El Pescador nº22 - Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial > Inicio
El Pescador nº22 - Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial > Inicio
El Pescador nº22 - Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial > Inicio
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
que abrazando la cabeza <strong>de</strong> la mosca<br />
y con un lazo <strong>de</strong> tres vueltas o dos,<br />
<strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong>l calibre <strong>de</strong>l terminal<br />
y el tamaño <strong>de</strong> la mosca, lo remato<br />
por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la misma quedando el<br />
extremo <strong>de</strong>l hilo a modo <strong>de</strong> timón.<br />
Como <strong>de</strong>cía, aquella madrugada <strong>de</strong><br />
mayo había atado la mosca <strong>de</strong> memoria<br />
y como la mosca era un poco<br />
cabezona le había dado sólo dos<br />
vueltas y, al hacerlo casi <strong>de</strong> noche,<br />
lo que <strong>de</strong>bió ocurrir es que una <strong>de</strong><br />
las vueltas se salió y quedó anudada<br />
la mosca con un lazo simple <strong>de</strong> tal<br />
suerte que fue cediendo hasta que<br />
en la segunda cabriola, fuera <strong>de</strong>l<br />
agua, el salmón se fue con un bonito<br />
pearcing en su comisura. Pasados<br />
unos días me encuentro pescando<br />
con Emilio Llamazares (montador <strong>de</strong><br />
moscas) y en una <strong>de</strong> esas tertulias<br />
que mantenemos los pescadores,<br />
inevitablemente cuento mi aventura;<br />
él saca su caja <strong>de</strong> moscas y cogiendo<br />
una y sosteniéndola entre sus <strong>de</strong>dos<br />
pulgar e índice, mostrándomela, me<br />
dice:¡no será está? Ante mi sorpresa<br />
me cuenta que se la dio Rebordinos,<br />
otro afamado pescador al que no conozco<br />
personalmente, para que se la<br />
arreglase. Y <strong>de</strong>spués me relata que<br />
aquél había pescado un salmón a finales<br />
<strong>de</strong> mayo en La Cerezalina y que<br />
al extraerlo <strong>de</strong>l agua vio que traía una<br />
mosca prendida y que resultó ser la<br />
mía. Como algunos pescadores sabemos<br />
los salmones no sólo ascien<strong>de</strong>n<br />
sino que también <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n por el<br />
río (y no precisamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />
freza). Es <strong>de</strong> conocimiento general<br />
que los salmones tienen una ten<strong>de</strong>ncia<br />
natural al remonte <strong>de</strong> los ríos<br />
que los vieron nacer y olfativamente<br />
georeferencian su lugar concreto <strong>de</strong><br />
nacimiento, pero a veces, y por distintas<br />
causas, no sólo se <strong>de</strong>scuelgan<br />
unos cientos <strong>de</strong> metros, como en<br />
este caso, sino muchísimos más.<br />
¡Ah! No se si el salmón picó <strong>de</strong> manera<br />
franca o recelosamente, se lo<br />
preguntaré al pescador cuando tenga<br />
la oportunidad <strong>de</strong> conocerlo pero<br />
presumo que sí fue una picada clara<br />
y franca. Al menos esa fue mi experiencia<br />
en el caso <strong>de</strong> otro salmón que<br />
yo pesqué hace muchos años y que<br />
otro había perdido.<br />
50<br />
Eugenio González, protagonista <strong>de</strong>l artículo<br />
Bueno, casi me pierdo en mi relato<br />
pero este <strong>de</strong>svío en el mismo venía al<br />
hilo <strong>de</strong> aquello <strong>de</strong> ¡con mucho cuidado!...siempre,<br />
¡con mucho cuidado!<br />
Y me dispuse a echar mi varada bien<br />
