Introducción Histórica al Derecho romano - Facultad de Derecho y ...
Introducción Histórica al Derecho romano - Facultad de Derecho y ...
Introducción Histórica al Derecho romano - Facultad de Derecho y ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Teresa Da Cunha Lopes y Ricardo Chavira Villagómez<br />
cu<strong>al</strong> el ven<strong>de</strong>dor se reservaba la posibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>clarar resuelto el contrato y<br />
exigir la cosa si el precio no le había sido pagado en los términos fijados;<br />
b) la “in diem addictio”, con la cu<strong>al</strong> el ven<strong>de</strong>dor se reservaba el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />
rescindir el contrato si <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un cierto término hubiera recibido una oferta<br />
mejor c) el “pactum displicentiae,”, con el cu<strong>al</strong> el comprador se reservaba la<br />
facultad <strong>de</strong> restituir la mercancía y preten<strong>de</strong>r la restitución <strong>de</strong>l precio si<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un cierto plazo no hubiera resultado <strong>de</strong> su agrado; d)el “pactum <strong>de</strong><br />
retroemendo” y “<strong>de</strong> retroven<strong>de</strong>ndo”, con los cu<strong>al</strong>es el ven<strong>de</strong>dor y el<br />
comprador, respectivamente, se reservaban por un cierto tiempo, el <strong>de</strong>recho<br />
<strong>de</strong> readquirir <strong>de</strong>l comprador o <strong>de</strong> reven<strong>de</strong>r <strong>al</strong> ven<strong>de</strong>dor la misma cosa por el<br />
mismo precio.<br />
Arrendamiento (locatio conductio) .Era el contrato consensu<strong>al</strong> en virtud <strong>de</strong>l<br />
cu<strong>al</strong> una <strong>de</strong> las partes se obligaba a proporcionar el goce <strong>de</strong> una cosa (locatio<br />
rei) o bien la prestación <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> servicios (locatio operarum) o <strong>de</strong> una<br />
obra <strong>de</strong>terminada (locatio operis), contra la obligación por parte <strong>de</strong> la otra <strong>de</strong><br />
un correlativo en dinero que llamábase ―merces‖, ―pensio‖ o ―canon‖. En la<br />
―locatio rei‖ y en la ―operarum‖ la parte que entregaba la cosa o prestaba los<br />
servicios llamábase ―locator” y la que recibía ―conductor”. En la ―locatio<br />
operis‖ los términos eran invertidos ya que llamábase ―conductor‖ a quien<br />
estaba obligado a re<strong>al</strong>izar la obra y ―locator‖ a quien la recibía, acaso porque<br />
por lo gener<strong>al</strong> tenía la propiedad <strong>de</strong> la materia con la cu<strong>al</strong> la obra era<br />
re<strong>al</strong>izada. La “locatio rei” podía tener como objeto cu<strong>al</strong>quier cosa mueble o<br />
inmueble, aunque ciertamente inconsumibles o, también, el ejercicio <strong>de</strong> un<br />
<strong>de</strong>recho re<strong>al</strong> sobre cosa ajena como el usufructo o la superficie. Si era una<br />
casa, el “conductor‖ llamábase ―inquilinus‖, y si era un fundo, “colonus‖. El<br />
“locator‖ estaba obligado a hacer que el ―conductor‖ no fuese perturbado en<br />
el disfrute <strong>de</strong> la cosa, pero el ―conductor‖ era simple <strong>de</strong>tentador en nombre<br />
<strong>de</strong>l “locatori‟, y sin embargo, a él le estaba concedido, excepcion<strong>al</strong>mente, el<br />
―interdictum <strong>de</strong> vi armata‖ toda vez que hubiera sido ―eiectus‖ con la fuerza<br />
<strong>de</strong> las armas, <strong>de</strong>l fundo arrendado. En todo caso él era titular tan sólo <strong>de</strong> un<br />
<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> obligación que podía ejercitar exclusivamente contra el<br />
arrendador. Así es que si éste vendía la cosa, el adquirente no estaba obligado<br />
a reconocer el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l arrendatario, el cu<strong>al</strong>, sin embargo, podía actuar<br />
contra el arrendador, para el resarcimiento. El arrendador estaba, en efecto,<br />
obligado a <strong>de</strong>jar <strong>al</strong> arrendatario la cosa por el tiempo convenido, que podía<br />
ser <strong>de</strong>terminado o in<strong>de</strong>terminado (locatio perpetua) o, también, para siempre<br />
(locatio in perpetuum); a respon<strong>de</strong>r por la evicción <strong>de</strong> la cosa; a mantener la<br />
cosa en condiciones <strong>de</strong> servicio norm<strong>al</strong>, sin cambios, y a pagar los impuestos.<br />
El arrendatario estaba obligado a pagar el precio pactado, que tratándose <strong>de</strong>l<br />
arrendamiento <strong>de</strong> un fundo podía consistir en una parte <strong>de</strong> los frutos (parte<br />
quota), o en una cantidad preestablecida <strong>de</strong> víveres (pare quanta). En el<br />
164