Peron. Discursos - La Otra Historia
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haber equivocado tanto.<br />
Sólo nos falta para consolidar todo esto limar algunos detalles, equilibrar un poco las cargas.<br />
El porvenir dirá después indudablemente que, si la nuestra fue una locura, fue una bella locura,<br />
porque la hicimos realidad. (Aplausos.)<br />
En cambio la locura de quienes viendo no creyeron ¡ésa sí que es una triste locura¡ (los señores<br />
legisladores y ministros de pie, así como también el público de las galerías, aplauden en forma<br />
prolongada, agradeciendo igualmente de pie, el señor presidente de la Nación.)<br />
Sr. Presidente. - Invito a la Honorable Asamblea a pasar a un breve cuarto intermedio.<br />
- Así se hace siendo las 10 y 40.<br />
- Siendo las 11 y 5, dice el Sr. Presidente. - Continúa la sesión de Asamblea.<br />
- El excelentísimo señor presidente de la Nación continúa la lectura del mensaje:<br />
En el orden social nuestra realidad satisface con mayor plenitud aún que en lo órdenes político y<br />
económico las aspiraciones de nuestros comienzos en la lucha y en el gobierno.<br />
Lo que quisimos ser es lo que somos.<br />
De ningún modo queremos decir con ello que hayamos alcanzado en materia social el máximo<br />
ideal.<br />
Sería creer que el progreso social tiene un límite natural; y la verdad es que todos cuantos<br />
conocemos un poco la historia de los pueblos sabemos perfectamente bien que la sociedad<br />
humana ha seguido, en el devenir de su vida, una marcha ascendente, a pesar de sus<br />
momentáneas caídas o descensos; y ello nos permite suponer que posee la fuerza interior<br />
suficiente como para seguir progresando en su ordenamiento intrínseco.<br />
Nuestro concepto optimista y positivo de la historia, optimista aún a pesar de los momentos<br />
actuales realmente difíciles, nace de nuestra profunda fe en los valores humanos, sobre todo con<br />
relación a aquellos que radican en el espíritu del hombre. Por eso al clausurar el 1º Congreso<br />
Nacional de Filosofía, afirmé nuestra concepción positiva de la sociedad diciendo:<br />
“El progreso social no debe mendigar ni asesinar, sino realizarse por la conciencia plena de su<br />
inexorabilidad. “<br />
“Esta comunidad, que persigue fines específicos y materiales, que tiende a superarse, que ansía<br />
mejorar y ser más justa, más buena y más feliz, en la que el individuo pueda realizarse y realizarla<br />
simultáneamente, dará al hombre futuro la bienvenida desde su alta torre, con la noble convicción<br />
de Spinoza: ¨ Sentimos, experimentamos que somos eternos.”<br />
Por tales y tan fundamentales razones creemos que es posible un continuo y mayor<br />
perfeccionamiento de nuestra estructura social; pero de lo que hemos conseguido realizar estoy<br />
íntimamente satisfecho, y puedo decir con toda verdad que supera a cuanto queríamos hacer en<br />
el momento incierto en que empezamos la lucha por la felicidad de nuestro pueblo. (Aplausos.)<br />
También en este orden de cosas nuestra doctrina es clara y simple como en todos los aspectos<br />
que hemos considerado.<br />
Frente a un mundo absolutamente dividido en dos fracciones diametralmente opuestas de<br />
individualismo y colectivismo, nosotros realizamos en nuestro país, y proponemos a la humanidad,<br />
la doctrina del equilibrio y la armonía del individuo y la colectividad por la justicia social que<br />
dignifica al trabajo, que humaniza el capital, que eleva la cultura social, que suprime la explotación<br />
del hombre por el hombre, que produce la realidad positiva de los derechos del trabajador, del<br />
anciano, del niño y de la familia (aplausos), de tal manera que el ¨ nosotros ¨ de la sociedad se<br />
realiza y perfecciona por el yo individual, dignificado como persona humana.<br />
Ese fue el propósito que anunciamos en 1943. Lo repetimos por todo el país durante el período<br />
revolucionario propiamente dicho. Me sirvió de bandera en la campaña preelectoral de 1946. Lo<br />
anuncié como programa social el 4 de junio de 1946 en este mismo recinto al tomar posesión del<br />
poder. Lo establecimos constitucionalmente en 1949. Y lo seguiremos alentando, consolidando y<br />
perfeccionando convencidos de que vamos por el camino de las verdaderas soluciones, desde<br />
que el pueblo sigue con nosotros con su misma fe y con su mismo entusiasmo. (Aplausos.) Por<br />
eso, después de la finalidad esencial de nuestro movimiento: lograr la unidad nacional, señalamos<br />
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