consejo de sus amigos. aunque estaba muy determinado.<br />

De manera Que la procesión se hizo el dia<br />

que estaba señalado con muy gran placer del pueblo<br />

y favor, y con muchos m<strong>en</strong>osprecios y mcrmuraciones<br />

de los contrarios: de lo cual quedaron de allí adelante<br />

tan desvergonzados y atrevidos los de la Comunidad,<br />

que la justicia t<strong>en</strong>ia muy poca fuerza. y<br />

<strong>en</strong> todo habia desórd<strong>en</strong> y confusion, y comunm<strong>en</strong>te<br />

se hacia y ord<strong>en</strong>aba lo que Hemando de Avalas y<br />

Juan de Padilla querían. <strong>en</strong> el regimi<strong>en</strong>to y aun fuera<br />

dél. Don Hemando de Silva se determinó de se<br />

ir de Toledo, y se fué para donde el Emperador estaba;<br />

lo cual sabido por el Emperador antes que partiese<br />

de Santiago, y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do que estos eran los<br />

que principalm<strong>en</strong>te habian estorbado que á don<br />

Juan de Ribera y á su compañero, procuradores que<br />

- 30 -


orig<strong>en</strong> della , les pareció que antes merecian castigo.<br />

que ninguna bu<strong>en</strong>a respuesta ni satisfacción á lo que<br />

pedían; por lo cual el Emperador los mandó despu és<br />

llamar á su cámara, y con rostro algo severo, segun<br />

hoy dia lo cu<strong>en</strong>ta don Pedro Lasso, les dijo él proprio<br />

que él no se t<strong>en</strong>ia por servido de lo que hacian,<br />

y que si no mirara á cuyos hijos eran, los mandara<br />

castigar, por <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der <strong>en</strong> lo que <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dían; )' que<br />

acudies<strong>en</strong> al presid<strong>en</strong>te de su consejo. que él les diría<br />

lo que conv<strong>en</strong>ía que hicies<strong>en</strong>; y ellos com<strong>en</strong>zaron á<br />

se disculpar y decir algunas causas y razones; pero<br />

el Emperador paró poco á oillas, antes se <strong>en</strong>tró <strong>en</strong><br />

otra pieza. y luego los tomó don Garc ía de Padilla<br />

y les repreh<strong>en</strong>dió de lo Que hacían . diciéndoles que<br />

no era servicio el Emperador insistir tanto <strong>en</strong> impedir<br />

su partida . pues tan importante era á su honra y<br />

á la reputacion de su persona , y aun á la seguridad<br />

y conservación de su estado. y que eran ocasion de<br />

alterar y desasosegar las volun tades de los procuradores<br />

de cortes y de las mismas ciudades. por la autorid<br />

ad que Toledo t<strong>en</strong>ia acerca dellas; que lo miras<strong>en</strong><br />

y consideras<strong>en</strong> bi<strong>en</strong>; y después desto fueron tam ­<br />

bi<strong>en</strong> al presid<strong>en</strong>te del Consejo Real , que era el arzobispo<br />

de Granada. como el Emperador se lo habia<br />

mandado. y el les dijo que lo Que podían tomar por<br />

respuesta. era que su majestad iba á hacer cortes á<br />

la ciudad de Santiago, donde todos los procu radores<br />

del reino se juntarían; Que Toledo <strong>en</strong>viase allí los<br />

suyos. con memoria de las causas Que ellos habian<br />

suplicado. y que vistas y examinadas. el Emperador<br />

provceria lo que mas conviniese á su servicio y al<br />

bi<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral de todos sus súbditos, y lo que ellos debian<br />

hacer era dejar de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der <strong>en</strong> aquellas cosas.<br />

y acabar con su ciudad <strong>en</strong>viase sus procuradores,<br />

- 24-


habian sido por suerte elegidos, como arriba t<strong>en</strong>go<br />

dicho, no se les diese el poder g<strong>en</strong>eral tan cumplido,<br />

y que por eso no habian ido ellos. parescióle que<br />

conv<strong>en</strong>ía de mandarlos salir de Toledo, para que<br />

con su aus<strong>en</strong> cia se curas<strong>en</strong> mejor los males com<strong>en</strong>zados,<br />

como se cree que se hiciera si ellos cumplieran<br />

s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te su mandami<strong>en</strong>to. Pero pasó ansí,<br />

que siéndcles notificadas por el Corregido r las cédulas<br />

del Emperador que aun creo Que eran segundas,<br />

y de las primeras habían suplicado, <strong>en</strong> Que les mandaba<br />

parecer ante él d<strong>en</strong>tro de cierto y breve térm ino,<br />

ellos dijeron que las obedecian y estaban prestos<br />

de las cumplir, y fingi<strong>en</strong>do que lo querian hacer<br />

ansl, aderezaron luego su partida; y habi<strong>en</strong>do primero<br />

secreta m<strong>en</strong>te juntado g<strong>en</strong>te. y incitado el pueblo<br />

para lo que se hizo, <strong>en</strong> 16 dias de abril salieron de<br />

sus casas aderezados de cami no, como si muy de veras<br />

se partie ran, y llegando a pasar por la iglesia<br />

mayor, ó segun otros cu<strong>en</strong>tan, habiéndose apeado<br />

<strong>en</strong> ella á hacer oraci ón, donde ya los estaban esperando<br />

los que habian de hacer el hecho, salieron a<br />

ellos con grande ímpetu y alboroto, convocando á<br />

todos los que podía n, y dici<strong>en</strong>do que no se habia de<br />

permitir que aquellos caba lleros se fues<strong>en</strong> de Toledo;<br />

que aquello era perdicion de todo el pueblo, y<br />

muy grande desagradecimi<strong>en</strong>to y crueldad dejarlos<br />

ir á padecer. los pr<strong>en</strong>dieron y det uvieron , haci<strong>en</strong>do<br />

ellos grandes ademanes y apari <strong>en</strong>cias de que eran<br />

forzados y que que rían proseguir su camino; y esto<br />

se com<strong>en</strong>zó con tanto bullicio, que <strong>en</strong> muy poco espacio<br />

acudieron y concurrieron mas de seis ó siete<br />

mil hombres, los mas dellos con armas; y dand o voces<br />

y alborotos, los llevaron á sus posadas. y les pusieron<br />

guardias y p<strong>en</strong>as que no salies<strong>en</strong> dellas ni se<br />

-31 -


como 10 hacían todas las demás destos reinos. y no<br />

insisties<strong>en</strong> <strong>en</strong> las novedades que habían com<strong>en</strong>zado.<br />

Ellos respondieron lo que les pareció. dici<strong>en</strong>do<br />

que no eran parte mas de para suplicar aquello, y<br />

no aceptaron el consejo que les daba; antes t<strong>en</strong>ian<br />

ya por caso de honra porfiar. y bi<strong>en</strong>. <strong>en</strong> los que habian<br />

com<strong>en</strong>zado. Que es una cosa que á muchos ha<br />

traído de pequeños erro res á muy grandes. Siguieron<br />

al Emperador hasta Santiago. y allí anduvieron solicitando<br />

é induci<strong>en</strong>do á todos los procuradores de las<br />

ciudades. que allí eran ya v<strong>en</strong>idos. á su propósito y<br />

opinió n y á que pidies<strong>en</strong> lo mesmo que Toledo pedia.<br />

como muchas dellas lo habian <strong>en</strong>viado á ofrece<br />

ro si<strong>en</strong>do ayudados <strong>en</strong> todo de los m<strong>en</strong>sajeros de<br />

Salama nca. que los seguian y acompañaban.<br />

Entrando pues el Emperador <strong>en</strong> la ciudad de<br />

Santiago con muchos grandes y señores de Cast illa.<br />

las Co rtes se com<strong>en</strong>zaron et t.s dia de abril , y fué<br />

presid<strong>en</strong>te dellas Hernando de Vega, que hoyes vi·<br />

rey <strong>en</strong> Sicilia, y por letrados don Garcia de Padilla<br />

y el lic<strong>en</strong>ciado Zapata. y el Emperador se quiso hallar<br />

el primero dia <strong>en</strong> ellas. y mandó hacer la proposición<br />

<strong>en</strong> su pres<strong>en</strong>cia; la cual fué manifestando las<br />

justas y grandes causas que t<strong>en</strong>ia para la jornada que<br />

hacia. y los muchos gastos que se le habian ofrecido<br />

y esperaba t<strong>en</strong>er. pidiéndoles le socorries<strong>en</strong> con el<br />

servicio acostum brado, y que <strong>en</strong> su aus<strong>en</strong>cia guardas<strong>en</strong><br />

la paz y fidelidad Que de tan leales vasallos se<br />

esperaba; y por su aca tami<strong>en</strong>to, algunos de los procuradores<br />

estaban <strong>en</strong> otorgar el servicio y manifestar<br />

aquel día su propósito. sino fueron los de Salamanca.<br />

que descubiertam<strong>en</strong>te no quisieron hacer la solemnidad<br />

del jura m<strong>en</strong>to ord inario. sin que primero<br />

su majestad otorgase 10 Que habian pedido: lo cual.<br />

- 25-


t<strong>en</strong>ido por desacato, les fué mandado que no <strong>en</strong>tras<strong>en</strong><br />

mas <strong>en</strong> las Cortes ni fues<strong>en</strong> admitidos, y ansí SI:<br />

hizo; y otro dia sigui<strong>en</strong>te ellos se juntaron con [os<br />

m<strong>en</strong>sajeros de To ledo. y determi naron de hacer un<br />

requerimi<strong>en</strong>to á los procuradores de cortes, que por<br />

cuanto los procuradores de la ciudad de Toledo no<br />

eran v<strong>en</strong>idos, y los de Salamanca no eran admitidos,<br />

que hasta hallarse pres<strong>en</strong>tes los unos y los otros no<br />

se determinase ni concediese cosa alguna; donde no,<br />

que protestaban que no parase perjuicio á sus ciuda ­<br />

des; y llevando esto escrito á la larga. fueron á San<br />

Francisco, donde se hacian las Cortes, y pidieron<br />

que les fuese dada audi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> ellas; y au nque sobre<br />

ello hubo diversos votos y algunas difer<strong>en</strong>cias, al<br />

cabo les fué negada la <strong>en</strong>trada, y ellos hicieron su<br />

protestación y autos; lo cua l sabido por el Emperador,<br />

resultó deHoque aquella mesma noche el secretario<br />

Francisco de los Cabos y Juan Ramirez, secretario<br />

del Consejo, vinieron á hablar á los m<strong>en</strong>sajeros<br />

de To ledo de parte del Emperador, y á cada uno de<br />

por si les mand aron y notificaron: á don Alonso<br />

Suarez, que otro dia lúnes <strong>en</strong> todo el dia saliese de<br />

su corte, y d<strong>en</strong>tro de dos meses se fuese á servir y<br />

residir <strong>en</strong> la capitan ía de hombres de armas qu e t<strong>en</strong>ia,<br />

do qu iera que estuviese. hasta que por su majestad<br />

le fuese mandado otra cosa, so p<strong>en</strong>a de perdimi<strong>en</strong>to<br />

de todos sus bi<strong>en</strong>es y de la dicha capitanía;<br />

y á don Pedro Lasso, que ansimesmo saliese de la<br />

corte el dia sigui<strong>en</strong>te, y d<strong>en</strong>tro de cuar<strong>en</strong>ta dias se<br />

fuese á residir <strong>en</strong> la t<strong>en</strong><strong>en</strong>cia de Gibraltar. que del<br />

Rey t<strong>en</strong>ia, y della no saliese sin su lic<strong>en</strong>ia y mandado,<br />

so p<strong>en</strong>a de perderla, con todos los demás bi<strong>en</strong>es<br />

que tuviese. Not ificado este mandado, ellos lo sintieron<br />

mucho, y por via de mansieur de Xevres y por<br />

- 26 -


como si se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dieran por alm<strong>en</strong>aras ó ahumadas.<br />

como suele acontecer <strong>en</strong> tierras de las costas de España<br />

ó <strong>en</strong> fronteras de <strong>en</strong>emigos, asi se movieron<br />

casi á un mismo tiempo muchos lugares. Porque <strong>en</strong><br />

el mismo principio del mes de junio se levantaron<br />

tambi<strong>en</strong> <strong>en</strong> la ciudad de B úrgos con voz de comunidad,<br />

y con grande alboroto y mano armada tomaron<br />

la fortaleza y quit aron las varas á la justicia y hicieron<br />

sus diputados, y dieron la de corregidor á un caballero<br />

vecino llamado don Diego Osario , y luego<br />

fueron á casa de Garci Ruiz de la Mota, procurador<br />

que habia sido <strong>en</strong> aquellas cortes, hermano del<br />

maestro Mota, obispo de Badajoz, para lo matar; y<br />

como no pudo ser habido. que fué avisado y huyó,<br />

derribáronle y quemáronle la casa y todas las escripturas<br />

y previlegios, y otros instrum<strong>en</strong> tos tocantes al<br />

Rey y al reino, que él t<strong>en</strong>ia <strong>en</strong> su poder y á su cargo.<br />

y con el mismo ímpetu fueron y derribaron la casa<br />

de un apos<strong>en</strong>tador del Rey llamado Ga rci Jofré, el<br />

cual aunq ue era natural de Francia, habia gran tiempo<br />

que servia al rey don Fernando el Católico y al<br />

Emperador, su nieto, y era casado y vecino <strong>en</strong> aque­<br />

Ila ciudad; contra el cual se indignaron solam<strong>en</strong>te<br />

porque el Emperador le habia confirmado la t<strong>en</strong><strong>en</strong>cia<br />

de la casa y castillo de Lara, que Burgos pret<strong>en</strong>dia<br />

ser suya; y no paró <strong>en</strong> esto la furia com<strong>en</strong>zada<br />

contra él, porque habi<strong>en</strong>do el mismo Jofré halládose<br />

allí aquel día, que iba con el embajador del rey de<br />

Francia por mandato del Emperador, después de haberse<br />

com<strong>en</strong>zado el derriba mi<strong>en</strong>to de su casa se habia<br />

ido su camino; y acordándose de <strong>en</strong>viar <strong>en</strong> su<br />

alcance cierta g<strong>en</strong>te de á caballo, alcanzáronle <strong>en</strong> un<br />

pequeño lugar tres leguas ya de Búrgos. donde le<br />

pr<strong>en</strong>dieron , sacándo lo de una iglesia y del sagrario<br />

-45 -


mover y sost<strong>en</strong>er do ña Maria Pachecc , muje r de<br />

Juan Pad illa, herman a de l marqués de Mon déjar,<br />

que fué una mujer de muy inqu ieto y bu llicioso ánimo,<br />

y qu e presumió siempre de muy valerosa y de<br />

altos p<strong>en</strong> sami<strong>en</strong>tos: que es una pasion que ha hecho<br />

á muc hos hombres hacer grandes desatinos y atrevi ­<br />

mi<strong>en</strong>tos.<br />

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CAPITULO IV<br />

De la resolución que el Emperador lomó. sabida la alteracion<br />

de Toledo. y cómo se concluyeron las Cortes. y<br />

el se embarcó y partió. y a Qui<strong>en</strong> dejó por gobernador<br />

<strong>en</strong> Castilla.<br />

La nueva y movimi<strong>en</strong>to del escánda lo de Toledo<br />

le tomó al Emperador <strong>en</strong> la Coruña, donde estaba<br />

para se embarcar, au nqu e las Cortes au n no se habian<br />

concluido. Hubo dello grandísimo s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to.<br />

y puso <strong>en</strong> plática de v<strong>en</strong>ir luego personalm<strong>en</strong>te á<br />

castigarlo, y como mozo animoso, Que <strong>en</strong> tonces ha.<br />

bia cumplido veinte anos , tuvo grande gana de hacerio;<br />

pero rué apartado desde propósito por Xebres<br />

y los del Consejo, por respetos que tuvieron, de temor<br />

de mayo r desacato si el Empe rador iba á ello,<br />

t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido la fortaleza y sitio de aq uella<br />

ciudad, y estar aquella cosa <strong>en</strong> principio de su furia,<br />

y que seria muy mal si se desv<strong>en</strong>gonzaban contra su<br />

persona, como temian que lo harían, así de temor<br />

de lo que hab ian com etido, como por estar. como<br />

digo, au n <strong>en</strong> la fuerza del primer furor, lo cual se<br />

t<strong>en</strong>ia espe ranza que el tiempo amansaria y tem plaria.<br />

pasados aquellos ímpetus del pueblo, que , como<br />

- 35-


della. adonde se habia acogido: y así preso, fue traido<br />

á la ciudad de Búrgos y puesto <strong>en</strong> la cárcel. <strong>en</strong><br />

la cual con golpes y heridas lo mataron, y luego ansí<br />

muerto , lo sacaron por las calles arrastrando y lo<br />

ahorcaron. Sabido esto por el condestable don lñigo<br />

de Velasco, Que habla v<strong>en</strong>ido al rebato, se <strong>en</strong>tró <strong>en</strong><br />

las ciudad, y p<strong>en</strong>sando amansar el pueblo por esta<br />

via, se <strong>en</strong>ca rgó de tomar la vara de la justicia, como<br />

se lo pidieron, y tuvo muchos días aquella ciudad<br />

con su pres<strong>en</strong>cia con mediana quietud, y sucedió<br />

después lo que adelante se dirá.<br />

En estos proprios dias se alborotó toda la cc munidad<br />

y villa de Madrid, y se puso tambi<strong>en</strong> <strong>en</strong> armas<br />

y se as<strong>en</strong>tó cerco sobre la fortaleza, y hicieron sus<br />

diputados y forma de comunidad como <strong>en</strong> las otras<br />

ciudades se habia hecho. Y <strong>en</strong> la ciudad de Val<strong>en</strong>cia.<br />

Que días habia Que t<strong>en</strong>ia desterrados á los nobles y<br />

caballeros, <strong>en</strong> esta mesma sazon se alzó el pueblo<br />

contra la justicia, y echó fuera al viso rey de aquel<br />

reino, que era don Diego de M<strong>en</strong>doza. hermano del<br />

marqués de Cañete, y se puso <strong>en</strong> la forma y manera<br />

que las otras. Y á su ejemplo. <strong>en</strong> pocos dias se alzaron<br />

<strong>en</strong> voz de comunidad la ciudad de Sigü<strong>en</strong>za y<br />

de G uadalajara y Salamanca y otros lugares, y se escribieron<br />

y conjuraron de ayudar las unas á las otras,<br />

y<strong>en</strong> todas ellas y las que después se alzaron pasaron<br />

grandes escándalos y insultos y tiranías que hacían.<br />

Que no puedo contar <strong>en</strong> particular. Basta escrebir <strong>en</strong><br />

g<strong>en</strong>eral y comun lo Que <strong>en</strong> nombre de todas ellas y<br />

contra ellas se hizo, así de guerras como de juntas y<br />

tratos, y otra s cosas de las mas señaladas.<br />

- 46 -


se suele <strong>en</strong>c<strong>en</strong>der con poco fundam <strong>en</strong>to. así acontece<br />

apagarse y deshacerse presto, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do fresco<br />

ejemplo dello <strong>en</strong> el alboroto pasado de Valladolid.<br />

que com<strong>en</strong>zó y acabó <strong>en</strong> un dia. Ju nt ábase tambi<strong>en</strong><br />

con esto la necesidad que su majestad t<strong>en</strong>ia de no<br />

dilatar su camino. por la priesa que del Imperi o y<br />

de sus estados de Flándes le daban . y porque le conv<strong>en</strong>ia<br />

verse con el rey de Inglaterra <strong>en</strong> Picardia antes<br />

que él y el rey de Francia se vies<strong>en</strong>. como t<strong>en</strong>ia con ­<br />

c<strong>en</strong>ado, para 1.0 de junio. cerca de Calés. villa del<br />

rey de Inglaterra: por lo cual se acordó espera r el<br />

tiempo y lugar de hacer otros mas seguros remedios.<br />

de los cuales algunos int<strong>en</strong>taron luego. de cartas y<br />

apercebimi <strong>en</strong>tos. y que el Emperador, concluidas<br />

las Cortes. que ya estaban <strong>en</strong> esto. prosiguiese su víaje,<br />

confiando , como digo, que lo de Toledo no iria<br />

<strong>en</strong> crecimi<strong>en</strong>to. antes se curaria presto: y <strong>en</strong> esto se<br />

resolviero n. no adivinando lo que después sucedió<br />

porque á la verdad fueron cosas que no pudieran caber<br />

<strong>en</strong> consideraci ón ni ordi nariojuicio: y así se acabaron<br />

las Cortes. <strong>en</strong> que se ord<strong>en</strong>aron algunas cosas<br />

cum plideras á la justicia y gobernaci ón, y las ciudades<br />

otorgaron el servicio ordinario al Rey, que fueron<br />

duci<strong>en</strong>tos cue ntos <strong>en</strong> tres años, aunque hubo algunos<br />

procuradores que no lo otorgaron ni votaron,<br />

que fueron los de Salamanca. Toro. Madrid. Murcia.<br />

Córdoba y Toledo. cuyos procuradores nunca<br />

vinieron; y los de Lean el uno negó y el otro conce ­<br />

dió. y los unos y los otros se fueron á sus casas; y el<br />

Emperador. si<strong>en</strong>do ya <strong>en</strong>trado mayo. y no esperan ­<br />

do otra cosa sino tiempo para su navegación. con<br />

acuerdo de los de su consejo y su presid<strong>en</strong>te don Antonio<br />

de Rojas, arzobispo de Granada, ord<strong>en</strong>ó dejar<br />

por gobernador destos reinos de Castilla al card<strong>en</strong>al<br />

- 36 -


Adriano , para evitar las invidias y parcialidades si<br />

dejara algun grande de Castilla juntam<strong>en</strong>te con su<br />

real consejo, y que fues<strong>en</strong> á residir <strong>en</strong> la villa de Valladolid.<br />

Y porque Toledo quedaba alterada y las cosas<br />

sospechosas. dejó por capitan g<strong>en</strong>eral á Antonio<br />

de Fonseca, señor de Coca y Alaejos, para si algun<br />

hecho de armas fuese necesario; y ord<strong>en</strong>ado esto,<br />

plugo á Dios que desde á pocos dias. que fueron 20<br />

del dicho mes de mayo, vino el vi<strong>en</strong>to que se deseaba,<br />

y la noche sigui<strong>en</strong>te el Emperador se embarcó.<br />

acom pañado de los señores extranjeros que acá andaban<br />

<strong>en</strong> su servicio, y del duque de Alba don Fadrique<br />

de Toledo, y del marq ués de Villafranca don Pedro<br />

de Toledo, y de su hijo, y de algunos deudos<br />

suyos, y de algunos otros señores y caballeros españoles<br />

de m<strong>en</strong>os estado. Hízose su navegación derecha<br />

á Inglaterra. y <strong>en</strong> seis dias llegó y tomó puerto<br />

<strong>en</strong> Dobla, frontera de Calés. <strong>en</strong> el estrecho <strong>en</strong>tre<br />

Francia y Inglaterra; y luego el mesmo dia, que fué<br />

víspera de la pascua del Espíritu Santo, desembarcó<br />

allí con toda su corte, donde ya estaba el card<strong>en</strong>al<br />

de Inglaterra, que era gran privado del Rey y por<br />

qui<strong>en</strong> se gobernaba. Y luego la misma noche, si<strong>en</strong>do<br />

avisado de su v<strong>en</strong>ida, vino allí por la posta el rey de<br />

Inglaterra, y fueron muy grandes las muestras de<br />

amor con que habló y recibió al Emperador. y las<br />

fiestas y alegre recibimi<strong>en</strong>to que á él Yá toda su corte<br />

hizo, y luego otro dia los dos reyes fueron á Santo<br />

Tomé de Contarberi, donde la reina doña Catalina<br />

de Inglaterra, mujer del Rey y tia del Emperador,<br />

estaba y t<strong>en</strong>ia riquísimam<strong>en</strong>te aderezado el apos<strong>en</strong>to.<br />

<strong>en</strong> el cual estuvieron los tres días de la Pascua.<br />

y se hicieron muy grandes y muy solemnes fiestas.<br />

Pasada la Pascua, y habi<strong>en</strong>do estos dos príncipes tra-<br />

- 37 -


tado las cosas que les conv<strong>en</strong>ía n. y ratificado y confirmad<br />

o las paces y deudos que <strong>en</strong>tre ellos había. con<br />

bu<strong>en</strong>a gracia y amor, el Emperador se despidió de<br />

su tia y del Rey su marido, y se vino á una pla ya <strong>en</strong><br />

aquella mesma isla, y se tomó á embarcar <strong>en</strong> su armada,<br />

que allí se habia pasado; y prosigui<strong>en</strong>do su<br />

navegació n, rué á tomar puerto <strong>en</strong> la isla de Holan ­<br />

da, <strong>en</strong> la villa de Freguelingas. y de su llegada, los<br />

naturales de aquellos estad os, luego como rué pu blicada.<br />

recib ieron increible alegria , y ansimismo <strong>en</strong><br />

toda Alemaña, <strong>en</strong> la cua l tambi<strong>en</strong> era muy deseado.<br />

De Holanda, sin se det<strong>en</strong>er. pasó á Flandes, y <strong>en</strong> las<br />

villas de aquellos estados, por do pasaba, le fueron<br />

hechos muy solemnes recibimi<strong>en</strong>t os, señaladam<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> Gante. donde le esperaron madama Margarita.<br />

su tía, y el infante don Hemando, su hermano, que<br />

ya era duque de Austria, y fue dell os alegrem<strong>en</strong>te<br />

recebido, y de allí se acercó á la villa de Ca lés para<br />

tomarse á ver con el rey de Inglaterra; el cual, después<br />

que del Emperado r se habia apartado, se pasó<br />

<strong>en</strong> Calés, y cerca dél habia hecho sus vistas mu y solemn<br />

es con el rey y reina de Francia, de donde habiéndose<br />

ido el de Fran cia, el Emperado r se acercó,<br />

como digo, con el rey y rein a de Inglate rra que tarnbi<strong>en</strong><br />

vino allí, y trataron sus ligas y otros negocios<br />

grandes que no han v<strong>en</strong> ido á mi noticia, porque es<br />

cierto que el rey de Fran cia procuraba much o que<br />

el de Inglaterra se decla rase por él, si fuese m<strong>en</strong>ester,<br />

contra el Emperador, de cuya pot<strong>en</strong>cia y ac rec<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to<br />

á él no le placia nada; antes le era odiosa y<br />

sospechosa, y le hacia todos los estorbos que podia.<br />

Concl uidas estas vistas, el Emperador se volvió á la<br />

villa de Gante á se aderezar y ponerse á punto pa ra<br />

ir á receb ir su corona <strong>en</strong> la ciudad de Aquisgran,<br />

- 38-


donde le dejamos agora hasta su tiempo, y digamos<br />

las cosas que pasaron <strong>en</strong> estos reinos luego que se<br />

aus<strong>en</strong>tó el Emperador dellos, que fueron harto extrañas.<br />

- 39 -


CAPITU LO VI<br />

Cómo el Rey fué avisado de lo que <strong>en</strong> Castilla pasaba, y<br />

lo que proveyó sobre ello, y lo que el Card<strong>en</strong>al Gobernador<br />

hizo, y las otras cosas que sucedieron.<br />

Sabidos por el Emperador los movrrrn<strong>en</strong>tos ya<br />

dichos que <strong>en</strong> Castilla habian sucedido despu és de<br />

su audi<strong>en</strong>cia, hubo gran pesar y mostró gran s<strong>en</strong>tí.<br />

mi<strong>en</strong>to dello. y habido su consejo, y usando de su<br />

natural clem<strong>en</strong>cia y bondad , con deseo de reducir á<br />

su servicio á los Que estaban alterados, y de confortar<br />

y remunerar á los que habian perseverado <strong>en</strong> él y<br />

no se habian alzado, antes del rigor y justicia, quiso<br />

usar de clem<strong>en</strong>cia y liberalidad. y <strong>en</strong>vió á manda r<br />

que el servic io que se le habi a otorgado <strong>en</strong> las cortes<br />

de la Coru ña no se cobrase de las ciudades qu e estaban<br />

<strong>en</strong> su obedi<strong>en</strong>cia ni de las que á ella se redujes<strong>en</strong>,<br />

porque él les hacia gracia y merced del dicho<br />

servicio. Asimesmo hizo mercer á todo el reino de<br />

que las r<strong>en</strong>tas reales dél se dies<strong>en</strong> por <strong>en</strong>cabezami<strong>en</strong>to<br />

de la manera que estaban <strong>en</strong> tiempo de los Reyes<br />

Católicos, sus abuelos, y quiso perder y hacer suelta<br />

de las pujas que se le habian hecho, que eran grandes,<br />

por los arr<strong>en</strong>dadores, para que no fues<strong>en</strong> mas<br />

-47 -


CAPITULO V<br />

De las cosas que' sucedieron <strong>en</strong> Castilla luego qu e el Emperador<br />

partió delta, y cómo fueron <strong>en</strong> crecimi<strong>en</strong>to los<br />

alborotos y escandalas populares.<br />

La partida del Emperador fué diversam<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>tida<br />

<strong>en</strong> España porque los que t<strong>en</strong>ian sana y bu<strong>en</strong>a<br />

int<strong>en</strong>ció n y ánimos Quietos, que la habian aprobado<br />

y t<strong>en</strong>ido por justa, sintieron con ella mucha soledad<br />

y p<strong>en</strong>a , doliéndose de lo que luego sucedió, temi<strong>en</strong>do<br />

y adivinando lo Que después vino; pero los que<br />

eran bulliciosos y levantados no la tomaban ansí,<br />

ames parecia que andaban regocijados con una vana<br />

esperanza Que <strong>en</strong> los ánimos semejantes se suele<br />

criar de acrec<strong>en</strong>tar sus estados y estimación con las<br />

dis<strong>en</strong>siones y mudanzas; y de los desta calidad no<br />

hubo pocos. y cierto fueron grandes ocasiones de los<br />

males que sucedieron. Señaladam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>te<br />

popular de algunas ciudades de Castilla creció sin<br />

parar el atrevimi<strong>en</strong>to. trocando las mu rmuraciones<br />

y desvergü<strong>en</strong>zas pasadas, ya dichas. <strong>en</strong> desacatos y<br />

osadías intolerables, coloreando los unos y los otros<br />

lo que se hacia y decia con el nombre y título de<br />

bi<strong>en</strong> comun y def<strong>en</strong>sion de sus repúblicas. Los cara-<br />

- 40 -


zones eint<strong>en</strong>ciones Dios las sabe, y solo las conoce<br />

y <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de; pero los hechos que se hicieron y la fama<br />

dellos clarame nte fué mala, como <strong>en</strong> el cu<strong>en</strong>to desta<br />

historia se verá, y así permitió Dios que fues<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

daño y destruic ion de los que las ord<strong>en</strong>aron y ejecutara<br />

n.<br />

Partido pues el Emperador, al tiempo que t<strong>en</strong>go<br />

dicho, del puerto de la Coruña, los grandes y señores<br />

que allí habian quedado se fueron á sus casas y tierras,<br />

y el card<strong>en</strong>al de Tortosa con algunos dellos y<br />

los del Consejo Real tomaron su camino para Valladolid,<br />

como se había ord<strong>en</strong>ado; y antes que allí llegas<strong>en</strong>,<br />

tuvieron nuevas de algunos de los movimi<strong>en</strong>tos<br />

que pasaron; porque <strong>en</strong> muchas ciudades habian<br />

concebido tan grande odio contra los procuradores<br />

de cortes que otorgaron el servicio, juntándose con<br />

ello las m<strong>en</strong>tiras y fama de cosas que decian haber<br />

otorgado, que <strong>en</strong> las mas dellas, luego que los procuradores<br />

llegaban, hacian contra ellos atrevimi<strong>en</strong>tos é<br />

insultos nunca p<strong>en</strong>sados. Las primeras, después de<br />

lo que <strong>en</strong> Toledo estaba hecho, fueron Zamora y Segovia,<br />

cuyas poblaciones casi <strong>en</strong> un dia se levantaron<br />

<strong>en</strong> comunidad, y se pusieron <strong>en</strong> armas con grandísimo<br />

escándalo. ejecutando la primera furia <strong>en</strong> sus<br />

procuradores de cortes. que fu é el nombre y ocasión<br />

con que se levantaron. llamándolos traidores y v<strong>en</strong>dedores<br />

de la patria. porque habian otorgado el servicio<br />

á su rey; y los procuradores de la ciudad de<br />

Zamora escapáronse de la muerte que les iban á dar,<br />

porque huyeron por maña y mandami<strong>en</strong>to del conde<br />

de Alba de Liste, que era vecino y parte principal<br />

<strong>en</strong> aquella ciudad; pero con aquel ímpetu que los<br />

iban á matar, les fueron á derribar las casas, y lo com<strong>en</strong>zaron<br />

á hacer, y dejaron de acabarlo por ruego y<br />

-41-


gravados sus vasallos. Envió asimesmo á ofrecer y<br />

certificar que ningun oficio se proveería <strong>en</strong> estos sus<br />

reinos sino á los que fues<strong>en</strong> naturales dellos; y con<br />

ser estas tres cosas las mas principales é importantes<br />

de que la ciudad de Toledo y las otras de su liga se<br />

agraviaban, y lo habian pedido, y lo daban por descargo<br />

y disculpa de sus levantami<strong>en</strong>tos. no fueron<br />

bastantes para los asosegar y traer á obedi<strong>en</strong>cia. porque<br />

los que eran movedores y habian inducido á los<br />

pueblos á ello. no solam<strong>en</strong>te estorbaban que no se<br />

aceptase. pero procuraban que no se supiese ni publicase.<br />

y no se diese crédito á ello. Y á la villa de<br />

Valladolid, por estar <strong>en</strong> su servicio y estar <strong>en</strong> ella su<br />

gobernador y consejo real, no solam<strong>en</strong>te le hizo<br />

merced de la parte que deste g<strong>en</strong>eral b<strong>en</strong>eficio y gracia<br />

le cabia, pero particularm<strong>en</strong>te le otorgó feria<br />

franca. que t<strong>en</strong>ian <strong>en</strong> cierto tiempo. y los derechos<br />

de la v<strong>en</strong>ta del trigo y pescado; lo cual fué todo lo<br />

mal empleado. como adelante se verá, <strong>en</strong> los unos<br />

y <strong>en</strong> los otros, y prueba bastante que el propósito de<br />

los Que esto <strong>en</strong>caminaro n no rué celo del bi<strong>en</strong> camun,<br />

como publicaban.<br />

Habi<strong>en</strong>do pues as<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> la villa de Valladolid.<br />

el Card<strong>en</strong>al Gobernador con los del Consejo<br />

Real y Presid<strong>en</strong>te. y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do la dureza de los<br />

pueblos que se habian alzado. parescióle Que se debia<br />

ya usar de remedios y medicinas mas fuertes.<br />

vi<strong>en</strong>do que las blandas no habian aprovechado, p<strong>en</strong>sando<br />

curar con ellas 10 pasado y estorbar lo Que<br />

sucedió, aunque el consejo no salió como p<strong>en</strong>saba; y<br />

para esto acordó <strong>en</strong>viar á Segovia, donde la fuerza<br />

y desacato habia sido mayor, al lic<strong>en</strong>ciado Ronqui­<br />

110. alcalde de corte, para allanar y traer á obedi<strong>en</strong>cia<br />

aquella ciudad. y castigar á los mas culpados <strong>en</strong><br />

- 48 -


acata mi<strong>en</strong>to de la condesa de Alba , que salió á se lo<br />

pedir y estorbar. T omóse allí no sé Qué medio de<br />

ponerles dos esta tuas <strong>en</strong> memoria de lo que ellos llamaban<br />

traición. Este co nde fué mu chos dias fr<strong>en</strong>o y<br />

remedio para te mplar las cosas de aquella ciuda d,<br />

para qu e, aunque t<strong>en</strong>ia voz de co munidad, no se hicies<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> ella insultos y desatinos, como <strong>en</strong> las otras.<br />

En Segovia fué mas cruel y abominable el hecho,<br />

po rqu e habiéndose juntado el co mun de aquella ciudad<br />

<strong>en</strong> la iglesia de C órpus C hristi á elegir ciertos<br />

oficiales, como lo habian de costumbre, <strong>en</strong> mart es,<br />

dia de pascua de Espíritu Santo, estaba allí acaso con<br />

ellos un hombre llam ado Fu lano Mel<strong>en</strong>a , allegado ó<br />

criado de la justicia , con la cual t<strong>en</strong>ian ya grande<br />

odio y <strong>en</strong>ojo; y co mo el Mel<strong>en</strong>a pareciese qu e la<br />

queria discu lpar, com<strong>en</strong>zándolo algunos Que pa rticularm<strong>en</strong>te<br />

le querían mal, súb itam<strong>en</strong>te se albo rotaron<br />

todos, y con grandes voces y escándalo le pr<strong>en</strong>diero<br />

n, y sin mas razo n ni dilacion fué llevado po r<br />

el pueblo, que luego acudió todo al campo, á la horea,<br />

adonde llegando el Mel<strong>en</strong>a casi muerto, lo ahorearon<br />

de los pi és; y vini<strong>en</strong>do de hacer este cruel hech<br />

o, toparon con otro hombre, y porque le vieron<br />

escrebi r <strong>en</strong> un pliego de papel, y á uno dellos le pa ­<br />

reció, ó lo quiso decir, que estaba escribi<strong>en</strong>do los<br />

nombres de los que aquello habian hecho, com<strong>en</strong>zaron<br />

á decir: «M uera , mu era ;» y co n la mesma órd<strong>en</strong><br />

de proceso qu e al otro, volvieron co n él á la horca.<br />

y pusiéronlo <strong>en</strong> ella, do nde desde á poco murió con<br />

grande inhumanidad: con que gastando el dia <strong>en</strong> estas<br />

extorsiones, luego al sigui<strong>en</strong>te, qu e rué miércoles.<br />

se juntaron <strong>en</strong> su ayuntami<strong>en</strong>to los regidores de<br />

aquella ciudad á tratar de lo qu e habia pasado; al<br />

cual ansi mesmo vino el regidor Tordesillas, procu-<br />

- 42 -


ador de cortes que habia sido, á dar cu<strong>en</strong> ta de lo<br />

que allí se habia hecho, aunque rué aco nsejado qu e<br />

no lo hiciese y estando así <strong>en</strong> el dicho ayu ntami<strong>en</strong>to,<br />

vino grande número de g<strong>en</strong>te de l pueblo, a rmada,<br />

co n grande gritería y alboroto, y co m<strong>en</strong>zaron á pedir<br />

que les fuese <strong>en</strong>t regado el traidor Tordesillas, y<br />

como no lo hicies<strong>en</strong>, luego escalaron y subieron por<br />

diversas partes á resist illo; de manera qu e se le <strong>en</strong>tregaron<br />

por fuerza; y an sl lo llevaron preso, y aunque<br />

<strong>en</strong> el ca mino el dean de aquella iglesia, y mu cho s<br />

clérigos y religiosos salieron á estorbarlo con el Santo<br />

Sacram<strong>en</strong>to <strong>en</strong> las man os, no fueron parte para<br />

que no le llevas<strong>en</strong> arrastra ndo y despedazándole, y<br />

con una soga á la garganta, hasta la mesma horca<br />

donde habian llevado á los otros, y pusiercnle <strong>en</strong><br />

medio dellos tambi<strong>en</strong> colgado de los pi és, que rué<br />

un harto fiero y lastimoso espectáculo, y ansi acabó<br />

la vida este pobre caballero, y la acabara tambi<strong>en</strong> el<br />

otro procurador su co mpañero, llamado Juan vazqu<br />

ez, si hu biera v<strong>en</strong>ido á Segovia; pero escapóse<br />

huy<strong>en</strong>do si<strong>en</strong>do avisado de lo que pasaba antes qu e<br />

alli viniese.<br />

Habi<strong>en</strong>do el pueblo hecho esto, eligieron sus<br />

diputados de comunidad, y quitaron las varas á la<br />

justicia de l Rey, y diéronlas á otros qu e las tuvies<strong>en</strong><br />

por la Comunidad, y apode ráronse de las puertas de<br />

la ciudad. y pusiéron se ta n <strong>en</strong> armas y vela como si<br />

estuvieran cercados de <strong>en</strong>emigos, y d<strong>en</strong>de á pocos<br />

dias pusieron ta mbi<strong>en</strong> cerco sobre la forta leza. cuya<br />

t<strong>en</strong><strong>en</strong>cia era de don Hemando de Bobadilla, conde<br />

de Chincha n, y t<strong>en</strong>iala po r él su herma no don Diego.<br />

Escribieron asimismo sus cartas á la ci udad de<br />

T oledo, haciéndoles sabe r lo que pasaba, y pidiéndoles<br />

qu e si les vies<strong>en</strong> <strong>en</strong> necesidad les <strong>en</strong>vias<strong>en</strong> so-<br />

