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Descargar - Fundación Foro Jovellanos del Principado de Asturias.

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1ª EDICIÓN: NOVIEMBRE 2001<br />

DEPÓSITO LEGAL: AS-3561-2001<br />

I.S.B.N.: 84-607-2737-8<br />

EDICIÓN: FUNDACIÓN FORO JOVELLANOS DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS<br />

© DE LOS TEXTO: AGUSTÍN GUZMÁN SANCHO<br />

© DE LA PRESENTE EDICIÓN: FUNDACIÓN FORO JOVELLANOS DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS<br />

MAQUETACIÓN: EME DIGITAL


La edición <strong>de</strong> este libro consta <strong>de</strong> 2.100 ejemplares, <strong>de</strong> ellos los 100 primeros con encua<strong>de</strong>rnación<br />

especial y sellados con el escudo en lacre <strong>de</strong> Don Balthasar Melchor Gaspar María <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>,<br />

corriendo la misma a cargo <strong>de</strong> la <strong>Fundación</strong> <strong>Foro</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong> <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, con la<br />

colaboración especial <strong>de</strong> la <strong>Fundación</strong> Hidroeléctrica <strong><strong>de</strong>l</strong> Cantábrico y <strong>de</strong> la Consejería <strong>de</strong> Educación<br />

y Cultura <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong> <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>.


A la memoria <strong>de</strong> Francisco<br />

Carantoña Dubert, Presi<strong>de</strong>nte que fue<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Foro</strong> <strong>Jovellanos</strong>.


JULIO SOMOZA.<br />

Foto: Joaquín García Cuesta, 1930. Museo <strong>de</strong> Bellas Artes <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>.


La conservación <strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong><br />

los hombres <strong>de</strong> mérito <strong>de</strong>be ser tanto<br />

más apreciable entre nosotros, cuanto<br />

son muy pocos los que han trabajado en<br />

favor <strong>de</strong> ella. ¡Qué <strong>de</strong> hombres dignos<br />

<strong>de</strong> buena y larga fama no habrá sepultado<br />

en el olvido el torpe <strong>de</strong>scuido <strong>de</strong> que<br />

en este punto adolecemos! Trabajemos,<br />

pues, en <strong>de</strong>sterrarle <strong>de</strong> entre nosotros o,<br />

por lo menos, <strong>de</strong>scarguémonos <strong>de</strong> la<br />

parte que nos cabe en la nota <strong>de</strong> ingratitud<br />

que ha contraído nuestro siglo respecto<br />

<strong>de</strong> los que han pasado.<br />

JOVELLANOS (Carta décima a Ponz).


CAPÍTULO 1<br />

Nacimiento, nombre, linaje y<br />

magisterio<br />

1.— Una familia vinculada a <strong>Jovellanos</strong><br />

Julio Somoza García nació en la Plaza Mayor <strong>de</strong> Gijón (esquina a la<br />

calle Trinidad), en una casa cuyos balcones habrían <strong>de</strong> servir durante muchos<br />

años <strong>de</strong> púlpito para los sermones <strong>de</strong> Cuaresma, Semana Santa y Misiones1. Nació a las siete <strong>de</strong> la mañana <strong>de</strong> la víspera <strong>de</strong> Nochebuena <strong><strong>de</strong>l</strong> año 1848,<br />

siendo bautizado en la iglesia parroquial <strong>de</strong> San Pedro con los nombres <strong>de</strong><br />

Julio, Raimundo y Víctor. Su familia paterna era oriunda <strong>de</strong> Galicia; y la<br />

materna, asturiana. Su padre, don José Somoza, era capitán <strong>de</strong> Artillería; su<br />

madre, doña María <strong><strong>de</strong>l</strong> Pilar García, <strong>de</strong>scendía <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las más notorias<br />

familias <strong>de</strong> Gijón2. La carrera militar <strong><strong>de</strong>l</strong> padre sería, sin duda, la que <strong>de</strong>terminó el nacimiento<br />

<strong>de</strong> sus hijos en Gijón. Don José Somoza-Montsoriú y Castro, había<br />

nacido hacía veintisiete años, que a la sazón tenía cuando contrajo matrimonio,<br />

en San Cosme <strong>de</strong> Mayanca (Coruña), y era hijo <strong><strong>de</strong>l</strong> hacendado don<br />

Manuel Somoza Montsoriú y Aldao, <strong>de</strong> igual naturaleza, y <strong>de</strong> doña Juana <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Castro y Romero, natural <strong>de</strong> Barbeito (Santiago). Destinado el joven capitán<br />

a la entonces plaza fuerte <strong>de</strong> Gijón, que contaba con cuartel <strong>de</strong> artillería,<br />

situado en el nº 35 <strong>de</strong> la calle Comercio (hoy Marqués <strong>de</strong> San Esteban) y con<br />

el fuerte y batería <strong>de</strong> Santa Catalina, habría <strong>de</strong> conocer a su futura esposa en<br />

el círculo castrense <strong>de</strong> la villa, pues era doña María <strong><strong>de</strong>l</strong> Pilar García-Sala y<br />

Blanco hija y nieta <strong>de</strong> militares. Había nacido, hacía veintiséis años, en Gijón,<br />

1 Así nos lo ha dicho el propio Somoza en Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana; pág. 45. Destacaba<br />

el sermón <strong><strong>de</strong>l</strong> Encuentro, que si el viento no soplaba fuerte se predicaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Palacio <strong>de</strong><br />

San Esteban.<br />

2 Libro <strong>de</strong> nacimientos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón, Archivo Municipal <strong>de</strong> Gijón (A.M.G.),<br />

año 1848, folio 78 vuelto, partida nº 4.


16<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

siendo sus padres: Don Victoriano García-Sala Valdés-Llanos, natural <strong>de</strong><br />

Gijón, y doña Manuela Blanco y Cirieño <strong>de</strong> Inguanzo, natural <strong>de</strong> Llanes.<br />

El propio Julio Somoza nos hablará <strong>de</strong> la circunstancia <strong>de</strong> estar su<br />

ascen<strong>de</strong>ncia asturiana muy vinculada a la vida <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Así cuando<br />

logra leer por primera vez los Diarios <strong>de</strong> Jovino dirá: Por allí andan mis tíos, y<br />

abuelos y parientes... ¡con qué placer no he visto sus nombres en aquel relato! 3 Se<br />

referiría sin duda a tíos abuelos4. En efecto, <strong>Jovellanos</strong> estuvo muy vinculado a los ascendientes <strong>de</strong><br />

Somoza. Así el abuelo materno, don Victoriano García-Sala y Valdés Llanos,<br />

aparece citado numerosas veces en los Diarios <strong>de</strong> don Gaspar: unas, acompañándole<br />

en sus paseos, solos o con más personas; otras, <strong>de</strong> viaje, a Carrió o a<br />

Candás; otras, comiendo en su casa y sesteando; cuando no jugando o <strong>de</strong> tertulia<br />

al terminar el día, o atento a algunas <strong>de</strong> las veladas literarias <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustrado;<br />

y siempre participando <strong>de</strong> los buenos momentos a fuer <strong>de</strong> buen amigo,<br />

como cuando asiste con los alumnos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto a la merienda que les dio<br />

don Gaspar en Contrueces.<br />

Era Victoriano hijo <strong>de</strong> una hermana <strong>de</strong> Pedro Valdés Llanos, el amigo<br />

a quien <strong>Jovellanos</strong> habría <strong>de</strong> cuidar en su lecho <strong>de</strong> muerte, contagiándose así<br />

<strong>de</strong> su pulmonía <strong>de</strong> la que habría <strong>de</strong> morir —también él— pocos días <strong>de</strong>spués<br />

en Puerto <strong>de</strong> Vega. La amistad <strong><strong>de</strong>l</strong> amigo se amplió al sobrino. La hermana<br />

<strong>de</strong> Pedro (Don Petris para su amigo), doña Joaquina, había enviudado en 1789<br />

<strong>de</strong> don Marcos García-Sala Argüelles y Valcázar, nieto <strong>de</strong> otro Marcos García-<br />

Sala Argüelles, que fue cofundador <strong>de</strong> la capilla <strong><strong>de</strong>l</strong> Rosario5. Preocupada por<br />

el futuro <strong>de</strong> su hijo, doña Joaquina consulta a <strong>Jovellanos</strong>. Éste anota en su<br />

diario: “Me consultó sobre Victoriano, que repugna volver a casa <strong><strong>de</strong>l</strong> Obispo,<br />

y tiene razón. ¿Qué sacará <strong>de</strong> allí? ¿Educación? No se da. ¿Renta? Es para los<br />

parientes. ¿Algún triste curato? No quiere ser clérigo. ¿Estudios? ¿Pero qué<br />

hará <strong>de</strong> ellos? ¿Recibirse <strong>de</strong> abogado? Veremos. Trátese con don Pedro, y<br />

Paula” 6. <strong>Jovellanos</strong> se preocupaba, pues, por el futuro <strong>de</strong> Victoriano, quien al<br />

final seguiría la carrera <strong>de</strong> las armas, primero como oficial <strong>de</strong> la Marina y<br />

<strong>de</strong>spués en el arma <strong>de</strong> Infantería.<br />

3 MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino. Epistolario. Madrid, <strong>Fundación</strong> Universitaria, 1982-<br />

1991. Tomo XI; carta 393; fecha 21 noviembre <strong>de</strong> 1891; pág. 368.<br />

4 No creemos que fuera pariente suyo Javier García Sala cuyo ascenso a alférez <strong>de</strong> fragata<br />

anota <strong>Jovellanos</strong> en el diario. (JOVELLANOS, Gaspar Melchor <strong>de</strong>. Diarios. Tomo II. Edición<br />

preparada por Julio Somoza. Oviedo, I.D.E.A., 1954, pág. 272).<br />

5 De hecho, la familia tenía la casa vinculada al mayorazgo junto a la capilla y se extendía<br />

hasta la calle Corrida.<br />

6 Í<strong>de</strong>m; pág. 173. Victoriano, el abuelo <strong>de</strong> Somoza, tenía dos tíos canónigos, uno en San<br />

Marcos <strong>de</strong> León, y otro en la Catedral <strong>de</strong> Oviedo. De éste le vendría la influencia para colocarse<br />

cerca <strong><strong>de</strong>l</strong> obispo.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Sabido es que Gijón fue pionera en <strong>Asturias</strong> en el levantamiento contra<br />

los franceses en la Guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. El caso fue que el cónsul<br />

francés en Gijón se atrevió a arrojar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el balcón <strong>de</strong> la casa que habitaba,<br />

en la calle <strong>de</strong> la Cruz (popularmente conocida como Corrida), impresos comprensivos<br />

<strong>de</strong> una carta que se suponía escrita en Toledo por uno que se titulaba<br />

capitán retirado. Pintábase en ella con vivos colores la situación lamentable<br />

<strong>de</strong> España, la incapacidad <strong>de</strong> sus habitantes para contrarrestar el po<strong>de</strong>r<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Emperador <strong>de</strong> los franceses, lo felices que serían los españoles mudando<br />

<strong>de</strong> dinastía, la corrupción <strong><strong>de</strong>l</strong> Palacio real, y la ineptitud <strong>de</strong> Carlos IV, no<br />

menos que la <strong><strong>de</strong>l</strong> Príncipe que acababa <strong>de</strong> subir al Trono7. En las inmediaciones <strong>de</strong> la casa <strong><strong>de</strong>l</strong> cónsul se encontraban don José<br />

María Cienfuegos, director <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, don Antonio Merconchini, proveedor<br />

<strong>de</strong> las fábricas <strong>de</strong> Oviedo y fundición <strong>de</strong> Trubia, don Luis Menén<strong>de</strong>z, oficial<br />

<strong>de</strong> Artillería, y don Victoriano García Sala, abuelo <strong>de</strong> Somoza. La indignación<br />

<strong>de</strong> estos señores fue gran<strong>de</strong>. y por lo que respecta a la actitud <strong>de</strong><br />

García Sala, he aquí cómo la <strong>de</strong>scribe su nieto:<br />

El 5 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1808, era cónsul francés en Gijón, Mr. Miguel<br />

Lagoancre (no Lagonnier, ni Dagonnier, como erróneamente escriben otros),<br />

quien, no comprendiendo el estado <strong>de</strong> ánimo <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo español por aquellos<br />

días, arrojó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su casa, una proclama anónima, al pueblo, favorable a la<br />

causa napoleónica. Uno <strong>de</strong> los que presenciaron el hecho, don Victoriano<br />

García-Sala, cogió la proclama, la rasgó, la pisoteó, y la escupió, retando<br />

enseguida al cónsul y a los suyos. Esto fue el origen <strong><strong>de</strong>l</strong> motín, que terminó<br />

huyendo el cónsul, <strong>de</strong> Gijón, con su familia, para La Coruña, y pereciendo<br />

<strong>de</strong>spués en la travesía a Francia8. En efecto, al exten<strong>de</strong>rse la noticia el pueblo se amotinó y una turba <strong>de</strong><br />

mareantes “llenando <strong>de</strong> piedras sus gorros” apedrearon los balcones y rompieron<br />

los cristales. Salió entonces uno <strong>de</strong> los compañeros <strong><strong>de</strong>l</strong> cónsul por la<br />

puerta trasera <strong><strong>de</strong>l</strong> edificio a refugiarse en un buque anclado en la dársena, con<br />

pabellón <strong>de</strong> su nación, y encuentra en el tránsito a don Victoriano García Sala,<br />

y lleno <strong>de</strong> orgullo y altanería, a pesar <strong>de</strong> lo crítico <strong>de</strong> los momentos, le exige<br />

satisfacción por el <strong>de</strong>scaro, como <strong>de</strong>cía, <strong>de</strong> haber roto uno <strong>de</strong> los impresos y<br />

arrojado con <strong>de</strong>sprecio sus fragmentos. Don Victoriano, por su parte, le contesta<br />

con dignidad y entereza “haberse hecho gran ofensa a sus Reyes y a la<br />

nación, ofensa que como buen español no pue<strong>de</strong> ni <strong>de</strong>be tolerar”. Oído el<br />

<strong>de</strong>bate por gentes inmediatas, las enar<strong>de</strong>ce e irrita, y reforzadas con los tripu-<br />

7 ÁLVAREZ VALDÉS, Ramón. Memorias <strong><strong>de</strong>l</strong> Levantamiento <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> en 1808. Oviedo, 1889.<br />

Otros autores como Rendueles Llanos fijan la fecha <strong>de</strong> estos sucesos el 29 <strong>de</strong> abril, con lo<br />

que no sólo sería Gijón pionera en <strong>Asturias</strong> sino en España.<br />

8 SOMOZA GARCÍA-SALA, Julio. Cartas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y Lord Vassall Holland, sobre la guerra<br />

<strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia (1808-1811). Madrid, 1911; págs. 151 y s. Nota 76.<br />

17


18<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

lantes <strong>de</strong> doce cañoneros <strong>de</strong> marina que en dársena se hallaban, se encaminan<br />

a la casa <strong><strong>de</strong>l</strong> cónsul y se disponen a romper las puertas para apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> su<br />

persona. El Juez don Toribio Junquera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el edificio que habitaba, continuo<br />

al <strong><strong>de</strong>l</strong> francés, logró apaciguar los ánimos al grito <strong>de</strong> ¡Viva Fernando VII! 9.<br />

Durante la guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, Victoriano García Sala alcanzará<br />

el grado <strong>de</strong> Sargento Mayor o Teniente Coronel <strong><strong>de</strong>l</strong> Regimiento <strong>de</strong><br />

Grana<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> Gijón, a las ór<strong>de</strong>nes <strong><strong>de</strong>l</strong> coronel don Pedro Castañedo10. Sería<br />

comisionado por la Junta <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> en varias ocasiones. Una <strong>de</strong> ellas para<br />

que se avistase con La Romana (Marqués <strong>de</strong> las Romerías, para quienes criticaban<br />

su asombrosa movilidad) y le entregase un pliego, expresivo <strong><strong>de</strong>l</strong> estado<br />

angustioso <strong>de</strong> la provincia. La respuesta que recibió <strong>de</strong> éste fue que tenía dispuesto<br />

pasar al <strong>Principado</strong>.<br />

Pero en otra ocasión le comisionó para que pasando a Sevilla, y<br />

poniéndose <strong>de</strong> acuerdo con <strong>Jovellanos</strong> y Campo-Sagrado, manifestase a la<br />

Junta Central el estado <strong>de</strong> penuria en que se hallaba el <strong>Principado</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>. Con muchísimo gusto habría <strong>de</strong> llevarla a cabo, pues a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

servir a su tierra natal le ofrecía la oportunidad <strong>de</strong> ver a su antiguo amigo y<br />

paisano, <strong>Jovellanos</strong>. Tan buena acogida tuvieron estas gestiones que el 13 <strong>de</strong><br />

abril <strong>de</strong> 1809 recibe la Junta Asturiana la agradable noticia <strong>de</strong> haber <strong>de</strong>cretado<br />

la Central 50.000 fanegas <strong>de</strong> trigo, 850 quintales <strong>de</strong> arroz; y por si fuera<br />

poco, el 23 <strong>de</strong> abril llegaron a Gijón dos millones <strong>de</strong> reales11. Estando Victoriano García Sala en Sevilla, recibe <strong>Jovellanos</strong> el anuncio<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> arribo <strong>de</strong> varias personas emigradas <strong>de</strong> su tierra natal, entre ellas su<br />

pupila, que tenía dieciséis años y medio, y llegaba acompañada <strong>de</strong> su aya,<br />

doña Ana Álvarez12. Esta jovencita estuvo nueve meses en Sevilla. Pudo ser<br />

entonces cuando Victoriano conociese a la pupila <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, Manuela<br />

Inguanzo <strong>de</strong> Cirieño, con quien habría <strong>de</strong> contraer matrimonio. Aunque el<br />

propio Somoza no <strong>de</strong>scarta tampoco que se conocieran <strong>de</strong> antes en su propia<br />

tierra. A este respecto hay que recordar una carta, cuyo contenido se <strong>de</strong>sco-<br />

9 ÁLVAREZ VALDÉS, Ramón. Memorias <strong><strong>de</strong>l</strong> Levantamiento <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> en 1808. Oviedo, 1889;<br />

págs. 11 y 12.<br />

10 En cláusula <strong>de</strong> fecha 25 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1831, añadida a su testamento, dirá que fue<br />

Teniente Coronel en propiedad por la Junta <strong>de</strong> Oviedo y que aun <strong>de</strong>spués se le dio el<br />

Grado <strong>de</strong> Coronel por el General Arce, Comandante General <strong>de</strong> la provincia por su acción<br />

<strong>de</strong> armas, pero que no le fueron probadas tales distinciones. (Archivo Histórico Provincial<br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Protocolo <strong><strong>de</strong>l</strong> escribano <strong>de</strong> Gijón Benito Rodríguez Llamas. Caja 2.095. Año<br />

1845; folio 26).<br />

11 Cartas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y Lord Vassall Holland; pág. 152. Nota 76. Incluye aquí Somoza una<br />

carta <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> al propio Victoriano, que había encontrado recientemente en el archivo<br />

<strong>de</strong> Romero Ortíz, y que lleva el número 1.838 <strong><strong>de</strong>l</strong> Tomo V, <strong>de</strong> la edición <strong>de</strong> Obras<br />

Completas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> profesor Caso González.<br />

12 Carta <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> a Lord Holland, <strong>de</strong> fecha 6 junio <strong>de</strong> 1809; la nº 1.886 <strong>de</strong> la edición <strong>de</strong><br />

las Obras Completas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> Profesor Caso. Tomo V; pág. 593.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

noce, que <strong>Jovellanos</strong> envía al entonces Doctoral <strong>de</strong> la Catedral <strong>de</strong> Oviedo y<br />

más tar<strong>de</strong> Car<strong>de</strong>nal Primado <strong>de</strong> Toledo, don Pedro Inguanzo y Ribero, interesándose<br />

por Victoriano. Era el doctoral tío segundo <strong>de</strong> Manuela Inguanzo,<br />

<strong>de</strong> modo que pudo estar aquí el origen o la causa por la que vendrían los<br />

futuros esposos a conocerse13. Así pues, la abuela <strong>de</strong> Somoza fue la famosa pupila <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

Gracias al propio don Gaspar sabemos cómo vino a tal situación. A punto <strong>de</strong><br />

morir la madre, doña Benita Cirieño <strong>de</strong> Inguanzo, <strong>Jovellanos</strong> anota en sus<br />

Diarios: “Noticia <strong>de</strong> que está a la muerte la Indiana <strong>de</strong> Cirieño, que nos nombra<br />

albaceas a mi hermano y a mí” 14. Y no sólo nombraba a los dos hermanos<br />

albaceas sino también tutores <strong>de</strong> su hija. Esta <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> su bisabuela la<br />

explicará Julio Somoza por la amistad entre ella y una hermana <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, según carta a su amigo don Sebastián Soto y Cortés, bisnieto <strong>de</strong><br />

dicha hermana:<br />

Una i<strong>de</strong>a, por si no le hablé <strong>de</strong> ella. —Nunca pu<strong>de</strong> atinar por qué<br />

don Gaspar y don Frco. <strong>de</strong> Paula <strong>Jovellanos</strong> fueron tutores <strong>de</strong> mi abuela doña<br />

Manuela Blanco e Inguanzo <strong>de</strong> Cirieño (sic). Pero recordando que su bisabuela<br />

<strong>de</strong> Vd. doña Juana Jacinta <strong>Jovellanos</strong> que residió continuamente en<br />

Cangas <strong>de</strong> Onís, tendría relaciones o amistad con mi bisabuela doña Benita<br />

Inguanzo <strong>de</strong> Cirieño; se originaría <strong>de</strong> esta amistad el nombramiento <strong>de</strong> tutores<br />

a favor <strong>de</strong> los dos hermanos <strong>de</strong> doña Juana Jacinta, don Francisco y don<br />

Gaspar. —Mi abuela fue bautizada en “Sebarga”, barrio <strong>de</strong> dicha parroquia,<br />

a la margen <strong>de</strong>recha <strong><strong>de</strong>l</strong> Ponga. Aún <strong>de</strong>ben subsistir por allí, <strong>de</strong>scendientes<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> apellido Blanco, dueños quizá <strong><strong>de</strong>l</strong> solar15. También nos aclara el propio Somoza que accedieron los dos hermanos<br />

a ser tutores <strong>de</strong> su abuela exigiéndole sólo que nombrase otros dos cotutores<br />

<strong>de</strong> autoridad, que participaran <strong>de</strong> tal cuidado, <strong>de</strong>signando al primo <strong>de</strong> la testadora,<br />

el Canónigo doctoral <strong>de</strong> Oviedo (don Pedro Inguanzo Ribero) y al<br />

Párroco <strong>de</strong> Gijón que por tiempo fuera (don Nicolás <strong>de</strong> Sama hasta 1805).<br />

Falleció la Indiana en Gijón el 3 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1796, <strong>de</strong>jando a la huerfanita,<br />

nacida el 31 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1792, <strong>de</strong> escasos cuatro años y a la sazón enfermita,<br />

a merced <strong>de</strong> los tutores16. 13 La carta no figura citada en la edición <strong><strong>de</strong>l</strong> Profesor Caso González <strong>de</strong> las Obras<br />

Completas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Aparece referenciada en el diario <strong><strong>de</strong>l</strong> día 20 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1796:<br />

“Carta al Doctoral, sobre cosas <strong>de</strong> Victoriano”. Op. cit., pág. 211.<br />

14 Í<strong>de</strong>m, pág. 264.<br />

15 Carta fechada el día <strong>de</strong> Santo Tomás <strong>de</strong> 1893. Se conserva entre los Fondos pertenecientes<br />

a Pedro Hurlé <strong><strong>de</strong>l</strong> Archivo Histórico <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, 50/1.<br />

16 Prólogo a HUICI MIRANDA, Vicente. Miscelánea <strong>de</strong> trabajos inéditos, varios y dispersos <strong>de</strong><br />

D. G. M. <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Barcelona, 1931. La abuela <strong>de</strong> Somoza sería bautizada el 1 <strong>de</strong> enero<br />

<strong>de</strong> 1793.<br />

19


20<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

El pupilaje daría a <strong>Jovellanos</strong> gran<strong>de</strong>s quebra<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> cabeza.<br />

Muerto su hermano Francisco <strong>de</strong> Paula, que fue quien <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer<br />

momento se encargó particularmente <strong><strong>de</strong>l</strong> cuidado <strong>de</strong> la niña17, don Gaspar<br />

llevó a cabo una buena inversión <strong><strong>de</strong>l</strong> dinero <strong>de</strong> su pupila en fincas, con el<br />

consentimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> párroco. No obstante el Doctoral dio contraor<strong>de</strong>n a su<br />

apo<strong>de</strong>rado, Sr. Braña, para que no firmase las cuentas que se le presentaban<br />

y que había hallado conformes. Pero don Gaspar, esclavo <strong>de</strong> la formalidad,<br />

obligó a firmar a Braña como se hizo, acordó y extendió. Des<strong>de</strong> entonces<br />

Inguanzo, a quien calificaba Somoza <strong>de</strong> “genio, agrio, áspero y <strong>de</strong>spechado<br />

por no haber tenido consigo el arca <strong>de</strong> las tres llaves; rígido, duro y frenético,<br />

como todo asturiano montañés finítimo <strong><strong>de</strong>l</strong> cántabro”, escribía contra el<br />

Informe <strong>de</strong> la Ley Agraria y se convirtió en uno <strong>de</strong> los perseguidores <strong>de</strong> don<br />

Gaspar18. Por el contrario, la pupila habría <strong>de</strong> reconocer siempre su eterno<br />

agra<strong>de</strong>cimiento a los <strong>Jovellanos</strong>. Es más, en su vejez aún los recordaría con<br />

cariño. Tenemos <strong>de</strong> ello el testimonio <strong>de</strong> su propio nieto: Quien estas líneas<br />

escribe ha oído <strong>de</strong> labios <strong>de</strong> la misma pupila <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, frases <strong>de</strong> admiración y<br />

respeto consagradas a la memoria <strong>de</strong> aquel varón insigne, y a la <strong>de</strong> sus hermanos y<br />

parientes, principalmente don Francisco <strong>de</strong> Paula, y su esposa doña Gertrudis, don<br />

Baltasar González <strong>de</strong> Cienfuegos, doña Antonia Argüelles y otros entre quienes<br />

vivió, recibiendo <strong>de</strong> todos ellos, palabras constantes <strong>de</strong> su entrañable amor y afecto19. Las relaciones <strong>de</strong> la joven con los <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong>bieron ser, en efecto,<br />

muy cariñosas si tenemos en cuenta que Francisco <strong>de</strong> Paula y Gertrudis <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Busto <strong>de</strong>seaban ardientemente tener <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia; en una <strong>de</strong> las cartas <strong>de</strong><br />

Francisco <strong>de</strong> Paula a su hermano le dice que su esposa había cogido la flor<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> agua. Esta tradición consistía en beber, tras la noche <strong>de</strong> San Juan, el agua<br />

<strong>de</strong> una fuente antes que ninguna otra persona. De esta manera la mujer<br />

lograba quedar en cinta. La niña habría <strong>de</strong> llenar, pues, aquel vacío <strong>de</strong> hijos.<br />

Por otra parte, sabemos por <strong>Jovellanos</strong> que aquella niña, a la que llamaba con<br />

17 Según carta <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> a José Antonio Caballero, fechada en el Castillo <strong>de</strong> Bellver el<br />

17 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1805. (Carta 1.450. T. IV <strong>de</strong> las Obras completas. Edición <strong><strong>de</strong>l</strong> profesor Caso<br />

González; pág. 186).<br />

18 A pesar <strong>de</strong> la conducta irreprochable <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que incluso llega a invitar al Doctoral<br />

a su casa para que resida el tiempo que hiciera falta mientras se arreglaban las cuentas <strong>de</strong><br />

la pupila, a lo que se negaría el orgulloso prebendado, figurará Inguanzo como ofendido<br />

en la <strong><strong>de</strong>l</strong>ación anónima por la que se <strong>de</strong>nunció a <strong>Jovellanos</strong> a la Inquisición. En el prólogo<br />

a la obra antes citada <strong>de</strong> Huici Miranda, sigue diciendo Somoza hablando <strong>de</strong> Inguanzo:<br />

“escribió un libro, ruidoso en su tiempo, intitulado El dominio sagrado <strong>de</strong> la Iglesia en sus bienes<br />

temporales (Cádiz 1813, y Salamanca 1820-1823; dos tomos en 4). En él refuta el Informe<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> sobre la Ley Agraria, y el Tratado <strong>de</strong> Amortización <strong>de</strong> Campomanes.<br />

Asturianos los tres, se nota enseguida <strong>de</strong> qué lado cae la intransigencia, inspirada siempre<br />

por el imperativo categórico, que no quiere doblegarse jamás ante ningún razonamiento”.<br />

19 Las Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Gijón, 1889, pág. 66.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

el cariñoso nombre <strong>de</strong> Nolina20, gracias al cuidado y vigilancia <strong>de</strong> Francisco<br />

<strong>de</strong> Paula logró no sólo recuperarse <strong>de</strong> sus males, sino criarse poco a poco<br />

robusta y al mismo tiempo recibir aquella educación que a su buen nacimiento<br />

y <strong>de</strong>cente fortuna convenía21. Ello hace que nos planteemos si fue la afición jovellanista <strong>de</strong> Somoza<br />

una vocación promovida y cultivada por su abuela; si la obra <strong>de</strong> Somoza no<br />

fue sino el producto <strong>de</strong> la admiración sembrada por esta mujer en aquella fértil<br />

tierra <strong><strong>de</strong>l</strong> alma sensible y tierna <strong>de</strong> su nieto. Y la contestación no pue<strong>de</strong> ser<br />

sino afirmativa, porque murió doña Manuela, conocida también por el apodo<br />

<strong>de</strong> La Millona, el 30 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1861, cuando Somoza tenía doce años, edad<br />

suficiente para quedar impresa para siempre en su alma la imagen que le<br />

ofrecía aquel libro viviente <strong><strong>de</strong>l</strong> inmortal <strong>Jovellanos</strong>; porque fue esta anciana,<br />

sí, el primer libro don<strong>de</strong> aprendió a conocer a <strong>Jovellanos</strong>, y su primera maestra<br />

jovellanista.<br />

Cuando Manuela llega a Sevilla en 1809, se encontrará allí con sus<br />

dos tutores, don Gaspar y don Pedro Inguanzo, que era el Secretario <strong>de</strong> la<br />

Junta Central, Y sería entonces cuando la amistad se estrecharía entre los<br />

futuros esposos que aún tardarían tiempo en contraer matrimonio. Se casarían<br />

en Gijón el 26 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1812. Para entonces el amigo tutor: <strong>Jovellanos</strong>,<br />

que había sido sin duda la causa <strong>de</strong> que se conocieran, ya había muerto. Fue<br />

una boda con una gran diferencia <strong>de</strong> edad: Victoriano, nacido en Gijón en<br />

1776, contaba 36 años, mientras que Manuela tenía 20 años22. Tuvieron cuatro<br />

hijos: dos varones y dos hembras; los varones se llamaban Santiago y<br />

Eustoquio; y las hembras, Cándida y Pilar. Somoza no llegó a conocer a su<br />

abuelo que murió en 1844 23.<br />

20 En carta a su cuñada Gertrudis, viuda <strong>de</strong> Francisco <strong>de</strong> Paula, en cuya casa la <strong>de</strong>bió <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>jar al partir al Ministerio, escribe en una posdata: P.S. Memorias a Nolina Blanco Inguanzo.<br />

Lleva fecha <strong>de</strong> 26 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1798. La publicó Somoza en <strong>Jovellanos</strong>: manuscritos inéditos,<br />

raros o dispersos... Nueva serie. Es la número 1.166 <strong>de</strong> la edición <strong>de</strong> Obras Completas <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

profesor Caso González, T. III; pág. 392.<br />

21 Carta 1.450. T. IV <strong>de</strong> las Obras completas. Edición <strong><strong>de</strong>l</strong> profesor Caso González; pág. 186.<br />

22 Por ser menor <strong>de</strong> edad, precisó la joven novia el consentimiento <strong>de</strong> su tutor que lo era<br />

entonces, ya muerto <strong>Jovellanos</strong>, el párroco <strong>de</strong> Gijón y posteriormente Abad <strong>de</strong> Coira en<br />

Galicia, don Antonio Cónsul Jove, según reza en la escritura <strong>de</strong> capitulaciones matrimoniales<br />

<strong>de</strong> 20 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1812, otorgada a la fe <strong><strong>de</strong>l</strong> escribano don José Suárez Llanos.<br />

(Archivo Histórico Provincial <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Protocolo <strong>de</strong> Gijón, Caja 1998).<br />

23 Su testamento, otorgado en su cuarto <strong>de</strong> <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> su casa <strong>de</strong> Gijón, el 11 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong><br />

1830, pue<strong>de</strong> verse en la caja 2.090 <strong>de</strong> la Sección <strong>de</strong> protocolos <strong>de</strong> Gijón, <strong><strong>de</strong>l</strong> Archivo<br />

Histórico Provincial <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Sería posteriormente ampliado mediante cláusulas hológrafas<br />

(Nota 9).<br />

21


24<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

2.— Niño sordo<br />

Por lo que respecta al matrimonio <strong>de</strong> los padres <strong>de</strong> Somoza, se celebró<br />

en la iglesia parroquial <strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong> Gijón el 3 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 184724 y<br />

fijaron su domicilio en la calle Trinidad número 4, en don<strong>de</strong> a las seis <strong>de</strong> la<br />

mañana <strong><strong>de</strong>l</strong> día 25 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> ese mismo año, les nació su primer hijo,<br />

a quien pusieron los nombres <strong>de</strong> Manuel, Cándido y Eustoquio25. Así pues,<br />

poco más <strong>de</strong> un año era la diferencia <strong>de</strong> edad que va a separar a Julio Somoza<br />

<strong>de</strong> su hermano primogénito. Habrá entre los dos hermanos semejanza <strong>de</strong><br />

gustos, compartiendo las mismas inquietu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> publicista, historiador y<br />

escritor, e incluso en alguna ocasión se serviría Julio <strong>de</strong> su hermano para<br />

encargarle algunas importantes comisiones en la tarea investigadora, como<br />

tendremos ocasión <strong>de</strong> ver.<br />

Pero en lo que no quiso el <strong>de</strong>stino que coincidiesen fue en la carrera<br />

militar. Ambos intentaron seguir la suerte <strong>de</strong> su padre en el arma <strong>de</strong><br />

Artillería. Manuel ingresaría en la aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Segovia y logró alcanzar el<br />

grado <strong>de</strong> comandante, con el que moriría a la temprana edad <strong>de</strong> 46 años, el<br />

20 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1894, en Castellón <strong>de</strong> la Plana, <strong>de</strong>jando tras <strong>de</strong> sí un brillantísimo<br />

expediente. Casado con doña Emilia Alemany y Franco no tuvo <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia.<br />

Había sido con<strong>de</strong>corado con las Cruces <strong>de</strong> Carlos III, Isabel la<br />

Católica, San Hermenegildo, Mérito Militar y otras, algunas por méritos <strong>de</strong><br />

campaña en la segunda guerra carlista, habiendo sido herido en su primer<br />

hecho <strong>de</strong> guerra en Zaragoza. Prestó servicios en la Fábrica Nacional <strong>de</strong><br />

Armas <strong>de</strong> la Vega <strong>de</strong> Oviedo26. En 1887 ambos hermanos colaborarían en un<br />

trabajo titulado El General Cienfuegos, que habría <strong>de</strong> aparecer en la revista<br />

Memorial <strong>de</strong> Artillería, muerto Manuel27. Julio Somoza, por su parte, empren<strong>de</strong>rá estudios en Madrid y<br />

Segovia con la misma finalidad, pero no logró acabar la carrera. Él daría <strong>de</strong><br />

este fracaso la siguiente explicación: Fracasé por tres motivos: por mi estatura<br />

(1,60 m); por mi sor<strong>de</strong>ra (nativa e incorregible), y por mi <strong>de</strong>saplicación, que me arrastraba<br />

a los estudios histórico-literarios.<br />

Fue su sor<strong>de</strong>ra, a nuestro enten<strong>de</strong>r, el primer condicionamiento <strong>de</strong> su<br />

carácter. Al referirse a ella lo hacía con aparente humor: Todo me ha salido mal<br />

—dice— hasta el nacimiento, pues que vi la luz con una sor<strong>de</strong>ra total <strong><strong>de</strong>l</strong> oído<br />

izquierdo, y no oigo el violín, ni el canto <strong>de</strong> los pájaros, ni puedo percibir la voz ange-<br />

24 Libro <strong>de</strong> matrimonios <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón, A.M.G., año 1847, folio 1, partida 1.<br />

25 Libro <strong>de</strong> nacimientos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón, A. M. G., año 1847, folio 70 vuelto, partida<br />

nº 7.<br />

26 CONSTANTINO SUÁREZ, Escritores y Artistas Asturianos. Tomo VII. Edición <strong>de</strong> don José<br />

María Cachero, Oviedo, págs. 147 y s.<br />

27 Í<strong>de</strong>m. y Palau, T. ; pág. 504.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

lical <strong>de</strong> la divina Patti, ni la maravillosa voz <strong><strong>de</strong>l</strong> egregio Emilio Castelar28. Sin<br />

embargo, hay en esta frase un <strong>de</strong>jo <strong>de</strong> amargura. Y es que, en efecto, a lo largo<br />

<strong>de</strong> esta biografía confiamos ir <strong>de</strong>scubriendo qué motivos tuvo para afirmar<br />

<strong>de</strong> sí mismo que todo le había salido mal.<br />

Resulta fácil imaginarse a Julio niño sordo, algo más que distraído,<br />

introvertido, aislado, falto <strong>de</strong> relación social, con un sentimiento <strong>de</strong> ser diferente,<br />

siendo seguramente muchas veces objeto <strong>de</strong> burlas <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más niños.<br />

Claro que también este aislamiento ayudaba po<strong>de</strong>rosamente a <strong>de</strong>sarrollar el<br />

ambiente necesario para una total entrega a la labor investigadora. La vida<br />

entraba en Somoza más <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el libro que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la calle, más <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ojo que<br />

lee que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el oído que oye. Somoza fue un alma vuelta en sí, solitaria y<br />

aislada, y esto la causa <strong>de</strong> su genio y <strong>de</strong> su ingenio.<br />

Quienes conocieron sus <strong>de</strong>sgracias personales sabían disculparle. Y<br />

aun cuando no, todos los que se lamentaban <strong>de</strong> su carácter reconocían su<br />

mucha valía, e incluso algunos abogarán para que no se sacaran a relucir los<br />

<strong>de</strong>sabrimientos <strong>de</strong> su temperamento. Porque —hay que <strong>de</strong>cirlo, sí—, era don<br />

Julio impetuoso, dado al genio y a la crítica sañuda; presumía <strong>de</strong> lo que él<br />

calificaba <strong>de</strong> ruda franqueza <strong>de</strong> un asturiano. Y esto, que en la forma podía<br />

molestar y mucho, en el fondo no era sino la explosión <strong>de</strong> un alma sincera,<br />

apasionada, alejada <strong>de</strong> toda falsedad, doblez y ruindad. Era lo que se llama<br />

un hombre que tenía su pronto, pero a quien no faltaba nunca la capacidad <strong>de</strong><br />

pedir perdón ni la generosidad, como veremos a lo largo <strong>de</strong> esta biografía. De<br />

no haber habido en él una acusadísima sensibilidad hacia el sacrificio y la<br />

entrega generosa a los <strong>de</strong>más, la bondad <strong>de</strong>snuda, la nobleza <strong>de</strong> espíritu y la<br />

ingenuidad <strong>de</strong> carácter, no se hubiera fijado en <strong>Jovellanos</strong>, en quien supo <strong>de</strong>scubrir<br />

y apreciar todas estas cualida<strong>de</strong>s. No cabe duda que su pasión jovellanista<br />

nacía <strong>de</strong> su capacidad <strong>de</strong> admirar la nobleza <strong>de</strong> espíritu. Por eso supo<br />

ver e interpretar mejor que nadie la virtud <strong><strong>de</strong>l</strong> genio.<br />

De la infancia se nos escapa cuanto hizo. Gijonés <strong>de</strong> nacimiento, la<br />

provi<strong>de</strong>ncia no le negaría a él, el más jovellanista <strong>de</strong> sus hijos, la honra <strong>de</strong><br />

educarse en el Real Instituto que fundara <strong>Jovellanos</strong>. Es verdad que no consta<br />

su nombre en la lista <strong>de</strong> quienes terminaron Náutica o Cálculo, pero sí<br />

sabemos que estudió las enseñanzas <strong>de</strong> Industriales, precisamente las más<br />

acor<strong>de</strong>s con el pensamiento <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, pues en 1906 la prensa recogerá la<br />

creación <strong>de</strong> la Asociación <strong>de</strong> Antiguos Alumnos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, apareciendo<br />

nombrado como representante <strong>de</strong> las enseñanzas industriales29. No sabemos<br />

a qué edad la poco estable profesión <strong><strong>de</strong>l</strong> padre llevó al parecer a la familia a<br />

28 Citado por Constantino Suárez, op. cit., pág. 142.<br />

29 El Comercio, 25 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1906.<br />

25


26<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Galicia y <strong>de</strong> ahí que algunos pensasen que había nacido en El Ferrol 30. De<br />

todas las maneras, no creemos que fuera muy larga esta ausencia, pues al<br />

menos en 1860 parece que estaba en Gijón 31. Allí tendría ocasión <strong>de</strong> conocer<br />

a su familia paterna, <strong>de</strong> un antiguo linaje nacido <strong><strong>de</strong>l</strong> matrimonio que en 1650<br />

contrajeron el hidalgo gallego don Antonio Somoza Valcárcel, y doña<br />

Gerónima <strong>de</strong> Montsoriú Centelles y Acuña, <strong>de</strong> vieja familia levantina.<br />

3.— Los Montsoriú<br />

Aficionado como fue don Julio Somoza a la genealogía y heráldica,<br />

no es extraño que nos <strong>de</strong>jara el árbol genealógico <strong>de</strong> su propia familia.<br />

Gracias al cuadro que <strong>de</strong>jó realizado hemos podido conocer su ascen<strong>de</strong>ncia<br />

materna; correspon<strong>de</strong> hablar ahora <strong>de</strong> la paterna para po<strong>de</strong>r enten<strong>de</strong>r el uso<br />

que hizo <strong>de</strong> sus apellidos32. Lo primero que llama la atención <strong>de</strong> su árbol<br />

genealógico es que estamos ante una familia poco prolífera. Sus abuelos<br />

paternos habían tenido cinco hijos: Amalia, Josefa, Juana, Andrés y José, el<br />

padre <strong>de</strong> Julio. Sólo tuvieron familia los varones; el primero, una hija llamada<br />

Dolores Somoza Montsoriú y Santillana, que no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia; y el<br />

segundo, a Manuel y Julio, <strong><strong>de</strong>l</strong> que sólo el segundo tendrá <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia,<br />

según dijimos. Pero es que, a<strong>de</strong>más, esta línea fue la única que perduró <strong>de</strong> las<br />

cuatro ramas pertenecientes al tronco <strong>de</strong> Somoza Montsoriú Centelles. Ya<br />

veremos cómo el propio Julio Somoza tuvo una hija que le premurió. Con lo<br />

que con él se terminará la rama <strong>de</strong> los Somoza Montsoriú.<br />

Entre los ascendientes <strong>de</strong> Somoza <strong>de</strong>staca don Francisco Somoza<br />

Montsoriú y Pardo <strong>de</strong> Andra<strong>de</strong>, muerto en 1809, que había sido Abogado <strong>de</strong><br />

la Real Audiencia <strong>de</strong> La Coruña, representante <strong>de</strong> la misma ciudad en la<br />

Junta <strong><strong>de</strong>l</strong> Reino y miembro <strong>de</strong> la R. S. Económica <strong>de</strong> Santiago. Fue uno <strong>de</strong> los<br />

más genuinos representantes <strong>de</strong> la generación <strong>de</strong> Campomanes, cristalizada<br />

en torno a los años sesenta <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVIII y compuesta por hombres influen-<br />

30 Si tenemos en cuenta que tuvo trato y conoció a su abuela que murió en 1861, cuando él<br />

tenía trece años, edad por otra parte a la que más o menos venían a comenzarse los estudios<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, hace posible fijar en ésta la fecha máxima <strong>de</strong> su salida <strong>de</strong> Gijón.<br />

31 En su artículo El libro <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Labra, recogido en Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana, pág. 96, leemos:<br />

Si hubiera conocido el Sr. Labra el Gijón <strong>de</strong> 1860, ¡gran Dios la que nos esperaba! Luego en<br />

esa fecha parece que todavía vivía en su ciudad natal. Por otra parte, no parece que volviera<br />

a ausentarse, pues en Gijón en la historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> señala que en 1865 presenció<br />

el <strong>de</strong>rribo <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Rato, la apertura <strong>de</strong> zanjas para los cimientos <strong><strong>de</strong>l</strong> actual<br />

Consistorio, y el arreglo <strong><strong>de</strong>l</strong> pavimento <strong>de</strong> la Plaza Mayor. (Op. cit., pág. 425).<br />

32 Tanto el cuadro genealógico materno como paterno figura en el Archivo Histórico <strong>de</strong> la<br />

FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Pedro Hurlé. De estos originales hay<br />

fotocopias en la Biblioteca Asturiana <strong><strong>de</strong>l</strong> P. Patac.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

ciados, principalmente, por lo i<strong>de</strong>ales <strong><strong>de</strong>l</strong> reformismo <strong>de</strong> Campomanes. Fue<br />

entusiasta <strong>de</strong> las reformas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba: llamamiento a nobles y monasterios<br />

para que inviertan sus rentas en fábricas bien or<strong>de</strong>nadas. Fue un excelente<br />

observador <strong>de</strong> la realidad gallega <strong>de</strong> su tiempo33. Su hermano Joaquín, bisabuelo <strong>de</strong> Julio Somoza, tuvo un importante<br />

papel en la guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Se da así la coinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que un<br />

abuelo y un bisabuelo <strong>de</strong> Somoza <strong>de</strong>sempeñaron importantes comisiones en<br />

<strong>de</strong>fensa <strong><strong>de</strong>l</strong> trono <strong>de</strong> Fernando VII; a uno y a otro se les comisionaría para la<br />

obtención <strong>de</strong> alimentos y recursos, con la diferencia <strong>de</strong> que a Victoriano<br />

García Sala, por tierra, y a Joaquín Somoza Montsoriú, por mar. Ya que<br />

hemos hablado <strong><strong>de</strong>l</strong> primero, toca hacerlo <strong><strong>de</strong>l</strong> segundo.<br />

Es el propio Somoza quien con el cuidado y amor a la investigación<br />

que profesaba nos ha <strong>de</strong>jado copia <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> documentos relativos a su<br />

bisabuelo, hasta la fecha inéditos y que recopiló bajo el título: DOCUMEN-<br />

TOS / Oficiales y privados, relativos / a la expedición que llevó a cabo / el Brigadier<br />

<strong>de</strong> la Real Armada / don Joaquín Somoza <strong>de</strong> Montsoriú / y Pardo <strong>de</strong> Andra<strong>de</strong> / (1761<br />

†1811) / en la fragata PRUEBA, <strong>de</strong> su mando, / al Brasil, y posesiones <strong>de</strong> La Plata,<br />

/ en los años 1808, 1809 y 1810. / Copiados fielmente <strong>de</strong> los originales/ por su biznieto<br />

/ don Julio Somoza <strong>de</strong> Montsoriú / y García Sala. / En Gijón: año 187834. Estallada la guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, don Joaquín Somoza, que se<br />

había distinguido como marino entre otros en el famoso combate <strong>de</strong><br />

Trafalgar, pi<strong>de</strong> a la Junta Suprema <strong><strong>de</strong>l</strong> Reino <strong>de</strong> Galicia su incorporación<br />

voluntaria a los cuatro Batallones <strong>de</strong> Marina, <strong>de</strong>stinados al Ejercito <strong>de</strong><br />

Campaña. Uno <strong>de</strong> sus hermanos, Fernando, expiró a manos <strong>de</strong> los franceses;<br />

él está dispuesto a imitarle. Así lo manifiesta en su instancia en la que aña<strong>de</strong>:<br />

“Mi honor me convida a la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la Patria, a la gloria e interés <strong>de</strong> mi<br />

esposa e hijos” 35.<br />

Teniendo en cuenta sus méritos, servicios y valor acreditado es nombrado<br />

Segundo Comandante <strong>de</strong> los cuatro batallones <strong>de</strong> Marina el 23 <strong>de</strong><br />

junio <strong>de</strong> 1808, y más tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>stinado al mando <strong>de</strong> la fragata PRUEBA, a la<br />

misión <strong>de</strong> procurar recursos para los ejércitos <strong>de</strong> Fernando VII. Llega primero<br />

a Inglaterra, al puerto <strong>de</strong> Plymouth, y luego al Brasil, al <strong>de</strong> Río <strong>de</strong> Janeiro.<br />

Allí es forzado a una entrevista con la Infanta <strong>de</strong> España doña Carlota<br />

33 Somoza <strong>de</strong> Montsoriú, Francisco. “Gran Enciclopedia Gallega”; pág. 228.<br />

34 La fecha está corregida, podría ser 1898. Forman un total <strong>de</strong> 118 documentos <strong>de</strong> todo<br />

tipo: ór<strong>de</strong>nes, informes reservados, cartas privadas, partes oficiales, etc. Ocupan un total<br />

<strong>de</strong> 206 páginas tipo cua<strong>de</strong>rnillo, cuadriculadas, con una caligrafía impecable, y encua<strong>de</strong>rnadas<br />

en un volumen junto con otra importante copia: Historia <strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

Posee esta documentación, tan importante para la Historia <strong>de</strong> España, don Francisco <strong>de</strong><br />

Borja Bordíu Cienfuegos-<strong>Jovellanos</strong>, que amablemente nos la ha franqueado.<br />

35 Doc. I.<br />

27


28<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Joaquina, hermana <strong>de</strong> Fernando VII, que pretendía servirse <strong>de</strong> la fragata para<br />

pasar a Montevi<strong>de</strong>o, en sus maquinaciones para hacerse con el trono <strong>de</strong><br />

España, a cuya Corona se sentía con <strong>de</strong>recho, ante la falta <strong>de</strong> su hermano<br />

Fernando VII. Lejos <strong>de</strong> abrazar esta causa y <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>ciendo las pretendidas<br />

ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> la Infanta, por “consi<strong>de</strong>rarlo contrario al Real Servicio y a la<br />

Patria, y por correspon<strong>de</strong>r sólo esta Fragata al Señor don Fernando Séptimo,<br />

nuestro amado soberano”, dio ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> dar vela al primer viento favorable36.<br />

A pesar <strong>de</strong> estar bien acreditado el apellido Somoza Montsoriú,<br />

como perteneciente a su línea paterna, y haberlo usado su padre, sin embargo,<br />

se ha dicho que no le correspondía el Montsoriú, que se apellidaba<br />

Somoza <strong>de</strong> Montsoriú sin serlo. Lo cierto es que su primer trabajo jovellanista<br />

lo firmará con los apellidos Somoza <strong>de</strong> Montsoriú. Sus ascendientes los utilizaron<br />

como apellido compuesto y es <strong>de</strong> imaginar que por eso tanto su hermano<br />

como él querrían conservarlos, pues los utilizarían en sus tarjetas,<br />

sellos y <strong>de</strong>más signos <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación. Ahora bien, si nos aten<strong>de</strong>mos estrictamente<br />

a la anotación <strong>de</strong> nacimiento, como a la <strong>de</strong> matrimonio <strong>de</strong> los<br />

padres, no aparecen sino el Somoza y el García sin más añadidos. Pero esta<br />

circunstancia no impi<strong>de</strong> que <strong>de</strong>jase <strong>de</strong> pertenecerle el Montsoriú y el Sala.<br />

Quizá no se pusieron por falta <strong>de</strong> espacio.<br />

Con el apellido Somoza <strong>de</strong> Montsoriú or<strong>de</strong>nará imprimir una especie<br />

<strong>de</strong> timbre <strong>de</strong> cartas, que representa una estela romana en la que se lee, distribuida<br />

en siete líneas, la siguiente leyenda: IVL. SOMOZA — MONTSORIU<br />

— C. ACAD. HIST. — CRON. GEGION — III VIR A. A. A. F. F. — AET. S. LX<br />

— MCMVIII. Como muy bien dice Pedro Hurlé, no necesita traducción, pero<br />

no obstante la daremos: “Julio Somoza <strong>de</strong> Montsoriú correspondiente <strong>de</strong> la<br />

Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia, Cronista <strong>de</strong> Gijón, a la edad <strong>de</strong> sesenta años. 1908”.<br />

Las siglas III VIR A.A.A.F.F. correspon<strong>de</strong>n a los antiguos “monetarios” romanos<br />

y están relacionadas con las aficiones numismáticas <strong>de</strong> don Julio37. Parece<br />

ser que empleaba con frecuencia la expresión latina aetatis suae para <strong>de</strong>cir su<br />

edad, pues al reverso <strong>de</strong> una fotografía suya, adquirida por el <strong>Foro</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, figura <strong>de</strong> este modo su edad y no la fecha, que por otra parte nos<br />

parece hubiese sido más natural.<br />

36 Doc. XIV.<br />

37 HURLÉ MANSO, Pedro. En torno a don Julio Somoza. Una explicación casi necesaria. El<br />

Comercio, 8 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1954.


30<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

En la parte superior figura la esvástica, pero no <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego con el<br />

significado que habría <strong>de</strong> tener muchos años más tar<strong>de</strong>. No tiene más significado<br />

que el meramente arqueológico, ya que es un símbolo que aparece,<br />

entre otros, en la cerámica numantina y en las lápidas <strong>de</strong> los cántabros. Hace<br />

por tanto referencia a su naturaleza asturiana (cántabra en tiempos <strong>de</strong><br />

Roma). Hizo varios mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os, en algunos aña<strong>de</strong> su tercer nombre <strong>de</strong> pila:<br />

VICT., y en todos aparece la esvástica.<br />

Lo curioso es que a pesar <strong>de</strong> emplear papel con este membrete, firmará<br />

sus cartas como Somoza García-Sala38. ¿Mandó imprimir la estela latina<br />

porque pensaba enterrar a Montsoriú? ¿O fue que alguien le advirtió qué<br />

sé yo sobre su apellido? 39 No se sabe. No <strong>de</strong>scartamos una posible obsesión<br />

por la vejez y la muerte, pues en carta a Menén<strong>de</strong>z Pelayo, con quien usó <strong>de</strong><br />

este membrete, le hace fijarse en él <strong>de</strong> esta manera: Ya estoy viejo (vid. la estela<br />

funeraria <strong><strong>de</strong>l</strong> introito).<br />

El humor y la burla <strong>de</strong> sí mismo, a veces incluso humor negro, fue<br />

una constante <strong>de</strong> su carácter. De ahí que firmase algunas <strong>de</strong> sus cartas con<br />

expresiones tan peregrinas como estas: Giulio (<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un suyo “caro<br />

amico” o sin más, a su amigo Calixto Alvargonzález); o Julio César, Imperator<br />

Pontífice, Padre <strong>de</strong> la Patria, y otras zarandajas. Es muy seguro que alguno <strong>de</strong><br />

sus primeros artículos los firmó con seudónimo, como por ejemplo con el <strong>de</strong><br />

Don Diego <strong>de</strong> Noche en aquel artículo titulado Des<strong>de</strong> Piloña, que recoge en<br />

Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana40, pero lo que más abunda son las siglas J. S. Don<br />

Agapito González Ordóñez cuenta que al confeccionar el padrón municipal<br />

<strong>de</strong> 1940, don Julio Somoza se permitió “la pequeña coquetería <strong>de</strong> hacer constar<br />

su segundo apellido como Garcíasala” 41.<br />

38 Una carta con estela-membrete dirigida a su amigo A. Ricardo Rodríguez, así como<br />

varios dibujos coloreados que representan restos arqueológicos con la inscripción latina, se<br />

encuentran entre los Fondos pertenecientes a Pedro Hurlé <strong><strong>de</strong>l</strong> Archivo Histórico <strong>de</strong> la<br />

FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, 50/1. Pedro Hurlé en su artículo anteriormente citado<br />

omite el <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> la esvástica, sin duda para evitar malentendidos. Por nuestra parte está<br />

claro que en 1908, cuando Somoza lo incorpora a su membrete, no tiene nada que ver con<br />

el fascismo alemán.<br />

39 Esta parece ser la opinión <strong>de</strong> Emilio Marcos Vallaure, quien afirma que tuvo problemas<br />

con el apellido porque hubo quien se lo puso en duda.<br />

40 No todos los artículos recogidos en esta obra son <strong>de</strong> Julio Somoza; no lo es por ejemplo<br />

el titulado: Dibujos Originales. Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, firmado por ARVERIS, seudónimo <strong>de</strong><br />

don Eduardo Guilmaín (págs. 185 y ss.).<br />

41 Y aña<strong>de</strong> don Agapito: “Y que no es un error <strong><strong>de</strong>l</strong> pendolista, al confeccionar el padrón,<br />

vistas las hojas <strong>de</strong> <strong>de</strong>claración firmadas por los interesados, puedo garantizárselo. Porque<br />

el pendolista era yo”. (Somoza, en Cartas al Director, El Comercio, 19 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1998).


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

4.— Las primeras publicaciones en prensa<br />

Ya adulto regresaría a su villa natal. Sería a raíz <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>stronamiento<br />

<strong>de</strong> Isabel II por La Gloriosa42, siendo muy posible que viviese en Gijón los<br />

acontecimientos que siguieron a la revolución. Así nos lo da a enten<strong>de</strong>r en su<br />

artículo: El libro <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Labra, cuando hace en primera persona una <strong>de</strong>scripción<br />

muy viva <strong>de</strong> aquellos acontecimientos en Gijón. El pasaje está lleno <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sencanto, pues Julio Somoza era un convencido, aunque no militante,<br />

republicano:<br />

“Y mientras tanto, pueblo, ten un poco <strong>de</strong> paciencia, ten calma;<br />

pronto los acontecimientos traerán a tus manos ¡ese fusil! como garantía <strong>de</strong><br />

tus <strong>de</strong>rechos. Las Cortes Constituyentes te lo darán; y si no lo dan, otros se<br />

encargarán <strong>de</strong> hacerlo”. ¡Bonito modo <strong>de</strong> propagar la Democracia! ¿Verdad?<br />

¿Y sabe Vd. lo que sucedió <strong>de</strong>spués? Que llegó el “suspirado” día y los<br />

<strong>de</strong>mócratas <strong>de</strong> Gijón capitaneados por A, B, y C, tuvieron “¡su fusil!” y su<br />

cartuchera, su uniforme y su ban<strong>de</strong>ra morada, emblema <strong>de</strong> la fe<strong>de</strong>ración<br />

republicana, en el centro <strong>de</strong> la cual aparecía don Pelayo.— “¡Don Pelayo! el<br />

fundador <strong>de</strong> la monarquía visigoda conduciendo al combate las huestes<br />

republicanas que habían echado por el suelo el trono <strong>de</strong> cien reyes”. La cosa<br />

no paró aquí, sino que el día <strong><strong>de</strong>l</strong> peligro, el día <strong>de</strong> la prueba para la institución<br />

revolucionaria, los héroes <strong>de</strong> la víspera, se agruparon en torno <strong>de</strong> la<br />

morada enseña, y juraron..., una porción <strong>de</strong> tonterías. Al día siguiente, el<br />

Jefe militar <strong>de</strong> la plaza les pasó una or<strong>de</strong>n diciendo que en el improrrogable<br />

término <strong>de</strong> veinticuatro horas fuesen a entregar el chirimbolo mortífero bajo<br />

los arcos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento, pues <strong>de</strong> lo contrario no daban un cuarto por su<br />

pellejo. Y como la mayor parte eran padres <strong>de</strong> familia, hombres honrados y<br />

buenos trabajadores, y muchos <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong> noble y esforzado corazón, pero no<br />

<strong>de</strong> armas tomar, y como por otra parte inspirábales violenta antipatía la<br />

señora <strong>de</strong> la guadaña y <strong><strong>de</strong>l</strong> reloj <strong>de</strong> arena, acudieron a la cita con puntualidad<br />

amatoria, y entregaron la espingarda, ¡eso sí! unos lloraban, otros se<br />

abrazaban a la adorada prenda, y muchos, en arrebato heroico digno <strong>de</strong> los<br />

tiempos helénicos, cogían el fusil y lo estrellaban contra las pilastras, diciéndole<br />

por vía <strong>de</strong> responso una porción <strong>de</strong> inocentadas. Así terminó uno <strong>de</strong> los<br />

episodios <strong>de</strong> aquella época en que se interpretaba la <strong>de</strong>mocracia por el prisma<br />

<strong>de</strong> la fuerza y en que el pueblo se comprometía <strong>de</strong>sviado <strong>de</strong> la senda pacífica<br />

por don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bía ir. Es <strong>de</strong>cir, resumiendo: que si se hubiese tratado <strong>de</strong> las<br />

po<strong>de</strong>rosas palancas <strong><strong>de</strong>l</strong> entusiasmo que se llaman “patria e in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia”,<br />

estos honrados ciudadanos hubieran sabido ser héroes o mártires como lo<br />

fueron sus abuelos; pero las miserias políticas no tienen, ni es lógico que ten-<br />

42 Así se <strong>de</strong>duce <strong><strong>de</strong>l</strong> Padrón Municipal <strong>de</strong> 1900, en el que en la casilla que señala el tiempo<br />

<strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia aparece la <strong>de</strong> 30 años. A. M. G.<br />

31


32<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

gan en pueblos sensatos y tranquilos, la misma fuerza que los gran<strong>de</strong>s i<strong>de</strong>ales<br />

<strong>de</strong> la Humanidad 43.<br />

Con Julio vendría toda la familia, pues consta que su hermano vivía<br />

también en Gijón por estas fechas, pues por su afición al dibujo y al pasado,<br />

nos ha <strong>de</strong>jado una reproducción <strong>de</strong> la antigua capilla <strong>de</strong> Begoña, en la que<br />

aparecen los restos <strong>de</strong> las fortificaciones; dibujo que está fechado en 1872 44.<br />

El 14 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1873 se constituía en Gijón el primer<br />

Ayuntamiento republicano que va a acordar la aparición <strong>de</strong> un periódico oficial<br />

don<strong>de</strong> se recogerán, entre otras noticias, sus propios acuerdos. Su aprobación<br />

fue muy movida, porque evi<strong>de</strong>ntemente quedaba en entredicho el<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> libertad <strong>de</strong> expresión si el periódico se convertía en el periódico<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento. Se eligió un periódico que venía publicándose los jueves<br />

y sábados <strong>de</strong> cada semana: El Municipio Fe<strong>de</strong>ral. Lo dirigía don Genaro<br />

Junquera y Pla, quien <strong>de</strong>ja poco <strong>de</strong>spués el cargo, que pasa a ocupar don<br />

Eladio Carreño. Pues bien, Julio Somoza será el Administrador <strong>de</strong> esta publicación<br />

oficial45. En julio <strong>de</strong> 1873 publica en uno <strong>de</strong> los periódicos <strong>de</strong> la localidad un<br />

artículo en el que indicaba la conveniencia <strong>de</strong> sustituir los nombres <strong><strong>de</strong>l</strong> santoral<br />

callejero con otros más característicos y en armonía con las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> la<br />

época46. En este artículo nos señala cuál era la calle en don<strong>de</strong> vivía: Empezaré<br />

por mi calle (que tanto es mía como <strong><strong>de</strong>l</strong> vecino) llamada “<strong>de</strong> los Moros” 47. También<br />

en sus primeras colaboraciones cultivó el verso, como en el poema titulado<br />

Begoña o el más divertido <strong>de</strong> La Casa <strong><strong>de</strong>l</strong> Duen<strong>de</strong> don<strong>de</strong> cuenta una leyenda,<br />

más bien cuento, ambientada en tiempos <strong>de</strong> Felipe IV, año 1654, ocurrida en<br />

el número 26 <strong>de</strong> la calle <strong><strong>de</strong>l</strong> Rastro (hoy Linares Rivas), a la que llamaban Casa<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Diablo, sin duda por su tétrico aspecto48. Sus intervenciones en la prensa pronto habrían <strong>de</strong> poner <strong>de</strong> manifiesto<br />

el pronto que tanta fama le habría <strong>de</strong> dar <strong>de</strong> hombre controvertido y polémico.<br />

El 13 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1876, año <strong><strong>de</strong>l</strong> nacimiento <strong>de</strong> su hija, publicaría<br />

Somoza en El Productor Asturiano un artículo titulado: Un conflicto probable o un<br />

peligro posible, que como su título auguraba, daría lugar a un conflicto que llegaría<br />

a los tribunales. El autor lo publicaría años más tar<strong>de</strong> en Cosiquines <strong>de</strong> la<br />

mió Quintana, y reseñaría en nota <strong>de</strong>tallada sus principales trámites, tanto en<br />

43 Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana; págs. 90 y 91.<br />

44 Se conserva este importante documento entre los fondos <strong>de</strong> Pedro Hurlé <strong><strong>de</strong>l</strong> Archivo<br />

Histórico <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, 51/3.<br />

45 ALONSO BONET, Joaquín. Pequeñas Historias <strong>de</strong> Gijón. (Del archivo <strong>de</strong> un periodista).<br />

Gijón, 1969; pág. 234.<br />

46 Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana; pág. 18. Se ignora cuál fuera el periódico.<br />

47 Í<strong>de</strong>m. pág. 17.<br />

48 Í<strong>de</strong>m. págs. 137 y s; y 275 y ss., respectivamente.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

vía judicial como administrativa, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la proposición al Ayuntamiento para<br />

que <strong>de</strong>nunciara el artículo por injuria y calumnia, proposición que fue aprobada<br />

al día siguiente, hasta el 16 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1877 en que la Audiencia resolvió el<br />

recurso aceptando el auto <strong>de</strong> sobreseimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Juez <strong>de</strong> primera instancia.<br />

Denunciaba Somoza el estado <strong>de</strong> las calles, la carencia <strong>de</strong> aguas, <strong>de</strong><br />

las condiciones <strong><strong>de</strong>l</strong> mata<strong>de</strong>ro con crítica hacia el hecho <strong>de</strong> haber <strong>de</strong>rrumbado<br />

el que se estaba construyendo en el muro, por las ruinda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestras pasiones<br />

políticas, etcétera. Resulta curioso saber en nuestros días que arremetiera<br />

contra la construcción <strong>de</strong> edificios con pisos elevados; que propusiera que no<br />

se consintiera construcción alguna que no sea con sujeción al plano general,<br />

ni se permitieran arquitecturas churriguerescas, ni menos tolerar avances o<br />

<strong>de</strong>sviaciones <strong>de</strong> las rectas <strong>de</strong> nivel. En <strong>de</strong>finitiva, un magnífico artículo en el<br />

que se proponían también mejoras públicas, como la necesidad <strong><strong>de</strong>l</strong> reloj <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto cuya suscripción había quedado paralizada, el establecimiento <strong>de</strong><br />

un nuevo cementerio, el embellecimiento <strong>de</strong> Begoña y Campos Elíseos, etcétera.<br />

Sí, no solo los tribunales, cualquier lector daría la razón al autor, que<br />

actuaba movido por el mejor celo hacia el progreso y mejora <strong>de</strong> su villa natal.<br />

Es muy probable que una <strong>de</strong> las primeras obras, por no <strong>de</strong>cir la primera,<br />

que movieron su espíritu curioso a la investigación gijonesa fuera la<br />

Historia <strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> Gijón <strong>de</strong> Estanislao Rendueles Llanos, que había visto la<br />

luz pública hacía cinco años. A ella se refiere y la cita con cariño en sus primeros<br />

artículos, cuando aún no se había convertido en un archivo viviente.<br />

Luego, más tar<strong>de</strong>, enriquecido por una extraordinaria <strong>de</strong>dicación y estudio,<br />

podrá permitirse el lujo <strong>de</strong> criticar sus si no abundantes errores al menos sus<br />

afirmaciones un tanto gratuitas49. Pero <strong>de</strong> momento, creemos que Somoza<br />

<strong>de</strong>be mucho a esta obra, pues a través <strong>de</strong> ella se iniciaría en el conocimiento<br />

<strong>de</strong> Gijón y <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

Llevaba don Julio unos años escribiendo sobre Gijón, cuando en<br />

noviembre <strong>de</strong> 1878, recién aparecido El Comercio50, publicó su primer artículo<br />

jovellanista <strong><strong>de</strong>l</strong> que tenemos noticia: Diarios <strong><strong>de</strong>l</strong> señor don Gaspar <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> (1790-1801). A la publicación <strong>de</strong> esta serie <strong>de</strong> cuatro artículos, siguió<br />

una carta al Director don<strong>de</strong> encontramos las primeras inquietu<strong>de</strong>s, o mejor<br />

dicho sus primeros pasos en torno a Jovino. Curiosamente su obra póstuma<br />

y el legado más preciado que <strong>de</strong>je a la Historia será su edición <strong>de</strong> tan mara-<br />

49 Hemos oído <strong>de</strong>cir que Rendueles Llanos se casó con una joven <strong>de</strong> la que Somoza estaba<br />

enamorado y ésta sería la causa <strong>de</strong> su cambio <strong>de</strong> opinión. Sin embargo, los argumentos con<br />

que por ejemplo se opone a la afirmación <strong>de</strong> Rendueles Llanos <strong>de</strong> que San Torcuato era<br />

asturiano y tal vez gijonés, no nos parecen nada <strong>de</strong>spreciables. (Por otra parte, pue<strong>de</strong> verse<br />

sobre este asunto, el trabajo <strong>de</strong> don Marino <strong>de</strong> Busto: Cábalas sobre si el gijonés Torcuato evangelizó<br />

a Carreño).<br />

50 El Comercio apareció el 2 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1878.<br />

33


34<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

villosa obra, porque hoy, <strong>de</strong>saparecidos (o perdidos, como quieren algunos)<br />

los manuscritos <strong>de</strong> los Diarios, sólo nos queda lo que él copió 51. El interés por<br />

encontrar y leer el Diario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, le llevará a consultar las ediciones <strong>de</strong><br />

Mellado, Riva<strong>de</strong>neyra y Linares. Será su primer contacto con las obras <strong>de</strong><br />

don Gaspar.<br />

5.— El magisterio <strong>de</strong> Juan Junquera Huergo<br />

Y como había en Gijón quienes se preocupaban por velar por el pasado<br />

<strong>de</strong> la villa, manteniendo la antorcha <strong><strong>de</strong>l</strong> jovellanismo, a ellos acudirá sin<br />

duda. Les encontrará en el Instituto, ¿dón<strong>de</strong> si no? De este centro, <strong>de</strong> su archivo,<br />

habían salido muchísimas copias <strong>de</strong> los manuscritos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> para la<br />

edición que Cándido Nocedal había publicado en 1858. Se <strong>de</strong>bían a la paciente<br />

labor <strong>de</strong> su Bibliotecario y Catedrático <strong>de</strong> Historia: don Juan Junquera<br />

Huergo, quien llegó a conocer perfectamente la letra <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. En esta<br />

tarea le ayudó el Catedrático <strong>de</strong> Mecánica y Director <strong><strong>de</strong>l</strong> Observatorio<br />

Meteorológico, Alonso Fernán<strong>de</strong>z Vallín. Las copias <strong>de</strong> los manuscritos <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> que estos dos profesores, antiguos alumnos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, contemporáneos<br />

<strong>de</strong> don Gaspar, realizaban, eran enviadas a Madrid por conducto<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> hijo <strong>de</strong> don Alonso, el insigne gijonés Acisclo Fernán<strong>de</strong>z Vallín, Consejero<br />

<strong>de</strong> Instrucción Pública, quien se encargaba <strong>de</strong> hacérselas llegar a Cándido<br />

Nocedal. A veces incluso en alguna ocasión ayudó también en la tarea <strong>de</strong><br />

copiar manuscritos una hija <strong>de</strong> don Alonso, Nieves Fernán<strong>de</strong>z Vallín52. 51 La carta apareció el 7 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1878, en primera página, precedida <strong>de</strong> una presentación<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> director <strong>de</strong> El Comercio, su amigo Calixto Alvargonzález. A todo ello nos referiremos<br />

en el capítulo <strong>de</strong> los Diarios. Como a<strong><strong>de</strong>l</strong>anto <strong>de</strong> su contenido damos el siguiente<br />

extracto:<br />

“Hace años leía con todo el <strong>de</strong>tenimiento posible la Historia <strong>de</strong> Gijón <strong><strong>de</strong>l</strong> malogrado<br />

Rendueles, y en la página 448 encontré la noticia, nueva para mí, <strong>de</strong> haber escrito el<br />

ilustrado gijonés, la friolera <strong>de</strong> nueve diarios que constaban <strong>de</strong> más <strong>de</strong> dos mil páginas, y<br />

correspondían con periodo bastante largo, no <strong>de</strong> sus moceda<strong>de</strong>s, sino <strong>de</strong> edad madura, o<br />

sea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los 46 a los 57 años, época en que, la madurez <strong>de</strong> su juicio, la experiencia <strong>de</strong> su<br />

vida, y la extensión <strong>de</strong> sus conocimientos, prometían al investigador gran copia <strong>de</strong> noticias<br />

<strong>de</strong> inmensa valía, ya para trazar su vida íntima, como para la mejor inteligencia <strong>de</strong> nuestra<br />

cultura y prosperidad en aquellos días.<br />

Como Rendueles en su obra extracta con frecuencia cartas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y la<br />

colección más extensa que conozco está en la edición <strong>de</strong> don Ramón Cañedo, supuse que<br />

encontré la fuente <strong>de</strong> semejante noticia; pero ni en éste, ni en las <strong>de</strong> Mellado, Riva<strong>de</strong>neyra<br />

y Linares pu<strong>de</strong> tropezar con los Diarios, lo cual me hacía sospechar si se habían perdido”.<br />

52 Cándido Nocedal <strong>de</strong>jó testimonio <strong>de</strong> su agra<strong>de</strong>cimiento a Junquera Huergo y Alonso<br />

Fernán<strong>de</strong>z Vallín mediante notas al pie <strong>de</strong> página. Véanse especialmente las págs.: 311, 321,<br />

326, 376, 379, 512, 525, 526 y 528 <strong><strong>de</strong>l</strong> volumen II <strong>de</strong> las Obras publicadas e inéditas <strong>de</strong> don<br />

Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. B.A.E. T. L, volumen II. Madrid, 1952.


36<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Si es cierto lo que Somoza dice (y no hay por qué no creerlo), que leyó<br />

con todo el <strong>de</strong>tenimiento posible la Historia <strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> Gijón <strong>de</strong> Rendueles, pudo<br />

tener noticia a través <strong>de</strong> ella <strong>de</strong> estos dos jovellanistas, a quienes el historiador<br />

gijonés en sus Dos palabras al lector les <strong>de</strong>dica estos párrafos: “También<br />

<strong>de</strong>bemos pagar en este sitio recuerdo <strong>de</strong> gratitud a nuestros ilustrados amigos<br />

los señores don Juan Junquera Huergo y don Alonso Fernán<strong>de</strong>z Vallín,<br />

que facilitándonos curiosas notas y documentos, contribuyeron a la mayor<br />

amenidad e interés <strong>de</strong> esta historia” 53.<br />

Así pues, no hay duda que consultaría con tan importantes eruditos<br />

sus inquietu<strong>de</strong>s investigadoras. E incluso mantendrá con Juan Junquera<br />

Huergo una entrañable amistad, nacida sin duda <strong>de</strong> la admiración y <strong>de</strong> la<br />

semejanza <strong>de</strong> vocación. Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que Juan Junquera Huergo es el primer<br />

jovellanista <strong>de</strong> la historia. Nacido en 1804, en La Reboría, parroquia <strong>de</strong><br />

San Andrés <strong>de</strong> los Tacones (Gijón), pudo tener algún recuerdo infantil <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, por ejemplo <strong>de</strong> su apoteósica llegada <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>stierro, o <strong>de</strong> la noticia<br />

<strong>de</strong> su muerte, o <strong><strong>de</strong>l</strong> traslado <strong>de</strong> sus restos.<br />

Consagró su saber, que era mucho, a la historia <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, <strong>de</strong> Gijón<br />

y <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. A los dieciocho años era Profesor auxiliar <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto54. Estudió la carrera <strong>de</strong> leyes en Oviedo. En 1845 es nombrado profesor interino<br />

<strong>de</strong> Geografía e Historia, cuya cátedra adquiriría en 1856 y que ocupó hasta<br />

su jubilación. Fue tres meses bibliotecario, y también un tiempo para que las<br />

enseñanzas <strong>de</strong> aplicación al Comercio no quedaran <strong>de</strong>samparadas impartió<br />

Economía Política y Derecho Mercantil55. En el tiempo en que llega Somoza<br />

a Gijón acababa <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar la Dirección interina <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto y ocupaba el cargo<br />

<strong>de</strong> Vicedirector.<br />

De Juan Junquera Huergo recibió Somoza el espaldarazo jovellanista,<br />

porque fue su maestro. Algunas i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Somoza ya habían sido planteadas<br />

por Junquera Huergo. Por ejemplo, en el nº 4 <strong>de</strong> El eco <strong>de</strong> Gijón <strong>de</strong> fecha<br />

7 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1861 había publicado un artículo en el que proponía la creación<br />

<strong>de</strong> una Biblioteca Asturiana que contuviese aquellas obras sobre historia civil,<br />

eclesiástica, natural, administración provincial y municipal, etc., al objeto <strong>de</strong><br />

conocer con exactitud y extensión <strong>de</strong>bidas la historia, gobierno, costumbres,<br />

po<strong>de</strong>río y riqueza <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Se trataría <strong>de</strong> “inmortalizar —leemos—, antes<br />

que el tiempo o el polvo o algún acontecimiento los consumiesen, los escri-<br />

53 RENDUELES LLANOS, Estanislao. Historia <strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> Gijón, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos más remotos<br />

hasta nuestros días. Gijón, 1867; pág. VII.<br />

54 Como profesor <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto figura inscrito en las milicias nacionales. A.M.G.<br />

Expedientes 1/1836; 4/1837; y 1/1840.<br />

55 MENÉNDEZ ACEBAL, Jesús. Memoria acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> estado <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong> Gijón,<br />

en el curso académico <strong>de</strong> 1878 a 1879. Gijón, 1879; pág. 7.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

tos <strong>de</strong> ilustres asturianos como Tirso <strong>de</strong> Avilés, Carballo, Trelles, Sota,<br />

Marañón <strong>de</strong> Espinosa, González Posada y otros”.<br />

La i<strong>de</strong>a fue recogida por el Porvenir <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, y más tar<strong>de</strong> por el<br />

Faro Asturiano, que anunció la aparición <strong>de</strong> una Gran Biblioteca histórica asturiana.<br />

De tal modo que en 1864 se hallaban publicadas Antigüeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong> por Carballo, y en 1866 la Historia <strong>de</strong> la Administración <strong>de</strong> justicia y <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

antiguo gobierno <strong><strong>de</strong>l</strong> principado <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> por el señor Sangrador y Vítores, el<br />

Viaje <strong>de</strong> Ambrosio Morales por <strong>Asturias</strong> y el Teatro eclesiástico <strong>de</strong> la Santa Iglesia<br />

<strong>de</strong> Oviedo por el maestro Gil González Dávila.<br />

No contento con tan pocos logros, publicó Junquera Huergo en el<br />

Norte <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, diario <strong>de</strong> Gijón, en primera página, dos nuevos artículos56 en<br />

los que insistía en que se publicasen más obras, y a<strong>de</strong>más se interesaba por que<br />

se publicasen las obras poéticas en bable (afición que compartía con su cuñado<br />

Teodoro Cuesta). En esta materia pedía una revisión: “De las obras poéticas en<br />

bable, o sea, en dialecto asturiano, hasta ahora publicadas, se nos permitirá<br />

<strong>de</strong>cir que carecen muchas <strong>de</strong> ellas <strong>de</strong> purezas <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje, pues se hallan plagadas<br />

<strong>de</strong> voces castellanas que <strong>de</strong>berían sustituirse con sus equivalencias asturianas,<br />

así como <strong>de</strong> una porción <strong>de</strong> modismos, terminaciones e inflexiones que<br />

no son los usados en <strong>Asturias</strong> y por lo que convendría corregirlas en este sentido<br />

antes <strong>de</strong> darlas a la prensa”. Y añadía: “Nosotros conocemos inéditas dos<br />

obras, un Ensayo sobre la gramática <strong><strong>de</strong>l</strong> dialecto asturiano y otra Diccionario asturiano-castellano<br />

que podrían acompañar a las poesías y servir <strong>de</strong> guía y estímulo<br />

a los aficionados a nuestro bable”. Estas dos obras inéditas eran suyas y una<br />

<strong>de</strong> ellas, la gramática, ha visto la luz pública en nuestros días57. Una muestra clara <strong><strong>de</strong>l</strong> cariño y admiración <strong>de</strong> Somoza hacia su maestro,<br />

son los rasgos biográficos con que le <strong>de</strong>scribe en carta al Sr. Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong><br />

la Comisión Organizadora <strong>de</strong> la Exposición <strong>de</strong> 1899 58, adjuntándole la reseña<br />

histórica o crónica <strong>de</strong> Gijón que el querido profesor escribiera en 1849: Era el<br />

Sr. Junquera Huergo, a la vez que persona afable y mo<strong>de</strong>stísima, muy apasionado por<br />

los estudios históricos y <strong>de</strong> erudición. En el Archivo municipal <strong>de</strong> esta Villa se conservan<br />

muchos volúmenes y libros <strong>de</strong> Acuerdos, acotados por él59, como igualmente en<br />

la sección <strong>de</strong> manuscritos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, que había hojeado con gran diligencia y aprovechamiento.<br />

Movíale en esta empresa el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> llevar a efecto una publicación <strong>de</strong><br />

carácter documental que sirviera <strong>de</strong> firme base para una buena Historia <strong>de</strong> Gijón. Y<br />

56 Aparecieron los días 31 <strong>de</strong> marzo y 1 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1868.<br />

57 La ha publicado la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Llingua.<br />

58 Gijón y la exposición <strong>de</strong> 1899. Gijón, 1899; págs. 31 y ss.<br />

59 Quien consulte las actas anteriores a 1880 verá los márgenes iluminados con notas <strong>de</strong><br />

diferente caligrafía y tinta, son <strong>de</strong> su puño y letra y facilitan enormemente la labor <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

investigador.<br />

37


38<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

sigue diciendo cómo el estudioso Catedrático se vio en la necesidad <strong>de</strong> suspen<strong>de</strong>r<br />

su Archivo General <strong>de</strong> Gijón o Colección <strong>de</strong> documentos para la historia estadística<br />

y topográfica <strong>de</strong> la Villa y concejo <strong>de</strong> Gijón, que había comenzado a publicar<br />

en 1851, por la indiferencia <strong><strong>de</strong>l</strong> público y la falta <strong>de</strong> apoyo. Sería esta otra<br />

i<strong>de</strong>a que habría <strong>de</strong> brindar a su discípulo.<br />

Cuando Somoza llega a Gijón, Junquera Huergo acababa <strong>de</strong> llevar a<br />

cabo una importante tarea en el Instituto como Director en funciones: la <strong>de</strong><br />

conservación <strong>de</strong> los bocetos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto (aquellas magníficas obras que<br />

habían pertenecido a <strong>Jovellanos</strong>) o, mejor dicho, la creación <strong><strong>de</strong>l</strong> Museo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto. En 1871, mejorando la i<strong>de</strong>a que cuatro años antes tuvo el Director<br />

don José Cienfuegos <strong>Jovellanos</strong>, mandó construir con fondos que había existentes<br />

<strong>de</strong> unas rentas pertenecientes a una casa que en aquella fecha poseía el<br />

Instituto, unos armarios, que cubrían las pare<strong>de</strong>s totalmente y los colocó resguardados<br />

por cristales, en una sala que medía 40 pies <strong>de</strong> largo por 17 <strong>de</strong><br />

ancho, una <strong>de</strong> las mejores aulas que tenía el establecimiento. Allí se podían<br />

ver aquellas obras instaladas en bastidores encintados, y sobre una mesa<br />

también podían verse algunos <strong>de</strong> ellos. Y así <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> verlos y conocerlos por<br />

vez primera nuestro aprendiz <strong>de</strong> jovellanista.<br />

Parece que en sus últimos años, y especialmente a raíz <strong>de</strong> su jubilación,<br />

Junquera Huergo se había convertido en un alma solitaria, a raíz <strong><strong>de</strong>l</strong> fracaso<br />

<strong>de</strong> su Archivo General, retirado —según nos dice Somoza— en Lloreda el<br />

tiempo que sus obligaciones en el Instituto le <strong>de</strong>jaban libres, empeñado en<br />

salvar <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido muchos <strong>de</strong> los papeles jovellanistas que aún hoy —en 1899— andan<br />

dispersos a los cuatro vientos. El 6 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1880, moría en Oviedo víctima<br />

<strong>de</strong> una fiebre tifoi<strong>de</strong>a. En reconocimiento <strong>de</strong> su labor, La Ilustración Gallega y<br />

Asturiana publicó su retrato en primera página60. Dejó muchos papeles jovellanistas:<br />

en cifra <strong>de</strong>sconocida, que sus here<strong>de</strong>ros no supieron distinguir ni conservar,<br />

y que en 1899 —sigue diciendo Somoza— yacen, o yacían hasta hace poco<br />

en un voluminoso saco, arrinconados en un molino <strong>de</strong> una al<strong>de</strong>a vecina, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> no<br />

pudimos rescatarlos61. En efecto, entre los documentos jovellanistas pertenecientes a la<br />

Biblioteca Pública <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong> Gijón, en su mayoría copias llevadas a cabo<br />

por Somoza, al frente <strong><strong>de</strong>l</strong> que titula: “Fragmento <strong>de</strong> un borrador <strong>de</strong> un diálogo<br />

sobre Economía Política” leemos:<br />

Este autógrafo fue encontrado a las 3 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> 2 <strong>de</strong> febrero <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

año 1898 en la calleja que baja <strong>de</strong> casa <strong>de</strong> Ablanedo (“La lechería”, en<br />

Ceares) a la “Pra<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> Viñao”, yendo en compañía <strong>de</strong> mi infeliz amigo,<br />

60 Fecha: 18 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1880. Aquel año acababa <strong>de</strong> publicar Julio Somoza su primer<br />

artículo en esta revista; pudo <strong>de</strong>berse a él la iniciativa <strong>de</strong> enviar el grabado <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro.<br />

61 Gijón y la exposición <strong>de</strong> 1899. Gijón, 1899; pág. 32.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Nemesio Martínez. El proceso <strong>de</strong> rastro e investigación fue largo, difícil y<br />

penoso. Perteneció a los Mss. que conservaba don Juan Junquera Huergo pa, en unión <strong>de</strong> un amigo, don Victoriano Sánchez (ambos Directores que fueron<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Rl. Instto. Asturiano) hacer una “edición <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>”<br />

anterior a la <strong>de</strong> Cañedo, <strong>de</strong> 1830. Los qe. poseía don Vno. Sánchez, los conservó<br />

su viuda, por más <strong>de</strong> 60 años. Y <strong>de</strong> ella pasaron a su sobrino,<br />

Alejandro Alvargonzález. Los <strong>de</strong> don Juan Junquera, quedaron en un cajón<br />

(o baúl), legados a su cuñado, el literato ovetense Teodoro Cuesta. Antes <strong>de</strong><br />

que llegaran a sus manos, los recogió el legatario So. Ablanedo. Éste, hombre<br />

iliterato e inculto, mandó el cajón al molino <strong>de</strong> Ceares, don<strong>de</strong>, abandonado,<br />

entre unos y otros, le dispersaron y malbarataron. El adjunto ms.<br />

envolvía restos <strong>de</strong> jabón, <strong>de</strong> las “jabonadoras” <strong>de</strong> la acequia <strong><strong>de</strong>l</strong> molino. Sic<br />

transit gloria mundi62. Sin duda se refieren a Juan Junquera Huergo y a sus muchos documentos<br />

que guardaba estas palabras <strong>de</strong> Somoza en prólogo a su obra<br />

Documentos para escribir la biografía <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>: Un gijonés <strong>de</strong> “antigua cepa”, a<br />

quien la versátil fortuna <strong>de</strong>paró valioso e interesantísimo caudal <strong>de</strong> manuscritos jovellanistas<br />

(muy superior en cifra al que poseyó el difunto Fuertes Acevedo) nos mostraba<br />

en voluminosos legajos, no sólo los escritos <strong><strong>de</strong>l</strong> gran Mecenas gijonés, Promotor<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> primer Instituto Español, sino también otro formidable ejército <strong>de</strong> documentos<br />

complementarios, que eran como la génesis, evolución, y síntesis, que aquilataban y<br />

esclarecían los <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro benemérito63. De entre tantos, algunos logró salvar Somoza, entre ellos la continuación<br />

<strong>de</strong> los Diarios, el que se escribió en el Castillo <strong>de</strong> Bellver. Lo cuenta<br />

así: En mayo <strong>de</strong> 1898 encontramos tirados en el fondo <strong>de</strong> una tienda los originales<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> “Diario” <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> en el castillo <strong>de</strong> Bellver (fragmento que empieza en 20 <strong>de</strong><br />

febrero <strong>de</strong> 1806 y se interrumpe en 24 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1807). La letra es <strong><strong>de</strong>l</strong> amanuense<br />

Manuel Martínez Marina, con interlineaciones y notas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Después <strong>de</strong><br />

copiado con toda fi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad lo <strong>de</strong>volvimos. Pertenecieron estos papeles a don Juan<br />

Junquera Huergo, fervoroso jovellanista64. Fue gran<strong>de</strong> la admiración <strong>de</strong> Somoza por su amigo Junquera<br />

Huergo. Lo admiraba incluso por sus obras no jovellanistas. Todavía en 1931<br />

recordaba a su maestro citándolo en el prólogo a la obra <strong>de</strong> Vicente Huici<br />

Miranda: Miscelánea <strong>de</strong> trabajos inéditos varios y dispersos <strong>de</strong> D. G. M. <strong>de</strong><br />

62 Documentos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>: Caja 2, VI.<br />

63 Pág. 11.<br />

64 Inventario <strong>de</strong> un jovellanista, pág. 130. En la pág. 291, sin embargo, dice. “El original perteneció<br />

a don Juan Junquera Huergo, y a la amabilidad <strong>de</strong> sus here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>bemos una<br />

copia”.<br />

39


40<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

<strong>Jovellanos</strong>65. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse, sin lugar a dudas, que la amistad entre Juan<br />

Junquera Huergo y Julio Somoza había sido un relevo. Los últimos años <strong>de</strong><br />

la vida <strong><strong>de</strong>l</strong> primero coinci<strong>de</strong>n con el nacimiento literario <strong><strong>de</strong>l</strong> segundo.<br />

Quitando los primeros ensayos y fogueos que comentaremos en el siguiente<br />

capítulo, la aparición <strong>de</strong> Somoza en revistas, sus primeras inquietu<strong>de</strong>s serias,<br />

como la formación <strong>de</strong> La Quintana, surgen a partir <strong>de</strong> 1880, año <strong>de</strong> la muerte<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> que po<strong>de</strong>mos llamar con toda propiedad su maestro, Juan Junquera<br />

Huergo: un hombre tan mo<strong>de</strong>sto que hoy, recuperado como bablista, sigue<br />

siendo olvidado como historiador, como cronista <strong>de</strong> Gijón y como el primer<br />

jovellanista <strong>de</strong> la historia.<br />

Hay unas páginas muy sentidas <strong>de</strong> Julio Somoza, en las que nos <strong>de</strong>scribe<br />

lo que bien pudo haber sido el relevo <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro y su bautismo jovellanista.<br />

Cuenta en ellas cómo su amigo y maestro le hizo entrega <strong>de</strong> documentos<br />

y manuscritos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y cómo él se los acercó a los labios. Dice así:<br />

Pero <strong>de</strong> sus escritos, unos olvidados, arrinconados otros, y algunos<br />

(¡<strong>de</strong>sagráviale, oh patria!) vendidos para envolver especias, yacían <strong>de</strong>sconocidos<br />

en gran número, en polvoriento, oscuro y azotado <strong>de</strong>sván.<br />

Excusar no po<strong>de</strong>mos, al llegar aquí, el justo aplauso al gijonés que<br />

los rescató, los robó al olvido, y los dio albergue; los preservó <strong>de</strong> nuevos<br />

daños y <strong>de</strong> futuras injurias, los vistió, y a fuerza <strong>de</strong> años y cuidados, los<br />

copió como mejor pudo, sin <strong>de</strong>scanso, ni estímulo, ni esperanza <strong>de</strong> logro; y<br />

un día, sin <strong>de</strong>cirnos por qué ni para qué, nos condujo a su casa, y los puso<br />

todos, así restaurados, ante nuestra atónita mirada y a nuestro libre arbitrio.<br />

(...) Y ¿lo diremos? Lo diremos, sí, aunque esta emoción <strong>de</strong> nuestro<br />

espíritu, que a nadie interesa, acuse una <strong>de</strong>bilidad momentánea: sobre<br />

aquellos papeles amarillentos y húmedos, sucios algunos, rotos muchos <strong>de</strong><br />

ellos, y abandonados a las injurias <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo, por el olvido y la ingratitud<br />

humanas, o sus tristes <strong>de</strong>stinos, posamos nuestros labios, como si aquel<br />

melancólico solitario fuera <strong>de</strong> nuestra sangre, y las injusticias con él cometidas,<br />

como propias nos dolieran, y sus angustias, <strong>de</strong>sfallecimientos y amarguras,<br />

repercutieran con intensa fuerza vibratoria en nuestro acongojado<br />

espíritu66. Así, con aquel beso, en aquel instante, había nacido el más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

los jovellanistas.<br />

65 HUICI MIRANDA, Vicente. Miscelánea <strong>de</strong> trabajos inéditos, varios y dispersos <strong>de</strong> D. G. M. <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>. Barcelona, 1931.<br />

66 Preliminar <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>: manuscritos inéditos, raros o dispersos... Nueva serie: con prólogo y<br />

un apéndice, refutando los falsos juicios y erróneas y gratuitas afirmaciones <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr.<br />

Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca. Madrid, 1913.


CAPÍTULO 2<br />

Los primeros afanes <strong>de</strong> un<br />

jovellanista<br />

1.— El “santo grial” jovellanista<br />

El día 2 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1878 aparecía en Gijón un nuevo diario, El<br />

Comercio, <strong><strong>de</strong>l</strong> que era socio fundador y Director don Claudio Alvargonzález<br />

Landau. Quiso el entonces mo<strong>de</strong>sto periódico recordar el aniversario <strong>de</strong> la<br />

muerte <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y para ello el 29 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1878 apareció en su<br />

primera página un artículo <strong>de</strong> Julio Somoza titulado: Diarios <strong><strong>de</strong>l</strong> señor don<br />

Gaspar <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> (1790-1801), que llevaba la siguiente presentación:<br />

“Hoy hace 67 años67, exhaló el último suspiro en el puerto <strong>de</strong><br />

Vega, el Ilustre <strong>Jovellanos</strong>, honra <strong>de</strong> España y orgullo <strong>de</strong> Gijón que<br />

tuvo la suerte <strong>de</strong> merecer su cuna.<br />

Al conmemorar tan triste suceso, no po<strong>de</strong>mos menos <strong>de</strong><br />

lamentar amargamente la pérdida <strong><strong>de</strong>l</strong> mo<strong>de</strong>sto sabio que tantos días<br />

<strong>de</strong> gloria dio a su nación.<br />

Poco conocido el trabajo que insertamos a continuación, y<br />

cuya copia <strong>de</strong>bemos a la amabilidad <strong>de</strong> nuestro querido amigo, el<br />

erudito bibliófilo Sr. D. Julio Somoza; creemos que lo verán con gusto<br />

nuestros lectores, puesto que ningún otro pue<strong>de</strong> traer a la memoria la vida<br />

íntima <strong><strong>de</strong>l</strong> eminente gijonés”.<br />

Es <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar que fuera ya consi<strong>de</strong>rado como el único que pudiera<br />

traer a la memoria la vida íntima <strong><strong>de</strong>l</strong> eminente gijonés. Lo que prueba que <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el primer momento se había entregado a la que será su principal vocación: la<br />

vida y la obra <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

67 Para Julio Somoza la fecha <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> fue el día 29 <strong>de</strong> noviembre y no el<br />

27 como señala Ceán Bermú<strong>de</strong>z. Más tar<strong>de</strong> cambiaría <strong>de</strong> opinión.


44<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Se trataba <strong><strong>de</strong>l</strong> primer trabajo jovellanista <strong>de</strong> carácter divulgador, la<br />

primera publicación que ponía al <strong>de</strong>scubierto su vocación jovellanista. Son<br />

cuatro artículos intensos, apretados, en los que Somoza dio a conocer al público<br />

íntegramente el extracto <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que había llevado a<br />

cabo Ceán Bermú<strong>de</strong>z en 1813, y que aparecieron en su biografía Memorias para<br />

la vida <strong><strong>de</strong>l</strong> Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, publicada en 1814 68.<br />

Es verdad que se trataba <strong>de</strong> publicar algo que ya estaba publicado,<br />

pero nótese la fecha: ¡hacía más <strong>de</strong> sesenta años! Lo importante era, como<br />

hemos dicho, el afán divulgador. Pero veamos lo que significó para don Julio<br />

este hallazgo. Terminada la publicación, el 7 <strong>de</strong> diciembre, aparecía en El<br />

Comercio, en primera página también, la siguiente carta <strong>de</strong> Julio Somoza a su<br />

amigo don Calixto Alvargonzález:<br />

Mi estimado y buen amigo: Cuando en época reciente le entregué una<br />

copia <strong><strong>de</strong>l</strong> extracto <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> don Gaspar <strong>Jovellanos</strong>, por si tenía a bien<br />

reproducirla en su periódico, me pidió Vd. algunos datos referentes al para<strong>de</strong>ro<br />

<strong>de</strong> los originales. Referí a Vd. a la ligera, lo que hay sobre el particular.<br />

Hace años, leía con todo el <strong>de</strong>tenimiento posible la Historia <strong>de</strong><br />

Gijón <strong><strong>de</strong>l</strong> malogrado Rendueles, y en la página 448 encontré la noticia,<br />

nueva para mí, <strong>de</strong> haber escrito al ilustre gijonés, la friolera <strong>de</strong> nueve diarios<br />

que constaban <strong>de</strong> más <strong>de</strong> dos mil páginas, y comprendían un periodo bastante<br />

largo, no <strong>de</strong> sus moceda<strong>de</strong>s, sino <strong>de</strong> su edad madura, o sea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />

46 a los 57 años, época en que la madurez <strong>de</strong> su juicio, la experiencia <strong>de</strong> su<br />

vida, y la extensión <strong>de</strong> sus conocimientos prometían al investigador gran<br />

copia <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> inmensa valía, ya para trazar su vida íntima, como para<br />

la mejor inteligencia <strong>de</strong> nuestra cultura y prosperidad en aquellos días.<br />

Como Rendueles en su obra extracta con frecuencia cartas <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, y la colección más extensa que conozco está en la edición <strong>de</strong> don<br />

Ramón Cañedo, supuse que encontré la fuente <strong>de</strong> semejante noticia; pero ni<br />

en éste, ni en las <strong>de</strong> Mellado, Riva<strong>de</strong>neyra y Linares pu<strong>de</strong> tropezar con los<br />

Diarios, lo cual me hacía sospechar si se habían perdido.<br />

Más tar<strong>de</strong> pu<strong>de</strong> encontrar el extracto <strong>de</strong> ellos, y esto avivó mi<br />

curiosidad hasta el extremo que Vd. verá. Encontrábase aquel en la obra <strong>de</strong><br />

Ceán Bermú<strong>de</strong>z Memorias para la vida <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, publicada en<br />

1814. Era indudable por lo tanto, que aquellos documentos, habían ido a<br />

parar a manos <strong>de</strong> Ceán, el cual falleció en 1819 (ocho años <strong>de</strong>spués que su<br />

amigo y protector) ignoro dón<strong>de</strong>, pues no lo hace constar Rendueles en el<br />

apunte biográfico que da en la página 437 <strong>de</strong> su citada obra.<br />

68 Aparecieron los días 29 <strong>de</strong> noviembre, 2, 3 y 4 <strong>de</strong> diciembre, en primera página. De las<br />

Memorias se hizo otra publicación en 1820, pero es la <strong>de</strong> 1914 la que reprodujo Somoza.


46<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Al llegar aquí empezaron mis dudas. ¿A quién legaría Ceán tan<br />

precioso <strong>de</strong>pósito? ¿a sus familiares? ¿a algún amigo íntimo? ¿o a alguna<br />

exposición literaria o artística? Al parecer dicho Señor no había <strong>de</strong>jado familia,<br />

y si el manuscrito paraba en manos <strong>de</strong> algún particular o Aca<strong>de</strong>mia,<br />

nada habían hecho estos por su parte, para que llegase a conocimiento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

público. Una esperanza me asaltó. <strong>Jovellanos</strong> y otros escritores habían legado<br />

sus obras, papeles, memorias, etc., a la biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto. ¿Qué cosa<br />

más natural que un gijonés hiciera lo propio? Allí acudí por lo tanto y reparé<br />

y copié todo el catálogo <strong>de</strong> la Sección <strong>de</strong> manuscritos (aprovecho esta<br />

coyuntura para consignar que el Catálogo no tenía ni pies ni cabeza), pero<br />

en bal<strong>de</strong> todo, porque las “Memorias” no aparecían ¡Cosa más extraña! ¡Y<br />

más extraño aún, que me dijera entonces el bibliotecario que no existía en el<br />

Instituto ningún autógrafo <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. No dirá hoy lo mismo.<br />

Viendo que por este lado eran inútiles las pesquisas emprendo otra<br />

senda. Don Cándido Nocedal, que había dirigido la edición en dos tomos <strong>de</strong><br />

las obras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, en la colección <strong>de</strong> Riva<strong>de</strong>neyra, y pensaba publicar<br />

el tercero ¿sabría algo acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> los susodichos “Diarios”?<br />

Posible era, y para ello di encargo <strong>de</strong> averiguarlo a persona competente, y<br />

cuya eficacia en este asunto <strong>de</strong>bía ser <strong>de</strong>cisiva.<br />

No habían transcurrido muchos días (<strong>de</strong> esto hace dos años por lo<br />

menos) cuando supe que la persona a quien recomendé el asunto, había tenido<br />

una entrevista con dicho señor, el cual “le aseguró” que los “Diarios” <strong>de</strong><br />

don Gaspar estaban en su po<strong>de</strong>r y se publicarían “pronto” en el tomo tercero<br />

que faltaba.<br />

He aquí compendiado cuanto sé sobre este asunto. Mis gestiones no<br />

alcanzaron a más, puedan las <strong>de</strong> Vd., querido amigo, ser coronadas <strong>de</strong> mejor<br />

éxito, y así tendremos que agra<strong>de</strong>cerle los amantes <strong>de</strong> la literatura, en general,<br />

todos los gijoneses y, con extremado afecto, el más insignificante <strong>de</strong> ellos,<br />

su obligado amigo.<br />

Julio Somoza<br />

Hay en este escrito <strong>de</strong>talles valiosísimos para su biografía: que su<br />

interés por <strong>Jovellanos</strong> nace ligado a la búsqueda <strong>de</strong> los Diarios, lo que le lleva<br />

a consultar las distintas ediciones <strong>de</strong> sus obras; que esto ocurre en 1876, por<br />

lo menos; que uno <strong>de</strong> sus primeros trabajos jovellanistas va a ser copiar el<br />

Catálogo <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto y su arreglo y confección, <strong>de</strong>scubriendo o diferenciando<br />

los que eran autógrafos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> (no era bibliotecario por esta fecha<br />

Junquera Huergo y, por tanto, no tenía responsabilidad en esto); que Somoza<br />

<strong>de</strong>sconoce aún muchas cosas, como el hecho <strong>de</strong> que Ceán <strong>de</strong>jase familia; que<br />

el interés por los Diarios no es sólo suyo sino también <strong>de</strong> su amigo Calixto a


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

quien le <strong>de</strong>sea mejor éxito; y que al fin logra <strong>de</strong>scubrir dón<strong>de</strong> estaban los<br />

Diarios, gracias a las gestiones <strong>de</strong> un tercero69. Los Diarios serán para Somoza algo así como el “santo grial” <strong>de</strong> su<br />

búsqueda jovellanista. Dieciocho años tardará en llegar a po<strong>de</strong>r tenerlos<br />

entre sus manos y disfrutarlos con el alma entera. Deberá este placer inmenso<br />

al insigne Menén<strong>de</strong>z Pelayo, quien se los remitirá para su lectura tras ruegos,<br />

cartas, enfado y avenencia: toda una historia que vamos a reconstruir<br />

fácilmente a través <strong><strong>de</strong>l</strong> epistolario <strong><strong>de</strong>l</strong> insigne santan<strong>de</strong>rino y que nos permitirá<br />

conocer muchos aspectos <strong>de</strong> la personalidad <strong>de</strong> Somoza.<br />

2.— Interesando a los sabios<br />

En julio <strong>de</strong> 1880, Julio Somoza comienza a colaborar en la Ilustración<br />

Gallega y Asturiana con un primer artículo titulado precisamente Los diarios <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, en el que tras hacer un resumen breve <strong>de</strong> su contenido da la noticia<br />

<strong>de</strong> que estaban los Diarios en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Nocedal y se lamentaba que siguieran<br />

inéditos. Sugería que Nocedal no llegó a publicarlos por contener i<strong>de</strong>as<br />

liberales y salía al paso <strong>de</strong> las supuestas i<strong>de</strong>as liberales <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> diciendo<br />

que era obra <strong>de</strong> madurez y que si en vida no vieron la luz pública, lo que<br />

apuntaría a la posibilidad <strong>de</strong> contener i<strong>de</strong>as liberales, esto lo serían para su<br />

época y con el paso <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo se podrían juzgar mejor.<br />

El artículo fue leído por Gumersindo Laver<strong>de</strong>, quien interesó por los<br />

Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>70 a su entrañable amigo don Marcelino Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo. A vuelta <strong>de</strong> correo el polígrafo santan<strong>de</strong>rino le contestó diciendo lo<br />

que ya Somoza sabía, que según sus noticias el Diario llegó a imprimirse en<br />

casa <strong>de</strong> Riva<strong>de</strong>neyra, para servir <strong>de</strong> tercer tomo a las obras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>,<br />

69 No sabemos quien fuera este tercero. Podría ser su hermano, aunque no es probable porque<br />

no le hubiera costado ningún trabajo <strong>de</strong>cirlo. Pudo ser Acisclo Fernán<strong>de</strong>z Vallín, ya<br />

que lo lógico es pensar que nadie mejor para informarle <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Nocedal que<br />

quienes le habían estado remitiendo el material para la edición <strong>de</strong> la obra: Junquera<br />

Huergo y Alonso Fernán<strong>de</strong>z Vallín, y era el hijo <strong>de</strong> éste último quien les servía <strong>de</strong> enlace<br />

en Madrid.<br />

70 “En la Ilustración Gallega y Asturiana he visto un artículo sobre el Diario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>,<br />

lamentando que aún siga inédito, al parecer por escrúpulos <strong>de</strong> Nocedal, que hoy posee el<br />

manuscrito. Supongo que con esto querrá darse a enten<strong>de</strong>r que en él vertió <strong>Jovellanos</strong><br />

i<strong>de</strong>as más o menos liberales. A mi enten<strong>de</strong>r, aunque <strong>Jovellanos</strong> nunca fue impío, pero se<br />

hizo más religioso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su <strong>de</strong>stierro a Bellver, como lo prueban las obras que allí escribió<br />

(Tratado teórico-práctico <strong>de</strong> Enseñanzas, Epístolas A Bermudo y A Posidonio, cartas a González<br />

Posada). Hasta aquella época había participado más <strong><strong>de</strong>l</strong> espíritu <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo. De todas suertes,<br />

creo que la lectura <strong>de</strong> su Diario podrá serte muy útil para estudiar las corrientes heterodoxas<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo <strong>de</strong> Carlos IV”. (Epistolario. Madrid, <strong>Fundación</strong> Universitaria, 1982-<br />

1991. Tomo IV, Carta nº 216; fecha <strong>de</strong> 9 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1880; pág. 309).<br />

47


48<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

aunque no se publicó; que calculaba que Nocedal habría <strong>de</strong> tener las pruebas<br />

o que si no estarían en la imprenta; y añadía: Trataré <strong>de</strong> verlas cuando vaya a<br />

Madrid71. Pero ¿quién había facilitado los Diarios a Nocedal? Según el profesor<br />

Caso González, los Diarios habían sido facilitados a Nocedal para su publicación<br />

por el dueño <strong>de</strong> los manuscritos, el asturiano don Vicente Abello Valdés,<br />

personaje honradísimo, resi<strong>de</strong>nte en Madrid, don<strong>de</strong> ejercía <strong>de</strong> Abogado<br />

Fiscal, quien los había adquirido en una librería <strong>de</strong> lance madrileña, <strong>de</strong>spués<br />

que la viuda <strong>de</strong> Ceán Bermú<strong>de</strong>z, doña Manuela Camos, se viera en la triste<br />

necesidad <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>rlos72. Esta publicación, que habría <strong>de</strong> correr a cargo<br />

exclusivamente <strong>de</strong> don Vicente Abello, no se llevo a cabo, según rumores,<br />

porque Nocedal se percató que contenían i<strong>de</strong>as contrarias a su pensamiento<br />

tradicional conservador. E incluso se dijo que Nocedal había mutilado o falseado<br />

los originales.<br />

No necesitó <strong>de</strong>splazarse don Marcelino para lograr las capillas <strong>de</strong> los<br />

Diarios, sino que le fueron regaladas por su amigo Nocedal. Antes <strong><strong>de</strong>l</strong> 28 <strong>de</strong><br />

marzo <strong>de</strong> 1881, en que le da la noticia a su amigo Laver<strong>de</strong>, recibe las capillas<br />

realizadas en 1861. De éstas, nunca <strong>de</strong> los manuscritos, copió lo que aparece<br />

en el tomo III <strong>de</strong> sus Heterodoxos Españoles. Estaba precisamente redactando<br />

esta obra cuando Laver<strong>de</strong>, interesado por la supuesta heterodoxia <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, le habló <strong>de</strong> los Diarios. Lo primero que piensa don Marcelino es en<br />

escribir un artículo. El amigo le aconseja que sea no sobre el Diario sino sobre<br />

<strong>Jovellanos</strong> mismo y le pregunta su opinión sobre las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>:<br />

“Nada me dices <strong>de</strong> si en el Diario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> hay algo que<br />

contradiga al concepto que <strong>de</strong> este tenemos por sus obras impresas,<br />

o le comprometa en sentido enciclopedista, como algunos suponen.<br />

71 Í<strong>de</strong>m. Carta 242, fecha 28 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1880, pág. 333.<br />

72 Por ser esta la biografía <strong><strong>de</strong>l</strong> más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> los jovellanistas, a quien se <strong>de</strong>be todo cuanto<br />

hoy se conserva <strong>de</strong> los Diarios, daremos algunos <strong>de</strong>talles más. Los manuscritos habían<br />

sido confiscados el 13 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1801, día en que fue arrestado <strong>Jovellanos</strong> para ser conducido<br />

a Mallorca. Al ser liberado y con fecha 21 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1808, <strong>Jovellanos</strong> oficia a<br />

Sebastián Piñuela para que todos sus papeles con los dos baúles en que fueron colocados<br />

sean entregados a Ceán Bermú<strong>de</strong>z, quien <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese año o el siguiente los poseería, negándose<br />

a <strong>de</strong>volverlos al sobrino y here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, Baltasar Cienfuegos <strong>Jovellanos</strong>,<br />

que le podría pleito por la no <strong>de</strong>volución <strong>de</strong> los papeles, según la tesis <strong>de</strong> Caso González.<br />

Sin embargo, Julio Somoza creía que los manuscritos <strong>de</strong> los Diarios no irían a parar a sus<br />

perseguidores, porque entonces <strong>de</strong> haberlo leído le hubieran impuesto más duro castigo,<br />

sino que sus parientes y allegados los hubieran ocultado, y <strong>de</strong> ellos los tomaría Ceán<br />

Bermú<strong>de</strong>z. En 1811, el hijo <strong>de</strong> Juan Agustín Ceán Bermú<strong>de</strong>z transcribió una parte. En 1813,<br />

dos años <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, Juan Agustín Ceán Bermú<strong>de</strong>z hizo un extractó, que<br />

luego copió su hijo Joaquín Ceán Bermú<strong>de</strong>z y Camos. Esta copia la publicará Somoza en<br />

1885 en Nuevos Datos. Para mayor <strong>de</strong>talle pue<strong>de</strong> verse el Prólogo <strong>de</strong> José Manuel Caso<br />

González al Tomo VI <strong>de</strong> su edición <strong>de</strong> las Obras Completas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Oviedo, 1994.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Creo que ese capo. <strong>de</strong> que me hablas no <strong>de</strong>be ceñirse al Diario, sino<br />

abarcar todo <strong>Jovellanos</strong>. En mis Ensayos reuní mucho suyo, todo conservador<br />

y católico; verdad es que la mayor parte pertenece a los últimos<br />

años <strong>de</strong> su vida y es posterior a su <strong>de</strong>portación, en que pudo<br />

cambiar <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as” 73.<br />

Don Marcelino contesta: “En el Diario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> no veo resabio<br />

alguno <strong>de</strong> enciclopedismo, pero sí noticias muy curiosas para la historia intelectual<br />

<strong>de</strong> la España <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVIII” 74. Y Gumersindo le propone la publicación<br />

<strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> esta manera: “¿Por qué no se publica el Diario <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>? Podía hacerlo Navarro, y no saldría perdidoso. Procúralo, que<br />

importa mucho. No veo razón para que obra <strong>de</strong> tanto interés continúe inédita”<br />

75. Menén<strong>de</strong>z Pelayo se anima: “Nocedal me ha dado las capillas <strong><strong>de</strong>l</strong> Diario<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> que pienso utilizar. Debía publicarse íntegro, y no tiene nada<br />

qué reparar” 76. Insiste Gumersindo: “Procura que se publique el Diario <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>. No per<strong>de</strong>rá el Editor” 77.<br />

Don Marcelino se lleva a Santan<strong>de</strong>r el Diario para leerlo con calma<br />

aquel verano <strong>de</strong> 1881. El 21 <strong>de</strong> agosto ya lo ha terminado y comunica su opinión<br />

a su amigo: “Ya me he leído todo el Diario <strong>de</strong> Jovino que me dio Nocedal<br />

en pliegos impresos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1861 por Riva<strong>de</strong>neyra. Es lectura amenísima, sobre<br />

todo por las infinitas noticias topográficas, <strong>de</strong>scriptivas, históricas, arqueológicas<br />

y <strong>de</strong> costumbres que <strong>Jovellanos</strong> da sobre las comarcas <strong>de</strong> España que<br />

visitó en sus viajes. A<strong>de</strong>más, da i<strong>de</strong>a cumplida <strong>de</strong> su tenor <strong>de</strong> vida, <strong>de</strong> sus lecturas<br />

y ocupaciones y hasta <strong>de</strong> sus íntimos pensamientos, viniendo a corroborar<br />

en todo la i<strong>de</strong>a que tenías formada <strong>de</strong> su ortodoxia. Así es que yo me he<br />

valido ampliamente <strong><strong>de</strong>l</strong> Diario para cumplir la vindicación que tú hiciste” 78.<br />

Laver<strong>de</strong> insiste; pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que es él quien anima una y otra vez a<br />

publicar los Diarios, ampliando la publicación con otros documentos inéditos<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> que había leído que se conservaban en Mallorca, y se lamenta <strong>de</strong><br />

la falta <strong>de</strong> una edición monumental y bien or<strong>de</strong>nada <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> Jovino79. Diez días más tar<strong>de</strong> insiste en la misma i<strong>de</strong>a a raíz <strong>de</strong> la publicación en la<br />

Ilustración Gallega y Asturiana <strong>de</strong> un artículo <strong>de</strong> G. Pereña, titulado: <strong>Jovellanos</strong> en<br />

las Baleares, e incluso como acaba <strong>de</strong> formarse la comisión que habría <strong>de</strong> levantar<br />

en Gijón la estatua a <strong>Jovellanos</strong>, le recomienda que hable con el principal<br />

miembro <strong>de</strong> ella, Acisclo Fernán<strong>de</strong>z Vallín: “Habla con Vallín, que como hom-<br />

73 Epistolario. Tomo IV. Carta 409; fecha 31 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1881; págs. 529-530.<br />

74 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 2; fecha 2, mayo 1881; pág. 2.<br />

75 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 7; fecha 10, mayo 1881; pág. 11.<br />

76 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 30; fecha 29, mayo 1881; pág. 37.<br />

77 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 44; fecha 2, junio 1881; pág. 58.<br />

78 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 153; fecha 21, agosto 1881; págs. 195 y s.<br />

79 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 163; fecha 15, septiembre 1881; pág. 208.<br />

49


50<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

bre <strong>de</strong> iniciativa y empuje y, a<strong>de</strong>más, gijonés amantísimo <strong>de</strong> los timbres <strong>de</strong> su<br />

pueblo natal, podrá contribuir mucho a la realización <strong>de</strong> tal empresa” 80.<br />

En octubre <strong>de</strong> 1881, Laver<strong>de</strong> da muestras <strong>de</strong> haberse carteado con<br />

Somoza, pues manifiesta a su amigo santan<strong>de</strong>rino que a las obras <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> habría que agregar “una copiosa colección epistolar y otros papeles<br />

que posee en Gijón don Julio Somoza, que, <strong>de</strong> fijo, los ce<strong>de</strong>rá gustosamente<br />

para una edición completa y esmerada”. Le sugiere que la haga<br />

Catalina, y le recuerda su vinculación con Gijón: “Tu a título <strong>de</strong> ‘nieto’ <strong>de</strong><br />

Gijón, <strong>de</strong>berías dirigirla e ilustrarla, <strong>de</strong>dicando el último tomo (que tendrías<br />

tiempo <strong>de</strong> ir componiendo mientras se imprimían los restantes) al estudio <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> y su tiempo”. Quiere que la lleve a cabo él y no otro para que<br />

<strong>Jovellanos</strong> no salga <strong>de</strong>sfigurado: “Yo <strong>de</strong>seo que tú corras con esa edición y no<br />

que<strong>de</strong> para otros, que tal vez nos presenten un <strong>Jovellanos</strong> contrahecho y filosofesco”.<br />

Y termina la carta pidiéndole un favor personal, conminándole con<br />

el recuerdo <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>: “Mira que es negocio para mí <strong>de</strong> mucha cuenta. Si<br />

no te <strong>de</strong>senvuelves, te daré la calificación que <strong>Jovellanos</strong> aplicó a<br />

Campomanes, llamándole inútil sabio” 81.<br />

Dos meses más tar<strong>de</strong>, le hace <strong>de</strong> nuevo recomendación <strong>de</strong> Julio<br />

Somoza: “No sé si te he dicho que don Julio Somoza, <strong>de</strong> Gijón, posee muchas<br />

cartas y papeles inéditos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Nueva razón para <strong>de</strong>sear que <strong>de</strong> las<br />

obras <strong>de</strong> éste se haga una edición completa y esmerada” 82. De la misma<br />

manera le da noticias <strong>de</strong> que Fermín Canella había adquirido un diluvio <strong>de</strong><br />

cartas y otros escritos inéditos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y <strong>de</strong> sus corresponsales, Posada,<br />

Ceán, Cabarrús etc., asombrado <strong>de</strong> que estas cartas se cuenten por centenas83, y le mete prisa temiendo que si no se hiciese pronto la edición completa <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> era <strong>de</strong> temer “que se extraviaran muchos papeles que yacen hoy<br />

en manos <strong>de</strong> particulares, en <strong>Asturias</strong> y en Mallorca” 84.<br />

3.— Somoza y Menén<strong>de</strong>z Pelayo<br />

¡Qué admirable el esfuerzo <strong>de</strong> Gumersindo Laver<strong>de</strong> y su apasionamiento<br />

por la figura <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>! ¡Qué ciertos sus temores, que el paso <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

tiempo han hecho realidad! Hoy están en para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>sconocido, por no <strong>de</strong>cir<br />

perdidos, los manuscritos <strong>de</strong> los Diarios. Fue el entusiasmo <strong><strong>de</strong>l</strong> amigo (que<br />

llegará incluso a sugerirle entre otros la figura <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> como tema <strong>de</strong> su<br />

80 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 171; fecha 25, septiembre 1881; pág. 223.<br />

81 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 446 (por error); fecha 29, octubre 1881; págs. 579 y s.<br />

82 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 210; fecha 21, noviembre 1881; pág. 268.<br />

83 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 253; fecha 14, febrero 1882; págs. 314 y s.<br />

84 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 266; fecha 4, marzo 1882; pág. 331.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

discurso <strong>de</strong> entrada en la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia), lo que <strong>de</strong>terminó que<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo se <strong>de</strong>cida al fin a publicarlos. Somoza se entera por<br />

Laver<strong>de</strong> <strong>de</strong> tal <strong>de</strong>cisión. Es la ocasión que aprovecha el erudito gijonés para<br />

dirigirse por primera vez al eminente polígrafo. La carta merece por su interés<br />

ser reproducida y comentada:<br />

Gijón, 10 julio 1882<br />

Muy Sr. mío y <strong>de</strong> toda mi consi<strong>de</strong>ración: El sumario <strong>de</strong> un número<br />

<strong>de</strong> la Revista Hispano-Ultramarina me hace saber que está Vd. publicando<br />

un trabajo sobre Blanco-White, y como afortunadamente soy poseedor <strong>de</strong><br />

gran número <strong>de</strong> cartas (inéditas) <strong>de</strong> Lord Vassall Holland a <strong>Jovellanos</strong>, y en<br />

una <strong>de</strong> ellas (fha. 6, nov. 1809) Holland analiza el mérito <strong>de</strong> Blanco, he caído<br />

en la cuenta <strong>de</strong> que la tal carta pudiera convenirle a Vd.<br />

Pero (perdone Vd. la ruda franqueza <strong>de</strong> un asturiano) estoy ya tan<br />

escarmentado <strong>de</strong> regalar autógrafos a trueque sólo <strong>de</strong> bellas promesas y ofertas<br />

<strong>de</strong>sinteresadas, que he <strong>de</strong>cidido cambiar <strong>de</strong> táctica y adoptar otro aspecto<br />

más positivo.<br />

En carta que tengo <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Laver<strong>de</strong> Ruiz me comunica, con referencia<br />

a otra <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Nocedal, que pronto verá la luz pública el Diario o Memorias<br />

<strong>de</strong> don Gaspar <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, ya extractado por Ceán y <strong><strong>de</strong>l</strong> cual da Vd. nuevas<br />

noticias en la Vindicación publicada en el Siglo Futuro. ¿Es cierto? ¿sí o<br />

no? Usted mejor que nadie <strong>de</strong>be saberlo pues a publicarse saldría como 3er. tomo <strong>de</strong> la Bibl. Riva<strong>de</strong>neira o como uno nuevo <strong>de</strong> la Bibl. Clásica. Soy apasionado<br />

jovellanista, y ya Vd. pue<strong>de</strong> calcular lo que me interesa la noticia.<br />

Estoy dispuesto a remitirle a Vd. el autógrafo <strong>de</strong> Holland, pero Vd. a<br />

su vez verá si lo encuentra aceptable por el tanto que a continuación expreso:<br />

1.º Un ejemplar <strong>de</strong> los Diarios cuando se publiquen.<br />

2.º Otro ejemplar <strong>de</strong> sus artículos sobre Blanco White.<br />

3.º Nota bibliográfica <strong>de</strong> todo lo que Vd. sepa acerca <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

4.º Los Ensayos críticos <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Laver<strong>de</strong>.<br />

5.º Una colección extensa <strong>de</strong> sellos <strong>de</strong> correos nacionales y extranjeros<br />

antiguos y mo<strong>de</strong>rnos (cosa fácil para Vd. dadas sus numerosas relaciones).<br />

Perdóneme Vd. el atrevimiento con que le hablo (harto excesivo<br />

para ser la primera vez que a Vd. me dirijo) y cuente en cambio con el aprecio,<br />

y consi<strong>de</strong>ración y estima en que le tiene su afmo. s. s. q. b. s. m.<br />

85 Í<strong>de</strong>m. Tomo V. Carta 320; fecha 10, julio 1881; págs. 406 y s.<br />

51<br />

Julio Somoza Montsoriú 85.


52<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Está claro que Somoza hablaba con franqueza y parecía atrevido.<br />

Pero para enten<strong>de</strong>r esta carta hay que saber que Somoza no estaba pidiendo<br />

para sí, sino para la sociedad La Quintana que se acababa <strong>de</strong> fundar, como ya<br />

veremos. Los sellos, por ejemplo, no eran para él, sino para Fortunato <strong>de</strong><br />

Selgas, y don Julio era consciente <strong>de</strong> que en ello se había pasado, según manifestará<br />

a su amigo y socio Braulio Vigón cuando le dé cuenta <strong>de</strong> este atrevimiento86.<br />

Ya veremos cómo al final terminó entregando el autógrafo <strong>de</strong><br />

Holland.<br />

De esta carta Julio Somoza no recibió contestación. Pasó medio año, y<br />

recurre a Alejandro Pidal como intermediario para proponerle a don<br />

Marcelino que si no se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> a publicar la obra, le diga si tiene inconveniente<br />

en que él la publicase en La Biblioteca Asturiana87, que por entonces pretendía<br />

crear con sus amigos <strong>de</strong> La Quintana. No se conserva testimonio <strong>de</strong> la contestación<br />

<strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo a Pidal, pero éste se la hizo llegar a Somoza,<br />

quien a su vista escribió su segunda carta a don Marcelino, al tenor siguiente:<br />

Gijón, 7 diciembre 1882<br />

Muy Sr. mío y <strong>de</strong> toda mi consi<strong>de</strong>ración: Por la carta <strong>de</strong> Vd. dirigida<br />

a mi ilustre paisano Alejandro Pidal, y que hace momentos acabo <strong>de</strong><br />

leer, me entero <strong>de</strong> lo que Vd. ha tenido a bien comunicarle respecto al asunto<br />

<strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> don Gaspar, cuya lectura persigo con incansable empeño.<br />

En vista <strong>de</strong> lo Vd. dice, y <strong>de</strong> lo que yo añadiré, casi me voy tranquilizando,<br />

pues mi pasado <strong>de</strong>sasosiego harto lo compren<strong>de</strong>rá Vd. que tanto ha<br />

huroneado tras papeles y libracos. En el alma siento que se haya extraviado<br />

la carta que Vd. me dirigió, pues la esperé con ansia bastante tiempo, calculando<br />

a la postre que se extraviara la mía por no llevar la dirección en <strong>de</strong>bida<br />

forma. Ello es, que ahora estoy en comunicación con Vd. y me huelgo <strong>de</strong><br />

ello, pues ha <strong>de</strong> redundar en beneficio <strong>de</strong> la literatura patria y <strong>de</strong> las glorias<br />

asturianas.<br />

A pesar <strong>de</strong> lo que escribí a Pidal, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Vd. <strong>de</strong> que los Diarios<br />

<strong>de</strong>bían imprimirse en Gijón, no me cayó en saco roto, y como al salir a la<br />

calle diera <strong>de</strong> bruces con el Director88 <strong>de</strong> El Comercio le comuniqué su pensamiento,<br />

y tan bien le pareció y con tal empeño acogió la i<strong>de</strong>a, que me autorizó<br />

para que le escribiera a Vd. en la forma y bajo las cláusulas siguientes:<br />

86 Carta <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1892 publicada por Ana María Vigón en Apéndice a VIGÓN,<br />

Braulio. <strong>Asturias</strong>: Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar. Juegos infantiles. Poesía popular. Estudios históricos. Oviedo,<br />

1980; pág. XLI.<br />

87 Epistolario. Tomo V. Carta 390; sin fecha; págs. 499 y s.<br />

88 Calixto Alvargonzález, quien, como vimos, compartía con Somoza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la aparición <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

periódico el interés por los Diarios.


54<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

La redacción <strong>de</strong> El Comercio se compromete a publicar los<br />

Diarios <strong>de</strong> don Gaspar que Vd. posee, en un tomo <strong>de</strong> lujo con papel especial<br />

y fundición nueva <strong>de</strong> caracteres elzevirianos. El coste <strong>de</strong> la obra, se sufragará<br />

por los redactores <strong><strong>de</strong>l</strong> periódico, y varios jovellanistas ansiosos <strong>de</strong> que<br />

la obra salga a luz a todo trance, cueste lo que costare, y en Gijón. Como cálculo<br />

pru<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong>berá Vd. <strong>de</strong>cirnos (ya que posee ese ejemplar) qué número<br />

<strong>de</strong> pliegos llevará el tomo; en qué tamaño será el más a<strong>de</strong>cuado, y si sería<br />

más acertado publicarlo en la forma y manera que fuese más <strong>de</strong> su gusto, y<br />

que alcanzará <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Aribau lo que falta para complemento <strong>de</strong> su ejemplar.<br />

Caso <strong>de</strong> enviarnos éste, la Redacción le dará a Vd. recibo en forma, comprometiéndose<br />

a <strong>de</strong>volvérsele caso <strong>de</strong> no empren<strong>de</strong>r su publicación en <strong>de</strong>terminado<br />

plazo. Igualmente se acordó que una comisión pasara a Luarca a<br />

cotejar la copia con el original que posee don Alejandrino Menén<strong>de</strong>z, pues<br />

<strong>de</strong>biendo publicar en breve el editor A. Chao, parte <strong>de</strong> estos Diarios extractados<br />

por Ceán Bermú<strong>de</strong>z, sería sensible que entre uno y otro hubiera diferencias<br />

notables.<br />

Mis queridísimos amigos Fermín Canella y Félix Aramburu me<br />

indican la haga a Vd. presente que entrando La Revista <strong>Asturias</strong> en el 6º año<br />

<strong>de</strong> su publicación, y no estando muy abastecida que digamos <strong>de</strong> original, confían<br />

en que Vd. se servirá honrarla con algún escrito propio <strong>de</strong> la índole <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

periódico. A su indicación, uno yo mi ruego bien seguro <strong>de</strong> que le aten<strong>de</strong>rá.<br />

Adjunto a esta carta, le remito el Testamento <strong>de</strong> don Gaspar cuya<br />

lectura le placerá en grado sumo, pues es la confirmación <strong>de</strong> lo que Vd. dice<br />

en la Vindicación, y el testimonio más claro <strong>de</strong> tan egregio varón. También<br />

le remitiré (estoy muy atareado) un ejemplar <strong>de</strong> mi Catálogo <strong>de</strong> los ms. <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto que se imprimirá luego, y si no se me olvida, le enviaré igualmente<br />

copia <strong>de</strong> dos cartas, una <strong>de</strong> Lord Holland a <strong>Jovellanos</strong> sobre el juicio que<br />

le merece Blanco White, y otra <strong><strong>de</strong>l</strong> propio Blanco W. a <strong>Jovellanos</strong>.<br />

La Sociedad La Quintana presentará a la nueva diputación las<br />

bases para la publicación <strong>de</strong> una Biblioteca general asturiana, y si la apadrina,<br />

también le enviaremos el prospecto para que nos diga algo nuevo <strong>de</strong><br />

lo mucho que sabe y se calla respecto a las dos <strong>Asturias</strong>.<br />

¿Vd. sabe <strong>de</strong> una <strong>de</strong>scripción geográfico-militar <strong><strong>de</strong>l</strong> Bastón <strong>de</strong><br />

Laredo, <strong><strong>de</strong>l</strong> fuero <strong>de</strong> Santan<strong>de</strong>r, y <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> varios heterodoxos españoles<br />

existentes en el Museo Británico en la colección Harley? Sí que sabrá<br />

Vd... no me dará Vd. el gusto <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que no.<br />

Perdóneme Vd. El atrevimiento y la lisura con que le escribo.<br />

Mán<strong>de</strong>me en todo cuanto guste, pues en ello quedará muy complacido su<br />

affmo. y s.s.q.b.s.m.<br />

Julio Somoza


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Somoza no cabe en sí <strong>de</strong> gozo. ¡Los Diarios publicados en Gijón, por<br />

El Comercio! Tal es el entusiasmo que se olvida <strong>de</strong> lo que le tiene pedido y<br />

encima le promete no sólo la carta <strong>de</strong> Lord Holland sino también otra <strong>de</strong><br />

Blanco W. a <strong>Jovellanos</strong>, más un ejemplar <strong><strong>de</strong>l</strong> Catálogo <strong>de</strong> Manuscritos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto y el testamento <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Si lo había hecho siempre, si siempre<br />

ofreció los autógrafos a cambio <strong>de</strong> promesas, ¿cómo no lo iba a hacer ahora<br />

que se le prometía tanto? Y ¡cómo presume <strong>de</strong> emular a la primera autoridad<br />

investigadora <strong><strong>de</strong>l</strong> país! Y es que en aquel cuerpo <strong>de</strong> 1,60 m <strong>de</strong> estatura, había<br />

un alma llana y lisa, un tanto infantil.<br />

Tal es el <strong>de</strong>seo, que querría tener contestación cuanto antes y la<br />

impaciencia le hace volver a escribir a Menén<strong>de</strong>z Pelayo tan sólo 18 días <strong>de</strong>spués.<br />

En esta tercera carta le hace ver lo siguiente: Esperaba que la recomendación<br />

<strong>de</strong> don Alejandro Pidal, mi entusiasmo por las glorias <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, mi fervor por<br />

todo lo que a don Gaspar se refiere, el generoso impulso que nos animaba a trabajar<br />

por la publicidad <strong>de</strong> esos Diarios; el <strong>de</strong>seo por Vd. manifestado <strong>de</strong> que éstos se publicaran<br />

en Gijón,... todo nos inducía a creer que la cosa se llevaría a cabo en breve término,<br />

pues tal era el entusiasmo que había comunicado a mis amigos, y tal el buen<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> éstos en acometer la empresa con actividad y <strong>de</strong>cisión89. Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que todo estaba preparado en Gijón. Los amigos,<br />

encabezados por Calixto Alvargonzález, dispuestos y contagiados <strong>de</strong> su<br />

entusiasmo, sólo esperaban la voz ejecutiva <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo. Y como lo<br />

importante es la publicación, le plantea incluso la cuestión <strong>de</strong> que se haga en<br />

la Biblioteca Clásica, aunque ello suponga un aplazamiento <strong><strong>de</strong>l</strong> momento <strong>de</strong><br />

gozar <strong>de</strong> los Diarios. Le sugiere incluso que si no está dispuesto a llevar él la<br />

dirección literaria, la encomien<strong>de</strong> a Alejandro Pidal.<br />

Y por fin le llega carta <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo. Se excusa <strong>de</strong> la tardanza,<br />

<strong>de</strong>bida a su ausencia <strong>de</strong> Madrid. Le dice que le parece muy bien la i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> imprimir en Gijón el Diario <strong>de</strong> don Gaspar y aun todo lo inédito suyo que<br />

ellos encuentren, pero le hace esta observación:<br />

“El tomo <strong>de</strong> Riva<strong>de</strong>neyra no llegó a imprimirse entero, y<br />

<strong>de</strong>be faltar como una cuarta o quinta parte <strong><strong>de</strong>l</strong> Diario. Para completarle<br />

tendrán Vds. (Somoza y sus amigos <strong>de</strong> Gijón), que acudir a<br />

Nocedal, que quizá conserve la copia que sirvió para la imprenta o a<br />

Alejandrino Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca, que heredó los papeles <strong>de</strong> Abello.<br />

Con Nocedal las tuve, pero <strong>de</strong>spués reñimos, como es bien notorio.<br />

Vean Vds. <strong>de</strong> recabar lo que falta, porque sólo así podrá<br />

hacerse el cálculo <strong><strong>de</strong>l</strong> volumen <strong>de</strong> la obra, número <strong>de</strong> pp., y empezar<br />

a imprimirse con entera seguridad <strong>de</strong> completar el original. Pienso<br />

89 Epistolario. Tomo V; Carta 437; fecha 25, diciembre 1882; págs. 568 y s.<br />

55


56<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

añadir unas pocas notas a las muchas y doctísimas que puso mi<br />

amigo Abello (q.e.p.d.).<br />

Recibí y agra<strong>de</strong>cí el Testamento. Man<strong>de</strong> Vd. cuánto quiera a<br />

su afmo. y s.s.q.s.m.b.<br />

M. Menén<strong>de</strong>z y Pelayo” 90.<br />

La reacción a esta carta por parte <strong>de</strong> Julio Somoza fue la <strong>de</strong> enviar<br />

una misiva a Nocedal en la que le pi<strong>de</strong> que en el caso <strong>de</strong> que no lleve a cabo<br />

la publicación <strong><strong>de</strong>l</strong> tercer tomo <strong>de</strong> los Diarios, otorgue la gracia <strong>de</strong> poner a nuestra<br />

disposición dichos Diarios a fin <strong>de</strong> que, con el concurso <strong>de</strong> todos, viesen en este<br />

pueblo la luz pública, siendo ésta la primera obra que se imprimiera en Gijón.<br />

La carta fue firmada por cuanto amigos se habían comprometido a<br />

publicarlos.<br />

Sin embargo aquellos amigos terminarían abandonando el proyecto<br />

y al amigo. Sería uno <strong>de</strong> sus primeros <strong>de</strong>sengaños como jovellanista:<br />

¿Y quienes eran los firmantes? argüirá Vd.; pues los firmantes<br />

“<strong>de</strong>bían ser” los redactores <strong>de</strong> cierta publicación , que me precipitaron a dar<br />

este paso y luego me <strong>de</strong>jaron, como vulgarmente se dice, “en las astas <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

toro” en justo castigo <strong>de</strong> mi credulidad91. Abandonada por sus amigos la i<strong>de</strong>a, todavía hubo quien propuso<br />

que la publicase el Centro <strong>de</strong> Asturianos. Somoza contesta con todo un plan<br />

<strong>de</strong> publicación: Adquirir primero el original <strong>de</strong> los Señores Nocedal y<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo; formar el cálculo <strong><strong>de</strong>l</strong> coste <strong>de</strong> impresión; <strong>de</strong>signar dos o<br />

más individuos (pero activos) para la revisión <strong>de</strong> pruebas; organizar la suscripción<br />

<strong>de</strong> manera hábil; incluir al final <strong>de</strong> la obra la lista <strong>de</strong> los que contribuyeron<br />

a ella; y distribución equitativa <strong>de</strong> ella. Pero Somoza sabe que sueña:<br />

Será esto un castillo <strong>de</strong> naipes? ¡Cuánto diera yo por que la “proverbial<br />

galantería” española, se transformase en la “proverbial actividad” o<br />

en la “habitual perseverancia”! 92.<br />

90 Í<strong>de</strong>m. Tomo VI. Carta 7; fecha 11, enero 1883; pág. 7. La ha publicado J. M. Martínez<br />

Cachero en Menén<strong>de</strong>z Pelayo y <strong>Asturias</strong>, págs. 225-226.<br />

91 Bajo el título Apéndice al capítulo anterior, el que reproducía el <strong>de</strong>dicado a los Diarios en la<br />

“Ilustración Gallega y Asturiana” publicará en Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana una carta dirigida<br />

“Mi estimado amigo F...” en el que inserta la carta a Nocedal y hace este comentario.<br />

92 La persona a la que dirige la carta, fechada en Xixón, 35 Xineru 1883, es como dijimos en<br />

la nota anterior “Mi estimado amigo F...” y pue<strong>de</strong> verse en Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana,<br />

bajo el título Apéndice al capítulo anterior, págs. 198 a 202.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Pasa el tiempo y no se sabe nada <strong>de</strong> los Diarios y entonces publica<br />

Somoza Nuevos Datos para la biografía <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, cometiendo lo que el profesor<br />

Caso González califica con toda razón <strong>de</strong> impertinencia93. En su<br />

Preliminar arremete contra un trabajo <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo, que con el título<br />

Vindicación <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> había visto la luz pública en noviembre <strong>de</strong> 1881, en la<br />

revista El Siglo Futuro.<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo atribuyó esta reacción <strong>de</strong> Somoza a suspicacia,<br />

entendiendo que quería excusarse <strong>de</strong> publicar la obra, unida a su tardanza en<br />

contestarle94. Pero hay que tener en cuenta que esta suspicacia estaba en el<br />

ambiente. Basta pensar, por ejemplo, que en septiembre <strong>de</strong> 1881 apareció<br />

Examen Teológico-Crítico <strong>de</strong> la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> Excmo. Sr. D. Cándido Nocedal titulada<br />

Vida <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, publicada por el presbítero don Miguel Sánchez. En esta<br />

obra se ataca a Nocedal por haber tenido interés en presentarnos un<br />

<strong>Jovellanos</strong> tan monárquico y católico como el partido cuyos intereses representaba<br />

y en ella se acusa <strong>de</strong> jansenista y otras heterodoxias a <strong>Jovellanos</strong>. Ni<br />

que <strong>de</strong>cir tiene que el dicho presbítero llevó también lo suyo en el famoso<br />

Preliminar <strong>de</strong> Julio Somoza.<br />

Es muy probable, por tanto, que Somoza, precipitadamente y en<br />

vista <strong><strong>de</strong>l</strong> ambiente, <strong><strong>de</strong>l</strong> que sin duda bebían cuantos le ro<strong>de</strong>aban en los círculos<br />

literarios, con el pronto que le caracterizaba, juzgase a Menén<strong>de</strong>z Pelayo<br />

capaz <strong>de</strong> poner en duda al menos la conveniencia <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> los<br />

Diarios, por cuestión meramente i<strong>de</strong>ológica. El caso es que no sólo Somoza,<br />

sino otros acusaron a Menén<strong>de</strong>z Pelayo <strong>de</strong> haber alterado o mutilado los<br />

Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. E incluso Fermín Canella quiso insinuar algo en un<br />

artículo, lo que provocó la reacción <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo95. Por todo esto, el<br />

93 Prólogo al Tomo VI <strong>de</strong> su edición <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Obras Completas. Diario.<br />

Oviedo, 1994; pág. 28.<br />

94 “El Sr. Somoza entendió sin duda que yo quería excusarme y esta suspicacia suya unida<br />

(lo confieso) a mi tardanza en contestarle, originada <strong>de</strong> mis infinitas ocupaciones y <strong>de</strong> graves<br />

disgustos que por entonces tuve, dieron ocasión a la furibunda diatriba con que me<br />

obsequió en su último libro”. Epistolario. Tomo VII; Carta nº 537, dirigida a Fermín Canella;<br />

fecha 5, junio 1886; pág. 555. La ha publicado J. M. Martínez Cachero en Menén<strong>de</strong>z Pelayo y<br />

<strong>Asturias</strong>, págs. 215-218.<br />

95 La <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo y el dolor que esta acusación le causó pue<strong>de</strong>n leerse en<br />

la carta a Fermín Canella, citada en la nota anterior. Allí se pue<strong>de</strong> leer: “Permítame Vd. que<br />

le diga que todo esto me ha llegado al alma. ¿Qué ofensa más grave pue<strong>de</strong> haber para un<br />

hombre honrado que suponerle capaz <strong>de</strong> falsificar la palabra escrita <strong>de</strong> otro hombre? ¿Y<br />

cree Vd. que las i<strong>de</strong>as religiosas que yo profeso, y que en mi concepto profesaba <strong>Jovellanos</strong>,<br />

necesitan <strong>de</strong> esos medios raquíticos, tenebrosos y miserables, para valer lo que siempre<br />

han valido? Después <strong>de</strong> todo ¿qué importa al catolicismo que <strong>Jovellanos</strong> ni veinte<br />

<strong>Jovellanos</strong> fueran o <strong>de</strong>jaran <strong>de</strong> ser católicos? ¿Cree Vd. que esto vale la pena <strong>de</strong> echar una<br />

mancha sobre una vida honrada, metiéndose a raspar, cortar o inutilizar manuscritos?<br />

¡Qué poco me conocen los que tal piensan!”.<br />

57


58<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

ilustre académico (que por <strong>de</strong>más jamás había visto los Diarios pues lo que él<br />

tenía eran las capillas <strong>de</strong> Nocedal) <strong>de</strong>sistió <strong>de</strong> su publicación y Somoza tendrá<br />

que esperar un tiempo para po<strong>de</strong>r llegar a leer sus anhelados Diarios.<br />

En realidad las dificulta<strong>de</strong>s para la publicación <strong>de</strong> los Diarios no las<br />

ponía, ni mucho menos, Menén<strong>de</strong>z Pelayo, aunque era su insistencia <strong>de</strong><br />

publicarlos enteros lo que retrasaba el asunto. Lo que ocurría era que los<br />

manuscritos <strong>de</strong> los Diarios habían pasado <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Abello a su sobrino don<br />

Alejandrino Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca, pasante <strong>de</strong> Nocedal, y era éste, persona<br />

por <strong>de</strong>más algo excéntrica, quien se negaba a entregarlos para la publicación.<br />

A<strong>de</strong>más, concurría en Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca los prejuicios “conservadores”<br />

que Fermín Canella y Julio Somoza suponían en el insigne santan<strong>de</strong>rino.<br />

Ambos acertaban en el problema, pero se equivocaban en el hombre.<br />

Somoza conocerá su yerro y llegará a saber dón<strong>de</strong> se encontraban los<br />

originales <strong>de</strong> los Diarios según <strong>de</strong>muestra esta carta a su amigo don Sebastián<br />

<strong>de</strong> Soto y Cortés fechada en Domingo <strong>de</strong> Ramos, don<strong>de</strong> no figura el año, pero<br />

que es anterior a 1891:<br />

Si quiere Vd. ver los tesoros, no tiene más remedio que tomar el<br />

coche <strong>de</strong> Oviedo a Grado, <strong>de</strong> Grado a Salas, y <strong>de</strong> Salas a Luarca. Una vez en<br />

Luarca, pregunta Vd. dón<strong>de</strong> vive (en una quinta <strong>de</strong> los alre<strong>de</strong>dores) la viuda<br />

<strong>de</strong> don Vicente Abello, y dándose aires <strong>de</strong> gran amigo <strong><strong>de</strong>l</strong> difunto, penetra<br />

allí, recuerda los tiempos pasados, hace historia entre romántica y pintoresca<br />

(género agradable a las viudas) y luego (como dicen las acotaciones <strong>de</strong> las<br />

obras teatrales) “toma aquella actitud que le sugiera su talento dramático”.<br />

—Don Vicente Abello, era persona <strong>de</strong> sobra conocida en la sociedad<br />

ovetense. Don Inocencio <strong>de</strong> la Vallina, o Ciriaco Vigil, o Pepe Sierra, le<br />

pue<strong>de</strong>n suministrar a Vd. pormenores.— Viejo ya, se enamoró <strong>de</strong> una hermosísima<br />

muchacha que tenía en casa, y se casó con ella. ¡Naturalmente!<br />

{...} “En cuanto a Nocedal, diré a Vd. también que le creo incapaz <strong>de</strong> acción tan<br />

fea. A pocos ofendió tanto y tan sin razón como a mí, pero nuestra enemistad no ha <strong>de</strong> ser<br />

parte para que yo <strong>de</strong>je <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que entre los muchos y gravísimos <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> aquel hombre<br />

no estaba la bajeza <strong>de</strong> instintos que sería necesario suponer para una falsificación. Era<br />

<strong>de</strong>masiado soberbio para eso”.<br />

{...} “Dice el Sr. Sánchez Calvo que Nocedal y yo hemos querido a viva fuerza<br />

hacer a <strong>Jovellanos</strong> uno <strong>de</strong> lo nuestros, y esto merece aclaración. Si se quiere dar a enten<strong>de</strong>r<br />

que <strong>Jovellanos</strong> era nuestro por ser católico la tesis me parece irrefutable, y Vd. mismo y el<br />

Sr. Somoza asiente a ella. Si se quiere aludir a otro or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, Vd. sabe que nunca las<br />

mías coincidieron con las <strong>de</strong> Nocedal, ni él me tuvo por correligionario político suyo en<br />

tiempo alguno. —Y en cuanto a las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, yo he dicho y repito cien veces que<br />

tuvo las <strong>de</strong> su tiempo, que fue regalista y economista y sensualista con el valor que estos términos<br />

tenían entonces. Pero también he dicho y sostenido, que estas ten<strong>de</strong>ncias suyas<br />

nunca bastaron a apartarle (como apartaron a otros amigos suyos, v. gr. Cabarrús,<br />

Quintana) ni <strong>de</strong> la fe católica ni <strong><strong>de</strong>l</strong> amor y respeto a ciertas instituciones tradicionales <strong>de</strong><br />

su país”.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

como <strong>de</strong>cía un acuarelista inglés, volan<strong>de</strong>ro amigo mío, “la Naturaleza, es<br />

muy natural”. El bueno <strong>de</strong> don Vicente creyó que iba a remocicar, y la sandunguera<br />

luarquina se lo fumó en un santiamén. Ya en las postrimerías<br />

testó mi hombre, <strong>de</strong>jándole un buen hueso que roer, incluso lo que había en<br />

la casa y “su biblioteca”. Este último donativo tenía una cláusula especial,<br />

a saber, que pasara a po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su sobrino Alejandro Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento que éste entregara a la viuda “dos o tres mil duros”, valor,<br />

a lo que yo presumo, <strong>de</strong> la mencionada biblioteca. Claro está, que eran<br />

muchos “duros”... <strong>de</strong> pelar, p. a el bueno <strong>de</strong> Alejandrino, antiguo pasante <strong>de</strong><br />

Nocedal, “íntegro” como él, y que a pesar <strong>de</strong> todo, “le dio la lata H”, criticándole,<br />

bajo el supuesto nombre <strong>de</strong> W. Franquet (hacia 1859) su “Vida <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>” 96.<br />

Por otra parte, era cierto que Menén<strong>de</strong>z Pelayo, enemistado pública<br />

y notoriamente con Nocedal y con Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca, no podía pedirles<br />

los Diarios97. De manera que don Julio va a tener que buscarse otro intermediario<br />

si quiere tratar con Alejandrino Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca. Será éste el<br />

padre agustino don Manuel Fraile Miguélez. Pero <strong>de</strong> la mediación <strong>de</strong> éste en<br />

el asunto y su intervención para conseguir <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo que Somoza<br />

lea los Diarios hablaremos en otro capítulo, pues para ello pasarán unos cuantos<br />

años.<br />

96 FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ. H 50/1.<br />

97 Epistolario. Tomo VII; carta 537, A Fermín Canella; fecha 5, junio 1886; pág. 555.<br />

59


CAPÍTULO 3<br />

La Quintana<br />

1.— El espíritu romántico<br />

El nacimiento <strong>de</strong> La Quintana hay que situarlo en el seno <strong>de</strong> un<br />

ambiente romántico, producto <strong>de</strong> la época, que lleva al exaltamiento <strong><strong>de</strong>l</strong> folklore<br />

nacional. En 1881 tendrá lugar en Sevilla la publicación <strong>de</strong> las bases <strong>de</strong><br />

una sociedad <strong>de</strong> recopilación en toda España <strong>de</strong> los temas <strong>de</strong> folklore. Se trataba<br />

<strong>de</strong> una afán nacional, pero cuya labor para ser más útil <strong>de</strong>bía llevarse a<br />

cabo por regiones. Fruto <strong>de</strong> la iniciativa sevillana, se creará en el Centro<br />

Asturiano <strong>de</strong> Madrid la “Aca<strong>de</strong>mia Demológica”, que se inauguró con una<br />

velada literaria, que inició Balbín Unquera. El objeto parece ser que era involucrar<br />

al público en general, personas particulares interesadas en el pasado<br />

regional, en la búsqueda y recopilación <strong>de</strong> las tradiciones locales. Para ello se<br />

publicarán en la prensa interrogatorios, o cuestionarios, para lograr la recopilación<br />

<strong>de</strong> todo cuánto fuese interesante.<br />

Sin embargo, la i<strong>de</strong>a no cuajará. Al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Constantino Cabal, el<br />

esfuerzo colectivo se vino abajo, hubo obreros admirables, que trabajaron<br />

empeñadamente, pero cada uno por sí. Pero uno <strong>de</strong> aquellos obreros, que<br />

puso fe y empeño en esta labor fue Fermín Canella. “Ya en el año 81 —dice<br />

el mismo Constantino Cabal— se a<strong><strong>de</strong>l</strong>antará Canella con un Interrogatorio,<br />

tras el que se agrupaban hábilmente las manifestaciones más exactas <strong>de</strong> la<br />

vida popular. Se lo envió a los maestros, y los párrocos y no halló tierra ninguna<br />

en que se le acogiera con amor...” 98.<br />

Ahora bien, si su iniciativa no encontró respuesta en los maestros ni<br />

en los párrocos, la encontró por el contrario en un reducísimo número <strong>de</strong> personas<br />

eruditas, aunque <strong>de</strong> muy variada formación académica, y surgió así lo<br />

que habría <strong>de</strong> ser La Quintana. En efecto, no hay duda <strong>de</strong> que fue el motivo<br />

señalado lo que dio origen a La Quintana y que la iniciativa se <strong>de</strong>bió al ilus-<br />

98 CABAL, Constantino. Contribución al Diccionario Folklórico <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Oviedo, I.D.E.A.,<br />

1951.


