EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO - Dios te llama
EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO - Dios te llama
EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO - Dios te llama
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
esclavo en casa de su padre que como paria en una tierra extranjera;<br />
sin embargo, aún está lejos de fiarse del amor de su padre. Sabe que<br />
todavía es el hijo, pero se dice a sí mismo que ha perdido la dignidad<br />
de ser <strong>llama</strong>do , y se prepara para aceptar la condición de y así poder<br />
al menos sobrevivir. Hay arrepentimiento, pero no un arrepentimiento<br />
a la luz del inmenso amor de un <strong>Dios</strong> que perdona. Es un<br />
arrepentimiento in<strong>te</strong>resado, que ofrece la posibilidad de sobrevivir.<br />
Conozco muy bien es<strong>te</strong> sentimiento. Es como decir: <strong>Dios</strong> sigue<br />
siendo un <strong>Dios</strong> severo, un <strong>Dios</strong> justiciero. Es es<strong>te</strong> <strong>Dios</strong> quien hace que<br />
me sienta culpable y que me preocupe y que resuenen en mi in<strong>te</strong>rior<br />
todas estas disculpas. La sumisión a es<strong>te</strong> <strong>Dios</strong> no da la verdadera<br />
libertad in<strong>te</strong>rior; lo único que hace es alimentar amargura y<br />
resentimiento.<br />
Uno de los grandes retos de la vida espiritual es recibir el perdón de<br />
<strong>Dios</strong>. Hay algo en nosotros, los humanos, que nos hace aferrarnos a<br />
nuestros pecados y nos previene de dejar a <strong>Dios</strong> que borre nuestro<br />
pasado y nos ofrezca un comienzo completamen<strong>te</strong> nuevo. A veces,<br />
parece como si quisiera demostrar a <strong>Dios</strong> que mi oscuridad es<br />
demasiado grande como para vencerla. Mientras El quiere devolverme<br />
toda la dignidad de mi condición de hijo suyo, yo sigo insistiendo en<br />
que me con<strong>te</strong>ntaría con ser un jornalero. Pero ¿realmen<strong>te</strong> quiero que<br />
se me devuelva toda la responsabilidad del hijo? ¿Realmen<strong>te</strong> deseo<br />
que se me perdone totalmen<strong>te</strong> y que me sea posible vivir de otra<br />
forma? ¿Tengo la suficien<strong>te</strong> fe en mí mismo y en una enmienda tan<br />
radical? ¿Deseo romper con mi tan arraigada rebelión contra <strong>Dios</strong> y<br />
rendirme a su amor tan absoluto que puede hacer que surja una<br />
persona nueva? Recibir el perdón implica voluntad de dejar a <strong>Dios</strong> ser<br />
<strong>Dios</strong> y de dejarle hacer todo el trabajo de sanación, restauración y<br />
renovación de mi persona. Siempre gue in<strong>te</strong>nto hacer yo sólo par<strong>te</strong> del<br />
trabajo, <strong>te</strong>rmino conformándome con soluciones del tipo . Siendo<br />
jornalero puedo seguir man<strong>te</strong>niéndome distan<strong>te</strong>, puedo seguir<br />
rebelándome o quejándome del salario. Siendo el hijo amado, <strong>te</strong>ngo<br />
que exigir mi dignidad y empezar a prepararme para llegar a ser el<br />
padre.<br />
Está claro que hay que recorrer la distancia entre la salida de casa y el<br />
regreso de forma sabia y disciplinada. La disciplina consis<strong>te</strong> en llegar<br />
a ser hijo de <strong>Dios</strong>. Jesús deja claro que el camino para llegar a <strong>Dios</strong> es<br />
el camino a la infancia. (Mt 18,3) Jesús no me pide que siga siendo<br />
un niño, sino que llegue a serlo. Convertirse en niño significa vivir de<br />
38/102