-43-


Que aunque Sevilla. Córdoba. Gra nada y otras ciudades<br />

del Andalucía. )' algunas de Castilla. estaban<br />

<strong>en</strong> servicio del Re)'. no podian ansi cómodam<strong>en</strong>te<br />

aprovecharse de su ayuda y favor. lo uno por estar<br />

tan lejos y apartadas, lo otro. porque como <strong>en</strong> tiempo<br />

<strong>en</strong>fermo y cuando anda aire contagioso. también<br />

se curan y previ<strong>en</strong><strong>en</strong> los sanos como los <strong>en</strong>fermos.<br />

ansi <strong>en</strong> esta sazon, no queri<strong>en</strong>do los que gobernaban<br />

apremiar ni <strong>en</strong>ojar á pueblo ninguno de los que estaban<br />

<strong>en</strong> servicio del Rey, con recelo que no se alteras<strong>en</strong><br />

ni desobedecies<strong>en</strong>. los regalaba n y les aliviaban<br />

los pechos y servicios. aunque después [as ciudades<br />

principales del Anda lucía sirvieron. como se vera. y<br />

lo habian preferido; y <strong>en</strong> esta salan lo ofrecieron<br />

Vizcaya y Astúrias: Galicia, por el contrario. se alzó<br />

<strong>en</strong> comunidad lo mas de la tierra della, y procuraron<br />

matar al conde de Fu<strong>en</strong>satida, que era gobernador<br />

de Galicia: el cual escapó con la dilig<strong>en</strong>cia y favor<br />

de don Alonso de Fonseca, arzobispo de Santiago.<br />

y con alguna g<strong>en</strong>te de á caballo se salió del reino.<br />

porque toda aquella tierra le era contraria. y no quiso<br />

dejarse cercar de sus <strong>en</strong>emigos <strong>en</strong> Arévalo. ni <strong>en</strong><br />

sus villas de Coca)' Alaejos: antes dejando á don<br />

Hernando, su hijo. <strong>en</strong> Coca. aport ó á Portugal. y<br />

después por mar se fué á Flándes, adonde estaba el<br />

Emperador. )' llevó consigo al alcalde Ronq uillo.<br />

que tambi<strong>en</strong> le acompañó <strong>en</strong> sus peregrinaciones.<br />

El mesmo dia que pasó 10 que t<strong>en</strong>go dicho <strong>en</strong><br />

Valladolid. que fué miércoles. llegaron á Medina del<br />

Campo los capitanes Juan de Padilla. Juan Bravo )'<br />

Juan Zapa ta, con las g<strong>en</strong>tes que de To ledo. Segovia<br />

y Madrid traían. y con ellas les hicieron los de aquella<br />

villa muy gran favor y consuelo del daño recebido.<br />

)' los acogieron y apos<strong>en</strong>taro n con muy gran vo-<br />

-60 -<br />

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aquel hecho. Para fuerza y autoridad de la justicia.<br />

<strong>en</strong>viaron con él mil hombres de á caballo, los mas<br />

de los cuales era de las guardias que poco habia eran<br />

v<strong>en</strong>idos de la jornada de mar que don Hugo de Moncada<br />

habia hecho de los Gélves; y por capitanes desta<br />

g<strong>en</strong>te fueron <strong>en</strong>viados don Luis de la Cueva, caballero<br />

principal de la ciudad de Baeza, y Ruy Diaz<br />

de Rojas, capitan esforzado y de mucha experi<strong>en</strong>cia,<br />

porque si el alcalde no fuese recebido ni obedecido<br />

<strong>en</strong> la ciudad, él procediere contra ellos <strong>en</strong> rebeldía,<br />

hasta compelerlos á obedecer, pero andaba ya esta<br />

furia infernal tan suelta, que cuando se esperaba que<br />

el temor deste castigo, que se publicaba, escarm<strong>en</strong>tana<br />

á los que no habian pecado, se levantaron otros<br />

de nuevo; y ansi <strong>en</strong> estos dias tomaro n voz de comunidad<br />

Toro, Lean, Avila, Murcia y otros lugares: y<br />

la ciudad de Toledo, como inv<strong>en</strong>tora que habia sido<br />

desta tragedia, acordó de procurar que se hiciese<br />

junta g<strong>en</strong>eral de las ciudades que t<strong>en</strong>ian su opinión,<br />

y escribió cartas á todas ellas, pidiéndoles que <strong>en</strong>vias<strong>en</strong><br />

sus procuradores al lugar que la ciudad de Búrgas<br />

señalase, para tratar y as<strong>en</strong>tar lo que conv<strong>en</strong>ia<br />

que todos hicies<strong>en</strong> para su def<strong>en</strong>sa y conservacion, y<br />

para lo que ellos decian bi<strong>en</strong> comun del reino; á lo<br />

cual los que estaban ya alzados respondieron aprobando<br />

su consejo, y así lo pusieron por obra, como<br />

se dirá adelante; pero Sevilla, Granada, Córdoba y<br />

otros lugares de Andalucía, no solam<strong>en</strong>te no lo quisieron<br />

hacer ni <strong>en</strong>viaron sus m<strong>en</strong>sajeros, pero algunas<br />

dellas no respondieron; y otras lo hicieron repreh<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do<br />

lo que se hacia.<br />

El pueblo y comunidad de Segovia, perseverando<br />

<strong>en</strong> su desatino, como <strong>en</strong>durecidos y obstinados, no<br />

quisieron recebir al alcalde Ronquillo ni obedecelle,<br />

-49-


an tes se pusieron <strong>en</strong> armas para resistillo, y hicieron<br />

sus capitanes, y apercibimi<strong>en</strong>to de su g<strong>en</strong> te pa ra def<strong>en</strong>derse<br />

. El cua l y los ca pitanes que con él iban, vista<br />

la fuerza y fonaleza de aquella ciudad. y porque<br />

la órd<strong>en</strong> y propósito que llevaban era tratar el riegocio<br />

sin sangre, si ser pudiera , pararon con sus g<strong>en</strong>tes<br />

<strong>en</strong> un lugar seis leguas de Segovia, lla mado Santa<br />

Maria de Nieva, y el alcalde hizo allí sus protestaciones.<br />

y com<strong>en</strong>zó por pregones á hacer sus a utos y<br />

procesos contra los segovianos, requiriéndolo hicies<strong>en</strong><br />

la ciudad llana á la justicia real, ó parescies<strong>en</strong> á<br />

dar razo n por qu é no lo hac ían; y á esto los de Segovia<br />

, como ya no era parte <strong>en</strong> la ciudad hombre de<br />

hon ra ni de cue nta, sino el pueblo bravo y furioso,<br />

no solam<strong>en</strong>te no obedecieron ni respondieron, pero<br />

pasados algunos dias <strong>en</strong> tratos 'j <strong>en</strong> pláticas sin tomo<br />

ni fundam<strong>en</strong>to, con la mejor órd<strong>en</strong> que pusieron salieron<br />

un dia al ca mpo tres Ó cua tro mil hombres,<br />

casi todos á pié. con voz y propósito de pelear con<br />

Ronquillo y su g<strong>en</strong>te; y así llegaron á un lugar cerca<br />

de donde el alcalde estaba, el cual con los dichos<br />

capitanes salió á ellos, y segun afinnan, pudiera bi<strong>en</strong><br />

romperlos, porque .aunque eran mas <strong>en</strong> número, era<br />

g<strong>en</strong>te popular y mal dici plinada; pe ro él qu iso estorbar<br />

esto por excusar muertes y rigores, ó por v<strong>en</strong>tura<br />

duda ndo el fin; y pasó la cosa <strong>en</strong> algunas livianas<br />

escaramuzas, <strong>en</strong> que el alcalde Ronq uillo les tomó<br />

pa rte del fardaje y pre ndió algunos de llos, <strong>en</strong> los<br />

cuales ejecu tó p<strong>en</strong>a de mu<strong>en</strong>e, a horca ndo á unos y<br />

dando á otros p<strong>en</strong>as; de manera que los de Segovia<br />

con poco efeto y algun daño se hubieron de volver<br />

á sus casas , y de allí ade lante el alcalde Ronquillo<br />

apretó mas el sitio con quitarles el trato y mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to,<br />

pero no cuan to pudiera, po rque siempre se<br />

- 50 -


eza. y los de Castilla se esforzaran mas <strong>en</strong> su pertinacia.<br />

y ap<strong>en</strong>as hubiera con que resistirles; de manera<br />

que por ello merece Sevilla perpetua fama y r<strong>en</strong>ombre.<br />

Por este servicio mandó el Emperador restituir<br />

al duque de Medina las fortalezas de Niebla. Sanlúcar<br />

y Huelva, que desde el tiempo del Rey Católico<br />

estaban por el Rey, cuando fue saqueada Niebla por<br />

mandado del Rey Católico, y le hizo otras mercedes<br />

y favores, como tan grande lealtad merecía. La ciudad<br />

de Sevilla se lo agradeció y alabó mucho, y ha<br />

t<strong>en</strong>ido respeto y memoria de hecho tan señalado, y<br />

así lo ha mostrado, y esperamos que lo mostrará <strong>en</strong><br />

obras y <strong>en</strong> palabras; y <strong>en</strong>tonces le escribió cartas de<br />

mucho favor y <strong>en</strong>carecim i<strong>en</strong>to. Desta manera pues<br />

quedó Sevilla <strong>en</strong> servicio del Rey como antes lo estaba.<br />

aunque después pasaron <strong>en</strong> ella algunos desasosiegos<br />

que causaba la compet<strong>en</strong>cia y <strong>en</strong>emistad tan<br />

antigua que <strong>en</strong>tre las dos casas del duque de Medina<br />

Sidonia y el duque de Arcos habia; por donde <strong>en</strong><br />

esta sazon el duq ue de Medina int<strong>en</strong>tó estorbar la<br />

<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la ciudad al duque de Arcos y á sus deudas<br />

y parciales. y pasaron después sobre esto cosas<br />

que no hac<strong>en</strong> á mi historia.<br />

Agora volvamos á la Comunidad y g<strong>en</strong>eral della.<br />

aunque no será mucho rodeo poner aquí antes una<br />

cana que el emperador <strong>en</strong>vió á la ciudad de Sevilla.<br />

primero aun que pudiese saber él servicio que le hebía<br />

hecho <strong>en</strong> apaciguar el escándalo que acabo de<br />

contar; que por ser mi propia patria y naturaleza.<br />

me lo sufrirá el lector <strong>en</strong> paci<strong>en</strong>cia; la cual es la Que<br />

sigue:<br />

«Concejo, justicia, asist<strong>en</strong>te, alcaldes. alguacil<br />

»mayor. veinte y cuatros, caballeros. jurados. escu-<br />

-73 -


juntarse con los de Madrid; y así juntos se fueron al<br />

Espinar, adonde vino Juan Bravo, capitan de la g<strong>en</strong>te<br />

de Guerra de Segovia, que habia salido á recibillos<br />

con ella. que serian por todos, segun se contaban <strong>en</strong>tonces,<br />

dos mil infantes )' ci<strong>en</strong>to y cincu<strong>en</strong>ta de á<br />

caballo; y todos tres capitanes acordaron de acercarse<br />

á Santa Maria de Nieva. donde Ronquillo estaba<br />

p<strong>en</strong>sando hacer algun efeto, <strong>en</strong> tanto que la g<strong>en</strong>te<br />

de Salamanca y de otras panes se ju ntaba, y hiciéronlo<br />

así como lo acordaron. Mas el alcalde Ronqui­<br />

110 y sus capitanes, perseverando <strong>en</strong> su propósito.<br />

aunque salieron al campo. no Quisieron pelear, )'<br />

con muy bu<strong>en</strong>a ord<strong>en</strong> se desviaron dellos, mudando<br />

su alejami<strong>en</strong>to; de manera que los <strong>en</strong>emigos se apos<strong>en</strong>taron<br />

<strong>en</strong> el que ellos dejaron. y ellos <strong>en</strong> otro.<br />

Sabida por el card<strong>en</strong>al de Tortosa la junta destos<br />

capitanes, acordó de acresc<strong>en</strong>tar las fuerzas de su<br />

g<strong>en</strong>te. y hacer forma de campo para reprimir con él<br />

la furia de los pueblos; y para esto mandó á Antonio<br />

de Fcnseca, señor de las villas de Coca y Alaejos,<br />

capit án g<strong>en</strong>eral, que con la g<strong>en</strong>te de la corte y contl ­<br />

nuos de la casa del Rey. y con la mas que pudiese<br />

haber de á pie y de á caballo, se fuese á juntar con<br />

Ronquillo, y de la artillería que <strong>en</strong> Medina del Campo<br />

estaba del Rey tomase la que le pareciese; y á<br />

Ronquillo <strong>en</strong>vió á manda r que por ninguna manera<br />

viniese á las manos con los dichos capitanes, sino<br />

que bu<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te se juntase con Antonio de Fonseca<br />

para el efeto ya dicho. y á los que estaban <strong>en</strong> Avila<br />

<strong>en</strong>vió á mandar y requerir Que no hicies<strong>en</strong> junta.<br />

pues estaba vedado por ley y derecho. sin lic<strong>en</strong>cia<br />

de sus príncipes. y si algo Quisies<strong>en</strong> pedir, vinies<strong>en</strong> á<br />

Valladolid, Que el Consejo y él lo suplicarían á su<br />

majestad ju ntame nte con ellos; lo cual no Quisieron<br />

-52-


luntad <strong>en</strong> lo que el fuego no habia consum ido. )<br />

ellos se detuvieron allí seis ó siete dias. <strong>en</strong> los cuales.<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido lo que <strong>en</strong> Valladolid habia pasado, y<br />

có mo las g<strong>en</strong>tes de Antonio de Fonseca eran derramadas<br />

)' desparcidas, y vini éndcles cada dia á Medina<br />

embajadas de ofrecimi<strong>en</strong>tos y favores. despu és de<br />

haber platicado con los de aquella villa <strong>en</strong> la v<strong>en</strong>ganza<br />

que se deb ia tomar de los que tanto estrago<br />

habia n hecho <strong>en</strong> ella. determi naron de hacer uno de<br />

los mas atrevidos hechos que se pudieran p<strong>en</strong>sar.<br />

El hecho fue apoderarse de la persona de la reina<br />

doña Juan a. qu e estaba <strong>en</strong> la villa de Tordesillas á<br />

cargo y guarda del marques de D<strong>en</strong>ia, don Bem ardino<br />

de Rojas Sandoval. pareciéndoles que con esto<br />

su causa tomaria grande autoridad )' reputación:<br />

para lo cual tuvieron plática )' trato con algunos vecinos<br />

)' aun regidores de aquella villa. donde ya habia<br />

voz y nombre de com unidad. )' poni<strong>en</strong>do <strong>en</strong><br />

efecto este atrevimi<strong>en</strong>to. haciéndolo primero saber á<br />

la junta de AviJa, partieron de Medina con cuatro<br />

piezas mas de arti lleria de las que ellos tra ian (las<br />

cuajes les dieron alli, habiéndolas negado al capitan<br />

g<strong>en</strong>eral del Emperador. su rey y señor natural): y IIc·<br />

garon á Tordcsillas miércoles, á 29 de dicho mes de<br />

agosto. <strong>en</strong> la cual no hallando resist<strong>en</strong>cia ninguna,<br />

po rque el Ma rqués no era para poderla hacer. se <strong>en</strong>tra<br />

ron con sus banderas )' atambores: y llegando á<br />

la plaza delant e del palacio do la Reina posaba los<br />

dichos ca pitanes. )' otros con ellos. se apearon. fingi<strong>en</strong>do<br />

y dici<strong>en</strong>do que su alteza les habia hecho señas<br />

desde un corredor que se apeas<strong>en</strong> y subies<strong>en</strong>.<br />

Entraron por su palacio. y se apoderaron dél y subieron<br />

adonde la Reina estaba. y después de besarla<br />

las manos. le hablaron muy largo y muy libre y atre-<br />

- 61-


mejor acordó de ir á la villa de Medina del Campo<br />

á tomar el artillería por fuerza, si de grado no se la<br />

quisies<strong>en</strong> dar, como ya lo habian negado, habiéndoles<br />

sido mandado que la dies<strong>en</strong> al alcalde. Y madrugando<br />

mucho Antonio de f onseca, martes á 2 1 de<br />

agosto, tres meses después que el Emperador part ió I<br />

de Castilla, <strong>en</strong> los cuales pasó todo lo susodicho,<br />

amaneció sobre Medina del 'Campo, donde estaban<br />

ya avisados y puestos <strong>en</strong> armas, con acuerdo de negar<br />

el artillería. como lo hicieron; y como Fonseca<br />

tuviese servidores y parte <strong>en</strong> aquella villa, y el Corregidor.<br />

que era Gutierre Quijada, un bu<strong>en</strong> caballero,<br />

estuviese de bu<strong>en</strong>a voluntad , com<strong>en</strong>zó á tratar<br />

por bi<strong>en</strong> y por medios que se la dies<strong>en</strong>, mostrando<br />

las provisiones y manda mi<strong>en</strong>tos que traian para<br />

ello. En estas pláticas se pasó gran parte del dia, habi<strong>en</strong>do<br />

d<strong>en</strong>tro algunos que eran de bu<strong>en</strong> parecer;<br />

pero si<strong>en</strong>do todo el resto de la g<strong>en</strong>te del lugar <strong>en</strong> lo<br />

contrario, no solam<strong>en</strong>te no quisieron obedecer las<br />

provisiones, pero puestos <strong>en</strong> la plaza del lugar, pusieron<br />

el artillería <strong>en</strong> las bocas de las calles; lo cual<br />

visto por Fonseca, com<strong>en</strong>zó á mandar á su g<strong>en</strong>te <strong>en</strong>trase<br />

peleando , y los de la villa dispararon algunas<br />

de las dichas piezas, y mataron á ci<strong>en</strong> os de los de<br />

Fonseca, y murieron tambi<strong>en</strong> algunos dellos, y def<strong>en</strong>diero<br />

n valerosam<strong>en</strong>te la <strong>en</strong>trada. A este tiempo<br />

la g<strong>en</strong>te de Antonio de Fonseca puso fuego á ciertas<br />

casas cerca de la plaza, con p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to de que con<br />

acudir los de la villa á matar el fuego afloja <strong>en</strong> <strong>en</strong> la<br />

def<strong>en</strong>sa; lo cual no se sabe si fué mandami<strong>en</strong>to de<br />

Antonio de Fonseca, ó que acaso se hiciese; pero fué<br />

ansí que el fuego com<strong>en</strong>zó con tanta fuerza, que luego<br />

com<strong>en</strong> zó á quemar las casas <strong>en</strong>teras, porque los<br />

edificios de aquella tierra son muy aparejados para<br />

-54-


vidam<strong>en</strong>te, y el int<strong>en</strong>to y fin de su habla fu é procurar<br />

de indinarla contra el Emperador y su hijo y contra<br />

sus privados y los de su consejo. dici<strong>en</strong>do que se<br />

habían hecho por ellos <strong>en</strong> sus reinos grandes tiranías<br />

y agravios. y que sobre ello habia grandes escándalos<br />

y movimi<strong>en</strong>tos; á cuya causa eran v<strong>en</strong>idos allí á hacérselo<br />

saber y a darle aviso dello, y para suplicarle<br />

mandase <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der y proveer <strong>en</strong> el remedio. y que,<br />

porque sus mandami<strong>en</strong>tos fues<strong>en</strong> cumplidos y obedecidas.<br />

traían aquella g<strong>en</strong>te y ejército, y que para<br />

tratar y platicar sobre ello, estaban juntos <strong>en</strong> la ciudad<br />

de Avila los mas de los procuradores de las ciudades<br />

y villas destos reinos que t<strong>en</strong>ian VOl O <strong>en</strong> cortes:<br />

que le suplicaban los mandase v<strong>en</strong>ir allí, porque<br />

con su autoridad y mandami<strong>en</strong>to se ord<strong>en</strong>as<strong>en</strong> las<br />

cosas que ellos pedian.<br />

La Reina estaba oy<strong>en</strong>do. extrañándose mucho de<br />

la nueva visita. y acabada su plática. les respondió.<br />

conforme á su natural condicion y costumbre antigua<br />

suya, palabras humanas y g<strong>en</strong>era les. pero no que<br />

atase ni conclu yese cosa alguna <strong>en</strong> ellas. como aque­<br />

Ila que, por su <strong>en</strong>fermedad y falta de juicio, no t<strong>en</strong>ia<br />

cu<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> cosa que tocase á gobemacion y regimi<strong>en</strong>to;<br />

pero ellos, por seguir su opinión, interpretaron<br />

lo que habia dicho, y añadi<strong>en</strong> do lo que no dijo,<br />

como les pareció. escribieron muchas cartas y publicaron<br />

por el reino que la Reina se habia holgado<br />

con su v<strong>en</strong>ida, y que mandaba que los procuradoresde<br />

las ciudades que estaban <strong>en</strong> Avila vinies<strong>en</strong> allí;<br />

y <strong>en</strong>viaron falsos testimonios de notarios y escribanos<br />

que para ello llevaban.<br />

Apos<strong>en</strong>tando aquella noche sus g<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> las aldeas<br />

cerca de la villa, se vinieron otro dia á ella con<br />

los que les pareció que bastaban, y si<strong>en</strong>do recebidas<br />

- 62 -


ello; mas los vecinos , como si fueran las casas de sus<br />

<strong>en</strong>emigos las que así ardían, no hicieron caso deUo,<br />

ni aflojaron un pu nto de pelear ni de def<strong>en</strong>der la <strong>en</strong>trada:<br />

tanta era la dureza y pertinacia que andaba<br />

<strong>en</strong> sus corazones. De manera que, visto por Antonio<br />

de Fonseca que la villa se abrasaba toda, y que no<br />

podia hacer el efeto á que era v<strong>en</strong>ido, recogió su g<strong>en</strong>te<br />

y cesó de combatirlos, y parti óse luego de allí para<br />

darles lugar de atajar el fuego, y que la villa no se<br />

abrasase toda; pero esto fué á tiempo que no se pudo<br />

excusar que lo mejo r della no fuese quemado; porque<br />

ardió la mayor parte de la plaza y el monasterio<br />

de San Francisco y la iglesia de San Anto lin, y gran<br />

parte de las calles comarcana s, con toda la riqueza<br />

de ropa , oro y plata de los mercaderes que <strong>en</strong> ellas<br />

estaban, que fué una suma innumerable. Asimesmo<br />

fueron quemadas alguna s mujeres y niños; de manera<br />

que fué una de las mas lastimeras y tristes cosas<br />

que se han visto. Antonio de Fo nseca, muy <strong>en</strong>ojado<br />

por el daño hecho, y mas por no haber salido con<br />

la empresa de sacar el arti lleria , fué aquella noche<br />

á parará Ar évalo. de do habia salido, y con él Gutierre<br />

Quijada, corregidor de Medina del Campo, que<br />

<strong>en</strong> medio de la furia dicha , vista la resist<strong>en</strong>cia que<br />

hacian , y no queri<strong>en</strong>do él cons<strong>en</strong>tir <strong>en</strong> ella, se habia<br />

salido á juntar con él.<br />

Los vecinos de Medina, quedando mas <strong>en</strong>c<strong>en</strong>didos<br />

<strong>en</strong> su furia que la villa con el fuego, apellidaron<br />

luego comunidad, y tomó el pueb lo la forma del regimi<strong>en</strong>to<br />

que las otras ciudades habian tom ado, y<br />

escribieron luego á Juan de Padi lla y á los otros capitanes<br />

dellas, llamándolos <strong>en</strong> su socorro, y á la ju nta<br />

de Avila <strong>en</strong>viaron á quejarse del daño que se le hizo,<br />

y á pedir ayuda para v<strong>en</strong>garse de los culpados: para<br />

- 55 -


cuyo principio, <strong>en</strong> medio destos acuerdos y alborotos.<br />

se levantó <strong>en</strong>tre ellos un tundidor, llamado Robadilla,<br />

hombre cruel )' perverso; )' siguiéndole mucha<br />

g<strong>en</strong>te popu lar, fuéal Consistorio. donde estaban<br />

ayuntados los regidores, y sin asarle á resistir nadie,<br />

mató a cuchilladas á Gil M<strong>en</strong>to, que era uno de los<br />

principales dellos, cuyo criado habia sido, por señalarse<br />

como Júdas <strong>en</strong> matar á su señor. Después mató<br />

á un librero y á otro regidor, llamado Lope de Vera,<br />

y así mataron después á los que les parecieron que<br />

habian sido <strong>en</strong> que Antonio de Fonseca viniese á<br />

pedir el artillería y <strong>en</strong> querérsela dar, y derribaron<br />

las casas que allí t<strong>en</strong>ia don Rodrigo Mejía, y hicieran<br />

otras crueldades y desatinos. Deste atrevimi<strong>en</strong>to<br />

quedó el tundidor Bobadilla tan reputado cerca del<br />

pueblo, que de alli adelante no se hacia mas <strong>en</strong> Medina<br />

de lo que él mandaba y qu<strong>en</strong>a, y podemos decir<br />

que era tirano della; y lo mesmo pasaba <strong>en</strong> las otras<br />

ciudades, porque <strong>en</strong> cada una se levantaba y señalaba<br />

uno, el más facineroso y atrevido del comu n. y<br />

por semejantes hechos que este, alcanzaba tanta autoridad,<br />

que después gobernaba)' mandaba lo que<br />

qu<strong>en</strong>a. Así fué un Villoría, pellejero, <strong>en</strong> Salamanca,<br />

y un Anton Collado <strong>en</strong> Segovia. y otros tales <strong>en</strong> las<br />

otras partes, y por ellos y sus favorecedores se hacian<br />

insultos y agravies intolerables, matando y desterrando<br />

á las personas que querían, y levantándoles<br />

que se carteaban ó trataban con los que andaban <strong>en</strong><br />

el servicio del Emperador, ó por otra ocasion que<br />

les parecía: de manera que á la voluntad destos tales<br />

estaban sujetos los mas principales caballeros que seguían<br />

esta opinion y vivian <strong>en</strong> los lugares de comunidad.<br />

y con mañas y halagos se sust<strong>en</strong>taban y valian<br />

con ellos: que era un harto miserable )' triste estado.<br />

- 56 -


»deros, oficiales, hombres bu<strong>en</strong>os de la muy noble y<br />

»muy leal ciudad de Sevilla: Por canas del muy re­<br />

»ver<strong>en</strong>do card<strong>en</strong>al de Tortosa, mi gobernadordesos<br />

»reinos de Castilla, he sido informado de la bu<strong>en</strong>a<br />

»voluntad y otras que <strong>en</strong> esa ciudad he hallado des­<br />

»pués de mi partida para las cosas de mi servicio, y<br />

»cómo ha estado y está <strong>en</strong> toda paz y sosiego y obe­<br />

»di<strong>en</strong>cia de nuestra justicia: que todo ello ha sido<br />

»como de la mucha nobleza y lealtad que desa ciu­<br />

»dad se esperaba: y vos lo agradezco mucho y t<strong>en</strong>go<br />

»<strong>en</strong> servicio; que por haber sido <strong>en</strong> tal coyuntura.<br />

»razon es de lo estimar como yo lo estimo, y así lo<br />

»terné siempre <strong>en</strong> la memoria, para que esa ciudad<br />

»sea remunerada y gratificada <strong>en</strong> todo lo que se ofre­<br />

»ciere, como su mucha lealtad y servicios lo mere­<br />

»c<strong>en</strong>: y así, os <strong>en</strong>cargo y mando que durante mi bre­<br />

»ve aus<strong>en</strong>cia desos reinos. continuando vuestra anti­<br />

»gua lealtad, estéis <strong>en</strong> toda paz y sosiego. y obedi<strong>en</strong>­<br />

»cia de nuestra justicia. y guardeis y cumplais lo que<br />

»nuestros visoreyes y gobernadores de nuestra parte<br />

»OS <strong>en</strong>viar<strong>en</strong> á mandar, y que esa ciudad, demas de<br />

»10 hacer ansí, como tan principal. trabaje <strong>en</strong> que<br />

»lcs otros pueblos de Andalucía y su comarca no<br />

»hagan novedades, y para el remedio dello cumplan<br />

»10 que los dichos visoreyes y los de nuestro consejo<br />

»y chancillerias de nuestra parte les mandar<strong>en</strong> ; que<br />

»<strong>en</strong> ella. demás de hacer lo Que deb<strong>en</strong> y son obliga­<br />

»dos. recebiré mucho placer y servicio. como de mi<br />

»parte os lo escrebirá el dicho rever<strong>en</strong>do card<strong>en</strong>al<br />

»de Tortosa, mi gobernador.e-De Malinas á veinte y<br />

»dos dias de setiembre de mil quini<strong>en</strong>tos y veinte<br />

»años>-Yo el Rey,»<br />

- 74-


CAPITULO VII<br />

Del levantami<strong>en</strong>to de Valladolid , y de lo que hicieron los<br />

de la junta )' capitanes de [a Comunidad despu és de la<br />

quema de Medina del Campo.<br />

Con la quema de la villa de Medina verdaderam<strong>en</strong>te<br />

se avivó y <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dió mas el fuego que <strong>en</strong> las<br />

comu nidades de las ciudades y villas de Castilla estaba<br />

pr<strong>en</strong>dido, y se ext<strong>en</strong>dió y alcanzó á oteas do nde<br />

no habla au n llegado. Los secretos de Dios son muy<br />

escondidos y muy grandes: él sabe por qué rué servido<br />

que este consejo y acuerdo no saliese como se<br />

p<strong>en</strong>saba. y que donde iban á apagar y remediar, <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dies<strong>en</strong><br />

y dañas<strong>en</strong> mucho mas Que estaba.<br />

La mala nueva de la quema de Medina se supo<br />

el mesmo dia <strong>en</strong> Valladolid, á las cinco de la tarde,<br />

y con tanta furia como allá el fuego. se levantaron<br />

acá los corazones, y sin ningun respeto del Card<strong>en</strong>al<br />

Gobernador ni de la justicia y Consejo Real, y sin<br />

memoria ni agradecimi<strong>en</strong>to de lo Que el Rey hacia<br />

con ellos, tocaron luego la campana de concejo, y<br />

el pueblo todo se puso <strong>en</strong> armas. y corri<strong>en</strong>do de todas<br />

partes, sejuntaro n <strong>en</strong> la plaza; que ninguna cosa<br />

aprovechó el conde de B<strong>en</strong>av<strong>en</strong>re ni el obispo de<br />

- 57-


Osma. que salieron al rebato y trabajaron por asosegallo;<br />

y asíjuntos cinco ó seis mil hombres, se fueron<br />

á las casas de Pedro de Portillo, procurador de la<br />

villa y riquísimo mercader. y la combatieron para<br />

le matar. y él escapóse huy<strong>en</strong>do; le quemaro n todo<br />

cuanto <strong>en</strong> la casa hallaron, que era mucha riqueza, y<br />

así come nzaron á hacer lo mesmo <strong>en</strong> la casa; pero.<br />

por evitar el daño de las cercanas á ella. lo apagaron.<br />

Hecho este sacrificio. se fueron á la casa de Francisco<br />

de la Serna, que habia sido procurador y otorgado<br />

el servicio <strong>en</strong> las cortes pasadas de la Coruña. y no<br />

pudiéndole haber á él para le matar. com<strong>en</strong>zaron á<br />

derribaJle la casa. y no cesaron de la obra. sino que<br />

los frailes de San Francisco vinieron con el Santísimo<br />

Sacram<strong>en</strong>to á pedirles Que lo dejas<strong>en</strong> de hacer.<br />

si<strong>en</strong>do ya casi media noche; y de allí se fueron á casa<br />

de Gabriel de Santistéban, Que también habia sido<br />

procu rador, y pasó lo mesmo que <strong>en</strong> la de Port illo<br />

y la de Antonio de Fonseca, y no tuvo tan bu<strong>en</strong>os<br />

padrinos; antes fu é quemada toda y dos ó tres de las<br />

vecinas á ella, 'i <strong>en</strong> esto gastaron toda aquella noche.<br />

Ot ro dia miércoles se juntaron los principales comuneros<br />

<strong>en</strong> el monasterio de la Santísima Trinidad. y<br />

eligieron nuevos procuradores y diputados, y de alJi<br />

<strong>en</strong>viaron á llamar á todos los principales caballeros<br />

que se hallaban <strong>en</strong> Valladolid. y les hicieron Que juras<strong>en</strong><br />

la Comunidad. y ellos, con temor de la muerte,<br />

lo hicieron; y de la mesma manera aceptó el infante<br />

de Granada el nombrami<strong>en</strong>to que dél fué hecho de<br />

capitán g<strong>en</strong>eral y gobernador de las amas, con otros<br />

cinco capitanes; porque él era un muy bu<strong>en</strong> caballero<br />

y gran servidor del Rey; y hecho esto, <strong>en</strong>viaron<br />

sus m<strong>en</strong>sajeros luego á Medina del Campo á ofrecerles<br />

su socorro, y para ello mandaron hacer á sueldo<br />

- 58 -


sus cartas por los de la Junta, mostrando que daban<br />

<strong>en</strong>tero crédito á lo que les era escrito, después de<br />

algunas difer<strong>en</strong>cias que <strong>en</strong>tre ellos hubo, se partieron<br />

para Tordesillas, y de camino quisieron visitar á<br />

los de Medina, donde se detuvieron tres dias; y tra­<br />

[ando ya las cosas como administradores y gobemadores<br />

del reino, platicaron con ellos, porque ellos se<br />

lo pidieron , de que tomarian las villas de Coca y<br />

Alaejos, que eran de Antonio de Fonseca, para lo<br />

cual los de Medina del Campo hacian grandes aparejos<br />

y municiones, por el estrago y daño que el señor<br />

de aquellas villas les habia hecho. Y estando<br />

tambi<strong>en</strong> allí, vinieron algunos vecinos de Tordesi­<br />

Has, los mas delIos solicitados por Juan de Padilla y<br />

los otros capitanes, segun es de creer, ó por su rnaticia<br />

y ruindad, á se quejar del marqués de D<strong>en</strong>ia, y<br />

á informar que habia hecho algunos agravios, y que<br />

la Reina no era servida como conv<strong>en</strong>ia, y los de la<br />

Junta, haci<strong>en</strong>do de los muy celosos de su servicio y<br />

de justicia, proveyeron de elegir <strong>en</strong>tre sí tres que luego<br />

fues<strong>en</strong> delante á se informar desto y dies<strong>en</strong> su parecer<br />

<strong>en</strong> lo que conv<strong>en</strong>ia hacer, y fueron nombrados<br />

para ello el maestro fray Pablo, procurador de Lean,<br />

y el com<strong>en</strong>dador Almaraz, procurado r de Salamanca,<br />

y al bachiller de Guadalaiara, procurador de Segavia;<br />

los cuales con gran presteza fueron allá, y haci<strong>en</strong>do<br />

sus informaciones como les pareció, y comunicando<br />

con los dichos capitanes, se resolvieron <strong>en</strong><br />

decir que lo que conv<strong>en</strong>ia al servicio de la Reina y<br />

á la salud de su persona era que el Marqués ni la<br />

Marquesa no estuviese <strong>en</strong> su servicio ni compañia, y<br />

que ellos habian alcanzado que esta era su voluntad;<br />

y ansí lo <strong>en</strong>viaron á decir á los otros procuradores<br />

al camino, y ellos, que holgaron de oirlo, y querian<br />

-63 -


cuando llegas<strong>en</strong> hallar ya echado el Marq ués de allí,<br />

les <strong>en</strong>viaron luego nue-..a provisión para que de su<br />

parte mandas<strong>en</strong> requeri r al Marqués y á su mujer<br />

que luego se salies<strong>en</strong> del palacio de la Reina y de la<br />

villa, y pusies<strong>en</strong> <strong>en</strong> su compañía las mas principales<br />

mujeres que <strong>en</strong> la villa se hallas<strong>en</strong>; lo cual ellos cumplieron<br />

á la letra como se lo cometieron, y el Marqués,<br />

sufri<strong>en</strong>do con seso y paci<strong>en</strong>cia la fuerza que<br />

le hacian, se hubo de salir luego; que no le dieron<br />

una hora de término ni para sacar su casa ni haci<strong>en</strong>da,<br />

haci<strong>en</strong>do primero sus autos y protestaciones<br />

cómo él no dejaba la guardia de la Reina ni de la<br />

Infanta de su volun tad, sino forzado y com pelido y<br />

por no poder mas, porque via la villa ocupada con<br />

g<strong>en</strong>te de guerra, á la cual no podía resistir, salido<br />

ansí el Marqués y Marquesa á una aldea donde ya<br />

eran llegados los procuradores, quedó <strong>en</strong> com pañia<br />

de la Reina doña Catalina de Figueroa, mujer de<br />

Juan de Quintanilla, con las otras mujeres de su servicio<br />

ordinarios y algunas de la villa. La administracion<br />

de la casa tomaron los tres diputados ya dichos,<br />

)' el dicho Quintan illa con ellos, que fué un muy<br />

hermoso trueque.<br />

Otro dia, á 10 de setiembre, <strong>en</strong>traron <strong>en</strong> la villa<br />

los otros procuradores; y queri<strong>en</strong>do autorizar lo que<br />

hacian, fueron á besar las manos á la Reina, y procuraron<br />

por todas las vias que pudie ron que firmase<br />

cartas y provisiones; pero jamás lo pudieron acabar<br />

con ella, como gran tiempo habia que no lo habia<br />

querido hacer, y que mandase llamar y juntar los<br />

procuradores que faltaban del reino, pero plugo á<br />

Dios que á ninguna cosa acudió la Reina. antes les<br />

dijo que no hab ia necesidad dello; pero ellos, no obstante<br />

esto, publicando y dici<strong>en</strong>do que ella lo manda-<br />

-64 -


CAPITULO IX<br />

De cómo el Rey proveyó para Castilla de nue vos goberna ­<br />

dores, y los desacatos y <strong>en</strong>ormidades que dijeron y hicieron<br />

los de la junta que <strong>en</strong> Tc rdesillas estaban, y las<br />

cartas que escribieron al Emperador, y qué tales eran<br />

los ca pítulos Que ord<strong>en</strong>aron para le <strong>en</strong>via r.<br />

Estando <strong>en</strong> Condestable <strong>en</strong> la villa de Briviesca,<br />

que podría ser mediado el mes de setiembre ya dicho.<br />

vino á él Lope Hurtado de M<strong>en</strong>doza. g<strong>en</strong>tilhombre<br />

del Emperador, con provisiones y despachos<br />

suyos, <strong>en</strong> que le hacia visorey y gobernador<br />

destos reinos.juntam<strong>en</strong>te con el card<strong>en</strong>al de Tortosa,<br />

Que ya lo era, y con el almirante de Castilla: por<br />

cuanto si<strong>en</strong>do avisado de que los levantami<strong>en</strong>tos de<br />

las ciudades <strong>en</strong> crecimi<strong>en</strong>to, recibió dello la p<strong>en</strong>a y<br />

