D E R E e H o N A T U R A L Y DE R E e H o e A N o N 1 e O·

DERECHO NATURAL Y DERECHO CANONICO
fica adoptada ¿no conduce, más o menos necesariamente, a descuidar
en la práctica la infraestructura racional del orden jurídico? La
primacía concedida a los datos de la revelación ¿no llega a vaciar de
su valor real y concreto a las indicaciones del orden natural? Se puede
responder, que la ley evangélica, que es también de origen divino,
no podría contradecir a las exigencias esenciales de la naturaleza, y
que Dios no puede anular mediante la obra de la Redención aquello
que El mismo ha establecido en el orden de la Creación. Pero tal
respuesta supone un análisis previo de los términos en cuestión, una
distinción neta de I)lanos que en Graciano aparecen confundidos.
Significa sobre todo que una definición ontológica de la naturaleza
viene a ocupar el lugar de la misión existencial, teológica, de las realidades
humanas, común a la tradición patrística y al Derecho Canónico
Medieval. Fue mérito inestimable de Santo Tomás el de haber
"desacralizado" la noción del Derecho natural, conduciéndola a su
nivel metafísico, refiriéndola no ya a una etapa de la historia de la
salvación, sino a la naturaleza ontológica del hombre. Así, esta noción
recibió un valor permanente, pudiendo convertirse en el fundamento
jurídico de todas las leyes humanas, profanas o cristianas.
Como consecuencia inmediata de la posición de GracianO, el
problema de la consistencia propia del orden jurídico no cristiano
quedaba colocado en los raíles del Derecho romano y del papel devuelto
a la ratio en la elaboración de las normas del Derecho: ¿qué
lugar había que reservar a las acepciones romanas del ius naturae y
del ius gentium? ¿Era la ratio la medida de la justicia natural o
legal, y a qué título 10 era?
Los DECRETISTAS
Los canonistas de los siglos XII y xm no abordaron inmediatamente
estos difíciles problemas. Muchos de ellos procedieron con prudencia:
se contentaban con enumerar los diversos sentidos atribuidos
a la expresión "Derecho natural", sin arriesgarse a ordenarlos. Sin
embargo, algunos de entre ellos aportaron esclarecimientos parciales,
que preparan la solución de las principales dificultades ligadas a la
doctrina, excesivamente sumaria, de Graciano.
Las referencias al Derecho romano condujeron alos Decretistas
a admitir, junto al Derecho natural divino, un Derecho natural ca-
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