62<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

tre Abogado. A este respecto señala Ana María Vigón: “Cuando en 1881 nació<br />

La Quintana, don Fermín había reunido en su entorno a todos los escritores<br />

que se ocupaban <strong>de</strong> temas <strong>de</strong> la región. Se inició <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, entre ellos,<br />

una correspon<strong>de</strong>ncia más o menos continua aunque, al principio, no todos se<br />

conocieron entre sí” 99.<br />

2.— Lazos <strong>de</strong> amistad<br />

¿Quiénes fueron todos estos escritores <strong>de</strong> la región que iniciaron una<br />

correspon<strong>de</strong>ncia dirigida a comunicar sus saberes en los distintos campos <strong>de</strong><br />

la vida asturiana? Los primeros parece ser que fueron Fermín Canella, Julio<br />

Somoza y Máximo Fuertes Acevedo. Este último ni siquiera residía en<br />

<strong>Asturias</strong>, sino que era catedrático <strong>de</strong> Física y Química <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong><br />

Badajoz, <strong><strong>de</strong>l</strong> que con fecha 20 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> aquel año <strong>de</strong> 1881 es nombrado<br />

Director. Pasaba sus vacaciones en Gijón, y habiendo sido alumno <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, cabe imaginar entre él y Julio Somoza una antigua<br />

amistad. Entre Canella y Somoza pudo existir conocimiento o contacto previo,<br />

pues ambos compartían la afición jovellanista.<br />

Inmediatamente, a este pequeño grupo inicial se unirá Braulio<br />

Vigón, Ciriaco Miguel Vigil y Rogelio Jove y Hevia. Pero a partir <strong>de</strong> aquí<br />

resulta difícil seguir el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> incorporación <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la nueva<br />

sociedad. En principio no todos se conocían entre sí, e incluso algunos<br />

habrán <strong>de</strong> tardar un tiempo en hacerlo. Somoza habrá <strong>de</strong> conocer muy pronto<br />

a Braulio Vigón. Sobre este encuentro dice Ana María Vigón: “Llegó<br />

Somoza por primera vez a Colunga en los últimos días <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1881<br />

con el único objeto <strong>de</strong> conocer personalmente al contertulio <strong>de</strong> la recién nacida<br />

Quintana que vivía allí y con el que, indudablemente, había ya tenido<br />

algún contacto anterior; el 4 <strong>de</strong> octubre le escribe, agra<strong>de</strong>cido a la cariñosa<br />

hospitalidad con que él y Rosario le habían acogido y recuerda con simpatía<br />

a los niños que había podido conocer. Sin duda han hablado largamente pues<br />

en la carta sigue el hilo <strong>de</strong> una charla que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> temas literarios, <strong>de</strong>bió<br />

incluir no pocos <strong>de</strong> carácter político y social. Le anuncia también el envío <strong>de</strong><br />

libros y documentos <strong>de</strong> gran valor para incrementar la biblioteca que, poco a<br />

poco, don Braulio va consiguiendo formar” 100.<br />

Hay que <strong>de</strong>cir antes que nada que <strong>de</strong> este grupo <strong>de</strong> fundadores<br />

quien “puso mayor entusiasmo en su creación y creyó con más sinceridad en<br />

99 Prólogo a VIGÓN, Braulio. <strong>Asturias</strong>: Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar. Juegos infantiles. Poesía popular.<br />

Estudios históricos. Oviedo, 1980; pág. XXVII.<br />

100 Í<strong>de</strong>m; pág. XXVIII.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

la hermandad que <strong>de</strong>cían profesar entre sí sus miembros fue don Julio<br />

Somoza <strong>de</strong> Montsoriú” 101. Es también el primero que se da cuenta que La<br />

Quintana supera la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia Demológica <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro Asturiano <strong>de</strong><br />

Madrid. Así lo pone <strong>de</strong> manifiesto en una carta a su ya íntimo amigo Braulio<br />

Vigón, por <strong>de</strong>más socio fundador <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia Demológica, <strong>de</strong> cuyos<br />

párrafos se <strong>de</strong>duce que el primer objetivo <strong>de</strong> la recién creada Quintana no era<br />

otro que emularla:<br />

La Quintana dará golpe; por lo menos, hará algo más que la sociedad<br />

“<strong>de</strong>mológica” o “<strong>de</strong>magógica” <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro que empieza por no saber pluralizar<br />

los masculinos acabados en “u” y escriben “nuverus”, y confun<strong>de</strong> el<br />

con<strong>de</strong> <strong>de</strong> “Noreña” con el <strong>de</strong> “Noroña”, y baraja la etnografía con la biografía;<br />

y tan pronto dice que la “giraldilla” es morisca como escandinava, y<br />

su órgano en la prensa nos endilga los tipos vascongados <strong><strong>de</strong>l</strong> mercado <strong>de</strong> San<br />

Sebastián, <strong>de</strong> Bécquer por tipos asturianos; encarga al burdo lápiz <strong>de</strong> Cuevas<br />

que nos ponga en ridículo con sus “birgayonas” <strong>de</strong> los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong><br />

Oviedo, en vez <strong>de</strong> copiar las airosas y esbeltas paisanas <strong>de</strong> las mariñas <strong>de</strong><br />

Somió y Llanes; y dice por boca <strong>de</strong> los Sres. Pidal y Balbín, herejías como las<br />

<strong>de</strong> Caunedo y Rada Delgado afirmando que el tipo <strong>de</strong> la mujer asturiana es<br />

alta, blanca y rubia, cuando precisamente es todo lo contrario, pequeñuca,<br />

prietina y pelinegra. Estos son otros Nocedales que escriben sobre <strong>Asturias</strong><br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Madrid sin haber visto un chigre en día <strong>de</strong> espicha y sin saber lo que<br />

es un hórreo. Pues el coleccionador <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, en el tomo 2º<br />

pág. 313, ignorando que Santurio es apellido asturiano y hasta nombre <strong>de</strong><br />

localidad, hace una llamada diciendo “quizá Saturio”, como si pudiera ser<br />

posible que mi don Gaspar, tan garrafal disparate cometiera... Pero, basta <strong>de</strong><br />

murmuración y crónica escandalosa <strong>de</strong>mológica, que en Dios y en mi ánima<br />

juro que estas quisicosas o cosadielles me dan calambres, y como soy paraxismeru,<br />

danme más fuerte102. En esta misma carta don Julio le comunica que Fermín Canella está<br />

en Madrid. don<strong>de</strong> ha llevado entre otros algunos regalitos para el grabador<br />

Maura, a ver si nos hacía un retrato <strong>de</strong> don Gaspar, en acero, como él solo sabe hacerlos;<br />

para el P. Fi<strong><strong>de</strong>l</strong> Fita o Romero Ortiz, según viera, para que nos franqueen<br />

ciertas instancias; y por último para el pintor Madrazo a ver si nos graban una<br />

“quintana” por una fotografía que le mandé.<br />

No cabe duda que Somoza es el alma <strong><strong>de</strong>l</strong> grupo; a él contagia su<br />

amor por <strong>Jovellanos</strong>. y se preocupa <strong>de</strong> que la sociedad tenga lo que hoy llamaríamos<br />

un logotipo, mediante la representación <strong>de</strong> una quintana, que él<br />

101 Ibí<strong>de</strong>m.<br />

102 Carta fechada <strong>de</strong> esta manera: Xixón, xueves d’Antroxu, año 1882. Publicada por Ana<br />

María Vigón en Apéndice a VIGÓN, Braulio. <strong>Asturias</strong>: Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar. Juegos infantiles.<br />

Poesía popular. Estudios históricos. Oviedo, 1980; pág. XXXV.<br />

63


64<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

mismo retrató, cuando la fotografía no se había <strong>de</strong>sarrollado tanto como en<br />

nuestros días. Pero, sin duda, lo que más resalta <strong>de</strong> esta preciosa carta es el<br />

clima no ya <strong>de</strong> camara<strong>de</strong>ría sino <strong>de</strong> entrañable amistad. Parece que fue esta<br />

una condición para la buena marcha <strong>de</strong> sus objetivos, porque en noviembre<br />

<strong>de</strong> 1881 Somoza le anuncia a Vigón en la posdata <strong>de</strong> una carta en la que le<br />

trata <strong>de</strong> tú, que los socios <strong>de</strong> La Quintana han suprimido el tratamiento <strong>de</strong><br />

usted103. Este espíritu <strong>de</strong> amistad y cordialidad queda bien patente también<br />

en la primera carta, años <strong>de</strong>spués, <strong>de</strong> Fuertes Acevedo a Braulio Vigón, que<br />

aun estando publicada merece ser reproducida aquí por los datos que contiene,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser divertidísima:<br />

Badajoz 8 <strong>de</strong> febrero, 1885.<br />

Sr. D. Braulio Vigón.<br />

—¿Se pue<strong>de</strong> pasar?<br />

—A<strong><strong>de</strong>l</strong>ante... qué se le ofrece a Vd.<br />

—Tengo el gusto <strong>de</strong> saludar al Sr. D. Braulio Vigón, presentarle<br />

mis respetos y esta tarjeta <strong>de</strong> mis buenos amigos.<br />

Xulín <strong>de</strong> Xixón, Xuanco les Mariñes, Fortun <strong>de</strong><br />

Cudillero y Xico Xuan <strong>de</strong> Sucu, presentan al Sr. D.<br />

Braulio Vigón, a su amigo el Varón <strong>de</strong> Vidayán.<br />

—Bienvenido... el Sr. Varón dirá lo que se le ocurre.<br />

—Que <strong>de</strong>seando completar las noticias bibliográficas que<br />

tengo relativas a Vd., le agra<strong>de</strong>cería infinito tuviera la bondad <strong>de</strong><br />

enviarme nota <strong>de</strong>tallada, no sólo <strong>de</strong> lo que ha publicado (ya que no<br />

pueda ser ello) sino <strong>de</strong> lo que tiene ms. e inédito.<br />

—Ahora, al mismo tiempo que las gracias, tengo que <strong>de</strong>cir a<br />

Vd. me dispense ese exceso <strong>de</strong> confianza que me he permitido al<br />

comenzar esta carta, que casi estoy movido a rasgar, pero es usted<br />

bastante bondadoso para dispensar una broma, que si no es todo lo<br />

discreta que <strong>de</strong>biera ser, en quien por primera vez se dirige a Vd., es<br />

hija <strong>de</strong> la confianza que me inspiran mis amigos, y en particular mi<br />

103 Prólogo a VIGÓN, Braulio. <strong>Asturias</strong>: Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar. Juegos infantiles. Poesía popular.<br />

Estudios históricos. Oviedo, 1980; págs. XXVIII-XXIX.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

querido Julio Somoza, que en mis correspon<strong>de</strong>ncias continuas con él,<br />

me firma con el título nobiliario que indica mi presentación.<br />

—Tengo el gusto <strong>de</strong> ofrecerme a Vd. con la consi<strong>de</strong>ración<br />

más distinguida, como su muy afmo. y atento s.s. amigo y paisano<br />

q. b. s. m.<br />

MÁXIMO FUERTES.<br />

Así pues, todavía en 1885 no se conocían todos, aunque todos estaban<br />

implicados. De esta carta, en la que llama la atención el uso <strong>de</strong> seudónimos,<br />

se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> que en 1885 eran miembros <strong>de</strong> La Quintana: Julio Somoza,<br />

que empleó el apodo <strong>de</strong> Xulín <strong>de</strong> Xixón en su correspon<strong>de</strong>ncia con Braulio<br />

hasta 1886; el profesor <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> Villaviciosa, Joaquín García Caveda<br />

que es el Xuaco les Mariñes <strong>de</strong> la carta; el banquero Fortunato <strong>de</strong> Selgas y<br />

Albuerne que será Fortun <strong>de</strong> Cudillero; y Félix Aramburu más difícil <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar<br />

bajo el seudónimo <strong>de</strong> Xico Xuan <strong>de</strong> Sucu. Ignoramos el porqué <strong>de</strong> que<br />

Fuertes Acevedo se intitulaba Varón <strong>de</strong> Vidayán104; y en cuanto a Braulio<br />

Vigón, pasará a ser Braulio <strong><strong>de</strong>l</strong> Sueve.<br />

Es posible que la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que cada uno tuviera un alias partiera <strong>de</strong><br />

Somoza y tuviera su inspiración en la correspon<strong>de</strong>ncia entre <strong>Jovellanos</strong> y sus<br />

amigos, quien para burlar la vigilancia impuesta sobre su persona en el Castillo<br />

<strong>de</strong> Bellver firmaba con nombres tales como Martín <strong>de</strong> Deva, Antón <strong>de</strong> Caldones,<br />

Antón <strong><strong>de</strong>l</strong> Real, Juan <strong>de</strong> Piles, Juan <strong><strong>de</strong>l</strong> Canto <strong>de</strong> la Riba, Xuanón, etcétera.<br />

En la carta no se menciona a Fermín Canella, que se le conocerá por<br />

Firme d’Uviéu. Tampoco se menciona a Rogelio <strong>de</strong> Jove y Bravo, a quien suponemos<br />

su vinculación temprana al grupo porque así aparece en la correspon<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> Somoza con Vigón, pero su actividad no parece que fue muy<br />

intensa respecto a la sociedad, sino que más bien parece estar vinculada a la<br />

persona <strong>de</strong> su amigo Julio Somoza que al grupo. En cuanto a Ciriaco Miguel<br />

Vigil, tampoco mencionado en esta carta y <strong><strong>de</strong>l</strong> que no conocemos seudónimo,<br />

hay que <strong>de</strong>cir que al tiempo <strong>de</strong> formarse La Quintana venía trabajando en la<br />

Heráldica asturiana; para él Somoza prevé otros regalitos para que Madrazo<br />

iluminase algunos <strong>de</strong> sus escudos, porque pensaba que fuera una <strong>de</strong> las primeras<br />

obras que publicara La Quintana. Esta obra, sin embargo, tardaría aún<br />

algunos años en publicarse.<br />

Deducimos que fue temprana la incorporación <strong>de</strong> Félix Aramburu,<br />

dada su amistad con Fermín Canella, colaboradores ambos <strong>de</strong> la Revista<br />

<strong>Asturias</strong>, que por entonces (1882) <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> publicarse. También fue temprana<br />

la incorporación <strong>de</strong> Joaquín García Caveda (Xuacu les Mariñes), cuyo paso<br />

104 Tal vez porque siendo <strong>de</strong> familia acomodada y linajuda, esta tuviera casa en Vidayán,<br />

en San Esteban <strong>de</strong> las Cruces.<br />

65


66<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

por La Quintana fue breve, ya que fallecería en Santa Cruz <strong>de</strong> Tenerife en<br />

1885. A su muerte publicó Fermín Canella, en Oviedo, su obra literaria dispersa<br />

bajo el título: Artículos, discursos, viajes, recuerdos. Julio Somoza lo estimaba<br />

en mucho, según se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la siguiente carta remitida a Vigón<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Somió fechada en los Figos <strong>de</strong> San Miguel (septiembre <strong>de</strong> 1882), en la<br />

que brinda por la incorporación <strong>de</strong> un nuevo socio: Fortunato <strong>de</strong> Selgas y<br />

Huelve (Fortún <strong>de</strong> Cudillero):<br />

Pues dígote yo qu’antroxé <strong><strong>de</strong>l</strong> tóo <strong>de</strong>s que la leí y ababayé co’l retratu<br />

que fexiste <strong>de</strong> esi Fortún <strong>de</strong> Cudillero que en mi ánica non ye menos<br />

guapu, nin menos gayasperu que Xuacu les Mariñes ¡Viva la Quintana!<br />

recórica... ya semos milenta... ixuxú... ¡ye la fortuna esta sidruca nueva que<br />

non val una corbata y sabe toa a magaya... ¡De balsaina y repinaldo quisiérala<br />

yo pa tomar una moña!<br />

Y más abajo, <strong>de</strong>jando el bable aña<strong>de</strong>:<br />

... Y regocijado y alborozado quedé con la pintura que me haces <strong>de</strong><br />

Selgas (aunque no fuera sinó por lo que difiere <strong><strong>de</strong>l</strong> difunto Pepe Selgas, que<br />

tenía atascado en medio <strong><strong>de</strong>l</strong> gargüelu). Algo sabía <strong>de</strong> él por Fermín (que ya<br />

me escribió y ya le contesté) pero tu retrato supera en mucho a lo que <strong>de</strong> él<br />

me prometía, porque Firme me dijo que era banquero y, por regla general, no<br />

es propio <strong>de</strong> este gremio una ilustración vasta, <strong>de</strong> aquí el que esta excepción,<br />

honrosísima pa. la Quintana me haya sabido a campo aromado <strong>de</strong> orieganú<br />

y cenoyu.<br />

Hasta aquí los socios, pero junto a estos van a girar otros personajes<br />

que por su vinculación al grupo y por la temática <strong>de</strong> sus trabajos nos atrevemos<br />

a <strong>de</strong>nominar colaboradores, personas que apoyaban con su esfuerzo a<br />

los objetivos <strong>de</strong> La Quintana. Porque hay que tener en cuenta que el grupo se<br />

carteaba con todas aquellas personas que pudieran aportar algo al saber <strong>de</strong><br />

la región, <strong>de</strong> modo que resulta difícil a veces distinguir el grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

y su participación en la sociedad. Incluso entre los mismos componentes,<br />

no todos vivieron el movimiento con la misma intensidad. Así, por<br />

ejemplo, no parece que fuera muy importante la aportación al grupo <strong>de</strong> Arias<br />

<strong>de</strong> Miranda, que Constantino Cabal menciona como socio <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho.<br />

Entre los llamados colaboradores hay una figura excepcional, la <strong>de</strong><br />

Gumersindo Laver<strong>de</strong>. Otra persona que colaboraría, al menos durante el<br />

tiempo que residió en Oviedo, será el hermano <strong>de</strong> Somoza, que aportó al conjunto<br />

no solo su colaboración personal en cuantos encargos se le hicieron sino<br />

también su trabajo sobre el Marqués <strong>de</strong> Santa Cruz.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

3.— La quintana o el rinconín<br />

La característica <strong>de</strong> estos individuos la ha resumido Constantino<br />

Cabal: “Todos con competencia y con impulso, y todos con fe en <strong>Asturias</strong> y<br />

con adoración al rinconín...” 105, el rinconín que Fermín Canella llamaba:<br />

“Nuestro rinconín <strong>de</strong> Dios...”. Este rinconín, lo más íntimo y entrañable, la<br />

esencia <strong>de</strong> lo astur, hacia el que van a dirigir sus miras y sus esfuerzos, que<br />

va a ser el lazo <strong>de</strong> unión y <strong>de</strong> intercambio <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y sentimientos y la fuente<br />

<strong>de</strong> inspiración <strong>de</strong> sus obras lo simbolizarán con el nombre <strong>de</strong> La Quintana.<br />

El que fuera catedrático <strong>de</strong> Historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Derecho <strong>de</strong> la Universidad<br />

<strong>de</strong> Oviedo, profesor Prieto Bances, recogió en un documentadísimo trabajo,<br />

titulado La mió Quintana, el origen y la significación <strong><strong>de</strong>l</strong> término “quintana”<br />

106. Señala en esta magnífica obra que siendo la palabra <strong>de</strong> origen latino,<br />

apenas se encuentre en Italia ni en el resto <strong><strong>de</strong>l</strong> imperio romano más que en<br />

una pequeña al<strong>de</strong>a <strong><strong>de</strong>l</strong> Danubio, mientras que en <strong>Asturias</strong> hay sesenta y<br />

cinco lugares que se llaman Quintana. Y es curioso —aña<strong>de</strong>— que la <strong>de</strong>nominación<br />

florezca precisamente en la región don<strong>de</strong> los romanos tropezaron<br />

con mayor resistencia107. Refiriéndose al significado actual señala: “En<br />

<strong>Asturias</strong> sigue siendo la ‘quintana’ el ‘corral’ <strong>de</strong> la villa rústica, el sitio <strong>de</strong> la<br />

casa cerrado y <strong>de</strong>scubierto, al que abren sus puertas la vivienda <strong><strong>de</strong>l</strong> labrador<br />

o <strong>de</strong> los labradores, los establos y los graneros; por eso no hay quintana sin<br />

hórreo, ni hórreo sin quintana”.<br />

Este es sin duda el primitivo sentido que tiene para los componentes<br />

<strong>de</strong> La Quintana. Es más, el propio Julio Somoza gozaba en Somió <strong>de</strong> una <strong>de</strong><br />

estas quintanas. Una <strong>de</strong> aquellas fincas, en cuya adquisición <strong>Jovellanos</strong><br />

empleó el caudal <strong>de</strong> su pupila, la abuela <strong>de</strong> Somoza, llegó por herencia a don<br />

Julio. Allí, junto a la casa, con cuadra y tenada, la capilla, levantada bajo la<br />

advocación <strong>de</strong> San Antonio; y al lado un hórreo y una panera, muy junto<br />

todo; allí pasaría, ya muy anciano, pocos años antes <strong>de</strong> su muerte, los dolorosos<br />

días <strong>de</strong> la guerra civil. Hoy se conserva <strong>de</strong> la capilla una pila <strong>de</strong> agua<br />

bendita; y <strong>de</strong> la vieja casa, la ventana <strong>de</strong> lo que fue cuadra y más tar<strong>de</strong> habi-<br />

105 Los planes <strong>de</strong> la Quintana, en Contribución al Diccionario Folklórico <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Oviedo,<br />

I.D.E.A., 1951; pág. 101.<br />

106 Fue publicado en Estudios <strong>de</strong>dicados a Menén<strong>de</strong>z Pidal, por el Consejo <strong>de</strong> Investigaciones<br />

Científicas <strong><strong>de</strong>l</strong> Patronato Marcelino Menén<strong>de</strong>z y Pelayo, en 1953. Más tar<strong>de</strong> apareció en el<br />

Tomo II <strong>de</strong> Obra Escrita <strong>de</strong> Ramón Prieto Bances, publicada por Universidad <strong>de</strong> Oviedo, en<br />

1976.<br />

107 Con el término quintana <strong>de</strong>signaban los romanos la puerta y vía que conducían al pretorio<br />

en el campamento romano. De ahí vino a significar plaza pequeña en el campo y mercado.<br />

67


68<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

tación <strong>de</strong> aquellos tristes días, y junto a ella el hórreo y la panera. Era “la súa<br />

quintana”. ¿Sería esta la quintana que <strong>de</strong>seaba que Madrazo les grabase? 108.<br />

Pero la quintana es también el símbolo <strong>de</strong> lo patrio. El propio Julio<br />

Somoza nos da la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> esta palabra en su obra Gijón en la Historia<br />

General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>: “Voz bable preeminente, comprensiva <strong><strong>de</strong>l</strong> caserío, y <strong>de</strong> su territorio<br />

limítrofe o colindante. La morada, el solar, los penates, la al<strong>de</strong>a, el barrio o término<br />

con sus aledaños, emblema <strong>de</strong> la patria y <strong><strong>de</strong>l</strong> hogar” 109.<br />

La quintana es, por tanto, no sólo espacio físico sino también espacio<br />

vital. Como dice Constantino Cabal: la quintana vive, la quintana bulle y la<br />

quintana absorbe todas las realida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la al<strong>de</strong>a. Fue este carácter vital el<br />

que llevó a elegir para esta sociedad el nombre <strong>de</strong> La Quintana. Dejemos que<br />

sean sus propios miembros quienes nos digan lo que significaba para ellos:<br />

“¿Y qué es LA QUINTANA?<br />

En las al<strong>de</strong>as es el lugar don<strong>de</strong> se cultiva constantemente el<br />

saber popular.<br />

Es la quintana algo parecido al viejo campus <strong><strong>de</strong>l</strong> conceyu: en<br />

ella se corteja, se juega, se forma la danza, se cantan romances, y<br />

corren <strong>de</strong> boca en boca cuentos, leyendas y hermosas tradiciones <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

país. Cada quintana es un folklore viviente, y como la palabra es<br />

característica <strong>de</strong> este principado, con ella expresamos dos i<strong>de</strong>as: la<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> saber popular (folklore) y la <strong>de</strong> que el pueblo a que este saber se<br />

refiere es el asturiano”.<br />

Conviene, no obstante, hacer algunas observaciones. Esta cita que<br />

hemos transcrito pertenece al número 1 <strong>de</strong> la Estafeta <strong>de</strong> La Quintana, aparecida<br />

con El Carbayón <strong>de</strong> 15 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1892, es <strong>de</strong>cir, más <strong>de</strong> diez años <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> la fundación <strong>de</strong> La Quintana. Pertenece a una segunda etapa, que se<br />

caracterizará por poner mayor énfasis en los aspectos populares y folklóricos<br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. En un primer momento, la sociedad se interesó igualmente por<br />

los aspectos populares como por los eruditos, es <strong>de</strong>cir, tanto por la historia<br />

como por el folklore, es más, creemos que si se interesaba por los segundos era<br />

para interpretar los primeros; para los hombres <strong>de</strong> La Quintana todo era historia,<br />

todo servía para interpretarla y todo saber <strong>de</strong>bía ser conservado.<br />

Téngase en cuenta que Somoza llevado por la historia se aficionará, como<br />

veremos, a la numismática y a la heráldica y por la misma razón al bable.<br />

108 Cuando preparábamos este trabajo, acompañado <strong>de</strong> Orlando Moratinos y Vicente<br />

Cuetos, miembros <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Foro</strong>, visitamos la finca. Debemos agra<strong>de</strong>cer a sus actuales propietarios<br />

las atenciones que tuvieron con nosotros.<br />

109 Volumen I, pág. 336.


70<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Prueba cuanto <strong>de</strong>cimos el que en 1885 Julio Somoza la llame<br />

Sociedad Literaria <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>110. Sin embargo, no es la Literatura exclusivamente<br />

el objeto <strong>de</strong> sus estudios. Si le da este nombre es en el sentido <strong>de</strong> histórico-literarios,<br />

pues sus trabajos eran publicaciones, y porque está pensando<br />

en la obra <strong>de</strong> su amigo Fuertes Acevedo, aparecida aquel año: Bosquejo<br />

acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> estado que alcanzó en todas épocas la Literatura en <strong>Asturias</strong>, seguido <strong>de</strong><br />

una extensa bibliografía <strong>de</strong> los escritores asturianos. En realidad el carácter <strong>de</strong> la<br />

sociedad era integrador, como lo <strong>de</strong>muestra la variedad <strong>de</strong> especialistas que<br />

la componían. En este sentido era una sociedad ambiciosa, que pretendía<br />

abarcar todos los saberes <strong>de</strong> la cultura asturiana.<br />

Pero lo curioso es que no fue una sociedad formal. Decía a este respecto<br />

Fermín Canella: “No se constituyó dicha sociedad solemnemente y por<br />

escritura pública, ni siquiera con pomposos estatutos y reglamento, gran<strong>de</strong>s<br />

anuncios y un poco <strong>de</strong> bombo; nació y vive mo<strong>de</strong>stísimamente en el seno <strong>de</strong><br />

fraternal amistad, por medio <strong>de</strong> activa correspon<strong>de</strong>ncia” 111. De manera que<br />

no tuvo La Quintana entidad verda<strong>de</strong>ra como asociación. Hemos dicho que<br />

Somoza la llama Sociedad Literaria, pero no siempre, porque en una nota <strong>de</strong><br />

Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana habla <strong>de</strong> círculo astur o círculo asturiano112. Era,<br />

como muy bien ha visto Ana María Vigón: “una especie <strong>de</strong> ente quimérico,<br />

imaginado para mantener la unión entre sus miembros” 113.<br />

Precisamente es este carácter informal lo que hace difícil conocer en<br />

cada momento el número exacto y la vinculación <strong>de</strong> sus socios. No hay un<br />

registro <strong>de</strong> socios. Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que lo mejor y lo esencial estaba en su espíritu:<br />

era una pura comunión <strong>de</strong> personas y <strong>de</strong> saberes al objeto común <strong>de</strong> servir<br />

y engran<strong>de</strong>cer la cultura asturiana.<br />

Su objeto era la puesta en común, la participación <strong>de</strong> saberes que permitiera<br />

<strong>de</strong>scubrir y transmitir, en interés <strong>de</strong> las generaciones futuras, el preciado<br />

legado <strong>de</strong> todas las manifestaciones culturales <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo asturiano.<br />

En este sentido se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que La Quintana es el movimiento cultural<br />

más importante <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX en <strong>Asturias</strong>. Nada pue<strong>de</strong> compararse a él,<br />

ni siquiera, a nuestro juicio, la Extensión Universitaria que no habría <strong>de</strong> contribuir<br />

a engrosar ni aumentar en nada nuestros conocimientos <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado<br />

asturiano, como hacía La Quintana; su finalidad era práctica y a corto plazo,<br />

110 SOMOZA, J. y CANELLA, Fermín. Noticias biográficas y bibliográficas <strong>de</strong> Máximo Fuertes<br />

Acevedo. Oviedo, 1885; pág. 5.<br />

111 La biblioteca Asturiana. El Carbayón, 17 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1887; pue<strong>de</strong> verse también en Revista<br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>.<br />

112 Nota 1 <strong>de</strong> la pág. 205, y pág. 214.<br />

113 Prólogo a VIGÓN, Braulio. <strong>Asturias</strong>: Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar. Juegos infantiles. Poesía popular.<br />

Estudios históricos. Oviedo, 1980; pág. XXIX.


72<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

con un objetivo concreto, muy loable eso sí: llevar el saber a las clases trabajadoras;<br />

pero los hombres <strong>de</strong> La Quintana ponían sus miras en conservar y<br />

perdurar.<br />

Cada una <strong>de</strong> las obras más representativas <strong>de</strong> sus componentes son<br />

hoy un monumento imperece<strong>de</strong>ro a la cultura <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, una fuente obligada<br />

en el camino <strong>de</strong> la investigación.<br />

Hay hombres rudos cuya labor consiste en cavar tenazmente en las<br />

entrañas <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado y dar a luz las fuentes <strong>de</strong> la historia. Su labor es germinadora,<br />

hacen crecer y fructificar la cultura. Luego, otros hombres, profesionales<br />

<strong>de</strong> la labranza, cosecheros <strong>de</strong> oficio, recogen el grano, lo almacenan en<br />

elegantes capachos y con mano más o menos generosa la siembran. De aquellos<br />

fue Somoza y los hombres <strong>de</strong> La Quintana.<br />

Por eso La Quintana fue un movimiento generador, <strong>de</strong> abajo arriba,<br />

como crece la espiga; y la Extensión Universitaria, por ejemplo un movimiento<br />

regenerador, <strong>de</strong> arriba abajo, como cae el grano en la siembra.<br />

4.— La primera época<br />

Vamos a ver sus logros reiterando que en su <strong>de</strong>sarrollo aparecen dos<br />

momentos o etapas: la primera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su fundación hasta una crisis que<br />

pue<strong>de</strong> situarse en 1886, tras un período álgido en torno a 1885, y una segunda<br />

etapa, menos brillante, oscura, latente, que parece activarse tras la muerte<br />

<strong>de</strong> Fuertes Acevedo y que tiene su momento cumbre a lo largo <strong>de</strong> 1892.<br />

Todo parece indicar que el aporte más importante <strong>de</strong> la sociedad era<br />

el <strong>de</strong> Fuertes Acevedo. Juntaba este doctísimo asturiano la librería asturiana<br />

más numerosa y completa en libros, folletos, discursos, hojas sueltas, manuscritos,<br />

códices, diplomas, cronologías, relaciones, listas, legajos <strong>de</strong> cartas,<br />

autógrafos, datos, cuadros estadísticos, mapas, dibujos, retratos, vistas, etc.<br />

todo referente a <strong>Asturias</strong>; colección indispensable para el conocimiento <strong>de</strong> la<br />

región. Fermín Canella ha resaltado la intervención <strong>de</strong> Fuertes Acevedo en la<br />

sociedad diciendo que se “creó por iniciativa <strong>de</strong> mis cordialísimos amigos<br />

Julio Somoza, <strong>de</strong> Gijón, y Braulio Vigón, <strong>de</strong> Colunga, el autor <strong>de</strong> estas líneas<br />

y pocos más, contando todos continuamente con la dirección y consejos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Sr. Fuertes Acevedo” 114. Así pues, si Julio Somoza fue el miembro más activo<br />

e ilusionado, la dirección y el consejo eran <strong>de</strong> Fuertes Acevedo, quien ni que<br />

<strong>de</strong>cir tiene que <strong>de</strong> cuánto poseía relacionado con <strong>Jovellanos</strong> hizo partícipe a<br />

114 La biblioteca Asturiana. El Carbayón, 17 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1887; pue<strong>de</strong> verse también en Revista<br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Somoza, y lo mismo hay que suponer haría con los otros amigos <strong>de</strong> La<br />

Quintana en otras materias.<br />

Don Julio, por su parte, está encandilado, <strong>de</strong>sea ponerse a trabajar<br />

cuanto antes. Ha leído El sabor <strong>de</strong> la tierruca <strong>de</strong> José María Pereda, el vecino <strong>de</strong><br />

allen<strong>de</strong> el Deva, y se lamenta <strong>de</strong> que Laver<strong>de</strong>, Teodoro, Selgas... no echen los<br />

cimientos <strong>de</strong> la novela asturiana. Está <strong>de</strong>seando que haya alguna cosiquina<br />

para comunicarla con sus amigos. Envía libros y documentos “<strong>de</strong> gran valor”<br />

—según Ana María Vigón— para incrementar la biblioteca que, poco a poco,<br />

don Braulio va consiguiendo formar Es el mismo afán que mantuvo<br />

<strong>Jovellanos</strong> con Ceán Bermu<strong>de</strong>z, González <strong>de</strong> Posada o Antonio Ponz, a quienes<br />

enviaba cuanto pudiera interesarles para llevar a cabo sus trabajos. Un<br />

buen ejemplo es la primera carta que envía a Menén<strong>de</strong>z Pelayo. Como vimos,<br />

en ella le pi<strong>de</strong> a cambio <strong>de</strong> un autógrafo <strong>de</strong> Holland, un ejemplar <strong>de</strong> los<br />

Diarios cuando se publiquen; otro ejemplar <strong>de</strong> sus artículos sobre Blanco<br />

White; nota bibliográfica <strong>de</strong> todo lo que sepa acerca <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>; los<br />

Ensayos críticos <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Laver<strong>de</strong>; y una colección extensa <strong>de</strong> sellos <strong>de</strong> correos<br />

nacionales y extranjeros. Es <strong>de</strong>cir, se muestra excesivamente pedigüeño porque<br />

no pi<strong>de</strong> para él. De esto dará cuenta a Braulio Vigón en estos términos:<br />

A Menén<strong>de</strong>z Pelayo nada le cambié. Le hice, sí, una propuesta <strong>de</strong><br />

cambalache en la forma sigte.: toda vez que él escribía sobre Blanco White,<br />

nosotros le enviaríamos una carta inédita <strong>de</strong> B. W. a <strong>Jovellanos</strong> y otra también<br />

inédita <strong>de</strong> Lord Holland a <strong>Jovellanos</strong>, sobre el concepto que aquel escritor<br />

(B. W.) le merecía (a Ld. H.). Él (el portento) nos daría en trueque varios<br />

libros y otras cosucas <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> y una colección <strong>de</strong> sellos. No sé si por esto<br />

último creería que me chungueaba <strong>de</strong> él. El caso fue que dio la callada por<br />

respuesta115. (1) Hombre; Selgas tendrá sellos (eh).<br />

Resulta difícil seguir con <strong>de</strong>tenimiento y minuciosidad los proyectos,<br />

planes, avances y logros <strong>de</strong> la nueva sociedad. Pero sabemos que el primer<br />

proyecto que conciben es el <strong>de</strong> una Biblioteca Asturiana. Se trata <strong>de</strong> tomar <strong>de</strong><br />

nuevo la vieja i<strong>de</strong>a que en 1862 había dado a la imprenta, gracias al que fuera<br />

Teniente fiscal <strong>de</strong> la Audiencia, don Matías Sangrador y Vitores, los tomos <strong>de</strong><br />

Antigüeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> <strong>de</strong> Carballo, el Viaje Santo <strong>de</strong> Ambrosio <strong>de</strong> Morales,<br />

el Teatro Eclesiástico ovetense <strong>de</strong> Dávila y la Historia <strong>de</strong> la administración <strong>de</strong> justicia<br />

y <strong><strong>de</strong>l</strong> antiguo Gobierno <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong> <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> y Colección <strong>de</strong> sus fueros,<br />

cartas pueblas y antiguas Or<strong>de</strong>nanzas <strong><strong>de</strong>l</strong> propio Sangrador. Los hombres <strong>de</strong> La<br />

Quintana recuerdan entonces al que califican todos ellos <strong>de</strong> maestro, Juan<br />

115 Carta <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1892 publicada por Ana María Vigón en Apéndice a VIGÓN,<br />

Braulio. <strong>Asturias</strong>: Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar. Juegos infantiles. Poesía popular. Estudios históricos. Oviedo,<br />

1980; pág. XLI.<br />

73


74<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Junquera Huergo, “a quien —dice Fermín Canella— no <strong>de</strong>ben olvidar cuantos<br />

amen las letras asturianas”. La biblioteca Asturiana es una vieja ilusión <strong>de</strong><br />

algunos <strong>de</strong> sus miembros: Fermín Canella y Rogelio Jove y Bravo, que intentaron<br />

en 1877 proseguir en la comisión provincial <strong>de</strong> monumentos históricos<br />

y artísticos la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Sangrador.<br />

Somoza es quien <strong>de</strong> nuevo anima e ilusiona: ¡Como cuaje el programa<br />

<strong>de</strong> Biblioteca en la futura Diputación, te digo que se van a quedar sordos hasta los<br />

ñureros <strong>de</strong> la Pola <strong>de</strong> Somiedo!... Yo estoy esperando a que venga <strong>de</strong> firme la invernada<br />

pa. ponerme a trabajar116. Pero este proyecto no llegará a realizarse. “En<br />

nuestras cartas —dirá Canella en 1887— hay todo un plan para la Biblioteca,<br />

con las abundantes noticias que ha menester quien la lleve a cabo. Mas todos<br />

los esfuerzos hasta aquí indicados dieron hasta hoy resultado exiguo”. Y al<br />

final no se llevará a cabo.<br />

Pero el espíritu <strong>de</strong> La Quintana arrastrará a la realización <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ras<br />

obras <strong>de</strong> envergadura, ayudando a sostener y agitar el interés y la afición<br />

al conocimiento <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. La primera <strong>de</strong> estas obras que<br />

se publica bajo el aliento <strong>de</strong> la sociedad es Catálogo <strong>de</strong> manuscritos e impresos<br />

notables <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> en Gijón, seguidos <strong>de</strong> un índice <strong>de</strong> otros documentos<br />

inéditos <strong>de</strong> su ilustre fundador, y la segunda Cosiquines <strong>de</strong> la mió<br />

Quintana, ambas <strong>de</strong> Julio Somoza. De ellas trataremos en otro lugar.<br />

En 1883, en los juegos florales y certamen científico literario iniciados<br />

por la Sociedad Económica <strong>de</strong> Amigos <strong><strong>de</strong>l</strong> País, <strong>de</strong> Oviedo, el premio <strong>de</strong> la<br />

Universidad Literaria correspondió a la obra Estudio biográfico-crítico <strong>de</strong> los<br />

jurisconsultos más ilustres <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, <strong>de</strong> la que era autor Máximo Fuertes<br />

Acevedo. Ésta es una obra realizada con anterioridad a la formación <strong>de</strong> la<br />

sociedad y, a<strong>de</strong>más, presentada a un galardón, por lo que no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir<br />

que fuera el producto <strong><strong>de</strong>l</strong> compromiso quintanal. Si la citamos es por su interés<br />

y porque, como la inmensa mayoría <strong>de</strong> los trabajos <strong>de</strong> su autor, permanece<br />

inédita117. En 1884 alcanzó dos nuevos premios. La Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Ciencias<br />

y Artes <strong>de</strong> Cádiz le otorgó premio extraordinario, título <strong>de</strong> socio honorario e<br />

impresión <strong>de</strong> su memoria sobre La Atmósfera. La Comisión central <strong><strong>de</strong>l</strong> segundo<br />

centenario <strong><strong>de</strong>l</strong> nacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> sabio escritor y bravo general Navia Osorio,<br />

116 Í<strong>de</strong>m.<br />

117 MARTÍNEZ CACHERO, José María. Notas sobre bibliografía literaria asturiana. Oviedo,<br />

B.I.D.E.A. XXXII, 1957; pág. 397.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

le concedió mención honorífica por su excelente Vida y escritos <strong><strong>de</strong>l</strong> marqués <strong>de</strong><br />

Santa Cruz <strong>de</strong> Marcenado118. Y en efecto, parece ser que este centenario fue<br />

seguido con vivo interés por los socios <strong>de</strong> La Quintana ya que sobre este tema<br />

apareció en El Carbayón <strong>de</strong> Oviedo, un trabajo <strong>de</strong> Manuel Somoza, que entonces<br />

estaba <strong>de</strong>stinado como capitán <strong>de</strong> artillería en Oviedo, fechado el 8 <strong>de</strong><br />

diciembre <strong>de</strong> 1883, y titulado El Tercer marqués <strong>de</strong> Santa Cruz <strong>de</strong> Marcenado,<br />

acompañado <strong>de</strong> un cuadro genealógico119. A<strong>de</strong>más, la sociedad poseía entonces<br />

la manuscrita e inédita obra titulada Historia <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Navia <strong><strong>de</strong>l</strong> Valle <strong>de</strong><br />

Anleo, cua<strong>de</strong>rno (72 páginas en 4º) que se proponía por entonces publicar,<br />

pero que como tantos y tantos proyectos no llegó a ver realizado120. La que sí fue publicada por iniciativa <strong>de</strong> la sociedad La Quintana es<br />

Bosquejo acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> estado que alcanzó en todas épocas la Literatura en <strong>Asturias</strong>. En<br />

un artículo aparecido en El Carbayón <strong>de</strong> Oviedo121, a primeros <strong>de</strong> 1885, bajo<br />

el título Bosquejo bibliográfico <strong>de</strong> los escritores asturianos contemporáneos y los<br />

anónimos <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo actual, Máximo Fuertes Acevedo daba a la luz pública la<br />

introducción <strong>de</strong> un trabajo, que pretendía fuera una ampliación o complemento<br />

<strong>de</strong> su Ensayo <strong>de</strong> una Biblioteca <strong>de</strong> Escritores Asturianos, con la que en<br />

1867 había ganado el primer premio, dotado con 8.000 reales, <strong>de</strong> la Biblioteca<br />

Nacional. En él alaba la iniciativa <strong>de</strong> Julio Somoza <strong>de</strong> guardar sus artículos<br />

dispersos y expuestos a <strong>de</strong>saparecer para publicarlos como libro, bajo el título<br />

Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana, y anunciaba que la misma i<strong>de</strong>a sería puesta<br />

en práctica por Fermín Canella, con otra obra. Pues bien, parece ser que esta<br />

bibliografía tenía una extensión enorme y por su costo no se publicó. En su<br />

lugar lo que publicó La Quintana fue un bosquejo, más reducido, que apareció<br />

aquel año en Badajoz, pero que se había insertado entre 1880 y 1882 en la<br />

ovetense Revista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, <strong>de</strong> la que eran colaboradores los miembros <strong>de</strong> La<br />

Quintana. La prensa asturiana y madrileña no escaseó elogios a esta obra titulada<br />

Bosquejo acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> estado que alcanzó en todas épocas la literatura en <strong>Asturias</strong>,<br />

seguido <strong>de</strong> una extensa bibliografía <strong>de</strong> los escritores asturianos122. Fuertes Acevedo<br />

118 El concurso se anunció en la prensa en mayo <strong>de</strong> 1884 y en el mes <strong>de</strong> junio publicó<br />

Fuertes Acevedo en La Crónica <strong>de</strong> Badajoz, los días 16, 21 y 28 una biografía <strong><strong>de</strong>l</strong> marqués.<br />

El 7 <strong>de</strong> julio se publicó la convocatoria <strong><strong>de</strong>l</strong> certamen. El plazo para la terminación <strong>de</strong> las<br />

memorias era hasta el 15 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1884. Se <strong>de</strong>clararon <strong>de</strong>siertos los primeros premios,<br />

pero el Jurado teniendo en cuenta el poco tiempo que habían tenido los autores, convocó<br />

un nuevo concurso. En este segundo certamen obtuvo el primer premio Juan <strong>de</strong><br />

Madariaga con su obra Comentarios a la vida y los escritos <strong><strong>de</strong>l</strong> General Marqués <strong>de</strong> Santa Cruz<br />

<strong>de</strong> Marcenado. Fuertes Acevedo, finalizado el concurso propuso a la Junta directiva <strong><strong>de</strong>l</strong> centenario<br />

la erección <strong>de</strong> una estatua <strong><strong>de</strong>l</strong> marqués, como colofón <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo.<br />

119 El Carbayón, 19 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1884.<br />

120 El Carbayón, 20 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1884.<br />

121 El Carbayón, 19, 21 y 22 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1885.<br />

122 En 1985, al cumplirse el centenario <strong>de</strong> su publicación llevó a cabo una edición facsímil<br />

la “Biblioteca Antigua Asturiana”, con prólogo <strong>de</strong> Arturo Muñiz.<br />

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76<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

seguiría recopilando datos y autores hasta su muerte, <strong>de</strong>jando inédita en<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> sus here<strong>de</strong>ros en siete valiosísimos tomos este Estudio <strong>de</strong> los escritores<br />

contemporáneos <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, que no ha llegado a ver la luz pública.<br />

Del Bosquejo <strong>de</strong> Fuertes Acevedo ha dicho Martínez Cachero que se<br />

trata “<strong>de</strong> algo así como un manual <strong>de</strong> historia <strong>de</strong> la literatura asturiana —(el<br />

primero y, hasta hoy, el único; el que da trabada arquitectura a un vasto conjunto<br />

nunca más estructurado)—, muy útil en sus referencias y con la ineludible<br />

y consiguiente limitación temporal, dado que la generación posromántica<br />

asturiana —aquella que pudiera presidir Leopoldo Alas y Armando<br />

Palacio Valdés, al que el mismo Fuertes pertenecía; la que se reúne en torno<br />

a la Universidad y a la aludida Revista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>— estaba aún en plena vitalidad<br />

creadora” 123.<br />

Mientras Fuertes Acevedo trabaja en estos temas bibliográficos<br />

Fermín Canella publica en 1884 en El Carbayón, convertido sin lugar a dudas<br />

en verda<strong>de</strong>ro aban<strong>de</strong>rado <strong><strong>de</strong>l</strong> movimiento y boletín <strong>de</strong> la sociedad, el artículo<br />

Saber Popular. Folklore Asturiano124. Se trata <strong>de</strong> un viejo trabajo, según leemos:<br />

“Es adjunto un Proyecto <strong>de</strong> Interrogatorio o Programa <strong>de</strong> cuanto pue<strong>de</strong>n<br />

compren<strong>de</strong>r las Ciencias y Letras <strong>de</strong> La Quintana <strong>de</strong> esta provincia, cuyo<br />

estudio emprendí con la mayor voluntad antes <strong>de</strong> 1882 en la Revista <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>: tarea paralizada cuando <strong><strong>de</strong>l</strong> estadio <strong>de</strong> la prensa <strong>de</strong>sapareció aquella<br />

publicación, muy digna <strong>de</strong> mejor suerte”. El trabajo se dirigía con fecha 1<br />

<strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1884 a don Antonio Machado y Álvarez, fundador <strong><strong>de</strong>l</strong> Folklore<br />

español, y su fin era el <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r a crear en <strong>Asturias</strong> la correspondiente asociación<br />

regional <strong><strong>de</strong>l</strong> Folklore, a imitación <strong>de</strong> las constituidas en otros puntos<br />

<strong>de</strong> España. En él se pasa revista a los distintos temas objetos <strong>de</strong> estudio:<br />

<strong>Asturias</strong> y sus habitantes; dialecto y literatura popular; costumbres <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>; fiestas y calendario popular <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>; creencias y supersticiones<br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>; el trabajo y artes populares <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>; y conocimientos populares<br />

en La Quintana. Ciencia <strong><strong>de</strong>l</strong> vulgo en <strong>Asturias</strong>. Se imprimió en folleto y,<br />

finalmente, según hemos visto que anunciaba Fuertes Acevedo, se publicó en<br />

1886, junto a otros artículos ya aparecidos en la prensa en un libro titulado<br />

Estudios asturianos: Cartafueyos d’Asturies, siguiendo el ejemplo <strong>de</strong> Somoza en<br />

Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana.<br />

Por lo que respecta a Ciriaco Miguel Vigil, ya antes <strong>de</strong> formar parte<br />

<strong>de</strong> La Quintana venía <strong>de</strong>dicándose hacía casi cuarenta años (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1845 que<br />

la comenzó) con tesón infatigable a la epigrafía, recorriendo palacios, monasterios,<br />

castillos, santuarios, torres y ermitas <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, incluso mucho antes<br />

123 MARTÍNEZ CACHERO, José María. Notas sobre bibliografía literaria asturiana. Oviedo,<br />

Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> I.D.E.A. nº 32, 1957; pág. 399.<br />

124 El Carbayón, 10 a 15 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1884.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

<strong>de</strong> ser nombrado Archivero <strong>de</strong> la Diputación. Hombre consagrado al estudio<br />

y a la investigación, había organizado en Oviedo la Aca<strong>de</strong>mia provincial <strong>de</strong><br />

Bellas Artes y la Comisión <strong>de</strong> Monumentos. A impulso <strong>de</strong> La Quintana ve<br />

finalizado su monumental obra sobre epigrafía asturiana y en 1884 la<br />

Diputación Provincial <strong>de</strong> Oviedo acordó publicarla. Sin embargo, aún tardaría<br />

en ver la luz pública, apareciendo en 1887 bajo el título: <strong>Asturias</strong> monumental,<br />

epigráfica y diplomática: datos para la historia <strong>de</strong> la provincia. Constaba <strong>de</strong><br />

dos tomos, uno <strong>de</strong> texto y otro <strong>de</strong> láminas e inscripciones, insertando al final<br />

una lista <strong>de</strong> fuentes bibliográficas. Esta obra <strong>de</strong> por sí justificaría lo que<br />

hemos dicho sobre la importancia <strong><strong>de</strong>l</strong> legado cultural <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> La<br />

Quintana. La Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia acordó la adquisición <strong><strong>de</strong>l</strong> mayor número<br />

<strong>de</strong> ejemplares posible y su distribución entre todos los institutos <strong>de</strong> enseñanza<br />

pública. Y la fama <strong>de</strong> su autor llegó hasta Alemania, en don<strong>de</strong> gran<br />

número <strong>de</strong> las publicaciones <strong><strong>de</strong>l</strong> afamado investigador Hübner se <strong>de</strong>bían a la<br />

información <strong><strong>de</strong>l</strong> estudioso asturiano125. Pero ya entonces, cuando se publica esta obra, su autor, miembro<br />

correspondiente <strong>de</strong> las Reales Aca<strong>de</strong>mias <strong>de</strong> San Fernando y <strong>de</strong> la Historia,<br />

tenía inédita otra importantísima obra que aparecería en 1889, titulada<br />

Colección histórico diplomática <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento <strong>de</strong> Oviedo, que verá la luz pública<br />

en 1890, gracias al acuerdo <strong>de</strong> la Comisión <strong>de</strong> Instrucción Pública <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Ayuntamiento <strong>de</strong> Oviedo126. Eran trabajos que el autor comunicaba con sus<br />

amigos <strong>de</strong> La Quintana. Así lo confiesa Fermín Canella en el comentario al<br />

trabajo <strong>Asturias</strong> Monumental: “Unidos nosotros al señor Vigil por tan antigua<br />

como cariñosa amistad; habiendo recibido en ocasiones muy repetidas su<br />

valioso concurso para nuestros trabajos, según lo manifestamos siempre para<br />

separarnos <strong>de</strong> tantos y tantos que se aprovecharon <strong>de</strong> sus estudios sin confesarlo<br />

con gratitud; y sintiendo afición <strong>de</strong>cidida, ya que no coronada por éxito<br />

feliz, a la historia provincial, nosotros muy particularmente vemos con ínti-<br />

125 El Carbayón publicaba con fecha 20 y 21 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1889, la traducción <strong>de</strong> un trabajo<br />

aparecido en el Semanario Philológico <strong>de</strong> Berlín, núm 25, correspondiente al 22 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong><br />

1889, <strong><strong>de</strong>l</strong> profesor Herr Rudolf Beer, <strong>de</strong> Viena, alabando la obra <strong>de</strong> Vigil en términos tales<br />

como estos: “La actividad y movimientos promovidos por Vigil para ulteriores estudios y<br />

problemas, fastilogía episcopológica, génesis <strong><strong>de</strong>l</strong> latín romanceado, noticias bibliográficas<br />

etcétera, ofrecen la seguridad <strong>de</strong> que el precioso material acumulado en la obra que nos<br />

ocupa, servirá para otras nuevas investigaciones, que a su vez <strong>de</strong>volverá con usura lo que<br />

Vigil ha inaugurado <strong>de</strong> una manera tan extensa como digna <strong>de</strong> todo encomio”. Y en otro<br />

lugar: “La <strong>Asturias</strong> monumental <strong>de</strong> Vigil constituye por sí misma un monumento <strong>de</strong> la<br />

más solicitada actividad literaria <strong>de</strong> España renaciente —exemplo et virtute— Por nuestra<br />

parte y <strong>de</strong> todo corazón <strong>de</strong>searíamos que el ejemplo permaneciese cubierto y ganase prosélitos.<br />

Imitárenle las <strong>de</strong>más provincias y la España se nos volvería a presentar con todo el<br />

esplendor <strong>de</strong> su historia, en po<strong>de</strong>r e ingénitas aptitu<strong>de</strong>s científicas”.<br />

126 Al parecer según Fermín Canella hubo varios acuerdos para su publicación, en 1871,<br />

1882 y por fin el <strong>de</strong> 1888. Formaban la Comisión <strong>de</strong> Instrucción Pública este año los señores:<br />

González Río, Alas, Escotet, Uría, Berjano y Posada. El Carbayón, 7 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1890.<br />

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78<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

mo regocijo la aparición <strong><strong>de</strong>l</strong> suspirado libro” 127. Y el propio Somoza también<br />

viene a confirmarlo en una carta a Calixto Alvargonzález en la que queda<br />

patente tanto la generosidad <strong>de</strong> Vigil como <strong>de</strong> Vigón:<br />

Amigo Calixto.<br />

Voy a <strong>de</strong>volverle a Vigón lo q. e nos envió, si Vd. no necesita el calco<br />

<strong>de</strong> la lápida <strong>de</strong> Vigil, (a pesar <strong>de</strong> su incondicional oferta) creo conveniente<br />

q. e por lo mismo q. e nos facilita todo lo suyo con liberalidad, juzgo, a<br />

la vez, q. e <strong>de</strong>be tener mucho afecto a lo <strong>de</strong> Colunga, y que “en conciencia”<br />

<strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>volvérselo.<br />

Vd. resolverá lo q. e estime justo128. Junto a estas publicaciones importantes <strong>de</strong> libros, en El Carbayón aparecen<br />

incesantemente artículos <strong>de</strong> los componentes <strong>de</strong> La Quintana. Quien<br />

más llegó a publicar es, sin duda, Fermín Canella, a quien favorecía su resi<strong>de</strong>ncia<br />

en Oviedo, se<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> periódico. Pero también aparecen algunos artículos<br />

<strong>de</strong> Somoza, aunque resulta difícil i<strong>de</strong>ntificarlos por no llevar firma, como<br />

por ejemplo el <strong>de</strong>dicado a don Máximo Fuertes Acevedo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la serie Los<br />

Asturianos <strong>de</strong> Hoy, que luego ampliaría con Fermín Canella, dando lugar al<br />

folleto titulado: Noticias biográficas y bibliográficas <strong>de</strong> Máximo Fuertes Acevedo.<br />

Braulio Vigón publica en 1885 dos importantes artículos en el mismo periódico:<br />

el primero, Apuntes para la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> Riba<strong>de</strong>sella y su concejo en 1574 129 y<br />

Alzamiento <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> en 1808: Don José Carrandí, en el que se publican dos<br />

documentos o manuscritos propiedad <strong>de</strong> La Quintana130. Al año siguiente<br />

publicará otro artículo titulado: Caravia con apoyo también <strong>de</strong> un manuscrito<br />

<strong>de</strong> La Quintana131. Más tar<strong>de</strong> publicará en 1891 su trabajo Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar132. En esta obra también se vale <strong>de</strong> algún manuscrito propiedad <strong>de</strong> La Quintana,<br />

lo que <strong>de</strong>nota que fue una obra compartida, en el sentido <strong>de</strong> comunicada<br />

entre sus amigos. Está reducida al folklore <strong>de</strong> Colunga pero bellísima e importantísima,<br />

llena <strong>de</strong> emoción y cariño a La Quintana.<br />

Resulta difícil inventariar todo lo que La Quintana recogió y recopiló.<br />

Dice Constantino Cabal que “formó biblioteca ‘La Quintana’ <strong>de</strong> muchísimo<br />

valor. Juntó documentos útiles, reunió manuscritos importantes, consiguió<br />

libros difíciles... copiosa correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> personalida<strong>de</strong>s prestigiosas,<br />

127 El Carbayón, 8 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1887.<br />

128 Archivo FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ. Fondos proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Pedro Hurlé:<br />

16/26.<br />

129 El Carbayón, 1 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1885. Cita un manuscrito <strong>de</strong> La Quintana, relativo a las medidas<br />

adoptadas en Riba<strong>de</strong>sella ante la amenaza <strong>de</strong> los corsarios ingleses.<br />

130 El Carbayón, 11 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1885. Los temas <strong>de</strong> la guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia fueron tratados<br />

también en varias ocasiones por Fermín Canella.<br />

131 El Carbayón, 7 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1886.<br />

132 El Carbayón, 16 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1891.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

dirigida a <strong>Jovellanos</strong>; curiosa correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Martínez Marina, —(don<br />

Francisco) a su hermano don Miguel; relación <strong>de</strong> la visita <strong>de</strong> don José Canga<br />

Argüelles en el 1837, al Real Instituto <strong>de</strong> Gijón... Todo lo que encontraban en<br />

sus buscas y compraban en sus viajes que pudiera aportar un solo grano a la<br />

cosecha <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, lo llevaban estos hombres a la troj <strong>de</strong> La Quintana sin<br />

remedio” 133.<br />

Un ejemplo <strong>de</strong> esta labor recopiladora se encuentra en los documentos<br />

jovellanistas publicados por Somoza en 1891, bajo el título Escritos Inéditos<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Fue una obra publicada con ocasión <strong>de</strong> levantarse la estatua a<br />

<strong>Jovellanos</strong> en Gijón. La <strong>de</strong>dicó Somoza a su hermano, en estos cariñosísimos<br />

términos: A D. MANUEL SOMOZA DE MONTSORIÚ, comandante <strong>de</strong><br />

Artillería, en estimación <strong>de</strong> la perpetua amistad y <strong><strong>de</strong>l</strong> probado amor, con que siempre<br />

le quiere su hermano. En el capítulo Preliminar ya se anuncia al lector la proce<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> los documentos conservados con religioso amor por uno <strong>de</strong> los más beneméritos<br />

socios <strong>de</strong> La Quintana, y a cuya diligencia se <strong>de</strong>be también <strong>de</strong> hallazgo y<br />

or<strong>de</strong>nación, tocándonos a nosotros la grata tarea <strong>de</strong> ponerlos en limpio, con solícito<br />

cuidado, para que en su día pudieran ver la luz pública. Tal vez se esté refiriendo<br />

a Fuertes Acevedo, que en el momento <strong>de</strong> la publicación <strong><strong>de</strong>l</strong> libro había fallecido.<br />

Todo parece indicar que los manuscritos permanecían en la posesión<br />

<strong>de</strong> su primitivo dueño o quien los adquiriera, pero se consi<strong>de</strong>raban propiedad<br />

común <strong>de</strong> todos sus miembros, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> La Quintana, que no tenía un<br />

archivo propio, bajo la custodia <strong>de</strong> un archivero, secretario o alguien así. Al<br />

fallecimiento <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los miembros los legajos pasaban a la posesión <strong>de</strong> sus<br />

here<strong>de</strong>ros, como fue el caso <strong>de</strong> Fuertes Acevedo. Así nos lo ha dicho Somoza<br />

al referirse a las fuentes <strong>de</strong> su obra Documentos para escribir la biografía <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, y que pertenecieron al archivo <strong>de</strong> La Quintana: Otro, muy abundante,<br />

compren<strong>de</strong> valiosos instrumentos <strong><strong>de</strong>l</strong> archivo <strong>de</strong> La Quintana (su actual poseedor,<br />

el señor Fuertes Arias), gran parte <strong>de</strong> los cuales dimos a la estampa en anteriores<br />

obras: encontrándose unos pocos, en extraños y raros libros o folletos: ascien<strong>de</strong>n<br />

a 112 134.<br />

Muerto Máximo Fuertes Acevedo el 1 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1890, y manteniendo<br />

Somoza algunas diferencias con Fermín Canella, todo parece indicar que<br />

La Quintana se vino abajo. Así lo ha entendido Ana María Vigón: “La<br />

Quintana —que empieza a tambalearse en 1886— muere, por fin, en 1890,<br />

cuando entre alguno <strong>de</strong> sus principales miembros empiezan a abrirse grietas<br />

insalvables <strong>de</strong> incompatibilidad y <strong>de</strong>sconfianza”. Sin embargo, no será éste<br />

133 Los planes <strong>de</strong> La Quintana, en “Contribución al Diccionario Folklórico <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>”.<br />

Oviedo, I.D.E.A., 1951; pág. 102.<br />

134 Prólogo; pág. 20.<br />

79


80<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

el año <strong>de</strong> su <strong>de</strong>saparición, ya que por una parte la obra <strong>de</strong> sus componentes<br />

sigue a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante: Somoza publica Escritos Inéditos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> (1891); Braulio<br />

Vigón en Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar (en 1891 en El Carbayón); Ciriaco Miguel Vigil<br />

Heráldica Asturiana, y Catálogo Armorial <strong>de</strong> España, seguido <strong>de</strong> leyes y preceptos,<br />

bibliografía <strong><strong>de</strong>l</strong> blasón, ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Caballería y genealogía (1892), una obra que<br />

estaba preparando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los inicios <strong>de</strong> La Quintana, mucho antes que otros<br />

autores mo<strong>de</strong>rnos. A<strong>de</strong>más, sabemos por ejemplo que Acevedo y Huelve,<br />

que ya aportó a Las Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> el contrato <strong>de</strong> préstamo personal<br />

contraído en la Isla <strong>de</strong> León por don Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> en favor<br />

<strong>de</strong> don Domingo García <strong>de</strong> la Fuente, ahora en 1891 sigue aportando documentos<br />

para La Quintana, en esta ocasión y por el mismo conducto, es <strong>de</strong>cir:<br />

gracias a la generosidad <strong>de</strong> Domingo García <strong>de</strong> la Fuente, vecino <strong>de</strong> Coaña,<br />

el documento <strong>de</strong> donación <strong>de</strong> la finca <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> Las figares a Domingo<br />

García <strong>de</strong> la Fuente 135. Por otra parte, La Quintana volverá a anunciarse con<br />

nuevos bríos en El Carbayón.<br />

5.— Segunda época<br />

El martes 15 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1892 aparecía la que se titulaba Estafeta <strong>de</strong><br />

La Quintana, una página <strong>de</strong> El Carbayón <strong>de</strong>dicada a tratar <strong><strong>de</strong>l</strong> folklore asturiano.<br />

Si hasta ahora La Quintana había funcionando sin ninguna manifestación<br />

externa, sin bombo como <strong>de</strong>cía Fermín Canella, ahora va a sentir la necesidad<br />

<strong>de</strong> organizarse a través <strong>de</strong> un folletín y <strong>de</strong> un nuevo logotipo.<br />

Indudablemente se trata <strong>de</strong> una nueva etapa. Aparece también una Comisión<br />

Organizadora que tras explicar el significado <strong><strong>de</strong>l</strong> nombre <strong>de</strong> Quintana, tal<br />

como ya hemos visto, daba razón <strong><strong>de</strong>l</strong> porqué <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo emblema o símbolo<br />

<strong>de</strong> la sociedad, el búho:<br />

“Lo supersticioso, lo legendario, lo tradicional tiene por símbolo<br />

y emblema el búho: he aquí la razón <strong>de</strong> que una imagen <strong>de</strong> esta<br />

ave nocturna ilustre el escudo <strong>de</strong> nuestra sociedad”.<br />

También daba cuenta <strong>de</strong> sus reuniones y <strong>de</strong> los días que habría <strong>de</strong><br />

aparecer dicha estafeta:<br />

“Los viernes, a la hora <strong><strong>de</strong>l</strong> crepúsculo, y los sábados a la <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

aquelarre, celebrarán sus reuniones los socios <strong>de</strong> La Quintana: los<br />

martes se publicarán sus acuerdos. Son horas y días que la tradición<br />

consi<strong>de</strong>ra nefastos, y así estará en carácter”.<br />

135 El Carbayón, 6 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1891.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

El lugar <strong>de</strong> reunión no lo dice la Comisión Organizadora, pero se<br />

sabe. Era en una pensión <strong>de</strong> la tradicional calle <strong>de</strong> Cima<strong>de</strong>villa, la calle por<br />

excelencia <strong>de</strong> Oviedo, don<strong>de</strong> está el menti<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la ciudad, según ha dicho<br />

Fermín Canella y ha añadido: “Es, como vulgarmente se dice, un coche parado,<br />

porque allí como en un calidoscopio aparecen lo ordinario y lo extraordinario<br />

<strong>de</strong> Oviedo. Es el corazón <strong>de</strong> la ciudad y el lugar <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s exhibiciones”<br />

136.<br />

Se tratará <strong>de</strong> una Quintana renovada. Los objetivos <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> ser los<br />

histórico-literarios, para centrarse principalmente en lo folklórico:<br />

“Pero en or<strong>de</strong>n a las tradiciones populares, a los usos, costumbres,<br />

supersticiones, leyendas, proverbios, romances, cuentos,<br />

cantares, etcétera, cada pueblo tiene los suyos, y como esta riqueza es<br />

común, hay necesidad <strong>de</strong> inventariarla porque es inapreciable fuente,<br />

verda<strong>de</strong>ro faro para penetrar en las sombras <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado, registrar<br />

todo el proceso <strong>de</strong> nuestra cultura y reconstruir la historia <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo<br />

asturiano.<br />

Esto va a hacer La Quintana, que será más tar<strong>de</strong> archivo<br />

riquísimo <strong>de</strong> nuestras tradiciones y tesoro <strong>de</strong> la asturiana literatura”.<br />

Por otra parte cualquier persona podía pertenecer a la nueva<br />

Quintana, especialmente las mujeres:<br />

“A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los cultivadores ya conocidos, formarán parte <strong>de</strong><br />

esta sociedad todos los asturianos que quieran ayudarnos, y antes las<br />

asturianas que se sirvan favorecernos.<br />

La mujer asturiana conserva vivo el fuego <strong><strong>de</strong>l</strong> hogar, como<br />

las antiguas vestales, y guarda el tesoro <strong>de</strong> nuestras tradiciones y<br />

leyendas más cuidadosamente que el hombre.<br />

Admitimos, pues, adhesiones para realizar el pensamiento,<br />

y formaremos listas <strong>de</strong> colaboradores <strong>de</strong> La Quintana”.<br />

Hemos <strong>de</strong> suponer que entre “los cultivadores ya conocidos” figurase<br />

Somoza, pero a <strong>de</strong>cir verdad no aparece su nombre en ninguno <strong>de</strong> los trabajos.<br />

Se <strong>de</strong>cía, según la Comisión Organizadora, que los artículos <strong>de</strong> la estafeta<br />

<strong>de</strong>bían <strong>de</strong> estar firmados, porque si no, no se publicarían.<br />

Para publicarlos con seudónimo tenía que conocerse al autor, si no La<br />

Quintana no los publicaba.<br />

136 CANELLA Y SECADES, Fermín. El libro <strong>de</strong> Oviedo. Guía <strong>de</strong> la ciudad y su concejo. Oviedo,<br />

1887; págs. 107 y 109.<br />

81


82<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Pues bien, a lo largo <strong>de</strong> un año escaso que esta sección apareció en El<br />

Carbayón no figura ninguno firmado por Somoza. Claro que sí aparecen algunos<br />

sin firma, y otros con seudónimo. De todas las maneras cabe pensar que<br />

don Julio, al menos indirectamente, ayudaría a esta nueva i<strong>de</strong>a que en realidad<br />

no era sino continuación y producto <strong>de</strong> aquella <strong>de</strong> la que en su día había<br />

sido uno <strong>de</strong> los más entusiastas fundadores.<br />

Se ha producido un relevo en la dirección y <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> pensamiento.<br />

Dos antiguos colaboradores (uno <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong> los primeros miembros<br />

fundadores), Braulio Vigón y Bernardo Acevedo y Huelves, ambos amigos<br />

<strong>de</strong> Somoza, van a ocuparse <strong>de</strong> seguir a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante con el antiguo pensamiento.<br />

Este último llevará la dirección <strong>de</strong> la Estafeta <strong>de</strong> La Quintana, que salía<br />

los martes (salvo excepción <strong>de</strong>bida a las necesida<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> periódico) pero no<br />

semanalmente sino quincenalmente.<br />

Al comienzo abundaban los colaboradores, pero a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> verano<br />

<strong>de</strong> 1892 casi todo el peso <strong><strong>de</strong>l</strong> folletín recae en estos dos entusiastas <strong><strong>de</strong>l</strong> bable<br />

y <strong><strong>de</strong>l</strong> saber popular, que recorriendo <strong>Asturias</strong> ponen en letra impresa un<br />

cuento que recita una niña <strong>de</strong> seis años en Oviedo; o una poesía una anciana<br />

<strong>de</strong> ochenta años en Colunga.<br />

El martes 22 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1893, veía la luz pública el nº 26 <strong>de</strong> la<br />

Estafeta <strong>de</strong> La Quintana: aquel día fue el último <strong>de</strong> La Quintana. Fracasó en sus<br />

importantísimos objetivos <strong>de</strong> hacer una Biblioteca Asturiana y una Aca<strong>de</strong>mia<br />

Asturiana, según el pensamiento <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Pero logró dar a la cultura<br />

asturiana un impulso enorme.<br />

En su seno se gestaron obras perdurables, algunas <strong>de</strong> las cuales todavía<br />

no se han perdido y están esperando quien las saque a la luz, como los<br />

importantes trabajos bibliográficos <strong>de</strong> Fuertes Acevedo; otras son todavía<br />

hoy principales fuentes para el conocimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado asturiano, como las<br />

monumentales obras <strong>de</strong> Ciriaco Miguel Vigil; hoy que existe una Aca<strong>de</strong>mia<br />

<strong>de</strong> la Llingua en nuestro <strong>Principado</strong>, resultan <strong>de</strong> actualidad los bellos y riquísimos<br />

trabajos <strong>de</strong> Bernardo Acevedo y Huelves y Braulio Vigón; nadie pue<strong>de</strong><br />

conocer en nuestros días la <strong>Asturias</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> XIX sin recurrir a la obra <strong>de</strong> Fermín<br />

Canella; y en cuanto a Somoza, toda su obra jovellanista <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su Catálogo <strong>de</strong><br />

manuscritos e impresos notables <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> hasta el Inventario <strong>de</strong> un<br />

jovellanista, se produce con la ayuda <strong>de</strong> La Quintana. Unas veces le publica las<br />

obras, otras le aporta los materiales para su estudio.<br />

Pero si estos fueron los logros reales y directos en el seno <strong>de</strong> la propia<br />

sociedad, todavía hay que hablar <strong>de</strong> su proyección al exterior. Gracias al<br />

espíritu <strong>de</strong> La Quintana, a su ejemplo y a su impulso, se llevará a cabo en


84<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

<strong>Asturias</strong> un incremento notable <strong>de</strong> publicaciones asturianas. Así lo reconocía<br />

la prensa en 1889:<br />

“Satisfechos pue<strong>de</strong>n estar los activos e ilustrados socios <strong>de</strong><br />

La Quintana por los brillantes resultados obtenidos en su patriótica<br />

propaganda y en su continuado impulso para la publicación <strong>de</strong> libros<br />

asturianos” 137.<br />

“(...) Por otra parte, también coincidió con aquel llamamiento<br />

<strong>de</strong> conocidos escritores, el trabajo meritorio <strong>de</strong> otros autores distinguidos,<br />

asistiendo unos y otros por distintos caminos al renacimiento<br />

<strong>de</strong> la historia provincial”.<br />

Y cita una enorme lista <strong>de</strong> publicaciones, entre las que <strong>de</strong>stacaremos:<br />

El libro <strong>de</strong> la Pelagra <strong>de</strong> Faustino Roel; Páginas Asturianas, <strong>de</strong> Manuel<br />

Fernán<strong>de</strong>z Ladreda; Los <strong>Foro</strong>s <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> y Galicia, <strong>de</strong> Jove y Bravo; la História<br />

crítico-filosófica <strong>de</strong> la monarquía asturiana, por Mariano M. Valdés; la<br />

Mineralogía Asturiana <strong>de</strong> Fuertes Acevedo; la Poesía popular <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> <strong>de</strong> Juan<br />

Menén<strong>de</strong>z Pidal; las Biografías <strong>de</strong> Cónsul y Caveda; la Iconoteca asturiano-universitaria,<br />

el Libro <strong>de</strong> Oviedo, por Fermín Canella; <strong>Jovellanos</strong> Artista y la<br />

Memoria sobre la Capilla <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey Casto por Fortunato Selgas; la Guía industrial y<br />

comercial <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> por Ángel R. Cartavio; Covadonga <strong>de</strong> A. Cáceres; De<br />

Palencia a Oviedo y Gijón por Ricardo Becerro <strong>de</strong> Bengos; etcétera.<br />

6.— El interés por el bable<br />

En lo que a Somoza se refiere creemos que esta segunda etapa <strong>de</strong> La<br />

Quintana habría <strong>de</strong> incrementar su interés por el bable. Así lo prueba una obra<br />

en la que trabajará por entonces. Se trata <strong>de</strong> un ensayo <strong>de</strong> un vocabulario <strong>de</strong><br />

dialecto asturiano o dialecto <strong>de</strong> los naturales <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, que ha visto la luz pública<br />

en nuestros días gracias a la labor investigadora <strong>de</strong> Álvaro Arias Cabal. El<br />

manuscrito se conservaba en el Real Instituto <strong>de</strong> Estudios Asturianos. Esta<br />

obra cuya autoría creemos que ha quedado bien <strong>de</strong>terminada, sobre todo por<br />

el cotejo <strong>de</strong> la letra, que a todas luces parece <strong>de</strong> Somoza138, es posible a nuestro<br />

enten<strong>de</strong>r que tuviera su origen en este resurgir <strong>de</strong> La Quintana.<br />

137 El Carbayón, 19 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1889.<br />

138 SOMOZA, Julio. Primer ensayo <strong>de</strong> un vocabulario bable. Edición, estudiu y notes d’Álvaro<br />

Arias Cabal. Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Llingua Asturiana. Ovieu, 1996. Creemos que por lo <strong>de</strong>más<br />

no hay muchas dudas sobre la autoría <strong>de</strong> la este vocabulario. La expresión: Un pitu <strong>de</strong> la<br />

Quintana (cayando <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más), con que aparece firmado el manuscrito es muy <strong><strong>de</strong>l</strong> humor<br />

y vena <strong>de</strong> Somoza. Las fuentes que se citan son también muy somozianas, y hasta la falta<br />

<strong>de</strong> citación <strong>de</strong> Canella en el vocabulario, a pesar <strong>de</strong> haberlo citado en las fuentes, podría<br />

explicarse por la enemistad <strong>de</strong> uno hacia el otro.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

En 1891 publicará Apolinar <strong>de</strong> Rato su diccionario bable, sobre el que<br />

vertirá Somoza su dura crítica. Y al año siguiente aparecerá la Estafeta <strong>de</strong> La<br />

Quintana, uno <strong>de</strong> cuyos objetivos va a ser llevar a cabo la formación <strong>de</strong> un<br />

diccionario bable. En los primeros números se trata <strong>de</strong> palabras aisladas,<br />

mientras que a medida que la publicación avanza se organiza un diccionario<br />

que quedó interrumpido en la letra “F”. Todo parece indicar que el responsable<br />

tanto <strong>de</strong> la estafeta como <strong>de</strong> la formación <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo diccionario bable<br />

era Bernardo Huelves Acevedo. En el número 10, <strong>de</strong> fecha 5 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1892<br />

la Estafeta daba una cita <strong>de</strong> Unamuno. El Rector <strong>de</strong> Salamanca se interesa por<br />

La Quintana y le escribe a su amigo Pedro <strong>de</strong> Mugica: “El Carbayón, diario <strong>de</strong><br />

Oviedo, publica a guisa <strong>de</strong> Hoja Literaria una hoja que titulo ‘Estafeta <strong>de</strong> la<br />

Quintana’, <strong>de</strong>dicada casi exclusivamente a recoger documentos sobre el<br />

bable. Está publicando un vocabulario bable y poesías bables. En uno <strong>de</strong> esos<br />

números me aludía según me han dicho sin acertar a <strong>de</strong>cirme por qué, sólo<br />

que era cosa <strong>de</strong> lingüística. El que publica tales cosas se llama B. Acevedo.<br />

Voy a escribirle pidiéndole el número ese, todos los números <strong><strong>de</strong>l</strong> vocabulario<br />

por duplicado (uno para Vd.) y una nota <strong>de</strong> las mejores colecciones <strong>de</strong> poesías<br />

bables. De este modo podré remitir a usted, si lo <strong>de</strong>sea y aún no lo tiene,<br />

cuanto material haya. Le enviaré la nota bibliográfica que reciba <strong>de</strong> El<br />

Carbayón. ¿Ha estudiado usted algo el bable?” 139.<br />

En efecto, Unamuno escribe a Acevedo y éste le respon<strong>de</strong> con una<br />

carta cariñosísima prometiéndole enviarle los números <strong>de</strong> El Carbayón que le<br />

pedía y recomendándole los romances <strong>de</strong> Caveda140. Parece ser que aun <strong>de</strong>saparecida<br />

la Estafeta <strong>de</strong> la Quintana, Acevedo seguía con su intención <strong>de</strong> sacar<br />

a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante su vocabulario bable, pues todavía en febrero <strong>de</strong> 1894, leemos en<br />

una carta <strong>de</strong> Unamuno a Mugica que Acevedo está haciendo un vocabulario<br />

bable141. La correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Unamuno con Bernardo Huelves Acevedo se<br />

interrumpió al parecer bruscamente. En 1897 escribe Unamuno a su amigo<br />

chileno: “¿Sigue usted teniendo relaciones con Bernardo Acevedo, el <strong>de</strong><br />

Oviedo? He aquí una persona <strong>de</strong> la que no he vuelto a saber nada, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> habernos escrito. Lo mismo me ha sucedido con algún otro” 142.<br />

139 Cartas inéditas <strong>de</strong> Miguel <strong>de</strong> Unamuno. Recopilación y prólogo <strong>de</strong> Sergio Fernán<strong>de</strong>z<br />

Larrain. Madrid, Ediciones Rodas, 2ª Edición, 1972; pág. 162. La carta no lleva fecha.<br />

140 Carta <strong>de</strong> Unamuno a Múgica <strong>de</strong> fecha <strong>de</strong> 5 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1892. Op. cit., pág. 163.<br />

141 Concretamente leemos: “Tiene gracia eso que me dice usted <strong>de</strong> que la conclusión <strong>de</strong> mis<br />

cosas <strong><strong>de</strong>l</strong> Eco le prueba que no soy tan práctico como Acevedo que está haciendo el vocabulario.<br />

En primer lugar Acevedo vive en Oviedo y hace un vocabulario bable y yo vivo<br />

en Salamanca, y por más que pregunto nadie me da razón <strong>de</strong> que ni los charros, ni los<br />

armuñeses, ni los serranos hablen vascuence”. (Carta <strong>de</strong> 1 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1894; Ibí<strong>de</strong>m; pág.<br />

198.)<br />

142 Op. cit., pág. 235. La carta es <strong>de</strong> fecha 12 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1897.<br />

85


86<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Creemos que en esta cita <strong>de</strong> Unamuno pue<strong>de</strong> estar la clave <strong>de</strong> los<br />

apuntes <strong><strong>de</strong>l</strong> vocabulario bable que llevó a cabo Somoza. No creemos que<br />

Somoza tuviese intención <strong>de</strong> publicar un vocabulario bable. Se trataría más<br />

bien <strong>de</strong> algunos apuntes que va entresacando con el rigor que siempre caracterizó<br />

sus obras, anotando sus fuentes y proce<strong>de</strong>ncia y seleccionando los<br />

autores, para tal vez ofrecérselos a su amigo Acevedo.<br />

Arias Cabal en su magnífico estudio preliminar ha fijado la fecha <strong>de</strong><br />

inicio <strong><strong>de</strong>l</strong> vocabulario bable <strong>de</strong> Somoza en 1896, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecido el<br />

intento <strong>de</strong> la Estafeta <strong>de</strong> la Quintana. Sin embargo, reconoce que esta fecha<br />

pue<strong>de</strong> estar sometida a cambio143. Es más, se citan obras que eran conocidas<br />

<strong>de</strong> Somoza con anterioridad, como por ejemplo los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. De<br />

todas las maneras, parece que el intento <strong>de</strong> Acevedo <strong>de</strong> hacer un vocabulario<br />

bable perduraría <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecida la Estafeta <strong>de</strong> El Carbayón.<br />

Ahora bien, la circunstancia <strong>de</strong> que entre los manuscritos <strong>de</strong> El carácter<br />

Asturiano que se conservan en la Biblioteca Asturiana <strong><strong>de</strong>l</strong> P. Patac, figuren<br />

algunos papeles referentes al bable como son entre otros los que Arias Cabal<br />

<strong>de</strong>nomina Fuentes, y una página, la número 57, tachada y reutilizada, correspondiente<br />

a una primera redacción <strong><strong>de</strong>l</strong> Vocabulario, permite apuntar una<br />

segunda hipótesis, la <strong>de</strong> que se trata <strong>de</strong> un ensayo sobre habla asturiana <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> la obra que habría <strong>de</strong> <strong>de</strong>dicar al carácter astur.<br />

Tanto en un caso, como apuntes para su amigo Acevedo, como en el<br />

otro, para incorporarlo al Carácter, nos parece que Somoza no tuvo intención<br />

<strong>de</strong> hacer un diccionario bable. De hecho, sus opiniones sobre el bable son<br />

duras y <strong>de</strong>sabridas, como se ve en estos dos comentarios que figuran en esta<br />

misma obra:<br />

Bable: dialecto (forma <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte) por transición, relajación (por<br />

influencias extrañas) o <strong>de</strong>generación. Su estructura es siempre tosca; y s/<br />

(sic) manifestaciones, acusan la torpeza, ora conceptiva, pronunciativa,<br />

auditiva, explicativa144. Y por otra parte:<br />

El bable no es siquiera un dialecto. Es un conjunto <strong>de</strong> ellos don<strong>de</strong><br />

predominan las formas dialectales <strong>de</strong> la provincia (según su situación) limítrofe<br />

con el gallego, el bierzano, el montañés (...). Existe en el <strong>Principado</strong><br />

variedad <strong>de</strong> subdialectos o jergas; y por <strong>de</strong>scontado ninguno <strong>de</strong> generación<br />

literaria, sino <strong>de</strong> corrupción. Pasa con esto, lo que con el carácter. Propen<strong>de</strong><br />

143 SOMOZA. Primer ensayo <strong>de</strong> un vocabulario bable. Edición, estudiu y notes d’Álvaro Arias<br />

Cabal. Ovieu, 1996; pág. 59, nota 86.<br />

144 Cua<strong>de</strong>rno XI. Lo recoge Arias Cabal en la pág. 20 <strong>de</strong> su estudio preliminar.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

los que no lo tienen a remedar los modales altos, finos, distinguidos, elevados<br />

<strong>de</strong> quienes los poseen, y sólo alcanzan a su difícil y tosco remedo... 145.<br />

Así pues, todo parece indicar que Somoza no era un gran entusiasta<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> bable. De hecho la aparición <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo <strong>de</strong> Arias Cabal “sorprendió a propios<br />

y extraños” al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> la prensa; nadie esperaba que Somoza hubiera<br />

escrito algo sobre el bable146. En nuestra mo<strong>de</strong>sta opinión, Somoza no se acerca<br />

al bable con el corazón o el sentimiento. Ni parece que tuviera la menor<br />

intención <strong>de</strong> rescatarlo <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido. Su afán era puro afán erudito. Hizo <strong>de</strong> él<br />

objeto <strong>de</strong> estudio en cuanto le servía para enten<strong>de</strong>r el pasado <strong>de</strong> su tierra y<br />

el carácter <strong>de</strong> su pueblo. Cuando lo emplea, que lo emplea con alguna frecuencia,<br />

es para citar un dicho o sátira ancestral, o para dar a su discurso<br />

vivacidad, donaire y gracejo o, en fin, para apoyar sus investigaciones históricas.<br />

Utilizó el bable, principalmente, como fuente <strong>de</strong> conocimiento y estudio<br />

más que como lenguaje. En esto no se pareció a su amigo Junquera<br />

Huergo que le <strong>de</strong>dicó nada menos que un diccionario y una gramática. Pero<br />

<strong>de</strong> todas las maneras sus conocimientos fueron gran<strong>de</strong>s como para no <strong>de</strong>jar<br />

<strong>de</strong> opinar en esta materia como en todas las <strong>de</strong>más en las que se a<strong>de</strong>ntró.<br />

145 Cua<strong>de</strong>rno I.<br />

146 El Comercio, 11 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1996; pág. 22.<br />

87


CAPÍTULO 4<br />

Archivero, bibliotecario y<br />

periodista<br />

1.— Investigando y polemizando sobre el Instituto<br />

La creación <strong>de</strong> La Quintana habría <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>cisiva para llevar a cabo<br />

el primer proyecto jovellanista <strong>de</strong> Julio Somoza. Según confesaba él mismo,<br />

todos los socios <strong>de</strong> La Quintana pusieron sus papeles a su disposición para<br />

este trabajo que pretendía dar conocer los manuscritos y diplomas que encerraba<br />

como un tesoro oculto la biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>147. Recuér<strong>de</strong>se en este sentido el magnífico archivo <strong>de</strong> Fuertes Acevedo. Ahora<br />

bien, se <strong>de</strong>berá al insigne Catedrático <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oviedo, Fermín<br />

Canella, quien ya se había ocupado <strong>de</strong> esta biblioteca en varios artículos y<br />

especialmente en su obra: Historia <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oviedo y noticias <strong>de</strong> los<br />

establecimientos <strong>de</strong> enseñanza <strong>de</strong> su distrito, publicada en 1873, el que Somoza<br />

lleve a cabo el inventario <strong>de</strong> los ciento veinte volúmenes que constituían la<br />

colección <strong>de</strong> manuscritos y diplomas <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto. Gracias al aliento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

amigo, Somoza se pondrá a trabajar.<br />

El primer paso será publicarlos en un periódico, la Revista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>,<br />

que dirigía otro catedrático <strong>de</strong> la Universidad, don Félix Aramburu. En 1882<br />

aparece al público este trabajo. En carta al Director <strong>de</strong> la revista, Somoza<br />

explica su pretensión:<br />

Instado <strong>de</strong> continuo por nuestro común amigo Fermín Canella<br />

Seca<strong>de</strong>s, para que pusiera mano al Catálogo <strong>de</strong> Manuscritos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong><br />

Gijón, me <strong>de</strong>cidí a aventurarme en la empresa, más por <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> complacer<br />

y <strong>de</strong> hacer saber al público lo mucho bueno que allí yace, poco menos que<br />

olvidado148. 147 Catálogo <strong>de</strong> manuscritos e impresos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong> Gijón; pág. XXI, nota 1.<br />

148 Í<strong>de</strong>m, pág. XV.


90<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Los manuscritos se guardaban junto a los Bocetos. En 1871, don Juan<br />

Junquera Huergo, como director en funciones, había or<strong>de</strong>nado la colocación<br />

<strong>de</strong> los bocetos en una <strong>de</strong> las mayores salas <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, resguardados por<br />

cristales, creando así un primer Museo <strong>de</strong> Gijón. En 1873 apareció en el Eco<br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> un artículo <strong>de</strong> Eduardo Guilmain (Arveris) abogando por el establecimiento<br />

en el Instituto <strong>de</strong> una aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> dibujo y pintura. Una visita<br />

en 1877 <strong>de</strong> Alejandro Pidal y Mon acompañado <strong><strong>de</strong>l</strong> pintor Carlos Haes, terminó<br />

<strong>de</strong> dar a conocer al público la existencia <strong>de</strong> los Bocetos, y en 1878 se dieron<br />

a conocer al mundo por medio <strong>de</strong> 17 fotografías enviadas a la Exposición<br />

Universal <strong>de</strong> París, don<strong>de</strong> obtendría el Instituto medalla <strong>de</strong> bronce149. Pero en cuanto a los manuscritos, siguieron ocultos. Nadie se había<br />

preocupado <strong>de</strong> ellos. El mal lo excusaba Somoza porque no tuvo el Instituto<br />

asignación para un Bibliotecario no obstante tener carácter público su biblioteca<br />

por Real Decreto <strong>de</strong> 17 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1858. Los manuscritos se encontraban<br />

en este lamentable aspecto:<br />

En lo más encumbrado <strong>de</strong> los viejos y <strong>de</strong>startalados armarios <strong>de</strong><br />

pino pintarrajeados <strong>de</strong> azul, tras una mezquina alambrera, se escon<strong>de</strong>n vergonzosamente,<br />

cubiertos <strong>de</strong> polvo, roídos por la polilla, dañados por la<br />

humedad, en una habitación don<strong>de</strong> nunca entra el sol150. A<strong>de</strong>más, se encontraban unidos o cosidos sin or<strong>de</strong>n ni concierto ni<br />

clasificación ninguna:<br />

Dificultad no <strong><strong>de</strong>l</strong> todo insuperable, pero tarea ingrata y enojosa<br />

fuera la <strong>de</strong> hacer una clasificación <strong>de</strong> todos estos papeles que, cosidos unos a<br />

otros por inexperta mano, dan un compuesto heterogéneo, una aglomeración<br />

informe en la que no hay que pedir ni or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> materias, ni cronológico, ni<br />

<strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia.<br />

Este <strong>de</strong>sbarajuste hace la investigación difícil y, por tanto, el inventario<br />

no pudo ser extenso y razonado, sino que se va a limitar a dar cuenta,<br />

sacar a la luz pública cuanto hay, según figuran agrupados por montones o<br />

volúmenes.<br />

Al mismo tiempo Somoza, que ha investigado, sabe que hay multitud<br />

<strong>de</strong> documentos y papeles dispersos en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> particulares y propone<br />

que los hagan llegar a la Revista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> para que no se pierdan. Afán loable:<br />

sacar <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido; saber que existen o que fueron, si llegan a per<strong>de</strong>rse.<br />

Mucho más aún lo será si su contenido pue<strong>de</strong> conservarse o publicarse. En<br />

<strong>de</strong>finitiva, se propone hacer en el instituto el primer Museo <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. He<br />

149 GUZMÁN SANCHO, Agustín y SANCHO FLÓREZ, José Gonzalo. El Instituto <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>. Gijón, 1994; págs. 243-249.<br />

150 Catálogo <strong>de</strong> manuscritos e impresos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong> Gijón; págs. XXI-XXII.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

aquí sus palabras, cuyo espíritu recogería muchos años <strong>de</strong>spués, otro cronista<br />

<strong>de</strong> Gijón: Joaquín Alonso Bonet, cuando Gijón se <strong>de</strong>cida a crear el Museo<br />

Casa Natal <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>:<br />

Merecía aquel insigne varón, como testimonio honroso a su memoria,<br />

un estante <strong>de</strong> honor, don<strong>de</strong> todas sus obras, todos sus papeles, todas las<br />

ediciones <strong>de</strong> diversa época, todos los comentadores <strong>de</strong> sus escritos, ya numerosos,<br />

todas sus biografías y, en una palabra, todo lo que <strong>de</strong> cerca o lejos<br />

tuviera conexión con él, hallase allí digna acogida y tuviese meritoria y<br />

lisonjera representación.<br />

El director <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, que lo era don José María Suárez Ordax, animado<br />

por la labor <strong>de</strong> Somoza, a quien había franqueado todos los libros y<br />

documentos que necesitó consultar, pidió recursos económicos para iniciar<br />

este Museo o al menos mejorar en la medida <strong>de</strong> lo posible aquel preciosísimo<br />

legado <strong>de</strong> Jovino a su Instituto y a su villa natal. Mientras llegan los recursos,<br />

la figura <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> vuelve por este tiempo, en que Somoza trabaja en su<br />

catálogo, a ser objeto <strong>de</strong> recuerdo, como <strong>de</strong>muestra el hecho <strong>de</strong> que en aquel<br />

curso 1881-1882 Juan Martínez Aba<strong>de</strong>s pintó y regaló para el Instituto un<br />

retrato <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>151. Y por si fuera poco, el Instituto llamó la atención <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

propio Ministro <strong>de</strong> Fomento, don José Luis Albareda, que lo visitó en el curso<br />

siguiente152. Mientras Somoza trabaja en su catálogo, no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> polemizar. En un<br />

artículo aparecido en La Ilustración Gallega y Asturiana153 en que anuncia al<br />

público el contenido <strong><strong>de</strong>l</strong> Archivo <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, introduce una primera parte<br />

<strong>de</strong>dicada a polemizar sobre la situación <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto. Le impulsa el afán <strong>de</strong><br />

mejorar el más glorioso monumento <strong>de</strong> mi villa natal, como le llamaría; pero también<br />

—creemos— la pasión. Fue el caso que ya en 1877 unos artículos aparecidos<br />

en El Productor Asturiano, firmados por Bernardo Escu<strong>de</strong>ro Reguera,<br />

<strong>de</strong>nunciaban que el Instituto no realizaba el propósito <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> al fundarlo,<br />

ya que las enseñanzas <strong>de</strong> Bachiller en Arte no tenían el carácter técnico<br />

o industrial y, por tanto, <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>jarse subsistente la primitiva Escuela <strong>de</strong><br />

Náutica y añadirse una Escuela <strong>de</strong> Artes y Oficios. A estos artículos contestó<br />

Apolinar Menén<strong>de</strong>z Acebal, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> El Eco <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, <strong>de</strong>fendiendo los actuales<br />

estudios generales, aunque sin oponerse a los industriales.<br />

151 Así figura en la pág. 12 <strong>de</strong> la memoria leída en la apertura <strong><strong>de</strong>l</strong> curso 1881-1882 por don<br />

Jesús Menén<strong>de</strong>z Acebal, secretario <strong><strong>de</strong>l</strong> centro.<br />

152 MENÉNDEZ ACEBAL, Jesús. Memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong> Gijón correspondiente<br />

al año académico <strong>de</strong> 1881 a 82, leída en el solemne acto <strong>de</strong> apertura <strong><strong>de</strong>l</strong> curso <strong>de</strong> 1882 a 83. Gijón<br />

1883; pág. 14.<br />

153 Tomo III. Fecha: 8 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1881; págs. 40 y 41. El artículo será <strong>de</strong>spués publicado<br />

en Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana.<br />

91


92<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Años más tar<strong>de</strong>, el 27 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1880, con motivo <strong><strong>de</strong>l</strong> 69 aniversario<br />

<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, la polémica volvía a resucitar. El periódico<br />

<strong>de</strong> la localidad (El Comercio) publicó unas quejas hacia el director don<br />

Luciano García Rendueles y Cofer, por la triste <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia en que se hallaba<br />

el Instituto.<br />

Ahora al hablar <strong>de</strong> los documentos y libros <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto en La<br />

Ilustración Gallega y Asturiana, Somoza siente la necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir unas palabras<br />

previas y recordar la crisis que estaba pa<strong>de</strong>ciendo el Instituto; crisis que<br />

se manifestaba en la excesiva tolerancia en los exámenes, que eran —según<br />

Somoza— consecuencia <strong>de</strong> la poca idoneidad <strong>de</strong> los profesores, casi todos<br />

auxiliares; incluso y “por cierta correlación <strong>de</strong> hechos entre un colegio establecido<br />

en esta villa y el Instituto” por lo que se había recibido la visita <strong>de</strong> un<br />

inspector <strong>de</strong> Madrid154. Don Julio es partidario <strong>de</strong> que el mal estado <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, manifestado<br />

en que la biblioteca está <strong>de</strong>sierta; en que el salón <strong>de</strong> bocetos yacía en pintoresco<br />

<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, que el gabinete <strong>de</strong> física y química carece <strong>de</strong> medios; todo<br />

esto eran cosas que podrían remediarse. Pero la verda<strong>de</strong>ra crisis estaba,<br />

según don Julio, en la condición <strong>de</strong> sus profesores. Dice así en su artículo:<br />

Nada mejor pue<strong>de</strong> reflejar la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong><strong>de</strong>l</strong> establecimiento, ni<br />

nada pue<strong>de</strong> escribirse más vergonzoso. ¡Qué actas, Sr. Director! ¡Qué seriedad<br />

será la suya cuando creen oportuno consignar, en documentos relativos<br />

a la enseñanza, actos particulares <strong>de</strong> la vida privada <strong>de</strong> los profesores! ¡Qué<br />

fiscalización será aquella, que se entromete en averiguar si el profesor Tal<br />

juega o <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> jugar al ajedrez en una botica, y si el profesor Cual tiene o<br />

<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tener simpatías por esta o aquella i<strong>de</strong>a política! y a todo esto, el<br />

“claustro” (un claustro ilegal, <strong>de</strong> profesores auxiliares con voz y voto) “se<br />

<strong>de</strong>clara en sesión completamente secreta” para censurar a un profesor en<br />

propiedad, acto rechazado y anulado por el consejo universitario <strong>de</strong> Oviedo.<br />

(Acta <strong><strong>de</strong>l</strong> día 28).<br />

Y acabará señalando que el Instituto <strong>de</strong> Gijón no tiene enemigos, sino<br />

que es querido por todos como la realización más acabada <strong><strong>de</strong>l</strong> pensamiento<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, por lo que no pue<strong>de</strong> confundirse, ahora ni nunca ni con la enseñanza<br />

que en él se dé, ni con las personas a cuyo cargo corra dicha enseñanza. A continuación<br />

<strong>de</strong>ja la polémica y pasa a referir un resumen <strong>de</strong> los documentos y<br />

libros que contenía el Instituto.<br />

154 Don Adolfo Camús visitó el centro a las nueve y media <strong>de</strong> la mañana <strong><strong>de</strong>l</strong> 12 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong><br />

1881, según informaba ese día El Comercio.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

El artículo será contestado en la misma revista por Apolinar<br />

Menén<strong>de</strong>z Acebal155, quien recuerda los hechos y aclara que su postura no<br />

era la <strong>de</strong> prescindir <strong>de</strong> enseñanzas técnicas. Y acaba diciendo que Somoza, a<br />

quien califica <strong>de</strong> “neojovellanista” es juez y parte, porque <strong>de</strong>mandó en su día<br />

al Sr. Director <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto junto con otros amigos por “no sé que ofensas que<br />

dijeron haberles éste inferido”; <strong>de</strong>manda que fue sobreseída, y ahora intentaba<br />

juzgar los hechos.<br />

Lo que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> esta polémica, que tuvo una gran resonancia<br />

en la prensa, principalmente en El Comercio, que se encargaba <strong>de</strong> airearla, sirviendo<br />

así a los intereses <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, es que había enfrentados dos criterios:<br />

quienes <strong>de</strong>fendían que las enseñanzas se ajustasen a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su fundador,<br />

y quienes sostenían que continuaran las enseñanzas <strong>de</strong> Bachiller en Artes o<br />

Estudios Generales.<br />

Entre los primeros, calificados <strong>de</strong> “neojovellanistas”, se encontraba<br />

Somoza. Estos seguían el lema más industriales y menos doctores que había<br />

impuesto Mo<strong>de</strong>sto Fernán<strong>de</strong>z González al titular así un artículo suyo.<br />

Somoza recordaba que no se trataba sólo <strong>de</strong> los estudios que su fundador<br />

<strong>de</strong>seaba, sino también “los que las necesida<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo en la época<br />

reclaman”, según <strong>de</strong>cía la Ley <strong>de</strong> 4 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1865.<br />

En este sentido escribía:<br />

Siendo Gijón un pueblo esencialmente industrial y mercantil, su<br />

principal Centro <strong>de</strong> enseñanza ha <strong>de</strong> ser el plantel en don<strong>de</strong> “los más” (que<br />

en la ocasión presente es la clase obrera) hallen estudios apropiados a sus<br />

necesida<strong>de</strong>s, y no don<strong>de</strong> “los menos” (que son los <strong>de</strong> la clase acomodada)<br />

puedan con sobrada facilidad tomar un título que <strong>de</strong> poco les servirá156. Contra Apolinar Menén<strong>de</strong>z Acebal escribiría Somoza unos versos,<br />

que no hemos visto publicados y que al parecer pensaba añadir, pero no lo<br />

hizo, como apéndice a la página 93 <strong>de</strong> sus Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana, según<br />

una nota que los encabeza.<br />

Dicen así:<br />

155 Sobre el Instituto <strong>de</strong> Gijón. “La Ilustración Gallega y Asturiana”, <strong>de</strong> 18 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1881.<br />

Tomo III; págs. 56 y 57.<br />

156 El Instituto saldrá <strong>de</strong> esta crisis. El director, que ya con anterioridad fue <strong>de</strong>puesto por el<br />

Ayuntamiento, cuyo acuerdo fue revocado por la Universidad, será por fin <strong>de</strong>puesto y en<br />

su lugar se nombrará a don José María Suárez Ordax, quien presentará un nuevo proyecto<br />

<strong>de</strong> enseñanza y la creación <strong>de</strong> una Escuela nocturna <strong>de</strong> Artes y Oficios, costeada por el<br />

Ayuntamiento. Esta escuela nocturna funcionó hasta que en 1888 se inauguró la Escuela <strong>de</strong><br />

Artes y Oficios <strong>de</strong> Gijón. Pero ya en 1883, el antiguo director, don Luciano García<br />

Rendueles, había sido repuesto y el Ayuntamiento le encargaba, a<strong>de</strong>más, la dirección <strong>de</strong> la<br />

Escuela nocturna <strong>de</strong> Artes y Oficios. Las aguas volvían a su cauce.<br />

93


94<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

El Apólo...go<br />

Tú eres el hombre <strong>de</strong> las cuestiones,<br />

Del Instituto bravo adalid,<br />

Tú siempre tienes aspiraciones,<br />

Nunca vacilas, das en el quid.<br />

Tú te has batido como un atleta,<br />

Filosofaste como Proudhon,<br />

Hoy te disfrazas con la careta<br />

Y estamos yertos <strong>de</strong> admiración.<br />

— ¡Dime el secreto!<br />

— Si es muy sencillo;<br />

— Es... la influencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manzanillo.<br />

Tú te has aliado con cierta gente<br />

Solo en <strong>de</strong>fensa <strong><strong>de</strong>l</strong> bachiller,<br />

Tú agigantaste, radió tu frente...<br />

¡Ya no hay problemas que resolver!<br />

en el pasmo <strong>de</strong> los lectores,<br />

De los sofistas eres terror,<br />

Bordas la frase con mil primores,<br />

Buscas en vano competidor.<br />

— ¡Dime el secreto!<br />

— Si es muy sencillo;<br />

— Es... la influencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manzanillo.<br />

Tú, la piqueta <strong>de</strong>moledora,<br />

La paradoja y el porvenir,<br />

La clase rica conservadora,<br />

La nigromancia y el combatir, 157<br />

Todo en maraña muy peregrina,<br />

Vas embrollando sobre el papel<br />

Y en tus períodos, que el genio anima<br />

Ya se vislumbra nueva Babel.<br />

— ¡Dime el secreto!<br />

— Si es muy sencillo;<br />

— Es... la influencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manzanillo.<br />

Tú al adversario le contradices<br />

Siempre tranquilo con majestad,<br />

157 Parece ser que Apolinar Menén<strong>de</strong>z Acebal usaba en su artículo <strong>de</strong> estas expresiones<br />

subrayadas por Somoza.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Hay en el fondo <strong>de</strong> cuanto dices,<br />

Puro criterio <strong>de</strong> la verdad,<br />

Tú le preguntas, y él no respon<strong>de</strong>,<br />

Tú le sentencias sin remisión;<br />

¡Mísero errante... no sabe dón<strong>de</strong><br />

Para sus culpas habrá perdón!<br />

— ¡Dime el secreto!<br />

— Si es muy sencillo;<br />

— Es... la influencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manzanillo.<br />

Tú le has truncado todos los textos,<br />

¿Si serás hábil? y el infeliz<br />

Ni siquiera, ni halla pretextos<br />

Que justifiquen aquel <strong>de</strong>sliz.<br />

Tú has suprimido, tú has agregado<br />

con reticencias <strong>de</strong> gran valor,<br />

¡Eso se llama ser un soldado<br />

Diestro, aguerrido, batallador!<br />

— ¡Dime el secreto!<br />

— Si es muy sencillo;<br />

— Es... la influencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manzanillo.<br />

Y aquellas citas ¡qué habilidosas!<br />

No se le ocurren a Falleygrand.<br />

“Los protestantes (entre otras cosas)<br />

“Se pagan mucho <strong><strong>de</strong>l</strong> qué dirán...<br />

“Y hablas <strong>de</strong> males <strong>de</strong> la enseñanza...<br />

¿Lo ve usté, amigo, bien claro aquí?”<br />

¡Así me gusta! ¡A punta <strong>de</strong> lanza!<br />

ahora ¿quién diablos te tose a ti?<br />

— ¡Dime el secreto!<br />

— Si es muy sencillo;<br />

— Es... la influencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manzanillo.<br />

Tú eres un bravo, ¡cuál les <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>s<br />

A los judíos <strong><strong>de</strong>l</strong> Sanedrín!<br />

Ellos se entien<strong>de</strong>n con muy buen fin.<br />

¡Qué <strong>de</strong> aptitu<strong>de</strong>s! como tú dices,<br />

¡Qué idoneida<strong>de</strong>s y qué saber!<br />

Tienen, hablando, rasgos felices,<br />

Dignos <strong><strong>de</strong>l</strong> genio <strong>de</strong> Robespierre.<br />

— ¡Dime el secreto!<br />

— Si es muy sencillo;<br />

95


96<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

— Es... la influencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manzanillo.<br />

Toda la escala <strong><strong>de</strong>l</strong> sentimiento,<br />

Todos los giros <strong><strong>de</strong>l</strong> orador,<br />

Todas las notas, suave rumor,<br />

Tú lo dominas con tu virtud,<br />

Eres oráculo cuando callas,<br />

Si hablas te adora la multitud.<br />

— ¡Dime el secreto!<br />

— Si es muy sencillo;<br />

— Es... la influencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manzanillo.<br />

..........................................<br />

Hay al oriente <strong>de</strong> estas riveras<br />

Una al<strong>de</strong>huela que yo me sé,<br />

Beben las aguas <strong>de</strong> sus pra<strong>de</strong>ras<br />

Las avecillas con mucha fe:<br />

Otras acu<strong>de</strong>n <strong>de</strong> mal agüero<br />

Con la esperanza <strong>de</strong> sobornar,<br />

Suena su arrullo tan placentero<br />

Que es muy frecuente prevaricar.<br />

— ¡Dime el secreto!<br />

— Si es muy sencillo;<br />

— Es... la influencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manzanilla158. 2.— Los manuscritos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto<br />

Al poco tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> estos artículos aparecidos en La<br />

Ilustración Gallega y Asturiana, iniciaba Somoza la redacción <strong>de</strong> su Catálogo<br />

<strong>de</strong> Manuscritos, siguiendo el consejo <strong>de</strong> Fermín Canella, y el 1 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong><br />

1882 se empezaba a insertar en la Revista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> la colección <strong>de</strong> los 120<br />

volúmenes159. Este trabajo llevaba al frente una carta al director Félix<br />

Aramburu en la que Somoza explica su propósito diciendo que no se trataba<br />

<strong>de</strong> un trabajo complejo y razonado sino <strong>de</strong> un simple bosquejo.<br />

158 Figura entre los manuscritos <strong>de</strong> Fuertes Acevedo que tiene el Real Instituto <strong>de</strong> Estudios<br />

Asturianos. Sin duda se arrepintió <strong>de</strong> publicarla y se la envió a su amigo Fuertes, quien<br />

anota: “Autógrafo <strong>de</strong> Julio Somoza, autor <strong>de</strong> esta semblanza”. La última palabra <strong><strong>de</strong>l</strong> último<br />

estribillo aparece escrita en femenino, al contrario que en los anteriores.<br />

159 CANELLA Y SECADES, Fermín. Historia <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oviedo y Noticias <strong>de</strong> los<br />

Establecimientos <strong>de</strong> su Distrito. Universidad <strong>de</strong> Oviedo, 1985; págs. 563 y ss.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Pero para don Julio no era bastante esta publicación, el carácter fragmentario<br />

y reducido al ámbito regional no llenaba los anhelos <strong>de</strong> su autor,<br />

que soñaba con verlo publicado en forma <strong>de</strong> libro, <strong>de</strong> forma continua y con<br />

proyección mayor. Para po<strong>de</strong>r publicarlo en un libro recurrió al Rector <strong>de</strong> la<br />

Universidad <strong>de</strong> Oviedo, que lo era don León Salmeán, como la autoridad<br />

superior en materia <strong>de</strong> enseñanza, <strong>de</strong> la que <strong>de</strong>pendía el Instituto. Y lo<br />

mismo hizo el Catedrático don Félix Aramburu. El Rector hubiera llevado a<br />

cabo la publicación “si —como él diría— el limitado presupuesto <strong>de</strong> esta<br />

Universidad y su prescrita y legal inversión hubiera consentido el gasto <strong>de</strong><br />

mil pesetas aproximadamente que se juzgan necesarias para el objeto <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>dicar un merecido recuerdo al esclarecido autor <strong><strong>de</strong>l</strong> ‘Informe <strong>de</strong> la Ley<br />

Agraria’”. Así lo comunicaba, en carta <strong>de</strong> fecha 5 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1885, a José <strong>de</strong><br />

Posada Herrera, en quien se fijó para que honrase al Rectorado, como ya lo<br />

había hecho en otras ocasiones, concediendo dicha cantidad. Posada Herrera<br />

contestó con esta carta, que bien merece ser reproducida:<br />

EXCMO. SR.<br />

Enterado por la atenta comunicación <strong>de</strong> V. E., fecha 5 <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

corriente, <strong><strong>de</strong>l</strong> laudable propósito que anima a ese Rectorado <strong>de</strong><br />

imprimir el Catálogo <strong>de</strong> todos los Manuscritos e Impresos curiosos existentes<br />

en el Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y <strong>de</strong> la dificultad que impi<strong>de</strong> su<br />

pronta realización; tengo la más singular complacencia en coadyuvar<br />

a tan útil empresa, remitiendo a V. E. la adjunta letra <strong>de</strong> mil pesetas<br />

con <strong>de</strong>stino a dicho objeto, y como débil prueba <strong><strong>de</strong>l</strong> respecto y admiración<br />

que me inspira la memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> esclarecido autor <strong><strong>de</strong>l</strong> Informe<br />

<strong>de</strong> la Ley Agraria.— Dios guar<strong>de</strong> a V. E. muchos años.— Madrid, 8<br />

<strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1883.<br />

JOSÉ DE POSADA HERRERA160. Lo que siguió nos lo dice Somoza en su prólogo: Apenas recibida tan<br />

satisfactoria respuesta, el Rectorado creyó proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>signar una comisión encargada<br />

<strong>de</strong> dirigir y cuidar la edición <strong><strong>de</strong>l</strong> libro e hizo recaer el nombramiento en el autor<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Catálogo don Julio Somoza y Montsoriú, el Vicerrector <strong>de</strong> la Universidad literaria<br />

don Fermín Canella Seca<strong>de</strong>s, y el Inspector <strong>de</strong> Instrucción pública <strong><strong>de</strong>l</strong> Distrito<br />

don Félix <strong>de</strong> Aramburu y Zuloaga. De modo que por esto <strong>de</strong>cimos que se trata<br />

<strong>de</strong> una obra publicada por La Quintana, porque la comisión la formaban tres<br />

miembros <strong>de</strong> la reciente creada sociedad, aunque la editara la Universidad y<br />

la sufragara Posada Herrera. A<strong>de</strong>más, la obra llevaba al final un Índice <strong>de</strong> los<br />

documentos varios relativos a don Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> que poseía<br />

el que se nombraba “Círculo Asturiano La Quintana”.<br />

160 Catálogo <strong>de</strong> manuscritos e impresos notables <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>Jovellanos</strong>; pág. XI.<br />

97


98<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Pero el Rector, Sr. Salmeán, aún manifestó más interés por la obra <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>. Gracias a las gestiones <strong><strong>de</strong>l</strong> Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Revillagigedo se había logrado<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> ministro <strong>de</strong> fomento Sr. Pidal las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> 26 <strong>de</strong> marzo y 9 <strong>de</strong> mayo<br />

<strong>de</strong> 1885, que favorecían la biblioteca con una subvención <strong>de</strong> 9.000 pesetas,<br />

cuyo objetivo sería hacer una nueva estantería para la mejora <strong>de</strong> los libros y<br />

manuscritos, y para imprimir el Catálogo <strong>de</strong> los Bocetos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> disponer el<br />

estudio y proyectos <strong>de</strong> las obras complementarias para el incremento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto161. En aplicación <strong>de</strong> la subvención <strong>de</strong> la biblioteca, el Sr. Salmeán<br />

nombró una comisión, compuesta <strong>de</strong> los profesores Sres. Cid, González<br />

Calzada, González López y don Julio Somoza, que verificase una revisión,<br />

recuento y colocación <strong>de</strong> los libros. Entonces este último presentó en extenso<br />

y notable oficio <strong>de</strong> 28 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1887 con triste relación <strong><strong>de</strong>l</strong> estado, <strong>de</strong>terioros<br />

y abandono <strong>de</strong> la biblioteca, cuya <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia y no pocos abusos él<br />

mismo había hecho públicos diez años antes162. Tenemos, pues, a don Julio metido a bibliotecario, or<strong>de</strong>nando libros.<br />

De su trabajo en este sentido sabemos que él que se quejaba <strong>de</strong> la soledad <strong>de</strong><br />

la biblioteca, prefería verla así que llena <strong>de</strong> chavalería, que todo lo <strong>de</strong>scomponía.<br />

Cuando Moreno Villa se haga cargo años más tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> la biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto, tras el fugaz paso por ella <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Menén<strong>de</strong>z Pidal, su primera i<strong>de</strong>a<br />

será llenarla <strong>de</strong> chavales, lo que Somoza verá con horror.<br />

—”Inicié con gran celo mi carrera <strong>de</strong> bibliotecario”, escribe Moreno<br />

Villa. “Abrí la biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>Jovellanos</strong>, <strong>de</strong>jé entrar a los estudiantes<br />

y les servía libros. El viejo erudito jovellanista don Julio Somoza vino en<br />

seguida a conocerme y se mostró contrario a mis medidas”.<br />

—Lo que usted <strong>de</strong>be hacer es cerrar la biblioteca, porque lo que hay en ella<br />

no es para chicos. Son los libros y papeles <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y alguna basura mo<strong>de</strong>rna<br />

comprada por su antecesor <strong>de</strong> usted y yo. Ni a los profesores se les <strong>de</strong>be dar beligerancia.<br />

Hace años, uno <strong>de</strong> ellos se llevó a su casa un montón <strong>de</strong> papeles <strong><strong>de</strong>l</strong> fundador,<br />

se murió sin <strong>de</strong>volverlos, y todavía siguen en manos <strong>de</strong> la familia que preten<strong>de</strong> ven<strong>de</strong>rlos<br />

a un inglés.<br />

“No le hice caso al bueno pero fanático jovellanista en lo <strong>de</strong> impedir<br />

la lectura a los estudiantes”, escribe Moreno Villa, que por otra parte y como<br />

era lógico procuró y consiguió recuperar los documentos sustraídos, aparte<br />

161 El Carbayón, 26 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1885.<br />

162 CANELLA Y SECADES, Fermín. Historia <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oviedo y Noticias <strong>de</strong> los<br />

Establecimientos <strong>de</strong> su Distrito. Universidad <strong>de</strong> Oviedo, 1985; pág. 561.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>dicarle una atención especialísima a la colección <strong>de</strong> dibujos <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>163. De todos estos avatares sobre el Instituto y los manuscritos y los<br />

bocetos, recogió Somoza los viejos artículos que conservaba y los publicó en<br />

una segunda obra que también se <strong>de</strong>bió al aliento <strong>de</strong> sus amigos, cuyo título<br />

será Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana, que vería la luz pública en 1884.<br />

Está <strong>de</strong>dicada a sus íntimos amigos <strong>de</strong> La Quintana Fermín Canella<br />

(Firme d’Uvieu) y Braulio Vigón (Braulio <strong>de</strong> Sueve), a quienes llama<br />

“Patrocinadores <strong>de</strong> La Quintana”. La <strong>de</strong>dicatoria muy sentida termina con<br />

estos versos alusivos a su juramento <strong>de</strong> amistad eterna, con que sellaron su<br />

lazo societario:<br />

También vosotros en su amado suelo<br />

visteis la luz, y por su amor unidos,<br />

todos juramos amistad eterna<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el oculto y venerable asilo…<br />

Símbolo <strong><strong>de</strong>l</strong> afecto que os profeso<br />

son las humil<strong>de</strong>s páginas que escribo:<br />

¡Cúbralas con su égida protectora<br />

la patria y la amistad por quien suspiro!<br />

3.— Actividad periodística<br />

Si bien una buena parte <strong>de</strong> Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana la llena los<br />

artículos ya comentados sobre el Instituto y sobre los bocetos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

otros jovellanistas, como las cartas <strong>de</strong> Theresina <strong><strong>de</strong>l</strong> Rosal (Pedro Valdés<br />

Llanos) a <strong>Jovellanos</strong>, otra parte la forman artículos <strong>de</strong> toda clase. Hay que<br />

tener en cuenta que esta década <strong>de</strong> los ochenta es para Somoza la más prolífera<br />

en artículos, y muchos <strong>de</strong> ellos son polémicos. Por eso antes <strong>de</strong> continuar<br />

con las publicaciones jovellanistas hemos <strong>de</strong> ver esta faceta <strong><strong>de</strong>l</strong> periodismo<br />

<strong>de</strong> don Julio, y veremos cuáles eran sus i<strong>de</strong>as sobre el mismo.<br />

Ni que <strong>de</strong>cir tiene que sus escritos fueron siempre polémicos y tuvieron<br />

dos vertientes: <strong>Jovellanos</strong> y <strong>Asturias</strong>-Gijón. Joaquín Alonso Bonet es<br />

quien ha dado algunas indicaciones sobre la actividad periodística <strong>de</strong> don<br />

Julio. Todo parece indicar que se inicia en Gijón a raíz <strong>de</strong> su establecimiento<br />

en la villa, a partir <strong>de</strong> la Revolución <strong>de</strong> 1968 y <strong>de</strong> la República <strong>de</strong> 1873. El 14<br />

<strong>de</strong> febrero se reúne el primer Ayuntamiento republicano. Meses más tar<strong>de</strong>,<br />

163 La anécdota <strong>de</strong> Moreno Villa la ha recogido Francisco Carantoña en su prólogo a la edición<br />

facsímil <strong>de</strong> Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana que editó la Editorial Auseva en 1988; volumen<br />

4 <strong>de</strong> la colección Biblioteca <strong>de</strong> Autores Asturianos; pág. VIII.<br />

99


100<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

en sesión <strong><strong>de</strong>l</strong> 3 <strong>de</strong> mayo, se da cuenta <strong>de</strong> un escrito <strong>de</strong> jóvenes <strong>de</strong> esta villa<br />

exponiendo su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> establecer en la localidad un periódico que <strong>de</strong>fienda<br />

los intereses morales y materiales, titulándose órgano <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento y<br />

ofreciendo las columnas preferentes para la publicación <strong>de</strong> los acuerdos y<br />

anuncios oficiales, siempre que la Corporación acuer<strong>de</strong> subvencionarle con<br />

alguna cantidad que se fijará en los presupuestos municipales.<br />

Se pasa a la comisión <strong>de</strong> Hacienda quien informa en sesión <strong>de</strong> 10 <strong>de</strong><br />

mayo y se acuerda conce<strong>de</strong>r a la mencionada publicación la cantidad <strong>de</strong> mil<br />

quinientas pesetas anuales, con la condición <strong>de</strong> que ponga a disposición <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Ayuntamiento la primera plana <strong><strong>de</strong>l</strong> periódico para insertar los acuerdos y<br />

anuncios oficiales y tire gratuitamente todas las impresiones que ordinariamente<br />

necesite la corporación a excepción <strong><strong>de</strong>l</strong> papel. Se acordó también que<br />

el Ayuntamiento se suscriba por 50 ejemplares <strong><strong>de</strong>l</strong> periódico para distribuir a<br />

los Alcal<strong>de</strong>s <strong>de</strong> barrio, y Merinos <strong><strong>de</strong>l</strong> concejo.<br />

El periódico parecía seguir la misma línea <strong>de</strong> otro aparecido el 1 <strong>de</strong><br />

enero <strong>de</strong> 1869, llamado La República española, y en el que colaboraban entre<br />

otros Braulio Vigón. Para no <strong>de</strong>jar duda sobre su carácter <strong>de</strong> órgano oficial<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento llevará el nombre <strong>de</strong> El Municipio Fe<strong>de</strong>ral, y se publicará los<br />

jueves y sábados <strong>de</strong> cada semana. Lo dirigirá don Jenaro Junquera y Pla, pero<br />

poco <strong>de</strong>spués el cargo pasará al médico don Eladio Carreño, miembro <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

nuevo Ayuntamiento y antiguo director <strong>de</strong> La República Española. Y como<br />

Administrador figurará Julio Somoza164. La vida <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo periódico será muy breve, como la había sido la<br />

<strong>de</strong> su antecesor. De manera que hasta 1875 Gijón se quedará sin prensa. Este<br />

año aparecerán El Productor Asturiano y La Opinión. En el primero <strong>de</strong> estos<br />

comenzará a colaborar Somoza con artículos que luego recogerá en<br />

Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana. Así verán la luz pública en septiembre y octubre<br />

su magnífico artículo titulado Las calles, que luego ampliará en la forma<br />

que aparece en dicho libro, gracias a la ayuda <strong>de</strong> sus convecinos que se brindan<br />

a facilitarle noticias, libros, documentos y toda clase <strong>de</strong> datos165. De esta<br />

obra se publicará en 1884 un folleto titulado: La Villa.— Las calles166. Otro será<br />

el publicado con fecha 13 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1876 bajo el título Conflicto probable,<br />

que trata sobre la salubridad y condiciones <strong>de</strong> habitabilidad <strong>de</strong> Gijón, y<br />

que, como dijimos, dio pie a la intervención <strong>de</strong> los tribunales. Es un verda-<br />

164 BONET, Joaquín A. Pequeñas Historias <strong>de</strong> Gijón. (Del archivo <strong>de</strong> un periodista). Gijón, 1969,<br />

pág. 234, y Proyección nacional <strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Gijón, 1959, págs. 241 y 242.<br />

165 Fueron estos: Doña Virginia San Pedro, doña Purificación Alvargonzález, Miguel<br />

Menén<strong>de</strong>z Zarracina, don Zoilo García Sala y don José Cienfuegos. (Cosiquines <strong>de</strong> la mió<br />

Quintana, pág. 36).<br />

166 PACHÍN DE MELÁS. Del Viejo Gijón. Dón<strong>de</strong> piedras hablan. La Prensa, 24 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />

1933.


102<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

<strong>de</strong>ro programa <strong>de</strong> reformas para Gijón, nada se <strong>de</strong>ja por tratar: cementerios,<br />

anchura calles, empedrado, elevación <strong>de</strong> los edificios, fábricas fuera <strong>de</strong> la<br />

población, ampliación <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, que consi<strong>de</strong>raba más urgente que la elevación<br />

<strong>de</strong> la estatua <strong>de</strong> su fundador, etcétera.<br />

Comentando este artículo dice Bonet: “Quería el buen gijonés nuevas<br />

or<strong>de</strong>nanzas municipales, a base <strong>de</strong> planes que existían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía<br />

mucho tiempo; una vigilancia, con un reglamento que el público <strong>de</strong>biera<br />

conocer, y un servicio <strong>de</strong> urgencia para casos <strong>de</strong> incendio, quimera, <strong>de</strong>sgracia,<br />

robo, etc. Era indispensable, también, una nueva división municipal, en<br />

ocho distritos, a saber: Cima<strong>de</strong>villa, Plaza Mayor, Begoña, Humedal, Cuatro<br />

Cantones, Instituto, Arenal y Natahoyo. Un fielato, pero ‘con supresión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

bárbaro pincho’; prohibición <strong>de</strong> fábricas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la población; reformas <strong>de</strong><br />

enseñanza; transformación <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto en Escuela <strong>de</strong> Náutica y<br />

Mineralogía, con arreglo al pensamiento <strong>de</strong> su fundador; saneamiento <strong>de</strong> los<br />

suburbios; nueva traída <strong>de</strong> aguas; otro templo parroquial en Begoña; cementerios,<br />

cárcel, mata<strong>de</strong>ro, etcétera. Muchas <strong>de</strong> estas proposiciones se vieron<br />

cumplidas en distintas épocas” 167.<br />

Otro artículo que aparece en Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana es el que<br />

lleva por título Juicios <strong>de</strong> una <strong>de</strong>scripción inédita, en el que se preocupa por la<br />

necesidad <strong><strong>de</strong>l</strong> estudio <strong>de</strong> la Geografía Asturiana, invitando a la publicación<br />

<strong>de</strong> un diccionario Geográfico <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> o bien una Geografía Asturiana.<br />

Hay que <strong>de</strong>cir que Somoza tenía interés por esta rama <strong><strong>de</strong>l</strong> saber como por<br />

tantas otras. En este sentido confeccionó un pequeño Diccionario Geográfico,<br />

cuyo manuscrito se conserva en la Biblioteca Asturiana <strong><strong>de</strong>l</strong> padre Patac.<br />

Sin duda uno <strong>de</strong> los mejores artículos <strong>de</strong> sus Cosiquines es El libro <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Sr. Labra, un comentario a la obra Una villa <strong><strong>de</strong>l</strong> Cantábrico <strong>de</strong> este erudito asturiano.<br />

Era el que más gustó a su amigo Fuertes Acevedo, en él hay alusiones<br />

al carácter asturiano y al gijonismo, aspectos que estudió con interés, reuniendo<br />

abundante material, con el que preparaba una obra que sería publicada<br />

en 1979 en nuestros días por José Luis Pérez <strong>de</strong> Castro bajo el título El<br />

Carácter Asturiano y <strong>de</strong> la que ya hablaremos.<br />

En La Opinión publicará Somoza un extenso artículo sobre el puerto,<br />

titulado: Por la boca muere el pez o la leyenda <strong>de</strong> la Dársena, para la que examinó<br />

los archivos <strong><strong>de</strong>l</strong> Gremio <strong>de</strong> Mareantes y que reprodujo también en<br />

Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana.<br />

Desaparecidos El Productor Asturiano y La Opinión, llevaba Gijón un<br />

año sin prensa, cuando los Señores don Oscar <strong>de</strong> Olavarría, don Anselmo<br />

Cifuentes, don Florencio Valdés, don Ángel García Rendueles y don Calixto<br />

167 Pequeñas historias <strong>de</strong> Gijón, (Del Archivo <strong>de</strong> un periodista); págs. 210-211.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Alvargonzález adquirieron la imprenta <strong>de</strong>nominada La Comercial en el<br />

número 23 <strong>de</strong> la calle Corrida, don<strong>de</strong> se imprimía El Productor Asturiano y<br />

<strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n crear un diario tomando como base sus elementos. El nuevo periódico<br />

se llamará El Comercio y será su primer director don Calixto<br />

Alvargonzález, íntimo amigo <strong>de</strong> Somoza. Aquí publicará don Julio su primer<br />

artículo jovellanista como ya dijimos, el referente a los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

Y luego seguirá con abundante colaboración, que casi nunca firmaba.<br />

Des<strong>de</strong> el 12 <strong>de</strong> julio al 16 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1883 apareció en Gijón un<br />

periódico semanal, <strong>de</strong> carácter veraniego según <strong>de</strong>cía su nombre: El verano.<br />

Dice Alonso Bonet que <strong>de</strong> varios artículos firmados con las iniciales J. S. por<br />

coincidir con las <strong><strong>de</strong>l</strong> nombre <strong>de</strong> Julio Somoza, no sería aventurado atribuir a<br />

este escritor gijonés y jovellanista, la paternidad <strong>de</strong> estos trabajos, ya que,<br />

a<strong>de</strong>más, uno <strong>de</strong> ellos se <strong>de</strong>dica por entero a pedir que, <strong>de</strong> una vez, se cumpla<br />

el acuerdo <strong>de</strong> levantar en Gijón una estatua a <strong>Jovellanos</strong> en estos términos:<br />

“¡<strong>Jovellanos</strong>! Gijón no te olvida: que hoy más que nunca toca los beneficios<br />

que le has legado y, reconocido, cumplirá religiosamente el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong><br />

transmitir tu nombre a las futuras generaciones” 168. Es muy posible que estas<br />

siglas correspondieran a Julio Somoza, pues hay testimonio <strong>de</strong> que las usaba,<br />

e incluso dieron lugar a un inci<strong>de</strong>nte, que el propio interesado se apresuró a<br />

aclarar. Había aparecido un artículo en El Porvenir, titulado Recuerdo <strong>de</strong> Gijón,<br />

que firmaba las iniciales J. S. El 24 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1888 envió Somoza al director<br />

<strong>de</strong> El Comercio la siguiente carta:<br />

Sr. director <strong>de</strong> El Comercio.<br />

Muy señor mío: Habiendo aparecido últimamente en el periódico<br />

<strong>de</strong> esta villa, El Porvenir, un artículo titulado “Recuerdo <strong>de</strong> Gijón”, suscrito<br />

con las iniciales J. S., que contiene varias inexactitu<strong>de</strong>s históricas,<br />

amén <strong>de</strong> otras intempestivas alusiones personales cuyo objeto ignoro; ruégole<br />

se sirva manifestar en su diario, que dichas iniciales, no correspon<strong>de</strong>n<br />

en manera alguna a mi nombre y apellido; pues harto saben <strong>de</strong> antiguo los<br />

que me conocen, que jamás necesité <strong>de</strong> procedimiento semejante, para sostener<br />

en buena y honrosa lid, cuantas afirmaciones salieran <strong>de</strong> mi pluma.<br />

Con cuyo motivo, tiene el honor <strong>de</strong> ofrecerle el testimonio <strong>de</strong> su distinguida<br />

consi<strong>de</strong>ración, s.s.s. q.b.s.m.<br />

JULIO SOMOZA169. En 1888 nace El Musel. El 8 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1891 inserta, bajo la firma <strong>de</strong><br />

Somoza, una interesante relación <strong>de</strong> objetos <strong>de</strong>positados <strong>de</strong> las diversas<br />

168 Proyección nacional <strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Gijón, 1959, pág. 257.<br />

169 El Comercio, 26 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1888.<br />

103


104<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

estancias en la casa natal <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, los que pertenecieron al sabio. Es un<br />

auténtico documento, como se titula, en el que se <strong>de</strong>scriben papeles, libros,<br />

retratos efigies, mesas, lápidas, objetos en general y el lugar don<strong>de</strong> se encontraban.<br />

Hasta aquí los periódicos <strong>de</strong> Gijón, pero ya hemos hablado en varias<br />

ocasiones <strong>de</strong> “La Ilustración Gallega y Asturiana”, don<strong>de</strong> tuvo la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

crear una sección bajo el título Preguntas e Investigaciones con el objeto <strong>de</strong><br />

hacer <strong><strong>de</strong>l</strong> periódico un vehículo <strong>de</strong> comunicación, al servicio <strong>de</strong> los investigadores;<br />

se trataba <strong>de</strong> hacer preguntas, que podían ser contestadas por cualquier<br />

erudito que las supiera. Es una i<strong>de</strong>a muy en línea con el espíritu <strong>de</strong> La<br />

Quintana. La sección la inauguraría él dando respuesta <strong>de</strong> los distintos domicilios<br />

que tuvo <strong>Jovellanos</strong> en Madrid. Serán recogidas estas preguntas e investigaciones<br />

en Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana. En la Revista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> y El<br />

Carbayón también publicó abundantemente, sobre todo en éste último. Aquí<br />

publicará <strong>de</strong> sus artículos muy interesantes que llevan el título genérico <strong>de</strong><br />

Diálogos Gijoneses, en total cinco artículos: tres <strong>de</strong>dicados a la vieja cuestión<br />

<strong>de</strong> la policía urbana, <strong>de</strong> la que tiempo atrás le había costado verse envuelto<br />

en litigio, y otros dos sobre el Instituto. No <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser curioso que escriba<br />

sobre Gijón en el periódico <strong>de</strong> Oviedo.<br />

Los días 19, 20 y 26 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1888 verán la luz pública tres diálogos<br />

continuos sobre Servicios <strong>de</strong> policía, seguridad y vigilancia, entre un forastero<br />

y un vecino <strong>de</strong> Gijón. Aquí vuelve sobre su tema <strong>de</strong> siempre, la necesidad<br />

<strong>de</strong> una mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong> las or<strong>de</strong>nanzas municipales <strong>de</strong> Gijón, ya que las<br />

últimas eran <strong>de</strong> 1844; da interesantes datos sobre población; echa <strong>de</strong> menos<br />

la rotulación <strong>de</strong> las calles; se interesa por los servicios <strong>de</strong> limpieza; la prevención<br />

<strong>de</strong> los vientos; etcétera. Somoza recorría con interés todas las calles<br />

<strong>de</strong> Gijón, buscaba ver para conocer. Esta afición la mantendría incluso hasta<br />

su muerte. Como ejemplo <strong><strong>de</strong>l</strong> celo que ponía en la vigilancia <strong>de</strong> todo cuanto<br />

se refería a su pueblo natal, cuenta Joaquín Alonso Bonet la siguiente anécdota:<br />

“En una ocasión —creo que fue en 1928— se <strong>de</strong>tuvo en la calle para<br />

<strong>de</strong>cirme, con su charla viva, en que arrastraba, un poco, las erres:<br />

— He leído que el censo <strong>de</strong> Gijón se eleva, actualmente, a sesenta<br />

mil habitantes. Eso tiene que estar equivocado, o falseado. El cálculo pue<strong>de</strong><br />

hacerse enseguida. Nuestra villa tiene hoy unas dieciocho mil habitaciones o<br />

viviendas, según datos ciertos. Suponiendo un mínimo <strong>de</strong> cinco vecinos, por<br />

cada una, la población verda<strong>de</strong>ra es, in<strong>de</strong>fectiblemente, <strong>de</strong> noventa mil habitantes.<br />

En cuanto tengas ocasión, di esto en tu periódico” 170.<br />

170 Pequeñas historias <strong>de</strong> Gijón, (Del Archivo <strong>de</strong> un periodista); pág. 211.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

En 1887, una nueva polémica surgirá en torno al Instituto. Decretada<br />

la ampliación <strong><strong>de</strong>l</strong> edificio, tal y como profetizó su fundador: “se ejecutará la<br />

primera parte y quedará la segunda para la posteridad”, Somoza vuelve a<br />

salir a la prensa, atento siempre a cuanto importe al Instituto. Bajo el título<br />

Reforma <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto aparecerá los días 5 y 6 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1888 en El Carbayón <strong>de</strong><br />

Oviedo un interesante diálogo. Sus interlocutores son un comerciante, un<br />

vecino, un catedrático, un abogado y un periodista. A través <strong><strong>de</strong>l</strong> diálogo surgen<br />

todas las inquietu<strong>de</strong>s en torno a la obra: eso <strong>de</strong> <strong>de</strong>rribar el Instituto obra <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, para hacer otro es <strong><strong>de</strong>l</strong>icado, dice el comerciante. Los interlocutores<br />

hablan sobre los planos, si van a ser los <strong>de</strong> Villanueva o no; si pintaba algo o<br />

no en el nuevo edificio una don<strong>de</strong> se pensaba trasladar los restos <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>; la distribución, el presupuesto, plazos, etcétera.<br />

En El Carbayón también expuso ampliamente sus i<strong>de</strong>as sobre la prensa.<br />

La razón es probable que fuera un artículo aparecido el día 10 <strong>de</strong> octubre<br />

<strong>de</strong> 1890 en el periódico <strong>de</strong> Oviedo, en el que se transcribía otro publicado en<br />

Gijón, en el que se avivaba la eterna rencilla entre ambas poblaciones, y en el<br />

que entre otras cosas se podían leer estas referentes al proyecto <strong><strong>de</strong>l</strong> puerto <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Apagador: “¿No creen, por lo tanto, los buenos gijoneses, que la mejor prueba<br />

<strong>de</strong> que a Gijón convienen las reformas y ampliación <strong><strong>de</strong>l</strong> puerto actual, es la<br />

oposición <strong>de</strong> Oviedo?”. Somoza, que presumía <strong>de</strong> gijonismo, se aparta <strong>de</strong> estas<br />

viejas rencillas en aras <strong><strong>de</strong>l</strong> sentido común, y remite para su publicación en El<br />

Carbayón un artículo titulado La prensa en Gijón, que apareció los días 11, 12 y<br />

13 <strong>de</strong> noviembre siguientes.<br />

En este escrito pasa revista a la historia <strong><strong>de</strong>l</strong> periodismo gijonés, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

sus comienzos en 1851, en que Juan Junquero Huergo llevaba a cabo la publicación<br />

quincenal titulada: Archivo General <strong>de</strong> Gijón, seguida en 1853 <strong>de</strong> El<br />

Gijonés, hasta el presente. Para él esta primera época hasta 1868, en que <strong>de</strong>sapareció<br />

El Norte <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, sólo presenta dos aspectos, el literato y el urbano,<br />

caracterizado siempre por una templanza y mo<strong>de</strong>ración en el lenguaje, cual lo pedía<br />

la gravedad <strong>de</strong> los redactores que en ella figuraban. Pero a partir <strong>de</strong> esta época<br />

entra —dice— un nuevo factor a revolucionar la prensa: la política. Esta nueva<br />

prensa hasta 1873 simbolizaba para Somoza la tumultuosa efervescencia <strong>de</strong> un<br />

periodo caótico y, por tanto, podía justificar que los intereses urbanos sufrieran<br />

un gran eclipse ante las luchas electorales y la constitución y disolución <strong>de</strong> clubes,<br />

comités, asambleas y <strong>de</strong>más componentes <strong><strong>de</strong>l</strong> repertorio <strong>de</strong> la política <strong>de</strong>moledora. Lo<br />

peor vino <strong>de</strong>spués, cuando en 1876 estalló en Gijón los bandos <strong>de</strong> apagadoristas<br />

y muselistas, en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la ampliación <strong><strong>de</strong>l</strong> puerto local y <strong>de</strong> la creación<br />

<strong>de</strong> otro nuevo en El Musel respectivamente. Aparece entonces una prensa<br />

anónima, cuyos artículos no se firman, que recurría al personalismo y la difamación.<br />

Y esta era para Somoza la raíz <strong>de</strong> todos los males periodísticos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

momento.<br />

105


106<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Sobre el anonimato en la prensa vierte Don Julio con todo el genio <strong>de</strong><br />

su temperamento estas frases:<br />

No; el que es severo y digno, no pue<strong>de</strong> sin menoscabo <strong>de</strong> su buen<br />

nombre, <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r a semejante terreno. Por más que el <strong>de</strong>specho, la ira, el<br />

antagonismo o la venganza, arrastren a algunos, a injuriar, calumniar o<br />

vilipendiar a sus semejantes, no estaría “jamás, ni en ningún caso, justificada<br />

la <strong>de</strong>tractación” por tan reprobado sistema. La entereza, el <strong>de</strong>sdén, el<br />

<strong>de</strong>sprecio y el silencio, son las únicas armas que las gentes sensatas pue<strong>de</strong>n<br />

y <strong>de</strong>ben emplear. Si la acusación fuere <strong>de</strong> tal género que no pudiere el ofendido<br />

sin <strong>de</strong>sdoro o menoscabo ampararse <strong><strong>de</strong>l</strong> silencio, entonces cabe la justificación<br />

honrosa, en términos mesurados y corteses, que pongan en parangón<br />

con fuerte relieve, la nobleza <strong><strong>de</strong>l</strong> que se sincera, con la villanía <strong><strong>de</strong>l</strong> que<br />

violenta e inmotivadamente ataca. En rigor, el publicista hábil, no <strong>de</strong>be dar<br />

motivo para que las cosas lleguen a semejante extremo: quienquiera que<br />

tenga bien sentada su reputación, ha <strong>de</strong> tener siempre en más el concepto<br />

público, que no juzga a las personas por inci<strong>de</strong>nte o percances <strong><strong>de</strong>l</strong> momento,<br />

que el efecto pasajero <strong>de</strong> la mortalidad anónima.<br />

Como solución a este problema propone obligar a poner en el periódico<br />

el nombre <strong>de</strong> su Director, para que sirviera <strong>de</strong> garantía al público <strong>de</strong> que<br />

siendo una persona respetable no estamparía en su periódico cuanto fuera<br />

contra la honra o el <strong>de</strong>coro <strong>de</strong> los ciudadanos, y al mismo tiempo <strong>de</strong> garantía<br />

<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as que el periódico <strong>de</strong>fendiese. Por su parte, el Director tendría<br />

interés <strong>de</strong> esta manera en que los artículos se firmasen y nadie rehusara la<br />

responsabilidad que a cada uno le incumbiera.<br />

En contra <strong>de</strong> lo que oía <strong>de</strong>cir, para Somoza un periódico no es algo<br />

que pueda improvisarse:<br />

Des<strong>de</strong> luego llama po<strong>de</strong>rosamente la atención, que en un pueblo<br />

comercial, don<strong>de</strong> todo se tasa, se justiprecia y se aquilata lo inverosímil, se<br />

tenga por artículo <strong>de</strong> fe, que un periódico es cosa <strong>de</strong> improvisación o punto<br />

menos, y hasta se añada que “vive solo” y que “da dinero”. Pues bien; un<br />

periódico “malo” (hablo <strong>de</strong> su estructura) “cuesta dinero”, y cuanto más<br />

digno y <strong>de</strong>coroso sea, tanto más dinero costará. El periódico (<strong>de</strong>scartada su<br />

misión progresiva y <strong>de</strong> enseñanza) pue<strong>de</strong> equipararse con una mercancía: a<br />

mayor bondad, mayor coste; cuanto más crédito tengan las firmas <strong>de</strong> sus<br />

redactores y el nombre <strong>de</strong> su director, más vivirá en el mercado; cuanto más<br />

alto se pague la firma <strong>de</strong> sus colaboradores, tanto más valdrá en la plaza.<br />

Somoza no es sólo cronista <strong>de</strong> libros, sino también <strong>de</strong> periódicos; no<br />

lee sólo el pasado <strong>de</strong> Gijón, sino también el presente, el Gijón vivo, el <strong>de</strong> las<br />

polémicas, aquel <strong>de</strong> la prensa diaria. Por eso presume conocer el carácter <strong>de</strong><br />

sus paisanos. Está al cabo <strong>de</strong> la calle. ¡Cuánto le importaba todo lo gijonés! El


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

24 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1890, bajo el título Evolución <strong>de</strong> un pueblo (Plano <strong>de</strong> ensanche y<br />

reforma <strong>de</strong> Gijón), tiene ocasión <strong>de</strong> escribir en El Carbayón (una vez más) un<br />

enjundioso estudio sobre el ensanche <strong>de</strong> la población, un ensanche que se<br />

pensaba llevar a cabo según el proyecto <strong><strong>de</strong>l</strong> ingeniero don Javier Sanz, terminado<br />

en 1883, pero que todavía, siete años más tar<strong>de</strong>, ni siquiera estaba<br />

aprobado. ¡Qué erudición la <strong>de</strong> Somoza! ¡Cuánto sabe <strong>de</strong> terrenos, <strong>de</strong> rasantes,<br />

<strong>de</strong> vecindario, <strong>de</strong> edificios ruinosos, <strong>de</strong> plazas, <strong>de</strong> terrenos bajos, <strong>de</strong> terrenos<br />

húmedos, <strong>de</strong> fuentes, etcétera!<br />

Ya muy anciano, recorría en gran<strong>de</strong>s paseos todos las calles y rincones<br />

<strong>de</strong> Gijón, buscando con sus ojos vivos, cuanto pudiese ser digno <strong>de</strong> anotar<br />

en su prodigiosa memoria, siempre al acecho <strong>de</strong> una noticia con que llenar<br />

la historia <strong>de</strong> su villa.<br />

107


CAPÍTULO 5<br />

La pasión jovellanista<br />

1.— Rescatando <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido<br />

La infatigable labor <strong>de</strong> Somoza en torno a la vida y la obra <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> fue tan encomiable como amarga; su pasión incondicional por don<br />

Gaspar, fuente <strong>de</strong> amarguras. Des<strong>de</strong> sus comienzos, el panorama que <strong>de</strong>scubre<br />

a su alre<strong>de</strong>dor es <strong>de</strong>solador; se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que apenas nadie se interesa<br />

por <strong>Jovellanos</strong>. Él se encargará <strong>de</strong> hacer <strong>de</strong>spertar a los eruditos <strong><strong>de</strong>l</strong> país <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

letargo u olvido hacia la persona <strong>de</strong> su admirado Jovino. No hay quien lo niegue,<br />

ni quien lo du<strong>de</strong>: Somoza ha rescatado para la historia la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> prisionero<br />

<strong>de</strong> Bellver.<br />

Menén<strong>de</strong>z Peláez ha señalado que “a finales <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX, cuando<br />

Somoza empieza a publicar sus primeras investigaciones sobre la vida y la<br />

obra <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustrado gijonés permanecía si no relegada,<br />

sí, al menos, <strong>de</strong>sconocida en los aspectos más existenciales y humanos, al no<br />

haber publicado todavía alguna <strong>de</strong> sus obras más reveladoras para conocer<br />

el talante <strong>de</strong> su persona” 171.<br />

Dejando a parte las obras <strong>de</strong> carácter general que se ocupan <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> en algún capítulo o con ocasión <strong>de</strong> alguna referencia, y aquellas<br />

otras que constituyen artículos o comentarios a la vida <strong>de</strong> Jovino, que por<br />

otra parte no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que abun<strong>de</strong>n, son escasísimas las obras que se<br />

interesaban <strong>de</strong>cididamente por don Gaspar antes <strong>de</strong> que Somoza se ocupara<br />

<strong>de</strong> él.<br />

Po<strong>de</strong>mos fijar el comienzo <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los ochenta como la fecha<br />

a partir <strong>de</strong> la cual se va a notar un incremento <strong><strong>de</strong>l</strong> interés por <strong>Jovellanos</strong>,<br />

tanto en la prensa asturiana como en la nacional, <strong>de</strong>bido a la influencia y el<br />

interés <strong>de</strong> Somoza. A él se <strong>de</strong>be sin duda que el nuevo periódico <strong>de</strong> Gijón, El<br />

Comercio, <strong><strong>de</strong>l</strong> que era uno <strong>de</strong> sus promotores su amigo Calixto Alvargonzález,<br />

se interese por la figura <strong>de</strong> Jovino, <strong>de</strong>dicándole anualmente en fecha 27 <strong>de</strong><br />

171 MENÉNDEZ PELÁEZ, Jesús. Prólogo a la edición facsímil <strong>de</strong> Las Amarguras <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>. Gijón, Editorial Auseva, S. A., 1989; pág. VIII.


