08.05.2013 Views

EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO - Dios te llama

EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO - Dios te llama

EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO - Dios te llama

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

verdadero yo en el mundo del amor condicional, seguiré al mundo,<br />

in<strong>te</strong>ntándolo, fallando, volviéndolo a in<strong>te</strong>ntar. Es un mundo que<br />

fomenta las adicciones porque lo que ofrece no puede satisfacerme en<br />

lo profundo de mi corazón.<br />

es probablemen<strong>te</strong> la palabra que mejor explica la confusión que<br />

impregna tan profundamen<strong>te</strong> la sociedad con<strong>te</strong>mpóranea. Nuestras<br />

nos hacen agarrarnos a lo que el mundo <strong>llama</strong> las : acumulación de<br />

poder y riquezas; logro de status y admiración; derroche de comida y<br />

bebida, y la satisfacción sexual sin distinguir entre lujuria y amor.<br />

Estas adicciones crean expectativas que no consiguen más que<br />

fracasar al in<strong>te</strong>ntar satisfacer nuestras necesidades más profundas. A<br />

medida que vamos viviendo en un mundo de engaños, nuestras<br />

adicciones nos condenan a búsquedas inútiles en obligándonos a<br />

afrontar constan<strong>te</strong>s desilusiones mientras seguimos sin realizarnos. En<br />

estos tiempos de crecien<strong>te</strong>s adicciones, nos hemos ido muy lejos de la<br />

casa del Padre. Una vida adicta puede describirse como una vida en<br />

Es desde aquí desde donde se alza nuestro grito de liberación.<br />

Soy el hijo pródigo cada vez que busco el amor incondicional donde<br />

no puede hallarse. ¿Por qué sigo ignorando el lugar del amor<br />

verdadero y me empeño en buscarlo en otra par<strong>te</strong>? ¿Por qué sigo<br />

marchándome del hogar donde soy tratado como un hijo de <strong>Dios</strong>, el<br />

amado de mi Padre? Estoy admirado de cómo sigo cogiendo los<br />

regalos que <strong>Dios</strong> me ha dado —mi salud, mis dones in<strong>te</strong>lectuales y<br />

emocionales— y sigo utilizándolos para impresionar a la gen<strong>te</strong>, para<br />

reafirmarme, y para competir por el premio, en vez de utilizarlos para<br />

gloria de <strong>Dios</strong>. Sí, a menudo los llevo conmigo a la y los pongo al<br />

servicio de un mundo explotador que no reconoce su valor verdadero.<br />

Es casi como si quisiera demostrarme a mí mismo y al mundo que no<br />

necesito del amor de <strong>Dios</strong>, que puedo vivir por mí mismo, que quiero<br />

ser plenamen<strong>te</strong> independien<strong>te</strong>. Detrás de todo esto está la gran<br />

rebelión, el rotundo al amor del Padre, la maldición no expresada con<br />

palabras: El del hijo pródigo refleja la rebelión original de Adán: su<br />

rechazo al <strong>Dios</strong> en cuyo amor hemos sido creados y cuyo amor nos<br />

sostiene. Es la rebelión que me coloca fuera del jardín, fuera del<br />

alcance del árbol de la vida. Es la rebelión que hace que me disperse<br />

en un<br />

Mirando de nuevo el retrato del regreso del hijo menor, veo ahora que<br />

hay mucho más que un simple gesto compasivo hacia un hijo<br />

30/102

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!