<strong>en</strong>ojo que como bu<strong>en</strong> rey amador de sus vasallos debia;<br />

y viéndose imposibilitado de poder v<strong>en</strong>ir luego<br />

por su persona á remediarlo, como quisiera, por eS M<br />

tar tan á punto de recebir la primera corona del imperio,<br />

acordó de <strong>en</strong>viar su poder a los grandes que<br />

t<strong>en</strong>go dicho, porque la gobernación tuviese mayor<br />

autoridad, y porque le pareció que ya la cosa no podia<br />

dejar de llevarse por armas, y para esto era necesario<br />

que los que los gobernas<strong>en</strong> fues<strong>en</strong> personas que<br />

- 75-


aoy t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do formas y maneras como ci<strong>en</strong>os escribanos<br />

dies<strong>en</strong> testimonio que ella mandaba y qu<strong>en</strong>a<br />

que <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dies<strong>en</strong> <strong>en</strong> la gobernacion del reino, com<strong>en</strong>zaron<br />

luego á gobernar como reyes, aunque <strong>en</strong> ncmbre<br />

de la Reina, <strong>en</strong> la forma que adelante se dirá. Y<br />

el Card<strong>en</strong>al Gobernador. que de todas las cosas de<br />

importancia daba por sus cartas aviso al Emperador,<br />

de la toma de Tordesillas y de la Reina, como mas<br />

importante, se le <strong>en</strong>vió luego paniculann<strong>en</strong>te.<br />

- 65-


CAPIT ULO VIII<br />

De las cosas que pasaron estos dias <strong>en</strong> diversas pan es.<br />

Con haber tomado así la t<strong>en</strong><strong>en</strong>cia de la persona<br />

de la Rein a, la VOl y parte de la Comunid ad creció<br />

<strong>en</strong> gran manera , y los que la m<strong>en</strong>eaban tomaron<br />

mayores p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos y atrevimi<strong>en</strong>tos. y las cosas<br />

eran ya tantas y <strong>en</strong> tantas partes, que no se pued<strong>en</strong><br />

contar tod as, ni au n las que son necesarias escrebirse,<br />

ni se puede guardar la árdeo ni forma que convi<strong>en</strong>e.<br />

Los de la Jun ta procedian <strong>en</strong> co nfirmarse <strong>en</strong> su<br />

trono, y las ciudades comuneras <strong>en</strong> echa r de d<strong>en</strong>tro<br />

de sí y de su vecindad los que les eran contrarios. y<br />

<strong>en</strong> traer á su apioion cua ntos podian, y favorecían<br />

lo posible á los que de nuevo se leva ntaban. An si <strong>en</strong><br />

Pa l<strong>en</strong>cia el pueblo quiso mata r al herman o del ob ispo<br />

Mota, y estuvieron por hacer lo mismo á los canónigos<br />

y vecinos de aq uella ciudad, porque habian<br />

dado la posesión de aquel obispado al dicho obispo,<br />

que el Emp erado r le babia proveido. por el od io que<br />

con él t<strong>en</strong>ian. En Alcalá de H<strong>en</strong>a res echaron al vicario<br />

gobernador que allí estaba por el arzo bispo de<br />

T oledo, por persuadirlos á la quietud. En Extremadura<br />

se alzó Cáceres y su comarca y tierras.<br />

- 66-


CAPITULO X<br />

Cómo el Condestable com<strong>en</strong>zó á usar la gobernación. y<br />

cómo los de [a Junta hicieron capitá n g<strong>en</strong>eral y juntaron<br />

sus g<strong>en</strong>tes. y Jo que los grandes ansimesmo hicieron.<br />

Todas estas dilig<strong>en</strong>cias hizo la Santa Ju nta desde<br />

fin de setiembre hasta fin de otubre, <strong>en</strong> cuyo principio<br />

babia sido la prision de los del Consejo; <strong>en</strong> el<br />

cual espacio de tiempo el Condestable. nuevo gobernador.<br />

estando todavía aus<strong>en</strong>te el Almirante, no se<br />

habia descuidado <strong>en</strong> cosa alguna, antes babia hecho<br />

todas las dilig<strong>en</strong>cias posibles; pero aunque pasaron<br />

diversas cosas á un mesmo tiempo no pued<strong>en</strong> contarse;<br />

y así, irán divididas.<br />

Primeram<strong>en</strong>te <strong>en</strong>vió á notificar sus provisiones<br />

de visorey y gobernador, con el Card<strong>en</strong>al y al Almirante,<br />

á todas las ciudades y villas del reino que cómodam<strong>en</strong>te<br />

se pudo hacer, las cuales me acuerdo yo<br />

que <strong>en</strong> Sevilla fueron obedecidas. y se pregonaron á<br />

8 dias de octubre deste dicho año de 1520; y ansí lo<br />

fueron <strong>en</strong> todas las otras ciudades y lugares que estaban<br />

<strong>en</strong> la obed i<strong>en</strong>cia y fidelidad del Rey. Com<strong>en</strong>zó<br />

ansimismo á llamar deudos y amigos y á juntar g<strong>en</strong>-<br />

- 88 -


En Andalucía, donde no habia llegado esta pestil<strong>en</strong>cia.<br />

pocos dias antes destos habia t<strong>en</strong>tado voz de<br />

comunidad la ciudad de Ja<strong>en</strong>, aunque don Rodrigo<br />

Mexia. señor de Santa Eufimia, que t<strong>en</strong>ia mucha<br />

parte y naturaleza <strong>en</strong> aquella ciudad. trabajó mucho<br />

por lo estorbar, y no pudiéndolo hacer, a fin de refr<strong>en</strong>ar<br />

el pueblo se <strong>en</strong>cargó de la justicia por la Comunidad,<br />

como el Condestable habia hecho <strong>en</strong> Búrgos.<br />

yde allí a pocos dias se levantó la ciudad de<br />

Ubeda y Baeza, y el bando de los B<strong>en</strong>avides, que<br />

parecía favorecer la Comunidad. echó fuera al de los<br />

Carvajales, y hubo muertes y escándalos y derribami<strong>en</strong>tas<br />

de casas, y otras cosas semejantes.<br />

De la mesma manera y tiempo se alzó la ciudad<br />

de Badajoz, y tomaro n la fortaleza al que la t<strong>en</strong>ia<br />

por el conde de Feria; y <strong>en</strong> la ciudad y reino de Val<strong>en</strong>cia<br />

pasaban ansí muy grandes alborotos que las<br />

comunidades hacian contra los que les eran contrarios.<br />

y las de Castilla, que no lo habian hecho hasta<br />

allí. Búrgos, Salamanca, Avila y lean eligieron sus<br />

capitanes. y mandaron hacer g<strong>en</strong>te para la <strong>en</strong>viar a<br />

la empresa que Medina queria hacer contra Coca y<br />

Alaejos, villas de Antonio de Fonseca; <strong>en</strong> lo cual todas<br />

cons<strong>en</strong>tian alegrem<strong>en</strong>te, porque deseaban hacer<br />

sobre aquello tal escarmi<strong>en</strong>to. que no se atravies<strong>en</strong> á<br />

cometer contra ellos otro semejante castigo; aunque<br />

lo que se presumia era que el principal respeto para<br />

que querían t<strong>en</strong>er ejército era para fuerza y consolacion<br />

suya; pero, <strong>en</strong> conclusion, el cerco se puso d<strong>en</strong>de<br />

Ji pocos dias sobre Alaejos con los capitanes y<br />

g<strong>en</strong>te de Medina del Campo. Avila y Segovia, que<br />

duró muchos dias, y hubo baterías y combates. <strong>en</strong><br />

que murieron mas de doci<strong>en</strong>tos hombres. El alcaide<br />

andu vo <strong>en</strong> todo como esforzado caballero y muy leal<br />

- 67 -


hombre. y como tal def<strong>en</strong>dió su fortaleza con gran<br />

daño y muerte de los cercadores y muy poco de los<br />

suyos; <strong>en</strong> Que hubo señalados ardides y avisos para<br />

ello, de contraminas y otras cosas notables Que les<br />

hizo.<br />

Los de la ciudad de Burgos, al tiempo que para<br />

este cerco se convocaban, porque el Condestable,<br />

que d<strong>en</strong>tro estaba. como t<strong>en</strong>go dicho. templaba las<br />

cosas de alli, y qu<strong>en</strong>a <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>er y estorbar esta g<strong>en</strong>te<br />

que <strong>en</strong>viaban. porque su hijo el conde de Haro<br />

quiso <strong>en</strong>cargarse de la capitanía della. y por otras<br />

cosas que se ofrecieron, vinieron <strong>en</strong> tanto aborrecimi<strong>en</strong>to<br />

suyo y <strong>en</strong> tanta desvergü<strong>en</strong>za. que <strong>en</strong> ninguna<br />

cosa los querían obedecer, y llegó á término que<br />

el dia de Nuestra Señora de la Natividad, que es á<br />

8 de setiembre, se levantó toda la comunidad contra<br />

él de manera. que le quisieron matar, y él se hubo<br />

de retraer á su casa, donde le cercaron con mucha<br />

g<strong>en</strong>te armada. y asi le tuvieron cerca de dos dias á<br />

él Yal conde de Salinas don Diego Sarmi<strong>en</strong>to. y á<br />

la Duquesa y Condesa. sus mujeres: y no pudi<strong>en</strong>do<br />

allí sust<strong>en</strong>tarse sin peligro de muerte. Ó á lo m<strong>en</strong>os<br />

de prisi ón, vino á concierto con el pueblo que le dejaron<br />

salir librem<strong>en</strong>te con toda su casa. y ansi se<br />

hizo. y se fué á una villa suya llamada Briviesca.<br />

Oeste desacato contra él hecho <strong>en</strong> Búrgos. y favorable<br />

suceso que parecía llevaba la parte de la Comunidad,<br />

com<strong>en</strong>zaron algunos lugares de señores á alzarse<br />

tambi<strong>en</strong> contra ellos <strong>en</strong> nombre de comunidad<br />

y del Rey. y ansí se alzó la villa de Haro al Condestable.<br />

su señor. y Néjara al duque della. y Dueñas al<br />

conde de Bu<strong>en</strong>día, su señor, y otros lugares acometieron<br />

lo mismo. Las villas de Haro y Néjara <strong>en</strong> breve<br />

las cobraron cuyas eran. con ir con sus personas<br />

-68 -


pudies<strong>en</strong> y supies<strong>en</strong> ejecutar, y para este fin <strong>en</strong>vió<br />

a nombrar porca pitan g<strong>en</strong>eral á don Pedro de Velasca.<br />

conde de Haro. hijo primogénito del Condestable.<br />

Recebidos por el Condestable estos despachos.<br />

aceptó luego con grande determinaci ón la gobernación<br />

destos reinos de Casti lla; y porque el poder v<strong>en</strong>ia<br />

para todos tres. ó los dos dellos. que se juntas<strong>en</strong><br />

luego á ejercitar su gobernación. y por cuanto el card<strong>en</strong>al<br />

de Tortosa estaba <strong>en</strong> Vallado lid. como se ha<br />

visto. y el Almirante á la sazon estaba <strong>en</strong> Catalu nya.<br />

donde era ido á visitar cierto estado suyo, allí le fueron<br />

los despachos; y pareciéndole que debia dila tar<br />

la aceptació n hasta v<strong>en</strong>ir <strong>en</strong> Castilla y probar algunos<br />

medios de concordia. como lo hizo, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida<br />

esta dificultad por el Emperador. <strong>en</strong>vió á mandar<br />

d<strong>en</strong>tro de pocos días por sus cartas. hechas <strong>en</strong> 7 dias<br />

del mes de otubre, al Condestab le. y<strong>en</strong>do de ca mino<br />

para Aqui sgran á coronarse, que llamados algunos<br />

del Consejo. él solo <strong>en</strong>te ndiese <strong>en</strong> la gobernación <strong>en</strong><br />

tanto Quese juntaba con el dicho card<strong>en</strong>al de Tortasa<br />

y con el Almirante. por el desman que babia <strong>en</strong><br />

los negocios. por estar ansí divididos; y ansí lo hizo<br />

al tiempo Que se dirá.<br />

Pero <strong>en</strong> tanto que esto v<strong>en</strong>ia, <strong>en</strong>soberbecidos del<br />

suceso que t<strong>en</strong>go dicho [os procuradores de las ciudades<br />

que t<strong>en</strong>ian voz de comunidad, y estaban juntos<br />

<strong>en</strong> Tordesillas. Hegóá tanto su osadía y soberbia.<br />

que no solam<strong>en</strong>te no se cont<strong>en</strong>taban con goberna r<br />

y mandar desde alli á los que les querían obedecer<br />

de la manera Que t<strong>en</strong>go contado. pero determinaro n<br />

de procurar que no hubiese <strong>en</strong> el reino otro nombre<br />

de gobernación por el Rey. que gobernase. sino<br />

ellos, y deshacer el visorey y gobernador real y los<br />

de su consejo. y para esto <strong>en</strong>viaron á Valladolid un<br />

-76 -


y con muchas g<strong>en</strong>tes y con mucha presteza sobre<br />

ellas: lo de Dueñas duró mas <strong>en</strong> def<strong>en</strong>derse, pero al<br />

lin se <strong>en</strong>tregó.<br />

Estando las cosas <strong>en</strong> este estado, que ni regalos<br />

ni fuerzas bastaban para sust<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> la fe del Rey<br />

á los mas de los lugares de Castilla, guardaba la ciudad<br />

de Sevilla, do yo esto escribo y soy natural, tanta<br />

lealtad y fi delidad con él, que no fueron parte cartas<br />

ni ofrecimi<strong>en</strong>tos ni requeri mi<strong>en</strong>tos y protestaciones<br />

de To ledo y de otras ciudades, que no fallaron, para<br />

apartarla della: antes siempre estuvo obedi<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

todo á los manda mi<strong>en</strong>tos del Rey y de sus gobernadores,<br />

y con su autoridad )' ejemplo estuvieron firmes<br />

y constantes <strong>en</strong> el mismo propósito las ciudades<br />

de Córdoba, Jerez, Ecíja y Málaga, y Granada y otras<br />

ciudades y villas desta comarca: <strong>en</strong> lo cual perseveró<br />

desde el principio hasta el fin, aunque fue muy inducida.<br />

como parecerá por lo que <strong>en</strong> ella aconteció <strong>en</strong><br />

esta sazon: que por ser cosa notable, quiero contar,<br />

aunque sea hacer digresión no muy necesaria.<br />

Don Juan de Figueroa. hermano de don Rodrigo<br />

Ponce de Lean , duque de Arcos-inducido y aconsejada<br />

por algunas personas bulliciosas, y movido de<br />

ambicion y vanagloria, estando el Duque su hermano<br />

aus<strong>en</strong>te de la villa de March<strong>en</strong>a, quiso alzar la<br />

ciudad y pueblo de Sevilla <strong>en</strong> comunidad. p<strong>en</strong>sando<br />

ser él capitán y gobernador, para lo cual, t<strong>en</strong>iéndo lo<br />

antes amasado y concertado con los que eran con él<br />

<strong>en</strong> este traro, un domingo después de mediodía, á<br />

16 de setiembre del dicho año de 20, él Yalgunos<br />

caballeros desta ciudad, deudo s y criados del Duque<br />

su hermano, se fueron á la misma casa del Duqu e,<br />

que es <strong>en</strong> la parroquia de Santa Catalina; y convocados<br />

allí mas de seisci<strong>en</strong>tos hombres de [os criados y<br />

- 69 -


allegados suyos, y de los que estaban hablados y pechados<br />

para este propósito, armándose todos, y poniéndose<br />

á caballo él y los otros caballeros. y la otra<br />

g<strong>en</strong>te a pié. tomando cuatro piezas de artillería que<br />

<strong>en</strong> la misma casa estaban. salieron por las calles apellidando:<br />

«Viva el Rey y la Comu nidad»: y asi caminaron<br />

hasta la plaza de San Francisco, sin que el<br />

pueblo se alterase ni juntase con ellos. mas de á ver<br />

lo que pasaba; y <strong>en</strong> el camino hizo don Juan de Figuerua<br />

Quitar las varas á algunas justicias. y púsolas<br />

<strong>en</strong> otras personas suyas <strong>en</strong> nombre de la Comunidad.<br />

Habi<strong>en</strong>do así llegado á dicha plaza, la g<strong>en</strong>te del<br />

duque de Medina Sidonia. que al rebato se habían<br />

juntado, com<strong>en</strong>zaron á v<strong>en</strong>ir contra él por la calle<br />

de la Sierpe, vini<strong>en</strong>do por capitan Val<strong>en</strong>cia de B<strong>en</strong>avides,<br />

caballero esforzado. natural de Baeza, que era<br />

cuñado del duq ue de Medina, casado con su hermana<br />

bastarda, y estuvieron muy á punto de pelear los<br />

unos con los otros, y fué por <strong>en</strong>tonces estorbado por<br />

algunos caballeros que amaban la paz, que se atravesaron<br />

<strong>en</strong>tre ellos; de manera que los del duque de<br />

Medina Sidonia se hubieron de volver, y el don Juan<br />

con su g<strong>en</strong>te pasó adelante. y llegando á la puerta<br />

del alcázar real, que es una casa llana y sin def<strong>en</strong>sa,<br />

determi n ó de se aporderar della, y hallándola cerrada,<br />

hizo tirar algunos tiros. con los cuales derriba ron<br />

las puertas y <strong>en</strong>tró d<strong>en</strong>tro con sus g<strong>en</strong>tes, y pr<strong>en</strong>dió<br />

á don Jorge de Portugal, conde de Gélves. que t<strong>en</strong>ia<br />

la t<strong>en</strong><strong>en</strong>cia; y estando <strong>en</strong> ella y si<strong>en</strong>do ya noche, se<br />

apos<strong>en</strong>tó allí, p<strong>en</strong>sando que viniera el comun y pueblo<br />

desta ciudad á le favorecer y á aprobar lo que<br />

habia hecho; y no solam<strong>en</strong>te no le acudió ansí, pero<br />

de Jos que con él habían v<strong>en</strong>ido. los mas lo desampararon<br />

y se fueron á sus casas aquella noche.<br />

- 70-


dia del fin de setie mbre á Francisco de Anaya , procurador<br />

de Salamanca. y á otros procuradores, con<br />

poder de la Santa J unta, que ellos llamaban , á requerir<br />

<strong>en</strong> forma con grandes protestaciones al Card<strong>en</strong>al<br />

Go bernador que no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>diese mas <strong>en</strong> la gobemacion<br />

destos reinos, y que señalase un lugar do él quisiese<br />

residir para ejecutar el oficio de inquisidor<br />

mayor solam<strong>en</strong>te; y el mismo requeri mi<strong>en</strong>to hicieron<br />

al presid<strong>en</strong>te arzobis po de Granada y a los del<br />

Consejo; y all<strong>en</strong>de de les requerir esto, les citaron y<br />

dijeron que mandaban que d<strong>en</strong>tro de ciertos dias parecies<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> Tordesillas an te la Reina, á da r razon<br />

de cómo habian usado de sus oficios, y estar á justicia<br />

co n qu i<strong>en</strong> algo les quisiese demanda r: y dichas<br />

estas blasfemias, á las cuales ellos no osaron responder,<br />

mas que ci rlas, manda ron y requirieron tambi<strong>en</strong><br />

de parte de la Ju nta, á los oficiales de Haci<strong>en</strong>da<br />

y contaduria, de previlegios y mercedes, que <strong>en</strong>tre ­<br />

gas<strong>en</strong> los <strong>libro</strong>s y registros y el sello real, y ellos por<br />

sus personas fues<strong>en</strong> á usar sus oficios á dicha villa<br />

de Tordesillas. donde los de la Ju nta t<strong>en</strong>ian as<strong>en</strong>tado<br />

su trono, co n color y nombre de la Reina.<br />

Visto por el Ca rd<strong>en</strong>al Gobern ador el desacato<br />

tan grande, y el desman Que habia <strong>en</strong> todas las cosas,<br />

deseó y procuró irse de Valladolid á alguna tierra de<br />

algun grande, donde estuviese seguro; y queriéndolo<br />

poner <strong>en</strong> efecto, un dia, que fué 1. 0 de octubre deste<br />

año , salió de su posada con su guardia y algunos del<br />

Consejo, con ánimo de irse á Medina de Rioseco,<br />

villa del Almirante, y llegando á la pu<strong>en</strong>te que está<br />

<strong>en</strong> el no Pisuerga . salió mucha g<strong>en</strong>te del pueblo armada<br />

, y con ellos don Pedro G iron , pri mogénito del<br />

conde de Ureña, que ya profesaba seguir la Comunidad<br />

. y por fuerza y contra su voluntad, au nque con<br />

- 77-


Otro dia muy de mañana don Hemando Enriquez<br />

de Ribera, hermano del marqués de Tarifa don<br />

Fadrique, que era ido á Jerusal<strong>en</strong> <strong>en</strong> romeria, y padre<br />

de don Perafan de Ribera, que hoyes marqués<br />

de Tarifa y veinte y cuatro desta ciudad de Sevilla, y<br />

los otros veinte y cuatros y la justicia se juntaron <strong>en</strong><br />

el cabildo, y com<strong>en</strong>zaron á tratar de que el p<strong>en</strong>dan<br />

real se sacase por mandado de la ciudad , y por todos<br />

se combatiese el alcázar, y se restituyese al alcalde<br />

que por el Rey le t<strong>en</strong>ia ; y tomando este acuerdo,<br />

acudió allí fon Francisco de Zúñiga, conde de B<strong>en</strong>alcézar,<br />

y muchos caballeros de la ciudad y algunos<br />

del pueblo. Pero <strong>en</strong> tanto que esto se trataba, los capitanes<br />

y g<strong>en</strong>te del duque de Medina Sidonia, si<strong>en</strong>do<br />

su g<strong>en</strong>eral el dicho Val<strong>en</strong>cia de B<strong>en</strong>avides, por órd<strong>en</strong><br />

de la duquesa de Medina doña Ana de Aragon y<br />

de don Juan Alonso de Guzman (que hoyes duque<br />

y marido suyo, y estaba aquel dia y mucho antes <strong>en</strong>fermo<br />

<strong>en</strong> la cama; el cual, por la natural inhabilidad<br />

del duque don Alfonso, su herman o, gobernaba y<br />

mandaba las cosas de su estado), se juntaron y convacaron<br />

á muy gran priesa, y sin esperar que el p<strong>en</strong>dan<br />

real ni la g<strong>en</strong>te de la ciudad viniese, con grande<br />

ánimo y determinacion fueron al alcázar y com<strong>en</strong>záron<br />

lo á combatir; y aunque don Juan de Figueroa<br />

y los que con él habian quedado lo def<strong>en</strong>dieron esforzadam<strong>en</strong>te,<br />

<strong>en</strong> m<strong>en</strong>os de tres horas le <strong>en</strong>traron<br />

por fuerza, y <strong>en</strong> el combate y <strong>en</strong>trada murieron<br />

quince á diez y seis hombres de los unos y de los<br />

otros, y hubo algunos heridos, y el don Juan de Figueroa<br />

fu é preso con dos heridas que le fueron dadas<br />

al tiempo de su prision , y fué <strong>en</strong>tregado sobre su fe<br />

y palabra al arzobispo don Diego de Deza, que 10<br />

pidió con grande instancia , y el alcázar fué restituido<br />

-71-


á don Jorge de Portugal, y así se deshizo <strong>en</strong> m<strong>en</strong>os<br />

de veinte y cuatro horas este nublad o, que tanta<br />

tempestad am<strong>en</strong>azaba. En lo cual dos cosas principalm<strong>en</strong>te<br />

se deb<strong>en</strong> considerar. la una es el señalado<br />

servicio que el duque de Medina y su casa hicieron<br />

á la corona real, <strong>en</strong> se determ inar tan presto <strong>en</strong> rematar<br />

este hecho con tanta determinación, que cierto<br />

fu é muy grande y señ alado ; la otra es la lealtad<br />

del cc mun y los ot ros estados de la ciudad de Sevilla.<br />

pues <strong>en</strong> tiempo que la mayor parte del reino estaba<br />

alzada <strong>en</strong> voz de bi<strong>en</strong> comun. como ellos decian , ni<br />

con halagos ni am<strong>en</strong>azas pudieron atraerlos á si las<br />

otras ciudades ; ella, por el contrario, rogada y convi·<br />

dada y casi forzada. como acabo de contar, jamás<br />

Quiso cons<strong>en</strong>tir ni apartarse de la obedi<strong>en</strong>cia de su<br />

rey y de su justicia: <strong>en</strong> lo cual guardó. cierto, la antigua<br />

y maravillosa lealtad suya; porque no se hallará<br />

que jamás se haya rebelado ni desobedecido á su rey<br />

por guerras ni contrastes que hubiese <strong>en</strong> el reino,<br />

aunque otras muchas lo hicies<strong>en</strong>. como se verá por<br />

las crónicas de Castilla; antes <strong>en</strong> tiempo del rey don<br />

Alfonso el Sabio, habiéndose apartado de su obedi<strong>en</strong>cia<br />

todo el reino, y dado la gobernación al rey<br />

don Sancho. su hijo. solo Sevilla y Murcia permanecieron<br />

<strong>en</strong> su servicio, y <strong>en</strong> Sevilla fué acogido y obedecido<br />

hasta que <strong>en</strong> ella murió: que es hecho de lealtad<br />

notable. Y lo mismo ha mostrado y guardado<br />

siempre con todos los reyes que <strong>en</strong> Castilla han reinado:<br />

por lo cual dignam<strong>en</strong>te merece el nombre de<br />

Muy Leal. que ti<strong>en</strong>e y ellos le diero n: y aunque nunca<br />

se le hubieran dado, 10 merecia por soto este hecho,<br />

<strong>en</strong> que todos juzgaban <strong>en</strong>tonces que si Sevilla<br />

se alzara con esta sazon, las otras ciudades de Andalucía<br />

le siguieran <strong>en</strong> esto. como mas principal y ca-<br />

-72-


les. y escribió á los grandes y caballeros del reino .<br />

animándolos y convocándolos á Que se juntas<strong>en</strong> y<br />

favorecies<strong>en</strong>; y sabido Que los del Consejo y Presid<strong>en</strong>te<br />

se habian salido huy<strong>en</strong>do, de la manera Que<br />

t<strong>en</strong>go dich o. de Valladolid . les escribió que se vinies<strong>en</strong><br />

para él. como lo hizo el Presid<strong>en</strong>te )' algunos<br />

dellos. y como recibió la carta del Em perador. <strong>en</strong><br />

que le mandaba Que <strong>en</strong> tanto Que se juntaban él y<br />

el Card<strong>en</strong>al y el Almirante. que él con los del Consejo<br />

que pud ies<strong>en</strong> v<strong>en</strong>ir para él. <strong>en</strong>t<strong>en</strong>diese <strong>en</strong> la gobernación.<br />

luego lo com<strong>en</strong>zó á hacer con tos que allí<br />

le eran llegados <strong>en</strong> los lugares que no estaban alzados.<br />

y com<strong>en</strong>zó a buscar din eros para hacer y pagar<br />

la g<strong>en</strong>te de guerra. porque ya sin fuerza de armas no<br />

parecia posible de hacer efeto ninguno, y para ello<br />

<strong>en</strong>viaron á pedir dineros prestados al Rey de Port ugal.<br />

y él les prestó liberal m<strong>en</strong>te cincue nta mil ducados.<br />

con los cuales y con los de su casa y otras partes<br />

que pudo el Condestable juntar, hizo alguna infante ­<br />

r ía, y escribió al duque de N ájara. don Antonio<br />

Manrique, visorey que era <strong>en</strong> Navarra. que le <strong>en</strong>viase<br />

alguna infan teria de la ordinaria que <strong>en</strong> aquel reino<br />

habia. y el Duque le <strong>en</strong>vió quin i<strong>en</strong>tos bu<strong>en</strong>os sol.<br />

dados y alguna artillería. que también le pidió con<br />

grande instan cia.<br />

Envió ansimesmo á llamar y solicitar las g<strong>en</strong>tes<br />

de las guard ias de Castilla que t<strong>en</strong>go dicho que nuevam<strong>en</strong>te<br />

habian v<strong>en</strong>ido de los G élves. parte de los<br />

cuales acudieron al servicio del Rey, y los dem ás se<br />

fueron á servir á los de la Junta. ind ucidos por don<br />

Pedro Gir<strong>en</strong>, que ya trataba de ser capitán g<strong>en</strong>eral .<br />

y tambi<strong>en</strong> por el obispo de Zamora don Antonio de<br />

Acuña, grande favorecedor y protector de la santa<br />

comunidad de los procuradores, como él los llamaba<br />

- 89 -


u<strong>en</strong>as palabras que el dicho don Pedro Giro n le<br />

dijo. le compelieron á tom ar asu pasada; de manera<br />

que ni él era obedecido <strong>en</strong> Valladolid. ni le c<strong>en</strong>s<strong>en</strong>tian<br />

salir de allí porque no pudiese usar de su oficio<br />

<strong>en</strong> otra parte. Y los de la Junta, creci<strong>en</strong>do <strong>en</strong> su soberbia<br />

con tantos sucesos a su voluntad y con las<br />

exorbitancias que hacian, después de muy platicado<br />

y conferido <strong>en</strong>tre ellos, acordaron de <strong>en</strong>viar a Valladolid<br />

á pr<strong>en</strong>der al Presid<strong>en</strong>te y los del Consejo; y<br />

para ejecutar este tan nefando hecho fueron señalados<br />

Juan de Padilla, capitan de Toledo, que era el<br />

que <strong>en</strong> estos días t<strong>en</strong>ia el primer lugar y el que mas<br />

se nombraba, y Juan Bravo, capitan de Segovia, y<br />

Juan Zapata, capitan de Madrid, y Suero de Avila;<br />

los cuales. con la g<strong>en</strong>te de guerra de á pié Y de a<br />

caballo, fueron á aquella villa para lo hacer; y aunque<br />

no publicaron el propósito que llevaban, no<br />

dejó de ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido por el Presid<strong>en</strong>te y los del .<br />

Consejo, y antes que ellos llegas<strong>en</strong> y al mismo tiempo,<br />

se salieron y huyeron lo mas presto y secreto que<br />

pudieron, mudando los hábitos y compañías. y por<br />

algunas maneras harto trabajosas aportaron á diversas<br />

partes y lugares de señores pero todavía fueron<br />

tomados y alcanzados cuatro ó cinco delJos, los cuales<br />

llevaron presos estos capitanes públicam<strong>en</strong>te,<br />

con grande estru<strong>en</strong>do de atambores y trompetas, la<br />

via de Tordesillas; aunque <strong>en</strong> el camino, una legua<br />

antes que all á llegas<strong>en</strong>, los de la Junta <strong>en</strong>viaron á<br />

mandar que los soltas<strong>en</strong>, con requerirles y mandarles<br />

primero, so graves p<strong>en</strong>as, que no usas<strong>en</strong> mas de<br />

sus oficios.<br />

Idos desta manera de Valladolid, quedó el Card<strong>en</strong>al<br />

det<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> la forma que t<strong>en</strong>go dicha, y los de<br />

la Junta habian t<strong>en</strong>ido por muy importante hacer<br />

- 78 -


esto de dividir y deshacer el Consejo Real desta manera;<br />

y viéndose ya con los sellos reales y con los<br />

<strong>libro</strong>s y registros, y como de diez y ocho ciudades y<br />

villas que t<strong>en</strong>ian voto <strong>en</strong> cortes, se hallas<strong>en</strong> allí procuradores<br />

de trece ó catorce dellas, aunque <strong>en</strong> la verdad<br />

propia m<strong>en</strong>te no se debia llamar procurador á<br />

aquel que no se <strong>en</strong>viaba de comun cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to,<br />

porque todas las ciudades estaban divididas, y faltaban<br />

<strong>en</strong> ellas los señores y muchos caballeros vecinos;<br />

pero. como quiera que sea, los que iban allí eran de<br />

Búrgos, Lean, Toro, Zamora, Salamanca, Avila, Segavia,<br />

Valladolid, Soria, To ledo, Murcia, Guadalaja,<br />

Madrid, y aun creo que tambi<strong>en</strong> los de Cu<strong>en</strong>ca,<br />

y con esto tuvieron su trono y tiranía por firme. Y<br />

perdi<strong>en</strong>do la vergü<strong>en</strong>za del todo, soltaron la ri<strong>en</strong>da á<br />

los desacatos y atrevimi<strong>en</strong>tos, com<strong>en</strong>zando á mano<br />

dar y proveer como reyes, publicando falsam<strong>en</strong>te<br />

que la Reina lo mandaba y queria, y que habia mejoría<br />

<strong>en</strong> su salud y se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dia <strong>en</strong> curaIla; y hicieron<br />

grandes fiestas de toros y juegos de cañas , y otras<br />

demostraciones de grande alegria y seguridad, usurpando<br />

totalm<strong>en</strong>te la jurisidicion y preemin<strong>en</strong>cia<br />

real, y atribuyé ndola á si meamos con nombre de la<br />

Reina; y partieron <strong>en</strong>tre sí los oficios y justicias,<br />

nombrando <strong>en</strong> particular personas del real consejo<br />

de Justicia y de Guerra , y presid<strong>en</strong>tes deHos, y otros<br />

oficiales para la haci<strong>en</strong>da y contadurías y para t<strong>en</strong>er<br />

el sello y registros, y proveían y despachaban provisiones,<br />

cartas y mandami<strong>en</strong>tos, como el Rey y sus<br />

gobernadores lo acostumbraban á hacer; y <strong>en</strong>viaron<br />

por auto solemne convocando g<strong>en</strong>te á requeri r al<br />

Condestable, que <strong>en</strong> su villa de Briviesca estaba llamando<br />

á algunos del Consejo para com<strong>en</strong>zar á <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />

<strong>en</strong> la gobemac ion del reino, con grandes pro-<br />

-79 -


Carla-Magno. que para este auto se guarda <strong>en</strong> gran<br />

rever<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la sacristía desta iglesia; diciéndole:<br />

«Recibe esta espada, con la cual ejercites justicia<br />

y equidad, y destruyas la iniquidad, y defi<strong>en</strong>das y<br />

ampares la Iglesia, y á los falsos cristianos oprimas y<br />

castigues.»<br />

Después le pusieron el mundo <strong>en</strong> la mano izquierda,<br />

y <strong>en</strong> la derecha ceptro de oro, y al cabo todos<br />

tres le pusieron una rica corona de oro <strong>en</strong> la cabeza;<br />

cada cosa destas con ciertas palabras <strong>en</strong> latin,<br />

y todas las ceremonias muy al propósito: }'ansi ungido<br />

y coronado, fué traidc á una silla de piedra del 1<br />

emperador Carla-Magno, Que <strong>en</strong> el mismo templo<br />

se ha conservado <strong>en</strong> gran v<strong>en</strong>eracion, donde si<strong>en</strong>do<br />

as<strong>en</strong>tado, fué el remate desta fiesta y coronacion. Y<br />

estando allí armó caballeros á muchos de los grandes<br />

y señores y caballeros que alli estaban, así españoles<br />

como de otras naciones. Y pasado esto y vueltos al<br />

altar, el arzobispo de Colonia prosiguió su misa con<br />

grande solemnidad y espacio, durante la cual, antes<br />

y después de lo dicho, se hicieron muchas cerernonias,<br />

que seria muy largo cu<strong>en</strong>to referirlas.<br />

Tuvieron las insignias imperiales estos señores:<br />

el conde de Salemburgo, procurador del rey de Bohemia,<br />

tuvo la corona; el del duque de Sajonia, el<br />

estoque ó espada; el conde Palatino , el mundo; el<br />

embajador del marqués de Brand<strong>en</strong>burgo el ceptro;<br />

y dando fin á la misa, el Emperador, acompañado<br />

de la manera que habia v<strong>en</strong>ido, volvió al palacio y<br />

casa de la ciudad, <strong>en</strong> el cual, por antigua costumbre,<br />

como el Emperador el dia de su coronación, estando<br />

aparejadas las mesas para su persona y para cada<br />

uno de los siete electores, conforme á sus preemin<strong>en</strong>cias<br />

y lugares; convi<strong>en</strong>e á saber:<br />

- 102-


testaciones, que no usase del poder que le era v<strong>en</strong>ido,<br />

y escribieron á todo el reino que no obedecies<strong>en</strong><br />

á sus mandami<strong>en</strong>tos ni de otro gobernador alguno; y<br />

lo peor es, mandaron pregonar <strong>en</strong> la plaza de Valladolid<br />

que ninguno fuese osado de obedecer ni curnpIir<br />

carta ni provisión del Emperador, sin primero<br />

la llevar á pres<strong>en</strong>tar y notificar á la villa de TordesilIas<br />

ante la Santa Junta. Y subi<strong>en</strong>do su soberbia al<br />

mas alto grado que pudo subir, pusieron <strong>en</strong> plática<br />

de quitar al Emperador el nombre de rey, y hubo<br />

algunos que fueron <strong>en</strong> ello; y mandaron ansimesmo<br />

de nuevo ocupar y tomar todas las r<strong>en</strong>tas reales, y<br />

libraban y gastaban dellas <strong>en</strong> la g<strong>en</strong>te de guerra y <strong>en</strong><br />

los acostami<strong>en</strong>tos y partidos de los capita nes y de<br />

los otros oficiales que nombraron y señalaron, y<br />

mandaro n susp<strong>en</strong>der todas las mercedes y quitaciones<br />

que el Emperador habia hecho y dado después<br />

de la muerte del rey don Fernando el Católico, su<br />

. abuelo. Y porque <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dian y sabian que los grandes<br />

y caballeros destos reinos se querian y trataban de<br />

juntarse <strong>en</strong> servicio y voz del Rey, com<strong>en</strong>zaron de<br />

propósito á tratar que sus villas y tierras se les alzas<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> comu nidad, y á favorecer y ayudar á los que<br />

se habian alzado; y ans! daban calor á las merindades<br />

de Castilla la Vieja para levantarlas contra el<br />

Condestable, y les <strong>en</strong>viaron cartas y provisiones de<br />

favor, y favorecian la villa de Dueñas alzada contra<br />

el conde de Bu<strong>en</strong>día, y de la mesma manera al cerco<br />

que Segovia t<strong>en</strong>ia puesto á su alcázar, <strong>en</strong> el cual<br />

hubo muchas muertes de hombres; y á otros lugares<br />

y fortalezas y á los caballeros y otras personas que<br />

<strong>en</strong> las ciudades alzadas eran vecinos y llevaban acostami<strong>en</strong>to<br />

del Rey y de otros señores, <strong>en</strong>viaron á notificar<br />

y mandar que no les acudies<strong>en</strong> ni fues<strong>en</strong> á sus<br />

- 80 -


llamami<strong>en</strong>tos, si no, que les derribarian las casas y<br />

destruirían las haci<strong>en</strong>das , y lo mismo <strong>en</strong>viaron á decir<br />

á las g<strong>en</strong>tes de los guardias que de don Antonio<br />

Fonseca y de Ronquillo habian quedado , y que nuevam<strong>en</strong>te<br />

habian v<strong>en</strong>ido de Africa; porque sabi<strong>en</strong><br />

que el Condestable los procuraba traer al servicio<br />

del Rey, y que fues<strong>en</strong> donde el estaba.<br />

y ansimesmo contra los grandes que habian castigado<br />

á algunos de sus vasallos porque se les habian<br />

alzado, soltaban muchas palabra s y hacian muchas<br />

am<strong>en</strong>azas, dici<strong>en</strong>do que por ellos los habian de mandar<br />

destruir. Y mandaron dar cartas y mandami<strong>en</strong>tos<br />

contra el conde B<strong>en</strong>av<strong>en</strong>te, que de Vallado lid habia<br />

salido, y para otros grandes y caballeros; por las<br />

cuales les requerían y mandaban que se juntas<strong>en</strong> con<br />

ellos, con sus personas, casas y estados, <strong>en</strong> favor de<br />

la Santa Junta y bi<strong>en</strong> del reino, so p<strong>en</strong>a que los que<br />

así no lo hicies<strong>en</strong> serian habido por traidores y <strong>en</strong>emigas,<br />

y que como á desleales les harian cruda gue­<br />

ITa. y asimesmc mandaron continuar y apretar el<br />

cerco que sobre la villa de Alaejos t<strong>en</strong>ían puesto. Y<br />

usando tambi én de todo g<strong>en</strong>ero de persuación e inducimi<strong>en</strong>to,<br />