110<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

noviembre, aniversario <strong>de</strong> su muerte, su homenaje. A Somoza se <strong>de</strong>be también<br />

el interés <strong>de</strong> Gumersindo Laver<strong>de</strong> por el personaje y que éste contagiase<br />

ese sentimiento a Menén<strong>de</strong>z Pelayo, quien con su artículo publicado en El<br />

siglo futuro llevará la inquietud a toda España.<br />

A partir <strong>de</strong> aquí aumentan los trabajos en revistas y periódicos. Pero<br />

ninguno tendrá comparación con el esfuerzo <strong>de</strong> Somoza. Todo se reducirá<br />

como él mismo diría a: Superabundancia <strong>de</strong> poesías; discursos y oraciones encomiásticas;<br />

plagios <strong>de</strong> Ceán a diestro y siniestro, tal cual juicio parcial y agresivo con<br />

marcada ten<strong>de</strong>ncia en su autor a singularizarse; alguna que otra disertación pletórica<br />

<strong>de</strong> citas, <strong>de</strong>nunciadora <strong>de</strong> la vacuidad <strong><strong>de</strong>l</strong> ingenio; esfuerzos plausibles, pero insuficientes,<br />

para abarcar en toda su plenitud la empresa que se intentaba acometer,<br />

datos y referencias apreciables para utilizados con ventaja172. Hasta este momento las biografías <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> eran insuficientes:<br />

La Relación <strong>de</strong> Sampil es pobrísima y meramente inci<strong>de</strong>ntal, la biografía <strong>de</strong> Posada,<br />

a juzgar por su corto volumen y escasa crítica <strong><strong>de</strong>l</strong> autor, no <strong>de</strong>be ofrecer materia digna<br />

<strong>de</strong> provecho, y únicamente Ceán presenta un bosquejo sumario, explotado, ya <strong>de</strong> un<br />

modo hasta abusivo173. En cuanto a las obras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> el único intento serio habían sido<br />

los dos tomos <strong>de</strong> las Obras publicados por Nocedal, en cuya realización,<br />

como ya vimos, habían tenido tanta participación el catedrático <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto<br />

Junquera Huergo, ayudado por Alonso Fernán<strong>de</strong>z Vallín. En el prólogo figuraban<br />

unas referencias <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que fueron luego publicadas por<br />

Nocedal como biografía. En <strong>de</strong>finitiva, nada hay a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX,<br />

(como tampoco lo habrá en el XX) que pueda compararse a la labor <strong>de</strong>sarrollada<br />

por el que es, sin duda, el mayor <strong>de</strong> los jovellanistas. Quedaba, pues,<br />

una enorme cantidad <strong>de</strong> manuscritos sin publicar. Había muchísimo que<br />

recopilar.<br />

2.— Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana<br />

De su primer esfuerzo por <strong>Jovellanos</strong>, <strong><strong>de</strong>l</strong> Catálogo <strong>de</strong> manuscritos,<br />

ya hemos hablado, toca ahora referirnos a las <strong>de</strong>más obras jovellanistas. En<br />

Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> lo relativo al Instituto: Salón <strong>de</strong><br />

Bocetos, Biblioteca, Manuscritos, etc., reproduce su artículo sobre los Diarios,<br />

aparecido en la Ilustración Gallega y Asturiana acompañado <strong>de</strong> un apéndice en<br />

el que recoge el estado <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong> su impresión. Reproduce la carta<br />

172 Inventario <strong>de</strong> un jovellanista. Cap. IV; pág. 135<br />

173 Ibí<strong>de</strong>m.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

enviada a Nocedal en la que le pedían sus amigos y él que les permitiera<br />

hacerse con los Diarios para su publicación, en el caso <strong>de</strong> que él no la llevase<br />

a cabo. Ya vimos cómo surgió aquí su primer <strong>de</strong>sengaño y disgusto como<br />

jovellanista, al abandonarle aquellos amigos que le respaldaron y le hicieron<br />

embarcarse en aquel dulce sueño.<br />

De sus Cosiquines no se sentirá con el tiempo muy satisfecho e incluso<br />

llegó a retirarlo <strong>de</strong> la circulación según la respuesta que da a Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo cuando ya reconciliado con él le pi<strong>de</strong> un ejemplar: En cuanto alcance<br />

un ejemplar <strong>de</strong> las Cosiquines, se lo remitiré; en el bien entendido, <strong>de</strong> que nada vale<br />

lo que contiene, (por lo cual lo retiré <strong>de</strong> la circulación) salvo un diálogo sobre los<br />

Bocetos <strong>de</strong> este Instituto, que tengo por lo menos malo. Mírele con benevolencia y,<br />

luego, arrincónele.<br />

No obstante su opinión, había a nuestro enten<strong>de</strong>r algo también valioso:<br />

la Noticia <strong>de</strong> varios retratos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y la Correspon<strong>de</strong>ncia reservada <strong>de</strong><br />

Theresina <strong><strong>de</strong>l</strong> Rosal con D. M. G. DE JOVELLANOS, trabajos netamente jovellanistas.<br />

Las cartas pertenecían al archivo <strong>de</strong> La Quintana pero en ellas lleva<br />

a cabo Somoza una importantísima labor <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> personajes y<br />

lugares, y <strong>de</strong> transcripción <strong>de</strong> palabras, tarea difícil teniendo en cuenta que<br />

la correspon<strong>de</strong>ncia entre Pedro Valdés Llanos (Theresina <strong><strong>de</strong>l</strong> Rosal) y<br />

<strong>Jovellanos</strong> se hacía en bable y bajo seudónimos para burlar la prohibición que<br />

recaía sobre <strong>Jovellanos</strong> en Bellver.<br />

3.— Nuevos Datos<br />

En 1885 publica Somoza con el respaldo <strong>de</strong> La Quintana (queremos<br />

<strong>de</strong>cir con el material que le proporciona) el libro <strong>Jovellanos</strong> —Nuevos Datos<br />

para su biografía recopilados por don Julio Somoza y adornados con la genealogía <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, su retrato hecho por Goya, el facsímil <strong>de</strong> su firma, su escudo, escribanía y<br />

sillón, y su sepulcro. La obra llevará esta <strong>de</strong>dicatoria: Al Excelentísimo Señor don<br />

Leopoldo Carvajal, Benemérito Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Sociedad <strong>de</strong> Naturales <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> en<br />

la Habana, <strong>de</strong>dica la presente obra, en testimonio <strong>de</strong> la admiración que siente por los<br />

hijos ilustres <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong>.<br />

Para ilustrar los Nuevos Datos escribe el autor a su hermano, entonces<br />

<strong>de</strong>stinado en Oviedo, para que adquiera una fotografía o grabado relativo<br />

al monumento <strong>de</strong>dicado en esta ciudad a <strong>Jovellanos</strong>. No hay ninguno, y<br />

entonces es el propio Manuel Somoza quien hace un ligero apunte <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

111


112<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

mismo, tanto <strong>de</strong> la vista general <strong><strong>de</strong>l</strong> monumento como <strong>de</strong> los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> los<br />

escudos174. El estudio Preliminar es una muestra <strong>de</strong> su espíritu hipercrítico. Por<br />

una parte, critica a Nocedal por su biografía <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Sospecha que no<br />

publica el tercer tomos <strong>de</strong> las Obras Completas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> por culpa <strong>de</strong><br />

sus prejuicios partidistas. Por otra parte, critica el Exámen teológico-crítico <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

sacerdote Miguel Sánchez, con toda razón. Y por último, arremete también<br />

contra Menén<strong>de</strong>z Pelayo por su artículo Vindicación <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> publicado en<br />

El Siglo Futuro. Aunque nos parece que acierta en casi todo, no por eso hay<br />

que olvidar que este largo Preliminar está escrito en un momento en que<br />

Somoza había perdido la esperanza <strong>de</strong> ver publicados los Diarios. Está motivado<br />

por la <strong>de</strong>cepción <strong>de</strong> sus amigos y por el sentimiento <strong>de</strong> frustración <strong>de</strong><br />

sus esperanzas.<br />

4.— Las amarguras<br />

Por otra parte, hay que tener en cuenta que aquel año sufre Somoza<br />

el duro trance <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> su padre. A las seis <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> 2 <strong>de</strong> octubre<br />

<strong>de</strong> 1885 <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> existir el viejo Coronel <strong>de</strong> Artillería. Su hijo Julio, soltero,<br />

vivía en el domicilio paterno, calle Santa Lucía, núm. 25, <strong>de</strong> modo que siguió<br />

muy cerca el proceso <strong>de</strong> la enfermedad <strong>de</strong> su padre. En las gacetillas <strong>de</strong> El<br />

Comercio aparecieron al día siguiente estas frases <strong>de</strong> recuerdo: “Buen padre,<br />

amantísimo esposo, ciudadano intachable y militar distinguido por sus dotes<br />

<strong>de</strong> ilustración y valor probado, su muerte es muy sentida en este pueblo,<br />

don<strong>de</strong> contaba con las simpatías generales <strong><strong>de</strong>l</strong> vecindario”. Y terminaba con<br />

la vieja fórmula romana: “Séale la tierra leve”, lo que prueba que el gacetille-<br />

174 Pudieron haber servido estos apuntes para el que aparece en la obra, pero no es seguro.<br />

He aquí la carta en que Manuel Somoza envía a don Enrique Rubiños los apuntes, recogida<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Archivo Histórico <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, 53/1:<br />

Oviedo, 8 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1884.<br />

Sr. D n. Enrique Rubiños.<br />

Muy señor mío: acabo <strong>de</strong> recibir carta <strong>de</strong> mi hermano Julio, <strong>de</strong> Gijón con motivo<br />

<strong>de</strong> la obra sobre <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong> que se ocupan VS. Me dice que procure adquirir fotografía<br />

o grabado relativo al monumento que hay en esta, <strong>de</strong>dicado a la memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre asturiano.<br />

No hay ninguno; y en vista <strong>de</strong> ello, acabo <strong>de</strong> hacer el ligero apunte que le remito, así<br />

como <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> los escudos laterales, que son el <strong>de</strong> la izquierda (<strong><strong>de</strong>l</strong> observador), el <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>, o sea, la cruz <strong>de</strong> la Victoria; y el <strong>de</strong> la dcha. el <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Los adornos y coronas<br />

son iguales y solo difieren los timbres colocados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los respectivos óvalos.<br />

Aprovecha la ocasión para ofrecerse suyo affmo.<br />

s. s. q.b.s.m.<br />

MANUEL SOMOZA DE MONTSORIÚ.<br />

Capitán <strong>de</strong> Artillería en la Fábrica <strong>de</strong> Armas.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

ro habría <strong>de</strong> conocer muy <strong>de</strong> cerca los gustos epigráficos <strong>de</strong> don Julio. Los<br />

días 6, 7 y 8 siguientes tuvieron lugar las exequias en la iglesia parroquial <strong>de</strong><br />

San Pedro, según avisaba la esquela, aparecida en dicho diario, en la que por<br />

cierto se nombraba al finado como José Somoza <strong>de</strong> Montsoriú y Castro.<br />

Dos años más tar<strong>de</strong>, el 2 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1887, moría la madre <strong>de</strong> Somoza,<br />

doña María <strong><strong>de</strong>l</strong> Pilar García Sala y Blanco, la hija <strong>de</strong> la pupila <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

La enfermedad había durado varios meses. Y también su hijo, que seguía soltero<br />

sin abandonar el domicilio paterno, <strong>de</strong>bió sufrir día a día el largo y doloroso<br />

trance. Y el diario local se hizo eco igualmente <strong><strong>de</strong>l</strong> triste suceso <strong>de</strong> la<br />

muerte <strong>de</strong> la virtuosa señora, cuyos funerales se celebraron los días 4, 5 y 6<br />

siguientes en la Iglesia Parroquial <strong>de</strong> San Pedro175. A los seis meses <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> su madre, Somoza, soltero y solo, a<br />

los treinta y nueve años <strong>de</strong>cirse casarse con la madre <strong>de</strong> su hija. El 8 <strong>de</strong> enero<br />

<strong>de</strong> 1888, contrajo matrimonio canónico en la iglesia <strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong> Gijón<br />

con doña Josefa Menén<strong>de</strong>z Sánchez, <strong>de</strong> cuarenta y tantos, soltera y madre,<br />

a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> otra hija llamada María Ángeles Melendreras Menén<strong>de</strong>z. Es muy<br />

probable que los padres <strong>de</strong> Somoza no aprobasen esta boda y por eso esperó<br />

a su fallecimiento para legitimar con el matrimonio la filiación <strong>de</strong> su hija.<br />

Don Julio no negó nunca su paternidad, es más la reconoció incoando el<br />

oportuno expediente, en virtud <strong><strong>de</strong>l</strong> cual, la niña, que había nacido el 27 <strong>de</strong><br />

marzo <strong>de</strong> 1876, figura inscrita en el libro Registro <strong>de</strong> Nacimientos <strong>de</strong> aquel<br />

año, en fecha 17 <strong>de</strong> mayo, con los nombres <strong>de</strong> María <strong><strong>de</strong>l</strong> Amparo Somoza<br />

Menén<strong>de</strong>z. El matrimonio no tendrá más hijos.<br />

De modo que <strong>de</strong> la noche a la mañana Somoza se ve con una nueva<br />

familia. En medio <strong><strong>de</strong>l</strong> dolor <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> sus padres y en medio <strong>de</strong> la ilusión<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo hogar continuará su labor jovellanista. Creemos que estas circunstancias<br />

pudieron haber sido suficientes para <strong>de</strong>sarrollar en él una especial<br />

sensibilidad. Sensibilidad que produjo una <strong>de</strong> las biografías más sentidas<br />

<strong>de</strong> la literatura asturiana: Las Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, una obra verda<strong>de</strong>ramente<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong>iciosa. Somoza se vuelca aquí hacia su personaje, lo cotidiano <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

personaje se vuelve clave <strong>de</strong> la historia. Lo pequeño e insignificante <strong>de</strong> cada<br />

día, se hace trascen<strong>de</strong>nte. Y eso que aún no ha leído sus ansiados Diarios.<br />

Pero le basta el resumen <strong>de</strong> Ceán Bermú<strong>de</strong>z, que publicó en sus Nuevos Datos;<br />

le basta tanto y tanto como ya tiene leído e investigado.<br />

La i<strong>de</strong>a en principio era que la obra fuera subvencionada por el<br />

Ayuntamiento. Con este fin envía una larga instancia que por su interés y por<br />

las razones jovellanistas que en ella se vierten reproducimos íntegramente:<br />

175 El Comercio, 4 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1887.<br />

113


114<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Sr. Presi<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilustrísimo Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón.<br />

Ilmo. Sr.<br />

Don Julio Somoza y García Sala, hijo <strong>de</strong> esta villa y avecindado en<br />

ella, tiene el honor <strong>de</strong> elevar a su respetuosa consi<strong>de</strong>ración la siguiente solicitud,<br />

por si tuviera en su imparcial juicio, méritos suficientes para ser presentada<br />

a la Ilustre Corporación que dignamente presi<strong>de</strong>.<br />

Dolido profundamente el que este expone <strong>de</strong> que la venerable figura<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> inmortal patricio don Gaspar <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, no hubiera recibido hasta<br />

el presente en su pueblo natal un testimonio que acreditase así el amor que<br />

su nombre nos inspira, como la gratitud que todos le <strong>de</strong>bemos, concibió el<br />

proyecto <strong>de</strong> redactar un nuevo estudio biográfico, que, a la par, pusiese <strong>de</strong><br />

relieve las dotes <strong>de</strong> carácter que adornaban a tan benemérito escritor, así<br />

como los diversos juicios que en estos últimos años hubiese merecido a la crítica<br />

europea, acompañando todo <strong>de</strong> nuevos y curiosos documentos que confirmaran<br />

los singulares méritos <strong>de</strong> tan eminente personalidad.<br />

Otras consi<strong>de</strong>raciones moviéronle también al proponente a activar<br />

su trabajo, poniendo en él todo el esfuerzo intelectual posible, así como el<br />

mayor empeño, para que fuera digno <strong><strong>de</strong>l</strong> esclarecido varón cuyas vicisitu<strong>de</strong>s<br />

relatamos.<br />

Era una <strong>de</strong> aquellas, que mientras su recuerdo había merecido en<br />

otras localida<strong>de</strong>s, y aún fuera <strong>de</strong> España, ediciones completas <strong>de</strong> sus obras,<br />

traducciones a diversos idiomas, lápidas, monumentos conmemorativos y<br />

aun estatuas, aquí en su patria, a cuya prosperidad consagró todos sus<br />

esfuerzos, nada se había realizado que recordase su ínclito nombre y esclarecidos<br />

hechos. Pasó el centenario <strong>de</strong> su nacimiento en 1844, y pasó, por <strong>de</strong>sgracia,<br />

<strong>de</strong>sapercibido. Cierto, que a las veces, los periódicos locales <strong>de</strong>dicáronle<br />

tal cual humil<strong>de</strong> tributo en algunos <strong>de</strong> sus aniversarios; y cierto también<br />

que, con monumentos o sin ellos, su recuerdo vive florido y perenne en<br />

el corazón <strong>de</strong> todos los gijoneses.<br />

Pero ni en su casa natal, ni en el Instituto, ni en su Biblioteca, ni<br />

en el pueblo mismo, se ve alguno <strong>de</strong> esos testimonios que recuer<strong>de</strong>n su gran<strong>de</strong>za.<br />

El triste monumento funerario en la iglesia <strong>de</strong> San Pedro, si inspiró<br />

amargas estrofas, también sugirió acerbas críticas a los escritores ingleses; y<br />

a otros extranjeros que vieron sus obras impresas en Rusia antes que en su<br />

propia patria.<br />

Afortunadamente, un movimiento <strong>de</strong> próspera reacción se ha efectuado<br />

en nuestro pueblo; y la terminación <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, obra inspirada <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, y que legó a la prosperidad; la erección <strong>de</strong> una estatua ya en víspera<br />

<strong>de</strong> realización; el suntuoso enterramiento que en el propio Instituto se


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

le prepara, y la construcción <strong><strong>de</strong>l</strong> grandioso puerto <strong>de</strong> El Musel, cuya noble<br />

iniciativa le pertenece, obras son <strong>de</strong> nuestros contemporáneos, y <strong><strong>de</strong>l</strong> plausible<br />

esfuerzo <strong>de</strong> esa Ilustre Corporación, cuyos honrosos timbres por nadie<br />

serán puestos en duda, ante el severo fallo <strong>de</strong> los veni<strong>de</strong>ros.<br />

Por lo tanto, si entendiera la benemérita Representación popular<br />

que el humil<strong>de</strong> trabajo, que le presenta, con el título <strong>de</strong> Las Amarguras <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, mereciera <strong>de</strong> su parte, los honores <strong>de</strong> la publicidad, veríanse<br />

satisfechas las aspiraciones <strong><strong>de</strong>l</strong> que suscribe, que no son otras que las <strong>de</strong> rendir<br />

un mo<strong>de</strong>sto tributo literario, a la memoria <strong>de</strong> aquel que tan grandiosas<br />

obras produjo, y cuyo nombre resuena con aplauso universal, don<strong>de</strong> quiera<br />

que se veneren la virtud y el saber.<br />

Dios guar<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> V. S. prósperos y dilatados años.<br />

JULIO SOMOZA Y GARCÍA SALA176. En sesión ordinaria <strong><strong>de</strong>l</strong> 6 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1889, presidida por el Alcal<strong>de</strong><br />

don Alejandro Alvargonzález, amigo <strong>de</strong> don Julio, se acordó que informasen<br />

las Comisiones <strong>de</strong> Instrucción Pública y <strong>de</strong> Hacienda. En la sesión <strong><strong>de</strong>l</strong> 27 <strong>de</strong><br />

abril, presidida por el Teniente <strong>de</strong> Alcal<strong>de</strong> don Antonio Rodríguez San Pedro<br />

se dio cuenta <strong>de</strong> dichos informes mostrándose su conformidad con ellos.<br />

La comisión <strong>de</strong> Instrucción Pública formada por don José Menén<strong>de</strong>z,<br />

don Jesús M. Acebal y don Antonio Rodríguez San Pedro, vio bien la i<strong>de</strong>a,<br />

manifestándolo así en un informe <strong>de</strong> fecha 24 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1889 en estos términos:<br />

“La Comisión <strong>de</strong> Instrucción Pública que suscribe, ha examinado <strong>de</strong>tenidamente<br />

la obra, cuya impresión se interesa, en la presente instancia, y reconociendo<br />

la suma <strong>de</strong> datos y <strong>de</strong> estudios que el autor ha logrado y sabido<br />

reunir en ella, teniendo presente, a<strong>de</strong>más, que el Municipio <strong>de</strong> Gijón es quien,<br />

en primer término, <strong>de</strong>be consagrar a la memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> insigne gijonés y eminente<br />

patricio don Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> un tributo <strong>de</strong> admiración y<br />

<strong>de</strong> respeto, que a más <strong>de</strong> la estatua que pronto se ha <strong>de</strong> inaugurar, sea también,<br />

legado meritorio para las generaciones veni<strong>de</strong>ras el libro <strong>de</strong> que se trata.<br />

Cree la Comisión que el Ayuntamiento <strong>de</strong>be acce<strong>de</strong>r a lo que se solicita, siempre<br />

que la <strong>de</strong> Hacienda y la Corporación lo crean posible y conveniente”.<br />

La Comisión <strong>de</strong> Hacienda, que formaban los señores: don Antonio<br />

Rodríguez San Pedro, don Alejandro Blanco, don Jesús M. Acebal, don<br />

Andrés García Castañón, y don Casimiro Domínguez-Gil y Labarrieta, con<br />

fecha 25 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1889 presentó el siguiente informe con las siguientes puntualizaciones:<br />

“La Comisión <strong>de</strong> Hacienda en vista <strong><strong>de</strong>l</strong> dictamen favorable <strong>de</strong><br />

176 A. M. G. Expediente 38/1889. También aparece recogido este escrito en el correspondiente<br />

libro <strong>de</strong> Actas. Sesión <strong><strong>de</strong>l</strong> 6 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1889, págs. 278-279. Y se publicó en la prensa,<br />

<strong>de</strong> don<strong>de</strong> lo recogió Somoza para incorporarlo a su proyectada obra La Esquirpia.<br />

115


116<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

la <strong>de</strong> Instrucción Pública y <strong>de</strong> la situación <strong><strong>de</strong>l</strong> empréstito municipal, hoy agravada<br />

con los intereses y amortización <strong>de</strong> la obligación moral que la representación<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo tiene contraída <strong>de</strong> favorecer en todo lo que redun<strong>de</strong> a exten<strong>de</strong>r<br />

la fama <strong>de</strong> tan esclarecido hijo, como lo es el Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, honra <strong>de</strong> Gijón por sus talentos y virtu<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>ben <strong>de</strong> buscarse<br />

los medios menos gravosos para la publicación <strong>de</strong> su obra objeto <strong>de</strong> este dictamen<br />

y, por lo tanto, proponemos a la Ilustre Corporación lo siguiente.<br />

1º El Ayuntamiento podrá autorizar la publicación <strong>de</strong> una<br />

edición única bajo las bases <strong>de</strong> un contrato especial con una casa editorial<br />

la que entregaría al autor <strong>de</strong> la obra y al Ilustre Ayuntamiento<br />

el número <strong>de</strong> ejemplares gratuitos que se conviniese, quedando el<br />

resto para que a la casa editorial le quedase el beneficio <strong>de</strong> su venta.<br />

2º En el caso <strong>de</strong> que las condiciones establecidas por la casa<br />

impresora no conviniesen a la Corporación podrá ésta hacer un contrato<br />

e impresión por un número <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong>terminado, <strong>de</strong> los cuales<br />

entregaría al autor <strong>de</strong> la obra un número dado, quedando el resto a<br />

disposición <strong>de</strong> la Corporación que disfrutaría <strong>de</strong> su plena propiedad.<br />

3º Celebrado que sea el contrato, con arreglo a uno <strong>de</strong> los<br />

dos proyectos anteriores, <strong>de</strong>berán <strong>de</strong> comunicárselo al autor dándole<br />

las <strong>de</strong>bidas gracias por la <strong>de</strong>dicatoria, que <strong>de</strong> la obra hace a<br />

esta Ilustre Corporación y suplicándole su cooperación para la<br />

corrección <strong>de</strong> pruebas y <strong>de</strong>más <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> impresión.<br />

4º Como sea ésta la primera obra, que en honor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> vea<br />

la luz pública en Gijón con el concurso <strong>de</strong> su municipio, cree la Comisión<br />

que en el caso <strong>de</strong> que el Ilustre Ayuntamiento acuer<strong>de</strong> la impresión <strong>de</strong> ella,<br />

se consigne en el acta como especial recuerdo a la memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilustre<br />

Gijonés, y también que se imprima el acuerdo al frente <strong>de</strong> la edición,<br />

en honor <strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong> tan esclarecido patricio.<br />

5º Que para dar mayor solemnidad a este acuerdo no se<br />

publique la obra hasta la época <strong>de</strong> la inauguración <strong>de</strong> la estatua <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, en cuyo acto se entregarán ejemplares a los convidados<br />

al acto. Sin embargo, <strong>de</strong> lo expuesto, la Ilustre Corporación resolverá<br />

como siempre, lo que estime más conveniente”.<br />

Acordado según este informe y comunicado el acuerdo a Somoza,<br />

éste no ve bien el que tenga que esperar hasta la inauguración <strong>de</strong> la estatua<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que se había acordado levantar en 1880 y, por tanto, en su opinión<br />

sabe Dios cuándo se llevaría a cabo.<br />

En efecto, aún faltarán dos años para la colocación <strong>de</strong> la estatua en la<br />

actual Plaza <strong><strong>de</strong>l</strong> 6 <strong>de</strong> Agosto. A<strong>de</strong>más, acaba <strong>de</strong> encontrar un impresor que le


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

ofrece un buen precio y quiere aprovechar su oportunidad. Así se lo dice a su<br />

amigo y primer Teniente <strong>de</strong> Alcal<strong>de</strong> don Antonio Rodríguez San Pedro en<br />

carta a la que acompaña un oficio:<br />

Sr. D. Antonio Rodríguez San Pedro.<br />

Muy señor mío y estimado amigo:<br />

Tengo la fortuna <strong>de</strong> encontrar un impresor que se compromete a<br />

imprimir mi obra por un precio muy económico y aprovechando esta coyuntura<br />

que no siempre se presenta, me <strong>de</strong>cido a darla a la estampa y a mis expensas.<br />

Como las condiciones fijadas por los Señores <strong>de</strong> la Comisión <strong>de</strong><br />

Hacienda distan mucho <strong>de</strong> las que ordinariamente se estipulan en los contratos<br />

editoriales y, a<strong>de</strong>más, aplazan <strong>de</strong> un modo in<strong>de</strong>finido la época <strong>de</strong> la<br />

impresión <strong>de</strong> mi obra, pues <strong>de</strong> aquí a entonces po<strong>de</strong>mos perecer todos, ruégole<br />

se sirva dar lectura, si lo tiene a bien, en la sesión próxima, <strong><strong>de</strong>l</strong> adjunto<br />

oficio, para que la corporación resuelva lo que tenga por conveniente, en<br />

la inteligencia <strong>de</strong> que no puedo ya <strong>de</strong>morar ni revocar mi propósito.<br />

B.L.M. <strong>de</strong> esas Srías. y se ofrece a sus ór<strong>de</strong>nes en todo, su afmo.<br />

amigo y s. s. q. b. s. m. 177.<br />

En el oficio que acompañaba a la carta y que fue leído en la Sesión<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> día 8 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1889, que presidió el propio Rodríguez San Pedro, proponía<br />

al Ayuntamiento que le ayudase con la cantidad <strong>de</strong> mil pesetas:<br />

Habiéndome enterado <strong>de</strong>tenidamente <strong>de</strong> las condiciones propuestas<br />

para la impresión <strong>de</strong> mi obra Las Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, siento mucho<br />

manifestar que no me es posible aceptarlas porque las consi<strong>de</strong>ro perjudiciales<br />

para mis intereses, en cuanto prorrogan por un tiempo in<strong>de</strong>terminado la<br />

publicación <strong>de</strong> dicho mo<strong>de</strong>sto trabajo.<br />

Pero <strong>de</strong>seoso al propio tiempo <strong>de</strong> conservar a esa digna Corporación<br />

la representación y participación <strong>de</strong>bidas en dicha obra, espero se sirva conce<strong>de</strong>r<br />

para su impresión una ayuda <strong>de</strong> mil pesetas, a trueque <strong>de</strong> doscientos<br />

ejemplares que entregaré en cuanto aquella se termine.<br />

Si esa IIIª. corporación que dignamente presi<strong>de</strong> aceptase esta propuesta<br />

ruego a Vd. disponga se me comunique <strong>de</strong> oficio con la brevedad posible,<br />

para el más rápido cumplimiento <strong>de</strong> esta oferta.<br />

Gijón, 8 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1899<br />

JULIO SOMOZA Y GARCÍA SALA<br />

Sr. Alcal<strong>de</strong> Presi<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilustrísimo Ayuntamiento <strong>de</strong> la Villa y<br />

concejo <strong>de</strong> Gijón.<br />

177 A. M. G. Expediente 38/1899.<br />

117


118<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

En dicha sesión el Ayuntamiento acordó acce<strong>de</strong>r <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego a lo<br />

propuesto por Somoza, pero suspendiendo el abono <strong>de</strong> la subvención o<br />

ayuda hasta el próximo ejercicio económico, es <strong>de</strong>cir, el mes entrante, con<br />

cargo al capítulo <strong>de</strong> Imprevistos, por no contar en el presupuesto actual con<br />

fondos <strong>de</strong> qué disponer178. Y así se imprimió en la imprenta <strong>de</strong> don Anastasio<br />

Blanco, situada en el nº 5 <strong>de</strong> la calle Los Moros <strong>de</strong> Gijón, la obra cuyo título<br />

completo rezaba: Las Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, bosquejo biográfico (con notas y<br />

setenta y dos documentos inéditos) por Julio Somoza <strong>de</strong> Montsoriú, natural <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>Principado</strong> <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. La tirada fue <strong>de</strong> 500 ejemplares numerados y rubricados,<br />

<strong>de</strong> los que doscientos fueron para el Ayuntamiento, a quien, a<strong>de</strong>más, iba<br />

<strong>de</strong>dicado el trabajo con estas expresiones: Al Ilustrísimo Ayuntamiento<br />

Constitucional <strong>de</strong> la Villa y Concejo <strong>de</strong> Gijón, en testimonio <strong>de</strong> respeto, y como justo<br />

homenaje que consagra a la virtuosa memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> más esclarecido <strong>de</strong> sus hijos, gloria<br />

<strong>de</strong> este pueblo, honor <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, y timbre imperece<strong>de</strong>ro en los anales <strong>de</strong> la Patria.<br />

En prueba <strong><strong>de</strong>l</strong> mimo, entusiasmo y ardor jovellanista con el que se<br />

llevó a cabo esta obra basta con leer el colofón: Este libro, el primero que se<br />

publica en Gijón en loor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, fue costeado por los representantes <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo,<br />

y comenzó su impresión el día 6 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1889, LXXVIIIº aniversario <strong>de</strong> la llegada<br />

<strong>de</strong> aquel insigne repúblico a su villa natal; <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> diez años <strong>de</strong> ausencia y<br />

siete <strong>de</strong> injusta y rigurosa prisión en la isla <strong>de</strong> Mallorca.— Hízose la estampación,<br />

con especial esmero, en el taller tipográfico <strong>de</strong> Anastasio Blanco, hijo <strong>de</strong> esta villa, y<br />

bajo su dirección y cuidado.<br />

La obra será comentada en El Carbayón <strong>de</strong> Oviedo con frases laudatorias<br />

para el autor: “Ninguno <strong>de</strong> los biógrafos, y <strong>de</strong> cuantos con trabajo<br />

vario se ocuparon en la existencia y en los escritos <strong><strong>de</strong>l</strong> esclarecido autor <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Informe sobre la Ley Agraria, aventaja al Señor Somoza que, poseedor <strong>de</strong> elementos,<br />

no aprovechados o no vistos por Posada, Ceán, Cañedo, Nocedal,<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo y otros, ha sabido trazar como ninguno aquella vida sin<br />

mancha, don<strong>de</strong> resplan<strong>de</strong>ce, con virtud probada, aquel hombre verda<strong>de</strong>ramente<br />

bueno” 179.<br />

5.— La estatua <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong><br />

Creemos no equivocarnos si <strong>de</strong>cimos que esta obra marca sin duda<br />

alguna la consagración <strong>de</strong> Somoza como el mejor jovellanista <strong><strong>de</strong>l</strong> momento y<br />

<strong>de</strong> la historia. A partir <strong>de</strong> aquí su figura se agiganta. Se reconoce su obra<br />

como un monumento a <strong>Jovellanos</strong>: “En plazo breve levantará Gijón monu-<br />

178 A. M. G. Acta <strong>de</strong> la Sesión 8 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1899; pág. 424.<br />

179 El Carbayón, 6 marzo <strong>de</strong> 1890.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

mento <strong>de</strong> mármoles y bronces a la memoria <strong>de</strong> varón tan insigne, timbre<br />

imperece<strong>de</strong>ro en los anales españoles, y será esta obra la primera <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>,<br />

símbolo <strong>de</strong> admiración para el eximio ministro; pero no se olvi<strong>de</strong> entre júbilo<br />

y entusiasmo <strong>de</strong> ese día <strong>de</strong>seado, que un escritor gijonés, el Sr. Somoza,<br />

con labor perseverante y penosa ha levantado también otro monumento: el<br />

representado por su mencionados libros jovellanistas, no terminados todavía,<br />

puesto que anuncia en preparación la BIBLIOGRAFÍA JOVELLANISTA<br />

y la impresión <strong>de</strong> ESCRITOS INÉDITOS DE JOVELLANOS” 180.<br />

En efecto, el año 1891 se levantará la Estatua a <strong>Jovellanos</strong> y con ella<br />

una fecha imperece<strong>de</strong>ra en los anales <strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> Gijón y <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, todo<br />

ello <strong>de</strong> la mano <strong><strong>de</strong>l</strong> que fuera el mayor émulo <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>: Fernán<strong>de</strong>z<br />

Vallín. En aquellos actos y acontecimientos se va a oír una voz discordante,<br />

la <strong><strong>de</strong>l</strong> mayor jovellanista <strong>de</strong> la historia. Sin embargo, aquel año publicará<br />

Somoza como su tributo personal a <strong>Jovellanos</strong> sus Escritos Inéditos. Forzoso<br />

es escuchar primero su voz en aquellas importantes efeméri<strong>de</strong>s jovellanistas<br />

antes <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> este libro.<br />

En 1880, el ilustre Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón, acordó nombrar una<br />

comisión, formada por el Sr. Alcal<strong>de</strong>, que entonces lo era don Anselmo<br />

Palacio y García Pumariño, y los gijoneses: Acisclo Fernán<strong>de</strong>z Vallín,<br />

Consejero <strong>de</strong> Instrucción Pública, e Hilario Nava Caveda, Diputado <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Distrito, como personas influyentes en la Corte, para llevar a cabo la erección<br />

<strong>de</strong> la estatua a <strong>Jovellanos</strong>, que la ley <strong>de</strong> 4 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1865 exigía. La i<strong>de</strong>a fue<br />

bien recibida por los futuros componentes <strong>de</strong> La Quintana, a juzgar por el<br />

beneplácito con que la i<strong>de</strong>a era acogida por La Revista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>181. La i<strong>de</strong>a también fue <strong><strong>de</strong>l</strong> gusto <strong>de</strong> Somoza, quien veía en ello uno <strong>de</strong><br />

los motivos <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra honra para Gijón, e incluso parece que habría <strong>de</strong><br />

contribuir a que se llevara a cabo, si tenemos en cuenta que pudiera ser suyo<br />

un artículo aparecido en 1886 en el Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro <strong>de</strong> Asturianos <strong>de</strong><br />

Madrid, bajo la firma <strong>de</strong> Un Taurófilo gijonés182, en el que su autor dice haber<br />

contribuido a la realización <strong><strong>de</strong>l</strong> pensamiento <strong>de</strong> la estatua <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

La tarea <strong>de</strong> llevar a cabo la estatua fue laboriosa. En un primer<br />

momento la suscripción, encabezada por S.S. M.M. los Reyes y la Princesa <strong>de</strong><br />

180 El Carbayón, 7 marzo <strong>de</strong> 1890.<br />

181 La Estatua <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> en la pág. 126 <strong><strong>de</strong>l</strong> T. III, correspondiente al año 1880.<br />

182 Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro <strong>de</strong> Asturianos <strong><strong>de</strong>l</strong> mes <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1885. El artículo presenta el<br />

estilo sarcástico <strong>de</strong> Somoza; es una oposición abierta a la creación <strong>de</strong> una Plaza <strong>de</strong> Toros,<br />

fiesta a la que se mostraba contrario; se hacen alusiones al Instituto. También se alu<strong>de</strong> a la<br />

lucha entre apagadoristas y muselistas, que Somoza criticó siempre como ejemplo <strong>de</strong><br />

retroceso en el progreso <strong>de</strong> Gijón. Termina con expresiones latinas, a las que Somoza era<br />

muy aficionado: ¡Gau<strong>de</strong>te, cive! Iterum dico. ¡Gau<strong>de</strong>te! Por todo ello parece estar clara la<br />

paternidad <strong><strong>de</strong>l</strong> escrito.<br />

119


120<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

<strong>Asturias</strong>, auguraba una pronta realización. En 1883, Fernán<strong>de</strong>z Vallín consi<strong>de</strong>raba<br />

suficientes las cantida<strong>de</strong>s suscritas. Sin embargo, la realidad fue otra.<br />

La fundición <strong><strong>de</strong>l</strong> bronce era una parte importante, la más difícil y costosa y,<br />

a<strong>de</strong>más, se necesitaban recursos para el resto <strong><strong>de</strong>l</strong> monumento. A<strong>de</strong>más, los<br />

ánimos se enfriaron. Hubo entonces que acudir a los españoles <strong>de</strong> Ultramar,<br />

tal y como hiciera <strong>Jovellanos</strong> para su Instituto. Y aún no llegaba lo recaudado<br />

y puso Fernán<strong>de</strong>z Vallín generosamente el resto183. En enero <strong>de</strong> 1887 Somoza se impacienta; coinci<strong>de</strong>, a<strong>de</strong>más, con la crisis<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto; y para falta <strong>de</strong> colmo se había aprobado en el Teatro<br />

<strong>Jovellanos</strong> el acuerdo <strong>de</strong> construir una Plaza <strong>de</strong> Toros, y Somoza al igual que<br />

<strong>Jovellanos</strong> no diremos que no gustaba, sino que odiaba la llamada fiesta<br />

nacional. Escribe entonces una carta al director <strong><strong>de</strong>l</strong> boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro <strong>de</strong><br />

Asturianos <strong>de</strong> Madrid, publicada bajo el título: Des<strong>de</strong> Gijón y firmada por X<br />

(si no es él no pue<strong>de</strong> ser otro), en la que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>de</strong>nunciar que cuando se<br />

intentan unir apagadoristas y muselistas la política rompe bien pronto aquel lazo<br />

<strong>de</strong> unión y vierte sobre el foso que nos divi<strong>de</strong> hiel y veneno, <strong>de</strong>nuncia la falta <strong>de</strong><br />

calles limpias, alcantarillado, plazas, fuentes, un gran teatro, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los<br />

Campos Elíseos, etc., para advertir a la vista <strong>de</strong> tantas carencias, prioritarias<br />

a su sentir a la creación <strong>de</strong> una plaza <strong>de</strong> toros, que la estatua <strong>de</strong> este inmortal<br />

patricio no se conmovió sobre el pe<strong>de</strong>stal, porque todavía no tiene <strong>Jovellanos</strong> estatua<br />

en el pueblo184. Este retraso era la justificación que daba Somoza para no querer<br />

esperar a publicar sus Amarguras con motivo <strong>de</strong> la erección <strong>de</strong> la estatua.<br />

Eso si no había en él algo <strong>de</strong> celos jovellanistas.<br />

Porque poco a poco se <strong>de</strong>ja traslucir cierta antipatía no hacia la erección<br />

<strong>de</strong> la estatua pero sí hacia la comisión encargada <strong>de</strong> llevarla a cabo. En<br />

el mismo Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro <strong>de</strong> Asturianos en el mes <strong>de</strong> noviembre aparecía<br />

otro artículo en forma <strong>de</strong> carta al director <strong><strong>de</strong>l</strong> boletín, con el mismo título:<br />

Des<strong>de</strong> Gijón, firmado por Un gijonés, que sin duda es <strong>de</strong> la misma pluma que<br />

los anteriores, pues insiste en los mismos temas. En esta ocasión al hablar <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

proyecto <strong>de</strong> la estatua dice: que es la vergüenza <strong>de</strong> Gijón y se lamenta <strong>de</strong> que<br />

los concejales no puedan dar un paso en ese hasta que la comisión recaudadora<br />

le comunique el resultado <strong>de</strong> las suscripciones abiertas. Y aña<strong>de</strong>: Si a ellos llegara mi<br />

súplica, yo excitaría a los respetables Sres. Vallín y Nava para que facilitaran al<br />

183 Acerca <strong>de</strong> los esfuerzos <strong>de</strong> la Comisión, <strong>de</strong> la generosidad <strong>de</strong> Fernán<strong>de</strong>z Vallín y <strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la erección <strong>de</strong> la estatua, véanse los Capítulos XIV, XV y XVI <strong>de</strong> nuestra obra.<br />

Acisclo Fernán<strong>de</strong>z Vallín (Consejero <strong>de</strong> Instrucción Pública). Gijón, 1994.<br />

184 Que el artículo es <strong>de</strong> Somoza lo prueba el comienzo muy <strong>de</strong> su estilo con la cita <strong>de</strong> un<br />

refrán: “Mi querido amigo: ‘No tenemos para pan y compramos estampas’; la enumeración<br />

<strong>de</strong> las carestías <strong>de</strong> la villa son exhaustivas y referidas a la higiene, ornato, trazado <strong>de</strong> calles,<br />

etc.”, que tanto conocía Somoza; la <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> la división entre apagadoristas y muselistas<br />

fue una constante <strong>de</strong> Somoza; y por último, su antitaurismo.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Ayuntamiento los datos que posean, y a las personas que ofrecieron sumas para estatua<br />

rogaría asimismo que se apresuraran a <strong>de</strong>positarlas en las arcas municipales.<br />

Somoza se impacienta claramente. Pero también había otra cuestión<br />

con la que no estaba <strong>de</strong> acuerdo: que la Comisión <strong>de</strong> la estatua no encargase<br />

la obra a un artista gijonés, como era Mauricio Tamargo. En este sentido<br />

seguimos leyendo en la citada carta <strong><strong>de</strong>l</strong> boletín <strong>de</strong> Centros Asturianos:<br />

En cuanto a la obra, es indudable que será confiada al notable<br />

escultor, hijo <strong>de</strong> Gijón, don Mauricio Tamargo, porque sobre ser un artista<br />

<strong>de</strong> indiscutible mérito, está, como natural <strong>de</strong> la villa, interesado vivamente<br />

en que el inmortal <strong>Jovellanos</strong> tenga pronto en Gijón el monumento que nos<br />

recuer<strong>de</strong> su gloria y sus preclaras virtu<strong>de</strong>s.<br />

Por otra parte, nadie como Tamargo sometería, caso necesario, su<br />

proyecto al dictamen <strong>de</strong> cuantos jurados quisieran fallar acerca <strong>de</strong> su mérito<br />

artístico; porque Tamargo es el primero que <strong>de</strong>sea para <strong>Jovellanos</strong> un<br />

monumento digno <strong>de</strong> tal nombre.<br />

Pues bien, el año antes <strong>de</strong> proponer al Ayuntamiento que subvencionara<br />

la edición <strong>de</strong> Las Amarguras, la Comisión para la erección <strong>de</strong> la estatua<br />

había presentado con fecha 1 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1888 las bases <strong>de</strong> un concurso para<br />

el monumento a <strong>Jovellanos</strong>, que aparecieron posteriormente en la Gaceta <strong>de</strong><br />

Madrid185. La opción <strong>de</strong> un concurso público, que Vallín justificaba a<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo por ser un compromiso contraído con la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> San<br />

Fernando, no se veía con muy buenos ojos tampoco por un sector <strong>de</strong> la opinión<br />

pública, a tenor <strong>de</strong> lo que el diario El Comercio publicaba por entonces.<br />

Por su parte, Mauricio Tamargo, que había estudiado en Madrid con Grajera,<br />

había donado algunos trabajos para el Instituto, entre ellos un busto <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, lo que le convertía en el artista favorito en su tierra para la realización<br />

<strong>de</strong> la obra, sin necesidad <strong>de</strong> concurso.<br />

Conocidas y leídas las bases <strong><strong>de</strong>l</strong> concurso, don Julio publicará en El<br />

Carbayón un artículo titulado: Estatua a <strong>Jovellanos</strong>, bajo la forma <strong>de</strong> una carta<br />

dirigida al Señor Barón <strong>de</strong> Vidayán, personaje tal vez <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> la inmensa<br />

masa <strong>de</strong> lectores, pero que como ya sabemos se trataba <strong>de</strong> su amigo Fuertes<br />

Acevedo, quien seguirá el juego publicando otro artículo <strong>de</strong> contestación.<br />

Uno y otro expondrán sus i<strong>de</strong>as estéticas para el monumento a <strong>Jovellanos</strong>.<br />

Somoza no ve prácticamente nada bueno en las bases. Se muestra,<br />

como es costumbre en él, hipercrítico. Para él no <strong>de</strong>bía representarse a<br />

<strong>Jovellanos</strong> con el traje <strong>de</strong> magistrado, según exigía la base primera <strong><strong>de</strong>l</strong> concurso,<br />

porque en Gijón todos conocen a <strong>Jovellanos</strong> vestido con el traje <strong>de</strong> la época.<br />

185 Con fecha 13 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1888 las publicaba El Carbayón <strong>de</strong> Oviedo; La Gaceta <strong>de</strong> Madrid,<br />

el 11 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1888.<br />

121


122<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

A<strong>de</strong>más, la toga da a la escultura un aire triste y <strong>de</strong>slucido; a<strong>de</strong>más, exige un aire,<br />

un gesto, una expresión parsimoniosa o circunspecta. Y la severidad, no era nota<br />

principal en el rostro <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, sino secundaria. Lo que propone Somoza es el<br />

traje popular <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVIII, ceñido y airoso. Para él hubiera sido mil veces mejor<br />

que la toga, el majestuoso manto <strong>de</strong> los caballeros <strong>de</strong> Alcántara, a cuya or<strong>de</strong>n perteneció<br />

nuestro egregio paisano. Lo curioso, sin embargo, es que el cuadro que,<br />

según sus propias palabras, con mayor vehemencia le cautivaba, era uno <strong>de</strong><br />

medio cuerpo que se conservaba en Gijón, en la casa natal <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y<br />

que lo representaba precisamente con la toga <strong>de</strong> magistrado186. Critica también el plazo <strong>de</strong> tres meses y medio concedido a los artistas<br />

para presentar sus trabajos: ¿Cree usted —pregunta a su amigo Barón <strong>de</strong><br />

Vidayán— sinceramente, que en tres meses y medio pue<strong>de</strong> un artista hacer un boceto<br />

que represente la eminencia más sobresaliente que produjera España <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

Renacimiento acá? ¿No ha <strong>de</strong> leer sus obras, ni su biografía? ¿No ha <strong>de</strong> hacer un<br />

estudio comparativo, aunque sea ligero, <strong>de</strong> los diversos retratos, grabados y bustos<br />

que existen? ¿No hará, por breve que sea, una excursión a la patria <strong><strong>de</strong>l</strong> autor, para<br />

empaparse <strong><strong>de</strong>l</strong> espíritu <strong>de</strong> su obra, y ver <strong>de</strong> interpretarla con mayor acierto? ¿No<br />

pedía <strong>de</strong>masiado Somoza a un artista?... ¿No sería todo eso más fácil si el<br />

artista fuera <strong>de</strong> la tierra?...<br />

Pasa luego a criticar que la Aca<strong>de</strong>mia se reservase la facultad <strong>de</strong><br />

introducir las modificaciones que estime conveniente para su mayor perfección<br />

y belleza. Y por último, entra en los aspectos económicos. El premio <strong>de</strong><br />

cuatro mil duros le parece poco teniendo en cuenta que la mitad no se entregaría<br />

sino al final <strong>de</strong> la obra, mientras que entretanto el escultor tendría<br />

muchísimos gastos. Critica que exigiéndose que los artistas fueran españoles<br />

y los jaspes y mármoles <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, no se exija que se fun<strong>de</strong> en al menos en<br />

la Península.<br />

En la contestación <strong>de</strong> su amigo Fuertes Acevedo, bajo la firma El<br />

Barón <strong>de</strong> Vidayán, leemos que era <strong>de</strong> la misma opinión que Somoza en cuanto<br />

a <strong>de</strong>sechar la toga <strong>de</strong> magistrado ya que “si majestuosa y severa, y respetable<br />

hoy como en los tiempos más antiguos, sólo pue<strong>de</strong> y <strong>de</strong>be figurar en el<br />

recinto don<strong>de</strong> tranquilamente se discuten y promulgan las leyes que han <strong>de</strong><br />

regir y administrar la nación, o allí don<strong>de</strong> se distribuye la justicia y se ampara<br />

el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> los ciudadanos o en la cátedra don<strong>de</strong> se difun<strong>de</strong> la ciencia y<br />

el saber”. Pero, sin embargo, disiente <strong>de</strong> su amigo y se inclina por el manto<br />

<strong>de</strong> Alcántara sin que ocultara por completo el traje <strong>de</strong> la época gracias al<br />

talento <strong><strong>de</strong>l</strong> escultor que con su genio e inspiración <strong>de</strong>bía lograr colocarle<br />

186 Es <strong>de</strong> autor <strong>de</strong>sconocido y se refiere a él en el apartado A, c) <strong><strong>de</strong>l</strong> Capítulo VIII <strong>de</strong> su obra<br />

Inventario <strong>de</strong> un Jovellanista; pág. 205.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

sobre los hombros <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre asturiano con el “arte exquisito” que Somoza<br />

<strong>de</strong>seaba187. Somoza al hacer las críticas <strong>de</strong> las bases termina diciendo que todo<br />

eso lo dice con el respeto y acatamiento que me merecen, don Alejandro Alvar-<br />

González, muy digno Presi<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilustrísimo Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón; y don<br />

Hilario <strong>de</strong> Nava y Caveda. Excluyendo así a Fernán<strong>de</strong>z Vallín, miembro <strong>de</strong> la<br />

Comisión que no nombra. Lo que prueba que por esa fecha estaba enfadado<br />

con él.<br />

No se saben con exactitud, es <strong>de</strong>cir, al <strong>de</strong>talle, las causas <strong><strong>de</strong>l</strong> enfado,<br />

ni hemos visto ningún documento al respecto, pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego no <strong>de</strong>bieron<br />

ser otras que no guardaran relación con cuanto hemos dicho. La impaciencia<br />

<strong>de</strong> Somoza y probablemente un tanto <strong>de</strong> celos jovellanistas provocarían las<br />

diferencias. Hay que tener en cuenta que nos encontramos frente a frente al<br />

mayor émulo <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y al mayor jovellanista. A Somoza le consumía el<br />

celo por su tierra, porque Gijón tuviera cuanto antes una estatua a <strong>Jovellanos</strong>;<br />

a<strong>de</strong>más, sentía el celo <strong>de</strong> la verdad histórica: por ejemplo, la toga no es ropa<br />

a<strong>de</strong>cuada para la estatua porque no la llevó en Gijón.<br />

Lo que sí suponemos es que el enfado <strong>de</strong>bió ser a raíz <strong>de</strong> la aparición<br />

<strong>de</strong> los artículos <strong><strong>de</strong>l</strong> boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro <strong>de</strong> Asturianos comentados, porque<br />

antes, en 1885, cuando publica Somoza sus Nuevos Datos, reproduce en ellos<br />

el trabajo Noticia <strong>de</strong> varios Retratos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> que había publicado ya en<br />

Cosiquines. En este artículo nombra a Acisclo Fernán<strong>de</strong>z Vallín como autor <strong>de</strong><br />

una copia <strong>de</strong> la miniatura <strong>de</strong> Cónsul que reproduce el Goya que representa a<br />

don Gaspar en el Arenal, si bien indicando respecto a su calidad artística que<br />

se trata <strong>de</strong> un cuadro realizado sin duda en época <strong>de</strong> aprendizaje, si hemos <strong>de</strong> juzgar<br />

por la dureza <strong>de</strong> los contornos y el poco esmero <strong><strong>de</strong>l</strong> color. Pero más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante<br />

cuando publique su Inventario la referencia a este cuadro aparecerá en estos<br />

términos: <strong>de</strong> esta miniatura existe también en Gijón una reproducción pésima, hecha<br />

en 1848 por don A. F. V. Somoza cuando se enfadaba con alguien le con<strong>de</strong>naba<br />

a las siglas, cuando no a la exclusión <strong>de</strong> su nombre; y por supuesto, no hay<br />

consi<strong>de</strong>ración para el artista, cuya obra es ahora “pésima” sin más.<br />

Muchos <strong>de</strong> los temores <strong>de</strong> Somoza no se cumplieron, la obra fue fundida<br />

en Barcelona; el autor percibió 6.000 duros188, y aunque no se presentaron<br />

muchos artistas, el concurso no quedó <strong>de</strong>sierto como él pensaba; y no fue<br />

un artista <strong>de</strong> la tierra quien lo ganó sino el barcelonés Manuel Fuxá y Leal.<br />

187 EL BARÓN DE VIDAYÁN. Estatua a <strong>Jovellanos</strong>. El Carbayón, 9 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1888. El artículo<br />

está firmado así: “En la frontera hispano-lusitana a los 25 días <strong><strong>de</strong>l</strong> mes <strong>de</strong> junio <strong>de</strong><br />

1888”.<br />

188 PACHÍN DE MELÁS. Reportajes <strong><strong>de</strong>l</strong> Momento: Del homenaje <strong>de</strong> hoy en Riba<strong>de</strong>o. Vida <strong>de</strong> arte.<br />

Seis mil reales y seis mil duros. El Acto. La Prensa, 7 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1936.<br />

123


124<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

En lo que sí acertaba Somoza era en el retraso, ya que las bases preveían que<br />

la estatua estuviera colocada el 6 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1889 (precisamente la fecha en<br />

que se había empezado a imprimir Las Amarguras), y aún pasaron dos años<br />

hasta que se llevó a cabo.<br />

En realidad fueron dos las estatuas que se inauguraron en aquella<br />

ocasión. El día antes, 5 <strong>de</strong> agosto, se levantó la estatua <strong>de</strong> Pelayo. No consta<br />

que Somoza se opusiera a ella o encontrase algún inconveniente.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que fue Somoza uno <strong>de</strong> los más fervoroso <strong>de</strong>fensores y gran<br />

impulsor <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> levantar en Gijón una estatua a Pelayo.<br />

Las fiestas con que Gijón celebró el 6 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1891 constituyen<br />

uno <strong>de</strong> los acontecimientos más imborrables e imperece<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> los anales<br />

<strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> Gijón, y a su realce contribuyó en su mayor parte la generosidad<br />

<strong>de</strong> Fernán<strong>de</strong>z Vallín, que tras la muerte <strong>de</strong> Hilario Nava y Caveda quedó<br />

como único miembro <strong>de</strong> la Comisión <strong>de</strong> la Estatua. Ni que <strong>de</strong>cir tiene que<br />

corrió con la mayor parte <strong>de</strong> los gastos y aun puso lo que faltaba para el total<br />

pago <strong><strong>de</strong>l</strong> monumento.<br />

A través <strong>de</strong> un par <strong>de</strong> cartas <strong>de</strong> Fermín Canella a Fernán<strong>de</strong>z Vallín,<br />

que nos han llegado indirecta y parcialmente en un artículo que en 1954<br />

escribió Alejandro Alvargonzález, conocemos la enemistad <strong>de</strong> Somoza<br />

hacia el Consejero <strong>de</strong> Instrucción Pública: “Yo lamento mucho —<strong>de</strong>cía<br />

Fermín Canella— la división entre uste<strong>de</strong>s, y más el genio apasionado y<br />

especialísimo <strong>de</strong> Julio, que le trajo <strong>de</strong>sgracias y le hará vivir entre disgustos.<br />

De todos modos, no se olvi<strong>de</strong> <strong>de</strong> mandarle invitación especial, llamándole<br />

escritor jovellanista. Y es verdad: ha hecho más, mucho más que Ceán,<br />

Nocedal, Cañedo y todos los otros biógrafos” 189. Al final la invitación le fue<br />

enviada. Así lo testimonia Pedro Hurlé, en contestación al artículo <strong>de</strong><br />

Alejandro Alvargonzález: “Que le fue enviada la famosa invitación para los<br />

actos culturales celebrados en Gijón con motivo <strong>de</strong> la inauguración <strong>de</strong> la<br />

estatua <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, lo prueba el hecho <strong>de</strong> las cartulinas que obran en<br />

nuestro po<strong>de</strong>r. También guardamos los borradores <strong>de</strong> varias cartas que el<br />

señor Somoza tuvo ocasión <strong>de</strong> escribir a varias personalida<strong>de</strong>s, relacionadas<br />

con el asunto” 190.<br />

La enemistad <strong>de</strong>bió continuar. Sin embargo, Somoza, siempre más<br />

comedido en sus escritos, que en sus palabras, reconocerá que La Comisión<br />

tuvo méritos aunque también merece censura. La mayor <strong>de</strong> todas era la <strong>de</strong> la<br />

189 ALVARGONZÁLEZ, Alejandro. Julio Somoza, historiador y jovellanista. El Comercio, 25 <strong>de</strong><br />

julio <strong>de</strong> 1954. La carta que se cita está fechada en Vistalegre (Colunga), a 28 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1891.<br />

190 HURLÉ MANSO, Pedro. In memoriam. Don Julio Somoza y García-Sala. El Comercio, 28 <strong>de</strong><br />

julio <strong>de</strong> 1954. Las cartulinas se refiere a las invitaciones o entradas. Se conservan en el<br />

Archivo <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

falta <strong>de</strong> capacidad artística <strong>de</strong> sus individuos: Y ¿cuál era la capacidad o la competencia<br />

“artística” <strong>de</strong> los individuos <strong>de</strong> la Comisión que dictaron las bases <strong><strong>de</strong>l</strong> concurso?<br />

Ni entonces, ni ahora, contestamos a semejante pregunta por dos razones que<br />

estimamos po<strong>de</strong>rosas: la una, porque insensiblemente nos conduciría al terreno <strong>de</strong> las<br />

personalida<strong>de</strong>s, cosa que aborrecemos y <strong>de</strong>testamos con toda el alma; la otra, porque<br />

sus individuos habían trabajado con fe y constancia en la ingrata faena <strong>de</strong> llevar<br />

avante una suscripción nacional, y fuera mezquino regatearles el aplauso <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

llegar al término <strong>de</strong> obra tan meritoria191. No hubiera sido justo en absoluto <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> reconocer ese esfuerzo<br />

enorme <strong>de</strong> la Comisión y especialmente <strong>de</strong> Fernán<strong>de</strong>z Vallín. Pero lo que<br />

Somoza no sabía al criticar la competencia artística <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la<br />

Comisión era que Vallín había acudido una y otra vez a Menén<strong>de</strong>z Pelayo<br />

para que corrigiera, enmendara o sugiriera cuanto consi<strong>de</strong>rase oportuno<br />

acerca <strong>de</strong> las bases <strong><strong>de</strong>l</strong> concurso que habría <strong>de</strong> aprobar la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> San<br />

Fernando, y que éste por fin se dignó enviar unas notas para el concurso192. He aquí el juicio que emitió Somoza una vez vio la estatua; juicio a<br />

nuestro enten<strong>de</strong>r no exento <strong>de</strong> ironía:<br />

Algunos <strong>de</strong>fectillos notamos en la estatua: la cabeza es breve para<br />

tanto cuerpo; los pies y manos (singularmente la izquierda) no son tal y<br />

como los <strong>de</strong>fine Ceán. Las mangas resultan poco airosas y <strong>de</strong>masiado ceñidas<br />

al traje. Lo restante merece aplauso193. Se habían convocado diversos premios por distintas corporaciones. El<br />

Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> convocó el suyo bajo el título: “Influencia que ejerció<br />

<strong>Jovellanos</strong> en la Instrucción Pública <strong>de</strong> España y reformas que convendría introducir<br />

en las enseñanzas <strong>de</strong> los actuales Institutos, inspirándose en el sentido<br />

práctico que supo imprimir al Real Instituto Asturiano su insigne fundador”. Y<br />

191 Inventario <strong>de</strong> un jovellanista; pág. 221.<br />

192 La primera carta <strong>de</strong> Vallín a Menén<strong>de</strong>z Pelayo a este respecto lleva fecha <strong>de</strong> 30 <strong>de</strong><br />

diciembre <strong>de</strong> 1882. Luego vuelve a insistir con fecha 18 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1887 y 30 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />

1887. Por fin, el 4 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1888 el Consejero <strong>de</strong> Instrucción Pública pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle al<br />

insigne polígrafo: “Un millón <strong>de</strong> gracias por su carta que agra<strong>de</strong>zco muchísimo, por su<br />

molestia en la corrección <strong>de</strong> pruebas que agra<strong>de</strong>zco aun más, y por las notas referentes al<br />

concurso para el Monumento a <strong>Jovellanos</strong>”. (MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino. Epistolario.<br />

Madrid, <strong>Fundación</strong> Universitaria, 1982-1991.<br />

193 Ibí<strong>de</strong>m. En nuestra opinión si la cabeza pue<strong>de</strong> parecer breve respecto al cuerpo no es por<br />

<strong>de</strong>fecto <strong><strong>de</strong>l</strong> artista sino por el realismo <strong>de</strong> la composición, ya que la toga necesariamente<br />

aumenta la proporción <strong><strong>de</strong>l</strong> cuerpo en quien la lleva. Más que un <strong>de</strong>fecto sería un acierto.<br />

En cuanto a la <strong><strong>de</strong>l</strong>ica<strong>de</strong>za <strong>de</strong> manos y pies, la objeción resulta acertada ateniéndonos a la<br />

realidad <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje, pero no se pue<strong>de</strong> pedir en una figura semicolosal, para ser vista en<br />

su conjunto, tanta <strong><strong>de</strong>l</strong>ica<strong>de</strong>za <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles. Lo <strong>de</strong> las mangas es también obligado por la toga<br />

misma. Si se obliga a <strong>Jovellanos</strong> a abrir los brazos parecería que echa a volar.<br />

125


126<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

el premio consistía en un objeto <strong>de</strong> arte <strong>de</strong> la industria Gijonesa, las Memorias<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, más el Catálogo <strong>de</strong> sus manuscritos y bocetos, <strong>de</strong> Julio Somoza.<br />

La Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Bellas Artes <strong>de</strong> San Fernando: “Estudio relativo al<br />

estado <strong>de</strong> las Bellas Artes en tiempo <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y el juicio crítico <strong>de</strong> las opiniones<br />

<strong>de</strong> este insigne polígrafo concerniente a dicho asunto”. El premio sería<br />

un ejemplar lujosamente encua<strong>de</strong>rnado <strong>de</strong> los “cuadros selectos <strong>de</strong> la<br />

Aca<strong>de</strong>mia” y la “Memoria para la historia <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> San Fernando”<br />

<strong>de</strong> José Caveda. La Real Aca<strong>de</strong>mia Española: “Estudio crítico <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>,<br />

como poeta”. El premio sería un ejemplar <strong>de</strong> las Cantigas <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey don<br />

Alfonso el Sabio. La sociedad Económica Matritense: “<strong>Jovellanos</strong> en la<br />

Sociedad Económica Matritense”; y su premio el título <strong>de</strong> socio <strong>de</strong> mérito y<br />

un ejemplar lujosamente encua<strong>de</strong>rnado <strong>de</strong> las Memorias <strong>de</strong> la Sociedad. La<br />

Universidad <strong>de</strong> Oviedo: “Breve memoria acerca <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as y <strong><strong>de</strong>l</strong> criterio <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> en la organización <strong>de</strong> los estudios universitarios; particularmente<br />

en sus faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> leyes y cánones, exposición crítica”, al que correspon<strong>de</strong>ría<br />

como premio una colección <strong>de</strong> obras <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> lujosamente encua<strong>de</strong>rnadas.<br />

La Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia: “<strong>Jovellanos</strong> como cultivador <strong>de</strong> la<br />

Historia”; premio: algunas <strong>de</strong> las obras por ella publicadas. La Real Aca<strong>de</strong>mia<br />

<strong>de</strong> Jurispru<strong>de</strong>ncia y Legislación: “<strong>Jovellanos</strong> como Magistrado”, y el premio<br />

una colección <strong>de</strong> obras <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, algunas lujosamente encua<strong>de</strong>rnadas.<br />

6.— Escritos inéditos<br />

Somoza no se presentaría a ninguno <strong>de</strong> estos premios, ni participaría<br />

en ninguno <strong>de</strong> los actos jovellanistas <strong>de</strong> aquel 6 <strong>de</strong> agosto. Sin embargo, aquel<br />

año aparece publicada su obra Escritos Inéditos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, dispuestos para la<br />

impresión, por Julio Somoza, que fue editada para ser repartida gratuitamente por<br />

la tipografía Arte y Letras <strong>de</strong> Barcelona. El carácter conmemorativo <strong>de</strong> la edición<br />

se hace patente en la <strong>de</strong>dicatoria que hicieron los editores y que dice así:<br />

LOS EDITORES<br />

A LA MEMORIA DEL INMORTAL<br />

JOVELLANOS.<br />

RECUERDO DE SU ÚLTIMA ESTANCIA EN<br />

BARCELONA<br />

(Posada <strong>de</strong> las Cuatro Naciones)<br />

EL DÍA XX DE MAYO DE MDCCCVIII.<br />

LXXXº ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO<br />

Y<br />

1º DE LA ERECCIÓN DE SU ESTATUA<br />

EN LA VILLA DE GIJÓN.


128<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

De manera que se trataba <strong>de</strong> una contribución al acontecimiento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

momento en toda España, la erección <strong>de</strong> la estatua a <strong>Jovellanos</strong>. De esta<br />

forma Somoza contribuyó a la señalada fecha, aunque él iba por libre.<br />

El libro, por otra parte, estaba <strong>de</strong>dicado por Somoza a su hermano,<br />

con estas sentidas palabras: A D. MANUEL SOMOZA DE MONTSORIÚ,<br />

comandante <strong>de</strong> Artillería, en testimonio <strong>de</strong> la perpetua amistad y <strong><strong>de</strong>l</strong> probado amor,<br />

con que siempre le quiere su cariñoso hermano JULIO. Es muy probable que<br />

Manuel estuviera ya enfermo. En julio <strong><strong>de</strong>l</strong> año siguiente vendrá a Gijón, lo<br />

que aprovechará el hermano para entregarle el ejemplar prometido <strong>de</strong><br />

Cosiquines para Menén<strong>de</strong>z Pelayo. La impresión <strong><strong>de</strong>l</strong> encuentro tras años <strong>de</strong><br />

ausencia nos la ha <strong>de</strong>jado escrita en carta a don Marcelino:<br />

Mi pobre y único hermano, está bastante enfermo, y su vista, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> algunos años <strong>de</strong> ausencia, me ha impresionado muy dolorosamente.<br />

¡Dios quiera que se alivie! 194.<br />

Le quedaban menos <strong>de</strong> dos años <strong>de</strong> vida. El 20 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1894<br />

moría Manuel en Madrid sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia.<br />

Julio Somoza advierte en el comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> Preliminar <strong>de</strong> esta nueva<br />

obra a quién se <strong>de</strong>be el hallazgo <strong>de</strong> los escritos y cuál ha sido su aportación:<br />

No creemos fácil empresa el hilvanar un prólogo para los apreciables<br />

escritos <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre <strong>Jovellanos</strong>, conservados con religioso amor por uno <strong>de</strong> los<br />

más beneméritos socios <strong>de</strong> La Quintana, a cuya diligencia se <strong>de</strong>be también su<br />

hallazgo y or<strong>de</strong>nación, tocándonos a nosotros la grata tarea <strong>de</strong> ponerlos en<br />

limpio, con solícito cuidado, para que en su día pudieran ver la luz pública.<br />

En efecto, son manuscritos proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> La Quintana, es <strong>de</strong>cir, <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

archivo <strong>de</strong> Fuertes Acevedo, que ya había fallecido. Algunos tenían una gran dificultad,<br />

como ocurrió con la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la Catedral <strong>de</strong> Palma, respecto al cual<br />

cuenta Somoza que su amigo Fuertes Acevedo le envió los tres borradores <strong>de</strong> la<br />

misma, más un voluminoso legajo <strong>de</strong> notas en el que figuraban también algunos<br />

cua<strong>de</strong>rnos y apuntes. Somoza logra hacer con los tres borradores una copia a<strong>de</strong>cuada<br />

para la impresión, pero las notas, tantas y eruditas, hicieron que <strong>de</strong>smayara<br />

en el esfuerzo <strong>de</strong> clasificarlas, or<strong>de</strong>narlas e interpretarlas. Lo que le valió una<br />

agria catilinaria <strong>de</strong> su amigo. Pero al final Acevedo vino a reconocer que la cosa<br />

era bien ardua y que requería estudios preliminares sobre la historia <strong>de</strong> Mallorca<br />

y <strong>de</strong>más. Y como lo importante era, según palabras <strong>de</strong> Somoza, que la Descripción<br />

se salvara <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido, imprimiéndose, así se hizo aunque sin notas195. 194 MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino. Epistolario. T. XII. Carta 11; fecha 10 <strong>de</strong> julio 1892; pág. 9.<br />

195 Siendo esta obra una rareza bibliográfica agra<strong>de</strong>cemos a nuestro amigo Arturo Muñiz<br />

nos permitiera examinarla. Su contenido es el siguiente: Camino <strong><strong>de</strong>l</strong> Destierro. Fragmento <strong>de</strong><br />

un Diario <strong>de</strong> Vall<strong>de</strong>muza. De vuelta <strong><strong>de</strong>l</strong> Destierro. Diario <strong><strong>de</strong>l</strong> viaje <strong>de</strong> Cádiz a Muros. Descripción<br />

<strong>de</strong> la Catedral <strong>de</strong> Palma. Sobre la arquitectura inglesa. Camino <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>stierro—Itinerario.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza 129<br />

7.— La exposición regional<br />

Pero si Somoza, víctima <strong>de</strong> su carácter, no tuvo protagonismo, a<br />

pesar <strong>de</strong> su erudición en materia jovellanista, en los actos <strong>de</strong> 1891, sí en cambio<br />

habría <strong>de</strong> tenerlo más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante en los <strong>de</strong> la Exposición Regional <strong>de</strong> 1899,<br />

con la que Gijón y <strong>Asturias</strong> <strong>de</strong>spedían el siglo. En él se fijaron sus paisanos<br />

para que contribuyera con alguno <strong>de</strong> sus trabajos a la redacción <strong>de</strong> la Guía <strong>de</strong><br />

dicha exposición. No presentó ningún trabajo sino la reseña histórica realizada<br />

por su amigo y maestro Juan Junquera Huergo en 1849, excusándose en<br />

carta al Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Comisión Organizadora, que lo era don Luis<br />

Belaun<strong>de</strong>, por carencia <strong>de</strong> salud y severa dieta intelectual. Dicha carta es una<br />

minibiografía <strong>de</strong> su inolvidable maestro jovellanista.<br />

Sin embargo, tomó parte <strong>de</strong> una Comisión <strong>de</strong> las varias que se formaron<br />

para la Exposición. El día 23 <strong>de</strong> marzo se acordó sacar a concurso el<br />

diseño <strong>de</strong> las medallas y diplomas que habrían <strong>de</strong> repartirse en la exposición.<br />

El Jurado calificador estaba formado por don Alfredo Santos, como presi<strong>de</strong>nte,<br />

y don Luis Bellido, don Miguel Laguardia, don Julio Somoza, don Mariano<br />

Medar<strong>de</strong>, don Nemesio Lavilla, don Julio G. Mencía, don Mariano Marín y el<br />

señor director <strong>de</strong> la Escuela <strong>de</strong> Bellas Artes <strong>de</strong> Oviedo, como vocales196. Llama la atención que formase parte <strong>de</strong> un Jurado artístico, don<strong>de</strong> la<br />

mayor parte eran pintores y arquitectos, profesionales <strong>de</strong> las bellas artes. La<br />

razón no pue<strong>de</strong> ser otra que los conocimientos <strong>de</strong> don Julio en numismática,<br />

ya que se trataba <strong>de</strong> valorar bocetos <strong>de</strong> medallas. Se recibieron 5 trabajos para<br />

medalla y otros cinco para diploma. El 7 <strong>de</strong> mayo se reunió el Jurado o comisión<br />

para fallar el premio que era <strong>de</strong> quinientas pesetas para cada uno <strong>de</strong> los<br />

bocetos premiados, que recayeron en el señor Álvarez Sala el diploma, y en<br />

el señor Lucena la medalla.<br />

8.— La Esquirpia<br />

Si Somoza se excusó <strong>de</strong> aportar un trabajo para la Exposición<br />

Regional por estar bajo severa dieta intelectual, es porque acababa <strong>de</strong> trabajar en<br />

una nueva obra, a la par <strong>de</strong> preparar las notas para la publicación <strong>de</strong> los<br />

Diarios. En efecto, ya vimos que al publicarse Las Amarguras se anunciaba en<br />

preparación una bibliografía jovellanista. Y en sus Escritos Inéditos se anunciaban<br />

también en preparación como obras <strong><strong>de</strong>l</strong> autor una bajo el título LA ESQUIR-<br />

PIA (Silva <strong>de</strong> varia lección), y otra bajo el título SOLACES BIBLIOGRÁFICOS<br />

196 PACHÍN DE MELÁS. Minucia Trascen<strong>de</strong>ntal. El recuerdo <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s gijoneses. La Prensa,<br />

15 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1928.


130<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

(Inventario <strong>de</strong> un Jovellanista), con variada y copiosa noticia <strong>de</strong> impresos y manuscritos,<br />

publicaciones periódicas, traducciones, <strong>de</strong>dicatorias, epigrafía, grabado, etc., etc.<br />

La Esquirpia, no llegará a publicarse sin que sepamos las causas. Se<br />

conserva el manuscrito que preparó Somoza para la imprenta. Lleva la<br />

siguiente <strong>de</strong>dicatoria:<br />

A Don G. U. M. (F. M. J. H.) gijonés entusiasta <strong>de</strong> todos los recuerdos<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> “llugarín”; fervoroso admirador <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y apasionado por el<br />

engran<strong>de</strong>cimiento moral y material <strong>de</strong> su patria, <strong>de</strong>dícale este librillo, en testimonio<br />

<strong>de</strong> vivísimo afecto y comunidad <strong>de</strong> sentimientos y aspiraciones,<br />

su amigo y conterráneo<br />

JULIO SOMOZA197. El título completo <strong>de</strong> la obra sería: La Esquirpia: Ocios <strong>de</strong> un gijonés<br />

empadronado en el Censo con el número 30.527. Y para enten<strong>de</strong>r el título, abriría<br />

la obra la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> Esquirpia, tomada <strong><strong>de</strong>l</strong> entonces inédito Diccionario <strong>de</strong><br />

Bable <strong>de</strong> su amigo Junquera Huergo, iba a encabezar el volumen: “Banda <strong>de</strong><br />

varas <strong>de</strong> avellano entretejidas que se ciñe alre<strong>de</strong>dor <strong><strong>de</strong>l</strong> tablero <strong><strong>de</strong>l</strong> carro,<br />

sujetándola con los estadorios (o estadoños), y sirve para conducir y resguardar<br />

los frutos, como maíz, manzanas, patatas, etcétera”. A la que seguiría la<br />

cita <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>: “La esquirpia, se forma <strong>de</strong> varas <strong><strong>de</strong>l</strong>gadas, que en latín se<br />

llaman stirpes o arbolitos tiernos, y aun creo que haya en Castilla la palabra<br />

chirpia con la misma significación. Pue<strong>de</strong> también venir <strong>de</strong> stirpes”.<br />

En cuanto a su contenido se trataría <strong>de</strong> una obra <strong>de</strong> recopilación <strong>de</strong><br />

sus artículos <strong>de</strong> prensa y alguna otra cosa, como lo habían sido sus Cosiquines<br />

<strong>de</strong> la mió Quintana, según se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> sumario al tenor siguiente:<br />

Junio <strong>de</strong> 1885.— Bibliografía: “Bosquejo” <strong>de</strong> Fuertes Acevedo.<br />

Julio <strong>de</strong> 1886.— “Cartefueyos”, <strong>de</strong> Fermín Canella.<br />

Marzo <strong>de</strong> 1887.— Informe sobre el estado <strong>de</strong> la “Biblioteca”.<br />

Marzo <strong>de</strong> 1888.— Estatua a <strong>Jovellanos</strong> (concurso).<br />

Mayo <strong>de</strong> 1888.— Estatua a <strong>Jovellanos</strong> (críticas <strong>de</strong> las bases <strong><strong>de</strong>l</strong> concurso).<br />

Junio <strong>de</strong> 1888.— Íd. íd. (contestación <strong>de</strong> M. Fuertes).<br />

Junio <strong>de</strong> 1888.— La estatua a Don Pelayo.<br />

Junio <strong>de</strong> 1888.— Diálogos gijoneses.— 1º Policía: seguridad: vigilancia.<br />

Junio <strong>de</strong> 1888.— Íd. íd. 2º Policía: higiene, salubd d. vías públ a.<br />

Junio <strong>de</strong> 1888.— Íd. íd. 3º Reforma <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto.<br />

Diciembre <strong>de</strong> 1888.— Por <strong>Asturias</strong>.<br />

Marzo <strong>de</strong> 1889.— Exposición al Ayuntamiento.<br />

Mayo <strong>de</strong> 1889.— Un cuarto a espadas (El Musel).<br />

197 Según el dueño <strong><strong>de</strong>l</strong> documento, don Francisco <strong>de</strong> Borja Bordíu Cienfuegos-<strong>Jovellanos</strong>,<br />

las siglas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>dicatoria se referirían a don Gerardo Uría.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Abril <strong>de</strong> 1890.— Plano <strong>de</strong> ensanche y reforma <strong>de</strong> Gijón.<br />

Novbre. <strong>de</strong> 1890.— La prensa en Gijón.<br />

Diciemb. <strong>de</strong> 1890.— Numismática asturiana.<br />

Agosto <strong>de</strong> 1891.— Recuerdos vivos <strong>de</strong> don Gaspar <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

1894.— Prólogo <strong><strong>de</strong>l</strong> “Álbum” <strong>de</strong> Gijón.<br />

A<strong>de</strong>más, el sumario contiene, aunque no aparecen recogidos en el<br />

volumen preparado por Somoza para la imprenta, bajo el título Prólogos jovellanistas,<br />

todos los prólogos que encabezan las publicaciones referentes a<br />

<strong>Jovellanos</strong>, incluido el que preparaba para los Diarios, que se encontraba inédito.<br />

Y por último, parece que en un principio pensó en añadir al conjunto el<br />

trabajo titulado: Ensayo <strong>de</strong> apellidos asturianos, también obra inédita, pero se<br />

arrepintió porque aparece tachado en el sumario.<br />

9.— El Inventario<br />

En cuanto a la segunda obra cuyo proyecto anunció al publicarse las<br />

Amarguras, y que aparecía anunciada <strong>de</strong>spués en Escritos Inéditos, bajo el titulo<br />

<strong>de</strong> Solaces bibliográficos (Inventario <strong>de</strong> un Jovellanista), con variada y copiosa<br />

noticia <strong>de</strong> impresos y manuscritos, publicaciones periódicas, traducciones, <strong>de</strong>dicatorias,<br />

epigrafía, grabado, etc., etc., la terminaría al año siguiente <strong>de</strong> la erección <strong>de</strong><br />

la estatua. Algo había contribuido a ello Menén<strong>de</strong>z Pelayo con sus apuntes y<br />

notas que don Julio agra<strong>de</strong>ce a la vez que le informa <strong>de</strong> su contenido.<br />

De mi nueva obra (que aun comprendiendo XIII secciones, sólo es<br />

<strong>de</strong> crítica, erudición y bibliografía) no pienso tirar más que cien ejemplares,<br />

y aun esos, serán en su totalidad, más para obsequio que para venta. Pero<br />

me amedrenta la impresión; aquí, difícil, y fuera <strong>de</strong> la localidad, enojosa y<br />

tardía por la cuestión <strong>de</strong> pruebas. Si esa Sociedad <strong>de</strong> Bibliófilos Españoles me<br />

hiciera el honor <strong>de</strong> apadrinarla, ¡muy bien que me vendría! 198.<br />

Esperaba unas notas que Gabriel Llabrés le había prometido <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

Mallorca para darla por finalizada. Y en efecto, en noviembre la obra estaba<br />

concluida y parece que <strong>de</strong>cidido el título <strong>de</strong>finitivo: Inventario <strong>de</strong> un<br />

Jovellanista, pero el autor ahora ya no está convencido <strong>de</strong> publicarla. Así se lo<br />

comunica a su amigo Menén<strong>de</strong>z Pelayo:<br />

He concluido mi obra Inventario <strong>de</strong> un jovellanista (más larga<br />

<strong>de</strong> hechuras que vistosa <strong>de</strong> traje). Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> varios tanteos editoriales con<br />

impresores <strong>de</strong> diversa calaña, me convencí <strong>de</strong> que la obra me salía cara, y que<br />

era muy cuerdo y muy pru<strong>de</strong>nte, renunciar a su impresión.<br />

198 MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino. Epistolario. T. XII. Carta 11; fecha 10 <strong>de</strong> julio 1892;<br />

pág. 9. La ha reproducido Martínez Cachero en Notas sobre bibliografía literaria asturiana.<br />

Oviedo, Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> I.D.E.A. nº 32, 1957; pág. 415.<br />

131


132<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Se me ocurrió también, presentarla al concurso anual que por esta<br />

época celebra la Biblioteca Nacional: mas me retraen por ello varias causas<br />

que voy a referirle:<br />

Primera: que no poseyendo copia <strong>de</strong> la obra, caso que no se <strong>de</strong>volviesen<br />

los originales, la perdía <strong><strong>de</strong>l</strong> todo.<br />

Segunda: que lleva nombre <strong>de</strong> autor y, a<strong>de</strong>más, se citan sus obras<br />

en diversos parajes, lo cual no sé si será impedimento para su admisión.<br />

Tercera: que me temo que si manos extrañas y poco escrupulosas<br />

llegan a andar en ella, le suceda algún fracaso como los que<br />

mi hermano le indicará con la <strong>de</strong>bida reserva. De todos modos, he <strong>de</strong><br />

merecer a su atención, que “eche un vistazo” a la obra; y caso que la encuentre<br />

aceptable, diga a mi hermano los pasos que tiene que dar para su presentación,<br />

y los <strong>de</strong>más requisitos propios <strong><strong>de</strong>l</strong> caso199. Los manuscritos <strong><strong>de</strong>l</strong> Inventario fueron en efecto remitidos a<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo para que diera su opinión. Y como resultaba cara la edición<br />

pretendió Somoza que su amigo Fr. Manuel Fraile Miguélez se lo publicase<br />

en la revista La ciudad <strong>de</strong> Dios. Y el fraile agustino se inquieta, por lo que escribe<br />

a Menén<strong>de</strong>z Pelayo pidiendo consejo: “Ya sé —le dice— que Vd. leyó la<br />

obra ms. <strong>de</strong> Somoza. Inventario <strong>de</strong> un jovellanista. ¿Qué le parece? Él <strong>de</strong>sea se<br />

publique en nuestra Revista; pero toda, es imposible, aun quitando los juicios<br />

muy duros sobre ciertos autores” 200.<br />

El juicio <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> ser muy favorable, porque la<br />

obra se publicó en la revista, lo que agradó al eminente polígrafo según le<br />

comunica a Somoza <strong>de</strong> esta manera: “Veo con gusto que la excelente<br />

Bibliografía Jovellanista va saliendo en La ciudad <strong>de</strong> Dios. Por lo que recuerdo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manuscrito, creo que podré enviar a Vd. algunas notas referentes a autores<br />

extranjeros que inci<strong>de</strong>ntalmente tratan <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y que no constan en<br />

la bibliografía” 201. Tenemos pues interesado en esta magna bibliografía jovellanista<br />

al más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> nuestros bibliófilos.<br />

Pero a Somoza no le gustaba cómo estaba saliendo la impresión y así<br />

se lo dice a Menén<strong>de</strong>z Pelayo en carta remitida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Puerto <strong>de</strong> Sueve:<br />

Mi “bibliografía” jovellanista, ya impresa a la “diabla”, no como<br />

yo quisiera, pues el testarudo <strong><strong>de</strong>l</strong> Regente <strong>de</strong> la Imprenta se me plantó, y no<br />

199 Í<strong>de</strong>m. Carta 105; fecha 4 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1892; págs. 53 y 54. La ha reproducido<br />

Martínez Cachero en Notas sobre bibliografía literaria asturiana. Oviedo, Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> I.D.E.A.<br />

nº 32, 1957; pág. 416. Desconocemos a qué inci<strong>de</strong>nte o fracaso se refiere, y a qué manos<br />

extrañas y poco escrupulosas. He aquí un inci<strong>de</strong>nte que justificaría la <strong>de</strong>sconfianza o reserva<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> carácter <strong>de</strong> don Julio.<br />

200 Í<strong>de</strong>m. Carta 213; fecha: 6 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1893; pág. 157.<br />

201 Í<strong>de</strong>m. Carta 368; fecha 7 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1893; pág. 268.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

fue posible hacerle entrar en vereda. Fuera <strong>de</strong> lo cual, la perentoriedad en la<br />

corrección <strong>de</strong> pruebas, y la distancia a que me encuentro <strong>de</strong> Madrid, me<br />

inhabilitan para introducir las reformas a tiempo y a mi gusto.— Le estimaré<br />

cualquier dato que pueda incorporar a la sección extranjera; pues si<br />

ahora no, se incluirá <strong>de</strong>bidamente con otros apuntes que tengo en cartera,<br />

para cuando haga tirada aparte202. Somoza no <strong>de</strong>scansa, el acopio <strong>de</strong> manuscritos, noticias y datos es tal<br />

y tan constante que nunca da sus obras por acabadas, siempre tiene apuntes<br />

en cartera. Ya está pensando en hacer una nueva edición aumentada y mejorada.<br />

Y la ocasión le vendría.<br />

Es muy probable que la muerte <strong>de</strong> su hermano Manuel, su enlace en<br />

Madrid, impidiera que el Inventario se publicase como Somoza quería. Por<br />

eso cambia <strong>de</strong> plan y <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> presentarse al concurso <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la<br />

Historia, con intervención <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo. Cuando recibe el oficio <strong>de</strong> la<br />

Dirección General <strong>de</strong> Instrucción Pública participándole haber ganado el<br />

segundo premio <strong>de</strong> la Biblioteca Nacional, le escribe comunicándoselo y dándole<br />

las gracias:<br />

Después <strong>de</strong> saludarle afectuosamente paso a <strong>de</strong>cirle que el día 17<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> corriente mes, he recibido oficio <strong>de</strong> la Dirección General <strong>de</strong> Instrucción<br />

Pública, en el que se me participa haberme sido adjudicado el segundo premio<br />

<strong>de</strong> la Biblioteca Nacional en el concurso <strong>de</strong> 1898, por mi obra, <strong>de</strong> Vd. ya<br />

conocida, Inventario <strong>de</strong> un jovellanista.<br />

Quedo profundamente agra<strong>de</strong>cido al Jurado, por haber estimado en<br />

algo mis escasos merecimientos, pero doblemente reconocido a Vd. por su<br />

intervención en el asunto, pues su voto, <strong>de</strong> autoridad y peso para mí, y <strong>de</strong><br />

respetable consi<strong>de</strong>ración para todos, no dudo haya influido en el ánimo <strong>de</strong><br />

los Sres. <strong><strong>de</strong>l</strong> Jurado, para mirar con benevolencia mi mo<strong>de</strong>sta obrilla203. El Inventario es sin duda una obra gran<strong>de</strong>, no una mo<strong>de</strong>sta obrilla<br />

como la calificaba su autor. Hoy en día, como ya señalaba en 1921 José<br />

Loredo Aparicio el Inventario <strong>de</strong> un jovellanista, sigue siendo “el único guía<br />

seguro para la busca y captura <strong>de</strong> tan precioso tesoro” como son los manuscritos<br />

que se hayan perdidos en Archivos y bibliotecas privadas204. El premio significará el reconocimiento <strong>de</strong> su autor ante la Aca<strong>de</strong>mia<br />

<strong>de</strong> la Historia. Sin embargo, aún tardará unos años (hasta septiembre <strong>de</strong><br />

1908), en nombrarle Académico Correspondiente. Constantino Suárez ha<br />

202 Í<strong>de</strong>m. Carta 387; fecha 17 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1893; pág. 289.<br />

203 La carta es <strong>de</strong> fecha 28-VI-1899. La ha publicado Martínez Cachero en Notas sobre bibliografía<br />

literaria asturiana. Oviedo, Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> I.D.E.A. nº 32, 1957; pág. 416.<br />

204 LOREDO APARICIO, José. Cómo <strong>de</strong>be honrarse a <strong>Jovellanos</strong>. La Prensa, 8 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1921.<br />

133


134<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

<strong>de</strong>stacado el hecho <strong>de</strong> que este nombramiento como los otros <strong>de</strong> Cronista <strong>de</strong><br />

Gijón y <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> le fueron otorgados sin él pedirlo. Sabemos que firmaron<br />

la propuesta <strong>de</strong> nombramiento Menén<strong>de</strong>z Pelayo, Hinojosa y el Marqués <strong>de</strong><br />

Cerralbo205. Imaginamos que la iniciativa partiera <strong><strong>de</strong>l</strong> primero, que por<br />

entonces tanto ayudaba al ilustre jovellanista, no solo enviándole cuanto<br />

lograba reunir que pudiera interesarle para sus obras, como lo había hecho<br />

con el Inventario sino en otras muchas gestiones en la Aca<strong>de</strong>mia. De esta<br />

manera unirá su nombre a sus viejos amigos <strong>de</strong> La Quintana. Pues Fuertes<br />

Acevedo había sido académico, y lo fueron también Ciriaco Miguel Vigil<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 20 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1868; José Arias <strong>de</strong> Miranda, el 19 <strong>de</strong> junio siguiente;<br />

Fermín Canella, el 28 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1871; Sebastián <strong>de</strong> Soto y Cortés, el 18 <strong>de</strong><br />

mayo <strong>de</strong> 1877; Braulio Vigón, el 30 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1882; y Fortunato <strong>de</strong> Selgas, el<br />

13 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1885.<br />

El premio <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia traía consigo la publicación<br />

<strong>de</strong> la obra. Pero ésta, en la primavera <strong>de</strong> 1901, le traerá algún quebra<strong>de</strong>ro <strong>de</strong><br />

cabeza. No quería Somoza que su obra tuviera las proporciones tan <strong>de</strong>smesuradas<br />

que la obra tiene y acu<strong>de</strong> en auxilio a don Marcelino para que haga<br />

valer ante la imprenta <strong>de</strong> Riba<strong>de</strong>neyra su <strong>de</strong>recho en la reducción <strong><strong>de</strong>l</strong> tamaño206.<br />

Pero no se trataba <strong>de</strong> un capricho <strong>de</strong> la imprenta, sino <strong>de</strong> un acuerdo<br />

<strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia, que en 1859, cuando se crearon los premios, se acordó que<br />

todas las memorias premiadas tuvieran el mismo tamaño. Como a<strong>de</strong>más el<br />

presupuesto ya estaba hecho <strong>de</strong> acuerdo con el número <strong>de</strong> páginas <strong>de</strong> ese formato,<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo le sugiere que para dar más cuerpo al tomo (con placer<br />

y utilidad <strong>de</strong> sus lectores) añada algún nuevo trabajo sobre <strong>Jovellanos</strong>, o<br />

escritos inéditos suyos, o cartas y documentos relativos a su persona207. La obra no fue modificada. Ni tan siquiera en un pequeño <strong>de</strong>talle,<br />

que a nuestro juicio se le pasó por alto al ilustre jovellanista. En febrero <strong>de</strong><br />

1896, dos años antes <strong>de</strong> que la obra fuera presentada al concurso <strong>de</strong> la<br />

Aca<strong>de</strong>mia, la prensa asturiana recibía <strong>de</strong> la Ciudad Condal un comunicado<br />

que <strong>de</strong>cía así:<br />

“Hace pocos días fue colocada en una <strong>de</strong> las bonitas columnas<br />

que <strong>de</strong>coran la fachada <strong><strong>de</strong>l</strong> suntuoso Palacio <strong>de</strong> Justicia <strong>de</strong> esta<br />

ciudad, la estatua <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre patricio asturiano el gran <strong>Jovellanos</strong>,<br />

que, en sitio preferente, ocupa un lugar en este edificio, entre los más<br />

205 En carta fechada en septiembre <strong>de</strong> 1908 agra<strong>de</strong>ce Somoza a su amigo Marcelino<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo la propuesta <strong>de</strong> Académico.<br />

206 Carta <strong>de</strong> 18-II-1901. La ha reproducido Martínez Cachero en Notas sobre bibliografía literaria<br />

asturiana. Oviedo, Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> I.D.E.A. nº 32, 1957; pág. 416.<br />

207 Epistolario. T. XVI. Carta 30; fecha 23 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1901; págs. 27 y 28. La ha reproducido<br />

Martínez Cachero en Notas sobre bibliografía literaria asturiana. Oviedo, Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

I.D.E.A. nº 32, 1957; págs. 416 y 417.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

notables magistrados españoles, que, por el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> épocas en que<br />

brillaron, se encuentran allí dignamente representados en artísticas y<br />

expresivas estatuas <strong>de</strong> tamaño natural, obras estas, que, en verdad,<br />

honran mucho a nuestros mo<strong>de</strong>rnos escritores.<br />

La estatua <strong><strong>de</strong>l</strong> insigne hijo <strong>de</strong> Gijón resulta admirablemente<br />

acabada por el fecundo escultor Sr. D. Manuel Fuxá, que es el autor<br />

<strong>de</strong> la erigida hace algunos años en la floreciente villa asturiana y que<br />

tan admirablemente fue entonces fundida en los famosos talleres <strong>de</strong><br />

nuestro amigo don Fe<strong>de</strong>rico Mariera <strong>de</strong> Barcelona.<br />

La efigie, <strong>de</strong> que ahora me ocupo es <strong>de</strong> piedra, <strong>de</strong> buena<br />

clase, como todas las <strong>de</strong>más que el público barcelonés admira en su<br />

bello Palacio <strong>de</strong> Justicia, que todavía tardará algunos años en terminarse.<br />

<strong>Jovellanos</strong> está en actitud severa con la toga <strong>de</strong> magistrado <strong>de</strong><br />

su época y apoyado en el brazo izquierdo un libro, que representa su<br />

famoso informe sobre la Ley Agraria, brillante estudio que fue elogiado<br />

por los más celebrados hombres <strong>de</strong> Estado <strong>de</strong> su época, y por<br />

todos los jurisconsultos más sobresalientes <strong>de</strong> Europa.— La mano<br />

<strong>de</strong>recha la tiene puesta sobre el canto <strong><strong>de</strong>l</strong> libro y se diferencia <strong>de</strong> la<br />

que está en Gijón por este solo <strong>de</strong>talle y porque no lleva en la mano<br />

<strong>de</strong>recha el rollo <strong>de</strong> papel que bien pudiera ser el reglamento porque<br />

se había <strong>de</strong> regir el Instituto asturiano <strong>de</strong> enseñanza, <strong>de</strong> su generosa<br />

fundación.<br />

Al acto <strong>de</strong> erección <strong>de</strong> la estatua asistieron muchos astures,<br />

<strong>de</strong> los aquí resi<strong>de</strong>ntes” 208.<br />

Entre los retratos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que figuran en su magnífico<br />

Inventario, el hipercrítico jovellanista Somoza no hace mención <strong>de</strong> éste.<br />

208 El Comercio, 12 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1896.<br />

135


CAPÍTULO 6<br />

Al fin los Diarios<br />

1.— El amigo Fr. Miguélez<br />

Habían pasado ya cinco años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se interrumpiera la correspon<strong>de</strong>ncia<br />

entre Menén<strong>de</strong>z Pelayo y Julio Somoza, cuando en noviembre <strong>de</strong><br />

1890, el fraile agustino don Manuel Fraile Miguélez, al parecer a instancia <strong>de</strong><br />

éste, suplicaba en carta a Menén<strong>de</strong>z Pelayo le envíase la copia <strong>de</strong> los Diarios<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> con el fin <strong>de</strong> que Somoza pudiera leerlos. Con ello pretendía<br />

pagar un favor, según leemos en la carta: “El buen señor está chiflado por su<br />

favorito autor, <strong>Jovellanos</strong>, y yo quisiera sorpren<strong>de</strong>rle, para pagarle algún<br />

favor literario, con la copia <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>” 209.<br />

El padre Miguélez, natural <strong>de</strong> La Bañeza (León), fue gran aficionado<br />

a la numismática, publicando interesantes artículos numismáticos en la<br />

Revista La Ciudad <strong>de</strong> Dios. Entre estos <strong>de</strong>stacan: El Padre Flórez y la<br />

Numismática Española (octubre y noviembre <strong>de</strong> 1897), y El monetario <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Escorial (octubre 1888), <strong>de</strong>jando sin publicar otros manuscritos que llegarían<br />

a po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Somoza: Catálogo <strong><strong>de</strong>l</strong> Monetario <strong>de</strong> la biblioteca Escurialense y Las ruinas<br />

<strong>de</strong> Clunia. Disquisiciones históricas sobre sus antigüeda<strong>de</strong>s y monedas. En pago<br />

<strong>de</strong> los favores que en esta materia le había concedido Somoza, que por entonces<br />

se interesaba también por la numismática, se prestó a ser intermediario<br />

para lograr que Menén<strong>de</strong>z Pelayo enviara a su amigo gijonés los Diarios <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>. Por su parte, Somoza, logrará, interesarle por la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> insigne<br />

magistrado, sobre el cual el fraile escribirá en La Ciudad <strong>de</strong> Dios interesantes<br />

artículos, como los titulados: Fisonomía moral <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> (noviembre<br />

1911) y Documentos inéditos jovellanistas sobre la guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

(marzo 1912), con motivo <strong><strong>de</strong>l</strong> centenario jovellanista.<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo se niega a enviar a Somoza los Diarios por las razones<br />

ya conocidas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>saire que recibió el “Preliminar” <strong>de</strong> Nuevos datos para<br />

la biografía <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. El padre Miguélez disculpa a Somoza contestando<br />

209 Epistolario. Tomo X. Carta 627; fecha 8 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1890; págs. 515-516.


138<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

que aquellos ataques eran más bien escarceos literarios y no <strong><strong>de</strong>l</strong>iberación <strong>de</strong><br />

ofen<strong>de</strong>rle. Y se ofrece como intermediario para lograr por medios indirectos<br />

la parte que le faltaba a Menén<strong>de</strong>z Pelayo210. Sin embargo, verá que el asunto<br />

era más peliagudo <strong>de</strong> lo que él pensaba.<br />

Entretanto don Julio, que está <strong>de</strong>seando congraciarse con don<br />

Marcelino, pero no encuentra ocasión oportuna, le remite por conducto <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

padre Miguélez los Escritos Inéditos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, encargándole otra vez más<br />

que le envíe los Diarios para disfrutar el placer <strong>de</strong> leerlos antes <strong>de</strong> morirse. Esta<br />

frase parece que hizo reír a Menén<strong>de</strong>z Pelayo, quien se afirma en su negativa.<br />

Al conocerla Somoza escribe esta carta que aunque larga merece ser<br />

reproducida aquí:<br />

Gijón, 29 <strong>de</strong> septiembre 1891<br />

Muy señor mío y <strong>de</strong> toda mi estimación: Tiempo ha que tenía el<br />

propósito <strong>de</strong> escribir a Vd., y si <strong>de</strong>moré el hacerlo, fue esperando sólo ocasión<br />

oportuna para ello. Al Remitirle por nuestro común amigo, el excelente Hº.<br />

Miguélez, los “Escritos Inéditos” <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, le encargué muy especialmente<br />

recabara <strong>de</strong> Vd. en calidad <strong>de</strong> préstamo, los fragmentos <strong>de</strong> los<br />

“Diarios” <strong>de</strong> mi ilustre paisano, siquiera, para disfrutar el placer <strong>de</strong> leerlos<br />

“antes <strong>de</strong> morirme”. El hermano Miguélez, me escribe hoy, diciéndome que<br />

no está la Magdalena para tafetanes, y que se rió Vd. gran<strong>de</strong>mente cuando<br />

le refirió mi frase. Y ¿por qué? Bien sé yo que nadie se muere hasta que Dios<br />

quiere; pero tampoco me negará Vd., que esta <strong>de</strong>uda “es tan segura, como<br />

incierta la hora <strong>de</strong> satisfacerla” según frase que Vd. recordará. No soy joven;<br />

viejo, tampoco; friso en los 43 años, y todo el mundo me echa 50, lo cual<br />

quiere <strong>de</strong>cir, que las enfermeda<strong>de</strong>s, quebrantos y disgustos, me van acabando<br />

más presto <strong>de</strong> lo que yo quisiera.— ¿No quiere Vd. ser dadivoso conmigo?—<br />

Bueno: no lo sea Vd.; pero a bien seguro, que si yo poseyera el más<br />

insignificante dato que pudiera servirle a Vd. para sus interesantes obras,<br />

hasta creería <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> conciencia, en bien <strong>de</strong> la Literatura, facilitárselo a Vd.,<br />

sin retribución y sin <strong>de</strong>mora.<br />

¿Qué culpa tengo yo <strong>de</strong> no poseer el resto <strong>de</strong> los “Diarios”, para<br />

que Vd. fun<strong>de</strong> en esa privación su negativa? Habrá muchos jovellanistas en<br />

España: más apasionados que yo, ninguno, y que me ganen a propagar su<br />

gloria, tampoco. En buen hora lo diga, y sin pizca <strong>de</strong> vanidad, también.<br />

Creo que alguna frase <strong>de</strong> mis anteriores escritos alusiva a su personalidad<br />

<strong>de</strong> Vd. le enojó más <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>bido. Déla Vd. por borrada, que yo no<br />

quiero enojar a ninguno, ni malquistarme con nadie, y es preferible vivir en<br />

210 Í<strong>de</strong>m. Carta 634; fecha 12 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1890; págs. 522-523.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

paz con todos, antes que en discordia. Otros se dicen amigos <strong>de</strong> Vd. y le han<br />

motejado con mayor saña.<br />

Añadirá Vd., que esta <strong>de</strong>claración sería pertinente años atrás; pero<br />

que ahora, es tardía e inoportuna, y casi... interesada (está tronando).<br />

Bueno: pero también es sincera. Dígalo fray Miguélez, que también aña<strong>de</strong>,<br />

que algo bueno habrá en su librería <strong>de</strong> Vd. para mi bibliografía jovellanista<br />

(va en la 2ª limadura)... ¡ah, carafe: tú que has dicho!... pues me convierto<br />

en pordiosero literario, y allá me voy, a ver como las gasta don Marcelino...<br />

“Ello ye”... que lo que a mí se me haya escapado, ha <strong>de</strong> estar bien recóndito:<br />

con que así, disimulando mi llaneza, dígame a media frase lo que tiene, que<br />

como yo lo posea o lo conozca, enseguida <strong>de</strong>scifraré el resto.<br />

También agregó el hijo <strong>de</strong> Columbres, que se había Vd. extrañado<br />

<strong>de</strong> que yo no poseyera su “Historia <strong>de</strong> los Heterodoxos”, cuando citaba<br />

párrafos suyos, y hasta le colgaba a <strong>Jovellanos</strong> frases que sólo a Vd. pertenecían.<br />

Todo tiene explicación. Su “Histor. <strong>de</strong> los Heterod.” no la poseo, porque<br />

mis mermados recursos no alcanzan para comprar libros a medida <strong>de</strong> mi<br />

<strong>de</strong>seo, pero tengo los núm. 2.004 y 2.005 <strong><strong>de</strong>l</strong> “Siglo Futuro” (año 1881)<br />

don<strong>de</strong> se publicó por 1ª vez su trabajo jovellanista. —En cuanto a las frases<br />

<strong>de</strong> Vd. que yo atribuyo a <strong>Jovellanos</strong> (supongo se referirá a la pág. 178 <strong>de</strong> mi<br />

libro “Amarg. <strong>de</strong> J. Ll. s “, 2º párrafo), fue un yerro mío <strong>de</strong> redacción. Pero<br />

están tan bien dichas sus frases <strong>de</strong> Vd., e interpretan con tal verdad y acierto<br />

el pensamiento <strong><strong>de</strong>l</strong> autor <strong>de</strong> los “Diarios”, que a conocerlas, no las modificaría<br />

ni en un ápice.<br />

Y no le hablo a Vd. más <strong>de</strong> libros, papeles ni monedas aunque buenas<br />

ganas se me pasan <strong>de</strong> ello), por dos razones. La una, porque sería pecar<br />

por exceso <strong>de</strong> confianza y la otra, porque necesita Vd. el tiempo para obras<br />

y empresas excelentes, que así le dan gloria, como se la dan a la patria.<br />

Aunque arrinconado y olvidado, sabe Vd. pue<strong>de</strong> disponer con entera<br />

franqueza y cordialidad, <strong>de</strong> su afmo. s. s. q. s. m. b.<br />

Julio Somoza <strong>de</strong> Montsoriú211. Menén<strong>de</strong>z Pelayo se da cuenta <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scarnada sinceridad <strong>de</strong> Julio<br />

Somoza. Y es que es fácil darse cuenta que Julio Somoza no obraba con maldad.<br />

Más <strong>de</strong>prisa que <strong>de</strong> costumbre contesta en estos términos: “Recibí su<br />

grata <strong><strong>de</strong>l</strong> 29 <strong>de</strong> septiembre, y en contestación a ella <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>cirle que si bien<br />

me molestó en otro tiempo el duro ataque que Vd. me dirigió, sin provocación<br />

alguna <strong>de</strong> parte mía, en el prólogo <strong>de</strong> una <strong>de</strong> sus publicaciones acerca<br />

211 Í<strong>de</strong>m. Carta 324; fecha 29 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1891; págs. 236-238.<br />

139


140<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, este enojo pasó ya, porque en mí encarnan poco ofensas <strong>de</strong> este<br />

género. Y en prueba <strong>de</strong> que todo está olvidado, quiero darle a Vd. la mayor<br />

prueba <strong>de</strong> confianza y <strong>de</strong> fraternidad jovellanista, poniendo en sus manos por<br />

un plazo que Vd. mismo ha <strong>de</strong> fijar pero que yo quisiera que no excediese <strong>de</strong><br />

dos meses, la parte impresa <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> don Gaspar” 212.<br />

Pero no solamente le <strong>de</strong>ja los ansiados Diarios sino que también le<br />

autoriza para que saque todas las notas y extractos que tuviera por oportuno<br />

y los aproveche cuando y como quiera. Le pone el plazo por “el amor que los<br />

bibliófilos tenemos a nuestras joyas —según continúa diciendo—, y la<br />

inquietud en que vivimos cuando se ausentan <strong>de</strong> casa, aunque sea por corto<br />

plazo”. Y en cuanto a noticias para la Bibliografía Jovellanista le comunica que<br />

tiene aquella famosa traducción <strong>de</strong> El Contrato Social, en que hay una larga<br />

nota elogiando a <strong>Jovellanos</strong>, y que tanto revuelo armó en su tiempo en perjuicio<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> sabio don Gaspar.<br />

El mismo día que recibe la carta contesta Somoza loco <strong>de</strong> contento:<br />

Muy estimado Sr. mío y <strong>de</strong> mi mayor consi<strong>de</strong>ración: Recibí, con el<br />

entusiasmo que Vd. pue<strong>de</strong> suponer, su amabilísima carta; y si estimo en ella<br />

las afectuosas frases dictadas por su noble corazón, no encuentro términos<br />

con que expresarle mi gratitud por el generoso ofrecimiento que en ella me<br />

hace. ¡Por fin!, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> veinte años <strong>de</strong> anhelos, tentativas fracasadas,<br />

ardi<strong>de</strong>s y estratagemas más o menos pueriles, lograré echarles la vista encima.<br />

Tócale buena parte en este regocijo, a nuestro cariñoso hermano fr.<br />

Manuel Miguélez, y en cuanto termine la presente carta, seguirá inmediatamente<br />

la suya213. Dio la coinci<strong>de</strong>ncia que Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca, en un periódico <strong>de</strong><br />

Oviedo <strong>de</strong> su propiedad, La Victoria <strong>de</strong> la Cruz, había anunciado que los<br />

Diarios que poseía quedaban a disposición <strong><strong>de</strong>l</strong> primero que <strong>de</strong>seara publicarlos.<br />

Esto hace pensar a Somoza que ha llegado el momento <strong>de</strong> su publicación.<br />

Propone entonces en esta misma carta actuar <strong>de</strong> concierto los tres:<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo, Fr. Miguélez y él, pero quedando para el primero la gloria<br />

<strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> los Diarios.<br />

Fray Miguélez le había escrito a Somoza que sabía una historia secreta<br />

<strong>de</strong> W. Franquet, seudónimo con el que había publicado Alejandrino<br />

Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca en 1859 una crítica a la vida <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong> Nocedal.<br />

También le dijo que vivía en Madrid un personaje (Ramón María <strong>de</strong> Labra),<br />

al cual aquél estaba incondicionalmente subordinado por estas no sé qué<br />

212 Í<strong>de</strong>m. Carta 388; fecha 19 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1891; págs. 308-309.<br />

213 Í<strong>de</strong>m. Carta 393; fecha 21 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1891; págs. 314-316.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

cosas <strong>de</strong> no sé que tiempos y que <strong>de</strong> esta manera obtendría los Diarios214. Pensando en que esto se lograse, Somoza le hace a Menén<strong>de</strong>z Pelayo una<br />

proposición al parecer no ética, porque iría contra la verdad:<br />

Si esto se logra, me parece que el hombre está cogido en sus propias<br />

<strong>de</strong>claraciones; pues si los “Diarios los <strong>de</strong>ja él a la merced <strong><strong>de</strong>l</strong> primero que<br />

quiera imprimirlos”, no sé como se las va a componer luego que los vea<br />

impresos. A<strong>de</strong>más, la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> la propiedad literaria hecha hábilmente,<br />

le inutilizará en absoluto. ¿No encontró su tío los mss. <strong>de</strong> los “Diarios”?<br />

Pues Julio Somoza, v. gr., encontró en el archivo <strong>de</strong> la casa Cienfuegos<br />

<strong>Jovellanos</strong> una copia <strong>de</strong> los “Diarios” ¡y que venga él a probarme lo contrario!<br />

— Ya sé que la cuestión <strong>de</strong> escrúpulos salta enseguida al tapete; pero<br />

¿hay realmente perjuicio <strong>de</strong> tercero? Creo que no: porque a mi enten<strong>de</strong>r, se<br />

trata <strong>de</strong> un legado que es patrimonio <strong>de</strong> todos los españoles, pues que lo es<br />

<strong>de</strong> la gloria <strong>de</strong> su familia, <strong>de</strong> su pueblo y <strong>de</strong> su nación. Y en cuanto al beneficio<br />

material <strong>de</strong> la obra, juzgo que tiene más <strong>de</strong> ilusorio que <strong>de</strong> real215. Probablemente estaba aquí la cuestión, en que Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca<br />

parecía poner pegas reclamando un precio muy alto por la publicación.<br />

Somoza quiere cogerle la palabra antes <strong>de</strong> que se arrepienta y cerrarle la posibilidad<br />

<strong>de</strong> reclamar <strong>de</strong>rechos, basándose en el ofrecimiento hecho al público.<br />

No se olvi<strong>de</strong> que Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca era persona muy fluctuante. Somoza<br />

se mueve por la pasión jovellanista y el corazón, no buscaba un interés material,<br />

sino un interés general, cultural y, a<strong>de</strong>más, quedaba a salvo el perjuicio<br />

<strong>de</strong> terceros. Pero por otra parte, hay que tener en cuenta que Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong><br />

Luarca no tenía <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> edición, pues habían transcurrido 70 años y su<br />

publicación era <strong>de</strong> dominio público, como muy bien creía Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo216. El problema estaba en que Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca soltase los Diarios.<br />

Las presiones <strong><strong>de</strong>l</strong> hermano Miguélez van a hacer que Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong><br />

Luarca salga publicando unos artículos en los que trataba muy mal a<br />

<strong>Jovellanos</strong>. Entretanto a Somoza, porque va a tener en sus manos los ansiados<br />

Diarios, “no le cabe el gozo en el cuerpo” como le diría a Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo el P. Miguélez. Y añadiría: “Le ha quitado Vd. diez años <strong>de</strong> encima: es<br />

muy gran<strong>de</strong> la pasión que tiene a <strong>Jovellanos</strong>” 217.<br />

214 Í<strong>de</strong>m. Carta 492; fecha 28 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1892; pág. 412.<br />

215 Ibí<strong>de</strong>m.<br />

216 Í<strong>de</strong>m. Carta 433; fecha 20 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1891; págs. 351-352.<br />

217 Í<strong>de</strong>m. Carta 398; fecha 24 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1891; pág. 320.<br />

141


142<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

2.— La feliz Navidad <strong>de</strong> 1891<br />

Somoza envía al piloto <strong><strong>de</strong>l</strong> vapor <strong>Asturias</strong>, que partía para Santan<strong>de</strong>r,<br />

a recoger los Diarios, con una carta breve, dada su convalecencia <strong>de</strong> un terrible<br />

trancazo218. Y por fin aquellas Navida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> 1891 entraban en el nº 55 <strong>de</strong><br />

la calle Perseguida (hoy Covadonga), don<strong>de</strong> vivía por entonces el mayor <strong>de</strong><br />

los jovellanistas, las dos terceras partes <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. No<br />

hubiera habido mejores dulces para tan señaladas fechas. Inmediatamente <strong>de</strong><br />

recibirlas envía un telegrama acusando el recibo <strong><strong>de</strong>l</strong> paquete.<br />

La voracidad <strong>de</strong> Somoza es tal, que el 31 <strong>de</strong> diciembre ya ha llevado<br />

a cabo la primera lectura <strong>de</strong> los Diarios, lo que le comunica a Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo con una larguísima carta, a pesar <strong>de</strong> que su salud seguía muy resentida.<br />

Lo hace <strong>de</strong> dos veces, pues según dice en su posdata, sin terminar la<br />

carta se volvió a la cama, y se levantó dos días <strong>de</strong>spués para darle remate. Lo<br />

primero que sale <strong>de</strong> su pluma es una alabanza a <strong>Jovellanos</strong>: ¡Qué cabeza tan<br />

bien organizada para el estudio, y qué retentiva, la <strong>de</strong> mi sabio Mentor! 219.<br />

Nota que como la generación actual no quiere estudiar, exige como condición<br />

precisa para la lectura, mucha amenidad, y grabados. Para lo primero sugiere<br />

comentarios y anotaciones; para lo segundo, mapas o planitos <strong>de</strong> los itinerarios;<br />

grabados <strong>de</strong> personajes y monumentos. Para esto teme que Abello<br />

hubiera extraviado los borrones (si andaban sueltos) incluidos por <strong>Jovellanos</strong><br />

en sus Diarios. E incluso concibe sacar a concurso la ilustración <strong>de</strong> la obra: ¡No<br />

se gasta el Gobierno —escribe— 6.000 pesetas para premiar la mejor medalla conmemorativa<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> América? ¿Y lo merece menos la ilustración <strong>de</strong><br />

esta obra magistral? Advierte también que la obra precisa <strong>de</strong> un índice alfabético<br />

<strong>de</strong> las personas que se citan en el texto. Y tiene por error <strong>de</strong> Abello la<br />

supresión <strong>de</strong> algunos nombres propios en varios pasajes <strong>de</strong> la obra.<br />

Entre los nombres Somoza <strong>de</strong>scubre a sus antepasados por una<br />

parte y por otra se encuentra con todos aquellos personajes tan conocidos ya<br />

por él:<br />

Solo algún vestigio <strong>de</strong> anticuario como yo, v. gr., que sabe al pormenor<br />

los nombres, sucesos y vicisitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las familias locales, pudiera<br />

<strong>de</strong>cir algo sobre la materia; pero me guardaré muy bien <strong>de</strong> ello. Por allí<br />

andan mis tíos, y abuelos, y parientes... ¡con qué placer no he visto sus nombres<br />

en aquel relato! Conozco a los alumnos y a los profesores <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto;<br />

a los contertulios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, a los regidores y jueces <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento, a<br />

sus parientes, allegados y sirvientes... gran arsenal <strong>de</strong> datos para escribir<br />

218 Í<strong>de</strong>m. Carta 432; sin fecha (mes <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1891); págs. 350-351.<br />

219 Í<strong>de</strong>m. Carta 449; 31 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1891; págs. 365-371.


144<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

novelas locales a estilo <strong><strong>de</strong>l</strong> inimitable Mtr. Pereda. Pero... es muy ruin y<br />

villana la condición <strong>de</strong> esta gente, para que yo me arriesgue (¡quién supiera!)<br />

a semejante empresa220. La impresión que le ha producido la resume así:<br />

En resumen: aun sin contar con lo que falta, (que <strong>de</strong>be ser sustancioso)<br />

tengo la obra por fuente <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s noticias, muy útiles para los estudiosos,<br />

y gráficas para conocer a <strong>Jovellanos</strong> “por <strong>de</strong>ntro”. Todo lo dice, todo<br />

lo anota, así lo que le es favorable como lo que le es adverso. Su ingenuidad<br />

nativa, se refleja a cada paso en este libro, ¿quién tendrá valor para motejarle<br />

cuando abre a todos los ojos su pecho? Siguiendo la frase <strong>de</strong> Ceán ¿no<br />

es esta obra “una confesión” en público <strong>de</strong> sus más íntimos pensamientos?<br />

221.<br />

Pero se queja <strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r compartir su entusiasmo y emoción con<br />

nadie, y <strong>de</strong>jándose llevar por la pasión <strong><strong>de</strong>l</strong> momento arremete, en uno <strong>de</strong><br />

esos arranques tan suyos, contra sus propios paisanos:<br />

Nada le digo a Vd. <strong>de</strong> mi entusiasmo ni <strong>de</strong> mis emociones: solo sí<br />

le afirmaré que aquí, en mi propia patria no tengo una sola persona con<br />

quien compartirlas. Este es un pueblo <strong>de</strong> comerciantes encanallados, incapaces<br />

<strong>de</strong> ninguna i<strong>de</strong>a elevada. <strong>Jovellanos</strong> no pertenece a Gijón, <strong>Jovellanos</strong><br />

es español, y nada más, ¿qué tienen <strong>de</strong> común sus i<strong>de</strong>as, sus sentimientos,<br />

su educación, la nobleza <strong>de</strong> sus aspiraciones generosas, con las <strong>de</strong> esta gente<br />

falsa, pérfida, doble, ruin y villana <strong>de</strong> condición, mezquina <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, impon<strong>de</strong>rablemente<br />

vanidosa, y refractaria a toda i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>za? Nada ¡ni sombra!<br />

222.<br />

He aquí una particularidad digna <strong>de</strong> notarse. Somoza, al contrario<br />

que suce<strong>de</strong> en otros, no ve a <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el paisanaje. Para Somoza,<br />

<strong>Jovellanos</strong> no es prototipo <strong>de</strong> asturiano, sino prototipo universal. No siente<br />

al personaje como “suyo”, apegado a su tierra. No se acerca a él atraído por<br />

su condición <strong>de</strong> asturiano, sino que ha visto en él algo más. Su visión jovellanista<br />

es amplia, dilatada hasta el punto <strong>de</strong> tener la sensación con todo<br />

acierto <strong>de</strong> estar ante un gigante. En esto se aparta <strong>de</strong> aquella <strong>de</strong> quienes guiados<br />

por el amor y el celo <strong><strong>de</strong>l</strong> paisanaje, por un sentimiento <strong>de</strong> orgullo patrio,<br />

resaltan lo asturiano <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje, sin darse cuenta que con ello le empequeñecen<br />

y reducen, mientras <strong>de</strong> la otra manera al universalizarlo le agrandan<br />

con el consiguiente incremento <strong>de</strong> su orgullo <strong>de</strong> paisanos. Es muy posi-<br />

220 Í<strong>de</strong>m, pág. 368.<br />

221 Í<strong>de</strong>m, pág. 369<br />

222 Ibí<strong>de</strong>m.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

ble que <strong>de</strong> haber tenido una visión meramente localista o regionalista <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> su labor no hubiera tenido la trascen<strong>de</strong>ncia que tuvo.<br />

Manifiesta también en la carta su indisposición hacia Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong><br />

Luarca que impi<strong>de</strong> que pueda obtener él lo que faltaba <strong>de</strong> los Diarios. El<br />

párrafo nos sirve para poner <strong>de</strong> manifiesto un rasgo <strong>de</strong> hombría <strong>de</strong> bien <strong>de</strong><br />

su personalidad. Por una parte confiesa que no es su genio para avistarse con<br />

él, sino lo haría. Pero aña<strong>de</strong>: A mayor abundamiento tengo que zurrarle —dice—<br />

la badana (si es que mi humor alcanza a tanto), y sería in<strong>de</strong>coroso obtener <strong>de</strong> él ningún<br />

favor, y luego pagárselo en tan mala moneda223. Julio Somoza no actuaba<br />

nunca con reserva; si tenía mala opinión <strong>de</strong> una persona no le hablaba y en<br />

paz. La hipocresía no era terreno que él cultivase.<br />

Veinte días <strong>de</strong>spués comunica, a su ya —para siempre— reconciliado<br />

amigo, la impresión entre atontado y maravillado que le ha producido la<br />

segunda lectura <strong>de</strong> los Diarios:<br />

Mi estimado y digno amigo: Termino en este instante la segunda<br />

lectura <strong>de</strong> todo lo concerniente a <strong>Asturias</strong>, (<strong>de</strong>teniéndome más en lo relativo<br />

a Gijón) <strong>de</strong>jándome una impresión, así como entre atontado y maravillado,<br />

al ver, como en un pueblo tan insignificante y <strong>de</strong> tan se<strong>de</strong>ntaria vida,<br />

encontraba aquel varón eminente, elementos bastantes para la impon<strong>de</strong>rable<br />

actividad <strong>de</strong> su espíritu, la práctica <strong>de</strong> las buenas obras, el fomento (con<br />

patriótico celo) <strong>de</strong> todos los intereses locales y provinciales, y el cumplimiento<br />

<strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>beres religiosos, sociales, familiares, y <strong>de</strong> buena e<br />

hidalga amistad. ¡Vamos! que al consi<strong>de</strong>rar la hidalguía <strong><strong>de</strong>l</strong> aquel caballero,<br />

y la menguada ralea <strong>de</strong> la estúpida sociedad mo<strong>de</strong>rna, me dan ganas <strong>de</strong> llorar.<br />

¿Con quién compararé yo a don Gaspar? En la pureza <strong>de</strong> sus sentimientos<br />

religiosos, en la nobleza <strong>de</strong> su corazón, en su amor a la patria, en la<br />

gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> su saber, en la naturalidad, mo<strong>de</strong>stia y afabilidad <strong>de</strong> su trato, en<br />

la admiración y veneración que supo inspirar a los extranjeros,... ¿quién le<br />

igualará? sino fuere un español tan mo<strong>de</strong>sto, tan sabio, tan virtuoso y tan<br />

patriota como el insigne don Cosme Damián <strong>de</strong> Churruca?... Bueno. Basta<br />

<strong>de</strong> exordio224. No hay duda, pues, que los Diarios van a contribuir a reafirmar el<br />

incondicional jovellanismo <strong>de</strong> Somoza. Mucho siente tener que <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse<br />

<strong>de</strong> ellos pero promete enviarlos:<br />

223 Í<strong>de</strong>m, pág. 370.<br />

224 Í<strong>de</strong>m. Carta 481; fecha 20 enero <strong>de</strong> 1892; págs. 398-401. La carta, publicada por Martínez<br />

Cachero, contiene las observaciones técnicas <strong>de</strong> Somoza: Anota <strong>de</strong>fectos en la nomenclatura<br />

asturiana; propone servirse <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> sus amigos: la Bibliografía <strong>de</strong> F. Acevedo, <strong>de</strong><br />

la Epigrafía <strong>de</strong> Ciriaco Miguel Vigil, etc.; y echa <strong>de</strong> menos la existencia <strong>de</strong> documentos que<br />

<strong>de</strong>bían ir incorporados a los Diarios.<br />

145


146<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Para fin <strong>de</strong> mes, o principios <strong><strong>de</strong>l</strong> entrante, remitiré a su papá, a<br />

Santan<strong>de</strong>r bajo doble cubierta, encartonado, atado y lacrado con J. S.<br />

el libro que generosamente me prestó. En el alma siento separarme <strong>de</strong> él; porque<br />

si está muy requetebién en su librería <strong>de</strong> Vd., ¿sería puesto menos digno<br />

para él, el <strong>de</strong> una biblioteca jovellanista? Si llego a publicar mi bibliograph.<br />

jovell. ta anotaré marginalmente para Vd. lo que en ella poseo. Y un millón<br />

<strong>de</strong> gracias, y otro millón por la buena voluntad.<br />

Para terminar quiere manifestar su agra<strong>de</strong>cimiento prometiéndole<br />

enviarle <strong>de</strong> sus libros los que pida, que aunque no los poseyera los buscaría,<br />

y haciendo alar<strong>de</strong> una vez más <strong>de</strong> su particular sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> humor, le pi<strong>de</strong><br />

perdón por haberle distraído con su alucinación (vulgo, chifladura), con que<br />

califica a su pasión jovellanista.<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo, con los pies más en la tierra que Somoza, le contesta<br />

que el proyecto <strong>de</strong> la edición con grabados le parece Demasiado bonito y<br />

habría que contentarse con una edición mo<strong>de</strong>sta y limpia, dado lo que se<br />

podía esperar <strong>de</strong> los editores en las actuales circunstancias. Y en contestación<br />

al ofrecimiento <strong>de</strong> sus obras le pi<strong>de</strong> Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana. Le ruega<br />

también que corrija todas las erratas que advierta225. La corrección no se lleva a cabo porque la carta <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo<br />

llega cuando Somoza ya tiene empaquetados los Diarios. Le promete enviarle<br />

las Cosiquines en cuanto alcance un ejemplar. A propósito <strong>de</strong> esta obra le<br />

comentará: en el bien entendido, <strong>de</strong> que nada vale lo que contiene, (por lo cual lo<br />

retiré <strong>de</strong> la circulación), salvo un diálogo sobre los Bocetos <strong>de</strong> este Instituto, que tengo<br />

por lo menos malo. Mírele con benevolencia, y luego, arrincónele226. Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo tenía interés en esta obra por contener algunos documentos jovellanistas<br />

e insiste <strong>de</strong> nuevo. Somoza tras tenerla un par <strong>de</strong> meses empaquetada<br />

y lista, aprovecha la venida <strong>de</strong> su hermano a Gijón, para que a la vuelta a<br />

Madrid se la entregue en mano a don Marcelino, quien comenta que ha<br />

encontrado capítulos muy interesantes, sobre todo el relativo a los bocetos<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto227. 3.— Intento fallido <strong>de</strong> publicación <strong>de</strong> los Diarios<br />

La amistad y la confianza entre Menén<strong>de</strong>z Pelayo y Julio Somoza es<br />

cada vez más estrecha. El primero va conociendo al segundo; sabe que le<br />

admira y venera. El reconocimiento es recíproco. Se intercambian noticias y<br />

225 Í<strong>de</strong>m. Carta 497; fecha 1 febrero 1892; págs. 414-415.<br />

226 Í<strong>de</strong>m. Carta 506; fecha 10 febrero 1892; págs. 420-421.<br />

227 Í<strong>de</strong>m. Tomo XII. Cartas 11 y 68; fechas 10 julio y 22 septiembre 1892; págs. 9 y 66.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

libros, no todo jovellanista. Al calor <strong>de</strong> esta amistad y a propósito <strong>de</strong> sus<br />

Cosiquines Somoza muestra su alma al amigo y le hace confesión <strong>de</strong> sus arrepentimientos,<br />

<strong>de</strong> su manera <strong>de</strong> afrontar los errores pasados:<br />

Temo y <strong>de</strong>bo hacerle a Vd. una prevención respecto al susodicho<br />

libro: y es, que escrito en una época en que yo no tenía suficiente juicio, ni<br />

mo<strong>de</strong>ración, estampé en él algunas expresiones <strong>de</strong> que ahora me pesa gravemente.<br />

Hubiera <strong>de</strong>sgarrado algunas páginas o tachado varios renglones, si<br />

tal procedimiento fuera un recurso legal. Pero, como dije a Fr. Miguélez,<br />

entiendo que es más noble y <strong>de</strong>coroso, confesar y <strong>de</strong>clarar la propia falta, y<br />

avergonzarse <strong>de</strong> haberla cometido; pues que el hombre siempre y en todo<br />

tiempo <strong>de</strong>be tener el valor cristiano <strong>de</strong> confesar su ignorancia, y hacer esta<br />

<strong>de</strong>claración a cara <strong>de</strong>scubierta228. Mientras tanto Fr. Miguélez va trabajando para lograr <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> Luarca los originales <strong>de</strong> los Diarios. Aconsejado que era conveniente escribiera<br />

él al Sr. <strong>de</strong> Luarca, lo hace y recibe en contestación una mañosa carta que<br />

no era una negativa, pero que haciéndose el chiquito, según expresión <strong>de</strong><br />

Somoza, atravesaba lindas promesas sin comprometerse en nada. De la contestación<br />

da cuenta también a Menén<strong>de</strong>z Pelayo en una carta en la que refiriéndose<br />

a Somoza dice: “No nace otro jovellanista como él” 229. ¡Qué bien<br />

conocía a su amigo! Menén<strong>de</strong>z Pelayo duda <strong>de</strong> conseguir algo <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> Luarca; nada entien<strong>de</strong> <strong>de</strong> sus tretas y entradas y salidas; lo único que dice<br />

en el asunto es que está dispuesto a trabajar gratuita y <strong>de</strong>sinteresadamente<br />

en la corrección y anotación <strong>de</strong> los Diarios. La actitud oscura y sibilina <strong>de</strong><br />

Luarca <strong>de</strong>scompone a Somoza, hasta el punto <strong>de</strong> que el agustino advierte a<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo que si le escribe le aconseje calma y pru<strong>de</strong>ncia. No obstante<br />

Miguélez a la par que califica la actitud <strong>de</strong> Somoza <strong>de</strong> berrinche, señala:<br />

“pero como yo le conozco bien, supongo se le pasará pronto” 230.<br />

Cuando parecía que la entrega <strong>de</strong> los originales iba a tener lugar y<br />

Miguélez había <strong>de</strong>signado en Oviedo dos personas <strong>de</strong> su confianza para que<br />

recibieran su entrega, Luarca manifiesta haber estado enfermo y que no<br />

pue<strong>de</strong> hacer la entrega hasta la semana en curso. Pero pasó el plazo y salió<br />

con que iba a hacer la publicación por su cuenta. ¿No era para coger berrinches?<br />

Conociendo el carácter voluble <strong><strong>de</strong>l</strong> poseedor <strong>de</strong> los Diarios no cabría<br />

preguntarse qué causas <strong>de</strong>terminaron que faltara a la palabra dada, si no<br />

fuera porque Miguélez, escribe a Menén<strong>de</strong>z Pelayo: “Me han dicho (y no sé<br />

con qué fundamento) que el P. Vigil, el Sr. Pidal y el Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Revillagigedo<br />

228 Í<strong>de</strong>m. Carta 11; fecha 10 julio 1892; pág. 9.<br />

229 Í<strong>de</strong>m. Tomo XI. Carta 507; fecha 12 febrero 1892, pág. 422.<br />

230 Í<strong>de</strong>m. Carta 574; fecha 10 abril 1892; págs. 474-475.<br />

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148<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

se oponían a la publicación <strong>de</strong> los Diarios. He puesto en cuarentena la noticia”<br />

231. La opinión <strong>de</strong> don Marcelino era que a Luarca “nada le importaban<br />

en el fondo ni <strong>Jovellanos</strong>, ni los Diarios, sino la satisfacción <strong>de</strong> su vanidad personal<br />

y <strong>de</strong> la saña que rebosa en su alma contra una porción <strong>de</strong> cosas y <strong>de</strong><br />

personas”. Le consolaba el que en todo caso la edición fuera intervenida por<br />

el P. Miguélez, “para que no se quite ni mu<strong>de</strong> una til<strong>de</strong> <strong>de</strong> los originales”,<br />

<strong>de</strong>cía. Y aconsejaba a Somoza que no tomase “parte alguna en semejante<br />

publicación, que seguramente irá encabezada con un libelo contra la buena<br />

memoria <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que esto y no otra cosa será el prólogo, que Luarca<br />

anuncia”. En el fondo manifestaba: “La noticia me regocija más que me<br />

molesta. Hágase el milagro y hágalo el diablo” 232.<br />

No le cayó en saco roto a Somoza la opinión <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z, a quien<br />

llama mi cariñosísimo amigo, y está <strong>de</strong> acuerdo en todo con ella. Así se lo manifiesta<br />

en una carta llena <strong>de</strong> su peculiar sorna. En ella le habla <strong>de</strong> una tertulia<br />

que se formó en la casa <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>:<br />

— Se habló <strong>de</strong> todo, y <strong>de</strong> mucho más; y preferentemente <strong>de</strong><br />

Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca, a quien los gijoneses <strong>de</strong> algún viso tienen entre dientes,<br />

esperando confiados en que yo me queme, para que haya liza, y verla<br />

ellos muy <strong>de</strong>scansados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la barrera. ¡Están guapos y frescos!<br />

— Fray Miguélez, como es joven, es muy confiado, y cree que el<br />

luarquín se va a correr y le va a remitir los originales <strong>de</strong> los Diarios. ¡Ya<br />

escampa, y llovían capuchinos <strong>de</strong> bronce! De todos modos, hay que agra<strong>de</strong>cerle<br />

mucho lo que ha hecho; y como se llegue a imprimir el 1er pliego, diga<br />

Vd. que ha puesto una pica en Flan<strong>de</strong>s, y una lanza en Navia. Yo le he escrito<br />

anteayer al Escorial, una carta agridulce, para que no se enfote uno y<br />

otro, para que persevere y no se <strong>de</strong>sanime. Porque a la verdad, cada carta que<br />

le envía Alejandrino, es una maravilla... <strong>de</strong> ingenio, y un tejido <strong>de</strong> patrañas,<br />

que el diañu las <strong>de</strong>sengue<strong>de</strong>ye.<br />

Tras agra<strong>de</strong>cerle sus apuntes y notas, prosigue:<br />

— Volviendo a Mez <strong>de</strong> Luarca, pensamos <strong>de</strong> común acuerdo; y ha<br />

puesto Vd. el <strong>de</strong>do en la llaga al <strong>de</strong>finir el carácter <strong>de</strong> aquel individuo, tan<br />

sobrado <strong>de</strong> presunción como falto <strong>de</strong> rectitud moral.— Es el pecado capital<br />

<strong>de</strong> mis paisanos; la vanidad, una vanidad presuntuosa, engendro mixto <strong>de</strong><br />

ignorancia, fatuidad y presunción <strong>de</strong> raza; rasgo patrimonial <strong><strong>de</strong>l</strong> villano y<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> campesino, que, a po<strong>de</strong>r y saber, pondrían blasón heráldico hasta en las<br />

tachuelas <strong>de</strong> las madreñas.<br />

231 Í<strong>de</strong>m. Carta 633; fecha 30 mayo 1892; pág. 540.<br />

232 Í<strong>de</strong>m. Carta 6; fecha 7 julio 1892; pág. 3.


150<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Sin embargo, la vanidad <strong>de</strong> Luarca cedió y vino a un acuerdo con<br />

Miguélez, conforme al cual no habría prólogo, sino una introducción en la<br />

que figurarían las cartas dirigidas entre ellos. En la portada se leería: “Diarios<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> con una introducción por Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca y notas y<br />

comentarios <strong>de</strong> Avello, Menén<strong>de</strong>z Pelayo y fr. Miguélez”. ¿Lo cual significaba<br />

que Somoza quedaría fuera <strong>de</strong> la obra? Sí y no. Somoza no figuraría, pero<br />

ayudaría en lo que pudiera y supiera233. ¡Admirable generosidad y vocación<br />

jovellanista! Más admirable cuánto que él era el que mejor preparado se<br />

encontraba para el trabajo <strong>de</strong> anotación y comentarios. El 4 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong><br />

1892 anuncia a Marcelino que ya está acumulando materiales para las notas<br />

y eso que no tiene el original a la vista, sino el extracto <strong>de</strong> Ceán. Somoza es<br />

un impaciente y va a<strong><strong>de</strong>l</strong>antando trabajo234. Sin embargo, cuando todo está elegido, el papel, el formato, los tipos<br />

<strong>de</strong> imprenta, enferma el regente <strong>de</strong> la imprenta y se paraliza la obra un par<br />

<strong>de</strong> meses; y por si fuera poco, cuando éste iba mejorando quien enfermó es<br />

el Director <strong>de</strong> la Victoria <strong>de</strong> la Cruz, que tenía como misión cotejar las pruebas<br />

con las capillas. “A todo esto, yo impaciente —dirá Miguélez a Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo—; Somoza... no digamos; pone el grito en el cielo”; pero sigue escribiendo<br />

notas y más notas hasta que le sorprendan las pruebas que <strong>de</strong> seguro<br />

llenará <strong>de</strong> anotaciones quizá con exceso235. Pero la muerte <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca dará al traste con aquel<br />

sueño. La edición se interrumpirá cuando se llegaba por la página 192.<br />

Pasarán años, hasta que vuelva a intentarse y se publiquen los Diarios. Pero<br />

no será Somoza quien lleve a cabo la edición.<br />

233 Í<strong>de</strong>m. Tomo XII. Carta 45; fecha 18 agosto 1892; pág. 42.<br />

234 Í<strong>de</strong>m. Carta 105; pág. 53.<br />

235 Í<strong>de</strong>m. Carta 213; fecha 6 febrero 1893; pág. 156.


CAPÍTULO 7<br />

La numismática<br />

1.— Las i<strong>de</strong>as numismáticas <strong>de</strong> don Julio<br />

Julio Somoza estaba convencido <strong>de</strong> que la numismática no era en<br />

nuestra patria, que la había inaugurado en Europa, mirada con aprecio y estima.<br />

Por eso con su gracejo personal se contesta a la pregunta qué es en<br />

España un numismático diciendo que es un iluso, un chiflado, un hombre que<br />

tiene muy poco que hacer, y que pier<strong>de</strong> lastimosamente el tiempo ocupándose<br />

<strong>de</strong> fruslerías que a nadie le importan. Y aña<strong>de</strong> con el mismo tono entre<br />

burlas y veras que el vulgo (tanto entre los <strong>de</strong> la boina como entre los <strong><strong>de</strong>l</strong> auto)<br />

lleva en parte razón, porque entre los numismáticos no todos tienen la misma<br />

categoría.<br />

Distingue entre acaparadores <strong>de</strong> monedas (variedad <strong><strong>de</strong>l</strong> género urraca);<br />

coleccionistas <strong>de</strong> escaparate; clasificadores, sin análisis; y los inteligentes o<br />

profesionales <strong>de</strong> la clase. En esta última habría que clasificarle a él. Pero<br />

incluso aquí también encuentra distingos. A Somoza hay que distinguirlo<br />

entre los mejores calificados. Es más, nos atreveríamos a <strong>de</strong>cir que gracias a<br />

él la Numismática adquiere en <strong>Asturias</strong> una importancia como nunca la<br />

había tenido. Basta leer su obra póstuma De la Numismática en <strong>Asturias</strong>, preparada<br />

por su alumno en esta ciencia, don Pedro Hurlé236, para darse cuenta<br />

que carecía nuestra región <strong>de</strong> una tradición importante.<br />

Él logrará reunir la más importante colección asturiana, no sólo por<br />

el número sino por la calidad <strong>de</strong> las piezas. A sus manos llegarán completas<br />

algunas <strong>de</strong> las colecciones privadas asturianas <strong>de</strong> alguna importancia, como<br />

las <strong>de</strong> los Señores Morán Laban<strong>de</strong>ra y Fuertes Acevedo, más importantes<br />

236 Fue publicada en Gijón, en 1984 en la colección Monumenta Histórica Asturiana. La primera<br />

parte, que trata <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> los coleccionistas asturianos, fue publicada por el<br />

propio Somoza en El Carbayón <strong>de</strong> Oviedo, los días 5, 6, 9, 12, 13 y 15 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1890,<br />

y lleva la <strong>de</strong>dicatoria: A mi excelente amigo Rogelio Jove y Bravo. Parte <strong><strong>de</strong>l</strong> material manuscrito<br />

se conserva en el Archivo <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ. Hemos preferido<br />

trabajar sobre el texto <strong>de</strong> la edición <strong>de</strong> Hurlé, para facilitar la referencia al lector.


152<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

fracciones como las <strong>de</strong> los Señores don Francisco Palacio, <strong>de</strong> Oviedo, y don<br />

Eugenio Nava Caveda.<br />

Don Julio distinguía entre el concepto comercial y la estimación histórica.<br />

Esta última era lo que él valoraba. No fue la suya una actividad <strong>de</strong><br />

simple coleccionismo, actividad que calificaba <strong>de</strong> ameno y grato pasatiempo,<br />

ni una afición esporádica o al margen <strong>de</strong> su inquietud histórica, sino su complemento<br />

permanente. Y se <strong>de</strong>dicó a ella con todo el amor y conciencia <strong>de</strong> su<br />

gran valor. Para él la NUMISMÁTICA (escrita con mayúsculas) es una ciencia<br />

auxiliar y, a la vez, <strong>de</strong> conjunto: auxiliar porque forma parte <strong>de</strong> los elementos auxiliares<br />

<strong>de</strong> la Historia, en general; <strong>de</strong> conjunto porque para su comprensión total ha <strong>de</strong><br />

menester <strong>de</strong> multitud <strong>de</strong> elementos y conocimientos <strong>de</strong> varia proce<strong>de</strong>ncia, hasta <strong>de</strong> los<br />

más extraños y heterogéneos. Y calificaba a las monedas <strong>de</strong> pequeños monumentos<br />

metálicos que perpetúan, a través <strong>de</strong> los siglos, la vida <strong>de</strong> pueblos y naciones ya<br />

<strong>de</strong>saparecidos237. Para enten<strong>de</strong>r cómo vivía Somoza la pasión por el coleccionismo <strong>de</strong><br />

monedas y medallas hay que <strong>de</strong>cir que difícilmente se resistía a hablar <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

tema. Cualquier pretexto le bastaba para ello. Cuando en carta <strong>de</strong> 29 <strong>de</strong> septiembre<br />

<strong>de</strong> 1891 preten<strong>de</strong> y logra reanudar la correspon<strong>de</strong>ncia con Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo y afirmar su amistad entre ambos, se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> con estas palabras: Y no<br />

le hablo a Vd. más <strong>de</strong> libros, papeles ni “monedas” (“aunque buena gana se me pasan<br />

<strong>de</strong> ello”), por dos razones. La una, porque sería pecar por exceso <strong>de</strong> confianza y la<br />

otra, porque necesita Vd. el tiempo para obras y empresas excelentes, que así le dan<br />

gloria, como se la dan a la patria238. Estamos seguros <strong>de</strong> que <strong>de</strong> buena gana<br />

hubiera sacado el tema.<br />

Del grado <strong>de</strong> adicción <strong>de</strong> esta pasión o chifladura era consciente,<br />

hasta el punto <strong>de</strong> hacer, como siempre, inteligente burla <strong>de</strong> sí mismo. Así le<br />

cuenta a Menén<strong>de</strong>z Pelayo la visita <strong>de</strong> don José Ramón <strong>de</strong> Luanco: Díjome,<br />

que le <strong>de</strong>jaba a Vd. en Madrid, sudando el quilo y en el traje <strong>de</strong> Adán, sobre la cama.<br />

Acto continuo, me dio una repasata, acerca <strong>de</strong> la alquimia en España que me temblaban<br />

las carnes; claro que no nos entendimos, porque él parlaba en químico y yo<br />

le contra<strong>de</strong>cía en numismático. Y para conciliarnos, le conduje a casa <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>,<br />

en cuyo estrado, pasamos, con otros compinches, la mayor parte <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>239. El coleccionismo sería sin duda lo que le llevó a entablar una buena<br />

amistad con don Sebastián <strong>de</strong> Soto Cortés, con quien con toda seguridad<br />

237 SOMOZA, Julio. De la Numismática en <strong>Asturias</strong>. Monumenta Histórica Asturiensia XV.<br />

Gijón, Edición preparada por Pedro Hurlé Manso, 1984; págs. 4 y 27.<br />

238 MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino. Epistolario. Tomo XI. Carta 324; pág. 238.<br />

239 Í<strong>de</strong>m. Tomo XII. Carta 11; fecha 10 julio 1892; pág. 8.


154<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

podía enten<strong>de</strong>rse muy bien, pues ambos parlaban en numismático. Es más, en<br />

una <strong>de</strong> las cartas que le envía, fechada en Gigia, in ora maris, dia <strong>de</strong> Stº Tomás<br />

<strong>de</strong> 1893 le llama muy caro amigo y colega en chifladuras. Las chifladuras <strong>de</strong> don<br />

Sebastián eran fundamentalmente los libros, la arqueología, y el coleccionismo<br />

<strong>de</strong> objetos prehistóricos, proce<strong>de</strong>ntes en parte <strong>de</strong> sus propias exploraciones,<br />

así como <strong>de</strong> monedas y objetos raros. A ellas <strong>de</strong>dicaba el tiempo libre,<br />

que era todas las horas <strong><strong>de</strong>l</strong> día, pues hombre acaudalado no necesitó <strong>de</strong>dicarse<br />

a ninguna profesión, aunque hubiera podido, por ejemplo, ejercer la<br />

Abogacía, pues terminó los estudios <strong>de</strong> Derecho en Valladolid, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong> Filosofía y Letras en Oviedo.<br />

2.— La amistad con Soto Posada<br />

Los apellidos con los que se le nombraba familiarmente eran Soto<br />

Posada, aunque Somoza en una <strong>de</strong> sus cartas haciendo burla <strong>de</strong> esta circunstancia,<br />

encabeza la anterior carta referenciada nombrándole: Sr. D. Sebastián<br />

<strong>de</strong> Soto y Cortés, Soto Posada, Soto Rivero, Soto Posada (bis), Posada-<strong>Jovellanos</strong>. En<br />

cuanto a su domicilio, alternaba su resi<strong>de</strong>ncia entre Labra y Posada (Llanes),<br />

don<strong>de</strong> tenía sendos palacios. Del primero <strong>de</strong> ellos dice Somoza: No es fácil<br />

empresa atinar con la morada señorial <strong>de</strong> Labra, situada frente a Corao, monte arriba<br />

y a la izquierda <strong><strong>de</strong>l</strong> agudísimo Pico <strong>de</strong> Iguedo; y menos aún penetrar en ella. Y así<br />

lo consignamos, porque más <strong>de</strong> uno, con las licencias necesarias, tuvo que dar la<br />

vuelta por don<strong>de</strong> había ido con muy lindo compás <strong>de</strong> pies, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mismísima antojana<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> palacio o contentarse con verle en reproducción panorámica. Porque si bien<br />

es cierto que con el plano <strong>de</strong> Schultz en el bolsillo y tomando lengua se llega hoy a los<br />

más extraños y recónditos parajes y a la vera <strong>de</strong> los más encantados castillos, no es<br />

cosa tan llana como parece el hincarles el diente o colocarse <strong>de</strong> rondón por la escalera<br />

arriba para recrearse en maravillas con las que muchos sueñan y pocos y muy contados<br />

a conseguir alcanzan240. En estos palacios o encantados castillos, como le parecían a nuestro<br />

quijote Somoza, guardaba valiosos objetos <strong>de</strong> mérito, rareza y antigüedad en<br />

arqueología, epigrafía, indumentaria, prehistoria, bibliografía, arte pictórico, numismática,<br />

arte venatorio, equitación, libros <strong>de</strong> jineta, cartografía, culinaria, juegos y...<br />

cuanto Dios crió, según expresión <strong>de</strong> su amigo.<br />

Del grado <strong>de</strong> conocimientos que Soto Posada llegó a adquirir en las<br />

disciplinas cultivadas dio repetidas muestras en informes enviados a la<br />

Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia, la cual premió esta labor nombrándole Académico<br />

240 SOMOZA, Julio. De la Numismática en <strong>Asturias</strong>. Monumenta Histórica Asturiensia XV.<br />

Gijón, Edición preparada por Pedro Hurlé Manso, 1984; pág. 25.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Correspondiente el 18 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1897. Colaboró también en las tareas <strong>de</strong> la<br />

Comisión Provincial <strong>de</strong> Monumentos, <strong>de</strong> la que fue corresponsal en Llanes.<br />

Aparte <strong>de</strong> esto, su pasión fueron los caballos y las criadas guapas, a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong><br />

Juan Antonio Cabezas241. Tenían en común ambos chiflados la amistad <strong>de</strong> sus ascendientes,<br />

pues <strong>de</strong>scendía don Sebastián <strong>de</strong> Juana Jacinta, hermana <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>,<br />

amiga que fue <strong>de</strong> la Indiana <strong>de</strong> Cirieño, bisabuela <strong>de</strong> Somoza; amistad que<br />

<strong>de</strong>terminaría que <strong>Jovellanos</strong> se convirtiera en tutor <strong>de</strong> la abuela <strong>de</strong> Somoza.<br />

Tanto por esto como por la semejanza <strong>de</strong> gustos, la amistad fue gran<strong>de</strong> entre<br />

ambos a juzgar por el cariñoso trato que se <strong>de</strong>ja traslucir <strong>de</strong> la correspon<strong>de</strong>ncia<br />

entre ambos, y en la que entre otros temas surge el numismático. Por<br />

su interés reproducimos algunos pasajes <strong>de</strong> estas cartas242. En la fechada el día <strong>de</strong> San Blas <strong>de</strong> 1890, Somoza se interesa por una<br />

medalla conmemorativa <strong><strong>de</strong>l</strong> establecimiento <strong>de</strong> la Masonería y le invita a que<br />

haga un inventario <strong>de</strong> las que tenga.<br />

¿Cuándo va Vd. a Labra y a Posada? Dígolo, porque tengo <strong>de</strong>ntera<br />

por saber cómo es esa medalla conmemorativa <strong><strong>de</strong>l</strong> establecimiento <strong>de</strong> la<br />

Masoner (sic) en Gijón. Anímese Vd. a hacer un Inventario <strong>de</strong> las que<br />

tenga; y si algún día le inspirasen a Vd. tedio o cansancio, ya sabe don<strong>de</strong><br />

serán recibidas con los brazos abiertos243. Otra <strong>de</strong> las monedas que tenía su amigo era una <strong>de</strong> Carissio. A propósito<br />

<strong>de</strong> ella Somoza le da consejos para que tenga cuidados con las falsificaciones:<br />

Creo me enseñó Vd. entre las monedas <strong>de</strong> su última adquisición<br />

monetaria, una <strong>de</strong> “Carissio”; pero, entendámonos; este Carissio ¿es Publio<br />

Carissio que a las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Augusto venció a Lancia y los Astures en la 2ª<br />

guerra cantábrica el año 20 a. <strong>de</strong> J. C.? ¿o era <strong>de</strong> Marco Agrippa, yerno <strong>de</strong><br />

Augusto, que los sujetó, terminando la guerra el año 19 a. <strong>de</strong> C.? Porque<br />

amigo Soto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que Fermín “se atreve” a escribir la Historia <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>,<br />

se miente mucho244. Y ya sea Publio Carissio o Marco Agrippa, supongo que<br />

tendrá por el Rx el busto <strong>de</strong> Augusto, pues <strong>de</strong> no tenerlo ¿quién me dice a<br />

mí que esa moneda no es <strong>de</strong> algún individuo o cónsul <strong>de</strong> la familia<br />

241 SUAREZ, Constantino. Escritores y Artistas Asturianos. Índice bio-bibliográfico. Tomo VII<br />

Edición, Adiciones y Epílogo <strong>de</strong> José María Martínez Cachero. Oviedo, Instituto <strong>de</strong><br />

Estudios Asturianos, 1959.<br />

242 Se conservan en el Archivo Histórico <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, en la carpeta<br />

G 50/1. Son todas <strong>de</strong> Julio Somoza, no se conservan las <strong>de</strong> Soto Cortés.<br />

243 En su catálogo <strong>de</strong> monedas que figura al final <strong>de</strong> su obra De la Numismática en <strong>Asturias</strong><br />

ya citada, pág. 137, figura esta medalla <strong>de</strong> 1850, <strong>de</strong> la Logia Amigos <strong>de</strong> la Naturaleza y<br />

Humanidad <strong>de</strong> Gijón. Es <strong>de</strong> suponer que al final terminaría regalándosela.<br />

244 No es la única vez en que Somoza critica a Fermín Canella.<br />

155


156<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

“Carissia”? Ya sabe Vd. que hay viles falsificadores, y que en esto <strong>de</strong> monedas<br />

y medallas hay que andarse con mucho tino. —Fermín me citó dos: una<br />

<strong>de</strong> “Astúrica”, que bien creo yo sea <strong>de</strong> “Astúrica Augusta” (Astorga) citada<br />

por Vaillant; y otra <strong>de</strong> las Aras Sextianas. Pase por la primera; la segunda<br />

<strong>de</strong>be originarse <strong>de</strong> una mala lectura, y así se lo refuté en una <strong>de</strong> mis últimas<br />

cartas245. En otra carta posterior fechada así: Xixón, ut supra, haciendo referencia<br />

a una copla popular que aparece en la parte superior referida al Domingo<br />

<strong>de</strong> Ramos, vuelve a insistir sobre Carissio y agra<strong>de</strong>ce la donación <strong>de</strong> un objeto<br />

que no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir cuál es; pero <strong>de</strong>bía ser moneda o medalla.<br />

Somoza no lo incluye en su monetario porque no es documento histórico. ¿Se<br />

trataría <strong>de</strong> una medalla acuñada por su rico y excéntrico amigo <strong>de</strong>dicada al<br />

propio Somoza? Es muy posible que así fuera, pues no encontramos otra<br />

explicación para la existencia en su catálogo <strong>de</strong> una medalla <strong>de</strong> 37 mm. que<br />

aparece con el número 2.747a y que se <strong>de</strong>scribe así: 1848. Nace en Gijón Julio<br />

Somoza246. — No creo que le falte razón al P. Flórez en la interpretación <strong>de</strong> la<br />

medalla <strong>de</strong> P. CARISSIVS. En efecto, Delgado, en su magnífica obra <strong>de</strong><br />

“medallas autónomas”, trae dicha medalla entre las <strong>de</strong> Mérida. Las ocho primeras,<br />

mencionan a aquel general <strong><strong>de</strong>l</strong> siguiente modo:<br />

P. CARISSIVS, LEG. PRO PR, esto es “Publio Carisio, Legado<br />

pro Pretor”.(Todas éstas son <strong>de</strong> pequeño módulo).<br />

Las cinco siguientes, <strong>de</strong> gran módulo, y sobre todo la 9ª, 10ª, y 11ª<br />

que correspon<strong>de</strong>n al tipo <strong>de</strong> la que Vd. tiene, dicen P. CARISSIVS, LEG.<br />

AVGVSTI, o sea “Publio Carissio, Legado <strong>de</strong> Augusto”; y sin tener a la<br />

vista ni la obra <strong>de</strong> Flórez, ni la <strong>de</strong> Delgado, conjeturo yo, que las ocho primeras<br />

monedas, correspon<strong>de</strong>rán a la época <strong>de</strong> la estancia <strong>de</strong> Carissio en<br />

Mérida y las cinco siguientes, en que se apellida “Legado <strong>de</strong> Augusto”,<br />

<strong>de</strong>ben referirse a la época en que venció a Lancia y los Astures; y acaso en su<br />

“clave Historial” resuelva satisfactoriamente este punto el P. Flórez.<br />

Y a propósito: recibí el recuerdo <strong>de</strong> Vd. y se lo agra<strong>de</strong>zco; mas no le<br />

coloco en mi monetario, porque no siendo documento histórico, pegaría mal<br />

entre ellas. Algo tendría Vd. en Labra <strong>de</strong> más provecho para mi colección, y<br />

creo que cultivando Vd. preferentemente la sección “autónoma”, no le harán<br />

bulto los ejemplares <strong>de</strong>sperdigados <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más secciones. La rareza <strong>de</strong> las<br />

autónomas se juzga por este hecho: un coleccionista <strong>de</strong> Orense me ofrece por<br />

245 La carta lleva fecha <strong>de</strong> 22 <strong>de</strong> febrero, pero no dice el año. Por su contenido, ya que trata<br />

en ella asuntos que aparecen en la anteriormente reseñada, el año es el mismo <strong>de</strong> 1890.<br />

246 SOMOZA, Julio. De la Numismática en <strong>Asturias</strong>, Monumenta Histórica Asturiensia XV.<br />

Gijón, Edición preparada por Pedro Hurlé Manso, 1984; pág. 136.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

mi ejemplar púnico <strong>de</strong> Gadir dieciséis monedas <strong>de</strong> plata <strong>de</strong> pequeño módulo,<br />

hispano-cristianas, entre Alfonso VIII y los Reyes Católicos.<br />

De cuantos tesoros coleccionaba Soto Posada el mejor guardado era<br />

su monetario. Un día llevó a Gijón un lote <strong>de</strong> unas 900 monedas para que<br />

Somoza las clasificara. Pero éste nunca llego a saber el número exacto <strong>de</strong> las<br />

que tenía, aunque presumía <strong>de</strong> superar el cuarto millar, cosa que Somoza<br />

ponía en entredicho, conociendo la habilidad <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje para los <strong>de</strong>spistes.<br />

Al final, muerto el amigo, Somoza pudo comprobar a cuanto ascendía, al<br />

poner sus here<strong>de</strong>ros en sus manos la tasación <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo: en total 2.606 monedas<br />

y medallas247. 3.— Amigos y maestros<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> Soto Cortés hubo otros muchos amigos con quienes compartió<br />

la afición numismática, como por ejemplo: Braulio Vigón, Ciriaco<br />

Martínez Vigil y el fraile agustino P. Miguélez, <strong>de</strong> quien ya hemos hablado al<br />

tratar <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. En general fueron muchos quienes le ayudaron<br />

a la adquisición y mantenimiento <strong>de</strong> su magnífica colección. Como tributo<br />

agra<strong>de</strong>cido a su memoria y testimonio <strong>de</strong> cordial afecto recordaba<br />

Somoza, a<strong>de</strong>más, a los siguientes señores: Don Marcelo Macías, docto catedrático;<br />

General Wenceslao Cifuentes; don Fernando González Valdés, médico<br />

ovetense; Sr. Marqués <strong>de</strong> Toca; don Gabriel Llabrés, catedrático; don Faustino<br />

Díaz, <strong>de</strong> Pravia; don Vicente Ramírez <strong>de</strong> Ocariz; don Juan Pantiga; don<br />

Florencio Huertas, comandante <strong>de</strong> Infantería; don Ignacio Ferrín, ayudante <strong>de</strong><br />

Obras Públicas; don Javier Sanz, ingeniero <strong>de</strong> C.P.C.; don Nemesio Martínez<br />

Sierra; don Dámaso Cifuentes <strong>de</strong> la Rubiera; don Leonardo Camino; etc., etc.<br />

Pero entre todos ellos sobresalen quienes fueron sus primeros maestros:<br />

don Eugenio <strong>de</strong> Nava y Caveda y don Máximo Fuertes Acevedo. Era<br />

don Enrique Nava y Caveda nieto <strong>de</strong> don Francisco <strong>de</strong> Paula Caveda y<br />

Solares, el distinguido académico y cariñoso amigo <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y hermano<br />

247 Archivo Histórico <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, G 50/2. Figura en esta carpeta<br />

un documento a máquina con anotaciones y cifras <strong>de</strong> Somoza. De él se <strong>de</strong>duce que el<br />

inventario era <strong>de</strong>: 27 monedas <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> varios países; 947 <strong>de</strong> plata, entre extranjeras españolas<br />

y romanas imperiales; y 1.595 <strong>de</strong> cobre, extranjeras, españolas y romanas imperiales,<br />

más 37 duros españoles repetidos. El documento está fechado en Labra (Oviedo-Cangas <strong>de</strong><br />

Onís), el 26 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1928. Don Sebastián Soto y Cortés había fallecido el 17 <strong>de</strong> mayo<br />

<strong>de</strong> 1915 y su muerte fue muy sentida por los eruditos <strong>de</strong> la provincia y especialmente por los<br />

miembros <strong>de</strong> la Comisión Provincial <strong>de</strong> Monumentos, en cuyas actas figura el sentimiento<br />

por la pérdida <strong>de</strong> aquel a quien califican <strong>de</strong> “asturiano ilustradísimo, bibliógrafo y anticuario,<br />

y dueño <strong>de</strong> rica biblioteca y colección <strong>de</strong> objetos <strong>de</strong> arte e historia provincial”. (Archivo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Museo Arqueológico <strong>de</strong> Oviedo. Libro <strong>de</strong> Actas. Sesión <strong><strong>de</strong>l</strong> 10 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1915).<br />

157


158<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> famoso Ingeniero Naval <strong>de</strong> la Armada y Diputado por Gijón, don Hilario<br />

Nava y Caveda. Fue experto hacendista que <strong>de</strong>sempeñó cargos en la Isla <strong>de</strong><br />

Cuba. De su carácter y personalidad dirá Somoza: Fue un mo<strong>de</strong>stísimo gijonés,<br />

en quien la noble franqueza, unida a un trato afabilísimo, dio origen a recíproca y,<br />

por nuestra parte, respetuosa amistad, a la vez que engendró en nuestro espíritu la<br />

afición por la noble ciencia <strong>de</strong> que tratamos248. Parece ser que fue la mo<strong>de</strong>stia una<br />

virtud familiar, pues <strong>de</strong> ella también gozaría fama su hermano. Ello habría <strong>de</strong><br />

ser la clave <strong>de</strong> la entrañable amistad con el aprendiz <strong>de</strong> numismático, pues<br />

para Somoza era la vanidad el mayor <strong>de</strong>fecto <strong>de</strong> los asturianos, como tendremos<br />

ocasión <strong>de</strong> analizar al tratar <strong>de</strong> su obra sobre el carácter asturiano.<br />

Fue él quien <strong>de</strong>spertó su afición a la Numismática, quien le amaestró<br />

ayudándole en la interpretación <strong>de</strong> las numerosas obras que poseía sobre<br />

Numismática Española y Extranjera y que le <strong>de</strong>jaba a su disposición. Debió<br />

ser esto en tiempos <strong>de</strong> La Quintana, según se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> hecho <strong>de</strong> que aparezca<br />

entre sus colaboradores numismáticos Braulio Vigón y que dé a su<br />

amigo Fuertes Acevedo el nombre <strong>de</strong> maestro al referirse a él en una tasación<br />

monetaria249. Es lógico que fuera a través <strong>de</strong> sus eruditos y queridos amigos cómo<br />

se aficionase a esta actividad. <strong>Asturias</strong> no conservaba en sus museos nada<br />

que pudiera tener un mediano valor. La Universidad <strong>de</strong> Oviedo había conocido<br />

mejores tiempos, cuando al parecer guardaba más <strong>de</strong> seis mil medallas;<br />

monetario que procedía <strong>de</strong> la incautación a los Jesuitas <strong>de</strong> dicha ciudad, pero<br />

fue saqueado en 1809 250. Del Museo Arqueológico Provincial dice Somoza:<br />

Sabemos por uno <strong>de</strong> sus individuos, que está sin clasificar. Cuando lo revisamos, hace<br />

ya algunos años, nada vimos en él que fijara nuestra atención. De entonces acá pue<strong>de</strong><br />

haber prosperado: mas si hemos <strong>de</strong> juzgar <strong>de</strong> su a<strong><strong>de</strong>l</strong>anto por los donativos y legados<br />

hechos, no creemos hayan soplado para él vientos prósperos251. Y en cuanto al<br />

Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, guardaba un heterogéneo grupo, un conjunto abigarrado<br />

<strong>de</strong> unas trescientas y tantas piezas, que procedían <strong>de</strong> un donativo <strong>de</strong><br />

don Enrique Nava Caveda, que contenía ejemplares en su mayor parte malos<br />

y borrosos, y que eran guardados en tan revuelta confusión que daban a<br />

248 Op. cit., pág. 20.<br />

249 Carta a don Braulio García, que se conserva en el Archivo Histórico <strong>de</strong> la FUNDACIÓN<br />

ALVARGONZÁLEZ, 50/2, y que ha sido publicada por Pedro Hurlé en el Anexo II <strong>de</strong> la<br />

obra antes citada. En cuanto a la maestría <strong>de</strong> Máximo Fuertes Acevedo hay que recordar<br />

que éste publicará en El Almanaque Asturiano <strong><strong>de</strong>l</strong> Carbayón 1890 un artículo bajo el título: La<br />

Numismática en <strong>Asturias</strong>. (Oviedo, Edición facsímil <strong>de</strong> Mases Ediciones, 1987; págs. 45 y ss.)<br />

250 Así lo afirma Fermín Canella en su Historia <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oviedo; pág. 185. Parece<br />

ser que con posterioridad al saqueo se formó una nuevo legado por don Luis <strong>de</strong> Borbón<br />

Vallabriga, el Infante Car<strong>de</strong>nal, pero Somoza lo pone en entredicho porque Canella no dice<br />

nada <strong>de</strong> ello. (SOMOZA, Julio. De la Numismática en <strong>Asturias</strong>. Monumenta Histórica<br />

Asturiensia XV. Gijón, Edición preparada por Pedro Hurlé Manso, 1984; págs. 30 y 31).<br />

251 Op. cit., pág. 31.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

enten<strong>de</strong>r —según Somoza— la absoluta ignorancia <strong>de</strong> sus guardianes en<br />

semejante rama histórica. No obstante alguien, como su amigo Fuertes<br />

Acevedo, pensaba que este conjunto fue formado por su ilustre Fundador.<br />

Sin embargo, nadie hasta 1872 vio tales monedas en el Instituto 252.<br />

4.— El contenido <strong>de</strong> la colección <strong>de</strong> Somoza<br />

La base inicial <strong><strong>de</strong>l</strong> monetario <strong>de</strong> don Julio Somoza fue un primer<br />

grupo <strong>de</strong> ochocientas monedas que pertenecieron a don Francisco Palacio.<br />

Había heredado este señor dicho lote <strong>de</strong> don Ricardo Palacio, <strong>de</strong> Oviedo,<br />

quien a su vez lo había heredado <strong>de</strong> don José Antonio Palacio, canónigo <strong>de</strong><br />

Oviedo, Oidor Honorario <strong>de</strong> la Cancillería <strong>de</strong> Valladolid, que poseía un magnífico<br />

monetario, según <strong>de</strong>clara Posada, en 1805, y que las sucesivas sucesiones<br />

había disgregado con la consiguiente pérdida <strong>de</strong> valor que ello supone<br />

siempre. A este primer núcleo básico se añadieron, hasta un total <strong>de</strong> 1.600<br />

piezas, algunas más que según expresión <strong>de</strong> Somoza agenciamos <strong>de</strong> varios particulares,<br />

entre los que no olvidaremos nunca al bondadoso historiador don Ciriaco<br />

Miguel Vigil y a nuestro coterráneo don Eugenio Nava, que nos ayudaron y alentaron<br />

en la empresa253. AV AR AE TOTAL<br />

Púnicas................................................. — — 6 6<br />

Ibéricas................................................. — 6 22 28<br />

Bilingües.............................................. — — 3 3<br />

Latinas (colonias y municipios)....... — 1 75 76<br />

Consulares (anónimas)...................... — 1 8 9<br />

Consulares (familiares)..................... — 7 4 1<br />

Imperiales............................................ — 14 102 116<br />

Tiranos y Bajo Imperio...................... 1 1 153 155<br />

División <strong><strong>de</strong>l</strong> Imperio (Or. y Occ.).... — — 4 4<br />

Hispano-árabes................................... 2 11 5 18<br />

Hispano-cristianas............................. 11 209 337 557<br />

Portuguesas........................................ — 19 93 112<br />

Juras y Proclamaciones..................... 1 11 8 20<br />

Conmemorativas................................ — 13 73 86<br />

Extranjeras........................................... 1 77 321 399<br />

16 370 1.214 1.600<br />

252 Esta frase <strong>de</strong> Somoza nos hace sospechar que tal vez fuera él quien <strong>de</strong>scubrió la existencia<br />

<strong>de</strong> las monedas. En cuanto a su proce<strong>de</strong>ncia nadie mejor que Somoza tratándose <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>: Don Gaspar reservaba las monedas que pudiera encontrar para la Aca<strong>de</strong>mia, la<br />

Universidad y sus amigos.<br />

253 Op. cit., pág. 32<br />

159


160<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

He aquí la distribución en conjunto <strong>de</strong> esta colección inicial:<br />

En este primer intento como lo calificaba su propietario, podían<br />

verse: un GALBA <strong>de</strong> plata con el reverso <strong>de</strong> Hispania; una dobla <strong>de</strong> oro, <strong>de</strong><br />

Cuenca, <strong>de</strong> Enrique III; y el notable guitón <strong><strong>de</strong>l</strong> Príncipe don Carlos (hijo <strong>de</strong><br />

Felipe II). Entre las que podían calificarse como muy notables: un menut<br />

<strong>de</strong> Oliana <strong>de</strong> Luis XIII <strong>de</strong> Francia y un medallón artístico a flor <strong>de</strong> cuño <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Marqués <strong>de</strong> San Juan <strong>de</strong> Reyes, proclamando a Carlos IV en Guanajuato<br />

<strong>de</strong> México. Por apreciable podía consignarse un quinario emeritense <strong>de</strong><br />

Augusto. Y en cuanto a rareza, <strong>de</strong>stacaba un medallón <strong>de</strong> Caracalla, realizado<br />

por Giovanni Cavino, el Paduano, uno <strong>de</strong> los más diestros artífices<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Renacimiento.<br />

Todo ello nos ha sido contado por el propio Somoza, con la pasión <strong>de</strong><br />

coleccionista que gusta mostrar con orgullo sus posesiones. No se olvidaba<br />

tampoco <strong>de</strong> las doblas hispano-árabes: un dinar <strong>de</strong> los almorávi<strong>de</strong>s y otro <strong>de</strong> los<br />

almoha<strong>de</strong>s; ni <strong>de</strong> su serie hispano-cristiana, en la que sobresalían dos blancas<br />

ricas <strong><strong>de</strong>l</strong> Infante don Alfonso (hermano <strong>de</strong> Enrique IV), coronado en Ávila,<br />

una <strong>de</strong> Burgos y otra <strong>de</strong> Toledo; ni <strong>de</strong> las piezas <strong>de</strong> 8, 4 y 2 maravedís <strong>de</strong> Felipe<br />

III; ni <strong>de</strong> las <strong>de</strong> 8 maravedís <strong>de</strong> Felipe IV, más otra <strong>de</strong> cuño madrileño y fecha<br />

<strong>de</strong> 1691, que tenía por inédita. Y, por último, entre la serie colonial aparecía un<br />

duro provisional acuñado por la Suprema Junta <strong>de</strong> Zacatetas, en 1811, durante<br />

el cautiverio <strong>de</strong> Fernando VII; y entre la serie portuguesa por raros: varios torneses<br />

<strong>de</strong> Fernando I, un medio tornés y un espadín <strong>de</strong> Alfonso V 254.<br />

A esta primera adquisición habría <strong>de</strong> seguir otra: la <strong><strong>de</strong>l</strong> Brigadier don<br />

Carlos Morán Laban<strong>de</strong>ra, natural <strong>de</strong> Gijón, que había reunido durante su<br />

estancia en Navarra, y posteriormente en sus últimos años, una mo<strong>de</strong>sta<br />

colección algo informe. Algunas piezas procedían <strong>de</strong> su tío el canónigo don<br />

José Antonio <strong>de</strong> Laban<strong>de</strong>ra y Reyero, que había sido en opinión <strong>de</strong> Somoza<br />

no coleccionista sino acaparador <strong>de</strong> monedas. La viuda <strong><strong>de</strong>l</strong> Brigadier, doña Julia<br />

Lorente, quiso conservar como recuerdo <strong>de</strong> su esposo su colección <strong>de</strong> monedas<br />

y se resistió a don Julio Somoza, que insistía en comprarlas. Por fin los<br />

here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> esta señora, Sres. Bocinos y Laverdure, atendieron con benevolencia<br />

sus indicaciones y tras breve fórmula <strong>de</strong> convenio la hicieron pasar a<br />

dominio <strong>de</strong> don Julio.<br />

Era un total <strong>de</strong> 1.008 piezas, en su mayoría bien conservadas, entre<br />

las que abundaban las series <strong>de</strong> monarcas privativos <strong>de</strong> Aragón, Mallorca,<br />

