08.05.2013 Views

TOMO V

TOMO V

TOMO V

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

121<br />

vincial de Francia. Todas atestiguaban que Lavalette no ejercia<br />

ningun negocio prohibido. Apreciábasele en la Martinica, dónde<br />

se había hecho útil, y por esto se resolvió mandarle allá otra vez.<br />

Tal vez esto fue una falta, atendido que en semejantes asuntos<br />

una simple sospecha equivale á una prueba tratándose de un Jesuita.<br />

Cometida esta falta, el P . Lavalette debió renunciar á todo<br />

comercio ilícito , si , lo que no parece probable, habia anteriormente<br />

ejercido semejante tráfico, ó no dejarse tentar por su carácter.<br />

Pero no supo guardar la reserva que le prescribía la leccion<br />

recibida. Encargado á la vez de la direccion espiritual y temporal<br />

, no flaqueaba bajo esta doble carga: El desprendimiento de<br />

los asuntos entre los Jesuitas era tan universalmente conocido 1,<br />

que la mayor parte de sus casas estaban 'cargadas de deudas. La<br />

de San Pedro de la Martinica debia 135,000 libras tornesas. Para<br />

mejorar y dar valor á las tierras, se propuso Lavalette dar mas<br />

amplia extension á la agricultura. Compró negros, multiplicó sus<br />

obligaciones, y en poco tiempo se hizo el mas inteligente y el mas<br />

temerario de los colonos. Su prosperidad corrió parejas con su<br />

atrevimiento. Babia apelado al crédito, y las mas abundantes cosechas<br />

coronaron sus esperanzas , permitiéndole extinguir una<br />

parte de la deuda y hacer frente á los préstamos que habia contratado.<br />

Al volver á la Martinica en 1755, observó Lavalette que la administracion<br />

temporal se habia resentido de su ausencia : reparó<br />

estas pérdidas, y como si su. viaje á Paris, sus entrevistas con el<br />

Ministro y lo que este le había animado, hubiesen infundido á su<br />

espíritu una nueva vivacidad, realizó Lavalette los grandes designios<br />

que s> imaginacion habia concebido muy de antemano.<br />

Ya no ciñó sus operaciones á . los réditos de la casa : hablase desarrollado<br />

su instinto especulador, y realizó la compra de terrenos<br />

inmensos en la Dominica. Para desmontarlos y explotarlos reunió<br />

' El primer presidente Guillermo de Lamoignon decia á menudo : «Deberia<br />

« tratarse á los Jesuitas como á unos niños, y nombrarles curadores.»<br />

Hablando del P. Lavalette, un Jesuita confirma las palabras del primer Presidente.<br />

El P. lialbani en la pág. 32 del Primer llamamiento á la razon, juzga<br />

de este modo á los procuradores de la orden : «Por un procurador de los Je-<br />

« suitas industrioso, activo é inteligente, hay ciento que no tienen la menor<br />

«110Ci011 de los asuntos. Basta ver su vida para convencerse de ello. Pasan en<br />

« el confesonario el tiempo que otros religiosos consumen en la despensa ó tras<br />

« los mozos de labranza. » Dígolo sin ánimo de ofender á nadie.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!