<strong>en</strong>viaron predicadores y personas hábiles<br />

para aquel oficio, públicas y secretas con cartas y<br />

provisiones, que procuras<strong>en</strong> mover y levantar los<br />

pueblos y ciudades .que no estaban alzadas. Señaladam<strong>en</strong>te<br />

para esto <strong>en</strong>viaron á un caballero de Salamanca,<br />

llamado Francisco de Anaya, arriba nombrado<br />

, con instrucciones y provisiones muy largas<br />

para todas las ciudades y para algunos señores que<br />

p<strong>en</strong>saban t<strong>en</strong>er favorables, el cual fue con int<strong>en</strong>to<br />

de hacer 10 que le era <strong>en</strong>cargado; pero no sucediéndale<br />

como el p<strong>en</strong>só, se volvió sin hacer efecto, habi<strong>en</strong>do<br />

sido bi<strong>en</strong> repreh<strong>en</strong>dido <strong>en</strong> la ciudad de Eciia<br />

-81-


<strong>en</strong> todas ocasiones, fom<strong>en</strong>tando su causa y <strong>en</strong>salzami<strong>en</strong>to.<br />

Com<strong>en</strong>zó ansimesrno á tratar con los de<br />

Búrgos, y pedirles que le dejas<strong>en</strong> <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> la ciudad,<br />

y se redujes<strong>en</strong> al servicio del Rey con ciertos partidos<br />

de que no les fues<strong>en</strong> echados huéspedes, y que<br />

las alcabalas se redujes<strong>en</strong> á la lasa antigua, y otras<br />

algunas cosas; y el trato se concluyó, yel Condestable<br />

les prometió de traerles confirmadas del Emperada<br />

r, y les dió <strong>en</strong> seguridad y reh<strong>en</strong>es de que se<br />

cumplirla así á su hijo don Juan Sanchez de Tovar,<br />

y tambi<strong>en</strong> les dió á su hijo m<strong>en</strong>or don Bemardino<br />

de Velasco.<br />

En tanto Que el Condestable hacia estas dilig<strong>en</strong>cias<br />

tan provechosas y necesarias, el card<strong>en</strong>al de<br />

Tortosa, gobernador, Que<strong>en</strong> Valladolid estaba det<strong>en</strong>ido<br />

<strong>en</strong> la forma que t<strong>en</strong>go dicho, pudo t<strong>en</strong>er manera<br />

como una noche, Que fué de la de 20 del mes de<br />

otubre, con un solo paje de cámara suyo, se salió de<br />

Valladolid muy <strong>en</strong>cubierta y disimuladam<strong>en</strong>te, y á<br />

la mas priesa Que pudo se fué á Medina de Rioseco,<br />

adonde ansimesmo estaban y acudieron luego algunos<br />

del Consejo, y hizolo saber con mucha dilig<strong>en</strong>cia<br />

al Condestable y á algunos de los grandes comarcanos,<br />

pidiéndo les que <strong>en</strong>vias<strong>en</strong> sus g<strong>en</strong>tes, y ellos<br />

con sus personas vinies<strong>en</strong> á les asegurar y favorecer,<br />

los cuales lo hicieron ansí, y de los primeros que \'inieron<br />

fueron don Alonso Pirn<strong>en</strong>tel, conde de B<strong>en</strong>av<strong>en</strong>te<br />

y don Alvaro Osario, marqués de Astorga. con<br />

mucha g<strong>en</strong>te de á caballo y de á pié; y ansi se juntaron<br />

allí después los que se dirán. <strong>en</strong> diversos dias, y<br />

se esperaba al Almirante. Señor de aquella villa de<br />

Rioseco, que ya habla escrito que v<strong>en</strong>ia.<br />

El Condestable hubo gran placer de la salida del<br />

Card<strong>en</strong>al Gobernador, de la villa de Valladolid. y<br />

- 90 -


del conde de Palma. por haber aceptado aquella empresa<br />

y andar <strong>en</strong> elJa; el cual. aunque <strong>en</strong> lo de Toledo<br />

se habian habido descuidadam<strong>en</strong>te. <strong>en</strong> la respuesta<br />

que di óá este caballero y <strong>en</strong> conservar y t<strong>en</strong>er<br />

aquella ciudad. donde era mucha parte <strong>en</strong> servicio<br />

del Emperador y su justicia, se mostró muy bi<strong>en</strong> caballero<br />

y muy leal á su servicio.<br />

Enviaron después desto los de la Junta otra ernbajada<br />

con el dean de la iglesia mayor de Avila, al<br />

rey don Manue l de Portugal. dándole cu<strong>en</strong>ta de todo<br />

lo que pasaba. colorando yjustificando con palabras<br />

su causa, suplicándole les ayudase y favoreciese; y<br />

llevaba el dean comision que moviese plática de casami<strong>en</strong>to<br />

con el príncipe don Juan, que es hoy rey.<br />

y la infanta doña Catalina, que ellos t<strong>en</strong>ian <strong>en</strong> su<br />

poder, p<strong>en</strong>sando atraerlos por este casami<strong>en</strong>to á su<br />

propósito; pero el Dean no halló allí el acogimi<strong>en</strong>to<br />

que p<strong>en</strong>saba, porque el rey de Portugal, como bu<strong>en</strong><br />

hermano y amigo del Emperador, tes <strong>en</strong>vió á repreh<strong>en</strong>der<br />

lo que hacian, y les aconsejó se dejas<strong>en</strong> dello:<br />

ofreciéndoles que si ellos pidies<strong>en</strong> al Emperador con<br />

el acatami<strong>en</strong>to que debian cosas que cumplies<strong>en</strong> al<br />

bi<strong>en</strong> del reino, que él les ayudaría; y <strong>en</strong> lo demás<br />

que le apuntaban del casami<strong>en</strong>to. no quiso ni permitió<br />

que le fuese dicho ni se tocase <strong>en</strong> ello. Y hechas<br />

estas dilig<strong>en</strong>cias y atrevimi<strong>en</strong>tos exorbitantes. como<br />

t<strong>en</strong>go dicho. acorda ron de hacer otro, el cual fué escrebir<br />

una carta al Emperador firmada de todos los<br />

procuradores de la Ju nta, cuya fecha era á 20 de otubre<br />

deste año. para descargarse con el nombre y titulo<br />

della de todo [o que habian hecho, <strong>en</strong> la cual le<br />

confesaban y contaban este proceso. y <strong>en</strong> lugar de<br />

pedir perdon )' misericordia dello y prometer <strong>en</strong>mi<strong>en</strong>da<br />

para adelante. pedían desvergonzadam<strong>en</strong>te<br />

- 82 -


aprobación de lo hecho por las ciudades y por ellos,<br />

y pode r y autoridad para lo que adelan te hicies<strong>en</strong> :<br />

porque todo decian haberl o hecho por servirle y po r<br />

remed iar los intolerables ma les qu e por los de su<br />

consejo Y gobe rnador se habian cometido <strong>en</strong> estos<br />

reinos. Y all<strong>en</strong>de de tratar <strong>en</strong>to an si, ponian mu chos<br />

desacat os y descomedimi<strong>en</strong>tos, como rué conta r qu e<br />

habian quitado y div idido los del Co nsejo qu e <strong>en</strong><br />

Valla dolid estaban, y decir que lo mesmo hicieran<br />

con los otros Que con su majestad estaban si acá estuv<br />

ieran , y Que le suplicaban luego los mandase qu its.r<br />

de su consejo, .y revocase el pod er que habia <strong>en</strong>viado<br />

al Condestab le y al Almirante para gobernadores<br />

destcs rein os, y el que habia dejado el card<strong>en</strong>al<br />

de T ortosa, porque el reino no los podia sufrir ni<br />

cons<strong>en</strong>tir: y an sí otras cosas y palabras desta manera,<br />

co mo por la mesma carta parece, que ellos man ­<br />

daron imprimir y publicar, la cual <strong>en</strong>viaron á su majestad<br />

con un caballero de Avila. llamado Anton io<br />

Vazquez. al cual sucedió allá lo que dirémos. Todo<br />

esto decía n haberlo hecho por su servicio y por el<br />

bi<strong>en</strong> público , significando a ntes merecer mercedes<br />

po r ello que castigo ni perdo n; y que obligados y forzados<br />

por las leyes destos rein os y de [a lealtad qu e<br />

á su rey y señor natural debían, lo hab ian hecho;<br />

que es una soberbia intolerabl e. Y an simismo decian<br />

<strong>en</strong> la carta qu e queda ban ord<strong>en</strong>ando ciertos capítulos<br />

para <strong>en</strong>viar á suplicar á su majestad las cosas qu e<br />

conv<strong>en</strong>ia hacer y remediarse co mo después los <strong>en</strong>viaron;<br />

y aunque tardaron algunos dias <strong>en</strong> ello, no<br />

será inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te que me anticipe á contar algun os<br />

de los dichos capitulas, pue s fueron tan públicos,<br />

que ellos mismos los mandaron imprimir y estampar.<br />

-83 -


conforme lo as<strong>en</strong>tado con los de Búrgos, se <strong>en</strong>tró <strong>en</strong><br />

la ciudad á 1.° de noviembre. y por algunos contrastes<br />

se apoderó de lo mejor que pudo ella, y comunicánda<br />

lo con el Card<strong>en</strong>al Gobern ador y con los que<br />

<strong>en</strong> Rioseco estaba n, se acordó que, pues otro remedio<br />

no babia . se llevase la cosa por armas, y Queallí<br />

<strong>en</strong> Rioseco se juntase el campo y todos ellos, por<br />

estar mas <strong>en</strong> comarca y frontera cercana de Tordesillas,<br />

donde ya se come nzaba á formar el del <strong>en</strong>emigo,<br />

Para esto acordó el Condestable quedarse <strong>en</strong><br />

Búrgos con la g<strong>en</strong>te Que le pareció, para hacer rostro<br />

á las merindades Que estaban alzadas, de las cuales<br />

don Pero de Ayala. conde de Salvatierra, con poca<br />

prud<strong>en</strong>cia y saber, se habia hecho capitán; y si<strong>en</strong>do<br />

llegada la g<strong>en</strong>te y artillería ya dicha de Navarra. <strong>en</strong>vió<br />

con ella y con la demás de á pié y de á caballo<br />

que él babia juntado. á don Pero de v elasco, conde<br />

de Haro, su hijo mayor (que habia sido nombrado<br />

capitá n g<strong>en</strong>era l para estas ocasiones por el Emperador),<br />

á Medina de Rioseco; el cual, pon i<strong>en</strong>do <strong>en</strong><br />

efecto su partida, salió de Búrgos con su campo y<br />

fuése á la villa de Melgar, ocho leguas de allí, donde<br />

esperó á recoger toda la g<strong>en</strong>te, y juntáron se all í con<br />

él don Pedro Vélez de Guevara, conde de Oñate,<br />

don Ga rcía Manrique, conde de Osomo, don Alonso<br />

de Peralta, marqués de Falces, don Luis de B<strong>en</strong>avides,<br />

mariscal de Fromesta, y algunos otros caballeros<br />

que no vinieron á mi noticia, cada uno con la<br />

g<strong>en</strong>te que podia, y de allí prosiguieron su camino á<br />

Ricseco, donde cada dia llegaban caballe ros y señores<br />

con g<strong>en</strong>tes de guerra para ir <strong>en</strong> esta jornada,<br />

los contrarios de la junta de Tordesil1as no se<br />

olvidaban de proveer lo que conv<strong>en</strong>ia hacer para los<br />

p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos que t<strong>en</strong>ian y para resistir lo que sa-<br />

-91 -


Primeram<strong>en</strong>te pedian lo mesmo que habian hecho<br />

<strong>en</strong> la carta, que luego quitase su majestad al Card<strong>en</strong>al<br />

y los otros gobernadores que <strong>en</strong> Castilla t<strong>en</strong>ia,<br />

y losque pusiese fues<strong>en</strong> naturales, elegidos á cont<strong>en</strong>to<br />

del reino, y que desto se hiciese ley para sus sucesores.<br />

Que el gobernado r que así fuese puesto, pudiese<br />

proveer y dar todo lo que la persona real puede, de<br />

<strong>en</strong>comi<strong>en</strong>das, t<strong>en</strong><strong>en</strong>cias , justicia y gobernación y<br />

todo lo demás, salvo que no pudiese hacer merced<br />

del patrimonio real, y ansi pedían otras cosas, que<br />

era poco m<strong>en</strong>os que hacerlo rey, y de mas á mas<br />

puesto de su mano.<br />

Pedian ansimesmo que ningun grande ni señor<br />

pudiese t<strong>en</strong>er oficio ni usarlo <strong>en</strong> la casa real, y otras<br />

cosas contra los nobles y caballeros.<br />

Pedian ansimesmo que no se pudies<strong>en</strong> echar<br />

huéspedes <strong>en</strong> ningun tiempo, y solam<strong>en</strong>te se dies<strong>en</strong><br />

al Rey y á su casa y á los de su consejo y oficiales<br />

ses<strong>en</strong>ta posadas, y que estas se pagas<strong>en</strong> á los dueños<br />

de las casas, y lo que montase se repartiese por sisa<br />

<strong>en</strong>tre exemptos y no exemptos; lo cual cualquiera<br />

juzgará cuán inicua é injusta petición era.<br />

Pedian mas: que las alcabalas y tercias se dies<strong>en</strong><br />

por <strong>en</strong>cabezami<strong>en</strong>to al reino, al precio <strong>en</strong> que se habian<br />

dado <strong>en</strong> el año de 1444, y que fuese perpetuo,<br />

sin poder ctecer mas, y que jamás se pudies<strong>en</strong> arr<strong>en</strong>dar;<br />

queri<strong>en</strong>do privar al Rey injustam<strong>en</strong>te de su derecho<br />

y de la mejoría y acrec<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to que hay <strong>en</strong><br />

todas las cosas con las altas y bajas que da el tiempo .<br />

Estas y todas las otras r<strong>en</strong>tas reales, pedian <strong>en</strong><br />

otro capítulo que se pusies<strong>en</strong> <strong>en</strong> arcas y depósitos,<br />

y que de allí se sacase y gastase solam<strong>en</strong>te 10 necesario<br />

para el estado del reino. y este era el que ellos<br />

-84 -


<strong>en</strong>ian, y para el servicio de la Reina y el gasto de<br />

su casa, y de la casa y criados del Rey, y para la<br />

g<strong>en</strong>te de guardias y chancillerías y consejo; y lo demás<br />

que se guardase y atesorase hasta la v<strong>en</strong>ida del<br />

Rey; de manera que lo hacian m<strong>en</strong>or y pupilo, y á<br />

eJlos tutores y gobernado res.<br />

Pedian tamb i<strong>en</strong> que el servicio Que se habia otcrgado<br />

<strong>en</strong> las cortes de la Coruña no se cobrase, y que<br />

jamás se pudiese pedir por el Rey ni por su sucesor<br />

otro servicio; que fué blasfemia y deslealtatd conocida.<br />

como arriba está dicho y mostrado.<br />

Querían asimesmo que los procuradores de las<br />

ciudades que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> voto <strong>en</strong> cortes se pudies<strong>en</strong> justar<br />

de tres <strong>en</strong> tres años perpetuam<strong>en</strong>te donde Quisier<strong>en</strong>,<br />

<strong>en</strong> aus<strong>en</strong>cia de los reyes, para que allí juntos proveyes<strong>en</strong><br />

y tratas<strong>en</strong> lo Que tocaba al servicio del Rey<br />

y al bi<strong>en</strong> púb lico; lo cual claram<strong>en</strong>te era una perpetua<br />

comunidad y deshacer el poder real.<br />

Jun tam<strong>en</strong>te con esto decian Que, cuando por<br />

mandado del Rey se juntas<strong>en</strong> cortes, que tuvies<strong>en</strong><br />

facultad los procuradores dellas para se juntar <strong>en</strong><br />

ellas sin presid<strong>en</strong>te puesto, como el ordinario del<br />

Consejo Real lo es; lo cual era, cierto. quitar á los<br />

miembros la cabeza y pervertir la órd<strong>en</strong> y concierto<br />

natural , que siempre se ha t<strong>en</strong>ido tan bi<strong>en</strong> ord<strong>en</strong>ado<br />

<strong>en</strong> estos reinos.<br />

En otro capitulo pedian quitase todos los de su<br />

consejo y presid<strong>en</strong>te, y pusiese otros, y que estos no<br />

pudies<strong>en</strong> ser perpetuos; de manera que no querían<br />

que quedase nadie que no les fuese acepto, ni durase<br />

el que no saliese á su voluntad.<br />

Metíanse tambi<strong>en</strong> <strong>en</strong> lo eclesiástico y espiritual.<br />

<strong>en</strong> desacato y m<strong>en</strong>osprecio de la Iglesia y de la inmunidad<br />

della, pidi<strong>en</strong>do Que no se echas<strong>en</strong> ni publi-<br />

-85 -


A la mano derecha del Emperado r <strong>en</strong> el mas<br />

preemin<strong>en</strong>te lugar. estaba la silla del arzobispo de<br />

Colonia. Yluego cabe la suya la del procurador del<br />

rey de Bohemia. y tercera <strong>en</strong> órd<strong>en</strong> la del conde Palatino.<br />

En la mano izquierda la silla del arzobispo<br />

de Maguncia. que si<strong>en</strong>do el convite fuera de aquella<br />

diócesis, fuera la suya <strong>en</strong> mejor lugar, luego estaba<br />

la del embajador del duque de Sajonia. y luego la<br />

del embajador del marqués de Brad<strong>en</strong>burg; todas estas<br />

iguales. La del arzobispo de T r éveris estaba <strong>en</strong><br />

medio. <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te de la del Emperador. también igual.<br />

Esta es la órd<strong>en</strong> que se guarda <strong>en</strong> los asi<strong>en</strong>tos cuando<br />

com<strong>en</strong> á una mesa del Emperador y los electores del<br />

imperio.<br />

Apartadas de la mesa del Emperador babia ansimesmo<br />

otras pequeñas para otros grandes y procuradores<br />

de las ciudades del imperio. As<strong>en</strong>tándose el<br />

Emperador á la mesa, el conde Palatino le sirvió el<br />

primer manjar, y el embajador del rey de Bohemia<br />

le sirvió la copa la primera vez. que es preemin<strong>en</strong>cia<br />

y oficio suyo. y después lo Que duró la comida le<br />

sirvieron muchos señores de diversas naciones; y<br />

acabado el convite, el Emperado r armó caballeros á<br />

muchos; y de á poco de hora volvió a la iglesia, y<br />

desde alli á palacio con la pompa y compañia que<br />

habia v<strong>en</strong>ido; y desta manera se hizo esta coronacion.<br />

En este mismo dia, <strong>en</strong> la ciudad de Constantino- .<br />

pla. se coronó por emperador de los turcos Soliman,<br />

por muerte de Selim. su padre.<br />

Acabada la fiesta de la cc ronacion, el Emperador<br />

se partió de Aquisgran para Colonia, y con él vinieron<br />

algunos de los señores y príncipes, y los demás<br />

se fueron á sus casas. Y si<strong>en</strong>do ya el mes de noviem-<br />

- 103 -


cas<strong>en</strong> bulas sino con cierta forma que ellos ponían,<br />

y tambi<strong>en</strong> la daban <strong>en</strong> el gasto y cobranza de los<br />

dineros dellas; lo cual no dejaba de t<strong>en</strong>er sabor de<br />

infidelidad y blasfemia; como era también que quitase<br />

el Emperador el arzobispado de Toledo al card<strong>en</strong>al<br />

Guillermo de Croy, sobrino de su privado<br />

monsieur de Xebres; y desta manera daban la órd<strong>en</strong><br />

que debian guardar los obispos <strong>en</strong> sus obispados y<br />

<strong>en</strong> los <strong>en</strong>tredichos y excom uniones.<br />

Por otros capítulos demandaban que todas las<br />

mercedes Que se hubies<strong>en</strong> hecho después de la muerte<br />

de la reina doña Isabel la Catól ica, por el rey don<br />

Felipe y por el Emperador, fues<strong>en</strong> revocadas y de<br />

ningun efecto; que era descubiertam<strong>en</strong>te decir que<br />

no habian t<strong>en</strong>ido jurisdicción ni poder real para poderlas<br />

hacer á los que las recibieron.<br />

Al cabo concluian pidi<strong>en</strong>do aprobación de todo<br />

lo que las comunidades habian hecho. y perdon g<strong>en</strong>eral<br />

y particular para todos los que las habian seguido.<br />

Y desta manera trataban otras semejantes cosas.<br />

que aunque todas fueran honestas y bu<strong>en</strong>as, la<br />

forma con que se pedian las hacia muy malas, porque<br />

era con soberbia. y puestos <strong>en</strong> armas contre el<br />

Emperador, su rey y señor natural.<br />

y aun con ser ansí, se les otorgaban las justas por<br />

concierto; pero ellos lo querian todo. y ansí nunca<br />

se concertaron; y la ambición de los Que <strong>en</strong> esta junta<br />

de Tordesillas estaban era tanta, que á algunas de<br />

las ciudades Que los habian <strong>en</strong>viado les parecia mal<br />

lo que hacían; y ansl. Ie ciudad de Búrgos les escribió<br />

repreh<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do la prision de los del Consejo y algunas<br />

de las cosas dichas, y no tardó mucho después<br />

de <strong>en</strong>viar á llamar á sus procuradores; y la misma<br />

repreh<strong>en</strong>sion hizo. segun dic<strong>en</strong>. Guadalajara. Soria<br />

- 86 -


y Zamora por sus cartas. y aun <strong>en</strong>tre los regidores<br />

de las ciudades hubo algunos que no vinieron ni fueron<br />

<strong>en</strong> las cosas contadas; pero yo veo que la mayor<br />

parte consintió y los otros pasaron por ello. sin los<br />

dejar ni apartarse de su liga y compañía.<br />

- 87 -


ian que contra ellos se aparejaba, como hom bres<br />

que t<strong>en</strong> ian avisos; para lo cual ord<strong>en</strong>a ron lo sigui<strong>en</strong>te:<br />

Primeram<strong>en</strong>t e mandaron ape rcebir y aderezar<br />

los capitan es y g<strong>en</strong>tes que allá t<strong>en</strong>ian, y escribieron<br />

a las ciudades y villas de su bando que no lo habian<br />

hecho, que <strong>en</strong>vias<strong>en</strong> las mas g<strong>en</strong>tes de guerra que<br />

pudies<strong>en</strong>, ad virtiéndoles las necesidades que t<strong>en</strong>ian:<br />

y ellas as¡ lo hicieron con gran pu ntual ida d.<br />

Co ncluyóse tarn bi<strong>en</strong> el trato que con don Pedro<br />

G iran se trai a, y fué elegido po r capitan g<strong>en</strong>eral con<br />

títu lo de la Reina y del reino, paresciéndoles que por<br />

ser hombre tan principal y deudo de tantos grandes,<br />

ganaba su part e gran reputacion y de don Pedro<br />

creyeron todos <strong>en</strong>tonces que habia aceptado y seguido<br />

aquella opinión, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do por fin que <strong>en</strong> las alte ­<br />

raciones se descubrirla camino para poder haber el<br />

ducado de Medina Sidonia, que, co mo arriba está<br />

dicho, pret<strong>en</strong>día pert<strong>en</strong>ecerle.<br />

Desta eleción pesó mucho al uan de Pad illa, que<br />

<strong>en</strong> la co mun opinion era t<strong>en</strong>id o por capitán g<strong>en</strong>eral,<br />

y t<strong>en</strong>ia presuncion de serlo, y por su causa no fueron<br />

<strong>en</strong> ella los procuradores de T oledo ni de Madrid; y<br />

Ju an de Pad illa, sabido lo que pasaba, antes que don<br />

Pedro Giron viniese, fingió no se qué causas que le<br />

movían aello, y partióse para Toledo por la posta, y<br />

la g<strong>en</strong>te que t<strong>en</strong> ia, vi<strong>en</strong>do ido asu ca pit án, co m<strong>en</strong>zó<br />

otro dia á hacer lo mismo. Pero, no obstante esto,<br />

don Pedro Giron aceptó el ca rgo, y vino á TordesilIas<br />

con och<strong>en</strong>ta lanzas suyas, y com<strong>en</strong>zó á da r gran<br />

priesa y órd<strong>en</strong> como el ejé rcito se juntase; y ayudado<br />

de la indust ria y dilig<strong>en</strong>ci a de don An tonio de Acu ­<br />

ña, obispo de Zamora, trujo a servicio de la Junta<br />

casi quini<strong>en</strong>tos hom bres de armas de las g<strong>en</strong>tes de<br />

-92-


las guardias: que los demás. como está dicho. fueron<br />

al llama mi<strong>en</strong>to del Condestable. El Obispo trujo<br />

otros set<strong>en</strong>ta ó och<strong>en</strong>ta lan zas suyas y casi mil peones,<br />

Y mas de los cuatrocie ntos de llos era n clérigos<br />

de misa de su obi spado. sin la g<strong>en</strong>te de Zamora que<br />

v<strong>en</strong>ia á su disposición y voluntad. El cual con el favor<br />

de la Junta habia forzado al conde de Alba de<br />

Liste á salir de la ciudad de Zamora, después de<br />

grandes deba tes y escánda los qu e hubo <strong>en</strong>t re los dos.<br />

All<strong>en</strong>de destas g<strong>en</strong>tes, cada dia v<strong>en</strong>ían compañ ías de<br />

las ciudades comuneras, y todas con tribuian y <strong>en</strong>viaban<br />

g<strong>en</strong>te de á pié y de á caballo para esta guerra,<br />

y algunas <strong>en</strong>viaban capitanes principa les con ellas,<br />

como de Salamanca , qu e vino don Ped ro Maldon ado<br />

con mil hombres.<br />

Otras ciudades eligieron por capitanes á algunos<br />

de los procuradores que t<strong>en</strong>ian <strong>en</strong> la Junta, como la<br />

ciu dad de Lean á Gonzalo de Guzman, hijo de Ramiro<br />

Nuñez de Guzman; Toro, á do n Hemando de<br />

UlIoa, y desta manera otros de otras partes; y ansi<br />

se hacian mas poderosos los de la Junta, Que p<strong>en</strong>saban<br />

llevar su negocio po r fuerza de armas, y era mu y<br />

grande su soberbia, y la significaban con muchos fieros<br />

y am<strong>en</strong>azas, especial m<strong>en</strong>te la g<strong>en</strong>te popular, llamándoles<br />

traidores y <strong>en</strong>emigos del reino, y dici<strong>en</strong>do<br />

que los habian de destruir y qu itarle los estados; y<br />

at revianse á poner <strong>en</strong> plática Que seria bi<strong>en</strong> Que la<br />

reina do ña Jua na casase con don Fernando de A rag<strong>en</strong>,<br />

duque de Calabria, y Jo alzase n po r rey, y lo<br />

trataron y movi eron algunos destos proc uradores; y<br />

<strong>en</strong> los pregones y mandami<strong>en</strong>tos, no no mbraban al<br />

Emperador, sino á la Reina y al reino, de man era<br />

que el odi o y <strong>en</strong>emistad iba crecie ndo, y de cada parte<br />

se hacian grandes dilig<strong>en</strong>cias y preparativos. y ya<br />

- 93-


e del mismo año de 1520, mandó convocar y llamar<br />

eones. que <strong>en</strong> aquellas partes llaman dietas, de<br />

todos los príncipes y ciudades del imperio, como á<br />

nuevo príncipe y emperador conv<strong>en</strong>ia. para la ciudad<br />

de Bórmes, <strong>en</strong> Alemania; y él se partió luego<br />

para ella, con propósito de. <strong>en</strong> si<strong>en</strong>do concluidas,<br />

partirse para España, si las cosas Que se ofrecieron<br />

no lo estorbaran: y así lo escribió, y dió cu<strong>en</strong>ta de<br />

lo Que se pasaba de su coronación, y lo Que le parecía<br />

Que se debia hacer <strong>en</strong> los reinos de Castilla: y<br />

luego Que fue v<strong>en</strong>ido á Bórmes. llegó allí Antonio<br />

v azquez. el caballero de Avila que dijimos que llevaba<br />

la cana de la Junta; al cual el Emperador rnandó<br />

pr<strong>en</strong>der y lo Quiso mandar degollar, como merecia;<br />

y por parecer del obispo Mota y de otros de su<br />

consejo difirió esta ejecuci ón. y lo mandó t<strong>en</strong>er preso<br />

<strong>en</strong> un castillo hartos dias; y al cabo, usando de<br />

su clem<strong>en</strong>cia. le hizo merced de la vida. Y d<strong>en</strong>de<br />

algunos dias después desto vinieron a Flandes los<br />

Que traian los capítulos que [os de la Junta <strong>en</strong>viaban<br />

al Emperador, para ir tambi<strong>en</strong> á Bórmes, adonde <strong>en</strong>tonces<br />

estaba, los cuales eran el maestro fray Pablo.<br />

procurador de la ciudad de Lean , y Sancho de Cimbron.<br />

procurador de Avila: mas si<strong>en</strong>do <strong>en</strong> Bruselas<br />

avisados de lo Que le habia sucedido á Antonio Vaz·<br />

quez, que habia ido con la carta, no se atrevieron á<br />

ir ellos con los capítulos. y volvié ronse desde allí á<br />

España. Que fué cierto mejor consejo Que haberse<br />

<strong>en</strong>cargado de llevarlos: que yo no sé <strong>en</strong> qué <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dími<strong>en</strong>to<br />

de hombres habia cabido el hacerlos.<br />

- 104 -


no restaba á los de la Junta sino mandar salir á campear<br />

su ejército, como lo t<strong>en</strong>ian determinado. Y estanda<br />

las cosas <strong>en</strong> estos términos, podria ser el mes<br />

de noviembre mediado cuando llegó á Medina de<br />

Rioseco el Almirante, llamado, como está dicho.<br />

para la gobernación destos reinos, que no habian<br />

aceptado . Salieron á recebirle los grandes y caballeros<br />

que allí estaban , con el card<strong>en</strong>al de Tortosa, gobernador.<br />

y todos los del Consejo, aderezados para<br />

la guerra, los cuales eran: el conde de B<strong>en</strong>aveme, el<br />

marqués de Astorga. don Pedro Osario, su hijo<br />

mayor, don Diego de Toledo. prior de San Juan, hijo<br />

del duque de Alba; don Bernardino de Rojas y Sandoval,<br />

marqués de D<strong>en</strong>ia; don Diego. Enrique de<br />

Guzman, conde de Alba de Liste; don Francisco de<br />

Quiñones, conde de Luna; don Enrique Enriquez,<br />

conde de Ribadavia, hermano del Almirante; don<br />

Hemando de Silva, conde de Cifu<strong>en</strong>tes, alférez<br />

mayor de Castilla; don Juan de Moscoso. conde de<br />

Altamira; don Fadrique Enriquez, señor de Cañizares;<br />

Diego de Rojas. señor de Santiago de la Puebla<br />

y de la villa de Poza; don Pedro Bazan, vizconde de<br />

Valduerna; don Juan de Ulloa, señor de la Mota;<br />

Hernando de Vega, com<strong>en</strong>dador mayor de Castilla,<br />

de la órd<strong>en</strong> de Santiago. señor de Grajales; don Juan<br />

Manrique. marqués de Aguilar; y otros caballeros<br />

cuyos nombres 0 0 he podido saber; los cuales todos<br />

se alegraron mucho con la v<strong>en</strong>ida del Almirante.<br />

ansi por el valor y calidad de su persona y estado,<br />

como por ser amab ilisimo y ser uno de los gobernadores;<br />

el cual, aunque holgó de ver tantos grandes y<br />

señores y caballeros juntos, y la bu<strong>en</strong>a g<strong>en</strong>te de guerra<br />

que t<strong>en</strong>ían. como traia esperanza y p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

de procura r algun medio de paz, procuró de emrete-<br />

- 94-


ner por pocos dias el rompimi<strong>en</strong>to y guerra , y comunicándolo<br />

con aquellos señores, concertó de verse<br />

con los de la Junta para tratar de medios de concordia;<br />

á los cuá les sobre lo mismo habia escrito desde<br />

la villa de Cigales. vini<strong>en</strong>do de camino; y aunque él<br />

quisiera mucho ir <strong>en</strong> persona á Tordesillas á hablarles<br />

á todos juntos. jamás ellos lo qu isieron hacer;<br />

pero as<strong>en</strong>t óse plát ica <strong>en</strong> la villa de T orre de Lobaton.<br />

donde vin ieron tres ó cuatro de los procuradores,<br />

y aun no de los mas principales, porque como<br />

todos ellos estaban ya tan resueltos <strong>en</strong> sus propósitos,<br />

más hac ian aq uello por cu mplimi<strong>en</strong>to y por autoridad<br />

del Almirante. que por voluntad que tuvies<strong>en</strong><br />

de que <strong>en</strong> los negocios se diese algun bu<strong>en</strong> asi<strong>en</strong>to.<br />

Con los cuales procu radores el Almirante com<strong>en</strong>zó<br />

la plática, y <strong>en</strong> vistas y cartas y respuestas<br />

gastó cinco ó seis dias con poco efecto, <strong>en</strong> los cuales<br />

los dejaremos agora , y asimesmo las cosas de Castilla<br />

<strong>en</strong> el estado que t<strong>en</strong>go mostrado, que los comuneros<br />

ya querí an sacar su g<strong>en</strong>te <strong>en</strong> campo; y que <strong>en</strong> Medi ­<br />

na de Rioseco estaban ya á pun to de guerra los grandes<br />

y caballeros ya dichos, y se esperaba cada dia al<br />

conde de Haro, á qu i<strong>en</strong> todos holgaban de t<strong>en</strong>er por<br />

capitan g<strong>en</strong>eral, y el Condestable estaba <strong>en</strong> Búrgos<br />

con el Presid<strong>en</strong>te y algunos del Consejo, donde tamo<br />

bi<strong>en</strong> se juntaro n algunos grandes y caballeros que<br />

adelante se dirán; y contemos lo que su majestad<br />

hizo <strong>en</strong> tanto, <strong>en</strong> otubre y part e de noviembre, y<br />

cómo tomó la posesi ón y corona del imperio; lo cual<br />

contado brevem<strong>en</strong>te, volve r émos á nuestra conti<strong>en</strong>da<br />

y guerra de la Comunidad.<br />

-95 -


CAPITU LO XII<br />

Cómo los de la Junta sacaron su ejército al cam po y se<br />

acercaron á Rioseco, y cómo los grandes juntaron el<br />

suyo, y [as cosas Que pasaron hasta que el campo real<br />

fué sobre Tordesillas.<br />

Bi<strong>en</strong> se aco rdará el lector que <strong>en</strong> la órd<strong>en</strong> de<br />

nuestro cu<strong>en</strong>to dejamos á los grandes ayuntados con<br />

g<strong>en</strong>te de guerra <strong>en</strong> Medina de Rioseco, y á los de la<br />

Junta hech o ejército, y que 10 querían sacar <strong>en</strong> ca mpo<br />

contra ellos, y que el Almirante, procurando medios<br />

de paz, si fuese posible haberla con ellos, t<strong>en</strong>ia<br />

determinado de no aceptar la gobem acion hasta haber<br />

probado todas las vias que pudiese para dar algun<br />

asi<strong>en</strong>to y concordia sin [legar á las man os. Pasó<br />

pues ansi, que el almirante de Castilla, <strong>en</strong> vistas y<br />

embajadas que con [os de la Junta tuvo, gastó muchas<br />

palabras y razones, así por cartas como de boca,<br />

que él t<strong>en</strong>ia muy agudas y discretas, dándoles á <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />

el yerro grande que hacian y la injusta causa<br />

que def<strong>en</strong>d ian, y la peor forma que llevaban <strong>en</strong> ella,<br />

y ofreciéndoles muy razonables y favorab les partidos<br />

y medios porque dejas<strong>en</strong> las annas y inqu ietudes,<br />

y vinies<strong>en</strong> á la obedi<strong>en</strong>cia del Emperador, Pero<br />

- 105 -


CAPITULO XI<br />

Cómo el Emperador partió de Flande s para Alemaña, y<br />

de qué manera pasó su coronación. y lo que acacsci ó<br />

á los q ue te llevaba n las ca rtas y capitules de la Junta.<br />

Después de haber el Emperador <strong>en</strong>vi ado a Lope<br />

Hurtado de M<strong>en</strong>doza <strong>en</strong> Castilla con las provisiones<br />

de visoreyes y gobernadores suyos para el Condestable<br />

y el Almirante. con el Ca rd<strong>en</strong>al, que ya lo era,<br />

como está dicho, se dió la mayor priesa Que le fué<br />

posible para efetuar su coronación y lo demás que<br />

conv<strong>en</strong>ia hacer <strong>en</strong> aqu ellas partes. para Que mas brevem<strong>en</strong>te<br />

fuese á estas de Castilla su v<strong>en</strong>ida; y no perdi<strong>en</strong>do<br />

punto ni cuidado de lo que conv<strong>en</strong>ia , <strong>en</strong>vió<br />

nuevam<strong>en</strong>te á otro caballero, que rué don Alvaro de<br />

Ayala, con cartas para los gobern adores y los de su<br />

consejo, y para los grandes y señores de Castilla, haciéndoles<br />

saber la priesa que se daba, y certificándolas<br />

que <strong>en</strong> breve seria su v<strong>en</strong>ida, au nque después no<br />

pudo ser tan presto co mo deseaba, por las cosas que<br />

acontecieron; y <strong>en</strong>cargándoles asi mesmo con grandes<br />

<strong>en</strong>carecimi<strong>en</strong>tos y graciosas palabras las cosas<br />

de por acá.<br />

Hecha esta dilig<strong>en</strong>cia, y poni<strong>en</strong>do <strong>en</strong> efecto lo<br />

- 96-


odo su trabajo rué <strong>en</strong> balde y aprovechó poco, por­<br />

Que no solam<strong>en</strong>te no quisieron v<strong>en</strong>ir <strong>en</strong> concierto<br />

alguno, pero para hablar <strong>en</strong> él pedían ante todas cosas<br />

que el Condestable r<strong>en</strong>unciase y sobreseyese el<br />

oficio de visorey y gobernador que ya habia com<strong>en</strong>zado;<br />

y andando <strong>en</strong> estas pláticas con el Almirante,<br />

mandaron dar pregones contra el Condestab le y<br />

contra el conde de Alba de Liste y otros grandes, y<br />

sacar su artillería al campo y mover g<strong>en</strong>te; por lo<br />

cual el Almirante. desesperado ya de la paz, les hizo<br />

un grande y bi<strong>en</strong> ord<strong>en</strong>ado requerimi<strong>en</strong>to y protestación<br />

, y vínose á Rioseco ca propósito de aceptar<br />

la gobernacion, ya que los medios no eran posibles.<br />

Los de la junta de Tordesillas. desechando la paz<br />

con soberbia y osadia, habi<strong>en</strong>do dado órd<strong>en</strong>es como<br />

don Pedro Giron, su capit án g<strong>en</strong>eral, sacase su ejército<br />

y se acercase con él á la villa de Rioseco, donde<br />

los grandes estaban, fingi<strong>en</strong>do justificaciones, que <strong>en</strong><br />

la verdad eran delitos, <strong>en</strong>viaron un trompeta con un<br />

rey de armas , con voz y nombre de la Reina y <strong>en</strong><br />

nombre dellos, al Card<strong>en</strong>al gobernador y á los del<br />

Consejo con un requerimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> forma, <strong>en</strong> que les<br />

requerían y mandaban que dejas<strong>en</strong> luego la gobernación,<br />

y no se <strong>en</strong>tremeties<strong>en</strong> <strong>en</strong> cosa tocante á ella; y<br />

