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EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO - Dios te llama

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Más aún, la parábola deja claro que el hijo mayor no está en casa<br />

cuando el padre abraza a su hijo y le muestra su misericordia. Al<br />

contrario, la historia cuenta que cuando el hijo mayor llega a casa del<br />

trabajo, la fiesta de bienvenida en honor a su hermano está en pleno<br />

apogeo.<br />

Me sorprende lo fácilmen<strong>te</strong> que se me pasó la diferencia entre el<br />

cuadro de Rembrandt y la parábola, y simplemen<strong>te</strong> di por hecho que<br />

Rembrandt quería pintar a los dos hermanos en su retrato del hijo<br />

pródigo.<br />

Cuando volví a casa y comencé a leer los estudios históricos del<br />

cuadro, enseguida me di cuenta de que muchas críticas estaban aún<br />

menos seguras que yo a la hora de identificar al hombre que está de<br />

pie a la derecha. Algunos lo describían como un anciano, e incluso<br />

había quien se preguntaba si realmen<strong>te</strong> lo habría pintado Rembrandt.<br />

Pero un día, había pasado más de un año desde mi visita al Hermitage,<br />

un amigo, Ivan Dyer, con quien a menudo discutía sobre mi in<strong>te</strong>rés<br />

por el cuadro del Pródigo, me envió una copia de de Barbara Joan<br />

Haeger. Es<strong>te</strong> brillan<strong>te</strong> estudio, que localiza la pintura en el con<strong>te</strong>xto de<br />

la tradición visual e iconográfica de la época de Rembrandt, situaba al<br />

hijo mayor de nuevo en el cuadro.<br />

Haeger demuestra que, tanto en los comentarios bíblicos como en los<br />

cuadros de la época de Rembrandt, la parábola del fariseo y el<br />

recaudador de impuestos y la parábola del hijo pródigo estaban<br />

estrechamen<strong>te</strong> relacionadas. Rembrandt continúa con esa tradición. El<br />

hombre sentado golpeándose el pecho y mirando al hijo pródigo sería<br />

un administrador que representaría a los pecadores y recaudadores de<br />

impuestos, mientras que el hombre que está de pie mirando al padre<br />

de forma enigmática sería el hijo mayor, representando a los escribas<br />

y fariseos. Situando al hijo mayor en el cuadro como <strong>te</strong>stigo más<br />

destacado de lo que allí ocurre, Rembrandt va más allá del <strong>te</strong>xto li<strong>te</strong>ral<br />

de la parábola, y más allá también de la tradición de su época. Así,<br />

Rembrandt se sujeta, como dice Haeger,<br />

Los descubrimientos de Barbara Haeger son mucho más que una feliz<br />

afirmación de mi primera intuición. Me ayudan a ver El Regreso del<br />

Hijo Pródigo como una obra que resume la gran batalla espiritual así<br />

como las grandes opciones que exige esta batalla. Pintando no sólo al<br />

hijo menor en brazos de su padre, sino también al mayor que todavía<br />

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