arriba <strong>de</strong>l cabecero y buscando <strong>de</strong><br />
forma progresiva la orilla opuesta, el<br />
río aquí es muy ancho y recoge el<br />
agua <strong>de</strong> ambos ríos: el Nalón y el<br />
Narcea, cuando iba acercándome a la<br />
zona más querenciosa me pareció que<br />
había levantado un salmón, pero no<br />
estaba seguro, progresé y <strong>de</strong> nuevo<br />
me pareció verlo por lo que me retrasé<br />
y volví a insistir, pero nada. Como me<br />
quedaba mucho por pescar, continué<br />
cabecero abajo hasta que tuve el agua<br />
a la altura <strong>de</strong>l pecho; en ese punto la<br />
varada ya es muy larga, entre 35 y 40<br />
m, pescarla bien no es nada fácil y menos<br />
con el agua al cuello. Me entretuve<br />
y cuando quise cambiar la mosca para<br />
insistir don<strong>de</strong> me parecía que había<br />
visto el salmón mi media hora se había<br />
esfumado. Le comenté a Roberto que<br />
me había parecido ver un salmón y el<br />
me preguntó que si era don<strong>de</strong> había<br />
insistido y yo le respondí que sí.<br />
Como no había llegado ningún otro<br />
pescador y seguíamos siendo tres,<br />
inmediatamente me dirigí a mi coche<br />
a por la vara <strong>de</strong> cebo y las quisquillas<br />
cocidas que tenía. Fui presuroso pero<br />
ya alcanzada la caña y la bolsa, y sin<br />
riesgo <strong>de</strong> que me quitaran la vez, regresé<br />
tranquilamente al pedregal. Era<br />
mi día <strong>de</strong> suerte, al poco rato llegaron<br />
más pescadores, entre ellos Pedro<br />
que había sacado el “Campanu” <strong>de</strong>l<br />
río Narcea. Observaba como Roberto<br />
pescaba y hacía volar su mosca una y<br />
otra vez <strong>de</strong> manera minuciosa y sistemática,<br />
pero cuando llegó a don<strong>de</strong> yo<br />
había creído ver el salmón el no insistió.<br />
O bien no le dio importancia a mi<br />
observación o pensó, lo más seguro,<br />
que había más salmones lo que, sin<br />
duda, era cierto. Fue entonces cuando<br />
<strong>de</strong>finitivamente <strong>de</strong>splegué mi vara<br />
<strong>de</strong> cebo y ensarté en el anzuelo una<br />
quisquilla cocida y...esperé mi turno;<br />
cuando este llegó puse un plomo <strong>de</strong><br />
entre 5 y 10 g. y me fui directamente a<br />
don<strong>de</strong> yo creía haber visto mi salmón,<br />
calé el cebo y en menos <strong>de</strong> un metro<br />
ya sentí picar al pez ¡que emoción!<br />
Para mí, empecinado pescador <strong>de</strong><br />
mosca, tengo que confesar que la picada<br />
<strong>de</strong>l salmón a cebo, cuando <strong>de</strong>cimos<br />
que “está comiendo” y el tiempo<br />
que transcurre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que lo sientes<br />
hasta que lo clavas y te lo encuentras<br />
al otro lado pesándote en tus manos,<br />
no sólo es emocionante, es ¡insuperable!<br />
Sí, era mi salmón, ese en concreto<br />
estaba <strong>de</strong>stinado para mi...que<br />
maravilla <strong>de</strong> pez. Sin ser un salmón<br />
gran<strong>de</strong>, ¡como luchan y se <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n!,<br />
dio su batalla, pero en este pozo por<br />
la margen <strong>de</strong>recha, y sobre todo estando<br />
bajo el río, poca <strong>de</strong>fensa tienen<br />
y así en diez minutos el pez estaba<br />
varado a mis pies ¡Que concatenación<br />
<strong>de</strong> sucesos tuvieron que darse para<br />
que ese salmón llegase a mi!<br />
Parabienes y apretones <strong>de</strong> manos y<br />
lo <strong>de</strong> siempre... que si cuatro.. que si<br />
cinco kg....; recogí mis varas y con<br />