á los grandes que allí estaban juntos, que no les obedecies<strong>en</strong>,<br />

ántes luego les mandas<strong>en</strong> salir de la villa<br />

de Rioseco, y que despidies<strong>en</strong> y deshicies<strong>en</strong> luego la<br />

g<strong>en</strong>te de guerra que t<strong>en</strong>ían junta; donde no, que<br />

ellos, <strong>en</strong> nombre de la Reina, <strong>en</strong>viarian su ejército<br />

contra ellos á los pr<strong>en</strong>der y castigar. Enviada esta<br />

embajada, á la cual ellos no quisieron dar audi<strong>en</strong>cia.<br />

como era razon, ántes fueron presos los que la llevaban,<br />

el campo de To rdesillas, que era de la Comuni ­<br />

dad, com<strong>en</strong>zó á moverse, habi<strong>en</strong>do sacado alguna<br />

- 106-


es y burgo-maestre de la ciudad, salieron á recebirlo<br />

media legua del lugar, y por su órd<strong>en</strong> llegaron todos<br />

á besarle las manos con grande alegria y acatami<strong>en</strong>to,<br />

y el Emperador les habló y trató con grande b<strong>en</strong>evol<strong>en</strong>cia<br />

y mucho amor.<br />

la ord<strong>en</strong> que se tuvo <strong>en</strong> la <strong>en</strong>trada otro dia fue.<br />

que <strong>en</strong> la delantera v<strong>en</strong>ían los tres mil infantes alemanes<br />

<strong>en</strong> su ord<strong>en</strong>, á siete por hilera. muy pláticam<strong>en</strong>te<br />

vestidos de calzas y jubones de colores. á los<br />

cuales seguian los gobernado res y g<strong>en</strong>te de la villa, y<br />

luego un duque alemá n con treci<strong>en</strong>tos y cincu<strong>en</strong>ta<br />

caballos del imperio vestidos de negro. y un guion<br />

negro con la divisa del Emperador, á estos seguian<br />

cuatroci<strong>en</strong>tas lanzas del conde Palati no, y tras dellas<br />

doci<strong>en</strong>tos ballesteros de á caballo. vestidos de colorado,<br />

de la guarda del arzobispo de Maguncia, y luego<br />

la guarda del arzobispo de Tréveris. que eran<br />

ci<strong>en</strong>to y cincu<strong>en</strong>ta. y luego otros doci<strong>en</strong> tos cincu<strong>en</strong>ta<br />

de á caballo. también de la guarda del arzobispo<br />

de Colonia; después destas guardas <strong>en</strong>traron dos mil<br />

y doci<strong>en</strong>tos caballos de las guardas Que el Emperador<br />

traia, y luego v<strong>en</strong>ia el mayordomo mayor monsieur<br />

de Biberri, con otro muy hermoso escuadron<br />

de los g<strong>en</strong>tilhombres y estados de la casa del Emperador.<br />

muy rica y hermosam<strong>en</strong>te aderezados y armados,<br />

salvo las cabezas, como iba la demás g<strong>en</strong>te de<br />

armas. Al escuadran de la casa del Rey seguian todos<br />

los grandes señores y caballeros. así flam<strong>en</strong>cos<br />

como españoles y alemanes y borgoñones, vestidos<br />

todos de brocados y de telas de oro y escarlata, recamadas<br />

de bordados y otros géneros de galas y primores<br />

muy grandes, ansí <strong>en</strong> sus personas como <strong>en</strong> su<br />

caballos. como <strong>en</strong> las libreas de sus criados, <strong>en</strong>tre<br />

los cuales iban mucha copia de ministriles y trompe.<br />

- 98 -


artillería y g<strong>en</strong>te de la que t<strong>en</strong>ia sobre la villa de<br />

Alaejos. y con él fueron algunos de los de la Junta,<br />

all<strong>en</strong>de de los que dije que habian hecho capitanes,<br />

ansi por ambician y autoridad como porque t<strong>en</strong>ia n<br />

sospecha de don Pedro Giran. por haberse visto con<br />

el Almirante sin comunicarlos con ellos; el principal<br />

de los cuales era don Pedro Lasso de la Vega. Para<br />

[a guarda y def<strong>en</strong>sa de Tordesillas y los de la Junta<br />

que allí quedaron. dejaron los cuatroci<strong>en</strong>tos clérigos<br />

que el obispo de Zamora habia traidc , y otras compañias<br />

de soldados y alguna g<strong>en</strong>te de á caba llo; y<br />

por capitá n de todas estas g<strong>en</strong>tes dejaron á Hem ando<br />

de Porras, un caballero vecino y procurador de<br />

Zamora, y tamb i<strong>en</strong> á don Suero del Aguila y á Gomez<br />

de Avila y á otros caballeros. El número de las<br />

g<strong>en</strong>tes que el campo de la Comunidad llevaba fueron<br />

diez mil infantes y noveci<strong>en</strong>tos de á caballo; los<br />

quini<strong>en</strong>tos jinetes, y el resto hombres de armas.<br />

Con este campo pues se apos<strong>en</strong>tó don Pedro Giron.<br />

su capitán g<strong>en</strong>eral, una legua y media de Rioseca.<br />

á los 27 de noviembre, <strong>en</strong> tres lugares pequeños<br />

llamados Villagarcia. Villabréjirna y Torde humos.<br />

que estaban á media legua el uno del otro. El arti llería<br />

é infantería y fuerza de su campo , apos<strong>en</strong>taron<br />

<strong>en</strong> Villabrájima, que era el mas cercano á Rioseco,<br />

de donde empezaron algunas escaramuzas <strong>en</strong>tre<br />

ellos y los otros; y don Pedro Giran , á instancia de<br />

don Antonio de Acuña , obispo de Zamora, y de algunos<br />

otros capitanes, hizo luego grandes muestras<br />

de querer haber batalla con los grandes antes que el<br />

conde de Haro, hijo del Condestable, viniese sacando<br />

su g<strong>en</strong>te al campo, y acercándose á la villa de<br />

Rioseco dos ó tres dias arreo.<br />

Los grandes que allí estaban t<strong>en</strong>ian <strong>en</strong>tonces tre-<br />

- 107-


ces, y dió paz á la cabeza del emperador Cario­<br />

Magno, y mudó otro caballo, porq ue el de que se<br />

apeó era por costumbre antigua de las guardas de la<br />

puerta de aqu ella ciudad; y recebida la procesion<br />

d<strong>en</strong>tro de la guarda de á pié, el Emperador <strong>en</strong>tró por<br />

la ciudad y se fué apear al templo de Nuestra Señora,<br />

y hecha oración delant e del San tísimo Sacram<strong>en</strong>to,<br />

se vino á su palacio. y todos los demás á sus posadas.<br />

El dia sigui<strong>en</strong>te, que fuero n 23 dias del mes de<br />

oct ubre , que estuvo señala do para la coro nacion,los<br />

príncipes y electores. y todos los demás <strong>en</strong> la forma<br />

y manera susodicha, lo llevaron al templo. Iba su<br />

majestad vestido de ropa larga de brocado y un collar<br />

muy rico al cuello, <strong>en</strong> un caballo á la brida ricam<strong>en</strong>te<br />

aderezado, )' todos los demás príncipes y señores<br />

muy galanes y costosam<strong>en</strong>te vestidos. de manera<br />

que habia muc ho que ver, y llegaron al templo<br />

donde se habia de hacer el oficio y coro nación.<br />

Com<strong>en</strong>zá ronse los divinos oficios: y estando el<br />

Empe rador <strong>en</strong> su asi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre los arzobispos de<br />

Maguncia y de Tréveris, el de Co lonia, á qui<strong>en</strong> tocaba<br />

hacer la consagración, dijo la misa; y dicha la<br />

epístola y pasadas otras cere monias. el mismo Arzobispo<br />

se volvió hácia el Emperador, y <strong>en</strong> alta voz le<br />

hizo ciertas protestaciones y pregun tas. Las principales<br />

dellas fueron las sigui<strong>en</strong>tes:<br />

Si t<strong>en</strong>ia y querí a def<strong>en</strong>der la santa fe católica <strong>en</strong><br />

obras y palab ras.<br />

Si t<strong>en</strong>ia propósito de ser fiel tutor y def<strong>en</strong>sor de<br />

la santa Iglesia y de sus ministros.<br />

Si quería regir y con eficacia y ahinco def<strong>en</strong>der<br />

el imperio romano y reino que Dios le daba.<br />

Si p<strong>en</strong>saba guardar y conservar las leyes y preví-<br />

-100-


legios y patrimonio del impe rio, )' cobrar lo usurpado<br />

y perdido de los Que lo tuvies<strong>en</strong>.<br />

Si queria ser piadoso, y def<strong>en</strong>der como patrono<br />

al rico y al pobre. al huérfano y á la viuda.<br />

Si quería y prometia t<strong>en</strong>er y guardar al sumo<br />

Pontífice romano Yá la sacra romana Iglesia la sujeci<strong>en</strong><br />

y obedi<strong>en</strong>cia que debia.<br />

A las cuales cosas el Emperador á cada una respondia:<br />

«Quiérolo y prom étolo.»<br />

Acabado esto, los dos arzobispos dichos, de una<br />

parte uno y otro de otra, acercaron al Emperador<br />

hasta ju nto al altar, donde con solemnidad de juram<strong>en</strong>to<br />

prometió de guardar y cumplir todo lo dicho;<br />

y <strong>en</strong>tonces el arzobispo de Colonia. Que decia la<br />

misa. alzando la voz dijo al pueblo una vez <strong>en</strong> latin<br />

y otra <strong>en</strong> aleman: «i.Qereis sujetaros á tal principe<br />

como este, y def<strong>en</strong>der y conservar y conf irmar su<br />

imperio, y guardarle fe y lealtad, y obedecer sus<br />

mandami<strong>en</strong>tos como á señor natural y emperador<br />

vuestro?»<br />

A lo cual á voces respondieron: Fíat; «todos lo<br />

queremos.»<br />

y <strong>en</strong>tonces el arzobispo de Colonia con el olio<br />

y crisma b<strong>en</strong>dita le ungió <strong>en</strong> la cabeza. dici<strong>en</strong>do <strong>en</strong><br />

latin: «Yo le unjo por emperador y rey <strong>en</strong> el nombre<br />

del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.» Y hecha<br />

esta ceremonia con grande aplauso y alegría del pueblo.los<br />

arzobispos de Maguncia y T réveris metieron<br />

al Emperador <strong>en</strong> la sacristla, junto al altar, donde<br />

pasaron otras ceremonias, y <strong>en</strong>de a poco le sacaron<br />

vestido con la ropa imperial, Que es una dalmática<br />

como de diacono. y capa rica de brocado y piedras;<br />

y tomando á su asi<strong>en</strong>to, ellos mismos le trujeron y<br />

dieron una espada, Que dic<strong>en</strong> que fuédel emperador<br />

- 101 -


ci<strong>en</strong>tos hombres de armas y treci<strong>en</strong>tos caballos ligeros,<br />

cuatroci<strong>en</strong>tos y cincu<strong>en</strong>ta jinetes y tres mil y ,<br />

quini<strong>en</strong>tos infantes; g<strong>en</strong>te toda, la una y la otra, tan<br />

bu<strong>en</strong>a, Que aunqu e eran m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> número Que la<br />

de la Comunidad, bastaban á esperar la batalla y alcanzar<br />

la victoria. Pero aunque esto era ansí, excusaron<br />

de hacer jo rnada con los comuneros, ansí por­<br />

Que esperaban cada dia al conde de Haro, capitan<br />

g<strong>en</strong>eral, como porque t<strong>en</strong>ian por mas prud<strong>en</strong>te y seguro<br />

consejo no av<strong>en</strong>turar el negocio, antes procurar<br />

v<strong>en</strong>cerlos sin sangre, dilatándolo si pudies<strong>en</strong>, considerando<br />

que la de los contrarios era g<strong>en</strong>te poco plática<br />

la mas della, y que <strong>en</strong>tre los que la regian habia<br />

ya algunas sospechas y compet<strong>en</strong>cias; y tamb i<strong>en</strong> t<strong>en</strong>ian<br />

por inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te pelear cabe el lugar, por los<br />

ejemplos y experi<strong>en</strong>cias que se ti<strong>en</strong>e de que la g<strong>en</strong>te<br />

flaca, si ti<strong>en</strong>e cerca la guarida, pelea mal con esperanza<br />

de acogerse á ella; pero molestábanlos con rebatos<br />

y escaramuzas de dia y de noche, sin dejarlos<br />

reposar á ninguna hora; con que los traian cuidadosos<br />

y afligidos. Lo cual <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido por los comuneros,<br />

acordaron antes que el conde de Haro viniese,<br />

trabajar por v<strong>en</strong>ir á batalla, á á lo m<strong>en</strong>os ganar reputacion<br />

con hacer gran demostración dello, y para<br />

esto un dia hicieron alarde g<strong>en</strong>eral de su g<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la<br />

villa de Tordehumos; y otro sigui<strong>en</strong>te, que á mi<br />

cu<strong>en</strong>ta fué postrero de noviembre, sacáronla toda al<br />

campo, y puesta <strong>en</strong> órde n con su artillería, carninaron<br />

para Rioseco, y la árd<strong>en</strong> que llevaron rué esta.<br />

Sanabria, procurador de Valladolid, con treinta<br />

jinetes iba descubri<strong>en</strong>do el campo de la g<strong>en</strong>te de guerra;<br />

de la vanguardia iba por capitan don Pedro Lasso<br />

de la Vega; de los ji netes, don Pedro y Francisco<br />

Maldonado , capitanes de la ciudad de Salamanca;<br />

-108-


del escuadr<strong>en</strong> de infantería de la vanguardia iba por<br />

capitan don Antonio de Acuña, obispo de Zamora:<br />

iban con él don Juan de M<strong>en</strong>doza, capitán de Valladolid,<br />

hijo del card<strong>en</strong>al don Pedro Gonzalez de<br />

M<strong>en</strong>doza, y Gonzalo de Guzmán. capit án de Lean ,<br />

y don Hernando de UlIoa, capitán de la ciudad de<br />

Toro, y otros capitanes. En la batalla iba el capitan<br />

g<strong>en</strong>eral don Pedro Giran, <strong>en</strong>trando y sali<strong>en</strong>do cuando<br />

le parecía; y iba asimesmo don Juan de Figueroa ,<br />

hermano del duque de Arcos, que aquel dia llegó al<br />

ejército, habi<strong>en</strong>do salido de la prisión donde dijim os<br />

que estaba <strong>en</strong> Sevilla sobre su fe, con cierto alzami<strong>en</strong>to<br />

della que los de la Junta <strong>en</strong>viaron <strong>en</strong> nombre<br />

de la Reina; y ansl, <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a manera y mostrando<br />

mucho d<strong>en</strong>uedo, y con grande estru<strong>en</strong>do de pífanos<br />

y atambores,lIegaron á tiro de culebrina de Rioseco;<br />

y haci<strong>en</strong>do allí alto , mandaron á sus corredores que<br />

dijes<strong>en</strong> á los de los grandes , que se acercaron á compás<br />

de poderse hacer mal ó bi<strong>en</strong>, que hicies<strong>en</strong> saber<br />

al Almirante y al conde de B<strong>en</strong>a v<strong>en</strong>te y á los otros<br />

grandes y caballeros que <strong>en</strong> Medina estaban, cómo<br />

allí era v<strong>en</strong>ido el ejército de la Reina, su señora, por<br />

su mandado á ejecutar <strong>en</strong> ellos las p<strong>en</strong>as <strong>en</strong> Que habian<br />

incurrido <strong>en</strong> gobernar el reino contra su voluntad<br />

y mandami<strong>en</strong>to, y <strong>en</strong> estar así <strong>en</strong> su servicio y<br />

desacato asomados y puestos <strong>en</strong> armas, y para este<br />

fin les pres<strong>en</strong>taban la batalla, y los esperaban <strong>en</strong><br />

aque l llano; y habi<strong>en</strong>do dicho esto mal dicho y peor<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido, se estuvieron así parados <strong>en</strong> el campo,<br />

sin hacer movimi<strong>en</strong>to algu no hasta casi el sol puesto,<br />

que se fueron . Pero de parte de los grandes, aunque<br />

estuvieron puestos <strong>en</strong> armas y sobre aviso. no<br />

se hizo muestra ninguna de batalla, ni au n permitieron<br />

aquel dia escaramuza; sino que perseverando <strong>en</strong><br />

- 109 -


el consejo que t<strong>en</strong>ían acordado , los dejaron estar<br />

perdi<strong>en</strong>do el tiempo.<br />

Don Pedro Giro n, paresciéndo le que era hora de<br />

retira rse con su campo, se volvió con la órd<strong>en</strong> que<br />

habia v<strong>en</strong>ido á sus alojami<strong>en</strong>tos, y al tiempo que<br />

partie ron del puesto que habian tomado , hicieron<br />

disparar la mayor parte de su artillería, y algunas<br />

pelotas llegaron cerca de los muros de la villa, aunque<br />

no hicieron daño alguno. Llegó pasado esto,<br />

después de pocos días, el conde de Haro con sus g<strong>en</strong>tes<br />

por la otra parte de la villa, que t<strong>en</strong>ian aviso de<br />

la v<strong>en</strong>ida de don Pedro Giron , y se habian dado mucha<br />

priesa con deseo de llegar á tiempo, por si alguna<br />

necesidad se ofreciese, aunque ya sabian que no<br />

habia propósito de pelear, y aquellos señores le salieron<br />

á recebir á punto de guerra aderezados , y él<br />

traia quini<strong>en</strong>tos hombres de armas y cuatroci<strong>en</strong>tos<br />

caballos ligeros, y dos mil y quini<strong>en</strong>tos infantes á<br />

sueldo, toda muy útil y bu<strong>en</strong>a g<strong>en</strong>te, deseosa de llegar<br />

á las manos con el <strong>en</strong>emigo, y doce piezas de<br />

arti llería.<br />

La misma noche <strong>en</strong>traron <strong>en</strong> Rloseco don Francisco<br />

de Zúñiga y Avellaneda, conde de Miranda y<br />

muy servidor del Rey; don Beltran de la Cueva, hijo<br />

primogénito del duque de Alburquerque; don Luis<br />

de la Cueva, su hermano; don Bemandino de Rojas<br />

y Sandoval, marqués de D<strong>en</strong>ia y conde de L<strong>en</strong>na, y<br />

don Luis de Rojas, su hijo; tambi<strong>en</strong> llegó don Francisco<br />

de Quiñones, conde de Luna: todos con [a g<strong>en</strong>te<br />

de á pié Yde á caballo que pudieron juntar de sus<br />

criados y vasallos; de manera que el campo de los<br />

grandes se hizo de mas de dos mil y ci<strong>en</strong>to de á caballo,<br />

<strong>en</strong>tre hombres de armas y caballos ligeros y jinetes,<br />

y seis mil infantes, sin otra bu<strong>en</strong>a copia de la<br />

- 110-


g<strong>en</strong>te de á pié de su vasallos; ansi que notoria m<strong>en</strong>te<br />

se t<strong>en</strong>ian por mas poderosos Que los comuneros, sus<br />

<strong>en</strong>emigos. Y luego otro dia que el Conde llegó, se<br />

juntaron <strong>en</strong> consejo todos, y hubo diversos pareceres<br />

<strong>en</strong>tre ellos sobre lo Que se debia de hacer, porque á '<br />

algunos les parescia que debian ir luego <strong>en</strong> busca de<br />

los contrarios, y pelear con ellos y deshacerlos , porque,<br />

deshecho aquel campo, t<strong>en</strong>ian por cierto que<br />

todo el reino se reduciria al servicio del Emperador,<br />

y no osarian hacer resist<strong>en</strong>cia alguna; y otros decian<br />

que era mejor <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>er la guerra y no ponerlo todo<br />

<strong>en</strong> av<strong>en</strong>tu ra de una batalla,y procurar la victoria sin<br />

derramami<strong>en</strong>to de sangre; porque el ejército de la<br />

Comunidad era de muchas partes y voluntades, y<br />

que no podía ser perman<strong>en</strong>te ni durar mucho <strong>en</strong><br />

concordia ni árdeo, y que inquietándolos con rebatos<br />

y emboscadas, y quitándoles los mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>tos,<br />

como lo hacian, ellos mesmos se desharian de<br />

todo punto, huyéndose de sus capitanes. Otros eran<br />

de voto que ante todas cosas se procurase cobrar á<br />

Tordesillas, y sacar de su poder á la Reina, que era<br />

grande ignominia y vergü<strong>en</strong>za t<strong>en</strong>erla ellos; y si para<br />

ello fuese m<strong>en</strong>ester pelear, que lo hicies<strong>en</strong>.<br />

En to que se resolvieron, al cabo de algunos debates,<br />

fué <strong>en</strong> salir al campo, acercarse á los <strong>en</strong>emigas,<br />

y usar de la oportunidad y ocasión que el tiempo<br />

y ellos les dies<strong>en</strong>; y gastando dos á tres dias <strong>en</strong><br />

acordar esto y <strong>en</strong> ponerlo á punto para ponello <strong>en</strong><br />

ejecució n y efeto, Don Pedro Giron y los capitanes<br />

comuneros no salieron, como solian, al campo, ni<br />

vinieron á dar vista á los grandes de Rioseco; antes,<br />

sintiéndose faltos de mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>tos y cansados de<br />

los rebatos que los contrarios les daban, hubieron<br />

por consejo de muda rse de donde estaban, y irse á<br />

- 111-


parte donde tuvies<strong>en</strong> mas libertad y provisión ; y por<br />

ganar repu tación y of<strong>en</strong>der al Condestable, aco rdaron<br />

de irse á Villalpando. villa cercada del condestable<br />

de Castilla, que era cinco ó seis leguas de allí, y<br />

apoderarse por fuerza della: y co n este acuerdo. que<br />

no les salió tan bi<strong>en</strong> como p<strong>en</strong>saron, partieron un<br />

domin go de mañana. á 2 de diciemb re. y prosiguieron<br />

su camin o: Jo cual rué luego sabido por el conde<br />

de HaTO y los grandes: y <strong>en</strong>viados sus corredores<br />

aq uel dia . <strong>en</strong>t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do el ca mino que llevaban. luego<br />

el lunes sigui<strong>en</strong>te salieron con su campo de Rioseco.<br />

muy ricam<strong>en</strong>te aderezadas sus personas, y<br />

criados y g<strong>en</strong>tes con grandes libreas de diversas colores,<br />

y dejando al Card<strong>en</strong>al y á otros prelados que alli<br />

se hallaban con la guardia necesaria. se fueron aq uella<br />

noche á alojar a los mismos tres lugares <strong>en</strong> que<br />

los <strong>en</strong>emigos habian estado, y fu é m<strong>en</strong>ester tomar<br />

por combate la fortaleza de ViJlagarcia, lugar de Gu ­<br />

tierre Quijada, que era uno de los que Jos comuneros<br />

habian dejado con bue na guardia de escuderos y alca<br />

ide.<br />

El mismo dia llegó don Pedro Giron aVillalpando,<br />

y la villa se le di ó sin esperar mas combate, con<br />

ciertas co ndiciones, por ser sobri no del Condestab le,<br />

su señor, y ansí, se apos<strong>en</strong>tó d<strong>en</strong>tro co n su ejército.<br />

y se le <strong>en</strong>tregó también la fortaleza, sin que sus pero<br />

sonas ni haci<strong>en</strong>da recibiese n da ño notabl e; lo cual<br />

aquella mesma noche fu é sabido por el conde de<br />

Haro y los derruís señores.<br />

Otro dia , m értes, muy de mañana se juntaron todos<br />

<strong>en</strong> Villagarc ía para acordar lo que se debia hacer,<br />

y au nque hubo algunos de parecer que se debia<br />

ir contra los <strong>en</strong>emigos y echarlos por fuerza de armas<br />

de la villa que hab ian to mado , y ponerse <strong>en</strong><br />

- J12-<br />

¡


guamicion sobre ella. porque parecia que se perdi a<br />

reputacion <strong>en</strong> que ansl <strong>en</strong> su haz hubies<strong>en</strong> ocupado<br />

aquella villa. si<strong>en</strong>do del Condestable. que tan bi<strong>en</strong><br />

servia y habia servido á su majestad. el conde de<br />

Haro )' los demás señores fueron de parecer que ante<br />

todas cosas se fuese sobre Tordesillas y se combatiese.<br />

y sacase la Reina de poder de los comuneros. y<br />

al cabo <strong>en</strong> esto se conformaron todos. porque t<strong>en</strong>ian<br />

rambi<strong>en</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido que esta era la voluntad del Emperador.<br />

Tomada esta determin ación, partieron luego<br />

para allá; y aquella noche. dividiéndose, fueron á<br />

alojarse <strong>en</strong> diversos lugares que estaban casi <strong>en</strong> el<br />

camino. El conde de Hato, con parte de la g<strong>en</strong>te. se<br />

apos<strong>en</strong>tó <strong>en</strong> Peñaflor; el artillería y part e de la infantería<br />

fué á parar tres leguas de Tordesillas, con órd<strong>en</strong><br />

que otro dia de mañana todos part ies<strong>en</strong> de donde<br />

habian dormido. y se fues<strong>en</strong> á junta r cerca de la villa<br />

de Tordesillas. con determ inacion de la com batir<br />

muy reciam<strong>en</strong>te, como se hizo.<br />

Del ca mino que los grandes habian llevado y de<br />

su propósito fueron aquella noche avisados el g<strong>en</strong>eral<br />

don Pedro G iron y sus conso rtes, <strong>en</strong> Yillalpando.<br />

donde estaban ; y ca y<strong>en</strong>do tarde <strong>en</strong> el yerro que habian<br />

hecho <strong>en</strong> dejar á To rdesillas, y <strong>en</strong> apartarse del<br />

camino donde podian estorbar la pasada para allá,<br />

<strong>en</strong>viaron á muy gran priesa á un Luis de Herrera<br />

con algunos caballos ligeros y una compañía de arcabuceros.<br />

que se meties<strong>en</strong> d<strong>en</strong>tro. y determinaron<br />

de partir luego con su campo para allá; pero Luis<br />

de Herrera no hizo el socorro que le mandaron. porque<br />

no pudo llegar á tiempo.<br />

- 113 -


CAPITU LO XIII<br />

De cómo el ejército real )' [os grandes fueron sobre la villa<br />

de Tordesillas y la combatieron. y cómo pasó el combate<br />

)' toma della.<br />

Otro dia . miércoles 5 dias del mes de diciembre<br />

del dicho año de 1520, todos aquellos grandes y caballeros,<br />

y el conde de HaTO. su capitan g<strong>en</strong>eral, madrugando<br />

lo que rué posible, partieron con sus g<strong>en</strong>tes<br />

de sus alojami<strong>en</strong>tos para la villa de Tordesillas.<br />

con el ánimo y voluntad que tales personas como<br />

ellos debian t<strong>en</strong>er; y esperá ndose los unos á los otros<br />

<strong>en</strong> el lugar Que estaba co ncertado. llegaron allá casi<br />

á las dos horas después de mediodia, que no pudieron<br />

antes; y como juzgas<strong>en</strong> que el bu<strong>en</strong> suceso de<br />

aquel hecho que t<strong>en</strong>ian acordado. consistia <strong>en</strong> la<br />

presteza, por no dar lugar á los que <strong>en</strong> la villa estaban<br />

para se fortificar y proveer, y porque los <strong>en</strong>emigas<br />

estaban muy cerca y se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dia que habían de<br />

hacer todo su poder para lo estorbar, y el invierno<br />

estaba ya tan adelante. que no conv<strong>en</strong>ía ni parecia<br />

posible as<strong>en</strong>tar sobre ella ni ponelle cerco, determi ­<br />

naron con cualquier riesgo de ejecutarlo luego; y por<br />

hacer el cu mplimi<strong>en</strong>to que con Dios y con las g<strong>en</strong>tes<br />

- 114-


se debia, el conde de Haro mandó ir á un rey de ar o<br />

mas que de su pa rte y de aq uellos señores y caballeros<br />

requiries<strong>en</strong> á los de la villa Que los acogies<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

ella, porque ellos v<strong>en</strong>ia n á besar las manos á la Reina<br />

y á ponella <strong>en</strong> libertad, y sacalla de poder de<br />

aquellos que se habian apoderado por fuerza della.<br />

A esto los de la villa de Tc rdesillas dieron por respuesta<br />

que acorda rian lo q ue habian de hace r y responder.<br />

Visto esto, se les tornó á requerir con el mismo<br />

rev de armas. y no se pudo hacer, po rque los de la<br />

viíla co m<strong>en</strong>zaron á tirar saetadas )' piedras, mostrando<br />

grande determinaci ón de def<strong>en</strong>derse: <strong>en</strong> lo<br />

cual no estaban m<strong>en</strong>os determ inados los veci nos de<br />

la villa Que los procuradores y g<strong>en</strong>tes q ue a lli habia<br />

quedado . publicando que no habian de ser ellos para<br />

m<strong>en</strong>os Que los de Med ina del Ca mpo, Que tan bi<strong>en</strong><br />

se hab ian def<strong>en</strong>dido; vi<strong>en</strong>do lo cual el co nde de<br />

Haro. mandó por prego n q ue luego se combatiese la<br />

villa, dando campo fran co á la g<strong>en</strong>te; y como no se<br />

habia podido bi<strong>en</strong> reco nocer cuál era la pa rte del<br />

muro mas flaca. para combatilla po r ella . acert óse<br />

á seña la r para ello el lugar que hay desde la puerta<br />

que llam an de Vall adolid hasta la pu erta que llaman<br />

de Santo T om ás. que era lo mas fuerte, por ser el<br />

muro casi ciego; y puesta la g<strong>en</strong>te de á caballo <strong>en</strong> el<br />

lugar q ue pareció , con el esta nda rte real . que t<strong>en</strong>ia<br />

don Ferna ndo de Silva, conde de Clfu<strong>en</strong>tes, como<br />

alférez mayo r del reino, mand ó á dos compañías de<br />

ho mbres de a rmas que se ap eas<strong>en</strong> pa ra combatir<br />

j unta m<strong>en</strong>te con los soldados de infa ntería. y á Ru iz<br />

Diaz de Rojas que con ciertos jinetes hiciese la gua rdia<br />

del cam po h ácia do estaban los <strong>en</strong>emigos. camino<br />

de Villalpa ndo.<br />

- 115-


Dada pues la señal y tomadas las escalas, porque<br />

el artillería que tra ian era de cam po y podia poco<br />

batir. se com<strong>en</strong>zó el combate y batalla de man os y<br />

á esca la vista, con muy grande furia y determinacion,<br />

con grande estru<strong>en</strong>do de campanas y voces de<br />

d<strong>en</strong>tro de la villa, y de arcabuceria y atam bores d<strong>en</strong>tro<br />

y fuera, y con muchas muertes y heridas de los<br />

unos y de los otros; pero por la disposición del lugar<br />

y por la resist<strong>en</strong>cia de los cercados, los de fuera recebian<br />

mucho da ño y hac ian poco efeto. Lo cual reconocido<br />

por el conde de Haro y aq uellos señores,<br />

ma ndaron mudarel combate de aquella parte á otra,<br />

lo cual se hizo con muc ha presteza y bu<strong>en</strong>a órd<strong>en</strong>,<br />

pero no con mas v<strong>en</strong>tura que la primera vez. au nque<br />

pusieron <strong>en</strong> el combate muchos caballeros de los<br />

que allí v<strong>en</strong>ía n las ma nos; y andando <strong>en</strong> esto, si<strong>en</strong>do<br />

ya muertos mas de ci<strong>en</strong>to y cincu<strong>en</strong>ta hombres de<br />

los que combatian, y pocos de los de d<strong>en</strong>tro. procu ­<br />

rando el conde de Haro batir una puerta que estaba<br />

cerrada con el artillería de campo, allegó Dlonis de<br />

Deza , caballero navarro. sabio y experim<strong>en</strong>tado <strong>en</strong><br />

semejantes trances (al cual el conde de Haro había<br />

<strong>en</strong>viado á reconocer el muro de la villa <strong>en</strong> tomo), y<br />

dió aviso que á la otra parte habia visto un boqueron<br />

<strong>en</strong> la muralla que t<strong>en</strong>i an cerrado con una ó dos tapias<br />

al parecer flacas y fáciles de bati r, aunque la<br />

subida le parecía di ficultosa por haber un poco de<br />

cuesta; lo cual <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido por el Conde. sin afloja r<br />

de l combate, hizo pasa r allá cuatro falconete s. y com<strong>en</strong>zando<br />

á tirar al portillo, dando á veces lugar á<br />

los soldados que llegas<strong>en</strong>, para que con sus picas. ó<br />

como pudi es<strong>en</strong>, cavase n y gastas<strong>en</strong> las tapias. plugo<br />

á Dios que se dió tal ma ña, que fuéel portillo ab ierto<br />

con poca dcf<strong>en</strong>sa de los de d<strong>en</strong>tro. que, ocupados<br />

- 11 6 -


<strong>en</strong> el otro combate que les daban, se descuidaron de<br />

aquello, así por se confiar <strong>en</strong> la gran subida que habia,<br />

como por haber aviso que aquel boquerón.<br />

all<strong>en</strong>de de las tapias que te cercaban por defuera ,<br />

estaba cubierto con ciertas casas por la parte de d<strong>en</strong> ­<br />

tro: mas habianse tardado tanto <strong>en</strong> esto, que ya era<br />

cerca de la noche cuando se hizo, y abrióse solam<strong>en</strong>te<br />

lugar por donde pudies<strong>en</strong> <strong>en</strong>trar dos hombres. De<br />

ver la tarda nza y g<strong>en</strong>te que moria, habia habido algunos.<br />

y no pocos, de opinio n que dejas<strong>en</strong> el com bate<br />

para otro dia; pero perseverando el Conde y los<br />

principales caballeros que allí estaban <strong>en</strong> su determinación<br />

y <strong>en</strong> descubrir mas el lugar que digo, se<br />

<strong>en</strong>tró por el con grande esfuerzo un soldado natu ral<br />

de Medina del Campo, llamado Nieto, con una espada<br />

y rodela, y tras d él <strong>en</strong>traron un grande tropel<br />

de g<strong>en</strong>te y algunos alféreces con sus band eras, de las<br />

cuales la primera que pareció <strong>en</strong>cima del muro fue<br />

la del conde de Alba de Liste. A este tiempo los que<br />

habian <strong>en</strong>trado y todos los de afuera com<strong>en</strong>zaro n á<br />

apellidar victoria, victoria, con grande estru<strong>en</strong>do de<br />

trompetas y atabales, de que los de la villa se turbaron<br />

mucho, y los combati<strong>en</strong>tes se animaro n, y <strong>en</strong>traron<br />

luego muchos de los hombres de armas que estaban<br />

apeados, y pusieron sus banderas <strong>en</strong> una torre<br />

que estaba allí cerca; y aunque los de la villa pelearon<br />

algo con los que habian <strong>en</strong>trado , y pusieron fuego<br />

á las casas que estaban cerca, no bastó su resist<strong>en</strong>cia<br />

para Que no <strong>en</strong>tras<strong>en</strong> mas, y desde á poco de hora<br />

por mas adelante cerca de la pu<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tró g<strong>en</strong>te del<br />

marqués de Fálces y de otros-caballeros, con Que los<br />

de d<strong>en</strong>tro com<strong>en</strong>zaron á desamparar sus estancias, y<br />

á desesperar de la def<strong>en</strong>sa de la villa.<br />

El conde de Haro, visto que por el agujero <strong>en</strong>tra-<br />

- 11 7-


an con dificultad. mandó á gran priesa traer picos y<br />

azadones, y abrir una puerta que t<strong>en</strong>ian muy tapiada,<br />

y puesto que al principio la def<strong>en</strong>dieron los que<br />

la guardaban, al cabo se abrió, aunque con mucho<br />

trabajo. y por la dilacion que <strong>en</strong> esto habia, aquellos<br />

señores se <strong>en</strong>traron por el dicho agujero. que habian<br />

hecho ya mayor, y los soldados y g<strong>en</strong>te suelta <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dieron<br />

<strong>en</strong> saquear las casas de la villa, sin herir ni<br />

matar á nadie. porque así les fue mandado. y ellos<br />

lo obedecieron con gran puntualidad.<br />

Los grandes y señores se fueron derechos al palacio<br />

de la Reina á le besar las manos, la cual hallaron<br />

<strong>en</strong> el patio dél con la Infanta su hija, que se volvia<br />

á su apos<strong>en</strong>to, de donde la había sacado don Pedro<br />

de Ayala. procurador de la ciudad de To ledo. durante<br />

el combate, unos decían que para que desde las<br />

alm<strong>en</strong>as mandase á los de fuera que no combaties<strong>en</strong><br />

la villa. otros, que á fin de sacarla de allí y llevarla<br />

á Medina del Campo por la parte de la pu<strong>en</strong>te; y<br />

como esta salida de la Reina fué á tiempo que el<br />

lugar se <strong>en</strong>traba. el don Pedro de Ayala la desamparó,<br />

y se fué huy<strong>en</strong>do á Medina. Aquellos señores le<br />

besaron la mano y la acompañaron hasta su apose nto,<br />

y ella les mostró alegre y amoroso semblante,<br />

conforme á su natural condicion, aunque por su <strong>en</strong>fermedad<br />

y falta de juicio t<strong>en</strong>ia poca cu<strong>en</strong>ta y cuidado<br />

<strong>en</strong> las cosas que pasaban. Solam<strong>en</strong>te afirman que.<br />

estando combati<strong>en</strong>do la villa,le fueron á decir algunos<br />

de los procuradores que allí estaban que <strong>en</strong>viase<br />

á mandar á los grandes que no lo hicies<strong>en</strong>, y respondió<br />

ella: «Abrildes vosotros las puertas y dejaIdos<br />

<strong>en</strong>trar, con que excusaré tal mandado»<br />

El conde de Haro se detuvo <strong>en</strong> abrir la puerta y<br />

meter el artillería y g<strong>en</strong>te de á caba llo hasta media<br />

- 11 8 -


cerse la rebelion y tiranía de las comunidades. y quitarles<br />

el descuido y disculpa que lingida y falsarn<strong>en</strong>,<br />

te daban los que la gobernaban, dici<strong>en</strong>do que lo que<br />

hacian era por voluntad y mandami<strong>en</strong>to de la Reína,<br />

su señora. y sobre todo, rué cosa muy honrosa y<br />

digna de todos los que la hicieron ; porque era grande<br />

ignonimia y vergü<strong>en</strong>za sufrir que <strong>en</strong> haz de la nobleza<br />

y caballería de Castilla tuvies<strong>en</strong> su reina y señora<br />

natu ral los que eran sus deservidores y estaban rebeldes<br />

y alzados contra ella; era la cosa que mas s<strong>en</strong>tia<br />

y babia s<strong>en</strong>tido el Emperador, su hijo, de todas<br />

las que habian pasado, y que mas deseaba remediar,<br />

y es¡ lo habia escripro y significado. Por lo cual, la<br />

primera cosa que aquellos grandes y caballeros hicieron,<br />

fu é restituir la t<strong>en</strong><strong>en</strong> cia y cargo de la Reina,<br />

<strong>en</strong> la forma y manera que la t<strong>en</strong>ia de antes, al marqués<br />

de D<strong>en</strong> ia, y a toda dilig<strong>en</strong>cia hicieron saber al<br />