Cataluña, Valencia y Navarra. Pero también había algunos hallazgos asturianos<br />

como un Valentiniano I (Imp. 364-375) con el reverso <strong>de</strong> Victoria Augg<br />

(ustorum). Llegó a manos <strong>de</strong> Somoza esta monedita <strong>de</strong> oro envuelta en un<br />

254 Op. cit., págs. 33 y 34.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

papel amarillento y <strong>de</strong> borrosa lectura en el que se <strong>de</strong>cía que había pertenecido<br />

al canónigo Laban<strong>de</strong>ra Reyero quien a su vez la obtuvo <strong>de</strong> su amigo don<br />

Gregorio Menén<strong>de</strong>z, el cual la encontró en el lugar <strong>de</strong> Contrueces, <strong>de</strong> la<br />

parroquia <strong>de</strong> Ceares, el año 1700. Era una <strong>de</strong> las dos monedas que Rendueles<br />

Llanos cita en la nota 2 <strong>de</strong> la página 19 <strong>de</strong> su Historia <strong>de</strong> Gijón. También encontró<br />

Somoza envuelto con idéntico papel y anotaciones un <strong>de</strong>nario <strong>de</strong> Marco<br />

Aurelio con el reverso <strong>de</strong> Palas, año VIII <strong>de</strong> la potestad tribunicia.<br />

Del conjunto que había pertenecido a don Carlos Morán Laban<strong>de</strong>ra,<br />

sólo pasaron a incrementar su primer monetario <strong>de</strong> 1.600 piezas, 252 ejemplares<br />

más, pues el resto <strong>de</strong> la donación constituían piezas repetidas. Pero,<br />

sin embargo, pudo llegar a refundir un monetario <strong>de</strong> 2.000 piezas en total<br />

gracias a las dádivas <strong>de</strong> algunos generosos amigos, entre otros <strong>de</strong> don<br />

Joaquín Vigil Escalera, <strong>de</strong> Siero; don Eugenio <strong>de</strong> Nava Caveda, que le regaló<br />

700 piezas que tenía duplicadas; don Fernando González Valdés, que le ofreció<br />

muy hermosos ejemplares en las series <strong>de</strong> los últimos Borbones; y doña<br />

Beatriz <strong>de</strong> Armiño. Esta señora le regaló 100 ejemplares entre los que se<br />

veían: un medallón <strong>de</strong> la Sociedad Económica <strong>de</strong> Amigos <strong><strong>de</strong>l</strong> País <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> que<br />

había obtenido en su juventud por su pericia en el Dibujo; dos gran<strong>de</strong>s bronces<br />

<strong>de</strong> Adriano, que le había obsequiado don Álvaro Armada y Valdés,<br />

Marqués <strong>de</strong> San Esteban, propietario <strong><strong>de</strong>l</strong> monte Coriscao en Deva, don<strong>de</strong> se<br />

encontraron; y cuatro visigodas entre las que sobresalía el triente <strong>de</strong> Égica.<br />

Entre las nuevas adquisiciones se figuraban algunas raras monedas<br />

<strong>de</strong> las llamadas provisionales, acuñadas en América, durante el cautiverio <strong>de</strong><br />

Fernando VII, que no figuraban en la obra <strong>de</strong> Heiss, a saber: dos <strong>de</strong> muy<br />

oscura interpretación, correspondientes al pueblo <strong>de</strong> Morelos (México); una<br />

<strong>de</strong> dos reales <strong>de</strong> cobre, con un reverso típico; y dos caraqueñas <strong>de</strong> los años 1817<br />

y 1818, <strong>de</strong> valor <strong>de</strong> un cuarto que ostentan la cifra <strong><strong>de</strong>l</strong> monarca en el anverso<br />

y las armas <strong>de</strong> la ciudad venezolana en el reverso. Otras son <strong>de</strong>stacadas (mostradas<br />

diríamos más bien) por su orgulloso propietario a causa <strong>de</strong> su extrañeza,<br />

como la que dibujaba un escudo heráldico en una cara y en la otra una<br />

bomba <strong>de</strong> incendios y alegorías al fuego, con el número 5 en cifra arábiga,<br />

indicativa <strong><strong>de</strong>l</strong> barrio o cuartel don<strong>de</strong> ocurrió el fuego, o una supuesta medalla<br />

hebrea-latina, conmemorativa <strong>de</strong> un <strong>de</strong>scubrimiento geométrico o astronómico.<br />

Plenamente, y con la perseverancia que esta afición exige a sus a<strong>de</strong>ptos<br />

—nos cuenta Somoza—, pudimos superar la cifra <strong>de</strong> 2.500 ejemplares, llegando a<br />

la <strong>de</strong> 2.676 (segunda refundición) 255. Se <strong>de</strong>bió esto en su mayor parte a la adquisición<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> monetario <strong>de</strong> Fuertes Acevedo, que como in<strong><strong>de</strong>l</strong>eble recuerdo <strong>de</strong><br />

255 Op. cit., pág. 38.<br />

161


162<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

amistad y memoria póstuma, recibió <strong>de</strong> sus here<strong>de</strong>ros. Estaba formada por<br />

1.627 ejemplares, reunidos en el transcurso <strong>de</strong> varios años, durante la resi<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> su propietario en <strong>Asturias</strong>, Santan<strong>de</strong>r y Badajoz. De esta colección<br />

Somoza rechazó, regalándolas entre varios aficionados, 84 reproducciones en<br />

plomo, pertenecientes al Consulado y al Imperio francés, entre otras razones<br />

porque no guardaban relación con nuestra historia nacional.<br />

Corrigió Somoza algunos errores <strong>de</strong> clasificación y <strong>de</strong> cómputo <strong>de</strong> su<br />

amigo, y también aclaró algunos errores como el que se venían arrastrando<br />

por tan importantes especialistas como don H. Pérez Varela y Campomanes<br />

hasta llegar a Ciriaco Miguel Vigil. Se trataba <strong>de</strong> un error <strong>de</strong> mala lectura que<br />

hacía a Tineo protagonista <strong>de</strong> haber acuñado una moneda en honor <strong>de</strong><br />

Fernando VI, cuando la verda<strong>de</strong>ra lectura se refería no al colegio mayor <strong>de</strong><br />

Tineo sino al colegio mayor <strong>de</strong> Santo Tomás, <strong>de</strong> Sevilla.<br />

El mayor interés <strong>de</strong> esta colección estaba en las series ibérica y latina<br />

<strong>de</strong> colonias y Municipios <strong>de</strong> España, por las que sentía particular predilección<br />

Fuertes Acevedo. La serie hispano-cristiana tenía en expresión <strong>de</strong> su nuevo<br />

poseedor muy bellos especímenes. Pero lo que más le llamó la atención y resultó<br />

para él según sus palabras, motivo <strong>de</strong> júbilo fue una medallita <strong>de</strong> plata <strong>de</strong><br />

26 mm conmemorativa <strong>de</strong> la proclamación <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1812, en la<br />

villa <strong>de</strong> Gijón, hecha a expensas <strong>de</strong> un gijonés que se ocultaba en ella bajo<br />

las iniciales A. J. M. y que suponía correspondían a don Antonio Jove<br />

Menén<strong>de</strong>z.<br />

A esta moneda <strong>de</strong>dicó Pedro Hurlé un artículo titulado Una medalla<br />

gijonesa256. En él cuenta que fue Gijón una <strong>de</strong> las cuatro localida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />

península que conmemoraron tan fausto acontecimiento <strong>de</strong> la aprobación <strong>de</strong><br />

la Constitución <strong>de</strong> 1812. De ellos el articulista solamente conoció tres. Tan<br />

interesante pieza no aparecía citada por Vives. En cuanto a las circunstancias<br />

<strong>de</strong> acuñación dice: “No hemos podido averiguar en qué casa <strong>de</strong> moneda se<br />

acuñó esta rarísima medalla; el dibujo, por su tosquedad, acusa la mano <strong>de</strong><br />

algún artista local, poco práctico, en este género <strong>de</strong> trabajos”. Y por lo que se<br />

refiere a la filiación <strong><strong>de</strong>l</strong> generoso donante aña<strong>de</strong>: “Después <strong>de</strong> largas investigaciones<br />

hemos podido comprobar que se trata <strong><strong>de</strong>l</strong> comerciante gijonés don<br />

Antonio Jove Menén<strong>de</strong>z, cuya <strong>de</strong>sahogada posición le permitía ese lujo<br />

numismático”. De manera que vino el discípulo, Pedro Hurlé, a corroborar<br />

las sospechas <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro, Julio Somoza, acerca <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong><strong>de</strong>l</strong> donante.<br />

Resulta curioso el que Rendueles Llanos no la mencione en la Historia <strong>de</strong><br />

Gijón, a pesar <strong>de</strong> mencionar las fiestas que en honor <strong>de</strong> la Constitución se llevaron<br />

a cabo en la villa.<br />

256 El Comercio, 21 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1951.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

En cuanto a las características y <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la misma, tenía un<br />

diámetro <strong>de</strong> 25 mm y peso <strong>de</strong> 15 gramos. En el anverso se veía como un libro<br />

que podría representar la Constitución aprobada —en realidad recuerdan las<br />

Tablas <strong>de</strong> la Ley—. Debajo parten numerosos rayos, que alu<strong>de</strong>n al sinnúmero<br />

<strong>de</strong> luces que con tal motivo iban a ser repartidas por España. Y más abajo<br />

en tres líneas GIXON / A LA CONSTIT / ESPAÑOLA. En el reverso figuran<br />

una balanza, que tanto pue<strong>de</strong> representar al comercio como a la Justicia;<br />

<strong>de</strong>bajo, una especie <strong>de</strong> garita sobre un muelle con un proceloso mar que<br />

surca un flamante bergantín —nos sugiere el puerto <strong>de</strong> Gijón, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Santa<br />

Catalina—; la leyenda EL COMº FIEL A LA XUSTª 7 DE SETe 1812; y en el<br />

campo, A Exs DE AJM257. Hizo Somoza, por último, una tercera refundición con la ayuda <strong>de</strong><br />

nuevos amigos, los here<strong>de</strong>ros <strong><strong>de</strong>l</strong> Marqués <strong>de</strong> Vista Alegre y el Sr. Soto<br />

Posada (Soto Cortés), por la que la colección pasó <strong>de</strong> un total <strong>de</strong> 2.676 a 3.400.<br />

De esta última refundición hay que <strong>de</strong>stacar a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> un áureo <strong>de</strong> Nerón<br />

que fue encontrado en la fuente <strong>de</strong> la Almunia, <strong>de</strong> abundantes resellados, y <strong>de</strong><br />

alguna proveniente <strong>de</strong> la ceca <strong>de</strong> Medina <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo, la peculiaridad <strong>de</strong> una<br />

moneda que ostentaba la letra griega tau, insignia peculiar <strong>de</strong> los templarios,<br />

y que algunos tratadistas la explican como el TAU <strong>de</strong> Santa Tecla, patrona <strong>de</strong><br />

Tarragona, o el TAO <strong>de</strong> los comendadores <strong>de</strong> la Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> San Antonio Abad<br />

y los familiares <strong>de</strong> San Juan <strong>de</strong> Jerusalén, aludiendo al blasón <strong>de</strong> Santa Tecla.<br />

No compartía este sentir Somoza, porque también en las monedas <strong>de</strong> Urgel<br />

se registra el TAO.<br />

El total <strong>de</strong> 3.400 piezas era el que constituía la colección, pero en realidad<br />

el número <strong>de</strong> monedas que llegó a reunir fue <strong>de</strong> 7.000. Él mismo hace<br />

el resumen y proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> sus monedas y medallas:<br />

Colección íntegra <strong><strong>de</strong>l</strong> Brigadier Morán...........................................................1.008<br />

Colección íntegra <strong><strong>de</strong>l</strong> catedrático Fuertes Acevedo......................................1.627<br />

Lote numismático <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Palacio........................................................................800<br />

Fracción <strong>de</strong> duplicados <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Nava..................................................................700<br />

Donativo gracioso <strong>de</strong> la Sra. Armiño.................................................................100<br />

Adquisición here<strong>de</strong>ros Marqués <strong>de</strong> Vista Alegre..............................................50<br />

Del Sr. Soto Posada.................................................................................................20<br />

Adquisiciones varias por compra, cambio o donativo.................................2.695<br />

TOTAL.................................................................................................................7.000<br />

257 HURLÉ, Pedro. Medallas conmemorativas Gijonesas. Tomo II, págs. 122 y ss., <strong>de</strong> los artículos<br />

<strong>de</strong> Pedro Hurlé reunidos en la Biblioteca Asturiana <strong><strong>de</strong>l</strong> P. Patac.<br />

163


164<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

En cuanto a la colección, el RESUMEN sería el siguiente:<br />

SERIES AV AR AE Totales<br />

Autor <strong>de</strong><br />

clasificación<br />

I— HISPANO-HELÉNICAS 8 8 Delgado<br />

II— GRIEGAS Y FENICIAS 1 24 25 “<br />

III— IBÉRICAS 18 54 72 “<br />

IV— BILINGÜES 12 12 “<br />

V— HISPANO-LATINAS 1 186 187 “<br />

VI— CONSULARES ANÓNIMAS 1 9 10 Cohen<br />

VII— CONSULARES FAMILIARES 109 2 111 “<br />

VIII— IMPERIALES 3 156 338 497 “<br />

IX— TIRANOS Y BAJO IMPERIO 3 1 280 284 “<br />

X— BIZANTINAS (Oriente) 2 1 5 8 Sabatier<br />

XI— SUEVO-LUSITANAS 4 4 Heiss-Campaner<br />

XII— VISIGODAS 4 4 “<br />

XIII— HISPANO-ÁRABES 7 36 9 52 Co<strong>de</strong>ra-Vives<br />

XIV— HISPANO-CRISTIANAS 31 493 671 1.195 Heiss-V. Quadras<br />

XV— PORTUGUESAS 45 133 178 Teixeira<br />

XVI— PROCLAMACIONES 2 40 16 58 Herrera<br />

XVII— GRANDES MAESTRES DE MALTA 1 1 2 Blanchet<br />

XVIII— CONMEMORATIVAS ESPAÑOLAS 38 137 175 Vidal Quadras<br />

XIX— CONMEMORATIVAS EXTRANJERAS 1 33 34 Boutkowski<br />

XX— INGLESAS 50 111 161 Humphreys. Pinkert<br />

XXI— EXTRANJERAS 4 237 407 648 Blanchet<br />

60 1.237 2.428 3.725<br />

5.— Monedas halladas en <strong>Asturias</strong><br />

De todas estas monedas, las que sin duda tenían un especial interés<br />

eran las que habían sido halladas en <strong>Asturias</strong>. Así lo pone <strong>de</strong> manifiesto el<br />

hecho <strong>de</strong> que hayamos encontrado una relación <strong>de</strong> su puño y letra <strong>de</strong> las<br />

monedas <strong>de</strong> su pertenencia que habían sido encontradas en su tierra.<br />

Probablemente la relación sería anterior a la última refundición, que hemos<br />

reseñado, por lo que las referencias que en or<strong>de</strong>n aparecen en esta nota no<br />

coinci<strong>de</strong>n con las <strong><strong>de</strong>l</strong> catálogo <strong>de</strong>finitivo publicado por Pedro Hurlé. Por eso<br />

nos limitaremos a señalar el balance respecto <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los lugares don<strong>de</strong><br />

habían sido encontradas. Del monte Coriscao, en Deva, poseía un par <strong>de</strong> ellas;<br />

<strong>de</strong> Pino <strong>de</strong> Aller tenía un total <strong>de</strong> cinco monedas; <strong>de</strong> Pumarin, junto a la<br />

Capillona, una; <strong>de</strong> Aroles, otra; otra más <strong>de</strong> la Abadía <strong>de</strong> Cenero; y otra <strong>de</strong><br />

Llanera. Resultan curiosas las que se encontraron con motivo <strong>de</strong> <strong>de</strong>rribos y


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

obras, por ejemplo dos halladas con ocasión <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> la primera traída<br />

<strong>de</strong> aguas a Gijón, o la que se encontró en una casa <strong>de</strong> la calle San Antonio258. A veces los hallazgos en <strong>Asturias</strong> ponían al <strong>de</strong>scubierto piezas foráneas.<br />

Así por ejemplo, contaba don Julio con un famoso florín <strong>de</strong> Bolonia, que<br />

apareció en tierras <strong>de</strong> la Abadía <strong>de</strong> Cenero, sin duda perteneciente a algún<br />

viajero que llegó a nuestras tierras por pura casualidad259. Entre las monedas<br />

que persiguió tenemos noticia <strong>de</strong> un cruzado <strong>de</strong> oro portugués, época <strong>de</strong><br />

Manuel I, el Afortunado, en el que aparecía la leyenda EMANUEL : R : P : ET<br />

: A : D : GVINE (Manuel I, Rey <strong>de</strong> Portugal y Algarbe, Señor <strong>de</strong> Guinea), por<br />

cuya razón se conocían estas piezas por el nombre <strong>de</strong> GUINE. Somoza había<br />

fichado uno que poseía en 1871 Antonio G. Estrada, relojero que vivía en la<br />

calle Corrida, y que en 1922, según pesquisas <strong>de</strong> Somoza, <strong>de</strong>bía poseer su<br />

hermano Bernardo G. Estrada, vecino <strong>de</strong> la Guía, quien lo ocultaba. Esta<br />

moneda había sido encontrada en El Musel y don Julio sospechaba que sería<br />

<strong>de</strong> los expedicionarios <strong>de</strong> la Escuadra Invencible, a su regreso <strong>de</strong> Inglaterra,<br />

refugiada en El Musel. Por <strong>de</strong>más era moneda común, <strong>de</strong> la que Somoza<br />

llegó a juntar cuatro ejemplares, ignorándose si uno sería este que tanto anhelaba<br />

por suponerlo testimonio <strong>de</strong> aquel importante suceso260. Estos hallazgos ocasionaban gran revuelo entre los habitantes <strong>de</strong><br />

Gijón y estimulaban la codicia <strong>de</strong> las gentes. Somoza hace befa <strong>de</strong> estos contratiempos,<br />

por otra parte tan humanos, así como <strong>de</strong> la ignorancia <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>scubridores.<br />

Cuenta un sucedido al respecto que bien pue<strong>de</strong> ser calificado <strong>de</strong><br />

disparatado. Un día llegaron a Gijón a consultarle un individuo que califica<br />

<strong>de</strong> clásico burgués, acompañado <strong><strong>de</strong>l</strong> cura <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar, trayendo a su presencia<br />

unos bronces encontrados en la región piloñesa. Entre los <strong>de</strong> mediana conservación<br />

mostrábase uno con busto femenino en el anverso —dice Somoza—,<br />

mostrando en el opuesto lado una figura <strong>de</strong> matrona con amplia veste <strong>de</strong> artísticos<br />

pliegues, y actitud majestuosa, teniendo en la diestra mano una antorcha flamígera,<br />

símbolo parlante <strong><strong>de</strong>l</strong> astro luminoso. Aña<strong>de</strong> Somoza que nada <strong>de</strong> esto llamó la atención<br />

al poseedor <strong><strong>de</strong>l</strong> disco, sino solamente una palabra (resto sin duda <strong>de</strong> la leyenda<br />

circular) que en visibles y bien cincelados caracteres, como todos los <strong><strong>de</strong>l</strong> alto imperio,<br />

<strong>de</strong>cía sin el menor equívoco ¡LUCIFER...!<br />

Aquella diabólica palabra era la causante <strong>de</strong> la visita. El dueño <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

bronce y el cura <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar habían calificado el hallazgo como <strong>de</strong> la moneda <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

diablo, y así, por lo singular el caso, como por lo sorpren<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la lectura, entre<br />

escamados y maravillados <strong>de</strong>cidieron consultar sus dudas no con el abogado <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

diablo (que pudiera birlarles la moneda) sino con quien, a su juicio, le ofreciera las<br />

258 Archivo <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, G 50/2.<br />

259 HURLÉ, Pedro. Los hallazgos <strong>de</strong> monedas antiguas en Gijón y su concejo. El Comercio, 4 <strong>de</strong><br />

septiembre <strong>de</strong> 1959.<br />

260 Archivo <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, G 50/2.<br />

165


166<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

más sólidas garantías. Consultado Somoza, se sonrió y según dice le costó<br />

Dios y ayuda el darle a enten<strong>de</strong>r al dueño por medio <strong>de</strong> imágenes acomodadas a<br />

su rústico cerebro, y <strong>de</strong>spojadas <strong>de</strong> todo aparato retórico, que allí no había diablo<br />

ni diablesa, sino una Emperatriz (Faustina la joven, mujer <strong>de</strong> Marco Aurelio)<br />

o Julia Domna, que consagraba o <strong>de</strong>dicaba aquella moneda a DIANA<br />

LUCÍFERA, y aña<strong>de</strong>: como si dijéramos, a DIANA con la advocación <strong><strong>de</strong>l</strong> lucero <strong>de</strong><br />

la mañana, ¡nada! como si cantara, ni a trompa y talega le entraba el argumento.<br />

El fin <strong>de</strong> la historia fue este: Mohíno se quedó el hombre, como quien, <strong>de</strong>spojado<br />

<strong>de</strong> la venda y sin po<strong>de</strong>r explicárselo, ve y toca la impura realidad <strong>de</strong> los hechos.<br />

Por fin, apeló al último argumento (que para él constituía el <strong>de</strong> mayor fuerza) y con<br />

voz algo velada preguntó: y esto ¿qué podría valer?...¡cómo, esto! (dije aparentando<br />

asombro y volcándoles <strong>de</strong> golpe sobre la cabeza el cal<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> agua hirviendo)... ¡Nada!<br />

diez o quince céntimos; si esto abunda en <strong>Asturias</strong> más que “los artos y el felechu”,<br />

¡a buena parte va! Y aña<strong>de</strong> su protagonista:<br />

... y luego, incontinenti<br />

guardó los discos, se caló el chapeo<br />

y tomando el portante<br />

ni se acordó <strong>de</strong> dar gracias261. Muchas veces era consultado Julio Somoza interviniendo en muchos<br />

trueques y tasaciones. Cuando se trataba <strong>de</strong> valorar un conjunto pretendido<br />

por él solía utilizar los argumentos que cualquier comprador suele emplear<br />

con el objeto <strong>de</strong> obtener, por la menor cantidad <strong>de</strong> dinero posible, aquello que<br />

<strong>de</strong> veras le interesa, pero los precios que correspondían a las piezas <strong>de</strong> oro y<br />

plata eran los que en aquella época corrían. Era en este aspecto un hombre<br />

serio en cuanto comprador262. Sus conocimientos fueron amplísimos. Estuvo en relación con los<br />

principales coleccionistas nacionales e incluso algún que otro extranjero. Se<br />

conserva una lista, <strong>de</strong> puño y letra <strong>de</strong> Somoza en la que figuran los principales<br />

<strong>de</strong> ellos: Armengol, <strong>de</strong> Barcelona; Pablo Bosch, en Madrid y Barcelona;<br />

Ignacio Calvo, Madrid; M. F. <strong>de</strong> Campos; Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Cedillo; Rafael Cervera,<br />

<strong>de</strong> Madrid; M. J. H. Coronel; Cayo Escu<strong>de</strong>ro, <strong>de</strong> Navarra; Camilo G. <strong>de</strong><br />

Castro; José García <strong>de</strong> la Torre, Madrid; A. González <strong><strong>de</strong>l</strong> Valle, <strong>de</strong> la Habana;<br />

Adolfo Herrera, <strong>de</strong> Madrid; N. Mazarredo, <strong>de</strong> Madrid; José Toribio Medina,<br />

<strong>de</strong> Chile; Císcar Montoliu; Mullé <strong>de</strong> la Cerda, <strong>de</strong> Madrid; General Noguer;<br />

Pedro Alonso O’Crouley; Aurelio Prado y Rojas; Manuel Ramos <strong><strong>de</strong>l</strong> Pilar;<br />

Antonio Ramis, <strong>de</strong> Mahón; Casto María <strong><strong>de</strong>l</strong> Rivero, <strong>de</strong> Madrid; Alejandro<br />

261 SOMOZA, Julio. De la Numismática en <strong>Asturias</strong>. Monumenta Histórica Asturiensia XV.<br />

Gijón, Edición preparada por Pedro Hurlé Manso, 1984; págs. 4 y 5.<br />

262 Op. cit., pág. 76.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Rosa; Juan Manuel Sánchez; M. Vidal Quadras; Vidal <strong>de</strong> Valenciano; y<br />

Antonio Vives, <strong>de</strong> Madrid 263.<br />

263 Archivo Histórico <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, G 50/2. Figura también en<br />

esta carpeta, entre las cartas <strong>de</strong> Somoza, una en inglés, remitida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Londres el 14 <strong>de</strong><br />

noviembre <strong>de</strong> 1932, por J. W. Pearce, quien contesta a unas posible dudas <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> la<br />

lectura <strong>de</strong> unos <strong>de</strong> los artículos que había publicado en una revista especializada. No figura<br />

el <strong>de</strong>stinatario, y como los fondos provienen <strong>de</strong> Pedro Hurlé, bien pudiera ser éste el<br />

<strong>de</strong>stinatario. Nos crea la duda el hecho <strong>de</strong> que en un artículo titulado Notas sobre<br />

Numismática. Principales coleccionistas asturianos. (El Comercio, 23 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1959)<br />

señala que hacía muchos años estuvo en relación con un coleccionista inglés, quien tan sólo<br />

reunía piezas <strong><strong>de</strong>l</strong> gran Constantino I el Gran<strong>de</strong>. La carta habla <strong>de</strong> Valentiniano I, pero pudo<br />

ser un lapsus <strong>de</strong> Hurlé. Por si acaso el <strong>de</strong>stinatario fuera Somoza he aquí su traducción:<br />

Estimado Señor:<br />

Es muy cierto que mis artículos en SPINK están con<strong>de</strong>nsados hasta el punto <strong>de</strong><br />

la tortura, pero SPINK nunca los hubiera publicado en forma extensa. Estaré muy contento<br />

<strong>de</strong> explicar cualquier punto en particular que le cause dificultad.<br />

En mi primer artículo (enero 1931,...) expliqué que cuando la separación <strong><strong>de</strong>l</strong> nombre<br />

en el anverso es la normal, v. g. DN VALENTÍN - ANUS PF AUG (para Valentiniano I),<br />

nunca la cito — Cuando no esta especificado se <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>r tal y como aquí arriba.<br />

También, cuando el busto <strong><strong>de</strong>l</strong> anverso lleva dia<strong>de</strong>ma con perlas, ropaje y coraza,<br />

como casi siempre ocurre, no lo cito. Pero cuando lleva dia<strong>de</strong>ma con rosetas, ropaje<br />

y coraza, simplemente pongo r. d. Cuando lleva casco, etc., o está mirando a la izquierda,<br />

siempre lo cito.<br />

Por poner un ejemplo <strong><strong>de</strong>l</strong> ejemplar <strong>de</strong> noviembre:<br />

Cyziccus<br />

1. Procop. v r.d. SMKA, significa que solamente se encuentra con la letra A, y que<br />

su busto lleva diad. d. y cor. r. pero solamente tiene la dia<strong>de</strong>ma <strong>de</strong> rosetas.<br />

2. Restitudor (?) etc. SMKA Val. Y (A); r. d. (A B R): significa que con el busto<br />

corriente (diad(ema). dr(apeado). cor(aza) con dia<strong>de</strong>ma <strong>de</strong> rosetas, tiene SMKA,<br />

SMKB, SMKR.<br />

Valen-S (R) significa DN VALEN-S PF AUG. Este sólo lo he visto con la dia<strong>de</strong>ma<br />

<strong>de</strong> perlas usual: r. cor. r. y sólo con la ceca SMKR.<br />

Cuando el nombre <strong>de</strong> un emperador a menudo varía como en el caso <strong>de</strong><br />

Valentiniano II, siempre doy las abreviaturas, <strong>de</strong> la siguiente forma:<br />

‘Val. II ...IVN = DN VALENTINIANVS IVN PF AUG’<br />

‘Val. II ... — = DN VALENTINIANVS PF AUG’<br />

‘Val. II I—A = DN VALENTINI — ANUS PF AUG’<br />

Espero haberle aclarado este punto. Por favor, hágame saber si puedo ayudarle<br />

en cualquier otro punto.<br />

Si tuviera algunas añadidos a unir a mis listas y probablemente todo coleccionista<br />

tiene monedas con cecas que no he visto en ningún museo, le estaría muy agra<strong>de</strong>cido<br />

que me informara. Estoy especialmente interesado en la “URBS ROMA” TRPS* y serie<br />

TRPS, y también en las monedas ‘vota’ con TRPS* y TRPS. Si tiene alguna <strong>de</strong> estas monedas<br />

‘vota’ <strong>de</strong> Graciano, Valerio, Valentiniano y Teodosio <strong>de</strong> Tréveri o cualquier URBS<br />

ROMA (tipo silla) con TRPS le estaría muy agra<strong>de</strong>cido por el calco.<br />

¿Podría <strong>de</strong>cirme si Madrid o cualquier otra ciudad española tiene muchas monedas<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> período <strong>de</strong> Valentiniano y Teodosio, ya que me podía merecer la pena volver a<br />

España otra vez, en don<strong>de</strong> no he estado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace 45 años.<br />

167


168<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Lo mismo que habían hecho con él sus amigos, guiando sus primeros<br />

pasos por el gozoso pasatiempo <strong>de</strong> esta chifladura <strong><strong>de</strong>l</strong> coleccionismo,<br />

hará él con un joven, que <strong>de</strong> su mano comenzará la andadura <strong>de</strong> clasificar,<br />

reconocer, valorar y admirar esos pequeños testigos <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado que son las<br />

monedas y las medallas. En 1922 inició así su monetario Pedro Hurlé Manso.<br />

Sus primeras piezas fueron un lote <strong>de</strong> repetidas <strong>de</strong> su maestro. La amistad<br />

fue entrañable entre ambos; juntos recorrerían Gijón y sus alre<strong>de</strong>dores en<br />

busca <strong>de</strong> hallazgos <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado y juntos admirarían y anotarían la historia, la<br />

geografía, el arte, el folklore, etc.; en una palabra, todo el ser y la esencia <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>. Cuando volvían <strong>de</strong> sus paseos, Amparo, la hija <strong>de</strong> don Julio, solía<br />

<strong>de</strong>cir: “Ya llegan el abuelo y el nieto”. Tal fue su amistad. Y en 1939, el año<br />

antes <strong>de</strong> su muerte, Somoza cedió a su nieto todos sus libros, papeles (incluido<br />

el manuscrito <strong>de</strong> su obra De la Numismática en <strong>Asturias</strong>), fotografías, carpetas<br />

<strong>de</strong> estudios sobre Genealogía y Heráldica <strong>de</strong> las principales familias<br />

asturianas para que continuase la labor por él emprendida en los campos <strong>de</strong> la<br />

Numismática y <strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong> Gijón 264.<br />

6.— El final <strong>de</strong> la colección<br />

Pero <strong>de</strong> la colección <strong>de</strong> monedas ¿qué se hizo? Dejemos que sea el<br />

propio Pedro Hurlé quien nos lo cuente. “Tanto el monetario <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Somoza<br />

—dice—, como el nuestro, fueron incautados en el luctuoso período <strong>de</strong> 1936<br />

y enviados con <strong>de</strong>stino <strong>de</strong>sconocido. Años más tar<strong>de</strong>, en el <strong>de</strong> 1941 pudimos<br />

saber que ambos monetarios habían sido recuperados, junto con otros tesoros<br />

nacionales, en la catedral vieja <strong>de</strong> Lérida, y llevados a Madrid para ser<br />

<strong>de</strong>positados en el Centro <strong>de</strong> Recuperación <strong><strong>de</strong>l</strong> Patrimonio Artístico Nacional<br />

(calle <strong><strong>de</strong>l</strong> Duque <strong>de</strong> Medinacelli) a don<strong>de</strong> nos encaminamos, provistos <strong>de</strong> un<br />

po<strong>de</strong>r notarial <strong>de</strong> doña María Melendreras, hija política (sic) y here<strong>de</strong>ra universal<br />

<strong>de</strong> don Julio Somoza, para recoger ambos monetarios” 265. Sin embargo,<br />

los monetarios no estaban enteros, sino que faltaban piezas, principalmente<br />

todas las <strong>de</strong> oro y plata. Lo que quedaba fue vendido a un particular<br />

<strong>de</strong> Madrid por su here<strong>de</strong>ra266. 264 SOMOZA, Julio. De la Numismática en <strong>Asturias</strong>, Monumenta Histórica Asturiensia XV.<br />

Gijón, Edición preparada por Pedro Hurlé Manso, 1984; pág. XIV.<br />

265 Op. cit., pág. XIII.<br />

266 HURLÉ, Pedro. Notas sobre Numismática. Principales Coleccionistas Asturianos. El Comercio,<br />

23 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1959.


170<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Pedro Hurlé cedió su colección al Museo Arqueológico Provincial <strong>de</strong> Oviedo,<br />

<strong>de</strong> modo que una parte <strong>de</strong> las monedas que habían sido un tiempo <strong>de</strong> Julio<br />

Somoza (las repetidas), se conservan en <strong>Asturias</strong>. Algunas <strong>de</strong> las que formaron<br />

su monetario mismo, como por ejemplo la acuñada con motivo <strong>de</strong> la proclamación<br />

<strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1812, las tiene hoy don Vicente Sánchez <strong>de</strong><br />

Arza, el mayor representante —a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Pedro Hurlé— <strong>de</strong> los numismáticos<br />

asturianos.<br />

Amargo <strong>de</strong>stino el <strong>de</strong> Somoza: ver al final <strong>de</strong> los días cómo <strong>de</strong>saparecía<br />

<strong>de</strong> sus manos aquel tesoro que testimoniaba tanta historia y al que había<br />

entregado tanta vida.


CAPÍTULO 8<br />

El carácter<br />

1.— La burla <strong>de</strong> sí mismo<br />

Decía Fermín Canella acerca <strong>de</strong> su consocio <strong>de</strong> La Quintana: “Claro<br />

que repasando sus obras se admira su trabajo y se admira también a quien<br />

las compuso, encontrando que lo otro, su carácter, su temperamento impetuoso,<br />

dado al genio y a la crítica sañuda y punzante, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>jarse <strong>de</strong> lado y<br />

analizarlo cuando convenga y cuando se estudie al hombre y no a la obra. A<br />

nosotros sólo <strong>de</strong>be interesarnos su fecunda labor que es lo que nos ha <strong>de</strong>jado,<br />

y ésta merece la pena <strong>de</strong> ser conocida” 267.<br />

Pretendiendo estudiar no sólo la vida y la obra <strong>de</strong> Somoza sino también<br />

al hombre que fue, conviene aquí y ahora que hablemos <strong>de</strong> lo otro, <strong>de</strong> su<br />

carácter. Y lo hacemos <strong>de</strong>dicándole un capítulo entero porque pocos personajes<br />

han tenido una personalidad tan marcada, un carácter tan impetuoso<br />

como Somoza, hasta tal punto que resulta familiar su mal genio hasta para<br />

quienes no le conocieron.<br />

Al hablar <strong>de</strong> su infancia resaltábamos su sor<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> nacimiento, que<br />

sin duda <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> ser un factor <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong> una conducta aislada, posible<br />

germen <strong>de</strong> ese carácter agrio. También sabemos que tuvo cierto complejo<br />

<strong>de</strong> bajo a causa <strong>de</strong> su 1,60 m <strong>de</strong> estatura, a lo que atribuía su fracaso en el<br />

ingreso en la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Artillería. Se cuenta un fracaso amoroso, son esos<br />

rumores no documentados que uno oye, otro interpreta y al final uno sin<br />

saber dón<strong>de</strong> lo oyó lo cuenta, que se enamoró <strong>de</strong> una chica y terminó casándose<br />

con el amigo. Tuvo a<strong>de</strong>más una vida larga, en una época don<strong>de</strong> la gente<br />

envejecía antes que ahora, y eso ha podido pesar y mucho en el recuerdo que<br />

nos han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> él quienes le conocieron en la vejez, cuando el humor<br />

<strong>de</strong>clina, agobiado por los sinsabores <strong>de</strong> la vida. Asiste al adiós <strong>de</strong> todos los<br />

suyos: sus padres, su único hermano, su esposa, y hasta su única hija, y ve<br />

267 Carta <strong>de</strong> Fermín Canella a Acisclo Fernán<strong>de</strong>z Vallín, <strong>de</strong> fecha 7 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1892, citada<br />

por Alejandro Alvargonzález en su artículo <strong>de</strong> El Comercio, <strong>de</strong> 25 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1954, titulado:<br />

Julio Somoza, historiador y jovellanista.


172<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

que su parentela se extinguirá con él. Y verá también, cómo todo lo suyo, su<br />

obra, será vista con indiferencia por sus paisanos, aquellos precisamente que<br />

más <strong>de</strong>bieron amarla. Y al final verá, ya lo veremos, <strong>de</strong>saparecer el fruto <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

estudio <strong>de</strong> toda su vida. No fue fácil la vida <strong>de</strong> Somoza, sino que está llena<br />

<strong>de</strong> sinsabores y hay que relacionar estos sinsabores con ese mal genio268. Es probable que sufriera más <strong>de</strong> algún <strong>de</strong>sengaño que le llevase a la<br />

<strong>de</strong>sconfianza, algo así como lo que vimos le ocurrió con sus supuestos amigos,<br />

que le abandonaron en la empresa <strong>de</strong> publicar los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

Y ello porque han llegado a nosotros manuscritos estos versos que él apostilla<br />

como recuerdos <strong>de</strong> su infancia:<br />

El consejo <strong><strong>de</strong>l</strong> abuelo<br />

Mira, Pedro, nunca creas<br />

al que te prometa mucho,<br />

que si en mentir está ducho<br />

consigue lo que sea.<br />

Más tú luego que le veas,<br />

averigua su intención,<br />

no causes tu perdición<br />

por obrar con gran presteza,<br />

que el que obra con ligereza<br />

pagará su indiscreción.<br />

Recuerdo <strong>de</strong> la infancia <strong>de</strong><br />

JULIO SOMOZA269 A pesar <strong>de</strong> todo hay una constante <strong>de</strong> humor en su vida. En su correspon<strong>de</strong>ncia<br />

siempre hay una frase <strong>de</strong> sorna, <strong>de</strong> guasa, que a veces es burla <strong>de</strong><br />

sí mismo. Es ese tipo <strong>de</strong> burla que Unamuno calificaba <strong>de</strong> auténticamente<br />

española, la burla que <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> El Quijote, la burla que nos hace reír y nos<br />

hace pensar al mismo tiempo. No fue un amargado <strong>de</strong> sí mismo. Fue, pues,<br />

sensible al humor. Tal vez su actitud se <strong>de</strong>fina <strong><strong>de</strong>l</strong> modo cómo <strong>de</strong>scribió su<br />

conducta en aquel artículo, alegre y lozano, graciosísimo, que publicó en agosto<br />

<strong>de</strong> 1880 bajo el título Una gira en El Musel y que luego reprodujo en<br />

Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana. En aquella excursión a El Musel, se juntaron alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> una Cal<strong>de</strong>reta entre unos y otros veinticuatro amigos. Entre ellos<br />

Ramos Carrión y Vital Aza, quienes a los brindis improvisaron algunos versos<br />

en honor <strong><strong>de</strong>l</strong> anfitrión, que lo era Rafael Tuñón. Después brindaron otros y<br />

Restituto Buylla invitó a Somoza a brindar. La escena la <strong>de</strong>scribe don Julio así:<br />

268 Así lo hace, por ejemplo, Emilio Marcos Vallaure en Tres personajes en busca <strong>de</strong> editor.<br />

Oviedo, ASTURA, Nuevos cartafueyos d’Asturies, 4/85, 1985.<br />

269 FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ. Expediente H-50/1. Son consejos dirigidos a Pedro<br />

Hurlé, a quien <strong>de</strong>nominaba con el cariñoso nombre <strong>de</strong> nieto.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Brindan luego en frase cortés Valle y Noriega;<br />

y Restituto Buylla<br />

dice con burlesco enojo<br />

en que la risa retoza,<br />

“que brin<strong>de</strong> el señor S...<br />

por lo que más le <strong>de</strong> antojo”.<br />

Pero el aludido que conoce bien el adagio <strong>de</strong> que “no hay peor sordo<br />

que el que no quiere oír”, continúa en la divertida tarea <strong>de</strong> enfundar cierto<br />

objeto casi indispensable en el género <strong>de</strong> pintura llamado bo<strong>de</strong>gones.<br />

El artículo termina con estas palabras:<br />

No pediré que la fiesta se repita, porque sería sobrada <strong>de</strong>svergüenza<br />

por mi parte, y aún la sátira popular me <strong>de</strong>signaría con un nombre harto<br />

significativo. Pero sí pediré indulgencia a todos y a cada uno, por mi culpa,<br />

¡Señor! por mi grandísima culpa!<br />

Son a nuestro enten<strong>de</strong>r estas líneas un ejemplo claro <strong>de</strong> la personalidad<br />

<strong>de</strong> Somoza. Hombre que gusta <strong><strong>de</strong>l</strong> trato social, que aprecia y gusta <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

humor y <strong>de</strong> la amistad, pero con todo, en un momento <strong>de</strong>terminado, es capaz<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sairar a sus amigos. Reconoce luego su culpa y la publica, pi<strong>de</strong> perdón,<br />

pero el tono se vuelve entre burlas y veras.<br />

Es lo mismo que ocurre con Menén<strong>de</strong>z Pelayo cuando le escribe <strong>de</strong>spués<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>saire cometido contra él en el “Preliminar” <strong>de</strong> Nuevos Datos.<br />

Primero le pi<strong>de</strong> perdón:<br />

Creo que alguna frase <strong>de</strong> mis anteriores escritos alusiva a su personalidad<br />

<strong>de</strong> Vd. le enojó más <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>bido. Dela Vd. por borrada, que yo no<br />

quiero enojar a ninguno, ni malquistarme con nadie, y es preferible vivir en<br />

paz con todos, antes que en discordia.<br />

Luego el tono se vuelve burlón:<br />

Añadirá Vd., que esta <strong>de</strong>claración sería pertinente años atrás; pero<br />

que ahora, es tardía e inoportuna, y casi,... interesada (está tronando).<br />

Bueno: pero también es sincera. Dígalo Fray Miguélez, que también aña<strong>de</strong>,<br />

que algo bueno habrá en su librería <strong>de</strong> Vd. para mi bibliografía jovellanista<br />

(va en la 2ª limadura)... ¡ah, carafe, tú que has dicho!... pues me convierto<br />

en pordiosero literario, y allá me voy, a ver como las gasta don Marcelino...<br />

Ello ye... que lo que a mí se me haya escapado, ha <strong>de</strong> estar bien recóndito: con<br />

que así disimulando mi llaneza, dígame a media frase lo que tiene, que como<br />

yo lo posea o lo conozca, enseguida <strong>de</strong>scifraré el resto270. 270 Epistolario. Tomo XI; carta 324; fecha, 29 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1891; pág. 237.<br />

173


174<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

2.— La sinceridad ante todo<br />

La sinceridad ante todo. Una sinceridad que por serlo se aparta <strong>de</strong> la<br />

vanidad: Habrá muchos jovellanistas en España —le ha dicho antes en la misma<br />

carta a don Marcelino—: más apasionados que yo, ninguno, y que me ganen a propagar<br />

su gloria, tampoco. En buena hora lo diga, y sin pizca <strong>de</strong> vanidad también.<br />

Para Somoza la franqueza era un atributo <strong>de</strong> los asturianos y hacía alar<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

ella. Recor<strong>de</strong>mos que la primera vez que se dirige a Menén<strong>de</strong>z Pelayo le dice<br />

que perdone la ruda franqueza <strong>de</strong> un asturiano.<br />

Patricio Adúriz ha visto en la sinceridad la causa por la que se ganaba<br />

la ojeriza <strong>de</strong> las gentes. Dice así: “Aprovecha ocasiones que se le presentan<br />

para <strong>de</strong>cir verda<strong>de</strong>s como puños y caiga y quien caiga. Estos casi <strong>de</strong>splantes<br />

contribuyeron a granjearse la ojeriza <strong>de</strong> los afectados —que todos<br />

conocemos sin necesidad <strong>de</strong> citar nombres— que le reputaban <strong>de</strong> airado,<br />

irascible y poco contemporizador, vidrioso en extremo y hasta impru<strong>de</strong>nte<br />

por no reprimir su sinceridad que levantaba ronchas” 271.<br />

Fue esta sinceridad, a nuestro enten<strong>de</strong>r, la fuente <strong>de</strong> tantas enemista<strong>de</strong>s<br />

y berrinches. Cuando en 1876 publica en El Productor Asturiano su artículo:<br />

Un conflicto probable, advierte en él que sólo preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir a sus vecinos,<br />

valiéndose <strong>de</strong> una frase vulgar, las verda<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> barquero. Y continúa diciendo<br />

que el autor por amargas o agridulces que las encuentre el lector, protesta <strong>de</strong> antemano<br />

<strong>de</strong> cualquier interpretación torcida o maliciosa que quiera dárselas, amén <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

dictado <strong>de</strong> antipatrióticas con que calificárselas pudiera, si tal concepto merecieran a<br />

ciertos <strong>de</strong>scontentadizos para quienes la sinceridad no existe. No le valió esta protesta<br />

ya que como vimos el artículo le costó cuatro <strong>de</strong>nuncias por parte <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Ayuntamiento, <strong>de</strong> las que salió absuelto. Y a <strong>de</strong>cir verdad, era el celo por la<br />

mejora <strong>de</strong> su villa natal lo que le movía a <strong>de</strong>nunciar el mal estado <strong>de</strong> sus<br />

calles, <strong>de</strong> la sanidad, y <strong>de</strong> todas la otras cosas.<br />

Presumía <strong>de</strong> gijonés y al mismo tiempo arremetía contra los gijoneses,<br />

llevado por el afán regenerador <strong>de</strong> su tierra. También a <strong>Jovellanos</strong> se le escapa<br />

en alguna ocasión la frase o el comentario hacia los asturianos, pero en<br />

Somoza se convierte en obsesión. Que pretendía un afán regenerador se <strong>de</strong>duce<br />

<strong>de</strong> esta frase dón<strong>de</strong> sale al paso <strong>de</strong> las pugnas entre Gijón y la capital:<br />

Ser gijonés y <strong>de</strong>cir estas cosas, parecerá a muchos poco patriótico,<br />

porque las propias faltas, bastante castigo tienen con que las señalen los<br />

extraños, sin que los <strong>de</strong> casa nos metamos a censurarlas. Pero el gijonesismo<br />

todavía impera con tal pertinacia, que si no le cortan los vuelos, capaz<br />

es <strong>de</strong> aspirar a un Renacimiento; y para prevenirlo nos permitimos recordar<br />

a sus mantenedores, que la nueva generación que les <strong>de</strong>sbanca ni piensa vol-<br />

271 Centenario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. IX.— Somoza o la insigne erudición. El Comercio, 7 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1974.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

ver a las andadas ni reñir batallas campales con Oviedo y Luanco sobre cuestiones<br />

<strong>de</strong> ningún género, ni <strong>de</strong> capitalidad ni <strong>de</strong> prioridad marítima.<br />

Esta crítica hacia sus paisanos, que fue una constante en su vida, va<br />

a ponerle en una situación difícil e interferir en la relación con ellos, especialmente<br />

con las clases populares y campesinas. Y las relaciones <strong>de</strong>bían ser<br />

muy difíciles con ellos cuando al recibir <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo los Diarios,<br />

<strong>de</strong>jándose llevar por el sentimiento, en uno <strong>de</strong> sus típicos arranques escribe<br />

estas durísimas palabras acerca <strong>de</strong> sus paisanos:<br />

Este es un pueblo <strong>de</strong> comerciantes encanallados, incapaces <strong>de</strong> ninguna<br />

i<strong>de</strong>a elevada. <strong>Jovellanos</strong> no pertenece a Gijón, <strong>Jovellanos</strong> es español y<br />

nada más, ¿qué tienen <strong>de</strong> común sus i<strong>de</strong>as, sus sentimientos, su educación,<br />

la nobleza <strong>de</strong> su espíritu, la ingenuidad <strong>de</strong> su carácter, la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> sus<br />

aspiraciones generosas, con las <strong>de</strong> esta gente falsa, pérfida, doble, ruin y<br />

villana <strong>de</strong> condición, mezquina <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, impon<strong>de</strong>rablemente vanidosa, y<br />

refractaria a toda i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>za? Nada ¡ni sombra! 272.<br />

Por <strong>de</strong>más está claro que Somoza pronuncia estas palabras en un<br />

arranque <strong>de</strong> jovellanismo. Ha i<strong>de</strong>alizado tanto a su personaje que no sólo en<br />

Gijón, sino en cualquier parte <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, cualquier hombre o mujer le parecería<br />

mezquino y ruin comparado con <strong>Jovellanos</strong>, que ya no es en su i<strong>de</strong>alización<br />

<strong>de</strong> ningún mundo.<br />

3.— El carácter asturiano<br />

Entre tanto curioso <strong>de</strong> cuanto interesa a <strong>Asturias</strong> ha ido reuniendo<br />

datos y apuntes para un libro cuyo título <strong>de</strong>bía ser: Carácter Asturiano: bosquejo<br />

<strong>de</strong> la fisiología y psicología <strong>de</strong> un pueblo. La i<strong>de</strong>a era ambiciosa y, a<strong>de</strong>más,<br />

totalmente nueva. El manuscrito, como ha dicho Pérez <strong>de</strong> Castro, se compone<br />

<strong>de</strong> “apuntes inconexos, cédulas sueltas, fragmentos <strong>de</strong> textos, observaciones<br />

generales e incoherentes y confrontaciones eruditas sobre temas históricos<br />

y literarios relacionados con <strong>Asturias</strong> y los asturianos” 273.<br />

La obra por otra parte está inacabada. La edición llevada a cabo en<br />

1979 por Pérez <strong>de</strong> Castro recoge los textos que tienen ilación. Pero el manuscrito<br />

contiene múltiples datos y notas recogidas en papeles reutilizados,<br />

escritos en márgenes, e incluso algún que otro apunte tomado en algún cartón<br />

o pasta <strong>de</strong> cua<strong>de</strong>rno. Con todo esto este material tan variado es práctica-<br />

272 Epistolario. Tomo XI; carta 449; fecha, 31 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1891; pág. 367.<br />

273 Prólogo a El Carácter Asturiano. Monumenta Histórica Asturiensia. Gijón, 1979; pág. XIII.<br />

175


176<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

mente imposible tener i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> cuál habría <strong>de</strong> ser el resultado final <strong>de</strong> este<br />

bosquejo, ni tan siquiera si Somoza tuvo alguna vez intención seria <strong>de</strong> publicarlo.<br />

Es muy seguro que fue el afán investigador y la curiosidad histórica<br />

la que llevó a indagar cuanto se ha dicho sobre los asturianos. Se <strong>de</strong>duce así<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> plan <strong>de</strong> la obra, pues en él se prevén tanto los vicios como las virtu<strong>de</strong>s:<br />

A) Aspecto etnológico:<br />

a) Topografía<br />

b) Clima.<br />

c) Raza.<br />

d) Temperamento.<br />

B) Aspecto histórico literario:<br />

a) en la raza<br />

b) en el individuo<br />

c) en libros y escritos<br />

C) Aspecto social:<br />

a) en el campo<br />

b) en la ciudad<br />

D) Virtu<strong>de</strong>s y méritos:<br />

a) amor al trabajo<br />

b) amor a la familia<br />

c) amor al terruño<br />

d) aversión a la vagancia<br />

e) sentido práctico <strong>de</strong> la realidad<br />

E) Vicios y <strong>de</strong>fectos:<br />

a) el ultraindividualismo<br />

b) el egoísmo<br />

c) la <strong>de</strong>sconfianza<br />

d) la avaricia y mezquindad<br />

e) la mala fe<br />

f) la vanidad274. 274 Manuscrito existente en la Biblioteca Asturiana <strong><strong>de</strong>l</strong> P. Patac. Carpeta I. Portada.


178<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Lo que sí sabemos es que estaba dispuesto a <strong>de</strong>cir lo que resultase <strong>de</strong><br />

sus investigaciones, tanto lo bueno como lo malo. Pues, para la portada<br />

Somoza elige estas tres frases, no sabemos si para elegir una o dos o <strong>de</strong>jar las<br />

tres, que informan <strong>de</strong> esta intencionalidad <strong><strong>de</strong>l</strong> autor:<br />

Este gallo que no canta,<br />

¡algo tiene en la garganta!<br />

(Pasquín habanero)<br />

Este gallo cantará,<br />

y a alguno le pesará.<br />

(réplica al anterior pasquín)<br />

No he <strong>de</strong> callar, por más que con el <strong>de</strong>do,<br />

ya tocando la boca o ya la frente<br />

silencio avises o amenaces miedo.<br />

¿No ha <strong>de</strong> haber un espíritu valiente?<br />

¿Siempre se ha <strong>de</strong> sentir lo que se dice?<br />

¿Nunca se ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir lo que se siente?<br />

(Quevedo)<br />

Esto prueba que Somoza era consciente <strong>de</strong> que la obra no habría <strong>de</strong><br />

ser vista con buenos ojos por sus paisanos. Según Pérez <strong>de</strong> Castro lo conservado<br />

o reunido en los manuscritos sólo representa una décima parte <strong>de</strong> lo<br />

que habría <strong>de</strong> ser la obra acabada. En ella abundan los aspectos negativos<br />

hacia sus paisanos. Ahora bien, hay que señalar que algunas actitu<strong>de</strong>s están<br />

motivadas por el amor a la cultura. Cuando Somoza señala que “en casa<br />

están los que consintieron el saqueo <strong>de</strong> los códices y pergaminos <strong>de</strong> la Catedral <strong>de</strong><br />

Oviedo para hacer con ellos vistosos roqueros con que sujetar el lino en la cebolla <strong>de</strong><br />

la rueca” es evi<strong>de</strong>nte que está inspirado por el dolor <strong>de</strong> ver perdido un patrimonio<br />

cultural. Razón lleva en su enfado, aunque bien es verdad que ello no<br />

es prueba <strong>de</strong> una peculiaridad <strong><strong>de</strong>l</strong> carácter asturiano; barbarida<strong>de</strong>s ha hecho<br />

siempre la gente en todas partes y en todas épocas. ¡Si hubiera sabido cuando<br />

anotaba esto que habría <strong>de</strong> ver incendiada la Universidad primero y <strong>de</strong>struida<br />

la Catedral <strong>de</strong>spués!<br />

Somoza parece complacerse en recordar a sus paisanos aquellos pasajes<br />

<strong>de</strong> la literatura en que peor han salido retratados. Pero es muy probable que<br />

lo hiciera con espíritu regenerador. Su genio recuerda el afán <strong>de</strong> finales <strong>de</strong><br />

siglo, que produjo temperamentos como los <strong>de</strong> Unamuno, almas dispuestas a<br />

<strong>de</strong>spertar la conciencia nacional a cualquier precio, con tal que se les tirara un<br />

poco <strong>de</strong> la lengua; cuyo lema parecía ser: contra y esto y aquello. En Oviedo, sin<br />

ir más lejos, el propio Clarín muestra la ciudad como en un espejo, y en ella no<br />

abundan las virtu<strong>de</strong>s, sino los <strong>de</strong>fectos y miserias <strong>de</strong> aquellos espíritus pequeños<br />

y vetustenses. Algo <strong>de</strong> esto parece que hay en el hipercriticismo <strong>de</strong> Somoza.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Hay, sin embargo, un punto en don<strong>de</strong> don Julio carga las tintas. Aquí<br />

no hay cita o lugar al que acudir, es pura y simplemente la opinión <strong>de</strong> don<br />

Julio. Al hablar <strong><strong>de</strong>l</strong> ingenio campesino dice que entrevera sus ramos con ortigas,<br />

cardos y flor <strong>de</strong> espino. Convivió durante largos años con los hombres <strong>de</strong> la<br />

al<strong>de</strong>a. Pero sus relaciones fueron especiales. Somoza tenía una importante<br />

herencia <strong>de</strong> sus padres, así como un legado <strong>de</strong> su abuela, la pupila <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, y <strong>de</strong> sus tías. Algunos <strong>de</strong> estos bienes sin duda habían sido adquiridos<br />

por el propio <strong>Jovellanos</strong>, que se encargó <strong>de</strong> invertir el dinero <strong>de</strong> su<br />

pupila en fincas. En total poseía dos caserías en Somió. En Tremañes, tres prados<br />

en el barrio <strong>de</strong> Pumarín. En la parroquia <strong>de</strong> Serín en el barrio <strong>de</strong> la<br />

Cruxiada, tres caserías. Y en Carreño, en el barrio <strong>de</strong> Bandín, otras dos. Cada<br />

casería se componía <strong>de</strong> otras tantas fincas275. Todas ellas estaban arrendadas.<br />

Su condición <strong>de</strong> terrateniente hace que su juicio no fuera imparcial.<br />

Lo curioso es que él achaca su acritud a este contacto con el campesinado<br />

y con las clases populares. Así se lo dice a Menén<strong>de</strong>z Pelayo en 1911,<br />

cuando le envía los dos tomos <strong>de</strong> la correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y Lord<br />

Holland. El ilustre santan<strong>de</strong>rino le había hecho el siguiente reproche: “... las<br />

notas son <strong>de</strong> gran utilidad, pero Vd. me permitirá que no apruebe el tono<br />

agrio y pesimista con que en ellas se habla casi siempre <strong>de</strong> las cosas españolas,<br />

y <strong>de</strong> los duros calificativos y dicterios con que se flagela no sólo a ciertos<br />

individuos sino a pueblos y provincias enteras. Para ser leído <strong>de</strong> todos e<br />

influir provechosamente en la cultura, nunca está <strong>de</strong> más cierta templanza <strong>de</strong><br />

forma, que se aviene muy bien con la expresión sincera y leal <strong>de</strong> lo que se<br />

piensa. Perdone Vd. esta advertencia, si acaso la cree inoportuna” 276.<br />

Don Marcelino conoce ya bien a Somoza. Toca los aspectos <strong>de</strong> su personalidad.<br />

Por una parte, nota su acritud hacia provincias y cosas españolas;<br />

275 Según la escritura <strong>de</strong> participación y adjudicación <strong>de</strong> la herencia <strong>de</strong> su madre, <strong>de</strong> fecha<br />

23 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1887, ante el Notario don Antonio García y Mon, la relación <strong>de</strong> fincas era<br />

la siguiente. En Somió dos caserías: una se componía <strong>de</strong> casa <strong>de</strong> labranza, hórreo, pomarada,<br />

prado robles, y fincas que se llamaban: La Llosica, Rotella, Coaña, el Serín, el Reitán, El<br />

Granjín (prado), El Rincón (trozo <strong>de</strong> monte), la Peñuca, El Lava<strong>de</strong>ro, Carbayera, y El Jardín. La<br />

otra estaba en el barrio <strong>de</strong> El Fueyo, con casa <strong>de</strong> labor, panera, capilla <strong>de</strong>stinada a granero,<br />

y fincas: La Llosa <strong>de</strong> Abajo, La Llosa <strong>de</strong> Arriba, La Faza <strong><strong>de</strong>l</strong> Pumarín, la Espinera, el Morrón, Cima<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Monte. En la parroquia <strong>de</strong> Tremañes poseía tres prados en el barrio <strong>de</strong> Pumarín: Rasa<br />

primera, Rasa segunda, Fondón. En Cenero, un prado cerrado llamado <strong>de</strong> Las Paseras o <strong>de</strong> la<br />

Guerra. En la parroquia <strong>de</strong> Serín en el barrio <strong>de</strong> la Cruxiada: una casería, compuesta <strong>de</strong> casa<br />

<strong>de</strong> labranza, hórreo y tres fincas, La Llosa, el Lloso <strong>de</strong> la Tejera y La Vega <strong>de</strong> los Llorales; otra<br />

casería con casa y hórreo y una tierra a labor: La Llosa, la Llosina y La Huelga; y otra más:<br />

casa <strong>de</strong> labranza, La Llosa, La Huelgona, el Centenal. Concejo <strong>de</strong> Carreño, en el barrio <strong>de</strong><br />

Bandín: casería con casa y hórreo y las fincas: La Llosa, El Suquero <strong>de</strong> Bandín, la Junquera y el<br />

prado <strong>de</strong> Bandín, la Corrá, la Granda, el Campo <strong><strong>de</strong>l</strong> Sangredal; una segunda casería con hórreo,<br />

La Llosona y el Carbayedín, La Junquera <strong><strong>de</strong>l</strong> Bandín, El Sangredal, El Reconco.<br />

276 Epistolario. Tomo XXI; pág. 456. Carta 745; fecha 28 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1911.<br />

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180<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

pero se da cuenta que aunque su amigo pueda estar equivocado es sincero, y<br />

le anima a seguir con esta actitud <strong>de</strong> sinceridad, pero le invita a hacerlo <strong>de</strong><br />

otra forma, si quiere “influir provechosamente en la cultura”. Parece pues<br />

que también se ha dado cuenta <strong><strong>de</strong>l</strong> afán regeneracionista que persigue.<br />

Somoza acepta la advertencia y reconoce su <strong>de</strong>fecto otra vez más, pero tiene<br />

ya sesenta años y he aquí lo que respon<strong>de</strong>:<br />

En lo que atañe a la acritud <strong><strong>de</strong>l</strong> tono empleado en el Prólogo, sí<br />

es cierto: pero agregaré en <strong>de</strong>scargo mío, que me la inspira siempre nuestra<br />

eterna imprevisión <strong>de</strong> conducta, nuestra fanfarronería nacional, y<br />

nuestra plétora imaginativa, nunca contrapesadas por la reflexión y la<br />

experiencia <strong>de</strong> tantos <strong>de</strong>scalabros como nos han sobrevenido. Bien sé que<br />

tal es nuestra idiosincrasia, y que los caracteres <strong>de</strong> la raza no se modifican<br />

jamás, y que mueren con la raza misma. Pero... ¿acaso la cultura y la educación<br />

<strong>de</strong> un pueblo, no consisten precisamente en contrapesar estos<br />

mismo <strong>de</strong>fectos con otros mayores merecimientos? Si así no lo hacemos,<br />

incurriremos por nuestra indocilidad, en eterna censura.— Pero Vd. quiere<br />

(y es muy justo) que yo revista mi estilo <strong>de</strong> mayor templanza, para<br />

mayor eficacia <strong><strong>de</strong>l</strong> correctivo: ¡Ay amigo mío! no siempre está la<br />

Magdalena para tafetanes: ni el ejemplo vivo <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado, ni <strong>de</strong> cuánto me<br />

ro<strong>de</strong>a, pue<strong>de</strong> llevarme al terreno <strong><strong>de</strong>l</strong> optimismo.<br />

El medio ambiente, y el temperamento, al cual difícilmente po<strong>de</strong>mos<br />

substraernos, me arrastra, a pesar mío, a tan severo estilo. Yo he convivido<br />

durante largos años con las clases populares y campesinas, tocando, con<br />

mis manos, toda la repulsiva impureza <strong>de</strong> la realidad; y creo haber experimentado<br />

sobradamente (y con harto <strong>de</strong>sengaño) que nada valen con ellas, ni<br />

la dulzura, ni la templaza, ni la mo<strong>de</strong>ración, ni la bondad, antes por el contrario,<br />

en el sentido opuesto lo interpretan.<br />

Ya sé que Vd. me argüirá con las personas doctas, y con el estilo<br />

grave, sesudo y majestuoso <strong>de</strong> la Historia. Me es igual. Tan pasionales son<br />

unas clases, como otras: y creo firmemente, que no es la dulzura la que os<br />

hace reaccionar, sino la vibrante nota <strong>de</strong> la represión, y <strong><strong>de</strong>l</strong> sarcasmo, <strong>de</strong> la<br />

amenaza, y el ridículo. Hablen por mí (y Vd. lo sabe mejor que ninguno) los<br />

elocuentes númenes <strong>de</strong> la patria literatura, llámense Cervantes, o Quevedo,<br />

Arcipr. <strong>de</strong> Hita, Larra, o Isla277. 277 Í<strong>de</strong>m, pág. 466. Carta 745; fecha 16 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1911. La ha citado Martínez Cachero<br />

en Notas sobre bibliografía literaria asturiana. Oviedo, Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> I.D.E.A. nº 32, 1957.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

4.— Hombre familiar y cariñoso<br />

En efecto, el sarcasmo y el ridículo parece que fueron, especialmente<br />

en los primeros años <strong>de</strong> su vida la forma que adoptó para <strong>de</strong>nunciar los errores<br />

<strong>de</strong> sus semejantes. Hay en esta carta un profundo pesimismo. ¿De dón<strong>de</strong><br />

nacía? No creemos que sólo porque se llevara mal con sus arrendatarios y llevadores,<br />

por unas cuentas <strong>de</strong> aquí o <strong>de</strong> allá, le condujeran a esta especie <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sesperación respecto a la bondad <strong>de</strong> los hombres. Su amigo Fermín<br />

Canella, que le conocía bien <strong>de</strong>cía <strong>de</strong> él a Fernán<strong>de</strong>z Vallín, uno <strong>de</strong> tantos con<br />

quién se enemistó: “Puedo asegurarle que no estoy en los <strong>de</strong>talles o motivos<br />

<strong>de</strong> su justo resentimiento con ese pobre diablo, víctima <strong>de</strong> su mal carácter y<br />

<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>sgracias que apartan <strong>de</strong> todos aún valiendo mucho; como usted se<br />

quejan otros, y yo también puedo quejarme, pues he sufrido en repetidas ocasiones<br />

sus <strong>de</strong>svíos y sus ingratitu<strong>de</strong>s, y su intemperancias y sus veleida<strong>de</strong>s,<br />

que apenas ha <strong>de</strong> creer usted cuando se las cuente” 278.<br />

¿Por qué Fermín Canella a pesar <strong>de</strong> todo interce<strong>de</strong> por su amigo?<br />

¿Por qué trata a Somoza con esa compasión? ¿Por qué Somoza era un pobre<br />

diablo? ¿Qué <strong>de</strong>sgracias eran aquellas que le convertían en víctima <strong>de</strong> su mal<br />

carácter? Hemos visto a Somoza <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> lado por sus amigos cuando pretendía<br />

la publicación <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>; sabemos <strong>de</strong> su sor<strong>de</strong>ra <strong>de</strong><br />

nacimiento; sabemos <strong>de</strong> sus enfermeda<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> momentos <strong><strong>de</strong>l</strong>icados <strong>de</strong> salud,<br />

especialmente en su vejez. Pero ¿habrá algo más en su vida?<br />

Hubo un matrimonio en circunstancias un tanto especiales y la pérdida<br />

<strong>de</strong> su esposa y <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. En 1876 279 cuando Julio Somoza<br />

tiene 28 años y está soltero nace su única hija, una niña llamada Amparo. La<br />

madre, doña Josefa Menén<strong>de</strong>z Sánchez, también soltera, tenía ya otra hija llamada<br />

María Ángeles Melendreras Menén<strong>de</strong>z. No parece que los padres <strong>de</strong><br />

Somoza vieran con buenos ojos el matrimonio, pues don Julio no se casó con<br />

la madre <strong>de</strong> su hija hasta pasados unos meses <strong>de</strong> la muerte <strong><strong>de</strong>l</strong> último <strong>de</strong> sus<br />

progenitores (su madre). Con este matrimonio vino a legitimar la filiación <strong>de</strong><br />

su hija, a quien había reconocido al nacer, hacía 12 años. ¿Qué duda cabe que<br />

esta circunstancia tan poco frecuente hace que nos preguntamos si tal vez la<br />

vida matrimonial <strong>de</strong> Somoza carecería <strong><strong>de</strong>l</strong> gozo y la plenitud que nace <strong>de</strong> un<br />

verda<strong>de</strong>ro amor? ¿Se casaría Somoza sin amor, con el único objeto <strong>de</strong> ofrecer<br />

a su hija un hogar completo? Nada <strong>de</strong> eso, sino que todo indica que se casó<br />

por amor hacia su esposa. Lo <strong>de</strong>mostrará cuando ella muera; su muerte,<br />

como él mismo confesará en carta a su amigo Eduardo Llanos le agriará el<br />

278 Carta fechada en Oviedo el 7 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1892, reproducida parcialmente por ALVAR-<br />

GONZÁLEZ, Alejandro. El Comercio, 25 julio <strong>de</strong> 1954.<br />

279 Así se <strong>de</strong>duce <strong><strong>de</strong>l</strong> Padrón Municipal <strong><strong>de</strong>l</strong> año 1900, don<strong>de</strong> figura como tiempo <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> Amparo Somoza Menén<strong>de</strong>z el <strong>de</strong> 24 años. Y también <strong>de</strong> la partida <strong>de</strong> <strong>de</strong>función.<br />

181


182<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

carácter: Lo cierto es, mi querido amigo, —le dice— que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> mi<br />

amada esposa, mi carácter se ha agriado, y no encuentro remedio a este vacío irremplazable.<br />

¡Qué me importan ya ni libros, ni papeles, ni colecciones, ni proyectos más<br />

o menos útiles280. Cuando se habla <strong><strong>de</strong>l</strong> mal carácter <strong>de</strong> Somoza hay que tener en cuenta<br />

todas estas circunstancias personales que gravitaron sobre él <strong>de</strong> forma más<br />

acusada que en la mayor parte <strong>de</strong> la gente, porque tuvo Somoza un <strong><strong>de</strong>l</strong>icado<br />

sentido <strong>de</strong> la familia y verá per<strong>de</strong>r a sus seres más queridos. Muerta su esposa,<br />

se vuelca en ternura hacia su hija, a quien también verá morir. Será su<br />

hijastra la here<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> sus bienes, en justa compensación <strong>de</strong> sus cuidados <strong>de</strong><br />

hija que recibió. Las relaciones con su hermano fueron —no hay duda— <strong>de</strong><br />

lo más tiernas, y en sus amigos reconoce como timbre <strong>de</strong> honor la virtud <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

cariño familiar. Así se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la semblanza que hace <strong>de</strong> su amigo<br />

Máximo Fuertes Acevedo: un bello carácter, un caballero cumplido e irreprochable:<br />

padre amantísimo, por su familia adorado281. Lo mismo ocurre con Braulio<br />

Vigón, a quien calificará <strong>de</strong> ejemplo <strong>de</strong> esposo, padre, hijo y hermano. Y<br />

cuando <strong>de</strong>nuncia la situación <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra lucha intestina entre los gijoneses,<br />

divididos entre muselistas y apagadoristas, lamenta que hubiera originado<br />

división entre las propias familias (¡y aún tendrían que ver sus cansados ojos<br />

los horrores <strong>de</strong> la Guerra Civil!): Apena el alma lo que está pasando en nuestra<br />

villa. Disturbios en el seno <strong>de</strong> las familias, riñas en el sagrado hogar. Y más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante:<br />

El que eso quiere, el que envuelto en la sombra siembra entre todos la cizañera<br />

discordia y la feroz envidia... <strong>de</strong>jará a sus hijos el legado más odioso y aborrecible<br />

que imaginarse pue<strong>de</strong>: el <strong>de</strong>sprecio perpetuo <strong>de</strong> su nombre282. Tuvo Somoza, por culpa <strong>de</strong> su pronto, enemigos; pero también, por<br />

su rectitud <strong>de</strong> carácter y cariñoso trato, muchos amigos. En la intimidad era<br />

generoso y obsequioso. Y en cuanto a los extraños tuvo siempre <strong><strong>de</strong>l</strong>ica<strong>de</strong>za<br />

para no herir con groseras palabras. En persona, <strong>de</strong> tú a tú, podía mostrarse<br />

vehemente; pero en sus escritos guarda cierta <strong><strong>de</strong>l</strong>ica<strong>de</strong>za. En la intimidad <strong>de</strong><br />

sus cartas, al calor <strong>de</strong> la confianza <strong>de</strong> la amistad, habla con franqueza, sobre<br />

todo <strong>de</strong> amigos comunes, pero en sus escritos públicos procura guardar el<br />

respeto. Dan una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> lo que pensaba respecto al comportamiento <strong>de</strong><br />

quien escribe para el público, estas líneas <strong>de</strong> su artículo titulado Por <strong>Asturias</strong>,<br />

que finaliza <strong>de</strong> esta manera:<br />

280 MENESES FERNÁNDEZ BALDOR, Carmen. Afanes Jovellanistas a principios <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XX:<br />

Julio Somoza y Eduardo Llanos. Actas <strong><strong>de</strong>l</strong> II congreso <strong>de</strong> Bibliografía Asturiana, celebrado en<br />

Oviedo <strong><strong>de</strong>l</strong> 21 al 24 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1999. 1 Vol. Oviedo. Servicio <strong>de</strong> Publicaciones <strong>Principado</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Consejería <strong>de</strong> Educación y cultura, 1999.<br />

281 Capítulo titulado: Bibliografía, La Esquirpia, obra inédita, pág. 9; Archivo particular <strong>de</strong><br />

don Francisco <strong>de</strong> Borja Bordíu Cienfuegos-<strong>Jovellanos</strong>.<br />

282 Un cuarto a espadas. (El puerto <strong>de</strong> El Musel), artículo que habría <strong>de</strong> formar parte <strong>de</strong> la obra<br />

proyectada e inédita: La Esquirpia.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Esto tenía que consignar y <strong>de</strong>cir, (en honor a la verdad, y a la<br />

memoria <strong>de</strong> aquel varón egregio) con el respeto <strong>de</strong>bido a todas las opiniones,<br />

que cuando honradamente se manifiestan, y <strong>de</strong>corosamente se sustentan,<br />

acreedoras son al general aprecio. Nunca, para sostener una i<strong>de</strong>a, ha sido<br />

noble <strong>de</strong>primir al adversario, ni menos injuriarle, porque la bondad <strong>de</strong> aquellas,<br />

ha <strong>de</strong> sostenerse con ejemplos, y no <strong>de</strong> otra manera.<br />

Así, en el transcurso <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo y <strong>de</strong> la historia, pasada la efervescencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> momento, vienen los hechos a dar la razón a quien con más justicia<br />

la mereciese.<br />

La misma actitud <strong>de</strong> indulgencia que adopta Fermín Canella, adoptarán<br />

otros muchos que fueron sus amigos. A Somoza le perdonaron siempre<br />

sus amigos llevados por la admiración hacia su obra. Hemos visto cómo gozó<br />

<strong>de</strong> la amistad, el aprecio y <strong><strong>de</strong>l</strong>ica<strong>de</strong>za <strong>de</strong> trato <strong>de</strong> don Marcelino Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo. También vimos cómo encontró en Fr. Manuel F. Miguélez quién intercediera<br />

para lograr <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre santan<strong>de</strong>rino los Diarios. El fraile agustino<br />

sabía bien que los berrinches <strong>de</strong> Somoza se le pasaban pronto. Con Eduardo<br />

Llanos mantuvo una intensa correspon<strong>de</strong>ncia durante veinticuatro años. Son<br />

muchos los amigos que hacen alusión en sus cartas a la índole cariñosa <strong>de</strong><br />

don Julio.<br />

Entre los socios <strong>de</strong> La Quintana con quien tuvo más trato, amistad<br />

tierna y dura<strong>de</strong>ra, fue con Braulio Vigón. En su Registro Asturiano se <strong>de</strong>ja llevar<br />

por la emoción <strong>de</strong> la pérdida <strong><strong>de</strong>l</strong> amigo y hace un sentido retrato calificándolo<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>chado <strong>de</strong> amistad, emblema fiel <strong>de</strong> hombre probo, honrado,<br />

laborioso y activo: ejemplo <strong>de</strong> esposo, padre, hijo y hermano —como ya dijimos—.<br />

Al poco <strong>de</strong> conocerse, en carta fechada en 1882, parece adivinar ya el<br />

carácter inquebrantable y dura<strong>de</strong>ro que habría <strong>de</strong> tener esta amistad:<br />

Bien haya, amén, el amigo cariñoso y leal para quien la amistad es<br />

un culto y que a pesar <strong>de</strong> las afecciones <strong>de</strong> la familia, y los mil y mil quehaceres<br />

que <strong>de</strong> continuo le solicitan, ni duda <strong>de</strong> ella, ni jamás la olvida; ni la<br />

tiene por vana o pasajera, aunque solo fun<strong>de</strong> su cimiento en el entusiasmo<br />

ingenuo <strong>de</strong> la juventud. Pero a bien que la nuestra, atada con el triple lazo<br />

<strong>de</strong> la simpatía, <strong>de</strong> la comunidad <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as, y <strong><strong>de</strong>l</strong> amor sin límites hacia el nativo<br />

suelo, ni es fácil empresa el quebrantarla, ni aunque la sacudan recios<br />

vendavales pudieran contra ella romper el nudo que más se aferra, cuanto<br />

más violentísima es su furia283. 283 Carta fechada en Xixón, xueves d’Antroxu, correspondiente a febrero <strong>de</strong> 1882, publicado<br />

en Apéndice a VIGÓN, Braulio. <strong>Asturias</strong>: Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar. Juegos infantiles. Poesía popular.<br />

Estudios históricos. Prólogo <strong>de</strong> Ana María Vigón. Nota editorial <strong>de</strong> Emilio Marcos Vallaure.<br />

Oviedo, Biblioteca Popular Asturiana, 1980; pág. XXXV.<br />

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184<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Somoza se vuelca en cariño hacia su amigo llamándole hermano,<br />

según po<strong>de</strong>mos leer en la <strong>de</strong>dicatoria que aparece manuscrita en un ejemplar<br />

<strong>de</strong> sus Nuevos Datos que le <strong>de</strong>dicó. Dice así: A Braulio <strong>de</strong> “Sueve” que ha <strong>de</strong> llorar<br />

leyendo el testamento y se ha <strong>de</strong> entusiasmar con la carta a Ponce y se ha <strong>de</strong> impacientar<br />

al leer los “Diarios”. Tu queridísimo hermano JULIO 284.<br />

5.— Política y Religión<br />

Formaban parte <strong>de</strong> la comunión <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as que le unía a Braulio Vigón<br />

las <strong>de</strong> carácter político. Ambos eran republicanos. A propósito <strong>de</strong> este tema,<br />

en la misma carta citada anteriormente hace este comentario.<br />

Efectivamente que vamos a ir juntos a las urnas. Despropósito<br />

circunscripcional más gran<strong>de</strong>, jamás se ha visto. Sin duda la zona electoral<br />

es pequeña p. a la ambición <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s o viceversa. A Ricardo Cobián le<br />

he visto en candidatura, lo propio que a Cabanilles, pero como el partido<br />

republicano opte por la lucha, y no por el retraimiento, se me figura que va<br />

a salir lo inesperado. Mi voto será para el candidato republicano si lo hay...<br />

y si no le hay, para el primerito que me dé algún objeto, papel, folleto, libro<br />

o cachivache asturiano. ¡Figúrate tú a los agentes electorales corriendo <strong>de</strong><br />

la ceca a la Meca y revolviendo a Roma con Cartago p. a entregarnos el cronicón<br />

<strong>de</strong> Sta. María <strong>de</strong> Cova<strong>de</strong>fonga yacente en el polvo <strong><strong>de</strong>l</strong> archivo <strong>de</strong> San<br />

Tirso <strong>de</strong> los Carápanos, o la navaja <strong>de</strong> cortarse los callos don Segismundo<br />

Álvarez <strong>de</strong> las <strong>Asturias</strong>. ¡Qué an<strong>de</strong>cha, eh!<br />

Hay que tener en cuenta que don Julio no abandonó sus i<strong>de</strong>as republicanas,<br />

pero <strong>de</strong>sconfiaba un tanto <strong>de</strong> las personas. La primera república<br />

parece que <strong>de</strong>jó en él cierto <strong>de</strong>sencanto; parece que no perdonaba a los correligionarios<br />

<strong>de</strong> 1873 que aquel Batallón <strong>de</strong> Voluntarios <strong>de</strong> la República fuera<br />

<strong>de</strong>sarmado y disuelto a culatazos, por cuatro soldados y un cabo. Por otra parte no<br />

se avenía bien con la prensa política, a quien acusaba <strong>de</strong> impedir la unión<br />

entre los bandos <strong>de</strong> muselistas y apagadoristas que dividieron a Gijón en el<br />

pasado siglo. En este punto, don Julio era conciliador.<br />

Hubo un momento en que Somoza se tomó muy en serio las elecciones.<br />

Fue el año en que se presentó a diputado a Cortes por Gijón su amigo<br />

don Vicente Innerárity Bausa, hombre cuyo carácter bondadoso le había valido<br />

el cariño <strong>de</strong> los gijoneses. Formaba junto con Felipe Valdés y Tomás<br />

Zarracina, amigos también <strong>de</strong> Somoza, el baluarte <strong><strong>de</strong>l</strong> republicanismo gijo-<br />

284 El libro es hoy propiedad <strong>de</strong> nuestro amigo y gran jovellanista Orlando Moratinos, a<br />

quien <strong>de</strong>bemos este curioso dato.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

nés. Con esta ocasión don Julio se dirige a sus renteros recomendándoles<br />

voten al amigo.<br />

Por su interés reproducimos la carta que dirige a don Elías <strong><strong>de</strong>l</strong> Ribero,<br />

rentero <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las caserías que tenía en el barrio <strong>de</strong> La Pipa en Somió:<br />

Don Elías <strong><strong>de</strong>l</strong> Ribero en Somió (La Pipa)<br />

Amigo Elías:<br />

Aunque no pensaba volver a meterme más en cuestión <strong>de</strong> elecciones,<br />

como ahora se presenta don Vicente Innerárity, particular amigo mío, y<br />

persona <strong>de</strong> todo respeto, tendría sumo gusto en que le votasen en las próximas<br />

elecciones, cuya indicación la hago en tono amistoso a Vd. y a los <strong>de</strong>más<br />

caseros por si tienen a bien atendérmela seguro <strong>de</strong> que lo agra<strong>de</strong>ceré ahora y<br />

en todo tiempo.<br />

Suyo afmo.<br />

JULIO SOMOZA<br />

Mi particular amigo don Felipe Valdés, me representa para todos<br />

usos en el presente caso.<br />

Don Elías <strong><strong>de</strong>l</strong> Ribero Somió (La Pipa)<br />

Don Dimas Rendueles “<br />

Don Cipriano <strong><strong>de</strong>l</strong> Castro “<br />

Don José Mieres La Corolla<br />

Don Luis Medio “<br />

Don Feliciano Caycoya La Pipa<br />

Don Manuel Blanco S. Lorenzo<br />

Don Rafael Rendueles Can<strong>de</strong>nal<br />

Don José <strong>de</strong> la Vega Carrió<br />

Don Marcelino Rodríguez “<br />

Don Fernando García Serín<br />

Don José García (y su yerno) Íd.<br />

Don Manuel García (su yerno) Íd.<br />

Don Ángel García (Anxelín) Tremañes (sin pierna)<br />

Don Bernardo Rionda “<br />

Don Valentín Álvarez Cenero285 Del texto se <strong>de</strong>duce que no era la primera vez que el amo acudía con<br />

semejante petición a sus caseros. Pues parece ser que en el casco <strong>de</strong> la población<br />

ganó Innerárity a su tocayo Regueral, pero no en los alre<strong>de</strong>dores. Pero<br />

no creemos que fuera la política la causa <strong>de</strong> que don Julio tuviera tan mala<br />

opinión <strong>de</strong> la gente <strong><strong>de</strong>l</strong> campo. Lo que ocurrió lo explica otro republicano,<br />

jovellanista y amigo <strong>de</strong> Somoza, Pachín <strong>de</strong> Melás: “¡Poco valieron los esfuer-<br />

285 Debemos este importantísimo documento a la gentileza <strong>de</strong> nuestro amigo don Arturo<br />

Muñiz, <strong>de</strong> cuyo magnífico archivo lo hemos tomado.<br />

185


186<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

zos <strong>de</strong> los correligionarios para sacarle triunfante! Salió, sí, por el voto <strong>de</strong> los<br />

gijoneses, por el casco <strong>de</strong> la población... pero vino Llanera, el escollo <strong>de</strong> siempre<br />

y dio al traste con los buenos <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia gijonesa. La apisonadora<br />

electoral daba los votos necesarios para <strong>de</strong>rrotar a quien se proponía”<br />

286.<br />

El propio Somoza nos ha <strong>de</strong>jado aclarado cuál era este escollo, esta<br />

apisonadora electoral, <strong>de</strong> la que nos habla Pachín <strong>de</strong> Melás. El año 1893 escribió<br />

don Julio uno <strong>de</strong> esos trabajos encantadores, por lo <strong>de</strong>scarnado, por lo<br />

que tienen <strong>de</strong> cotidiano y <strong>de</strong> íntimo, por lo que encierran para la comprensión<br />

<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> un pueblo. Lleva este curioso título <strong>de</strong> pura vena somozana:<br />

Apuntes <strong>de</strong> un gijonés aburrido empadronado en el Censo con el número 30.512<br />

(O Instrucciones secretas para ir a la Casa <strong><strong>de</strong>l</strong> Pueblo). Repasa en él la vida local<br />

gijonesa, que tan bien conocía, y propone reformas en diversos campos entre<br />

los que figuran el electoral:<br />

Somos ajenos a la política, o a lo que por tal se entien<strong>de</strong> en España.<br />

Pero ya que es imprescindible tocar esta cuerda, diremos con lealtad lo que<br />

se nos ofrece sobre el punto capitalísimo <strong>de</strong> la representación <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón, en las Cortes nacionales y en la Diputación<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong>.<br />

Ante todo, hay que atenerse a la Ley electoral vigente. Prescribe<br />

esta Ley que cada cuarenta mil habitantes (40.000) <strong>de</strong>signen un diputado en<br />

Cortes.<br />

¿Qué vecindario tiene la villa <strong>de</strong> Gijón? ¿y el concejo? Pues la villa<br />

<strong>de</strong> Gijón y su Concejo (según la estadística oficial) no llegan a la cifra que<br />

la Ley <strong>de</strong>signa para tener un diputado propio. Recurso habilidoso: incorpórensele<br />

los concejos <strong>de</strong> Carreño y Llanera, y saldrá el diputado que al<br />

Gobierno plazca.<br />

Ahora bien; tal diputado ¿llevará la representación verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong><br />

Gijón y sus intereses? Nunca287. La solución que propone para que Gijón tenga su diputado propio,<br />

es que se publiquen las cifras verda<strong>de</strong>ras <strong><strong>de</strong>l</strong> vecindario <strong>de</strong> Gijón, que al principio<br />

no se <strong>de</strong>cían por el temor <strong><strong>de</strong>l</strong> aumento a la cuota tributaria. Somoza propone<br />

que se diga en voz alta, porque un Real Decreto había equiparado los<br />

pueblos <strong>de</strong> Gijón, Vigo y Cartagena, a capitales <strong>de</strong> provincia. Según lo cual:<br />

¿A qué entonces ocultar su vecindario? Dígase <strong>de</strong> una vez por todas —dice—, y<br />

dígase alto, para que resuene en todos los confines <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong>.<br />

286 PACHÍN DE MELÁS. Minucias trascen<strong>de</strong>ntales. Don Vicente Innerárity Bausa. La Prensa, 17<br />

<strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1931.<br />

287 Archivo particular <strong>de</strong> don Francisco <strong>de</strong> Borja Bordíu Cienfuegos-<strong>Jovellanos</strong>.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Tal vez quien mejor parece conocer a Somoza es su antiguo “compañero<br />

<strong>de</strong> estudios en vetustas ciudad castellana”, Suero González <strong>de</strong><br />

Caravedo, Abad <strong>de</strong> Cenero, que nos ha <strong>de</strong>jado este —a nuestro juicio— completo<br />

retrato <strong>de</strong> su amigo:<br />

“Nuestro contemporáneo, Somoza, es hijo, hermano, nieto y<br />

bisnieto <strong>de</strong> militares y marinos. Su abierta y por veces, ruda franqueza<br />

(que le resta amigos), más bien choca, que atrae. Su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia,<br />

le aísla. Es tipo singular, tan pronto jovial como atrabiliario:<br />

un <strong>de</strong>fecto físico, peculiar <strong><strong>de</strong>l</strong> país, produce en su carácter ásperas<br />

<strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s, y en la intensidad <strong>de</strong> su mirada, ora parece leerse el<br />

<strong>de</strong>sprecio hacia las vulgarida<strong>de</strong>s y convencionalismos, ora la piedad<br />

por los humil<strong>de</strong>s, o el rencor inextinguible <strong>de</strong> los pueblos pequeños.<br />

Tradicionales son sus largos paseos por el campo, sólo y ensimismado;<br />

adorador idolátrico <strong>de</strong> la naturaleza, panteísta puro. A su fervor<br />

por la campiña asturiana, agregaré, su entusiasta veneración por<br />

<strong>Jovellanos</strong>, consagrada por él en varios libros, <strong>de</strong> no pocos leídos.<br />

Sería una simpleza <strong>de</strong>cir que hombre tal, tiene i<strong>de</strong>as políticas: este<br />

molesto bagaje no es propio <strong>de</strong> los que frecuentan asiduamente la<br />

biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Real Instituto Asturiano. Sentados a la sombra <strong>de</strong> los<br />

álamos en la pra<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> Viñao, una calurosa tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> estío, oí <strong>de</strong> sus<br />

labios la confesión <strong><strong>de</strong>l</strong> escepticismo más negro que pue<strong>de</strong> albergar el<br />

espíritu humano. No me es permitido <strong>de</strong>cir más en este punto” 288.<br />

¿Este escepticismo se refiere también a sus i<strong>de</strong>as religiosas? Fama <strong>de</strong><br />

hombre irreligioso, asociada a la <strong>de</strong> mal genio, ha llegado hasta nosotros. Sin<br />

embargo, no creemos que cierta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> religión estuviera ausente en su pensamiento<br />

y en su vida. Cierto sí parece el que su espíritu hipercrítico se aplicase<br />

también a materia religiosa, y que su afán regenerador combatiese conductas<br />

religiosas que más rozan con la superstición, tal y como hizo<br />

<strong>Jovellanos</strong>. A este respecto Somoza tiene clara la distinción entre supersticiones<br />

y religiones, según leemos en su Registro Asturiano: Empero, las supersticiones,<br />

hechicerías y artes mágicas, restos, en parte, <strong>de</strong> viejas creencias, no tuvieron<br />

origen “religioso”, sino más bien “maravilloso” e “imaginativo”: y la propensión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

vulgo a ellas, a pesar <strong>de</strong> cuanto se ha predicado en contrario, perdurará, mientras<br />

aliente la ignorancia (fuente y raíz <strong>de</strong> todas ellas), y la ten<strong>de</strong>ncia natural e ingénita<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> hombre, hacia lo <strong>de</strong>sconocido y maravilloso289. Su ateísmo merecería en estos tiempos una revisión a fondo, tarea<br />

que no po<strong>de</strong>mos abordar porque nos apartaría mucho <strong>de</strong> nuestro objeto. Los<br />

288 Un libro gijonés (apunte <strong>de</strong> un provinciano). (Archivo particular <strong>de</strong> don Francisco <strong>de</strong> Borja<br />

Cienfuegos-<strong>Jovellanos</strong>).<br />

289 Op. cit., pág. 362.<br />

187


188<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

tiempos que le tocaron vivir eran más inquisitoriales que los mo<strong>de</strong>rnos. La<br />

anécdota <strong>de</strong> su enemistad con Pedro Hurlé, porque éste se había <strong>de</strong>sprendido<br />

<strong>de</strong> una edición <strong><strong>de</strong>l</strong> Informe <strong>de</strong> la Ley Agraria, por estar incluido en el índice<br />

<strong>de</strong> libros prohibidos <strong>de</strong> la Iglesia, nos hace admirar la conducta <strong>de</strong> su nieto,<br />

coherente con la conciencia religiosa <strong>de</strong> su tiempo; pero, hoy, <strong>de</strong>saparecida la<br />

prohibición eclesiástica, algo <strong>de</strong> razón parece tener Somoza.<br />

Probablemente la cuestión <strong>de</strong> la Batalla <strong>de</strong> Covadonga, contribuiría<br />

mucho, creemos, a incrementar su fama <strong>de</strong> ateo. Sin embargo, en todo<br />

momento se muestra en sus escritos respetuoso con las creencias y el sentimiento<br />

que Covadonga <strong>de</strong>spierta. Es más, como <strong>de</strong>cimos en el capítulo<br />

correspondiente, hubo un tiempo al menos en que participó <strong>de</strong> ese sentimiento.<br />

Su muerte ocurrida un año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> terminar la guerra civil, en<br />

pleno nacional catolicismo triunfante es una circunstancia <strong>de</strong> mucho peso en<br />

la opinión que sobre la generación <strong>de</strong> posguerra pudo tenerse <strong>de</strong> él.<br />

Ciertas afirmaciones no bastan para calificar a una persona <strong>de</strong> atea,<br />

como tampoco el anticlericalismo le convierte en no creyente. Por el contrario,<br />

hay en los escritos <strong>de</strong> Somoza frases, y <strong>de</strong> ellas se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n actitu<strong>de</strong>s,<br />

que <strong>de</strong>notan cuanto menos una sensibilidad nada ajena a la religión. Así por<br />

ejemplo, en carta a Menén<strong>de</strong>z Pelayo hablando <strong>de</strong> sí mismo dice: El hombre<br />

siempre y en todo tiempo <strong>de</strong>be tener el valor cristiano <strong>de</strong> confesar su ignorancia, y<br />

hacer esta <strong>de</strong>claración a cara <strong>de</strong>scubierta290. Téngase en cuenta que Somoza en<br />

cuanto encuentra confianza abre con mucha facilidad su alma; y a Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo lo adoraba. La frase no es, por tanto, mera literatura. De llevar esta<br />

afirmación a sus últimas consecuencias hay que concluir que su <strong>de</strong>scarnada<br />

sinceridad, causante <strong>de</strong> sus propias <strong>de</strong>sgracias y <strong>de</strong>savenencias, esa verdad<br />

ante todo, era una exigencia <strong>de</strong> su conciencia, una actitud religiosa en <strong>de</strong>finitiva.<br />

Una carta <strong>de</strong> don Julio dirigida a don Sebastián Soto Cortés, íntima<br />

por su contenido, alejado <strong>de</strong> las chifladuras que tanto gustaban, nos <strong>de</strong>scubre<br />

a un Somoza preocupado por la miseria humana. No sabemos los antece<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> la carta; al parecer don Sebastián pretendía hacer una obra <strong>de</strong> caridad<br />

y busca persona <strong>de</strong> confianza para que la lleve a cabo. Somoza le da su<br />

opinión sobre <strong>de</strong>terminadas personas y en general sobre todas, y se ofrece<br />

para llevar a cabo el encargo:<br />

Sólo para esta caritativa empresa, le ofrezco a Vd. mi cooperación<br />

si por acaso la necesitare. Hay aquí muchas miserias, dolencias y necesida<strong>de</strong>s<br />

que socorrer, y no son seguramente las mayores, las <strong>de</strong> los pobres que<br />

pi<strong>de</strong>n <strong>de</strong> puerta en puerta o en medio <strong>de</strong> la calle.<br />

290 Epistolario. Tomo XII. Carta 11; fecha 10 julio 1892; pág. 9.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Y también, en esa carta se nos revela que en otra ocasión la familia<br />

Somoza había colaborado para que don Sebastián llevara a cabo otro acto <strong>de</strong><br />

generosidad en la persona <strong>de</strong> un enfermo <strong>de</strong> cáncer que vivía en Cima<strong>de</strong>villa:<br />

Mi hermano Manuel, me escribió, para que <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Vd. entregara<br />

cinco pesetas al pobre “<strong><strong>de</strong>l</strong> cáncer” (así le llaman) que vive en la plazuela<br />

<strong>de</strong> la Corrada en Cima<strong>de</strong>villa. Se las entregó mi mujer, y preguntó con<br />

mucho agra<strong>de</strong>cimiento si “sería <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> una Sra. que solía darle una<br />

medicina p. a curarse”. Como mi mujer ignoraba lo <strong><strong>de</strong>l</strong> “bálsamo” <strong>de</strong> su Sra.<br />

Madre, le dijo que era “por encargo <strong>de</strong> don Sebastián”, quedando el infeliz<br />

muy agra<strong>de</strong>cido.<br />

Es verdad que aquí quien hacía la caridad no era Somoza, pero se nos<br />

<strong>de</strong>scubre un alma sensible a la miseria humana y respetuosa (si no partícipe)<br />

con quienes parecen tener <strong>de</strong>terminadas convicciones religiosas, pues la<br />

carta termina dándole don Julio la noticia <strong>de</strong> la colocación <strong>de</strong> la primera piedra<br />

<strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> San Lorenzo <strong>de</strong> Gijón:<br />

Ayer fue día <strong>de</strong> gran jolgorio con la inauguración <strong>de</strong> la nueva iglesia291. 6.— Amigo admirado<br />

En Emilio Robles Muñiz (Pachín <strong>de</strong> Melás) <strong>de</strong>spertó don Julio Somoza<br />

verda<strong>de</strong>ra y auténtica veneración. Resulta admirable el cariño con que siempre<br />

le trata. Se ha dicho que cuando Pachín <strong>de</strong> Melás se arroja en 1936 en un arranque<br />

<strong>de</strong> vocación jovellanista a rescatar <strong>de</strong> la barbarie los restos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong><br />

que yacían en la iglesia <strong>de</strong> San Pedro, lo hace acordándose <strong>de</strong> Somoza, <strong>de</strong> cuanto<br />

había investigado, <strong>de</strong> cuanto había luchado por <strong>Jovellanos</strong>292. En sus Minucias <strong>de</strong> La Prensa ha ido sembrando Pachín <strong>de</strong> Melás hermosísimas<br />

semblanzas <strong>de</strong> los últimos años <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> don Julio, a quien<br />

llama cariñosamente el viejecito. Con él daba largos, larguísimos paseos, y<br />

escuchaba <strong>de</strong> él todo cuanto su prodigiosa memoria recordaba; unas veces <strong>de</strong><br />

las calles, su nombre, su historia293; otras <strong>de</strong> los monumentos <strong>de</strong>saparecidos:<br />

el Arco <strong><strong>de</strong>l</strong> Infante (¡Fue una lástima, una verda<strong>de</strong>ra lástima, el <strong>de</strong>rribo <strong><strong>de</strong>l</strong> Arco!<br />

—le oía <strong>de</strong>cir—); <strong>de</strong> los paseos que alegraron su juventud, como el Paseo <strong>de</strong><br />

las Damas (¡Cómo lo conocí yo tan arregladito! —exclamaba) 294; a veces <strong>de</strong> suce-<br />

291 Carta <strong>de</strong> 21 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1890. Archivo <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, H-50/1.<br />

292 ADÚRIZ, Patricio. Pachín <strong>de</strong> Melás. Gijón, 1978; pág. 119.<br />

293 PACHÍN DE MELÁS. Minucias <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo pasado. Cosas viejas <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo viejo. La Prensa, 1<br />

<strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1928.<br />

294 PACHÍN DE MELÁS. Minucia <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo viejo. Sobre las huellas <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado. La Prensa, 25 <strong>de</strong><br />

enero <strong>de</strong> 1928.<br />

189


190<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

sos <strong>de</strong> antaño, como aquella famosa temporada en que se puso <strong>de</strong> moda el<br />

timo <strong>de</strong> los casquilleros (hoy más conocidos por trileros295); y muchas otras viejas<br />

historias <strong>de</strong> Gijón.<br />

He aquí cómo nos lo ha <strong>de</strong>scrito:<br />

“Tar<strong>de</strong> templada <strong>de</strong> tibio sol. Malandando resguardado <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

viento, tomo carretera <strong>de</strong> Oviedo a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante que para mí constituye<br />

uno <strong>de</strong> los más plácidos paseos <strong>de</strong> la villa.<br />

Unos metros fuera <strong>de</strong> la urbe, encuentro al viejo amigo que<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace años me guarda un gran afecto. Todos los días <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

lejana juventud, camina cotidianamente varios kilómetros. Es un<br />

amenísimo conversador y un memorión formidable. No se aparta <strong>de</strong><br />

la sombrilla durante el verano, ni <strong><strong>de</strong>l</strong> paraguas en invierno. Llueva<br />

que no, es lo mismo para transportar según la época dichos adminículos<br />

en sus huesudas manos. Fue un día protagonista <strong>de</strong> una magistral<br />

pincelada <strong>de</strong> Evaristo Valle, en una <strong>de</strong> sus magníficas caricaturas<br />

retratos.<br />

Un saludo afectuosísimo, como siempre y caminamos lento,<br />

lento. El tema es el mismo <strong>de</strong> toda su vida. <strong>Asturias</strong>-Gijón-<br />

<strong>Jovellanos</strong>. En el hablar encanta por los prolijos <strong>de</strong>talles, por las aseveraciones<br />

históricas, concretas” 296.<br />

De su afición a caminar también nos ha contado algo Joaquín Alonso<br />

Bonet, con quien alguna vez también se paraba a conversar. Y nos ha <strong>de</strong>jado<br />

la información <strong>de</strong> que don Julio tenía una charla viva, en que arrastraba un<br />

poco las erres. Alguna vez le recibió en su biblioteca “don<strong>de</strong> no a todo el<br />

mundo recibía” 297. Y es que Somoza no era amigo <strong>de</strong> prodigar inútil y vanamente<br />

sus conocimientos, sino <strong>de</strong> comunicarlos con aquellos que tenían un<br />

vivo interés.<br />

No gustaba <strong>de</strong> complacer a los meros curiosos. Alonso Bonet y<br />

Pachín <strong>de</strong> Melás, no eran ni mucho menos simples curiosos. Es muy probable<br />

que esta <strong>de</strong>sconfianza hacia los que sin un propósito serio pretendían saber<br />

un dato, una anécdota o una fecha, fuera una lección aprendida a fuerza <strong>de</strong><br />

prodigarse en sus primeros comienzos en hacer partícipe a los <strong>de</strong>más <strong>de</strong> sus<br />

<strong>de</strong>scubrimientos. Basta recordar la primera carta que escribe a Menén<strong>de</strong>z<br />

295 PACHÍN DE MELÁS. Minucia <strong><strong>de</strong>l</strong> Hampa. Tangas, quiles y casquilleros. La Prensa, 16 <strong>de</strong><br />

marzo <strong>de</strong> 1928.<br />

296 PACHÍN DE MELÁS. Minucia <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo viejo. Sobre las huellas <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado. La Prensa, 25 <strong>de</strong><br />

enero <strong>de</strong> 1928.<br />

297 BONET, Joaquín A. Pequeñas Historias <strong>de</strong> Gijón. (Del archivo <strong>de</strong> un periodista). Gijón, 1969;<br />

pág. 211.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Pelayo, en la que le <strong>de</strong>clara que estaba escarmentado <strong>de</strong> regalar autógrafos a<br />

trueque sólo <strong>de</strong> bellas promesas y ofertas <strong>de</strong>sinteresadas298. He aquí lo que podía suce<strong>de</strong>r cuando alguien, sin un interés concreto,<br />

se acercaba a preguntarle una dato, según nos cuenta su amigo Pachín <strong>de</strong><br />

Melás:<br />

“Presencié una escena <strong>de</strong> esas en la que yo en su lugar haría<br />

lo mismo. Un señor le hace una pregunta que contestada o sin contestar,<br />

es <strong>de</strong>cir, sin saber su objeto, al aludido le daría igual. Le respon<strong>de</strong><br />

don Julio:<br />

¿Para qué necesita usted saber eso? ¿qué falta le hace? ¿qué<br />

utilidad le reporta? Ninguna. ¿Cree usted que voy a <strong>de</strong>dicar muchos<br />

años a un estudio <strong>de</strong>terminado para que llegue, revuelva en el baúl<br />

<strong>de</strong> los recuerdos y elija el más agradable sin un fin que precise usar<br />

<strong>de</strong> la ficha?” 299.<br />

Y es que don Julio tenía muy claro que quienes <strong>de</strong> verdad se interesaban<br />

por esos asuntos eran (y serán siempre) cuatro raros. En una carta a su<br />

amigo Sebastián <strong>de</strong> Soto le anuncia que ha <strong>de</strong>sistido <strong>de</strong> llevar a cabo su proyecto<br />

sobre las luchas cántabras (De bello Cantábrico, como él la titulaba), a<br />

pesar <strong>de</strong> tener muchos materiales recogidos, por razones <strong>de</strong> salud, falta <strong>de</strong><br />

reposo y por la tremenda impresión que le había causado el grado <strong>de</strong> analfabetización<br />

que recogían las estadísticas <strong><strong>de</strong>l</strong> Ministerio <strong>de</strong> Fomento, y le escribe<br />

que está dispuesto a guardar silencio para no indigestar a quienes se alimentan<br />

<strong>de</strong> fabes y boroña:<br />

A<strong>de</strong>más, cuando leí la estadística que ya le cité <strong><strong>de</strong>l</strong> Ministerio <strong>de</strong><br />

Fomento, sobre población e instrucción pública española, y hallé que <strong>de</strong> una<br />

población total <strong>de</strong><br />

18.000.000 <strong>de</strong> habitantes, había<br />

¡¡12.000.000!! que no sabían leer<br />

ni escribir, se me cayó el alma a los pies, y <strong>de</strong>smayé <strong><strong>de</strong>l</strong> todo. ¿A qué afanarse<br />

ni hacer investigaciones eruditas si nadie las ha <strong>de</strong> leer más que cuatro raros<br />

como Vd., Vigil, Vigón y yo?<br />

Nada, nada, cepos quedos. Estudiar, leer, e investigar siempre...<br />

pero nada <strong>de</strong> darle al público semejantes raciones indigestas. Estómago habituado<br />

a fabes y boroña son indignos <strong>de</strong> pala<strong>de</strong>ar las sublimes salsas <strong><strong>de</strong>l</strong> arte<br />

culinario300. 298 Epistolario. Tomo V. Carta 320; fecha 10 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1882; pág. 407.<br />

299 PACHÍN DE MELÁS. Bibliografía <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. La biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor Somoza... ¡Quemada!<br />

La Prensa, 24 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1934.<br />

300 Carta <strong>de</strong> fecha XV Kal. Jannuarius MDCCCXIIII. Archivo <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVAR-<br />

GONZÁLEZ, H-50/1.<br />

191


192<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Otras veces le venían a don Julio con una frase o cita para que él les<br />

dijera dón<strong>de</strong> se encontraba, o dón<strong>de</strong> se podía ver. Si algo molestaba a don<br />

Julio sobremanera era la costumbre española <strong>de</strong> no señalar <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> se<br />

toman las citas, lo que atribuía a la pereza <strong>de</strong> la raza. Pero sobre todo le encolerizaba<br />

cuando suponía que la frase en cuestión era falsa. A este respecto<br />

tenemos un valioso testimonio en una carta a su amigo Ricardo Rodríguez a<br />

quien un amigo le encargó que consultase al insigne jovellanista una pretendida<br />

frase <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>:<br />

Cuando se publicó la edición XII (creo fue la XII ó XIV) <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Diccionario <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Lengua, venía atiborrado <strong>de</strong> citas <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, tales y tantas, y en tal número, y tan raras, que me cansé <strong>de</strong> recibir<br />

cartas <strong>de</strong> gentes amigas o incógnitas, pidiéndome la referencia y precisión<br />

<strong>de</strong> las citas. ¡Oh, la cólera <strong>de</strong> don Julio, por aquellas fechas! Rayó en lo<br />

inverosímil.¡Y era natural! En España, hay la perversa costumbre (símbolo<br />

<strong>de</strong> la pereza <strong>de</strong> la raza) <strong>de</strong> citar textos <strong>de</strong> autores, sin puntualizar los pasajes<br />

<strong>de</strong> don<strong>de</strong> se toman: ¿Lo vé Vd. claro, hombrín <strong>de</strong> Dios? ¿Sí, eh,? pues a<br />

otro perro con ese hueso, que en mi casa, es cama <strong>de</strong> galgos, y no los hay.<br />

Y al <strong>de</strong>spedirse insiste haciendo como siempre burla <strong>de</strong> sí mismo:<br />

Nada más: que pase Vd. buen verano; nuevo abrazo a Marcelo; y al<br />

amigo <strong><strong>de</strong>l</strong> encargo jovellanista, que no sea chinche, que estoy en la frontera<br />

<strong>de</strong> los 77 y, a<strong>de</strong>más, que tengo un genio <strong>de</strong> 50.000 <strong>de</strong> a caballo, y con harpón<br />

<strong>de</strong> avispa, “pra os labercos” 301.<br />

Es indudable que si él mismo reconocía su fama <strong>de</strong> mal carácter, ésta<br />

fuera en aumento. Pero para Pachín <strong>de</strong> Melás el verda<strong>de</strong>ro carácter <strong>de</strong> su<br />

amigo es otro muy distinto:<br />

“Es don Julio Somoza, a quien tanto admiro, mejor dicho,<br />

venero, el prototipo <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>stia sin ostentación alguna que oculta<br />

su natural sentir. Huye siempre <strong>de</strong> toda publicidad, <strong>de</strong> todo honor,<br />

reconcentrado en su excelsa labor erudita” 302.<br />

Y aña<strong>de</strong> respecto <strong>de</strong> su fama <strong>de</strong> mal genio:<br />

“Hay quien dice que tiene el carácter <strong>de</strong>sabrido, hosco. Yo le<br />

encontré en todo momento dulce, cariñoso. Para los inoportunos sí.<br />

Para esos que preguntan tontamente por el solo placer <strong>de</strong> preguntar<br />

lo que ni les va ni les viene, ni les importa maldita la cosa, con esos<br />

se pone frenético”.<br />

301 Carta fechada el último día <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1924, dirigida a don A. Ricardo Rodríguez.<br />

Archivo <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, H-50/1.<br />

302 La ausencia <strong>de</strong> vanidad es una característica <strong>de</strong> la personalidad <strong>de</strong> Somoza que han <strong>de</strong>stacado<br />

también entre otros Patricio Adúriz y Francisco Carantoña.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Como él tenía interés y mucho, se sentía legitimado a reclamar y casi<br />

exigir <strong>de</strong> cuantos tenían algún documento importante para la historia se lo<br />

facilitasen, no con el ánimo <strong>de</strong> apropiarse <strong>de</strong> él sino <strong>de</strong> darlo a la luz pública.<br />

Basta recordar, como ejemplo <strong>de</strong> su honesta conducta en este punto, que envió<br />

a don Marcelino puntual y escrupulosamente en el plazo convenido aquellos<br />

ansiados Diarios que tanto amaba y tanto placer le proporcionaron. Crítico con<br />

muchas cosas, lo es también con aquellos que acaparan documentos y legajos<br />

valiosos sin darles jamás la utilidad a la que sin duda están <strong>de</strong>stinados.<br />

Porque el buen <strong>de</strong>seo se estrella en nuestra patria, en lo que a investigaciones<br />

literarias toca, no en su completo o escaso éxito, sino en la inercia,<br />

pasividad o interés egoísta <strong>de</strong> los poseedores <strong>de</strong> tales presas, quienes, las más<br />

<strong>de</strong> las veces, ni las saben leer, ni las entien<strong>de</strong>n, ni en su duro cerebro penetrará<br />

jamás a mazo y cuña, el concepto <strong>de</strong> utilidad <strong>de</strong> semejantes papeles.<br />

Poseedor existe, que antes se <strong>de</strong>spojará <strong>de</strong> cualquier órgano vital, que renunciar<br />

a uno <strong>de</strong> sus carcomidos papeluchos, negándolos con rudo y <strong>de</strong>sabrido<br />

gesto, y con hostil y áspera fiereza: y el pobre diablo que <strong>de</strong> tal modo se conduce,<br />

ignora que es un ente ordinario, vulgar representante <strong><strong>de</strong>l</strong> atavismo <strong>de</strong><br />

la raza, al imaginar que en su custodia, va librada la seguridad y el porvenir<br />

<strong>de</strong> su familia. ¡A tan triste estado y <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, hemos venido en la tierra <strong>de</strong><br />

los aspavientos, don<strong>de</strong> tiene su feroz guarida, el pavoroso y espantable<br />

endriago, don Pelayo Infanzón <strong>de</strong> la Vega, Quijote <strong>de</strong> las <strong>Asturias</strong>! 303...<br />

Otro que también lo veneró no solo con el cariño con que se venera<br />

al maestro sino con cariño <strong>de</strong> nieto, fue Pedro Hurlé. De sus relaciones ya<br />

hemos dicho algo al hablar <strong>de</strong> la Numismática. Basta recordar ahora que<br />

cuando en 1954, Alejandro Alvargonzález, otro gran admirador <strong>de</strong> Somoza,<br />

publicó la carta <strong>de</strong> Fermín Canella a Fernán<strong>de</strong>z Vallín, que hemos citado más<br />

arriba, en la que llamaba a Somoza pobre diablo, Pedro Hurlé arremetió con<br />

una artículo en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> su recordado y querido maestro. Reconoce el discípulo<br />

los <strong>de</strong>fectos <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro pero, aún así, dice: “Ingratos seríamos a su<br />

memoria, si no rompiésemos una lanza en su favor, cuando cualquier especie,<br />

falsa o cierta, viniese a empañarla, disculpándole en sus errores y <strong>de</strong>fendiendo<br />

sus aciertos” 304.<br />

Hasta que alguna circunstancia viniera a perturbar la opinión que <strong>de</strong><br />

sus amigos tenía, todo parece indicar que sabía volcarse en ellos. A los<br />

comienzos <strong>de</strong> La Quintana habla <strong>de</strong> Aramburu y <strong>de</strong> Canella como sus queridísimos<br />

amigos. Sentida fue la muerte <strong>de</strong> su amigo don Luis Truan, según el<br />

artículo que le <strong>de</strong>dica en El Eco <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Sabía ser obsequioso y <strong>de</strong>spren-<br />

303 Prólogo a Documentos para escribir la biografía <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> recopilados por Julio Somoza<br />

García-Sala, C. <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia. Volumen I; pág. 19.<br />

304 HURLÉ MANSO, Pedro. Don Julio Somoza y García-Sala. El Comercio, 28 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1954.<br />

193


194<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

dido, incluso con los que ni siquiera eran amigos, sino simples aficionados a<br />

sus materias <strong>de</strong> estudio, regalándoles libros <strong>de</strong> su biblioteca305. Donó a su discípulo<br />

Pedro Hurlé monedas <strong>de</strong> su colección. Del enfado que tuvo Somoza<br />

con él a causa <strong>de</strong> <strong>de</strong>shacerse <strong><strong>de</strong>l</strong> ejemplar <strong><strong>de</strong>l</strong> Informe <strong>de</strong> la Ley Agraria por el<br />

escrúpulo que como creyente le produjo al ser una obra incluida en el Índice<br />

<strong>de</strong> Libros prohibidos <strong>de</strong> La Iglesia, es fácil suponer que sus prontos no nacían<br />

sino <strong>de</strong> cuanto era objeto <strong>de</strong> estudio y <strong>de</strong>dicación apasionada para él.<br />

Las diferencias, por ejemplo con Fermín Canella, no tuvieron otro<br />

origen que la pasión investigadora. Somoza echa en cara a su amigo <strong>de</strong> La<br />

Quintana dos acusaciones muy graves: afán <strong>de</strong> protagonismo y falta <strong>de</strong> verdad<br />

histórica. Así se lo dice a Sebastián <strong>de</strong> Soto Cortés: ¿Fermín dije?<br />

Muchísimo cuidado: reserva y silencio, sobre todo esto. Ese, en cuanto “pesca” una<br />

i<strong>de</strong>a, por el insensato afán <strong>de</strong> ser el primero en darle publicidad, la tuerce, la cambia,<br />

la disloca, la tergiversa, y saca... un ciempiés. Y más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante: Porque amigo Soto,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> qe Fermín “se atreve” a escribir la Historia <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, se miente mucho306. Causa admiración que Canella respondiera a estas acusaciones con la constancia<br />

<strong>de</strong> su afecto hacia él.<br />

Lo mismo se pue<strong>de</strong> suponer <strong>de</strong> las diferencias con Fernán<strong>de</strong>z Vallín.<br />

Es fácil imaginar que tendrían su origen en celos “jovellanistas”, con toda<br />

seguridad. Po<strong>de</strong>mos calificar sus enfados <strong>de</strong> enfados culturales nunca personales.<br />

La advertencia a un amigo <strong>de</strong> que no colocase tal escudo <strong>de</strong> armas en<br />

la fachada <strong>de</strong> su casa porque no le correspondía, no iba dirigido en términos<br />

dubitativos o <strong>de</strong> consejo sino en forma tajante que llevaba cuando menos a<br />

enfriar un tanto aquella relación. A Somoza le perdían las formas, pero quienes<br />

le conocían aguantaban el chaparrón, y pasada la tormenta, don Julio volvía<br />

a ser hombre cariñoso y obsequioso.<br />

7.— Afán <strong>de</strong> perfeccionismo<br />

En todo caso nadie podía <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> admirar su obra, tanto amigos<br />

como enemigos, e incluso aquellos que combatieron sus i<strong>de</strong>as, no pue<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> admirarlo. Ya veremos al tratar <strong>de</strong> la Batalla <strong>de</strong> Covadonga, cómo el<br />

gran hispanista Sánchez Albornoz no pudo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hacerse sensible a la tremenda<br />

personalidad <strong>de</strong> aquel viejo tozudo que negaba tan importante batalla.<br />

Y es que el esfuerzo <strong>de</strong> su obra es gigantesco.<br />

305 Preliminar. Bibliografía Regional Asturiana; pág. XIX.<br />

306 Carta <strong>de</strong> fecha 22 <strong>de</strong> febrero, sin año. FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, H-50/1.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Se ha calificado su tesón <strong>de</strong> paciencia benedictina, frase muy en boga<br />

en la época. Una gran laboriosidad presi<strong>de</strong> todos sus trabajos. Paradójicamente,<br />

sentía cierto complejo <strong>de</strong> fracaso como consecuencia <strong>de</strong> su falta <strong>de</strong><br />

formación académica, pues en cartas a Braulio Vigón lamenta lo que él llama<br />

su holgazanería y las lagunas que, por esta causa, tiene en su formación<br />

humanística, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> cerrarle el camino para obtener los puestos a que, en<br />

otros aspectos, podía optar307. Sin embargo, no pue<strong>de</strong> llamarse holgazanería<br />

a su ingente labor.<br />

Y es que era un amante <strong><strong>de</strong>l</strong> perfeccionismo y lo que ello conlleva que<br />

es el or<strong>de</strong>n. Por eso odiaba los errores, fustigándolos con el sarcasmo y la<br />

burla. Confiesa a Menén<strong>de</strong>z Pelayo ser esclavo <strong><strong>de</strong>l</strong> or<strong>de</strong>n y la disciplina en una<br />

carta don<strong>de</strong> le acaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que ver citados en los Diarios <strong>de</strong> forma equivocada<br />

nombres <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s, montes, ríos, términos, etc., <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, por parte<br />

<strong>de</strong> los amanuenses <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que metían cada zapatón que temblaba el orbe<br />

le producía una crispadura <strong>de</strong> nervios <strong>de</strong> todos los diablos308. Ya veremos cómo al<br />

ser publicados por el Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> llevará a cabo una importantísima<br />

labor <strong>de</strong> corrección.<br />

Todas las obras <strong>de</strong> Somoza llevan el sello <strong>de</strong> su personalidad. Quien<br />

mejor lo ha visto y mejor lo ha expresado ha sido Alejandro Alvargonzález<br />

quien <strong>de</strong>cía admirarle “en sus obras <strong>de</strong> erudición crítica y crítica histórica,<br />

cargadas todas ellas <strong>de</strong> bilis, <strong>de</strong> resentimientos, <strong>de</strong> veracidad, <strong>de</strong> infatigable<br />

lucha y tesón, todas ellas hermosas y dignas <strong>de</strong> un fuerte carácter, don<strong>de</strong> se<br />

representa tal y como era, sin paliativos y ambages y no un fantasma que<br />

algunos asustadizos nos quieren pintar, y los cuales temen que por <strong>de</strong>cir que<br />

un gran hombre fue humano y tuvo sus <strong>de</strong>fectos, preferencias, odios, amores<br />

y toda gama <strong>de</strong> sentimientos que anidan en el alma mortal corriente, <strong>de</strong>jó por<br />

eso <strong>de</strong> ser un gran hombre” 309.<br />

Sin duda alguna fue su tremenda personalidad, su genio enérgico e<br />

intelectualmente tenaz, exigente y apasionado lo que ha producido su obra.<br />

Para llevar a cabo tamaña empresa había que ser duro y exigente, nervioso,<br />

activo, concentrado, perseverante, inconformista, sincero y estar guiado por<br />

la conciencia <strong>de</strong> servir al bien <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Somoza ha sabido transformar,<br />

como él diría, la proverbial galantería española en proverbial actividad y<br />

habitual perseverancia.<br />

307 VIGÓN, Ana María. Prólogo a VIGÓN, Braulio. <strong>Asturias</strong>: Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar. Juegos infantiles.<br />

Poesía popular. Estudios históricos. Prólogo <strong>de</strong> Ana María Vigón. Nota editorial <strong>de</strong> Emilio<br />

Marcos Vallaure. Oviedo, Biblioteca Popular Asturiana, 1980; pág. XXVII.<br />

308 Epistolario. Tomo XI. Carta 449; fecha 31 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1891; pág. 367.<br />

309 Don Julio Somoza <strong>de</strong> Montsoriú (Segunda parte <strong>de</strong> una que <strong>de</strong>bió ser primera). El Comercio, 1<br />

<strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1954.<br />

195


196<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Nada <strong>de</strong> formas, nada <strong>de</strong> disimulos, nada <strong>de</strong> nada, simplemente<br />

manos a la obra con la verdad <strong>de</strong>snuda, caiga quien caiga.<br />

Como ha dicho nuestro recordado Francisco Carantoña, tenía razón<br />

Somoza en <strong>de</strong>jarse llevar por la santa cólera310. 310 Prólogo a la edición facsímil <strong>de</strong> Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana. Gijón, Editorial Auseva,<br />

1988.


CAPÍTULO 9<br />

Las termas romanas<br />

1.— Somoza en escena <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong><br />

Al comenzar el siglo XX Julio Somoza se había convertido en el más<br />

gran<strong>de</strong> jovellanista <strong>de</strong> la historia. Su nombre será asociado <strong>de</strong> forma imperece<strong>de</strong>ra<br />

al <strong>de</strong> don Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Sus propios paisanos así lo<br />

reconocían. Cuando en el verano <strong>de</strong> 1902 se habla <strong>de</strong> reanudar el proyecto <strong>de</strong><br />

construcción <strong><strong>de</strong>l</strong> Muro <strong>de</strong> San Lorenzo, publicó El Comercio un poema subtitulado<br />

“mito...lógico” en el que aparecen Júpiter, Minerva, Apolo, Baco y<br />

otros dioses, en torno a la discusión <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> la construcción <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

muro en la playa.<br />

En medio <strong>de</strong> la narración surge <strong>Jovellanos</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> agua en estatua <strong>de</strong><br />

bronce acompañado <strong>de</strong> Julio Somoza:<br />

Por fin, cuando pisan la playa arenosa,<br />

gritando el dios Jove silencio mandó,<br />

y el pueblo dijo con voz po<strong>de</strong>rosa:<br />

—Postraos ante el genio que al puerto llegó.<br />

Él es <strong>Jovellanos</strong>, el sabio... la gloria,<br />

el digno <strong>de</strong> fama y eterno laurel,<br />

y el otro sujeto que trae <strong>de</strong> la mano,<br />

es Julio Somoza que viene con él.<br />

La estatua <strong>de</strong> bronce, pegando dos saltos,<br />

<strong>de</strong>jando a don Julio, por fin rompe a hablar,<br />

y en un verso libre, <strong>de</strong> estilo anticuado,<br />

las gran<strong>de</strong>s i<strong>de</strong>as comienza a explicar...<br />

Y cuando termina la estatua <strong>de</strong> hacer su panegírico <strong>de</strong> la tierra y los<br />

habitantes <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, sin pronunciarse ni a favor ni en contra <strong><strong>de</strong>l</strong> objeto <strong><strong>de</strong>l</strong>


198<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

<strong>de</strong>bate: la construcción <strong><strong>de</strong>l</strong> muro, “un viva que dio Somoza / fue el epílogo<br />

final / con aplauso general / <strong>de</strong> toda la gente moza” 311.<br />

Al año siguiente <strong>de</strong> estos versos aparecerá en el mismo periódico<br />

otros dirigidos todos ellos a Somoza. Esta vez en tono nada laudatorio. Será<br />

con ocasión <strong>de</strong> los importantísimos hallazgos arqueológicos <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo<br />

Valdés, que son sin duda una <strong>de</strong> las páginas más interesantes <strong>de</strong> la historiografía<br />

asturiana. En esta ocasión, don Julio tropezará con la incomprensión<br />

<strong>de</strong> una buena parte <strong>de</strong> sus paisanos, que no valorarán el <strong>de</strong>scubrimiento<br />

hasta que el tiempo venga a <strong>de</strong>mostrar lo acertado <strong>de</strong> sus conjeturas y análisis.<br />

Merece, pues, por una y otra causa un <strong>de</strong>tenido estudio <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>talles<br />

y circunstancias que ro<strong>de</strong>aron el suceso.<br />

2.— El hallazgo <strong>de</strong> un laborioso artista<br />

Fue al abrir una zanja para la construcción <strong>de</strong> una alcantarilla por lo<br />

empleados municipales cuando un mo<strong>de</strong>stísimo vecino y laborioso artista, según<br />

expresión <strong>de</strong> Somoza, <strong>de</strong>scubrió estas ruinas y paró en ellas su atención. La primera<br />

noticia <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>scubrimiento nos la da El Comercio con fecha 10 <strong>de</strong> marzo,<br />

y ella es la que el propio Somoza toma como <strong><strong>de</strong>l</strong> inicio <strong>de</strong> las excavaciones312. Sin embargo, el hallazgo tuvo lugar algunos días antes, según se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> la gacetilla <strong>de</strong> dicho periódico, que contaba así el suceso:<br />

Excavaciones en el Campo Valdés.<br />

En la zanja abierta en el Campo Valdés para la construcción<br />

<strong>de</strong> una alcantarilla, se han <strong>de</strong>scubierto estos días algunos restos<br />

humanos, así como ladrillos canalizados en perfecto estado <strong>de</strong> conservación<br />

y que se creen <strong>de</strong> origen romano.<br />

Ayer, durante todo el día, acudieron a aquel lugar muchos<br />

curiosos, atisbando el momento sensacional <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong><br />

algún vestigio misterioso.<br />

311 El poema compuesto en tres Cantos y publicado en los días 23, 24 y 25 <strong>de</strong> julio lleva la<br />

firma <strong>de</strong> Xuan <strong>de</strong> la Coyar, que sin duda <strong>de</strong>bía ser persona muy allegada al círculo <strong>de</strong><br />

Somoza, ya que en el poema se hace una referencia a la jaca airada / que monta Sebastián Soto<br />

Posada, amigo <strong>de</strong> Somoza.<br />

312 Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, Vol. I. Nota 1; pág. XXIII. Por otra parte, nuestro<br />

amigo Luis Argüelles en la columna “Viejo Gijón” <strong>de</strong> El Comercio, 22 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1996,<br />

fija la fecha <strong><strong>de</strong>l</strong> 3 <strong>de</strong> marzo.


200<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

A última hora <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, las palas y picachos <strong>de</strong> los obreros<br />

tropezaron con un pavimento <strong>de</strong> ladrillo, el cual no se sabe si constituirá<br />

el techo <strong>de</strong> tumbas antiguas subterráneas o antiguos hornos.<br />

Hoy continuarán los trabajos <strong>de</strong> investigación, que verda<strong>de</strong>ramente<br />

son curiosos y <strong>de</strong>spiertan interés313. Lo que no comenta la prensa es a quién se <strong>de</strong>bía el <strong>de</strong>scubrimiento.<br />

Será el propio Somoza quien nos lo diga:<br />

A principios <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1903 nos avisó nuestro amigo y convecino<br />

don N. M. z S. que al abrir una zanja en el paseo <strong>de</strong> Valdés para la construcción<br />

<strong>de</strong> una alcantarilla, había aparecido un piso o pavimento <strong>de</strong> color<br />

rojizo, que le había llamado la atención por algunas particularida<strong>de</strong>s extrañas314.<br />

A pesar <strong>de</strong> que Somoza le nombre con las siglas, se trataba <strong>de</strong> un<br />

amigo. Es muy probable que conociendo el carácter tímido y mo<strong>de</strong>sto <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

artesano, no se atreviera sin su permiso a nombrarle. Sin embargo, más a<strong><strong>de</strong>l</strong>anta<br />

en la misma obra Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, en la nota 171,<br />

correspondiente al capítulo <strong>de</strong>dicado a las termas le menciona como N.<br />

Martínez.<br />

Era don Nemesio Martínez Sierra, que tal era el nombre completo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>de</strong>scubridor, un famoso y laborioso grabador, <strong>de</strong> espíritu selecto y corazón<br />

bondadoso, alma noble, que había trabajado al lado <strong>de</strong> Alfredo Truan, pues<br />

dominaba tanto la ma<strong>de</strong>ra como el cristal. Ovetense <strong>de</strong> nacimiento (1894), <strong>de</strong><br />

cuya Escuela <strong>de</strong> Bellas Artes fue alumno, llegó a Gijón tras una breve estancia<br />

en Madrid, empleándose como dibujante en la litografía <strong>de</strong> la calle<br />

Libertad, que regentaban los señores Arranz <strong>de</strong> la Torre, Crespo y Cruz. Hizo<br />

los primeros planos <strong>de</strong> los puertos <strong>de</strong> El Musel y <strong><strong>de</strong>l</strong> Apagador. En 1884 había<br />

publicado una curiosa Guía <strong>de</strong> Gijón, con la vista <strong>de</strong> las principales calles <strong>de</strong><br />

la villa dibujadas a pluma, documento hoy muy estimado. Fundó en 1890<br />

una revista quincenal artística titulada El Trazo. Era profesor <strong>de</strong> Dibujo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Ateneo. Compartía con su íntimo amigo Julio Somoza la vocación jovellanista<br />

y la afición por el coleccionismo <strong>de</strong> grabados antiguos, <strong>de</strong> los que formaron<br />

una gran colección315. Existe un testimonio tanto <strong>de</strong> esta amistad como <strong>de</strong><br />

la afición <strong>de</strong> Somoza al grabado en unas notas <strong>de</strong> puño y letra <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre<br />

jovellanista en las que <strong>de</strong>scribe una estampa que poseía el entrañable amigo.<br />

313 Al día siguiente, 11 <strong>de</strong> marzo, aparecería recogida la misma noticia en El Carbayón <strong>de</strong><br />

Oviedo.<br />

314 Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Vol. I; pág. 1.<br />

315 Toda esta información nos la da Pachín <strong>de</strong> Melás en su reportaje gijonés titulado: Don<br />

Nemesio, el Grabador, aparecido en La Prensa el 3 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1933.


202<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Estaba grabada en cobre y medía 0,72 m <strong>de</strong> largo por 0,53 m <strong>de</strong><br />

ancho. Estaba dibujada por Luis Parret y grabada por José Ximeno. Se titulaba<br />

“La <strong>de</strong>sgracia imprevista y la felicidad inesperada”. Representaba la<br />

extracción <strong>de</strong> la artillería y caudales <strong><strong>de</strong>l</strong> navío San Pedro Alcántara que fue a<br />

pique en Peniche (Portugal) en el año 1786 316. No sería la única vez en que el<br />

insigne grabador apareciera unido a Somoza en el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> un<br />

valioso hallazgo; ya en 1898 sería testigo <strong>de</strong> aquel sorpren<strong>de</strong>nte y lamentable<br />

estado en que fueron encontrados muchos manuscritos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, envolviendo<br />

restos <strong>de</strong> jabón, <strong>de</strong> las jabonadoras <strong>de</strong> la acequia <strong><strong>de</strong>l</strong> molino <strong>de</strong><br />

Ceares317. Don Nemesio <strong>de</strong>jó al morir, el 20 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1916, tras una vida<br />

austera, un cariñoso recuerdo y un gran respeto a su memoria. Somoza le<br />

<strong>de</strong>dicó este epitafio:<br />

Cansado ya <strong>de</strong> batallar sin tregua<br />

contra la ciega fuerza <strong><strong>de</strong>l</strong> Destino,<br />

piadosa al fin, te <strong>de</strong>paró la Muerte<br />

la paz serena <strong><strong>de</strong>l</strong> eterno olvido.<br />

Del olvido le hemos rescatado por su importante papel en este<br />

hallazgo. Don Nemesio, nada más percatarse <strong><strong>de</strong>l</strong> interés arqueológico <strong>de</strong> lo<br />

aparecido en el Campo Valdés, lo primero que hizo fue avisar a su amigo<br />

Julio, quien a la primera ojeada se percata <strong>de</strong> que son restos romanos. Así nos<br />

lo cuenta Somoza: Fuimos a verlo incontinenti, y a la primera ojeada, y sin vacilar,<br />

nos persuadimos <strong>de</strong> que aquellos restos, por sus materiales, forma, aire y antigüedad,<br />

<strong>de</strong>bían pertenecer al periodo romano318. 3.— Cuatro faramallas y buscarruidos<br />

Es probable que fuera el propio Somoza quien contribuyese con su<br />

comentario a <strong>de</strong>spertar el interés <strong>de</strong> los vecinos y <strong><strong>de</strong>l</strong> público, que curioso se<br />

acercaba a ver si se veía algún objeto <strong>de</strong> interés. La aparición <strong>de</strong> los restos<br />

humanos mantendría in crescendo esta curiosidad popular. El caso es que<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer momento las excavaciones excitaron la curiosidad <strong>de</strong> la gente.<br />

Contó entonces don Julio con la importantísima ayuda y colaboración<br />

<strong>de</strong> su viejo amigo don Calixto Alvargonzález Landau, hombre que unía<br />

a su condición <strong>de</strong> industrial una amplísima preparación intelectual. Llevó a<br />

cabo la obra <strong>de</strong> levantar el segundo cuerpo <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y<br />

316 La nota aparece al final <strong><strong>de</strong>l</strong> Pequeño diccionario geográfico <strong>de</strong> Julio Somoza. (Biblioteca<br />

Asturiana <strong><strong>de</strong>l</strong> P. Patac, doc. FC 164).<br />

317 Víd. Cap. I.<br />

318 Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Vol. I; pág. I.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

ahora llevaría a cabo con exquisito primor y cuidado estas excavaciones,<br />

aportando sus conocimientos arqueológicos adquiridos en un viaje a<br />

Pompeya.<br />

El día 12 <strong>de</strong> marzo apareció en El Comercio una gacetilla en la que se<br />

ridiculizaba a quienes “han creído tener enfrente alguna portentosa ‘obra <strong>de</strong><br />

romanos’ <strong>de</strong> gran interés histórico para Gijón”, y señalaba que en el Archivo<br />

Municipal había una escritura <strong>de</strong> 1650, según la cual don Fernando Valdés,<br />

ascendiente <strong>de</strong> la familia Revillagigedo, había hecho construir en el sitio<br />

don<strong>de</strong> se estaba excavando, un muro <strong>de</strong> contención <strong>de</strong> la almena para <strong>de</strong>fensa<br />

<strong>de</strong> sus propieda<strong>de</strong>s, pero el Ayuntamiento no le <strong>de</strong>jó, dadas las quejas <strong>de</strong><br />

los vecinos, y mandó <strong>de</strong>moler las obras para <strong>de</strong>jar paso a la iglesia. Y eran<br />

esos los vestigios <strong>de</strong>scubiertos.<br />

El día 15 volvía a insistir en que la cosa no tenía la importancia que<br />

se le había pretendido dar. También señalaba que “no han faltado graciosos<br />

comentarios y jocosas ocurrencias a propósito <strong>de</strong> los supuestos ‘interesantes’<br />

<strong>de</strong>scubrimientos, y terminaba diciendo”:<br />

“Como nunca faltan gentes <strong>de</strong>socupadas que andan a caza <strong>de</strong><br />

baratos entretenimientos, vienen estos días constituidos en guardia<br />

cerca <strong>de</strong> la zanja famosa, no pocos arqueólogos <strong>de</strong> ‘lance’ que sueñan<br />

con ver resurgir, a lo mejor, bajo el golpe <strong>de</strong> la piqueta, encantadas<br />

mansiones por el estilo <strong>de</strong> las que tantas veces se creaba don Quijote<br />

en los inexhaustos veneros <strong>de</strong> su imaginación ardiente y dislocada.<br />

En fin, cada loco con su tema y cada anticuario con su moneda<br />

cuadrada o con su ladrillo acanalado”.<br />

Pero la cosa subió <strong>de</strong> tono dos días más tar<strong>de</strong>, en que aparecieron<br />

unos versos con la firma <strong>de</strong> ZAPICO, en los que se hacía clara alusión a<br />

Somoza, quien ya entonces, como él diría, estaba cierto <strong><strong>de</strong>l</strong> tipo <strong>de</strong> restos<br />

encontrados, a juzgar por el título <strong><strong>de</strong>l</strong> poema, que <strong>de</strong>cía así:<br />

Los restos <strong>de</strong> Cartago, antiguas<br />

catacumbas o baños sulfurosos.<br />

—————————<br />

Leyenda en cantos (rodados)<br />

CANTO PRIMERO<br />

Hoy, Fabio, que las diosas<br />

<strong>de</strong> la mansión <strong>de</strong> Apolo y Helicona<br />

me invitan a cantar, entre otras cosas,<br />

la vida harto feliz <strong>de</strong> tu persona.<br />

203


204<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

En versos mal medidos,<br />

sin música y sin arte,<br />

voy una historia póstuma a contarte<br />

y si con mil cumplidos<br />

mis pobres versos sin piedad rehusas,<br />

imploraré a las musas<br />

hagan llegar su canto a tus oídos.<br />

y sin ser yo un Quintana, un Garcilaso,<br />

un Zorrilla, un Barlart, un Aguilera,<br />

Tirso, Espronceda, Campoamor o el Tasso,<br />

Quevedo, Moratín, Flores García,<br />

te diré en poesía<br />

lo que tal vez en prosa no pudiera.<br />

Y entonces con palabras melodiosas<br />

y versos armoniosos<br />

te contaré unas cosas<br />

que pasarán sin duda <strong>de</strong> curiosas<br />

y serán el asombro <strong>de</strong> curiosos.<br />

CANTO SEGUNDO<br />

Allá en los tiempos el doctor Pandolfo,<br />

aquél sabio eminente<br />

que dieron en llamarlo ingenuamente<br />

más que sabio precoz, valiente golfo,<br />

vinieron a Gijón dos maragatos<br />

con un fardo <strong>de</strong> platos<br />

<strong>de</strong> porcelana fina<br />

y otros varios enseres <strong>de</strong> cocina.<br />

Mas como entonces, al igual que hoy día,<br />

eran las lluvias por <strong>de</strong>más frecuentes,<br />

y el mercado se hacía<br />

a la orilla <strong><strong>de</strong>l</strong> mar y a cuatro vientos,<br />

los pobres maragatos levantaron<br />

una especie <strong>de</strong> tienda<br />

con piedras y ladrillos que sobraron<br />

<strong>de</strong> varios monumentos<br />

que a la iglesia contigua<br />

construía un Marqués <strong>de</strong> casa antigua.<br />

Los otros comerciantes<br />

<strong>de</strong> botas <strong>de</strong> Noreña, protestaron<br />

en tonos alarmantes,<br />

y el Alcal<strong>de</strong> intervino en el asunto.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Dio cuenta en la sesión <strong><strong>de</strong>l</strong> sucedido<br />

y or<strong>de</strong>naron al punto<br />

se fueran los intrusos maragatos<br />

a otro pueblo mejor para sus platos.<br />

El pueblo <strong>de</strong> Gijón, agra<strong>de</strong>cido<br />

y victorioso al fin <strong>de</strong> la contienda,<br />

dio vivas al Alcal<strong>de</strong> y en memoria<br />

<strong>de</strong> aquel día tan gran<strong>de</strong>, aquella tienda<br />

se convirtió en escoria.<br />

Así me dice ¡oh Labio! en el archivo<br />

<strong>de</strong> nuestro Ayuntamiento,<br />

un usado papel sobre el que escribo<br />

para que sepan todos que no miento.<br />

CANTO TERCERO<br />

¡Oh dulces diosas <strong><strong>de</strong>l</strong> hermoso Apolo!<br />

prestad <strong>de</strong> vuestra lira los acentos,<br />

no me <strong>de</strong>jéis tan solo<br />

en estos solemnísimos momentos.<br />

Llorad conmigo la traidora suerte<br />

<strong>de</strong> estos restos <strong><strong>de</strong>l</strong> templo soberano<br />

que la infame piqueta<br />

sorda a tales canciones <strong><strong>de</strong>l</strong> poeta,<br />

<strong>de</strong>shace ahora con traidora mano.<br />

Aquí un templo romano<br />

se eleva majestuoso<br />

y más allá una bóveda se asienta.<br />

Un baño sulfuroso<br />

aquí a mis plantas veo,<br />

una lapida allí se me presenta<br />

y en letras burdas esquiroles leo.<br />

Términos sin duda<br />

que el tiempo ingrato carcomiendo muda.<br />

¡Un clavo! ¡una moneda! dos ladrillos<br />

tamaño colosal,<br />

un pedazo <strong>de</strong> copa <strong>de</strong> cristal,<br />

cuatro metros <strong>de</strong> tubo,<br />

un poco <strong>de</strong> argamasa con pintura..<br />

Todo me indica que hubo<br />

un notable y artístico edificio,<br />

tal vez fuera romana sepultura,<br />

una cueva tal vez <strong><strong>de</strong>l</strong> santo oficio.<br />

...................................................<br />

205


206<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Cava, cava, tu frente<br />

cúbrela <strong>de</strong> sudor que ya la historia<br />

pagará tu trabajo eternamente<br />

cubriéndote <strong>de</strong> gloria...<br />

¿Más qué hallaste ¡oh sabio!<br />

que apenas a mover se atreve el labio?<br />

¿Una inscripción tal vez? ¿algún escudo<br />

que <strong>de</strong>note una época remota?<br />

—¡Solloza <strong>de</strong> alegría, es una bota<br />

pegada en este plato con engrudo!<br />

ZAPICO<br />

Se continuarán las excavaciones<br />

Las alusiones a Somoza eran pues clarísimas y directas en ese Solloza<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> penúltimo verso, que aparecía igualmente en cursiva en el original.<br />

Pero no era sólo El Comercio el que no creía en la importancia <strong>de</strong> los<br />

hallazgos. También su colega El Noroeste se hacía eco <strong>de</strong> la explicación <strong>de</strong> atribuir<br />

las obras a Fernando Valdés en 1650; e incluso se <strong>de</strong>cía: “Tal vez, como<br />

creen algunos, hayan tenido allí los romanos alguna fábrica <strong>de</strong> oricios”.<br />

De todos estos ataques se vengaría don Julio año más tar<strong>de</strong> cuando<br />

dio a la imprenta su obra Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, don<strong>de</strong> se permite<br />

este largo <strong>de</strong>sahogo:<br />

Permítasenos “por una sola vez”, contestar someramente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este<br />

sitio a la huera <strong>de</strong>clamación <strong>de</strong> algunos papeles locales en aquellos días, cuyos<br />

inspiradores, acreditando una ignorancia supina en materia <strong>de</strong> investigación<br />

histórica, y con una <strong>de</strong>scortesía propia sólo <strong>de</strong> quienes <strong>de</strong>sconocen en absoluto<br />

los rudimentos <strong><strong>de</strong>l</strong> trato social, vertieron especies tan ajenas <strong>de</strong> toda persona<br />

medianamente culta, como inspiradas en las más vulgares pasiones.<br />

Al segundo o tercer día <strong>de</strong> las excavaciones, sin ver, sin saber oír,<br />

ni enten<strong>de</strong>r, y siendo blanco <strong>de</strong> las burlas <strong>de</strong> un “<strong>de</strong>socupado” (muy amigo<br />

<strong>de</strong> zaran<strong>de</strong>ar al prójimo por puro pasatiempo), se lanzaron a <strong>de</strong>cir, que aquellas<br />

ruinas, eran <strong>de</strong> edificios <strong>de</strong> 1654, según constaba <strong>de</strong> papeles <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Ayuntamiento. ¡Buena plancha! pero ¡buena! Como no les diera resultado la<br />

tentativa, <strong>de</strong> puro disparatada que era, tomáronlo por el lado <strong>de</strong> chusca<br />

payasada, y allí salieron a relucir las casas <strong>de</strong> las “Teñidoras y<br />

Reblaguinas”, cuya edificación difícilmente subiría <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVIII, y por<br />

último, sumándose a las multitu<strong>de</strong>s, bajo su forma más soez, reprodujeron<br />

todos los ecos <strong><strong>de</strong>l</strong> folklore, bajo la forma <strong>de</strong> minas, tesoros, gigantes<br />

encantados, xanas, ayalgas, nigromantes, y... fábricas <strong>de</strong> oricios.<br />

Costábales bien poco a estos representantes <strong><strong>de</strong>l</strong> Cuarto po<strong>de</strong>r (ya<br />

puesto en solfa por Armando Palacio Valdés, vapuleado sin piedad por el


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

célebre Rector <strong>de</strong> la Salmanticense, y escarnecido en la picota por la can<strong>de</strong>nte<br />

estrofa <strong>de</strong> Núñez <strong>de</strong> Arce), informarse por sí propios, arrimando el<br />

hombro, y asistiendo con asiduidad algunos días a las exploraciones, compulsando<br />

<strong>de</strong>spués en las bibliotecas locales sus datos, o asesorándose <strong>de</strong> personas<br />

que sobre la materia pudieran ilustrarles: pero encontraron más cómodo<br />

y barato acudir al repertorio grueso <strong><strong>de</strong>l</strong> plato fuerte, suministrándoselo<br />

al ilustrado público en la forma que tan acreditada tienen.<br />

Y todo ¿por qué?... Porque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer día, no se encontraron,<br />

como pudiera suce<strong>de</strong>r en Pompeya, Herculano, Tarragona, o Mérida, estatuas,<br />

lápidas, armas, ánforas, ídolos, alhajas, y otros objetos materiales,<br />

y bien conservados que satisficieran su curiosidad femenil, y su admiración<br />

<strong>de</strong> niño. Querían, como vulgarmente se dice, llegar y besar el Santo.<br />

Y... ¿por qué más?... Porque en la impura realidad <strong>de</strong> la vida, había<br />

tras cortina, tres o cuatro grotescos faramallas o buscarruidos, que no<br />

tuvieron ni la iniciativa ni la dirección <strong>de</strong> la empresa: y, <strong>de</strong>sconocedores por<br />

completo <strong>de</strong> lo que son las investigaciones históricas, y en absoluto <strong>de</strong>sposeídos<br />

<strong>de</strong> todo lo que significa veneración y respeto por la antigüedad, creyeron<br />

(¡vaya si lo creyeron!) que era aquella, ocasión propicia <strong>de</strong> darse pisto,<br />

en una materia que por su índole extraña, había <strong>de</strong> excitar, naturalmente, la<br />

curiosidad pública.<br />

Somoza ataca a algún <strong>de</strong>socupado y a tres o cuatro faramallas y buscarruidos.<br />

Da la sensación <strong>de</strong> que sabe quiénes son, sin embargo no los nombra.<br />

Y es que don Julio, así como en las cartas privadas a algún amigo se permite el<br />

franco <strong>de</strong>sahogo en la intimidad <strong>de</strong> la amistad, en sus escritos públicos suele ser<br />

más comedido lógicamente. Y a fuer <strong>de</strong> jovellanista, termina con este párrafo:<br />

De perlas viene, a los inspiradores y colaboradores <strong>de</strong> semejantes<br />

esperpentos, que se permiten el lujo <strong>de</strong> llamarse representantes <strong>de</strong> la opinión<br />

pública, la sentencia, que dictada con soberana frase, estampó nuestro<br />

preclaro Maestro: don<strong>de</strong> falta la instrucción, NO HAY OPINIÓN<br />

PÚBLICA, porque la ignorancia no tiene opinión <strong>de</strong>cidida, y los<br />

pocos que saben, bien o mal, imponen la suya a los que no la tienen.<br />

(<strong>Jovellanos</strong>: Reflexiones sobre la opinión pública, ms. inédito).<br />

4.— Se confirma la importancia <strong>de</strong> las termas romanas<br />

El Comercio <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> interesarse pronto por el tema, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la poesía<br />

alusiva a Somoza. Pero El Noroeste le <strong>de</strong>dicaba diariamente algún comentario<br />

o reseña <strong>de</strong> lo que iba apareciendo. Por su interés creemos conveniente<br />

ir siguiendo los avances <strong>de</strong> las obras. La primera noticia que dio al respecto,<br />

207


208<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

un día <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que lo hiciera El Comercio, ya informaba con algún mayor<br />

<strong>de</strong>talle que su colega acerca <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>scubierto hasta entonces que eran: algunos<br />

restos humanos, una moneda antigua <strong>de</strong> cobre y pedazos <strong>de</strong> ladrillos <strong>de</strong><br />

fabricación romana “al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> los inteligentes”. Le llamaba la atención el<br />

pavimento <strong>de</strong> hormigón <strong>de</strong>scubierto, como unos tres metros cuadrados, porque<br />

encima y alre<strong>de</strong>dor <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo aparecían tierras ennegrecidas que tal vez<br />

estuvieran carbonizadas. El día 12 daba cuenta <strong>de</strong> la aparición el día antes <strong>de</strong><br />

algo más <strong>de</strong> cemento y una pared <strong>de</strong> mampostería paralela al paseo y como<br />

a la profundidad <strong>de</strong> un metro. Y en medio <strong>de</strong> la pared un hueco <strong>de</strong> 70 cm <strong>de</strong><br />

ancho y adosados dos pasos <strong>de</strong> escalera <strong>de</strong> piedra. Al día siguiente: una<br />

pared hecha <strong>de</strong> ladrillos y cemento, algunos pedazos <strong>de</strong> barro cocido que<br />

<strong>de</strong>bieron pertenecer a una vasija y por último un estrecho pozo que aún no<br />

había sido explorado. El día 14 podía leerse que se habían encontrado pedazos<br />

<strong>de</strong> vidrio antiguo, una alcantarilla estrecha y un arco <strong>de</strong> ladrillo “que se<br />

cree que sirvió <strong>de</strong> adorno a una fuente hoy <strong>de</strong>saparecida”. Veinticuatro horas<br />

más tar<strong>de</strong> se <strong>de</strong>scubrieron los complementos: dos tubos, uno <strong>de</strong> plomo y otro<br />

<strong>de</strong> barro, que comunicaban con la alcantarilla, y al lado <strong><strong>de</strong>l</strong> arco <strong>de</strong> ladrillo<br />

<strong>de</strong>scubierto una <strong><strong>de</strong>l</strong>gada pared <strong>de</strong> ladrillos huecos que comunicaban entre sí<br />

por medio <strong>de</strong> agujeros. Según Francisco Carantoña, el día 16 <strong>de</strong> marzo tendría<br />

lugar el hallazgo <strong>de</strong> las Termas Romanas319. La Comisión Provincial <strong>de</strong> Monumentos <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> enterarse <strong>de</strong> la<br />

noticia a través <strong>de</strong> don Octavio Bellmunt, correspondiente <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong><br />

Bellas Artes, quien informó <strong>de</strong> palabra al vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Comisión, que<br />

lo era don Rafael Altamira. Enterada <strong><strong>de</strong>l</strong> asunto, en sesión <strong>de</strong> fecha 17 <strong>de</strong><br />

marzo, presidida por su presi<strong>de</strong>nte don Fermín Canella, acordó remitir un<br />

oficio al alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Gijón, don Eduardo Martínez Marina, interesando su<br />

intervención en las excavaciones y rogándole al propio tiempo que procurase<br />

librar <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción los objetos encontrados, según <strong>de</strong>terminaba el<br />

Reglamento <strong>de</strong> las Comisiones Provinciales, en tanto fueran examinados por<br />

un individuo <strong>de</strong> la Comisión que habría <strong>de</strong> trasladarse a examinarlos. De este<br />

comunicado se hizo eco la prensa local320. Pero el Ayuntamiento ya se había interesado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer<br />

momento en el asunto gracias a la presencia en su seno <strong>de</strong> una persona a<br />

quien la prensa señalaba bajo la expresión “algún celoso concejal”. Se trataba<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> antiguo alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Gijón y entonces concejal, don Alejandro<br />

Alvargonzález, primo <strong>de</strong> Calixto Alvargonzález. En el acta <strong>de</strong> la sesión ordinaria<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> día 18 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1903 po<strong>de</strong>mos leer cómo pidió la palabra y “una<br />

vez concedida dijo que con motivo <strong>de</strong> las excavaciones hechas para la cons-<br />

319 CARANTOÑA, Francisco. Pintores Asturianos. Evaristo Valle. Oviedo, Banco Herrero,<br />

1972.<br />

320 El Noroeste <strong>de</strong> 19 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1903.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

trucción <strong>de</strong> una alcantarilla en el Campo Valdés se observan vestigios <strong>de</strong> una<br />

edificación muy antigua, que con el auxilio <strong>de</strong> dos operarios se fue <strong>de</strong>scubriendo,<br />

e induce a creer que continuando los trabajos podrá obtenerse algo<br />

útil para la Historia <strong>de</strong> Gijón; y que en este concepto proponía al<br />

Ayuntamiento se autorizase la continuación <strong>de</strong> dichas excavaciones que<br />

habían <strong>de</strong> originar un gasto <strong>de</strong> muy poca importancia”. Y el Ayuntamiento<br />

acordó conce<strong>de</strong>r dicha autorización321. Por su parte la Comisión Provincial <strong>de</strong> Monumentos en sesión <strong>de</strong> 21<br />

<strong>de</strong> marzo acordó que el domingo inmediato visitasen las termas los miembros<br />

<strong>de</strong> la Comisión, señores don Inocencio Redondo y don Rafael Altamira.<br />

Tras el examen <strong>de</strong> los sabios, se confirmó sin lugar a duda la importancia <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

hallazgo. Eran restos romanos, y concretamente se sabe que hay una terma o<br />

caldarium romano. Se sacaron varias fotografías y dibujos y el coste <strong>de</strong> la obra<br />

resultaba pequeño.<br />

Casi un mes más tar<strong>de</strong>, el día 15 <strong>de</strong> abril, Alejandro Alvargonzález,<br />

reconocido como director o gerente oficial <strong>de</strong> las excavaciones322 dio cuenta<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> resultado <strong>de</strong> su gestión. He aquí literalmente la interesante exposición <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Sr. Alvargonzález según el acta <strong>de</strong> la sesión:<br />

“El Sr. Alvargonzález expuso: Que con fecha 18 <strong>de</strong> marzo<br />

acordó el Ayuntamiento autorizarle para hacer las excavaciones convenientes<br />

en el Campo <strong>de</strong> Valdés, a fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir los restos <strong>de</strong> la<br />

edificación antigua que había aparecido al construirse una alcantarilla<br />

y que creería pecar <strong>de</strong> <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cido y al propio tiempo <strong>de</strong><br />

incumplimiento <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ber si no diese cuenta <strong>de</strong> los resultados; que<br />

hasta ahora se llevaron <strong>de</strong>scubiertos unos muros <strong>de</strong> una edificación<br />

que por todos los conceptos parece ser una terma o caldarium romano,<br />

que sacó varias fotografías y dibujos, los cuales tenía a disposición<br />

<strong>de</strong> sus concejales, sin perjuicio <strong>de</strong> en su día entregarlos al<br />

Ayuntamiento con los objetos a que se refieren y una memoria explicativa<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>scubrimiento, limitándose por ahora a significar que no<br />

han sido estériles los gastos hechos hasta la fecha y que no exce<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> 180 pesetas, siendo <strong>de</strong> esperar que en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante produzcan aún<br />

mejor resultado” 323.<br />

321 Libro <strong>de</strong> Actas <strong>de</strong> Sesiones <strong>de</strong> 1903; folio 106 vuelto. Archivo Municipal <strong>de</strong> Gijón.<br />

322 Así se <strong>de</strong>duce, sin lugar a dudas, por el Acta <strong>de</strong> la Comisión Provincial <strong>de</strong> monumentos<br />

<strong>de</strong> fecha 16 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1903 en el que se le pi<strong>de</strong>n noticias como tal Director <strong>de</strong> las excavaciones.<br />

(Libro <strong>de</strong> Actas <strong>de</strong> la Comisión Provincial <strong>de</strong> Monumentos. Archivo <strong><strong>de</strong>l</strong> Museo<br />

Arqueológico Provincial <strong>de</strong> Oviedo).<br />

323 Libro <strong>de</strong> Actas <strong>de</strong> Sesiones <strong>de</strong> 1903; folio 135 v. y 136. Archivo Municipal <strong>de</strong> Gijón.<br />

209


210<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Julio Somoza años más tar<strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cerá el interés <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento con<br />

estas palabras:<br />

Corrida la noticia llegó muy luego a la <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilustre Ayuntamiento,<br />

don<strong>de</strong> varios concejales promovieron la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> continuar las excavaciones,<br />

que con laudable celo, alentó y protegió aquel distinguido Cuerpo. A él, por<br />

tanto, se <strong>de</strong>ben los <strong>de</strong>scubrimientos hechos, mereciendo por sus méritos y<br />

útil concurso, el aplauso unánime <strong>de</strong> todos los hombres estudiosos324. No aparece expresamente mencionado su amigo Alejandro<br />

Alvargonzález, pero ello no obe<strong>de</strong>ce a <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cimiento sino a que él no fue<br />

el único concejal que se interesó por las excavaciones. En el acta <strong>de</strong> la sesión<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> día 15 <strong>de</strong> abril, ya mencionada, se nos informa que levantaron la mano a<br />

un mismo tiempo los señores Menén<strong>de</strong>z Ruiz y Rato y Hevia solicitando el<br />

uso <strong>de</strong> la palabra, y concedida al primero manifestó su satisfacción <strong>de</strong> los<br />

resultados obtenidos por el Sr. Alvargonzález y, tras darle las gracias por su<br />

trabajo, proponía se le autorizase a continuar “por ser sin duda el <strong>de</strong>scubrimiento<br />

<strong>de</strong> gran importancia histórica” y que “se haga y publique la memoria<br />

a que se refirió”. El Sr. Rato y Hevia dijo <strong>de</strong>spués que había pedido la palabra<br />

para proponer lo mismo. El Ayuntamiento acordó por unanimidad conforme<br />

con lo propuesto por dichos señores. Sin embargo, la memoria como<br />

ya veremos no será publicada.<br />

Las excavaciones se llevaron a cabo con todo el rigor científico <strong>de</strong><br />

acuerdo con los conocimientos <strong>de</strong> la época, según ha venido a reconocer en<br />

nuestros días la arqueóloga Carmen Fernán<strong>de</strong>z Ochoa en su reciente libro: La<br />

muralla romana <strong>de</strong> Gijón (<strong>Asturias</strong>). Para esta autora las excavaciones arqueológicas<br />

<strong>de</strong> las Termas romanas <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo Valdés supusieron un hito en la<br />

arqueología asturiana. “Por primera vez —dice— se plantea una excavación<br />

con bastante rigor científico y se elabora una monografía que presenta unas<br />

características muy avanzadas para su época” 325.<br />

Es admirable pues cómo personas ajenas al ámbito universitario y<br />

académico, es <strong>de</strong>cir “sin método científico” (como diría cualquier ilustre académico<br />

o catedrático) han llevado a cabo una labor rigurosa en la difícil<br />

materia <strong>de</strong> la Arqueología. Sobre todo si se tiene en cuenta que a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> don<br />

Julio la mayor dificultad estaba en la ausencia en nuestra patria <strong>de</strong> una obra<br />

manual y práctica sobre semejante materia.<br />

324 Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Vol. I. Nota 171; pág. 261.<br />

325 FERNÁNDEZ OCHOA, Carmen. La muralla romana <strong>de</strong> Gijón (<strong>Asturias</strong>). Gijón. Electa,<br />

1997; págs. 33 y 35.