mi trofeo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedirme <strong>de</strong><br />
todos, me fui a Cornellana. Cuando<br />
llegué al Hostal La Fuente y <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> saludar a, la siempre amable, Pili<br />
me tomé un café y le solicité una habitación<br />
para po<strong>de</strong>r asearme y volver a<br />
cambiarme <strong>de</strong> ropa. Una vez me hube<br />
cambiado, bajé <strong>de</strong> nuevo a la cafetería<br />
y charlé un rato con Pilar y unos<br />
huéspe<strong>de</strong>s que me presentó por ser<br />
pescadores, y como querían ver el pez<br />
me fui al coche a por el salmón y <strong>de</strong> la<br />
que volvía con la cesta, al ir a cruzar<br />
la calzada, me encontré con un buen<br />
amigo y ribereño que me espetó:”...<br />
coño Saavedra, ye la primera vez que<br />
veo un paisanu pescar un salmón <strong>de</strong><br />
Puse un plomo<br />
<strong>de</strong> entre 5 y 10 gr.<br />
y me fui<br />
directamente a<br />
don<strong>de</strong> yo creía<br />
haber visto mi<br />
salmón, calé el<br />
cebo y en menos<br />
<strong>de</strong> un metro ya<br />
sentí picar al pez<br />
¡que emoción!<br />
traje y corbata”; tras la inevitable hilaridad<br />
que me produjo el espontáneo<br />
comentario y riéndome todavía entré<br />
con el salmón en la cafetería, eran las<br />
11:45 h y el precinto no abría hasta<br />
las 12:00 h así que me bebí otro café<br />
con leche.<br />
Pablo Picasso, 3. 48012 Bilbao<br />
Teléfono: 94 422 18 01 n Fax: 94 421 79 18<br />
www.pescamosca.com<br />
e-mail: jonhuerga@pescamosca.com<br />
Relatos a pié <strong>de</strong> río<br />
Después <strong>de</strong> precintar el salmón que<br />
pesó 4,800 kg y <strong>de</strong> <strong>de</strong>járselo a Pili y a<br />
su cuidado me dirigí <strong>de</strong> nuevo al aeropuerto<br />
lleno <strong>de</strong> satisfacción. <strong>El</strong> día ya<br />
había levantado aunque había nubes.<br />
Yo ya me había procurado un asiento<br />
<strong>de</strong> ventanilla en la banda <strong>de</strong> babor <strong>de</strong>l<br />
avión, intercambiándolo con un amable<br />
pasajero; y durante el <strong>de</strong>spegue,<br />
inevitablemente, mis ojos buscaban<br />
entre las nubes las mestas <strong>de</strong>l Narcea;<br />
el avión siguió inclinándose sobre el<br />
costado <strong>de</strong> babor y... sí... allí estaba<br />
la unión <strong>de</strong> los ríos, se me antojó que<br />
volábamos justo por encima <strong>de</strong>l cabecero<br />
<strong>de</strong> La Figal cuando el avión se<br />
estabilizaba <strong>de</strong> nuevo y perdía la visión<br />
<strong>de</strong>l prolífico pozo.<br />
Ya <strong>de</strong> regreso en el último avión <strong>de</strong> la<br />
tar<strong>de</strong>, aterrizado y <strong>de</strong> nuevo en Asturias,<br />
recojo mi pez y me dirijo a mi domicilio<br />
tras un largo y emocionante día.<br />
En la quietud y el reposo, mientras el<br />
sueño me vencía recordaba dulcemente<br />
y reflexionaba sobre la pesca y en<br />
particular sobre la <strong>de</strong>l salmón: ¿cuántos<br />
sinsabores pasamos los pescadores <strong>de</strong><br />
salmón?,¿cuánta experiencia, paciencia<br />
y conocimiento y... suerte hay que tener?.<br />
Pero cuanto disfrute cuando un<br />
día inesperado, y ciertamente comenzando<br />
mal como el que nos ocupa, se<br />
convierte por no se sabe que hado en<br />
un día perfecto: <strong>de</strong>licada combinación<br />
la <strong>de</strong>l trabajo y el ocio, para conseguir<br />
un día que me será inolvidable.<br />
Eugenio González Saavedra<br />
51