Empe rador lo que pasaba; de lo cual el recibió muy<br />

grande alegría y se tuvo por bi<strong>en</strong> servido dellos, y<br />

así se lo escribió <strong>en</strong> la respuesta de su carta con grandes<br />

agradecimi<strong>en</strong>tos.<br />

-120-


CAPITU LO XIV<br />

Oc lo Queel campo de la J unta hizo sobre la loma de Tordcsillas.<br />

y asirncsmo los grandes que <strong>en</strong> ella estaban<br />

con el suyo. y estado <strong>en</strong> que se puso la guerra de ambas<br />

partes.<br />

la nueva del combate y <strong>en</strong>trada de la villa de<br />

Tordesillas y de la libertad de la Reina llevó luego<br />

la fama con la ligereza que suele po r todas las ciudades<br />

de Castilla, y a los servidores del Rey y leales y<br />

pacíficos ánimos puso mucha alegria y esfuerzo. y<br />

<strong>en</strong> Jos de contraria opinión obró contrarios efetos.<br />

causándoles pesar y miedo notable. aunque <strong>en</strong> estos,<br />

como estaba n <strong>en</strong>d urec idos y obstinados <strong>en</strong> sus ma los<br />

propósitos. no hubo la <strong>en</strong>mi<strong>en</strong>da que fuera razon:<br />

antes el nuevo temor los trujo luego ti caer <strong>en</strong> nuevos<br />

errores y delitos. luego otro dia Que Tordesillas se<br />

tomó. y lo supo Quinlanilla, que habia Quedado por<br />

capitán sobre la fortaleza de Alaejos. se alzó de sobre<br />

ella. y se fué a toda priesa con la g<strong>en</strong>te a la villa de<br />

Medina del Campo . no osando estar mas alli á peligro<br />

tan cercano. quedando el alcaide con honra y<br />

fama perpetua de leal y esforzado caballero.<br />

A don Pedro Giran y al campo de la Comunidad<br />

- 121-


les tomó la nueva el mismo dia <strong>en</strong> Villagarcia. de<br />

donde habian partido cuando fueron á Villalpando,<br />

que v<strong>en</strong>ian á toda priesa á socorrer á Tordesillas; de<br />

lo cual la g<strong>en</strong>te que traia sintió tanta alteraci ón y<br />

desmayo. que no solam<strong>en</strong>te no se atrevió á caminar<br />

con ella para Tordesillas. pero con poca órd<strong>en</strong> y con<br />

harto temo r acordaron de se ir para Valladolid. porque<br />

señaladam<strong>en</strong>te la g<strong>en</strong>te de aquella villa. que '<br />

eran mas de dos mil hombres. no quisieron parar ni<br />

reposar hasta allá; por lo cual don Pedro Gire n. por<br />

estar cerca della. se fué Ji apos<strong>en</strong>tar á VilIanubla con<br />

su campo, y parte de su g<strong>en</strong>te puso <strong>en</strong> la villa de<br />

Saldaña y Zaratan . lugares cercanos á Valladolid.<br />

Pero este apos<strong>en</strong>ta mi<strong>en</strong>to duró poco; porque recelándose<br />

del ejército y g<strong>en</strong>tes del Emperador. acordaron<br />

de se <strong>en</strong>trar todos <strong>en</strong> Valladolid, donde metieron<br />

su artillería, y recogiéndose todos los procuradores<br />

de las ciudades que habia n huido de Tordesillas, con<br />

los que v<strong>en</strong>ían <strong>en</strong> el ejérc ito, escribi<strong>en</strong>do á las ciudades<br />

cuyos eran los presos que <strong>en</strong>vias<strong>en</strong> otros. trataron<br />

de hacer junta con el nom bre de Santa, como '<br />

de antes, <strong>en</strong> las casas que el almirante de Castilla<br />

ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> aquella villa, y empezaron á librar y despachar<br />

cartas y provisiones, como reyes. para las ciudades<br />

que estaban alzadas; las cuales acordaron de<br />

<strong>en</strong>viar nuevas g<strong>en</strong>tes para reforzar su campo.<br />

Don Pedro Giron, g<strong>en</strong>eral de la Comunidad , no<br />

fué recebido con la voluntad y confianza que cuando<br />

de allí habia salido; antes pública y secretam<strong>en</strong>te<br />

mu rmuraba la g<strong>en</strong>te y pueblo dél, cargándole la culpa<br />

de la toma de Tordesilias, por haberse descuidado<br />

con su campo y Idose á Villalpando, dici<strong>en</strong>do que<br />

habia sido concierto y trato suyo; por lo cua l era<br />

poco obedesc ido, y se recelaban y temian ya dél. y<br />

- 122-


este recelo duró <strong>en</strong> tanto que los comune ros se pusieron<br />

<strong>en</strong> la forma que t<strong>en</strong>go dicho arriba.<br />

El ca mpo y ejército del Emperador. y los grandes<br />

que allí v<strong>en</strong>ían, lo primero que hicieron, que hasta<br />

ver el camino y propósito que el de la Co munidad<br />

llevaba, estuvieron muy á punto y sobre aviso d<strong>en</strong>tro<br />

de Tordesillas, porque se tuvo por muy cierto<br />

que co n la desesperación y <strong>en</strong>ojo de haber perdido<br />

á la Reina vemian a busca rlos; pero co mo ellos pasaron<br />

á Valladolid. co mo t<strong>en</strong>go dicho, con co nsejo y<br />

voluntad de aquellos señores, el card<strong>en</strong>al goberna ­<br />

dor. se vino <strong>en</strong> un dia desde Rioseco á Tordesillas<br />

con la g<strong>en</strong>te de guardia que con él habia quedado,<br />

que rué bie n recebido, y con él vino don Rodrigo de<br />

M<strong>en</strong>doza, conde de Castro. con g<strong>en</strong>te de á caballo<br />

suya; el cual no habi<strong>en</strong>do podido alcanzar el ejé rcito<br />

cuando fué sobre Tordesillas. se babia <strong>en</strong>trado <strong>en</strong><br />

Rioseco. Los del Consejo se fuero n á la ciudad de<br />

Burgos con el Co ndestable. que estaban allá con el<br />

Presid<strong>en</strong>te la mayor parte dellos. y para la bu<strong>en</strong>a gobemacion<br />

conv<strong>en</strong>ía no anda r divididos.<br />

V<strong>en</strong>ido el Ca rd<strong>en</strong>a l á Tordesillas, el almirante<br />

don Fadriq ue Enriquez determinó aceptar la gobernacion<br />

de l reino. y así lo hizo por aut o. habi<strong>en</strong>do<br />

prime ro t<strong>en</strong> tado todas las vias posibles para dar algun<br />

asi<strong>en</strong> to <strong>en</strong> la paz, y reducir al servicio del Emperado<br />

r las ciudades y tierras que estaban alzadas; porque.<br />

aun después de tomada Tordesillas, y llegado<br />

don Ped ro Giron con su campo á Villanubla, como<br />

t<strong>en</strong>go dicho, por él y por aque llos señores fué <strong>en</strong>viado<br />

allá Gomez de Avila, procu rador de Avila , preso<br />

<strong>en</strong> T ordesillas (tomado pleito hom<strong>en</strong>aje que volveria<br />

á la prisi ón), á procurar y tratar conco rdia; el<br />

cual se volvió sin poder concl uir cosa alguna. Hecho<br />

-Ó:<br />

-123 -<br />

..


esto. )' ViSlO Que no habia esperanza de paz, y Que<br />

la junta )' fuerza de las comunidades se habia toda<br />

pasado y puesto <strong>en</strong> Valladolid. que era cinco leguas<br />

de Tordesillas, )' que no habia ejército <strong>en</strong> campo á<br />

qui<strong>en</strong> ya ellos pudies<strong>en</strong> buscar, y que alejarse ni ir<br />

sobre otra ciudad no conv<strong>en</strong>ia. y mas dejando los<br />

<strong>en</strong>emigos á las espaldas; los gobernadores. con<br />

acuerdo de todos aquellos señores, determinaron, de<br />

la g<strong>en</strong>te que t<strong>en</strong>ían. de la cual se les babia ido bu<strong>en</strong>a<br />

parte de soldados, dejar guarnición <strong>en</strong> la comarca,<br />

porque mas á su salvo y daño de los <strong>en</strong>emigos se<br />

pudiese hacer la guerra, con deseo y esperanza de<br />

los traer por fuerza á la obedi<strong>en</strong>cia del Rey; y ansí,<br />

quedando el conde de Haro, capitán g<strong>en</strong>eral, <strong>en</strong><br />

guardia y compañia de la Reina, con la parte de la<br />

g<strong>en</strong>te que les paresci ó necesaria. fué <strong>en</strong>viado á Simancas<br />

don Pedro Vélez de Guevara con una bu<strong>en</strong>a<br />

banda de infantes y caballos; porque aunque la t<strong>en</strong><strong>en</strong>cia<br />

era de Hemando de Vega, com<strong>en</strong>dador<br />

mayor de Castilla, por ser del consejo de Estado del<br />

Emperador, conv<strong>en</strong>ia que residiese <strong>en</strong> Tordesillas:<br />

pero cada vez que parescia que habia necesidad. iba<br />

allá por su prc pria persona, á cualquier hora que<br />

fuese. A la villa de Portillo , lugar fuerte del conde<br />

de B<strong>en</strong>av<strong>en</strong>te, fué por capitan don Hierónimo de Padilla,<br />

primo hermano del mismo conde de B<strong>en</strong>av<strong>en</strong>te<br />

y hermano del adelantado de Castilla, A Torre de<br />

Lobat ón, villa del Almirante, <strong>en</strong>tre Tordesillas y<br />

Rioseco, que era uno de los pasos por donde les v<strong>en</strong>ian<br />

los bastim<strong>en</strong>tes, fué un caballero llamado Garcí<br />

Osorio, deudo muy cercano del marqués de Asterga.<br />

A Medina de Rioseco <strong>en</strong>viaron otra banda de<br />

g<strong>en</strong>te, all<strong>en</strong>de de la que t<strong>en</strong>ia allí don Hemando Enriquez,<br />

hermano del almirante de Castilla. t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do<br />

- 124 -


aban los campos hasta cerca de los muros, se proveyó<br />

un dia que don Pedro Giran con toda la g<strong>en</strong>te<br />

saliese y fuese allá, y que diese órd<strong>en</strong> como la pu<strong>en</strong>te<br />

de Simancas se rompiese de tal manera, que por allí<br />

no pudies<strong>en</strong> ser ap retados ni molestados. Don Pedro<br />

Giron, por cumplir con ellos, aunque no parecia<br />

cosa hacedera, aceptó el ir á ello. y la g<strong>en</strong>te salió tan<br />

mal y tan tarde, que se hubo de volver del camino<br />

sin t<strong>en</strong>tar ni acometer lo que iba á hacer, y hubo<br />

tanta murmuracion y alboroto <strong>en</strong> [a g<strong>en</strong>te, cargandosele<br />

aél, que no se atrevió á volver con ella á Valladolid;<br />

antes, apartándose lo mejor que pudo con<br />

los suyos, se pasó sin <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> la villa por defuera<br />

della, y se fué á dormir á Villayáñez, y otro dia á<br />

Peñafiel, villa de su padre; y ansí se apartó desta empresa,<br />

que no debiera haber com<strong>en</strong>zado, Quedando<br />

todos <strong>en</strong> Valladolid murmurando y quejándose dél,<br />

dici<strong>en</strong>do Que los habia <strong>en</strong>gañado y destruido, y que<br />

la ida que habia hecho á ViII alpanda con el campo<br />

habia sido sobre concierto y trato que t<strong>en</strong>ia con los<br />

grandes, por darles lugar para hacer la jornada que<br />

hicieron de Tordesi llas; de mane ra que el fruto que<br />

sacó desta demanda fué haber deservido y <strong>en</strong>ojado<br />

á su rey, y queda r murmurando é infamado acerca<br />

de aquellos de cuya def<strong>en</strong>sa y capitanía se habia <strong>en</strong>cargado;<br />

que eso trae consigo la compañía y def<strong>en</strong>sion<br />

de los rebeldes á su señor, que demás de la traicion.<br />

siempre ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mal suceso <strong>en</strong> sus empresas, y<br />

dan mal pago y culpan á qui<strong>en</strong> los ayuda <strong>en</strong> ellas.<br />

Verdad es que algunos que se precian de haber<br />

bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido y sabido los secretos destos negocios,<br />

me han dicho á mi y querido certificar que verdaderam<strong>en</strong>te<br />

don Pedro Gir<strong>en</strong>, conoci<strong>en</strong>do presto el yerro<br />

que habia hecho <strong>en</strong> aceptar la capitanía de la<br />

-1 26 -


Comuni dad, habia traído sus tratos secretos con el<br />

almi rante de Castilla y con el Condestable su tia , y<br />

que con industria, y con aviso y voluntad dellos fu é.<br />

como está dicho , á toma r á ViiIalpanda, por desembarazarles<br />

el camino para Tordesillas, y después<br />

d<strong>en</strong>tro de pocos dias dejó la cap itanía <strong>en</strong> la forma<br />

que t<strong>en</strong>go dicho; y esta mesma disculpa han dado<br />

siempre sus amigos y deudos y criados <strong>en</strong> este propósito,<br />

el cual si él tuvo, no quiero quitárselo; pero<br />

como cosa que no sé muy cierto, no oso afirmarla ,<br />

aunque no faltaron indicios para crerlo, por pláticas<br />

y m<strong>en</strong>sajes que pasaron <strong>en</strong>tre él y el Almirante.<br />

Como quiera que haya sido. fuera á mi juicio mejor<br />

consejo, luego que conoció su yerro, pasarse claram<strong>en</strong>te<br />

á la parte del Emperador, porque no parece<br />

honesta manera de servir con <strong>en</strong>gaño de aquellos<br />

que se fiaban dél; y así, lo que <strong>en</strong> esto pasó, si algo<br />

fué, no debió ser muy acepto al Rey, pues cuando<br />

hizo el perdon g<strong>en</strong>eral <strong>en</strong> la villa de Valladolid, después,<br />

como adelante se contará, fué don Pedro Giron<br />

exceptado dél, <strong>en</strong>tre otros, y no perdonado, y le<br />

fué dado cierto castigo y p<strong>en</strong>a de destierro, y con<br />

grandes dificultades y dilaciones alcanzó perdono<br />

He tocado esto tan particularm<strong>en</strong>te , porque <strong>en</strong><br />

la verdad don Pedro Giro n fué el mas principal<br />

hombre de los que siguieron esta opinión , así por su<br />

linaje y grandes deudos que <strong>en</strong> Castilla t<strong>en</strong>ia, como<br />

por el estado que esperaba, y después poseyó, y tambi<strong>en</strong><br />

poque fué t<strong>en</strong>ido por sabio y esforzado caballero;<br />

y pasada esta jornada, anduvo siempre bi<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

servicio del Emperador hasta que murió, y su persona<br />

tuvo mucha autoridad, grandeza y reputa ci ón,<br />

all<strong>en</strong>de de la que su casa y estado le daba.<br />

Después de ido don Pedro Giran de Valladolid<br />

- 127-


<strong>en</strong> la forma que t<strong>en</strong>go dicha, la g<strong>en</strong>te comun y del<br />

pueblo pus ieron sus ojos y deseo <strong>en</strong> J uan de Padilla,<br />

y le escribieron cartas de aviso dello á Toledo, donde<br />

estaba y donde ya t<strong>en</strong>ia bu<strong>en</strong>a copia de g<strong>en</strong>te hecha<br />

para el reparo y socorro del ejército de la Comu nidad,<br />

que estaba como r<strong>en</strong>go dic ho. El cual, sabida<br />

esta nueva , partióse á toda priesa con ella camino<br />

de Valladolid, aunque era <strong>en</strong> el corazon del invierno,<br />

<strong>en</strong> los fines ya de diciembre del año de 1520 ; y<br />

viéndose con lo que tanto deseaba, como era ser capitán<br />

g<strong>en</strong>eral del ejército de la Comunidad. no repa ­<br />

ró <strong>en</strong> nad a, ni <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>timie nto que tuvo cua ndo<br />

nom braron á don Ped ro Gi r<strong>en</strong>: todo lo disimuló.<br />

p<strong>en</strong>sando que por esto t<strong>en</strong>ia sus acrec<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos .<br />

Llegado por sus jornadas á Medi na de l Campo,<br />

que estaba cuatro leguas de Tordesillas.Ios gobernadores<br />

y grandes que allí estaban tuvieron aviso dello,<br />

y el cond e de Haro, con su acuerdo y consejo. determinó<br />

de salir con él á pelear <strong>en</strong> el camino que hay<br />

<strong>en</strong>tre Valladolid y Medi na , y para ello mandó v<strong>en</strong>ir<br />

á Simancas á do n Hieró nimo de Padilla con la g<strong>en</strong>te<br />

que dijimos que t<strong>en</strong>ia <strong>en</strong> Portillo; pero estando para<br />

partir. supo muy cierto cómo algunos vecinos de<br />

Tordesillas habian dado av iso á Juan de Padilla de<br />

su desinio, y concertado con él que, luego que él partiese<br />

á le buscar y atajar, él por otro camino viniese<br />

á dar sobre Tordesillas, donde los mas de los vecinos<br />

eran comuneros y lo deseaban; lo cual <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido por<br />

el conde de Haro, aco rdó deja r la jornada, por la<br />

poca confianza y seguridad que <strong>en</strong> los vecinos de<br />

aquella villa t<strong>en</strong>ia; y ansi , pudo J uan de Padi lla pasar<br />

á la villa de Valladolid sin contraste. y fué recebido<br />

<strong>en</strong> ella con increible alegria y regocijo de la Comu<br />

nidad y pueblo y g<strong>en</strong>te de guerra. acerc a de los<br />

-128 -


cuales t<strong>en</strong>ia tal reputacion, que les parecia que con<br />

su v<strong>en</strong>ida se habia todo de hacer y de acabar como<br />

lo deseaban; y el pueblo, á pesar de la Santa Junta.<br />

lo loaba y t<strong>en</strong>ia por capitan g<strong>en</strong>eral , queri<strong>en</strong>do todos<br />

los della que lo fuese don Pero Lasso de la Vega,<br />

que era un caballero cuerdo )' prud<strong>en</strong>te y bastante<br />

para ello; y ansí , pasa ron all í grandes compet<strong>en</strong>cias<br />

<strong>en</strong>tre los dos, que no hay para qué contarse. y al<br />

cabo prevaleció la parte de Juan de Padilla, porque<br />

la comunidad de Valladolid lo quiso así, á pesar de<br />

la Junta. á la cual t<strong>en</strong>ian ya poco acatami<strong>en</strong>to; de<br />

manera que , aunque la Junta dió cierto modo de<br />

confo rm idad é igualdad <strong>en</strong>tre Juan de Padilla y el<br />

obispo de Zamora y Gonzal o de Guzman , todavía<br />

tuvo el mando y mayor autoridad Juan de Padilla.<br />

Pasada ansí esta ocasion de pelear con él. se tuvo<br />

aviso <strong>en</strong> Tordesillas que <strong>en</strong> un lugar llamado Rodillana,<br />

<strong>en</strong>tre Medina y Valladolid. estaban apo s<strong>en</strong>tados<br />

quini<strong>en</strong>tos soldados que v<strong>en</strong>ian de Salamanca, )'<br />

por estar cerca de Medina se t<strong>en</strong>ian por seguros y<br />

estaban descuidados. El Alm iran te y aquellos señores<br />

acordaron de <strong>en</strong>viar á dar sobre ellos y deshacerlos.<br />

y <strong>en</strong>cargóse de la empresa don Pedro de la Cueva,<br />

hermano del duque de Alburquerque. que era<br />

muy esforzado caballero, y que después fué acepto al<br />

Emperador , y le quiso bi<strong>en</strong>. y le hizo com<strong>en</strong>dador<br />

mayor de Alcántara y otras merce des; el cual. con<br />

pocos mas soldados que ellos eran, caminó una noche.<br />

y llegando al lugar. <strong>en</strong>trando de rebato por él.<br />

pr<strong>en</strong>dió y mató muchos dellos. y los que quedaron<br />

escaparon huy<strong>en</strong>do; y d<strong>en</strong>de á otros cinco ó seis dias<br />

fué avisado el mismo don Pedro de la Cueva que<br />

habian llegado á otro lugar llamado La Zarza . seis<br />

leguas de Tordesillas. ochoci<strong>en</strong>tos soldados que Se-<br />

-129 -


gavia <strong>en</strong>viaba; y el conde de Haro, ansí por ser su<br />

primo hermano, hijo de hermana del Condestable<br />

su padre, como por la bu<strong>en</strong>a maña que <strong>en</strong> lo pasado<br />

se habia dado, le dió doci<strong>en</strong>tos hombres de arma s y<br />

quini<strong>en</strong>tos soldados, y le <strong>en</strong>cargó fuese á salteallos.<br />

El don Pedro trasnochó, y rodeando una bu<strong>en</strong>a legua<br />

por desviarse de Medina del Campo, dió sobre<br />

el lugar de improviso; y aunque los soldados que estaban<br />

<strong>en</strong> él se retrujeron peleando á una iglesia, el<br />

don Pedro los apretó de manera, que los <strong>en</strong>tró por<br />

fuerza, y mató y hirió muchos dellos, y todos los demás<br />

trujo presos ti. Tordesillas, lo cual se tuvo por<br />

hecho muy acertado.<br />

Juan de Padilla y el obispo de Zamora y los otros<br />

capita nes comuneros no se descuidaban tampoco<br />

por su parte <strong>en</strong> hacer la guerra; antes trabajando mucho<br />

Juan de Padilla por sacar su ejército <strong>en</strong> campo,<br />

aunque con mucha dificultad. lo hizo, y se apos<strong>en</strong>tó<br />

<strong>en</strong> Villanubla, dos leguas de Valladolid, y <strong>en</strong> otros<br />

lugares cercanos, y<strong>en</strong>do y vini<strong>en</strong>do á la villa; y d<strong>en</strong>de<br />

á poco se apoderó de Cigales, villa del conde de<br />

B<strong>en</strong>av<strong>en</strong>te, donde hizo daños y rebatos; y el obispo<br />

de Zamora, como era hombre muy osado y bullicioso.<br />

hacia con sus g<strong>en</strong>tes grandes saltos <strong>en</strong> la tierra;<br />

señaladam<strong>en</strong>te rué sobre la villa de Empudia, que<br />

era del conde de Salvatierra, <strong>en</strong> la cual por ser él<br />

comunero, por mandado de los gobernadores se habia<br />

metido con alguna g<strong>en</strong>te don Francisco de Viamonte,<br />

caballero navarro; y no hallándose poderoso<br />

para resistir al Obispo, desamparó con su g<strong>en</strong>te el<br />

lugar, y con harto peligro y priesa se vino retirando<br />

ti. Rioseco: y el obispo de Zamora, habi<strong>en</strong>do cobrado<br />

á Empudia. pasó adelante, camino de la ciudad de<br />

Búrgos, }'llegó hasta diez leguas della. p<strong>en</strong>sando con<br />

- 130 -


la fama de su v<strong>en</strong>ida alterar mas y levantar la comunidad<br />

de aquella ciudad contra el Condestable, que<br />

d<strong>en</strong>tro estaba. el cual se vió <strong>en</strong> el trabajo que luego<br />

se dirá. De allí se volvió el Obispo haci<strong>en</strong>do el daño<br />

que pudo á Valladolid, salteando de camino el lugar<br />

y fortaleza de Fu<strong>en</strong>tes. que era de un caballero llamado<br />

Andrés de Ribera, y pr<strong>en</strong>dió <strong>en</strong> ella al doctor<br />

Nicolás Tella, suegro de Ribera, caballero de Sevilla,<br />

ya arriba nombrado. que era uno del Real Consejo<br />

que acaso babia v<strong>en</strong>ido alli á holgarse las fiestas<br />

pasadas, y le tuvieron preso muchos dias. De manera<br />

que por bu<strong>en</strong> principio del año de 2 1 se trataba<br />

la guerra con este rigor y dilig<strong>en</strong>cia de <strong>en</strong>trambas<br />

partes, <strong>en</strong> especial <strong>en</strong> Valladolid y su comarca, <strong>en</strong>tre .<br />

los comuneros y g<strong>en</strong>te de los gobernadores, aunque<br />

<strong>en</strong> estos mismos días el nuncio del Papa, que era<br />

v<strong>en</strong>ido para procurar paz <strong>en</strong> este reino, y un caballero<br />

llamado Juan Rodríguez, que el rey de Portugal<br />

<strong>en</strong>vió para lo mismo, <strong>en</strong> medio desta torm<strong>en</strong>ta com<strong>en</strong>zaron<br />

á tratar de concordia <strong>en</strong>tre los unos y los<br />

otros, andando de una parte á otra; pero fué de tan<br />

poco efeto, que por eso no será m<strong>en</strong>ester contarlo. Y<br />

dejando las cosas <strong>en</strong> este furor, será bi<strong>en</strong> decir <strong>en</strong><br />

pocas palabras lo que el Condestable hizo <strong>en</strong> la ciudad<br />

de Búrgos, y 10 que sucedió <strong>en</strong> otras partes, pues<br />

también hace á nuestro propósito.<br />

- 131 -


CAPITULO XV<br />

De Jo que sucedió al Condestable <strong>en</strong> Burgos. y lo que pasa ­<br />

ba <strong>en</strong> el reino de T oledo <strong>en</strong> esta sazono}' lo Que h ícieron<br />

las ciudad es del Andalucía . y ot ras cosas que sucedieron.<br />

Si todas las cosas que pasaron se hubies<strong>en</strong> de escrebir<br />

juntas, la misma confu si ón seria que cuando<br />

están muchos hombres ju ntos y hablan todos á la<br />

. par, porque no se pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der los unos á los<br />

otros; y por esto á la bu<strong>en</strong>a dispcsicicn de la historia<br />

convi<strong>en</strong>e. aunq ue los acaecim i<strong>en</strong>tos y sucesos concurran<br />

<strong>en</strong> una sazon, Que se escriba n y trat<strong>en</strong> po r sí<br />

aparte los que no sufra n ir <strong>en</strong> compañía de otros<br />

para ser bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didos; y guardando yo esta regla.<br />

de que habemos usado y usarémos adelante. digo<br />

que <strong>en</strong> tanto que pasaban las cosas ya dichas <strong>en</strong> la<br />

comarca de Valladolid. después de la toma de Tordesillas,<br />

el Condestable. que <strong>en</strong> Burgos estaba, no<br />

dejó de t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> qué <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der, ansi <strong>en</strong> Jo de d<strong>en</strong>tro<br />

de la ciudad como con el conde de Salvatierra y los<br />

que hablan alzado las meríndades de Castilla la Vieja;<br />

porque como él habia sido acogido <strong>en</strong> aquella<br />

ciudad por cierta capitulación. como arriba se dijo.<br />

- 132-


\ se <strong>en</strong>vió á confirmar del Empe rador. el que hab ia<br />

ido con ella volvió con la aprobacion de los mas capítulos.<br />

pero negánd ole algunos que verdaderam<strong>en</strong>te<br />

no conve nían ser otorgados. au nqu e el Ccndestable<br />

por la pres<strong>en</strong> te necesidad los habia aceptado too<br />

dos: de lo cual la co mu nidad de aquella ciudad se<br />

alteró y escanda lizó tanto. que los vecinos della tornaron<br />

á po nerse <strong>en</strong> armas. y estuvo la cosa <strong>en</strong> harto<br />

riesgo y pel igro. hab í<strong>en</strong>do sido incitados por cartas é<br />

inducimi<strong>en</strong>tos del obispo de Zamora y del conde de<br />

Salvatierra y otros; pero el Condestab le t<strong>en</strong>ia ya tan<br />

bu<strong>en</strong>a compañía de señores y caballe ros y g<strong>en</strong>te que<br />

habia traido, que determi nó no llevar la cosa ya por<br />

trato y conciertos. sino por autoridad y fuerza: y<br />

ansi, a ndando la ciuda d escanda lizada dici<strong>en</strong>do y<br />

haci<strong>en</strong>do atre vimi<strong>en</strong>tos. hab iéndolo comunicado<br />

con todos los señores que all í estaba n. determinó sojuzgarlos<br />

y tomarles la fortaleza. que desde la alteración<br />

pasada estaba por la Comunidad. Y poni<strong>en</strong>do<br />

<strong>en</strong> efeto esta dete rmi nación. salió un dia a rmado á<br />

una plaza que estaba delante de sus casas. con sus<br />

criados y toda la g<strong>en</strong>te de guer ra que allí t<strong>en</strong> ia. y<br />

luego le acudiero n los señores qu e allí estaban con<br />

las suyas; los cuales eran don Ju an de Lacerda. duque<br />

de Medinaceli, y don Luis, su hijo. marq ués de<br />

Cogolludo: don Antonio de velasco. conde de Nieva.<br />

y do s hijos suyos; don Heman do de Bobadilla ,<br />

conde de Chinche n; don Bem ardino de Cá rd<strong>en</strong>as,<br />

marqués de Elche. yerno de Condestab le. hijo ma yor<br />

del duqu e de Maqueda; don Jua n de Tobar. marqués<br />

de Berlanga. hijo del Condestable; don Juan de Rajas.<br />

señor de Poza . y otros mu chos caballeros. deu ­<br />

dos y criados destos: y estando todos an si con el dicho<br />

propósito. el pueblo todo de la ciudad se hab ia<br />

-llJ -


ju ntado y puesto asimesmo <strong>en</strong> arrnas, con p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

de pelear con ellos; y estuvo tan á punto de<br />

hacerse, que se tiraron de una parte á otra algunas<br />

saetadas y arcabuzazos; pero reconoci<strong>en</strong>do los procuradores<br />

de las vecind ades y los demás la v<strong>en</strong>taja<br />

que el Condestable les t<strong>en</strong> ia, y <strong>en</strong>viándolos á requerir<br />

y mandar que estuvies<strong>en</strong> quedos, y se juntas<strong>en</strong><br />

con él pacificam<strong>en</strong>te, y obedecies<strong>en</strong> sus man dami<strong>en</strong>tos,<br />

como de visorey y gobernador de su rey y<br />

señor, no se atrev ieron á v<strong>en</strong> ir <strong>en</strong> rompimi<strong>en</strong>to; éntes<br />

fallándo les el ánimo para ello, dejaron las armas<br />

y vinieron pacíficos y obedi<strong>en</strong>tes á acompañar al<br />

Condestable; el'cual <strong>en</strong>vió luego á requerir al alcaide<br />

de la fortaleza que se la <strong>en</strong>tregase, con protestación ,<br />

si no lo hiciese, de combatirla y hacer justicia dél y<br />

de los que con él estaban : y pasando primero algunas<br />

d-¿mandas y respuestas , al cabo el mismo dia se<br />

<strong>en</strong>tregó, y el Condestable puso alcaide por el Rey;<br />

y desta manera, no osando resistir nadie, se pacificó<br />

y allanó aquella ciudad, y se puso <strong>en</strong> ella corregidor<br />

y el gobierno <strong>en</strong> la forma que antes que hubiese comunidad,<br />

y no hubo mas alboro to ni desobedi<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong> ella.<br />

Habi<strong>en</strong>do hecho esto, lambi<strong>en</strong> acordó el Condestable<br />

<strong>en</strong>via r á don Juan Manrique de Lara, hijo primogénito<br />

del duque de Nájera, que allí habia v<strong>en</strong>ido,<br />

con bu<strong>en</strong>a copia de g<strong>en</strong>te contra las merindades<br />

y contra los que [as t<strong>en</strong>ian alzadas ; y por la poca<br />

edad que <strong>en</strong>to nces t<strong>en</strong>ia, fueron <strong>en</strong>viarlos con él<br />

Martí n Ruiz de Av<strong>en</strong>daño y Gomez de Butron, caballeros<br />

principales de aque lla tierra, los cuales, llegados<br />

á ella, dieron cierto asi<strong>en</strong>to y manera de paz<br />

<strong>en</strong>tre las merindades y el Condestable: la cual, aunque<br />

se guardó algunos días, fu é poco durabl e, por<br />

- 134-


cuanto un tal Barahona y el abad de Rueda y otro<br />

García de Arce, que eran ciertos hidalgos escandalosos,<br />

las procura ron levantar, y salieron con ello. Y<br />

ansimismo lo hizo el conde de Salvatierra don Pedro<br />

de Ayala, alborotando y corri<strong>en</strong>do la tierra á voz de<br />

la Comunidad, y <strong>en</strong>tre otras cosas que hizo, rué saltear<br />

<strong>en</strong> el puerto que llaman de San Adrian ciertas<br />

piezas de artillería que desde Fu<strong>en</strong>terrabía traian al<br />

Condestable, y las quebró y romp ió porque no se<br />

pudies<strong>en</strong> servir dellas, visto que él no las podia llevar;<br />

y pasaron después muchas cosas que yo no podré<br />

contar; pero decirse há el fin y remate que tuvieron,<br />

á su tiempo.<br />

En el reino de Toledo no com<strong>en</strong>zó este año de<br />

21 con m<strong>en</strong>os escándalo y alborotos que <strong>en</strong> estotras<br />

partes que t<strong>en</strong>emos contado, sin los desafueros y injusticias<br />

que d<strong>en</strong>tro de la ciudad se hacian por los<br />

que la gobernaban, cuya tirana y caudillo era doña<br />

María Pacheco, mujer de Juan de Padilla, que <strong>en</strong><br />

aus<strong>en</strong>cia de su marido lo era, y aun <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia Jo<br />

habia sido.<br />

Fuera de la ciudad, <strong>en</strong> los lugares de aquel reino,<br />

habia grandes difer<strong>en</strong>cias y desasosiegos <strong>en</strong>tre los<br />

pueblos y los caballeros y otros que estaban <strong>en</strong> servicio<br />

del Rey, <strong>en</strong> especíal lugares de señores, que procurándolo<br />

Toledo y favoreciéndoles para ello, y haci<strong>en</strong>do<br />

guerra y mala vecindad á los que eran leales,<br />

se habian alzado. Destos eran la villa de Orgaz contra<br />

el conde della: y Ocaña, que es del maestrazgo<br />

de Santiago, estaba también rebelada con voz de comunidad,<br />

haci<strong>en</strong>do desde ella muchos agravios y<br />

fuerzas á la villa del Corra l de Almaguer y otros lugares<br />

de la comarca, y desta manera pasaban otros<br />

muchos males y desórd<strong>en</strong>es; para remedio de lo cual<br />

- 135 -


se habia <strong>en</strong>cargado de la ca pita nía g<strong>en</strong>eral de aquel<br />

reino don Antonio de Zú ñiga, prior de San Juan,<br />

junta m<strong>en</strong>te con don Diego de Tol edo. hijo del du ­<br />

que de Alba, qu e po r el pleito qu e <strong>en</strong>tre los dos habia<br />

habido sobre á quié n pert<strong>en</strong>ccia el priorazgo, estando<br />

<strong>en</strong> la posesion el dicho don Diego, por s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia<br />

y concierto se habia dividido del priorazgo la<br />

r<strong>en</strong> ta y lugares dé! <strong>en</strong>tre a mbos, y <strong>en</strong> la parte del<br />

don Antonio habia caído la villa y castillo de Consuegra,<br />

<strong>en</strong> la cual estando á la sazo n, com<strong>en</strong>zó á junta<br />

r g<strong>en</strong>te y á salir al ca mpo pa ra reducir á Ocaña y<br />

á otros puebl os del reino de T oledo, y sucedi óle <strong>en</strong><br />

esta empresa lo que <strong>en</strong> el proceso de nuestra historia<br />

se verá.<br />

En Val<strong>en</strong>cia no fallaban trabajos y escándalos,<br />

estando aqu ella ciudad, como estaba, toda <strong>en</strong> comunidad;<br />

y habi<strong>en</strong>do echado fuera al Viso rey y á la nobleza<br />

della, pasaron otras mu cha s cosas , de las cuales<br />

algunas se dirán , aunque mu y <strong>en</strong> suma.<br />

En el Andalucía pasaba el negocio mu y al contrario;<br />

po rque, aunque <strong>en</strong> las ciudades de Ubeda y<br />

Baeza y Jae n, por las parcialidades que <strong>en</strong> ellas habia<br />

. el uno de los bandos juntándose con el comun,<br />

t<strong>en</strong> ian voz de comunidad, como arriba se tocó; la<br />

ciudad de Sevilla, Córdoba y G ranada, y las demás<br />

ciudades todas, puesto qu e se habian ofrecido <strong>en</strong> algunas<br />

dellas compete ncias y po rfías <strong>en</strong>tre señores y<br />

ho mb res principales, qu e el tiempo pare cia traer<br />

consigo (que po r no ser de sustanc ia se dejan de escrebi<br />

r). <strong>en</strong> lo que tocaba al servicio del Rey y <strong>en</strong> la<br />

obedi<strong>en</strong>cia de sus gobernadores y justicia, no solam<strong>en</strong>te<br />

habian estado y estaban bi<strong>en</strong>, pero <strong>en</strong> este<br />

mes de <strong>en</strong>ero, princip io del añ o de 2 1, cuando Valladolid<br />

y Cast illa y el reino de Tol edo ardian <strong>en</strong><br />

- 136 -


fuego. como se ha dicho, el regu m <strong>en</strong>to y justicias<br />

dellas, con deseo é int<strong>en</strong>ción de apagarlo y remediarlo<br />

si pudier<strong>en</strong>, y de estor bar que no se empr<strong>en</strong>diese<br />

)' acrec<strong>en</strong>tase mas, y <strong>en</strong> lo que se ofreciese servir<br />

á su rey, <strong>en</strong>viaron á pedir lic<strong>en</strong>cia á los goberna ­<br />

dores para se juntar <strong>en</strong> alguna parte por sus procuradores,<br />

para tratar medios como lo dicho se remediase;<br />

y habida esta facultad, se juntaron <strong>en</strong> la Rambla<br />

cerca de Córdoba. por estar mas <strong>en</strong> comarca para<br />

todos los proc uradores y m<strong>en</strong>saje ros de las ciudades<br />

de Sevilla. Córdoba , Ecija. Jerez, Cádiz y otros pueblos.<br />

Los cuales todos se juntaron, y ansi juntos hicieron<br />

una confederacion y un ion Que verdaderam<strong>en</strong>te<br />

se pudiera llamar santa, como falsam<strong>en</strong>te se<br />

llamaba la de Valladolid y Tordesillas; y por ella se<br />

obligaron yjura m<strong>en</strong>taron de guardar cierta ca pitulacion,<br />

Que <strong>en</strong> sustancia cont<strong>en</strong> ia:<br />

Primeram<strong>en</strong>te . que guardarian el servicio del<br />

Rey y de la Reina y la obedi<strong>en</strong>cia de sus gobernadores<br />

y vireyes; Que guarda rian paz y conco rdia <strong>en</strong>tre<br />

si. y Que si escánda lo ó alboroto se ofreciese. harian<br />

toda su posibilidad por lo allanar y apaciguar, que<br />

sost<strong>en</strong>ían y favorecerían con toda obedi<strong>en</strong>cia y acatamie<br />

nto las justicias que <strong>en</strong> cada uno de los pueblos<br />

fuese puesta por su majestad, dándoles todo el favor<br />

)' ayuda que para la ejecución de la justicia fuese<br />

rn<strong>en</strong>estercy que esto procurarian de hacer y sust<strong>en</strong>tar<br />

todas juntas )' cada una por sí; y Que si <strong>en</strong> alguna<br />

de ellas ó <strong>en</strong> su tierra hubiese alguna person a, de<br />

cualquier estado ó condición que fuese. que perturbase<br />

ó diese ocasion de perturbar la paz y concordia<br />

dellas ó de alguna dellas , ó impidiese la ejecución y<br />

obedi<strong>en</strong>cia de la justicia , ó se desacatase contra ella,<br />

que todas las ciudades ju ntas y cada una por si los<br />

- 137 -


echas<strong>en</strong> fuera de la tierra; y ansimismo, si algun<br />

. grande ó caballero poderoso ó cualquier otra persona<br />

alborotase la tierra ó hiciesejunta de g<strong>en</strong>te contra<br />

el servicio del Rey ó contra la paz y union de dichas<br />

ciudades y villas, que todas ellas con toda presteza<br />

se juntas<strong>en</strong> á lo resistir y remediar con la g<strong>en</strong>te que<br />

fuese m<strong>en</strong>ester.<br />

Capitularon ansimismo Que ninguna provisión,<br />

carta ni mandami<strong>en</strong>to Que por los de la Junta <strong>en</strong><br />

nombre de la Reina ó del reino se <strong>en</strong>viara , fuese obedecida<br />

ni cumplida, antes fues<strong>en</strong> contradichas y resistidas,<br />

y que los Que las trujes<strong>en</strong> fues<strong>en</strong> presos y<br />

castigados; y Que si por parte de la Junta y Comunidad<br />

fues<strong>en</strong> <strong>en</strong>viados algunos capitanes ó ejército<br />

contra estas ciudades confederadas ó contra alguna<br />

dellas, hicies<strong>en</strong> luego ejército para les resistir y hacer<br />

guerra; y ante todas cosas concertar<strong>en</strong> Que se escribiese,<br />

y ansi lo hicieron , á Toledo y á las otras ciudades<br />

que estaban alzadas <strong>en</strong> comunidad, requiriéndoles<br />

y pidiéndoles dejas<strong>en</strong> la dicha voz, y se redujes<strong>en</strong><br />