212<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

A<strong>de</strong>más, y <strong>de</strong> ello eran conscientes sus <strong>de</strong>scubridores, se precisaban<br />

conocimientos arqueológicos y arquitectónicos, y otros auxiliares, propios <strong>de</strong><br />

ingenieros, constructores y arquitectos. Sin embargo, contaron con el mejor<br />

auxiliar, su voluntad y su amor al pasado:<br />

Mas como nadie está obligado a dar más <strong>de</strong> lo que tiene, claro es,<br />

que nuestra voluntad y buen <strong>de</strong>seo habían <strong>de</strong> suplir por lo que nos faltaba,<br />

empeñándonos en esta empresa, más por amor y pasión hacia el pasado, que<br />

no por la gloria o provecho que pudiéramos recabar, nula siempre (cuando<br />

no ilusoria) en nuestra triste y <strong>de</strong>sdichada patria326. Los dibujos y el plano tan exacto fue llevado a cabo por Calixto<br />

Alvargonzález, quien llevaba también la realización material <strong>de</strong> la obra. Así<br />

nos lo ha <strong>de</strong>jado escrito Somoza, quien al hablar <strong>de</strong> la participación <strong>de</strong> su<br />

amigo en el <strong>de</strong>scubrimiento escribe:<br />

Encargóse el Sr. Calixto Alvargonzález, a nosotros unido por antigua<br />

amistad, <strong><strong>de</strong>l</strong> levantamiento <strong>de</strong> planos, dibujos, y toda la parte accesoria<br />

<strong>de</strong> la obra, siendo su actividad y entusiasmo tales, que fuera omisión imperdonable<br />

no consignar aquí el aplauso y galardón a sus meritorios esfuerzos<br />

<strong>de</strong>bido. Datos interesantes aportados por él <strong>de</strong> su excursión a Pompeya y a<br />

los museos extranjeros, vinieron a confirmar muchas <strong>de</strong> nuestras conjeturas;<br />

aclarando otros conceptos enigmáticos y ambiguos sobre la aplicación y<br />

uso <strong>de</strong> los objetos encontrados.<br />

Por otra parte, dado que el Ayuntamiento tenía interés en ello, se<br />

encargó <strong>de</strong> la dirección técnica o supervisión el Arquitecto Municipal don<br />

Luis Bellido. Pero este Señor —dirá Somoza— por sus quehaceres y múltiples trabajos,<br />

sólo asistió dos o tres veces a la inspección, <strong><strong>de</strong>l</strong>egando ésta en don Ramón Álvarez<br />

Sala, que atendió cuantas indicaciones se le hicieron, y accedió a cuanto se le propuso,<br />

por lo que también se hizo acreedor a la gratitud <strong>de</strong> los aficionados327. Sin ánimo <strong>de</strong> entrar en los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scubrimientos, hay que<br />

<strong>de</strong>cir que se encontraron objetos <strong>de</strong> vidrio, cerámica, bronce, plomo, hierro,<br />

restos animales y trozos <strong>de</strong> distintos minerales. Concretamente <strong>de</strong>stacaban:<br />

un alfiler y una fíbula <strong>de</strong> bronce, varios colmillos <strong>de</strong> jabalí, astas <strong>de</strong> ciervo y<br />

un cuerno, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> fragmentos <strong>de</strong> cántaros, tinajas, etcétera. Los dibujos<br />

<strong>de</strong> las piezas más interesantes fueron enviadas al insigne historiador y académico<br />

padre Fi<strong><strong>de</strong>l</strong> Fita por Julio Somoza, quien no gustando <strong>de</strong> adornarse<br />

con plumas ajenas, aclara en su libro que la remisión fue <strong>de</strong> él pero el dibujo<br />

<strong>de</strong> don Calixto Alvargonzález. Eran tres ladrillos con sus inscripciones.<br />

Destacaba el <strong>de</strong> mayor tamaño (445 x 300 mm) con una leyenda griega en<br />

326 Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Vol. I; pág. 250.<br />

327 Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Vol. I. Nota 3; pág. XXIV.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

letra cursiva, que el P. Fita interpretó como Le(gio) IV M(acedonia). Los caracteres<br />

griegos se <strong>de</strong>bían al origen <strong>de</strong> la Legión y su presencia, por haberse<br />

establecido en el antiguo castro <strong>de</strong> Cima<strong>de</strong>villa un vexilium o <strong>de</strong>stacamento<br />

<strong>de</strong> la misma en tiempos <strong>de</strong> Augusto. Quedaba al <strong>de</strong>scubierto el posible origen<br />

<strong>de</strong> Gijón328. Para dar una i<strong>de</strong>a <strong><strong>de</strong>l</strong> nivel investigador, el rigor y la minuciosidad<br />

con que se llevó a cabo la investigación, diremos que hasta las pajas y glumas<br />

<strong>de</strong> un cereal fueron examinadas, según el testimonio que años más tar<strong>de</strong> nos<br />

<strong>de</strong>jó Calixto Alvargonzález en su curiosísima obra: La Escanda, su origen, su<br />

cultivo. Al hablar <strong><strong>de</strong>l</strong> origen <strong>de</strong> la escanda lo supone romano y se lamenta <strong>de</strong><br />

haber perdido un rastro que hubiese dado alguna luz al tema: “En las excavaciones<br />

<strong>de</strong> las Termas <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo Valdés (Gijón) —dice— encontramos un<br />

trozo <strong>de</strong> enlucido compuesto <strong>de</strong> cal y guijo, mezclado con pajas y glumas <strong>de</strong><br />

un cereal, ejemplar que guardaron cuidadosamente para estudiar con <strong>de</strong>tenimiento”.<br />

Y sigue diciendo: “Nuestros amigos don Julio Somoza y don<br />

Alejandro Alvargonzález vieron el ejemplar cuando se sacó <strong>de</strong> aquellas termas;<br />

pero con motivo <strong><strong>de</strong>l</strong> traslado <strong>de</strong> los hallazgos al Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong><br />

y vernos obligados a mudar <strong>de</strong> local, aquel pedazo <strong>de</strong> enlucido se extravió,<br />

perdiéndose el único testigo que nos hubiese podido dar alguna luz sobre<br />

aquellas pajas y glumas <strong>de</strong> un cereal” 329. Imaginémonos qué hubiera sido si<br />

hubieran contado con los sofisticados métodos <strong>de</strong> análisis mo<strong>de</strong>rnos.<br />

En cuanto a edificios fueron dos principales los que se <strong>de</strong>scubrieron.<br />

Uno estaba distribuido en ocho habitaciones, <strong>de</strong>stinadas a los usos peculiares<br />

<strong>de</strong> las termas: vestibulum, apodyterium sala <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso y guardarropa),<br />

tepidarium (sala <strong>de</strong> aire templado), frigidarium (baño <strong>de</strong> agua fría), caldarium<br />

(baño caliente); hornos, almacén <strong>de</strong> leña, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias, etcétera. El otro era<br />

más suntuoso aunque tenía sólo cinco <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias. Somoza supuso que ahí<br />

<strong>de</strong>bía residir el centurión o el praefectus castrorum. Aquí había también un<br />

hipocausto construido por tres arcadas.<br />

Los edificios no pudieron ser <strong>de</strong>scubiertos <strong><strong>de</strong>l</strong> todo porque se extendían<br />

hacia el pórtico <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> San Pedro. Años más tar<strong>de</strong>, cuando en<br />

1936 la iglesia fuera <strong>de</strong>struida, Pachín <strong>de</strong> Melás propondrá que se aprovechase<br />

tal circunstancia para continuar las excavaciones, pero no se hizo. No obstante,<br />

no hubiera sido muy acertado en la opinión <strong>de</strong> don Julio, ya que según<br />

el insigne historiador era <strong>de</strong> imaginar que se hallarían en <strong>de</strong>plorable estado,<br />

teniendo en cuenta primero la obra <strong>de</strong> construcción <strong><strong>de</strong>l</strong> templo que los daña-<br />

328 Boletín <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia. Tomo XLVI, enero 1905, citado por Somoza en las<br />

págs. 259 y s. <strong><strong>de</strong>l</strong> volumen I <strong>de</strong> Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>.<br />

329 ALVARGONZÁLEZ, Calixto. La Escanda, su origen, su cultivo. Gijón 1908; pág. 21.<br />

213


214<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

ría notablemente y en segundo lugar los enterramientos llevados a cabo en el<br />

interior <strong><strong>de</strong>l</strong> templo.<br />

Lo más notable <strong>de</strong> los edificios era la <strong>de</strong>coración interior. Ya el día 29<br />

<strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1903 había dado El Noroeste la noticia <strong>de</strong> haberse encontrado<br />

varios arcos <strong>de</strong> piedra cuya misión parecía ser sujetar el pavimento <strong>de</strong> una<br />

vivienda, y un trozo <strong>de</strong> pared pintada <strong>de</strong> rojo, azul y amarillo. Es la primera<br />

noticia que aparecía sobre la existencia <strong>de</strong> pinturas. Según señala Somoza, se<br />

combinaban los dibujos geométricos, con otros <strong>de</strong> ornamentación botánica y florida,<br />

entre los que <strong>de</strong>scollaban gran<strong>de</strong>s hojas <strong>de</strong> bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ntados, alternadas con tulipanes:<br />

y otras <strong>de</strong> yedra, entrelazadas con flores <strong>de</strong> bulbo. Maravillaban a cuantos los contemplaban<br />

sus vivísimos colores y llamó singularmente la atención un “tiesto<br />

colgante”, con asas y cintas, que se asemejaba a una vasija <strong>de</strong> forma semicircular<br />

u oblonga330. En el mes <strong>de</strong> mayo Octavio Bellmunt envía a la Comisión Provincial<br />

<strong>de</strong> Monumentos este interesante documento en el que informa <strong><strong>de</strong>l</strong> estado <strong>de</strong><br />

las obras con el objeto <strong>de</strong> que se reúnan fondos para proseguir:<br />

Como oportunamente manifesté <strong>de</strong> palabra hace tiempo al<br />

Sr. Vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> esa Comisión, se está verificando en esta villa<br />

importante investigación en el Campo llamado <strong>de</strong> Valdés, que da<br />

acceso a la iglesia parroquial <strong>de</strong> San Pedro, don<strong>de</strong> se hallaron varios<br />

restos <strong>de</strong> objetos <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia y época romanas, con ocasión <strong>de</strong><br />

obras municipales para abertura <strong>de</strong> zanjas.<br />

Lo que en un principio pareció ser dudoso o discutible, es<br />

hoy una realidad <strong>de</strong> importancia histórica, no sólo para el estudio <strong>de</strong><br />

esta localidad sino para el general <strong>de</strong> la dominación romana en<br />

<strong>Asturias</strong>, a que se refieren escritores antiguos y singularmente los<br />

provinciales.<br />

Las excavaciones verificadas con celo y competencia por<br />

amantes gijoneses, con apoyo <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre Ayuntamiento, ya permiten<br />

anunciar que se trata <strong>de</strong> antiguas construcciones o establecimiento<br />

romano en Gijia don<strong>de</strong> en diferentes ocasiones se hallaron elementos<br />

análogos, otros epigráficos y numismáticos, que <strong>de</strong>muestran la permanencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo-rey en este lugar tan próximo a las famosas<br />

Aras Sextianas.<br />

En los trabajos actuales, a que me refiero, se han hallado restos<br />

<strong>de</strong> vieja construcción, fuertes muros <strong>de</strong> sólido hormigón, un arco,<br />

un <strong>de</strong>pósito que asemeja a una cisterna, varios recintos, algunos con<br />

bellas pinturas que llaman la atención <strong>de</strong> los inteligentes, columnas<br />

330 Op. cit., págs. 257 y s.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

y algunos objetos sueltos, indicando todo que pue<strong>de</strong> tratarse <strong>de</strong> unas<br />

termas romanas, que indican la importancia <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo a que estaban<br />

<strong>de</strong>stinadas.<br />

Los doctos investigadores que son don Calixto Alvargonzález,<br />

el ex alcal<strong>de</strong> don Alejandro Alvargonzález, los eruditos escritores<br />

don Julio Somoza y don Gerardo Uría y Menén<strong>de</strong>z Valdés,<br />

ayudados por otras personas doctas, se ocupan en estudios <strong>de</strong> los<br />

hallazgos para <strong>de</strong>ducir las oportunas consecuencias referentes a<br />

nuestra historia que han <strong>de</strong> publicarse, al mismo tiempo que reúnen<br />

algunos <strong>de</strong> los objetos hallados para su exhibición en <strong>de</strong>pósito local,<br />

como este Instituto o Ayuntamiento o para una remisión al Museo<br />

Provincial.<br />

De todas suertes me creo en el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> participar a V. todo<br />

lo ocurrido por si, con fondos provinciales o nacionales se pudieran<br />

aumentar los medios para proseguir hasta don<strong>de</strong> se pudiera con las<br />

comenzadas excavaciones en cuya dirección prestan tan patriótico<br />

servicio los tres indicados.<br />

Dios guar<strong>de</strong> a V. MS. Años.<br />

Gijón, 18 <strong>de</strong> mayo 1903.<br />

Don Octavio Bellmunt.<br />

Una copia <strong>de</strong> este escrito fue remitido al Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia<br />

<strong>de</strong> Bellas Artes, informando <strong><strong>de</strong>l</strong> asunto y poniéndole en antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> lo<br />

actuado. Sin embargo <strong>de</strong> los fondos pretendidos no tenemos noticia que se<br />

lograra nada331. De tan importantísimo hallazgo se hicieron no sólo fotos, sino también<br />

una acuarela, por un joven pintor, que el año antes había dibujado el cartel<br />

<strong>de</strong> las Fiestas veraniegas, y que recién llegado <strong>de</strong> París, don<strong>de</strong> había estu-<br />

331 Se conserva en el Archivo <strong><strong>de</strong>l</strong> Museo Arqueológico Provincial <strong>de</strong> Oviedo, entre la correspon<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> Gijón, el borrador <strong><strong>de</strong>l</strong> oficio enviado. Dice así:<br />

“Noticiosa esta Comisión <strong>de</strong> Monumentos <strong>de</strong> que en la vecina villa <strong>de</strong><br />

Gijón se habían <strong>de</strong>scubierto restos arqueológicos, al parecer <strong>de</strong> origen romano,<br />

ofició en 17 <strong><strong>de</strong>l</strong> mes <strong>de</strong> marzo último al Sr. Alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> aquella localidad pidiéndole<br />

que cuidase <strong>de</strong> recoger los objetos encontrados hasta tanto que la Comisión<br />

los examine y diera acerca <strong>de</strong> su valor histórico el dictamen oportuno. Al efecto,<br />

a los pocos días <strong>de</strong>spués fueron a Gijón el vocal don Inocencio Redondo y el<br />

Secretario don Rafael Altamira quienes examinaron atentamente las excavaciones<br />

y sacaron la impresión <strong>de</strong> que se trataba <strong>de</strong> unas termas <strong>de</strong> origen romano. Así lo<br />

comunicaron a la Comisión en la junta celebrada el 16 <strong>de</strong> mayo.<br />

Con posterioridad a esta fecha el Dr. Octavio Bellmunt, <strong>de</strong> Gijón,<br />

correspondiente <strong>de</strong> aquella villa <strong>de</strong> esa Real Aca<strong>de</strong>mia, dirigió a esta Comisión el<br />

escrito que paso a copiar porque comprenda las noticias referentes al estado <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>de</strong>scubrimiento”.<br />

215


216<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

diado con Vierge, había abierto un estudio en el tercer piso <strong><strong>de</strong>l</strong> nº 8 <strong>de</strong> la calle<br />

Uría, en don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>dicaba a la enseñanza <strong><strong>de</strong>l</strong> Dibujo. Se trataba <strong>de</strong> Evaristo<br />

Valle. La obra sería expuesta en uno <strong>de</strong> los comercios gijoneses según era costumbre.<br />

No será la única vez que retrate a Somoza. Andando los años, más<br />

<strong>de</strong> veinte, le hará una famosísima caricatura, en la que don Julio se verá retratado<br />

con su inseparable paraguas.<br />

A<strong>de</strong>más, la Comisión <strong>de</strong> Festejos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento, con fecha 2 <strong>de</strong><br />

junio <strong>de</strong> 1903 presentó el programa <strong>de</strong> festejos para la temporada <strong>de</strong> verano,<br />

cuyo nº 4 <strong>de</strong>cía así: “Celebrar tres verbenas en los días que se <strong>de</strong>terminen,<br />

concurriendo a las mismas, gaitas, tambores y organillos, asistiendo a<strong>de</strong>más<br />

una banda <strong>de</strong> Música y serán 1º en San José, 2º en San Lorenzo, y 3º en San<br />

Pedro. En este día se expondrá al público la cámara Subterránea Romana<br />

existente en el Campo Valdés y se premiará a la casa que presente mejor iluminados<br />

sus balcones” 332. Y por si fuera poco, muchos años <strong>de</strong>spués, en 1938,<br />

un Somoza muy viejecito vería llegar a Gijón a un joven y flamante profesor<br />

universitario, García Bellido, que investigará las excavaciones. Lo que no<br />

vería sería cómo el 17 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1959 el Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón, a propuesta<br />

y previo informe <strong><strong>de</strong>l</strong> entonces Cronista Oficial <strong>de</strong> la villa, don Joaquín<br />

Alonso Bonet, tomó el acuerdo <strong>de</strong> dirigirse al ministerio <strong>de</strong> Educación<br />

Nacional en solicitud <strong>de</strong> que las termas <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo Valdés sean incluidas en<br />

el Catálogo <strong>de</strong> Monumentos Nacionales, acompañando a la petición el consiguiente<br />

estudio y los oportunos asesoramientos. El informe contenía también<br />

la propuesta <strong>de</strong> colocar una placa en la puerta <strong>de</strong> las termas o don<strong>de</strong><br />

mejor se estimase con los nombres <strong>de</strong> don Julio Somoza, don Alejandro<br />

Alvargonzález y don Calixto Alvargonzález Landau, lo cual también se acordó,<br />

pero nunca se llevó a cabo333. 332 A. M. G. Actas <strong>de</strong> Sesiones <strong>de</strong> 1903; folio 193. Aunque el programa no fue aprobado en<br />

esta sesión, sino que se continuó su discusión, ésta giraba en torno al presupuesto que se<br />

fijó en 30.000 pesetas, y nada hace pensar que se <strong>de</strong>sistiera <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> abrir las excavaciones<br />

al público. En la prensa no hemos encontrado referencia a la apertura al público.<br />

333 El acta <strong>de</strong> la sesión <strong>de</strong> la Comisión Permanente <strong>de</strong> fecha 17 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1959 dice así:<br />

“Seguidamente se dio lectura a una escrito <strong><strong>de</strong>l</strong> Cronista Oficial <strong>de</strong> la Villa, don Joaquín<br />

Alonso Bonet adjuntando dos informes, que por encargo <strong>de</strong> la Alcaldía, ha redactado en<br />

relación con la posible <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> un monumento nacional y varios monumentos <strong>de</strong><br />

interés histórico artístico local, formulando algunas indicaciones con respecto al Campo <strong>de</strong><br />

Valdés, lugar en que se encuentran los principales testimonios <strong>de</strong> nuestro tesoro artístico,<br />

sugiriendo también la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que en ese lugar se <strong>de</strong>dique un recuerdo a uno <strong>de</strong> los más<br />

ilustres gijoneses, don Juan Agustín Ceán Bermú<strong>de</strong>z, discípulo y colaborador <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> y primer historiador <strong>de</strong> las Bellas Artes en España, proponiendo también que<br />

en la puerta <strong>de</strong> entrada a las termas romanas o don<strong>de</strong> mejor se estime, se coloque una<br />

pequeña placa con los nombres <strong>de</strong> los tres ilustres gijoneses que tanto han trabajado por la<br />

i<strong>de</strong>ntificación y conservación <strong>de</strong> ese monumento <strong>de</strong> origen romano, don Julio Somoza, don<br />

Alejandro Alvargonzález y don Calixto Alvargonzález Landau (sic). La Comisión<br />

Municipal Permanente aprobó la propuesta”. A. M. G.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

5.— Testimonio para la posteridad<br />

Por otra parte, pensando en <strong>de</strong>jar testimonio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scubrimientos<br />

a los veni<strong>de</strong>ros, tanto Julio Somoza como Calixto Alvargonzález se propusieron<br />

llevar a cabo a este efecto sendos estudios. De acuerdo con una oportuna<br />

división <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo, correspon<strong>de</strong>ría a don Julio la realización <strong>de</strong> una<br />

Memoria, que tendría por objeto según sus palabras: la redacción fiel <strong>de</strong> las<br />

investigaciones practicadas, así como también la conexión y enlace que este <strong>de</strong>scubrimiento<br />

guardaba con los primeros tiempos <strong>de</strong> nuestra historia regional y local. Por<br />

su parte, Calixto Alvargonzález habría <strong>de</strong> realizar una Monografía <strong>de</strong> sus trabajos<br />

y observaciones, dando cuenta <strong>de</strong> los objetos encontrados; abastecimiento,<br />

distribución y salida <strong>de</strong> aguas; clase y estructura <strong>de</strong> los pavimentos,<br />

etcétera334. La Memoria no llegaría a realizarse y la Monografía, realizada en<br />

1906, vería la luz pública casi sesenta años <strong>de</strong>spués, sufragada por el<br />

Ayuntamiento. En efecto, el día 8 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1965, festividad <strong>de</strong> la<br />

Virgen <strong>de</strong> Covadonga, se terminaba <strong>de</strong> imprimir en la máquina offset<br />

“Aurelia 49”, <strong>de</strong> la imprenta La Industria, el libro titulado Termas Romanas <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Campo Valdés-Gijón, figurando como colaboradores <strong>de</strong> su autor don Julio<br />

Somoza y Alejandro Alvargonzález.<br />

Inédito el manuscrito <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquella época, aunque accesible a la consulta<br />

<strong>de</strong> los investigadores, sería un hijo <strong><strong>de</strong>l</strong> autor, José Luis Alvargonzález<br />

Caso, el que encargaría la preparación y revisión <strong><strong>de</strong>l</strong> original a Joaquín A.<br />

Bonet, entonces director <strong><strong>de</strong>l</strong> diario local Voluntad. Se imprimieron 500 ejemplares,<br />

más otros 25 en papel especial335. De esta Monografía Carmen Fernán<strong>de</strong>z Ochoa ha escrito: “En ella<br />

encontramos una planimetría bastante rigurosa, unos dibujos arqueológicos<br />

correctos, un estudio en profundidad <strong>de</strong> los materiales recuperados, así como<br />

un análisis <strong>de</strong> los distintos elementos arquitectónicos encontrados, que aunque<br />

hoy están superados, muestra un rigor y una exactitud muy superiores<br />

a lo que sería <strong>de</strong> esperar en su época” 336.<br />

334 Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Vol. I, págs. V, 251 y 256.<br />

335 LARUELO ROA, Marcelino. Las Termas Romanas <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo Valdés. El Comercio, 27 <strong>de</strong><br />

junio <strong>de</strong> 1993. El autor <strong><strong>de</strong>l</strong> reportaje se lamenta que la obra no fuera <strong>de</strong> nuevo reimpresa.<br />

336 La muralla romana <strong>de</strong> Gijón (<strong>Asturias</strong>). Gijón, Electa, 1997; págs. 33 y 35.<br />

217


218<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

6.— Historiador <strong>de</strong> Gijón<br />

Por su parte, Somoza, si bien no llevó a cabo la Memoria, daría a la<br />

imprenta en 1908, en tirada reducida <strong>de</strong> doscientos ejemplares, su obra en<br />

dos volúmenes titulada Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, que le consagrará<br />

como el mejor historiador <strong>de</strong> Gijón. En el primer tomo recogerá toda la<br />

época romana <strong>de</strong> su ciudad natal. Allí explicará las razones que tuvo para no<br />

publicar la memoria. Aunque habían logrado un éxito feliz en el hallazgo<br />

(con más recursos y mejores elementos —dirá satisfecho <strong>de</strong> lo realizado— fracasaron<br />

otros), sin embargo, quedaban otras incógnitas: el perfil <strong>de</strong> la muralla;<br />

el nombre romano <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo a falta <strong>de</strong> inscripciones; una fecha; los objetos<br />

aparecieron casi todos rotos; no aparecieron monedas romanas, eran en su<br />

mayoría <strong>de</strong> los Reyes Católicos; etc. Con tales escasos elementos —dirá—, juzgamos<br />

que la “Memoria” así redactada, no resolvería cuestión alguna, y por lo<br />

mismo, preferimos ampliar el tema, abarcando un periodo más extenso que suministrara<br />

mayor número <strong>de</strong> datos para el <strong>de</strong>bido esclarecimiento.<br />

De modo que éste parece ser el origen <strong>de</strong> la nueva publicación cuya<br />

próxima aparición anuncia en carta a su amigo Menén<strong>de</strong>z Pelayo en septiembre<br />

<strong>de</strong> 1908: para el mes entrante —le dice—, si el impresor no me falta a la<br />

palabra, tendré el gusto <strong>de</strong> remitirle mi última obra en dos volúmenes, Gijón en la<br />

historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>.<br />

La nueva historia gijonesa será publicada gracias a don Eduardo <strong>de</strong><br />

Llanos Cifuentes y Álvarez <strong>de</strong> las <strong>Asturias</strong>, entusiasta jovellanista, benemérito<br />

propagador <strong>de</strong> la Instrucción Pública en su patria, según rezaba la <strong>de</strong>dicatoria. Tal<br />

fue el mecenas que para esta ocasión se buscó don Julio. La tirada fue <strong>de</strong> doscientos<br />

ejemplares, no creemos que por tacañería <strong><strong>de</strong>l</strong> patrocinador sino más<br />

bien porque Somoza estaba convencido <strong>de</strong> que personas a quienes realmente<br />

les interesaran los temas históricos y el conocimiento <strong>de</strong> su tierra no eran<br />

muchas.<br />

Es muy probable que fuera a raíz <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scubrimientos <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo<br />

Valdés, quizá como consecuencia <strong><strong>de</strong>l</strong> inci<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la<br />

gluma <strong>de</strong> cereal, comenzase Calixto Alvargonzález a interesarse por la escanda,<br />

<strong>de</strong> modo que el mismo año que Somoza publica su Gijón en la Historia<br />

General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, Calixto publicó su libro La Escanda, su origen, su cultivo.<br />

Ambos amigos se prestarían recíprocamente su colaboración para<br />

estas obras. Así por ejemplo, <strong>de</strong> su visita por los museos extranjeros trajo<br />

Calixto a su amigo Julio una fotografía <strong><strong>de</strong>l</strong> astur Albano <strong>de</strong> cuya inscripción<br />

tenía dudas, que don Julio publicó en el volumen primero <strong>de</strong> su


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

obra337. Por su parte, Somoza le envía cuanto encuentra sobre la escanda,<br />

tomándolo <strong>de</strong> las fuentes antiguas, históricas y literarias338 o incluso <strong>de</strong> la<br />

propia naturaleza, como hizo enviándole un horru que su amigo se apresuró<br />

a dibujar en tamaño natural y reproducir en su libro. Teniendo<br />

Somoza caserías y tierras <strong>de</strong> labor, conocía bien este nido <strong>de</strong> barro que ciertos<br />

insectos formaban en las aristas <strong>de</strong> las espigas <strong><strong>de</strong>l</strong> trigo y <strong>de</strong> la escanda,<br />

y que era muy difícil <strong>de</strong> encontrar339. Cuando Calixto publica su obra, el amigo corre a felicitarle. No le<br />

encuentra en casa y le <strong>de</strong>ja una nota en la que le dice:<br />

Mi amigo Calixto.<br />

Son las 5 y no alcancé a verle. De todos modos, mi objeto es darle la<br />

enhorabuena por su interesante trabajo sobre la gramínea predilecta <strong>de</strong> nuestra<br />

tierra, que será leída con verda<strong>de</strong>ro entusiasmo por todos los amantes <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

país asturiano. Hay superabundancia <strong>de</strong> citas, que hubieran estado mejor en<br />

el cuerpo <strong>de</strong> las “Notas”, que no en el texto, don<strong>de</strong> embarazan algo, aunque<br />

no le dañan. Da Vd. una gallarda muestra <strong>de</strong> actividad estudiosa a los <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

pueblo, <strong>de</strong>mostrándoles, que sin <strong>de</strong>saten<strong>de</strong>r los negocios, se pue<strong>de</strong> también<br />

cultivar el espíritu y adornar la inteligencia. Le felicita muy <strong>de</strong> veras<br />

Su caro amigo.<br />

JULIO<br />

337 Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Vol. I, pág. 156.<br />

338 En el Archivo Histórico <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ se conservan algunas<br />

notas que Somoza enviaba a su amigo sobre la escanda; así por ejemplo en una tarjeta <strong>de</strong><br />

visita <strong>de</strong> Julio Somoza (con domicilio entonces en el paseo <strong>de</strong> Begoña, 33) aparece anotado<br />

<strong>de</strong> su puño y letra: “Escanda” (Mitología india): Hijo <strong>de</strong> Siva; es la personificación <strong>de</strong> la “guerra”.<br />

Lo curioso es que cuando se coge el pan, la gente se divi<strong>de</strong> en dos bandos, y se “retan” al grito<br />

<strong>de</strong> “Ixuxú”, a quien concluye primero. En ninguna labor <strong><strong>de</strong>l</strong> campo se oye dicho grito, más que en<br />

esta. (Expediente: ALV. 15/1).<br />

También <strong>de</strong> puño y letra <strong>de</strong> Somoza se conserva esta cita <strong><strong>de</strong>l</strong> Cronicón<br />

Albel<strong>de</strong>nse (883) con su correspondiente traducción en la que entre las cosas célebres <strong>de</strong><br />

España figura la escanda <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>: ITEM RES HISPANIAE CELEBRES. Pobla <strong>de</strong> Narbona.<br />

Vinum <strong>de</strong> Vilasz. Ficus <strong>de</strong> Biatia. Triticum <strong>de</strong> Campis Gothis. Mulus <strong>de</strong> Hispali. Caballus <strong>de</strong><br />

Mauris. Ostrea <strong>de</strong> Mancario. Lamprea <strong>de</strong> Tatiber. Scanda <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Mel <strong>de</strong> Gallicia. Disciplina<br />

atque scientia <strong>de</strong> Toledo. Haec erant proecipua tempore Gothorum (Expediente: ALV 15/8).<br />

Y por último una cita <strong><strong>de</strong>l</strong> P. Feijoo y <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> (Expedientes: ALV 15/8 y H<br />

50/1 respectivamente).<br />

339 En los sembrados <strong>de</strong> trigo y escanda y en el momento <strong>de</strong> cosecharlos, se suele encontrar<br />

con las aristas o barbas <strong>de</strong> alguna espiga un nido redondo <strong>de</strong> barro, <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> un centímetro<br />

<strong>de</strong> diámetro. Está construido por una pequeña avispa, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>posita un huevo<br />

que se transforma en crisálida; en el mes <strong>de</strong> julio, con los fuertes calores, se rompe el nido,<br />

saliendo una pequeña avispa negra con anillos amarillos en el vientre. Según el profesor<br />

Cerezo Martínez, <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>Jovellanos</strong> en aquellos tiempos, se trataría <strong>de</strong> un himenóptero<br />

<strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> los fosarios, subfamilia <strong>de</strong> los crabroninos. (Op. cit., pág. 47).<br />

219


220<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Un interesante testimonio <strong>de</strong> la consi<strong>de</strong>ración y afecto <strong>de</strong> Calixto<br />

hacia su amigo es el hecho <strong>de</strong> que aprovechara su correspon<strong>de</strong>ncia con<br />

Unamuno para interesarle sobre cuestiones que importaban a Somoza, según<br />

esta carta <strong>de</strong> 18 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1904, en la que le agra<strong>de</strong>ce a don Miguel sus<br />

aportaciones lingüísticas en torno a la escanda y en torno al origen <strong>de</strong> la palabra<br />

Gijón. dice así:<br />

Sr. D. Miguel Unamuno<br />

Salamanca<br />

Muy señor mío:<br />

La grata carta <strong><strong>de</strong>l</strong> 12 me ha causado gran placer, sus pesquisas<br />

han sido un verda<strong>de</strong>ro éxito y le felicito por ellas dándole mis<br />

expresivas gracias, así es que acepto y anoto como origen <strong>de</strong> la palabra<br />

escanda la scandala <strong>de</strong> la baja latinidad, y <strong>de</strong>secho los <strong>de</strong>rivados<br />

que cita Roque Barcia y Díez por poco convincentes.<br />

¿Tendría alguna relación la palabra scandala con la <strong>de</strong> Escandinavia,<br />

país don<strong>de</strong> también se cultivaba la escanda y don<strong>de</strong> he visto nuestros<br />

horros?<br />

He tomado nota <strong>de</strong> la etimología <strong>de</strong> Gijón y se la he comunicado<br />

al amigo Sr. Somoza. Le ha gustado su explicación y le agra<strong>de</strong>ce<br />

su atención. Por si Vd. no tiene noticia, un amigo <strong>de</strong> éste, el Sr.<br />

Uría, publicó hace unos años en la obra <strong>Asturias</strong> algo sobre la etimología<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> nombre <strong>de</strong> Gijón.<br />

Lo trae <strong>de</strong> hito = límite, frontera. Que Gigia no era una población<br />

sino el extremo occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> la primitiva Cantabria, y <strong>de</strong>bió<br />

<strong>de</strong>nominarse así el área que comprendía por hallarse enclavados en<br />

ella los hitos.<br />

Si tiene curiosidad <strong>de</strong> conocerlo lo mandaré copiar.<br />

Repito las gracias y or<strong>de</strong>ne340. 340 Archivo Histórico <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ. Expediente: ALV 15/1.


222<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Somoza en efecto recogerá en su Gijón en la Historia General <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong> la opinión <strong>de</strong> Unamuno. El proceso seguido por el Rector <strong>de</strong><br />

Salamanca le parece el más acertado. Sin embargo, dirá que aún faltan nuevos<br />

<strong>de</strong>scubrimientos, y nuevos estudios comparativos, para establecer, sobre<br />

sólida base, el origen <strong><strong>de</strong>l</strong> nombre <strong>de</strong> Gijón 341. No era Somoza persona a quien<br />

pudiera convencer fácilmente la opinión <strong>de</strong> un hombre por muy prestigioso<br />

que fuera, necesitaba estar seguro. Como historiador huye <strong>de</strong> las expresiones<br />

dubitativas, para no confundir con meras suposiciones. Precisamente una <strong>de</strong><br />

las críticas que hace a la obra <strong>de</strong> Rendueles Llanos es el acudir a conjeturas y<br />

afirmaciones gratuitas vertidas bajo expresiones <strong><strong>de</strong>l</strong> tipo: “parece ser”, “dícese”,<br />

etcétera.<br />

7.— Cronista <strong>de</strong> Gijón<br />

Es precisamente la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia una <strong>de</strong> las cosas que en la obra <strong>de</strong><br />

Somoza sobre Gijón llamaron la atención <strong>de</strong> don Marcelino Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo. No hay duda <strong>de</strong> que al insigne santan<strong>de</strong>rino le impresionó la nueva<br />

obra Gijón en la historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, provocándole estos elogios: “Me<br />

voy enterando con gran interés <strong>de</strong> la obra histórica sobre Gijón, que acaba<br />

Vd. <strong>de</strong> publicar y que ha tenido la bondad <strong>de</strong> remitirme. No pararé hasta<br />

haberla leído íntegra, porque no sólo <strong>de</strong>spierta mi curiosidad el caudal <strong>de</strong><br />

noticias históricas asturianas que en ella se consignan y <strong>de</strong>puran, sino la crítica<br />

original e in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> su autor, y hasta la forma picante y <strong>de</strong>senfadada<br />

<strong>de</strong> su estilo” 342.<br />

¡Por fin don Marcelino ha acabado por acostumbrarse al estilo peculiar<br />

<strong>de</strong> Somoza! Sabe que es in<strong>de</strong>pendiente en sus juicios y, por tanto, objetivo,<br />

y que su estilo zumbón, irónico y pícaro no lleva el veneno <strong>de</strong> quien oculta<br />

la traición o se complace ensañándose en su enemigo.<br />

341 Op. cit., pág. 226 y 227. La opinión <strong>de</strong> Unamuno recogida por Somoza era esta:<br />

Gijón o Xixón, es un jijo (xixo) o jejo gran<strong>de</strong>. El latín es saxu (saxus, peñasco, roca)<br />

<strong>de</strong> don<strong>de</strong>, con cambio <strong>de</strong> s inicial en x (ch francesa), y luego j (como en jibia, jeringa, jabón,<br />

jilguero, jugo, etc. <strong>de</strong> sepia, syringa, sapon(nem), sibilarius, sucul, etc.) y conversión <strong>de</strong> ax en<br />

ej (como en eje <strong>de</strong> axem (ac) dio jejo. Así se le llama aquí (Salamanca) al rollo <strong>de</strong> piedra con<br />

que se juega a la calva, y <strong>de</strong> ahí, Jejuelo y Jejo, como nombres <strong>de</strong> pueblo. Por mi parte, saxetum,<br />

peñascal, dio jijedo (Revilla-Gigedo).<br />

El proceso es, pues este:<br />

sacsu — saisu — xeixo — xexo — xixo — jijo.<br />

como factu — faitu — feito — fecho — hecho.<br />

lacte — laite — leit — leche.<br />

matacsa — mataisa — ma<strong>de</strong>ixa — ma<strong>de</strong>ja.<br />

342 MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino. Epistolario. Tomo XXI; Carta 201; fecha 5 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong><br />

1909; pág. 173.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Antes <strong>de</strong> que vea la luz pública esta obra, Somoza ya había sido nombrado<br />

académico correspondiente <strong>de</strong> la Historia, gracias a Menén<strong>de</strong>z Pelayo<br />

que encabezó la propuesta. Más tar<strong>de</strong>, a raíz <strong>de</strong> su publicación, vino el reconocimiento<br />

<strong>de</strong> sus paisanos.<br />

Fue en la sesión <strong><strong>de</strong>l</strong> 24 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1908 cuando el municipio<br />

acordó nombrarle su primer cronista. Por su interés y por figurar en ella los<br />

motivos que hubo para tal nombramiento, reproducimos el acuerdo:<br />

“Manifestó <strong>de</strong>spués el Sr. Presi<strong>de</strong>nte que habiéndose presentado<br />

hoy una proposición suscrita por varios Concejales iba a dar<br />

cuenta <strong>de</strong> ella, por más que no figuraba en el or<strong>de</strong>n <strong><strong>de</strong>l</strong> día, toda vez<br />

que se trataba <strong>de</strong> un asunto en el cual seguramente habrá unanimidad<br />

<strong>de</strong> pareceres. La proposición <strong>de</strong> referencia <strong>de</strong>cía así: ‘Al Ilustre<br />

Ayuntamiento. Un distinguido gijonés, don Julio Somoza y García<br />

Sala, acaba <strong>de</strong> dar a la publicidad una nueva obra, fruto <strong>de</strong> un trabajo<br />

asiduo y tenaz como pocos y prueba evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la justicia con que<br />

la opinión pública le viene concediendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> largo tiempo el dictado<br />

<strong>de</strong> insigne erudito e inteligente y culto escritor. Méritos son estos<br />

más que sobrados para que el sabio jovellanista se haya hecho acreedor<br />

a la estimación general y más especialmente a la <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo en<br />

que vio la luz primera, y por eso, haciendo caso omiso <strong>de</strong> otras consi<strong>de</strong>raciones,<br />

que lo relevante y notorio <strong>de</strong> los merecimientos <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr.<br />

Somoza nos excusan <strong>de</strong> consignar aquí, los Concejales que suscriben<br />

tienen el honor <strong>de</strong> someter a la ilustre Corporación la proposición<br />

siguiente:<br />

1º el Ilustre Ayuntamiento, queriendo prestar señalado testimonio<br />

y público homenaje <strong>de</strong> admiración al eminente hijo <strong>de</strong> esta<br />

villa, don Julio Somoza y García Sala, con motivo <strong>de</strong> la publicación<br />

<strong>de</strong> su nueva obra Gijón en la Historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, acuerda nombrarle<br />

Cronista <strong>de</strong> la Villa <strong>de</strong> Gijón y su Concejo, <strong>de</strong> cuyo título se<br />

exten<strong>de</strong>rá el correspondiente diploma, que en su día habrá <strong>de</strong> serle<br />

entregado por una comisión <strong>de</strong> señores concejales.<br />

2º Acuerda asimismo adquirir doce ejemplares <strong>de</strong> la citada<br />

obra con <strong>de</strong>stino al Archivo y Biblioteca Municipales, a la Biblioteca<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y a los Centros obreros y Escuelas <strong>de</strong> la<br />

Villa que el Sr. Alcal<strong>de</strong> Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>signe, previa propuesta <strong>de</strong> la<br />

Comisión <strong>de</strong> Instrucción Pública.<br />

3º Los gastos que ocasionen el cumplimiento <strong>de</strong> los prece<strong>de</strong>ntes<br />

acuerdos se pagarán con cargo al Capítulo <strong>de</strong> Imprevistos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Presupuesto vigente, consistoriales <strong>de</strong> Gijón, a 23 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong><br />

1908. J. Menén<strong>de</strong>z Acebal, R. Pren<strong>de</strong>s, Atanasio Fernán<strong>de</strong>z, Isidro<br />

223


224<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Delor, Eduardo González, Eleuterio Alonso, Ignacio Soto, José Elías,<br />

Claudio Alonso’.<br />

Terminada su lectura el Sr. Presi<strong>de</strong>nte encomió el arduo y<br />

penoso trabajo que representa la obra acabada <strong>de</strong> publicar por el Sr.<br />

Somoza, sobradamente conocido ya como jovellanista notable, y agregó<br />

que por ese libro, que representa el esfuerzo <strong>de</strong> varios años, así<br />

como por otros anteriores, merecía el Sr. Somoza el agra<strong>de</strong>cimiento,<br />

significado aunque mo<strong>de</strong>stamente, en la proposición acabada <strong>de</strong> leer,<br />

y propuso que se acordase la urgencia <strong>de</strong> ésta y se aprobara, puesto<br />

que llevaba la firma <strong>de</strong> todos los sres. concejales asistentes.<br />

La Corporación acordó dicha urgencia y aprobó por unanimidad<br />

los diferentes extremos <strong>de</strong> dicha proposición” 343.<br />

Para enten<strong>de</strong>r cómo recibió don Julio esta distinción, leamos esta<br />

admirable contestación que envía a una carta <strong>de</strong> su amigo Manuel Carreño, en<br />

que felicitaba “al cariñoso señor Somoza” por su nombramiento <strong>de</strong> Cronista:<br />

Mi cariñoso amigo Carreño:<br />

Le agra<strong>de</strong>zco en el alma la sincera y leal manifestación <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro<br />

afecto que me transmite en su carta <strong>de</strong> ayer, y que consi<strong>de</strong>ro más bien<br />

como prueba <strong>de</strong> su bondadoso carácter, antes que porque me imagine acreedor<br />

a ninguna alabanza.<br />

Vd. sabe muy bien, que estas distinciones municipales, ni dan ni<br />

quitan méritos literarios, ni <strong>de</strong> ningún género; otro tribunal más alto y más<br />

severo es el que ha <strong>de</strong> pronunciar el fallo <strong>de</strong> mis merecimientos, si por acaso<br />

tuve alguno.<br />

Todos los que aman y con intensidad a su patria, y se <strong>de</strong>dican a<br />

investigar su historia, le <strong>de</strong>ben un libro; yo le consagré el mío con el mejor<br />

afecto y perseverante estudio; mas si con acierto o no, díganlo otros, y mejor<br />

que nadie la posteridad.<br />

Renovándole a Vd. la expresión <strong>de</strong> mi viva simpatía, y <strong>de</strong>seándole<br />

salud completa y prosperidad sin cuento al lado <strong>de</strong> su esposa e hijos, sabe es<br />

suyo verda<strong>de</strong>ro e invariable amigo, que mucho le estima.<br />

J. S. 344<br />

Pero cuando todo auguraba el reconocimiento <strong>de</strong> su esfuerzo y amor<br />

al estudio, estalló la batalla.<br />

343 A. M. G., Libro <strong>de</strong> Actas <strong>de</strong> Sesiones <strong><strong>de</strong>l</strong> año 1908, folio 183.<br />

344 Borrador que figura, con letra <strong>de</strong> Somoza, en la carta <strong>de</strong> Manuel Carreño, <strong>de</strong> fecha 9<br />

enero 1909. (Archivo particular <strong>de</strong> don Francisco <strong>de</strong> Borja Bordíu Cienfuegos-<strong>Jovellanos</strong>).


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

El volumen segundo <strong>de</strong> Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> lo<br />

<strong>de</strong>dicaba a la época medieval, y en él nuestro original historiador se atrevía<br />

a afirmar que los árabes, no hollaron en ningún tiempo el suelo <strong>de</strong> la <strong>Asturias</strong> transmontana,<br />

es más: a la Leyenda, y no a la Historia, correspon<strong>de</strong>n todos los recuerdos<br />

que <strong>de</strong> un modo o <strong>de</strong> otro, se relacionan con la tradición peláyica. Y es que para<br />

Somoza las cosas ocurrieron o no ocurrieron, con él no va eso <strong>de</strong> “al parecer”,<br />

“se dice”, etc.: a algunos espíritus nimios, les bastará —dice— seguramente con<br />

aquella concesión graciosa <strong>de</strong> que “pudieron entrar”: a nosotros, no. En <strong>de</strong>finitiva,<br />

Somoza negará la veracidad <strong>de</strong> la Batalla <strong>de</strong> Covadonga a la luz <strong>de</strong> los datos<br />

que en su tiempo constituían las fuentes históricas a su alcance.<br />

Conociendo el sentir <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo, Somoza duda si su amigo<br />

al terminar su lectura el libro resultaría <strong>de</strong> su total agrado. Lo <strong>de</strong>ja traslucir<br />

en esta frase: Agra<strong>de</strong>zco sobremanera sus atentas frases respecto a mi último libro:<br />

incierto aún, si al terminar su lectura, habrá sido <strong>de</strong> su total agrado. Por lo menos,<br />

he intentado acumular en él todos los datos posibles para la <strong>de</strong>puración <strong>de</strong> la verdad<br />

<strong>de</strong> los hechos. Si el intento fue frustrado o no, díganlo otros.<br />

Pero antes <strong>de</strong> entrarnos en esta cuestión, que <strong>de</strong>jamos para otro capítulo,<br />

digamos algo para finalizar la que es objeto principal <strong>de</strong> este: que<br />

Somoza vaticinó que las termas <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo Valdés volverían a ser excavadas:<br />

opinamos —escribió— (y no somos solos), que andando el tiempo, volverán a reanudarse<br />

los trabajos <strong>de</strong> explotación. Y así ha sido recientemente, constituyendo<br />

uno <strong>de</strong> los objetos arqueológicos más relevantes <strong>de</strong> la importantísima<br />

Exposición Astures; y que también el Arte ha perdurado la memoria <strong>de</strong> aquel<br />

<strong>de</strong>scubrimiento, mediante aquella acuarela que realizó un Evaristo Valle<br />

recién llegado <strong>de</strong> París.<br />

225


CAPÍTULO 10<br />

Tonel agotado<br />

1.— Las Cartas a Lord Holland<br />

Cuando Julio Somoza anunciaba a su amigo Menén<strong>de</strong>z Pelayo la<br />

aparición <strong>de</strong> su Gijón en la historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, le añadía: Y para el año<br />

veni<strong>de</strong>ro, si allá llego, y no hay tropiezo, la Correspon<strong>de</strong>ncia entre <strong>Jovellanos</strong> y<br />

Lord Holland (que por fin encontré en Londres), y compren<strong>de</strong> lo más culminante <strong>de</strong><br />

1809, y parte <strong>de</strong> 1810 y 1811345. La cosa entusiasmó a Menén<strong>de</strong>z Pelayo que consi<strong>de</strong>raba esta correspon<strong>de</strong>ncia<br />

una “fuente histórica <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n”. Se trataba <strong>de</strong> un trabajo<br />

cuya i<strong>de</strong>a y esfuerzo había comenzado hacía treinta años. En el prólogo <strong>de</strong> la<br />

obra, el propio Somoza nos ha <strong>de</strong>jado resumida la historia <strong>de</strong> su búsqueda.<br />

El primer dato <strong>de</strong> don<strong>de</strong> partió la investigación fue la única carta a Lord<br />

Holland que publicó Nocedal en 1895. En esta edición se señalaba la proce<strong>de</strong>ncia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> original. Era su propietaria doña Purificación Alvargonzález,<br />

viuda <strong><strong>de</strong>l</strong> que había sido Director <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, don Victoriano Sánchez<br />

Cifuentes. A ella, pues, acudió don Julio en busca <strong><strong>de</strong>l</strong> resto <strong>de</strong> la correspon<strong>de</strong>ncia.<br />

La acogida que le dispensó esta señora fue tal que la agra<strong>de</strong>ció con<br />

estos encendidos elogios: Jamás olvidaremos la buena acogida que nos dispensó<br />

tan culta gijonesa (porque lo era, sin afectación alguna), tipo acabado <strong>de</strong> una sociedad,<br />

en la cual, la dignidad <strong><strong>de</strong>l</strong> rango, la llaneza <strong><strong>de</strong>l</strong> trato, y la severidad <strong>de</strong> costumbres,<br />

se forjaban en proporciones suficientes para caracterizar una época. Mucho<br />

<strong>de</strong>bía <strong>de</strong> ser en verdad el agra<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong> nuestro jovellanista. ¡Cuán diferente<br />

este comportamiento <strong>de</strong> aquel otro al que estaba acostumbrado: el <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

recelo! ¡Cuánto se agra<strong>de</strong>ce una acogida así cuando se investiga!<br />

345 Epistolario. Tomo XIX; Carta 798; fecha septiembre <strong>de</strong> 1908; pág. 494.


228<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Gracias a doña Purificación y a su hijo Eugenio346, en medio <strong>de</strong> un<br />

rico caudal <strong>de</strong> datos y documentos que le servirían a Somoza para muchos<br />

<strong>de</strong> sus trabajos, encontró nada menos que las cartas originales <strong>de</strong> Lord<br />

Holland. Estas cartas fueron copiadas “con diligencia suma” por Manuel<br />

Somoza, que una vez más prestó a su hermano una inestimable colaboración.<br />

Después los originales fueron <strong>de</strong>vueltos a su legítima poseedora.<br />

Pero faltaba el necesario complemento: Las cartas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> a su<br />

amigo. Para lograrlas recurrió Somoza a un antiguo maestro suyo, don José<br />

María Fernán<strong>de</strong>z Quirós Amieva, cónsul en Cardiff, gijonés y entusiasta jovellanista<br />

como antiguo alumno <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto que había sido. Le contestó que<br />

ya otro le había precedido en la <strong>de</strong>manda sin éxito y que eso <strong>de</strong> llegar a la mansión<br />

<strong>de</strong> los Lores ingleses, avistarse con ellos, y solicitar la enajenación, aunque fuera<br />

a título <strong>de</strong> préstamo, <strong>de</strong> papeles <strong>de</strong> carácter histórico, era cosa llana <strong>de</strong> hablar y proyectar<br />

en Gijón, ardua, si ya no quimérica, <strong>de</strong> realizar en Londres. Y sirviéndose <strong>de</strong><br />

un símil pintoresco y corriente <strong><strong>de</strong>l</strong> bable regional agregaba en tono sentencioso:<br />

Ahí está el enfilar <strong>de</strong> los pimientos. Quirós —según dice Somoza— complaciente<br />

siempre, pero lleno <strong>de</strong> ojeriza contra la aristocracia inglesa, que<br />

miraba con seco <strong>de</strong>sabrimiento nuestra pretensión, falleció sin lograr su<br />

intento.<br />

Sigue entonces la intervención <strong>de</strong> don Eduardo <strong>de</strong> Llanos, persona a<br />

quien <strong>de</strong>berá Somoza, como ya dijimos, la publicación <strong>de</strong> su Gijón en la historia<br />

general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. La amistad entre este mecenas <strong>de</strong> la cultura asturiana<br />

y nuestro infatigable jovellanista ha sido estudiada por Carmen Meneses<br />

Fernán<strong>de</strong>z Baldor, partiendo <strong>de</strong> la correspon<strong>de</strong>ncia entre ambos, constituida<br />

por 102 cartas dirigidas a Somoza y 119 escritas por éste347. El 3 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong><br />

1900 Eduardo Llanos se ofrece <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Londres a buscarle a Somoza los libros<br />

o documentos que necesite, y éste cinco días más tar<strong>de</strong> le contesta proponiéndole<br />

esta tarea. La cosa no resultó fácil. Primero intentaría el señor<br />

Llanos un acercamiento por medio <strong>de</strong> intermediarios como Agustín Serrano<br />

y Martín M. Hume, hasta que el 29 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1901 escribe al here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong><br />

Lord Holland, Lord Ilchester, proponiéndole un proyecto <strong>de</strong> cambio o cesión,<br />

<strong>de</strong> los originales <strong>de</strong> Holland por los originales <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que no aceptó,<br />

según Somoza porque estimaba todo lo suyo en grado superior.<br />

346 Parece ser que los originales <strong>de</strong> las cartas los tenía Alejandro Alvargonzález y no<br />

Eugenio Alvargonzález. Parece que Somoza no menciona a Alejandro porque por entonces<br />

estaba contrapunteado con él. Víd. MENESES FERNÁNDEZ BALDOR, Carmen. Afanes<br />

Jovellanistas a principios <strong>de</strong> siglo XX: Julio Somoza y Eduardo Llanos. Oviedo, Actas <strong><strong>de</strong>l</strong> II<br />

Congreso <strong>de</strong> Bibliografía Asturiana, celebrado en Oviedo <strong><strong>de</strong>l</strong> 21 al 24 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1999. 1<br />

Vol. Servicio <strong>de</strong> Publicaciones <strong>Principado</strong> <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Consejería <strong>de</strong> Educación y Cultura,<br />

1999.<br />

347 Op. cit.


230<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Tras el fallecimiento <strong>de</strong> Lord Ilchester en 1905, nueva propuesta <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Sr. Llanos al hijo <strong>de</strong> aquel, Lord Stavordale, en el sentido <strong>de</strong> intercambiar las<br />

copias, conservando cada uno la propiedad y el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> lo que le pertenecía.<br />

El nuevo here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> momento puso nuevas pegas.<br />

Por fin, tras cinco años <strong>de</strong> gestiones, en los que medió también el<br />

embajador español en Londres, duque <strong>de</strong> Mandas, se logró el permiso para<br />

copiar en la casa <strong>de</strong> lo Holland, los originales. El 2 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1906,<br />

Eduardo le da la noticia a Somoza diciéndole que se había ofrecido para dirigir<br />

la copia. Por cierto, se halló la sorpresa <strong>de</strong> que junto a los originales se<br />

encontró una copia <strong>de</strong> autor <strong>de</strong>sconocido; según Somoza, <strong>de</strong>bidas al cuidado<br />

<strong>de</strong> Mr. Allen o <strong>de</strong> Blanco White. Esta copia antigua es la que llega a manos <strong>de</strong><br />

Eduardo Llanos. Somoza entonces le insiste para que la coteje con los originales.<br />

El 8 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1906, Eduardo Llanos comunica que ya aparecieron<br />

los originales y que las ha cotejado, dando por zanjado el asunto. Así <strong>de</strong>scribe<br />

Somoza su emoción por el éxito <strong>de</strong> la empresa:<br />

Día <strong>de</strong> emoción gran<strong>de</strong> fue para nosotros, aquel en que el Sr. Llanos<br />

Cifuentes nos comunicó la feliz noticia <strong>de</strong> haberse terminado la copia y cotejo<br />

<strong>de</strong> ambas colecciones epistolares, su permuta, la autorización <strong>de</strong> Lord<br />

Ilchester para la impresión y, finalmente, la remisión <strong>de</strong> ellas a nuestras<br />

manos, por el intermedio <strong>de</strong> su sobrino, don Il<strong>de</strong>fonso Noriega, estudioso<br />

joven, y afabilísimo amigo nuestro348. La inquietud <strong>de</strong> Somoza produjo también otra reacción. A finales <strong>de</strong> 1910<br />

se publicaría el diario <strong>de</strong> Lady Holland. La lástima es que se hiciera en inglés. Esta<br />

obra, que tenía el título: The spanish journal of Elizabeth Lady Holland llegó a Somoza<br />

cuando este ya había finalizado su trabajo sobre la correspon<strong>de</strong>ncia349. En abril <strong>de</strong> 1911 se terminaron <strong>de</strong> imprimir los dos magníficos tomos<br />

<strong>de</strong> Cartas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y Lord Vassall Holland sobre la guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

(1808-1811) con prólogo y notas <strong>de</strong> Julio Somoza García-Sala. En esta ocasión la<br />

obra aparecerá <strong>de</strong>dicada al antiguo amigo <strong>de</strong> La Quintana: Fortunato <strong>de</strong><br />

Selgas, <strong>de</strong> quien echó mano para costear la edición. Dice así: A Fortunato <strong>de</strong><br />

Selgas: entusiasta propagador <strong>de</strong> la doctrina jovellanista, fiel y erudito intérprete <strong>de</strong> las<br />

antigüeda<strong>de</strong>s asturianas, <strong>de</strong>dícale este libro su adicto y singular amigo. Julio Somoza.<br />

Es sin duda ésta una obra mimada por su autor, según <strong>de</strong>muestra la<br />

abundancia <strong>de</strong> notas, llenas <strong>de</strong> información y erudición jovellanista. A<strong>de</strong>más,<br />

348 Pue<strong>de</strong> verse también ADÚRIZ, Patricio. Centenario Jovellanista. X.— Somoza o la tenaz perseverancia.<br />

El Comercio, 14 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1974.<br />

349 Hubo en 1978 un intento <strong>de</strong> publicar en español la parte referente a España tanto <strong>de</strong> las<br />

memorias <strong>de</strong> Lord Holland como <strong><strong>de</strong>l</strong> diario <strong>de</strong> su esposa, por parte <strong>de</strong> la investigadora<br />

jovellanista Rick. (En la Biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> P. Patac se conserva el prólogo que se iba a presentar).<br />

Ignoramos por qué no se llevó a cabo el proyecto.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

en ella Somoza no siente tanto el respeto o la vergüenza <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> sí<br />

mismo. Si en Las Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> habla <strong>de</strong> su abuela Manuela Blanco,<br />

la pupila <strong>de</strong> Jovelllanos, sin confesar su parentesco, aquí no tiene empacho<br />

en confesarse su nieto ni en hablar <strong>de</strong> su abuelo. Es como si pretendiese llevar<br />

al lector todas y cada una <strong>de</strong> las fuentes. Somoza gustaba <strong>de</strong> las notas,<br />

sabía cuánto importaban al investigador.<br />

Los tomos les fueron remitidos por Somoza a Menén<strong>de</strong>z Pelayo y<br />

éste admiró el esmero <strong>de</strong> la publicación y las notas que resultaban <strong>de</strong> tan<br />

gran utilidad. Se permitió apuntar algunos ligerísimos <strong>de</strong>scuidos que Somoza<br />

agra<strong>de</strong>ce y comenta, dando siempre por cierto lo que afirmaba el insigne<br />

polígrafo, a pesar <strong>de</strong> su sorpresa en algún caso. Todo ello <strong>de</strong>nota el interés <strong>de</strong><br />

Somoza por la verdad histórica y su capacidad para reconocer sus propios<br />

errores. La verdad es que sus <strong>de</strong>scuidos no eran <strong>de</strong> gran bulto.<br />

2.— El Centenario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong><br />

Pero para po<strong>de</strong>r continuar <strong>de</strong>bemos retroce<strong>de</strong>r un poco, cuando aún<br />

sin terminar su trabajo Somoza anuncia a su amigo su próxima publicación.<br />

Este anuncio había animado a Menén<strong>de</strong>z Pelayo a sugerir nuevos proyectos.<br />

Se iba a cumplir —el año <strong>de</strong> 1911— el centenario <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

“¡Qué gran ocasión —le dice— para sacar por fin <strong>de</strong> la oscuridad los<br />

Diarios!”. Pero aña<strong>de</strong> que ha perdido toda esperanza en ese punto. En su<br />

lugar le propone publicar al menos en la Nueva Biblioteca <strong>de</strong> AA. Españoles dos<br />

o más tomos <strong>de</strong> escritos inéditos o no coleccionados <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> que fuesen<br />

como ampliación y necesario suplemento “<strong>de</strong> la <strong>de</strong>startalada colección <strong>de</strong><br />

Nocedal”. Y termina reconociendo que es la única persona en España que<br />

podría hacerlo: “Si quiere Vd. encargarse <strong>de</strong> dichos tomos, que nadie sino<br />

Vd. <strong>de</strong>be hacer en España, propondré la i<strong>de</strong>a al Sr. Bailly-Bailliere, editor <strong>de</strong><br />

dicha publicación, y no dudo que la aceptará gustoso” 350.<br />

Pero el esfuerzo <strong>de</strong> las dos últimas publicaciones; los achaques y<br />

enfermeda<strong>de</strong>s; y la edad; y la falta <strong>de</strong> humor, pesarán en el ánimo <strong>de</strong> Somoza<br />

que se siente cansado; es más cree que ya lo ha dado <strong>de</strong> sí todo cuanto se<br />

podía esperar y se <strong>de</strong>fine a sí mismo como un tonel agotado. He aquí lo que<br />

contesta a la proposición <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo:<br />

En la correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y Holland (prólogo, y extensas<br />

notas) trabajo sin tregua ni <strong>de</strong>scanso; pero —¡caro amigo mío! he pasado un<br />

verano malísimo: los achaques aumentan, y la vida mengua, y el humor se<br />

350 Epistolario. Tomo XXI; Carta 202; fecha: 5 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1909; pág. 174.<br />

231


232<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

acaba ¿quién en caso semejante fuerza la máquina? antes por el contrario,<br />

la naturaleza avisa, y el médico amenaza: hay que ponerse en guardia.<br />

De “Diarios,” no hay nada, por ahora. Cierto es que su <strong>de</strong>tentador,<br />

los ofrece por segunda, y aún tercera mano; pero es la “copia”, pretenciosamente<br />

alterada por Vicente Abello, y Cándido Nocedal, lo que brinda, no el<br />

“original”, que es lo que se le pi<strong>de</strong>. Siempre alerta.<br />

En cuanto a publicar algunos tomos en la “Nuev. Bibliot. <strong>de</strong> Aut.<br />

Esp.” no tengo ánimos, ni salud, ni tiempo para semejante empresa. Soy un<br />

tonel agotado. Pero en el campo <strong>de</strong> la Literatura asturiana existe quien tal<br />

haga, si con empeño y “fegadín” lo toma. Valgan, por otros, Juan Menén<strong>de</strong>z<br />

Pidal, Cotarelo, y los hermanos González Blanco (<strong>de</strong> Luanco), jóvenes los<br />

últimos, <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s esperanzas, si no me engaña mi pupila.<br />

Ya no me atrevo a hacerle a Vd. indicación alguna para el<br />

“Centenario”, porque no me llame “Capitán Araña”: pero si Vd. no mueve<br />

las Aca<strong>de</strong>mias, ¿a qué soplo o po<strong>de</strong>roso aliento se van a mover?<br />

Sin embargo, aquel tonel agotado aún rezumaría nuevo y sabroso<br />

jugo. Y en cuanto al Centenario llegaría a tomar en él parte muy activa, <strong>de</strong> tal<br />

modo que, como dice Patricio Adúriz, no concedió cuartel a la fatiga para llevar<br />

a cabo su obra con la que conmemorar el Centenario351. Porque si para<br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo era el mejor jovellanista, la única persona que podría escribir<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> en España, aunque él mo<strong>de</strong>stamente señalase a otros, también<br />

el antiguo amigo <strong>de</strong> La Quintana: Fermín Canella, era <strong>de</strong> la misma opinión,<br />

como todos cuantos conocían su obra jovellanista.<br />

Siendo Canella Rector <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oviedo y Cronista <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>, con antelación al parecer suficiente, hizo pública una representación<br />

dirigida al Sr. Ministro <strong>de</strong> Instrucción Popular, fechada en Vistalegre <strong>de</strong><br />

Lastres el 27 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1909, en la que proponía celebrar el I Centenario <strong>de</strong><br />

la muerte <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> realizando nada menos que una edición <strong>de</strong> las Obras<br />

Completas <strong>de</strong> Jovino.<br />

Se trataba <strong>de</strong> un viejo pensamiento, que, como veremos, sin duda<br />

compartía con Somoza. Ya en 1882 había llevado a cabo a este mismo objeto<br />

unas gestiones en el Ministerio <strong>de</strong> Fomento, que presidía el Sr. Alvareda,<br />

quien se mostró animoso para ello, pero que no lo pudo llevar a cabo por su<br />

salida <strong>de</strong> aquel <strong>de</strong>partamento. En 1891 en un artículo que con ocasión <strong>de</strong> la<br />

colocación <strong>de</strong> la Estatua <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, publicó en la “Ilustración Española y<br />

Americana”, volvía a insistir en que la publicación <strong>de</strong> sus obras completas<br />

habría <strong>de</strong> ser el mejor y más imperece<strong>de</strong>ro monumento a la memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> ilus-<br />

351 ADÚRIZ, Patricio. Centenario Jovellanista. X.— Somoza o la tenaz perseverancia. El Comercio,<br />

14 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1974.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

tre gijonés. En 1907, con fecha 10 <strong>de</strong> julio, envió al ministerio una nueva propuesta<br />

<strong>de</strong> Edición novísima <strong>de</strong> los escritos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Y <strong>de</strong> nuevo el 14 <strong>de</strong><br />

julio <strong>de</strong> 1909 insistió en el mismo tema. Ahora por tercera vez ante el mismo<br />

ministro vuelve con su propuesta y, a<strong>de</strong>más, la da a la imprenta.<br />

La obra <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> era, a pesar <strong>de</strong> las publicaciones llevadas a<br />

cabo, <strong>de</strong>sconocida; calculaba el insigne catedrático que lo publicado cubriría<br />

una tercera parte <strong><strong>de</strong>l</strong> total <strong>de</strong> lo que había disperso y oculto. En su opinión<br />

en las notas y explicaciones, comentarios y noticias <strong>de</strong> las colecciones hasta<br />

la fecha publicadas había equivocaciones y quedaba aún mucho por <strong>de</strong>cir. La<br />

i<strong>de</strong>a era reunir todo cuanto había <strong>de</strong>sparramado en trabajos <strong>de</strong> anónimos y<br />

conocidos, biógrafos, panegiristas, comentadores, traductores, escritos varios<br />

en prensa periódica, etc., ilustraciones artísticas <strong>de</strong> pintura, grabado, escultura,<br />

etc. En una palabra, todo cuanto había reseñado Somoza en su<br />

Inventario <strong>de</strong> un Jovellanista.<br />

Por eso proponía a su antiguo amigo para llevar a cabo la que habría<br />

<strong>de</strong> ser la edición <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>; una edición novísima<br />

y completa, ilustrada, documentada y anotada. El siempre cortés Fermín<br />

Canella, olvidando los <strong>de</strong>saires <strong>de</strong> su amigo hace <strong>de</strong> él al proponerlo para<br />

tamaña empresa este encumbrado elogio: “El diligente Somoza, tantas veces<br />

nombrado, es quien hasta hoy ha sabido ser biógrafo no superado <strong>de</strong> su paisano<br />

insigne, porque es autor <strong><strong>de</strong>l</strong> libro conmovedor intitulado ‘Las<br />

Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>’, y por esta publicación, otras bio-bibliográficas y,<br />

en fin, por un conocimiento acabado <strong>de</strong> aquella existencia y <strong>de</strong> sus manifestaciones<br />

y escritos, a cuyo estudio se ha <strong>de</strong>dicado siempre con amoroso entusiasmo<br />

—es la personalidad con quien es preciso contar en una y otra forma<br />

al realizar la empresa <strong>de</strong> una novísima y completa edición pues él ha juntado a<br />

costa <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s sacrificios, todavía sin recompensa <strong>de</strong>bida (que, haciendo<br />

mucho menos, alcanzan tantos), los más importantes materiales, siendo, a<strong>de</strong>más,<br />

sabedor <strong><strong>de</strong>l</strong> para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> muchos”.<br />

Para tal empresa contaba en primer lugar con el concurso <strong>de</strong> Somoza<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> que dice que “tendrá a su lado a otros jovellanistas”. Sin duda alguna está<br />

pensando en sí mismo, y Eduardo Llanos Álvarez, que por entonces se afanaba<br />

mediante gestiones, <strong>de</strong>sembolsos y ofrecimientos en imprimir los<br />

Diarios y conseguir la correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Lord Holland. Y aún quedaban<br />

otros auténticos mecenas jovellanistas como Fortunato <strong>de</strong> Selgas.<br />

Pero aparte <strong>de</strong> esta ayuda privada, esperaba po<strong>de</strong>r contar con el<br />

apoyo <strong>de</strong> las instituciones públicas. En primer lugar el Ayuntamiento <strong>de</strong><br />

Gijón y la Diputación Provincial <strong>de</strong> Oviedo. Luego <strong>de</strong> aquellos institutos o<br />

centros vinculados a la vida <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, como las Universida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

Oviedo, Ávila, Madrid, el Instituto <strong>de</strong> Gijón, y las Reales Aca<strong>de</strong>mias a las que<br />

233


234<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

había pertenecido. Y por último la Corona y el Gobierno e instituciones <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Estado: Senado y Congreso.<br />

Terminaba el Sr. Canella diciendo que había querido solamente “resucitar<br />

y exteriorizar una i<strong>de</strong>a que está en la mente <strong>de</strong> muchos jovellanistas y que,<br />

como aspiración suprema en la materia, la <strong>de</strong>seó siempre el Sr. Somoza” 352.<br />

Se logró <strong><strong>de</strong>l</strong> Ministerio una subvención <strong>de</strong> 15.000 pesetas, con <strong>de</strong>stino<br />

al Centenario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, cantidad a todas luces insuficiente para una<br />

empresa <strong>de</strong> tal envergadura. Así que por dos veces se ve en la necesidad <strong>de</strong><br />

acudir al Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón. La última, el 12 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1911, es <strong>de</strong>cir,<br />

ya en el mismo año <strong><strong>de</strong>l</strong> Centenario, acompañando la representación publicada<br />

en 1909, en los siguientes términos:<br />

Tengo el honor <strong>de</strong> dirigirme nuevamente a V. S. con remisión<br />

<strong>de</strong> la comunicación adjunta, por si, consi<strong>de</strong>rando cuanto en ella se<br />

aduce, hay medio <strong>de</strong> acometer la publicación <strong>de</strong> una “Edición novísima<br />

completa, ilustrada, documentada y anotada <strong>de</strong> las obras <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>” cuyo solo nombre evoca<br />

la admiración más entrañable a su ciencia, patriotismo y virtu<strong>de</strong>s.<br />

Si V. S. encontrase acertada y factible dicha empresa, <strong>de</strong>stinando<br />

a ella parte con que en buena hora el Estado ha contribuido y<br />

se dispone a contribuir, más aún para solemnizar <strong>de</strong>bidamente el<br />

Centenario <strong><strong>de</strong>l</strong> gran <strong>Jovellanos</strong>, cree que el firmante que tanto, sería<br />

el monumento más a<strong>de</strong>cuado y el tributo más dura<strong>de</strong>ro y <strong>de</strong> especial<br />

aprovechamiento al difundir por <strong>Asturias</strong> y España, América y<br />

Europa los variadísimos escritos con tantas enseñanzas, <strong><strong>de</strong>l</strong> ubérrimo<br />

polígrafo, gloria in<strong>de</strong>cible <strong>de</strong> Gijón.<br />

Seguramente que la nación entera aplaudirá la indicada<br />

empresa, teniendo por guía los escritos e investigaciones <strong><strong>de</strong>l</strong> docto<br />

Cronista gijonés, constante y laureado jovellanista Sr. Somoza.<br />

En tal sentido me dirijo también a los diferentes altos organismos<br />

que puedan coadyuvar a la impresión dicha, en acuerdo con<br />

la Representación popular <strong>de</strong> Gijón que V. S. dignamente dirige y a<br />

la que atentamente saludo.<br />

Dios guar<strong>de</strong> a V. S. ms as. Oviedo, 12 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1911 353.<br />

352 CANELLA, Fermín. Representación dirigida al Excmo. Sr. Ministro <strong>de</strong> Instrucción Pública y<br />

Bellas Artes proponiendo la publicación <strong>de</strong> una Edición novísima y completa, ilustrada, documentada<br />

y anotada <strong>de</strong> las Obras <strong><strong>de</strong>l</strong> Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Pue<strong>de</strong> verse incorporado<br />

al expediente 168/1911 <strong><strong>de</strong>l</strong> A. M. G.<br />

353 A. M. G. Expediente 168/1911.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

En sesión <strong><strong>de</strong>l</strong> 17 <strong>de</strong> julio la corporación acordó prestar el apoyo interesado<br />

y que la Comisión <strong>de</strong> Hacienda informase. Ésta informó el 7 <strong>de</strong> julio<br />

diciendo que nada podía <strong>de</strong>cir en concreto; que había rumores <strong>de</strong> que las<br />

15.000 ptas. <strong><strong>de</strong>l</strong> presupuesto <strong>de</strong> Instrucción Pública irían a la publicación <strong>de</strong><br />

la obra. En una palabra, que el Ayuntamiento no tenía dinero y no sabía como<br />

podría contribuir.<br />

Y llegó el año 1911. Fermín Canella insiste en la prensa al exponer sus<br />

i<strong>de</strong>as sobre lo que ha <strong>de</strong> hacerse en el Centenario. Tras recordar a los jovellanistas<br />

que se distinguieron en las distintas solemnida<strong>de</strong>s, entre ellos<br />

Fernán<strong>de</strong>z Vallín, <strong>de</strong> quien dice que “hacía falta otro gijonés <strong>de</strong> sus arranques<br />

y <strong>de</strong> su actividad, pocas veces vista, así como repetir algunos actos <strong>de</strong>” 1891,<br />

se refiere a Somoza en estos términos: “bien cerca tienen los gijoneses a Julio<br />

Somoza, el doctísimo jovellanista, que <strong><strong>de</strong>l</strong> estudio y culto a don Gaspar, hizo<br />

centro y aspiración suprema <strong>de</strong> su vida”. Y terminará diciendo: “El<br />

Centenario <strong>de</strong>be ser lo que <strong>de</strong>be ser. Ciertamente que mucho se hizo ya con<br />

la impresión <strong>de</strong> las ‘Cartas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> a Lord Varsall Holland’, con prólogo<br />

y notas <strong>de</strong> Somoza, impresas en abril próximo pasado, como cuando conmemorando<br />

el 78 aniversario <strong>de</strong> la entrada triunfal <strong>de</strong> 6 <strong>de</strong> agosto, publicó<br />

en 1889 el precioso libro <strong>de</strong> ‘Las Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>’. Que sea este año<br />

<strong>de</strong> 1911 el <strong>de</strong> la impresión <strong>de</strong> los DIARIOS y <strong>de</strong> algo más” 354.<br />

3.— La aportación al Centenario<br />

Sin embargo, la gran i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> las Obras completas no se llevará a<br />

cabo, pero el tonel agotado contribuirá al Centenario publicando no una sino<br />

dos obras, contribuyendo <strong>de</strong> esta manera a que fuera aquel año jovellanista<br />

riquísimo en publicaciones referentes a <strong>Jovellanos</strong>. Por una parte verá la luz,<br />

como ya hemos visto, la correspon<strong>de</strong>ncia con Lord Holland, y por otra otros<br />

dos volúmenes titulados: Documentos para escribir la biografía <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> recopilados<br />

por Julio Somoza García-Sala, C. <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia.<br />

Que se trataba <strong>de</strong> una obra publicada con ocasión <strong><strong>de</strong>l</strong> centenario, lo<br />

<strong>de</strong>cía a las claras la portada <strong><strong>de</strong>l</strong> libro: 1811 CENTENARIO DE JOVELLANOS<br />

1911. Llevaba, a<strong>de</strong>más, una sentida y especial <strong>de</strong>dicatoria: HUMILDE<br />

OFRENDA a los fieles amigos y servidores <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, ARIAS DE SAAVEDRA,<br />

GARCÍA DE LA FUENTE y CEÁN BERMÚDEZ que en la prosperidad y el infor-<br />

354 De las fiestas <strong><strong>de</strong>l</strong> Centenario. Lo que dice el Rector <strong>de</strong> la Universidad Sr. Canella. El Comercio,<br />

9 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1911.<br />

235


236<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

tunio <strong>de</strong> aquel varón insigne, velaron por su vida, cuidaron <strong>de</strong> su nombre, y guardaron,<br />

piadosos, su memoria.<br />

Llevaba esta obra, a<strong>de</strong>más, una advertencia. Y es que tiene ya en<br />

mente y proyectada otra publicación más: la <strong>de</strong> los escritos o manuscritos inéditos<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que piensa financiar con el producto <strong>de</strong> sus Documentos<br />

para escribir la biografía <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Por eso advierte que no pue<strong>de</strong> distribuir<br />

esta obra gratuitamente entre sus amigos y paisanos como fuera su <strong>de</strong>seo.<br />

En el prólogo afirma que cualquier linaje <strong>de</strong> escritos jovellanistas que<br />

se dé a la estampa, <strong>de</strong>be ser preparado convenientemente, y sin premura <strong>de</strong><br />

ningún género, pero que si la presente Colección no se ceñía a esta pauta obe<strong>de</strong>cía<br />

a dos razones especiales: la primera salvar por medio <strong>de</strong> la prensa, utilizando<br />

la esplendi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> un editor, muchos escritos inéditos <strong>de</strong> gran valía: la segunda,<br />

aprovechar la coyuntura <strong>de</strong> los que acu<strong>de</strong>n a visitar el sepulcro y casa natal <strong><strong>de</strong>l</strong> egregio<br />

gijonés, en su Centenario, para testimoniarles nuestro reconocimiento con este<br />

mo<strong>de</strong>sto tributo.<br />

Concebía esta publicación, pues, como un sucedáneo a aquel pensamiento<br />

<strong>de</strong> Fermín Canella <strong>de</strong> publicar las obras completas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que<br />

en su opinión exigía tiempo y personas, más <strong>de</strong> una, así como fuerte subvención.<br />

A su amigo y a su proyecto <strong>de</strong>dicará estas líneas <strong><strong>de</strong>l</strong> prólogo:<br />

Aún no cumplidos dos años, que un fervoroso astur (a quien<br />

muchos <strong>de</strong>ben las letras y el ambiente <strong>de</strong> cultura en nuestro amado suelo)<br />

solicitaba en entusiasta alegato, <strong>de</strong> otro astur, que seguramente “no le comprendía”,<br />

su apoyo para dar forma a un reverente homenaje, publicando una<br />

edición “novísima y completa, ilustrada, documentada y anotada” <strong>de</strong> las<br />

obras <strong><strong>de</strong>l</strong> sabio <strong>Jovellanos</strong>. ¡Engañosa quimera!; el trabajo <strong>de</strong> una Aca<strong>de</strong>mia,<br />

<strong>de</strong> un grupo universitario, o <strong>de</strong> una comunidad literaria, artística y científica,<br />

en un periodo que no bajaría <strong>de</strong> quince años, era lo que ingenuamente<br />

<strong>de</strong>mandaba el hijo <strong>de</strong> la vetusta urbe, al encumbrado prócer. Mas no infun<strong>de</strong><br />

Minerva su po<strong>de</strong>roso hálito, en el pecho, ni en el cerebro <strong>de</strong> aquellos a<br />

quienes prodiga sus dones la Fortuna.<br />

Pero aun admitido el recurso, ¿quiénes iban a acometer tamaña<br />

empresa? ¿dón<strong>de</strong> la voluntad, el plan, la inteligencia, los recursos; la agrupación,<br />

clasificación, y coordinación <strong>de</strong> escritos, los elementos <strong>de</strong> prueba y<br />

<strong>de</strong> compulsa; las claves auxiliares; las fuentes <strong>de</strong> investigación para llevarla<br />

a cabo?<br />

Cómodo y llano es el forjar empresas atrevidas; más arduo el trazar<br />

su plan; sobremanera <strong><strong>de</strong>l</strong>icado el <strong>de</strong>signar aquellos que han <strong>de</strong> realizarlo,<br />

aún compensados con el <strong>de</strong>bido auxilio; difícil por extremo, la manera y formas;<br />

penoso y tardío, el allegar los materiales; y arriesgado siempre, arbitrar<br />

los medios y recursos con que darles cima.


238<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Hipercrítico siempre, Somoza en esta obra se queja <strong>de</strong> que el <strong>de</strong>seo<br />

<strong>de</strong> honrar la memoria <strong>de</strong> nuestros antepasados se traduzca frecuentemente<br />

en proyectos <strong>de</strong> mero adorno, en lo que llama obras <strong>de</strong> albañilería. Él soñaba<br />

con un homenaje vivo y fecundo; que el Centenario sirviera para que a<br />

<strong>Jovellanos</strong> se le comprendiera y se le sintiera. Según él no comprendían ni<br />

sentían a <strong>Jovellanos</strong> los que con gárrula palabra, usan y abusan <strong>de</strong> su nombre en<br />

hueros discursos, y estériles y vanas conferencias; e imaginan, que con estatuas y<br />

medallas, procesiones, ban<strong>de</strong>ras, juegos florales, y... “consignaciones en el presupuesto”,<br />

han contribuido a la dilatación <strong>de</strong> su gloria.<br />

Por eso su contribución fundamental al Centenario no fue obra <strong>de</strong><br />

albañilería, sino el resultado <strong>de</strong> su esfuerzo, el fruto maduro <strong>de</strong> su trabajo<br />

sólido y dura<strong>de</strong>ro. De esta aportación <strong>de</strong> Somoza al Centenario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong><br />

ha escrito Patricio Adúriz: “Lo otro pasó. Pompas y vanida<strong>de</strong>s se diluyeron<br />

con el transcurrir <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo.<br />

Queda, imperece<strong>de</strong>ra —rarísima al día— esta obra <strong>de</strong> Somoza que es<br />

auténtico faro espiritual <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> transcurridos más <strong>de</strong> sesenta años <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

aquellas efeméri<strong>de</strong>s. Aportación gloriosa a un Centenario que, sin el concurso<br />

<strong>de</strong> hombres como el que nos ocupa, hubiese sido algo así como querer y<br />

no po<strong>de</strong>r, o lo que es peor, <strong>de</strong>mostración la más palpable <strong>de</strong> incapacidad<br />

colectiva” 355.<br />

Pero también su colaboración y aportación a la efeméri<strong>de</strong> tuvo otras<br />

manifestaciones personales. Así cuando Menén<strong>de</strong>z Pelayo le corrige las pecatas<br />

minutas halladas en sus Cartas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y Lord Holland, le contesta:<br />

Pero... mi queridísimo Marcelo, ¿cómo no habían <strong>de</strong> adolecer <strong>de</strong><br />

tachas gran<strong>de</strong>s y chicas, los escritos <strong>de</strong> un pobre diablo como yo, recluido en<br />

un pueblo comercial e industrial, sin ayuda, ni valedores, sin libros ni auxiliares,<br />

ni elementos <strong>de</strong> consulta, y entregado a su propio esfuerzo y cavilosas<br />

meditaciones, en medio <strong>de</strong> la indiferencia general, sitiado a<strong>de</strong>más por la<br />

abierta hostilidad <strong>de</strong> sus convecinos. ¿No oyó Vd. hablar <strong>de</strong> los “festejos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Centenario”? Pues el último “quidam” en este clamoroso concurso, y alborotado<br />

cotarro, es el que en los actuales momentos le está molestando con su<br />

pesadísima prosa. ¿Y quiere Vd. que aquilate, <strong>de</strong>pure y lime, con sosiego y<br />

tino, todo cuanto escriba? 356.<br />

Lo <strong><strong>de</strong>l</strong> “último quidam” tendrá algo <strong>de</strong> verdad, pero no porque participase<br />

menos ilusionadamente que los <strong>de</strong>más, sino porque el plato fuerte<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Centenario, la publicación <strong>de</strong> los Diarios, no la va a llevar a cabo él, aun-<br />

355 ADÚRIZ, Patricio. Centenario Jovellanista. IX.— Somoza o la insigne erudición. El Comercio,<br />

7 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1974.<br />

356 Epistolario. Tomo XXI; Carta 760; fecha: 16 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1911; págs. 466 y ss.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

que sí tuvo algo que ver en el asunto, como ya veremos. Somoza participará<br />

directamente en todo lo relacionado con aquel “alborotado cotarro”. Lo primero,<br />

prestando su colaboración para que otros eruditos publicasen trabajos<br />

en honor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, como el P. Fi<strong><strong>de</strong>l</strong> Fita, a quien le da sugerencias para<br />

un Boletín extraordinario <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia, en loor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

4.— La excursión a Puerto <strong>de</strong> Vega<br />

La colaboración <strong>de</strong> Somoza no sólo se quedó en Gijón, también intervino<br />

en actos que habrían <strong>de</strong> celebrarse fuera <strong>de</strong> la localidad, como fue la<br />

magnífica y entrañable excursión a Puerto <strong>de</strong> Vega, pórtico <strong>de</strong> los festejos que<br />

habrían <strong>de</strong> llevarse a cabo en Gijón. La jornada <strong>de</strong> Puerto <strong>de</strong> Vega tuvo un<br />

carácter tan entrañablemente jovellanista y a la vez tan poco conocido que<br />

bien merece nos <strong>de</strong>tengamos en ella.<br />

El día 7 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1911 se reunieron en el local que ocupaba el<br />

Colegio <strong>de</strong> Nuestra Señora <strong><strong>de</strong>l</strong> Rosario, un grupo <strong>de</strong> entusiastas jovellanistas,<br />

para organizar una excursión a Puerto <strong>de</strong> Vega. En aquella reunión fue nombrada<br />

una comisión encargada <strong>de</strong> ultimar los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la expedición, que<br />

recayó en los siguientes señores: Presi<strong>de</strong>nte, don Emilio Alvargonzález;<br />

secretario, don Emilio Robles (Pachín <strong>de</strong> Melás); vocales: don Nemesio<br />

Martínez, don Ulpiano Álvarez, don Pascual Calleja, don Antonio García<br />

García, y don José Seca<strong>de</strong>s. Su primer objetivo fue lograr fondos, llevando a<br />

cabo una suscripción popular, y sus primeros objetivos acordados fueron:<br />

colocar una corona en la lápida que existía en la casa mortuoria <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>,<br />

que había puesto allí Fernán<strong>de</strong>z Vallín cuando la elevación <strong>de</strong> la estatua; una<br />

misa <strong>de</strong> campaña y limosnas para los pobres.<br />

Pero al día siguiente en el mismo local tuvo lugar una nueva reunión<br />

a la que asistió don Julio. El entusiasmo iba en aumento, y “en la reunión<br />

—a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> El Comercio— se acogió favorablemente la i<strong>de</strong>a expuesta por los<br />

señores Somoza (don Julio) y Martínez (don Nemesio), para hacer un rótulo<br />

y un boceto conmemorativos <strong><strong>de</strong>l</strong> acto”. Nace así <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />

amigos que tanto protagonismo habían tenido en el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> las<br />

termas <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo Valdés, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> colocar una lápida en la casa don<strong>de</strong><br />

murió el inmortal patricio. También en esta reunión se fijó el precio <strong>de</strong> la<br />

cuota en 5 pesetas, con viaje <strong>de</strong> ida y vuelta en barco incluido. Las reservas<br />

podría hacerse en el lugar <strong>de</strong> reunión (calle Instituto 7) y en el propio taller<br />

<strong>de</strong> fotograbado <strong>de</strong> don Nemesio, en la calle San Bernardo, nº 72, entre otros<br />

sitios.<br />

239


240<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Las listas <strong>de</strong> suscripciones se llenaron con entusiasmo y le fue ofrecida<br />

la presi<strong>de</strong>ncia <strong><strong>de</strong>l</strong> acto al alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Gijón, Sr. Velasco. También se invitaron<br />

a formar parte al Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Delegación <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro Asturiano <strong>de</strong><br />

La Habana, don Donato Argüelles, y al director <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, don Miguel<br />

A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac. De modo que el día 13 <strong>de</strong> julio la prensa anunciaba la fecha <strong>de</strong> la<br />

excursión para el día 30 próximo.<br />

La actividad y celo <strong>de</strong> la comisión organizadora fue tal, especialmente<br />

el <strong>de</strong> su secretario, que se logró la adhesión <strong>de</strong> la Universidad. El<br />

Ayuntamiento autorizó a su alcal<strong>de</strong> para que nombrase una comisión <strong>de</strong><br />

concejales encargados <strong>de</strong> asistir al acto, y fue nombrado en representación<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> alcal<strong>de</strong>, don Francisco Pren<strong>de</strong>s Pando. También participaron antiguos<br />

alumnos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto. Y se ofreció la Presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> honor a don Vicente<br />

Trelles, bisnieto <strong>de</strong> Antonio Trelles, el amigo que acogió en su casa a<br />

<strong>Jovellanos</strong>. Pero hubo que aumentar la ya nutrida comisión <strong>de</strong> presi<strong>de</strong>ntes<br />

honorarios a los miembros <strong>de</strong> la Sociedad <strong>de</strong> Amigos <strong>de</strong> Puerto <strong>de</strong> Vega. Para<br />

aten<strong>de</strong>r a la suscripción para cooperar a los gastos se nombró tesorero al presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la Sociedad Unión <strong>de</strong> los Gremios, don Sabino Acebal.<br />

El viernes día 14 se encargó la lápida <strong>de</strong> mármol al artista gijonés<br />

don Ángel Arias. Y el día 21 por la tar<strong>de</strong> fue expuesta en uno <strong>de</strong> los escaparates<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> comercio <strong>de</strong> los Sres. Masaveu. Se trataba <strong>de</strong> un diseño muy <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

gusto <strong>de</strong> Somoza, <strong>de</strong> puro estilo romano, llevando tres coronas en relieve,<br />

símbolo <strong>de</strong> la muerte durante el imperio romano. La inscripción que redactó<br />

y confeccionó el propio cronista <strong>de</strong> Gijón <strong>de</strong>cía brevemente: El pueblo <strong>de</strong> Gijón<br />

/ a su más preclaro hijo / D. Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> / en el I centenario <strong>de</strong> su<br />

muerte.— 1811 Puerto <strong>de</strong> Vega <strong>de</strong> Navia 1911.<br />

Por cierto, aquella lápida fue rectificada, suprimiéndose “Puerto <strong>de</strong><br />

Vega <strong>de</strong> Navia” por “Puerto <strong>de</strong> Vega” sin más. El día 21 salió en barco para<br />

Puerto <strong>de</strong> Vega, para preparar la excursión, el secretario <strong>de</strong> la Comisión organizadora<br />

Pachín <strong>de</strong> Melás. De aquella primera visita a Puerto <strong>de</strong> Vega recordará<br />

años <strong>de</strong>spués:<br />

“Visité por primera vez el hermoso pueblecito <strong>de</strong> Puerto <strong>de</strong><br />

Vega el año 1911. Actuaba <strong>de</strong> secretario <strong>de</strong> la Comisión que fue a<br />

aquel puerto a gestionar que se colocara una lápida <strong>de</strong> mármol en la<br />

casa don<strong>de</strong> falleció el eximio gijonés don Gaspar Melchor <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, con motivo <strong><strong>de</strong>l</strong> primer centenario <strong>de</strong> su muerte, acto que<br />

se celebró con gran brillantez.<br />

Recuerdo que obtuve una interesante interviú periodística con<br />

un señor Villamil, alumno más anciano <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

Lo que sí observé, ya hace veinticuatro años ha sido la pugna<br />

existente entre Puerto <strong>de</strong> Vega y Navia. En una reunión celebrada en


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Vega con las fuerzas vivas, nos hicieron construir otra lápida <strong>de</strong> mármol,<br />

porque la que teníamos hecha no servía por la inscripción que<br />

redactó don Julio Somoza, que <strong>de</strong>cía: ‘Puerto <strong>de</strong> Vega <strong>de</strong> Navia’” 357.<br />

Ni que <strong>de</strong>cir tiene que la prensa no recogió entonces este <strong>de</strong>talle. Lo<br />

que Somoza pensó <strong>de</strong> aquel cambio <strong>de</strong> rótulo, nos lo po<strong>de</strong>mos imaginar.<br />

Siempre <strong>de</strong>testó el futuro cronista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, a fuer <strong>de</strong> alumno <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, la pugna entre localida<strong>de</strong>s asturianas, como si no fuera uno<br />

mismo su <strong>de</strong>stino.<br />

Por fin, a las cuatro <strong>de</strong> la madrugada salió para Puerto <strong>de</strong> Vega el<br />

vapor Donostiya, engalanado con flores. La Rondalla Gijonesa había recorrido<br />

las calles tocando pasodobles antes <strong>de</strong> embarcarse. De las 180 personas a<br />

bordo, pocas fueron las que no se marearon. La prensa daba cuenta <strong>de</strong> las<br />

principales personalida<strong>de</strong>s y representaciones, entre ellas el pintor Nicanor<br />

Piñole. No se nombra a Somoza, por lo que no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir si estuvo allí o<br />

no, aunque conociendo su carácter bien pudo ser que se enfadara por el inci<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la lápida.<br />

La llegada <strong><strong>de</strong>l</strong> vapor Donostiya tuvo lugar a las once <strong>de</strong> la mañana.<br />

Sirenas, voladores, pañuelos, vítores y un gentío inmenso aguardaban a los<br />

excursionistas. Son recibidos por la Comisión <strong>de</strong> Puerto <strong>de</strong> Vega, formada<br />

por don José Ochoa, don Vicente Trelles, don Laureano Pérez Villamil, y<br />

don Leopoldo Castrillón (el <strong>de</strong> los Diarios), don Augusto Pérez Martínez,<br />

don Víctor Ochoa, don José González, don Antonio Menén<strong>de</strong>z así como por<br />

el Ayuntamiento <strong>de</strong> Navia en pleno. Se organiza una procesión cívica, que<br />

pasa bajo un arco levantado en el Muelle, en el que se leía: “LA SOCIEDAD<br />

DE AMIGOS A GIJÓN” hasta llegar al campo <strong>de</strong> la Atalaya, en don<strong>de</strong> se<br />

dijo una misa <strong>de</strong> campaña. Por último se <strong>de</strong>scubrió la lápida y se pronunciaron<br />

discursos. Hubo un banquete para más <strong>de</strong> cincuenta personas, con<br />

brindis, telegramas y <strong>de</strong>más, mientras el resto disfrutó <strong>de</strong> una agradable<br />

romería en el campo <strong>de</strong> la Atalaya.<br />

5.— Otros actos jovellanistas<br />

Al día siguiente El Comercio titulaba su primera página: “Comienzan<br />

las fiestas <strong><strong>de</strong>l</strong> centenario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>”. Reproducía algunas páginas <strong>de</strong> las<br />

Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, alusivas al <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong> Jovino y su marcha a Puerto<br />

<strong>de</strong> Vega. Esto mismo hará El Carbayón <strong>de</strong> Oviedo días <strong>de</strong>spués, próximo a<br />

357 PACHÍN DE MELÁS. Visita a Puerto <strong>de</strong> Vega. Trabajo, voluntad, abnegación. La Prensa, 23<br />

<strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1935.<br />

241


242<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

llevarse a cabo los actos oficiales centrales <strong><strong>de</strong>l</strong> Centenario, que habrían <strong>de</strong><br />

presidir en Gijón los Infantes don Carlos y doña María Luisa <strong>de</strong> Orleans.<br />

El día 6 <strong>de</strong> agosto hubo procesión cívica con ofrenda floral ante la<br />

estatua <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Aparecieron en la primera página <strong><strong>de</strong>l</strong> diario <strong>de</strong>cano <strong>de</strong><br />

la prensa asturiana artículos <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacadas personalida<strong>de</strong>s y un trozo <strong>de</strong> las<br />

Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> Y al día siguiente tuvo lugar en el Instituto el <strong>de</strong>scubrimiento<br />

<strong>de</strong> una lápida en recuerdo <strong>de</strong> los asturianos resi<strong>de</strong>ntes en América,<br />

y a continuación la inauguración <strong>de</strong> la Exposición Jovellanista.<br />

Sobre este particular había aparecido en la prensa un artículo firmado<br />

por “Un Gijonés” en el que proponía se reunieran cuantos objetos personales<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> —le constaba al gijonés firmante— existían en posesión<br />

<strong>de</strong> algunos particulares. De esta manera servirían <strong>de</strong> base para la creación <strong>de</strong><br />

un Museo Jovellanista. Y terminaba diciendo: “El susodicho Museo Jovellanista,<br />

podría pasar a ser propiedad <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento o <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, y se instalaría,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, como lugar el más indicado, en el edificio fundado por don<br />

Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>”. A<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>cía: “sería uno <strong>de</strong> los mejores<br />

modos <strong>de</strong> mantener viva la memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> excelso hijo <strong>de</strong> Gijón”. Si tenemos<br />

en cuenta el dato <strong>de</strong> conocer la existencia <strong>de</strong> estos objetos, y la coinci<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> la firma con la aparecida por entonces en otros artículos que juzgamos <strong>de</strong><br />

Somoza, y que en la propuesta se hablaba no sólo <strong>de</strong> ce<strong>de</strong>r sino <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r en<br />

precio justo dichos objetos para formar un museo, creemos que hay algún<br />

fundamento para suponer que la i<strong>de</strong>a fuera <strong><strong>de</strong>l</strong> propio don Julio358. Es más,<br />

a Somoza es claro que con objeto <strong><strong>de</strong>l</strong> Centenario añora la existencia <strong>de</strong> un<br />

museo en el que se conserve lo más autentico <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> su tierra; censuraba<br />

a sus compatriotas que aún no lo tuvieran. Por su parte, el director <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto contestó al escrito diciendo que ya estaba en su ánimo e invitaba al<br />

público a que aportasen los objetos que pudieran ser <strong>de</strong> interés. Y así surgió<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la exposición, <strong>de</strong> forma semejante a como se hizo en la <strong>de</strong> 1891.<br />

Sin embargo, no parece que tuviera mucha acogida la i<strong>de</strong>a. Entre los<br />

objetos que formaron parte <strong>de</strong> la exposición o museo, figuraba la cama en la<br />

que había fallecido <strong>Jovellanos</strong> y que había sido admirada en Puerto <strong>de</strong> Vega<br />

358 El artículo apareció en El Comercio <strong><strong>de</strong>l</strong> 1 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1911. Otro artículo apareció como ya<br />

hemos comentado en la revista <strong>Asturias</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro Asturiano <strong>de</strong> la Habana, a propósito <strong>de</strong><br />

la Estatua <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. El día 27 <strong>de</strong> junio, con motivo <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong> La Navarre, un<br />

vapor que con motivo <strong><strong>de</strong>l</strong> Centenario trajo a Gijón numerosos excursionistas <strong>de</strong> Cuba y<br />

México, apareció en El Comercio un artículo <strong>de</strong> fecha 22, firmado también por Un gijonés <strong>de</strong><br />

Gijón, bajo el título Recuerdos gijoneses, en el que se dan muy interesantes <strong>de</strong>talles <strong><strong>de</strong>l</strong> vapor<br />

<strong>Jovellanos</strong> y se habla <strong>de</strong> otro que llevaba este “glorioso y venerado nombre”. A<strong>de</strong>más, se<br />

dice <strong>de</strong> don Óscar Olavarría que “aunque no era gijonés, hizo por Gijón mucho más que<br />

otros que en él han nacido” expresión muy en línea con el sentir <strong>de</strong> Somoza respecto a los<br />

forasteros que hacen por <strong>Asturias</strong>. Por tanto, creemos que son <strong>de</strong> Somoza ambos seudónimos:<br />

Un gijonés y Un gijonés <strong>de</strong> Gijón.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

por los excursionistas días antes, y que el día 2 <strong>de</strong> agosto fue entregada al<br />

Instituto por la comisión organizadora <strong>de</strong> la excursión a Puerto <strong>de</strong> Vega. Fue<br />

un acto solemne amenizado por la banda <strong><strong>de</strong>l</strong> Regimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Príncipe.<br />

Firmaron el acto <strong>de</strong> entrega el director <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, Sr. A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, y el secretario<br />

don José <strong>de</strong> la Torre, por una parte; y por otra, don Antonio García y don<br />

Emilio Robles (Pachín <strong>de</strong> Melás), como miembros <strong>de</strong> dicha comisión organizadora.<br />

La cama quedó expuesta en la sala <strong>de</strong> profesores y fue cubierta con<br />

dos ricos tapices y por la ban<strong>de</strong>ra española.<br />

En una sala se veían los bocetos, y en otra espaciosa don<strong>de</strong> hacía<br />

poco había estado la biblioteca, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los cuadros, copias <strong>de</strong> Goya, <strong>de</strong><br />

Carlos IV y Antonio Valdés y Bazán, más el <strong>de</strong> Fernando VII, encargados<br />

todos por <strong>Jovellanos</strong>, el retrato <strong>de</strong> Josefa <strong>Jovellanos</strong> y <strong><strong>de</strong>l</strong> propio don Gaspar.<br />

Y con ellos restos <strong>de</strong> las excavaciones <strong>de</strong> las termas <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo Valdés, que<br />

tanto llamó la atención <strong><strong>de</strong>l</strong> infante don Carlos, que prometió enviar dinero<br />

para las excavaciones.<br />

Terminados aquellos actos surgió ampliar las solemnida<strong>de</strong>s llevando<br />

a cabo un ciclo <strong>de</strong> conferencias en el Ateneo Casino Obrero. También en ellas<br />

prestó su colaboración Julio Somoza. El ciclo fue clausurado el día 27 <strong>de</strong><br />

noviembre, fecha <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. En aquel acto se leyó un magnífico<br />

artículo suyo, que por <strong>de</strong>sgracia no nos ha llegado. Si se leyó y no lo<br />

leyó él, es probable que no estuviera presente.<br />

En efecto, por la mañana habían tenido lugar las solemnes honras<br />

fúnebres en honor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, con una misa <strong>de</strong> pontifical celebrada en la<br />

iglesia <strong>de</strong> San Pedro, oficiada por el señor obispo <strong>de</strong> la diócesis, pronunciando<br />

la oración fúnebre el antiguo catedrático <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto y obispo <strong>de</strong><br />

Plasencia Ilmo. Sr. Jarrín. Y a las nueve <strong>de</strong> la noche en el Ateneo Casino<br />

Obrero tuvo lugar la velada necrológica, presidida por dicho monseñor<br />

Jarrín; el Rector <strong>de</strong> la Universidad, Fermín Canella; y el director <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto,<br />

don Miguel A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac. Se habían adherido al acto entre otras personalida<strong>de</strong>s:<br />

don Cristóbal <strong>de</strong> Castro, don Bernardo Acevedo, doña Rosario Acuña, don<br />

Melquía<strong>de</strong>s Álvarez, don Faustino R. San Pedro, don Rafael M. <strong>de</strong> Labra, don<br />

Miguel <strong>de</strong> Unamuno, don Baldomero Argente, don Miguel Santos Oliver, y<br />

don Alejandro Pidal.<br />

El presi<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong> Ateneo, don Ramón Fernán<strong>de</strong>z, leyó a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> la<br />

prensa “un excelente trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong> gran jovellanista don Julio Somoza, que a<br />

cada momento arrancaba frases <strong>de</strong> aprobación, lo mismo <strong>de</strong> los Sres. Canella<br />

y A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, que <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Jarrín”. Y añadía el gacetillero <strong>de</strong> El Noroeste: “Es un<br />

artículo notabilísimo, saturado <strong>de</strong> nobles y elevados conceptos, que sentimos<br />

no po<strong>de</strong>r publicar por impedírnoslo su mucha extensión”. Y por su parte, el<br />

colega <strong>de</strong> El Comercio escribía: “Se trata <strong>de</strong> un documentadísimo artículo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

243


244<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

ilustre cronista <strong>de</strong> Gijón, el más autorizado jovellanista. Es un escrito titulado<br />

comentarios a una carta en la que el Sr. Somoza hace gala <strong>de</strong> su excelente<br />

estilo castellano y da a conocer muy interesantes cosas relacionadas con la<br />

figura <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Al terminar el Sr. Fernán<strong>de</strong>z su lectura, el público que<br />

llenaba la sala prorrumpió en aplausos”.<br />

Tras las intervenciones <strong>de</strong> Miguel A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, que recordó la visita <strong>de</strong><br />

los infantes don Carlos y doña María Luisa <strong>de</strong> Orleans al Instituto <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, y <strong><strong>de</strong>l</strong> obispo, cerró el acto las palabras <strong>de</strong> Fermín <strong>de</strong> Canella. Hizo<br />

el Rector recuento <strong>de</strong> las conferencias que pasaron por el Ateneo a lo largo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> año jovellanista y entrando a hablar <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> comenzó diciendo:<br />

“¿Qué voy yo a <strong>de</strong>ciros <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber escuchado la lectura<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> notable trabajo <strong>de</strong> don Julio Somoza?”. Calificó a Somoza <strong>de</strong> Ceán<br />

Bermú<strong>de</strong>z redivivo. Y al final <strong>de</strong> su discurso anunció la próxima publicación<br />

<strong>de</strong> los Diarios. Sus palabras exactas fueron:<br />

“Del Centenario celebrado con tanto fausto, y a pesar <strong>de</strong><br />

todo y por encima <strong>de</strong> todo, no ha <strong>de</strong> pasar lo que aconteció muchas<br />

veces. Apagado el eco <strong>de</strong> los discursos como las luces <strong>de</strong> las verbenas,<br />

ha <strong>de</strong> quedar una obra meritísima, la <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto que lleva su<br />

nombre, dirigido por A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, que ha conseguido <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> medio<br />

siglo <strong>de</strong> gestiones, muy notorias y nunca bastante agra<strong>de</strong>cidas, <strong>de</strong><br />

Somoza, Llanos, y más, tener los manuscritos <strong>de</strong> los ansiados diarios,<br />

que el Instituto va a publicar. Si fuera posible, que no lo es, se agigantaría<br />

la figura <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, <strong>de</strong> aquel hombre creyente y bueno<br />

como el que más, sabio como muy pocos, patriota como el primero,<br />

y por ninguno superado en alma purísima y corazón sano. Obra efectiva<br />

será ésta como la <strong><strong>de</strong>l</strong> inolvidable Vallín, factor principal <strong>de</strong> la<br />

estatua erigida en la Puerta <strong>de</strong> la Villa”.<br />

6.— La publicación <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong><br />

El Centenario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, en efecto, traerá consigo la publicación<br />

<strong>de</strong> los ansiados Diarios. Aunque era a don Miguel A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, en representación<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, como su director que era, a quien se hizo la cesión <strong>de</strong> los<br />

manuscritos, sin embargo, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> todo estaba también don Julio.<br />

Se pensaba que fuera él quien llevase a cabo la edición <strong>de</strong> la obra. Así<br />

se <strong>de</strong>duce <strong>de</strong> una extensísima carta que Somoza escribe a Menén<strong>de</strong>z Pelayo,<br />

dándole cuenta <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>talles hasta el momento. Al hacerlo no pue<strong>de</strong><br />

recordar el favor que el sabio santan<strong>de</strong>rino le hizo antaño cuando le <strong>de</strong>jó la<br />

copia impresa:


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

De los “Diarios” hablaremos para finalizar el cuento.<br />

Ya están en mi po<strong>de</strong>r, original y copia impresa. Sólo falta el original<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> diario IV, y los documentos complementarios <strong><strong>de</strong>l</strong> texto, en el que se<br />

advierte, van unidos a él, y no lo están: y son muchos, y muy interesantes.<br />

Jamás se me olvidará el favor que Vd. me hizo, facilitándome su<br />

copia impresa en ya lejanos días.<br />

Según mi anotación, la <strong>de</strong> Vd. sólo alcanza hasta el 11 <strong>de</strong> septiembre<br />

<strong>de</strong> 1796 (p. 256, fin <strong><strong>de</strong>l</strong> XVI pliego); pero, con gran asombro mío, el<br />

“Diario” está totalmente impreso hasta su conclusión, por Riva<strong>de</strong>neyra (día<br />

20 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1801 — pág. 335: 21 pliegos).<br />

Continúa luego dando cuenta <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> la<br />

cesión, lo que <strong>de</strong>muestra que estaba enterado <strong>de</strong> todo:<br />

La escritura notarial <strong>de</strong> entrega <strong>de</strong> mss. y copia, extendida para<br />

hacer una 1er. edición <strong>de</strong> “mil ejemplares”, fue otorgada en el pasado agosto,<br />

entre el Director <strong>de</strong> este Instituto (Miguel A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, sujeto <strong>de</strong> escasa cultura,<br />

y ninguna literaria), y el representante <strong>de</strong> la propietaria <strong><strong>de</strong>l</strong> ms. (doña<br />

Joaquina Castrillón, viuda <strong>de</strong> Alejandrino Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca), que es un<br />

sobrino <strong>de</strong> ella, llamado Leopoldo Castrillón Ochoa, salazonero en Vega <strong>de</strong><br />

Navia, y agente “secreto” (a lo que barrunto) <strong>de</strong> don Ángel Rodríguez<br />

Alonso, (a) “Angelón”: Canónigo <strong>de</strong> Oviedo, y Rector <strong><strong>de</strong>l</strong> Hospicio <strong>de</strong> dicha<br />

ciudad, que es el que está (“como siempre”) entre telones.<br />

Se pactó, por exigencia <strong>de</strong> la Señora, (léase “Angelón”) que se<br />

imprimiría por cabeza <strong>de</strong> los “Diarios”, el prólogo <strong>de</strong> don Alejandrino, que<br />

no es tal “prólogo”, sino, los insidiosos artículos que publicó en la “Victoria<br />

<strong>de</strong> la Cruz” hace veinte años, en agosto, septiembre y noviembre <strong>de</strong> 1891, y<br />

que tan duramente flagelé en el “Inventario <strong>de</strong> un jovellanista”, pág. 185.<br />

Como no se puso limitación <strong>de</strong> tiempo, ni se entregó “todo” el original<br />

ms., esto nos vale para <strong>de</strong>morar la empresa hasta que se ponga en su<br />

verda<strong>de</strong>ro punto <strong>de</strong> caramelo... o <strong>de</strong> solimán.<br />

En realidad la escritura <strong>de</strong> cesión se firmó antes, el 20 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong><br />

1911, ante el notario <strong>de</strong> Gijón don Francisco López Rubio, y en ella figuraban<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> don Leopoldo Castrillón, en representación <strong>de</strong> la viuda <strong>de</strong><br />

Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca, y Miguel A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, como representante <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, los<br />

testigos: don Gaspar y don Carlos Cienfuegos <strong>Jovellanos</strong>, familiares <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>; el propio Somoza, y Faustino Pren<strong>de</strong>s, representante <strong>de</strong> la colonia<br />

245


246<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

gijonesa en La Habana, a quien se <strong>de</strong>bía la creación <strong>de</strong> los premios<br />

“<strong>Jovellanos</strong>-Habana” y “Fernán<strong>de</strong>z Vallín-Habana” 359.<br />

No hay dudas pues <strong>de</strong> que el tonel agotado está dispuesto a llevar a<br />

cabo la que ha sido durante años y años su mayor ilusión como jovellanista. En<br />

ningún momento <strong>de</strong>sistió <strong>de</strong> su empresa. Ya dos años antes, cuando don<br />

Marcelino le sugiere volver a los Diarios para celebrar el centenario, se muestra<br />

alerta. Muerto Alejandrino Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca, tuvo varias ofertas, pero no<br />

le basta con que le ofrezcan la copia, pretenciosamente alterada, según él, por<br />

Vicente Abello; quiere los originales360. Ahí los tiene ahora a su disposición.<br />

Los <strong>de</strong>más confían en él, piensan sólo en él, pero sólo él sabe cuánto<br />

hay que hacer y piensa en una persona que le ayu<strong>de</strong>. Porque a<strong>de</strong>más, el dinero<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> ministerio, las 15.000 pesetas, no son suficientes. No obstante, el dinero<br />

no es el mayor inconveniente. Por otra parte se siente viejo. He aquí sus<br />

inquietu<strong>de</strong>s que vierte a su amigo Menén<strong>de</strong>z Pelayo:<br />

Aterrado estoy ante la magnitud <strong>de</strong> lo que hay que hacer: copias,<br />

cotejo, adiciones <strong>de</strong> lo suprimido, notas, aclaraciones, prólogo-exposición,<br />

itinerarios, índices (lo menos cuatro) <strong>de</strong> materias, personas,<br />

bibliográfico y geográfico; grabados, retratos, vistas, dibujos, planos<br />

<strong>de</strong> rutas o itinerarios, lápidas, etc., etc., etc.<br />

Aquí (¡<strong>de</strong>jarían <strong>de</strong> ser comerciantes!) imaginan que con “quince<br />

mil” pesetas que <strong>de</strong>jó el Ministro para esta empresa, hay <strong>de</strong> sobra, y yo agrego,<br />

que ni para empezar. Pero <strong>de</strong> sobra alcanza Vd. que el dinero, es lo <strong>de</strong><br />

menos (salvo como elemento auxiliar o secundario), y lo principal y lo más<br />

arduo, es buscar quien arrime el hombro al trabajo. Yo contaba para este<br />

359 Sobre esta escritura investigó el profesor Caso González, siendo informado por el Sr. D.<br />

José Antonio Bermanedi Erice, notario encargado <strong>de</strong> los protocolos gijoneses <strong>de</strong> menos <strong>de</strong><br />

100 años, que no aparecía tal documento. Cosa extraña le pareció esto al ilustre investigador,<br />

ya que A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac en su prólogo a los Diarios y Somoza en el suyo inédito coinci<strong>de</strong>n en la<br />

fecha y en el notario. (JOVELLANOS, Gaspar Melchor <strong>de</strong>. Obras completas. Oviedo, edición<br />

crítica, introducción y notas <strong>de</strong> José Miguel Caso González, 1984. Tomo VI; pág. 36 y nota<br />

41). Ahora bien, Caso, siguiendo a Somoza, señala como fecha <strong>de</strong> la firma el día 28, mientras<br />

que El Comercio daba la noticia el día 21 <strong>de</strong> julio, señalando que se había realizado el<br />

día anterior. Por otra parte, uno <strong>de</strong> los firmantes, Leopoldo Castrillón, no se encontraba en<br />

la fecha <strong><strong>de</strong>l</strong> 28 <strong>de</strong> julio en Gijón, sino en Puerto <strong>de</strong> Vega, preparando el recibimiento a los<br />

excursionistas gijoneses que irían a Puerto <strong>de</strong> Vega. “Hoy se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> la comisión organizadora<br />

don Leopoldo Castrillón —<strong>de</strong>cía El Comercio el día 22—, miembro <strong>de</strong> la Junta<br />

receptora en Puerto <strong>de</strong> Vega, que saldrá para dicho puerto en el tren <strong>de</strong> las 7,20 <strong>de</strong> la mañana”.<br />

Con estos antece<strong>de</strong>ntes nos pusimos al habla con nuestro amigo, el propio notario, Sr.<br />

Beramendi Erice, quien nos dio la satisfacción <strong>de</strong> obtener una copia simple <strong>de</strong> la escritura<br />

pública, que en efecto lleva fecha <strong>de</strong> 20 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1911 y en la que figura como testigo Julio<br />

Somoza.<br />

360 Epistolario. Tomo XXI; Carta 453; fecha: 11 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1909; pág. 333.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

auxilio, con un paisano mío, doctor en ciencias históricas, muchacho aplicado<br />

<strong>de</strong> veras, y se lo propuse a Amalio Jimeno, cuando aquí estuvo, para que<br />

le nombrase bibliotecario auxiliar o en comisión. El hombre, me dio gran<strong>de</strong>s<br />

esperanzas, que se llevó el viento361. Ya estoy viejo (“vid.” la estela funeraria <strong><strong>de</strong>l</strong> “introito”) y muy fatigado.<br />

Si no me ayudan, nada, o poco, podré hacer.<br />

Y a continuación Somoza se pone a soñar cómo habría <strong>de</strong> llevar a<br />

cabo la tarea; qué medios necesita para hacer una edición perfecta. Su afán <strong>de</strong><br />

perfeccionismo es tal que nadie le cree. Verda<strong>de</strong>ramente lo que Somoza proponía<br />

era un i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> investigación:<br />

Habría que montar (emplazar) un taller con gran<strong>de</strong>s mesas, varios<br />

escribientes, dibujantes y fotógrafos, con una biblioteca auxiliar <strong>de</strong> ochocientos<br />

a mil volúmenes. El enunciarlo sólo, me ha valido en mi pueblo<br />

(¡¡40.000 almas!!) gran<strong>de</strong>s rechiflas, y tal cual pulla, que me costó, con la<br />

réplica, tremenda sofoquina y colosal berrinche (ya estoy viéndole a Vd. reírse<br />

a borbotones <strong>de</strong> lo a pecho que lo tomo) 362.<br />

Ante la gran envergadura que suponía una obra bien hecha, le propone<br />

a Menén<strong>de</strong>z Pelayo hacer una “edición preparatoria”, mientras llega la<br />

<strong>de</strong>finitiva.<br />

P. S.: Con el fragmento que Vd. posee <strong>de</strong> los “Diarios” (algo más<br />

<strong>de</strong> los 2/3), agregándole lo que le falta (que yo podía hacer copiar aquí, por<br />

medio <strong>de</strong> máquina) podíamos lograr un ejemplar completo, y publicarle<br />

luego como “edición preparatoria”. Pero ¿no estará registrada la propiedad<br />

<strong>de</strong> este “Diario” a nombre <strong>de</strong> Riva<strong>de</strong>neyra? Inverosímil parece que así no<br />

sea. Y si lo está, ¿no podría ce<strong>de</strong>rnos tal <strong>de</strong>recho, sufragando nosotros los<br />

gastos <strong>de</strong> la primera edición? “Bis dat qui cito dat”.<br />

Pero Somoza no se encuentra a gusto en medio <strong>de</strong> personas a las que<br />

califica <strong>de</strong> “jovellanistas <strong>de</strong> hojalata”. Una <strong>de</strong> estas era Alejandro Pidal y<br />

Mon, quien, como muy bien ha recordado el profesor Caso González, se oponía<br />

en su momento a la publicación <strong>de</strong> los diarios, sin duda por inclinarse a<br />

las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca363. He aquí la escena en que Pidal aparece<br />

al lado <strong>de</strong> A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, según sigue contando Somoza a su amigo:<br />

361 El ministro Amalio Jiménez vino, con ocasión <strong><strong>de</strong>l</strong> Centenario, acompañando a los<br />

Infantes don Carlos <strong>de</strong> Borbón y doña María Luisa <strong>de</strong> Orleans en su visita <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto el<br />

6 <strong>de</strong> agosto.<br />

362 Epistolario. Tomo XXI; Carta 760; fecha: 16 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1911; págs. 466 y ss.<br />

363 Epistolario. Tomo X; carta <strong><strong>de</strong>l</strong> P. Miguélez a Menén<strong>de</strong>z Pelayo, <strong>de</strong> fecha 30 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong><br />

1892; pág. 540.<br />

247


248<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

¡Cada jovellanista <strong>de</strong> hojalata nos ha salido esta temporada, que <strong>de</strong><br />

oírlos sólo, me echo a temblar! El coro <strong>de</strong> la comedia “indiana”, no sabe más<br />

que <strong>de</strong>cir: “Don Jovino” por acá, y “Don Jovino” por allá<br />

y a mí me está ocurriendo,<br />

que <strong>de</strong> tanto <strong>de</strong>satino<br />

como al día estoy oyendo,<br />

ya van todos consiguiendo<br />

“<strong>de</strong>spotricar” en pollino.<br />

En la biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, tuvieron conversación sobre el prece<strong>de</strong>nte<br />

tema (anteayer, 14 <strong>de</strong> septiembre) Alejandro Pidal y Miguel A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac,<br />

y tales cosas dijeron, que parecían nacidos la víspera, entre tres y cuatro <strong>de</strong><br />

la tar<strong>de</strong>, si es que ya no iban <strong>de</strong> tuno a tuno para <strong>de</strong>spistarse mejor. Estaba<br />

yo en la galería alta, “haciendo” que hojeaba libros, y no metí la cuchara, ni<br />

me di por aludido, porque lo estimé pru<strong>de</strong>nte.<br />

A<strong>de</strong>más, Somoza tiene unas i<strong>de</strong>as para la edición <strong>de</strong> los Diarios<br />

<strong>de</strong>masiado primorosas. No cuenta con quien le auxilie; es objeto <strong>de</strong> rechiflas.<br />

Y por si fuera poco aquellas exigencias <strong>de</strong> la escritura pública <strong>de</strong> cesión,<br />

como era la <strong>de</strong> figurar el prólogo <strong>de</strong> don Alejandrino. Todo esto auguraba lo<br />

que vino a ser: que Somoza no llevaría a cabo la edición.<br />

El propio don Julio dará como razón <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sistimiento: lo “impositivo”,<br />

“enojoso” e “interesado” <strong>de</strong> muchas <strong>de</strong> sus impertinentes cláusulas364. Y añadía:<br />

De sobra es <strong>de</strong> todos conocidos, que la resolución y realización <strong>de</strong> los asuntos<br />

literarios, cuando intervienen en ellos, manos mercenarias y <strong>de</strong> logreros, por fuerza<br />

tienen que fracasar o torcer el rumbo. Recuér<strong>de</strong>se que don Julio conocía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

primer momento las cláusulas <strong>de</strong> la escritura pública y, por tanto, si se queja<br />

<strong>de</strong> ellas es porque él confiaba que a pesar <strong>de</strong> todo podría llevar a cabo la obra<br />

a su manera, convenciendo a sus oponentes. Pero al final la cosa no se puso<br />

a punto <strong>de</strong> caramelo o <strong>de</strong> solimán como le <strong>de</strong>cía a Menén<strong>de</strong>z Pelayo.<br />

El profesor Caso González, por su parte, al afirmar que Somoza fue<br />

eliminado <strong>de</strong> la empresa, apunta que en ello tuvo intervención Pidal. “Se trataba<br />

—dice— <strong>de</strong> evitar que un hombre <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as liberales, como don Julio,<br />

pudiera aprovechar la ocasión para poner tibio a Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca por<br />

sus ‘Apuntes’” 365, como lo hizo poco <strong>de</strong>spués en el prólogo <strong>de</strong> su <strong>Jovellanos</strong>:<br />

manuscritos inéditos, raros o dispersos... Nueva serie: con prólogo y un apéndice,<br />

refutando los falsos juicios y erróneas, y gratuitas afirmaciones <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr.<br />

Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca. Madrid, 1913.<br />

364 Prólogo inédito a los Diarios, reproducido en facsímil por el profesor Caso González en<br />

el Tomo VI <strong>de</strong> las Obras Completas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, pág. 65.<br />

365 JOVELLANOS, Gaspar Melchor <strong>de</strong>. Obras completas. Oviedo, edición crítica, introducción<br />

y notas <strong>de</strong> José Miguel Caso González, 1984. Tomo VI; pág. 37.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Si Somoza no aceptó las impertinentes cláusulas, el caso fue —dirá—<br />

que hubo quien las aceptó todas: el propio A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac. De modo que la obra necesariamente<br />

habría <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar mucho que <strong>de</strong>sear, como hecha por persona que<br />

llena <strong>de</strong> muy buenos <strong>de</strong>seos y entusiástico esfuerzo no gozaba <strong>de</strong> la preparación<br />

jovellanista <strong>de</strong> don Julio. Aunque meritoria y muy significativa, pues<br />

al fin se veían publicados los ansiados Diarios, es lo cierto que estará llena <strong>de</strong><br />

erratas y <strong>de</strong> malas interpretaciones, según reconocerá la crítica posterior.<br />

Sobre esta obra aparecida en 1915, escribirá Somoza:<br />

Fue costeada esta edición (tosca reproducción <strong>de</strong> un ejemplar <strong>de</strong> la<br />

madrileña, <strong>de</strong> 1861) por el benemérito escritor asturiano, don Fortunato <strong>de</strong><br />

Selgas y Albuerne, quien no tuvo parte alguna, en la <strong>de</strong>sastrosa dirección<br />

editorial y literaria <strong>de</strong> la reimpresión <strong>de</strong> la obra (3.061) “erratas”, hallada en<br />

doble compulsa).<br />

Y al observar, que la publicación <strong><strong>de</strong>l</strong> “diario”, se dice realizada por<br />

el profesorado <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, se nos ocurre preguntar:<br />

Si el “Diario” es <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>;<br />

Sélgas, quien le apadrinó,<br />

y Abello, quien le anotó,<br />

aliñándolo otras manos,(a)<br />

¿en cuál obra <strong>de</strong> romanos<br />

tanto ingenio se empleó?<br />

claro que nos referimos a Riva<strong>de</strong>neyra366. 7.— Lo último sobre <strong>Jovellanos</strong><br />

Por su parte, Somoza, en tanto se publican los Diarios sacará a la luz<br />

pública una obra más. Aún quedaba en aquel tonel jovellanista materia inédita<br />

que ofrecer. Parece como si le hubiese entrado prisa por dar <strong>de</strong> una vez<br />

todo cuanto tenía, lo último que le quedaba. No hay duda que Somoza se<br />

siente ya viejo (tenía 65 años) y quiere darlo todo. En menos <strong>de</strong> tres años aparecerán<br />

un total <strong>de</strong> cinco volúmenes <strong>de</strong> sus obras.<br />

El mismo título sugiere ya que se trata <strong>de</strong> los restos <strong>de</strong> su bagaje jovellanista:<br />

<strong>Jovellanos</strong>: manuscritos inéditos, raros o dispersos; como si dijese: aquí<br />

está lo que no se ha publicado antes, lo que no se ha visto, lo que estaba perdido,<br />

lo que faltaba, lo último. Y en efecto, será su última obra jovellanista,<br />

aunque el tonel aún no habría <strong>de</strong> agotarse. La llamará “compilación” en la<br />

<strong>de</strong>dicatoria que, como es costumbre en él va a dirigida a quien en ésta oca-<br />

366 SOMOZA, Julio. Registro Asturiano; págs. 211 y 212.<br />

249


250<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

sión le favorecía con la edición. Decía así: A don GERARDO URÍA Y<br />

MENÉNDEZ <strong>de</strong>dica esta compilación jovellanista, su firme y leal amigo. JULIO<br />

SOMOZA.<br />

¿Cuál fue su intento? Será lo primero que él nos diga en lo que él llamaba<br />

preliminar y no prólogo:<br />

Aprovechando los momentos actuales en que parece revivir con<br />

algún fuego la memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> gran <strong>Jovellanos</strong>, con motivo <strong>de</strong> conmemorarse el<br />

I Centenario <strong>de</strong> su muerte, y el <strong>de</strong> su nacimiento a la inmortalidad (acaso<br />

con más agitación y bullicio <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>bido a la grave austeridad <strong>de</strong> tan insigne<br />

bienhechor <strong>de</strong> la Patria), creemos oportuno publicar varios <strong>de</strong> sus escritos<br />

inéditos, guiados siempre por el noble anhelo, que, más ha <strong>de</strong> cuarenta<br />

años, impulsa nuestra voluntad y mueve nuestra pluma, <strong>de</strong> salvar <strong>de</strong> la<br />

incuria y <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido sus venerables escritos, <strong>de</strong> tantos como aún se conservan,<br />

esperando la próvida mano que ha <strong>de</strong> redimirlos <strong>de</strong> la injusta postergación<br />

en que yacen arrinconados, por nuestra proverbial <strong>de</strong>sidia y abandono.<br />

En efecto, el Centenario había servido para remover la memoria<br />

hacia <strong>Jovellanos</strong>, pero hay que tener en cuenta que a él se había llegado gracias<br />

al esfuerzo <strong>de</strong> su obra. Una obra que él no veía terminada, pues habla <strong>de</strong><br />

aprovechar para otras publicaciones nuevas ofertas <strong>de</strong> amigos, como<br />

Fortunato <strong>de</strong> Selgas o Alejandro Alvargonzález, por citar algunos, a quienes<br />

pertenecían algunos <strong>de</strong> estos manuscritos.<br />

Pero Somoza va más allá; tiene una clara intención didáctica.<br />

Pretendía: atestiguar su veneración a la memoria <strong>de</strong> su autor, por el legítimo<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que su nombre reviva entre la juventud mo<strong>de</strong>rna, sirviéndole <strong>de</strong> faro luminoso<br />

en el arte <strong>de</strong> bien <strong>de</strong>cir, y <strong>de</strong> ejemplo perdurable que imitar, en las nobles aspiraciones<br />

<strong>de</strong> la vida.<br />

Quizá fuera su intervención en el Centenario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> lo que llevó<br />

a que se le propusiera, no una sino hasta tres veces, a intervenir o colaborar en<br />

el Centenario <strong>de</strong> Cervantes o por mejor <strong>de</strong>cir en el Centenario <strong>de</strong> la publicación<br />

<strong>de</strong> El Quijote. Somoza dará en una carta estas razones para negarse:<br />

Muy distinguido y respetable Alcal<strong>de</strong>:<br />

Me ha sorprendido sobremanera su inesperado B. L. M. <strong><strong>de</strong>l</strong> 22 <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

corriente, toda vez que, primero oficialmente, y particularmente <strong>de</strong>spués, le<br />

manifesté la imposibilidad absoluta en que me hallaba, <strong>de</strong> formar parte <strong>de</strong><br />

ninguna junta <strong><strong>de</strong>l</strong> Centenario <strong>de</strong> Cervantes. Las razones fundadas que para<br />

ello, tuve y tengo, a continuación se las recuerdo:


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Primera: “la falta <strong>de</strong> salud”, con prescripción facultativa <strong>de</strong> privación<br />

<strong>de</strong> toda clase <strong>de</strong> trabajo mental.<br />

Segunda: “la edad”, que créame ya a los setenta años, me invalida<br />

para todo esfuerzo; creyendo (como no dudo un momento) que esta consi<strong>de</strong>ración,<br />

que ha bastado a otros para no asistir en la prosecución <strong>de</strong> su intento<br />

merecerá <strong>de</strong> V. S. igual <strong>de</strong>ferencia hacia mi cansada persona.<br />

Tercera: “mis estudios”, que han sido, por lo general, <strong>de</strong> carácter<br />

histórico, <strong>de</strong> investigación, y arqueológicos; singularizándome en los “jovellanistas”,<br />

más no en los “cervantistas”.<br />

Cuarta: “mi carácter”, que ha hecho, que mis empresas literarias,<br />

y mi trabajo, fueran siempre unipersonales, jamás colectivos, porque, ni<br />

nunca me hice solidario <strong>de</strong> lo que otros afirmaran o negaran, ni jamás acepté<br />

el concurso ajeno para empresa alguna, bien convencido <strong>de</strong> lo <strong><strong>de</strong>l</strong>eznable<br />

y <strong>de</strong>testable que son las colectivida<strong>de</strong>s en nuestra tierra.<br />

Quinta: La persuasión <strong>de</strong> que, en nuestro país, sobran “cervantistas”<br />

y literatos, y escasean los “jovellanistas” o difundidores <strong>de</strong> la enseñanza,<br />

y propulsores <strong><strong>de</strong>l</strong> verda<strong>de</strong>ro progreso patrio, en sus múltiples fases.<br />

Por todo lo cual y por otras muchas causas y razones, que a su<br />

penetración y sagacidad no escapamos sírvase, por la presente comunicación,<br />

dar por “no” aceptado el cargo con que se me brinda, y que <strong>de</strong>clino,<br />

muy reconocido a su constante benevolencia, pero a la vez, muy firme e irrevocable<br />

en la <strong>de</strong>terminación que he tomado.<br />

Con cuyo motivo, se repite <strong>de</strong> V. S. por “tercera vez”, su muy fino,<br />

<strong>de</strong>ferente y respetuoso convecino.<br />

q.s.m.b.<br />

J. S. G. S.<br />

23 <strong>de</strong> noviembre 1915 367.<br />

La copia <strong>de</strong> esta carta (al menos por copia la tenemos), lleva este<br />

encabezamiento: Contestación a la impertinente insistencia <strong>de</strong> un alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> monterilla<br />

<strong>de</strong> tiempos <strong>de</strong> Felipe IV, que se puso “pelma”, hasta el 3er oficio.<br />

El centenario <strong>de</strong> Cervantes no tendría en Gijón apenas relevancia. La<br />

primera persona que se interesó en esta villa por él fue el Director <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto, Justo <strong><strong>de</strong>l</strong> Castillo, pero su voz no tuvo eco. Tan solo la Escuela<br />

Superior <strong>de</strong> Artes y Oficios y el Ateneo Casino Obrero hicieron alguna velada<br />

en honor <strong>de</strong> Cervantes; y el Ayuntamiento terminará simplemente por<br />

367 Biblioteca Asturiana <strong><strong>de</strong>l</strong> Padre Patac; FC 175.<br />

251


252<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

izar el pabellón nacional en las Casas Consistoriales. La poca acogida <strong>de</strong> este<br />

centenario <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> ser lo que <strong>de</strong>terminó la triple insistencia <strong><strong>de</strong>l</strong> Alcal<strong>de</strong>,<br />

quien a falta <strong>de</strong> cervantistas se veía obligado a echar mano <strong>de</strong> jovellanistas.<br />

Aunque Somoza exageraba (no tenía setenta años, sino sesenta y<br />

seis), la edad y la salud no le permitían llevar a cabo una gran actividad laboral,<br />

sin embargo, cuando se trata <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> parecerá rejuvenecer<br />

y revivir, porque aún tendrá fuerza para revisar los Diarios y publicar<br />

su famoso Registro Asturiano.


CAPÍTULO 11<br />

La batalla <strong>de</strong> Covadonga<br />

1.— El viejecito testarudo<br />

“No lejos <strong>de</strong> Gijón, pasea junto a las aguas <strong><strong>de</strong>l</strong> mar ver<strong>de</strong> un viejecito<br />

menudo, bajo y <strong>de</strong> muy pocas carnes. De cabellos y <strong>de</strong> bigotes blancos, <strong>de</strong><br />

rostro moreno, algo verdoso, y <strong>de</strong> ojos pequeños, pero vivos, la vejez ha pronunciado<br />

bajo ellos unos flácidos pliegues, que le sirven <strong>de</strong> bolsas don<strong>de</strong><br />

guarda oculto el amarillo <strong>de</strong> que se tiñen sus conjuntivas a las veces. Se adivina<br />

en él un sistema nervioso siempre tenso y un exceso <strong>de</strong> bilis. Viste un<br />

abriguito oscuro que oculta una chaqueta larga <strong>de</strong> igual tono; protege su garganta<br />

con una bufanda mal ceñida; se cubre con un sombrero negro <strong>de</strong> alas<br />

blandas, y aunque brilla en la altura el tenue sol <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, se apoya, como<br />

siempre, en un viejo paraguas”.<br />

“El viejecito lee y escribe mucho, le enamora su noble tierra astur, y<br />

no concibe que jamás la hollaran las torpes plantas <strong>de</strong> los árabes. Está solo,<br />

se ha <strong>de</strong>tenido junto al mar y le ha vuelto la espalda, para otear con sus ojillos<br />

vivos la lejana silueta terrestre <strong>de</strong> los montes. Somoza tuerce el gesto y<br />

piensa una vez más lo que ya ha escrito en un viejo volumen:<br />

Imposible. Los sarracenos no pisaron <strong>Asturias</strong>. ¿Vencidos al<br />

pie <strong>de</strong> Covadonga? Gran dislate. Pero nada tan peregrino y sandio<br />

como hacerles atravesar los Picos <strong>de</strong> Covadonga hasta Cosgaya. Pura<br />

patraña la crónica <strong><strong>de</strong>l</strong> rey Alfonso, el Magno, o <strong>de</strong> Sebastián <strong>de</strong><br />

Salamanca”.<br />

Así vio y así imaginó a Somoza un inteligente y jovencísimo historiador,<br />

discípulo <strong>de</strong> Hinojosa, allá por los años veinte en que vino a conocer<br />

<strong>Asturias</strong> para escribir y <strong>de</strong>scubrir en ella y a través <strong>de</strong> ella la historia <strong>de</strong><br />

los orígenes <strong>de</strong> España. Años más tar<strong>de</strong>, al rebatir la tesis <strong>de</strong> aquel anciano,<br />

no podrá resistirse a la tentación <strong>de</strong> incluir este magnífico, vivo y real retra-


254<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

to368. ¿Qué significa esto? Hay ternura en la <strong>de</strong>scripción y, sin embargo,<br />

Somoza representaba la línea más opuesta al pensamiento <strong>de</strong> don Claudio<br />

Sánchez Albornoz, que es quien le <strong>de</strong>scribe. La imagen <strong><strong>de</strong>l</strong> anciano no se le<br />

borraría <strong>de</strong> la memoria. Aquel anciano era el más tozudo y el más peregrino<br />

<strong>de</strong> cuantos historiadores trataron sobre el tema <strong>de</strong> Covadonga; ¿cómo podía<br />

resultar tan entrañable como para sentir la necesidad —son palabras <strong><strong>de</strong>l</strong> propio<br />

Sánchez Albornoz— <strong>de</strong> incluir su retrato? ¿Cuándo se vio que un autor<br />

lleve a cabo en una obra la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> su más enfrentado oponente, si no<br />

es para ridiculizarlo en lo físico, combatiéndolo en el físico como en las i<strong>de</strong>as?<br />

Es verdad que más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante hace también la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> un grave<br />

profesor <strong>de</strong> La Sorbona, el insigne hispanista Barrau-Dihigo, que también<br />

negaba la batalla <strong>de</strong> Covadonga. Pero aunque le colma <strong>de</strong> mayor número <strong>de</strong><br />

elogios, la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> este personaje no tiene la viveza y el color que la<br />

que hace <strong>de</strong> Somoza. Cierto que admira más a aquel, pero no hay duda que<br />

la personalidad, el hombre en sí que era Somoza, le resultaba más atrayente.<br />

En aquel admiraba la obra, en éste la persona.<br />

Refiriéndose a las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Somoza, a quien llama erudito gijonés, ilustre<br />

asturiano e ilustre jovellanista, las calificará <strong>de</strong> extravagancias. He aquí el<br />

juicio que le merecían:<br />

“Sería empresa <strong>de</strong>masiado sangrienta y, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>masiado<br />

fácil y sin mérito, poner <strong>de</strong> relieve las extravagancias <strong>de</strong> Somoza. A<br />

creerle, los cronicones cristianos mienten a porfía, las historias árabes<br />

carecen por completo <strong>de</strong> valor, todos los documentos son falsos, falsarios<br />

los historiadores que han admitido la entrada <strong>de</strong> los árabes en<br />

<strong>Asturias</strong> en cualquier tiempo y seres mitológicos, que jamás existieron,<br />

los primeros reyes asturianos. Sólo él conoce el país. Sólo él<br />

acierta; sólo él dice la verdad frente a todos. Lástima gran<strong>de</strong> que el<br />

ilustre jovellanista se haya <strong>de</strong>jado seducir, al estudiar estos primeros<br />

tiempos <strong><strong>de</strong>l</strong> reino astur, por un criterio tan radicalmente negativo. Le<br />

sobraban condiciones para haber trazado una seria historia <strong>de</strong> los orígenes<br />

<strong>de</strong> la Reconquista, pero ignoraba el método crítico mo<strong>de</strong>rno. Tenía sólo<br />

vagas i<strong>de</strong>as, generalmente equivocadas sobre el valor y las fechas <strong>de</strong><br />

las fuentes latinas. No había leído las historias arábigas. O no conocía<br />

o <strong>de</strong>spreciaba los estudios que les habían consagrado Gayangos,<br />

368 SÁNCHEZ ALBORNOZ, Claudio. Orígenes <strong>de</strong> la Nación Española. Estudios Críticos sobre<br />

la historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Reino <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Oviedo, I.D.E.A., 1972. Tomo II; págs. 159 y 160. Sánchez<br />

Albornoz comenzó sus trabajos sobre <strong>Asturias</strong> con ocasión <strong><strong>de</strong>l</strong> centenario <strong><strong>de</strong>l</strong> Covadonga,<br />

y para preparar su trabajo visitó y pateó <strong>Asturias</strong> entera. Sería por entonces cuando se<br />

entrevistaría con Somoza y éste le expondría su teoría sobre Pelayo, Covadonga y la retirada<br />

<strong>de</strong> los árabes.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Dozy, Lafuente Alcántara, Co<strong>de</strong>ra y Pons Boygues. Desfiguró los<br />

datos geográficos como le vino en gana y los empleó en forma efectista,<br />

y a su antojo concedió y quitó méritos a quienes les precedieron<br />

en el estudio <strong>de</strong> la historia asturiana. En resumen, sus errores son tan<br />

crasos y sus afirmaciones <strong>de</strong> tal índole, que no po<strong>de</strong>mos atribuirlas<br />

sino a un falso patriotismo regional, a su intención <strong><strong>de</strong>l</strong>iberada <strong>de</strong> probar<br />

a toda costa la tesis que he llamado <strong>de</strong> la virginidad <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>.<br />

No he <strong>de</strong> entrar, por tanto, a discutir una a una sus fantasías y sus<br />

extravagancias” 369.<br />

Para no entrar a discutir sus fantasías y extravagancias, empresa<br />

según él <strong>de</strong>masiado fácil, nos parece un párrafo <strong>de</strong>masiado largo éste, y tampoco<br />

se entien<strong>de</strong> muy bien que se tome la molestia <strong>de</strong> citarlo tantas veces<br />

como lo hace, y mucho menos <strong>de</strong> llegar a ponerlo en la misma línea que el<br />

sabio, conocedor si duda <strong><strong>de</strong>l</strong> método crítico mo<strong>de</strong>rno, Barrau-Dihigo, e incluso<br />

<strong>de</strong>dicarle ese magnífico tributo <strong>de</strong> hacer su retrato <strong>de</strong> un modo que ningún<br />

otro ha sabido plasmar. Así pues, a pesar <strong>de</strong> <strong>de</strong>spreciar sus i<strong>de</strong>as,<br />

Sánchez Albornoz admiraba la tremenda personalidad <strong>de</strong> Somoza.<br />

Pero analicemos el párrafo un poco más <strong>de</strong>tenidamente. Es muy probable<br />

que la <strong>de</strong>scripción <strong><strong>de</strong>l</strong> retrato y este comentario no se hicieran en la<br />

misma época. La obra que publicó el I.D.E.A. es una especie <strong>de</strong> recopilación<br />

<strong>de</strong> diversos trabajos, refundidos en 1969 por su autor. Estos duros comentarios<br />

correspon<strong>de</strong>n a una época en que Somoza ya no vivía, mientras que la<br />

<strong>de</strong>scripción por su frescura parece más bien redactada en la juventud, en el<br />

momento <strong>de</strong> conocer a Somoza. Quitando la fraseología <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo, lo verda<strong>de</strong>ramente<br />

<strong>de</strong>stacable está en la afirmación que hemos subrayado, “le<br />

sobraban condiciones para haber trazado una seria historia <strong>de</strong> los orígenes<br />

<strong>de</strong> la Reconquista (no hacía falta que nos lo dijera), pero ignoraba el método<br />

crítico”. He aquí la clave que se repite siempre cuando se trata <strong>de</strong> impugnar<br />

o contra<strong>de</strong>cir o recortar la obra <strong>de</strong> Somoza: la ausencia <strong>de</strong> un método, que<br />

unas veces es crítico mo<strong>de</strong>rno y otras veces crítico científico. Somoza es un erudito<br />

a la violeta para quienes hacen <strong>de</strong> la investigación una profesión, tengan<br />

o no tengan vocación, para los profesores <strong>de</strong> Universidad; una rara avis en<br />

campo ajeno; uno que va por libre. Y siempre que hay que ponerle un pero<br />

sale a relucir su falta <strong>de</strong> formación académica, como si sólo a los intelectuales<br />

<strong>de</strong> oficio les estuviera reservada la gloria <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir el pasado, y como si el<br />

camino <strong>de</strong> la investigación fuera único.<br />

He aquí lo que pensaba don Alejandro Alvargonzález a propósito <strong>de</strong><br />

la vocación investigadora <strong>de</strong> Somoza: “Fue investigador y erudito, pero<br />

investigador por afición y no por oficio, y cuando las cosas se hacen por afi-<br />

369 Op. cit., Tomo I, pág. 460.<br />

255


256<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

ción suelen obtener mejores resultados que cuando son impuestas por una<br />

profesión. Aquellos que quieren hacer un campo acotado <strong>de</strong> toda ciencia, lo<br />

tildan <strong>de</strong> curioso, olvidando que gran parte <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scubrimientos históricos<br />

se <strong>de</strong>ben a estos curiosos que guiados <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra vocación y <strong>de</strong> un<br />

superior sentido crítico, trabajan incansablemente sin un <strong>de</strong>finido afán <strong>de</strong><br />

recompensa” 370.<br />

Pero como es cierta en Somoza la carencia <strong>de</strong> formación académica<br />

(entiéndase universitaria), el éxito <strong>de</strong> la argumentación contra él está garantizado,<br />

y aquí punto en boca. Pero hay que tener en cuenta que, cuando se<br />

trata <strong>de</strong> valorar al hombre, y no <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar el grado <strong>de</strong> acierto <strong>de</strong> sus<br />

i<strong>de</strong>as, esta carencia se convierte en la principal virtud, porque si su capacidad<br />

es gran<strong>de</strong> a pesar <strong>de</strong> su falta, se cumple en él el viejo aforismo latino:<br />

“Suficiente es haberlo intentado”. Quienes intentamos poner <strong>de</strong> relieve la<br />

personalidad <strong>de</strong> Somoza, no intentamos otra cosa que mostrarlo tal cual fue.<br />

Sería ridículo convertirlo en doctor honoris causa <strong>de</strong> la más prestigiosa universidad<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo cuando no lo fue. Somoza fue lo que fue. Nadie quiere<br />

que sea más sabio que los sabios. Pero si el más importante medievalista <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

momento se tomó la molestia <strong>de</strong> rebatir sus i<strong>de</strong>as es porque al menos sus<br />

i<strong>de</strong>as valían tanto como para que éste se interesara en ellas. Veamos cuánto<br />

representaban.<br />

2.— La cuestión <strong>de</strong> Covadonga a final <strong>de</strong> siglo<br />

Para ello hay que ver la dificultad que el tema <strong>de</strong> Covadonga tenía<br />

en la historiografía <strong>de</strong> la época. Acudamos a un prestigioso profesor universitario,<br />

que conozca el método crítico mo<strong>de</strong>rno, al propio Sánchez Albornoz,<br />

por ejemplo. Según él: “La figura <strong>de</strong> Pelayo, así como la historia <strong>de</strong> los orígenes<br />

<strong>de</strong> la Reconquista, aparecen envueltas en tinieblas tan espesas que es<br />

muy difícil, casi imposible sacar a la luz la parte <strong>de</strong> verdad que pue<strong>de</strong> haber<br />

en el fondo <strong>de</strong> las confusas fábulas y leyendas <strong>de</strong> los cronistas musulmanes y<br />

cristianos” 371.<br />

Fuera por esto en parte o no, el caso es que el prestigioso historiador<br />

confiesa abiertamente haber tenido él serias dudas sobre la misma realidad<br />

<strong>de</strong> Covadonga: “Las tuve —dice— hace más <strong>de</strong> dos décadas, en 1920 (12 años<br />

370 ALVARGONZÁLEZ, Alejandro. Julio Somoza, Historiador y Jovellanista. El Comercio, 25 <strong>de</strong><br />

julio <strong>de</strong> 1954.<br />

371 Op. cit., Tomo II, pág. 41. Aña<strong>de</strong> también: “La tarea resulta, a<strong>de</strong>más, ingrata, penosa,<br />

dura, porque multitud <strong>de</strong> historiadores han utilizado esa doble ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> fuentes y han<br />

llegado a conclusiones <strong>de</strong> interés positivo {...} Los que han negado incluso la entrada <strong>de</strong> los<br />

árabes en <strong>Asturias</strong> han prestado señalado favor a la historia <strong>de</strong> aquellos sucesos”.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Somoza), cuando estudié los orígenes <strong>de</strong> la<br />

Reconquista y hube <strong>de</strong> redactar sobre tal tema largas páginas para aspirar al<br />

Premio Nacional Covadonga que me concedieron” 372. Aquel trabajo resultó<br />

una obra en cinco volúmenes, que en 1969 todavía permanecía inédito.<br />

Pero sigamos leyendo lo que sobre sus dificulta<strong>de</strong>s nos dice: “Cabía<br />

ante tantas dudas y contradicciones la postura hipercrítica <strong>de</strong> Barrau-Dihigo.<br />

Nadie hubiera podido reprocharme un elegante escepticismo y una sonrisa<br />

burlona. Y quizás en mi lugar todos hubieran tirado por el camino <strong>de</strong> en<br />

medio y habrían <strong>de</strong>clarado legendaria la batalla y absurdos los testimonios<br />

encontrados en las fuentes. Pero no me <strong>de</strong>tienen sino me entusiasman las<br />

dificulta<strong>de</strong>s...” 373. Fue por esto por lo que se puso a estudiar científicamente<br />

las fuentes históricas. Comenzó a estudiar la geografía asturiana y recorrió<br />

los viejos caminos, sus viejas ciuda<strong>de</strong>s y sus campos <strong>de</strong> batalla para explicarse<br />

el curso <strong>de</strong> la historia política. Y sería entonces cuando conoció al viejecito<br />

<strong>de</strong> Gijón. Y <strong>de</strong>dicó veinte años al estudio <strong>de</strong> esas cuestiones374. ¡Dos décadas! ¡Veinte años, para saber si existió o no Pelayo, si<br />

Munuza estuvo o no en <strong>Asturias</strong>, si hubo o no una batalla en Covadonga! ¿Tan<br />

confusas estaban las fuentes históricas? En efecto, así era. Pero Sánchez<br />

Albornoz aña<strong>de</strong> una dificultad más: “Con sus comentarios irrespetuosos y excesivamente<br />

liberales <strong>de</strong> las fuentes, o con su <strong>de</strong>moledor hipercriticismo, sañudo y<br />

cruel, la erudición <strong>de</strong> fines <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX y <strong>de</strong> principios <strong><strong>de</strong>l</strong> XX se ha complacido<br />

en enredar la ma<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> los testimonios históricos que alu<strong>de</strong>n al suceso inicial<br />

<strong>de</strong> nuestra Reconquista. Y lo han logrado con tal éxito que hoy es su<br />

empresa más que difícil sacar el hilo <strong><strong>de</strong>l</strong> ovillo” 375. Ni que <strong>de</strong>cir tiene que <strong>de</strong><br />

esa corriente <strong>de</strong> erudición formaría parte Somoza. No está mal saber que hubo<br />

una corriente, porque <strong>de</strong> ese modo Somoza no fue el único. Pero entonces, volvemos<br />

a lo <strong>de</strong> siempre: ¿por que él sólo mereció el honor <strong>de</strong> ser combatido?<br />

Bueno será recorrer esta corriente, exponer una especie <strong>de</strong> estado <strong>de</strong> la<br />

cuestión en el momento en que el jovencísimo Somoza regresa a Gijón. En<br />

1867 se publicó una importante historia <strong>de</strong> esta villa, la <strong>de</strong> Estanislao<br />

Rendueles Llanos; obra que, como dijimos <strong>de</strong>terminó las aficiones <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro<br />

jovellanista. El malogrado historiador <strong>de</strong> Gijón al comenzar la narración <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

periodo <strong>de</strong> la Reconquista ya nos advierte <strong>de</strong> que no es unánime la opinión<br />

respecto a la realidad <strong>de</strong> Covadonga. Comienza así el capítulo V <strong>de</strong> su historia<br />

<strong>de</strong> Gijón, el que trata sobre don Pelayo y cuyo primer epígrafe <strong>de</strong>nomina<br />

Aclaraciones: “Vamos a entrar en la narración <strong>de</strong> importantes sucesos, cuya<br />

autenticidad ha querido ser puesta en duda por algunos críticos mo<strong>de</strong>rnos,<br />

372 Í<strong>de</strong>m, Tomo II, pág. 100.<br />

373 Í<strong>de</strong>m, Tomo II, pág. 101.<br />

374 Ibí<strong>de</strong>m.<br />

375 Í<strong>de</strong>m, Tomo II, pág. 137.<br />

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258<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

aunque la opinión <strong>de</strong> los mejores historiadores, entre ellos los Sres. Romey y<br />

Lafuente, que les prestan asentimiento, <strong>de</strong>svanecen por completo la aserción<br />

<strong>de</strong> aquellos” 376. Ni que <strong>de</strong>cir tiene que Rendueles Llanos se mostraba partidario<br />

<strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong> Covadonga.<br />

Diez años mas tar<strong>de</strong> la polémica, por así <strong>de</strong>cirlo, seguía en pie. De<br />

manera que otro gijonés, José Nava Caveda, intenta buscar una postura conciliadora,<br />

saliendo al paso <strong>de</strong> ambos extremos: “A nuestro juicio, tan apartados<br />

andan <strong>de</strong> la verdad los que por sobra <strong>de</strong> escepticismo sólo ven en la jornada<br />

<strong>de</strong> Covadonga la escaramuza y el triunfo <strong>de</strong> un guerrillero, como los<br />

que obcecados por el entusiasmo y amor a la patria agrandan fuera <strong>de</strong> toda<br />

medida las proporciones <strong>de</strong> este hecho <strong>de</strong> armas” 377.<br />

En 1895, un hombre próximo al círculo <strong>de</strong> Somoza antiguo gallo <strong>de</strong><br />

La Quintana, profesor universitario, don Félix Aramburu, escribía un interesante<br />

artículo sobre Covadonga, para la obra <strong>Asturias</strong> publicada por sus amigos<br />

Fermín Canella y Octavio Bellmunt. Comienza señalando la existencia <strong>de</strong><br />

dos corrientes o puntos <strong>de</strong> vista sobre Covadonga: a la una la llama realista,<br />

y a la otra efectista. En realidad son las dos actitu<strong>de</strong>s que todo el que diserta<br />

sobre algo pue<strong>de</strong> adoptar. Advierte por otra parte que va a tirar por la segunda.<br />

Es <strong>de</strong>cir, elu<strong>de</strong> el problema <strong>de</strong> la veracidad <strong>de</strong> los hechos. ¿Por qué?<br />

Porque sabe que el primero no es nada claro. Lo dice así: “De Covadonga se<br />

sabe poco, muy poco, cuando este saber se busca por el camino <strong>de</strong> la investigación<br />

ceñida, exacta, realista, que el amante <strong>de</strong> la verdad histórica, <strong><strong>de</strong>l</strong> relato<br />

circunstanciado indubitable apetece”. Prefiere en cambio el segundo camino<br />

porque: “De Covadonga, en cambio, se sabe mucho, se sabe lo suficiente<br />

por lo menos, cuando este saber se pi<strong>de</strong> al espíritu <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s síntesis históricas;...<br />

y, sobre todo, al corazón sacudido por las corrientes <strong><strong>de</strong>l</strong> amor a la<br />

patria y enar<strong>de</strong>cido por el fuego <strong>de</strong> la fe” 378. He aquí pues explicado lo que<br />

es Covadonga: Historia y fe.<br />

Pero, a<strong>de</strong>más, el ilustre catedrático no <strong>de</strong>sconoce las dos corrientes<br />

realistas, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVIII venían enfrentadas. Distingue en un bando<br />

a Trelles, Villa<strong>de</strong>moros, Carballo y Michelli; y en el otro a Mas<strong>de</strong>u, Pellicer y<br />

Noguera, y por supuesto cita a <strong>Jovellanos</strong>. Llama vicioso pirronismo a la<br />

corriente que pone en tela <strong>de</strong> juicio tradiciones constantes y creencias arrai-<br />

376 RENDUELES LLANOS, Estanislao. Historia <strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> Gijón. Gijón, 1867; pág. 41.<br />

377 CAVEDA Y NAVA, José. Examen crítico <strong>de</strong> la restauración <strong>de</strong> la monarquía visigoda en el siglo<br />

VIII. Memorias <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia. T. IX. 1879. Párrafo citado por Carlos<br />

Martínez, en Historia <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Gijón, 1969; pág. 43.<br />

378 ARAMBURU, Félix. Covadonga. “<strong>Asturias</strong>”. Gijón, edición <strong>de</strong> Octavio Bellmunt y<br />

Fermín Canella, 1895. Tomo I; pág. 23.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

gadísimas. Y habla <strong>de</strong> un triunfo <strong>de</strong> la vieja y añeja tradición, gracias al estudio<br />

<strong>de</strong> las crónicas árabes 379.<br />

3.— La estatua <strong>de</strong> don Pelayo<br />

Parece ser pues que hacia finales <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX se abría camino entre<br />

los eruditos asturianos la ten<strong>de</strong>ncia a consi<strong>de</strong>rar a Pelayo y Covadonga como<br />

verdad histórica indiscutible, en medio <strong>de</strong> otra corriente más crítica. De<br />

hecho, unos años antes <strong>de</strong> la aparición <strong><strong>de</strong>l</strong> artículo <strong>de</strong> Aramburu, Gijón había<br />

levantado con aclamación y sentimiento popular la primera estatua a don<br />

Pelayo, acontecimiento que tuvo lugar el 5 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1891, justo el día<br />

antes <strong>de</strong> que se levantara la estatua a <strong>Jovellanos</strong>.<br />

Las fiestas en honor <strong>de</strong> ambos personajes fueron costeadas y programadas<br />

en su mayor parte por Acisclo Fernán<strong>de</strong>z Vallín. Si tenemos en cuenta<br />

que aquella apoteosis jovellanista no fue <strong><strong>de</strong>l</strong> agrado <strong>de</strong> Somoza, cabría<br />

pensar si fue este el punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> su odio a don Pelayo.<br />

Si aquí estuvo la clave <strong>de</strong> su perjuicio hacia Pelayo; si su anticovadonguismo<br />

no fue sino un berrinche <strong>de</strong> celos por acontecimientos populares en los<br />

que a él no le dieron ningún protagonismo.<br />

¿Sería Somoza <strong>de</strong> tan ruin condición, para actuar movido por el afán<br />

<strong>de</strong> notoriedad, por el mero afán <strong>de</strong> contradicción?<br />

No lo creemos en absoluto; no era Somoza ni mucho menos tan ruin.<br />

A<strong>de</strong>más, a Somoza se <strong>de</strong>berá en buena parte que Gijón cuente con una estatua<br />

a Pelayo, la primera que se le alce al insigne héroe <strong>de</strong> Covadonga.<br />

De él partió la i<strong>de</strong>a, y ello porque se trataba <strong>de</strong> una propuesta formulada<br />

por <strong>Jovellanos</strong> y puesta en olvido por los gijoneses.<br />

Será el propio Somoza quien proponga se lleve a cabo este monumento,<br />

no sólo en Gijón sino también en el propio lugar <strong>de</strong> los hechos, en<br />

Covadonga, porque el monumento que había levantado Montpensier no le<br />

parecía digno.<br />

En efecto, mucho antes <strong>de</strong> que el Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón acordase en<br />

sesión <strong>de</strong> 2 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1890 levantar la estatua a don Pelayo, publicó Julio<br />

Somoza un artículo en El Carbayón <strong>de</strong> Oviedo, el 9 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1888, titulado<br />

La Estatua <strong>de</strong> Pelayo.<br />

379 Í<strong>de</strong>m, págs. 24 y 25.<br />

259


260<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Aquí aboga don Julio para que se levante en Gijón una estatua al<br />

héroe <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, uno <strong>de</strong> los más heroicos varones —dice— que produjo España.<br />

Señala que el pensamiento <strong>de</strong> elevarle una estatua sólo es el reconocimiento <strong>de</strong><br />

una <strong>de</strong>uda sagrada, que late en el corazón <strong>de</strong> todo asturiano amante <strong>de</strong> las glorias<br />

patrias, y con predilección marcada, en el <strong>de</strong> los gijoneses.<br />

Recuerda que sería larga la lista <strong>de</strong> los autores y <strong>de</strong> las obras consagradas<br />

a cantar la gran<strong>de</strong>za y heroísmo <strong><strong>de</strong>l</strong> monarca godo, que inauguraba en Covadonga “el<br />

poema inmortal” <strong>de</strong> la patria restauración (sic).<br />

En este artículo Somoza va más lejos que ningún otro.<br />

Llega incluso a lanzar, por primera vez a nuestro enten<strong>de</strong>r, entre los<br />

historiadores, una i<strong>de</strong>a novedosa: que figure en el escudo nacional una<br />

referencia a <strong>Asturias</strong>:<br />

Una omisión bien sensible, fue, a nuestro enten<strong>de</strong>r, la que se cometió<br />

no bordando en la ban<strong>de</strong>ra para el acorazado Pelayo380, la figura <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

héroe; y si acaso las Or<strong>de</strong>nanzas navales no lo permitieren, tal vez por favor<br />

especial, y mediando la intercesión <strong>de</strong> la Serenísima Princesa <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, se<br />

hubiera logrado: porque si los colores nacionales y el Escudo Real pregonaban<br />

nuestra Patria por lo mares, tampoco holgaba la representación <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

caudillo a cuyo esclarecido valor y acendrada fe, <strong>de</strong>be aquella su<br />

nacimiento, y el más excelso <strong>de</strong> sus timbres. Y es por <strong>de</strong>más extraño,<br />

que en el escudo que simboliza la nacionalidad española, estén representadas<br />

Castilla y León, Navarra, Aragón, Granada, etc., y no lo esté aquel reino a<br />

quienes todos <strong>de</strong>ben su nacimiento.<br />

Hay pues en este artículo argumentos más que suficientes para<br />

<strong>de</strong>mostrar que Somoza sintió, como hijo <strong>de</strong> su tierra, el fuego <strong><strong>de</strong>l</strong> patriotismo<br />

que <strong>de</strong>spierta el nombre <strong>de</strong> Pelayo, y que lo sintió <strong>de</strong> manera singular.<br />

Es más, para terminar su artículo transcribe la inscripción latina que<br />

<strong>Jovellanos</strong> hizo para esta estatua, la que hasta hoy figura en el monumento,<br />

pero, a<strong>de</strong>más, una segunda <strong>de</strong>bida a uno <strong>de</strong> nuestros paisanos.<br />

380 Precisamente al día siguiente <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> este artículo, tenía lugar en<br />

Covadonga la bendición <strong>de</strong> la ban<strong>de</strong>ra <strong><strong>de</strong>l</strong> acorazado Pelayo. La ceremonia tuvo gran<br />

esplendor; estuvo presidida por el Sr. Obispo y la con<strong>de</strong>sa <strong>de</strong> Revillagigedo en representación<br />

<strong>de</strong> S. A. R. la Princesa <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Bordaron la insignia nacional (salvo la cruz que<br />

remataba el mundo <strong>de</strong> la corona, que fue bordada por la propia princesa <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>) las<br />

siguientes señoras y señoritas gijonesas: Dª Virginia Sampedro, Dolores Horcasitas,<br />

Marciana Valle, Joaquina y A<strong><strong>de</strong>l</strong>a Iglesias, Lola Gil, Lola Menchaca, María Vivero, Emilia,<br />

Merce<strong>de</strong>s y Manolita Alvargonzález, Filomena Zulaibar, Maria Díaz <strong>de</strong> la Sala, Salomé<br />

Rodiles, Eustoquia Pelayo, Eugenia Menén<strong>de</strong>z, Encarnación Vallina, Margarita Menén<strong>de</strong>z,<br />

Joaquina Villaver<strong>de</strong>, Ignacia Cabo, Manolita Marinas, Sara Rionda, Josefina Laviada y Paz<br />

Nava. (El Carbayón, 13 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1888).


