Revolución en Alemania - Marxistarkiv
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de ser conservador, ya que es de sus filas de donde sal<strong>en</strong> muchos educadores y organizadores<br />
socialistas. El proletariado alemán no ti<strong>en</strong>e nada del proletariado frustrado, miserable y<br />
postrado, que ll<strong>en</strong>aba las fábricas al comi<strong>en</strong>zo de la revolución industrial. Relativam<strong>en</strong>te<br />
instruidos, familiarizados con la técnica y las máquinas, posey<strong>en</strong>do el s<strong>en</strong>tido del trabajo<br />
colectivo y de las responsabilidades, el gusto por la organización, los proletarios alemanes son<br />
obreros modernos, capaces de def<strong>en</strong>der sus intereses inmediatos, así como de sacrificarse a<br />
una actividad militante, y de tomar conci<strong>en</strong>cia de que su solidaridad hace de ellos una fuerza<br />
capaz de transformar su vida y la de los pequeños burgueses aplastados por la conc<strong>en</strong>tración<br />
capitalistas y con los que estiman, con razón, poder aliarse fr<strong>en</strong>te a una sociedad que quiere<br />
convertirles <strong>en</strong> simples herrami<strong>en</strong>tas.<br />
Guerra o revolución.<br />
Tanto por sus rasgos de país capitalista avanzado, como por los caracteres específicos de su<br />
evolución y de su estructura políticas, <strong>Alemania</strong> constituye un campo de batalla propicio a las<br />
luchas obreras. El proletariado no sólo repres<strong>en</strong>ta la única fuerza capaz de luchar por la<br />
terminación de la revolución democrática, la destrucción de la fuerza anacrónica de la<br />
aristocracia financiera, los privilegios del ejército y de la burocracia de Estado, sino que <strong>en</strong> el<br />
curso de esta misma lucha, le es inevitable alzar su candidatura a la sucesión de las clases<br />
dirig<strong>en</strong>tes y reclamar, para sí, el poder <strong>en</strong> nombre de todos los explotados. La lucha por la<br />
democratización de la vida política, por la ext<strong>en</strong>sión del sufragio universal, exige que sea roto<br />
el cuadro constitucional: dirige una lucha de clases que no puede desembocar más que <strong>en</strong> la<br />
lucha armada y <strong>en</strong> la destrucción viol<strong>en</strong>ta del cuerpo de oficiales, muralla del Estado. El<br />
artículo ses<strong>en</strong>ta y ocho de la constitución expresa, <strong>en</strong> definitiva, su es<strong>en</strong>cia, ya que excluye la<br />
hipótesis de una transformación pacífica por la vía parlam<strong>en</strong>taria, <strong>en</strong> contra de lo que sugiere,<br />
al mismo tiempo, la evolución de las estructuras políticas inglesas. Desde este punto de vista,<br />
las condiciones – militares, sociales y políticas – de la realización de la unidad alemana, el<br />
esfuerzo de Bismark para preservar simultáneam<strong>en</strong>te el poder de los junkers y el campo de<br />
expansión de los hombres de negocios, motivaron que <strong>Alemania</strong> se viera privada de esas<br />
válvulas de seguridad que constituy<strong>en</strong>, <strong>en</strong> otros países avanzados, una organización política<br />
que descansa sobre la base del sufragio universal, del parlam<strong>en</strong>tarismo y la ideología<br />
democrática que es la protección más eficaz de la propiedad capitalista.<br />
Las posiciones internacionales del imperialismo alemán sufr<strong>en</strong> la misma inseguridad. El<br />
desarrollo industrial de la <strong>Alemania</strong> capitalista se ha producido <strong>en</strong> una época <strong>en</strong> la que las<br />
riquezas del mundo estaban repartidas y, sobre este terr<strong>en</strong>o, el imperialismo alemán no<br />
dispone de esas otras válvulas de seguridad que constituy<strong>en</strong>, <strong>en</strong> el cambio de siglo, los<br />
mercados reservados de los imperios coloniales. Los historiadores ti<strong>en</strong><strong>en</strong> por costumbre<br />
señalar, <strong>en</strong>tre los factores de la Gran Guerra, el papel jugado por la compet<strong>en</strong>cia angloalemana.<br />
A partir de 1.890, <strong>en</strong> efecto, la Gran Bretaña conoce los primeros signos de declive<br />
de su hegemonía mundial. USA y <strong>Alemania</strong> la superan desde el punto de vista de la<br />
producción <strong>en</strong> muchos sectores. Sus exportaciones están cada vez más dirigidas<br />
exclusivam<strong>en</strong>te hacia países industrialm<strong>en</strong>te atrasados y sobre este terr<strong>en</strong>o tropieza con la<br />
industria alemana. <strong>Alemania</strong>, segundo Estado industrial del mundo, está segura de v<strong>en</strong>cer <strong>en</strong><br />
unas condiciones de mercado libre, pero una gran parte del mundo está cerrado a su expansión<br />
directa, mi<strong>en</strong>tras le está prohibido, excepto mediante un conflicto, la formación de un imperio<br />
colonial que le es necesario. Es desde este punto de vista como hay que contemplar la<br />
rivalidad anglo-alemana tanto <strong>en</strong> materia de armam<strong>en</strong>to marítimo, como <strong>en</strong> la oposición<br />
sistemática de la diplomacia británica al establecimi<strong>en</strong>to de una hegemonía alemana <strong>en</strong><br />
Europa: el nudo de la lucha es que el mundo es pequeño para las necesidades de los<br />
protagonistas. Está <strong>en</strong>marcada <strong>en</strong> las necesidades de expansión del capitalismo, y la guerra es<br />
inevitable, <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que el reparto del mundo está terminado y el impulso del recién