á la obedi<strong>en</strong>cia y servicio de su majestad, ofreciéndose<br />

Que serian por ellos bu<strong>en</strong>os intercesores <strong>en</strong> lo<br />

tocante á su perdon y justas peticiones, y Que si ansí<br />

no lo hicies<strong>en</strong>, que aquellas ciudades no podian dejar<br />

de hacer <strong>en</strong> este propósito 10 que el Rey y sus<br />

gobernadores les mandas<strong>en</strong>; 10 cual para todas las<br />

otras cosas que se podrían ofrecer nombraron y<br />

apuntaron luego la copia de g<strong>en</strong>te que cada ciudad ó<br />

villa fuese obligada á <strong>en</strong>viar y <strong>en</strong>viase, con órd<strong>en</strong> de<br />

la acresc<strong>en</strong>tar y acortar conforme á la pres<strong>en</strong>te necesidad,<br />

y dieron y concertaron la forma que se debia<br />

t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> se avisar y apercebi r las unas á las otras, y<br />

<strong>en</strong> poner <strong>en</strong> efeto y ejecutar lo que dicho es.<br />

y habi<strong>en</strong>do as<strong>en</strong>tado y capitulado todo esto, hi-<br />

- 138 -


cieron m<strong>en</strong>sajero propio y escribieron sus cartas al<br />

Emperador, <strong>en</strong>viándole á suplicar Que con la más<br />

brevedad Que fuese posible viniese á estos reinos, y<br />

Que fuese su v<strong>en</strong>ida por algu n puerto de la Andalucia.<br />

y Que su majestad no fuese servido de se embarazar<br />

<strong>en</strong> traer g<strong>en</strong>te de guerra extranjera mas de la que<br />

pareciese necesaria para su navegaci ón, porque <strong>en</strong><br />

ella hallaria toda la g<strong>en</strong>te de á pié: y de á caballo que<br />

fuese m<strong>en</strong>ester para su servicio y para la pacificacion<br />

de sus reinos. Hecha esta confederaeion, la <strong>en</strong>viaron<br />

á otorgar particularm<strong>en</strong>te á todas las cíudades,<br />

cuyos poderes t<strong>en</strong>ian ya confirmados por los gobernadores,<br />

y agora fué por ellos confirmada la dicha<br />

confederacion, y para lo mismo fu é <strong>en</strong>viara al<br />

Emperador, que á esta sazon estaba <strong>en</strong> la ciudad de<br />

Bórmes prosigui<strong>en</strong>do las cortes y dieta Que t<strong>en</strong>ia eam<strong>en</strong>zada;<br />

el cual, habi<strong>en</strong>do sabido y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido 10<br />

Que pasaba, se tuvo por muy servido de Sevilla y de<br />

las otras ciudades Que <strong>en</strong> esta union habian sido, y<br />

ansí lo <strong>en</strong>vió á significar por sus ca rtas, aprobando y<br />

alabando lo que habian hecho.<br />

Estando ansimismo alli <strong>en</strong> Bórmes, <strong>en</strong> el pri ncipio<br />

del año de 2 1 muri ó el ca rd<strong>en</strong>al de Crcy. sobrino<br />

de Xebres, que era arzobispo de T oledo y obispo de<br />

Cambray, y t<strong>en</strong>ia otras prelacías y dignidades, y por<br />

su muerte vacó el arzobispado de T oledo, y estuvo<br />

vaco muchos días.<br />

Entre las cosas Que esta dieta y cortes de Bórmes<br />

se trataron , <strong>en</strong> la Que mas tu vo el Emperador que<br />

hacer, y Que mas procu ró de reformar y remediar,<br />

fué <strong>en</strong> lo Que tocaba á los erro res y herejías de Martin<br />

Lutero, famoso hereje de nuestros tiempos, de<br />

cuyo orig<strong>en</strong> y suceso tratamos ya arriba; lo cual por<br />

nuestros pecados habia ya ido <strong>en</strong> estos dias con tanto<br />

- 139 -


ccresc<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to. y el fuego estaba tan <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dido,<br />

que no pudo apagarse como el Emperador quisiera.<br />

El negocio pasó desta manera. Que propuesto<br />

por él que se debia por autoridad y mano de tocio el<br />

imperio perseguir y deshacer al Lutero y sus herejías,<br />

y forzar con mañas y castigos los que las seguian<br />

a aparta rse dellas, habla allí tantos inficionados ya<br />

desra ponzoña. que no se pudo concluir otra cosa<br />

sino que el Martín Lutero fuese oido primero, para<br />

lo cual el Emperador le mandó parescer. con seguridad<br />

bastante que le dió que no seria muerto ni preso<br />

ni det<strong>en</strong>ido; y ansi, el vino allí aBórmes con la so-berbia<br />

y desvergü<strong>en</strong>za que habia v<strong>en</strong>ido el año de<br />

18 ala dieta que el emperador Maximiliano tuvo <strong>en</strong><br />

Agusta; y pareci<strong>en</strong>do un dia ante el Emperador )'<br />

ante los electores y procuradores del imperio, le fué<br />

preguntado si eran suyos ciertos <strong>libro</strong>s que <strong>en</strong> su<br />

nombre andaban impresos, que allí le fueron mostrados,<br />

y si p<strong>en</strong>saba retraerse de los errores que cont<strong>en</strong>ian,<br />

que estaban ya declarados y cond<strong>en</strong>ados por<br />

la Iglesia y por los santos concilios; á lo cual él respondió<br />

que aquellos <strong>libro</strong>s eran suyos, y que no lo<br />

negaba ni p<strong>en</strong>saba negar, y <strong>en</strong> lo que tocaba á se<br />

desdecir y retractar de lo que <strong>en</strong> ellos habia escrito,<br />

pidió que le fuese dado termino para acordar y deliberar<br />

sobre ello. Y siéndole concedido por el Emperador<br />

espacio hasta otro dia, tormó aaparecer <strong>en</strong> el<br />

mismo lugar, y después de haber hecho una habla<br />

muy vanagloriosa, concluyó que él no se retracraria<br />

de lo que habia escrito si de nuevo no le conv<strong>en</strong>cían<br />

con lugares expresos del Evangelio y Testam<strong>en</strong>to<br />

Viejo; lo cual el malvado hacia por nunca acabar,<br />

porque declaraba la escriptura falsam<strong>en</strong>te, y no quería<br />

admiti r ni recebir la declaración de la Iglesia ni<br />

-140-


de: los santos concilios y doctores; y sus herejias ya<br />

estaban reprobadas y cond<strong>en</strong>adas con autoridaes de<br />

la Sagrada Escritura. Y siéndole repl icado claram<strong>en</strong>te<br />

dijese sí ó no. si queri a estar por lo que la santa<br />

Iglesia y los santos concilios t<strong>en</strong>ian disputado y det<strong>en</strong>ninado<br />

, él con soberbia de Lucifer. que tra ia <strong>en</strong> el<br />

alma y <strong>en</strong> el corazón. respondió que no p<strong>en</strong>saba revocar<br />

lo que t<strong>en</strong>ia escripto. ni pod ia estar por lo que:<br />

los concilios y decretos t<strong>en</strong>ian determi nado. Lo cual<br />

visto por el Emperador, con justa y santa indignacion<br />

lo mandó quitar luego de su pres<strong>en</strong>cia. y por<br />

aquel dia no se trató de otra cosa alguna, y algunos<br />

tuvieron por opinio n qu e fuera bi<strong>en</strong> que a un tan<br />

desvergonzado hereje no se le guardara la seguridad<br />

que se le habia dado , y que fuera ansí preso y Quemado,<br />

porque se presumia que faltando la cabeza y<br />

movedor, Queera él. con mas facilidad se remediaría<br />

lo demás; pero el Emperador, como no queria faltar<br />

a la fe, aunque fuese aQui<strong>en</strong> no la t<strong>en</strong>ia. ni jamás<br />

la ha faltado ni rompido, no estuvo <strong>en</strong> lo hacer; anles.<br />

vista su du reza, habi<strong>en</strong>do t<strong>en</strong>tado otros modos<br />

para conv<strong>en</strong>cerle <strong>en</strong> tres dias que allí estuvo, le mandó<br />

salir de su con e d<strong>en</strong>tro de otro día, dándole otros<br />

veinte de seguro para se ir donde quisiese; y despu és<br />

de grandes altercaciones y pláticas que hubo sobre<br />

este caso, porque, como dije, habia muchos homb res<br />

princi pales <strong>en</strong> estas tocados desta pestil<strong>en</strong>cia, por<br />

mandado del Emperador y por edito de todo el imperio<br />

fueron los <strong>libro</strong>s de Lutero Quemados <strong>en</strong> publico,<br />

y mandado hacer lo mismo con todos los que<br />

fues<strong>en</strong> hallados. con graves p<strong>en</strong>as á los que los tuvies<strong>en</strong><br />

y def<strong>en</strong>dies<strong>en</strong> sus opiniones. Y esto fué lo que<br />

se proveyó y mandó; Que fué harto conv ini<strong>en</strong>te, pero<br />

no se ejecutó después como conv<strong>en</strong>ia, porque mu -<br />

- 141-


chos de los que habian de ser ejecutores dello eran<br />

culpados <strong>en</strong> el mismo error y delito.<br />

Las otras cosas que el Emperador trató <strong>en</strong> esta<br />

dieta no debieron ser de poca importancia, pues<br />

eran tocantes al imperio y provincias del: pero no<br />

las cu<strong>en</strong>to porque no t<strong>en</strong>go dellas la relacion y noticia<br />

que seria m<strong>en</strong>ester. por lo cual me vuelvo al proceso<br />

de la guerra que contra Juan de Padilla y los<br />

capitanes de la Comunidad, que <strong>en</strong> Valladolid y su<br />

comarca estaban, se hacia. tomándolo <strong>en</strong> el estado<br />

que <strong>en</strong> el fin del capitulo pasado lo dejamos.<br />

- 142-


CAPITULO XVI<br />

De lo que el Almirante Go bernador )' los grandes que <strong>en</strong><br />

Tordesillas estaban hicieron <strong>en</strong> estos dias. )' cómo<br />

Juan de Padilla y el campo de la Comun idad fueron<br />

sobre Torre de Lobaton y la combatieron. y el suceso<br />

que hubo <strong>en</strong> esto y <strong>en</strong> lo demás.<br />

Estando las cosas de la guerra <strong>en</strong>tre los comuneros<br />

y los grandes <strong>en</strong> el rigor que se ha <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido, el<br />

ejército de la Comunidad se hacia cada día mas poderoso<br />

por los nuevos socorros que le v<strong>en</strong>ían, y Juan<br />

de Padilla. capitán dél, procuraba mucho hacer alguna<br />

cosa señalada por ganar reputaci ón. y porque<br />

pareciese que haberle dado á él la capitanía habia<br />

sido necesario )' provechoso; por lo cual. aunq ue se<br />

habian movido algunas pláticas de paz , él ni los demás<br />

capi tanes no as<strong>en</strong>tían bi<strong>en</strong> á ello, ames disimuladam<br />

<strong>en</strong>te daban los desvíos que podía n. señaladam<strong>en</strong>te<br />

el obispo de Zamora. qu e <strong>en</strong>tre ellos t<strong>en</strong>ia<br />

grande autoridad . y <strong>en</strong> la inquietud y atrevimi<strong>en</strong>to<br />

hacia a todos v<strong>en</strong>taja. El cual habi<strong>en</strong>do sabido <strong>en</strong><br />

esta sazon la muerte del arzobispo de Toledo. con<br />

color de ir aresistir al prior de San Juan. que com<strong>en</strong>zaba<br />

a hacer ejército <strong>en</strong> servicio del Rey. como está<br />

- 143 -


dicho. <strong>en</strong> aquel reino, procuró ser <strong>en</strong>viado por capi,<br />

tan contra él. si<strong>en</strong>do solo su p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to ocupar<br />

con voz de comunidad las villas y fuerzas de aquel<br />

arzobispado <strong>en</strong> sede vacante, y poner <strong>en</strong> sí, como<br />

después lo p<strong>en</strong>só y procuró, su silla, haciéndose arzobispo<br />

de Toledo; y con este santo propósito partió<br />

luego con la mas g<strong>en</strong>te que pudo y con cartas y pro.<br />

visiones de la Junta, para ser recebido y obedecido<br />

<strong>en</strong> las villas y lugares por administrador y gobernador<br />

<strong>en</strong> el arzobispado: pero ido allá, no le sucedieron<br />

las cosas como p<strong>en</strong>saba; porqu e doña María Pache,<br />

ca , mujer de Juan de Padilla, que t<strong>en</strong>ia mas soberbios<br />

y ambiciosos los p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos que no él, le<br />

hizo grandes estorbos y resist<strong>en</strong>cias, porque también<br />

t<strong>en</strong>ia ella imaginada la misma locura, p<strong>en</strong>sando ha.<br />

ber el arzobispado para un hermano suyo, que á él<br />

por v<strong>en</strong>tura no le pasaba tal por p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to. El<br />

Obispo hizo allá sus dilig<strong>en</strong>cias. y como no le quisieran<br />

recebir <strong>en</strong> Toledo. fué á Alcalá de H<strong>en</strong>ares, y<br />

allí quitó ). puso varas. y lo mismo hizo <strong>en</strong> Uceda<br />

y otros lugares del arzobispado, y alteró y levantó<br />

aquel reino mas de lo que estaba, y después <strong>en</strong> la<br />

guerra con el Prior le sucedieron trances señalados.<br />

El Almirante Gobernador y los grandes que con<br />

él estaban, no descuidándose de 10 que á la guerra<br />

conv<strong>en</strong>ía. antes habiéndo la proseguido <strong>en</strong> la fortna<br />

que t<strong>en</strong>go dicha, procuraban y deseaban la paz; y<br />

moviéndose nuevas pláticas sobre ello. como algunos<br />

ó los mas de la Junta <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dies<strong>en</strong> ya que les conv<strong>en</strong>ia,<br />

au nque, como digo, Juan de Padilla no parecia<br />

estar <strong>en</strong> ello, por los lines que t<strong>en</strong>ia. trataron por<br />

sus m<strong>en</strong>sajeros con los gobernadores <strong>en</strong> que la una<br />

parte y la otra señalase y nombrase terceros que t<strong>en</strong>tas<strong>en</strong><br />

la paz. Por parte de la Juma y Comunidad fue-<br />

-144 -


on nombrados don Pero Laso de la Vega (que era<br />

el que dellos mas lo deseaba. <strong>en</strong>t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do cuán fuera<br />

iba lo que se hacia de lo que habian publicado y decían<br />

que pret<strong>en</strong>dianl , y el bachiller Alonso de Guadalajara.<br />

procurador de Segovia: los cuales con seguridad<br />

que hubieron de los gobernadores, salieron de<br />

va lladorlid, y fueron á un monasterio de santo To·<br />

más, de la órd<strong>en</strong> de santo Domingo, que está fuera<br />

v cerca de Tordesillas. y pasada la pu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el camino<br />

de Medina del Campo; y porque no llevaban<br />

comisión para <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> las villas. el Almirante con<br />

algunos de aquellos señores vino allí á hablarlos; y<br />

tratando así <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral las cosas. se dió ord<strong>en</strong> que<br />

cada dia á cierta hora salies<strong>en</strong> allí á conferir y platicar<br />

los capitules y apuntami<strong>en</strong>tos que se proponían<br />

de concordia. el lic<strong>en</strong>ciado Palanca. del Consejo<br />

Real, con algunos de aquellos señores. y los g<strong>en</strong>erales<br />

de santo Domingo y san Francisco. Así se com<strong>en</strong>zó<br />

á hacer con bu<strong>en</strong>a esperanza; pero estando<br />

las cosas <strong>en</strong> estos términos. Juan de Padilla. que<br />

como t<strong>en</strong>go dicho. se hallaba con ejército de mas de<br />

diez mil soldados de á pié Yde mil caballos. después<br />

de diversos acuerdos y consejos, se determinó de ir á<br />

combatir á To rre de Lobaton. que es una villa del<br />

Almirante bi<strong>en</strong> cercada y con bu<strong>en</strong>a fortaleza. tres<br />

leguas de To rdesillas. <strong>en</strong> la cual estaba. como se ha<br />

dicho. don Garcia Osorio con cierta guarnic ion de<br />

soldados. Determinando <strong>en</strong> esto. pub licando primero<br />

que p<strong>en</strong>saba ir sobre Medina de Rioseco, partió<br />

de Zaratan, cerca de Valladolid. donde habia ju ntado<br />

su campo. á los 21 de febrero á la media noche,<br />

y caminando lo mas ap riesa que pudo. <strong>en</strong>derezó<br />

para aquella villa, y llegando sobre ella á las diez<br />

horas del dia sigui<strong>en</strong>te. se <strong>en</strong>tró luego <strong>en</strong> el arrabal<br />

- 145 -


sin hallar <strong>en</strong> él def<strong>en</strong>sa ninguna. Y como la g<strong>en</strong>te<br />

llegó orgullosa y soberbia. aunque Juan de Padilla<br />

y los otros capitanes estuvieron dudosos si la comba,<br />

tirian luego ó si esperarian á plan tar su artillería y<br />

batiría primero. visto el bu<strong>en</strong> ánim o de la g<strong>en</strong>te y<br />

vini<strong>en</strong>do bi<strong>en</strong> proveidos de escalas. aunque los de<br />

la villa hacian su deber mostrando grande ánimo de<br />

def<strong>en</strong>derse. y tiraban á los de fuera much os arcabuzazos<br />

y saetadas. acordaron , p<strong>en</strong>sando aquel dia <strong>en</strong>trarla,<br />

de mandar dar luego el comba te de manos,<br />

porque los de d<strong>en</strong>tro no t<strong>en</strong>ian bastante artilleria<br />

para se poder def<strong>en</strong>der, y dada con grande presteza<br />

la órd<strong>en</strong> para ello. se com<strong>en</strong>zó la batalla de <strong>en</strong>trambas<br />

partes con gran furia y determinacion y con mucho<br />

sonido de mees y estru<strong>en</strong>do de arcabucería y<br />

ballestería. procurando los de fuera arrimar sus escalas<br />

y subir por ellas. y los de d<strong>en</strong>tro def<strong>en</strong>der sus<br />

muros y estorbárselo. En esta porfia, que duró casi<br />

todo el dia, fueron muchos muertos y heridos, <strong>en</strong><br />

especial de los combati<strong>en</strong>tes. como aquellos que peleaban<br />

sin def<strong>en</strong>sa ni amparo de muros; y vi ste por<br />

los capitanes el mucho daño que su g<strong>en</strong>te recebia, y<br />

el poco efecto que se hacia, porque las mas de las<br />

escalas v<strong>en</strong>ian cortas. y los que por ellas subian<br />

caian muertos ó heridos. hicieron señal de retirar. y<br />

cesó el combate por aquel dia, con daño muy conocido<br />

de los comu neros.<br />

V<strong>en</strong>ida la noche. Juan de Padilla <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dió <strong>en</strong> lo<br />

que conv<strong>en</strong>ía para forti ficarse <strong>en</strong> su alojami<strong>en</strong>to y<br />

para poner su artillería á propósito de dar otro dia<br />

batería á la villa, como lo hizo. Y si<strong>en</strong>do el Almirante<br />

y los grandes que <strong>en</strong> Torde sillas estaban, avisados<br />

aquella misma noche de la llegada del campo de la<br />

comunidad sobre Torre de Lobaton, <strong>en</strong>viaron luego<br />

- 146 -


á llamar las guarniciones que estaban <strong>en</strong> Portillo y<br />

<strong>en</strong> Simancas, con p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to de ir á socorrer aquelIa<br />

villa si fuese posible, aunque se vían faltos de infanteria,<br />

de la cual abundaba el campo de la Comunidad;<br />

y ansí, <strong>en</strong>viaron otro dia una banda de g<strong>en</strong>te<br />

de acaballo á reconocer el ejército y órd<strong>en</strong> de los<br />

<strong>en</strong>emigos, los cuales llegaron muy cerca y escara muzaron<br />

con ellos. Aquel dia lo gastó Juan de Padilla<br />

<strong>en</strong> batir la villa sin t<strong>en</strong>tar otra cosa, pero con poco<br />

creta, porque ace rtó á ser por la parte del muro que<br />

estaba ciego; y luego el sigui<strong>en</strong>te, que fué el tercero<br />

de su v<strong>en</strong>ida, mudó el sitio de la batería á otra parte<br />

del muro que estaba mas flaco, y tuvo lugar la artilIeria<br />

para batir, y se hicieron algunos portillos, los<br />

cuales vistos por la g<strong>en</strong>te de Valladolid y Toledo,<br />

acometieron sin órd<strong>en</strong>, y el combate duró gran pieza<br />

de tiempo; pero los de d<strong>en</strong>tro hicieron tan bu<strong>en</strong>a resist<strong>en</strong>cia.<br />

que no fueron parte para <strong>en</strong>trallos, antes<br />

los compelieron á se retirar, quedando algunos<br />

muertos. y si<strong>en</strong>do muchos heridos de arcabuzazos y<br />

saetadas y piedras.<br />

Este mismo dia el conde de HaTO y aquellos señores<br />

que <strong>en</strong> Tordesillas estaban. con la g<strong>en</strong>te de á<br />

caballo que pudieron juntar. mandando v<strong>en</strong>ir la<br />

guamicion que t<strong>en</strong>ían <strong>en</strong> Portillo y parte de la de<br />

Simancas. dejando el recaud o que conv<strong>en</strong>ia <strong>en</strong> Tordesillas,<br />

donde quedaba el Almirante. acordaron de<br />

v<strong>en</strong>ir adar vista á los contrarios. con órd<strong>en</strong> de que<br />

dando el rebato por una parte del arrabal, por la otra<br />

parte se metiese d<strong>en</strong>tro <strong>en</strong> Lobaton don Fra ncisco I<br />

Osario, señor de Yalde ronq uillo, con algunos soldados.<br />

de que parecia t<strong>en</strong>er falta; aunqu e y<strong>en</strong>do ya ceminando.<br />

<strong>en</strong>vió el Alm irante a decir que fues<strong>en</strong><br />

hombres de armas los que <strong>en</strong>tras<strong>en</strong>; lo cual no pare-<br />

- 147 -


ció al Conde que con v<strong>en</strong>ia, por la necesidad Que habia<br />

de la g<strong>en</strong>te de á caballo <strong>en</strong> el campo; y prosigui<strong>en</strong>do<br />

su cam ino . si<strong>en</strong>do ya ta rde . llegaron á vista<br />

de la villa y se pusieron <strong>en</strong> una cuesta, de donde se<br />

pcdia bie n ver el lugar, y algunos caballeros bajaron<br />

della á escaramuzar con los arcabuceros que <strong>en</strong>tre<br />

los cercados y tapias estaban puestos á su v<strong>en</strong>taja; y<br />

después de haber escaramuzado y andado <strong>en</strong>vueltos<br />

con ellos con poco creta de <strong>en</strong>trambas partes, don<br />

Fra ncisca Osmio los mandó recoger á lo alto; el cual<br />

estando esperando la comodidad necesaria para ejecutar<br />

su propósito de <strong>en</strong>trar á socorrer la villa. co mo<br />

le estaba ord<strong>en</strong>ado. le vino un caba llero con una carta<br />

del Almirante. <strong>en</strong> que le decia que se podia volver.<br />

porqu e él t<strong>en</strong>ia aviso que no era m<strong>en</strong>ester <strong>en</strong>trar<br />

socorro <strong>en</strong> Torre de Lobat ón. porque t<strong>en</strong>ia la g<strong>en</strong>te<br />

y def<strong>en</strong>sa que era m<strong>en</strong> ester. No obstante esto , hubo<br />

all í algunos caballeros que se ofrecieron á <strong>en</strong> tra r <strong>en</strong><br />

la villa: pero no se pudo int<strong>en</strong>tar, po rque el Almirante<br />

habia estorbado que las esca las no se trujes<strong>en</strong><br />

co mo se habia concertado: de manera que visto esto<br />

por el conde de Haro y por aq uellos señores, y qu e<br />

Juan de Pad illa no habia querido salir de su arrabal<br />

y aloja mi<strong>en</strong>to, se tornaron aquella noche á TordesilIas<br />

sin habe r conseguido su propósito. En lo cual,<br />

segun se vió po r lo que después sucedió , se <strong>en</strong>gañaron<br />

, aunque algunos quisieron decir que, desa brido<br />

el Almirante de que el conde de Haro no hab ia apro-bada<br />

su parecer <strong>en</strong> que se metiese socorro de hombres<br />

de armas, lo habia impedido aquel día , pareciéndole<br />

no haber peligro <strong>en</strong> la tardanza, y Que habia<br />

tiemp o para hacer el socorro: pero acaesció muy<br />

al con trario, po rque Ju an de Pad illa tomó á combatir<br />

la villa por diversas pa rtes, y co mo los de de ntro<br />

-148 -


('stu'..-ies<strong>en</strong> cansados, no pudieron hacer tanta resist<strong>en</strong>cia;<br />

y ansl. rindiéndose los unos por la una parte.<br />

\ si<strong>en</strong>do <strong>en</strong>trados por fuerza, con muerte de muchos<br />

de los que se def<strong>en</strong>dían. por la otra , la villa fu é<strong>en</strong>trada<br />

y saqueada y robada per los comu neros, y don<br />

García Osario fué preso, después de haber hecho él<br />

y los escuderos que con él estaban lo posible para<br />

la def<strong>en</strong>der. Los que guardaban la fortaleza, vi<strong>en</strong>do<br />

la villa domada, perdieron el ánimo, y haci<strong>en</strong>do su<br />

panido que las personas fues<strong>en</strong> libres y les dejas<strong>en</strong><br />

la mitad de la ropa y haci<strong>en</strong>da, se dieron otro dia<br />

sigui<strong>en</strong>te, y dcsta manera se apoderó <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te<br />

Juan de Padilla de Torre de Lobaton , la cual él tuvo<br />

por muy importante jamada, y ansi lo escribió á Valladolid<br />

y á Toledo; y cierto que él ganó por ella<br />

acerca del pueblo muy grande opio ion. por ser tierra<br />

tan cercana á Tordesillas. donde los gobernadores y<br />

g<strong>en</strong>te del Rey estaban , y haberse ganado por fuerza<br />

de armas, si<strong>en</strong>do hecha tanta resist<strong>en</strong>cia por los que<br />

la guardaban. En [os lugares de la Comunidad hicieron<br />

demostraciones de grande alegria. y el Almirante,<br />

cuya era, y aquel los señores que allí estaban , lo<br />

sintieron mucho mas por la reputacion que por la<br />

importancia , porque parecia falta de cuidado no haber<br />

proveido mejor aquella villa antes de la necesidad,<br />

y después <strong>en</strong> ella. dando órd<strong>en</strong> como fuera socorrida.<br />

y tambi<strong>en</strong> les daba cuidado y nuevo trabajo<br />

t<strong>en</strong>er el <strong>en</strong>emigo tan cerca. <strong>en</strong> especial t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do todas<br />

las ciudades vecinas, que eran Toro, Zamora,<br />

Salamanca. Medina , Valladolid, Avila y Segovia.<br />

por contrarias y <strong>en</strong>emigas. Pero queri<strong>en</strong>do Dios ayudar<br />

á la justicia y fortuna del Emperador, como<br />

siempre lo ha hecho <strong>en</strong> las mayores necesidades.<br />

esto. que pareció <strong>en</strong>tonces desman y mal suceso.<br />

-149-


vino después á ser ocasion y ca mino de la victoria:<br />

porque, como adela nte se verá , queri<strong>en</strong>do Juan de<br />

Padi lla conservar lo que habia ganado y perseverar<br />

<strong>en</strong> det<strong>en</strong>erse allí por sust<strong>en</strong> tar la estimación de lo<br />

que habia hecho, imitando <strong>en</strong> este error á Anibal<br />

cuando reposó <strong>en</strong> Capua mas de lo que debiera, habiéndola<br />

ganado. fué causa de su mas temprana perdicion;<br />

el cual. viéndose alegre y victorioso. á él y á<br />

los otros capitanes les pareció que debian parar allí<br />

<strong>en</strong> Torre de Lobaton con su campo, porque les parecía<br />

pondrian <strong>en</strong> gran necesidad á los grandes. atajá ndoles<br />

tos caminos y quitándoles [os bastim<strong>en</strong>tas; lo<br />

cual se empezó á hacer, y llegó su soberbia á osar<br />

decir que p<strong>en</strong>saban ir á combatirlos á Tordesillas.<br />

En tanto que esto pasó, que fueron cuatro ó cinco<br />

días, cesó la plática que <strong>en</strong>tre don Pero Laso y su<br />

compañero se habia com<strong>en</strong>zado con la parte de los<br />

gobernadores, como está dicho; porque el Almirante,<br />

t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do el <strong>en</strong>ojo que era razon , no habia querido<br />

tratar de paz; pero todavía se estaban él y el bach iller<br />

de Guadalajara <strong>en</strong> el dicho monasterio de Santo To ­<br />

más cerca de To rdesillas: y habi<strong>en</strong>do sabido la toma<br />

de Lobaton, holgó que se tomase de nuevo á tratar<br />

de paz, porque siem pre tu vo muc ho deseo della; y<br />

habiéndose concertado de ambas partcs<strong>en</strong> algunos<br />

capítulos, pareció á todos que , para dar asi<strong>en</strong> to <strong>en</strong><br />

aquellos y tratar de los demás se debian as<strong>en</strong> tar treguas<br />

por algunos dias: y para las concertar, y porq ue<br />

á don Pero Laso y á su compañero se les acababa el<br />

t érmino que habian tra ido, fueron á To rre de Lobaton<br />

á tratarlo con Juan de Padilla y los otros capitanes<br />

y con los procuradores de la Junta que allí habian<br />

v<strong>en</strong>ido; y puesta la cosa <strong>en</strong> consulta y comunicada<br />

con los que <strong>en</strong> Valladolid habian quedado. hubo<br />

-150 -


muy diversos pareceres, y al cabo se as<strong>en</strong>tó la tregua<br />

por solo ocho dias. que empezaron d<strong>en</strong>de 1.0 ó 2 de<br />

marzo. <strong>en</strong> los cuales todas las cosas de una y otra parle<br />

habian de parar <strong>en</strong> el estado <strong>en</strong> que estaban.<br />

Vueltos pues don Pero Laso y el bachiller á Santo<br />

Tomás. se tomaron á ver los capítulos que las comunidades<br />

pedian por el Almirante y Card<strong>en</strong>al Y algunos<br />

de aquellos señores, y se conformaron <strong>en</strong> les<br />

alargar muchos deH os, que, segun decian, eran los<br />

mas, y otros, que eran muy injustos. les pedian que<br />

se apartas<strong>en</strong> de los demandar, y parecía que la cosa<br />

llevaba manera de concertarse <strong>en</strong> lo principal que<br />

se trataba; pero, faltando la confianza <strong>en</strong> los de la<br />

Comunidad. no se concluia nada; porque, aunque<br />

los gobernadores y grandes se obligaban á suplicar<br />

á su majestad con grande instancia que les confirmase<br />

lo que ellos les concedían. y para ello obligaban<br />

sus personas y bi<strong>en</strong>es, y daba n otros bu<strong>en</strong>os medios.<br />

intervini<strong>en</strong>do <strong>en</strong> ello también el embajador del rey<br />

de Portugal, los de la Comunidad pedian que se obligas<strong>en</strong><br />

los grandes á pedirlo por armas y guerra <strong>en</strong><br />

caso que el Emperador no lo otorgase, y que para la<br />

seguridad desto les dies<strong>en</strong> reh<strong>en</strong>es de personas principales<br />

y fortalezas que tuvies<strong>en</strong> <strong>en</strong> su poder, de manera<br />

que lo ponía n <strong>en</strong> términos imposibles para poder<br />

haber concordia; y por no perder la esperanza<br />

della, antes que se cumpliese la tregua se acordó pedir<br />

prorogacion por térm ino mas largo, y el postrer<br />

dia fueron á Torre de Lobat ón el embajador de Portugal<br />

y don Pero Laso y ciertos religiosos de grande<br />

autoridad. y dieron cu<strong>en</strong>ta á Juan de Padilla y á los<br />

otros capitanes de lo que pasaba; y no queri<strong>en</strong>do ó<br />

no t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do poder los que alli estaban para otorgar<br />

lo que se pedia, aunque se cumplió la tresua. ecor-<br />

- 151-


daron de ir á Zaratan, aldea de Valladolid. adonde<br />

salieron los de la Junta, y se juntaron todos á tratar<br />

dello: pero estaban tan soberbios. y por otra parte<br />

temian tanto dejar los cargos que t<strong>en</strong>ian, especialm<strong>en</strong>te<br />

los capitanes. Que no se pudo acabar con ellos<br />

que viniers<strong>en</strong> <strong>en</strong> tregua ni <strong>en</strong> paz, aunque algunos<br />

de la Junta vota ron por ella . el principa l de los cuales<br />

fue don Pero Laso. que desde allí por esta causa<br />

los dejó y se apartó de aquel propósito, y se vino á<br />

Tordesillas á los gobernadores; de manera que la tregua<br />

y tratos fueron sin fruto ninguno. salvo que á<br />

Juan de Padilla <strong>en</strong> aqu ellos ocho dias se le disminuyó<br />

parte de su g<strong>en</strong>te; porque los soldados que habian<br />

habido dinero y bu<strong>en</strong>a ropa <strong>en</strong> el saco de Lobaton,<br />

com o con la tregua pod ian pasar seguros. todos<br />

se fueron asus casas. y lo mismo hicieron parte de<br />

la g<strong>en</strong>te de annas y de las guardas que andaban <strong>en</strong><br />

el campo, porque no los pagaba.<br />

Ya <strong>en</strong> estos mismos dias t<strong>en</strong>ia el prior de San<br />

Jua n, don Antonio de Zúñiga, campo formado <strong>en</strong> el<br />

reino de Toledo <strong>en</strong> favorde los servidores del Rey. y<br />

para reduc ir aOcaña. que, como queda dicho, estaba<br />

alzada con otras ciudades. estando él <strong>en</strong> el corral<br />

de Almaguer, vino allí el guardi án de San Juan de<br />

los Reyes de Toledo con tratos y amonestaciones de<br />

aque lla ciudad y de [a comu nidad della para procu ­<br />

rar alguna concordia; y ansí, <strong>en</strong> 4 días del mes de<br />

marzo se as<strong>en</strong>tó tregua. p<strong>en</strong>sando hallaralgun camino<br />

de paz ó sosiego; pero , como la tiranía y justicia<br />

no se pued<strong>en</strong> concertar, no se pud o efectuar ni la<br />

hubo <strong>en</strong>tre ellos, antes vino <strong>en</strong> cruel rompimi<strong>en</strong>to<br />

de guerra, si<strong>en</strong>do capitán contra el Prior. por Ocaña<br />

y los otros alzados, el obispo de Zamora, principal<br />

cabeza destos escándalos.<br />

-152 -


En Sevilla y <strong>en</strong> su arzobispado , aunque gozaban<br />


CAPITULO XVII<br />

Cómo pasada la tregua, se rom ó é continuar la guerra <strong>en</strong>tre<br />

el campo de la Comunidad y el de los gobernadores.<br />

y las cosas que <strong>en</strong> ella pasaron y que <strong>en</strong> el reino<br />

de Tol edo hacia el prior de San Juan.<br />

No solam<strong>en</strong>te no hubo árd<strong>en</strong> de paz ni prorogacion<br />

de las treguas <strong>en</strong> el tiempo que duraron, pero<br />

aun los ocho dias que se habían as<strong>en</strong>tado no se guardaron<br />

<strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te, porque el postrero dellas, que<br />

fué <strong>en</strong> 8 Ó 10 de marzo, salieron ciertas compañías<br />

de Torre de Lobaton y robaron á alguno s que salian<br />

de Simancas; hub o una recia escaramuza <strong>en</strong>tre ellos<br />

y la guamicion que allí estaba; aunque desto se desculpaban<br />

los compañeros con los gobernadores, porque<br />

d<strong>en</strong>tro del térm ino de la tregua habian metido<br />

cierta pólvora que á Portugal les v<strong>en</strong>ia: de manera<br />

que [a guerra se tomó á <strong>en</strong>c<strong>en</strong>der con mayor determinacion<br />

y <strong>en</strong>emistad que ante s <strong>en</strong>tre los leales y<br />

comuneros. Juan de Padilla y sus secuaces procuraban<br />

por todas vias de matar y pr<strong>en</strong>der á los que iban<br />

á Tordesillas, y traian por los caminos compañías<br />

de arcabuceros para procurar quitar los bastim<strong>en</strong>tas<br />

á los que all í estaban; por lo cual el conde de Haro<br />

-154-


salió un dia al campo con los mas á aquellos seño res<br />

v de la caballería que allí estaba , mató aalgunos de<br />

ellos y trujo mas de ci<strong>en</strong>to y cincu<strong>en</strong>ta presos; y ansí<br />

los escarm<strong>en</strong>t ó de manera que de ah í adelante no<br />

osaban salir ni alargarse tanto á hacer correrías<br />

como cuando alli vinieron. Y porque los de la villa<br />

de Medina del Campo procuraban y hacian lo mismo<br />

los mas de los dias, salieron algunos de aquellos<br />

señores hacia allá algunas veces; y tomándolo mas<br />

de propósito, acordaron que el conde de Haro con<br />

todos ellos (salvo el Almirante, que por ser gobemador<br />

y por su edad parecía que debia qued ar con la<br />

Reina) fues<strong>en</strong> un dia á dar vista á Medina y á correr<br />

todo el campo; y poniéndolo <strong>en</strong> efeto, fueron con<br />

sus g<strong>en</strong>tes hasta junto á ella, de donde salió mucha<br />

g<strong>en</strong>te y se trabó grande escaramuza, <strong>en</strong> la cual fueron<br />

algunos muertos y heridos, y fué preso Quintanilla.<br />

ca pitán de aquella villa, hijo de otro á qu i<strong>en</strong><br />

los de la Junta dieron cargo de la Reina cuando se<br />

apoderaron de Tordesillas; y parece ser que Juan de<br />

Padilla fué avisado por algun vecino de Tordesillas<br />

desta salida que los grandes habian hecho, y determinó<br />

<strong>en</strong> el <strong>en</strong>tre tanto de v<strong>en</strong>ir él con su campo á<br />