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Ignoramos quien sea este paisano, pero no po<strong>de</strong>mos asegurar que se<br />

trate <strong><strong>de</strong>l</strong> propio Somoza, porque solía tener la costumbre <strong>de</strong> no nombrar a<br />

aquellas personas con quienes se enfadaba.<br />

El autor, pues, una <strong>de</strong> dos, o es un enemigo o es él mismo.<br />

Si fuera él mismo no habría duda que en 1888 Somoza sentía<br />

Covadonga como el que más; si fuera un enemigo, el hecho <strong>de</strong> transcribirla<br />

<strong>de</strong>nota al menos simpatía hacia la inscripción que dice así:<br />

A<br />

DON PELAYO,<br />

CAUDILLO DE LOS GODOS<br />

RESTAURADOR DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA,<br />

HÉROE EN COVADONGA<br />

QUE CON AYUDA DE LA DIVINA GRACIA<br />

LIBERTÓ A SU PATRIA<br />

DEL YUGO SARRACENO,<br />

EL PUEBLO Y SENADO DE GIJÓN<br />

AQUÍ CONGREGADOS<br />

ERIGIÉRONLE PARA PERPETUA GLORIA<br />

DE SU FAMA LEGENDARIA<br />

Y HONOR DE ASTURIAS,<br />

ESTE HUMILDE MONUMENTO<br />

AÑO MDCCCLXXXVIII<br />

Sin embargo, una cosa es levantar un monumento en Gijón a Pelayo,<br />

reconocer el arraigo <strong>de</strong> su nombre en la conciencia <strong>de</strong> la colectividad <strong>de</strong> un<br />

pueblo, conciencia <strong>de</strong> la que sin duda participaba, y otra cosa preguntarse<br />

sobre la realidad histórica <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje. Hay que tener en cuenta que la i<strong>de</strong>a<br />

había sido planteada por <strong>Jovellanos</strong> en su Plan General <strong>de</strong> mejoras propuesto al<br />

Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón, en 1782, cuyas palabras encabezaban el artículo <strong>de</strong><br />

Somoza. Hay que tener en cuenta que en 1649 —recuerda Somoza—, se estableció<br />

el blasón <strong>de</strong> la Villa, que ostentaba en su centro la imagen <strong>de</strong> Pelayo en igual<br />

actitud que estaba en la piedra <strong><strong>de</strong>l</strong> Arco <strong><strong>de</strong>l</strong> Infante, y en el estandarte municipal,<br />

aunque ostentando una armadura romana <strong>de</strong> los tiempos medios, y que<br />

cuando se hizo el escudo <strong>de</strong> armas para el Instituto, en 1794, se colocó en uno <strong>de</strong> sus<br />

cuarteles, esta misma figura. Con todos estos antece<strong>de</strong>ntes no es <strong>de</strong> extrañar<br />

que Somoza cargase las tintas sobre la figura <strong>de</strong> Pelayo, y tocase con maestría<br />

la cuerda <strong><strong>de</strong>l</strong> sentimiento patrio. Pero en el artículo no se plantea para<br />

nada la cuestión <strong>de</strong> la veracidad histórica <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje.<br />

La expresión legendario para referirse al recinto <strong>de</strong> Covadonga no<br />

parece equivaler a histórico, a<strong>de</strong>más al referirse al monumento que él <strong>de</strong>sea<br />

261


262<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

colocar en Covadonga toma el ejemplo <strong>de</strong> un héroe legendario: Arminius, a<br />

quien se representaba en Alemania con casco alado:<br />

Cuando los hijos <strong>de</strong> esta tierra {lle}ven aquel emblema a Covadonga<br />

{pa}ra que se orée con las embalsam{adas} brisas <strong>de</strong> las montañas, y se<br />

vivif{ique} bajo la protectora égida <strong>de</strong> la Vi{rgen} <strong>de</strong> las batallas, sus ojos<br />

contempla{rán} a la margen <strong>de</strong>recha <strong><strong>de</strong>l</strong> Deva, ya pr{ó}ximo al Santuario, un<br />

mo<strong>de</strong>sto monumento. Es el que, a sus expensas erigió Montpensier a la<br />

memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe <strong>de</strong> la reconquista. ¡Cuán mezquino y pequeño aparece en<br />

medio <strong>de</strong> la imponente gran<strong>de</strong>za que le ro<strong>de</strong>a! ¡Qué mal interpreta la emoción<br />

grandísima que se siente en aquel recinto legendario!<br />

En las altas cimas <strong>de</strong> Grotemburg{o} en Alemania, álzase un<br />

monumento gigantesco, colosal. Es el que aquella nación po<strong>de</strong>rosa levantó<br />

para perpetuar la memoria <strong>de</strong> Arminius, fundador <strong>de</strong> la nacionalidad germánica,<br />

en lo más abrupto y salvaje <strong>de</strong> aquellos montes, vése <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejanos<br />

puntos un templete; sobre él se yergue en actitud victoriosa, el gigante con<br />

el casco alado, alzando al cielo la triunfadora espada. Un tributo semejante<br />

quisiéramos para nuestro compatriota. Hace once siglos que su nombre<br />

<strong>de</strong>spierta en pechos españoles todo el fuego <strong><strong>de</strong>l</strong> patriotismo. Hace más <strong>de</strong> uno<br />

que el ilustre <strong>Jovellanos</strong> recordaba esta <strong>de</strong>uda a los hijos <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, esta<br />

<strong>de</strong>uda inaplazable <strong>de</strong> gratitud.<br />

Sin embargo, y con todo, hay que reconocer que este artículo por sí<br />

solo es a nuestro enten<strong>de</strong>r más que suficiente para compensar los agravios<br />

que pudo cometer nuestro historiador a las conciencias <strong>de</strong> la mayoría, por no<br />

<strong>de</strong>cir la totalidad, <strong>de</strong> sus paisanos. Somoza creía en Covadonga. Po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>cir <strong>de</strong> él lo que Unamuno afirmaba <strong>de</strong> la fe: que es querer creer; Somoza al<br />

menos, quería creer, pero las fuentes no le aportaban ninguna luz.<br />

4.— Razón y sentimiento<br />

Sánchez Albornoz, como veíamos, llamaba a la actitud <strong>de</strong> Somoza<br />

extravagancia: ¿lo fue realmente? Hay motivos para creer que no. En nuestra<br />

opinión Somoza fue un gran historiador, limitado en cuanto a medios si se<br />

quiere, pero escrupuloso, celoso, concienzudo, incapaz <strong>de</strong> anteponer su<br />

gusto personal a la verdad histórica. Lo que ocurre es que no veía nada claro<br />

en los hechos <strong>de</strong> Covadonga y separa razón y sentimiento. Sánchez<br />

Albornoz, por ejemplo, tras <strong>de</strong>scribir “el escenario en que se mueven los<br />

actores <strong><strong>de</strong>l</strong> drama” (son palabras suyas), afirma que Pelayo se fugó a<br />

Córdoba; que luego huyó a tierras asturianas, que durante su ausencia el valí<br />

<strong>de</strong> la región, Munuza, había logrado sus <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> casarse con la hermana <strong>de</strong>


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Pelayo, pero éste se negó a aprobar el matrimonio <strong>de</strong> su hermana y empezó<br />

a conspirar. Y sigue diciendo: “El emir <strong>de</strong> España envió sicarios a Munuza<br />

con ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> pren<strong>de</strong>r al fugitivo y <strong>de</strong> llevarle preso a Córdoba. Los agentes<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> sur intentaron cumplir su cometido. Pelayo estaba en Brece (¿Santa<br />

Cruz <strong>de</strong> Brez?) y allí con engaños, trataron <strong>de</strong> pren<strong>de</strong>rle. Pero Pelayo supo<br />

por confi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un amigo el peligro que le amenazaba y como el número<br />

<strong>de</strong> los perseguidores hacía imposible toda resistencia, procuró escapar<br />

disimuladamente <strong>de</strong> los hombres <strong><strong>de</strong>l</strong> valí. Seguido por ellos llegó a Piloña,<br />

lo cruzó como pudo, y mientras los esbirros se <strong>de</strong>tenían ante el curso <strong><strong>de</strong>l</strong> río,<br />

el futuro caudillo <strong>de</strong> los astures se acogió a los montes”. Para terminar<br />

diciendo: “El relato no pue<strong>de</strong> ser más humano y realista; nada hay en él <strong>de</strong><br />

inverosímil” 381. Para Julio Somoza, sin embargo, todo esto le parecía el argumento<br />

<strong>de</strong> un drama, como el que escribió su adorado <strong>Jovellanos</strong>, pero una<br />

historia difícil <strong>de</strong> creer. Para él, Pelayo era un personaje legendario, alguien<br />

<strong>de</strong> quien “leemos” (según el sentido etimológico <strong>de</strong> la palabra leyenda) pero<br />

<strong>de</strong> quien no sabemos. A esta hipótesis <strong>de</strong> leyenda épica apuntará también<br />

Menén<strong>de</strong>z Pidal al consi<strong>de</strong>rar que la primera parte <strong>de</strong> la crónica real (la<br />

principal fuente latina) está inspirada en un antiguo cantar redactado para<br />

celebrar a Pelayo y su victoria382. Respecto a la batalla <strong>de</strong> Covadonga, <strong>de</strong> haber tenido lugar en aquel<br />

recinto el sentido común <strong>de</strong>cía que no pudo contener el número <strong>de</strong> combatientes<br />

que se dicen en las fuentes. Y esto también lo tenía claro todo un profesor<br />

<strong>de</strong> La Sorbona, Barrau-Dihigo. A<strong>de</strong>más, había total ausencia <strong>de</strong> rasgos<br />

arqueológicos, epigráficos, numismáticos, ciencias a las que Somoza concedía<br />

un papel importantísimo como auxiliares <strong>de</strong> la Historia. Ni el estoque <strong>de</strong><br />

don Pelayo, que resultó ser <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVI, ni la Cruz <strong>de</strong> la Victoria, obra <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

siglo IX, estuvieron ni en las manos <strong>de</strong> Pelayo ni en Covadonga383. También<br />

la filología pue<strong>de</strong> servir <strong>de</strong> auxiliar a la historia y a este respecto refiriéndose<br />

al origen <strong>de</strong> la palabra Covadonga, Somoza hace una llamada <strong>de</strong> atención,<br />

señala que merece los honores <strong>de</strong> una seria investigación. Y es que frente a<br />

la corriente que la i<strong>de</strong>ntifica con el latín cova dominica (cueva <strong>de</strong> la Señora),<br />

según la crónica <strong>de</strong> Alfonso III, cabría para Somoza la posibilidad <strong>de</strong> un origen<br />

bable, ya que la terminación es corriente en <strong>Asturias</strong>, como Ponga,<br />

Romadonga, Belonga, Plomadonga, Pronga, Fontedonga, etc., abundando más la<br />

terminación masculina: Irrongo, Isongo, Triongo, Busdongo, Camplongo,<br />

Vallongo, Molongo, Tebongo, etc., e incluso no hay que olvidar, señala Somoza,<br />

que este terminal (onga) se aplica también en bable, en sentido aumentativo<br />

381 SÁNCHEZ ALBORNOZ, Claudio. Orígenes <strong>de</strong> la Nación Española. Estudios Críticos sobre<br />

la historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Reino <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Oviedo, I.D.E.A., 1972. Tomo II.<br />

382 Orígenes <strong>de</strong> la nación española. pág. 52. Lo cual ha sido rebatido por Sánchez Albornoz.<br />

383 Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Gijón, 1908. Volumen II; págs. 482 y 483.<br />

263


264<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

y <strong>de</strong>spectivo, como en las voces, pindonga, pilonga, perllonga, candonga, etcétera384.<br />

Indudablemente, Somoza argumentaba, no sólo en este tema sino en<br />

cualquiera <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, con todos los amplios conocimientos<br />

que poseía <strong>de</strong> su geografía, arqueología, lengua y folklore; con todos los saberes<br />

que cultivó y almacenó en una labor ingente <strong>de</strong> años. Sánchez Albornoz,<br />

en nuestra opinión, subestimaba a su oponente, cuando le creía falto <strong>de</strong> cultura,<br />

tal vez porque sus lecturas no eran las <strong>de</strong> él, he aquí a lo que conduce<br />

el prejuicio universitario y académico, como si hubiera un solo camino para<br />

conocer la historia. Pero incluso aquellas materias llamadas tradicionalmente<br />

culturales fueron objeto <strong>de</strong> su interés. Basta recordar que proyectó una<br />

obra titulada Glorias Nacionales. Apuntes biográficos, en la que llegó a reunir<br />

material para llevar a cabo las biografías <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 370 personajes <strong>de</strong> nuestra<br />

historia nacional385. El conocimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> terreno le hacía poner en duda que fuera posible<br />

sobrevivir a una expedición por los Picos <strong>de</strong> Europa, como la relatada en la<br />

crónica <strong>de</strong> Alfonso III. Fue Somoza gran conocedor <strong>de</strong> su tierra; a lo largo <strong>de</strong><br />

su obra queda claro siempre este patear, andar y ver <strong>Asturias</strong>. Al menos en<br />

Covadonga <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> haber estado, ya que si no, no se permitiría opinar sobre<br />

el monumento <strong>de</strong> Montpensier a Pelayo con tanta viveza. Y en cuanto a los<br />

lagos manifestó su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> visitarlos, según carta a su amigo <strong>de</strong> La Quintana<br />

Braulio Vigón, a quien le escribe: Yo también iré a tu casa más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, cuando<br />

pasen las aguas primaverales, y antes o <strong>de</strong>spués iremos a Borines si nos conviene, o<br />

bien a Covadonga porque yo no quisiera morirme sin subir al lago <strong>de</strong> Enol, y ver flotar<br />

sobre las aguas la fantástica visión teñida en irisados matices por el primer albor<br />

<strong>de</strong> la mañana... (¡qué bonita, eh!... estará la ascensión, echando ´l fégadu pe la<br />

boca!) 386. Ignoramos si cumplió su <strong>de</strong>seo. Lo que ya no creemos que hiciera es<br />

recorrer los Picos <strong>de</strong> Europa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Covadonga a Cosgaya, atravesando la<br />

garganta <strong><strong>de</strong>l</strong> Cares; una ruta consi<strong>de</strong>rada impracticable, pero cuyo recorrido<br />

384 Í<strong>de</strong>m, pág. 489.<br />

385 El manuscrito, <strong>de</strong> admirable caligrafía, e incompleto, se conserva en el Archivo<br />

Histórico <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ.<br />

386 Correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> don Braulio Vigón en el apéndice <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>: Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar. Juegos<br />

Infantiles. Poesía popular. Estudios Históricos. Braulio Vigón. Prólogo <strong>de</strong> Ana María Vigón y<br />

nota editorial <strong>de</strong> Emilio Marcos Vallaure. Oviedo, Editorial: Biblioteca Popular Asturiana,<br />

1980.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

en 1929 387 por Sánchez Albornoz, con un grupo <strong>de</strong> estudiantes, chicos y chicas<br />

sin experiencia en montañismo, sirvió para probar que la huida <strong>de</strong> los<br />

moros pudo haber sido así.<br />

La conclusión, porque es una conclusión, equivocada si se quiere,<br />

con premisas equivocadas si se quiere, pero conclusión al fin <strong>de</strong> cuentas, <strong>de</strong><br />

Somoza, es que a la leyenda, y no a la Historia, correspon<strong>de</strong>n todos los recuerdos<br />

que <strong>de</strong> un modo o <strong>de</strong> otro, se relacionan con la tradición peláyica. Para él los más <strong>de</strong><br />

los historiadores, les prestaron su asentamiento sin entrar en análisis ni discusión<br />

alguna; o por no singularizase <strong>de</strong>shojando la tradición poética, o convencidos <strong>de</strong> que<br />

lo lejano <strong>de</strong> los tiempos, y la carencia <strong>de</strong> datos fijos y documentos ciertos, no les permitían<br />

esclarecer <strong>de</strong>bidamente este punto388. Somoza, por el contrario, se atreve a poner en tela <strong>de</strong> juicio la verdad<br />

<strong>de</strong> Covadonga. Frente a los historiadores que no discuten la autenticidad <strong>de</strong><br />

los hechos él se atreve a dudar ¿Y no es este el punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> toda<br />

investigación que quiera tener un mínimo <strong>de</strong> objetividad? ¿No es buen método<br />

científico éste <strong>de</strong> la duda metódica? Somoza es en su punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong><br />

una honra<strong>de</strong>z histórica irreprochable. Y lo es también al final, cuando llegando<br />

a lo que él cree la verdad histórica, tiene el valor y la honra<strong>de</strong>z <strong>de</strong> proclamarla<br />

en voz alta, frente a todos, a pesar <strong>de</strong> todos. No hay duda que como<br />

historiador tiene una acusadísima personalidad, una originalidad intachable.<br />

En sus obras pue<strong>de</strong>n rastrearse sus i<strong>de</strong>as sobre la investigación histórica.<br />

Así por ejemplo en el prólogo a Gijón en la historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong><br />

<strong>de</strong>fine a la imparcialidad como la inseparable norma <strong>de</strong> todo historiador, y<br />

acusa al apasionamiento, al fanatismo religioso (así, subrayado), a la credulidad,<br />

al amor propio regional, al ultraindividualismo <strong>de</strong> la raza (entiéndase<br />

asturiana) y a la falta <strong>de</strong> cultura, como causas <strong>de</strong> errores históricos389. 387 Precisamente a finales <strong>de</strong> aquel año, el 20 y 21 <strong>de</strong> diciembre, pronunció Sánchez<br />

Albornoz dos conferencias en el Ateneo <strong>de</strong> Gijón. La primera, con el título Después <strong>de</strong><br />

Covadonga. Los Picos <strong>de</strong> Europa y los Orígenes <strong>de</strong> la Reconquista, estuvo apoyada con fotografías<br />

<strong>de</strong> la excursión que había realizado con sus alumnos. La segunda se tituló: Los árabes<br />

en <strong>Asturias</strong> en el reinado <strong>de</strong> Alfonso el Casto, teniendo a la vista el mapa <strong>de</strong> la región y muchas<br />

vistas, con cuyo auxilio fue trazando el ilustre catedrático la ruta <strong>de</strong> los árabes y la <strong>de</strong> las<br />

tropas que acaudillaba Alfonso el Casto, “llevando a la convicción <strong>de</strong> los oyentes —<strong>de</strong>cía<br />

la prensa—, la creencia <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong> sus palabras en pugna con la opinión <strong>de</strong> los que<br />

niegan la invasión musulmana”. Fue presentado por José María Gutiérrez Barreal. Hizo la<br />

afirmación rotunda <strong>de</strong> que ha existido la batalla <strong>de</strong> Covadonga. Y la prensa reiteró y recalcó<br />

su clara oposición a quienes afirmaban la no existencia <strong>de</strong> Covadonga: “Con acertados<br />

argumentos —señalaba— en medio <strong>de</strong> <strong>de</strong>scripciones exactísimas y bellas, refutó las razones<br />

que exponen algunos historiadores para negar la existencia <strong>de</strong> la batalla y <strong>de</strong> la retirada<br />

<strong>de</strong> los muslimes, pues cree incluso que antes <strong>de</strong> afirmarlo no han recorrido los <strong>de</strong>sfila<strong>de</strong>ros<br />

y gargantas que se citan”. (La Prensa, 20 y 21 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1929).<br />

388 Op. cit., pág. 479.<br />

389 Í<strong>de</strong>m, pág. XII.<br />

265


266<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Señalado es el juicio que le merece el Obispo don Pelayo, a quien<br />

siguiendo la común opinión <strong>de</strong> los historiadores, acusa <strong>de</strong> alterar, mistificar,<br />

adicionar y trastornar los textos <strong>de</strong> autores antiguos. Al hablar <strong>de</strong> este personaje<br />

comenta: ¡A tanto arrastra la exaltación <strong><strong>de</strong>l</strong> amor regional, que no repara en las contradicciones<br />

a que se ve impelido 390. Pero, a<strong>de</strong>más, crítica a su propio amigo<br />

Fuertes Acevedo, porque en su Bibliografía hacía un juicio más apasionado<br />

que certero acerca <strong>de</strong> este prelado, y a pesar <strong>de</strong> conocer el juicio negativo que<br />

Amador <strong>de</strong> los Ríos había expuesto sobre dicho Obispo, no impugnó la opinión<br />

<strong>de</strong> este último para restituir al personaje ovetense el crédito que había<br />

perdido. Para Somoza no caben medias tintas, hay que mantener siempre y<br />

hasta el final las propias convicciones.<br />

5.— El ataque<br />

A Somoza no le importa per<strong>de</strong>r la amistad <strong>de</strong> sus amigos en <strong>de</strong>fensa<br />

<strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as. En realidad ninguno <strong>de</strong> ellos las compartía, al menos públicamente.<br />

En esta batalla <strong>de</strong> Covadonga, más que en ninguna otra, Somoza va a<br />

combatir sólo. ¡Pobre diablo! Su genio le va a conducir a aquel estado <strong>de</strong> aislamiento.<br />

Sordo <strong>de</strong> nacimiento, no hace caso a las voces <strong>de</strong> los que le ro<strong>de</strong>an.<br />

¿Fue esto lo que <strong>de</strong>spertó la ternura <strong>de</strong> Sánchez Albornoz? ¿Fue por esto por<br />

lo que el ilustre catedrático no quiso rebatir sus argumentos: para no resultar<br />

<strong>de</strong>masiado sangrante?<br />

Ello bien pudo ser la causa <strong>de</strong> que no rebatiera sus argumentos, pero<br />

no la <strong>de</strong> que se interesara por Somoza. Porque don Julio era sordo, pero no<br />

mudo. Y sus opiniones van a llegar peligrosamente a ciertos sectores intelectuales<br />

<strong>de</strong> la sociedad asturiana. El prestigio <strong>de</strong> Somoza era tal en 1908, cuando<br />

aparece su obra Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> que se temía que sus<br />

i<strong>de</strong>as llegasen a generalizarse al menos entre la clase medianamente culta.<br />

Hay <strong>de</strong> esto dos importantes testimonios.<br />

Uno es el <strong>de</strong> Constantino Cabal, cuya reacción ante la nueva publicación<br />

fue agudísima. Escribió catorce cartas en La Opinión <strong>de</strong> Oviedo, rebatiendo<br />

las teorías <strong>de</strong> Somoza. Pero leyendo en ellas po<strong>de</strong>mos sacar algunas<br />

observaciones interesantes, como por ejemplo el comienzo mismo <strong>de</strong> la carta<br />

primera:<br />

“Sr. D. Julio Somoza:<br />

Oí pon<strong>de</strong>rar su libro, y caí en el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> leerlo: <strong>de</strong>cíanme que<br />

era usted un prodigio <strong>de</strong> saber y erudición; <strong>de</strong>cíanme que hurgando<br />

390 Í<strong>de</strong>m, pág. 515.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

en nuestra historia, había avizorado en ella horizontes <strong>de</strong> todos ignorados;<br />

<strong>de</strong>cíanme que su crítica se había hundido en misterios tenebrosos<br />

y sacado palpitante la verdad... Y le creí un sabio más, gloria<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> solar astur, que ha dado muchos, y erigíle un altar <strong>de</strong> admiración<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo más hondo <strong>de</strong> mi alma.<br />

Pero he leído su libro y he <strong>de</strong>rrumbado el altar; la <strong>de</strong>cepción<br />

fue tan gran<strong>de</strong>, que hoy me avergüenzo <strong>de</strong> haber alzado en él un<br />

hombre vulgarísimo y oscuro. Y, o mucho <strong>de</strong>cayó la erudición en mi<br />

tierra, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que yo la <strong>de</strong>jé, o mucho ha menguado en ella el amor<br />

que sus hijos la tenían; porque su libro la infama y nadie la <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>;<br />

y porque su libro es hato <strong>de</strong> falseda<strong>de</strong>s y, sin embargo, lo loan” 391.<br />

Así pues, aunque el primer párrafo podría suponerse un recurso literario,<br />

por el carácter alzado <strong>de</strong> su estilo; en el segundo, el testimonio <strong>de</strong> que el<br />

libro es loado ofrece menos dudas. Es más, hasta ese momento, no hay duda<br />

que Somoza era admirado por el propio Constantino Cabal. El prestigio <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

autor <strong><strong>de</strong>l</strong> libro era indudable. Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> es la primera<br />

obra <strong>de</strong> carácter histórico que publicó Somoza, sin embargo, la personalidad<br />

como conocedor <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado asturiano, aparte <strong>de</strong> sus hallazgos en aquel campo<br />

<strong>de</strong> Jovino, arrastraba ya un peso enorme en los ambientes culturales asturianos.<br />

Pero para Constantino Cabal, Somoza es un anarquista y quienes le<br />

aplau<strong>de</strong>n saben tan poco como él:<br />

“Visto su libro así, imparcialmente, es obra <strong>de</strong> un anarquista<br />

que no sabe lo que es el anarquismo; es obra <strong>de</strong> un <strong>de</strong>structor, que<br />

<strong>de</strong>struye por locura o por monomanía; y es obra <strong>de</strong> un ignorante,<br />

que no tiene <strong>de</strong>recho a serlo ya, con los años que usted cuenta; y éste,<br />

el único juicio justiciero que ha merecido su historia, será el único<br />

probado; porque esos que a usted le aplau<strong>de</strong>n, son hombres que<br />

razonan como usted y que saben aún menos que usted” 392.<br />

Pero nótese que no todo el libro va a ser criticado, sino solo los capítulos<br />

referidos a Pelayo y Covadonga, una parte tan solo <strong>de</strong> sus dos volúmenes.<br />

Las cartas a Somoza no contienen una sola referencia a otros episodios <strong>de</strong><br />

la historia asturiana, como si lo que se dijese a este otro respecto fuera todo<br />

cierto o no interesase, cuando <strong>de</strong> lo que se trata es <strong>de</strong> poner en entredicho su<br />

capacidad como historiador.<br />

391 CABAL, Constantino. Cartas a Somoza I. Gijón en la antigüedad y en la Edad Media. La<br />

Opinión <strong>de</strong> Oviedo, 25 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1910. En el Archivo <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVAR-<br />

GONZÁLEZ, G 49/19 se conservan los recortes <strong>de</strong> la prensa, que sin duda habían pertenecido<br />

a Pedro Hurlé, lo que hace suponer que pertenecerían a los papeles cedidos por<br />

Julio Somoza.<br />

392 Ibí<strong>de</strong>m.<br />

267


268<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Constantino Cabal, termina pidiendo que Somoza, fuera <strong>de</strong>stituido<br />

como cronista <strong>de</strong> Gijón y bajado <strong>de</strong> su pe<strong>de</strong>stal:<br />

“...Y nada más, porque sería <strong><strong>de</strong>l</strong>ito. Dedicar a su obra esta<br />

tarea, fue consi<strong>de</strong>rarla algo, y no lo es; pero lo es la ignorancia general<br />

que lo juzga a usted un sabio; lo es el Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón, que<br />

le hizo su cronista, y había que pesar méritos y que <strong>de</strong>shacer errores;<br />

había que bajarle a usted <strong><strong>de</strong>l</strong> alto pe<strong>de</strong>stal en que se hallaba, para<br />

ponerle a nivel <strong><strong>de</strong>l</strong> vulgo incauto” 393.<br />

No hay duda que hay mucha pasión en Constantino Cabal, así como<br />

en la mayoría, por no <strong>de</strong>cir la totalidad <strong>de</strong> los que atacaban a Somoza. La<br />

noble implicación que en la conciencia asturiana y en la española tiene el<br />

nombre <strong>de</strong> Covadonga, alimentaba la disputa. No faltaría quien le acusase <strong>de</strong><br />

mal patriota, como Cabal <strong>de</strong> hacer anarquismo histórico.<br />

Sin embargo, ya vimos que Somoza no era insensible a esta fuerza<br />

evocadora, a esa atracción tan irresistible que ejerce Covadonga en el alma <strong>de</strong><br />

los asturianos y <strong>de</strong> los españoles. Pero si aún quedase duda, por si acaso<br />

alguien pensase que pudo en algún momento <strong>de</strong>saparecer <strong>de</strong> su alma este<br />

noble sentimiento <strong>de</strong> su tierra, hagamos una cita. Somoza aprovechaba el<br />

papel, en una época don<strong>de</strong> no era tan abundante. Se servía a veces <strong>de</strong> hojas<br />

ya escritas para reutilizarlas por la otra cara en nuevos trabajos. Por eso<br />

hemos encontrado entre los manuscritos <strong>de</strong> su obra El Carácter Asturiano<br />

unas hojas en las que por una carta aparece una cita <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> acerca <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

labrador asturiano y por la otra, atravesada con una gran X con lápiz azul,<br />

unas viejas y <strong>de</strong>sechadas líneas. Es el borrador <strong>de</strong> un pasaje que se encuentra<br />

en la pág. 447 <strong><strong>de</strong>l</strong> segundo tomo <strong>de</strong> su Gijón en la historia general <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>. No hemos podido resistir la tentación <strong>de</strong> releer. Dice así:<br />

Fenómeno <strong>de</strong> la ilusión patriótica.— Es muy singular, por tanto, el<br />

espejismo que sufren todos nuestros literatos, historiadores, poetas, dramaturgos,<br />

y cronistas... <strong>de</strong> viaje, al tratar <strong>de</strong> Covadonga. La violenta fuerza <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

contraste, el mágico encanto <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar, la visión profética <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado, la exaltación<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> sentimiento religioso, el atavismo <strong>de</strong> la raza, con todos sus ensueños,<br />

sus tradiciones y sus cuentos, arrastran con fuerza impulsiva a la retórica,<br />

y a extrañas y sublimes paradojas. Brota la emoción y las lágrimas, la<br />

grandiosidad <strong><strong>de</strong>l</strong> aparato escénico, no da lugar a la duda ni al análisis. Todo<br />

es bueno, hermoso y gran<strong>de</strong>, porque <strong>de</strong>scansa en dos sentimientos inmutables<br />

<strong>de</strong> la humanidad, el religioso y el patriótico, el amor innato a la tierra,<br />

y el irresistible impulso a lo maravilloso.<br />

393 CABAL, Constantino. Cartas a Somoza XIV. Punto final.— Los últimos rebojos. La Opinión<br />

<strong>de</strong> Oviedo, 11 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1910.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Pero... no existe nada, absolutamente nada más que la leyenda<br />

épica <strong>de</strong> Covadonga, forjada por el iluso Obispo Salmanticense394. No podía ser <strong>de</strong> otra manera. También Somoza reconoce el encanto<br />

<strong>de</strong> Covadonga, su fuerza irresistible, porque no otra cosa sino su sentimiento<br />

<strong>de</strong> patriotismo pudo inspirar estas líneas. Pero al final la razón <strong>de</strong>be imponerse.<br />

Somoza es un tipo unamuniano, agónico, que se <strong>de</strong>bate entre la razón<br />

y la fe. Sus compatriotas contemporáneos no vieron esta agonía, no supieron<br />

que querer creer ya es creer.<br />

6.— Cronista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong><br />

El prestigio <strong>de</strong> Somoza se va a mantener por años, incluso hasta la<br />

época en que el joven Sánchez Albornoz comience sus importantes trabajos.<br />

El 22 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1924 moría Fermín Canella. Des<strong>de</strong> 1903, en que fue nombrado<br />

para sustituir a Ciriaco M. Vigil, otro gallo <strong>de</strong> La Quintana, era el cronista<br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. Tras la muerte <strong>de</strong> Canella, la Diputación Provincial, reunida<br />

a las cuatro <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> 22 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> aquel 1924, celebró sesión bajo<br />

la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> don Rogelio Jove y Bravo y nombrará cronista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong><br />

a don Julio Somoza. Se trataba más bien <strong>de</strong> un premio, un honor a la ingente<br />

labor <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre jovellanista, y no un estímulo para ver cumplidas esta o<br />

aquella esperanza en pro <strong>de</strong> la investigación asturiana. Somoza ya había<br />

hecho bastante, por su edad no se podía esperar mucho más. Fue un reconocimiento<br />

a su labor. Así lo expresó bien claro su amigo Rogelio Jove, mediante<br />

escrito que por su importancia <strong>de</strong>bemos reproducir aquí:<br />

A LA EXCMA. DIPUTACIÓN<br />

Consi<strong>de</strong>rando que aun cuando el título <strong>de</strong> Cronista <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong> se ha consi<strong>de</strong>rado principalmente creado para premiar la<br />

labor extraordinaria realizada por el sabio y erudito paleógrafo don<br />

Ciriaco Miguel Vigil para investigar a través <strong>de</strong> los archivos la reunión<br />

<strong>de</strong> los elementos <strong>de</strong> todas clases que pudieran contribuir al<br />

conocimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado <strong>de</strong> nuestra región y <strong>de</strong> los factores que han<br />

contribuido a la formación <strong>de</strong> nuestro carácter.<br />

Consi<strong>de</strong>rando que, el transmitir este título, al fallecimiento<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> inolvidable Miguel Vigil, a don Fermín Canella y Seca<strong>de</strong>s,<br />

recientemente arrebatado al cariño <strong>de</strong> los suyos y al afecto y consi<strong>de</strong>ración<br />

<strong>de</strong> todos los asturianos, constituyó un testimonio <strong>de</strong> gratitud<br />

rendido por la Diputación en representación <strong>de</strong> la provincia, a quien<br />

394 Carácter Asturiano. Manuscrito. Biblioteca Asturiana <strong><strong>de</strong>l</strong> P. Patac.; cap. VIII.- <strong>Jovellanos</strong>.<br />

269


270<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

venía <strong>de</strong>dicando su vida entera a la misma labor <strong>de</strong> su antecesor y a<br />

la publicación <strong>de</strong> muchas y muy eruditas obras sobre cuanto afecta<br />

a <strong>Asturias</strong>, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su aparición en la Historia hasta nuestros días.<br />

Consi<strong>de</strong>rando que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los nombres citados queda<br />

aún entre nosotros alguno <strong>de</strong> esos trabajadores infatigables que,<br />

removiendo los escombros amontonados por el tiempo, saben sacar<br />

<strong>de</strong> entre las ruinas notas que hagan vibrar las almas asturianas y restos<br />

<strong>de</strong> nuestras pasadas gran<strong>de</strong>zas y que entre ellos figura en lugar<br />

eminente el historiador, jovellanista, bibliófilo don Julio Somoza y G.<br />

Sala.<br />

Consi<strong>de</strong>rando que aunque la edad avanzada y el estado <strong>de</strong><br />

salud <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Somoza le impedirían hoy <strong>de</strong>sempeñar funciones <strong>de</strong><br />

cronista, los trabajos realizados por él merecen sobradamente que la<br />

provincia le rinda testimonio <strong>de</strong> su reconocimiento y <strong>de</strong> la alta estimación<br />

en que le tiene.<br />

El que suscribe propone se acuer<strong>de</strong> conce<strong>de</strong>r el título <strong>de</strong><br />

Cronista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> a don Julio Somoza y G. Sala.<br />

V. E., no obstante, etc., etc.<br />

Palacio <strong>de</strong> la Diputación a 22 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1924.<br />

ROGELIO JOVE395. La propuesta no sólo fue aprobada por unanimidad sino que, a<strong>de</strong>más,<br />

don Carlos Rodríguez San Pedro, como Presi<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro <strong>de</strong><br />

Estudios Asturianos, tributó en nombre <strong>de</strong> esta institución “un aplauso al<br />

acierto <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>ncia en proponer el nombramiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Cronista a favor<br />

<strong>de</strong> Somoza y a la Diputación por haber aceptado la propuesta que coinci<strong>de</strong><br />

—leemos en el acta <strong>de</strong> aquella sesión— con la indicación que había hecho<br />

dicho Centro, y pidió que constase en el acta el agra<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong> la citada<br />

asociación por la acogida dispensada a sus indicaciones”.<br />

De manera que fue <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro <strong>de</strong> Estudios Asturianos <strong>de</strong> don<strong>de</strong> partió<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> llevar a cabo el nombramiento. Lo confirma la misma acta cuando<br />

más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante se lee: “El Sr. Presi<strong>de</strong>nte manifestó que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que había quedado<br />

vacante la plaza <strong>de</strong> cronista había estado en sus propósitos el interesar<br />

el nombramiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Somoza y sólo había vacilado por el temor <strong>de</strong> que la<br />

edad y achaques <strong>de</strong> este señor le impidiesen cumplir los <strong>de</strong>beres <strong><strong>de</strong>l</strong> cargo,<br />

pero posteriormente se convenció <strong>de</strong> que no era necesario que ejecutase los<br />

395 Archivo General <strong>de</strong> la Administración <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong> <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>: Expediente 14.748 <strong>de</strong><br />

la Diputación Provincial <strong>de</strong> Oviedo.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

trabajos para los cuales estuviese impedido y que tuvo mucho gusto en recibir<br />

y acoger la propuesta <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro <strong>de</strong> Estudios Asturianos” 396.<br />

En la misma sesión, en el capítulo 12 <strong>de</strong> presupuestos, bajo el epígrafe:<br />

Otros Gastos, se aprobó una partida <strong>de</strong> 6.000 pesetas “para la impresión<br />

—leemos— <strong>de</strong> la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre escritor asturiano don Julio Somoza y<br />

G. Sala, titulada Bibliografía Regional Asturiana y <strong>de</strong> cuya tirada se entregarán<br />

al autor las tres cuartas partes <strong><strong>de</strong>l</strong> número <strong>de</strong> ejemplares que se editen,<br />

reservándose la Diputación la cuarta parte restante” 397.<br />

Sin embargo, no estaba todo el mundo <strong>de</strong> acuerdo con el nombramiento<br />

sino que se van a alzar voces en contra <strong><strong>de</strong>l</strong> acuerdo <strong>de</strong> la<br />

Diputación398. Una <strong>de</strong> estas será la <strong>de</strong> su paisano y amigo don Enrique García<br />

Rendueles.<br />

Se conserva <strong>de</strong> su puño y letra, sin fecha, por ser un borrador, un<br />

documento en el que este sacerdote y catedrático <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>Jovellanos</strong>,<br />

amante jovellanista, manifiesta su oposición y pi<strong>de</strong> la restitución <strong><strong>de</strong>l</strong> nombramiento.<br />

Por su interés lo reproducimos íntegramente:<br />

Nuevo cronista <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong>.<br />

Por fallecimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> llorado don Fermín Canella, se ha<br />

<strong>de</strong>signado para suce<strong>de</strong>rle como cronista <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong>, al entusiasta<br />

Jovellanista don Julio Somoza; pero el lamentable pirronismo en<br />

que este nuestro paisano y amigo ha caído al formular sus actuales<br />

juicios sobre hechos históricos gloriosísimos <strong>de</strong> la región, no parece<br />

concordable en modo alguno con el expresado cargo.<br />

Decimos esto porque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época en que aparecieron los dos<br />

formidables tomos <strong>de</strong> la obra titulada Gijón en la historia general, negando<br />

la existencia <strong>de</strong> Pelayo y otras cosas semejantes, como la <strong>de</strong> atribuir<br />

a espíritu <strong>de</strong> mero<strong>de</strong>o y a feroz pillaje el origen <strong>de</strong> las guerras Cantábricas<br />

contra el novísimo imperio instaurado en Roma, antigua aliada <strong>de</strong><br />

aquellas tribus, no hay modo <strong>de</strong> cohonestar uno y otro suceso.<br />

Gracián, en su famoso Criticón escribió que “los más en el<br />

mundo gustan <strong>de</strong> lo que ven gustar a otros... alaban lo que oyeron<br />

396 Archivo General <strong>de</strong> la Administración <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong> <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>: Libro <strong>de</strong> Actas <strong>de</strong> la<br />

Diputación Provincial. Año 1924, fols. 97v. y 98.<br />

397 Í<strong>de</strong>m, folio 104.<br />

398 E incluso hay quien ha dicho que fue <strong>de</strong>stituido <strong>de</strong> su cargo. Nosotros por nuestra parte<br />

no hemos encontrado entre los libros <strong>de</strong> la Diputación Provincial, ni <strong>de</strong> la Comisión<br />

Gestora, que se conservan en el Archivo General <strong>de</strong> la Administración <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>, nada que pudiera confirmar esta afirmación.<br />

271


272<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

alabar... <strong>de</strong> modo que viven por otros y se guían por entendimiento<br />

ajeno...”; cosa que recordamos aquí porque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época en que<br />

dicha obra apareció, no han cesado <strong>de</strong> observarse sus <strong>de</strong>plorables<br />

efectos en multitud <strong>de</strong> ocasiones, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el enlodamiento (¡) <strong>de</strong> la<br />

rotulación <strong>de</strong> calles, como la <strong>de</strong> Pelayo, hasta las conferencias en<br />

Ateneo y <strong>de</strong>más sitios, en que se ha disertado acerca <strong>de</strong> La leyenda<br />

Pelágica; y ahora la ejecutoria dicha, viene a coronar aquellos asertos<br />

verda<strong>de</strong>ramente temerarios.<br />

En Gijón mismo, acabamos <strong>de</strong> ver, con motivo <strong>de</strong> inaugurarse<br />

un nuevo templo, que el elocuente orador sagrado encargado<br />

<strong>de</strong> conmemorar el suceso, llegó a omitir también el nombre <strong><strong>de</strong>l</strong> glorioso<br />

restaurador, limitándose en su discurso a mencionar que un<br />

puñado <strong>de</strong> hombres hizo revivir en estos riscos asturianos el cuerpo<br />

inanimado <strong>de</strong> una monarquía.<br />

Con mucha razón, pues, dijo en cierta solemnidad académica,<br />

don Antonio Blázquez, que semejantes trabajos producen la <strong>de</strong>sconfianza<br />

al principio pru<strong>de</strong>nte en la inteligencia <strong>de</strong> los sabios, y se<br />

difun<strong>de</strong>n con rapi<strong>de</strong>z, adquiriendo cada vez mayor fuerza y energía,<br />

convirtiéndose en <strong>de</strong>sconfianza ciega y brutal que concluye por<br />

informar durante centenares <strong>de</strong> años toda nuestra historia, y no sólo<br />

pone en tela <strong>de</strong> juicio y rechaza lo verda<strong>de</strong>ramente falaz sino que<br />

construyendo un arca santa, encierra en ella sus opiniones y creencias,<br />

y <strong>de</strong>clara apócrifo todo lo que con ella no concuer<strong>de</strong>.<br />

En la propia obra <strong>de</strong> Gracián, arriba mencionada, escribió<br />

también el mismo: Veréis muchas maneras <strong>de</strong> historiadores, unos<br />

gramaticales, que no atien<strong>de</strong>n sino al vocablo y a la colocación <strong>de</strong> las<br />

palabras, olvidándose <strong><strong>de</strong>l</strong> alma <strong>de</strong> la historia. Otros cuestionarios:<br />

todo se les va en disputar y averiguar puntos y tiempos... etcétera.<br />

Tal pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que ha sucedido con la que aquí comentamos:<br />

labor benedictina, como todas las <strong>de</strong> su autor, pero enormemente<br />

equivocada en lo que a la parte histórica se refiere.<br />

De otra que nosotros conocemos, relacionada con asuntos <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong> y Cantabria, que su autor publicará algún día, si Dios quiere,<br />

y si no, no, reproduciremos en nuestro periódico con autorización<br />

suya (aunque por <strong><strong>de</strong>l</strong>ica<strong>de</strong>za anónimo), lo que se contiene con<br />

referencia a Pelayo, y algunas otras circunstancias, en este curioso<br />

trabajo emprendido con motivo <strong><strong>de</strong>l</strong> XII Centenario <strong>de</strong> Covadonga y<br />

titulado: Conclusiones acerca <strong>de</strong> algunos temas <strong>de</strong> historia Asturiana399. 399 Archivo <strong>de</strong> la FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ, G 41/4.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Este documento, que por otra parte está bien localizado, por la circunstancia<br />

<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Fermín Canella, la <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> Somoza como<br />

cronista <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong> y la referencia a la inauguración <strong>de</strong> un templo en<br />

Gijón, que no pue<strong>de</strong> ser otro que la iglesia <strong><strong>de</strong>l</strong> Sagrado Corazón, consagrada<br />

el 30 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1924, es interesantísimo en cuanto pone <strong>de</strong> manifiesto cuál<br />

era la influencia que <strong>de</strong>splegaban por entonces las opiniones <strong><strong>de</strong>l</strong> cronista <strong>de</strong><br />

Gijón, hasta el punto <strong>de</strong> que algún <strong>de</strong>salmado enlodara el rótulo <strong>de</strong> la calle<br />

Pelayo, o que el P. Alfonso Torres, orador sagrado que pronunció el sermón<br />

al que hace referencia don Enrique, no se atreviera a mencionar el nombre <strong>de</strong><br />

Pelayo, y que se hablase hasta en el Ateneo <strong>de</strong> leyenda pelágica 400.<br />

7.— La virginidad <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong><br />

En conclusión, creemos que estas pue<strong>de</strong>n ser las razones por las que<br />

Sánchez Albornoz, citó tanto y combatió tanto a Somoza, porque aunque sus<br />

argumentos, en su opinión, no resistían el más mínimo ataque por su parte<br />

(prueba <strong>de</strong> ello es que no se digna rebatirlos), sin embargo, la tremenda personalidad<br />

y el influjo que pudiera representar en la opinión pública le convertían<br />

por su peso moral en un oponente nada <strong>de</strong>spreciable.<br />

Y en cuanto al supuesto antipatriotismo <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as, nadie se dio<br />

cuenta al parecer, salvo Sánchez Albornoz, que la teoría <strong>de</strong> Somoza, que él<br />

llama <strong>de</strong> la virginidad <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, encierra el germen <strong>de</strong> una pasión patriótica.<br />

Una pasión patriótica con una mayor carga <strong>de</strong> nacionalismo, pues <strong>de</strong> esta<br />

manera <strong>Asturias</strong> es diferente; en lugar <strong>de</strong> ser cuna <strong>de</strong> España, <strong>Asturias</strong> sería<br />

la nunca sometida. Es muy probable que Somoza tuviera presente al concebir<br />

esta virginidad <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, las viejas luchas cántabras: <strong>Asturias</strong>, el último<br />

reducto. Si Roma tardó en llegar hasta nuestro litoral y alzar en él las Aras<br />

Sextianas, no pudo tan pronto conocer la presencia <strong>de</strong> los árabes, y como todo<br />

ocurrió tan <strong>de</strong>prisa, comparado con la invasión romana, Gigia no estuvo<br />

nunca sometida al po<strong>de</strong>r sarraceno. Creemos que a esto se refiere el trabajo<br />

al que don Enrique García Rendueles alu<strong>de</strong> al final <strong>de</strong> su borrador. Somoza<br />

trabajó durante mucho tiempo, siempre (como diría su amigo) con <strong>de</strong>voción<br />

benedictina, al estudio <strong>de</strong> las guerras cántabras; trabajo que empezó y <strong>de</strong>jó<br />

400 El discurso <strong><strong>de</strong>l</strong> P. Torres terminaba prácticamente así: “Ya he querido ver en este acto un<br />

timbre <strong>de</strong> patriotismo noble, <strong>de</strong> elevada tradición, porque justo era que en estos asturianos<br />

riscos don<strong>de</strong> el vigoroso esfuerzo <strong>de</strong> un puñado <strong>de</strong> hombres, hizo revivir el cuerpo inanimado<br />

<strong>de</strong> una monarquía en estos peñascos, don<strong>de</strong> se alzó la cruz y se tremoló la santa ban<strong>de</strong>ra<br />

española que se llevó hasta feroces vegas granadinas, se rindiese también un tributo<br />

al Corazón <strong>de</strong> Jesús”. (El Comercio, 31 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1924).<br />

273


274<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

en varias ocasiones y que al final no ha llegado hasta nosotros, sino a través<br />

<strong>de</strong> lo que aparece en Gijón en la historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>.<br />

La teoría <strong>de</strong> la virginidad <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, si es que en realidad Somoza<br />

tuvo conciencia <strong>de</strong> tal teoría, pudo haber tenido su inspiración en <strong>Jovellanos</strong>.<br />

En sus Notas para aclarar algunos pasajes <strong>de</strong> su tragedia Pelayo, Jovino comenta<br />

en la <strong>de</strong>cimotercera nota el pasaje: “nuestros cuellos nunca sujetos a un extraño<br />

yugo”, diciendo que “sin reparo se pue<strong>de</strong> admitir esta aserción, entendida<br />

respecto <strong>de</strong> los asturianos”, y da tres motivos: vencidos por Augusto, se<br />

sacudieron enseguida el yugo; los godos, se duda si los vencieron; y, finalmente,<br />

“estos pueblos conservaron siempre su gobierno, sus leyes, sus usos<br />

y costumbres” 401. El pasaje será alegado por Somoza.<br />

Nótese que todos cuantos le atacan no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> reconocer sus<br />

cualida<strong>de</strong>s, su capacidad, su laboriosidad. He aquí su principal virtud. Y<br />

junto a ella su valentía para confesar lo que otros tal vez no se hubieran atrevido:<br />

su afán <strong>de</strong> llegar a la verdad que fue, no a la que pudo ser, ni a la que<br />

quisiéramos que hubiera sido. Así lo expresa Alejandro Alvargonzález: “A<br />

Somoza se <strong>de</strong>be —dice— la verda<strong>de</strong>ra historia <strong>de</strong> Gijón, la que <strong>de</strong>sechó errores<br />

y leyendas, la que con base científica no permitía simples divagaciones o<br />

dudosas conjeturas, sino veraces puntos <strong>de</strong> apoyo, que aunque no siempre<br />

son acogidas con aplauso, porque la historia que entusiasma no es la que ha<br />

sucedido, sino la que hubiéramos querido que sucediera, no por ello <strong>de</strong>jaba<br />

<strong>de</strong> exponerlos con bizarría, aun cuando fuera justo motivo para los intransigentes,<br />

que quisieran ver en estas sincerida<strong>de</strong>s ataques más altos contra cosas<br />

más serias” 402.<br />

Pero <strong>de</strong>jemos la última palabra a quien estamos enjuiciando; que sea<br />

el propio Somoza quien haga la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> sí mismo. En el magnífico prólogo<br />

a Gijón en la historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> habla <strong>de</strong> sus opiniones sobre la<br />

Reconquista en estos términos, sinceros, rectos y ajenos <strong>de</strong> toda vanidad o<br />

afán <strong>de</strong> notoriedad:<br />

En el arduo tema <strong>de</strong> la Reconquista y <strong>de</strong> la monarquía asturiana,<br />

no hemos <strong>de</strong>jado ningún punto dudoso sin el <strong>de</strong>bido análisis. Las opiniones<br />

que hemos consignado <strong>de</strong> los principales escritores que han abordado<br />

esta materia, están expuestas con toda la sinceridad <strong>de</strong>bida al fuero histórico;<br />

y con igual libertad y sinceridad, hemos manifestado la nuestra. No<br />

se nos oculta que a los idólatras <strong>de</strong> las glorias provinciales, ha <strong>de</strong> parecer<br />

áspero, duro, <strong>de</strong>sabrido y hasta irreverente, nuestro juicio. Ni tememos, ni<br />

401 JOVELLANOS, Gaspar Melchor <strong>de</strong>. Obras completas. Oviedo, Edición crítica, introducción<br />

y notas <strong>de</strong> José Miguel Caso González. Tomo I, 1984: pág. 368.<br />

402 ALVARGONZÁLEZ, Alejandro. Julio Somoza, Historiador y Jovellanista. El Comercio, 25 <strong>de</strong><br />

julio <strong>de</strong> 1954.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

<strong>de</strong>bemos. Si <strong>de</strong> infundados o temerarios adolecen sus conceptos, rebátanse.<br />

No en son <strong>de</strong> reto lo <strong>de</strong>cimos, pues repugna a nuestra habitual franqueza, el<br />

extemporáneo y jactancioso alar<strong>de</strong> <strong>de</strong> la vanidad. No es posible reducir a<br />

unidad, ni a común <strong>de</strong>nominador, los pensamientos ni los juicios <strong>de</strong> los<br />

hombres; tan infinita variedad hay en ellos. Pero en la materia a que nos contraemos,<br />

antes se ha juzgado con la pasión y el entusiasmo, con la imaginación<br />

y la fantasía, que con el análisis razonado y frío. Mas la <strong>de</strong>strucción<br />

<strong>de</strong> una leyenda, no quita ni da valor a la historia <strong>de</strong> un pueblo: miope<br />

será quien <strong>de</strong> otra manera lo consi<strong>de</strong>re403. Así pues, fue Somoza un hombre concienzudo en la búsqueda <strong>de</strong> los<br />

datos históricos, honesto en sus planteamientos, valiente y firme en su exposición.<br />

Si hubo algún historiador fiel a sus propios hallazgos y convicciones,<br />

seguro <strong>de</strong> sus planteamientos y dispuesto a sacrificar su prestigio y su vida<br />

en aras <strong>de</strong> lo que creía como verdad histórica, ese fue Somoza. Podía estar<br />

equivocado pero no mintió: jamás tuvo intención <strong>de</strong> engañar a nadie.<br />

Combatamos a Somoza, batallemos contra sus postulados, por no estar <strong>de</strong><br />

acuerdo, pero hagámoslo con cortesía, con la misma cortesía que él esperaba<br />

<strong>de</strong> sus impugnadores404; hagámoslo como Sánchez Albornoz, con respeto<br />

hacia un historiador hecho a sí mismo, y con admiración y ternura hacía un<br />

hombre que fue fiel a sí mismo más allá <strong><strong>de</strong>l</strong> sentimiento, más allá <strong><strong>de</strong>l</strong> corazón,<br />

y frente a todos. Con respeto hacia un hombre que escribió acerca <strong>de</strong> la<br />

cultura asturiana:<br />

Siempre y cuando se trate <strong>de</strong> buscar la verdad histórica, sin prejuicio<br />

alguno, menester es <strong>de</strong>spojarse <strong>de</strong> cuantas prevenciones, recelos o añejas<br />

preocupaciones puedan asaltarnos; porque la verdad es una, sola e indivisible,<br />

y todo lo que nosotros ocultemos por no chocar con el vulgo o malquistarnos<br />

con él, lo <strong>de</strong>scubrirán los extraños con sagacidad y celo, y más<br />

implacable hostilidad. Y así, no se estimará como flaqueza, o <strong>de</strong>sdoro, confesándola<br />

nosotros antes, porque <strong>de</strong> ese modo, más obligados quedaremos a la<br />

recta imparcialidad en el juicio ajeno. A otros tiempos, otras i<strong>de</strong>as. Y lo que<br />

antaño pudo ser miedo, temor, rutina, prevención o recelo, hoy ya no pue<strong>de</strong><br />

ni <strong>de</strong>be serlo, y hay que <strong>de</strong>secharlo sin temor. Vale más tener una historia<br />

humil<strong>de</strong>, igual o ignorada, antes que fingida o aparatosa405. 403 Op. cit., pág. VIII.<br />

404 “No mueve nuestra pluma ni la parcialidad ni el juicio preconcebido. Si lo contrario se<br />

<strong>de</strong>sprendiere <strong><strong>de</strong>l</strong> texto, respon<strong>de</strong>remos a las objeciones que se nos hagan, con igual cortesía<br />

que la que esperamos <strong>de</strong> los impugnadores”. (Gijón en la historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>.<br />

Prólogo in fine).<br />

405 Cultura literaria en <strong>Asturias</strong>. Son 12 páginas manuscritas que aparecen en la carpeta IV.-<br />

Aspecto Histórico, entre los manuscritos <strong>de</strong> El Carácter Asturiano.<br />

275


276<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Un íntimo <strong>de</strong> don Julio Somoza, su nieto Pedro Hurlé, ha hecho esta<br />

aclaración al referirse a la obra Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>: “Su<br />

aparición dio origen a gran polvareda, porque el señor Somoza pone en<br />

duda, por no <strong>de</strong>cir, niega, el hecho <strong>de</strong> la batalla <strong>de</strong> Covadonga. Ahora bien,<br />

no ha sido el señor Somoza el único que lanzó tal i<strong>de</strong>a, y los que le hemos tratado<br />

a diario durante muchos años, sabemos que no negaba el hecho militar<br />

en sí, sino la hojarasca y bambolla con que la leyenda lo fue adornando” 406.<br />

Esta afirmación apunta a una revisión o evolución <strong>de</strong> su pensamiento, perfectamente<br />

explicable como producto <strong>de</strong> esa lucha interior entre la razón y el<br />

sentimiento, <strong>de</strong> ese sí pero no, que es en <strong>de</strong>finitiva lo que nos parece que <strong>de</strong>fine<br />

su postura ante la Batalla <strong>de</strong> Covadonga.<br />

Por nuestra parte hemos <strong>de</strong> concluir diciendo que Somoza concibe la<br />

historia como realidad y no como hipótesis; para él lo que no pue<strong>de</strong> ser probado<br />

<strong>de</strong> modo evi<strong>de</strong>nte, no existió; y si no existió no es historia. De manera<br />

que la simple posibilidad <strong>de</strong> que Covadonga hubiera existido no le es suficiente,<br />

mientras no sepamos concretamente que existió y fue. Como historiador<br />

huye <strong>de</strong> expresiones vagas, como “se dice”; odia las expresiones tales<br />

como “es común opinión <strong>de</strong> los autores” y “todos los autores están <strong>de</strong> acuerdo<br />

en afirmar”, mientras no se digan quiénes sean esos autores. Para que un<br />

hecho sea histórico tiene que estar perfectamente documentado y acreditado,<br />

la conjetura no le vale. La conjetura es leyenda, por eso para él Covadonga es<br />

leyenda. Lo cual no quita para que valore y aprecie la fuerza <strong><strong>de</strong>l</strong> sentimiento<br />

que <strong>de</strong>spierta lo legendario en el espíritu <strong>de</strong> un pueblo. De ese sentimiento<br />

también él se <strong>de</strong>jó llevar a veces, como cuando en 1881, en su artículo titulado:<br />

Una fecha celebre, <strong>de</strong> La Ilustración Gallega y Asturiana, <strong>de</strong>jó escrito este sentido<br />

grito: ¡Covadonga, santuario <strong><strong>de</strong>l</strong> amor patrio, valle inmortal que sepultaste en<br />

tu seno las agarenas turbas! 407.<br />

406 Los Historiadores Gijoneses. El Comercio, 7 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1950.<br />

407 Año 1881, págs. 111 y s. Fue recogido en Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana. págs. 279 y ss.


CAPÍTULO 12<br />

Las amarguras <strong>de</strong> un jovellanista<br />

1.— El bálsamo <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo<br />

Los últimos años <strong>de</strong> don Julio Somoza son sin duda los más amargos<br />

<strong>de</strong> su vida. En 1905, había fallecido su esposa, Josefa Menén<strong>de</strong>z Sánchez408. Des<strong>de</strong> entonces vivía con su hija y su hijastra, ambas solteras, que le atendían<br />

con verda<strong>de</strong>ra solicitud. A juzgar por las cartas su salud no <strong>de</strong>bía ser muy<br />

boyante. La prohibición <strong>de</strong> trabajo intelectual por prescripción facultativa<br />

que él alegaba no <strong>de</strong>bía ser una simple excusa, pues es lógico pensar que al<br />

menos acusase el estrés <strong>de</strong> un ritmo <strong>de</strong> trabajo superior a las fuerzas <strong>de</strong> la<br />

vejez.<br />

A pesar <strong>de</strong> todo, no <strong>de</strong>jará la tarea investigadora y publicista. Sigue<br />

soñando con una edición <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. La edición<br />

que hiciera el Director <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, Miguel A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, contenía múltiples erratas.<br />

Para subsanarlas, apareció en el Boletín <strong>de</strong> la Biblioteca Menén<strong>de</strong>z<br />

Pelayo, en 1923-1924, una obra titulada: Fe <strong>de</strong> Erratas cometidas en la transcripción<br />

e impresión <strong><strong>de</strong>l</strong> Diario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, por el P. <strong>de</strong> A. Contenía nada menos que<br />

3.061 erratas. Se ha dicho que con las siglas P. <strong>de</strong> A. se aludía al director <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto, queriendo <strong>de</strong>cir el P(ollino) <strong>de</strong> A(<strong><strong>de</strong>l</strong>lac). Recuér<strong>de</strong>se aquella conversación<br />

que Somoza oyó entre él y Pidal en la biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, <strong>de</strong> la que<br />

daba cuenta a Menén<strong>de</strong>z Pelayo, concluyendo que todo era <strong>de</strong>spotricar en<br />

pollino409. Parece pues que Somoza calificaba así al director <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto.<br />

Marcos Vallaure ha <strong>de</strong>stacado el hecho <strong>de</strong> que no obstante ser notoria la malicia<br />

<strong>de</strong> la expresión, nadie se ha atrevido a <strong>de</strong>cirlo en voz alta410. Y es verdad<br />

que la expresión juega con el equívoco, dando a enten<strong>de</strong>r que se trata <strong>de</strong> las<br />

408 Según partida <strong>de</strong> <strong>de</strong>función falleció a las diecinueve horas <strong><strong>de</strong>l</strong> día 13 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1905,<br />

a los sesenta y dos años <strong>de</strong> edad, en su domicilio, paseo <strong>de</strong> Alfonso XII, nº 33, <strong>de</strong> una hemorragia<br />

cerebral.<br />

409 Epistolario. Tomo XXI; Carta 760; fecha: 16 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1911; págs. 466 y ss.<br />

410 MARCOS VALLAURE, Emilio. Tres personajes en busca <strong>de</strong> editor. Oviedo, ASTURA,<br />

Nuevos cartafueyos d’Asturies, 4/85, 1985.


278<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

siglas <strong><strong>de</strong>l</strong> autor <strong>de</strong> la Fe <strong>de</strong> Erratas y no <strong><strong>de</strong>l</strong> autor <strong>de</strong> la impresión <strong><strong>de</strong>l</strong> diario,<br />

porque la obra no lleva firma <strong>de</strong> autor.<br />

Se ha dicho que es obra <strong>de</strong> Somoza. Sin embargo, cuatro años más<br />

tar<strong>de</strong>, en su Registro Asturiano, éste la atribuye a un profesor <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto<br />

<strong>Jovellanos</strong>, futuro catedrático <strong>de</strong> Instituto y Doctor en ciencias históricas,<br />

Vicente Serrano Puente. Si se tiene en cuenta que en 1923 contaba Somoza<br />

con 75 años, y el hecho <strong>de</strong> que, como ya vimos, para la edición <strong>de</strong> los Diarios<br />

hablase <strong>de</strong> contar con la ayuda <strong>de</strong> un paisano suyo, doctor en ciencias históricas,<br />

muchacho aplicado <strong>de</strong> veras, se pue<strong>de</strong> concluir fácilmente, con el profesor<br />

Caso González, que en la publicación <strong>de</strong> las Erratas tomó parte este profesor<br />

gijonés.<br />

Somoza en la carta a Ricardo Rodríguez, citada más arriba, escribe:<br />

Lo <strong>de</strong> la Fe <strong>de</strong> Erratas, publicada en el Boletín <strong>de</strong> la Bibliot. <strong>de</strong><br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo, es cosa <strong>de</strong> Vicente Serrano, que vive en León (calle <strong>de</strong><br />

Serranos, núm. 10 pral.).<br />

El pasaje nos sugiere estas reflexiones: que Somoza <strong>de</strong>bió tener alguna<br />

parte o conocimiento <strong>de</strong> la obra, cuando es interrogado sobre ella por su<br />

amigo; y que Somoza quiere <strong>de</strong>jar bien i<strong>de</strong>ntificado a Vicente Serrano y le da<br />

al amigo la dirección. Pero lo que se escapa es a qué se refiere ese lo. ¿Se referiría<br />

a las siglas P. <strong>de</strong> A.? Una conclusión posible que se podría sacar es que si<br />

bien es presumible una ayuda por parte <strong>de</strong> Somoza, la obra en su mayor<br />

parte <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> Vicente Serrano y en consecuencia pudo ser <strong>de</strong> él la ocurrencia<br />

<strong>de</strong> poner las siglas. A<strong>de</strong>más, antiguo profesor <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, no tendría ningún interés en aparecer como autor enmendando la<br />

plana a su antiguo Director.<br />

En este tiempo, pues, la vida <strong>de</strong> Somoza está llena <strong>de</strong> trabajo y amargura,<br />

seguramente lo primero para paliar lo segundo. Así se lo confiesa en<br />

una carta a la escritora Eugenia Astur, <strong>de</strong> fecha 11 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1924, carta que<br />

po<strong>de</strong>mos transcribir gracias a la generosidad <strong>de</strong> don Arturo Muñiz que nos<br />

la ha <strong>de</strong>jado:<br />

Quisiera escribirle a Vd. largo y tendido, como a todos los amantes<br />

<strong>de</strong> las Letras; me es naturalmente imposible, porque a pesar <strong>de</strong> mis años (76)<br />

y quebrantos, estoy atosigado <strong>de</strong> trabajo, viejo, con mi única hija enferma y<br />

asediado por mil quehaceres en esta infernal vida <strong>de</strong> trabajo gijonés (don<strong>de</strong><br />

todos parece que están picados <strong>de</strong> la tarántula), me pregunto millones <strong>de</strong><br />

veces cuándo llegará la hora <strong>de</strong> morir, para <strong>de</strong>scansar <strong>de</strong> veras.<br />

Dos años más tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> manifestar este <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> morir, la provi<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>stinaba al anciano don Julio la mayor amargura <strong>de</strong> su vida. A las seis<br />

<strong>de</strong> la mañana <strong><strong>de</strong>l</strong> 29 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1926, moría <strong>de</strong> una hemorragia cerebral, a


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

los cincuenta años <strong>de</strong> edad, en el número 25 <strong>de</strong> la calle Casimiro Velasco,<br />

aquella única hija enferma, María <strong><strong>de</strong>l</strong> Amparo. Sabemos por la prensa que era<br />

una mujer virtuosa y buena, que había llevado con gran resignación cristiana<br />

su cruel dolencia; pero, a<strong>de</strong>más, leemos: “Pertenecía doña María <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Amparo Somoza y Menén<strong>de</strong>z a una familia <strong>de</strong> gran abolengo localista,<br />

habiéndose distinguido por su amor a Gijón, siendo muy entusiasta <strong>de</strong> cuantas<br />

mejoras locales constituyen el progreso <strong>de</strong> la ciudad” 411. El funeral tuvo<br />

lugar a las diez <strong>de</strong> la mañana <strong><strong>de</strong>l</strong> lunes 30 <strong>de</strong> agosto en la parroquia <strong>de</strong> San<br />

Lorenzo, y la conducción <strong><strong>de</strong>l</strong> cadáver al cementerio <strong>de</strong> Ceares por la tar<strong>de</strong>. Es<br />

fácil imaginar lo que esta pérdida significó para aquel amantísimo padre,<br />

cuya vida <strong>de</strong>clinaba tan lenta como dolorosamente.<br />

2.— El Registro Asturiano<br />

De nuevo parece que es el trabajo el re<strong>de</strong>ntor <strong><strong>de</strong>l</strong> sufrimiento. Cerca<br />

ya <strong>de</strong> alcanzar los ochenta años, en 1927, nuestro viejecito dará a la luz pública<br />

su importantísimo Registro Asturiano <strong>de</strong> obras, libros, folletos, hojas, mapas y<br />

ediciones varias, exclusivamente referentes al <strong>Principado</strong>, que no se hallan en bibliografías<br />

anteriores, verda<strong>de</strong>ro canto <strong><strong>de</strong>l</strong> cisne.<br />

La importancia <strong>de</strong> este trabajo sobrepasa la materia literaria y bibliográfica,<br />

pues según expresión <strong>de</strong> Emilio Marcos Vallaure es “obra imprescindible<br />

para a<strong>de</strong>ntrarse en el estudio <strong>de</strong> cualquier tema relacionado con nuestro<br />

país”.<br />

La obra está <strong>de</strong>dicada su amigo Rogelio Jove y Bravo, persona <strong>de</strong><br />

muchos merecimientos, legítimo y digno representante <strong><strong>de</strong>l</strong> solar astur <strong>de</strong> quien se<br />

muestra su fiel y adicto amigo. Contiene un copioso conjunto <strong>de</strong> 1.701 fichas,<br />

en las que el autor no sólo se conforma con dar la referencia literaria <strong><strong>de</strong>l</strong> contenido<br />

propiamente literario, como ha dicho Martínez Cachero, sino también<br />

acostumbra a dar algo más que la mera referencia bibliográfica y brinda así<br />

noticia <strong>de</strong> lo que el trabajo en cuestión es y contiene412. Y en sus valoraciones<br />

muestra su genio y su carácter.<br />

Porque Somoza no pue<strong>de</strong> callarse y tiene que asomar su <strong>de</strong>do inquisitivo<br />

contra esto y aquello, tiene que arremeter contra molinos <strong>de</strong> viento que<br />

cree gigantes <strong>de</strong> la ignorancia y la incultura.<br />

411 El Comercio, 31 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1926.<br />

412 MARTÍNEZ CACHERO, José María. Notas sobre bibliografía literaria asturiana. Oviedo,<br />

Boletín <strong><strong>de</strong>l</strong> I.D.E.A. nº 32, 1957; pág. 404.<br />

279


280<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Emplea frecuentemente expresiones <strong>de</strong>stempladas, como las que<br />

dirige a Constantino Suárez, Españolito413. Somoza ejerce la crítica aunque no tenga lector ni auditorio. Quien<br />

posea una <strong>de</strong> las obras que hayan pasado por sus manos, sabe muy bien lo<br />

que <strong>de</strong>cimos, al po<strong>de</strong>r gozar <strong>de</strong> sus anotaciones manuscritas, que <strong>de</strong>ja en los<br />

márgenes, cabeceras, pies <strong>de</strong> página o interlíneas, en cualquier espacio que<br />

encuentra. Somoza escribe para el lector anónimo, <strong>de</strong>sconocido, futuro.<br />

Somoza quiere <strong>de</strong>jar constancia <strong>de</strong> su opinión. Y al hacerlo así se <strong>de</strong>scubre a<br />

sí mismo. Estas anotaciones, estos comentarios, estas críticas y valoraciones,<br />

muchas veces <strong>de</strong>stempladas e injustas, nos acercan a él. En sus escritos está<br />

él mismo entero; si no lo <strong>de</strong>scubrimos es porque sabe dirigir nuestra mirada<br />

hacia la ingente figura <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Pero si por un momento, al leer sus<br />

obras, pudiéramos olvidarnos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> o <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, le veríamos a él en<br />

ellas. Basta con leer las notas y los comentarios: ahí está Somoza. Y toda sus<br />

obras están llenas <strong>de</strong> estas valoraciones y subjetivida<strong>de</strong>s. Pocas veces se nos<br />

ofrece en la historia ni en la literatura un caso <strong>de</strong> crítica tan sentida, tan i<strong>de</strong>ntificada<br />

con su objeto, tan llena <strong>de</strong> una subjetividad que no es arbitrariedad.<br />

Con el Registro Asturiano Somoza roza el sueño <strong>de</strong> los viejos jovellanistas,<br />

<strong>de</strong> su admirado González <strong>de</strong> Posada; <strong>de</strong> su maestro Junquera Huergo;<br />

<strong>de</strong> su amigo, Fuertes Acevedo; el sueño <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong> formar una<br />

Biblioteca Asturiana. Aquí está el registro <strong>de</strong> obras, folletos, hojas, mapas, y<br />

ediciones varias, <strong>de</strong> cuanto se ha escrito referente exclusivamente al<br />

<strong>Principado</strong>. La obra, publicada a expensas esta vez <strong>de</strong> la Diputación<br />

Provincial, y editada por el Centro <strong>de</strong> Estudios Asturianos, remedo <strong>de</strong> la<br />

Aca<strong>de</strong>mia Asturiana, recoge también cuanto no se ha publicado en bibliografías<br />

anteriores. De esta manera, según señala el profesor Martínez<br />

Cachero, completa Julio Somoza el Ensayo y la parte estrictamente bibliográfica<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Bosquejo <strong>de</strong> Fuertes Acevedo. Incluye, por tanto, los escritores surgi-<br />

413 Concretamente acerca <strong>de</strong> la novela Isabelina <strong>de</strong> Constantino Suárez dirá: Es sencillamente<br />

un ensayo <strong>de</strong> escritor novel, <strong>de</strong> escuela “localista” (avilesino) y <strong>de</strong> asunto trivial y manoseado, -<br />

”La al<strong>de</strong>a perdida” <strong>de</strong> don Armando, va a per<strong>de</strong>r a muchos. Españolito por su parte, entendió que<br />

le acusaba <strong>de</strong> plagio “o poco menos”; pero aun así y tras <strong>de</strong> la queja dirá noblemente: “Pero<br />

fuera <strong>de</strong> esa <strong>de</strong>bilidad, Somoza es acreedor a todos los respetos y consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> un<br />

trabajador eminente”.<br />

Otro ejemplo <strong><strong>de</strong>l</strong> hipercriticismo <strong>de</strong> Somoza es el comentario que dirige a los<br />

Diarios <strong>de</strong> A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, cuando habla <strong>de</strong> Serrano Puente y sus Erratas: Constituye una revisión<br />

extensa, y extremadamente fiscalizadora, por añadidura, <strong>de</strong> las faltas, yerros, omisiones, erratas, lapsus,<br />

tropiezos, y dislates, cometidos por un señor Catedrático, al preten<strong>de</strong>r dirigir, (mejor diría <strong>de</strong>scarriar)<br />

la impresión <strong><strong>de</strong>l</strong> Diario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> (en 1915), con el original a la vista, (que si no es tanto<br />

como enmendar la plana al Maestro, equivaldría a ponerle como padrino <strong>de</strong> sus torpezas). Op. cit.,<br />

págs. 390 y 391.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

dos con posterioridad a 1885 (año <strong><strong>de</strong>l</strong> Bosquejo), así como trabajos <strong>de</strong> personas<br />

extranjeras o nacionales no asturianas sobre tema asturiano.<br />

A este respecto hay que agra<strong>de</strong>cer a Somoza que rompa una lanza<br />

contra el prejuicio <strong>de</strong> los foráneos. He aquí su <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> estos escritores,<br />

llena <strong>de</strong> sentido común:<br />

De continuo, observamos que se publican apreciables estudios y<br />

notables disquisiciones por escritores extraños al país, esto es, no nacidos en<br />

este suelo. Y la sistemática preocupación, no interrumpida, <strong>de</strong> excluirles en<br />

todo tiempo, por incompetente autoridad, nos ha parecido, no sólo dañosa y<br />

<strong>de</strong>scortés, sino hasta contraproducente. Porque, sobre ser absurdo el prescindir<br />

<strong>de</strong> cualquier elemento informativo o <strong>de</strong> investigación, por mo<strong>de</strong>sto<br />

que fuere, para el conocimiento exacto <strong>de</strong> la propia patria, las indagaciones<br />

particulares que los doctos realizan en sus especialida<strong>de</strong>s, aportan, con frecuencia,<br />

elementos comparativos <strong>de</strong> otras regiones, muy dignos <strong>de</strong> tomarse<br />

en cuenta. Tal suce<strong>de</strong>, verbigracia, con la minería, la arqueología, costumbres<br />

folklóricas, los orígenes <strong><strong>de</strong>l</strong> romance castellano, la filología, las primeras<br />

manifestaciones <strong><strong>de</strong>l</strong> arte cristiano, etc., etc.<br />

Y entre estos escritores <strong>de</strong> “fuera <strong>de</strong> casa”, no escaso número, han<br />

sido impugnados y hasta rechazados con un <strong>de</strong>sdén, que tenía más <strong>de</strong> afectado<br />

y presuntuoso que no <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ramente fundamental. Señalaremos<br />

entre otros, a los señores Fernán<strong>de</strong>z Guerra, doctor Casal, Sangrador y<br />

Vítores, Amador <strong>de</strong> los Ríos, y Tubino414. Con esta obra Somoza entra <strong>de</strong> nuevo con todos los honores en el<br />

campo <strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong> la Literatura: “El nombre <strong>de</strong> Somoza —dice Martínez<br />

Cachero— es citado siempre que <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> se habla y su Registro ha <strong>de</strong><br />

ser tenido en cuenta por los historiadores <strong>de</strong> nuestras letras” 415. Y lo hace<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la iniciativa privada, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el trabajo amoroso. Es muy probable que<br />

por ello también fuera criticado. Parece como si algunos, igual que antes le<br />

tildaban <strong>de</strong> no tener método científico, ahora le criticasen por meterse a una<br />

tarea que no le incumbe, una tarea que <strong>de</strong>bía ser —en su opinión— propia <strong>de</strong><br />

organismos oficiales, tales como la Universidad. Sí, alguna <strong>de</strong> estas críticas<br />

<strong>de</strong>bieron <strong>de</strong> llegar a oídos <strong><strong>de</strong>l</strong> amante <strong><strong>de</strong>l</strong> estudio, porque su prólogo o preliminar,<br />

como él gustaba <strong>de</strong> llamarlo, termina con estas palabras:<br />

Creerán muchos, que esta faena <strong>de</strong> rebusca, organización y <strong>de</strong>pósito,<br />

incumbe principalmente a nuestros centros docentes, tales como la<br />

Universidad Ovetense, Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, Sociedad Económica <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

País, etc., etc. Precisamente somos <strong><strong>de</strong>l</strong> sentir opuesto: la iniciativa indivi-<br />

414 Preliminar al Registro Asturiano.<br />

415 Op. cit., pág. 404.<br />

281


282<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

dual y colectiva, libre <strong>de</strong> toda traba, rutina, y embeleco oficial, y sostenida<br />

por el entusiasmo <strong>de</strong> sus a<strong>de</strong>ptos, y tal cuál pródigo Mecenas (que bien lo ha<br />

menester), si por acaso tuviese esa fortuna, es lo que creemos que vigorizaría<br />

y enfervorizaría la empresa, y la haría fecunda y provechosa; que fue<br />

siempre santa, la virtud <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo, y con la piadosa y alentadora máxima<br />

<strong>de</strong> “enseñar al que no sabe”, una <strong>de</strong> las más meritorias y excelsas.<br />

Para ella sería nuestro entusiasta aplauso.<br />

Y para ella, nuestro mo<strong>de</strong>sto tributo.<br />

3.— La Biblioteca Asturiana<br />

En muchas <strong>de</strong> las fichas <strong><strong>de</strong>l</strong> Registro aparece la expresión: “Biblioteca<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Autor”. Y es que, en efecto, ”la mayor parte <strong>de</strong> las 1.701 obras (libros, folletos,<br />

manuscritos, etc.), que están contenidas en el REGISTRO ASTURIANO,<br />

formaban la Biblioteca Asturiana <strong>de</strong> don Julio Somoza, la primera en su género<br />

en <strong>Asturias</strong>” 416. Cuando publica su importante bibliografía asturiana, ya<br />

hacía tiempo que había donado su biblioteca particular a la Universidad <strong>de</strong><br />

Oviedo. Cuál fuera el motivo por la que llevó a cabo esta importante <strong>de</strong>cisión,<br />

no lo sabemos, como tampoco lo llegó a saber nunca su amigo Pedro<br />

Hurlé, quien comenta en la prensa gijonesa este hecho con estas palabras:<br />

“No nos explicamos cómo este escritor (gijonés <strong>de</strong> abolengo), y que ya en este<br />

linaje <strong>de</strong> estudios acreditó su pasión por la bibliografía —dígalo sino su<br />

CATÁLOGO DE MANUSCRITOS, <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, su INVENTA-<br />

RIO DE UN JOVELLANISTA—, haya tenido motivo suficiente para <strong>de</strong>sposeer<br />

a su pueblo natal <strong><strong>de</strong>l</strong> legado <strong>de</strong> su librería asturiana, cuando seguros<br />

estamos que estaría <strong>de</strong>bidamente custodiada en la Biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Real<br />

Instituto <strong>Jovellanos</strong>, en la <strong><strong>de</strong>l</strong> Ateneo <strong>de</strong> Gijón o en la <strong>de</strong> los padres <strong>de</strong> la<br />

Compañía <strong>de</strong> Jesús, no menos celosas que las <strong>de</strong> la capital en la conservación<br />

<strong>de</strong> las glorias <strong>de</strong> sus hijos; pero aunque lo <strong>de</strong>ploremos, no po<strong>de</strong>mos menos<br />

<strong>de</strong> respetar la tan extraña <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> don Julio Somoza y García-Sala”.<br />

Quizá convenga aquí insistir en lo que llevamos dicho acerca <strong>de</strong> que<br />

don Julio no era persona que se <strong>de</strong>jase llevar por el paisanaje hasta el punto<br />

<strong>de</strong> privar en él las miras localistas por encima <strong><strong>de</strong>l</strong> bien general <strong>de</strong> la región.<br />

A este respecto, veamos, puesto que estamos hablando <strong>de</strong> una bibliografía<br />

regionalista, cuáles eran sus i<strong>de</strong>as regionalistas, que nos ha <strong>de</strong>jado en la<br />

misma carta a Ricardo Rodríguez ya tan citada:<br />

16 HURLÉ, Pedro. Un libro <strong>de</strong> Somoza EL REGISTRO ASTURIANO. El Comercio, 7 <strong>de</strong> septiembre<br />

<strong>de</strong> 1927.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Porque sobre el “verda<strong>de</strong>ro” y el “falso” o “aparente regionalismo”,<br />

habría algo que discernir. Cierto que muchos lo consi<strong>de</strong>ran “idolátricamente”,<br />

como lo mejor <strong>de</strong> lo mejor, suponiendo, que fuera “<strong>de</strong> lo <strong>de</strong> su<br />

casa”, todo lo restante <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo es inferior, o sea, los cuatro pies <strong>de</strong> la<br />

“bullanga”, “mojiganga”, “morondanga” y “maturranga”. Qué<strong>de</strong>se tal<br />

concepto para los <strong>de</strong> menguado cerebro; y acotemos con la frase <strong><strong>de</strong>l</strong> Kaisar,<br />

<strong>de</strong> que “aquel país será más libre, que subvenga sin ajeno auxilio a todas sus<br />

necesida<strong>de</strong>s”; que es lo contrario <strong><strong>de</strong>l</strong> apotegma <strong>de</strong> Sir Roberto Ped: “Toda<br />

nación que necesita <strong><strong>de</strong>l</strong> carbón <strong>de</strong> Inglaterra, será siempre “tributaria”<br />

(supla esclava) suya”.<br />

En conclusión, a Somoza no le cegaba el localismo, y odiaba las rivalida<strong>de</strong>s<br />

localistas, por eso no pensaba con la mentalidad <strong>de</strong> Pedro Hurlé. Su<br />

biblioteca fue donada, quizá por muchas circunstancias. Por su propio contenido,<br />

por ejemplo, porque se trataba <strong>de</strong> una biblioteca asturiana y la biblioteca<br />

provincial, (asturiana, por tanto, y no sólo gijonesa), estaba en Oviedo.<br />

Únase a ello la circunstancia <strong>de</strong> ser Cronista Oficial <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, y no sólo <strong>de</strong><br />

Gijón. Por otra parte, existían ya antece<strong>de</strong>ntes por parte <strong>de</strong> sus antiguos amigos<br />

<strong>de</strong> La Quintana. Así por ejemplo, donaron libros al alma máter ovetense<br />

Fermín Canella, Aramburu, Ciriaco Martín Vigil, Fortunato Selgas417, etcétera.<br />

Revoloteaba en el ambiente, pues, la vieja sombra <strong>de</strong> La Quintana. Y por<br />

último, téngase en cuenta aquel <strong>de</strong>sahogo en carta a Menén<strong>de</strong>z Pelayo<br />

lamentándose <strong>de</strong> que en su villa natal no tenía con quien compartir sus<br />

inquietu<strong>de</strong>s. Podría ser, por último, que <strong>de</strong>sconfiase <strong>de</strong> la dirección <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto o no se encontrase muy a bien con ella <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong><br />

las erratas a la edición <strong>de</strong> los Diarios.<br />

El donativo <strong>de</strong> Julio Somoza fue el último <strong>de</strong> una larga serie, cuya<br />

<strong>de</strong>scripción nos apartaría <strong>de</strong> nuestro objeto, y a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> su actual<br />

Bibliotecario, don Ramón Rodríguez, el más importante que se hizo a la<br />

Universidad en todos los tiempos. Con él se incrementó enormemente la<br />

Sección Asturiana que venía funcionando en la que era biblioteca universitaria<br />

y provincial, pues tenía esta doble condición. Sería aceptado por Real<br />

Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> 30 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1925, con mención expresa <strong>de</strong> que se publicara en la<br />

Gaceta <strong>de</strong> Madrid, y así se hizo el 8 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1925, en la página 739, al<br />

tenor siguiente:<br />

“Ilmo. Sr.: En vista <strong>de</strong> un dictamen <strong>de</strong> la Junta facultativa <strong>de</strong><br />

Archivos, Bibliotecas y Museos, que dice:<br />

Leída una comunicación <strong><strong>de</strong>l</strong> Jefe <strong>de</strong> la Biblioteca universitaria y<br />

provincial <strong>de</strong> Oviedo, dando conocimiento <strong>de</strong> que por el notable publicista y<br />

417 RODRÍGUEZ ÁLVAREZ, Ramón. La Biblioteca <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oviedo, 1765-1934.<br />

Universidad <strong>de</strong> Oviedo, 1993; págs. 220 y 221.<br />

283


284<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

cronista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, don Julio Somoza, vecino <strong>de</strong> Gijón, han sido donados<br />

a aquellas Biblioteca 1.016 libros y folletos.<br />

Esta Junta acordó informar que proce<strong>de</strong> aceptar este interesante<br />

donativo y dar las gracias a don Julio Somoza, por tal acto <strong>de</strong> generosidad.<br />

S. M. el Rey (q. D. G.) se ha servido resolver como en dicho<br />

dictamen se propone y que se publique la presente Real Or<strong>de</strong>n en la<br />

GACETA DE MADRID, para que se tenga noticia <strong><strong>de</strong>l</strong> altruista proce<strong>de</strong>r<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> señor Somoza en pro <strong>de</strong> la cultura patria.<br />

De Real Or<strong>de</strong>n lo digo a V. I. para su conocimiento y <strong>de</strong>más<br />

efectos.<br />

Dios guar<strong>de</strong> a V. I. muchos años.<br />

Madrid, 30 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1925.<br />

El Subsecretario encargado <strong><strong>de</strong>l</strong> Ministerio,<br />

LEANIZ.<br />

Señor Jefe encargado <strong>de</strong> la Dirección General <strong>de</strong> Bellas Artes”.<br />

Para dar una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> la donación reproducimos lo<br />

dicho por Ramón Rodríguez: “Pero hubo un donativo, al que ya hemos aludido<br />

más atrás, que dio un impulso y una consistencia <strong>de</strong>finitivos a la sección<br />

asturiana. Me refiero al magnífico regalo hecho a la Biblioteca Provincial por<br />

el gran asturianista Julio Somoza y García-Sala, quien en 1925 dona a la<br />

Universidad 1.016 libros y folletos. Estos documentos se agrupaban en tres<br />

bloques diferentes: 870 procedían <strong>de</strong> la biblioteca regional asturiana, 46 <strong>de</strong> la<br />

colección <strong>de</strong> un jovellanista y 100 <strong><strong>de</strong>l</strong> catálogo <strong>de</strong> Fuertes. Este hermosos<br />

gesto es notificado por el responsable <strong>de</strong> la Biblioteca, Elías Lucio, al director<br />

general <strong>de</strong> Bellas Artes citando los ‘ejemplares con que el benemérito asturiano<br />

enriqueció la Sección Asturiana <strong>de</strong> esta Biblioteca’. La colección <strong>de</strong><br />

Somoza es, sin duda alguna, el conjunto <strong>de</strong> obras más completo relativo a<br />

<strong>Asturias</strong>, y su incorporación a la Biblioteca supuso el afianzamiento <strong>de</strong> esta<br />

como el establecimiento bibliográfico <strong>de</strong> consulta indispensable para cualquier<br />

estudio sobre <strong>Asturias</strong> y su cultura” 418.<br />

Pero poco habría <strong>de</strong> durar aquella noble empresa cultural. El viernes<br />

5 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1934 estalla la llamada Revolución <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. El día 6 se oyen<br />

en Oviedo los primeros tiroteos, intensísimos todo el día. A las dos <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong><br />

un grupo <strong>de</strong> revolucionarios con fusiles, tercerolas, pistolas y bombas <strong>de</strong><br />

dinamita hacen su aparición por la calle <strong><strong>de</strong>l</strong> Peso y logran vencer la resistencia<br />

que se les ofrecía penetrando en la Universidad. Des<strong>de</strong> su torre, don<strong>de</strong><br />

418 RODRÍGUEZ ÁLVAREZ, Ramón. La Biblioteca <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oviedo, 1765-1934.<br />

Universidad <strong>de</strong> Oviedo, 1993; pág. 220.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

estaba el Observatorio Meteorológico, controlan los lugares próximos <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> se les hace frente.<br />

La Universidad fue ocupada hasta el siguiente sábado, día 13. En las<br />

primeras horas <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> este día, cuando los revolucionarios se dieron<br />

cuenta <strong>de</strong> que las tropas <strong><strong>de</strong>l</strong> ejército iban a entrar <strong>de</strong> un momento a otro por<br />

la calle San Francisco, <strong>de</strong>cidieron abandonar el edificio, pero antes <strong>de</strong> salir<br />

colocaron en distintas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias cajas <strong>de</strong> dinamita y prendieron fuego al<br />

inmueble por la parte <strong>de</strong> la calle <strong>de</strong> Ramón y Cajal, <strong>de</strong> manera que al llegar<br />

el fuego a las <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias don<strong>de</strong> habían sido colocadas las cajas <strong>de</strong> dinamita,<br />

las explosiones iban culminando la obra <strong>de</strong>structiva.<br />

Del edificio solo quedaron en pie los muros exteriores y su torre. Las<br />

llamas <strong>de</strong>struyeron por completo el interior <strong><strong>de</strong>l</strong> recinto universitario: oficinas,<br />

aulas, Museo <strong>de</strong> Historia Natural, gabinetes <strong>de</strong> física y química y sobre<br />

todo las bibliotecas, la general o provincial y la <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Derecho. La<br />

prensa <strong>de</strong> aquellos días calculaba que se habían perdido unos doscientos mil<br />

volúmenes419. Si hoy po<strong>de</strong>mos hacernos una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> los volúmenes cedidos<br />

por el entonces cronista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> es porque como dice Ramón Rodríguez:<br />

“El donativo <strong>de</strong> Somoza se conoce en <strong>de</strong>talle, ya que, básicamente, coincidía<br />

con las obras reseñadas en su famoso Registro asturiano”.<br />

Todo el mundo calificó la pérdida <strong>de</strong> la biblioteca <strong>de</strong> la Universidad<br />

<strong>de</strong> Oviedo como una gran <strong>de</strong>sgracia, y en primer lugar quien había sido su<br />

bibliotecario durante 44 años, don Elías Lucio Suerpérez, alma hermanada en<br />

el dolor <strong>de</strong> aquellos momentos a la <strong><strong>de</strong>l</strong> cronista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. A propósito <strong>de</strong><br />

esta tragedia dirá Pachín <strong>de</strong> Melás: “La <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la biblioteca <strong>de</strong><br />

Alejandría retrasó al mundo algunos siglos; la muerte <strong>de</strong> la biblioteca <strong>de</strong> la<br />

Universidad, hundió a <strong>Asturias</strong> en el polvo, en el silencio, en la nada <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

tiempo” 420.<br />

Pero ¿cuál fue la actitud <strong>de</strong> don Julio ante la tragedia personal que<br />

suponían estos violentos acontecimientos? Parece que la tristeza le inundó<br />

hasta tal punto que cuando se le preguntaba nada respondía. “Unas frases<br />

evasivas y ya está satisfecha vuestra curiosidad”, dirá su amigo, el propio<br />

Pachín <strong>de</strong> Melás, en un <strong><strong>de</strong>l</strong>icioso artículo <strong><strong>de</strong>l</strong> que no nos resistimos a copiar<br />

estas sentidas semblanzas <strong>de</strong> aquel dolor:<br />

“Como una hormiguita, con paciencia benedictina, fue formando<br />

su biblioteca particular, toda <strong>de</strong> valor, don<strong>de</strong> se guardaban<br />

reliquias <strong>de</strong> nuestro pasado y algunos incunables. ¿Eran quinientos<br />

419 El Carbayón, 18 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1934.<br />

420 La <strong>Asturias</strong> que llora. Et in terra pax hominibus. La Prensa, 19 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1934.<br />

285


286<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

libros? ¿Eran mil? No lo sé, ni don Julio lo dice. Que era gran número<br />

no es necesario dudarlo.<br />

Pues bien, lector amante <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, querido gijonés. Toda<br />

esa labor <strong>de</strong> Titán, toda esa minuciosidad <strong>de</strong> compulsar, inquirir la<br />

verdad histórica asturiana, todo cuan humanamente pudo hacer en<br />

sesenta años <strong>de</strong> vida una suma paciencia, un enamorado por la erudición,<br />

QUEDÓ CONVERTIDO EN CENIZAS.<br />

Quiso nuestro admirado cronista don Julio Somoza que el<br />

fiel guardador <strong>de</strong> tanto anhelo fuera la gloriosa Universidad <strong>de</strong><br />

Oviedo y allí lo <strong>de</strong>positó. ¡Ya sabéis cómo <strong>de</strong>jaron los revolucionarios<br />

el gran centro docente!<br />

Yo me atreví, sí, a interrogar al ilustre cronista. No entristecido,<br />

pero resignado, me respon<strong>de</strong>:<br />

¡Qué vamos a hacer! De todos modos eso era patrimonio <strong>de</strong><br />

unos pocos. Lo que dimos en llamar masa, ¿qué sabe <strong>de</strong> esas cosas?<br />

Dejando el valor material, queda el más santo, el valor moral.<br />

El chal <strong>de</strong> la abuelita, el guardapolvo <strong>de</strong> la amantísima madre, el retrato<br />

<strong>de</strong> la amada novia, la huella <strong>de</strong> un beso <strong><strong>de</strong>l</strong> inolvidable hijo. Toda<br />

la pena íntima <strong>de</strong> un mundo doloroso: tal representan esos libros.<br />

¡No preguntéis nada a don Julio! Sé que estas líneas <strong>de</strong>satarán<br />

sus iras contra mí. ¡Iras <strong>de</strong> un querido, respetado, admirado,<br />

venerado anciano! ¡Benditas sean ellas! No puedo, no, guardar silencio.<br />

Se revela mi asturianismo, se revela mi amor por <strong>Asturias</strong>, por<br />

Gijón, por mi cultura, por sus glorias.<br />

En la Biblioteca <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oviedo quedó convertida<br />

en pavesas, en cenizas, una <strong>de</strong> las más valiosas bibliotecas asturianas:<br />

la <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre gijonés don Julio Somoza y García-Sala.<br />

No preguntéis nada a don Julio. No ser importunos. ¿Qué os<br />

importa a vosotros si un dolor moral <strong>de</strong>sgarró nuestros corazones?” 421.<br />

4.— El reconocimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento: la calle<br />

En medio <strong>de</strong> estas <strong>de</strong>sgracias contará nuestro insigne cronista con<br />

cierto reconocimiento a su labor. Y es que no solamente Pachín <strong>de</strong> Melás sen-<br />

421 Bibliografía <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. La biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Somoza... ¡¡quemada!! La Prensa, 24 <strong>de</strong> octubre<br />

<strong>de</strong> 1934.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

tía admiración por Somoza, también otras personas apreciaban su labor.<br />

Entre ellas <strong>de</strong>staca la escritora Eugenia Astur, seudónimo que empleó<br />

Enriqueta G. Infanzón. De sus relaciones con Somoza sabemos que estando<br />

la escritora buscando Mecenas para que le publicasen una biografía <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

General Riego, Somoza le escribe animándola con estas palabras:<br />

Deploro en el alma que no encuentre Vd. Mecenas que patrocine su<br />

obra, pues lo merece por el intento, que es la justificación y vindicación <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

infeliz Riego, sobre quien <strong>de</strong>scargó sus iras el Fanatismo, mientras los<br />

“vivos” que le empujaron a la arriesgada y temeraria empresa, se guardaban<br />

precisamente sus personillas <strong>de</strong> la imponente borrasca que se avecinaba.<br />

También yo reuní en mi futura obra cuantos datos histórico-biográficos pu<strong>de</strong><br />

acaparar sobre esta <strong>de</strong>saparecida víctima <strong><strong>de</strong>l</strong> infortunio.<br />

Con todo no se duela Vd. por la <strong>de</strong>mora <strong>de</strong> la publicación, porque<br />

algo hay que conce<strong>de</strong>r al Acaso, para veni<strong>de</strong>ros días. Yo mismo soy una<br />

prueba viviente <strong>de</strong> ello: tenía arrinconada (?) mi obra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antes <strong>de</strong> la guerra<br />

y aun <strong>de</strong>spués por las exigencias exorbitantes <strong>de</strong> los señores cajistas.<br />

Una ola bienhechora la trajo a las playas tranquilas <strong>de</strong> la realidad (estilo<br />

Castelar). Tal le acontecerá a Vd. Deo volente422. Eugenia Astur publicaría su obra El general Riego, que será calificada<br />

por la crítica como <strong>de</strong>cisiva para estudiar, sin pasión sectaria, la vida <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre<br />

militar. Somoza, por su parte no llegaría a ver publicada la que llama futura<br />

obra, y que no es otra que la que habría <strong>de</strong> titularse Glorias Nacionales.<br />

Apuntes biográficos.<br />

Años más tar<strong>de</strong>, movida por la admiración hacia la obra <strong>de</strong> Somoza,<br />

la insigne novelista se dirige al Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón para solicitar que<br />

apoye la petición <strong>de</strong> que le sea concedida al cronista <strong>de</strong> la villa la Cruz <strong>de</strong><br />

Alfonso XII . No tenemos noticia <strong>de</strong> que tal petición fuera cursada. Sabemos<br />

eso sí que el Ayuntamiento apoyó la i<strong>de</strong>a, pero la cosa no <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> pasar <strong>de</strong><br />

ahí, <strong>de</strong> un gesto <strong>de</strong> cortesía, y <strong>de</strong> unas cuantas letras con que el Libro <strong>de</strong> Actas<br />

<strong>de</strong> la Comisión Permanente da testimonio <strong>de</strong> tan buena intención al tenor<br />

siguiente:<br />

“Doña Enriqueta G. Infanzón, Eugenia Astur, solicita el<br />

apoyo <strong>de</strong> la Corporación Municipal, en la petición <strong>de</strong> la Cruz <strong>de</strong><br />

Alfonso XII para el ilustre gijonés y cronista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> don Julio<br />

Somoza, como recompensa a su labor <strong>de</strong> eruditas investigaciones,<br />

especialmente <strong>de</strong> estudios jovellanistas. También interesa noticias<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> homenaje al Sr. Palacio Valdés. La Comisión Municipal<br />

422 Carta <strong>de</strong> fecha 11 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1924. Archivo particular <strong>de</strong> Arturo Muñiz. Somoza se refiere<br />

a su Registro Asturiano, y la guerra es la Primera Guerra Mundial.<br />

287


288<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Permanente acordó prestar su conformidad al apoyo solicitado en<br />

favor <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Somoza; y en cuanto al homenaje al Sr. Palacio Valdés,<br />

que se conteste que por ahora no hay nada en concreto” 423.<br />

Sin embargo, un reconocimiento que sí habrá <strong>de</strong> llegar será el <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>dicarle una calle. Aunque eso sí, con cierta <strong>de</strong>mora. La primera vez que el<br />

Ayuntamiento <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> <strong>de</strong>dicar una calle a Julio Somoza fue en sesión <strong>de</strong> la<br />

Comisión Municipal Permanente <strong><strong>de</strong>l</strong> 15 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1930, a instancia <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

entonces alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Gijón, don Emilio Tuya, que con igual fecha se dirige al<br />

Ayuntamiento proponiendo se dé el nombre <strong>de</strong> varias calles a los siguientes<br />

señores: don Donato Argüelles, don Jacobo Olañeta; don Ataulfo Friera<br />

(Tarfe), don Silveiro Suárez Infiesta, don Luis Adaro, don Tomás Guisasola,<br />

don Eduardo M. Marina, don Julio Somoza y don Enrique Martínez. En la<br />

misma sesión el propio alcal<strong>de</strong> incrementa la lista <strong>de</strong> viva voz añadiendo el<br />

nombre <strong>de</strong> don Alfredo Santos que acababa <strong>de</strong> fallecer. Esta lista aprobada,<br />

sufrirá nuevo incremento en sesión <strong><strong>de</strong>l</strong> 29 <strong>de</strong> enero, añadiéndose los nombres<br />

<strong>de</strong> Justo <strong><strong>de</strong>l</strong> Castillo, don Juan Díaz Laviada, Sr. Álvarez Sala, Sr. Vázquez <strong>de</strong><br />

Mella y Sr. Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Revillagigedo, que también resulta aprobada. Pasa el<br />

asunto al Ayuntamiento en Pleno y <strong>de</strong> nuevo se aña<strong>de</strong> otro nombre más,<br />

el <strong><strong>de</strong>l</strong> historiador <strong>de</strong> Gijón, Estanislao Rendueles Llanos, y <strong>de</strong> esta forma se<br />

aprueba <strong>de</strong>finitivamente.<br />

Pasa el tiempo y a finales <strong>de</strong> año todavía no aparecen rotuladas las<br />

nuevas calles. Se siente la necesidad <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r a la rotulación <strong>de</strong> las calles<br />

en los barrios <strong>de</strong> La Calzada, Llano <strong>de</strong> Arriba, Pumarín y Jove. Por otra parte,<br />

se empezó a edificar en el Coto <strong>de</strong> San Nicolás, y “se acordó —dirá Pachín <strong>de</strong><br />

Melás años más tar<strong>de</strong>— dar una calle en aquel lugar a don Julio, a don<br />

Enrique Martínez y a don Silveiro Suárez Infiesta y hasta se hicieron las placas,<br />

que estarán escondidas en algún recoveco <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento”. De modo<br />

que hechas y todo las placas, al menos <strong>de</strong> tres <strong>de</strong> ellos, no se cumplió el<br />

acuerdo. Parece que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la lentitud <strong><strong>de</strong>l</strong> expediente, una circunstancia<br />

vino a impedirlo: la proclamación <strong>de</strong> la República y el cambio <strong>de</strong><br />

Ayuntamiento. De hecho alguno <strong>de</strong> aquellos nombres no han ocupado el<br />

callejero gijonés hasta nuestros días, como Justo <strong><strong>de</strong>l</strong> Castillo, y para otros<br />

el acuerdo sigue sin cumplirse424. 423 Sesión <strong>de</strong> la Comisión Permanente <strong>de</strong> fecha 29 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1930. A. M. G., Libros <strong>de</strong><br />

Sesiones.<br />

424 En el expediente <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento, en la relación o instancia <strong>de</strong> 15 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1930,<br />

presentada por don Emilio Tuya, figura tachado el nombre <strong>de</strong> Julio Somoza. Ignoramos a<br />

qué obe<strong>de</strong>ce. Des<strong>de</strong> luego no significa que fuera excluido, pues las actas <strong>de</strong> las Sesiones <strong>de</strong><br />

la Comisión Permanente <strong>de</strong> fechas 15 y 29 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1930 confirman su nombre, y también<br />

y principalmente la <strong><strong>de</strong>l</strong> Pleno <strong>de</strong> 6 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1930.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Pasaron los años y en 1936, un par <strong>de</strong> meses antes <strong>de</strong> la Guerra Civil,<br />

un directivo <strong><strong>de</strong>l</strong> Ateneo, el joven Maximino <strong>de</strong> la Riera, se presenta en el<br />

taller <strong>de</strong> la Escuela <strong>de</strong> Trabajo, don<strong>de</strong> impartía sus clases Emilio Robles<br />

(Pachín <strong>de</strong> Melás). Tiene intención el Ateneo <strong>de</strong> instar al Ayuntamiento para<br />

que se le ponga una calle al ilustre anciano y por eso viene a preguntarle a<br />

qué calle <strong>de</strong> Gijón daría el nombre <strong>de</strong> Julio Somoza. En la opinión <strong><strong>de</strong>l</strong> amigo,<br />

a don Julio Somoza <strong>de</strong>be dársele una <strong>de</strong> las más céntricas, clásicas y típicas<br />

<strong>de</strong> Gijón, como por ejemplo la <strong>de</strong> Buen Suceso o Santa Rosa.<br />

La sugerencia <strong>de</strong> Pachín <strong>de</strong> Melás no cayó en saco roto, y el Ateneo así<br />

lo propone al Ayuntamiento. Sin embargo, la discusión <strong>de</strong>rivó a la calle <strong>de</strong> la<br />

Trinidad, según se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> Acta <strong>de</strong> la sesión <strong>de</strong> la Comisión Gestora <strong>de</strong><br />

fecha 21 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1936, que por su interés reproducimos:<br />

“El Ateneo Obrero <strong>de</strong> Gijón acu<strong>de</strong> con una instancia proponiendo<br />

el nombre <strong>de</strong> don Julio Somoza a una <strong>de</strong> nuestras calles que<br />

bien pudiera ser la <strong>de</strong> Santa Rosa, Caridad u otra céntrica, en homenaje<br />

al ilustre polígrafo jovellanista y buen ciudadano gijonés.<br />

El señor Estefán <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> que las calles que se mencionan<br />

están un poco apartadas, estimando <strong>de</strong>be dársele una calle <strong>de</strong> más<br />

brillo, y como hay una que no significa nada, y que es la <strong>de</strong> la<br />

Trinidad, cree <strong>de</strong>be concedérsele ésta.<br />

El señor Del Río dice que esta calle significa algo en la tradición<br />

<strong>de</strong> Gijón y que precisamente el Sr. Somoza hizo en sus libros alusión<br />

a esta calle. Por ello muestra su disconformidad y pi<strong>de</strong> sea la <strong>de</strong><br />

Santa Rosa.<br />

El Sr. Con<strong>de</strong> apoya la petición <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Estefán por enten<strong>de</strong>r<br />

que es calle importante y digna <strong>de</strong> aquel señor. El Sr. Sirgo, por el<br />

contrario, se adhiere a la petición <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Del Río. La Comisión<br />

Gestora acordó dar el nombre <strong>de</strong> don Julio Somoza a la calle <strong>de</strong> la<br />

Trinidad, con el voto en contra <strong>de</strong> los señores Del Río, Seguen y Sirgo<br />

que lo hicieron a favor <strong>de</strong> que se diera el nombre <strong>de</strong> dicho señor a la<br />

calle <strong>de</strong> Santa Rosa”.<br />

A Pachín <strong>de</strong> Melás le pareció bien aquella <strong>de</strong>cisión <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento<br />

y diez días <strong>de</strong>spués <strong><strong>de</strong>l</strong> acuerdo escribe en su sección Reportajes <strong><strong>de</strong>l</strong> momento<br />

<strong>de</strong> La Prensa un artículo titulado Calle Julio Somoza, Historiador — Ilustre jovellanista<br />

— Cronista <strong>de</strong> Gijón y <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, en el que leemos: “Muy bien; es lo<br />

que se merece el ilustre jovellanista. La calle <strong>de</strong> la Trinidad data <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo<br />

XVII. Debe su nombre a la Capilla allí construida, que pertenecía a la familia<br />

Jove Huergo y luego a la García-Sala”. Pero por lo que respecta al homenajeado<br />

la cosa no le hizo ninguna gracia, <strong>de</strong> tal manera que si un poco acalorado<br />

parece que fue el <strong>de</strong>bate sobre la calle que habría <strong>de</strong> llevar el nombre <strong>de</strong><br />

289


290<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

don Julio Somoza, ello no fue nada comparado con el berrinche que cogió el<br />

propio interesado cuando le fue comunicado oficialmente tan importante<br />

<strong>de</strong>cisión.<br />

El episodio ha sido muy divulgado por cuantos han escrito <strong>de</strong><br />

Somoza, como ejemplo <strong>de</strong> su pronto o mal genio. Sin embargo, creemos<br />

enten<strong>de</strong>r perfectamente los sentimientos <strong>de</strong> Somoza en aquella ocasión y le<br />

disculpamos plenamente. Por una parte, por la propia condición <strong>de</strong> hombre<br />

mo<strong>de</strong>sto y alejado <strong>de</strong> toda vanidad. Así lo ha visto, mejor que nadie don Luis<br />

Adaro425. Por otra parte, por tratarse nada más y nada menos que <strong>de</strong> una<br />

calle que, al contrario <strong>de</strong> lo que pensaba el concejal que propuso el cambio,<br />

significaba muchísimo en la historia <strong>de</strong> Gijón.<br />

En efecto, para Somoza los rótulos <strong>de</strong> las calles eran “pequeños muestrarios<br />

don<strong>de</strong> se refleja la cultura <strong>de</strong> un pueblo” 426. Hacer <strong>de</strong>saparecer aquel rótulo<br />

<strong>de</strong> la Trinidad, que para más inri era el único <strong>de</strong> todo Gijón que se conservaba<br />

tallado en las mismas piedras <strong><strong>de</strong>l</strong> edificio, era un atentado contra la historia<br />

<strong>de</strong> Gijón. No hay duda, pues, que se había tocado la vena más sensible,<br />

la causante <strong>de</strong> sus berrinches, <strong>de</strong> sus prontos, <strong>de</strong> sus yerros, <strong>de</strong> su pasión<br />

existencial: la vena <strong>de</strong> la historia local. Su reacción fue enviar a su amigo<br />

Pedro Hurlé a entrevistarse con el alcal<strong>de</strong>, <strong>de</strong>clinando el homenaje y protestando<br />

que se quisiese quitar ese título a la calle. Y así lo hizo el fiel amigo,<br />

transmitiendo el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que no quería que le <strong>de</strong>dicasen calle alguna, pero<br />

muchísimo menos la tan gijonesísima calle <strong>de</strong> la Trinidad427. La Guerra Civil impidió que la que había sido entonces calle <strong>de</strong> la<br />

Trinidad mostrara el rótulo <strong>de</strong>dicado a Julio Somoza. No vio Pachín <strong>de</strong> Melás<br />

su sueño convertido en realidad. Proponía lo siguiente: “Yo digo que su calle<br />

sea la primera que en una placa <strong>de</strong> artísticos azulejos <strong>de</strong> Talavera, sobre un<br />

fondo con una vista <strong>de</strong> lugar típico gijonés y en una ángulo se <strong>de</strong>staque el<br />

busto <strong><strong>de</strong>l</strong> querido viejecito y se lea en letras gran<strong>de</strong>s y claras: ‘Calle Julio<br />

Somoza, Historiador asturiano — Ilustre jovellanista — Cronista <strong>de</strong> Gijón y<br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>’. Placa <strong>de</strong> azulejos, colocada en la fachada <strong>de</strong> la que fue casa <strong>de</strong><br />

García-Sala en la esquina izquierda subiendo por el típico escalerón <strong>de</strong> la<br />

calle <strong>de</strong> la Trinidad. Allí frente al sol, cara al mar” 428.<br />

A punto <strong>de</strong> terminar la Guerra Civil, que como veremos reservaba a<br />

nuestro erudito gijonés nuevas amarguras, cuando se cumplían tres años y<br />

dos días <strong><strong>de</strong>l</strong> acuerdo <strong>de</strong> cambiar la calle <strong>de</strong> la Trinidad por la <strong>de</strong> Julio<br />

425 Julio Somoza <strong>de</strong> Montsoriú y García Sala, en op. cit., pág. LVII.<br />

426 Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana, pág. 29.<br />

427 Menciona Pedro Hurlé el encargo en dos trabajos: In memoriam. Don Julio Somoza y<br />

García-Sala y en La casa <strong>de</strong> los Jove-Huergo y su capilla <strong>de</strong> la Santísima Trinidad.<br />

428 Reportajes <strong><strong>de</strong>l</strong> momento. Calle Julio Somoza, Historiador - Ilustre jovellanista - Cronista <strong>de</strong><br />

Gijón y <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. La Prensa, 31 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1936.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Somoza, se presentó ante la Comisión Gestora <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento, un escrito<br />

firmado por Paulino Vigón, Rufino Menén<strong>de</strong>z y Florentino Cueto, como<br />

componentes <strong>de</strong> la llamada Comisión <strong>de</strong> Nomenclátor, que habría <strong>de</strong> proponer<br />

una nueva rotulación <strong>de</strong> calles. Esta comisión había presentado en 7 <strong>de</strong><br />

julio <strong>de</strong> 1938 una propuesta que se vio al parecer suspendida por una Or<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> 13 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1939. Ahora con fecha 23 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1939, se hacía nueva<br />

propuesta <strong>de</strong> calles.<br />

Entre las sustituciones que se sometían a la aprobación <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Ministerio <strong><strong>de</strong>l</strong> Interior estaba la <strong>de</strong> la calle Julio Somoza que habría <strong>de</strong> recuperar<br />

su antiguo nombre <strong>de</strong> calle <strong>de</strong> la Trinidad, pero bien entendido que se<br />

mantuviera el nombre <strong>de</strong> Julio Somoza para otra calle. Y así se hizo en sesión<br />

<strong>de</strong> la Comisión Gestora <strong>de</strong> 9 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1939, en la que a instancia <strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>ncia,<br />

que ostentaba don Paulino Vigón, se aprobó que se <strong>de</strong>nominara<br />

calle <strong>de</strong> Julio Somoza a la entonces Travesía <strong>de</strong> la Playa. El nuevo cambio fue<br />

aprobado por el Director General <strong>de</strong> Administración Local con fecha 3 <strong>de</strong><br />

noviembre <strong>de</strong> 1939, que fue comunicado a la Corporación Municipal<br />

Permanente en sesión <strong>de</strong> 30 <strong>de</strong> noviembre siguiente, en cuya sesión se aclaró<br />

que la referente a Julio Somoza era calle y no travesía.<br />

Hay que señalar que en esta reunión en que la corporación se daba<br />

por enterada <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo nomenclátor <strong>de</strong> las calles, don Avelino González propuso<br />

que las placas <strong>de</strong>bían hacerse con ladrillo <strong>de</strong> Talavera “que resulta muy<br />

bonito y no es caro”. La Permanente autorizó al Sr. Alcal<strong>de</strong> para que adquiriera<br />

los rótulos <strong><strong>de</strong>l</strong> material que creyera más a<strong>de</strong>cuado. Y así vino en parte a<br />

verse realizado el sueño <strong>de</strong> Pachín <strong>de</strong> Melás. Una placa <strong>de</strong> cerámica talaverana,<br />

junto al mar y frente al sol ha llevado por más <strong>de</strong> cincuenta años el nombre <strong>de</strong><br />

Julio Somoza, y aún resiste el paso <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo, compartiendo el honor con los<br />

nuevos rótulos con que se han cambiado recientemente el callejero gijonés. La<br />

pena es que no es una calle muy gran<strong>de</strong>, ni tampoco principal; Somoza se<br />

merecía algo más. Pero el lugar, eso sí, pertenece al Gijón <strong>de</strong> siempre.<br />

5.— La última tragedia<br />

Es probable que Somoza llegara a ver el rótulo puesto: le quedaba<br />

aún cerca <strong>de</strong> un año <strong>de</strong> vida y los rótulos se empezaron a colocar al poco <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

acuerdo429. Entretanto su corazón ha ido pasando lentamente por dolorosos<br />

trances. Al <strong>de</strong> ver su parentela extinguirse; sus libros que tanto amó, quemados;<br />

se va a unir cuando su corazón da los últimos latidos el horror <strong>de</strong> la gue-<br />

429 Según información que nos pasa el joven investigador don Francisco Javier Granda<br />

Álvarez.<br />

291


292<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

rra, y con ella el ver <strong>de</strong>saparecer aquellos monumentos <strong>de</strong> la virtud y <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

saber que tanto admiraba y amaba: los manuscritos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, que el<br />

había catalogado como primicia <strong>de</strong> su vocación jovellanista.<br />

I<strong>de</strong>ntificado con <strong>Jovellanos</strong> en cuerpo y alma; entregado con fe ciega<br />

a rescatar <strong><strong>de</strong>l</strong> posible olvido y <strong>de</strong>jar a la posteridad la más fiel y viva imagen<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> ¿cómo no habría <strong>de</strong> sufrir cuando viera el viejo Instituto, la<br />

niña <strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong> su amadísimo Jovino, convertido en cuartel <strong>de</strong> guardias <strong>de</strong><br />

asalto? Algo <strong>de</strong> aquel dolor nos ha <strong>de</strong>jado entrever Pachín <strong>de</strong> Melás cuando<br />

escribe:<br />

“Un viejecito <strong>de</strong>ambulaba alelado por las calles <strong>de</strong> Gijón sin<br />

tino, sin rumbo. Llega a la puerta <strong>de</strong> su Instituto y al verla cerrada,<br />

sigue entristecido o como ratón a quien tapiaron el único agujero<br />

don<strong>de</strong> se guarecía... Este viejecito, consagró su vida a <strong>Jovellanos</strong>. Es<br />

el primero y único jovellanista español. ¡Cuánto sufriría!<br />

No peligra el Instituto. Eso ni soñarlo. Gijón, repetiría una y<br />

mil veces, lo que <strong>Jovellanos</strong> dice en sus diarios. Septiembre, 4, 1795...<br />

Yo sostendré mi causa y si es posible moriré en la brecha” 430.<br />

Y es que el Ayuntamiento, en sesión <strong>de</strong> 18 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1932, a instancias<br />

<strong>de</strong> una representación <strong>de</strong> los padres <strong>de</strong> alumnos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto y <strong>de</strong> la<br />

Asociación Profesional <strong>de</strong> Estudiantes, más el Ateneo Obrero, acordó, aunque<br />

no por unanimidad, <strong>de</strong>dicar el antiguo Colegio <strong>de</strong> Jesuitas a Instituto-<br />

Escuela. Al mes siguiente los estudiantes <strong>de</strong> Bachillerato fueron trasladados<br />

al nuevo edificio. El Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> quedaba triste y solo. El concejal<br />

don Isidoro <strong><strong>de</strong>l</strong> Río propuso incluso poner en él la Casa Consistorial. Sin<br />

embargo, para acallar aquel silencio y soledad el Gobierno tuvo la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

instalar en él el Cuartel <strong>de</strong> Guardias <strong>de</strong> Asalto431. Es fácil imaginar lo que<br />

pensaría <strong>de</strong> todo esto el vetusto jovellanista y antiguo bibliotecario <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto.<br />

Con todo, los bocetos que habían pertenecido a <strong>Jovellanos</strong> y los<br />

manuscritos y documentos fueron llevados al nuevo Instituto, antiguo colegio<br />

<strong>de</strong> los Jesuitas, en don<strong>de</strong> también habían sido trasladados la cárcel y el<br />

cuartel <strong>de</strong> Simancas. Seguramente cuando en 1934 quemaron la Universidad,<br />

se arrepentiría Somoza <strong>de</strong> haber elegido este centro como <strong>de</strong>positario <strong>de</strong> sus<br />

libros; tal vez pensaría que <strong>de</strong> haberlos legado al viejo Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong><br />

se hubieran conservado acompañados <strong>de</strong> los manuscritos <strong>de</strong> Jovino, aunque<br />

ahora no estuvieran en el mismo recinto que levantó <strong>Jovellanos</strong>.<br />

430 En el camino. En la ruta <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. La Prensa, 1 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1932.<br />

431 GUZMÁN SANCHO, Agustín; y SANCHO FLÓREZ, José Gonzalo. El Instituto <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>. Gijón, 1994.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Pero la provi<strong>de</strong>ncia tampoco permitió que se conservara el precioso<br />

legado <strong>de</strong> Jovino a su tierra natal. Al mes <strong>de</strong> estallar la Guerra Civil, el 21 <strong>de</strong><br />

agosto <strong>de</strong> 1936, una granada lanzada en el ataque y asalto al cuartel <strong>de</strong><br />

Simancas, provocó un atroz incendio en el que <strong>de</strong>sapareció la colección<br />

<strong>de</strong> bocetos, la biblioteca y los manuscritos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. De modo que aunque<br />

Somoza hubiese donado al Instituto <strong>Jovellanos</strong> su biblioteca asturiana,<br />

ésta hubiera <strong>de</strong>saparecido igual. Así pues, <strong>de</strong> nada hubiera valido que<br />

Somoza hubiera donado su biblioteca asturiana al Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> en<br />

lugar <strong>de</strong> la Universidad: hubiera perecido también.<br />

De nuevo Pachín <strong>de</strong> Melás se acuerda <strong>de</strong> Somoza: “¡Cuánto sufrirá el<br />

respetable anciano en estos momentos —escribirá a los pocos días <strong><strong>de</strong>l</strong> suceso—;<br />

el gran jovellanista, recluido en su resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Somió!” 432. Y es que<br />

don Julio al estallar la Guerra Civil se había instalado en su finca <strong>de</strong> Somió.<br />

Allí, aún se conserva, formando fachada <strong>de</strong> un bonito y mo<strong>de</strong>rno chalet, la<br />

ventana <strong>de</strong> hermosa piedra <strong><strong>de</strong>l</strong> que fue su cuarto, una antigua cuadra <strong>de</strong> la<br />

casería, don<strong>de</strong> se le a<strong>de</strong>centó una cama y, seguramente, algunos libros. Allí,<br />

junto al viejo hórreo y la aun más vetusta panera, muy cerca <strong>de</strong> los restos que<br />

fueron capilla <strong>de</strong> su solar, en la súa quintana, ocultó sus amarguras.<br />

Des<strong>de</strong> el retiro inspirará a su amigo uno <strong>de</strong> los gestos más dignos <strong>de</strong><br />

reconocimiento por parte <strong>de</strong> los veni<strong>de</strong>ros: el rescate <strong>de</strong> las cenizas <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>. Fue el caso que enterado Pachín <strong>de</strong> Melás que estaba ardiendo la<br />

vieja iglesia <strong>de</strong> San Pedro Apóstol, se acuerda al punto <strong>de</strong> que allí yacen los<br />

restos <strong>de</strong> Jovino y recuerda al anciano cronista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, su buen amigo<br />

Julio Somoza y corre a salvarlos. Se entrevista con su amigo Avelino<br />

González Mallada y logra, con el auxilio <strong>de</strong> otros jovellanistas, que los restos<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> sean salvados antes <strong>de</strong> que la iglesia sea dinamitada. Los restos<br />

son colocados en la antigua Escuela <strong>de</strong> Comercio, en don<strong>de</strong> Luis Cuesta<br />

<strong>de</strong> la Villa los colocó en la escalera, con la lápida y tiró una placa. Detrás <strong>de</strong><br />

esta fotografía escribió Pachín <strong>de</strong> Melás: “El primero <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1936 se<br />

retiraron <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> San Pedro los restos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, trasladándolos a<br />

la Escuela <strong>de</strong> Comercio” 433.<br />

6.— Muerte y legado<br />

Finalizada la Guerra se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que Somoza vuelve a su trabajo.<br />

Resulta admirable en verdad la terquedad y el tesón <strong>de</strong> aquel hombre, que<br />

432 Reportaje jovellanista. El Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.— Su biblioteca. Mi protesta a tiempo.— Todo<br />

en fuego.— ¿Y esos restos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>? La Prensa, 30 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1936.<br />

433 ADÚRIZ, Patricio. Pachín <strong>de</strong> Melás. Gijón, 1978.<br />

293


294<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

no se <strong>de</strong>ja vencer por el <strong>de</strong>stino. Ante las <strong>de</strong>sgracias, ante el doloroso golpe<br />

<strong>de</strong> ver alzarse por los aires convertido en pavesas el fruto <strong>de</strong> toda una paciente<br />

labor <strong>de</strong> recopilación y búsqueda llevada a cabo a lo largo <strong>de</strong> una vida, aún<br />

tiene ánimo para seguir trabajando, con la misma vocación y afán con que la<br />

hormiga rehace una y mil veces su madriguera. Ya antes <strong>de</strong> que los manuscritos<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> fueran trasladados al Colegio <strong>de</strong> la Inmaculada, <strong>de</strong> los<br />

Jesuitas, había colaborado con el Bibliotecario <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, don Vicente<br />

Huici Miranda, en una obra que vería la luz pública en Barcelona, en 1931,<br />

titulada: Miscelánea <strong>de</strong> trabajos inéditos, varios y dispersos <strong>de</strong> D. G. M. DE JOVE-<br />

LLANOS, dispuestos para la impresión por VICENTE HUICI MIRANDA (<strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Cuerpo <strong>de</strong> Archiveros).<br />

Se trata <strong>de</strong> un homenaje que el Rotary Club <strong>de</strong> Gijón <strong>de</strong>dicaba como<br />

ofrenda al sabio <strong>Jovellanos</strong> en el CXX aniversario <strong>de</strong> su entrada en la inmortalidad,<br />

según aparecía en la primera plana <strong><strong>de</strong>l</strong> libro. El prólogo, obra <strong>de</strong><br />

Somoza, está formado por retazos minibiográficos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, escrito con<br />

su inconfundible estilo cáustico y zumbón <strong>de</strong> siempre. Y por ser lo último<br />

que escribirá a sus lectores resaltamos el final:<br />

Quien más noticias <strong>de</strong>seare saber búsquelas en anteriores obras, o<br />

siquiera indague y rastree en nuevos documentos, y tal vez consiga trazar<br />

una nueva “Biografía <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>”, que buena falta hace, y si tal propósito<br />

cumpliese <strong>de</strong>bidamente, se lo agra<strong>de</strong>cerán los contemporáneos en extremo,<br />

y en sumo grado, el más insignificante y fervoroso <strong>de</strong> ellos.<br />

Parece como si no estuviera conforme <strong>de</strong> cuanto había hecho, <strong>de</strong><br />

cuanto, gracias a él, se había escrito sobre <strong>Jovellanos</strong>; todo le parece poco.<br />

Para él la biografía <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> aún estaba para hacer y, sin embargo, sin él<br />

nadie podrá hacer en lo sucesivo una biografía medianamente seria.<br />

Terminada la Guerra Civil, Somoza no se encuentra bien <strong>de</strong> salud.<br />

Conoce que su partida está próxima. Antes <strong>de</strong> marchar quiere <strong>de</strong>jar el último<br />

esfuerzo y su último anhelo: que vea la luz pública una edición <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong><br />

los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Entre los documentos que se perdieron en la <strong>de</strong>strucción<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> cuartel <strong>de</strong> Simancas figuraban los originales <strong>de</strong> los Diarios que la<br />

viuda <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca había entregado al Instituto; aquellos que sirvieron<br />

a A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac para su publicación y que habrían <strong>de</strong> ser rectificados en la<br />

famosa Fe <strong>de</strong> Erratas. Pero para entonces Somoza ya había preparado una primera<br />

prueba para la imprenta, pues jamás <strong>de</strong>sistió <strong>de</strong> ver hecha realidad una<br />

edición <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> esta obra fundamental para conocer a <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong><br />

carne y hueso, que era lo que sin duda más ansiaba Somoza: que se conociera<br />

por <strong>de</strong>ntro a su adorado Jovino.<br />

Pegó en 828 folios una a una las columnas <strong>de</strong> la edición <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto,<br />

y a los márgenes las correcciones y anotaciones reproduciendo el original lo


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

más literalmente posible. En el primer folio aparece el título: Diario <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>. Edición esmerada y minuciosamente compulsada con el ms. autógrafo,<br />

existente en la Biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Real Instituto Asturiano (1790-1801) 434. Es probable,<br />

en nuestra opinión, que éste trabajo fuera en su origen el que sirvió <strong>de</strong> base<br />

a la Fe <strong>de</strong> Erratas, ya que pasó al here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Serrano Puente, <strong>de</strong> quien lo<br />

adquirirá el Instituto Universitario Feijoo <strong>de</strong> estudios <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVIII.<br />

Con posterioridad, Somoza llevó a cabo un segundo borrador para la<br />

imprenta, más preciso y con el mismo título. Los yerros, erratas, etc., <strong>de</strong> la<br />

primera edición (la <strong>de</strong> A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac) han ascendido a 3.334. Le acompaña un prólogo,<br />

que él llama apuntes para un prólogo. No sabemos cuándo preparó este<br />

segundo original, pero en dicho prólogo hace mención a la publicación <strong>de</strong><br />

Huici Miranda, y por tanto <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> acabarlo en torno a 1931, cuando aún no<br />

habían <strong>de</strong>saparecido los originales.<br />

Consciente <strong>de</strong> la imposibilidad <strong>de</strong> verla publicada en vida, hace<br />

donación <strong>de</strong> ella a la posteridad. En la portada, encima <strong><strong>de</strong>l</strong> título escribe: Lego<br />

este ejemplar a la posteridad p a. que lo imprima a conciencia.<br />

Murió don Julio Somoza a las cinco <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> viernes 25 <strong>de</strong> octubre<br />

<strong>de</strong> 1940, en su domicilio, el segundo piso <strong><strong>de</strong>l</strong> número 25 <strong>de</strong> la calle<br />

Casimiro Velasco, como consecuencia <strong>de</strong> una parálisis cardiaca. Al día<br />

siguiente lugar tuvo lugar a las diez <strong>de</strong> la mañana el funeral por su eterno<br />

<strong>de</strong>scanso en la iglesia <strong>de</strong> San Lorenzo, y conducido <strong>de</strong>spués su cadáver en<br />

coche <strong>de</strong> caballos al cementerio <strong>de</strong> Ceares. Ese mismo día El Comercio publicaba<br />

bajo el titular: “Ha muerto el ilustre gijonés don Julio Somoza”, un<br />

extenso artículo en el que consi<strong>de</strong>raba la fecha <strong>de</strong> su muerte como <strong>de</strong> luto<br />

local. Decía así:<br />

La muerte <strong><strong>de</strong>l</strong> insigne jovellanista y cronista <strong>de</strong> Gijón, don<br />

Julio Somoza causó ayer, al exten<strong>de</strong>rse la noticia por la ciudad, el<br />

sentimiento sincero que produce la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra<br />

institución local. El nombre <strong>de</strong> este anciano que a su saber unía el<br />

amor entrañable al pueblo, <strong>de</strong> tal modo iba unido al <strong>de</strong> este Gijón<br />

cuya historia el investigó incansablemente a lo largo <strong>de</strong> años y años,<br />

que con razón esta fecha <strong>de</strong> su muerte pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como <strong>de</strong><br />

luto local.<br />

No vamos a hacer aquí ni siquiera un resumen <strong>de</strong> la obra<br />

insigne <strong><strong>de</strong>l</strong> ilustre Somoza. Ni los apremios <strong>de</strong> espacio, en un número<br />

como el <strong>de</strong> los <strong>de</strong> nuestro diario nos lo permiten, ni correspon<strong>de</strong><br />

eso a nuestro propósito al trazar las sencillas líneas <strong>de</strong> esta necrolo-<br />

434 CASO GONZÁLEZ, José Miguel. Prólogo al T. VI <strong>de</strong> su edición <strong>de</strong> Obras completas <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>. Colaboración <strong>de</strong> Javier González Santos. Oviedo, 1994.<br />

295


296<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

gía. El autor <strong>de</strong> Las Amarguras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, había puesto su mejor fervor<br />

en la empresa <strong><strong>de</strong>l</strong> estudio <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong> la labor insigne <strong><strong>de</strong>l</strong> gran<br />

patricio gijonés, honra <strong>de</strong> nuestro pueblo. El trabajo realizado por<br />

don Julio Somoza en la recopilación <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> y su<br />

conocimiento profundo sobre toda pon<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> gran<br />

Jovino, le daban autoridad indiscutible en todo lo que se refiere a<br />

esas cosas. Por lo que concierne a la vida <strong>de</strong> Gijón y a otros estudios<br />

<strong>de</strong> carácter históricos, se hizo notar con realce y prestigio propio el<br />

ilustre finado. Su mérito y estudios fueron recogidos por la Real<br />

Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong> la que era correspondiente e igualmente<br />

muchas instituciones nacionales y extranjeras le honraron con consi<strong>de</strong>raciones<br />

análogas435. En cuestiones <strong>de</strong> numismática y en toda clase<br />

<strong>de</strong> estudios arqueológicos el nombre <strong>de</strong> Julio Somoza era tenido en<br />

el alta estima que correspon<strong>de</strong> a sus amplísimos conocimientos.<br />

Escritor ameno, <strong>de</strong> limpio estilo que escribía a veces con un<br />

ropaje <strong>de</strong> elegancia, la vehemencia <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> sus juicios y <strong>de</strong> un<br />

innato espíritu <strong>de</strong> acometividad sobre todo al tratar <strong>de</strong>terminadas<br />

cuestiones, que le apasionaban, en los escritos <strong>de</strong> don Julio Somoza<br />

late esa personalidad suya tan vigorosa y <strong>de</strong>finida y vibran con su<br />

amor jovellanista y su entusiasmo por las cosas <strong>de</strong> Gijón esa condición<br />

<strong>de</strong> hombre “muy <strong>de</strong> su siglo” que al repasar algunos <strong>de</strong> esos<br />

escritos no se <strong>de</strong>be <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> tener presente.<br />

Trabajador infatigable y poseedor <strong>de</strong> dotes <strong>de</strong> luci<strong>de</strong>z y<br />

capacidad que se sobreponían a los achaques <strong>de</strong> la edad, aún mucho<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cumplidos los ochenta años vivía entregado a un <strong>de</strong>ber<br />

<strong>de</strong> compulsa <strong>de</strong> datos e investigación y búsqueda <strong>de</strong> documentos,<br />

que no resistirán muchas personas jóvenes. Una gran parte <strong>de</strong> su<br />

obra queda en pie, tanto en lo que a lo largo <strong>de</strong> su vida publicó como<br />

en lo que se prepara a dar a conocer nuestro Ayuntamiento, pero por<br />

<strong>de</strong>sgracia en el curso <strong>de</strong> las pruebas terribles porque nuestra provincia<br />

ha pasado a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> año 34 se perdieron documentos y escritos<br />

que formaban parte <strong><strong>de</strong>l</strong> archivo <strong>de</strong> este sabio gijonés. Acaso la pérdida<br />

mayor fue la correspondiente al incendio <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong><br />

Oviedo cuando las hordas rojas hicieron su entrada en la capital en<br />

octubre <strong>de</strong> aquel año.<br />

Descanse en paz el alma <strong>de</strong> don Julio Somoza y García Sala<br />

y vaya la expresión <strong>de</strong> nuestro dolor que es el <strong>de</strong> Gijón entero, a su<br />

435 No hemos encontrado ninguna <strong>de</strong> estas consi<strong>de</strong>raciones análogas. La petición <strong>de</strong> la Cruz<br />

<strong>de</strong> Alfonso XII no sabemos si prosperó; ante el silencio concluimos que no le <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> ser<br />

otorgada. Todo ello apunta a la índole mo<strong>de</strong>sta y alejada <strong>de</strong> toda vanidad <strong>de</strong> nuestro personaje.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

hija adoptiva doña María <strong>de</strong> los Ángeles Melendreras Menén<strong>de</strong>z,<br />

sobrinos, primos y <strong>de</strong>más familia.<br />

Por su parte La Voluntad resaltaba el hecho <strong>de</strong> que hasta pocas horas<br />

antes <strong>de</strong> su muerte se mantuvo con la luci<strong>de</strong>z necesaria para <strong>de</strong>dicarse a la<br />

lectura (don Julio no murió sino <strong><strong>de</strong>l</strong> corazón). Decía así:<br />

Ha muerto ayer don Julio Somoza. Su figura breve que paseaba<br />

las aceras con un suave rumor <strong>de</strong> alas, que era como la razón<br />

alada <strong>de</strong> su espíritu hecho materialidad se había ausentado hace<br />

tiempo <strong><strong>de</strong>l</strong> cotidiano convivir ciudadano. El peso <strong>de</strong> los años que<br />

nevaron su egregia cabeza, quitó arrestos al venerable viejecito para<br />

abandonar el hogar; y últimamente el lecho <strong><strong>de</strong>l</strong> dolor al que le sujetaron<br />

sus años y el organismo enfermo. Nada más, porque su alma<br />

seguía, iluminada y firme y hasta la hora <strong>de</strong> su muerte o pocas horas<br />

antes, supo mantenerla encendida con lecturas amables que es el<br />

mejor alimento espiritual <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre.<br />

En el cuerpo menudo tenía cobijo un corazón gigante y un<br />

cerebro privilegiado. Era toda una vida <strong>de</strong> estudio y austeridad la<br />

que le hizo llegar a los 92 años, cansado <strong>de</strong> recoger sucesos <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia<br />

histórica.<br />

Don Julio Somoza llenó en Gijón el paréntesis <strong>de</strong> muchas<br />

generaciones. Dedicó su vida por entero y con fervor al estudio <strong>de</strong> la<br />

vida y obras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, habiendo publicado una serie <strong>de</strong> obras<br />

profundas y recogido manuscritos inéditos <strong>de</strong> gran valor que dio a la<br />

prensa con el título <strong>de</strong> Manuscritos inéditos, raros o dispersos. También<br />

merece cita su Inventario <strong>de</strong> un jovellanista, estudio bibliográfico completo<br />

<strong>de</strong> extraordinario valor.<br />

Fue cronista <strong>de</strong> Gijón y correspondiente <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong><br />

la Historia. A una calle <strong>de</strong> la ciudad por él tan querida le da prestigio<br />

su nombre, que es a manera <strong>de</strong> un homenaje en vida436 a quien supo<br />

amarla con profundo entusiasmo.<br />

Y <strong>de</strong> su talento prócer quedará para hacerlo inmortal, la<br />

espléndida colección <strong>de</strong> sus obras, que han sabido encen<strong>de</strong>r con sentido<br />

humanista al ilustre autor <strong>de</strong> La Ley Agraria.<br />

A la memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> gran jovellanista y más gran<strong>de</strong> gijonés<br />

levantemos todos con el corazón un altar para enfervorizarnos con<br />

su recuerdo.<br />

436 Parece, pues, que la placa <strong>de</strong> la calle fue puesta en vida <strong>de</strong> don Julio y que éste llegó a<br />

verla.<br />

297


298<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Gijón sabrá en muerte como en vida <strong>de</strong> don Julio Somoza<br />

honrar a su ilustre hijo.<br />

¡Descanse en paz y reciban sus <strong>de</strong>udos el testimonio cordial<br />

<strong>de</strong> nuestra condolencia!<br />

Se pensó tras <strong>de</strong> su muerte publicar sus obras, según vimos que<br />

anunciaba El Comercio. Sobre todo teniendo en cuenta que la biblioteca pública<br />

había recibido <strong>de</strong> sus manos, dispuesta para la imprenta, la que <strong>de</strong>bía <strong>de</strong><br />

ser la edición <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Sin embargo, esta obra<br />

verá la luz pública mucho tiempo <strong>de</strong>spués, cuando ocupe la presi<strong>de</strong>ncia <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

I.D.E.A. el antiguo alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Gijón, don Paulino Vigón.<br />

En realidad, el homenaje a Somoza por parte <strong>de</strong> Gijón, tardaría en<br />

llegar. Fue con ocasión <strong>de</strong> la creación <strong><strong>de</strong>l</strong> parque <strong>de</strong> Isabel la Católica. Sin<br />

embargo, fue un homenaje silencioso: Nadie sabe, ni aparece documentación,<br />

sobre la colocación en dicho parque <strong><strong>de</strong>l</strong> monumento que hoy recuerda la<br />

memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> cronista <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong> <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>437. Se trata <strong>de</strong> un monumento<br />

original en el que dos columnas sostienen una enorme piedra en la<br />

que aparece la inscripción:<br />

GIJÓN RINDE TRIBUTO A LA MEMORIA<br />

DE D. JULIO SOMOZA CONSERVANDO<br />

ESTAS COLUMNAS DE LA QUE FUE SU<br />

CAPILLA PARTICULAR.<br />

En efecto, son restos <strong>de</strong> la vieja capilla <strong>de</strong> la que fue su quintana438. De esta manera las piedras que honran la memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> viejo gallu son en verdad<br />

Cosiquines <strong>de</strong> la súa Quintana.<br />

437 Lo poco que hemos podido averiguar es que la i<strong>de</strong>a fue <strong>de</strong> Pedro Hurlé y se colocaron<br />

en 1956, según un artículo que aparecía en La Voluntad el 26 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> este año bajo el<br />

título El Parque <strong>de</strong> Isabel la Católica se embellece más. Dos columnas salomónicas <strong>de</strong> la vieja capilla<br />

<strong>de</strong> San Antonio <strong>de</strong> Somió. En él se <strong>de</strong>cía que hacía dos semanas el alcal<strong>de</strong> había dado la<br />

noticia <strong>de</strong> que las dos columnas que existían en la capilla <strong>de</strong> San Antonio <strong>de</strong> Padua <strong>de</strong><br />

Somió en el barrio <strong>de</strong> Fuejo, habían sido cedidas al Ayuntamiento para adornar el parque<br />

<strong>de</strong> Isabel la Católica. Por su parte, Pedro Hurlé contestaba a las preguntas <strong><strong>de</strong>l</strong> periodista<br />

sobre el valor <strong>de</strong> las columnas diciendo que eran <strong>de</strong> unas sola pieza, labradas en piedra y<br />

<strong>de</strong> fines <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVII. La hija política y here<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> Somoza, había cedido sus bienes al<br />

Asilo <strong>de</strong> Ancianos Desamparados y el Ayuntamiento trató con el Asilo la cesión.<br />

438 No creemos que Somoza llegase a conocer esta capilla abierta al culto, porque en la partición<br />

<strong>de</strong> la herencia <strong>de</strong> su abuelo y más concretamente <strong>de</strong> la hijuela correspondiente a la<br />

madre <strong>de</strong> Somoza se <strong>de</strong>scribe así: “Una capilla ya <strong>de</strong>rruida <strong>de</strong>stinada a granero sita en la<br />

corrada <strong>de</strong> la casa, que linda al norte con camino vecinal que va al convento”.


APÉNDICES


I<br />

Bahía <strong>de</strong> Río <strong>de</strong> Janeiro, 29 noviembre<br />

<strong>de</strong> 1808. (4 <strong>de</strong> la mañana)<br />

Relación <strong>de</strong> los sucesos ocurridos en Río <strong>de</strong> Janeiro los días 28 y 29, con<br />

ocasión <strong>de</strong> las infructuosas tentativas realizadas por la Señora Infanta<br />

doña Carlota Joaquina.<br />

A las cuatro <strong>de</strong> la mañana <strong><strong>de</strong>l</strong> día 29 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1808, en el puerto<br />

<strong>de</strong> Río <strong>de</strong> Janeiro, el Señor Brigadier <strong>de</strong> la Real Armada, don Joaquín <strong>de</strong><br />

Somoza Montsoriú, Comandante <strong>de</strong> la fragata PRUEBA <strong>de</strong> S. M. C. el Señor<br />

don Fernando VIIº hizo llamar Juntas extraordinaria y reservada a los Señores<br />

Brigadieres don Francisco <strong>de</strong> Orduña, Subinspector <strong>de</strong> Artillería <strong><strong>de</strong>l</strong> Río <strong>de</strong> la<br />

Plata; don Pedro <strong>de</strong> Arce Subinspector General <strong>de</strong> las tropas <strong>de</strong> Buenos Aires;<br />

don Nicolás <strong>de</strong> la Quintana Coronel <strong>de</strong> Caballería <strong>de</strong> Buenos Aires; al Coronel<br />

don Francisco Javier <strong>de</strong> Viana, Sargento Mayor <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> Montevi<strong>de</strong>o; al<br />

Teniente Coronel don Martín <strong>de</strong> la Sala, Capitán <strong><strong>de</strong>l</strong> Real Cuerpo <strong>de</strong><br />

Ingenieros; a los Tenientes <strong>de</strong> Navío <strong>de</strong> la Real Armada don Francisco <strong>de</strong><br />

Toubes, y don Juan <strong><strong>de</strong>l</strong> Busto; al Teniente <strong>de</strong> Fragata don Miguel <strong>de</strong> Merlo; a<br />

los Tenientes graduados <strong>de</strong> Capitán don Juan Antonio Carbajo, <strong>de</strong> Infantería;<br />

don Marcos Balcarce, <strong>de</strong> Caballería; don José Ramón <strong>de</strong> Elorza, <strong>de</strong> Infantería,<br />

y don José María Caravaca, <strong>de</strong> Artillería; al Teniente <strong>de</strong> í<strong>de</strong>m don Diego<br />

Castrillón; a los Alféreces <strong>de</strong> Fragata don Eugenio <strong>de</strong> Loño, don Cayetano<br />

Inzuela, don Miguel Quesada, y don Mateo Mozo; a los Alféreces graduados<br />

<strong>de</strong> Tenientes, don Juan Barragán y don Manuel Penayo; y al Oficial quinto <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Ministerio <strong>de</strong> Marina, don Narciso <strong>de</strong> Mella, como Contador <strong>de</strong> esta<br />

Fragata.— Y reunidos en su cámara, hizo la exposición siguiente:<br />

“Señores: Son Vms. convocados para hacerles saber, que en la tar<strong>de</strong><br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> día 26 <strong><strong>de</strong>l</strong> corriente, he tenido aviso <strong><strong>de</strong>l</strong> Excmo. Sr. Teniente General don<br />

Pasqual Ruiz Huidobro embarcado <strong>de</strong> transeúnte en la fragata <strong>de</strong> mi mando,<br />

con pliegos <strong>de</strong> la Suprema Junta <strong><strong>de</strong>l</strong> Reino <strong>de</strong> Galicia, a nombre <strong>de</strong> nuestro<br />

Soberano Señor don Fernando VIIº, primeramente, para la Corte <strong>de</strong> Londres,<br />

y <strong>de</strong>spués para el Señor Príncipe Regente <strong>de</strong> Portugal, p a. que a las ocho <strong>de</strong><br />

la noche <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo día me viese con la Señora Infanta <strong>de</strong> España doña<br />

Carlota Joaquina, la que quería le llevase las instrucciones que yo tenía y<br />

<strong>de</strong>seaba ver. Bien he previsto que no <strong>de</strong>bía en este punto obe<strong>de</strong>cerla, pero<br />

ciertas observaciones e indicios que he notado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi salida <strong>de</strong> La Coruña,<br />

y aun antes, me persuadieron <strong>de</strong>bía entregarlas, en caso <strong>de</strong> que me fuese<br />

necesario usar <strong>de</strong> este ardid para explorar el ánimo <strong>de</strong> una visita y recado<br />

intempestivo, justamente en el tiempo mismo en que yo pensaba se <strong>de</strong>bía dar


304<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

la vela, y por que me constaba el contenido <strong>de</strong> los pliegos a Brasil y Corte <strong>de</strong><br />

Londres, en que se expresaba el objeto <strong>de</strong> esta mi Comisión. En efecto, oculté<br />

los pliegos e instrucciones reservadas, y tomando una or<strong>de</strong>n simple que<br />

nada dice <strong>de</strong> importancia, pasé a Palacio a la hora señalada. Visité la Señora<br />

Infanta, que hallé sola en uno <strong>de</strong> los salones <strong>de</strong> recibo, me admitió agradable,<br />

y se explayó hasta <strong>de</strong>cirme la visitase con más frecuencia; a cuyo tiempo le<br />

entregué la or<strong>de</strong>n indicada, con ánimo <strong>de</strong> obligarla a continuarse tratándome<br />

con más franqueza. Torció la conversación a otros asuntos indiferentes, y me<br />

<strong>de</strong>tuvo hasta las once <strong>de</strong> la noche. Formé mi cálculo, y hallé <strong>de</strong> necesidad<br />

proce<strong>de</strong>r a dar la vela con la brevedad posible; cuya <strong>de</strong>terminación comuniqué<br />

al enunciado General la mañana inmediata siguiente. Se disparó pieza <strong>de</strong><br />

leva la mañana <strong><strong>de</strong>l</strong> 28. Pasé enseguida a ver a SS. AA. para <strong>de</strong>spedirme. La<br />

Señora Infanta me avisó no podía (<strong>de</strong>spedirme) recibirme y que lo haría a las<br />

nueve <strong>de</strong> la noche <strong>de</strong> aquel día. A las cuatro <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, vino a bordo el Señor<br />

General Ruiz, a quien dije <strong>de</strong>bía verme a la hora enunciada con la Señora<br />

Infanta, y este Señor Excelentísimo me expresó, con todo sigilo, que las i<strong>de</strong>as<br />

<strong>de</strong> esta Señora se dirigían a <strong>de</strong>tener la fragata y aún creía que era su ánimo<br />

pasar en ella a Montevi<strong>de</strong>o, y que así, viviese advertido para no verme sorprendido.<br />

El expresado General se fue a comer con el Almirante inglés, el<br />

Señor Smith, y yo me quedé a bordo hasta la hora prefijada para la visita, que<br />

no quiso excusar <strong>de</strong> ningún modo.<br />

Entré en Palacio; avisaron a la Señora Infanta, y uno <strong>de</strong> sus camareros<br />

me condujo, no como creía, al Salón <strong>de</strong> la noche anterior, y sí, por el contrario,<br />

me introdujo por una puerta excusada, pasé varios tránsitos, subí y<br />

bajé algunas escaleras ocultas, y al fin, me entró en un cuarto retirado en que<br />

hallé a S. A. con solo su Secretario. Después <strong>de</strong> los cumplimientos que exige<br />

la política, mandó a éste me dijese el objeto para qué era llamado, cuyo señor<br />

me habló en los términos siguientes: ‘Esta Señora Infanta tiene tantos <strong>de</strong>rechos<br />

a la Corona <strong>de</strong> España, que a falta <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor don Fernando VIIº y<br />

Señores Infantes <strong>de</strong> España, <strong>de</strong>tenidos en Francia, <strong>de</strong> necesidad <strong>de</strong>be recaer<br />

aquella en Su Alteza. El Señor Floridablanca en un Manifiesto que hizo, y<br />

para en nuestro po<strong>de</strong>r, lo publica así. Los alborotos <strong>de</strong> Buenos Aires y<br />

Montevi<strong>de</strong>o causados por Elio, exigen un pronto remedio, y al efecto tenemos<br />

correspon<strong>de</strong>ncia con Liniers. La fragata <strong>de</strong>be permanecer aquí, pintarse,<br />

hacer víveres y aguada. Los transportes se <strong>de</strong>sembarcarán, y lo mismo el<br />

General, por no convenir pase a Montevi<strong>de</strong>o un sujeto <strong>de</strong> quien con bastante<br />

fundamento se <strong>de</strong>sconfía; y por lo mismo trata S. A. <strong>de</strong> enviarlo a España<br />

sin per<strong>de</strong>r instante, en una fragata inglesa que para el efecto está pronta.<br />

Espera esta Señora que así V. S. como sus Oficiales y <strong>de</strong>más individuos <strong>de</strong> su<br />

buque, servirán con el mismo celo que hasta aquí bajo sus inmediatas ór<strong>de</strong>nes,<br />

no obe<strong>de</strong>ciendo para lo sucesivo, otras que las suyas, aún en el caso que<br />

el Señor Príncipe Regente man<strong>de</strong> lo contrario; y que V. S. y todos los españo-


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

les <strong>de</strong>ben contar con su agra<strong>de</strong>cimiento y remuneración: añadiéndome que<br />

pidiese, para mí y para todos, cuanto se nos ofreciese con la seguridad <strong>de</strong> que<br />

todo estaba concedido, y por último que <strong>de</strong> no allanarme a las proposiciones<br />

que se me habían hecho, tenía S. A. medios seguros para hacerse obe<strong>de</strong>cer’.<br />

Como iba tan prevenido <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>bía suce<strong>de</strong>rme, no dudé un instante<br />

la respuesta, y así convine aparentemente en cuanto se me había propuesto<br />

pero con la firme resolución <strong>de</strong> tomar la <strong>de</strong>terminación más noble.<br />

Quise traerme algún papel o documento que me acreditase ser cierto cuanto<br />

se me expresó y llevo dicho, valiéndome <strong><strong>de</strong>l</strong> pretexto <strong>de</strong> convencer con él a<br />

mis oficiales, a que contestaran que a las 4 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> día siguiente 29 me<br />

pasarían las ór<strong>de</strong>nes convenientes para llevar a <strong>de</strong>bido efecto lo tratado, exigiéndome,<br />

a más, palabra <strong>de</strong> honor <strong>de</strong> reservar el asunto hasta que se me<br />

comunicase <strong>de</strong> oficio, <strong>de</strong>volviéndome a continuación la or<strong>de</strong>n que había<br />

entregado yo a S. A. el día antes.<br />

El dicho Secretario, concluida la conferencia me tomó <strong>de</strong> la mano, y<br />

sin saber <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> ni por dón<strong>de</strong>, me condujo a la salida <strong>de</strong> Palacio. En efecto,<br />

me hallé en la calle, y empecé a dudar si era soñado lo que me había sucedido,<br />

o si mi juicio se había trastornado. Llegué a bordo como acerca <strong>de</strong><br />

media noche y ocultando el asunto hasta al mismo General, con el mayor<br />

silencio mandé que la tropa <strong>de</strong> la guarnición cargase sus armas con bala, y<br />

que se metiesen a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la fragata las embarcaciones menores, preparándolo<br />

todo para dar la vela en el primer instante <strong>de</strong> viento favorable.<br />

Concluido todo el antece<strong>de</strong>nte relato, exigió el Sr. Comandante el<br />

dictamen <strong>de</strong> los Señores Jefes y Oficiales que componen esta Junta, y todos<br />

acor<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una larga conferencia, convinieron unánimes: en que no<br />

se obe<strong>de</strong>ciese lo resuelto por la Señora Infanta doña Carlota, por consi<strong>de</strong>rarlo<br />

contrario al Real Servicio y a la Patria, y por correspon<strong>de</strong>r sólo esta fragata<br />

al Señor don Fernando Séptimo, nuestro amado Soberano. Que se reconociese<br />

por la Junta todo papel que fuese o viniese a bordo (a bordos) <strong>de</strong> la<br />

fragata al Excmo. Sr. General Ruiz Huidobro, y que si viniesen a visitarlo<br />

algunos Oficiales <strong>de</strong> las naciones Inglesa o Portuguesa y otros individuos<br />

particulares, fuesen acompañados a su Cámara por Oficiales <strong>de</strong> la Junta que<br />

poseyesen el idioma francés o inglés, a fin <strong>de</strong> precaver así los recelos que se<br />

tenían, con concepto a lo dicho por la Señora Infanta acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> expresado<br />

Señor General. Que se cortase <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego toda comunicación con el pueblo<br />

y bahía. Que la fragata se pusiese en disposición <strong>de</strong> dar la vela al primer viento<br />

favorable, sin embargo <strong>de</strong> tener a su costado un navío <strong>de</strong> guerra portugués,<br />

y ser preciso en aquel caso pasar por la medianía <strong>de</strong> los Castillos que<br />

están a la salida <strong>de</strong> la boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Puerto; y que por consiguiente, estuviese <strong>de</strong><br />

un todo lista la fragata, para acreditar con las armas, que sólo la violencia<br />

podía obligarla a acce<strong>de</strong>r a la solicitud <strong>de</strong> la Señora Infanta, en cuyo caso<br />

305


306<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

sería preciso <strong>de</strong>mostrar con hechos públicos, el honor, patriotismo y fi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad<br />

a nuestro amado Soberano el Señor don Fernando Séptimo. Y siendo esta<br />

opinión conforme a los sentimientos <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Comandante <strong>de</strong> este referido<br />

buque, firmo el presente formal documento con los <strong>de</strong>más Señores Jefes y<br />

Oficiales <strong>de</strong> esta Junta en su Cámara a las seis <strong>de</strong> la mañana <strong><strong>de</strong>l</strong> enunciado<br />

día veintinueve <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> mil ochocientos y ocho, habiendo antes<br />

nombrado la Junta para exten<strong>de</strong>r y autorizar con la conveniente actividad los<br />

documentos que en ella se formen, por sus Secretarios, a los Tenientes graduados<br />

<strong>de</strong> Capitanes don Marcos Valcarce, y don José María Caravaca, como<br />

individuos <strong>de</strong> la misma”.<br />

Joaquín <strong>de</strong> Somoza<br />

Montsoriú<br />

Fraco. <strong>de</strong> Orduña<br />

Nicolás <strong>de</strong> la Quintana.<br />

Martín La Sala.<br />

Juan <strong><strong>de</strong>l</strong> Busto.<br />

Juan Anto. Carbajo.<br />

José Ramón <strong>de</strong> Elorza.<br />

Diego Castrillón.<br />

Cayetano <strong>de</strong> Inzuela.<br />

Mateo Mozo.<br />

Pedro <strong>de</strong> Arze.<br />

Franco. Xavr. <strong>de</strong> Viana.<br />

Franco. Toubes<br />

Miguel <strong>de</strong> Merlos.<br />

Marcos González Balcarce.<br />

José María Caravaca.<br />

Eugenio <strong>de</strong> Loño.<br />

Miguel <strong>de</strong> Quesada.<br />

Juan Barragán.<br />

Narciso <strong>de</strong> Mella.


