Liderazgo, Ministerio y Batalla - Iglesia Evangelica Metodista Fuente ...
Liderazgo, Ministerio y Batalla - Iglesia Evangelica Metodista Fuente ...
Liderazgo, Ministerio y Batalla - Iglesia Evangelica Metodista Fuente ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
72 UDERAZGO: MINISTERiOYBATALLA JEZABEL y ABSALÓN 73<br />
tar si solo hubiera puesto en práctica esa escritura. El<br />
requisito para cualquier persona en posición de liderazgo<br />
es que sea hallado fiel, y la fidelidad se demuestra a través<br />
de los años.<br />
En poco tiempo, el joven, con su carisma, se ganó el<br />
favor del liderazgo y un domingo, en una reunión de<br />
líderes, votaron para encargarlo del departamento de<br />
evangelización. Se encontró de pronto en una posición que<br />
le abrió las puertas a los hogares del resto del liderazgo.<br />
Durante ese tiempo, una pareja de la congregación<br />
tenía serios problemas matrimoniales. Sin querer someterse<br />
al asesoramiento de la iglesia, la joven esposa le pidió<br />
ayuda a este individuo que, como debemos recordar, acababa<br />
de divorciarse. Sin autorización ni consulta alguna,<br />
el joven empezó a visitarla en su casa o la veía fuera de la<br />
iglesia para aconsejarla. La hermana se lo contó a otra<br />
mujer que estaba pasando por una situación similar y<br />
pronto eran dos mujeres casadas las que se encontraban<br />
con él para recibir consejo.<br />
Al enterarme de la situación, lo confronté y lo llamé a<br />
cuentas. Cuando le pregunté si estaba asesorando a esas<br />
mujeres, me respondió afirmativamente. Después de reiterarlequeen<br />
nuestra congregación ningún hombre estaba<br />
autorizado a aconsejar a una mujer, y que esa era la responsabilidad<br />
de las ancianas y de las viudas del ministerio<br />
matrimonial, me contestó que toda su vida lo había hecho<br />
como su padre lo hada en su iglesia. Entonces le dije: «Ni<br />
yo, que soy el pastor principal, aconsejo a una mujer a no<br />
ser que su esposo esté presente. Si eso no es posible, mi<br />
esposa o un anciano de la iglesia están presentes. La Biblia<br />
nos exhorta a no dar oportunidad al enemigo, a no abrirle<br />
puertas y a abstenemos de toda apariencia de mal». Le<br />
prohibí continuar haciéndolo y contacté a las dos mujeres<br />
para reprenderlas e instruirlas que desde ese momento en<br />
adelante, todo asesoramiento tenía que ser conforme a las<br />
normas de la iglesia.<br />
Al poco tiempo, la primera joven despidió a su esposo<br />
y lo sacó de su casa. Sin yo saberlo, las dos mujeres continuaron<br />
reuniéndose con el joven y atendiéndole en sus<br />
necesidades.<br />
Esto continu6 por un tiempo. El joven marido insistió<br />
en reconciliarse con su esposa, pero ella no quería nada<br />
con él. Hasta la encontró en el apartamento del joven<br />
varias veces. Ella le decía que allí recibía consejo. Un triste<br />
día, mi esposa, mis hijas, la congregaci6n y yo, supimos<br />
que el joven marido se había suicidado.<br />
Su muerte fue traumática para toda la congregación.<br />
Había sido la primera alma que ganamos para Cristo al<br />
comenzar la iglesia. Todos lo amaban. Era servicial, bromista,<br />
juguetón, amable y muy humilde. Fue una gran pérdida.<br />
Las lágrimas y el dolor afectaron mucho a toda la congregación.<br />
Las acusaciones, la murmuración y el chisme explotaron.<br />
Por casualidad o por designio, el joven responsable<br />
de todo se fue de la ciudad porvarias semanas. Al regresar,<br />
como Absalón contra su padre David, empezó a visitar los<br />
hogares de los líderes. Levantó calumnias contra mí y<br />
contra mi esposa. Durante este tiempo varios pastores nos<br />
notificaron de cosas alarmantes de las que nos acusaba<br />
tanto a mí como a varias parejas de la iglesia. Al mismo<br />
tiempo, algunos de los líderes, persuadidos por ese espíritu<br />
infernal, pidieron una cita para reunirse conmigo. La<br />
cita era para confrontamos con las acusaciones. Durante<br />
la reunión, dos amados y fieles siervos y líderes se levantaron<br />
en nuestra defensa. Uno de ellos es el padre de la<br />
joven influenciada por Iezabel,