Tordesillas y poner <strong>en</strong> rebato á los gobernadores, y<br />

aun decian que traia plática con algunos vecinos<br />

para que le dies<strong>en</strong> <strong>en</strong>trada; pero t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do el Almirante<br />

aviso desto, lo <strong>en</strong>vió luego á hacer saber al<br />

conde de Haro, por lo cual él y todos aquellos señores<br />

se volvieron apriesa á Tordesillas. y los contrarios<br />

se tomaron del cami no. que no osaron llegar á<br />

dar vista á la villa. Ansi pasaron algunos dias sin<br />

hacer r<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro ni cosa notable, porque á Juan de<br />

Padilla, por haber porfiado de sost<strong>en</strong>er á Torre de<br />

l obaton, se le habia m<strong>en</strong>oscabado mucho su ej érci-<br />

-1 55-


too y no se hallaba poderoso para salir <strong>en</strong> campo;<br />

por 10 cual <strong>en</strong>vió luego á Salama nca. Zam ora , Toro<br />

y otras ciudades á pedir nuevas ayudas y socorros.<br />

y por otra parte los gobernadores acordaron de po ­<br />

ner <strong>en</strong> efeto lo Que se hab ia platicado. que era juntarse,<br />

vini<strong>en</strong>do el Condestable de Burgos, donde estaba<br />

con sus g<strong>en</strong>tes. para hacer de [as una s y de las<br />

otras un ejército bastante para pelear con Juan de<br />

Padilla si con los socorros que esperaba saliese <strong>en</strong><br />

campo; porque estando ans í divididos no se podía<br />

hacer nada desto sin grande av<strong>en</strong>tura y riesgo, ni aun<br />

habia cauda l de g<strong>en</strong>te para ello. habi<strong>en</strong>do de dejar<br />

<strong>en</strong> T ordesillas el presid io y def<strong>en</strong>sa que conv<strong>en</strong>ia.<br />

T omada esta resolución . el Condestable y los Que<br />

arriba nombré que con él estaban <strong>en</strong> Búrgos, con la<br />

g<strong>en</strong>te que t<strong>en</strong>ian, se aderezaron para su partida, para<br />

la cual les <strong>en</strong>vió el duque de Nájera. visorey de Navarra,<br />

mil soldados viejos y alguna artilleria de la<br />

que para guarda de aq uel rein o t<strong>en</strong>ia, porque el Con.<br />

destable se lo invió á pedir, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do lo de Castilla<br />

por mas importan te; de manera que con este socorro,<br />

con la g<strong>en</strong>te que él t<strong>en</strong>ia pagada á sueldo del<br />

Rey, y con la que estaba all i suya y de aquellos señores,<br />

pudo hacer campo para aquella jornada de tres<br />

mil infantes y quini<strong>en</strong>tos hombres de armas, y algunos<br />

caballos ligeros y jinetes, toda muy bu<strong>en</strong>a g<strong>en</strong>te,<br />

sin la que habia <strong>en</strong> viado con el conde de Salinas,<br />

don Diego de Sarmi<strong>en</strong>t o, y co n don Pero Suarez de<br />

Velasco, su sobrino, dea n de Búrgos, contra las merindades<br />

que todavía andaban alborotadas, y á la sazon<br />

habian v<strong>en</strong>ido á cercar á Medina de Pomar, villa<br />

suya; á los cu ales sucedió despu és bi<strong>en</strong>, porq ue los<br />

que estaban sobre Medina de Pomar no le osaron<br />

esperar y se alzaron de sobre ella. En conclusion, el<br />

- 156-


Condestable partió de Búrgos, dejando <strong>en</strong> la ciudad<br />

para guarda y gobemacion della adon Antonio Ve·<br />

lasco, conde de Nieva. con la g<strong>en</strong>te que pareció bastante;<br />

lo cual sabido por Juan de Padilla y los otros<br />

capita nes, p<strong>en</strong>sando ponerle algun em barazo <strong>en</strong> el<br />

cam ino, <strong>en</strong>viaron á la villa de Becerri l, que es <strong>en</strong><br />

Campos, por donde habia de pasar el Condestable.<br />

que estaba por ellos, á don Juan de Figueroa, hermano<br />

del duque de Arcos, con algunos hom bres de armas<br />

y caballos ligeros para que la def<strong>en</strong>dies<strong>en</strong> y hicies<strong>en</strong><br />

el estorbo que pudies<strong>en</strong>. llegado alli el Co ndestable.<br />

hizo combatir la villa, y con poco trabajo<br />

fué <strong>en</strong>trada. pa rser poco fuerte; y el don Juan Figueroa<br />

fué preso, con otro caba llero llamado Juan de<br />

Luna, que am bos fuero n llevados al castillo de Búrgas;<br />

y el Condestable prosiguió su camino con el suceso<br />

que luego diré , cuanto haga primero memoria<br />

de lo Que <strong>en</strong> estos dias habia pasado <strong>en</strong> el reino de<br />

Toledo <strong>en</strong>tre el prior de San Juan )' el obispo de Zamora<br />

.<br />

Fué ansi. Que t<strong>en</strong> i<strong>en</strong>do el prior g<strong>en</strong>te bastante<br />

para salir <strong>en</strong> campo, que, segun se afirmó.serian seis<br />

mil hombres de á pie y de á caba llo. y habiéndole<br />

v<strong>en</strong>ido á ayudar <strong>en</strong> aquella em presa algu nos caballeros,<br />

<strong>en</strong>tre ellos don Diego de Carvajal, seño r de J ódar,<br />

caballero muy prin cipal y esforzado de la ciudad<br />

de Baeza, y don Alonso. su hermano, con bu<strong>en</strong>a<br />

copia de g<strong>en</strong>te de á caba llo de de udos y criados<br />

suyos. con que hicieron señaladas cosas. salió del corral<br />

de Almaguer y se acercó á.Ocaña, con p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

de la reducir al servicio del Rey por fuerza<br />

ó por trato. El obispode Zamora, que no t<strong>en</strong>ia m<strong>en</strong>os<br />

campo, ans¡ de la g<strong>en</strong>te que él traia primero, como<br />

de la que T oledo y Ocaña y otros lugares de aq uella<br />

- 157-


comarca le habian inviado, se puso al <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro, y<br />

estando los ejércitos muy cerca el uno del otro para<br />

pelear,junto á un lugar llamado el Romeral, algunos<br />

religiosos que v<strong>en</strong>ian <strong>en</strong>t re ellos les pusieron treguas<br />

por tres dias; y tomándose á retirar el Obispo, algunos<br />

soldados sueltos del Prior se revolvieron con<br />

otros del Obispo , y queri<strong>en</strong>do un capitán de infantería<br />

del mismo Prior ayudar á los suyos, sin él lo<br />

mandar ni querer, dió con su compañia sobre otra<br />

del Obispo, y de tal manera se trabaron y ceba ron,<br />

queri<strong>en</strong>do cada uno favorecer su parte , que el Obispo<br />

hubo de volver, y rom pi<strong>en</strong>do los unos escuadrones<br />

con los otros, se com<strong>en</strong>zó la batalla, contra la<br />

voluntad del Prior, la cual fué bi<strong>en</strong> porfiada por ambas<br />

partes, <strong>en</strong> que murieron y fueron heridos muchos;<br />

pero al cabo, si<strong>en</strong>do v<strong>en</strong>cidos los del Obispo,<br />

com<strong>en</strong>zó á huir el capitán y g<strong>en</strong>te de Ocaña; y siguie<br />

ndo la victo ria la g<strong>en</strong>te del Prior, sobrevino la<br />

noche, la cual rué ca usa que no la tu vies<strong>en</strong> del todo<br />

<strong>en</strong>tera, aunque hicieron mucho daño <strong>en</strong> los <strong>en</strong>emigos.<br />

El obispo con la escuridad de la noche se part io<br />

lo mejor que pudo con los que escaparon y pudo<br />

recoger del ca mpo, y con ellos se rué á Oca ña; pero<br />

sabido que el Prior v<strong>en</strong>ia sobre él, y que los de la<br />

villa traían sus tratos para se le <strong>en</strong>tregar, se salió delIa<br />

y se acercó á T oledo, y los de Ocaña d<strong>en</strong>tro de<br />

tres dias se conce rtaron con el Prior , alcanza ndo<br />

perdón de lo pasado; se redujeron al servicio del<br />

Rey, y le recibieron con cruces y gran de mostración<br />

de humildad; y ansí fué el Prior y su campo creci<strong>en</strong>do<br />

<strong>en</strong> poder}' reputación, vini éndcl e cada dia nuevas<br />

g<strong>en</strong>tes, las cuales puso <strong>en</strong> fronteria <strong>en</strong> lugares<br />

cercanos á T oledo; y apos<strong>en</strong>tándose <strong>en</strong> Ocaña por<br />

<strong>en</strong>tonces, com<strong>en</strong>zó á hacer la guerra por la otra par-<br />

-158 -


te de Tajo, donde tambi<strong>en</strong> la hacia don Juan de Ribera.<br />

Entre otras cosas que <strong>en</strong> ella sucedieron , pasó<br />

una <strong>en</strong> la villa de Mora. tierra del maestrazgo de<br />

Santiago, cerca de Ocaña. fas mas lastimera y desastrada<br />

Que pudo pasar, y fue Que como los vecinos<br />

della, sigui<strong>en</strong>do la Val y vanidad de To ledo, se hubies<strong>en</strong><br />

alzado <strong>en</strong> comunidad y perseverado <strong>en</strong> ella,<br />

vista la pujan za y victoria del Prior. le habian dado<br />

la obedi<strong>en</strong>cia y hecho con el tratos de concordia;<br />

pero como <strong>en</strong> esta g<strong>en</strong>te popul ar habia poca verdad<br />

y firmeza. tomaron á alborotarse y estar <strong>en</strong> la primera<br />

opinió n: y no cont<strong>en</strong>tos con esto, pasando por<br />

cerca de la villa un capitan del Prior con cierta cabalgada<br />

de vacas y cameros de los montes de Toledo,<br />

salieron della treci<strong>en</strong>tos hombres y se la quitaron,<br />

por lo cual otro dia sigui<strong>en</strong>te don Diego de Carvajal<br />

salió con su g<strong>en</strong>te de á caballo y se ju ntó con<br />

don Hemando de Rebolledo, capitán de infantería,<br />

al cual el Prior, á instancia de Diego Lopez de Avaloz,<br />

com<strong>en</strong>dador de Mora, habia <strong>en</strong>viado con quini<strong>en</strong>tos<br />

soldados para les poner temor y hacer guardar<br />

lo as<strong>en</strong>tado, y ansijuntos llegaron con sus escuadrones<br />

hasta las paredes de Mora, la cual los vecinos<br />

t<strong>en</strong>ian toda barreada; y aunque les dijeron que se<br />

dies<strong>en</strong> al Rey y los acogies<strong>en</strong> pacíficam<strong>en</strong>te, no lo<br />

Quisieron hacer; antes llamándolos traidores y diciéndoles<br />

otras injuri as, les tiraron muchos arcabuzazos<br />

y saetazos, de lo cual indignados los capitanes<br />

y su g<strong>en</strong>te, <strong>en</strong>traron por fuerza peleando hasta la<br />

iglesia, <strong>en</strong> la cual, porque era bi<strong>en</strong> grande, habian<br />

recogido todas las mujeres y niños, y cerrando y fortificamo<br />

las puertas, <strong>en</strong> la una dellas, que dejaron<br />

abierta y barreada, pusieron dos falconetes con dos<br />

-\59-


pipotes de pólvora para su def<strong>en</strong>sa; y como llegase<br />

la g<strong>en</strong>te y requiries<strong>en</strong> á los Que guardaban la puerta<br />

que se dies<strong>en</strong>, 'i ellos no lo qui sieran hacer, an tes<br />

disparando un tiro, mataron á un ca pora l de don<br />

Hernan do, indignados los soldados. sin órd<strong>en</strong> ni<br />

mandamie nto de capitan ni de nad ie. trujercn apriesa<br />

sarm i<strong>en</strong>tos. y derramándolos á las puertas, los pusieron<br />

fuego, p<strong>en</strong>sando hacer <strong>en</strong>trada quemándolos;<br />

y como el fuego llegase á la pólvora de los pipotes<br />

que de la part e de d<strong>en</strong> tro estaban, fuétanto el impetu<br />

y fuerza con que ardi eron y la lla ma y fuego que<br />

dellos se levantó , que el <strong>en</strong>maderami<strong>en</strong> to de la iglesia<br />

y la madera que á la puerta estaba com<strong>en</strong>zó luego<br />

á arder con grande furia; y co mo la pobre g<strong>en</strong>te que<br />

d<strong>en</strong>tro se habia metido no tuviese otra salida sino la<br />

de por donde el fuego estaba. y la iglesia cerrada sin<br />

otro respiradero, sin poder ser socorridos se abrasaron<br />

y murieron casi todos, <strong>en</strong> que afirman Que se<br />

Quemaron mas de tres mil personas; de lo Que al<br />

Prior pesó <strong>en</strong> gran manera cuando lo supo, y á todo<br />

el reino puso gran lástima; y ansi pagaron los de<br />

Mora su infidelidad y poca fe mas rigurosam<strong>en</strong>te<br />

que quisieran los que lo ejecut aron.<br />

El obispo de Za mora <strong>en</strong>tr e tan to no babia estado<br />

despacio, porque sali<strong>en</strong>do de Ocaña de la manera<br />

que dije, habla ido á T oledo solo y disim ulado, dejando<br />

su g<strong>en</strong>te dos ó tres leguas de la ciudad; y descubriéndose<br />

despu és y dándose á conocer, luego<br />

concurrió todo el pueblo, el cual co n grande alboroto<br />

le fué á ver y le otorgaron la.administraci ón del<br />

arzobispado, como si tuvieran au toridad del sumo<br />

Pontífice para ello, y le llevaron á la iglesia mayor<br />

y le s<strong>en</strong>taron <strong>en</strong> la silla arzobispal ; y hecho este vano<br />

auto y solemnidad, le dieron después dineros y plata<br />

-160-


de las iglesias para socorro y paga de sus g<strong>en</strong>tes; con<br />

lo cual volvió muy cont<strong>en</strong>to á ellas donde las babia<br />

dejado, y fué luego sobre el cerro del Aguila, que<br />

era de don Juan de Ribera, ya nombrado, y lo combatió<br />

y hubo muchas muertes de una parte y de otra.<br />

Ansl andaba procurando hacer al Prior el mayor estorbo<br />

que podia, contra el cual fué poca parte por<br />

los nuevos socorros que le vinieron, <strong>en</strong>tre los cuales<br />

vino de Sevilla don Pedro de Guzmán, herman e del<br />

duque de Medina Sidonia, que hoy es conde de Olivares,<br />

con mil hombres de á pié Yci<strong>en</strong> jinetes y alguna<br />

artillería de campo, y sirvió muy esforzadam<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> esta guerra, aunque era de tan poca edad, que no<br />

habia diez y nueve años cumplidos.<br />

En este s<strong>en</strong>tido andaban las cosas de To ledo,<br />

cuando el Condestable tomó á Becerril, como dije,<br />

y<strong>en</strong>do de camino á se juntar con los grandes que <strong>en</strong><br />

Tordesillas estaban ; el cual caminó de allí con su<br />

campo á los 19 de abril, y vino á apos<strong>en</strong>tarse á Peñaflor,<br />

que es junto á la Torre de Lobaton, cerca de<br />

Valladolid y no lejos de TordesilIas, donde dijimos<br />

que el conde de Haro, su hijo, se apos<strong>en</strong>tó la noche<br />

antes, que vino sobre ella y la combatió.<br />

Sabida su v<strong>en</strong>ida <strong>en</strong> Tordesillas, se alegraron<br />

mucho aquellos señores, y <strong>en</strong> Valladolid hubo grande<br />

alboroto, poniéndose todo el pueblo <strong>en</strong> armas<br />

con difer<strong>en</strong>tes pareceres y votos, unos queri<strong>en</strong>do y<br />

mandando que seliese la g<strong>en</strong>te al campo, sacando el<br />

p<strong>en</strong>dan de la villa para ello, otros que se estuvies<strong>en</strong><br />

quedos para la def<strong>en</strong>der, y <strong>en</strong> esto pararon al cabo.<br />

Juan de Padilla, estándose todavía <strong>en</strong> Lobaton,<br />

t<strong>en</strong>ia este dia hasta siete mil infantes y pocos mas<br />

de cuatroci<strong>en</strong>tos de á caballo , que todos los demás<br />

se la habian ido, y esperaba cada hora nuevos soco-<br />

-161-


ITas de las ciudades; los cuales , por mala árdeo que<br />

<strong>en</strong> ellas habia <strong>en</strong> todas las cosas, se habia tardado,<br />

y otras , viéndo le tan cercano al peligro, rehusaban<br />

de v<strong>en</strong>ir, <strong>en</strong> especia l agora que la llegada del Condestable<br />

habia estorbado la <strong>en</strong>trada-de mil hombres<br />

que de Pal<strong>en</strong>cia y Dueñas le v<strong>en</strong>ian; de mane ra que<br />

se vió claro el ruin consejo que él y otros capitanes<br />

tomaron <strong>en</strong> se det<strong>en</strong>er allí dos meses como habian<br />

estado.<br />

El Almirante y los grandes que con él estaban a<br />

Tordesillas, luego que el Condestable llegó á Peñaflor<br />

se determinaron de ir ajuntar allí con él, y avisándole<br />

deUo, fué acordado que con la Reina quedase<br />

el Ca rd<strong>en</strong>a l Gobernador y el marqués de D<strong>en</strong>ia<br />

don Bernardino de Rojas, que lo t<strong>en</strong>ia <strong>en</strong> cargo, con<br />

su compañia de hombres de armas, y Diego de Rojas,<br />

señor de Santiago de la Puebla, con la suya y<br />

ciertas compañías de infantería; que la una y la otra<br />

era g<strong>en</strong>te bastante para la guarda de aquella villa,<br />

por estar ya bi<strong>en</strong> reparada á los cuatro meses que<br />

allí habían estado. El capitan y g<strong>en</strong>te que estaba <strong>en</strong><br />

Portillo se invió á llamar para ir con ellos, y el conde<br />

de Oñ ate con la g<strong>en</strong>te de á caballo que <strong>en</strong> Siman cas<br />

t<strong>en</strong>ia , que era bu<strong>en</strong>a copia, pareció que conv<strong>en</strong>ia estarse<br />

quedo por <strong>en</strong>tonces para t<strong>en</strong>er embarazados los<br />

de Valladolid y para estorbarles que de allí no pudies<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong>viar socorro á Juan de Padilla.<br />

Dada esta ord<strong>en</strong> y apercebida por el conde de<br />

Haro capitán g<strong>en</strong>eral, la noche antes toda la g<strong>en</strong>te,<br />

partieron de Tordesillas domingo de mañana 20 de<br />

abril , y aquel mismo dia llegaron á Peñaflor con<br />

grande alegria de los que estaban y de los que v<strong>en</strong>ian<br />

; y los unos y los otros se alojaron y reposaron<br />

allí aque lla noche, y luego otro dia lúnes <strong>en</strong> amane-<br />

- 162-


ci<strong>en</strong>do. por no perder tiempo,los gobernadores y capitan<br />

g<strong>en</strong>eral salieron al campo con toda la g<strong>en</strong>te<br />

suya y de sueldo. y haci<strong>en</strong>do reseña hallaron que<br />

eran mas de seis mil infantes y dos mil y cuatroci<strong>en</strong>tos<br />

de á caballo, los mejores que se pudieran'juntar<br />

<strong>en</strong> ningun otro reino. porque <strong>en</strong>traban <strong>en</strong> ellos los<br />

grandes señores y principales caballeros que se han<br />

nombrado, ansi los que fueron <strong>en</strong> la toma de Tordesillas,<br />

como los de Burgos vinieron con el Condestable;<br />

sin otros muchos que no se han nombrado y que<br />

después llegaron. Dos mil y quini<strong>en</strong>tos de á caballo<br />

eran hombres de armas, y el resto caballos ligeros y<br />

jinetes. Este dia no se hizo mas de ver y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la<br />

g<strong>en</strong>te, y <strong>en</strong>viar algunos caballos ligeros á reconocer<br />

qué disposición habia cerca de Lobaton para se poder<br />

poner sobre ella; porque el parecer de todos era<br />

que Juan de Padilla fuese cercado de manera que no<br />

pudiese salir de allí sin batalla, porque con ayuda<br />

de Dios t<strong>en</strong>ían por cierta la victoria, por la grande<br />

y conocida v<strong>en</strong>taja que <strong>en</strong> número de g<strong>en</strong>te y bono<br />

dad le hacían; y con este propósito tornaron á sus<br />

apos<strong>en</strong>tos.<br />

- 163-


CAPÍTULO XV III<br />

Del propósito y acuerdo que Juan de Padilla y los otros<br />

capitanes comuneros t<strong>en</strong>ían. y cómo pasó la batalla<br />

de VilIalar, y las cosas que despu ésde pasada sucedieron.<br />

Ent<strong>en</strong>dida bi<strong>en</strong> por Juan de Padilla y los otros<br />

capitanes comuneros la v<strong>en</strong>taja Que el campo del<br />

Emperador les hacia. no atreviéndose á pelear. y temi<strong>en</strong>do<br />

de ser salteados y <strong>en</strong>trados. cayeron tarde<br />

<strong>en</strong> el error que habian hech o de haber esperado tanlo<br />

<strong>en</strong> T orre de Lobaton, y tomaron por el mas sano<br />

consejo salir de allí luego lo mas aprisa y secreto que<br />

pudies<strong>en</strong>, y no parar hasta <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> T oro donde podian<br />

estar seguros con la g<strong>en</strong>te y favor de la ciudad.<br />

y espe rar que de Leon y Zamora y Salamanca les<br />

<strong>en</strong>viase n soco rro; y verdaderam<strong>en</strong> te, si ellos hubieran<br />

hecho esto antes cua ndo tuvieron lugar, Ó<strong>en</strong>tonces<br />

salieron con ello, la cosa se pusiera <strong>en</strong> grande<br />

peligro y dificu ltad, ansi por lo dicho como por lo<br />

que suced ió de la v<strong>en</strong>ida de los franceses, con los<br />

cuales se afirma que algunos dellos y otros desta e pinion<br />

t<strong>en</strong>ian tratos y pláticas por cartas y m<strong>en</strong>sajeros;<br />

pero plugo á Dios por la bondad y bu<strong>en</strong>a v<strong>en</strong>tu ra<br />

-164-


del Emperador. Que se ord<strong>en</strong>ó de manera que no<br />

acertaron <strong>en</strong> sus consejos y salieron vanos sus p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tas.<br />

Queri<strong>en</strong>do pues poner <strong>en</strong> efecto Juan de Padilla<br />

lo Que t<strong>en</strong>ia acordado, otro dia, Que fue manes á 23<br />

dicho mes de abri l, antes que amanec iese. co n el mas<br />

cuidado Que pudo mandó levantar y arma r su g<strong>en</strong>te,<br />

y <strong>en</strong> com<strong>en</strong>zando á amanecer, empezó a caminar<br />

con ella la via de Toro, <strong>en</strong> mu y bue na órd<strong>en</strong>, llevando<br />

delante su artillería é infanter ía <strong>en</strong> dos escuadrones,<br />

y él con la g<strong>en</strong>te de á caballo <strong>en</strong> su retaguarda.<br />

l os gobernadores y el Capit án Ge neral fueron<br />

luego avisados por sus corredores que <strong>en</strong> el campo<br />

traian, cómo Juan de Padilla salia de Lobaton , y la<br />

via que llevaba, y luego á la mayor prisa que fué<br />

posible mandaron tocar alarm a, y part ieron <strong>en</strong> su<br />

alcance co n todo su campo-y porque les llevaba tanta<br />

v<strong>en</strong>taja. Que era imposible alcanza rle y<strong>en</strong>do al<br />

paso de la infantería, dejada órd<strong>en</strong> que caminas<strong>en</strong><br />

cuanto pud ies<strong>en</strong>, se adela ntaron con toda la caba llería<br />

y alguna artillera de campo, que al paso que llevaban<br />

podia ir tira da por caba llos; y llegando á vista<br />

de los <strong>en</strong>emigos, les mata ron con sus tiros algunos<br />

soldados y les fueron da ndo algunos alcances, p<strong>en</strong>o<br />

sando desord<strong>en</strong>arlos y romperlos ó <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>erlos<br />

hasta que su infantería los alcanzase; pero ellos caminaban<br />

tan <strong>en</strong> órd<strong>en</strong> y cerrados, que no bastó esto<br />

para les desord<strong>en</strong>ar <strong>en</strong> mas de dos leguas que caminaron<br />

ansí; y aun dícese por cierto Que dos veces<br />

hizo J uan de Padilla alto. y quisiera dar la batalla<br />

<strong>en</strong> dos bu<strong>en</strong>os sitios que se le ofrecieron. vi<strong>en</strong>do que<br />

lo habia de haber con la caballería sola, sino Que sus<br />

compañeros fuero n de contrario parecer y se lo estorbaron.<br />

Caminando desta manera los unos y los<br />

- 165 -


otros. llegando cerca de un lugar que es de la árdeo<br />

de San tiago, llamado Villalar, acabada de subir una<br />

cuesta, descubrieron un gran prad o que estaba antes<br />

de llegar al lugar, por el cual los escuad rones de los<br />

comuneros com<strong>en</strong>zaron á caminar mas apriesa y á<br />

se desord<strong>en</strong>ar algo de la vanguardia, con p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

de <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> el lugar.<br />

El capitan g<strong>en</strong>eral del campo imperial y aquellos<br />

señore s que con él v<strong>en</strong>ian, reconoci<strong>en</strong>do esto, dete rminaron<br />

de dar <strong>en</strong> ellos; y sin mas lo dilatar, todos<br />

á un tiempo, hechas dos batallas, como se habia ord<strong>en</strong>ado<br />

<strong>en</strong> la batalla real, á la mano derecha los gobern<br />

adores y todos los mas de los grandes y señores<br />

que allí se hallaron, y <strong>en</strong> la de la mano izquierda la<br />

vanguardia, y <strong>en</strong> ella el conde de Haro, capitán g<strong>en</strong>eral,<br />

con la g<strong>en</strong>te de las guardas y de señores, partieron<br />

para ellos.<br />

Ya <strong>en</strong> este tiempo habia disparado dos veces la<br />

artillería de los <strong>en</strong>emigos desde Villalar, adonde habian<br />

llegado. y mató algunos escuderos de la vanguardia,<br />

á uno dellos junto al conde de Haro, y otra<br />

pelota llevó el pié á Pedro de Ulloa , un caballero de<br />

T oro , hijo de Garcí Alonso de Ulloa. Juan de PadilIa,<br />

que aquel dia iba como hombre de armas, con<br />

una ropeta de brocado sobre ellas, visto que ya no<br />

podía excusarse sino huy<strong>en</strong>do, determinó de pelear,<br />

y habi<strong>en</strong>do esforzado y mandado esperar su g<strong>en</strong>te,<br />

con algunos capitanes y la g<strong>en</strong>te de á caballo que<br />

quiso t<strong>en</strong>e r con él, salió al <strong>en</strong>cu <strong>en</strong>tro á la batalla<br />

real, y rompi<strong>en</strong>do los unos y los otros, él acertó á<br />

<strong>en</strong>contrarse con don Pero de Bazan, vizconde de<br />

Bald ue ña, el cual aunque iba á la jineta, como caballera<br />

esforzado, no dudó su <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro; pero llegando<br />

primero y con mas fuerza la lanza de Juan de Padi-<br />

-166-


lía, lo sacó de la silla sin herirlo; y si<strong>en</strong>do fácilm<strong>en</strong>te<br />

rompidos Juan de Padilla y los que con él arremetieron,<br />

las batallas pasaron á dar <strong>en</strong> su infantería, la<br />

cual si quisiera pelear bi<strong>en</strong>, la victoria fuera hart o<br />

sangri<strong>en</strong>ta, segun la v<strong>en</strong>taja que <strong>en</strong> el número hacian<br />

; pero habiéndose com<strong>en</strong>zado á desord<strong>en</strong>ar por<br />

se <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> el lugar, que fué causa de su perdición,<br />

hubo poca resist<strong>en</strong>cia , y aunque algunos cargaron<br />

las picas y esperaron, fueron ansimismo rompid os, y<br />

los unos y los otros volvieron las espaldas huy<strong>en</strong>do.<br />

El conde de Haro y algunos señores mancebos y<br />

otros caballeros siguieron el alcance gran trecho;<br />

Juan de Padilla y don Pedro Maldonado ó Pim<strong>en</strong>tel<br />

y Fran cisco Maldonad o, capitan de Salamanca, y<br />

Juan Bravo, capitan de Segovia, habi<strong>en</strong> do peleado<br />

animosam<strong>en</strong>te, fueron presos <strong>en</strong> la batalla, y el Jua n<br />

de Padilla mal herido <strong>en</strong> una pierna al cual pr<strong>en</strong>dió<br />

don Alonso de la Cueva, caballero mu y esforzado,<br />

vecino de Ja<strong>en</strong>, y don Hemando de Ulloa, capitan<br />

de Toro, y otros escaparon huy<strong>en</strong>do. Fueron muertos<br />

de los comuneros casi quini<strong>en</strong>tos hombres y no<br />

mas, porque aquellos señores usaron con los v<strong>en</strong>cidos<br />

de misecordia; de los del campo del Rey quin ce<br />

o veinte escuderos y pocos mas heridos. Ansl plugo<br />

á nuestro Señor de dar esta victoria al Empe rador,<br />

que fué una de las mas importantes que Dios le ha<br />

dado, ansí por lo que se remedió con ella <strong>en</strong> estos<br />

reinos, como por lo que excusó y preservó para delante;<br />

lo cual el suceso de las cosas lo mostró bi<strong>en</strong><br />

después, y acertó á ser <strong>en</strong> dia del bi<strong>en</strong>av<strong>en</strong>turado san<br />

Jorge y <strong>en</strong> un campo llamad o de los Caballeros, que<br />

todo parece que rué ayuda á aquell os señores que<br />

fueron mini stros della, y ansí el campo <strong>en</strong> que se<br />

dió la batalla como el santo que cayó <strong>en</strong> aquel dia<br />

-167 -


es muy señalado <strong>en</strong> estos reinos, por haber nacido<br />

<strong>en</strong> semejante dia la reina católica doña Isabel, tan<br />

querida y amada de todos ellos con justa razono<br />

Traían los del campo de la Comunidad cruces coloradas<br />

y los del campo del Emperador cruces blancas,<br />

que rué remedio que muchos de la Comunidad tu ­<br />

vieron para escaparse, quitándose las coloradas y<br />

poniéndose las blancas.<br />

En este tiempo peleó <strong>en</strong> Alava Martin Ruiz de<br />

Av<strong>en</strong>daño, con g<strong>en</strong>te de Vitoria y de algunas hermandades,<br />

contra el conde de Salvatierra don Pedro<br />

de Avala, y desbaratándose, le tomó [a bandera.<br />

Ta mpoco esperaron los que estaban sobre Medina<br />

de Pomar al conde de Salinas y al dean de Búrgos<br />

cuando supieron que iban contra ellos, antes se retrujeron<br />

con toda la priesa que pudieron.<br />

Presos estos caballeros. como t<strong>en</strong>go dicho, otro<br />

dia miércoles se mandó hacer justicia dellos; y ansi,<br />

fueron degollados Juan de Padilla y Juan Bravo y<br />

Francisco Maldonado <strong>en</strong> el lugar de Villalar con público<br />

pregón, <strong>en</strong> que los declaraban por traidores; el<br />

cual como oyese Juan Bravo. capitán de Segovia,<br />

cuando lo llevaban por la ca lle, dijo al pregonero<br />

que m<strong>en</strong>tia él y qui<strong>en</strong> se lo habia mandado; y Juan<br />

de Padilla, pareciéndole que no era tiempo de semejantes<br />

palabras, le dijo: «Señor Juan Bravo. ayer era<br />

día de pelear como caballeros, pero hoy no es sino<br />

de morir como cristianos»; y llegados al lugar donde<br />

fueron degollados. queri<strong>en</strong>do el verdugo empezar<br />

por Juan de Padilla, dic<strong>en</strong> que le dijo Juan Bravo<br />

que le degollase á él primero. porque no viese muerte<br />

de tan bu<strong>en</strong> caballero.<br />

Ansi acabaron los vanos p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos destos caballeros<br />

con titulo y nombre de traidores. por haber-<br />

- 168 -


se puesto <strong>en</strong> armas contra su rey. que no puede ser<br />

mayo r deshonra ni afr<strong>en</strong>ta. Perdieron, juntam<strong>en</strong>te<br />

con la vida, la nobleza y hidalguía que heredaron<br />

de sus padres, ganada por ser leales, <strong>en</strong> lo cual pued<strong>en</strong><br />

tomar ejemplo todos los caba lleros y hidalgos<br />

para nunca apartarse del servicio de su rey por ninguna<br />

cosa que aco ntezca, pues no solam<strong>en</strong>te lo manda<br />

n así las leyes hu manas, pero las divinas y santas<br />

lo dispon<strong>en</strong> ta mbi én; y tan to, que dice san Pablo que<br />

aun á los malos reyes y prí ncipes debemos ser leales.<br />

Hecha esta justicia, de la cual escapó por <strong>en</strong>tonces<br />

don Pedro Pim<strong>en</strong>tel, capitán de Salamanca, á intercesion<br />

del conde de B<strong>en</strong>av<strong>en</strong>te, con qui<strong>en</strong> t<strong>en</strong>ia<br />

deudo, fu é llevado preso á Simancas, aunque adelante<br />

hubo el mismo fin, como se dirá. Los gobemadores<br />

<strong>en</strong>viaron requerimi<strong>en</strong>tos con trompetas a todas<br />

las ciudades que estaban alzadas, para que se<br />

dies<strong>en</strong> á ellos <strong>en</strong> nombre del Empe rador, sino. que<br />

irian con su ca mpo á les hacer cruel guerra y castigar<br />

como merec ian; y el mismo día ellos y aquellos señores,<br />

con toda la g<strong>en</strong>te. tomaron la via de TordesilIas;<br />

mas la fama, como mas ligera, había llegado<br />

primero que los trompetas, y fué de tanto efecto perder<br />

los comuneros esta bata lla, y puso temor la nueva<br />

della <strong>en</strong> los capitanes y pueblos alzados , juntam<strong>en</strong>t<br />

e con la justicia que se habia hecho, que no pareció<br />

sino de la manera que de Sanson cu<strong>en</strong>ta la Sagrada<br />

Escript ura que t<strong>en</strong>ia su fuerza <strong>en</strong> un cabe llo, y<br />

cortado aq uel, la perdia toda, ansí la t<strong>en</strong>ían ellos <strong>en</strong><br />

este su ca mpo y <strong>en</strong> estos capitanes suyos, porque <strong>en</strong><br />

deshaciéndole, perdieron el ánimo y el esfuerzo, y<br />

los orgu llos y soberbias se trocaron <strong>en</strong> temores y humildades:<br />

porque pasados tres dias que fué victoria,<br />

vinieron frailes y personas religiosas de Valla dolid, á<br />

- 169-


trata r por aquella villa su perdón, y se di ó con ellos<br />

asi<strong>en</strong>to, excepto á algunos que parecieron mas cul ­<br />

pados, si<strong>en</strong>do los demás perdonados; y d<strong>en</strong>tro de dos<br />

dias los gobernadores y los grandes fueron á Valladolid,<br />

don de los recibieron con grande solemnidad y<br />

obedi<strong>en</strong>c ia, habi<strong>en</strong>do sido el lugar de mayores alborotos.<br />

Los mas de los exce ptados, que creo fueron<br />

doce, se a us<strong>en</strong>taron , y de los que dellos fueron hallados<br />

se hizo justicia; y haci<strong>en</strong>do el mismo concierto<br />

<strong>en</strong> Medi na del Campo, parti eron los gobernadores<br />

para allá, y los mas de los grandes se fueron para<br />

sus casas á descansar de los trabajos pasados; y de<br />

la misma manera v<strong>en</strong>ían cada dia m<strong>en</strong>sajeros de<br />

otras ciudades alzadas, y eran recib idos y perdonados,<br />

exceptando á algunas personas notablem<strong>en</strong>te<br />

culpadas. Las principales della fue ron Toro, Zamora,<br />

Salamanca, Avila y ot ras; y porque <strong>en</strong> Segovia,<br />

au nque también traian el mismo trato, estaba la cosa<br />

du dosa y alt erada, por las grande s difer<strong>en</strong>cias que<br />

allí habian pasado <strong>en</strong>tre la ciudad y el alcázar, que<br />

la Comunidad t<strong>en</strong>ia todavía cercado y le pret<strong>en</strong>día<br />

quitar al conde de Chinchon don Hemando de Bebadi<br />

lla, aco rdaron los grandes y Ca pitán G<strong>en</strong>eral ir<br />

con g<strong>en</strong>te de guerra á aq uella ciu dad á la acabar de<br />

apaciguar, a unque se decia ya qu e los franceses v<strong>en</strong>ian<br />

sobre Navarra por allanar primero las cosas<br />

deste reino; y haciéndolo ansí , fueron receb idos <strong>en</strong><br />

Segovia con los partidos casi iguales á las otras ciudades;<br />

de manera que <strong>en</strong> pocos dias se redujero n al<br />

servic io real todas las ciudades de Castilla que estaban<br />

leva ntadas <strong>en</strong> comunidad. sino fué Toledo, <strong>en</strong><br />

la cual pasaban las cosas difer<strong>en</strong>te m<strong>en</strong>te; porque, sabi<strong>en</strong>do<br />

la muerte del Juan de Padilla, <strong>en</strong> lugar de<br />

<strong>en</strong>vi ar á ped ir misericordia , hicieron de nuevo su ca-<br />

- 170-


pitan al obi spo de Zamora. qu e alli se ha lló; aunque<br />

el Obispo. co mo algunas aves que reconoc<strong>en</strong> la torm<strong>en</strong>ta<br />

y mal tiempo se recog<strong>en</strong> y apartan al abrigo,<br />

a nsi el, adevinandc el suceso qu e todo habia de haber.<br />

p<strong>en</strong> sando ponerse <strong>en</strong> cobro, d<strong>en</strong>de á pocos dias<br />

se desapareció y huyó de la ciudad <strong>en</strong> hábito disimulado;<br />

y llevando la vía de Fra ncia, fué preso <strong>en</strong> Logre<br />

ña, y estu vo algunos dias <strong>en</strong> prisi ón, y acabó conforme<br />

á la vida qu e habia vivido. Pero doña Mari a<br />

de Padilla. <strong>en</strong>durecida mas con la mu erte del marido,<br />

co mo esta ba apoderada del alcázar y de las puertas.<br />

procuraba echar fuera de la ciudad á todos los<br />

que le eran sospec hosos; y t<strong>en</strong> i<strong>en</strong>do cerca de sí hombres<br />

traviesos y faci nerosos. y ami gos de guerras y<br />

bullicios. estaba hecha señora y tirana de aquella<br />

ciudad; de manera que aunque se as<strong>en</strong>tó tregua por<br />

ciertos dias con el Prior, que les hacia guerra , para<br />

tratar de reducirse al servicio del Rey, no se puso<br />

as<strong>en</strong>t ar cosa , porque llegada la nueva que los franceses<br />

v<strong>en</strong>ian sobre Navarra, doña Maria y sus valedores<br />

se <strong>en</strong>soberbecieron de nuevo, y du ró lo de Toledo<br />

muchos días, y padeció aquella ciudad por sus<br />

durezas grandes da ños, por la guerra que el Prior y<br />

do n Jua n de Ribera le hacian. Y an sí duró la comunidad<br />

<strong>en</strong> Val<strong>en</strong>cia de manera que fue ron estas dos<br />

ciudades como reliq uias y opilaciones qu e sue l<strong>en</strong><br />

quedar de grandes y la rgas <strong>en</strong>fermedades á los hombres<br />

que no acaban de sanar, y pad ec<strong>en</strong> después indisposiciones<br />

y trabajos.<br />

- 171 -

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