II<br />

LISTADO DE PERSONAJES QUE HABRÍAN DE FORMAR EL CON-<br />

JUNTO DE LA OBRA GLORIAS NACIONALES. APUNTES<br />

BIOGRÁFICOS.<br />

Abarbanel<br />

Abarca (c. <strong>de</strong> Aranda)<br />

Abate Andrés<br />

Abel el Melek Arsolami<br />

Aben - Beithar<br />

Aben - Hezra<br />

Aben - Rosch (Averroes)<br />

Aben - Zoar<br />

Abril (P. Simon)<br />

Abu Bakerus<br />

Afán <strong>de</strong> Rivera (d. <strong>de</strong> Alcalá)<br />

Africano (El) Juan León<br />

Agustín (Antonio)<br />

Alarcón (J. Ruíz <strong>de</strong>)<br />

Alcalá (duque <strong>de</strong>)<br />

Alcázar (Baltasar <strong><strong>de</strong>l</strong>)<br />

Alcázar (Luis Paret <strong>de</strong>)<br />

Alemán<br />

Alenza<br />

Alfonso X<br />

Ali - Bey - el - Abbassi<br />

Álvarez Cienfuegos<br />

Álvarez Cubero<br />

Alvazas Alfasi<br />

Améscua (a. Mira <strong>de</strong>)<br />

Andrés (abate)<br />

Antonio (Nicolás)<br />

Ar -Razi (moro Rasis)<br />

Aragón (E) m. <strong>de</strong> Villena<br />

Aranda (c. <strong>de</strong>)<br />

Arcipreste <strong>de</strong> Hita<br />

Ar<strong>de</strong>mans<br />

Arfe Villafañe<br />

Argensola (Bart.)<br />

Argensola (Lup)<br />

Argote <strong>de</strong> Molina<br />

Argüelles (Agustín)<br />

Arias Montano<br />

Artemidoro<br />

Averroes<br />

Avicebron<br />

Ayala (Ignacio L. <strong>de</strong>)<br />

Ayala (Pero L. <strong>de</strong>)<br />

Azara (Félix)<br />

Azara (Nicolás)<br />

Badía<br />

Bails<br />

Balboa (V. Núñez <strong>de</strong>)<br />

Bálmes<br />

Bánces Candamo<br />

Barbadillo (A. G. Salas)<br />

Bayer (F. Pérez)<br />

Bayeu (Francisco)<br />

Becerra<br />

Berceo<br />

Bermú<strong>de</strong>z (Juan)<br />

Berruguete<br />

Besalú (R. Vidal <strong>de</strong>)<br />

Bordazar <strong>de</strong> Artazu<br />

Borgoña (Felipe) Borja y Aragón<br />

Boscán<br />

Bretón <strong>de</strong> los Herreros<br />

Brozense (El)<br />

Burgos (F. Javier)<br />

Burriel<br />

Caballero <strong>de</strong> la Rosa<br />

Cabánes<br />

Cadalso<br />

Calatrava (J. Mª.)<br />

Cal<strong>de</strong>rón <strong>de</strong> la Barca<br />

Cámara (Sixto)<br />

Campomanes


308<br />

Canal (El P e La)<br />

Candamo (F. Bances)<br />

Cano (Alonso)<br />

Capmany<br />

Capuz (Raymº)<br />

Caramuel Lobkowitz<br />

Carducci (Vicº.)<br />

Carmona (Luis Salv)<br />

Carmona (Man. Saqlv)<br />

Carreño Miranda<br />

Casas (Bartolomé<br />

Castelar<br />

Castello<br />

Castillejo (Crist.)<br />

Castillo (José)<br />

Castillo (Juan <strong><strong>de</strong>l</strong>)<br />

Castillo Solórzano<br />

Castro (Felipe)<br />

Cavanilles<br />

Caxes<br />

Ceán Bermú<strong>de</strong>z<br />

Cervantes<br />

Céspe<strong>de</strong>s (A. García)<br />

Céspe<strong>de</strong>s (Pablo <strong>de</strong>)<br />

Cetina<br />

Cibda - real (El bachill.)<br />

Cienfuegos (N. Alv z)<br />

Cisneros (Car<strong>de</strong>nal)<br />

Clavijo<br />

Clemencín<br />

Coello (A. Sánchez)<br />

Coello (Claudio)<br />

Colón (Cristóbal)<br />

Columela<br />

Comendador griego<br />

Conchillos Falcó<br />

Con<strong>de</strong> (J. A.)<br />

Corniole Saavedra<br />

Cosa (Juan <strong>de</strong> la)<br />

Cota (Rodrigo)<br />

Covarrubias (Alonso)<br />

Covarrubias (Juan)<br />

Covarrubias (Vallés)<br />

Covarrubias Sebast.)<br />

Cruz (Inés <strong>de</strong> la)<br />

Cruz (Ramón <strong>de</strong> la)<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Cruz (San Juan <strong>de</strong> la)<br />

Cueva (Juan <strong>de</strong> la)<br />

Chacón<br />

Churruca<br />

D’Avila (G. Gonz. z)<br />

Décima Musa (La)<br />

Díaz <strong>de</strong> Solís<br />

Elcano<br />

Ensenada (marq.)<br />

Enzina<br />

Ercilla<br />

Españoleto (El)<br />

Espinel<br />

Espronceda<br />

Esquilache (princ. <strong>de</strong>)<br />

Estrada (A. Flórez)<br />

Eximeno (antº.<br />

Farinelli<br />

Fern. z Moratín (L.)<br />

Fern. z Moratín (N.)<br />

Fern. z Navarrete (J.)<br />

Fern. z Navarrete (M.)<br />

Fern. z Oviedo<br />

Fern. z Quirós<br />

Fernán<strong>de</strong>z (Juan)<br />

Feyjoo<br />

Fi<strong><strong>de</strong>l</strong> (fray)<br />

Fígaro<br />

Figueroa (Crist. S. z)<br />

Figueroa(Fr. co)<br />

Flórez (Enrique)<br />

Flórez Estrada<br />

Floridablanca<br />

Floro<br />

Fortuny<br />

Gallarado (Bart. J.)<br />

Gamboa (P. Sarmiento)<br />

Garay (Blasco)<br />

García (M.P.V.)<br />

García Céspe<strong>de</strong>s<br />

García Huerta


García Nodal<br />

García Suelto<br />

GarciLasso<br />

Garigay<br />

Geber<br />

Gil Polo (Gaspar)<br />

Gimbernar<br />

Giménez Cisneros<br />

Giménez <strong>de</strong> Rada<br />

Gómez (Sebast.)<br />

Gómez <strong>de</strong> Cibda - real<br />

Gómez Hermosilla<br />

Gomis<br />

Góngora<br />

González (Diego)<br />

González Dávila<br />

González <strong>de</strong> Salas<br />

Goya<br />

Granada (Luis <strong>de</strong>)<br />

Greco (El)<br />

Grijalva<br />

Guevara (Antonio <strong>de</strong>)<br />

Guevara (J. Niño <strong>de</strong>)<br />

Guevara (L. Vélez)<br />

Guzmán (F. Pérez)<br />

Herdia (narc)<br />

Herdia (P. M. <strong>de</strong>)<br />

Heredia (J. M.ª)<br />

Hermosilla (J. Gómez)<br />

Hernán<strong>de</strong>z (Greg.)<br />

Herrera (Juan <strong>de</strong>)<br />

Herrera Hinestrosa<br />

Herrera Tor<strong>de</strong>sillas<br />

Hervas y Panduro<br />

Huerta (V. García)<br />

Hurtado Mendoza (d.)<br />

Ibarra<br />

Ibn - al - Abbar<br />

Ibn - al - Cuthyah<br />

Ibn - al - Farahidí<br />

Ibn - al - Khatib<br />

Ibn - Thopail<br />

Iglesias<br />

Inarco Celenio<br />

Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza 309<br />

Inés <strong>de</strong> la Cruz<br />

Infante (El) J. Manuel<br />

Iñigo Lanuza<br />

Iriarte<br />

Isidoro <strong>de</strong> Sevilla<br />

Isla<br />

Itálico (C. Silio)<br />

Jauregui (Juan <strong>de</strong>)<br />

Jordán (Esteban)<br />

Jorge Juan<br />

<strong>Jovellanos</strong><br />

Juan Manuel<br />

Juanes<br />

Kaissi Abinassar<br />

La Canal (El P. e)<br />

La Sala<br />

La Serna (C. A <strong>de</strong>)<br />

Laguna (Andrés)<br />

Larra (Fígaro)<br />

Larramendi<br />

Las Casas<br />

Lasso <strong>de</strong> la Vega (G. L.)<br />

Lastanosa<br />

Latorre<br />

Lebrija<br />

Legazpi (el A<strong><strong>de</strong>l</strong>antado)<br />

León (Juan)<br />

Leonardo (José)<br />

Liaño<br />

Libertino (Clemente)<br />

Lican Eddyn<br />

Lista (Alb.)<br />

Lobón <strong>de</strong> Salazar<br />

Lope <strong>de</strong> Rueda<br />

Lope <strong>de</strong> Vega<br />

López (J. María)<br />

López Ayala (Ign.)<br />

López Ayala (Pero)<br />

López <strong>de</strong> Villalobos (F.)<br />

López Legazpi<br />

López Mendoza<br />

López Sedano<br />

López Villalobos (Ruy)


310<br />

López Zárate<br />

Lucano<br />

Luis <strong>de</strong> Granada<br />

Luis <strong>de</strong> León<br />

Lulio (Raym.º)<br />

Luna (Álvaro <strong>de</strong>)<br />

Luzán.<br />

Llansol Romani<br />

Llorente<br />

Macanaz (Melchor)<br />

Macías<br />

Madrigal (Alfon. <strong><strong>de</strong>l</strong>)<br />

Maimóni<strong>de</strong>s<br />

Maiquez<br />

Malek<br />

Manrique (Jorge)<br />

Marcial (M. Valerio)<br />

March (Ausias)<br />

March (Esteban)<br />

Marchena (el abate)<br />

Mariana (P. e)<br />

Marín y Mendoza<br />

Marina (F. Martínez)<br />

Mármol (Luis)<br />

Martínez (José <strong><strong>de</strong>l</strong> Mazo)<br />

Martínez (Sebast)<br />

Martínez Marina<br />

Martínez Montañés<br />

Mas<strong>de</strong>u.<br />

Mateo (El maestro)<br />

Mayans y Siscar<br />

Mazo (J. B ta <strong><strong>de</strong>l</strong>)<br />

Mela (Pomponio)<br />

Melén<strong>de</strong>z Valdés<br />

Melo<br />

Mena<br />

Mendaña <strong>de</strong> Neyra<br />

Mendizabal<br />

Mendoza (Don Hurt do)<br />

Mendoza (J. López)<br />

Menén<strong>de</strong>z (F.A.)<br />

Mengs<br />

Mexía (Pero)<br />

Miñano<br />

Mira <strong>de</strong> Améscua<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Mnár<strong>de</strong>s<br />

Moham al - Khatib<br />

Moham ben - Hamed<br />

Moham ben - Rubil<br />

Moncada (Fr. co)<br />

Monegro (J. B. ta)<br />

Monja <strong>de</strong> México (La)<br />

Montalbán (J. Pérez)<br />

Montano (B. Arias)<br />

Montañés (J. Mart. z)<br />

Montemayor<br />

Moñino (J. Mª)<br />

Mora (J. <strong>de</strong>)<br />

Mora (J. J. <strong>de</strong>)<br />

Morales (Amb.)<br />

Morales (Crist.)<br />

Morales (Luis)<br />

Moratín (Leandro)<br />

Moratín (Nicolás)<br />

Moreto<br />

Moure<br />

Mudo (El)<br />

Mulato <strong>de</strong> Murillo<br />

Muñoz (sebast.)<br />

Murillo (B.E.)<br />

Naharro (B. Torres)<br />

Navarra (Carlos <strong>de</strong>)<br />

Navarrete (Juan F. z)<br />

Navarrete (Martín F. z)<br />

Nibbiano (marq. <strong>de</strong>)<br />

Nicolás antonio<br />

Nieremberg<br />

Niño (P. Alonso)<br />

Niño <strong>de</strong> Guevara<br />

Nodal (B. García)<br />

Núñez <strong>de</strong> Balboa<br />

Núñez <strong>de</strong> Guzmán<br />

Ocampo<br />

Ofalia (duq. <strong>de</strong>)<br />

Ojeda<br />

Olavi<strong>de</strong><br />

Oliva (H. Pérez)<br />

Orfila<br />

Orrente


Oviedo (G. Fern. z)<br />

Pacheco<br />

Palafox<br />

Palomares (F.J.Sgo)<br />

Palomino (A.A.)<br />

Pantoja (J. <strong>de</strong> la Cruz)<br />

Pareja (B. Ramos)<br />

Paret Alcázar<br />

Pereda<br />

Pérez (Antonio)<br />

Pérez (J. Baut.)<br />

Pérez Bayer<br />

Pérez <strong>de</strong> Guzmán<br />

Pérez Montalban<br />

Pérez Oliva<br />

Pérez Villamil<br />

Pinzón (V. Yañez)<br />

Polo (Gasp. Gil)<br />

Pomponio Mela<br />

Ponce <strong>de</strong> León (Juan)<br />

Ponce <strong>de</strong> León (Luis)<br />

Ponce <strong>de</strong> León (Pedro)<br />

Ponz<br />

Preciado <strong>de</strong> la Vega<br />

Pru<strong>de</strong>ncio (a. P.)<br />

Pujol<br />

Pulgar (Fern. <strong><strong>de</strong>l</strong>)<br />

Queipo <strong>de</strong> Llano<br />

Quevedo<br />

Quintana<br />

Quintiliano<br />

Quirós (P. Fern. z)<br />

Rafael Peregrino<br />

Ramírez<br />

Ramos Pareja<br />

Rásis (moro)<br />

Rebolledo<br />

Rector <strong>de</strong> Villahermosa<br />

Requemo Vives<br />

Rey <strong>de</strong> Articola<br />

Ribelles Dalmau<br />

Ribalta (F. co)<br />

Ribera (Españoleto)<br />

Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza 311<br />

Rincón<br />

Rioja<br />

Rivas (duq. <strong>de</strong>)<br />

Rizzi (F. co)<br />

Rodríguez (Vent.ª)<br />

Rodríguez Campomanes<br />

Roélas (J. P.)<br />

Roig<br />

Rojas (Fern. do)<br />

Rojas Clemente<br />

Rojas Villadrnado<br />

Rojas Zorrilla<br />

Romea<br />

Rueda (López <strong>de</strong>)<br />

Ruíz (Arc. Hita)<br />

Ruíz Alarcón<br />

S. Juan <strong>de</strong> la Cruz<br />

Saavedra<br />

Saavedra (Ángel)<br />

Saavedra Fajardo<br />

Sala (Juan)<br />

Salamanca (Crist.)<br />

Sálas (J. Gonz. z)<br />

Salas Barbadillo<br />

Salazar (Juan <strong>de</strong>)<br />

Salinas<br />

Salvador Carm. (L)<br />

Salvador Carm. (M)<br />

Samaniego<br />

San Miguel (Eva.)<br />

Sánchez Brozense<br />

Sánchez Coello<br />

Santan<strong>de</strong>r (L. Serna)<br />

Santiago Palomares<br />

Santillana (marq. <strong>de</strong>)<br />

Sanz <strong><strong>de</strong>l</strong> Río<br />

Sarmiento (Martín)<br />

Sarmiento Gamboa<br />

Sedano (J. L. z)<br />

Sempere<br />

Séneca ( el filósofo)<br />

Séneca (el retórico)<br />

Servet<br />

Silio Itálico<br />

Siloé


312<br />

Silva Campillo<br />

Silva Figueroa<br />

Solís (J. Díaz)<br />

Solís Riva<strong>de</strong>neyra<br />

Somo<strong>de</strong>villa<br />

Suárez Figueroa<br />

Suelto (T. García)<br />

Tamimi<br />

Tássis (Villamed.º)<br />

Téllez (Gabriel)<br />

Teresa <strong>de</strong> Jesús<br />

Theottocópuli<br />

Timoneda<br />

Tirso <strong>de</strong> Molina<br />

Tolcolo (el capitán)<br />

Toledo (J. Baut.)<br />

Toreno (cond. <strong>de</strong>)<br />

Torres Naharro<br />

Tostado (El)<br />

Tristán<br />

Ulloa (Ant.º <strong>de</strong>)<br />

Vaca <strong>de</strong> Alfaro<br />

Valbuena (Ber.)<br />

Valdés (Juan <strong>de</strong>)<br />

Valles, el divino<br />

Várgas (Luís)<br />

Vázquez (Alonso)<br />

Vega (G Laso)<br />

Vega (G. Lobo)<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Vega (Lope <strong>de</strong>)<br />

Vega (Preciado)<br />

Velázquez (Dgo.)<br />

Vélez <strong>de</strong> Guevara<br />

Vergara (José)<br />

Vergara, el joven<br />

Viana (princ. <strong>de</strong>)<br />

Victoria (T. Luis)<br />

Victoria (Vicente)<br />

Vidal <strong>de</strong> Besalú<br />

Viera Clavijo<br />

Vigarny<br />

Viladomat<br />

Villalobos (Fr. co)<br />

Villalobos (Ruy)<br />

Villamediana<br />

Villamil (G. Pérez)<br />

Villegas<br />

Villena<br />

Virues (el capitán)<br />

Vives<br />

Wyserman (Car<strong>de</strong>nal)<br />

Yáñez Fajardo<br />

Yáñez Pinzón<br />

Zárate (F. López)<br />

Zarcillo<br />

Zurbarán (Fr. co)<br />

Zurita.


III<br />

ESCRITURA OTORGADA PARA LA PUBLICACIÓN DE LOS DIARIOS<br />

DE JOVELLANOS<br />

En la villa <strong>de</strong> Gijón, a veinte <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> mil novecientos once: Ante<br />

mí, don Manuel López Rubio, Abogado, Notario con vecindad y resi<strong>de</strong>ncia<br />

en la misma, <strong><strong>de</strong>l</strong> Ilustre colegio <strong>de</strong> Oviedo, presentes los testigos que al final<br />

se expresarán<br />

comparecen:<br />

De una parte don Miguel A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac y González <strong>de</strong> Agüero, mayor <strong>de</strong><br />

edad, casado, Catedrático, <strong>de</strong> esta vecindad, con cédula personal <strong>de</strong> 5ª clase,<br />

número 1.562 expedida en esta villa el tres <strong>de</strong> octubre último.<br />

Y <strong>de</strong> otra parte don Leopoldo Castrillón y Ochoa; mayor <strong>de</strong> edad,<br />

casado, propietario y vecino <strong>de</strong> Puerto <strong>de</strong> Vega, Municipio <strong>de</strong> Navia; con<br />

cédula personal <strong>de</strong> 10ª clase, número 1.758 expedida en Navia el quince <strong>de</strong><br />

julio <strong><strong>de</strong>l</strong> año próximo pasado.<br />

Concurren a este acto, el don Miguel A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, como director <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong> Gijón, y el don Leopoldo Castrillón, como mandatario<br />

<strong>de</strong> doña Joaquina Castrillón y Cienfuegos, según escritura que la misma<br />

otorgó el veinticuatro <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> mil novecientos tres ante el Notario<br />

<strong>de</strong> Navia don Rafael Fernán<strong>de</strong>z Calzada, a favor <strong>de</strong> don Ramón Campo-<br />

Osorio y Lastra y otros, facultándoles, entre otras cosas, para que solidariamente,<br />

en su nombre y representación <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos administren los bienes<br />

que le correspon<strong>de</strong>n por todos conceptos, sobre los que pue<strong>de</strong>n otorgar<br />

las correspondientes escrituras. Facultados también para sustituir dicho<br />

po<strong>de</strong>r, don Ramón Campo-Osorio los sustituyó a favor <strong><strong>de</strong>l</strong> don Leopoldo<br />

Castrillón por escritura otorgada el quince <strong>de</strong> los corrientes ante el notario <strong>de</strong><br />

Navia don Emilio Iglesias Magadán.<br />

Aseguran tener y tienen a mi juicio, según intervienen capacidad<br />

legal para obligarse y dicen:<br />

Primero: Que ambos comparecientes convienen en imprimir y publicar<br />

los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, propiedad <strong>de</strong> la mencionada señora doña<br />

Joaquina Castrillón y Cienfuegos, viuda <strong>de</strong> don Alejandrino Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong><br />

Luarca.


314<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Segundo: Que dichos Diarios manuscritos, constan <strong>de</strong> tres legajos, <strong>de</strong><br />

los cuales contiene el primero ciento cincuenta y nueve folios, el segundo<br />

trescientos cuatro y el tercero cuatrocientos ochenta y dos, que hacen un total<br />

<strong>de</strong> novecientos cuarenta y cinco folios.<br />

Tercero: Que la impresión y publicación <strong>de</strong> los Diarios se hará bajo las<br />

condiciones siguientes:<br />

1ª Dicha obra será propiedad y se registrará a nombre <strong>de</strong><br />

doña Joaquina Castrillón y Cienfuegos.<br />

2ª No se podrá reimprimir sin especial autorización <strong>de</strong> su<br />

dueña.<br />

3ª En cualquier tiempo podrá doña Joaquina Castrillón hacer<br />

una nueva edición <strong>de</strong> los Diarios.<br />

4ª La obra se publicará copiada <strong>de</strong> su original y con el prólogo<br />

que para ella <strong>de</strong>jó escrito don Alejandrino Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca,<br />

por haberlo exigido así doña Joaquina Castrillón y Cienfuegos.<br />

5ª La edición será <strong>de</strong> mil ejemplares, <strong>de</strong> los cuales se darán<br />

quinientos para doña Joaquina Castrillón, quien podrá ven<strong>de</strong>r cada<br />

una a un precio que no exceda <strong>de</strong> doce y media pesetas ejemplar <strong>de</strong><br />

la obra completa. Los otros quinientos ejemplares serán <strong>de</strong> propiedad<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, quien no podrá ven<strong>de</strong>rlos, sino en su<br />

caso, hacer entrega <strong>de</strong> ellos al Estado.<br />

6ª Todos los gastos <strong>de</strong> impresión y encua<strong>de</strong>rnación hasta<br />

<strong>de</strong>jar la obra terminada en rústica, serán <strong>de</strong> cuenta <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, quien entregará en Gijón, a doña Joaquina Castrillón o a<br />

su representante los quinientos ejemplares <strong>de</strong> que habla la condición<br />

anterior.<br />

7ª El Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, por sí o <strong>de</strong>signando persona o<br />

personas capacitadas para ello, anotará, comentará y esclarecerá <strong>de</strong><br />

los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> todos aquellos extremos o pasajes que estime<br />

necesarios para la mejor comprensión <strong>de</strong> cuanto su Ilustre autor<br />

escribió en ellos.<br />

8ª Los gastos <strong>de</strong> redacción <strong>de</strong> esta escritura, así como todos<br />

los <strong>de</strong>más efectuados por don Leopoldo Castrillón para trasladarse a<br />

esta villa, serán satisfechos por el Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

9ª Una vez terminada la impresión y confección <strong>de</strong> la obra<br />

Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, los manuscritos originales serán entregados a su<br />

poseedora doña Joaquina Castrillón y Cienfuegos.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Cuarto: Que los comparecientes en la representación que ostentan, se<br />

obligan a cumplir las condiciones anteriormente consignadas en la cláusula<br />

tercera y aceptan ambos esta escritura.<br />

Quedan hechas las advertencias legales pertinentes.<br />

Así lo dicen, otorgan y firman con los testigos instrumentales que lo<br />

son sin incapacidad para ello según manifiestan, don Carlos y don Gaspar<br />

<strong>Jovellanos</strong> y Bernaldo <strong>de</strong> Quirós, don Julio Somoza García Sala y don Faustino<br />

Pren<strong>de</strong>s y Alonso, vecinos <strong>de</strong> esta villa, a presencia <strong>de</strong> los cuales doy lectura<br />

íntegra <strong>de</strong> esta escritura <strong>de</strong> convenio a los que lo otorgan, enterados todos <strong>de</strong><br />

su <strong>de</strong>recho a leerla por sí <strong>de</strong> que ninguno hace uso y se ratifican los comparecientes.<br />

De todo lo que y <strong><strong>de</strong>l</strong> conocimiento, profesión y vecindad <strong>de</strong> los otorgantes,<br />

y <strong>de</strong> hallarse extendida esta matriz en dos pliegos <strong>de</strong> 11ª clase, números<br />

938366 y 938356, doy fe, signo y firmo.<br />

315


IV<br />

CARTAS<br />

A.- ARCHIVO FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ<br />

Sr. D. Sebastián <strong>de</strong> Soto<br />

Gijón, 27 febrero<br />

Mi estimado amigo:<br />

Tengo por contestar todavía su atenta carta <strong><strong>de</strong>l</strong> día 5 <strong><strong>de</strong>l</strong> corr. te, pero<br />

no le extrañe esta <strong>de</strong>mora, porqe. ocupaciones perentorias por un lado, mal<br />

humor por otro, y el asunto <strong><strong>de</strong>l</strong> libro qe. tengo pend. te en Madrid y que me<br />

consume gran caudal <strong>de</strong> cartas y paciencia, me <strong>de</strong>jan sin humor pa. contestar<br />

a los amigos con quienes tengo respuesta pendiente. Al grano.<br />

Según me dijo Marquerie, tenía Vd. ya en su po<strong>de</strong>r las placas instantáneas.<br />

Este es, por lo tanto, asunto concluido. El tablero <strong>de</strong> ajedrez, lo tengo<br />

en mi casa, harto convencido <strong>de</strong> que el gaznápiro <strong><strong>de</strong>l</strong> ebanista, no haría cosa<br />

<strong>de</strong> provecho. Sólo espero una oportunidad p. a tener por quien remitírselo.<br />

No se olvi<strong>de</strong> Vd. <strong>de</strong> anunciarme su marcha a Labra o Posada; porque<br />

a la verdad, si cuando esté Vd. en el primer punto, no me remite los datos que<br />

le pida, (contando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego con su buena voluntad) será cosa <strong>de</strong> regalarle<br />

a Vd. un cordón <strong>de</strong> seda azul, como dir que fai el Sultán, cuando algún gran<br />

visir se le atraganta en el gargüelu.<br />

Vamos al caso, ahora. Coja Vd. por 2.ª vez la obra Nuevos Datos... etc<br />

y en vez <strong>de</strong> la pág. 91 que me cita, ábrala por la pág. 43, y leerá: Extracto <strong>de</strong>...<br />

hecho por don J. S. Ceán Bermú<strong>de</strong>z. De manera que no fui yo, sino Ceán,<br />

quien hizo el Extracto, y al citar la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> leonés a que Vd. se refiere, habla<br />

<strong>de</strong> sí propio en tercera persona, y <strong>de</strong> aquí se habrá originado seguramente el<br />

quid pro quo.<br />

Respecto al para<strong>de</strong>ro <strong><strong>de</strong>l</strong> ms., nada sé. Pero, coja Vd. ahora las Obras<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, edición Riva<strong>de</strong>neyra (Fermín las tiene) y en el tomo 2º pág.<br />

361, 1ª carta a Ceán Bermú<strong>de</strong>z, verá Vd. que el susodicho ms. paraba en<br />

Cangas <strong>de</strong> Onís en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Ruenes (no Luenas, como dice erróneam. te el<br />

texto). Lea Vd. dicha carta <strong>de</strong> cabo rabo porque no tiene <strong>de</strong>sperdicio.


318<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Del otro libro ms. <strong>de</strong> L. D. <strong><strong>de</strong>l</strong> Valle (que es una obra en dos tomos)<br />

para la Primera parte (o 1er volumen) en el Instituto <strong>de</strong> Gijón (v. e mi catálogo<br />

<strong>de</strong> mass. pág. 72) y la segunda parte en el Colegio Mayor <strong>de</strong> San Bartolomé<br />

<strong>de</strong> Salamanca, según referencia que <strong>de</strong> la Biblioteca <strong>de</strong> dicho Colegio hace el<br />

Sr. Marqués <strong>de</strong> Alventos (?). De modo que si se copió el ms. <strong>de</strong> Ruenes p. a<br />

enviárselo a Ceán, el original, claro que se le <strong>de</strong>volvió al susodicho Ruenes,<br />

y <strong>de</strong>be estar en Cangas <strong>de</strong> Onís. ¡Sus, muchacho! Embrida el caballo y corre<br />

por él, antes que se lo merien<strong>de</strong>n los ratones ¡!<br />

— Vamos ahora a la lápida.<br />

Coja Vd. la <strong>Asturias</strong> Monumental <strong>de</strong> Vigil, pág. 299 (Núm. J 1º, lám.<br />

J1) léala Vd. y sabrá tanto como Vigil y como yo. La lápida estaba entonces<br />

(en 1795) en la pared <strong>de</strong> una quinta prop. ad <strong>de</strong> don José Antonio Ruénes junto<br />

al camino <strong>de</strong> Corao en la parroquia <strong>de</strong> Abamia, y como en ese mismo camino está<br />

la parroquial <strong>de</strong> S. ta María <strong>de</strong> Villaver<strong>de</strong>, esta S. ta María es la S. ta Marina <strong>de</strong><br />

que habla Ceán, pues sabido y corriente es que nuestros paisanos corrompen<br />

el vocablo diciendo Marina por María y la proximidad <strong><strong>de</strong>l</strong> sitio y las referencias<br />

dichas, todas convienen en un mismo punto. Las citas <strong>de</strong> Risco, Ceán,<br />

Quadrao, etc. van al pie, y pue<strong>de</strong> Vd. comprobarlas. Pero la mejor cita y confrontación<br />

<strong>de</strong> todas, es el mismo Diario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Vaya Vd. a la quinta que<br />

tiene en Luarca, Alejandrino Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca, y que hoy habita su tía<br />

(criada que fue <strong>de</strong> don Vicente Abello) poseedora <strong>de</strong> los Diarios, mujer ignorante<br />

e inculta. Catequízela (sic) Vd., arránquele <strong>de</strong> buen grado o por maña<br />

los nueve diarios inéditos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>: publíquelos <strong>de</strong>spués, y se inmortaliza<br />

Vd. y <strong>de</strong>ja bizcos a todos los pitos y gallos <strong>de</strong> La Quintana. Si yo tuviera la<br />

facilidad que Vd. tiene <strong>de</strong> movilizarse, ya estaba allá y habría arramblado<br />

cuanto guarda <strong>de</strong> libros, mss. y objetos antiguos, aquella grandísima tarasca.<br />

Pero Gijón está lejos <strong>de</strong> Luarca, y así como Ceán se lamentaba que se moriría<br />

sin ver impresa la mejor <strong>de</strong> todas las obras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, así yo, transcurridos<br />

ya setenta años <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Ceán (murió en 1819) creo que moriré<br />

también sin ver impresa la magna obra <strong><strong>de</strong>l</strong> más ilustre <strong>de</strong> todos los hijos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

principado. Si Vd. lograra rescatar aquella joya <strong>de</strong> manos <strong>de</strong> aquella arpía,<br />

<strong>de</strong>jaba Vd. patitiesos y patidifusos a Fermín... ¿Fermín dije? Muchísimo cuidado:<br />

reserva y silencio, sobre todo esto. Ese, en cuanto pesca una i<strong>de</strong>a, por el<br />

insensato afán <strong>de</strong> ser el primero en darle publicidad, la tuerce, la cambia, la<br />

disloca, la tergiversa, y saca... un ciempiés.<br />

Sigamos con la lápida. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las citas q. e evacúa Vigil, también<br />

dice no sé qué, una obra titulada Las Glorias nacionales <strong>de</strong> M. Ortiz <strong>de</strong> la Vega<br />

(tomo V, pág. 476) que son dos notas puestas sobre las inscripciones <strong>de</strong> la<br />

población <strong>de</strong> Vadinia. Este nombre, me recuerda, que hay una moneda con<br />

caracteres ibéricos en el monetario <strong>de</strong> Vidal Quadras, <strong>de</strong> Barcelona, cuya<br />

leyenda tradujeron así Medainum (límite <strong>de</strong> los Cántabros y Astures). Pues si


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

la interpretaran mejor, verían claramente que Vadinia y Medainum son una<br />

misma localidad; que seguram. te no habría muchas <strong>de</strong> importancia en los<br />

lin<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> unas y otras tribus. Con lo dicho, basta y sobra p. a que haga Vd.<br />

un apunte por or<strong>de</strong>n cronológico <strong>de</strong> autores, <strong>de</strong> todo lo que se haya escrito<br />

sobre dichas lápidas, con las opiniones <strong>de</strong> cada uno, y los errores cometidos,<br />

que <strong>de</strong>ben ser gordos; pero entiendo que para mayor esclarecimiento, hay<br />

que ir a Luarca a consultar lo q. e dice <strong>Jovellanos</strong>. Note Vd. la frase <strong>de</strong> Ceán<br />

en los Nuevos datos, pág. 91, línea 11... y discurre sobre ella. Este discurso <strong>de</strong>be<br />

tener miga, porq. e recientemente, he sacado copia <strong>de</strong> una carta inédita <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> a Posada, sobre dos inscripciones asturianas, que prueban la profundidad<br />

<strong>de</strong> su saber en esta materia. La inscripción es <strong>de</strong> Lancia. <strong>Jovellanos</strong><br />

en carta a Posada (Obras. tom 20. pág. 204 dice: “hay en su colección alguna<br />

inscripción que cita el convento lucense <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> o <strong>de</strong> los astures lucenses”.<br />

Y no canso más.<br />

Creo me enseñó Vd. entre las monedas <strong>de</strong> su última adquisición<br />

monetaria una <strong>de</strong> Carisio; pero, entendámonos: este Carissio, ¿es Publio<br />

Carissio, que a las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Augusto venció a Lancia y los Astures en la 2ª<br />

guerra cantábrica el año 20 a. <strong>de</strong> J.C.? ¿o era <strong>de</strong> Marco Agrippa, yerno <strong>de</strong><br />

Augusto, que los sujetó, terminando la guerra el año 19 a. <strong>de</strong>. C.? Porque<br />

amigo Soto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> qe Fermín se atreve a escribir la Historia <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, se<br />

miente mucho. Y ya sea Publio Carissio o Marco Agrippa, supongo que tendrá<br />

por el Rx el busto <strong>de</strong> Augusto, pues <strong>de</strong> no tenerlo ¿quién me dice a mí<br />

que esa moneda no es <strong>de</strong> algún individuo o cónsul <strong>de</strong> la familia Carissia?<br />

Ya sabe Vd. que hay viles falsificadores, y que en esto <strong>de</strong> monedas y<br />

medallas hay que andarse con mucho tino. — Fermín me citó dos: una <strong>de</strong><br />

Asturica, que bien creo yo sea <strong>de</strong> Asturica Augusta (Astorga) citada por<br />

Vaillant; y otra <strong>de</strong> las Aras Sextianas. Pase por la primera: la segunda <strong>de</strong>be originarse<br />

<strong>de</strong> una mala lectura, y así se lo refuté en una <strong>de</strong> mis últimas cartas.<br />

Mi hermano Manuel, que vive encima <strong><strong>de</strong>l</strong> Casino, me transmitirá<br />

todas las noticias que Vd. le dé.<br />

Celebro su mejoría y completo restablecimiento. Apolinar Rato, que<br />

ya guareció <strong><strong>de</strong>l</strong> todo, viene a establecerse a <strong>Asturias</strong>, y firmísimam. te <strong>de</strong>cidido<br />

a publicar su vocabulario bable. ¡Dios nos la <strong>de</strong>pare buena! Aquello va a ser<br />

el parque o caza<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> los gazapos; porque ¡cuidado si los habrá gordos! Y<br />

eso, que la ciencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir, qe es la más difícil <strong>de</strong> todas, la salva él <strong>de</strong> un<br />

brinco, como si nada fuera.<br />

Yo, nada pienso volver a escribir. Entre impresores, libreros y<br />

Ayuntam. to, me han revuelto más las bilis que cien ataques <strong>de</strong> ictericia. ¡Son<br />

unos tíos! Gentuza sin educación, sin ley, sin <strong>de</strong>coro, ni nada <strong>de</strong>cente. Como<br />

ya todos somos iguales, viene a pelo el cantar <strong>de</strong> la sardinera:<br />

319


320<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Desque les señores<br />

metiéronse a putes<br />

non ganamos nada<br />

porque somos muches.<br />

Y el que quiera honra, que la gane.<br />

Conque así, ¡adiós! y con expresivos recuerdos a su Sra. madre<br />

(c.p.b.) sabe es muy afmo y buen amigo q. b. s. m.<br />

JULIO SOMOZA.<br />

El papel es malo, pero se escribe en él con rapi<strong>de</strong>z, y por eso lo uso439. 439 Expediente H 50/1.


(Copla popul. asturiana)<br />

Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Domingo <strong>de</strong> Ramos<br />

panizos comíamos<br />

con lleche o sin lleche,<br />

allá los tengamos.<br />

Xixón, fecha ut supra<br />

Sr. D. Sebastián <strong>de</strong> Soto y Cortés<br />

Mi buen amigo:<br />

Con muchos engue<strong>de</strong>yos en’a calavía y malditísimas ganas <strong>de</strong> escribir,<br />

se fueron pasando las horas, los días y semanas, sin pizcas <strong>de</strong> <strong>de</strong>seo, ni<br />

asomos <strong>de</strong> tentativas <strong>de</strong> empuñar la acerada y voladura pluma..., que diría<br />

un escritor gongorino <strong>de</strong> la XVIIª centuria. Pero... el tiempo vuela y llégale el<br />

turno <strong>de</strong> respuesta a su carta y no hay más remedio que apechugarla. Y sin<br />

más, al grano.<br />

— Si quiere Vd. ver los tesoros, no tiene más remedio que tomar el<br />

coche <strong>de</strong> Oviedo a Grado, <strong>de</strong> Grado a Salas, y <strong>de</strong> Salas a Luarca. Una vez en<br />

Luarca, pregunta Vd. dón<strong>de</strong> vive (en una quinta <strong>de</strong> los alre<strong>de</strong>dores) la viuda<br />

<strong>de</strong> don Vicente Abello, y dándose aires <strong>de</strong> gran amigo <strong><strong>de</strong>l</strong> difunto, penetra<br />

allí, recuerda los tiempos pasados, hace historia entre romántica y pintoresca<br />

(género agradable a las viudas) y luego (como dicen las acotaciones <strong>de</strong> las<br />

obras teatrales) toma aquella actitud que le sugiera su talento dramático.<br />

— Don Vicente Abello, era persona <strong>de</strong> sobra conocida en la sociedad<br />

ovetense. Don Inocencio <strong>de</strong> la Vallina, o Ciriaco Vigil, o Pepe Sierra, le pue<strong>de</strong>n<br />

suministrar a Vd. pormenores.— Viejo ya, se enamoró <strong>de</strong> una hermosísima<br />

muchacha que tenía en casa, y se casó con ella. ¡Naturalmente! como<br />

<strong>de</strong>cía un acuarelista inglés, volan<strong>de</strong>ro amigo mío, la Naturaleza, es muy natural.<br />

El bueno <strong>de</strong> don Vicente creyó que iba a remocicar, y la sandunguera luarquina<br />

se lo fumó en un santiamén. Ya en las postrimerías testó mi hombre,<br />

<strong>de</strong>jándole un buen hueso que roer, incluso lo que había en la casa y su biblioteca.<br />

Este último donativo, tenía una cláusula especial, a saber, que pasara a<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su sobrino Alejandro Menén<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Luarca <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento que<br />

éste entregara a la viuda dos o tres mil duros, valor, a lo que yo presumo <strong>de</strong> la<br />

mencionada biblioteca. Claro está, que eran muchos duros... <strong>de</strong> pelar, p. a el<br />

bueno <strong>de</strong> Alejandrino, antiguo pasante <strong>de</strong> Nocedal, íntegro como él, y que a<br />

pesar <strong>de</strong> todo, le dio la lata H, criticándole, bajo el supuesto nombre <strong>de</strong> W.<br />

Franquet (hacia 1859) su Vida <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

— Ahora bien, entre varios mss. <strong>de</strong> esa biblioteca, estaban los Diarios<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, y los apuntamientos <strong><strong>de</strong>l</strong> dialecto bable (también <strong>de</strong> don Gaspar).<br />

321


322<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Para más <strong>de</strong>talles, pue<strong>de</strong> Vd. leer mi artículo en Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana,<br />

págs. 193 y ss., que le pondrá en muchos pormenores.<br />

¿Cómo pasaron aquellos mss. a po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Alejandrino? Lo ignoro. La<br />

especie apuntada por Máximo Fuertes, <strong>de</strong> que los encontró en el Rastro <strong>de</strong><br />

Madrid, <strong>de</strong>be ser una solemnísima papa. Lo probable es que Alejandrino los<br />

sacara <strong>de</strong> la biblioteca <strong>de</strong> don V. Abello con o sin el consentimiento <strong>de</strong> su propietario,<br />

para que Nocedal los publicara en el 3er tomo <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> que editaba Riva<strong>de</strong>neyra. Este proyecto, fracasó, ignoro si por<br />

ruptura entre Nocedal y Alejandrino, (pues ya estaban impresas las _ partes<br />

<strong>de</strong> la obra), o por ridículos escrúpulos carlistas, o por razones económicas.<br />

Como verá Vd. en mi citado artículo, Marcelino Menén<strong>de</strong>z Pelayo tiene las<br />

pruebas impresas; <strong>de</strong> modo que en último caso se recurre a él. Yo huí <strong>de</strong> entablar<br />

relaciones literarias con este prodigio <strong>de</strong> mesticería, porque me apesta la<br />

petulante presunción con que trata a los más respetables escritores <strong>de</strong> nuestra<br />

patria.<br />

— Así que, resumiendo, y contestando <strong>de</strong> paso a sus preguntas, diré:<br />

1º.— Que la propiedad <strong>de</strong> los Diarios y apuntam.tos bables <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>, <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong> la Viuda <strong>de</strong> Abello: aunque <strong>de</strong>bieron salir para la<br />

impresión, <strong>de</strong> la biblioteca don<strong>de</strong> se guardaban... Es por lo tanto, muy verosímil<br />

que los originales manuscritos, los posea la Viuda, y que se haya sacado<br />

copia <strong>de</strong> ellos p. a la impresión.<br />

2º.— Lo <strong>de</strong> los Diarios hallado en el Rastro (que son los mismos <strong>de</strong><br />

que tratamos) <strong>de</strong>be ser una grilla que le contaron a Fuertes. Pero en absoluto,<br />

no es imposible, por razones muy largas <strong>de</strong> contar, y que no vienen a cuento.<br />

3º.— Alejandrino, cuando estaba a partir un piñón con Nocedal,<br />

intentó publicar dichos diarios y se sacaron pruebas impresas <strong>de</strong> casi todos<br />

(que hoy conserva Menén<strong>de</strong>z Pelayo). Se suspendió la publicación o por<br />

escrúpulos <strong>de</strong> escuela, o por falta <strong>de</strong> recursos, o por diferencias personales.<br />

4º.— Si la viuda posee los manuscritos, no se los ce<strong>de</strong>rá a<br />

Alejandrino, sin que éste le abone los miles <strong>de</strong> duros estipulados en la cláusula<br />

especial <strong><strong>de</strong>l</strong> testamento <strong>de</strong> Abello.<br />

5º.— Si los manuscritos paran en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Alejandrino, importa<br />

poco saber cómo los ha adquirido.<br />

Y con esto, y leer mi artículo, creo que sabe Vd. tanto como yo en esta<br />

materia.<br />

La biblioteca <strong>de</strong> Abello es riquísima no sólo en caudal, sino en calidad<br />

<strong>de</strong> obras.<br />

—————


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Quedo enterado <strong>de</strong> cuanto me dice respecto al Sr. Ruenes y al hallazgo<br />

<strong>de</strong> su lápida. Lo <strong><strong>de</strong>l</strong> manuscrito <strong><strong>de</strong>l</strong> cura <strong>de</strong> Ponga, es en efecto, muy chistoso.<br />

Si ese buen señor fuese asturiano, le agra<strong>de</strong>cería que al retorno a Labra,<br />

me remitiera nota bibliográfica <strong>de</strong> ese libro, aunque no sería imposible fuese<br />

yo por allá este verano, y la sacara yo.<br />

— No creo que le falte razón al P. e Flórez en la interpretación <strong>de</strong> la<br />

medalla <strong>de</strong> P. CARISIVS. En efecto, Delgado en su magnifica obra <strong>de</strong> Medallas<br />

autónomas, trae dicha medalla entre las <strong>de</strong> Mérida. Las ocho primeras mencionan<br />

a aquel general <strong><strong>de</strong>l</strong> siguiente modo:<br />

P. CARISIVS - LEG - PRO PR, esto es Publio Carisio, Legado pro Pretor<br />

(todas éstas son <strong>de</strong> pequeño módulo).<br />

Las cinco siguientes, <strong>de</strong> gran módulo, y sobre todo la 9ª, 10ª y 11ª que<br />

correspon<strong>de</strong>n al tipo <strong>de</strong> la que Vd. tiene, dicen P. CARISIVS LEG. AVGVSTI,<br />

o sea Publio Carisio, Legado <strong>de</strong> Augusto; y sin tener a la vista ni la obra <strong>de</strong><br />

Flórez, ni la <strong>de</strong> Delgado, conjeturo yo, que las ocho primeras monedas,<br />

correspon<strong>de</strong>rán a la época <strong>de</strong> la estancia <strong>de</strong> Carisio en Mérida y las cinco<br />

siguientes, en que se apellida Legato <strong>de</strong> augusto <strong>de</strong>ben referirse a la época en<br />

que venció a Lancia y los Asturies, y acaso en su Clave historial resuelva satisfactoriamente<br />

este punto el P. Flórez.<br />

Y a propósito: recibí el recuerdo <strong>de</strong> Vd. y se lo agra<strong>de</strong>zco, mas no lo<br />

coloco en mi monetario, porqe no siendo documento histórico, pegaría mal<br />

entre ellos. Algo tendrá Vd. en Labra <strong>de</strong> más provecho para mi colección, y<br />

creo que cultivando Vd. preferentemente la sección autónoma, no le harán<br />

bulto los ejemplares <strong>de</strong>sperdigados <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más secciones. La rareza <strong>de</strong> las<br />

autónomas se juzga por este hecho: un coleccionista <strong>de</strong> Orense, me ofrece por<br />

mi ejemplar púnico <strong>de</strong> Gadir dieciséis monedas <strong>de</strong> plata <strong>de</strong> pequeño módulo,<br />

hispano-cristianas, entre Alfonso VIII y los Reyes Católicos.<br />

— Ya le expresé a Vd. en mi anterior epístola que don Lázaro Díaz<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Valle, no era asturiano y sí leonés. Su obra, está <strong>de</strong>scrita en mi Catálogo<br />

<strong>de</strong> manuscritos págs. 72, 73 y 74. Es una in folio voluminoso <strong>de</strong> 460 páginas<br />

(sin ilustraciones), <strong>de</strong> letra muy diminuta y piojosa. Para copiarla, se necesitaba<br />

todo el batallón <strong>de</strong> escribientes <strong><strong>de</strong>l</strong> Ministerio <strong>de</strong> la Guerra, un salón<br />

como la rotonda <strong>de</strong> máquinas <strong>de</strong> la Exposición <strong>de</strong> París, diez mil kilos <strong>de</strong><br />

tinta, un cargamento <strong>de</strong> plumas y la paciencia <strong>de</strong> todos los súbditos <strong><strong>de</strong>l</strong> celeste<br />

Imperio y todos los santos <strong>de</strong> la Corte celestial. Conque... bien ve Vd. que<br />

la molestia que yo me tome es lo <strong>de</strong> menos, y lo <strong>de</strong> más, es buscar esa congregación<br />

<strong>de</strong> copiantes que por aquí no hay. Dejo aparte, luchar con la crasa<br />

ignorancia <strong>de</strong> los titulados profesores <strong><strong>de</strong>l</strong> Establecimiento, con su imbécil<br />

Director, y con la suscripción grosera <strong>de</strong> los que imaginan que vamos a<br />

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324<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

ponernos las botas con aquella empresa o a coger a Dios por una pata, como<br />

vulgarmente se dice.<br />

— Escribí a Santofirme preguntándole por su proyectada Historia <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong> y suponiendo q. e la tal obra, sería un manual ad usum <strong><strong>de</strong>l</strong>phinus y me<br />

contesta diciendo que tiene “plan y materiales para tres o cuatro tomos como<br />

el Libro <strong>de</strong> Oviedo, y que el primer volumen aparecerá en 1891”. No es mala<br />

ensalada <strong>de</strong> berenjena la que nos prepara. Materiales, no digo que no tenga,<br />

pero ¿plan? Dios le dé. Cuando la pesadumbre <strong>de</strong> tal empresa sucumbieron<br />

Martínez Marina, Canga Argüelles y Campomanes ¿se atreve a abordarla él?<br />

— Estos días me he llevado un chasco con cierto personaje, a propósito<br />

<strong>de</strong> la adquisición <strong>de</strong> una obra, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> estar conforme en que me<br />

la llevara por lo que yo quisiera, se volvió atrás, habiéndole ofrecido 31 pesetas<br />

por tres tomos. Cada vez me convenzo más <strong>de</strong> que a todos estos caballeros hay<br />

que tratarles como a rufianes, y utilizando su consejo (que me pesa en el alma<br />

no haber seguido) tomar con una mano y dar con la otra.<br />

Mil afectuosos recuerdos a Su Sra. Madre y Vd. recíbalos <strong>de</strong> su afectuoso<br />

y buen amigo.<br />

JULIO SOMOZA440. 440 Expediente H 50/1.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Gijón, San Blas <strong>de</strong> 1890<br />

Sr. D. Sebastián <strong>de</strong> Soto<br />

Mi estimado amigo: Recibí oportunamente su carta <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> enero,<br />

celebrando, a la par que su salud, el ver letra suya. Con fortuna, pero no sin<br />

daño, escapamos <strong><strong>de</strong>l</strong> terrible huésped que nos visitó el mes pasado: vaya con<br />

Dios. y no vuelva en lo q. e nos resta <strong>de</strong> vida. Aquí hizo algunas víctimas, y si<br />

continúa, <strong>de</strong>ja, no sólo memoria amarga <strong>de</strong> sí, sino terribles huellas.<br />

Me avisté con el más joven <strong>de</strong> los Marquerie y le hice presente su<br />

encargo. Contestó que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego pediría las placas al extranjero, que vendrían<br />

la semana entrante, y que él en persona se las llevaría a Vd. Si esto no<br />

es ser un fotógrafo activo y diligente, que baje Cristo y lo vea.<br />

No así el ebanista, que puso los siguientes reparos. 1º que el encasillado<br />

blanco <strong><strong>de</strong>l</strong> tablero, no es <strong>de</strong> hueso, como Vd. le había dicho, sino <strong>de</strong> marfil,<br />

como en efecto comprobé. Que las chapas <strong>de</strong> hueso que él tenía o había<br />

buscado, no servían p. a el caso, por no ser susceptibles <strong>de</strong> buen pulimento. Y<br />

que <strong>de</strong> marfil no se encontraban aquí a ningún precio. Que si a Vd. le convenía,<br />

lo que podría hacer, era, sustituir el encasillado blanco, con chapa <strong>de</strong> boj,<br />

que haría buen juego; Díjele que sería más vistoso con ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> limonero o<br />

naranjo, que tiene un pulimento muy brillante; y contestó que esas ma<strong>de</strong>ras<br />

finas tampoco se encontraban en el comercio. Con esto, queda probado que<br />

hay disculpas para todas las dilaciones, y que los ebanistas gijoneses, si no son<br />

lo peor <strong>de</strong> lo peor, son lo peor <strong>de</strong> lo más malo. Conque... Vd. dirá.<br />

Celebro que siga Vd. pescando con fortuna. No la tengo yo ni pequeña<br />

ni gran<strong>de</strong>, y eso, que estoy en puerto <strong>de</strong> mar, don<strong>de</strong> la pesca abunda; salvo<br />

que los peces <strong>de</strong> aquí están ya muy escamados <strong>de</strong> cañas y aparejos. Sí pesqué<br />

en el Ayunt. to lo que me <strong>de</strong>bían, y ¡contento yo! <strong>de</strong> que no hubieran aplazado<br />

la cosa ad kalendas graecas.<br />

La Guía <strong>de</strong> que Vd. me habla, la conozco casualm. te, por tenerla mi<br />

amigo y vecino Ignacio Ferrín, fontanero mayor <strong>de</strong> Gijón y Oviedo. Ibí<strong>de</strong>m el<br />

párrafo en que menciona el mezquino monumento funerario <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong><br />

San Pedro.<br />

Ya supe que había ido Vd. a la Riera <strong>de</strong> Colunga en busca <strong>de</strong> una<br />

Cruz, y que la cosa quedó en proyecto. De seguro le pidieron a Vd. un macón<br />

<strong>de</strong> doblones o alguna pequeñez por el estilo; porq. e nuestros paisanos, puestos<br />

a pedir, son más pedigüeños que los flamencos <strong>de</strong> Carlos quinto.<br />

Supongo no ignorará Vd. que el improvisado filólogo bable,<br />

Apolinar Rato, estuvo más allá que acá, y que la pulmonía se le complicó <strong>de</strong><br />

tal manera, que será fácil <strong>de</strong>genere en tisis. Este es el que nos ensor<strong>de</strong>cía con<br />

su vida metódica y arreglada. Por la boca muere el pez...<br />

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326<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

¿Cuándo va Vd. a Labra y a Posada? Dígolo porque tengo <strong>de</strong>ntera<br />

por saber cómo es esa medalla conmemorativa <strong><strong>de</strong>l</strong> establecimiento <strong>de</strong> la<br />

masonería: en Gijón.<br />

Anímese Vd. a hacer un Inventario <strong>de</strong> las que tenga; y si algún día le<br />

inspirasen a Vd. tedio o cansancio, ya sabe don<strong>de</strong> serán recibidas con los brazos<br />

abiertos.<br />

Mucho celebro el buen estado <strong>de</strong> salud <strong>de</strong> su Sra. Madre, a la que<br />

presentará Vd. mis respetos y dará mis recuerdos, recibiéndolos también <strong>de</strong><br />

esta fma. y muy especialm. te <strong>de</strong> su afectuoso amigo.<br />

JULIO SOMOZA441. 441 Expediente H 50/1.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Gijón, 21 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1890<br />

Sr. D. Sebastián <strong>de</strong> Soto<br />

Mi estimado amigo: Recibí su carta y luego <strong>de</strong> leída, puse toda la diligencia<br />

posible en averiguar los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la persona que me cita (a<br />

quien <strong>de</strong> vista conozco) y que bien o mal hilvanados, pue<strong>de</strong>n resumirse en lo<br />

siguiente:<br />

Ese Srº. Afr. 442 fue primero ayuda <strong>de</strong> cámara en casa <strong>de</strong> Pidal y <strong>de</strong><br />

Gastañaga, luego, portero o Conserje <strong>de</strong> esa Universidad; <strong>de</strong>spués, ambulante<br />

<strong>de</strong> correos durante algunos años, más tar<strong>de</strong>, inspector <strong>de</strong> policía, cesante<br />

luego; empleado 2ª vez con igual cargo y hasta hace poco Suplente <strong><strong>de</strong>l</strong> jefe <strong>de</strong><br />

municipales en esta villa. En la actualidad está cesante.<br />

De su carácter y conducta, dan todos buenos informes, suponiéndole<br />

servicial y atento en el cumplimiento <strong>de</strong> su cargo. Está casado y no tiene<br />

familia.<br />

Es tal supuesto, le creo apto para el <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> cualquier comisión<br />

o encargo que Vd. quiera confiarle, pero tocante a cuestiones <strong>de</strong> dinero,<br />

nada digo ni afirmo, porque en semejante materia <strong>de</strong> nadie respondo, y ninguna<br />

reflexión sobre tan <strong><strong>de</strong>l</strong>icado fruto pudo hacerle a Vd., que Vd no se<br />

haya hecho a sí propio.<br />

No hay que pedir gran virtud e integridad a la gente que carece <strong>de</strong><br />

recursos y tiene muchas necesida<strong>de</strong>s, porque claramente se ve que ellos han<br />

<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse siempre los más necesitados.<br />

— Si son servicios, los que Vd. preten<strong>de</strong> <strong>de</strong> ellos, lo harán con la retribución<br />

<strong>de</strong>bida, si encargos, í<strong>de</strong>m. Si limosnas, no les creo suficiente conocedores<br />

<strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo, para socorrerlas <strong>de</strong>bidamente, consi<strong>de</strong>ro<br />

más apropiado para este caso a Roque Tuya, a quien Vds. conocen, y <strong>de</strong><br />

cuya integridad y buen crédito tengo las mejores noticias. Sólo para esta caritativa<br />

empresa, le ofrezco a Vd. mi cooperación si por acaso la necesitare.<br />

Hay aquí muchas miserias, dolencias y necesida<strong>de</strong>s que socorrer, y no son<br />

seguramente las mayores, las <strong>de</strong> los pobres que pi<strong>de</strong>n <strong>de</strong> puerta en puerta o<br />

en medio <strong>de</strong> la calle.<br />

Mi hermano Manuel, me escribió, para que <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Vd. entregara<br />

cinco pesetas al pobre <strong>de</strong> cáncer (así le llaman) que vive en la plazuela <strong>de</strong><br />

la Corrada en Cima<strong>de</strong>villa. Se las entregó mi mujer, y preguntó con mucho<br />

agra<strong>de</strong>cimiento si “sería <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> una señora que solía darle una medicina<br />

p. a curarse”. Como mi mujer ignoraba lo <strong><strong>de</strong>l</strong> bálsamo <strong>de</strong> su Sra. Madre, le<br />

dijo que era por encargo <strong>de</strong> don Sebastián, quedando el infeliz muy agra<strong>de</strong>cido.<br />

442 Estas parecen ser las siglas, pero la caligrafía es algo dudosa.<br />

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328<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Ayer fue día <strong>de</strong> gran jolgorio con la inauguración <strong>de</strong> la nueva iglesia.<br />

Mil respetuosos recuerdos a su Sra. Madre, y Vd. man<strong>de</strong> como guste a su<br />

muy af. mo amigo.<br />

JULIO SOMOZA443. 443 Expediente H 50/1.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Gigia, in ora maris<br />

día <strong>de</strong> Sto Tomás <strong>de</strong> 1893<br />

Sr. D. n Sebastián <strong>de</strong> Soto y Cortés, Soto Posada, Soto Rivero, Soto Posada<br />

(bis), Posada-<strong>Jovellanos</strong>, etc., etc., etc.<br />

Mi muy caro amigo y colega en chifladura:<br />

Pero ¡hombre <strong>de</strong> Dios! ¿ahora <strong>de</strong>spierta Vd. <strong><strong>de</strong>l</strong> inacabable sueño, y<br />

me toca a rebato con el hallazgo <strong>de</strong> nuestro amado dueño el Señor don<br />

Fernando Séptimo? (que allá nos espere por muy luengos años).— Pues<br />

amigo <strong><strong>de</strong>l</strong> alma, me ha pillado Vd. con un humor más negro, <strong><strong>de</strong>l</strong> que, a las<br />

presentes fechas, tendrá Martínez Campos, y su legión <strong>de</strong> 25.000 hombres,<br />

acampados a orillas <strong><strong>de</strong>l</strong> Oro, y sin saber a que carta quedarse, teniendo q. e<br />

contentarse con ver la en<strong>de</strong>moniada geta <strong>de</strong> Muley-Araaf, y <strong>de</strong> todos los<br />

zarramplines que le acompañan.— ¡Y Vd., en tanto, ro<strong>de</strong>ado <strong><strong>de</strong>l</strong> precioso<br />

coro <strong>de</strong> ágatas, cornerinas, ónix, sardónicas, ópalos, amatistas, y más camafeos<br />

y piedras preciosas grabadas, habidas y por haber. ¡Largárame Vd. con<br />

mano pródiga aquella saca <strong>de</strong> ochavos viejos que antaño me enseñó, y vería<br />

Vd. cuán rápida y milagrosamente se me <strong>de</strong>svanecía el mal humor, y se trovaba<br />

en risa y en jovial contento mi negra hipocondría!<br />

Ahora al grano.<br />

Tengo a mi pobre hermano muy enfermo en Castellón, p. a don<strong>de</strong> ha<br />

pedido el reemplazo, fijando a la vez allí su resi<strong>de</strong>ncia, por si con el cambio<br />

<strong>de</strong> vida y clima pue<strong>de</strong> encontrar alivio a su dolencia; pero ya está el mal muy<br />

avanzado, y dudo q. e lo pueda atajar.<br />

Yo he pasado dos meses crueles con la enfermedad <strong>de</strong> mi hija, pues<br />

el médico <strong>de</strong> cabecera se equivocó en el diagnóstico <strong>de</strong> la enfermedad,<br />

tomando por fiebre gástrica, lo q. e era clara y visiblemente fiebre tifoi<strong>de</strong>a,<br />

según <strong>de</strong>clararon unánimes los facultativos a quienes <strong>de</strong>spués llamé. Gracias<br />

que la naturaleza a esa edad, sabe más q. e todos ellos, y salió avante <strong><strong>de</strong>l</strong> peligro,<br />

encontrándose hoy completamente repuesta.<br />

Motivo tal, fue causa <strong>de</strong> que abandonara papeles, monedas y libracos,<br />

suspendiendo mi trabajo numismático-histórico-epigráfico sobre la guerra<br />

cantábrica y sus <strong>de</strong>rivaciones. Pensé escribirle a Vd., por si quería dar<br />

algún paso p. a ver si atinaba con el para<strong>de</strong>ro <strong><strong>de</strong>l</strong> Ms. <strong>de</strong> su pariente don<br />

Antonio Cortés Llanos titulado: Investigaciones sobre VADINIA, población romana<br />

(sería mansión... ¡y gracias!) en el Concejo <strong>de</strong> Cangas <strong>de</strong> Onís, pero me retrajo<br />

<strong>de</strong> semejante propósito el ignorar su para<strong>de</strong>ro. No pue<strong>de</strong> Vd. imaginar los<br />

dislates y especies disparatadas que se han dicho y estampado a propósito <strong>de</strong><br />

la guerra cantábrica, sugeridas más por el amor propio nacional o la vanidad<br />

provincial, y <strong>de</strong>rivadas otras <strong>de</strong> la falta <strong>de</strong> crítica y estudios serios y funda-<br />

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330<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

mentales, tales como el conocimiento exacto, y estrategias militar romana.—<br />

Yo no sé qué hacer, si continuarlo o <strong>de</strong>jarlo, porque aunque tengo reunidos<br />

muchos datos <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia diversa, me llevaría mucho tiempo el <strong>de</strong>purarlos<br />

y analizarlos con la <strong>de</strong>bida parsimonia.<br />

Pensando en esto, se me presentaron en casa dos alojados, reservistas<br />

<strong>de</strong> esta zona, uno <strong>de</strong> Llanes, y otro <strong>de</strong> Posada— ¡calla! dije yo —¿Usted es <strong>de</strong><br />

Posada?<br />

R. — Sí señor, <strong>de</strong> allá soy.<br />

— ¿Y qué hacía Vd. allá?<br />

R. — Trabajaba en la carretera <strong>de</strong> la Rebollada a Posada.<br />

— ¿Está corriente ya?<br />

R. — Sí señor: ya se pue<strong>de</strong> ir en coche o a caballo hasta Onís.<br />

— Menos mal ¿conocerá Vd. a don Sebastián Soto?<br />

R — Vaya si le conozco. Allá está, en Posada, en el palacio, poniéndole<br />

una verja <strong>de</strong> hierro nueva, muy guapa.<br />

¡Acabáramos <strong>de</strong> una vez! dije yo. Porque ha <strong>de</strong> saberse Vd. que ya<br />

fui por tres a la calle <strong>de</strong> Ezcurdia, núm 8 piso 1º <strong>de</strong> la izquierda; y a la primera,<br />

me encontré con Justa y su criada, q. e me dijeron estaban todos Vds.<br />

ausentes, y a la 2ª y 3ª vez, me encontré con la casa cerrada a piedra y lodo,<br />

sin tener bicho viviente a quien preguntar. La Fortuna me <strong>de</strong>paró a doña<br />

Baldomera G. Barrosa inquilina <strong><strong>de</strong>l</strong> 2º y ésta me dijo que vivían Vds. en<br />

Oviedo, hacia la Pte nueva alta, por don<strong>de</strong> conjeturé que sería en la misma<br />

calle y casa <strong>de</strong> S. Roque a don<strong>de</strong> dirijo la presente carta.<br />

Tengo guardada p. a Vd., conforme le prometí, la nota hidrográfica <strong>de</strong><br />

todos los ríos <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, según los planos <strong>de</strong> Schulz y <strong>de</strong> López. También<br />

recorté y guardé los cuatro artículos que publicó el Carbayón sobre las antiguas<br />

minas <strong>de</strong> cobre y cobalto <strong><strong>de</strong>l</strong> Aramo <strong>de</strong>scubiertas recientte. por el ingeniero<br />

Van-Straalen, notabilísimo geólogo y anticuario, que ha recogido muy<br />

bellos ejemplares <strong>de</strong> los primitivos pobladores <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, según relato <strong>de</strong><br />

Felipe Valdés, mi convecino que los ha visto.<br />

Una i<strong>de</strong>a, por si no le hablé <strong>de</strong> ella. —Nunca pu<strong>de</strong> atinar porqué don<br />

Gaspar y don Fr. co <strong>de</strong> Paula <strong>Jovellanos</strong> fueron tutores <strong>de</strong> mi abuela doña<br />

Manuela Blanco e Inguanzo <strong>de</strong> Cirieño. Pero recordando que su bisabuela <strong>de</strong><br />

Vd. doña Juana Jacinta <strong>Jovellanos</strong> que residió continuamente en Cangas<br />

<strong>de</strong> Onís, tendría relaciones o amistad con mi bisabuela doña Benita Inguanzo<br />

<strong>de</strong> Cirieño; se originaría <strong>de</strong> esta amistad el nombramiento <strong>de</strong> tutores a favor<br />

<strong>de</strong> los dos hermanos <strong>de</strong> doña Juana Jacinta, don Francisco y don Gaspar. —


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Mi abuela fue bautizada en Sebarga, barrio <strong>de</strong> dicha parroquia, a la margen<br />

<strong>de</strong>recha <strong><strong>de</strong>l</strong> Ponga. Aún <strong>de</strong>ben subsistir por allí, <strong>de</strong>scendientes <strong><strong>de</strong>l</strong> apellido<br />

Blanco, dueños quizá <strong><strong>de</strong>l</strong> solar.<br />

Su compañero ecuestre, Fontanellas, se casa mañana con la hija <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

doctor Bellmunt. Y Vd. en tanto, ¿sigue siendo gala <strong>de</strong> la soltería?<br />

El fraile <strong><strong>de</strong>l</strong> Escorial444 hace mucho tiempo que está mudo, y me temo<br />

que enfermo. Escribe mucho, y esto le perjudica.<br />

Santas y felices Pascuas: consérvese Vd. bueno y saludando a su respetable<br />

Mamá, déjese ver pronto por estos barrios, y entonces le echará una<br />

morrocotuda repasata, su afectuoso amigo, y enraizado compinche.<br />

Julio César, Imperator<br />

Pontífice, Padre <strong>de</strong> la Patria, y otras zarandajas.<br />

S/C<br />

Covadonga. 55. Recuerdos a nuestro buen amigo Ciriaco 445.<br />

444 Fray Miguélez.<br />

445 Expediente H 50/1.<br />

331


332<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Gigia, in ora maris<br />

XV Kal. Jannuarius MDCCCXCIIII<br />

Sr. D. Sebastián <strong>de</strong> Soto<br />

Mi querido amigo:<br />

No hay más remedio que armarse <strong>de</strong> paciencia y tolerancia, y capear<br />

el temporal como buenamente se pueda. Conque ¡al avío!<br />

Paso por alto el modo que Vd. tiene <strong>de</strong> contestar cartas, prometiendo<br />

p. a cuando tenga humor p. a ello. Bueno. Por lo que no paso, es por que Vd.<br />

me endilgue textos cántabros-astúricos, con el gracioso empeño <strong>de</strong> que se los<br />

vierta al romance. Eso sí que no don Sebastián. Pase por la primera vez pero<br />

p. a otra, me planto, ni más ni menos q. e caballo querencioso.<br />

Yo no sé latín; y si lo <strong><strong>de</strong>l</strong>etreo es por su conexión con nuestra lengua y<br />

con las otras neo-latinas. Pero <strong>de</strong> aquí, a traducir, aunque sea mal, media<br />

mucho camino. Y así, <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> complacerle, tuve que apelar a los buenos<br />

oficios <strong>de</strong> un amigo <strong>de</strong>... Madrid, que me envió la traducción <strong>de</strong> que le incluyo<br />

copia al pie <strong>de</strong> sus propios textos. Para todo esto, necesité buscar a un<br />

amigo y endosarle el mochuelo, lo cual, como Vd. harto compren<strong>de</strong>, pue<strong>de</strong><br />

pasar una vez, pero dos sería ya <strong>de</strong>masiada lata (como dicen en el pintoresco<br />

vocabulario <strong>de</strong> la hampa mo<strong>de</strong>rna), y ya no estoy dispuesto a dársela a nadie<br />

aunque me aspen (o me pongan en sotuer que diría un heráldico traduciendo<br />

ramplonamente <strong><strong>de</strong>l</strong> francés).<br />

Otrosí: el traductor, me advierte, que los textos latinos están o mal<br />

escritos o mal copiados, puesto que no hacen sentido literal, y q. e hizo la traducción<br />

adivinando algunas cosas. De don<strong>de</strong> <strong>de</strong>duzco yo, por la ortografía<br />

empleada en los textos (y por j, y u por v) que Vd. tomó el texto <strong>de</strong> alguna<br />

edición antigua <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVI ó XVII, y que su escasa vista por un lado, y los<br />

errores tipográficos por otro (y que abundan muchos en los clásicos) motivaron<br />

la incorrección <strong>de</strong> que el traductor se queja.<br />

Aun con muchos materiales acumulados, he <strong>de</strong>sistido ya <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo<br />

De bello Cantábrico. Se necesitan muchos elementos <strong>de</strong> que yo carezco, más<br />

salud, y más quietud <strong>de</strong> espíritu <strong>de</strong> la que yo poseo. A<strong>de</strong>más, cuando leí la<br />

estadística que ya le cité <strong><strong>de</strong>l</strong> Ministerio <strong>de</strong> Fomento, sobre población e instrucción<br />

pública española, y hallé que <strong>de</strong> una población total <strong>de</strong><br />

18.000.000 <strong>de</strong> habitantes, había<br />

¡¡12.000.000!! que no sabían leer<br />

ni escribir, se me cayó el alma a los pies, y <strong>de</strong>smayé <strong><strong>de</strong>l</strong> todo. ¿A qué afanarse<br />

ni hacer investigaciones eruditas si nadie las ha <strong>de</strong> leer más que cuatro<br />

raros como Vd., Vigil, Vigón y yo?


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Nada, nada, cepos quedos. Estudiar, leer, e investigar siempre... pero<br />

nada <strong>de</strong> darle al público semejantes raciones indigestas. Estómago habituado<br />

a fabes y boroña, son indignos <strong>de</strong> pala<strong>de</strong>ar las sublimes salsas <strong><strong>de</strong>l</strong> arte culinario.<br />

Creo que me <strong>de</strong>be Vd. dos cartas (con la respuesta a la presente), y<br />

así, prepárese a contestarlas, o me convierto en estatua <strong>de</strong> jaspe, y ya le doy<br />

yo trabajo al que me haga hablar.<br />

Y saludando a su Sra. mamá, sabe es suyo buen amigo.<br />

JULIO SOMOZA446. 446 Expediente H 50/1.<br />

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334<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Sr. D. Ricardo Bartolomé y Mas<br />

Muy señor mío y <strong>de</strong> mi consi<strong>de</strong>ración.<br />

Una casualidad hizo que me fijara en la esquela <strong>de</strong> <strong>de</strong>función <strong>de</strong> su<br />

Sr. Padre político, fallecido en 5 <strong><strong>de</strong>l</strong> presente mes y aunque comprendo que<br />

los actuales tristes momentos no sean para Vd. los más oportunos para tratar<br />

la materia <strong>de</strong> que voy a ocuparme, no obstante, lo hago, amparándome <strong>de</strong> su<br />

benevolencia y confiado en que el interés histórico que mueve mi pluma disculpara<br />

el atrevimiento <strong>de</strong> esta intromisión. El Centenario <strong><strong>de</strong>l</strong> fallecimiento<br />

<strong>de</strong> don Gaspar Melchor <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> hijo insigne <strong>de</strong> este pueblo, ornamento<br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> y gloria inmarcesible <strong>de</strong> la Patria, que se celebra este año, ha<br />

puesto en movimiento a varios <strong>de</strong> sus admiradores y singularmente a los<br />

rebuscadores <strong>de</strong> sus escritos, recuerdos y memorias.<br />

La larga, profunda y paternal amistad que unió al 1er Con<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

Cabarrús con <strong>Jovellanos</strong>, hasta el triste momento <strong>de</strong> su ruptura en julio <strong>de</strong><br />

1808, consignada está en multitud <strong>de</strong> escritos, libros y sucesos, y singularmente,<br />

en la Memoria en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la Junta Central <strong>de</strong> aquel benemérito asturiano;<br />

más todavía, a mi juicio, no ha sido <strong>de</strong>bidamente estudiada la vida <strong>de</strong><br />

uno y otro escritor, con toda la extensión <strong>de</strong>bida. Parece ser que Mr. Paul<br />

Labrouche, literato francés (<strong>de</strong> Bayona), abrigaba tal intento, pero hasta la<br />

fecha, aún no la llevó a cabo, y creo <strong>de</strong>be tenerle en proyectado estudio.<br />

Uno <strong>de</strong> mis amigos <strong>de</strong> esta localidad (don Alejandro Alvargonzález)<br />

posee importantes mss. inéditos (autógrafos algunos, referentes a don<br />

Francisco Cabarrús y Aguirre (I Con<strong>de</strong>), y también existen en gran número,<br />

en un rico archivo local. Ahora bien, en el archivo <strong>de</strong> la Cabarrús, o entre los<br />

papeles que conserve su familia, <strong>de</strong>be existir la numerosa correspon<strong>de</strong>ncia<br />

que <strong>Jovellanos</strong> mantuvo con él en diversas épocas <strong>de</strong> su vida, y singularmente,<br />

en la anterior y posterior a la prisión <strong>de</strong> su amigo (1790-1795), muy<br />

interesante, por cierto.<br />

Si Vd. supiera <strong>de</strong> ella, nos haría extremado favor en comunicárnoslo,<br />

y si fuera fácil su adquisición, ya en original o en copia, por permuta o<br />

cambio, también nos complacería en sumo grado, con el noble y legítimo<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> publicarla luego.<br />

Esto es lo que por el momento se nos ocurre, a los admiradores <strong>de</strong><br />

nuestro insigne coterráneo; y yo, en nombre <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> ellos me dirijo a<br />

Vd., rogándole nos ilustre sobre el particular, a la vez que con tan patriótico


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

anhelo, me ofrezco particularmente a sus ór<strong>de</strong>nes para todo aquello en que<br />

me conceptúe útil, y con cuyo grato motivo, me reitero <strong>de</strong> Vd. muy atento y<br />

fino servidor.<br />

q.b.s.m.<br />

J.S.<br />

Gijón. 25, enero, 1911 447.<br />

447 Expediente H 50/1.<br />

335


336<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Sr. D. A. Ricardo Rodríguez<br />

Gijón, último día <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1924<br />

Mi bondadoso y estimado amigo:<br />

Recibo su amable y provocativa carta, y... pego un salto; no porque Vd.<br />

sea provocativo ni muchísimo menos, sino porque ese buen amigo que tiene tan<br />

raros modos <strong>de</strong> hacer citas, le pone a Vd. <strong><strong>de</strong>l</strong>ante para que lleve los palos. Y si<br />

no, oído a la caja... <strong><strong>de</strong>l</strong> redoblante.<br />

Supongamos por un momento que yo tengo a mano la edición <strong>de</strong> las<br />

Obras <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, <strong>de</strong> R. M. Cañedo, que son siete tomos <strong>de</strong> 4º. Supongamos<br />

más aún: que tengo a la vista, la voluminosa, en dos tomos, y aumentada <strong>de</strong><br />

la edic. Riva<strong>de</strong>neyra, <strong>de</strong> 1858, que, reducidos a la letra y tamaño <strong>de</strong> la anterior,<br />

constituirían catorce tomos <strong>de</strong> lectura. Ainda máis, que unido a ella, estuvieran<br />

todo los mss. que yo imprimí, que harían (con lo anterior, un conjunto<br />

<strong>de</strong> veinticinco tomos en 4º) <strong>de</strong>jando a un lado lo inédito. ¿Encontraría Vd.<br />

natural que yo retuviera en mi pobre magín tan inconmensurable caudal <strong>de</strong><br />

citas?<br />

Pues espere un poco: si yo tuviera 37 años menos <strong>de</strong> los q. e tengo, o<br />

sea, 40, todavía podría, haciendo un esfuercillo, tal vez atinar con la q. e Vd.<br />

me pi<strong>de</strong>, revolviendo, hurgando y consultando en mis apuntes. Pero Vd., que<br />

está predicando a todas horas, la rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> la vida, y la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia y acabamiento<br />

<strong>de</strong> los seres humanos, ¿me viene Vd. ahora con esas guasitas?<br />

¡Cállate, hombre! que no asamos y ya pringamos. Cuando se publicó la edición<br />

XII (creo fue la XII ó XIV) <strong><strong>de</strong>l</strong> Diccionario <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Lengua,<br />

venía atiborrado <strong>de</strong> citas <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, tales y tantas, y en tal número, y tan<br />

raras, que me cansé <strong>de</strong> recibir cartas <strong>de</strong> gentes amigas o incógnitas, pidiéndome<br />

la referencia y precisión <strong>de</strong> las citas. ¡Oh, la cólera <strong>de</strong> don Julio, por<br />

aquellas fechas! rayó en lo inverosímil. ¡Y era natural! En España, hay la perversa<br />

costumbre (símbolo <strong>de</strong> la pereza <strong>de</strong> la raza) <strong>de</strong> citar textos <strong>de</strong> autores,<br />

sin puntualizar los pasajes <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se toman: ¿lo vé Vd. claro, hombrín <strong>de</strong><br />

Dios? ¿Si, eh,? pues a otro perro con ese hueso, que en mi casa, es cama <strong>de</strong><br />

galgos, y no los hay.<br />

Creí, <strong>de</strong> pronto, al leer la cita que estaría en las Cartas a Ponz, o en el<br />

portentoso y asombroso Discurso sobre los medios <strong>de</strong> promover la felicidad <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong> (escrito en 1781, a los 37 años, <strong>de</strong> edad), o en la Instrucción p. a la formación<br />

<strong>de</strong> un Diccionario geográfico <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> (escrito en 1804: edic.<br />

Riva<strong>de</strong>neyra; tomo I, pág. 343; con el título equivocado). Mas no obstante<br />

tener la edición que manejo habitualmente, plagada <strong>de</strong> llamadas, acotaciones,<br />

referencias, y notas marginales, no dí con la que Vd. me transcribe. No le negaré,<br />

que me da un poco <strong>de</strong> tufillo, así por lo <strong>de</strong> chupar menos jugos, como por<br />

lo <strong>de</strong> la pasión regionalista, tópico actual muy en boga.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Porque sobre el verda<strong>de</strong>ro y el falso o aparente regionalismo, habría algo<br />

que discernir. Cierto que muchos lo consi<strong>de</strong>ran idolátricamente, como lo mejor<br />

<strong>de</strong> lo mejor, suponiendo, que fuera <strong>de</strong> lo <strong>de</strong> su casa, todo lo restante <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo<br />

es inferior, o sea, los cuatro pies <strong>de</strong> la bullanga, mojiganga, morondanga y maturranga.<br />

Qué<strong>de</strong>se tal concepto para los <strong>de</strong> menguado cerebro; y acotemos con<br />

la frase <strong><strong>de</strong>l</strong> Kaisar, <strong>de</strong> que “aquel país será más libre, que subvenga sin ajeno<br />

auxilio a todas sus necesida<strong>de</strong>s”; que es lo contrario <strong><strong>de</strong>l</strong> apotegma <strong>de</strong> Sir<br />

Roberto Ped: “toda nación que necesita <strong><strong>de</strong>l</strong> carbón <strong>de</strong> Inglaterra, será siempre<br />

tributaria (supla esclava) suya”.<br />

Y adiós te queda, que anda el pueblo como loco, esperando a Primo <strong>de</strong><br />

Rivera.<br />

A Marcelo, mil apretados abrazos, y que voy a sufrir el horrible tormento<br />

<strong>de</strong> corregir la prueba <strong>de</strong> mi último libro <strong>de</strong> Bibliografía regionalista, que<br />

me apadrina la Diputación Provincial (porque <strong>de</strong> otro modo, imposible <strong>de</strong><br />

toda imposibilidad).<br />

Lo <strong>de</strong> la Fe <strong>de</strong> Erratas, publicada en el Boletín <strong>de</strong> la Bibliot. <strong>de</strong><br />

Menén<strong>de</strong>z Pelayo, es cosa <strong>de</strong> Vicente Serrano, que vive en León (calle <strong>de</strong><br />

Serranos, núm. 10 pral.).<br />

Nada más: que pase Vd. buen verano; nuevo abrazo a Marcelo; y al<br />

amigo <strong><strong>de</strong>l</strong> encargo jovellanista, que no sea chinche, que estoy en la frontera<br />

<strong>de</strong> los 77 y, a<strong>de</strong>más, que tengo un genio <strong>de</strong> 50.000 <strong>de</strong> a caballo, y con harpón<br />

<strong>de</strong> avispa, pra os labercos.<br />

Suyo, siempre afectísimo, y buen amigo,<br />

JULIO SOMOZA.<br />

P.D.<br />

— Mis hijas, agra<strong>de</strong>cen sus buenas memorias.<br />

— Llarena en Suiza (Interlaka), encantado <strong>de</strong> la vida... Hidalgo,<br />

Cendoya, Arranz, Muñiz, así todos ausentes448. 448 Expediente H 51/1.<br />

337


338<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Amigo Calixto.<br />

Voy a <strong>de</strong>volverle a Vigón lo q. e nos envió. si Vd. no necesita el calco<br />

<strong>de</strong> la lápida <strong>de</strong> Vigil, (a pesar <strong>de</strong> su incondicional oferta) creo conveniente q. e<br />

por lo mismo q. e nos facilita todo lo suyo con liberalidad, juzgo, a la vez,<br />

q. e <strong>de</strong>be tener mucho afecto a lo <strong>de</strong> Colunga, y que en conciencia <strong>de</strong>bemos<br />

<strong>de</strong>volvérselo.<br />

Vd. resolverá lo q. e estime justo.<br />

Fermín aún no contestó ni fa ni fu, bien que como ahora está en la apoteosis,<br />

creo que tardará en contestarnos. A pesar <strong>de</strong> todo, le repetí el encargo<br />

por escrito, por medio <strong>de</strong> su hermano Alfonso.<br />

A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac, me manifestó que mañana (mercoledi) irá con otro catedrático<br />

a pedir oficialmente la cesión condicional <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los manuscritos<br />

jovellanistas que posee, para solicitar <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Mister Hartington su cooperación<br />

para la impresión (Entiéndase que trato <strong>de</strong> Alejandro, y <strong>de</strong> los escritos<br />

<strong>de</strong> o sobre Instrucción Pública).<br />

A mí, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo q. e me dijo, nada me envió. Él se lo pier<strong>de</strong>.<br />

También me avisó A<strong><strong>de</strong>l</strong>lac <strong>de</strong> q. e iba a convocar a una reunión magna<br />

<strong>de</strong> antiguos alumnos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, p. a acordar algo práctico para el<br />

Centenario. Peñerina nueva, bin peñera.<br />

No ocurre más sino q. e he pescado una fañeca, o sea, el primer catarro<br />

(poisson) <strong>de</strong> abril.<br />

Cuidado con la pierna, y aplíquese un fumazu <strong>de</strong> flor <strong>de</strong> Saú.<br />

Sépase q. e el cimiento <strong>de</strong> fachada <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo Casino <strong>de</strong> Begoña tiene<br />

una profundidad <strong>de</strong> tres metros (2’90), y como ocurriera un ligero argayu motivado<br />

por las lluvias, dispusieron los arquitectos reforzarlo en la parte central<br />

con dos estribos. Baldomero que lo oyó, creyó conveniente que los estribos<br />

fueran laterales. Tableau.<br />

No se sabe lo q. e pensarían los arquitectos, pero es probable que<br />

pidan informe a la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong>... Medicina, sobre el estado interior <strong><strong>de</strong>l</strong> cráneo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> preopinante, que <strong>de</strong>be <strong>de</strong> estar lleno <strong>de</strong> visco corylino, o tener alguna<br />

lesión <strong>de</strong> esas q. e los mo<strong>de</strong>rnos galenos llaman embolia o embolismo.<br />

Vale.<br />

The last of the <strong>Asturias</strong>.<br />

GIULIO 449.<br />

449 Expediente ALV. 16/27.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Amigo Calixto:<br />

Eladio G. Jove en la monografía <strong>de</strong> Langreo (<strong>Asturias</strong>: tomo 3º. pág.<br />

112, 2ª col. línea 11) estampa lo siguiente:<br />

“... autores, como Plinio, dicen que los griegos dieron nombre a<br />

<strong>Asturias</strong> trescientos años antes <strong>de</strong> la Era cristiana...”<br />

¿Dice Plinio semejante cosa? Haga el favor <strong>de</strong> evacuar la cita, porq. e<br />

es muy esencial.<br />

Yo creo que es un infundio; sobre todo, tratándose <strong>de</strong> un periodista<br />

ovetense.<br />

Pero convendría preguntárselo.<br />

Témome que se trate <strong>de</strong> la tan cacareada referencia <strong>de</strong> Silio Itálico<br />

(floreció el año 60) que narra en verso las guerras púnicas, y dice una porción<br />

<strong>de</strong> tonterías.<br />

No me pierda este apunte.<br />

Suyo caro amico<br />

GIULIO.<br />

Sírvase dar ese volante a Juanín, p. a q. e tenga la atención <strong>de</strong> trasladarlo<br />

al Presi<strong>de</strong>nte450. 450 Expediente ALV. 16/27.<br />

339


340<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Mi amigo Calixto:<br />

Son las 5 y no alcancé a verle. De todos modos, mi objeto es darle la<br />

enhorabuena por su interesante trabajo sobre la gramínea predilecta <strong>de</strong> nuestra<br />

tierra, que será leída con verda<strong>de</strong>ro entusiasmo por todos los amantes <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

País asturiano. Hay superabundancia <strong>de</strong> citas, que hubieran estado mejor en<br />

el cuerpo <strong>de</strong> las Notas, que no en el texto, don<strong>de</strong> embarazan algo, aunque no<br />

le dañan. Da Vd. una gallarda muestra <strong>de</strong> actividad estudiosa a los <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo,<br />

<strong>de</strong>mostrándoles, que sin <strong>de</strong>saten<strong>de</strong>r los negocios, se pue<strong>de</strong> también cultivar<br />

el espíritu y adornar la inteligencia. Le felicita muy <strong>de</strong> veras<br />

su caro amigo.<br />

JULIO 451.<br />

451 Expediente ALV. 16/28.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Amigo Pedrín:<br />

Con relación a lo que Vd. me habló <strong>de</strong> la restauración, y <strong>de</strong>claración<br />

<strong>de</strong> monumento nacional (¡gracias que fuera regional!) <strong>de</strong> la iglesita <strong>de</strong> San<br />

Miguel <strong>de</strong> las Dueñas, siento manifestarle que, ni encuentro posibilidad <strong>de</strong> lo<br />

primero, ni fundamento bastante para lo segundo.<br />

Lo uno, porque dicha iglesita, es un tipo sobrado vulgar <strong><strong>de</strong>l</strong> periodo<br />

bizantino, sin ningún aparato o aspecto exterior, ni en su ornamentación<br />

interna. ¡Si a lo menos llegara a los bellos ejemplares <strong>de</strong> Amandi, Bedón, o<br />

Villamayor <strong>de</strong> Infiesto! pase; pero ¡ni aun eso! Es pobre, <strong>de</strong>smantelada, sin portada,<br />

ni arcadas, bóvedas, columnatas, canecillos, ni ábsi<strong>de</strong> notable. Aun<br />

queda inferior a la <strong>de</strong> Santa Cruz <strong>de</strong> Ceares, a la que se parece algo.<br />

Pero la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> su antiguo pórtico y portada, y la sustitución<br />

por la que actualmente tiene, la <strong>de</strong>spojaron <strong>de</strong> todo mérito y carácter, si alguno<br />

tuvo. Según le hice observar a Vd. en cierto domingo que por allí pasamos,<br />

<strong>de</strong>bió su primitiva portada, poseer imposta o faja ajedrezada (véase el<br />

Ferreiro o Martigny) como la que aún conserva la <strong>de</strong> Ceares en su interior y<br />

exterior, y <strong>de</strong> la cual, supongo sea un fragmento, la que está adosada oblicuamente,<br />

al exterior <strong>de</strong> la cornisa <strong>de</strong> la Sacristía <strong>de</strong> la actual parroquia <strong>de</strong><br />

Bernueces.<br />

Bien recordará Vd. que la primitiva y más antigua iglesia <strong>de</strong> dichos<br />

lugares, era la <strong>de</strong> San Tirso, situada en la hería <strong>de</strong> este nombre, y al naciente<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong> Stº Tomás <strong>de</strong> Beone <strong>de</strong> arriba, sobre la vieja presa <strong><strong>de</strong>l</strong> antiguo río <strong>de</strong><br />

Granda, y cuyo emplazamiento, buscamos en vano, hace más <strong>de</strong> cuarenta<br />

años, mi infeliz amigo (ya †) Nemesio Martínez, y yo.<br />

De esta iglesia (S. Tirso), asegura Ceán Bermú<strong>de</strong>z (en su Sumario <strong>de</strong><br />

Antigüeda<strong>de</strong>s Romanas) que, entre sus escombros, halló la lápida romana, aún<br />

existente, empotrada en un muro <strong>de</strong> la Capilla <strong>de</strong> Huergo.<br />

Mi <strong>de</strong>udo, Eutiquio García Sala (ya †) {que tenía en las Dueñas asiento<br />

y estrado} díjome, que entre sus papeles existían datos relativos a su erección<br />

y jurisdicción. Ni los buscó ni me los facilitó. Pue<strong>de</strong> que si aún se conservan,<br />

radiquen entre los que posee el Párroco don Ramón Piquero, que fue<br />

su testamentario y ejecutor <strong>de</strong> sus últimas disposiciones. La situación <strong>de</strong> la<br />

Iglesia, es muy poética, y <strong>de</strong>bió serlo mucho más, en pasadas centurias.<br />

Pero insisto, en que, por lo relativo a mérito artístico y arqueológico,<br />

nequaquam. Ambiente, sí, tiene mucho, sobre todo para quien sienta poéticamente<br />

el <strong><strong>de</strong>l</strong>eitable recuerdo <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado.<br />

En cuanto a nuestros restauradores, son casi todos unos pelmas, cuando<br />

no unos cursis pretenciosos. No he visto la restauración <strong>de</strong> Santullano hecha<br />

por Selgas, bajo la inspección <strong>de</strong> Lampérez; mas en lo tocante a la <strong>de</strong> Stª<br />

341


342<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Cristina <strong>de</strong> Lena, hecha por Lázaro (J. B.) en 1894, sólo consiguió hacer más<br />

oscuro su interior, según me aseguró Genaro López, que estuvo allí <strong>de</strong><br />

Párroco. Bien que Genaro (según Mar. no Canal), hizo su correspondiente<br />

estropicio en S. Salvador <strong>de</strong> Deva.<br />

Lo mejor, será <strong>de</strong>jar los cepos quedos.<br />

Hasta otra hora. Suyo<br />

JULIO SOMOZA GARCÍA SALA452. 452 Expediente, H-51/1.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

B.- ARCHIVO PARTICULAR DE D. CELSO DIEGO SOMOANO<br />

Qüestion<br />

Los Arrondicios y los Coliacinos, ¿serán los naturales <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong> Arriondas<br />

y Collia, próximos a Cangas <strong>de</strong> Onís?<br />

1er texto.— Ciriaco M. Vigil, en su obra <strong>Asturias</strong> monumental... etc. pág. 321<br />

dice:<br />

“Don Ramón Barros Sivelo en sus Antigüeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Galicia (Coruña:<br />

1875) expresa al fol. 203, que el Lucus Asturum, pueblo perteneciente a los<br />

astures trasmontanos <strong>de</strong> que da cuenta Ptolomeo (es Ptolemeo), correspondía<br />

a Santa María <strong>de</strong> Lugo cerca <strong>de</strong> Oviedo; y que otros querían llevarle a Cangas<br />

<strong>de</strong> Tineo don<strong>de</strong> fue hallada la lápida votiva que continúa”.<br />

Como poseo la obra <strong>de</strong> Barros Sivelo, copiaré <strong>de</strong> ella sus frases y la<br />

inscripción.<br />

“Quieren otros llevarla (la correspon<strong>de</strong>ncia) a Cangas <strong>de</strong> Tineo, en<br />

don<strong>de</strong> fue hallada la lápida votiva <strong>de</strong> los arronidicios:<br />

IOVI OPTIMO<br />

ET MAXIMO<br />

SACRVM<br />

ARRONIDAECI ET COL<br />

IACINI PRO SALVTE<br />

SIVI ET SVIS<br />

POSVERUNT”<br />

(Vigil dice POVERUNT)<br />

El autor, no dice dón<strong>de</strong> está la lápida ni quién le facilitó la copia <strong>de</strong> ella.<br />

A continuación, la interpreta <strong>de</strong> este modo:<br />

Los Arronidicios y los Coliacinios, cumplieron el voto que hicieran a<br />

Júpiter Óptimo Máximo y Sagrado por su salud y la <strong>de</strong> los suyos.<br />

Apuntaré una conjetura, el Sr. Barros, tendrá dicha inscripción en<br />

copia, y en ella se indicaría su proce<strong>de</strong>ncia como <strong>de</strong> Cangas (sin <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Tineo,<br />

ni <strong>de</strong> Onís). Como más próxima a Galicia, supondrá que se trataba <strong>de</strong> Cangas<br />

<strong>de</strong> Tineo. La obra no da más luz <strong>de</strong> sí.<br />

Vamos ahora a encontrar la propia lápida (aunque mal redactada) en<br />

el concejo <strong>de</strong> Aller (Vigil: obra dicha, pág. 265, y lám B1 - Núm B1) sin que al<br />

Sr. Vigil le hubiera llamado la atención su semejanza con la anterior.<br />

343


344<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Dicha lápida estuvo colocada hasta que se <strong>de</strong>scubrió en 1831, en<br />

medio <strong>de</strong> la mesa <strong><strong>de</strong>l</strong> altar mayor <strong>de</strong> la Iglesia parroquial <strong>de</strong> San Vicente <strong>de</strong><br />

Serrapio en el Concejo <strong>de</strong> Aller. Se sacó <strong>de</strong> allí, y la copió en 22 <strong>de</strong> dbre. <strong>de</strong><br />

1831 don Benito Casielles.<br />

En 1878 existía colocada en el Cementerio.<br />

La cosa es clara como el Sol. Dos lápidas iguales en distintos y separados<br />

concejos <strong>de</strong> la misma provincia me parece más que improbable, casi<br />

imposible.<br />

Se trata, por consiguiente, <strong>de</strong> una sola lápida (mientras no se prueba<br />

lo contrario con el hallazgo <strong>de</strong> la otra) habiendo confusión únicamente respecto<br />

al punto <strong>de</strong> su situación, paraje don<strong>de</strong> se encontró o proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la<br />

copia, que es lo más seguro y lo que más induce a error.<br />

Segundo extremo. Dando por supuesto que los Coliacinos son los naturales<br />

<strong>de</strong> Collia, trátase <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar que los Arronidicios son los <strong>de</strong> Arriondas,<br />

paraje inmediato a Collía.<br />

Las voces Rionda, Arrionda, y los apellidos asturianos <strong>de</strong> la Rionda, <strong>de</strong><br />

la Arrionda, significan ro<strong>de</strong>o, y proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los concejos <strong>de</strong> Parres y Cangas <strong>de</strong><br />

Onís, sin duda por el que en dichos territorios hace el río Sella.<br />

La acción <strong>de</strong> ro<strong>de</strong>ar se especifica en la voz reonda (a la redonda) con<br />

igual extensión que la palabra gallega roeiro (por ro<strong>de</strong>o). Este vocablo, en su<br />

sentido recto, se aplica al círculo o contorno que forma un territorio dado; y<br />

en el figurado a la reunión <strong>de</strong> varios vecinos <strong>de</strong> un término o quintana.<br />

Lo propio, con igual significado, suce<strong>de</strong> con la palabra francesa<br />

arrondissement, en sus dos acepciones <strong>de</strong> redon<strong>de</strong>z, y distrito comunal, o territorio<br />

<strong>de</strong> una ciudad, villa, partido, etc.<br />

De igual origen, proce<strong>de</strong>n los apellidos asturianos, Rendueles,<br />

Rondaliego, Ron<strong>de</strong>ros, Rondiella y Ruenes.<br />

Tenemos Arriondas en Parres, y Arriondo en Cabranes. Rondaliego,<br />

lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> Concejo <strong>de</strong> Carreño, que inspiró el práctico romance <strong>de</strong> don Nunno<br />

<strong>de</strong> Rondaliego, voz bable equivalente a ron<strong>de</strong>ro o rondador, y también, al originario<br />

<strong>de</strong> Rondiella (en Llanes).<br />

Ron<strong>de</strong>ro, Ron<strong>de</strong>ros, en los concejos <strong>de</strong> Loangreo y Quirós. Las voces<br />

ronda y rondalla tienen igual proce<strong>de</strong>ncia.<br />

Ruenes en el concejo <strong>de</strong> Peñamellera, tiene igual significado que los<br />

apellidos anteriores, y extrema semejanza con la voz bable rueñu, significativa<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> ro<strong>de</strong>te <strong>de</strong> tela rehenchida para poner en la cabeza con objeto <strong>de</strong> suavizar<br />

y equilibrar mejor el peso <strong>de</strong> la carga.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Ahora bien, la voz Arriondas con significación <strong>de</strong> ro<strong>de</strong>os, ¿tiene raíz o<br />

etimología latina, o <strong>de</strong>riva directamente <strong><strong>de</strong>l</strong> nombre ibérico <strong>de</strong> la tribu<br />

Arronidaeci?<br />

De Arriondas a la voz castellana arro<strong>de</strong>o no hay más que una leve<br />

transcripción, y ambas pue<strong>de</strong>n provenir <strong><strong>de</strong>l</strong> verbo rodar, lat. rotare, o <strong><strong>de</strong>l</strong> adjvo redondo, lat. rotundus con el cambio natural y corriente <strong>de</strong> la t en d. Pero<br />

¿cómo enlazar las voces rotarre y rotundus con el vocablo Arondaeci?<br />

En tal supuesto me inclino a creer q. e la <strong>de</strong>nominación Arriondas proviene<br />

directamente <strong>de</strong> la voz ibérica Arronidaeci, pues trasponiendo en aquella<br />

la y nos encontramos con la palabra Arronidas q. e tan gran semejanza<br />

guarda con el vocablo <strong>de</strong> que tratamos.<br />

Otra <strong>de</strong> las causas que nos llevan a no creer en el origen latino <strong>de</strong><br />

estos nombres es su misma estructura, y el correspondiente a gentes o tribus<br />

habitadoras <strong><strong>de</strong>l</strong> territorio astur en época muy próxima a la invasión romana.<br />

Un estudio <strong>de</strong>tallado y analítico <strong>de</strong> las lápidas romanas en la notable obra <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Sr. Vigil, daría mucha luz a esta materia. Singularmente, en las encontradas<br />

en los concejos <strong>de</strong> Parres, Piloña y Cangas <strong>de</strong> Onís, encontramos citadas a las<br />

gentes o tribus <strong>de</strong> los Piniorum, Pembelorum, Ratrivarum Viromenicorum y<br />

Albaidacorum. La gente Piniorum, se menciona en la lápida 1ª <strong>de</strong> Parres (obra<br />

dicha, pág. 460), y siendo Pionia el nombre antiguo <strong>de</strong> Piloña, ¿no se <strong>de</strong>berá<br />

a aquella gente el nombre <strong><strong>de</strong>l</strong> río, y el <strong><strong>de</strong>l</strong> territorio que este atraviesa? La<br />

gente Pembelorum, citada en una losa funeraria encontrada en Collía (obra<br />

dicha, pág. 301) mejor que a los habitantes <strong>de</strong> Pembes, en Santan<strong>de</strong>r, a don<strong>de</strong><br />

quiere llevarla el Sr. Fernán<strong>de</strong>z Guerra, creemos convenga a los <strong>de</strong> Pendás o<br />

a Pen, situado entre las cuencas <strong>de</strong> Ponga y <strong><strong>de</strong>l</strong> Sella. La gente Ratrivarum, se<br />

menciona en la lápida 2ª <strong>de</strong> Parres (pág. 460, loc. cit.). La gente Viromenicorum<br />

en la lápida <strong>de</strong> Villamayor (Piloña) con la extraña particularidad <strong>de</strong> encontrarse<br />

en ella el nombre <strong>de</strong> Sigisamo (hoy Sasamón, provincia <strong>de</strong> Burgos, en<br />

los Turmogos). Segisamo (escanear aquí) batió moneda ibérica, con iguales<br />

tipos que Lancia y Medainum, y fue cuartel general <strong>de</strong> las legiones romanas<br />

y punto <strong>de</strong> partida para la guerra cantábrica. Esta lápida, es muy interesante,<br />

por la circunstancia <strong>de</strong> no haberse podido interpretar <strong>de</strong>bidamente sus<br />

primeros renglones. Por último, la gente Albaidacorum se menciona en la lápida<br />

<strong>de</strong> Borines.<br />

Aún queda un punto interesante por resolver. En el supuesto <strong>de</strong> que<br />

Arronidicios y Coliacinos, fueron originarios <strong>de</strong> Arriondas y Collia, ¿cómo se<br />

encontraban en el territorio <strong>de</strong> Aller? El voto <strong>de</strong> gracias a Júpiter por su salud<br />

y la <strong>de</strong> los suyos ¿implicaba ausencia o separación? La ausencia <strong>de</strong> los lares,<br />

podía ser temporal o in<strong>de</strong>finida. En el primer caso, los emigrantes podían ser<br />

como nuestros mo<strong>de</strong>rnos reyeros, tejeros y cesteros, industriales ambulantes o<br />

345


346<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

temporeros. En el segundo (y es lo más probable) serían gentes sujetas a servidumbre<br />

o penosos trabajos en las minas y cuya libertad o retorno al hogar<br />

sería punto menos que imposible. Más la invocación a la <strong>de</strong>idad Suprema <strong>de</strong><br />

los romanos parece <strong>de</strong>svanecer por entero aquella suposición y admitir que<br />

no se trata <strong>de</strong> aborígenes ni <strong>de</strong> tribus subyugadas, sino <strong>de</strong> pueblos que profesaban<br />

la religión romana, y que se encontraban muy distantes <strong>de</strong> su tierra<br />

natal.<br />

Opine cada cual como estime oportuno: mas compruébese, a ser<br />

posible, la proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la lápida que cita Barros Sivelo.<br />

Gijón, octubre <strong>de</strong> 1898.<br />

JULIO SOMOZA453. 453 Suponemos que el <strong>de</strong>stinatario <strong>de</strong> esta carta es Sebastián Soto Cortés.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Sr. Dn Sebastián <strong>de</strong> Soto y Cortés<br />

Mi estimado amigo:<br />

Los tres botánicos Ruiz y Pavon, autores <strong>de</strong> la magnífica obra<br />

“Flora Peruana y Chilena”<br />

<strong>de</strong>dicaron a <strong>Jovellanos</strong> un género <strong>de</strong> plantas<br />

JOVELLANA<br />

<strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> las Calcolarias, que es la q. e es la que viene diseñada<br />

en el tomo 1º, página 12, iconografía 18.<br />

Digo, me parece que es eso.<br />

— Para lata al cabo <strong>de</strong> un año, es un poco larga, pero si me envía un<br />

macón o puñadín <strong>de</strong> monedas antiguas, se la perdona su af. mo amigo<br />

q.b.s.m.<br />

JULIO SOMOZA.<br />

Saludo respetuosamente<br />

a su Sra. Madre, cuyo total<br />

restablecimiento <strong>de</strong>seo.<br />

347


348<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Contestación a la impertinente insistencia <strong>de</strong> un Alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> monterilla <strong>de</strong><br />

tiempos <strong>de</strong> Felipe IV, que se puso pelma, hasta el 3er oficio.<br />

Muy distinguido y respetable Alcal<strong>de</strong>:<br />

Me ha sorprendido sobremanera su inesperado B. L. M. <strong><strong>de</strong>l</strong> 22 <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

corriente, toda vez que, primero oficialmente, y particularmente, <strong>de</strong>spués, le<br />

manifesté la imposibilidad absoluta en que me hallaba, <strong>de</strong> formar parte <strong>de</strong><br />

ninguna junta <strong><strong>de</strong>l</strong> Centenario <strong>de</strong> Cervantes. Las razones fundadas que para<br />

ello, tuve y tengo, a continuación se las recuerdo:<br />

Primera: la falta <strong>de</strong> salud, con prescripción facultativa <strong>de</strong> privación <strong>de</strong><br />

toda clase <strong>de</strong> trabajo mental.<br />

Segunda: la edad, que créame ya a los setenta años, me invalida para<br />

todo esfuerzo; creyendo (como no dudo un momento) que esta consi<strong>de</strong>ración,<br />

que ha bastado a otros para no asistir en la prosecución <strong>de</strong> su intento<br />

merecerá <strong>de</strong> V. S. igual <strong>de</strong>ferencia hacia mi cansada persona.<br />

Tercera: mis estudios, que han sido, por lo general, <strong>de</strong> carácter histórico,<br />

<strong>de</strong> investigación, y arqueológicos; singularizándome en los jovellanistas,<br />

más no en los “cervantistas”.<br />

Cuarta: mi carácter, que ha hecho, que mis empresas literarias, y mi<br />

trabajo, fuera siempre unipersonales, jamás colectivos, porque, ni nunca me<br />

hice solidario <strong>de</strong> lo que otros afirmaran o negaran, ni jamás acepté el concurso<br />

ajeno para empresa alguna, bien convencido <strong>de</strong> lo <strong><strong>de</strong>l</strong>eznable y <strong>de</strong>testable<br />

que son las colectivida<strong>de</strong>s en nuestra tierra.<br />

Quinta: La persuasión <strong>de</strong> que, en nuestro país, sobran cervantistas y<br />

literatos, y escasean los jovellanistas o difundidores <strong>de</strong> la enseñanza, y propulsores<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> verda<strong>de</strong>ro progreso patrio, en sus múltiples fases.<br />

Por todo lo cual y por otras muchas causas y razones, que a su penetración<br />

y sagacidad no escapamos sírvase, por la presente comunicación, dar<br />

por no aceptado el cargo con que se me brinda, y que <strong>de</strong>clino, muy reconocido<br />

a su constante benevolencia, pero a la vez, muy firme e irrevocable en la<br />

<strong>de</strong>terminación que he tomado.<br />

Con cuyo motivo, se repite <strong>de</strong> V. S. por tercera vez, su muy fino, <strong>de</strong>ferente<br />

y respetuoso convecino.<br />

q.s.m.b.<br />

J. S. G. S.<br />

23 <strong>de</strong> noviembre 1915454. 454 Biblioteca Asturiana <strong><strong>de</strong>l</strong> Padre Patac; FC 175.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

C.- ARCHIVO PARTICULAR DE D. FRANCISCO DE BORJA BORDIU<br />

CIENFUEGOS-JOVELLANOS<br />

Nbre. 27/908<br />

Mi queridísimo Julio:<br />

Lo primero que veo al abrir tu libro Gijón en la Antigüedad y en la Edad<br />

Media es una expresiva manifestación muy <strong>de</strong> tu cariño, sobre las infinitas<br />

con que has estrechado los lazos <strong>de</strong> nuestra vieja amistad.<br />

¡Cuánto te la agra<strong>de</strong>zco!<br />

Y eso que en el estado <strong>de</strong> ánimo que me ha <strong>de</strong>jado la muerte <strong>de</strong> mi<br />

infortunado hijo Braulio, todos los afectos me llegan a lo más hondo <strong><strong>de</strong>l</strong> alma<br />

conmoviéndome <strong>de</strong> continuo vivamente.<br />

Con lágrimas en los ojos leí la <strong>de</strong>dicatoria <strong><strong>de</strong>l</strong> libro, y con amor y<br />

entusiasmo he hojeado <strong>de</strong>spués toda la obra. ¡Qué labor tan admirable! Aun<br />

habiéndote visto, como quien dice, con las manos en la masa, no tenía i<strong>de</strong>a,<br />

ni <strong>de</strong> su extensión ni <strong>de</strong> su capital importancia.<br />

Es el primer libro <strong>de</strong> Historia que se ha publicado sobre <strong>Asturias</strong>; y<br />

serán contados los relativos a otras regiones que lo igualen.<br />

Con cuánto placer he <strong>de</strong> ver que este juicio escueto mío lo confirmen,<br />

tras <strong>de</strong>tenida lectura, las Aca<strong>de</strong>mias, y la gente docta y seria a cuyas manos<br />

llegue. Y lo confirmarán sin duda alguna.<br />

Yo he <strong>de</strong> leerlo aprovechando los momentos que me <strong>de</strong>ja libres el trabajo<br />

abrumador que pesa sobre mí, y algo te diré sobre lo que en él aprenda.<br />

Por <strong>de</strong> pronto puedo <strong>de</strong>cirte ya, que, al hojearlo anoche, me <strong>de</strong>tuve en lo que<br />

dices relativo a los Castros colungueses, y me he alegrado <strong><strong>de</strong>l</strong> reparo que has<br />

puesto a mis categóricas afirmaciones. Ni los Castros <strong>de</strong> Colunga, ni los <strong>de</strong><br />

Boal, ni el <strong>de</strong> Coaña, ni tantos otros como hay en la Montaña, en <strong>Asturias</strong> y<br />

en Galicia son romanos, son todos prehistóricos, aunque alguno haya sido<br />

utilizado por los romanos. Mi hijo Juan, que tiene comenzado un estudio <strong>de</strong><br />

castramentación, me ha convencido <strong>de</strong> ello con datos irrecusables. Lástima<br />

que no se me haya ocurrido comunicártelos, para que hubieras podido <strong>de</strong>svanecer<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> todo el error <strong>de</strong> los que como yo los hemos consi<strong>de</strong>rado romanos.<br />

Aunque más imperdonable que el nuestro es el error <strong>de</strong> Fernán<strong>de</strong>z-<br />

Guerra que los consi<strong>de</strong>ra obra <strong>de</strong> los normandos.<br />

Y termino por hoy.<br />

349


350<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Recibe felicitaciones <strong><strong>de</strong>l</strong> alma por tu obra, gracias muy sentidas por<br />

el recuerdo tan cariñoso que en ella me <strong>de</strong>dicas, y la expresión <strong>de</strong> los afectos<br />

con que abraza y quiere tu entrañable amigo.<br />

BRAULIO (VIGÓN).<br />

Saludos cariñosos a las chicas.<br />

(Al margen <strong>de</strong> la primera plana se lee: “¿Dón<strong>de</strong> y quién ven<strong>de</strong> tu<br />

libro? Aquí hay pocos que lean y cerca <strong>de</strong> ellos se gestionaría que lo comprasen)”<br />

455.<br />

455 El papel es <strong>de</strong> luto con orla negra y lleva el membrete: Braulio Vigón. Colunga.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Felipe Menén<strong>de</strong>z<br />

Gijón<br />

Villa Margot<br />

28—11—08<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Mi queridísimo amigo: Recibí ayer la obra que has tenido la bondad<br />

y <strong>de</strong>ferencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>dicarme.<br />

No sé cómo expresar mi satisfacción y mi entusiasmo, pues cuanto<br />

dijera sería poco para manifestar los sentimientos que en mí produjo tu libro.<br />

Ni pretendo hacer la crítica <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo ni tú podrías conformarte con ella.<br />

Para hacerla se precisarían conocimientos <strong>de</strong> que carezco y un profundo estudio<br />

<strong>de</strong> comprobación <strong>de</strong> la enormidad <strong>de</strong> datos en él acumulados. La labor<br />

hecha, <strong>de</strong>muestra, a parte <strong>de</strong> las indispensables condiciones <strong>de</strong> talento y<br />

dominio absoluto <strong><strong>de</strong>l</strong> asunto, una dosis <strong>de</strong> perseverancia, <strong>de</strong> fuerza <strong>de</strong><br />

voluntad y hasta <strong>de</strong> paciencia, que dudo pueda hallarse en otra persona que<br />

no seas tú.<br />

Sentiría en el alma que creyeras me guiaba al escribirte un móvil<br />

interesado y que él me obligaba a tu adulación. Nada <strong>de</strong> eso. Si la amistad<br />

que siempre te he profesado pudiera inclinar mi ánimo a admirar tus obras,<br />

el temor <strong>de</strong> ofen<strong>de</strong>rte con lisonjas me retraería <strong>de</strong> hacerlo.<br />

Pero el sentimiento <strong>de</strong> amistad no ha <strong>de</strong> impedir el <strong>de</strong> la justicia y<br />

éste me obliga a <strong>de</strong>cir lo que pienso aún a trueque <strong>de</strong> ofen<strong>de</strong>r tu ya legendaria<br />

mo<strong>de</strong>stia —y ves cómo haces escuela ya, puesto que empleo palabras que<br />

antes <strong>de</strong> leerte no me hubiera atrevido emplear— rayana en timi<strong>de</strong>z.<br />

Mis ocupaciones no me han permitido <strong>de</strong>dicar a Gijón todo el tiempo<br />

que se merece y he <strong>de</strong> <strong>de</strong>dicarle Dios mediante. Sólo he podido leer el prólogo<br />

y los dos primeros capítulos preliminares. Pero si fue poco lo que leí, fue<br />

mucho lo que gocé y bien vale que te <strong>de</strong>dique algunos minutos la inmensa<br />

satisfacción y el lícito rego<strong>de</strong>o que me ha producido la lectura.<br />

No insisto por no caer yo mismo en el <strong>de</strong>fecto que tan acertadamente<br />

señalas <strong>de</strong> enorgullecernos —los asturianos— con las glorias falsas o verídicas<br />

<strong>de</strong> nuestros paisanos. Que si en el presente momento son por lo <strong>de</strong> verídicas,<br />

justificados tales entusiasmos, tal vez olvi<strong>de</strong> en otro el sabio consejo<br />

que nos das y caiga en el pecado por falta <strong>de</strong> reflexión.<br />

En cuanto al individualismo <strong>de</strong> nuestra raza, es tan exacto, que soy el<br />

primero en reconocerlo y a pesar <strong>de</strong> ello en sufrir sus consecuencias, y creo<br />

que está en el medio ambiente en que vivimos, porque personalmente, me<br />

351


352<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

suce<strong>de</strong> per<strong>de</strong>rlo en gran parte en cuanto salgo <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. De todos modos<br />

los <strong>de</strong>fectos, señalados, serán siempre <strong>de</strong> más fácil corrección.<br />

Y quien la merece por exce<strong>de</strong>r los límites <strong><strong>de</strong>l</strong> abuso <strong>de</strong> paciencia para<br />

contigo es tu más ferviente admirador pero sincero y leal amigo.<br />

F. MENÉNDEZ.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Gijón 8 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1908<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Gijón<br />

Muy estimado Sr. Somoza: Recibí y comencé a leer la obra monumental<br />

que perpetuará en las sagradas montañas asturianas el nombre <strong>de</strong> su<br />

autor.<br />

El colosal trabajo que supone (esto es lo <strong>de</strong> menos) y lo documentado<br />

<strong>de</strong> su argumentación (esto es lo <strong>de</strong> más) aún arrancándonos creencias históricas,<br />

caras ilusiones, agradables fantasías, merece un premio. ¿Qué premio<br />

daremos al astur audaz que con el valor que da la ciencia arranca nuestros<br />

transmontanos lauros para transportarlos a los astures augustanos? ¿Qué<br />

premio?... La inmortalidad.<br />

Gran trabajador y gran talento dirán nuestros futuros historiadores,<br />

y gran hombre fue don Julio Somoza ¡lástima <strong>de</strong> un cierto <strong>de</strong>je joco-burlesco<strong>de</strong>spectivo,<br />

diluido ente los renglones <strong>de</strong> su magna obra, que produce en las<br />

pare<strong>de</strong>s internas <strong>de</strong> los cascos cerebrales el efecto <strong>de</strong> un papel <strong>de</strong> lija!<br />

Gracias mil, Sr. Somoza, y por el recuerdo <strong>de</strong> mi padre.<br />

Su buen amigo y admirador q.s.m.b.<br />

Ilegible. M. arb. no.<br />

353


354<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

8 <strong>de</strong> dic. (10 noche)<br />

Mi qdo. Julio: esta mañana, a las 11, me trajo Santiago tu preciosa<br />

obra. Quedé encantado y me encerré mañana y tar<strong>de</strong> para saborear a solas<br />

tan peregrina producción.<br />

No hay quien te meta mano en hacer buenos libros.<br />

Recibe mi cordialísima enhorabuena sincera y muy sincera porque<br />

Gijón en la Antigüedad y en la Edad Media es un portento <strong>de</strong> erudición bien<br />

aquilatada, clara, nada farragosa, y escrita con limpio, puro y elegante estilo<br />

tuyo. Libros <strong>de</strong> tal suerte trazados y (ilegible), se ven raras veces; en España,<br />

muy contadas.<br />

Claro es que hay que volver a leer y releer los dos tomos, que han <strong>de</strong><br />

ser para siempre piedra <strong>de</strong> toque en los periodos que abarcan en relación a<br />

nuestra historia.<br />

En algunos capítulos, me has <strong>de</strong>jado confuso en los alcances <strong>de</strong> tu<br />

crítica y conclusión...<br />

Me ha hecho mucha gracia y me reí como un tonto —te lo aseguro, y<br />

te lo perdono— entre los palos que repartes con otros, tu donoso comentario<br />

a la inscripción <strong>de</strong> Fuentes (¿).<br />

La edición es primorosa, pero me tocó un ejemplar mal doblado en<br />

la pág. 21 (I) e interpoladas las págs. y <strong>de</strong>bes repasar si hicieron lo mismo en<br />

otros. Veremos como lo arreglan estos chapuceros libreros, que <strong>de</strong>ben también<br />

ponerme tejuelas ad hoc.<br />

Te repito mi felicitación <strong>de</strong> corazón y <strong>de</strong> alma.<br />

Hace tiempo que no nos vemos. Andamos cada uno por su lado; tú<br />

en vida más reposada y yo en febril movimiento; pero te aseguro la firmeza<br />

<strong>de</strong> mi afecto; mi constancia <strong>de</strong> quererte, aunque tienes mal genio; y mi admiración<br />

<strong>de</strong> siempre proclamándote el primero entre los primeros <strong>de</strong> La<br />

Quintana.<br />

Te abraza.<br />

FERMÍN.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

8 <strong>de</strong> dbre. (?) 1908<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Mi queridísimo amigo Julio: Recibí la obra <strong>de</strong> Vd. que le agra<strong>de</strong>zco<br />

infinito, por ser para mí un recuerdo <strong>de</strong> inestimable valor.<br />

Lo primero que hice fue ver la impresión <strong>de</strong> los dos tomos, que me<br />

gustó mucho, Repito, lo que me sospechaba: es obra que no parece editada<br />

en provincias por el esmero, limpieza, y buen gusto <strong>de</strong> la parte tipográfica,<br />

que juntamente con el papel, edición <strong>de</strong> lujo.<br />

Después, leí por dos veces con toda calma la obra, y está cómo yo<br />

sospechaba también, planeada <strong>de</strong> modo admirable y original en extremo,<br />

pues se separa por completo <strong>de</strong> lo vulgar. En cuanto al texto encontré muchas<br />

noveda<strong>de</strong>s, y me ha gustado mucho, incluso el gran caudal <strong>de</strong> citas que aporta<br />

para mayor erudición, expuesto con suma claridad. Supongo que le habrá<br />

quedado dolorida la mano <strong>de</strong> dar azotes, a unos con guante blanco, y a otros<br />

con la mano directamente. ¡Pobres escritores, cómo los ha <strong>de</strong>jado Vd.!…<br />

Hay Benjamín que no va a saber hacia que lado cae la estafeta <strong>de</strong><br />

Veriña, con tenerla <strong><strong>de</strong>l</strong>ante <strong>de</strong> las narices. Esos probinos, en vez <strong>de</strong> molestarse,<br />

si tuvieren sentido común <strong>de</strong>bieran agra<strong>de</strong>cer a Vd. las finas lecciones que<br />

para su ingénita ignorancia representan los azotes que Vd. les propina. Pero<br />

¡qué han <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rlo ni los gacetilleros, o mejor dicho, el gacetillero <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Fontán!... Seguirán escribiendo en percebe, para aumentar la incultura <strong>de</strong> las<br />

gentes que los toma como dioses mayores <strong><strong>de</strong>l</strong> saber.<br />

Está muy bien tratada la cuestión <strong>de</strong> Covadonga que seguramente<br />

perturbará la digestión a más <strong>de</strong> cuatro canónigos <strong>de</strong> aquel cabildo, si meditan<br />

a cerca <strong><strong>de</strong>l</strong> gluten que tiene la <strong>de</strong>mostración en todos sentidos y bajo<br />

todos los aspectos <strong>de</strong> la negativa <strong>de</strong> la batalla y <strong>de</strong> Pelayo, que pulverizado<br />

y maltrecho lo reduce Vd. a mito histórico. En este punto, ocúrreseme una<br />

duda. Eliminada la figura <strong>de</strong> Pelayo, ¿cómo se prueba el arranco <strong>de</strong> la monarquía<br />

asturiana? ¿A qué caudillo, símbolo, persona, etc., hay que consi<strong>de</strong>rar<br />

como primer Rey asturiano?<br />

Admitido y conforme con que no hubo batalla <strong>de</strong> Covadonga, mas,<br />

¿esto implica que no surgiera un hombre que aclamado caudillo se pusiera al<br />

frente <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> gentes para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r el terruño al saber que los árabes<br />

invadían otras regiones <strong>de</strong> España? Esta actitud preventiva aparece siempre<br />

en todas las convulsiones sociales, en lo antiguo como lo mo<strong>de</strong>rno, y con un<br />

grado <strong>de</strong> actividad proporcional a los medios <strong>de</strong> comunicación para circular<br />

las noticias, según los proyectos <strong>de</strong> los tiempos.<br />

Fuera <strong>de</strong> esta duda, el resto <strong>de</strong> su magnífica obra, sólo merece alabanza,<br />

por la cual le felicito y doy mi enhorabuena que aunque sea pobre por<br />

355


356<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

mi falta <strong>de</strong> autoridad académica, para apreciar <strong>de</strong>bidamente todo su mérito,<br />

no será seguramente la menos sincera <strong>de</strong> cuantas Vd. reciba.<br />

Pasemos a otros <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la misma. El mimo día que recibí el cajón<br />

con los ejemplares para La Lectura, sin más, que poner una etiqueta con dirección<br />

a Madrid, la envié al Sr. Marfil a su domicilio en gran velocidad, juntamente<br />

con las cuartillas <strong>de</strong> la crítica <strong>de</strong> la obra, recomendándole hiciese lo<br />

que pudiera en favor <strong>de</strong> que las publique íntegras dicha Revista. De ellos, di<br />

a Vd, noticia el mismo día por medio <strong>de</strong> postal.<br />

A la hora que escribo a Vd. todavía no tuve acuse <strong>de</strong> recibo <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr.<br />

Marfil. Pero estoy seguro que la caja, y la carta están ya en su po<strong>de</strong>r.<br />

De Guernica, cero.<br />

De Colunga, menos cero; es <strong>de</strong>cir, que en el trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Ruidíaz,<br />

no existe litografía <strong>de</strong> Quintanilla ¡Me escamo <strong>de</strong> que sea pretexto negativo!<br />

Pues señor, ¡el <strong>de</strong> Guernica, <strong>de</strong>be ser un braquicéfalo digno <strong>de</strong> estudio!,<br />

se ofrece espontáneamente a dar esos datos <strong><strong>de</strong>l</strong> gran don Alonso, y <strong>de</strong>spués<br />

se echa el cuerpo atrás, hasta <strong>de</strong>jarlo caer en la mayor <strong>de</strong>scortesía, <strong>de</strong><br />

negarse a contestar a las cartas apremiantes que le dirigen.<br />

Con todo esto, lo único que ha sacado en limpio, es <strong>de</strong>morar dos<br />

meses la impresión <strong><strong>de</strong>l</strong> libro que sin falta empezaré a imprimirlo el 1º <strong>de</strong><br />

enero próximo.<br />

La Opinión <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, publicó una biografía en 3 columnas <strong><strong>de</strong>l</strong> con<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> Laviana.<br />

El Heraldo <strong>de</strong> Madrid, una biografía política <strong>de</strong> R. San Pedro; y tercer<br />

y última, y agárrese para no caer, la revista <strong>Asturias</strong>, <strong><strong>de</strong>l</strong> Centro <strong>de</strong> asturianos<br />

<strong>de</strong> Madrid, publica en su último número un artículo <strong>de</strong> Balbín Unquera,<br />

<strong>de</strong>mostrando que hay en <strong>Asturias</strong> ¡200.000 hidalgos!!!...<br />

Y conste que en los guarismos no existe errata alguna, porque repetidas<br />

veces, reproduce esa cifra.<br />

Esto, como Vd. compren<strong>de</strong>rá, querido Julio, es el <strong>de</strong>smigue, como<br />

diría el famoso Pepe Mesejo, refiriéndose a las consecuencias <strong>de</strong> la cuarta <strong>de</strong><br />

Apolo, para el público que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la función pa<strong>de</strong>ce <strong>de</strong> insomnio en<br />

cafés, casas <strong>de</strong>..., etc.<br />

Crea Vd. que es imposible la regeneración en este país, admirablemente<br />

pintado por Vd. en la sentida <strong>de</strong>dicatoria con que me honra en el ejemplar<br />

que envió <strong>de</strong> su obra. ¡El Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Laviana, con biografía, R. San Pedro,<br />

200.000 hidalgos asturianos! ¡Horroroso, horroroso...!


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Hablando ahora <strong>de</strong> la familia, le diré que la Almendra no va peor.<br />

Está sometida a duchas, a beber un vino ferruginoso francés, y toma unas píldoras,<br />

con todo lo cual, va mejorando por ahora. Veremos lo que esto dura.<br />

El tiempo aquí, <strong>de</strong> sorbete. Debía nevar por los puertos altos.<br />

No le canso más, que harto ocupado estará Vd. con sus estudios.<br />

Reciba un abrazo <strong>de</strong> su afmo. amigo.<br />

RAFAEL (FUERTES ARIAS).<br />

357


358<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Felipe Menén<strong>de</strong>z<br />

Gijón<br />

Villa Margot<br />

9—12—08<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Mi querido amigo:<br />

Anoche he terminado la lectura <strong><strong>de</strong>l</strong> primer volumen <strong>de</strong> Gijón, porque<br />

mis ocupaciones son tantas que sólo puedo <strong>de</strong>dicarle las horas que éstas<br />

me <strong>de</strong>jan libres.<br />

Si las primeras impresiones <strong>de</strong> su lectura fueron agradabilísimas, las<br />

siguientes llegaron a entusiasmarme hasta el punto <strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>jar el libro<br />

<strong>de</strong> la mano y esto es el más completo elogio que pue<strong>de</strong> merecer <strong>de</strong> un profano<br />

en estudios históricos. Perdona que aún sabiendo herir tu mo<strong>de</strong>stia, te lo<br />

repita.<br />

Y por cierto que su lectura me impulsa a hacer algunas observaciones<br />

por si te parece tienen algún valor. Helas aquí:<br />

En la nota 197, pág. 197, citas la obra próxima a publicarse <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr.<br />

Rodríguez Navas acerca <strong>de</strong> la lengua ibérica y sus analogías con los idiomas<br />

germánicos, lo cual me trajo a la memoria un recuerdo con este tema relacionado<br />

y es el siguiente. En una noche <strong><strong>de</strong>l</strong> mes <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1899 veníamos<br />

mi mujer y yo en un vapor <strong>de</strong> hacer una excursión por el lago <strong>de</strong> los cuatro<br />

cantones en Suiza y cerca <strong>de</strong> Lucerna ya se cruzó con el nuestro otro vapor<br />

atestado <strong>de</strong> gentes que venían cantando alegremente y que, por ser domingo,<br />

supuse eran obreros. En el momento <strong>de</strong> cruzarnos lanzaron un ixuxú tan<br />

fuerte, tan prolongado y tan semejante a nuestro grito asturiano, que mi<br />

mujer y yo quedamos alelados, así, al oír en una país tan alejado <strong><strong>de</strong>l</strong> nuestro,<br />

algo que nos recordaba la tierruca con tal intensidad. De otros vapores que<br />

luego cruzamos y que llevaban igualmente mucho pasaje, salió también el<br />

mismo grito, cuando pasaban cerca <strong>de</strong> nosotros. En el nuestro, el pasaje era<br />

casi todo formado por turistas extranjeros que regresaban a Lucerna. Los<br />

otros <strong>de</strong>bían estar ocupados por socieda<strong>de</strong>s corales que volvían <strong>de</strong> un concurso<br />

allí celebrado. Por eso, supongo, no se contestó <strong><strong>de</strong>l</strong> nuestro con igual<br />

grito. Como esta parte <strong>de</strong> la Suiza es alemana, relaciono ahora el hecho acaecido,<br />

con lo que en tu libro indicas respecto a las analogías entre países.<br />

En la pág. 339, Truvia, dices que la inscripción relativa al triunfo <strong>de</strong><br />

los Alpes se halla en la Turbia —La Turbie, estación invernal <strong>de</strong> gran lujo<br />

hoy— citando la nota 18, y en esta... se dice que la inscripción se halla en el


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

arco levantado en Aosta para conmemorar aquel triunfo. ¿He leído mal? ¿Es<br />

error mío <strong>de</strong> comprensión? Quisiera fuere así.<br />

En la pág. 344 citas la carta <strong>de</strong> Plinio a Mustio original traducido por<br />

<strong>Jovellanos</strong> y que conserva Calisto en su po<strong>de</strong>r. Me asombra <strong>de</strong> modo extraordinario<br />

que pueda ser original dicho documento, extrañándome más aún<br />

que la familia en cuyo po<strong>de</strong>r estaba se haya <strong>de</strong>sprendido <strong>de</strong> él. Pero puesto<br />

que tú no dudas en lo más mínimo <strong>de</strong> la autenticidad <strong><strong>de</strong>l</strong> escrito, menos ha<br />

<strong>de</strong> dudar quien, como yo, <strong>de</strong>sconoce en absoluto la diplomática.<br />

Para terminar, he <strong>de</strong> señalar una omisión, que si bien es <strong>de</strong> muy escaso<br />

valor, pue<strong>de</strong> herir susceptibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> personas que sé positivamente son<br />

muy quisquillosas. Me refiero al índice bibliográfico apéndice en el cual no<br />

se citan —como se hace en el texto (aunque atribuyendo a uno lo que es <strong>de</strong><br />

otro, en un caso solamente) varias veces— los folletos <strong>de</strong> Saint Saud-<br />

Labrouche.<br />

Perdona querido amigo que te haga per<strong>de</strong>r lastimosamente el tiempo<br />

leyendo mis insulseces; y cree, que si lo hago, aún sabiendo que abuso <strong>de</strong><br />

tu bondad bien conocida, es sólo para <strong>de</strong>mostrarte cuánto me interesa tu obra<br />

colosal que cada vez admiro más.<br />

Tuyo siempre <strong>de</strong> corazón.<br />

FELIPE.<br />

359


360<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Madrid 24 dbre. 1908<br />

Sr. D. n Julio Somoza<br />

Mi querido amigo: dispense que no le haya escrito antes porque me<br />

tiene muy preocupado el mal estado <strong>de</strong> salud <strong>de</strong> mis hermanos estando <strong>de</strong>dicado<br />

exclusivamente a su cuidado.<br />

He recibido su libro Gijón en la antigüedad y en la Edad Media que ha<br />

tenido Vd. la bondad <strong>de</strong> regalarme por lo que le doy las más expresivas gracias<br />

y la más cordial enhorabuena por el brillante éxito que tan erudito e interesante<br />

trabajo ha <strong>de</strong> tener entre los que amamos el pasado <strong>de</strong> nuestra región<br />

Astur. Cuando me <strong>de</strong>cía Vd. en su última epístola que llevaba escritas mil y<br />

pico <strong>de</strong> cuartillas <strong>de</strong> su historia gijonesa me extrañaba que la <strong>de</strong>sconocida<br />

urbe <strong>de</strong> la época romana y la <strong>de</strong>sierta villa <strong>de</strong> la Edad Media pudieran ser<br />

motivo <strong>de</strong> un trabajo tan extenso; y es que Vd. se ha salido <strong>de</strong> los estrechos<br />

límites <strong>de</strong> su recinto y extendido su estudio a todo el país comprendido entre<br />

el Eo y el Deva, y entre el mar y los montes Erbarios, ilustrando <strong>de</strong> modo<br />

admirable aquellos oscuros periodos <strong>de</strong> la dominación romana y <strong>de</strong> la<br />

monarquía restaurada.<br />

Como en sus publicaciones jovellanistas vierte Vd. una erudición<br />

inmensa que no sé cómo ha podido Vd. adquirir viviendo en una localidad<br />

don<strong>de</strong> abundan los talleres pero no las bibliotecas y los archivos, teniendo<br />

que ir a buscar lejos los innumerables datos históricos que avaloran su hermoso<br />

libro.<br />

No hay obra por perfecta que sea que no tenga alguna falta, lo que<br />

no atenúa su mérito, y amparándome en su indulgencia me atrevo a <strong>de</strong>cirle<br />

que alguna <strong>de</strong> sus afirmaciones arqueológicas carecen <strong>de</strong> fundamento. Para<br />

que Vd. se convenza <strong>de</strong> que la iglesia <strong>de</strong> Santianes como las erigidas por<br />

Alfonso el Casto: Sn. Tirso, Sta. María <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey Casto y Santullano eran o son<br />

<strong>de</strong> planta basilical, por consiguiente, <strong>de</strong> tres naves; tengo el gusto <strong>de</strong> enviarle<br />

y ofrecerle el tomo I <strong>de</strong> la hermosa obra <strong>de</strong> mi amigo Lampérez, con cuyas<br />

i<strong>de</strong>as estoy i<strong>de</strong>ntificado. En ella verá Vd, el plano y alzado <strong>de</strong> la basílica <strong>de</strong><br />

Santianes que conserva casi intactas las tres naves con las pilastras y arcos<br />

que las separaban.— El tomo 2º <strong>de</strong> esa magnífica historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Arte religioso<br />

en España está en publicación y cuando salga a la luz se lo remitiré a Vd.<br />

Reitérole, mi sabio amigo, la enhorabuena por su magnífico libro, y<br />

sabe que <strong>de</strong> veras le estima su siempre afmo. amigo y s.s.q.s.m.b.<br />

FORTUNATO SELGAS.<br />

Jorge Juan 6. 2º.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

24 dbre. 1908<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Queridísimo e inolvidable amigo <strong><strong>de</strong>l</strong> alma: Hace tres días que el<br />

librero Suárez me remitió su verda<strong>de</strong>ra obra monumental acerca <strong>de</strong> Gijón.<br />

¡Qué doble empresa tan grata!<br />

Y digo doble, por ser <strong>de</strong> Vd., a quien olvidar sería para mí imposible,<br />

y por ser la obra que es: <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro benedictino. No vaya Vd. a imaginar<br />

que pienso hacer el análisis crítico <strong>de</strong> ella. Eso será para más <strong>de</strong>spacio, y en<br />

ocasión <strong>de</strong> hacer mejor letra; porque escribo esta casi a oscuras, por mor <strong>de</strong> la<br />

luz eléctrica que no acaba <strong>de</strong> venir, y el correo tiene que marchar.<br />

Pues... como <strong>de</strong>cíamos ayer: no le olvido, le sigo queriendo, y aquí me<br />

tiene Vd. <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> once años <strong>de</strong> vida madrileña, con algunas canas más, y<br />

algunas mayores y más blancas por <strong>de</strong>ntro.<br />

Diga Vd.: ¿pero es verdad que la obra esta se ha impreso en Gijón?<br />

Diga Vd. a esos cajistas, que son unos héroes; aunque más héroe es el autor a<br />

quien Dios conserve los años que yo diga para gloria a las letras eruditas, y<br />

para alegría <strong>de</strong> sus buenos amigos, entre los cuales (pido la palabra) pienso<br />

contarme el primero.<br />

¿Dirá Vd. que estoy <strong>de</strong> Pascuas? Que Dios se las conceda más alegres<br />

que las mías.<br />

Y... hasta que vea <strong>de</strong> nuevo su letra, que entonces hablaremos.<br />

Suyo, suyo y suyo.<br />

P. e MIGUÉLEZ.<br />

P. D.: Ahora mismo llega la luz eléctrica. ¡Buenas noches!... Un saludo<br />

tan respetuoso como afectuoso a toda su familia.<br />

361


362<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

21 — León — 21<br />

Sr. D. Julio Somoza García Sala<br />

Madrid, 25 dic. 1908<br />

Muy Sr. mío y <strong>de</strong> toda mi consi<strong>de</strong>ración y estima:<br />

Hace algunos días llegó a ésta s/c su muy preciada obra en dos volúmenes<br />

Gijón en la historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> apreciándola en mucho yo y agra<strong>de</strong>ciendo<br />

la <strong>de</strong>dicatoria <strong><strong>de</strong>l</strong> ejemplar que he leído con sumo interés y no escaso<br />

provecho. El pensamiento fundamental <strong>de</strong> revisión <strong>de</strong> la historia antigua<br />

y medieval <strong>de</strong> esa ciudad será fecundísimo en resultados, que el tiempo irá<br />

<strong>de</strong>spejando y ampliando, conforme gran<strong>de</strong>s inteligencias y <strong>de</strong>spreocupadas<br />

como las <strong>de</strong> Vd. en ello se emplearen sin otra mira que la <strong>de</strong> asentar la verdad<br />

a la luz <strong>de</strong> los monumentos y documentos auténticos.<br />

En el boletín <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia si ella me lo confía, verá Vd. el dictamen<br />

que el examen <strong>de</strong> tamaño trabajo me ha sugerido. Espero que su continuación,<br />

abarcando la historia mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong> la ciudad, acreditará una vez más<br />

el acendrado patriotismo <strong><strong>de</strong>l</strong> que hace Vd. profesión y ha menester la historia<br />

<strong>de</strong> esa ciudad nobilísima.<br />

Deseándole felices Pascuas <strong>de</strong> Navidad y entrada <strong>de</strong> año nuevo, me<br />

reitero <strong>de</strong> Vd. agra<strong>de</strong>cido y afmo. S. A. y C.<br />

q.b.s.m.<br />

FIDEL FITA.<br />

[En la última plana <strong>de</strong> esta carta Somoza anotó el siguiente borrador<br />

<strong>de</strong> carta]:<br />

Por ahora, no me será posible continuar la historia <strong>de</strong> la ciudad hasta<br />

nuestros días; pues he contraído el compromiso <strong>de</strong> terminar la primera obra<br />

q. e anuncio en la ult.ª pág. <strong><strong>de</strong>l</strong> libro y tengo preparados algunos materiales p. a<br />

la obra acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> Carácter asturiano.<br />

Todo se andará, Dios mediante, si la salud ayuda, y el esfuerzo no<br />

<strong>de</strong>cae.<br />

Mi amigo el Dor Serrano, lleva un ejemplar p. a la Aca<strong>de</strong>mia, no siéndome<br />

posible cumplir con todos sus miembros (como <strong>de</strong>seara) por lo limitado<br />

<strong>de</strong> la edición.<br />

Agra<strong>de</strong>zco a Vd. su felicitación <strong>de</strong> Pascuas. Acepte cordialm. te la mía,<br />

con mil prosperida<strong>de</strong>s p. a el año entrante, y la seguridad <strong><strong>de</strong>l</strong> afecto con q. e me<br />

repito <strong>de</strong> Vd. <strong>de</strong>votísimo servidor y amigo<br />

q.s.m.b.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Madrid, 29 <strong>de</strong> diciemb. 1908<br />

Querido Julio. He recibido tu monumental obra titulada Gijón en la<br />

antigüedad y en la Edad Media, que me ha producido gran impresión. Es un trabajo<br />

verda<strong>de</strong>ramente titánico y digno <strong>de</strong> un asturiano <strong>de</strong> cepa.<br />

Como historiador parece que participas <strong><strong>de</strong>l</strong> parecer <strong>de</strong> los que niegan<br />

la epopeya <strong>de</strong> Covadonga. ¡Lo siento! Debemos sostener la tradición<br />

para mayor gloria <strong>de</strong> la patria. San Juan, el único Evangelista que presenció<br />

los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la pasión y muerte <strong>de</strong> Jesús, no habla una palabra <strong>de</strong> la institución<br />

<strong>de</strong> la Eucaristía en el momento sublime <strong>de</strong> la cena. San Mateo que<br />

también estuvo en la cena, es el primero que nos ha revelado este misterio.<br />

¿Quién tiene razón, el que lo cuenta porque sucedió, o el que calla porque no<br />

ocurrió semejante cosa? Los otros Evangelistas, siguen la tradición que les<br />

enseñó San Mateo, y si este mintió, como si hubiera dicho la verdad: Jesús<br />

instituyó la Eucaristía. Lo mismo ocurre con Covadonga: la cueva existe, los<br />

riscos son inaccesibles, los astures eran feroces, los moros estaban quebrantados<br />

¿a qué extrañarnos que ocurriera aquel <strong>de</strong>sastre a los muslimes y alcanzaran<br />

aquel triunfo los cristianos? Si quitamos la Eucaristía quitamos a la religión<br />

<strong>de</strong> Jesús su espiritualismo, y si quitamos a nuestra historia la epopeya<br />

<strong>de</strong> Covadonga <strong>de</strong>struimos la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> la reconquista. ¡Julio, no quites ilusiones,<br />

que las ilusiones son el encanto <strong><strong>de</strong>l</strong> alma!<br />

Todo el resto <strong>de</strong> la obra me ha gustado muchos, admirando tu<br />

paciencia investigadora que me ha ilustrado en muchas cosas que ignoraba.<br />

Recibe las gracias, la felicitación y un estrecho abrazo <strong>de</strong> tu viejo<br />

amigo que nunca te olvida por lo mucho que vales.<br />

EDUARDO.<br />

363


364<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Orense, 29 <strong>de</strong> dbre. 1908<br />

Sr. D. n Julio Somoza<br />

Mi queridísimo amigo:<br />

Don Ricardo Rodríguez me ha entregado el ejemplar que Vd. tan<br />

cariñosamente me <strong>de</strong>dica, <strong>de</strong> su magna obra Gijón en la Historia general <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>, y no he querido acusar a Vd. recibo y darle las gracias hasta no<br />

haberla leído por entero.<br />

No necesito <strong>de</strong>cir a Vd., porque conoce bien mis aficiones literarias,<br />

el creciente interés y el subidísimo <strong><strong>de</strong>l</strong>eite con que habré recorrido sus páginas,<br />

tan repletas <strong>de</strong> onda y selecta erudición, y tan sugestivas por lo certero<br />

y donoso <strong>de</strong> la crítica y la novedad, valentía y atrevimiento <strong>de</strong> los juicios.<br />

Bajo el primer respecto, tengo para mí que no se ha publicado en<br />

estos últimos tiempo obra alguna <strong>de</strong> historia crítica que con la <strong>de</strong> Vd. pueda<br />

compararse. Asombra el número y la calidad <strong>de</strong> los autores que Vd. ha puesto<br />

a contribución, para fundamentar sus afirmaciones y <strong>de</strong>rramar hoz y más<br />

hoz sobre los puntos dudosos y obscuros y sobre los hechos controvertibles.<br />

Es su obra <strong>de</strong> Vd. un arsenal inmenso <strong>de</strong> riquísimos materiales al cual acudiremos<br />

a cada paso los amantes y cultivadores <strong>de</strong> esta clase <strong>de</strong> estudios,<br />

bendiciendo la mano que con tan abundancia y largueza los ha acumulado y<br />

puesto a nuestro alcance.<br />

Pero, al propio tiempo que aplausos y parabienes, no faltarán a Vd.,<br />

amigo mío, agrias censuras y airadas impugnaciones en lo que se refiere a<br />

Pelayo, Covadonga, la Cruz, etc., etc.; y es seguro que no le perdonarán a Vd.<br />

—sobre todo sus paisanos— el que en vez <strong>de</strong> limitarse a podar, con su cuenta<br />

y razón, el frondoso árbol <strong>de</strong> la narración legendaria, lo haya arrancado<br />

Vd. <strong>de</strong> cuajo, <strong>de</strong>scargando tajos y mandobles sobre el relato <strong>de</strong> Sebastiano,<br />

como el Ingenioso Hidalgo (dirán los impugnadores) los <strong>de</strong>scargó sobre el<br />

retablo <strong>de</strong> Maese Pedro, no <strong>de</strong>jando en él títere con cabeza.<br />

¡Y qué linda y donosamente fustiga Vd. a sesudos escritores, a quienes<br />

habíamos convenido en tener por intangibles! La verdad es que toca en<br />

lo risible la seriedad con que presentan a Pelayo como admirable estratega,<br />

etc., etc. pintando la batalla como si la estuvieran viendo. Y es, amigo Julio,<br />

que hoy, como en tiempo <strong>de</strong> Quevedo, la piadosa o heroica leyenda, el viejo<br />

y anónimo romance y las bellas ficciones <strong>de</strong> la dulce poesía tienen tal encanto<br />

y atractivo, <strong>de</strong> tal modo se han convenido en ver en ellas un rico fondo <strong>de</strong><br />

verdad, que bien pue<strong>de</strong> volverse a preguntar con el gran satírico:<br />

“¿No ha <strong>de</strong> haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha <strong>de</strong> sentir lo<br />

que se dice? ¿Nunca se ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir lo que se siente?”.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Apercíbase Vd. a la polémica. Su obra <strong>de</strong> Vd. será discutida, pero<br />

quedará, sí, estoy seguro <strong>de</strong> que quedará, y que en ella encontrarán no poco<br />

que apren<strong>de</strong>r los mismos que la combaten.<br />

Reciba Vd. mi más cordial enhorabuena, y con ella las gracias por las<br />

frases que, al citarme, me <strong>de</strong>dica, y el apéndice en que me honra, reproduciendo<br />

mi reseña y comentarios <strong>de</strong> la tésera e hospitalidad <strong>de</strong> los Zoelas; que<br />

honra, y muy gran<strong>de</strong> es para mí figurar <strong>de</strong> tal modo en libro llamado a vivir<br />

más que los pobres míos.<br />

Nuestro Boletín <strong>de</strong> la Comisión anda mal, no por falta <strong>de</strong> original,<br />

sino <strong>de</strong> impresor. Sólo uno <strong>de</strong> los que aquí hay pue<strong>de</strong> imprimirlo como es<br />

<strong>de</strong>bido, y por una serie <strong>de</strong> contratiempos no po<strong>de</strong>mos contar con él para la<br />

publicación en tiempo oportuno, por lo cual tendremos que tomar una <strong>de</strong>terminación<br />

para el año próximo.<br />

Venga pronto el catálogo numismático que Vd. anuncia. De él y <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

libro me ocuparé en el Boletín, si acordamos ensanchar el círculo en que<br />

ahora se mueve, como yo he propuesto. Concretándose a la arqueología <strong>de</strong> la<br />

provincia, es muy difícil su sostenimiento, pues con el tiempo se van agotando<br />

los asuntos.<br />

Y basta <strong>de</strong> epístola, que ya va siendo <strong>de</strong>masiado larga. Que tenga<br />

Vd., mi querido amigo, muy felices Pascuas y buena entrada <strong>de</strong> año, y allá le<br />

va un apretado y cariñoso abrazo <strong>de</strong> su amiguísimo.<br />

MARCELO MACÍAS.<br />

365


366<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

5 enero 9<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Muy distinguido amigo: con un placer, que puedo <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> emoción,<br />

recibí hace pocos días su obra.<br />

No quise escribir a Vd. antes <strong>de</strong> haber entrado páginas a<strong>de</strong>ntro en su<br />

lectura, y ahora que así lo hago, y haciéndolo <strong>de</strong> tal modo juntamente aprendo<br />

y me <strong><strong>de</strong>l</strong>eito, le <strong>de</strong>bo y le expreso cordial testimonio <strong>de</strong> mi admiración y<br />

mi gratitud.<br />

Siento por mi tierra asturiana amores que más se ahondan en el alma<br />

con el correr <strong>de</strong> los años y el pasar <strong>de</strong> mi vida. El libro <strong>de</strong> Vd. parece que<br />

viene a remozarlos con la vitalidad <strong>de</strong> tan amplia sabiduría.<br />

Haré que La Lectura rinda a su hermosa obra los honores que se le<br />

<strong>de</strong>ben. Yo también quisiera hablar <strong>de</strong> ella en América.<br />

Le doy gracias como amigo y como gijonés. Y le saludo con toda consi<strong>de</strong>ración.<br />

b.l.m.<br />

FRANCISCO ACEBAL.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Avilés, 9 enero 1909<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Gijón<br />

Muy distinguido señor mío:<br />

Tengo un especial gusto en felicitarle por el reciente nombramiento<br />

con que le honra y se honra al mismo tiempo el culto pueblo <strong>de</strong> Gijón que<br />

haciéndole a Vd. justicia le hacen Cronista <strong>de</strong> dicho pueblo y su concejo.<br />

Yo que le cogí cariño por su tan distinguido trato social, soy <strong>de</strong> los<br />

que creo que la digna corporación <strong>de</strong> ese Ilustrado Ayuntamiento ha tenido<br />

un acierto digno <strong>de</strong> toda pon<strong>de</strong>ración porque supo interpretar fielmente los<br />

unánimes <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> todas cuantas personas tuvimos la suerte <strong>de</strong> tratar al<br />

cariñoso señor Somoza.<br />

Le <strong>de</strong>sea dichas sin cuento e inacabables felicida<strong>de</strong>s el que es <strong>de</strong> Vd.<br />

afsmo. s.s. q.s.m.b.<br />

MANUEL CARREÑO.<br />

R/C Marqués P. Del Río nº 16<br />

(A ésta contestó Somoza con esta otra)<br />

Mi cariñoso amigo Carreño:<br />

Le agra<strong>de</strong>zco en el alma la sincera y leal manifestación <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro<br />

afecto que me trasmite en su carta <strong>de</strong> ayer, y que consi<strong>de</strong>ro más bien como<br />

prueba <strong>de</strong> su bondadoso carácter, antes que porque me imagine acreedor a<br />

ninguna alabanza.<br />

Vd. sabe muy bien, que estas distinciones municipales, ni dan ni quitan<br />

méritos literarios, ni <strong>de</strong> ningún género; otro tribunal más alto y más severo<br />

es el que ha <strong>de</strong> pronunciar el fallo <strong>de</strong> mis merecimientos, si por acaso tuve<br />

alguno.<br />

Todos los que aman y con intensidad a su patria, y se <strong>de</strong>dican a<br />

investigar su historia, le <strong>de</strong>ben un libro; yo le consagré el mío con el mejor<br />

afecto y perseverante estudio; mas si con acierto o no, díganlo otros, y mejor<br />

que nadie la posteridad.<br />

Renovándole a Vd. la expresión <strong>de</strong> mi viva simpatía, y <strong>de</strong>seándole<br />

salud completa y prosperidad sin cuento al lado <strong>de</strong> su esposa e hijos, sabe es<br />

suyo verda<strong>de</strong>ro e invariable amigo, que mucho le estima.<br />

367


368<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Enero 24/1909<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Querido Julio: Por mi cuñado que te entregará esta, recibí tu libro<br />

Gijón en la Historia General <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> que has tenido la atención <strong>de</strong> <strong>de</strong>dicarme.<br />

El interés y aprecio gran<strong>de</strong>s que para mí tienen todas las obras, se<br />

aumenta en esta por su asunto que po<strong>de</strong>rosamente me atrae. Enterado por ti,<br />

el pasado verano, <strong><strong>de</strong>l</strong> plan <strong><strong>de</strong>l</strong> libro y <strong>de</strong> su espíritu, estoy seguro que me ha<br />

<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong>eitar su lectura; <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong> ella saque hablaremos a su tiempo; y sólo<br />

<strong>de</strong>ploro que, <strong>de</strong>dicado hace tantos años a la vil prosa <strong><strong>de</strong>l</strong> protocolo, no he <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r apreciar todo el mérito <strong>de</strong> las laboriosas investigaciones.<br />

No por esperado, estimo menos el regalo: siempre te acuerdas <strong>de</strong> mí;<br />

y esto lo traduzco como una manifestación <strong>de</strong> nuestra antigua amistad que<br />

tanto aprecio.<br />

Me enteré <strong><strong>de</strong>l</strong> acuerdo <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón respecto a la obra,<br />

escaso premio para lo que <strong>de</strong>biera ser; pero sabiendo cómo las gastan en ese<br />

pueblín <strong>de</strong> comerciantes, hay que estimarlo en mucho, y por ello te doy también<br />

por el éxito que seguramente tendrá el libro, entre los que saben leer y<br />

pue<strong>de</strong>n juzgar lo que leen.<br />

Repitiéndote las gracias por tu obsequio, para mí estimadísimo, allá<br />

mi cariñoso aplauso por tu obra, si más cordial, menos autorizado que el que<br />

merezca al mundo literario, y mi enhorabuena por las satisfacciones que su<br />

confección te habrá proporcionado.<br />

Tuyo amigo <strong>de</strong>votísimo que te abraza.<br />

VÍCTOR G. DE LA CRUZ.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Senado<br />

Particular<br />

Madrid 4 <strong>de</strong> febrero 1909<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Mi muy estimado amigo y compañero: ante todo, doy a Vd. las gracias<br />

más cordiales por el valiosísimo regalo <strong>de</strong> su importantísima y verda<strong>de</strong>ramente<br />

monumental obra <strong>de</strong> Gijón en la historia general <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, que recibí<br />

por conducto <strong>de</strong> nuestro buen amigo don Vicente Serrano. Es un trabajo <strong>de</strong><br />

primer or<strong>de</strong>n, por el cual felicito a Vd. con toda el alma.<br />

Mi mala salud fue causa <strong>de</strong> que tardase, bien a pesar mío, en escribir<br />

a Vd. Llevo una larga temporada enfermo <strong>de</strong> algún cuidado, viéndome, a<br />

veces, en la necesidad <strong>de</strong> renunciar durante muchos días a las tareas habituales.<br />

Mi mujer le recuerda a Vd. perfectamente, como uno <strong>de</strong> los mejores<br />

amigos <strong>de</strong> sus hermanos Manolo, Paco y Serafin (?). De estos el único que<br />

aún vive es el último, recluido hace un año en el manicomio <strong>de</strong> Reus como<br />

consecuencia <strong>de</strong> una afección incurable <strong>de</strong> la médula. De los tres hermanos<br />

menores sólo vive Miguel (casado, con 8 hijos), Oficial <strong>de</strong> la Delegación <strong>de</strong><br />

Hacienda <strong>de</strong> Lérida; Juan y Emilio murieron jóvenes. Rosa, viuda hace 12<br />

años, habita en compañía <strong>de</strong> Miguel; hace poco pasó una temporada con<br />

nosotros.<br />

Tanto ella, como Esperanza, me encargan salu<strong>de</strong> a Vd. en su nombre,<br />

y yo tengo sumo gusto en expresar a Vd. mi estimación y afecto, quedando<br />

muy suyo buen amigo.<br />

EDUARDO DE HINOJOSA.<br />

369


370<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Mi distinguido amigo y paisano: me traen ahora sus dos nutridos<br />

volúmenes sobre Gijón, y los hojeo con sumo interés, viendo en ellos suscitados<br />

y tratados tantos problemas <strong>de</strong> la mayor importancia para las antigüeda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> en general.<br />

Estudio con especial atractivo los párrafos que Vd. <strong>de</strong>dica a la etnografía<br />

antigua, <strong>de</strong>seando hallar en los rasgos mo<strong>de</strong>rnos dialectales y folklóricos<br />

coinci<strong>de</strong>ncia hace tiempo buscada por mí.<br />

Mucho le agra<strong>de</strong>zco el envío <strong>de</strong> su publicación, fruto <strong>de</strong> su mucho<br />

saber y consagración a las cosas <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>, y me repito como siempre <strong>de</strong><br />

Vd. afectísimo amigo y coterráneo.<br />

R. MENÉNDEZ PIDAL.<br />

Ventura Rodríguez 21.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Sr. D. Julio Somoza<br />

Muy señor mío y <strong>de</strong> toda mi consi<strong>de</strong>ración más distinguida: Me<br />

tomo el atrevimiento <strong>de</strong> enviarle mi más humil<strong>de</strong> pero sincerísima felicitación,<br />

con motivo <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> su gran obra, la que leo con sumo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong>eite.<br />

Aprovecho gustoso la ocasión para reiterarle el testimonio <strong>de</strong> su respeto,<br />

su aftmo. s.s.<br />

q.l.b.s.m.<br />

FRANCISCO LÓPEZ VALDÉS.<br />

(A LA QUE CONTESTA SOMOZA CON OTRA CUYO BORRADOR DICE:)<br />

Sr. D. F.L.V.<br />

Muy distinguido señor mío:<br />

Le agra<strong>de</strong>zco vivamente la sincera felicitación que me envía por la<br />

publicación <strong>de</strong> mi última obra, estimándola, no por lo que a mí pueda alcanzarme<br />

en la interpretación <strong>de</strong> los hechos históricos, sino más bien por el motivo<br />

que la inspira, que es el amor a la tierra y a los recuerdos <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado y <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

hogar, que vive en nuestros pechos como fuente <strong>de</strong> inspiración eterna, y<br />

como prolongación <strong><strong>de</strong>l</strong> entrañable afecto con que la amaron nuestros padres<br />

y antepasados.<br />

Agra<strong>de</strong>ciendo muy <strong>de</strong> veras su espontáneo y franco testimonio, con<br />

tanto mayor motivo, cuanto que no tengo el gusto <strong>de</strong> conocerle personalmente,<br />

quedo <strong>de</strong> Vd. muy<br />

afmo. s.s. q.b.s.m.<br />

371


V<br />

PORTADILLA<br />

Cuando a la terminación <strong>de</strong> la funesta guerra antillana y <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Archipiélago filipino (a las que fuimos insidiosamente arrastrados por la brutal<br />

codicia <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo yankee) regresaron a la madre Patria nuestros sufridos<br />

soldados, dando un ejemplo <strong>de</strong> abnegación y disciplina que no lograron<br />

alcanzar los <strong>de</strong> otras naciones europeas muy envanecidas y pagadas <strong>de</strong> su<br />

superioridad intelectual, prodújose en los ánimos una doble reacción, no por<br />

encontrada menos natural, <strong>de</strong> aplanamiento y <strong>de</strong>presión en unos, <strong>de</strong> enérgica<br />

concentración y actividad en otros. Conceptuaban los primeros por imposible,<br />

nuestra resurrección; y avizorando el peligro aprestábanse <strong>de</strong> nuevo a<br />

la <strong>de</strong>fensa aquellos otros espíritus varoniles cuyo vigor no <strong>de</strong>smaya jamás,<br />

aun en las mayores contrarieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida.<br />

Acumulóse en España, con aquel infausto suceso, una masa consi<strong>de</strong>rable<br />

<strong>de</strong> Oficialidad exce<strong>de</strong>nte, producto <strong>de</strong> los dos ejércitos <strong>de</strong> América y<br />

Filipinas, <strong>de</strong>signados, no muy gráficamente con la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> repatriados.<br />

Las variadas condiciones en que volvieron, hicieron por multitud <strong>de</strong> circunstancias,<br />

que tomaran muy diversos y extraños rumbos. Enfermos unos<br />

<strong>de</strong> cuerpo y espíritu, fueron a buscar remedio a sus quebrantos en la soledad<br />

y el aislamiento, vegetando tristemente en recónditos parajes. Abandonaron<br />

otros la carrera militar, persuadidos <strong>de</strong> que ningún porvenir les esperaba<br />

ante la influencia avasalladora <strong><strong>de</strong>l</strong> número, buscando en particulares ocupaciones<br />

el medio <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r a la subsistencia <strong>de</strong> su familia. Quedáronse<br />

muchos a la expectativa. Y temerosos otros <strong>de</strong> que una forzada inacción les<br />

arrastrase a la ociosidad, buscaron en el estudio un alivio contra la primera,<br />

y un preservativo <strong>de</strong> la segunda.<br />

Préstase la vida militar por la responsabilidad <strong>de</strong> sus cargos, por sus<br />

obligaciones y <strong>de</strong>beres, por la movilidad <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stino, y por el continuo<br />

trato con diversidad <strong>de</strong> tipos, caracteres, pueblos y localida<strong>de</strong>s, a gran caudal<br />

<strong>de</strong> observaciones. Y si en lo antiguo, lo opuesto y aun violento <strong><strong>de</strong>l</strong> contraste,<br />

daba a los escritos <strong>de</strong> estos observadores, mayor originalidad y extensión<br />

en el conocimiento, la uniformidad <strong>de</strong> la vida mo<strong>de</strong>rna, ha hecho que<br />

aquellas observaciones, ganaran en profundidad y análisis, lo que en extensión<br />

y originalidad perdieron.<br />

Pero, a parte <strong>de</strong> esto, en los escritos <strong>de</strong> los militares, cuando no se<br />

contraen a lo propio <strong>de</strong> su instituto, vive y palpita en ellos una nota siempre


374<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

simpática a todo corazón generoso y gran<strong>de</strong>: el sentimiento elevado <strong><strong>de</strong>l</strong> amor<br />

a la Patria. Por más que ridículos y utópicos escritores, soñadores filósofos y<br />

obtusos <strong>de</strong>mócratas, presuman que se borrarán las fronteras, y el amor universal<br />

lo invadirá todo, perseverará siempre a <strong>de</strong>specho <strong>de</strong> ellos, el amor al<br />

hogar y al término don<strong>de</strong> aquel está enclavado, las tradiciones <strong>de</strong> raza y la<br />

forma étnica <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje, cuya nativa e inmanente fuerza no se alterará ni<br />

por ningún real <strong>de</strong>creto, ni por cuanto esfuerzo intelectual con<strong>de</strong>nsen filósofos<br />

y teorizantes en el transcurso <strong>de</strong> los siglos.<br />

Entre los que vistiendo el honroso uniforme <strong>de</strong> la Milicia, regresaron<br />

a España <strong>de</strong> América con meritoria hoja <strong>de</strong> servicios, cuéntase el autor <strong>de</strong> este<br />

mo<strong>de</strong>sto libro, asturiano por su patria, hijo <strong>de</strong> la nobilísima Oviedo, <strong>de</strong> abolengo<br />

literario por su familia, y cuyo apellido se registra entre los <strong>de</strong> más<br />

esclarecido linaje en los anales <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> y León. Hijo <strong><strong>de</strong>l</strong> preclaro escritor<br />

ovetense, Máximo Fuertes Acevedo, cuyos méritos y autoridad en materia<br />

científica y literaria, no soy yo llamado a discernir, y señalado entre sus contemporáneos<br />

por doctísimo, en cuanto se refería a <strong>Asturias</strong>.<br />

Destinado a Aranjuez a su regreso a España, para formar parte <strong>de</strong> las<br />

Comisiones liquidadoras <strong>de</strong> cuentas <strong>de</strong> los Ejércitos <strong>de</strong> Ultramar, abandonó<br />

pronto la ingrata y mecánica tarea oficinesca <strong>de</strong> la contabilidad, para buscar<br />

expansión a su espíritu en más elevadas regiones.<br />

Trasladado a <strong>Asturias</strong>, llamóle po<strong>de</strong>rosamente la atención la transformación<br />

que sufría su país natal y se <strong>de</strong>dicó a estudiarle. Ningún punto<br />

mejor para ello que aquel en que fijó su estancia, el primer puerto marítimo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong>, la villa <strong><strong>de</strong>l</strong> Cantábrico por excelencia, la ciudad <strong>de</strong>sierta <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

siglo décimo, el símbolo parlante <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rna industria asturiana, Gijón en<br />

fin, que en diversas fases históricas había pasado <strong>de</strong> pueblo pescador y agrícola<br />

a centro comercial; <strong>de</strong> aquí a digno representante <strong>de</strong> la industria fabril,<br />

y por último aspiraba a levantarse con el cetro y la supremacía <strong><strong>de</strong>l</strong> Po<strong>de</strong>r<br />

Hullero, cautivaron su entusiasmo, animándose a <strong>de</strong>dicarle un libro. Pero<br />

indagando y examinando las causas que produjeron este cambio tan radical<br />

en su país nativo, tuvo que reconocer, que también otras localida<strong>de</strong>s y otros<br />

centros habían aportado consi<strong>de</strong>rables fuerzas a esta evolución po<strong>de</strong>rosa. Si<br />

las primeras fábricas se establecieron en Gijón, si aquí nació el primer ferrocarril<br />

carbonero y la primera carretera provincial; si se diputó su puerto por<br />

el primero <strong>de</strong> refugio <strong><strong>de</strong>l</strong> litoral astur, y ninguno le aventajaba para la exportación<br />

<strong>de</strong> carbones... Oviedo, Avilés, Mieres, Langreo y cien localida<strong>de</strong>s más,<br />

no se quedaban a la zaga en la colosal empresa. En Gijón convergían todas<br />

las fuerzas: cuantas aquí no se originaran, había que estudiarlas en sus orígenes<br />

y centros productores.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Motivo fue éste bastante, para que el Señor Fuertes Arias ampliara su<br />

trabajo. Los pasos dados para conseguirlo, el acaparamiento <strong>de</strong> datos, los<br />

viajes, circulares, consultas y conversaciones sostenidas, la información en<br />

libros, folletos, memorias, etc., etc. no son para contados, ni al lector le importan<br />

gran cosa; sobre que parecería que el prologuista a<strong><strong>de</strong>l</strong>antaba este mérito,<br />

para captarse la benevolencia pública. Nada <strong>de</strong> eso. Quienquiera que se haya<br />

metido en semejante berenjenal, harto sabe ya a qué atenerse sobre la materia,<br />

y el que no, que lo ensaye, y adquirirá una dosis <strong>de</strong> paciencia y <strong>de</strong> saber<br />

práctico equivalente a un Curso completo <strong>de</strong> Ciencia experimental.<br />

Si a cada región <strong>de</strong> España se aplicara la lente para observar minuciosamente<br />

su <strong>de</strong>sarrollo, y las observaciones practicadas se recogieran por<br />

quien pudiera y supiera hacerlo, exponiéndolas <strong>de</strong>spués clara y mo<strong>de</strong>stamente<br />

al público en lectura sazonada y económica, algo más se a<strong><strong>de</strong>l</strong>antaría<br />

que con cuantos Informes se pi<strong>de</strong>n a Gobernadores, Fiscales, Jueces,<br />

Sub<strong><strong>de</strong>l</strong>egados y Comisiones. Del calibre <strong>de</strong> este librillo quisiera yo uno para<br />

cada provincia <strong>de</strong> España. No es que niegue al elemento literario, civil y político,<br />

condiciones y medios <strong>de</strong> información suficientes, porque afirmación<br />

semejante, equivaldría a negarme a mí propio. Es que (salvo mejor opinión),<br />

hallamos en el Informe civil, jurídico y gubernativo, mucho <strong>de</strong> rutina curialesca<br />

y <strong>de</strong> prosaísmo huero. Entre la información pedida a un médico, a un<br />

ingeniero, o un militar experimentado, y la pedida a un hombre <strong>de</strong> oficina,<br />

bufete o cátedra, hay una distancia muy perceptible. Los tres primeros, viajan;<br />

y el médico que ha estado en campaña, en navegación, en hospitales, en<br />

epi<strong>de</strong>mias, etc. informa <strong>de</strong> muy distinta manera que el que hace vida se<strong>de</strong>ntaria,<br />

y hasta rutinaria. El ingeniero viaja mucho, su lectura es enciclopédica,<br />

y observa y compara como pocos. El militar, por su cultura y estudios, por el<br />

hábito <strong>de</strong> la obediencia, y por el prestigio <strong>de</strong> su nombre, así como por el contraste<br />

que <strong>de</strong> continuo presenta a su vista la disciplina <strong>de</strong> su instituto, con la<br />

<strong>de</strong>sobediencia en los <strong>de</strong>más ór<strong>de</strong>nes civiles, tiene un modo <strong>de</strong> apreciar las<br />

cuestiones mucho más conciso y severo, a parte <strong>de</strong> que nunca le impulsa la<br />

i<strong>de</strong>a <strong><strong>de</strong>l</strong> lucro, la pedantería <strong><strong>de</strong>l</strong> leguleyo, y la mala fe <strong><strong>de</strong>l</strong> curial.<br />

Con lo dicho, se imaginará por alguno que trato <strong>de</strong> hacer en la prece<strong>de</strong>nte<br />

digresión, el panegírico <strong>de</strong> mi amigo, autor <strong><strong>de</strong>l</strong> libro, <strong>de</strong>primiendo a<br />

las clases y ensalzando a otras, pero... yerro y absurdo semejantes no caben<br />

en ningún cerebro medianamente organizado. Conozco los fueros <strong>de</strong> la opinión<br />

pública, como el primero; y la mía particular, con las salveda<strong>de</strong>s dichas,<br />

no tendrá más valor, que el que los espíritus imparciales quieran conce<strong>de</strong>rle.<br />

Para <strong>de</strong>sgracia nuestra, el <strong>de</strong>snivel intelectual <strong>de</strong> España es enorme<br />

y pue<strong>de</strong> afirmarse sin hipérbole que en España no se lee. Quiero significar en<br />

esta afirmación que lo que se lee no se digiere, o por la precipitación conque<br />

se lee, o por lo indigesto <strong>de</strong> la lectura. Que lectura indigesta y malsana, es,<br />

375


376<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

por lo general, la <strong>de</strong> casi todos nuestros periódicos ya avezados al plato fuerte<br />

sensacional o a la información volan<strong>de</strong>ra y ridícula. Las Revistas quedan<br />

reducidas a muy restringido círculo: y por lo que atañe a los libros, baste<br />

<strong>de</strong>cir que los baratos son malos (exceptuando, naturalmente, los <strong>de</strong> los escritores<br />

<strong>de</strong> primera línea); y los útiles caros, lo que proviene <strong>de</strong> dos causas: una,<br />

la carestía <strong>de</strong> la impresión, por <strong>de</strong>sconocimiento natural en los escritores<br />

españoles <strong>de</strong> la estructura económica en la confección natural <strong>de</strong> libro, y otra,<br />

<strong>de</strong> la codicia absurda <strong>de</strong> los libreros, que aún cobrando una comisión enorme<br />

en la venta <strong>de</strong> los libros, ignoran en absoluto su valor en el mercado como<br />

producto intelectual456. Pero es inútil que prosigamos en este camino. Ya lo advirtió concienzudamente<br />

<strong>Jovellanos</strong>, señalando el remedio a tan hondo mal. El medio <strong>de</strong><br />

promover la prosperidad nacional, es el <strong>de</strong> aumentar nuestra cultura, <strong>de</strong> la<br />

cual es base indispensable la difusión <strong>de</strong> la instrucción pública. Por nuestra<br />

parte, agregaremos, que amén <strong>de</strong> otros daños, el sistema parlamentario<br />

vigente en nuestra patria, es uno <strong>de</strong> los más funestos obstáculos para el <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> la Instrucción: porque, preocupados los Ministros preferente y constantemente<br />

<strong>de</strong> la vida parlamentaria, es imposible <strong>de</strong> todo punto que puedan<br />

<strong>de</strong>dicar su atención, tan intensamente como el asunto lo requiere, al <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> la cultura intelectual <strong>de</strong> la Patria.<br />

El reconocimiento <strong>de</strong> esta verdad, está patente en el enorme fárrago<br />

<strong>de</strong> lo legislado sobre Instrucción Pública, y en los proyectos tantas veces promulgados<br />

como fracasados <strong>de</strong> reformas en la Ley <strong>de</strong> enseñanza. Al llegar a<br />

este punto, viene sin querer, a nuestra memoria lo sucedido al General<br />

Córdova durante la primera guerra civil. Exasperadas las pasiones, <strong>de</strong>sconcertados<br />

los Ministros, disparatados los políticos, y más <strong>de</strong>sorientados que<br />

nadie los periodistas, al ver el incremento que iba alcanzando la insurrección,<br />

tomaron estos un acuerdo unánime: excitar el amor propio <strong><strong>de</strong>l</strong> General en<br />

Jefe para que <strong>de</strong> una vez diera una gran batalla en toda regla a los carlistas, y<br />

acabara <strong>de</strong> una vez también, con aquella vergüenza nacional. Y aquellos hueros<br />

periodistas, tan hueros como los <strong><strong>de</strong>l</strong> día, sin saber una jota <strong>de</strong> estrategia,<br />

ni arte militar, ni aprovisionamiento <strong>de</strong> tropas, ni estado <strong>de</strong> fuerzas, ni <strong>de</strong><br />

parques, ni <strong>de</strong> municiones; sin conocer ni geográfica ni topográficamente el<br />

país don<strong>de</strong> se operaba, ni la fuerza moral con que contaban los insurrectos,<br />

ni su pericia en el conocimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> terreno y <strong>de</strong> la guerra <strong>de</strong> montaña; sin<br />

saber si había recursos económicos ni <strong>de</strong> don<strong>de</strong> habían <strong>de</strong> salir para avitua-<br />

456 Citaré como ejemplo, el <strong>de</strong> un librero <strong>de</strong> la Corte (y <strong>de</strong> los <strong>de</strong> nombradía) que tuvo la<br />

brillantez <strong>de</strong> pedir el cuarenta por ciento <strong>de</strong> comisión en cierta obra. Siendo el precio <strong>de</strong> ésta,<br />

<strong>de</strong> cinco pesetas, cobraba mo<strong>de</strong>stamente dos, por tenerla en su tienda. Tan <strong>de</strong>scabelladas<br />

pretensiones, explican la <strong>de</strong>terminación <strong><strong>de</strong>l</strong> insigne Galdós, constituyéndose en editor <strong>de</strong><br />

sus propias obras. (Nota <strong>de</strong> Somoza).


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

llar el ejército y municionarle; sin consi<strong>de</strong>rar que una gran masa <strong>de</strong> tropa<br />

acumulada tras penosas marchas en la estación lluviosa, y en país completamente<br />

hostil, no sólo era <strong>de</strong> muy difícil movilización, sino que ésta traía aparejada<br />

consigo el grave peligro <strong>de</strong> <strong>de</strong>sguarnecer otras comarcas don<strong>de</strong> el carlismo<br />

tomaba incremento, como el Maestrazgo y Cataluña; sin saber... una<br />

palabra <strong>de</strong> nada (como nuestros actuales gacetilleros, cronistas, corresponsales<br />

telegráficos, relatores —no siempre han <strong>de</strong> ser reporteros— y <strong>de</strong>más gentecilla457 <strong><strong>de</strong>l</strong> llamado por ironía cuarto po<strong>de</strong>r) 458, pretendieron en sus insustanciales<br />

escritos, nada menos que dar lecciones al ilustre general Córdova.<br />

Lo propio acontece hoy con la Instrucción Pública. Ni cien corporaciones,<br />

ni Parlamento, ni Senado, ni Gobierno, ni Prensa, valen, ni llegan, ni<br />

sirven para una empresa tan colosal, que necesita <strong><strong>de</strong>l</strong> concurso <strong>de</strong> la inteligencia<br />

y <strong><strong>de</strong>l</strong> dinero <strong>de</strong> todos. Fuerzas y grupos aislados, sin cohesión, sin<br />

plan, sin estudios, preten<strong>de</strong>n resolver problema tan magno, en un país como<br />

el nuestro, por medios empíricos o rutinarios. Imagina el Gobierno que con<br />

dictar programas, y promulgar leyes y variar el sistema <strong>de</strong> pago a los maestros,<br />

ha resuelto el problema; creen los Ayuntamientos y Corporaciones, que<br />

con nombrar comisiones, tribunales <strong>de</strong> examen, juntas inspectoras; y crear<br />

medallitas, diplomas y premios, han dado un gran paso. Sueñan muchos particulares,<br />

que con hacer edificios suntuosos, y dotarles <strong>de</strong> material científico<br />

con arreglo a los últimos a<strong><strong>de</strong>l</strong>antos, que han terminado su misión individual.<br />

Pedagogos y maestros <strong>de</strong> ciertas ínfulas, hacen estribar en sus mal hilvanados<br />

librillos, el a<strong><strong>de</strong>l</strong>anto <strong>de</strong> sus alumnos, pero, como advierte con singular<br />

tino el Señor Fuertes Arias, nadie se ocupa en crear, formar e instruir al<br />

Maestro, que es la clave y resorte principal <strong>de</strong> toda esta máquina. No hace<br />

muchos años que escribía en idéntica forma <strong>de</strong> argumentación, la ilustre y<br />

respetable Señora <strong>de</strong> Arenal a propósito <strong>de</strong> la famosa Cárcel llamada mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o:<br />

el edificio conforme a los últimos a<strong><strong>de</strong>l</strong>antos (muletilla en voga), las condiciones<br />

higiénicas, <strong>de</strong> emplazamiento material, etc. inmejorables, el menaje a<strong>de</strong>cuado<br />

al objeto, pero... ¿dón<strong>de</strong> estaba el personal instruido, idóneo, y capaz para<br />

conseguir en el nuevo régimen penitenciario los resultados que sus flamantes<br />

innovadores se prometían?<br />

Escuelas completas e incompletas: maestros <strong>de</strong> 125 pesetas anuales,<br />

ninguno <strong>de</strong> los cuales sabe escribir una carta, ni redactar un memorial, ni (lo<br />

que es más grave) informar sobre la aptitud, inclinaciones, <strong>de</strong>fectos y estado<br />

<strong>de</strong> salud, higiene, y aseo <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> sus alumnos. Verdad es que, siguien-<br />

457 Debajo aparece tachada con una raya la palabra chusma.<br />

458 Des<strong>de</strong> que Armando Palacio Valdés puso en solfa bajo este título El Cuarto Po<strong>de</strong>r a los<br />

periodistas <strong>de</strong> provincia, <strong>de</strong> igual modo que antes había Galdós puesto en ridículo a los<br />

francmasones en su renombrado episodio El Gran Oriente no hay medio <strong>de</strong> que persona<br />

alguna les tome en serio. (Nota <strong>de</strong> Somoza).<br />

377


378<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

do en la viciosa y errada creencia <strong>de</strong> que tanto mejor es un Maestro, cuantos<br />

más alumnos concurren a su escuela, maldito si se llegara nunca a mediano<br />

estado <strong>de</strong> perfección. Y es que, en nuestro temperamento meridional e indolente<br />

se trata siempre <strong>de</strong> encubrir lo principal con lo accesorio, lo trabajoso y<br />

duro con lo artificioso y aparente, lo esencial y meritorio, con lo exterior y<br />

superfluo. En el reducido círculo en que nos movemos, ya sabe cada uno a<br />

qué atenerse sobre el particular.<br />

Pues si la cuestión <strong>de</strong> la enseñanza es tan capital en nuestra patria, y tan<br />

ardua en su solución, no le va a la zaga la cuestión obrera impropiamente llamada<br />

así, puesto que en el fondo, como se ha dicho repetidas veces, el problema<br />

es solamente económico, no filosófico, ni político. No lo plantea mal el Señor<br />

Fuertes Arias; y al dilucidar sus causas y sus riesgos, tampoco se separa <strong>de</strong> lo<br />

generalmente admitido entre las personas imparciales y sensatas. Pero, a nuestro<br />

particularísimo modo <strong>de</strong> ver, no se ha señalado aún entre las causas que lo<br />

originan, una, que en nuestro sentir, ha sido hasta le presente poco analizada.<br />

La <strong>de</strong>spoblación <strong>de</strong> los campos, y la acumulación <strong>de</strong> las gentes en las<br />

poblaciones, han originado esas gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>sconocidas en la Historia<br />

<strong>de</strong> todos los pueblos, y cuya acumulación tiene que producir perturbaciones<br />

hondas y continuas y, a la larga, han <strong>de</strong> originar, o la dispersión <strong>de</strong> sus pobladores<br />

o su reintegración a los campos, o su total <strong>de</strong>scomposición y muerte.<br />

Nada <strong>de</strong> retóricas ni <strong>de</strong> teorías. Al hecho.<br />

En un transcurso <strong>de</strong> cincuenta años hemos visto crecer el vecindario<br />

<strong>de</strong> Gijón <strong>de</strong> 8.000 a 40.000 almas, lo cual no tendría nada particular si este crecimiento<br />

se hubiese efectuado <strong>de</strong> una manera gradual a razón <strong>de</strong> 640 almas<br />

por año, o 6.400 por <strong>de</strong>cenio. Mas no ha sucedido así, sino que como invasión<br />

tumultuosa, en los últimos quince años (1887-1902), la progresión ha sido tan<br />

irregular como excesiva. ¿Qué la originó? El <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su vida industrial.<br />

¿Cuáles elementos constituyeron el núcleo <strong>de</strong> esta inmigración? Nos cuesta<br />

trabajo consignarlo, pero es fuerza <strong>de</strong>cirlo: los peores <strong>de</strong> cada clase. Al rumor<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> salario, acudieron como moscas, todos los labradores sin hacienda <strong>de</strong> las<br />

parroquias <strong><strong>de</strong>l</strong> concejo; todos los brazos ociosos <strong>de</strong> los restantes concejos <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>; sinnúmero <strong>de</strong> braceros y vagos <strong>de</strong> todas las provincias <strong>de</strong> España;<br />

y hasta elementos dispersos <strong>de</strong> varias naciones <strong>de</strong> Europa, gentes dispuestas<br />

al trabajo honroso, unos; y otros (los más), gentes aventureras y maleantes,<br />

atraídas por el rumor <strong><strong>de</strong>l</strong> dinero.<br />

Fuerza es establecer aquí una afirmación concluyente. Todo individuo<br />

que en su país natal tiene crédito y ocupación honrosa, dificilísimamente<br />

emigra <strong>de</strong> él. Retiénele en su cuna el amor al país don<strong>de</strong> nació, los afectos<br />

<strong>de</strong> familia, la connaturalización con el medio ambiente en que se <strong>de</strong>sarrolla<br />

y vive. Lo malo, lo inquieto, lo rebel<strong>de</strong>, lo que tiene vida acci<strong>de</strong>ntada y pre-


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

caria, lo ambicioso, lo díscolo... ese es el elemento emigrante. Ese es el que ha<br />

venido aquí; aquí, don<strong>de</strong> no pue<strong>de</strong> argüirse que el clima es sano, ni la vida<br />

económica, y la estancia barata. ¿Cuál ha sido la resultante <strong>de</strong> esta invasión?<br />

Pues a la vista está, y ciego ha <strong>de</strong> ser quien no lo <strong>de</strong>clare: la perturbación, la<br />

relajación moral, la carestía <strong>de</strong> la vida, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las enfermizas i<strong>de</strong>as<br />

socialistas, el horrible aumento <strong>de</strong> la criminalidad, la inseguridad personal,<br />

las absurdas pretensiones <strong>de</strong> los ven<strong>de</strong>dores, etc., etc., etc.<br />

Pero... dirán muchos: éste es un estado anormal, febril, que por ley<br />

natural <strong>de</strong> las cosas, se regularizará, y buscará su natural asiento para su<br />

mejor <strong>de</strong>senvolvimiento, y hasta por propio egoísmo. Quisiera verlo para<br />

creerlo, pero lo dudo mucho.<br />

Canóniga bona, cabilda mala dice el proverbio antiguo. Todo individuo<br />

propen<strong>de</strong> al bien subjetivamente; en colectividad siempre es malo, porque en<br />

la lucha <strong>de</strong> la vida, prepon<strong>de</strong>ra el mal sobre el bien. Para atenuarlo, han nacido<br />

las Religiones; los sistemas filosóficos; los <strong>de</strong>beres sociales; la legislación.<br />

A<strong>de</strong>más, a mayor población, mayores vicios, y más perversas inclinaciones y<br />

costumbres. Si esa población es obrera, mayor inseguridad, mayores vaivenes,<br />

más precaria la existencia, más enfermiza la vida. ¿Habrá población en<br />

España más inquieta que la <strong>de</strong> Barcelona? A cada oscilación <strong><strong>de</strong>l</strong> mercado, a<br />

cada crisis económica, a cada mudanza <strong>de</strong> Gobierno, a cada sacudimiento<br />

socialista... el vecindario tiembla y se conmueve, se agita, huye o se escon<strong>de</strong>,<br />

y clama por la fuerza armada y la ley marcial, para contener la efervescencia<br />

y calmar el <strong>de</strong>sasosiego general.<br />

Pues si las aspiraciones <strong>de</strong> muchos gijoneses se cumplen, que son las<br />

<strong>de</strong> ver la cifra <strong>de</strong> su población superando a la <strong>de</strong> Madrid y Barcelona, creyendo<br />

ver en esta fórmula convertida su patria en emporio universal <strong>de</strong><br />

riqueza, ya veremos si para entonces han resuelto también los problemas <strong>de</strong><br />

su cultura, su perfección moral y su bienestar.<br />

Aunque nadie es profeta en su patria, creo firmemente que ese crecimiento<br />

monstruoso a que han llegado muchas poblaciones en el Extranjero y<br />

en América, ha <strong>de</strong> traer aparejado a la larga su disgregación; o para constituirse<br />

bajo nueva forma o, como antes dije, para reintegrarse a los campos,<br />

don<strong>de</strong> radican perennemente las fuerzas vivas <strong>de</strong> la Naturaleza. De esa<br />

manera se cumplirá aquella sabia sentencia cuyo profundo sentido no hay<br />

necesidad <strong>de</strong> analizar:<br />

Dios hizo el campo y los hombres las ciuda<strong>de</strong>s.<br />

JULIO SOMOZA.<br />

Gijón: 1902.<br />

Nota/ No se publicó, por <strong>de</strong>savenencia con el Sr. Fuertes.<br />

379


VI<br />

APUNTES<br />

DE UN GIJONÉS ABURRIDO<br />

EMPADRONADO EN EL CENSO<br />

CON EL NÚMERO<br />

30.512<br />

(O INSTRUCCIONES SECRETAS<br />

PARA IR A LA CASA DEL PUEBLO)<br />

AÑO DE 1893


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Cuestiones previas<br />

I. Criterios en cuestión <strong>de</strong> Hacienda<br />

La cuestión <strong>de</strong> Hacienda Municipal, es <strong>de</strong>sastrosa, pavorosa y espinosa.<br />

Casi pue<strong>de</strong> encerrarse en esta disyuntiva: o pagar las <strong>de</strong>udas (para acometer<br />

luego las gran<strong>de</strong>s reformas <strong>de</strong> que está necesitado el pueblo, a fin <strong>de</strong><br />

que pase <strong>de</strong> la categoría <strong>de</strong> villorrio a la <strong>de</strong> Ciudad) o seguir el socorrido sistema<br />

<strong>de</strong> trampa a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, peculiar <strong>de</strong> todas las casas y familias don<strong>de</strong> sólo<br />

impera el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n. El primer sistema, pue<strong>de</strong> engendrar gran<strong>de</strong>s animosida<strong>de</strong>s<br />

y enemigos; pero es eficaz, y a la postre, beneficioso. Al segundo, pue<strong>de</strong>n<br />

aplicarse cuantas censuras y diatribas se han escrito contra nuestra<br />

Hacienda... Nacional.<br />

Y vamos al grano.<br />

Lo primero que se <strong>de</strong>be llevar a cabo es la formación <strong>de</strong> un Estado<br />

justificativo <strong>de</strong> todos los débitos contraídos por el Ayuntamiento. Para su<br />

mayor exactitud <strong>de</strong>be anunciarse al público en un plazo dado, que todos los<br />

que por cualquier concepto tengan créditos contra el Ayuntamiento <strong>de</strong>ben<br />

presentar sin <strong>de</strong>mora sus justificantes.<br />

Enseguida, y sin levantar manos se <strong>de</strong>be proce<strong>de</strong>r a la supresión <strong>de</strong><br />

todo el personal y servicios que por superfluos u onerosos, graviten innecesariamente<br />

sobre el Municipio.<br />

Luego, examinar todos los títulos, contratos y escrituras que con particulares<br />

o colectivida<strong>de</strong>s haya pactado el Ayuntamiento para ver <strong>de</strong> mejorarlos<br />

<strong>de</strong> la manera más favorable a los intereses <strong><strong>de</strong>l</strong> Municipio.<br />

Practicadas las tres diligencias anteriores (que no son flojas si se han <strong>de</strong><br />

cumplir a conciencia) <strong>de</strong>be efectuarse un balance <strong>de</strong>mostrativo <strong>de</strong> las <strong>de</strong>udas<br />

que pesan sobre el Ayuntamiento, y <strong>de</strong> los recursos <strong>de</strong> que dispone para<br />

amortizarlas. Imprimirlo y repartirlo al público.<br />

El presupuesto <strong>de</strong> gastos <strong>de</strong>be tener una sección exclusiva <strong>de</strong>stinada<br />

a amortizar las <strong>de</strong>udas, en vez <strong>de</strong> andar todas <strong>de</strong>sparramadas como al presente<br />

acontece.<br />

Ventilado lo anterior, <strong>de</strong>be estudiarse el medio <strong>de</strong> que los recursos<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Municipio aumenten, cortando por lo sano, y resolviendo el problema<br />

económico <strong>de</strong> la siguiente o parecida manera:<br />

a) Suprimir (sin duelo) el presupuesto <strong>de</strong> festejos p. a Begoña.<br />

b) Íd. (íd. íd.) la mitad <strong><strong>de</strong>l</strong> personal <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamto. c) Íd. (íd. íd.) la música municipal.<br />

383


384<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

d) Íd. (íd. íd.) el recaudador <strong><strong>de</strong>l</strong> impuesto municipal.<br />

e) Sacar a subasta los consumos.<br />

f) Abaratar las instalaciones <strong>de</strong> agua p. a q. e produzcan más.<br />

g) Aumentar la zona <strong>de</strong> urbanización poniendo en vigor el plano <strong>de</strong><br />

Ensanche para que aumenten a la vez los rendimientos <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> puertas<br />

y ventanas y los <strong>de</strong>más establecidos.<br />

h) Acometer la red <strong><strong>de</strong>l</strong> alcantarillado para que los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> acometida,<br />

sufraguen gastos.<br />

i) Ven<strong>de</strong>r la Casa Rectoral (vid. el núm. 25)<br />

j) Íd. el edificio <strong>de</strong> las cuadras municipales y los contiguos.<br />

k) Íd. los solares <strong>de</strong> la fortificación que aún resten y solicitar permiso<br />

para ven<strong>de</strong>r los comprendidos entre la salida <strong>de</strong> Castilla y calle <strong>de</strong> Langreo.<br />

l) Reformar la plantilla <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto y solicitar en Madrid las láminas<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Papel <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado (con sus intereses <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1866), equivalentes al Capital<br />

<strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> la Biblioteca. (vid. núm 29).<br />

m) Realizar los créditos pendientes.<br />

n) Justificar el <strong>de</strong>recho que el Ayuntamiento tiene a la propiedad <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

suelo <strong><strong>de</strong>l</strong> malecón <strong>de</strong> Langreo (concedido sub conditione en 1848 a la<br />

Biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto, y a la colección <strong>de</strong> Bocetos, tasada por peritos en<br />

800.000 pesetas)<br />

ñ) Suprimir el Laboratorio Químico Municipal459. o) Examinar el <strong>de</strong>sastroso contrato <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento con Manso<br />

(<strong>de</strong>satinos <strong>de</strong> Carr...) a ver hasta dón<strong>de</strong> es posible subir los ¡once reales diarios!<br />

que produce. Si se resistiere el contratista, constrúyanse dos mercados más, y<br />

ahóguesele. (Uno, don<strong>de</strong> está el Lava<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Capua, que pue<strong>de</strong> trasladarse<br />

a la calle <strong>de</strong> Ezcurdia o a la <strong><strong>de</strong>l</strong> Marqués <strong>de</strong> Casa Valdés. (Vid. el núm. 40) 460.<br />

p) Estudiar eso <strong><strong>de</strong>l</strong> cucho: pues parece increíble que siete mil (?) carros<br />

<strong>de</strong> abono no produzcan más que mil pesetas anuales. Y el <strong>de</strong> las cuadras<br />

municipales ¿qué rumbo lleva? En último caso, remátese.<br />

q) Ver el modo <strong>de</strong> que el Profeta Elías no represente a diario la<br />

mojiganga <strong>de</strong> los Jornales mágicos, etc.<br />

r) Puntualizar a cuánto ascien<strong>de</strong> el 25% <strong>de</strong> recaudación <strong>de</strong> las cédulas.<br />

459 Al margen y a lápiz: ojo.<br />

460 Al margen y a lápiz: ojo.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Por último, estúdiese un plan económico en forma (porque el Ayuntto nunca lo tuvo) para amortizar las <strong>de</strong>udas, siguiendo el or<strong>de</strong>n natural <strong>de</strong><br />

menor a mayor, sin interés y con él, o combinándole con el turno por antigüedad,<br />

pues se dan casos como el préstamo <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Roces, <strong>de</strong> 30.000 pesetas, que<br />

en 18 años ha cobrado 32.400 pesetas <strong>de</strong> réditos, y según este criterio, tendría<br />

el Municipio que pagar por duplicado todos sus empréstitos461. Más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, pue<strong>de</strong> solicitar permiso para emitir un empréstito (en<br />

papel u obligaciones) para acometer las obras núm. 4, 5 y 9 y las que requieran<br />

las necesida<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> día.<br />

Con tanto compromiso atrasado, es muy dudoso que el<br />

Ayuntamiento pueda acometer las gran<strong>de</strong>s empresas que Gijón pi<strong>de</strong>. Pasar<br />

por el Consistorio sin <strong>de</strong>jar ningún rastro glorioso, es triste; y limitar su<br />

misión a pagar las <strong>de</strong>udas <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rrochadores, malquistándose con<br />

muchos, es, sobre enojoso, aburrido. Pero dígase todos los días y a todas horas,<br />

que las economías introducidas, son el contrapeso natural y forzoso <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>spilfarros pasados. Y al que chille, se le ahorca. ¡Y tan amigos!<br />

II. Criterio en cuestión <strong>de</strong> empleados<br />

Para que el organismo municipal funcione en <strong>de</strong>bida forma, es necesario<br />

que el Alcal<strong>de</strong> tenga plena y absoluta confianza en cuatro empleados<br />

principales, a saber: Secretario, Arquitecto, Letrado Consultor, e Ingeniero (este<br />

último no lo hay, pero <strong>de</strong>biera haberlo, porque no todas las funciones <strong>de</strong><br />

urbanización competen al Arquitecto). I<strong>de</strong>ntificados con el Alcal<strong>de</strong>, el <strong>de</strong>sarrollo<br />

e incremento <strong>de</strong> la población serían asombrosos, y la vigilancia se ejercería<br />

con más vigor y provecho.<br />

Un ingeniero casi es necesario, si se ha <strong>de</strong> poner en pie <strong>de</strong> realización<br />

el plano <strong>de</strong> Ensanche y Reforma y si se han <strong>de</strong> plantear las mejoras capitales<br />

que Gijón necesita. No llegan, ni con mucho, para esta empresa, el Arquitecto<br />

(excelente persona), el Ayudante <strong>de</strong> éste (¡hum...!) y el Capataz o Maestro <strong>de</strong><br />

Obras (¡uff...!) a dón<strong>de</strong> alcanzan la ciencia y experta dirección <strong>de</strong> un<br />

Ingeniero, y más, hoy, que está la villa en vías <strong>de</strong> transformación.<br />

Secretario. Murió Ezcurdia, Secretario mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o; pero sobran en<br />

Madrid abogados <strong>de</strong> mérito que están hambrientos <strong>de</strong> colocación, y se darían<br />

con un canto en los pechos por esta prebenda.<br />

No se preste oído a las exigencias <strong>de</strong> la localidad si se quiere tener y<br />

usar <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en cuanto a personal. Un forastero, sabe que pisa tierra<br />

extraña, y que sus principales <strong>de</strong>beres son: cumplir con su obligación o com-<br />

461 Al margen y a lápiz: ojo.<br />

385


386<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

promiso, y obe<strong>de</strong>cer al Alcal<strong>de</strong> sin ambages ni atenuaciones. Huérfano <strong>de</strong><br />

recomendaciones e influencias, y vigilado y espiado por los envidiosos que<br />

preten<strong>de</strong>n <strong>de</strong>sbancarle, se limita, por ley <strong>de</strong> vida y espíritu <strong>de</strong> conservación<br />

a no salirse <strong>de</strong> su órbita, y a atenerse a lo que el <strong>de</strong>ber le exige.<br />

Con los <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo pasa lo contrario. Creen que se les <strong>de</strong>be todo <strong>de</strong><br />

justicia y obligación, y por lo general, fiados en la influencia o recomendaciones,<br />

y prevalecidos <strong><strong>de</strong>l</strong> mal ejemplo son díscolos y no trabajan; y los que es<br />

peor, conocedores <strong><strong>de</strong>l</strong> terreno que pisan y <strong><strong>de</strong>l</strong> flaco <strong>de</strong> sus patronos, se redon<strong>de</strong>an<br />

como buenamente pue<strong>de</strong>n. Testigo <strong>de</strong> mayor excepción L..., <strong>de</strong>sbancando<br />

a todos los Arquitectos, y promoviéndoles eterna guerra y zancadillas,<br />

no apoyado, como imaginan muchos, por Z..., y RG..., sino por otros bichos<br />

<strong>de</strong> aspecto parcelario y nebulosa catadura462. Harto sabido es que una golondrina no hace verano, pero sí el<br />

Alcal<strong>de</strong> no ha <strong>de</strong> ser juguete <strong>de</strong> sus empleados, o <strong>de</strong>be saber tanto como ellos<br />

en toda clase <strong>de</strong> ciencias y marrullerías, o <strong>de</strong>be avasallarles o cada paso. No<br />

le vaya a suce<strong>de</strong>r lo que a J. C... con Cosío, que pedía explicaciones al Alcal<strong>de</strong><br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> empleo <strong>de</strong> unas varas <strong>de</strong> raso, importantes trece pesetas, y pagadas a A.<br />

Rollán al cabo <strong>de</strong> ocho meses <strong>de</strong> estar autorizado el pago. ¡Vaya una administración<br />

<strong>de</strong> aguaducho!<br />

No menos se ponga en el trance ridículo <strong>de</strong> que por fiarse <strong>de</strong> gente<br />

ignorante o presuntuosa (como los cacharrólogos <strong>de</strong> la J. <strong>de</strong> I. P.) se viera la<br />

autoridad y el prestigio <strong>de</strong> un Alcal<strong>de</strong> a los pies <strong>de</strong> la Campona (y sin ganas<br />

<strong>de</strong> besarlos) 463.<br />

Sobre todo, quien tenga la Vara, que se tiente la ropa, y vea en qué<br />

manos <strong>de</strong>posita su confianza.<br />

Nota bene.— Adviértase (aunque esto parezca paradójico) que siendo<br />

el interés individual opuesto al interés colectivo, y siendo el carácter asturiano<br />

ultraindividualista, los vecinos propietarios <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo, son enemigos<br />

jurados <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento, y el Ayuntamiento lo es <strong><strong>de</strong>l</strong> Alcal<strong>de</strong>, las más <strong>de</strong> las<br />

veces. Y si no, que lo diga el plano <strong><strong>de</strong>l</strong> Ensanche y Reforma hecho en beneficio<br />

<strong>de</strong> todo el pueblo, y arrinconado por los intereses personales <strong>de</strong> los<br />

Cienfuegos, los Joves, los Laviadas, los Alvargonzález y los Zarracinas (sobre<br />

esta materia, véase el núm. 3) 464.<br />

462 Al margen y a lápiz: ojo. En este caso y en otros, como regla general, hemos renunciado<br />

a investigar quiénes eran las personas que respon<strong>de</strong>n a estas siglas, por enten<strong>de</strong>r que sería<br />

vana curiosidad por nuestra parte.<br />

463 Parece referirse a algún suceso relacionado con la Junta <strong>de</strong> Instrucción Pública.<br />

464 Al margen y a lápiz: ojo.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

III. Criterio en cuestión <strong>de</strong> Enseñanza.<br />

Ya se ha dicho en muchos tonos. Gijón, necesita escuelas mejor dotadas<br />

y montadas que las actuales. Parece un contrasentido que en la al<strong>de</strong>a<br />

existan veintitantas escuelas, y en la Capital una (pues la <strong>de</strong> Santa Doradía es<br />

<strong>de</strong> Patronato, y tiene recursos propios). O en otros términos: para 18.000 habitantes<br />

<strong>de</strong> la al<strong>de</strong>a, 24 escuelas, y para 25.000 <strong>de</strong> la población, ¡una!. Cierto es<br />

que como contrapunto, existen varias escuelas particulares para niños y<br />

niñas, algunas bautizadas con el pomposo nombre <strong>de</strong> Colegios. Pero, en primer<br />

lugar no son gratuitas y, por lo tanto, no pue<strong>de</strong>n concurrir a ellas los hijos<br />

<strong>de</strong> los obreros y <strong>de</strong> las clases más menesterosas <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo; en segundo lugar,<br />

como estos Maestros libran su existencia sobre el mayor número posible <strong>de</strong><br />

alumnos, resultan gran<strong>de</strong>s aglomeraciones <strong>de</strong> muchachos, que no pue<strong>de</strong>n<br />

recibir la instrucción <strong>de</strong>bida; ni bajo los diversos aspectos <strong><strong>de</strong>l</strong> or<strong>de</strong>n, aseo e<br />

higiene, satisfacen las prescripciones establecidas. Y, en último lugar, que ni su<br />

número ni distribución es a<strong>de</strong>cuado al caserío ni al vecindario; ni pue<strong>de</strong>n<br />

tales establecimientos ser <strong>de</strong>bidamente fiscalizados por las comisiones <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Municipio, bajo los múltiples aspectos <strong>de</strong> la enseñanza, local, higiene, salubridad,<br />

conducta, etc., etc., etc. No parece sino que nuestros Municipios no<br />

tienen tiempo ni dinero más que para ocuparse <strong>de</strong> los festejos <strong>de</strong> Begoña y <strong>de</strong><br />

la expropiación <strong>de</strong> casas, como si sus funciones todas se redujeran a fomentar<br />

i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> lucro y diversión.<br />

En cualquier pueblo podría pasar esto, menos en la patria <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong>.<br />

¿No sería un rasgo meritísimo y siempre aplaudido, aplicar el presupuesto<br />

<strong>de</strong> festejos y música a la creación y dotación <strong>de</strong> nuevas escuelas? Si<br />

lo hace el Ayuntamiento será gran<strong>de</strong>, si no... diminuto.<br />

A<strong>de</strong>más, fundado en esta urgente necesidad, pue<strong>de</strong> solicitar y obtener<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Gobierno (para <strong>de</strong>dicarlos a estos edificios), parte <strong>de</strong> los restantes terrenos<br />

<strong>de</strong> la fortificación, que en el pacto con el Ministro, se reservaban para<br />

recreo <strong><strong>de</strong>l</strong> público y <strong>de</strong>sahogo <strong>de</strong> la villa465. Mas no se toque por esto, a los<br />

Jardines <strong>de</strong> Begoña, sin hacer antes el Parque proyectado por don Javier<br />

Sanz.<br />

En cuanto al Instituto, <strong>de</strong>biera cerrarse para reformarle. Pero ésta, es<br />

cuestión ardua para tratarla someramente. Con todo, creemos que la i<strong>de</strong>a<br />

465 Al margen anota Somoza: “Los regaló el Ayuntamiento para una iglesia”. Y en efecto, la<br />

iglesia <strong>de</strong> San Lorenzo fue construida en terrenos pertenecientes a las antiguas fortificaciones,<br />

forzando un tanto la letra <strong>de</strong> la Ley, pues ésta contemplaba que se <strong>de</strong>stinase a zona<br />

<strong>de</strong> esparcimiento público y ornato <strong>de</strong> las poblaciones. La or<strong>de</strong>n ministerial que autorizaba<br />

la cesión expresaba que “la construcción <strong>de</strong> un templo pertenece a la clase <strong>de</strong> obras permitidas<br />

por la Ley puesto que regularizan el embellecimiento <strong>de</strong> la población”.<br />

387


388<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

encontraría apoyo en el actual Director <strong>de</strong> Instrucción Pública (Vicenti (?))<br />

que es muy amigo <strong>de</strong> innovaciones.<br />

Sobre todo, que no se convierta la reforma en ese ridículo cambalache<br />

<strong>de</strong> Auxiliares que hace tantos años venimos presenciando; y que no se diga<br />

que el Instituto se sostiene sólo para tener a su frente a calabazas como la <strong>de</strong><br />

G..., y para dar <strong>de</strong> comer a mentecatos como el hombre <strong><strong>de</strong>l</strong> toro lechero, y el<br />

molinero temerón; o tipejos trasnochados como Jú... Jú... y Maru-jú.<br />

IV. Criterio en cuestión <strong>de</strong> Festejos<br />

La rutina <strong>de</strong> que los individuos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento formen la<br />

Comisión <strong>de</strong> Festejos, y el Programa <strong>de</strong> ellos en Begoña, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>saparecer<br />

por entero.<br />

En buenos principios económicos, el Ayuntamiento no <strong>de</strong>biera contribuir<br />

con cantidad alguna para semejantes festejos. Su misión se reduce<br />

(dado que el Municipio es un organismo puramente administrativo) a conservar<br />

el or<strong>de</strong>n, aumentar la policía y vigilancia, y ofrecer al forastero las<br />

mejores garantías <strong>de</strong> seguridad y protección, amen <strong>de</strong> todos aquellos auxilios<br />

necesarios que se relacionan con la higiene, salubridad y policía. Y nada más.<br />

Porque es vergonzoso e indigno <strong>de</strong> la honorífica investidura <strong>de</strong><br />

Representante <strong><strong>de</strong>l</strong> Pueblo, el que estos se conviertan en histriones, buscando<br />

los medios <strong>de</strong> que se ría, divierta y entretenga la gente forastera. Quien tuviera<br />

interés en hacerlo, para explotarla, que lo haga. Al Municipio no le incumbe<br />

tan in<strong>de</strong>coroso papel. Qué<strong>de</strong>se en buen hora semejante recurso para pueblos<br />

como Biarritz, Spá, o Mónaco, que no teniendo elementos suficientes <strong>de</strong><br />

vida por sus <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes y falta <strong>de</strong> amor al trabajo, buscan por indignos y<br />

reprobados medios, el medio <strong>de</strong> entretener y engañar al forastero.<br />

Gijón no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sempeñar tan vil papel, ni lo necesita. Sobre todo,<br />

en el angustioso estado en que se encuentran sus arcas municipales, <strong>de</strong>be<br />

prescindir <strong>de</strong> toda consi<strong>de</strong>ración, y tener un rasgo <strong>de</strong> energía, para aten<strong>de</strong>r<br />

únicamente a un presupuesto, en el cual el importe <strong>de</strong> los réditos y amortización<br />

<strong>de</strong> las <strong>de</strong>udas contraídas le consume una porción consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> sus<br />

ingresos.<br />

Solamente en el caso extraordinario <strong>de</strong> que la situación económica<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Municipio fuese tan <strong>de</strong>sahogada que le permitiese algunos <strong>de</strong>sembolsos,<br />

entonces pudiera contribuir, (solamente contribuir) con alguna cantidad, para<br />

ayuda <strong>de</strong> la Comisión <strong>de</strong> particulares que se encargara <strong>de</strong> festejos y obsequiar<br />

al forastero, <strong>de</strong>signando un Concejal para que inspeccionara y justificara<br />

<strong>de</strong>bidamente la inversión <strong>de</strong> la cantidad asignada.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Mas repetimos, que todo Concejal que se estime en algo, <strong>de</strong>be rechazar<br />

en absoluto semejante intervención y concesiones. Qué<strong>de</strong>se eso para<br />

posa<strong>de</strong>ros y fondistas, maleteros, cocheteros, carruajeros, y empresas <strong>de</strong><br />

alumbrado y música.<br />

La inversión <strong>de</strong> fabulosas cantida<strong>de</strong>s en pasados festejos, y las acres<br />

y <strong>de</strong>spiadadas censuras con que se ha fustigado a sus iniciadores en épocas<br />

recientes en que el pueblo no tenía ni escuelas, ni alcantarillado, ni empedrado,<br />

ni nada, bastarían para alejar <strong>de</strong>semejante puesto a toda persona <strong>de</strong> sentimientos<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong>icados.<br />

V. Criterio en cuestión <strong>de</strong> Archivo<br />

O el Archivo sirve para algo o no. En él <strong>de</strong>ben radicar todos los títulos<br />

<strong>de</strong> propiedad <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento, origen <strong>de</strong> sus fincas, <strong>de</strong>rechos adquiridos,<br />

convenios estipulados, hipotecas, etc., etc., en una palabra, la prueba y<br />

el fundamento <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho.<br />

Consérvense en él también, todos los documentos relativos a su historia,<br />

nobleza y vicisitu<strong>de</strong>s. Pero bajo este segundo aspecto, no le consi<strong>de</strong>ramos<br />

ahora.<br />

Sí conviene, establecer y fijar, que preferentemente y por lo que se<br />

refiere al presente siglo, <strong>de</strong>ben organizarse, clasificarse y catalogarse (y si posible<br />

fuere, imprimirse) todos los documentos relativos a su propiedad y <strong>de</strong>recho.<br />

Su fincabilidad, sobre todo, acompañada <strong>de</strong> planos, <strong>de</strong>be constar en un<br />

libro especial, y ser minuciosamente inscripta en el Registro <strong>de</strong> la Propiedad.<br />

De este modo se evitarán trastornos, pleitos y cuestiones, como los que a cada<br />

momento surgen, y tales, como los relativos a la propiedad <strong><strong>de</strong>l</strong> Cerro <strong>de</strong><br />

Santa Catalina466, Paseo <strong><strong>de</strong>l</strong> Bombé, Casa Rectoral, Malecón <strong>de</strong> Langreo,<br />

terrenos <strong>de</strong> las fortificaciones, jardines <strong>de</strong> Begoña, solares <strong>de</strong> Iglesias, parcelas,<br />

etc., etc., y mil más, que por no estar <strong>de</strong>bidamente registrados, anotados,<br />

y dibujados, hacen que el Ayuntamiento gaste mucho dinero, pierda mucho<br />

tiempo, y lo que es más vergonzoso todavía, du<strong>de</strong> <strong>de</strong> la legitimidad y fuente<br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho.<br />

Preferible sería que el Ayuntamiento pagara contribución en forma<br />

por toda su fincabilidad, antes que llegar a semejantes <strong>de</strong>plorables extremos.<br />

La impresión por un lado, y la inscripción en el Registro <strong>de</strong> la<br />

Propiedad, por otro, evitarían principalmente, el extravío <strong>de</strong> documentos,<br />

cosa <strong>de</strong> mucha entidad, y que merma gran<strong>de</strong>mente el crédito y formalidad<br />

<strong>de</strong> los Ayuntamientos anteriores. Haremos una excepción en este punto, a la<br />

466 Encima <strong>de</strong> Monte tachado.<br />

389


390<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

respetable memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor Ezcurdia, cuya capacidad e inteligencia en los<br />

cargos <strong>de</strong> Secretario-Archivero, no ha sido igualada por ninguno <strong>de</strong> sus sucesores.<br />

Pero lo inexplicable es, que no se tenga minuciosamente <strong>de</strong>tallado, y<br />

siempre al alcance <strong>de</strong> la mano lo relativo al presente siglo (el ayer, como si dijéramos)<br />

que por más cercano y adornado <strong>de</strong> más requisitos legales, <strong>de</strong>biera<br />

prevenir las lamentables consecuencias que se están tocando.<br />

De este abandono, todos son culpables, y no <strong>de</strong>cimos que fuera<br />

intencionado, porque lastimaríamos muy honradas reputaciones. Pero la<br />

miserable y ridícula cantidad <strong>de</strong> quinientas pesetas, asignadas al encargado<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Archivo, ya dice claramente que el Municipio no tenía criterio alguno en<br />

esta cuestión, mas ni siquiera conciencia <strong>de</strong> lo que este abandono e indiferencia<br />

significaba. En su rutinarismo467, mirábalo exclusivamente como una<br />

plaza <strong>de</strong> favor, para colocar a algún paniaguado; y con olímpico <strong>de</strong>sdén, proclamaban<br />

los hábiles (en la corriente doctrina <strong><strong>de</strong>l</strong> compadrazgo mo<strong>de</strong>rno)<br />

que una simple esquela <strong><strong>de</strong>l</strong> cacique, <strong>de</strong>struía, con su virtualidad, todo aquel<br />

ingente promontorio <strong>de</strong> papeles viejos: ¿para qué, entonces, antece<strong>de</strong>ntes, ni<br />

dictámenes, ni comisiones, ni seculares <strong>de</strong>rechos? Hágase lo que manda el<br />

monterilla <strong>de</strong> tanda, y arda todo el Archivo.<br />

Urge, por tanto, tomar una <strong>de</strong>terminación en forma.<br />

VI. Criterio en cuestión electoral<br />

Somos ajenos a la política, o a lo que por tal se entien<strong>de</strong> en España.<br />

Pero ya que es imprescindible tocar esta cuerda, diremos con lealtad lo que<br />

se nos ofrece sobre el punto capitalísimo <strong>de</strong> la representación <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento<br />

<strong>de</strong> Gijón, en las Cortes nacionales y en la Diputación <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>Principado</strong>.<br />

Ante todo, hay que atenerse a la Ley electoral vigente. Prescribe esta<br />

Ley, que cada cuarenta mil habitantes (40.000) <strong>de</strong>signen un diputado en<br />

Cortes.<br />

¿Qué vecindario tiene la villa <strong>de</strong> Gijón? ¿y el concejo? Pues la villa <strong>de</strong><br />

Gijón y su Concejo (según la estadística oficial) no llegan a la cifra que la Ley<br />

<strong>de</strong>signa para tener un diputado propio. Recurso habilidoso: incorpórensele los<br />

concejos <strong>de</strong> Carreño y Llanera, y saldrá el diputado que al Gobierno plazca.<br />

Ahora bien; tal diputado ¿llevará la representación verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong><br />

Gijón y sus intereses? Nunca.<br />

467 Encima <strong>de</strong> indiferentismo tachado.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Precisa, por tanto, que la lleve. Modo <strong>de</strong> obtenerlo. La villa <strong>de</strong> Gijón<br />

tiene 30.000 almas (centena más o menos) y el resto <strong><strong>de</strong>l</strong> concejo 20.000; y eso,<br />

pecando por carta <strong>de</strong> menos. El censo municipal lo acusa. Pero tal censo, no<br />

presta a Gijón y a sus vecinos el servicio que <strong>de</strong>biera, ni le reporta los beneficios<br />

que con su publicidad alcanzaría. Urge por lo tanto imprimirlo. El<br />

sacrificio no es gran<strong>de</strong>; mil pesetas <strong>de</strong> gasto en cualquier imprenta <strong>de</strong> Gijón;<br />

sobrarán quinientos gijoneses que se apresten a dar su prorrateo.<br />

Una vez impreso oficialmente, queda consignada para siempre la verda<strong>de</strong>ra<br />

cifra <strong>de</strong> su vecindario, y en sazón oportuna pediría la aplicación <strong>de</strong> la<br />

Ley electoral, para que se <strong>de</strong>slindara su nueva circunscripción, teniendo así<br />

el diputado que los gijoneses quisieran. Si esta arrogante frase, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>svirtuarse<br />

por el encasillado oficial, no lo será <strong>de</strong> tan grosera y burda manera<br />

como en la actualidad acontece.<br />

Porque si hasta ahora no se llevó a efecto, fue por el temor <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

aumento a la cuota tributaria. Gijón, pagaba antes su cupo al Tesoro por la<br />

base 6ª <strong>de</strong> población, o sea, como si su vecindario no llegase a las 20.000<br />

almas; mas en la actualidad tributa por la base quinta, como comprendida<br />

entre 20 y 50.000 almas, y por no sabemos qué R. Dº. Que equiparó los pueblos<br />

<strong>de</strong> Gijón, Vigo y Cartagena, a capitales <strong>de</strong> provincia (¡mal augurio para<br />

Oviedo, Pontevedra y Murcia!). ¿A qué entonces ocultar su vecindario?<br />

Dígase <strong>de</strong> una vez por todas, y dígase alto, para que resuene en todos los confines<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Principado</strong>.<br />

Gijón, sin diputado propio (y <strong>de</strong> brengas) no será nunca nada.<br />

Llegará un día en que sólo el pueblo, sin recurrir a la al<strong>de</strong>a, tenga el verda<strong>de</strong>ro<br />

intérprete <strong>de</strong> sus necesida<strong>de</strong>s. Preten<strong>de</strong>r que un ovetense, un hijo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

pueblo hostil a nuestra villa por tradición legendaria, represente los intereses<br />

<strong>de</strong> nuestro comercio, industria y navegación es preten<strong>de</strong>r lo absurdo. Gijón,<br />

no reconoce, ni reconocerá jamás a ningún ovetense por eco <strong>de</strong> sus opiniones,<br />

ni por paladín <strong>de</strong> su causa. Le <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ña, más aún: le repugna. Es así el pueblo,<br />

y así hay que tomarle. No en vano han transcurrido dos siglos sufriendo<br />

agravios y aguantando traiciones y perfidias. Dígalo la historia entera <strong>de</strong> su<br />

Muelle en el pasado siglo; dígalo la erección <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto; la pretensión ridícula<br />

y el colosal fracaso <strong>de</strong> querer llevar los carbones <strong>de</strong> Langreo por el Nalón<br />

hasta la ría <strong>de</strong> Pravia, antes que traerlos a Gijón; dígalo el <strong>de</strong>spojo <strong>de</strong> cuantas<br />

prerrogativas le correspondieron; el afán <strong>de</strong> arrebatarle su fábrica<br />

nacional <strong>de</strong> Cigarros; las intrigas promovidas so pretexto <strong>de</strong> la zona militar,<br />

para que no se instalara aquí la fábrica <strong>de</strong> Duro; la ten<strong>de</strong>ncia a <strong>de</strong>spojarnos<br />

<strong>de</strong> cualquier centro que aquí correspondiera implantarse, fuera militar, civil<br />

o <strong>de</strong> enseñanza, como Carabineros, Telégrafos, y Escuela <strong>de</strong> Ingenieros<br />

industriales. Dígalo el gravoso e insoportable impuesto provincial sobre la<br />

bebida alcohólica, único en España, y que en su totalidad, casi, paga Gijón. Y<br />

391


392<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

dígalo por último la fruición y el gozo con que los pordioseros <strong><strong>de</strong>l</strong> Fontán y<br />

la Encimada acogen todo cuanto beneficia a los <strong>de</strong>más pueblos <strong>de</strong> la provincia...<br />

siempre que sea en daño nuestro.<br />

Pero,... la Historia es inflexible: mueren naciones, imperios, reyes,<br />

costumbres, religiones, instituciones,... y pueblos. Otros, nacen para cumplir<br />

sus altos <strong>de</strong>stinos a <strong>de</strong>specho <strong>de</strong> envidiosos, intrigantes y soberbios. Y lo<br />

cumplirán... aunque toda Vetusta se empeñe en lo contrario, y aunque todos<br />

los gatos <strong><strong>de</strong>l</strong> fornu468 se <strong>de</strong>fiendan con uñas y dientes y rabo.<br />

468 Gatos era el antiguo apodo <strong>de</strong> los ovetenses, al que vino a sustituir el <strong>de</strong> carbayones.<br />

Cuando <strong>Jovellanos</strong> crea su Instituto, Oviedo y su Universidad se opusieron. Por esta razón<br />

los enemigos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto se llamaron gatos. Por otra parte, se dijo que <strong>Jovellanos</strong> quería<br />

hacer <strong>de</strong> su Instituto la Atenas <strong><strong>de</strong>l</strong> orbe asturiano, y por ello quienes <strong>de</strong>fendían al Instituto<br />

se <strong>de</strong>nominaron atenienses. El propio <strong>Jovellanos</strong> dice lamentándose acerca <strong>de</strong> los males <strong>de</strong><br />

su Instituto si tal vez no hubiera “algún otro gato encerrado”. En cuanto al fornu ignoramos<br />

a qué pueda referirse, pero teniendo en cuenta que el Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> tuvo su primera<br />

se<strong>de</strong> en una casa propiedad <strong>de</strong> Francisco <strong>de</strong> Paula <strong>Jovellanos</strong>, conocida por la Casa<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Fornu, por un horno que en ella hubo, creemos que Somoza está evocando aquí la<br />

oposición <strong>de</strong> Oviedo contra el Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>, como prototipo <strong>de</strong> la eterna rivalidad<br />

<strong>de</strong> ambas poblaciones.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

GIJÓN<br />

Programa <strong>de</strong> reformas municipales<br />

Perentorias<br />

1 — Reforma <strong>de</strong> la Instrucción Primaria (ampliación).<br />

2 — Or<strong>de</strong>nanzas municipales.<br />

3 — Plano <strong>de</strong> ensanche y reforma.<br />

4 — Alcantarillado.<br />

5 — Empedrado.<br />

6 — Reformas <strong><strong>de</strong>l</strong> Puerto.<br />

7 — Reforma económica y <strong><strong>de</strong>l</strong> personal <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntº.<br />

8 — Arriendo <strong>de</strong> consumos.<br />

Secundarias<br />

9 — Nuestras escuelas públicas.<br />

10 — Organización formas <strong>de</strong> las Alcaldías <strong>de</strong> barrio.<br />

11 — Modificación <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto.<br />

12 — Nuevos distritos <strong>de</strong> Gijón.<br />

13 — Cárcel.<br />

14 — Cuartel.<br />

15 — Muro <strong>de</strong> San Lorenzo.<br />

16 — Establecimientos <strong>de</strong> urinarios en <strong>de</strong>bida forma.<br />

17 — Muro <strong>de</strong> Langreo.<br />

18 — El Bombé.<br />

19 — Obra suspendida <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento (en Covadonga).<br />

20 — Charcas insalubres en los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> la población.<br />

21 — Mata<strong>de</strong>ro <strong><strong>de</strong>l</strong> Natahoyo.<br />

393<br />

De tercer or<strong>de</strong>n<br />

22 — Arbolado y paseo por Santa Catalina.<br />

23 — Acceso al nuevo balneario (La Cantabria).<br />

24 — Arco <strong>de</strong> la Villa.<br />

25 — Casa Rectoral.<br />

26 — Casas <strong>de</strong> los Cuatro Cantones.<br />

27 — Ensanche y prolongación <strong>de</strong> calles.<br />

28 — Derribo <strong><strong>de</strong>l</strong> Contracay.<br />

29 — Láminas <strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong> la Biblioteca.<br />

30 —Terminación <strong>de</strong> la Calle <strong>de</strong> Ezcurdia (2º tramo hasta La Guía).<br />

31 — Corte a los jardines <strong>de</strong> la Plazuela <strong>de</strong> San Miguel.<br />

32 — Supresión <strong>de</strong> barracas y tiendas <strong><strong>de</strong>l</strong> aire.<br />

33 — Habilitación <strong><strong>de</strong>l</strong> Segundo Patio <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo Cementerio.<br />

34 — Arreglo <strong><strong>de</strong>l</strong> piso <strong><strong>de</strong>l</strong> paseo <strong>de</strong> Begoña y <strong><strong>de</strong>l</strong> Velódromo.<br />

35 — Asilo <strong>de</strong> Pola.<br />

36 — Hospital marino en Jove<br />

37 — Camino nuevo al Cementerio.<br />

38 — Terminación <strong><strong>de</strong>l</strong> relleno <strong>de</strong> los fosos.<br />

39 — Retretes <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo Valdés (in<strong>de</strong>corosos)<br />

40 — Nuevo Mercado al Poniente.


394<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

[…] (9) 469<br />

Es una vergüenza incomprensible que el Ayuntamiento <strong>de</strong> Gijón se<br />

haya estado entreteniendo y gastando los cuartos en Velódromos, kioscos, pilones<br />

con surtidos, estatuas <strong>de</strong> reyes. Concursos <strong>de</strong> músicas, submarinos... lateros, y otras<br />

zarandajas por el estilo, contando solamente ¡dos escuelas <strong>de</strong> primeras letras!<br />

En una población <strong>de</strong> 30.000 almas (la Normal, y Santa Doradía).<br />

Y todavía tenía valor este Ayuntamiento para ¡subvencionar corridas<br />

<strong>de</strong> toros! y presuponer ¡52.000 pesetas para fiestas y mojigangas! ¡Esto si que<br />

da grima! Esto no tiene disculpa, ni absolución, ni nada!<br />

¡Maestros <strong>de</strong> 625 pesetas anuales! ¡Escuelas <strong>de</strong> 178 alumnos!; ¡llorad!,<br />

¡gemid!, ¡aún hay ayuntamientos gaiteros que se les da una higa <strong>de</strong> vuestra<br />

orfandad y <strong>de</strong>sdicha! Gana un peón <strong><strong>de</strong>l</strong> muelle tres, cuatro y hasta cinco<br />

pesetas diarias, y vosotros, ¿con qué recursos contáis para educar y criar a<br />

vuestra familia, amén <strong>de</strong> domar la rebel<strong>de</strong> e indisciplinada hueste <strong>de</strong> vuestros<br />

alumnos? Con... una peseta y setenta y un céntimos... ¡bonito percal, y<br />

lucido sueldo!<br />

Si el nuevo Ayuntamiento tiene valor, energía y voluntad (que no las<br />

tendrá) para prescindir <strong>de</strong> pequeñeces, y fundar dos o tres escuelas en Gijón,<br />

subiendo hasta don<strong>de</strong> el <strong>de</strong>coro lo exige (lo menos, dos mil pesetas anuales)<br />

el sueldo a los maestros, habrá puesto más alto su nombre, que el <strong>de</strong> todos<br />

los Municipios que le precedieron.<br />

Estas cosas no hay que analizarlas, ni discutirlas, ni proyectarlas casi:<br />

sentirlas y realizarlas, ¡nada más!<br />

(10)<br />

Forma parte esta mejora <strong>de</strong> las Or<strong>de</strong>nanzas municipales, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>be<br />

<strong>de</strong>tallarse convenientemente.<br />

La Alcaldía <strong>de</strong> barrio, <strong>de</strong>be ser un organismo con todas las funciones<br />

y exterioridad posibles; no una tablilla puesta en el portal <strong>de</strong> una casa.<br />

El Alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> barrio, <strong>de</strong>be tener autoridad y atribuciones, y no <strong>de</strong>be ser<br />

un vecino como otro cualquiera, sino un funcionario público. Debe tener el<br />

plano exacto <strong>de</strong> su barrio; lista expuesta al público, <strong>de</strong> todas las calles y plazas;<br />

teléfono para avisar; un vigilante <strong>de</strong> turno a sus ór<strong>de</strong>nes y bastón <strong>de</strong><br />

469 No se conservan las llamadas reformas perentorias que según el índice que antece<strong>de</strong><br />

correspon<strong>de</strong>rían a los números 1 al 8. Po<strong>de</strong>mos hacernos una i<strong>de</strong>a ya que algunas <strong>de</strong> estas<br />

reformas fueron tratadas más arriba en las cuestiones previas.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

autoridad. Debe también escribir una Memoria o Resumen anual <strong>de</strong> lo más<br />

culminante que ocurra en su distrito, y tener un padrón bien <strong>de</strong>tallado y<br />

exacto <strong>de</strong> cuantos vecinos y electores haya en su jurisdicción.<br />

En dos manzanas <strong>de</strong> las casas convendría poner marmolillos o rótulos<br />

indicativos <strong><strong>de</strong>l</strong> número, or<strong>de</strong>n y nombre <strong><strong>de</strong>l</strong> Distrito, v. gr.:<br />

MANZANA — 120 —<br />

QUINTO DISTRITO<br />

(11)<br />

Este proyecto se pue<strong>de</strong> y <strong>de</strong>be unir al <strong>de</strong> la reforma general <strong>de</strong> la<br />

Instrucción Pública. El error, el garrafalísimo error cometido en 1866, fue el<br />

<strong>de</strong> asimilar este Instituto a los <strong>de</strong> Segunda Enseñanza. Y con torpeza más<br />

inaudita e incomprensible haber pedido para él recientemente la incorporación<br />

al Estado con dicho carácter.<br />

Tales sospechas prueban, que ni los Ayuntamientos, ni los particulares,<br />

ni los Diputados por Gijón comprendieron el espíritu y carácter que<br />

<strong>Jovellanos</strong> quiso imprimir a este Instituto, pues <strong>de</strong>seó que fuera (como sabiamente<br />

dijeron el Ilmo Sr. Caveda, y don Victoriano Sánchez) una Institución<br />

o Escuela <strong>de</strong> Comercio, Industria y Navegación, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> salieran, no inútiles<br />

retóricos o pedantes bachilleres, sino buenos mineros, diestros pilotos y hábiles<br />

industriales; y también con la educación literaria suficiente para que<br />

supieran redactar en <strong>de</strong>bida forma, los Expedientes, Informes, Memorias y<br />

más trabajos propios <strong>de</strong> su facultad o carrera.<br />

Pero el Ayuntamiento, tratando esta materia sin criterio alguno, y<br />

con móviles puramente económicos e interesados (pues sólo se preocupó <strong>de</strong><br />

colocar a cuatro pelagatos auxiliares con la mayor baratura posible) <strong>de</strong>sconoció<br />

en absoluto la importancia y significación <strong>de</strong> este establecimiento.<br />

¿A qué viene ese inmenso edificio que no satisface ninguna <strong>de</strong> las<br />

aspiraciones <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>? ¡Tanto hablar <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> a roso y velloso, y<br />

luego, no conocer siquiera el espíritu <strong>de</strong> su obra predilecta!<br />

Pero anda el pan<strong>de</strong>ro en manos <strong>de</strong> danzantes y vallines470 que sólo<br />

tratan <strong>de</strong> que Justinos y Marujos y Piñuelas y otros farándulos por el estilo,<br />

470 Alusión a Acisclo Fernán<strong>de</strong>z Vallín, Consejero <strong>de</strong> Instrucción pública, que hacía dos<br />

años antes había levantado la estatua a <strong>Jovellanos</strong> y había pagado las fiestas <strong><strong>de</strong>l</strong> 6 <strong>de</strong> agosto.<br />

Sobre esto véase en la biografía lo referente a la Estatua <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.<br />

395


396<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

<strong>de</strong>n ciencia barata y volan<strong>de</strong>ra, y atiborren <strong>de</strong> latín, psicología y ética a la<br />

juventud dorada <strong>de</strong> la salobre villa.<br />

Harto sabemos que el mal tiene hondas raíces y que el profesorado<br />

<strong>de</strong> Segunda Enseñanza en España (según confesión <strong>de</strong> ellos mismos) no vale<br />

un pito, y que <strong>de</strong> don<strong>de</strong> no lo hay no pue<strong>de</strong> salir; pero a lo menos, ya que el<br />

Municipio paga <strong>de</strong> su bolsillo esta prebenda, que dé siquiera la enseñanza que el<br />

Promotor quería, y la que únicamente conviene a los intereses <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo. Y si no,<br />

que lo cierre, y aplique sus fondos a la enseñanza primaria que buena falta<br />

hace.<br />

(12)<br />

La actual división municipal <strong>de</strong> la Villa, no obe<strong>de</strong>ce a nada, o por<br />

mejor <strong>de</strong>cir, no existía ninguna <strong>de</strong> carácter urbano cuando se hizo la primera,<br />

<strong>de</strong> carácter político y puramente electoral, que es la que con ligeras<br />

variantes, aún rige.<br />

Dicho se está, que con tan viciado origen, y no respondiendo a ninguno<br />

<strong>de</strong> los fines principales que <strong>de</strong>ben caracterizar a toda agrupación, proce<strong>de</strong><br />

hacer una nueva cuyo objetivo principal <strong>de</strong>be ser la <strong>de</strong>nsidad <strong><strong>de</strong>l</strong> vecindario,<br />

pues allí don<strong>de</strong> esté más aglomerado, mayores necesida<strong>de</strong>s tendrá, y<br />

precisará igualmente mayor servicio y vigilancia pública.<br />

Este trabajo, para llevarse a efecto con algún provecho, necesita<br />

basarse en dos factores esenciales: el plano <strong>de</strong> población, y los datos que arroje<br />

el último censo. Por lo tanto, no es ni pue<strong>de</strong> ser arbitraria semejante división;<br />

ni, una vez discutida y adoptada, <strong>de</strong>be alterarse con ligereza, si no muy<br />

<strong>de</strong> tar<strong>de</strong> en tar<strong>de</strong>, y cuando el aumento <strong>de</strong> población y las necesida<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

vecindario sean tales que lo precisen. Por lo general, más proce<strong>de</strong>nte y provechosa<br />

es la ampliación que la reforma, pues que el aumento <strong>de</strong> vecindario,<br />

presupone también aumento <strong>de</strong> caserío.<br />

Si el Municipio quisiera seguir el parecer <strong>de</strong> los facultativos, <strong>de</strong>biera<br />

empezar por <strong>de</strong>marcar una zona industrial, cosa necesaria así al carácter <strong>de</strong> la<br />

población como a la higiene y salubridad públicas, <strong>de</strong> que está tan necesitada.<br />

Una comisión mixta, presidida por el Arquitecto, <strong>de</strong>slindaría con<br />

más copia <strong>de</strong> razones los límites propios y naturales <strong>de</strong> cada Distrito.<br />

Hora es ya <strong>de</strong> que esta urgente reforma que nada cuesta, se realice en<br />

bien <strong>de</strong> todos, y no se dé el caso anómalo y ridículo, <strong>de</strong> que los mismos concejales<br />

no sepan cuáles son los límites urbanos <strong>de</strong> la población, ni don<strong>de</strong> terminan<br />

su radio y extrarradio.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

(13)<br />

La concesión <strong>de</strong> los terrenos <strong>de</strong> la fortificación por el Estado al<br />

Ayuntamiento, implicaba la condición <strong>de</strong> construir cuatro edificios públicos:<br />

Cárcel, Cuartel, Mata<strong>de</strong>ro, y Mercado o Escuelas.<br />

En tiempo en que era Alcal<strong>de</strong> Antonino San Pedro, un particular que<br />

adquirió <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado terrenos que antes pertenecieran a los Propios, <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Común, y al Gremio <strong>de</strong> Mareantes (actual Marqués <strong>de</strong> Casa Tremañes) ofreció<br />

al Sr. San Pedro parte <strong>de</strong> ellos, por un precio módico para emplazamiento<br />

<strong>de</strong> la Cárcel judicial.<br />

Pero los Concejales arguyeron (con buen sentido esta vez) que siendo<br />

Santa Catalina sitio predilecto para recreo <strong>de</strong> forasteros, sería un dolor que se<br />

transformase en Atalaya <strong>de</strong> penados: <strong>de</strong> aquí que se <strong>de</strong>sistiera <strong><strong>de</strong>l</strong> propósito.<br />

Con lo que costó la estatua <strong>de</strong> Pelayo (puro objeto <strong>de</strong> lujo y vanidad,<br />

promovida, no por amor patrio, sino por un mezquino y envidioso sentimiento<br />

<strong>de</strong> cierto fachilla a quien la ajena gloria hace daño) y con lo que importaron<br />

dos famosas fuentes, habría ya para la mitad <strong>de</strong> la obra.<br />

Los planos, si no existen, <strong>de</strong>ben solicitarse <strong>de</strong> la Dirección general <strong>de</strong><br />

Penales, don<strong>de</strong> hay excelentes mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os que pue<strong>de</strong>n adoptarse. El emplazamiento<br />

para la nueva cárcel, pue<strong>de</strong> buscarse, entre la zona industrial (Oeste<br />

<strong>de</strong> la carretera <strong>de</strong> Castilla) y el monte Pericón, con objeto <strong>de</strong> abastecerla <strong>de</strong><br />

agua y situarla a la proximidad <strong><strong>de</strong>l</strong> Cuartel.<br />

Es una mejora, casi <strong>de</strong> carácter urgente, y se <strong>de</strong>be aplicar a ella sin<br />

<strong>de</strong>mora, todo el producto <strong>de</strong> lo que aún reste <strong>de</strong> las fortificaciones.<br />

(14)<br />

Siendo el proyecto <strong>de</strong> Cuartel, uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong> más fácil ejecución, es el<br />

que está más in<strong>de</strong>bidamente postergado. Existe un plano mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o que no costó<br />

nada, y que facilita el Ministerio <strong>de</strong> la Guerra. El Estado contribuye con el<br />

valor total <strong><strong>de</strong>l</strong> edificio abonando la obra ejecutada (mediante inspección) por<br />

terceras partes.<br />

El Municipio posee, a la subida <strong>de</strong> Ceares, una parte <strong>de</strong> los terrenos,<br />

y la restante, la ce<strong>de</strong>n a un precio módico los propietarios colindantes (que<br />

son dos Señoras <strong>de</strong> la familia Cienfuegos). Sólo falta, por tanto, que el<br />

Ayuntamiento abone el valor <strong>de</strong> estas parcelas, y ya no necesita mayor<br />

<strong>de</strong>sembolso, porque sobrarán a granel, una vez anunciada, postores que<br />

quieran concurrir a la subasta <strong>de</strong> las obras. De modo que con el escaso valor<br />

397


398<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

<strong>de</strong> las parcelas, ya tiene lograda el pueblo tan importante obra. Y, sin embargo,<br />

se <strong>de</strong>mora. Pues con <strong>de</strong>cir a Gayol y a sus satélites que vayan a soplar al<br />

Molino <strong>de</strong> Viento, ya tiene el Municipio la obra en vías <strong>de</strong> ejecución.<br />

No se <strong>de</strong>je este asunto <strong>de</strong> la mano, pues cuanto más se tar<strong>de</strong>, tanto<br />

más encarecerá el valor <strong>de</strong> los terrenos. Con lo que costaron los kioscos <strong>de</strong><br />

Begoña y el Velódromo, ya estaba la cosa hecha: ¿Para qué sirven esos kioscos?<br />

Para resguardarse la música cuando llueva? Pero, si llueve... no hay<br />

paseo, y sobra el kiosco y la música. ¿Para estar en sitio dominante? Pues con<br />

el tablado <strong>de</strong> quita-y-pon que se hizo nuevo, basta y sobra. Pero los kioscos,<br />

se plagiaron <strong>de</strong> Oviedo, y fueron rematados por un amigo... y ahí está la<br />

madre <strong><strong>de</strong>l</strong> cor<strong>de</strong>ro.<br />

(15)<br />

Esto <strong><strong>de</strong>l</strong> muro <strong>de</strong> San Lorenzo ya va picando en historia471. Hay que<br />

tener en cuenta que todo el afán por construir este paredón (postergando<br />

in<strong>de</strong>bidamente otras reformas urgentes y útiles) estriba en tres factores secretos.<br />

El primero, es el <strong>de</strong> dar gusto al Gran Cacique, para que pueda venir rápidamente<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su quinta a Gijón, sin necesidad <strong>de</strong> dar el molesto ro<strong>de</strong>o <strong>de</strong><br />

la Guía. El segundo, es amparar y beneficiar todos los terrenos comprendidos<br />

entre la calle <strong>de</strong> Piles y las junqueras <strong>de</strong> Pidal, que pertenecen en totalidad a<br />

la familia <strong>de</strong> Alvargonzález. Y el tercero, es satisfacer la manía <strong>de</strong> tres potentados<br />

que no nombramos, que viven en la engañosa ilusión <strong>de</strong> que las Erías<br />

<strong>de</strong> Piles y La Faza se han <strong>de</strong> convertir por arte mágico, en un periquete, en<br />

colonia veraniega <strong>de</strong> alto coturno.<br />

Indudablemente, que un paseo <strong>de</strong> cincuenta (?) 472 metros <strong>de</strong> anchura,<br />

a orillas <strong><strong>de</strong>l</strong> mar, y <strong>de</strong>bidamente cuidado y vigilado, sería un recreo muy<br />

agradable para la estación <strong><strong>de</strong>l</strong> Estío; sobre todo, si se evitan las anomalías y<br />

torpezas cometidas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Pando hasta Coroña, que también <strong>de</strong>bía ser una<br />

vía libre a orillas <strong><strong>de</strong>l</strong> mar, y hoy no lo es por torpezas <strong>de</strong> los unos e intrigas<br />

<strong>de</strong> los otros.<br />

Así que, ahora que no hay nada hecho, es cuando se <strong>de</strong>ben prevenir<br />

en tiempo los futuros errores. Y no dormirse.<br />

471 Al margen anota Somoza: “En julio <strong>de</strong> 1895 se empezó a trabajar en el muro. Habiendo<br />

muerto el contratista se suspendió la obra”.<br />

472 La interrogación es <strong>de</strong> Somoza.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

(16)<br />

Quítese aquel asqueroso padrastro <strong><strong>de</strong>l</strong> boulevard puesto por el fachilla<br />

con el único y <strong><strong>de</strong>l</strong>iberado propósito <strong>de</strong> hacer daño473; y colóquense dos<br />

retretes <strong>de</strong>bidamente montados y vigilados (aunque sea con pago) en<br />

Begoña, don<strong>de</strong> hacen mucha falta en la época <strong>de</strong> los paseos.<br />

Estúdiese un buen mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o, para colocarle don<strong>de</strong> precisa mucho, en<br />

la fachada posterior (o en la <strong><strong>de</strong>l</strong> Oeste) <strong><strong>de</strong>l</strong> Teatro; etc., etc., etc. Y sobre todo,<br />

quítense los asquerosos urinarios <strong><strong>de</strong>l</strong> Campo Valdés, que son una ofensa al<br />

olfato y al <strong>de</strong>coro público. Esta cuestión, por lo mismo que es incómoda,<br />

exige gran estudio y acierto, y no <strong>de</strong>be <strong>de</strong>jarse <strong>de</strong> la mano: ¿para qué diantres<br />

sirve el agua, si no?<br />

(17)<br />

El Ayuntamiento <strong>de</strong>be justificar el <strong>de</strong>recho que tiene al suelo sobre el<br />

que está emplazado el Malecón <strong>de</strong> Langreo, por lo menos, en el trayecto que<br />

recorre en la calle <strong><strong>de</strong>l</strong> Comercio; aunque los muelles <strong>de</strong> la dársena vieja, fueron<br />

hechos también con recursos <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento y <strong>de</strong> la Diputación.<br />

El Municipio pue<strong>de</strong> y <strong>de</strong>be exigir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego a la Empresa <strong>de</strong> Langreo<br />

(¡aquí <strong>de</strong> los concejales <strong>de</strong> hígados!) la presentación <strong>de</strong> los documentos o títulos<br />

en virtud <strong>de</strong> los cuales ejerce el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> ocupación <strong>de</strong> la vía pública.<br />

El Ayuntamiento, es menor <strong>de</strong> edad (para los efectos <strong>de</strong> la ley) y no<br />

prevalece nada contra él por ignorancia o injustificación. Este <strong>de</strong>recho, es <strong>de</strong><br />

mucha monta. Al parecer, en 1848, cuando se le permitió a Langreo construir<br />

el paredón, fue con dos condiciones. La 1ª, que lo usase en un periodo <strong>de</strong><br />

veinte a veinticuatro años. La 2ª, que a la terminación <strong>de</strong> este plazo tuviera<br />

hecho por su cuenta y riesgo otro muelle, don<strong>de</strong> pudiera efectuar las operaciones<br />

<strong>de</strong> carga.<br />

Ahora, quiere la Empresa, en el proyecto <strong>de</strong> reformas <strong><strong>de</strong>l</strong> Puerto, que<br />

le expropien el muelle (¡como si fuera suyo!). Pues que justifique primero la<br />

propiedad <strong><strong>de</strong>l</strong> suelo, porque la posesión y la tolerancia <strong><strong>de</strong>l</strong> uso, no implican<br />

<strong>de</strong>recho alguno tratándose <strong>de</strong> un menor.<br />

473 Una nota marginal <strong>de</strong> Somoza dice: “Se quitó como es justo, en cuanto <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> mangonear<br />

el fachilla”.<br />

399


400<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Para el Ayuntamiento, el <strong>de</strong>rribo <strong>de</strong> este muro constituye una mejora<br />

urgente <strong>de</strong> urbanización. A la vez, podía averiguar cómo se construyó el<br />

Cuartel <strong>de</strong> Carabineros, y a quién pertenece su solar, enclavado en el muro <strong>de</strong><br />

Langreo.<br />

Podrá el Municipio exigir a la Empresa, un canon por el tiempo que<br />

in<strong>de</strong>bidamente estuvo usando <strong>de</strong> dicho murallón.<br />

Pídase informes al Letrado Consultor <strong><strong>de</strong>l</strong> Municipio.<br />

(18)<br />

¡El Bombé! Tres pleitos sostuvo el Ayuntamiento sobre la posesión <strong>de</strong><br />

este importante solar... por lo que todos sabemos; o sea, por no tener su<br />

Archivo y documentos en regla, y sus fincas, inscriptas <strong>de</strong>bidamente en el<br />

Registro <strong>de</strong> la Propiedad.<br />

El Ayuntamiento republicano <strong>de</strong> 1872, lo vendió in<strong>de</strong>bidamente, y<br />

<strong>de</strong> aquí se originaron todos los daños. Los V... lo compraron por segunda<br />

mano por una bicoca, y como ahora vale mucho, pretendían que fuera válida<br />

la venta para chuparse el momio. Pero... se llevaron chasco. Sentencia:<br />

Don<strong>de</strong> los V... ponen la mano, nace la <strong>de</strong>sgracia (y si no, que lo diga el Santa Rosa,<br />

B Rionda, Olano, El Escultor, etc., etc., etc.).<br />

Buena ocasión, ya que ahora se quedó el Estado con dicho terreno,<br />

para que construyera allí el edificio <strong>de</strong> la Aduana, y el Cuartel <strong>de</strong> Carabineros,<br />

con lo que aquel paraje ganaría mucho, y se quitaba el horroroso padrastro<br />

<strong>de</strong> la primera casa <strong>de</strong> la calle <strong><strong>de</strong>l</strong> Comercio.<br />

Las Aduanas, según una disposición reciente, están autorizadas para<br />

<strong>de</strong>stinar ciertos fondos o <strong>de</strong>rechos a la construcción <strong>de</strong> sus edificios.<br />

Convendría interesar al Administrador en esta mejora, haciéndose solicitar<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Estado la concesión <strong><strong>de</strong>l</strong> solar necesario.<br />

(19)<br />

Calle <strong>de</strong> Covadonga... número tantos.<br />

Se empezó. Se suspendió. Vuelta a empezar. Vuelta a interrumpir... y<br />

así sucesivamente, hasta la consumación <strong>de</strong> los siglos.<br />

El <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, la falta <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as fijas, <strong>de</strong> plan y <strong>de</strong> programa, refleja perfectamente<br />

en este paraje al anterior Ayuntamiento.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Aquí mojó Lopín y todos los arquitectos; estuvo <strong>de</strong>positada la estatua<br />

<strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>; se emplazaron las cuadras municipales; se i<strong>de</strong>ó un cuartel para<br />

la Guardia Civil; fue mata<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> cerdos, cuartel general <strong>de</strong> Brizán, parque<br />

<strong>de</strong> bomberos, <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> material viejo, y <strong>de</strong> inmundicias, almacén <strong>de</strong><br />

carros, vivero <strong>de</strong> árboles, cárcel <strong>de</strong> perros, aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> música..., ¡el<br />

Demonio! Por último acabará vendiéndose, según todas las probabilida<strong>de</strong>s.<br />

Que se lleven todo aquello para cualquier lado y que a lo menos, en<br />

<strong>de</strong>sagravio, instalen allí una Escuela y una Alcaldía <strong>de</strong> barrio, en forma474. (20)<br />

Lo bueno, o mejor dicho, lo malo, que tienen las famosas charcas <strong>de</strong><br />

podredumbre y cieno, es que todas están situadas en las entradas <strong>de</strong> la población,<br />

como pregonando nuestro abandono <strong>de</strong> la higiene y <strong>de</strong> la salubridad<br />

públicas.<br />

Primera: una a lo largo <strong>de</strong> la calle Salud (suple Epi<strong>de</strong>mia) don<strong>de</strong>, no<br />

sólo se lavan ropas, sino (y esto es horrible) tripas <strong>de</strong> cerdo, cuyo embutido,<br />

comerán algunos muy alegremente, ignorando su proce<strong>de</strong>ncia. Pero ¿a<br />

dón<strong>de</strong> verterán las aguas <strong>de</strong> aquella calle con el bajo nivel que tienen? ¡Oh<br />

suspirado plano <strong>de</strong> ensanche!<br />

Segunda: Otra, en la plazuela <strong><strong>de</strong>l</strong> Humedal (ahora <strong>de</strong> San José) don<strong>de</strong><br />

se lava aún, a pesar <strong>de</strong> las prohibiciones. Su color verdoso, <strong>de</strong>nuncia su<br />

corrupción475. Tercera: Otra, empantanada a la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> la salida <strong>de</strong> la carretera <strong>de</strong><br />

Oviedo. Aumenta su caudal con las aguas <strong>de</strong> lluvia y con las que vienen <strong>de</strong> la<br />

calleja <strong>de</strong> la Salud, pasando bajo el Mirador <strong>de</strong> Lindaraja (!!).<br />

Cuarta: Otra, en el Bibio, calle <strong>de</strong> Ezcurdia, tras las cocheras <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Tranvía476. Quinta: Otra, todo a lo largo <strong>de</strong> la Calle <strong>de</strong> Piles (que cruza la <strong>de</strong><br />

Ezcurdia) y cuyo segundo tramo, es <strong>de</strong> mucho tránsito para los carros que<br />

llevan arena <strong>de</strong> San Lorenzo.<br />

474 En nota marginal añadirá Somoza: “El Ayuntamiento con rumbo inusitado, regaló el<br />

solar a Angelín para que edificara su parroquia <strong>de</strong> San Lorenzo”.<br />

475 Aparece nota <strong>de</strong> Somoza al margen que dice: “Se rellenó”.<br />

476 Al margen escribió Somoza: “Se rellenó en parte”.<br />

401


402<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Sexta: Otra, con honores <strong>de</strong> lava<strong>de</strong>ro frente a la Capilla <strong>de</strong> San<br />

Esteban477. Séptima: Otra, inmensa, tras <strong>de</strong> Llano (sic), junto a la huerta <strong>de</strong> los<br />

Evaristos.<br />

Octava: Otra, junto a la fuente <strong><strong>de</strong>l</strong> Tejedor. etc., etc., etc.<br />

Todo lo cual prueba la necesidad <strong><strong>de</strong>l</strong> plano <strong>de</strong> ensanche y reforma<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> alcantarillado general.<br />

(21)<br />

Si el Macelo ha <strong>de</strong> continuar don<strong>de</strong> está, entonces conviene dotarle<br />

<strong>de</strong> todos los servicios necesarios, pues que forma, con sus ingresos, uno <strong>de</strong><br />

los principales recursos <strong><strong>de</strong>l</strong> Municipio.<br />

A<strong>de</strong>más, urge cerrarle convenientemente y ponerle una fachada<br />

<strong>de</strong>corosa. Pero como parece ser que <strong>de</strong> la liquidación <strong>de</strong> sus obras, practicada<br />

por el Arquitecto, ha cogido dicho Señor, al contratista (suple L... ) distraídamente<br />

(¡claro!), con los <strong>de</strong>dos contra la puerta, conviene proce<strong>de</strong>r con tino<br />

y mesura, para exigir la responsabilidad a quien la tuviere. Al propio tiempo,<br />

y por <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> justicia, <strong>de</strong>be sostener y apoyar el Municipio a aquellos <strong>de</strong> sus<br />

empleados que velando celosamente por los intereses <strong><strong>de</strong>l</strong> pro-común, han<br />

sabido esmerarse en el cumplimiento <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ber.<br />

Convendría igualmente enlosar el piso <strong><strong>de</strong>l</strong> Macelo (formado con<br />

sucios escombros, y escorias <strong>de</strong> la fábrica <strong>de</strong> Aceros) ya para su mayor aseo<br />

y limpieza, como por la facilidad <strong>de</strong> lavarlo diariamente.<br />

Vigílense los mata<strong>de</strong>ros clan<strong>de</strong>stinos que existen en Pumarín y Jove.<br />

(22)<br />

Como los terrenos <strong><strong>de</strong>l</strong> cueto <strong>de</strong> Santa Catalina (antiguamente <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Común y <strong><strong>de</strong>l</strong> Gremio <strong>de</strong> Mareantes) son hoy <strong>de</strong> particulares, i<strong>de</strong>ó el<br />

Ayuntamiento (o algún forastero quizás) hacer un paseo semicircular a<br />

media la<strong>de</strong>ra, bor<strong>de</strong>ando la colina sobre el precipicio.<br />

477 Al margen, <strong>de</strong> Somoza: “Se rellenó parte”.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Existen dos proyectos: uno, con rampa, que subiendo suavemente<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Campo Valdés por frente al nuevo balneario, tuerza a la <strong>de</strong>recha, y<br />

pase frente a la batería llamada <strong>de</strong> San Pedro, yendo a <strong>de</strong>sembocar junto a la<br />

nueva batería <strong>de</strong> Santa Catalina. Y otro, en el cual siguiendo el actual camino<br />

se llega a la Fontica, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquí, se bor<strong>de</strong>a bajo el Faro hasta dar en la llamada<br />

Casa <strong>de</strong> las Piezas.<br />

Ambos proyectos, son bonitos y hasta... <strong>de</strong> sensación; pero ¿y los<br />

cuartos? A esto, contestaba Andresillo <strong>de</strong> Paropillo o <strong>de</strong> Pasamonte, que con<br />

los peones <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento y los escombros <strong>de</strong> las casas, había bastante: ¡no<br />

está él mal escombro!<br />

Sobre el modo <strong>de</strong> arbolar esta colina, escribió Ricardo Acebal un<br />

razonado artículo, <strong>de</strong>mostrando qué clase <strong>de</strong> árboles convenían a su suelo.<br />

(23)<br />

El proyecto, consta <strong>de</strong> cuatro partes, que implican una mejora <strong>de</strong><br />

importancia, y <strong>de</strong> las que está necesitada Cima-<strong>de</strong>-Villa. La principal es la<br />

rasante, que arrancando <strong>de</strong> la esquina izquierda <strong>de</strong> la fachada <strong>de</strong> San Pedro,<br />

llegue al comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> Proyectado Paseo <strong>de</strong> Santa Catalina <strong>de</strong> que hemos<br />

hablado. La segunda, el <strong>de</strong>rribo <strong>de</strong> la tapia <strong>de</strong> la Huerta <strong>de</strong> Valdés, y expropiación<br />

<strong>de</strong> terreno suficiente para el fácil acceso <strong>de</strong> la nueva vía. La tercera el<br />

<strong>de</strong>rribo <strong><strong>de</strong>l</strong> Cementerio Viejo y <strong>de</strong>marcación <strong>de</strong> la línea N. <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo paseo.<br />

Por último el <strong>de</strong>rribo <strong>de</strong> la última casa <strong>de</strong> la calle <strong><strong>de</strong>l</strong> Ave María, si el paseo<br />

ha <strong>de</strong> ir por la Fontica <strong>de</strong> la Atalaya; o bien la ocupación <strong>de</strong> los terrenos necesarios<br />

aquen<strong>de</strong> la batería <strong>de</strong> San Pedro, si se ha <strong>de</strong> seguir este otro trazado.<br />

(24)<br />

¡Pobre Arco <strong>de</strong> la Villa! Desmontado con intención <strong>de</strong> volver a armarlo<br />

en el sitio <strong>de</strong> Los Evaristos, sus piedras se pier<strong>de</strong>n y <strong>de</strong>shacen <strong>de</strong> día en día,<br />

sin que un alma bondadosa se acuer<strong>de</strong> <strong>de</strong> ellas. Con lo <strong>de</strong>rrochado inútilmente<br />

por el fachilla en el bacín <strong>de</strong> Begoña, se hubiera conservado esta reliquia<br />

<strong>de</strong> pasados días tan i<strong>de</strong>ntificada con los recuerdos gijoneses. Pero a<br />

gran<strong>de</strong>s males gran<strong>de</strong>s remedios. O se calcula lo que pue<strong>de</strong> costar su nueva<br />

erección, el relabrado <strong>de</strong> la piedra y la sustitución <strong>de</strong> lo inservible, o <strong>de</strong> lo<br />

contrario se quita aquello <strong>de</strong> allí, y se ven<strong>de</strong> o se convierte en arena (como ya<br />

lo hacen las criadas <strong>de</strong> servicio) para hacer un nuevo piso al paseo <strong>de</strong> Valdés<br />

o <strong>de</strong> Begoña. ¡Que no esté siempre a la vista aquel testimonio <strong>de</strong> nuestra<br />

403


404<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

incuria y nuestra ingratitud! Aquel hacinamiento <strong>de</strong> piedras, es feo y embaraza<br />

el tránsito. Fórmese pronto un acuerdo <strong>de</strong>finitivo.<br />

(25)<br />

¿De quién es la Casa Rectoral? ¿Del Ayuntamiento o <strong>de</strong> la Parroquia?<br />

Decimos esto, porque como se anda en pleito... Pero, Señor, ¿para qué servirán<br />

los documentos <strong><strong>de</strong>l</strong> Archivo?<br />

Según el Concordato <strong>de</strong> 18.. se reservó a los párrocos, <strong>de</strong> los mansos<br />

parroquiales, la casa y el huerto rectoral. De consiguiente, la <strong>de</strong> Gijón, <strong>de</strong>bió<br />

haberse reservado a su Párroco. Sentado esto, ¿a título <strong>de</strong> qué exigió y obtuvo<br />

<strong>de</strong> anteriores Ayuntamientos el difunto párroco Sr. Fra<strong>de</strong>s, nueva habitación?<br />

Más aún, ¿por qué pretendió que se habilitara la Casa Rectoral para resi<strong>de</strong>ncia<br />

suya, cuando el Municipio tuvo arrendada dicha vivienda a varios vecinos<br />

<strong>de</strong> Gijón, y aún instaló en ella el Cuartel <strong>de</strong> la Milicia Nacional?<br />

Una parroquia tan productiva como la nuestra ¿no disponía <strong>de</strong><br />

recursos suficientes para que el Párroco compusiera a sus expensas su propia<br />

casa? Y en el supuesto <strong>de</strong> que in<strong>de</strong>bidamente (no <strong>de</strong>cimos injustamente porque<br />

no nos consta la certeza) obtuviera <strong><strong>de</strong>l</strong> Municipio nueva habitación por<br />

hallarse en estado ruinoso o inservible la casa Rectoral ¿hasta qué punto<br />

pue<strong>de</strong> la actual Corporación Municipal admitir como carga en sus presupuestos<br />

aquella concesión graciosa?<br />

Repárese que los Ayuntamientos son menores <strong>de</strong> edad, y nada prevalece<br />

contra ellos. (Esto es una repetición <strong><strong>de</strong>l</strong> caso <strong>de</strong> Langreo).<br />

Obsérvese que el Párroco no quiere ven<strong>de</strong>r la Casa Rectoral, sino que<br />

se la venda el Ayuntamiento y le entregue su producto: lo cual parece implicar<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que duda sobre la firmeza <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho.<br />

Téngase en cuenta que por el solar <strong>de</strong> la Casa Rectoral ofrece el propietario<br />

colindante (Sr. Pumarino o Faes) seis mil duros. Y no se olvi<strong>de</strong> que<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace ochenta años o cosa así, viene percibiendo el párroco en concepto<br />

<strong>de</strong> habitación, tres mil reales anuales. Y que si no se le <strong>de</strong>bía, era <strong>de</strong> justicia<br />

el reintegrarlos, o cobrárselos el Ayuntamiento <strong><strong>de</strong>l</strong> importe <strong>de</strong> la venta <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

solar, quedando convertido el pleito en una simple operación aritmética, bajo<br />

esta fórmula: Solar: ptas. 30.000; percibido <strong>de</strong> más: 750 ptas x 80 años =<br />

60.000; <strong>de</strong>be: ptas. 30.000. (¡Ya escampa! dirá él).


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Si la casa pertenece al Ayuntamiento, en el Archivo estarán los justificantes.<br />

Y si no están... que lo quemen. ¿Para qué diantres sirve ese Archivo,<br />

don<strong>de</strong> no existen antece<strong>de</strong>ntes aún <strong>de</strong> este siglo relativos a edificios, u obras<br />

públicas o terrenos comunales como Santa Catalina, El Bombé, Malecón <strong>de</strong><br />

Langreo, Casa Rectoral, etc., etc., etc. Este asunto, <strong>de</strong>be ventilarse con mucha<br />

diplomacia, asesorándose antes <strong><strong>de</strong>l</strong> letrado consultor <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento, para<br />

no dar un paso en vago.<br />

(26)<br />

Hay dos casas en los Cuatro Cantones que están pidiendo a gritos su<br />

<strong>de</strong>rribo. La <strong>de</strong> Riego y la <strong>de</strong> doña Petra Cal<strong>de</strong>rón.<br />

Hubo en cierta época, una candidatura conservadora para el<br />

Municipio que ostentaba al frente <strong>de</strong> su programa <strong>de</strong> reformas, el siguiente<br />

lema:<br />

¡ABAJO LA CASA DE RIEGO!<br />

(y estaba en carácter, porque el dueño <strong>de</strong> la finca, era sobrino <strong><strong>de</strong>l</strong> caudillo <strong>de</strong><br />

Las Cabezas... aunque <strong><strong>de</strong>l</strong> bando mo<strong>de</strong>rado).<br />

Suponemos que el Ayuntamiento mus habrá pagado la expropiación<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> solar <strong>de</strong> la casa <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Espinosa478. Hecho esto, <strong>de</strong>be el Alcal<strong>de</strong> confabularse<br />

con el Arquitecto para que <strong>de</strong>clare ruinosa la casa contigua, y pasar un<br />

oficio expresivo a la Sra. De Cal<strong>de</strong>rón (suple Castillón479) conminándola con<br />

graves responsabilida<strong>de</strong>s.<br />

El tipo <strong>de</strong> expropiación <strong><strong>de</strong>l</strong> solar <strong>de</strong> doña M. Jove <strong>de</strong> Riego, <strong>de</strong>be ser<br />

menor que el abonado a don Salustiano Espinosa. Y sacado <strong>de</strong>spués a pública<br />

subasta, podía el Municipio beneficiarse algo en ella.<br />

También convendría tomar alguna medida con la casa <strong>de</strong> los tres picos<br />

y con la <strong>de</strong> Busto, para quitar aquellos dos edificios; aunque mejor fuera<br />

tomar una disposición <strong>de</strong> carácter general para las reedificaciones, en la cual,<br />

la altura y ornamentación <strong>de</strong> las fachadas, correspondiera a la anchura y categoría<br />

<strong>de</strong> las calles.<br />

478 Nota marginal <strong>de</strong> Somoza: “¡Qué había <strong>de</strong> pagar! La está <strong>de</strong>biendo, con más los intereses<br />

que <strong>de</strong>venga”.<br />

479 Doña Petra Cal<strong>de</strong>rón era suegra <strong>de</strong> don Justo <strong><strong>de</strong>l</strong> Castillo, <strong>de</strong> ahí con toda seguridad lo<br />

<strong>de</strong> Castillón.<br />

405


406<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

(27)<br />

Materia larga y enojosa, y propensa a gran<strong>de</strong>s modificaciones y<br />

<strong>de</strong>moras, pero que convendría sujetar a un plan metódico en el <strong>de</strong> reformas<br />

<strong>de</strong> la Villa.<br />

Indicaremos algunas llamadas a realizarse:<br />

A) Calle <strong>de</strong> Covadonga, <strong>de</strong> la Plazuela <strong>de</strong> San Miguel al Velódromo480. Sólo queda la expropiación <strong>de</strong> una casita en la calle <strong>de</strong> Pelayo, perteneciente<br />

a los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> Ezcurdia. Corre con ella Evaristín Pren<strong>de</strong>s, y ya hizo indicaciones<br />

favorables al Municipio para llegar a una avenencia. Lo <strong>de</strong>más <strong>de</strong> la<br />

calle, está a línea.<br />

B) Calle o Travesía <strong><strong>de</strong>l</strong> Teatro.— Expropiación <strong>de</strong> una casita que da a<br />

dicha travesía y a la calle <strong>de</strong> los Moros.<br />

C) Del Rosario.— Es la angosta callejuela cuya ampliación se pi<strong>de</strong><br />

para el acceso a la fábrica <strong>de</strong> Cigarros. Pero el Municipio, no gana nada en<br />

ello, porque el beneficio principal es para la Fábrica, y ella es la que <strong>de</strong>biera<br />

pagarlo. Recuér<strong>de</strong>se que existen muchas atenciones preferentes, y no se<br />

ponga en ésta mucho empeño, porque resultaría tonto. ¿No suben las acciones<br />

<strong>de</strong> la Tabacalera? Pues que <strong>de</strong>sembolse.<br />

D) Del Instituto.— Ya se sabe que esto implica el <strong>de</strong>rribo <strong><strong>de</strong>l</strong> Mercado<br />

<strong>de</strong> Hortalizas. Pero su necesario complemento es el acceso a la calle <strong>de</strong> la<br />

Trinidad, lo que la constituiría en una avenida <strong>de</strong> gran tránsito. Es cuestión<br />

<strong>de</strong> hacer bien el cálculo. La casa <strong>de</strong> Eugenio Sánchez, la <strong>de</strong> Costales, y la <strong>de</strong><br />

Menén<strong>de</strong>z Morán, avanzan sobre la línea. Mucho ojo en la reedificación.<br />

E) De San Agustín.— Otra miseria <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento con el propietario<br />

<strong>de</strong> las nuevas casas. Por una bicoca, y una pretensión injusta, tiene aquello<br />

obstruido en vez <strong>de</strong> ser vía libre. Allánese y exíjase la expropiación <strong>de</strong> la<br />

casa <strong>de</strong> doña Helena Valdés Hevia <strong>de</strong> Díaz.<br />

F) La Gran Vía.— Alameda <strong>de</strong> Langreo; Huerta <strong>de</strong> Langreo, Casas <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Parrocho y Estación <strong><strong>de</strong>l</strong> Norte. Lo está pidiendo el pueblo con mucha necesidad.<br />

Pero existe otro proyecto i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> gran vía a El Musel, <strong>de</strong> cien metros <strong>de</strong><br />

ancho (¡una futesa!) que ni los mismos que la i<strong>de</strong>aron saben por dón<strong>de</strong> ha <strong>de</strong><br />

ir, ni lo que va a costar, ni para qué ha <strong>de</strong> servir, ni quién la va a pagar.<br />

480 Actual plaza <strong>de</strong> Europa.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

(28)<br />

El <strong>de</strong>rribo <strong>de</strong> este nido... <strong>de</strong> basura, no se ha llevado a efecto un<br />

millón <strong>de</strong> veces, por no per<strong>de</strong>r el Ayuntamiento el mezquino importe <strong>de</strong> su<br />

arriendo. Pero habiendo creado en sustitución <strong>de</strong> aquel el impuesto sobre las<br />

sillas en los paseos, el <strong>de</strong> carros, coches, consumo <strong>de</strong> carbón, bajadas <strong>de</strong><br />

aguas, limpieza <strong>de</strong> chimeneas, cédulas, puestos ambulantes, etc., etc., etc.,<br />

bien podía reemplazar el viejo con parte <strong>de</strong> los nuevos.<br />

El beneficio <strong>de</strong> la apertura <strong>de</strong> la nueva vía (prolongación <strong>de</strong> la calle<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto) produciría gran <strong>de</strong>sahogo al comercio, cuyos géneros serían<br />

transportados más directa y <strong>de</strong>sembarazadamente por esta ruta, que no por<br />

el molesto itinerario <strong>de</strong> la Plaza, evitándose el ro<strong>de</strong>o <strong>de</strong> la calle <strong>de</strong> Recoletas,<br />

o los más penosos <strong>de</strong> la calle <strong><strong>de</strong>l</strong> Mesón Viejo, Travesía <strong>de</strong> los <strong>Jovellanos</strong>, o<br />

calle <strong>de</strong> San Antonio481. (29)<br />

Cuando el Estado se incautó <strong>de</strong> los bienes <strong>de</strong> Propios, se apropió la<br />

casa llamada <strong>de</strong> la Biblioteca (Plazla <strong>de</strong> los <strong>Jovellanos</strong>, núm. 2) que don Gaspar<br />

y don Francisco <strong>Jovellanos</strong>, habían legado al Instituto para sostenimiento <strong>de</strong> la<br />

Biblioteca.<br />

El Estado, en cambio, se obligó a entregar al Instituto láminas <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Papel <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado equivalentes al Capital <strong>de</strong> dicha casa. Como esto sucedió<br />

hacia 1854 (?) 482, el Estado aún sigue <strong>de</strong>biendo al Instituto el Capital y réditos<br />

<strong>de</strong> dicha casa, que montan un pico.<br />

Y como el Ayuntamiento es copropietario <strong>de</strong> la Biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Instituto por cláusula especial <strong><strong>de</strong>l</strong> testamento <strong><strong>de</strong>l</strong> fundador, <strong>de</strong>be interesarse<br />

en obtener estos ingresos.<br />

Lo extraño aquí es, que habiendo en Madrid tantos fantasmones<br />

patrióticos que ven<strong>de</strong>n fachenda, y se <strong>de</strong>spepitan por el pueblo, ninguno se<br />

haya tomado la molestia <strong>de</strong> inquirir el para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> estos fondos. ¿Habrá gato<br />

encerrado? 483.<br />

Y para eso... ¿pagaba el Ayuntamiento un momio en Madrid, a su<br />

representante don Jesús Pando y Valle? Cosas tene<strong>de</strong>s, el Cid...<br />

481 Al margen señala Somoza: “Se <strong>de</strong>rribó y quedó bien, aunque resultó un poco caro. Falta<br />

sólo el ardid para obligar a edificar a los propietarios <strong>de</strong> la nueva vía”.<br />

482 La interrogación es <strong><strong>de</strong>l</strong> propio Somoza.<br />

483 Ver sobre la palabra gato lo dicho en la nota 461.<br />

407


408<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

(30)<br />

La calle <strong>de</strong> Ezcurdia, que es una vía digna <strong>de</strong> mayor atención que la<br />

que se le conce<strong>de</strong>, sólo <strong>de</strong>bía tener dos alineaciones hasta el puente <strong>de</strong> la<br />

Guía, con lo cual su tránsito ganaría mucho, y también su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

la Carretera <strong>de</strong> la Costa. Aún se pue<strong>de</strong> remediar, ya que su última mitad, está<br />

por construir. Cuando los peones <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento llevaron el afirmado<br />

hasta la Plaza <strong>de</strong> Toros, en el año <strong>de</strong> su inauguración, suspendieron allí la<br />

obra, lo cual fue una torpeza, pues continuada aquella, hubiera sido un paseo<br />

recreativo y sosegado para los que no quisieran ir por la polvorienta y abrasada<br />

carretera <strong><strong>de</strong>l</strong> Bibio.<br />

Si mal no recordamos, los propietarios colindantes <strong><strong>de</strong>l</strong> último tramo<br />

<strong>de</strong> la calle <strong>de</strong> Ezcurdia, acaudillados por Leandro Suárez Infiesta, contribuyeron<br />

para la expropiación <strong><strong>de</strong>l</strong> terreno necesario hasta el empalme junto a la<br />

casa <strong>de</strong> Nso. Rz. Estrada, y para echar la bóveda a la acequia <strong><strong>de</strong>l</strong> molino <strong>de</strong> la<br />

Hormiga, en el paraje en que la corta.<br />

Hay que estudiar la manera <strong>de</strong> habilitar materiales para el terraplén<br />

que se <strong>de</strong>be construir entre la indicada acequia y el puente <strong>de</strong> La Guía.<br />

(31)<br />

Colocándose en el eje <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> las calles <strong>de</strong> Covadonga,<br />

Capua, Rendueles y Santa Doradía, se ve la barbaridad que cometió<br />

Alejandro, interrumpiendo bruscamente el paso con una especie <strong>de</strong> barreras o<br />

cuñas que forman los jardincillos <strong>de</strong> la Plazuela <strong>de</strong> San Miguel. De modo que<br />

los coches, carros, carruajes y caballerías que quieran embocar directamente<br />

a la calle central tienen que girar súbitamente y con violencia (y por lo<br />

mismo, con riesgo evi<strong>de</strong>nte para ellos, y para los transeúntes), o dar un incómodo<br />

y largo ro<strong>de</strong>o. Esto es tanto más peligroso, cuanto que el paso obligado<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> tranvía, limita más el tránsito. Aplíquese la receta <strong><strong>de</strong>l</strong> chaflán (inventado<br />

por L... para jeringar a los vecinos) a los susodichos jardines.<br />

(32)<br />

¡A escape, a escape!, que aquello huele a mercado <strong>de</strong> la Pola. Las <strong>de</strong><br />

Fomento, primero; las <strong>de</strong> San Lorenzo, <strong>de</strong>spués. Aquí se palpa la necesidad <strong>de</strong><br />

unas Or<strong>de</strong>nanzas que prevengan con energía semejantes tolerancias y abusos;<br />

porque lo que pasa en Fomento, es asqueroso y repugnante; y lo <strong>de</strong> San


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Lorenzo, es clásicamente... pacotillero. Y todo, por recaudar unas miserables<br />

pesetejas y complacer a personalida<strong>de</strong>s hueras y tontas. En fin, más vale<br />

callar... y límpiense pronto las vías públicas <strong>de</strong> aquellas madrigueras malolientes,<br />

engendradoras <strong>de</strong> chinches y piojos, y pulgas y microbios, que saltan<br />

y danzan y pinchan y muer<strong>de</strong>n entre el tufo pestilente <strong>de</strong> la nauseabunda fritanga...<br />

¡y, más que rabie Cañaminín <strong>de</strong> Dios, y bufen las dinastías <strong>de</strong> las Ritas!<br />

(33)<br />

El segundo patio <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo Cementerio, está sin habilitar; y aun con<br />

grave escándalo, pasta allí ganado, tolerancia vergonzosa, por lo mismo que<br />

está a la vista <strong>de</strong> todos.<br />

Como el terreno es muy malo, conviene ir modificando lentamente<br />

su composición, obligando a las familias que entierren allí sus individuos a<br />

echar en cada enterramiento una capa <strong>de</strong> cal, y vinagre en proporción, procedimiento<br />

acostumbrado en el resto <strong>de</strong> España, y cuyo uso conviene generalizar.<br />

El <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> cal para los cadáveres <strong>de</strong>be existir en el Cementerio (en<br />

sus inmediaciones hay un calero); y en el acto <strong>de</strong> sepultar, el Capellán <strong>de</strong>be<br />

vigilar y exigir el cumplimiento <strong>de</strong> esta cláusula, porque los enterradores y<br />

sus sei<strong>de</strong>s son gentes informales, que sólo cuidan <strong>de</strong> su provecho.<br />

(34)<br />

No <strong>de</strong>be el Ayuntamiento <strong>de</strong>sechar nunca ninguna reforma, por<br />

pequeña e insignificante que parezca a primera vista, pues todo lo que<br />

redun<strong>de</strong> en interés <strong><strong>de</strong>l</strong> público, es siempre apreciado y elogiado<br />

Aludimos en este particular al piso <strong><strong>de</strong>l</strong> paseo <strong>de</strong> Begoña, único que<br />

existe en la localidad para recreo <strong>de</strong> veraneantes y esparcimiento <strong>de</strong> vecinos.<br />

El piso <strong>de</strong> dicho paseo, carece <strong>de</strong> afirmado, bien que mucha parte <strong>de</strong><br />

él esté sobre roca. Para igualarlo, mandó traer don Juan Alvargonzález<br />

durante su alcaldía, nada menos que barro... <strong>de</strong> San Martín <strong>de</strong> Huerces. Y<br />

suce<strong>de</strong>, que cuando llueve, la arcilla se esponja y aquello se convierte en un<br />

fangal. Y durante la estación <strong><strong>de</strong>l</strong> calor, el piso, se reseca, y lo que es peor que<br />

todo para un paseo, <strong>de</strong>ja sueltas en la superficie una infinidad <strong>de</strong> piedrecitas<br />

y chinas que lastiman y mortifican cruelmente el pie, lo que hace la estancia<br />

en el paseo, ingrata y enojosa.<br />

409


410<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Algo se remedia, aunque momentáneamente, con el riego. Pero el<br />

riego <strong>de</strong> un terreno arcilloso a las horas <strong>de</strong> mayor calor, produce una evaporación<br />

inconveniente y malsana, germen <strong>de</strong> dañosas enfermeda<strong>de</strong>s.<br />

Un procedimiento útil, y que se <strong>de</strong>be imitar, es el empleado en el<br />

paseo <strong>de</strong> El Bombé <strong>de</strong> Oviedo, cuyo piso, <strong>de</strong> un excelente afirmado, tiene encima<br />

una capa <strong>de</strong> tres o cuatro pulgadas <strong>de</strong> arena <strong>de</strong> piedra <strong>de</strong> grano, que se<br />

pue<strong>de</strong> obtener en Gijón <strong>de</strong> varias maneras, y que haría el suelo limpio, compacto<br />

y flexible. La arena, que está por cuajar, se pue<strong>de</strong> traer <strong>de</strong> los terrenos<br />

inmediatos a la fuente <strong>de</strong> Jove, que la suministrarían en abundancia, o <strong>de</strong><br />

Lloreda, y también se podría aprovechar la que se <strong>de</strong>sperdicia en gran<strong>de</strong>s<br />

cantida<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> labrado <strong>de</strong> aquella clase <strong>de</strong> piedra.<br />

Por último, si el Arco <strong>de</strong> la Villa, no se ha <strong>de</strong> volver a erigir, ya tienen<br />

los peones <strong><strong>de</strong>l</strong> Municipio material que <strong>de</strong>strozar.<br />

(35)<br />

El difunto don Mariano Pola, (q. e. p. d.) <strong>de</strong>jó en su Testamento una<br />

cláusula para la fundación <strong>de</strong> un Asilo en Gijón, que llevara su nombre.<br />

Parece ser que su hermano y here<strong>de</strong>ro don Antonio, ofició al Ayuntamiento<br />

pidiéndole terreno para emplazar el edificio, y que la Corporación dio largas<br />

al asunto, o por hostilidad o por otros ruines sentimientos que no queremos<br />

analizar, <strong>de</strong>jando, con tan torpe proce<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> añadir un lauro más a su gestión<br />

administrativa, y embellecer a Gijón con un nuevo edificio.<br />

Urge resucitar esta cuestión, y al propio tiempo saber con qué recursos<br />

se ha <strong>de</strong> sostener. En dicho Asilo, si el albacea se prestara a ello, convendría<br />

instalar una Sala <strong>de</strong> Socorro, única que tendría el pueblo y que le reportaría<br />

un gran beneficio.<br />

(36)<br />

Éste es otro asunto como el Asilo <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Pola, pero aquí la dificultad<br />

es algo mayor, y tendrá que verla principalmente el Diputado Provincial por<br />

Gijón.<br />

El difunto escritor y ministro asturiano, Álvarez Lorenzana, <strong>de</strong>jó un<br />

legado para el establecimiento <strong>de</strong> un Hospital marino en <strong>Asturias</strong>, don<strong>de</strong><br />

pudieran encontrar alivio los niños escrofalosos y raquíticos, y los pobres<br />

<strong>de</strong>sheredados <strong><strong>de</strong>l</strong> Hospicio.


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Puesto este asunto a discusión en la Diputación Provincial, se acordó<br />

que el Hospital marinero se instalara en Jove, al<strong>de</strong>a que reunía para ello inmejorables<br />

condiciones. Ahora falta saber si los fondos los ha <strong>de</strong> facilitar la<br />

Diputación, o los legatarios <strong><strong>de</strong>l</strong> Sr. Lorenzana. Conviene remover este asunto,<br />

pues a pesar <strong>de</strong> la resolución adoptada favorable a Gijón, Avilés trabaja<br />

mucho para llevarse el Hospital a Salinas; y Luanco no <strong>de</strong>scansa hasta llevárselo<br />

a su Puerto. Y mientras una y otra villa velan y trabajan sin <strong>de</strong>scanso...<br />

nosotros, andamos muy preocupados con el tiro <strong>de</strong> pichón, y otras ridículas<br />

bagatelas por el estilo. ¿Qué campañas han hecho nuestros diputados provinciales<br />

cuando nos arrebataron la Comandancia <strong>de</strong> Carabineros; el hilo telegráfico<br />

directo a Madrid; la guarnición militar; la escuela <strong>de</strong> ingenieros industriales, y<br />

cien más? ¿Qué protesta levantaron contra ese abuso irritante <strong>de</strong> las estancias<br />

en el Hospital Manicomio <strong>de</strong> Oviedo que ya ascien<strong>de</strong>n a 26 mil y pico <strong>de</strong><br />

pesetas; y contra el gravamen <strong><strong>de</strong>l</strong> impuesto provincial sobre las bebidas alcohólicas?<br />

Nota (por si cuaja).— Conviene que el emplazamiento <strong>de</strong> este edificio<br />

no caiga <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> trazado <strong>de</strong> vías que han <strong>de</strong> dar acceso al Puerto <strong>de</strong><br />

Refugio.<br />

(37)<br />

Con las nuevas edificaciones en la Carretera <strong>de</strong> Ceares, Prado <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Fumeru, etc., y las que se proyectan, convendría resucitar esta i<strong>de</strong>a en tiempo,<br />

iniciada por anteriores Municipios. Redúcese, en suma, al trazado <strong>de</strong> un<br />

camino que fal<strong>de</strong>ando el Monte <strong>de</strong> los Franceses (o Pericón) venga a empalmar<br />

en el Velódromo. Su objeto principal, es evitar el paso <strong>de</strong> las comitivas fúnebres<br />

por el único sitio <strong>de</strong> esparcimiento que tiene la Villa.<br />

Los terrenos que atraviesa, son <strong>de</strong> mala calidad (rebajadas las pretensiones<br />

<strong>de</strong> A. C. T. 484) y por lo tanto, baratos, pudiendo adquirirse hoy sin<br />

gran dispendio los necesarios para el trazado.<br />

(38)<br />

Los fosos <strong>de</strong> la fortificación, aún están por rellenar en la parte frontera<br />

a las casas <strong>de</strong> don Manuel Pren<strong>de</strong>s, y en la que da a la fachada principal<br />

y talleres <strong>de</strong> la Estación <strong>de</strong> Langreo. Existe un <strong>de</strong>snivel gran<strong>de</strong> entre la rasan-<br />

484 Podría ser tal vez una F.<br />

411


412<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

te <strong>de</strong> la nueva iglesia <strong>de</strong> San José, y la línea <strong>de</strong> los talleres <strong>de</strong> Langreo (bien<br />

que el edificio principal se eleve sobre ella). Pero si se llega a trazar la calle <strong>de</strong><br />

que nos ocupamos en el número 27, y que va a ser <strong>de</strong> mucha necesidad (toda<br />

vez que la única salida que tiene el pueblo por la parte <strong>de</strong> Poniente, es la<br />

carretera <strong>de</strong> la Costa), entonces podrían realizarse dos mejoras a un tiempo.<br />

Nótese aquí que entre el enorme emplazamiento que ocupa la Estación <strong>de</strong><br />

Langreo con sus <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias, y el <strong>de</strong> la Estación <strong><strong>de</strong>l</strong> Noroeste, ahogan la<br />

población por aquel lado con círculo <strong>de</strong> hierro, hasta tal extremo, que las<br />

calles <strong><strong>de</strong>l</strong> Comercio, Rueda, Carmen y Langreo, quedan interceptadas por<br />

aquella infranqueable barrera. Pero, rómpase <strong>de</strong> una vez por el Municipio,<br />

que <strong>de</strong>recho, razón y ley tiene para ello. En último caso, exprópiese por ley<br />

<strong>de</strong> utilidad pública la huerta que corre tras las casas <strong><strong>de</strong>l</strong> Parrocho, y ¡a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante!<br />

(39)<br />

Ya va dicho en el número 16, lo relativo a la materia, pero no quita<br />

esto, para que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego se proceda a hacer <strong>de</strong>saparecer este in<strong>de</strong>coroso<br />

lugar.<br />

(40)<br />

Álvarez Tejera, presentó al Municipio un proyecto <strong>de</strong> nuevo<br />

Mercado en el Carmen (hecho por Stoldtz) y fracasó. Justo <strong><strong>de</strong>l</strong> Castillo, presentó<br />

otro, tomando el mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong> Bilbao o Vitoria: fracasó también. Un<br />

Mercado hacia la parte <strong>de</strong> Poniente proporcionaría buenos ingresos al<br />

Municipio, y concurrirían a él preferentemente los labradores <strong>de</strong> las parroquias<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Oeste, más ricas y en mayor número que las <strong>de</strong> Oriente (sin contar<br />

las <strong>de</strong> Carreño). Con piedra, hierro, cristal y zinc, sale el tinglado barato y<br />

reproductivo en sumo grado.


Capit. I. Artícul.<br />

C I — A.1<br />

C I — A.2<br />

C I — A.5<br />

C 2 — A.2<br />

C 2 — A.5<br />

C 2 — A.6<br />

C 3 — A.4<br />

C 3 — A.7<br />

C 3 — A.9<br />

C 4 — A.6<br />

Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

REPASO AL PRESUPUESTO DE GASTOS DE 1892 — 1893<br />

413<br />

Queda su arreglo a discreción.<br />

Momio <strong>de</strong> L... Sáquese a subasta.<br />

Fúndase con el artículo 8º, y economícese algo.<br />

Nos parece muy cara esa guardia (en conjunto) y mucho más<br />

ese material <strong>de</strong> oficina que nos da un tufo insoportable.<br />

Está recargado este capítulo, porque <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la partida <strong>de</strong><br />

3.000 pesetas, sobra el profesor <strong>de</strong> gimnasia y el alumbrado<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Parque.<br />

Esto <strong>de</strong> las veredas, <strong>de</strong>be ser una papa, tan gran<strong>de</strong>, por lo<br />

menos, como el artículo 1º <strong><strong>de</strong>l</strong> capítulo 10.<br />

¡Tres mil pesetas para aten<strong>de</strong>r al aumento <strong><strong>de</strong>l</strong> arbolado!... ¡no<br />

lo quiera Dios! ¿Dón<strong>de</strong> está semejante aumento? Si fuera <strong>de</strong>smoche<br />

<strong>de</strong> los pocos árboles que quedan, pase.<br />

Sobra un Inspector; y las dos últimas partidas, fúndanse en<br />

una.<br />

Este servicio, se hace en otras poblaciones con el Arquitecto<br />

(que es empleado facultativo), un Oficial <strong>de</strong> Secretaría, y uno<br />

o dos capataces. Terminantemente se <strong>de</strong>be prohibir que estos<br />

empleados cobren los servicios o instalaciones, como ahora<br />

hacen. Los ingresos por aguas, en cualquier concepto que sean,<br />

<strong>de</strong>ben ir directamente a Caja y Contaduría. Faltó poner en<br />

este artículo, lo que cuesta el lava<strong>de</strong>ro: calculémoslo en mil<br />

pesetas, y tendremos:<br />

Personal y material <strong>de</strong> aguas … … … 14.919’27<br />

Cuerpo <strong>de</strong> bomberos … … … … … … 10.955<br />

Lava<strong>de</strong>ro … … … … … … … … … … 1.000<br />

Total … … … … … … … … … … … 26.884’27<br />

Pues bien, para que se vea lo disparatado <strong>de</strong> este presupuesto,<br />

se calcula (pág. 9) en ¡60.000 pesetas! El producto anual <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

agua, y no da ¡ni para el sostenimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> personal! ¡A cualquier<br />

cosa se llama presupuesto! ¿Doce mil duros anuales?<br />

¿Mil duros al mes? ¿Dón<strong>de</strong> están los pedidos <strong>de</strong> agua? Léanse<br />

las sesiones <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento y se verá la magnitud <strong>de</strong> semejante<br />

error.<br />

El Instituto, cuesta <strong>de</strong> siete a ocho mil duros, porque la<br />

Diputación no abona nada, por no estar servidas las cátedras<br />

en propiedad. Con que, refórmese o suprímase, y en todo caso,<br />

fórmese un conjunto racional con la Escuela <strong>de</strong> Artes y Oficios.


414<br />

C 5 — A.3<br />

C 5 — A.6<br />

C 5 — A.8<br />

C 5 — A.9<br />

C 6 — A.1<br />

C 6 — A.2<br />

C 6 — A.7<br />

C 6 — A.11<br />

C 6 — A.12<br />

C 7 — A.3<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Suprímase, porque a gran<strong>de</strong>s males, remedios heroicos.<br />

Esa cantidad que se paga <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1852, ¿es como amortización,<br />

o como renta? Si lo primero, capitalícese. Si lo segundo,<br />

englóbese en el concepto principal.<br />

Suprímase.<br />

Aclárense esos médicos; y los creados por favor, suprímanse.<br />

El edificio <strong>de</strong> las Consistoriales, se entretiene al parecer<br />

muchas veces:<br />

Primero: en el capít. 1º — artíc. 5º<br />

Después: en el capít. 1º — artíc. 8º<br />

Ahora: en el capít. 6º — artíc. 1º<br />

y más tar<strong>de</strong>: en el capít. 10º — artíc. 4º<br />

nos parecen, en verdad, muchos entretenimientos y distracciones,<br />

porque todos esos conceptos, aunque con distintos nombres,<br />

suman la cantidad <strong>de</strong> 34.500 pesetas; con que, o aquí hay<br />

sapos y culebras, o los conceptos son falsos, o están perversamente<br />

clasificados. Creemos esto último, porque cuando el<br />

Secretario pone como carga los sueldos <strong>de</strong> los músicos, o no<br />

sabe lo que carga, o lo confun<strong>de</strong> con cargo, o ignora lo que se<br />

toca.<br />

El cargo <strong>de</strong> Inspector, se creó para un amigo, y no es lo malo<br />

eso, sino la partida <strong>de</strong> seis mil pesetas que figura más abajo,<br />

con la cual se podía hacer un buen camino vecinal hacia Jove,<br />

y las Aras y el Puerto <strong>de</strong> Refugio. A lo menos, parece que lo<br />

pedía a gritos el entusiasmo <strong>de</strong> la causa... y, sin embargo, no resultó.<br />

El personal <strong>de</strong> este artículo <strong>de</strong>bía suprimirse aquí, y trasladarse<br />

al artículo octavo, para que se viera más claro.<br />

Aquí le duele a Elías.<br />

El segundo patio <strong><strong>de</strong>l</strong> Cementerio, está como cuando concluyeron<br />

<strong>de</strong> tapiarle ¿en qué se invirtieron entonces esas seis mil<br />

pesetas?<br />

Se <strong>de</strong>duce <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> esta partida que cada mozo <strong>de</strong> cuadra,<br />

cobra al año 638 pt,75, y cada caballo consume al año por<br />

valor <strong>de</strong> 547 pt,50; <strong>de</strong> don<strong>de</strong> resulta que los cuadreros y las caballerías,<br />

están mejor dotados que los maestros <strong>de</strong> escuela, que<br />

disfrutan el haber anual <strong>de</strong> 625 ptas. unos; y <strong>de</strong> 400, otros.<br />

Más claro aún; que mientras a cada caballo se le señala para<br />

alimentación diaria seis reales, el maestro tiene que contentarse<br />

con cuatro reales y perrona. No pue<strong>de</strong> darse i<strong>de</strong>a más miserable,<br />

y concepto más vil y bajo <strong>de</strong> un Municipio.<br />

Ese Clavero, que vive fuera <strong>de</strong> la Cárcel, es imposible que<br />

cumpla con los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> su oficio. Y esas veinte pesetas dia-


C 9<br />

C 10<br />

Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza 415<br />

rias para alimento <strong>de</strong> todos los presos, son una miseria y una<br />

injuria. Véase la nota 2ª <strong><strong>de</strong>l</strong> libro <strong>de</strong> D. J. Somoza, Cosiquines<br />

<strong>de</strong> la mió Quintana, pág 82, y medítese. Creemos que si se<br />

hiciera una <strong>de</strong>rrama forzosa entre los vecinos (incluso los <strong>de</strong><br />

Carreño) para un nuevo edificio, todos contribuirían. Y los<br />

terrenos <strong>de</strong> la fortificación...<br />

¿qué se hicieron?<br />

¿qué fue <strong>de</strong> tantos ochavos<br />

como dieron?<br />

A gran<strong>de</strong>s males... etc, Vid. Economías.<br />

Es una papa todo, para encubrir trampas, y a<strong>de</strong>rezar a gusto<br />

el famoso comodín <strong><strong>de</strong>l</strong> presupuesto adicional, que es otra<br />

gazapera.


416<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

AÑO 1892<br />

DEBE:<br />

LEGADO DE LOS GRANDES ECONOMISTAS DEL<br />

SIGLO<br />

Censo <strong><strong>de</strong>l</strong> Duque <strong><strong>de</strong>l</strong> Parque (capitalizado al 3 %)<br />

Censo <strong>de</strong> Llanes Queipo (íd., íd.)<br />

Censo <strong><strong>de</strong>l</strong> Marqués <strong>de</strong> San Esteban (íd., íd.)<br />

Empréstito sanitario (véase el cálculo:<br />

amortiz. 600 acc.; 341 con int s.<br />

quedan 4000 acc.; 89 sin int.<br />

1 er. Empréstito <strong>de</strong> aguas (1.309 acc. a 500 ptas.)<br />

2º íd. íd. (261 acc. A 500 ptas.)<br />

3º íd. íd. (594 acc. A 500 ptas.)<br />

Préstamos <strong>de</strong> Roces Moral<br />

Expropiación <strong>de</strong> La Gloria (Ramón Cuesta)<br />

Otras, acordadas, que no se especifican<br />

Pleitos (al parecer, en curso) y agentes<br />

Expropiación a los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> Junquera<br />

Í<strong>de</strong>m. <strong>de</strong> Vigil Tonticiella<br />

Í<strong>de</strong>m. <strong>de</strong> S n Espinosa (casa quemada)<br />

Por amortización <strong>de</strong> créditos contra Hacienda que traen<br />

25 años <strong>de</strong> atraso (hay q e aclararlo porq e <strong>de</strong>be ascen<strong>de</strong>r<br />

a una cifra enorme)<br />

Por liquidación <strong>de</strong> obras <strong>de</strong> la Escuela <strong>de</strong> Ceares (¿y las<br />

restantes?)<br />

Por liquidación <strong>de</strong> obras <strong><strong>de</strong>l</strong> Mata<strong>de</strong>ro (¿nada más?)<br />

Total (que sepamos)<br />

Por <strong>de</strong>volución <strong><strong>de</strong>l</strong> importe <strong>de</strong> terrenos vendidos ilegalmente<br />

por Carreño<br />

Por íd. íd. <strong>de</strong> í<strong>de</strong>m <strong><strong>de</strong>l</strong> Bombé<br />

Por fundir la estatua <strong>de</strong> Pelayo<br />

Por pleito con el Párroco sobre propiedad <strong>de</strong> la Casa<br />

Rectoral<br />

Por importe <strong>de</strong> fuentes <strong>de</strong> Begoña y material <strong>de</strong> aguas<br />

sin pagar<br />

Pesetas<br />

64.144 - 66<br />

5.500<br />

6.600<br />

20.000<br />

654.500<br />

130.500<br />

297.000<br />

30.000<br />

15.000<br />

20.000<br />

4.125<br />

3.996<br />

17.875<br />

80.912,25<br />

16.000<br />

22.000<br />

10.000<br />

1.398.152,91<br />

4.000


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Struggle for life<br />

Morituri te salutan<br />

Por refundición <strong>de</strong> estas dos partidas<br />

Apriete, Señor, apriete (invocación<br />

sagastina)<br />

¡Fuera veredas!<br />

Disminución <strong>de</strong> la breva <strong><strong>de</strong>l</strong> arbolado<br />

Degollina<br />

Supresión <strong>de</strong> un momio<br />

Garrote a dos caballeros particulares<br />

Economía <strong>de</strong> un alquiler<br />

Í<strong>de</strong>m <strong>de</strong> otro<br />

Í<strong>de</strong>m <strong>de</strong> otro<br />

Remedios heroicos<br />

¡Ya cayó otra breva!<br />

Caída <strong><strong>de</strong>l</strong> Ministerio Marujista<br />

Íd. <strong><strong>de</strong>l</strong> Ministerio Zeferista (con propina)<br />

Despeñamiento <strong>de</strong> un lobo<br />

¡Otra prebenda menos!<br />

La visión profética <strong>de</strong> Elías<br />

Beati qui in Domino moriuntur<br />

Batalla <strong>de</strong> Bailén<br />

Combate <strong>de</strong> Trafalgar<br />

Terremoto <strong>de</strong> la Martinica<br />

Total<br />

AÑO 1892<br />

La gran cantárida<br />

C1 — A.1, núm. 8,9, 10<br />

C1 — A.2<br />

C1 — A.5. 8<br />

C2 — A.5<br />

C2 — A.6<br />

C3 — A.4<br />

C3 — A.7<br />

C3 — A.7, núm. 8<br />

C3 — A.9<br />

C4 — A.4, núm. 1<br />

C4 — A.6, núm. 29<br />

C4 — A.7<br />

C5 — A.3<br />

C5 — A.8<br />

C5 — A.9, núm. 1<br />

C5 — A.9, núm. 5<br />

C6 — A.2, núm. 1<br />

C6 — A.2, núm. 5<br />

C6 — A.7<br />

C6 — A.11<br />

C9 — A.3, núm. 2 a 18<br />

C9 — A.3, núm. 19<br />

C10 — íntegro.<br />

Pesetas<br />

HABER:<br />

Pesetas<br />

1.165 - 65<br />

1.500<br />

500<br />

1.550<br />

417<br />

200<br />

1.500<br />

500<br />

500<br />

3.776 - 77<br />

250<br />

4.000<br />

4.000<br />

275<br />

2.806 - 66<br />

1.666 - 66<br />

1.249<br />

1.666 - 66<br />

2.000<br />

2.000<br />

3.000<br />

8.266 - 50<br />

15.000<br />

59.000<br />

116.372 - 90<br />

Quien tal hizo, que tal pague.<br />

La amortización <strong>de</strong> <strong>de</strong>udas, a juicio <strong><strong>de</strong>l</strong> discreto lector, <strong>de</strong>biendo no<br />

obstante darse la preferencia a las cuentas vencidas; y <strong>de</strong>spués, amortizar las<br />

cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> mayor rédito, que aliviarán como es consiguiente, el presupuesto<br />

<strong>de</strong> gasto.


BIBLIOGRAFÍA


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423


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Opinión <strong>de</strong> Oviedo. 30 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1910.<br />

— Cartas al Sr. Somoza V. El escenario <strong>de</strong> la Reconquista. Los Picos <strong>de</strong><br />

Europa. La Opinión <strong>de</strong> Oviedo. 1 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1910.<br />

— Cartas al Sr. Somoza VI. El escenario <strong>de</strong> la Reconquista. La ruta <strong>de</strong> los<br />

moros. La Opinión <strong>de</strong> Oviedo. 2 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1910.<br />

— Cartas al Sr. Somoza IX. A granel... La Opinión <strong>de</strong> Oviedo. 5 <strong>de</strong><br />

noviembre <strong>de</strong> 1910.<br />

— Cartas al Sr. Somoza X. Roncesvalles. La Opinión <strong>de</strong> Oviedo. 6 <strong>de</strong><br />

noviembre <strong>de</strong> 1910.<br />

— Cartas al Sr. Somoza XI. Argumentando... La Opinión <strong>de</strong> Oviedo. 8 <strong>de</strong><br />

noviembre <strong>de</strong> 1910.<br />

— Cartas al Sr. Somoza XII. Las fuentes.— Los historiadores árabes. La<br />

Opinión <strong>de</strong> Oviedo. 9 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1910.<br />

— Cartas al Sr. Somoza XII. El non plus ultra... La Opinión <strong>de</strong> Oviedo.<br />

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— Memoria <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> <strong>de</strong> Gijón correspondiente al año académico<br />

<strong>de</strong> 1881 a 82, leída en el solemne acto <strong>de</strong> apertura <strong><strong>de</strong>l</strong> curso <strong>de</strong> 1882<br />

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— Bibliografía <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. La biblioteca <strong><strong>de</strong>l</strong> Señor Somoza... ¡¡quemada!!<br />

La Prensa, 24 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1934.<br />

— Visita a Puerto <strong>de</strong> Vega. Trabajo, voluntad, abnegación. La Prensa, 23 <strong>de</strong><br />

junio <strong>de</strong> 1935.<br />

— Reportajes <strong><strong>de</strong>l</strong> momento. Calle Julio Somoza, Historiador — Ilustre jovellanista<br />

— Cronista <strong>de</strong> Gijón y <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. La Prensa, 31 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong><br />

1936.<br />

— Reportaje jovellanista. El Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>.- Su biblioteca. Mi protesta<br />

a tiempo.- Todo en fuego.- ¿Y esos restos <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>? — La Prensa,<br />

30 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1936.<br />

PÉREZ-MANSO, Elvira María.— Escritoras asturianas <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XX. Entre el<br />

compromiso y la tradición. Prólogo <strong>de</strong> Manuel F. Avello. <strong>Principado</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Asturias</strong>. Oviedo, 1991.<br />

PRIETO BANCES, Ramón.— La mió Quintana. En Obra Escrita. Tomo II.<br />

Universidad <strong>de</strong> Oviedo, 1976.<br />

RENDUELES LLANOS, Estanislao.— Historia <strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> Gijón, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />

tiempos más remotos hasta nuestros días. Gijón, 1867.<br />

RODRÍGUEZ ÁLVAREZ, Ramón.— La Biblioteca <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oviedo,<br />

1765-1934. Universidad <strong>de</strong> Oviedo, 1993.<br />

SÁNCHEZ ALBORNOZ, Claudio.— Orígenes <strong>de</strong> la Nación Española. Estudios<br />

Críticos sobre la Historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Reino <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong>. 3 Tomos. I.D.E.A. Oviedo, 1972.<br />

SÁNCHEZ DE ARZA, Vicente.— Somoza como numismático. En el cincuentenario<br />

<strong>de</strong> su fallecimiento. El Comercio, 15 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1990.<br />

SANCHO FLÓREZ, José Gonzalo y GUZMÁN SANCHO, Agustín.— El<br />

Instituto <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong>. Gijón, 1994.<br />

SUÁREZ FERNÁNDEZ, Constantino.— Escritores y Artistas Asturianos. Índice<br />

bio-bibliográfico. Edición, Adiciones y Epílogo <strong>de</strong> José María Martínez<br />

Cachero. Instituto <strong>de</strong> Estudios Asturianos. Oviedo, 1959.<br />

VIGÓN, Braulio. <strong>Asturias</strong>: Folklore <strong><strong>de</strong>l</strong> mar. Juegos infantiles. Poesía popular.<br />

Estudios históricos. Prólogo <strong>de</strong> Ana María Vigón. Nota editorial <strong>de</strong> Emilio<br />

Marcos Vallaure. Biblioteca Popular Asturiana. Oviedo, 1980.<br />

427


ÍNDICE<br />

Capítulo 1. Nacimiento, nombre, linaje y magisterio<br />

1.— Una familia vinculada a <strong>Jovellanos</strong> .............................................. 15<br />

2.— Niño sordo .................................................................................... 24<br />

3.— Los Montsoriú ................................................................................26<br />

4.— Las primeras publicaciones en prensa .......................................... 31<br />

5.— El magisterio <strong>de</strong> Juan Junquera Huergo ...................................... 34<br />

Capítulo 2. Los primeros afanes <strong>de</strong> un jovellanista<br />

1.— El “santo grial” jovellanista ......................................................... 43<br />

2.— Interesando a los sabios ................................................................ 47<br />

3.— Somoza y Menén<strong>de</strong>z Pelayo ......................................................... 50<br />

Capítulo 3. La Quintana<br />

1.— El espíritu romántico .................................................................... 61<br />

2.— Lazos <strong>de</strong> amistad ........................................................................... 62<br />

3.— La quintana o el rinconín ............................................................. 67<br />

4.— La primera época ........................................................................... 72<br />

5.— Segunda época .............................................................................. 80<br />

6.— El interés por el bable ................................................................... 84<br />

Capítulo 4. Archivero, bibliotecario y periodista<br />

1.— Investigando y polemizando sobre el Instituto ............................. 89<br />

2.— Los manuscritos <strong><strong>de</strong>l</strong> Instituto ........................................................96<br />

3.— Actividad periodística ................................................................... 99<br />

Capítulo 5. La pasión jovellanista<br />

1.— Rescatando <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido ................................................................. 109<br />

2.— Cosiquines <strong>de</strong> la mió Quintana .................................................. 110<br />

3.— Nuevos Datos .............................................................................. 111<br />

4.— Las amarguras ............................................................................. 112<br />

5.— La estatua <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> .............................................................. 118<br />

6.— Escritos inéditos ......................................................................... 126<br />

7.— La exposición regional ................................................................ 129<br />

8.— La Esquirpia ............................................................................... 129<br />

9.— El Inventario ............................................................................... 131<br />

Capítulo 6. Al fin los Diarios<br />

1.— El amigo Fr. Miguélez ................................................................ 137<br />

2.— La feliz Navidad <strong>de</strong> 1891 ............................................................ 142<br />

3.— Intento fallido <strong>de</strong> publicación <strong>de</strong> los Diarios .............................. 146


430<br />

Agustín Guzmán Sancho<br />

Capítulo 7. La numismática<br />

1.— Las i<strong>de</strong>as numismáticas <strong>de</strong> don julio .......................................... 151<br />

2.— La amistad con Soto Posada ....................................................... 154<br />

3.— Amigos y maestros ..................................................................... 157<br />

4.— El contenido <strong>de</strong> la colección <strong>de</strong> Somoza ...................................... 159<br />

5.— Monedas halladas en <strong>Asturias</strong> ................................................... 164<br />

6.— El final <strong>de</strong> la colección ................................................................ 168<br />

Capítulo 8. El carácter<br />

1.— La burla <strong>de</strong> sí mismo .................................................................. 171<br />

2.— La sinceridad ante todo ............................................................... 174<br />

3.— El carácter asturiano .................................................................. 175<br />

4.— Hombre familiar y cariñoso ........................................................ 181<br />

5.— Política y Religión ...................................................................... 184<br />

6.— Amigo admirado ......................................................................... 189<br />

7.— Afán <strong>de</strong> perfeccionismo ............................................................... 194<br />

Capítulo 9. Las termas romanas<br />

1.— Somoza en escena <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> ............................... 197<br />

2.— El hallazgo <strong>de</strong> un laborioso artista ............................................. 198<br />

3.— Cuatro faramallas y buscarruidos .............................................. 202<br />

4.— Se confirma la importancia <strong>de</strong> las termas romanas .................... 207<br />

5.— Testimonio para la posteridad ..................................................... 217<br />

6.— Historiador <strong>de</strong> Gijón ................................................................... 218<br />

7.— Cronista <strong>de</strong> Gijón ....................................................................... 222<br />

Capítulo 10. Tonel agotado<br />

1.— Las Cartas a Lord Holland ......................................................... 227<br />

2.— El Centenario <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> ........................................................ 231<br />

3.— La aportación al Centenario ....................................................... 235<br />

4.— La excursión a Puerto <strong>de</strong> Vega ................................................... 239<br />

5.— Otros actos jovellanistas ............................................................. 241<br />

6.— La publicación <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong> <strong>Jovellanos</strong> ............................... 244<br />

7.— Lo último sobre <strong>Jovellanos</strong> .......................................................... 249<br />

Capítulo 11. La batalla <strong>de</strong> Covadonga<br />

1.— El viejecito testarudo .................................................................. 253<br />

2.— La cuestión <strong>de</strong> Covadonga a final <strong>de</strong> siglo ................................. 256<br />

3.— La estatua <strong>de</strong> don Pelayo ............................................................ 259<br />

4.— Razón y sentimiento ................................................................... 262<br />

5.— El ataque ..................................................................................... 266<br />

6.— Cronista <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> ................................................................... 269<br />

7.— La virginidad <strong>de</strong> <strong>Asturias</strong> ........................................................... 273


Biografía <strong>de</strong> Julio Somoza<br />

Capítulo 12. Las amarguras <strong>de</strong> un jovellanista<br />

1.— El bálsamo <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo ................................................................. 277<br />

2.— El Registro Asturiano ................................................................. 279<br />

3.— La Biblioteca Asturiana .............................................................. 282<br />

4.— El reconocimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Ayuntamiento: la calle ............................ 286<br />

5.— La última tragedia ...................................................................... 291<br />

6.— Muerte y legado .......................................................................... 293<br />

Apéndices.<br />

I. Relación <strong>de</strong> los sucesos ocurridos en Río <strong>de</strong> Janeiro los días<br />

28 y 29, con ocasión <strong>de</strong> las infructuosas tentativas realizadas<br />

por la Señora Infanta doña Carlota Joaquina .............................. 303<br />

II. Listado <strong>de</strong> personajes que habrían <strong>de</strong> formar el conjunto<br />

<strong>de</strong> la obra Glorias Nacionales. Apuntes biográficos ......................... 307<br />

III. Escritura otorgada para la publicación <strong>de</strong> los Diarios <strong>de</strong><br />

<strong>Jovellanos</strong> ........................................................................................... 313<br />

IV. Cartas ........................................................................................ 317<br />

V. Portadilla .................................................................................... 373<br />

VI. Apuntes <strong>de</strong> un gijonés aburrido empadronado en el censo<br />

con el número 30.512 (o instrucciones secretas para ir a la casa<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo) ........................................................................................ 381<br />

Bibliografía .................................................................................................... 421<br />

431


432<br />

Agustín Guzmán Sancho

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